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N º 872
Boletín de historia y antigüedades
Artículos /Articles
Gumilla ilustrado. Una aproximación a Gumilla como etnógrafo.
Álvaro Hernández Bello
Volumen CVIII, No 872, Enero - Junio de 2021. ISSN 0006-6303 A cademia Colombian a de H istoria
Boletín de Historia
y Antigüedades
Órgano de la Academia Colombiana de Historia
Volumen CVIII, No 872, Enero – Junio de 2021
ISSN Impreso: 0006-6303 / digital: 2357-6553
DIRECTOR
Roberto Lleras Pérez
ASISTENTE EDITORIAL ACADEMIA COLOMBIANA
Andrea Lorena Durán Silva DE HISTORIA
Calle 10 No. 8-95
COMITÉ EDITORIAL Bogotá D.C., Colombia
PBX: (571) 7420848
Diana Bonnett Vélez
Bogotá D.C., Colombia
Doctora en Historia, Universidad de los Andes
Correo electrónico:
Arístides Ramos Peñuela boletin@academiahistoria.org.co
Doctor en Historia, Pontificia Universidad Javeriana http://www.academiahistoria.org.co
Contenido
C o nt e nt s
7 Presentación
Artículos /Articles
13 Gumilla ilustrado. Una aproximación a Gumilla como etnógrafo.
Álvaro Hernández Bello
Vida Académica
273 Informe Anual de Labores de la Academia presentado
por el Secretario Académico en la Sesión Solemne Conmemorativa
de la Batalla de Boyacá, agosto 2020 - agosto 2021
Roger Pita Pico
Del Boletín
297 Normas editoriales Boletín de Historia y Antigüedades y libros
Boletín de historia y antigüedades /Vol. CVIII, No 872, Enero - Junio de 2021
Pres enta ci ón
Ar tí c u l o s
Boletín de historia y antigüedades /Vol. CVIII, No 872, Enero - Junio de 2021
Gum i l l a i lustr ad o.
Una aproximación a Gumilla como
e tnó g r afo.
Resumen
Este trabajo busca hacer una contribución a la historia de la antro-
pología en América Latina y en específico a la de la región de los Llanos
colombo-venezolanos a partir de la figura del intelectual y misionero
jesuita Joseph Gumilla. La hipótesis es que podemos comprender a Gu-
milla como un ilustrado, idea que se logra a través de la descripción de su
obra en el contexto histórico e intelectual en el que nació, así como en el
del debate historiográfico en el que se inserta. Así, Gumilla será ilustrado
como un Ilustrado, buscando en él, y a través de su obra, los rastros de
un humanismo indiano construido en la tensión que significa describir
1
Doctor en Antropología, Universidad Nacional de Colombia. Profesor de la Universidad de
La Salle con Maestría en Estudios Culturales, estudiante del Doctorado en Antropología de la
Universidad Nacional de Colombia. Ha trabajado durante muchos años en Política Educati-
va y Educación Intercultural con enfoque en Pueblos Indígenas. Es Director de la Fundación
Profesionales Amigos, una red que brinda apoyo a comunidades indígenas de la región de la
Orinoquia. ahernandezbe@unal.edu.co - alhebe@gmail.com
Abstract
This work seeks to contribute to the history of anthropology in Latin
America and specifically to that of the region of the Colombian-Venezu-
elan plains based on the figure of the Jesuit intellectual and missionary
Joseph Gumilla. The hypothesis is that we can understand Gumilla as an
enlightened man, an idea that surges from the description of his work
in the historical and intellectual context in which he was born, as well as
in the historiographic debate in which he is inserted. Thus, Gumilla will
be illustrated as an Illustrated, searching in him, and through his work,
the traces of an Indian humanism built on the tension that builds on the
description of some peoples while incorporating them into a colonial
discourse and social organisation by means of the mission.
Introducción
Fue justamente en medio de una misión en el Alto Apure que José Gumilla
murió. Era un 16 de julio de 1750, 19 años antes del nacimiento de otro gran
2
Es sabido que Humboldt cita a Gumilla y que utiliza el conocimiento geográfico del Orinoco
Ilustrado para sus viajes por la cuenca orinoquense.
