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Introducción

En la presente tarea presentare la actividad III de la historia


dominicana, el cual veremos resúmenes de lo que fue la
guerra de la reconquista de la republica dominicana y otros
eventos históricos que marcaron esa época.
También sobre la independencia efímera y su líder José
Núñez de Cáceres quien en ese entonces abogaba por la
anexión del Haití español a la federación de Colombia de
simón Bolívar.
1. Explique a grandes rasgos la guerra de la reconquista de la republica
dominicana.

Antecedentes

La ciudad de Buenos Aires fue ocupada por tropas al mando del militar
británico William Beresford el 27 de junio de 1806. Con poca capacidad de
defensa por parte de las autoridades virreinales españolas, los ingleses ocuparon
rápidamente la ciudad e izaron su bandera en el fuerte, núcleo del poder
del Virreinato. Los comerciantes fueron los primeros que se organizaron para
reconquistar la ciudad, el liderazgo recayó sobre el Capitán de Fragata Santiago
de Liniers, quien desde la Provincia Oriental (hoy Uruguay) consiguió reunir una
cantidad considerable de hombres, en su gran mayoría gauchos, derrotaron a los
invasores ingleses expulsándolos del territorio rioplatense y establecieron
nuevamente la soberanía española.

Esto sucedió en 1806, en lo que hoy es la República de Argentina, dos años


después (1808) se repite la historia en Santo Domingo español, donde los
dominicanos se pusieron de acuerdo para desalojar a los franceses del territorio
que por más de tres siglos, antes de la firma del Tratado de Basilea, había sido
una posesión española. Debido a la profundidad de estas raíces hispanas,
despierta en ellos un comprensible sentimiento español que los obliga a luchar
contra la ocupación francesa.

Situación de Ferrand

Por su aislamiento de Francia y debilidad, Jean Luis Ferrand solo había logrado
mantener el control militar de la ciudad de Santo Domingo y sus alrededores, así
como de la Bahía y Península de Samaná. Fue en estas zonas en las que la
actividad económica prosperó a partir de 1805 en base al corte de maderas
preciosas y tintóreas, la producción de café y azúcar y al escaso comercio que se
realizaba, principalmente, con los Estados Unidos y Cuba. La burguesía mercantil
simple de la ciudad de Santo Domingo, integrada en su casi totalidad por
comerciantes franceses, apoyaba, por tanto, a Ferrand y si el comercio interior de
la ciudad adquirió cierta actividad, esta fue ajena al resto de Santo Domingo y
favorecía, más que a nadie, a los negociantes galos y a los favoritos de Ferrand
en el área metropolitana.

Discriminación racial casi inexistente

La discriminación racial que existía en Santo Domingo en esa etapa era casi
inexistente, si la comparamos con el tipo de esclavitud y el racismo que imperaba
en todas las demás colonias de la América Española, por esta circunstancia los
verdaderos protagonistas de la lucha por la reconquista española en Santo
Domingo fueron los criollos, cuya gran mayoría eran mulatos como en la
actualidad. Los mulatos constituían la composición social de Santo Domingo, pero
con un sentimiento hispanista para la época que tenía sus razones lógicas, una de
ellas era que luchaban por recuperar su identidad que aunque tenía su influencia
africana, pero estaban conscientes de que esta era compartida con la nación
española. Moreu de Saint Mery, un conocido escritor francés nacido en Martinica,
escribió una obra interesante en 1791, donde se refiere ampliamente al tipo de
sociedad que existía en la parte española de Santo Domingo indicando que : "Los
prejuicios de color, tan poderosos en otras naciones, donde se ha establecido una
barrera entre los blancos o sus descendientes, no existen en la parte española",
continúa Saint Mery que: "los esclavos eran alimentados como sus amos y
tratados con una dulzura desconocida en los pueblos que poseen colonia". Otro
que se refirió al tema fue el oficial francés Lemonier Delafosse, quien además
participó junto al general Ferrand en la batalla de Palo Hincado, Delafosse escribió
una obra cuyo título es: Segunda Campaña de Santo Domingo y dice que "los
negros y los mulatos vociferaban "Soy blanco de la tierra". La cita anterior son
fuentes de primera mano que muestran las bondades de la esclavitud en Santo
Domingo, lo que dio lugar a que los negros y mulatos que eran mayoría se
lanzaran contra Francia.