3
Rey Fajardo ubica a Gumilla en el movimiento de la pre-Ilustración, aquella etapa que con-
figura ya el espíritu de una época, “la ilustración indiana”, donde la racionalidad y la actitud
empírica jugarán un papel central en la configuración de un humanismo ilustrado: José del
Rey Fajardo, Historia y Crónica Orinoquense (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2016),
279–81
4
Rey Fajardo, 281.
5
José Juan Arrom, “Esquema Generacional de Las Letras Hispanoamericanas (Ensayo de Un
Método) (Continuación),” Thesavrvs. Boletín del Instituto Caro y Cuervo, Tomo XVI, no. 2
(1961): 328.
6
Claude Lévi-Strauss, Antropología Estructural. Mito, Sociedad, Humanidades (México: Siglo
XXI Editores, 2016), 257.
7
Entre otros: José del Rey Fajardo, “La presencia científica de la Universidad Javeriana en la
Orinoquia (1625-1767)”, Theologica Xaveriana, no. 103 (1992): 331-60; Luis Manuel Cuevas
Quintero, “La ilusión de poblar. Territorios, narrativas y mapas del Orinoco y La Guayana
en la segunda mitad del siglo XVIII, los umbrales de una geografía humana del porvenir”,
Perspectiva Geográfica, 24, no. 2 (2019): 84-104; José del Rey Fajardo, “Marco conceptual para
comprender el estudio de la arquitectura de las misiones jesuíticas en la América colonial,”
Apuntes: Revista de estudios sobre patrimonio cultural - Journal of cultural heritage studies, 20,
no. 1 (2007): 8-33; Jorge Cañizares-Esguerra, “‘Orinoco out into the Light’: A Modern Jesuit’s
Efforts to Kick the Devil out of the Borderlands,” Eighteenth Century 53, no. 2 (2012): 243-47;
Sandra Negro y Manuel Marzal, Un Reino En La Frontera. Las Misiones Jesuitas En La Améri-
ca Colonial (Ediciones Abya-Yala - Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000); Carlos Del
Cairo y Esteban Rozo Pabón, “El Salvaje y La Retórica Colonial En El Orinoco Ilustrado (1741)
de José Gumilla S. J.”, Fronteras de La Historia, 11 (2006): 153-81; José Jesús Hernández Palomo
y Rodrigo Moreno Jeira, La misión y los jesuitas en la américa española, 1566-1767: Cambios y
permanencias, ed. José Jesús Hernández Palomo and Rodrigo Moreno Jeria (Sevilla: Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, 2005); Daniel José Sánchez Silva, “La población y el
territorio del orinoco entre los siglos xvii - xviii vistos a través de los misioneros jesuitas”,
Revista Mañongo, XXIII, no. 44 (2015): 165-86; Álvaro Baraibar, Hombres de a pie y de a caballo
(conquistadores, cronistas, Misioneros) en la América colonial de los siglos XVI y XVII, 2013; Lina
Marcela González Gómez, “El papel de las crónicas misionales coloniales en la configuración
de Los Llanos Orientales de Colombia y en la producción social de las diferencias”, Historia y
Sociedad, no. 29 (2015): 17–42. Entre otros: José del Rey Fajardo, “La Presencia Científica de
La Universidad Javeriana En La Orinoquia (1625-1767),” Theologica Xaveriana, no. 103 (1992):
331–60; Luis Manuel Cuevas Quintero, “La Ilusión de Poblar. Territorios, Narrativas y mapas
del Orinoco y La Guayana en la segunda mitad del Siglo XVIII, los umbrales de una geografía
humana del Porvenir”, Perspectiva Geográfica, 24, no. 2 (2019): 84-104; José del Rey Fajardo,
“Marco conceptual para comprender el estudio de la arquitectura de las misiones jesuíticas
en la América colonial,” Apuntes: Revista de Estudios Sobre Patrimonio Cultural - Journal of
Cultural Heritage Studies, 20, no. 1 (2007): 8-33; Jorge Cañizares-Esguerra, “‘Orinoco out into
the light’: A modern jesuit’s efforts to kick the devil out of the borderlands”, Eighteenth Century,
53, no. 2 (2012): 243-47; Sandra Negro y Manuel Marzal, un reino en la frontera. Las Misiones
Jesuitas En la América colonial (Ediciones Abya-Yala - Pontificia Universidad Católica del Perú,
2000); Carlos Del Cairo y Esteban Rozo Pabón, “El Salvaje y La Retórica Colonial En El Orino-
co Ilustrado (1741) de José Gumilla S. J.,” Fronteras de La Historia 11 (2006): 153-81; José Jesús
Hernández Palomo y Rodrigo Moreno Jeira, La misión y los jesuitas en la américa española,
1566-1767: cambios y permanencias, ed. José Jesús Hernández Palomo and Rodrígo Moreno
Jeria (Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2005); Daniel José Sánchez Sil-
va, “La población y el territorio del orinoco entre los siglos xvii - xviii vistos a través de los
misioneros jesuitas,” Revista Mañongo, XXIII, no. 44 (2015): 165-86; Alvaro Baraibar, Hombres
de a Pie y de a Caballo (Conquistadores, Cronistas, Misioneros En La América Colonial de Los
Siglos XVI y XVII, 2013; Lina Marcela González Gómez, “El papel de las Crónicas Misionales
Coloniales en la Configuración de Los Llanos Orientales de Colombia y en la producción So-
cial de Las Diferencias”, Historia y Sociedad, no. 29 (2015): 17-42.
8
Rey Fajardo, Historia y crónica orinoquense.
9
Rey Fajardo, 26.
10
Ibíd, 32.
Imagen 2. Laminas Orinoco Ilustrado. Médicos del Orinoco, OI, 1, pág. 208.
la conquista del Nuevo Mundo11 (que para el momento en que Gumilla inicia su
formación ya llevaba dos siglos), la cual consiste en una visión cristianizadora
de todo el mundo, va a modificar el interés puramente hispanizador de los pri-
meros tiempos de la conquista del Nuevo Mundo. Esta concepción implicó en
el ámbito político la voluntad de occidentalizar todo el orbe, es decir, civilizar12,
y en el ámbito religioso romanizar, como forma de prolongar la preocupación
contrarreformista asegurando el combate contra los protestantismos cuyo al-
cance excedió las fronteras europeas.
Este contexto es el que permite hacer una revisión justa de Gumilla en
sus aportes y vacíos, lejana de un juicio anacrónico que puede llegar a utilizar
su obra como un mero pretexto para prolongar análisis ya consolidados sobre
la retórica colonial, como sucede en algunos casos recientes13. Antes bien, mi
propósito es ubicar a Gumilla en el movimiento de lo que podemos considerar
el tránsito de una ilustración hispana al de una ilustración indiana, que solo
era posible a través de un humanismo empírico, o lo que es lo mismo, a través
de una antropología que, con base en su trabajo etnológico, aportaba nuevos
materiales a las preocupaciones históricas y filosóficas del barroco escolástico
europeo. En mi opinión, Gumilla sentará las bases de un humanismo indiano
de factura americana, que, aunque limitado por su propio contexto de enun-
ciación, así como por el volumen de datos recopilados, va a llegar a su punto
máximo con la obra de su discípulo, Felipe Salvador Gilij, en su Saggio di Storia
Americana (1780-1784).
11
“Llama la atención el hecho de que una cuarta parte de los hombres que sumergieron su
existir entre las etnias llaneras y orinoquenses provenía de Italia, Francia, Alemania, Austria,
Bohemia y los Balcanes. Esta heterogeneidad de las nacionalidades y de concepciones de la
vida, de cultura y de ciencia es natural que generara un pluralismo a veces difícil, pero siempre
beneficioso, en la búsqueda de la “otredad indiana” Rey Fajardo, 41..
12
Civilizar tiene no solo una connotación cultural sino también geográfica y demográfica: se
trata sobre todo de hacer civitas, es decir, de construir ciudad. Por ello el método de reducción
va a ser la piedra de toque de las misiones: es necesario introducir el orden social de la ciudad
como condición para conquistar, evangelizar y finalmente enculturar.
13
Del Cairo y Rozo Pabón, “El salvaje y la retórica colonial en el Orinoco ilustrado (1741) de
José Gumilla S. J.”.
14
Citaré el texto de 1791 con la siguiente abreviación: OI, 1 (para el tomo I) y OI, 2 (para el
tomo II).
15
Joseph Gumilla, Historia natural, civil y geográfica de las naciones situadas en las riveras del
río Orinoco, Tomo II (Barcelona: Carlos Gibert y Tutó, 1791), https://doi.org/10.1017/
CBO9781107415324.004; Joseph Gumilla, Historia natural, civil y geográfica de las naciones
situadas en las riveras del río Orinoco, Tomo I (Barcelona: Carlos Gibert y Tutó, 1791), https://
doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004.
16
Rey Fajardo, Historia y crónica orinoquense, 20.
“no por lo que ellas son sino por lo que piensan que ellas dicen” ya deja ver en
Gumilla una conciencia sobre unas ontologías alternativas a su propia concepción
del mundo. Se da cuenta de manera patente de que el mundo indígena concibe
los otros entes animados con capacidad de comunicación (con lengua) y que el
modo de conocer de ellos tiene que ver con su propia perspectiva del mundo.
Los debates en torno al perspectivismo indígena americano que hoy en día
son tan caros a la antropología pueden encontrar aquí a un ilustre predecesor.
Todo lo anterior, pues, no sería posible si Gumilla no se hubiera preocupado
e introducido en el mundo orinoquense desde el propio punto de vista indígena.
Las páginas del Orinoco Ilustrado están repletas de estas miradas comparadas,
no exentas de sus propias interpretaciones, pero cuidando de guardar la fide-
lidad a lo descrito tal y como lo entienden y “les parece” a los americanos del
Orinoco. Sería un gran tesoro poder encontrar lo que hoy llamamos “diarios
de campo” de Gumilla para conocer más de cerca las inscripciones realizadas
durante su tarea misionera de más de 20 años.
Como el trabajo etnográfico de Gumilla se realizaba en el marco de su
trabajo misionero, orientado y proyectado hacia él, debemos analizar los trazos
de su método en dos sentidos: el método usado para conformar y mantener las
misiones, en el cual empleaba herramientas de interlocución e interacción con el
mundo indígena, y el método usado propiamente para su trabajo descriptivo, es
decir, etnográfico. Para comprender mejor estos dos momentos metodológicos,
ofreceré un marco conceptual de base para ilustrar las herramientas teóricas e
ideológicas con las que Gumilla emprendió su tarea.
porte? ¿qué otro estilo registramos con horror en los archivos de la antigüedad, no
solo entre los Scitas, sino tambien entre los Egypcios, Atenienses y Romanos, aun
quando blasonaban que sola Minerva dirigía sus aciertos? (OI, 1, x)
17
Rey Fajardo, Historia y crónica orinoquense, 253.
18
Rey Fajardo, Historia y crónica orinoquense, 256.
Hacia el final del tomo I, en el capítulo XXIII, Gumilla fija sus consideraciones
sobre el “Método mas practicable para la primera entrada de un Misionero en
aquellas tierras de Gentiles, de que trato y en otras semejantes”. Esta inserción
es bastante particular si observamos el contexto inmediatamente anterior y
posterior de su escrito. En el capítulo XXII, tratará de la “Cosecha admirable
de Tortugas, que logran los Indios del Orinoco: huevos de ellas que recogen, y
aceite singular que sacan de dichos huevos”, mientras que en el XXIV, hablará de
la “Fertilidad y frutos preciosos que ofrece el terreno del rio Orinoco, y el de sus
vertientes”. ¿A cuenta de qué esta irrupción sobre el método misionero? ¿Fue tal
vez ordenado por sus superiores? ¿Hay un cambio de destinatario aquí, o más
bien, Gumilla intercala la historia con un “manual del misionero”? Más allá de
estas conjeturas, lo cierto es que todo el Orinoco ilustrado está impregnado de
esta mirada que parte del indígena pero cuyo destino es la misión. De aquí que
pueda afirmar que no es posible entender el método etnográfico desde donde
parte Gumilla sin considerar el método misionero al cual tiende. De este último,
quisiera acotar cuatro momentos.
Primero: la aproximación al pueblo indígena. Conviene decir que los
misioneros iban siempre escoltados, por lo que la avanzada misionera tenía un
respaldo militar. Si bien la Real Cédula prohibía que la reducción se hiciera por
medios militares, no obstante la presencia de fuerza armada fue necesaria, al
menos en los primeros años de conformación de las misiones. La aventura de
la exploración geográfica nunca fue obra de una sola persona, o de un grupo de
misioneros osados (que ciertamente lo eran) sino que, por su carácter de misión
institucional, en el trabajo misionero se desplegaba todo un aparato logístico
que traía la fuerza de la Corona y del Virreinato. Por supuesto, distinto era el
momento del contacto.
Segundo: el primer contacto y la importancia del informante. Gumilla
desaconseja que el primer contacto sea directo, y recomienda el primer acerca-
miento particular con uno o dos individuos que serán el enlace con su pueblo:
“La práctica es instruir bien dos ó mas Indios de los Neófitos, que saben la tal
lengua, y bien aviados de regalos para el Cacique; y los viejos, enviarlos como
embaxadores […] en señal de amistad, […] y con mayor cuidado á no insinuar,
ni que ellos insinúen á los tales Gentiles, que el Padre quiere ir á visitarlos” (OI,
1, 307). Vemos aquí no solo una experiencia ya consolidada en el trato con los
pueblos orinoquenses, sino dicha experiencia vuelta método: la instrucción y
envío de los “neófitos”, ciertamente no será una labor unidireccional, pues es a
través de estos que Gumilla obtiene sus primeras observaciones y descripciones
etnográficas. Dichos neófitos serán pues, los informantes etnográficos.
Tercero: el aprendizaje de las lenguas. Hay que decir que el padre Gumilla
hizo estudios lingüísticos y se preocupó por la estructura y clasificación de las
lenguas encontradas de las cuales halló cinco: Caribe, Saliva, Achagua, Guahiva
y Betoye-jirara. De la lengua Betoye escribió una gramática, un vocabulario, un
catecismo y un libro de pláticas varias. Si bien los estudios lingüísticos estaban
orientados a producir material que facilitara el trabajo de los misioneros, serán
Conclusión
19
AECID, Exposición: La ilustración hispánica. Mestiza y universal, ed. Araceli García Martín
(Madrid: Edita: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. AECID,
2018).
Bibliografía
Acosta, Ioseph de. Historia Natvral y Moral de Las Indias. Sevilla: Iuan de
Leon, 1590.
AECID. Exposición: La Ilustración Hispánica. Mestiza y Universal. Edited
by Araceli García Martín. Madrid: Edita: Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo. AECID, 2018.
20
Naissance de l’ethnologie? : Anthropologie et missions en Amérique XVIe-XVIIIe Siècle (Paris:
Editions du Cerf, 1985).
21
Françoise Raison, “Ethnographie Missionnaire et Fait Religieux Au XIXe Le Cas de Mada-
gascar”, Revue Française de Sociologie, 19, no. 4 (1978): 525-49, https://doi.org/10.2307/3320917;
Thierry Saignes, “L’ETHNOGRAPHIE MISSIONNAIRE DES SAUVAGES LA PREMIÈRE
DESCRIPTION FRANCISCAINE DES CHIRIGUANO”, Journal de La Société Des América-
nistes 70 (1984): 21-42.
22
Ioseph de Acosta, Historia natural y moral de Las Indias (Sevilla: Iuan de Leon, 1590).