Intolerancia de las autoridades francesas

En el mes de diciembre del año 1803 Juan Sánchez Ramírez, nativo de La


Mejorada Villa del Cotuí, como el mismo lo explica en libro: Diario de la
Reconquista, había salido con su familia a la isla de Puerto Rico, y cuando estuvo
por allá imploró la vía reservada que es la protección Real que se le había ofrecido
a través del Tratado de Basilea, lo que nunca tuvo efecto, como la de casi todos
los emigrados de Santo Domingo a distintos puntos de América. Consumiendo
todos lo que había llevado permaneció cuatro años, hasta que decidió volver a
Santo Domingo en junio de 1807, desembarcando por el puerto de Macao y
asentándose en terreno de su propiedad. Los franceses se dieron cuenta de su
llegada y trataron de emplearlo como Comandante de Armas en su villa natal, pero
dice Sánchez Ramírez en su Diario de la Reconquista (pág. 3) que se excusó
como pudo ante los franceses, pues ya tenía algo en la mente para enfrentar lo
que él y todos los dominicanos consideraban una odiosa ocupación extranjera.

El 2 de mayo de 1808 decidió llegar al pueblo de Sabana de la Mar y allí supo la


noticia de que Napoleón había prácticamente secuestrado a Fernando VII y
que José Bonaparte, hermano de Napoleón, iba a gobernar la península. Dice
Juan Sánchez Ramírez (pág. 4) que desde ese momento no pudo sacudir de su
interior la idea de la guerra contra los franceses aquí en Santo Domingo, y casi de
inmediato inició los preparativos para llevar a cabo una rebelión, porque se había
enterado más adelante que España le había declarado la guerra a Francia.
Sánchez Ramírez viajó por diferentes pueblos de Santo Domingo, y todos le
dieron su apoyo para combatir a su lado y recuperar la nación dominicana, la cual
se había perdido con la ocupación francesa.

Debilidad de Ferrand
Aprovechando un pequeño buque llegado de Puerto Rico, capitaneado por José
Moreno, quien había emigrado de esta isla, Sánchez Ramírez envió al gobernador
Toribio Montes, una carta donde informaba los pormenores de sus actividades
contra los franceses en Santo Domingo sobre la necesidad de auxilios. Ignoraba el
Brigadier que ya Toribio Montes había facilitado ayuda para que se iniciaran las
hostilidades contra el gobierno colonial de la isla antiguamente española; Cristóbal
Huber Franco y Salvador Félix, fueron escogidos por el gobernador de Puerto
Rico para que vinieran a hacerles la guerra a los franceses. El primero de ellos
nunca había estado en Santo Domingo, era natural de Madrid, España, vecino de
Puerto Rico llegó aquí luego de ser motivado por Montes, el gobernador
aprovechando sus ambiciones, porque aspiraba a convertirse en virrey del Perú,
ofreciéndole entonces a Huber para que viniera Santo Domingo la secretaría del
ansiado virreinato y un jamón, el jamón era en ese entonces lo que conocemos
hoy como "botella".

Como hemos podido comprobar, Cristóbal Huber Franco, no tenía más ideales
que llegar aquí con el objetivo de ayudar a los nativos de Santo Domingo a
recuperar la antigua capitanía general española de manos de los franceses a
cambio de la prebenda que le ofrecía el gobernador de Puerto Rico, Toribio
Montes, y nunca cambió de parecer y mucho menos para luchar por independizar
la parte oriental de Santo Domingo como de manera mentirosa se ha divulgado,
porque sólo llegó a defender los intereses de la Monarquía Española. En cuanto a
Salvador Félix, llegó junto a Huber el 23 de septiembre de 1808, desembarcando
por el puerto sureño de Alejandro, para iniciar la rebelión en aras de la reconquista
a favor de España; en ningún momento se ligó a ningún movimiento que tuviera
que ver con independizar a Santo Domingo.

El más sonado de estos tres personajes es Ciriaco Ramírez, natural de Cádiz,


España; vivía en la ciudad de Azua y se incorporó a la lucha anti francesa
motivado por Huber y Félix, quienes le convencieron enseñándole documentos
firmados por el gobernador de Puerto Rico, autorizando a ambos llevar a cabo la
insurrección. Ciriaco tampoco, en ningún momento de su vida al parecer, tuvo
inclinación por independizar a Santo Domingo.

Otras causas

El escritor dominicano Manuel Arturo Peña Batlle, en su obra (Ensayos Históricos,


pág. 50) revela que la reacción que produjo entre los dominicanos la noticia de
que la isla de Santo Domingo había sido cedida a Francia, está contenida en una
carta dirigida por el Arzobispo de la ciudad, Fray Fernando de Portillo y Torres, al
erudito español Eugenio de Llaguno, exponiendo lo siguiente: “Con la noticia y
publicación de la muy acertada cesión de esta isla que se publicó el 17 del
corriente, aunque acompañada de la muy plausible noticia de una paces tan
gloriosas, se consternó este pueblo, si el común de estas gentes fuera de un
ánimo tan vigoroso y resuelto como lo de España, me habían hecho temer una
sedición; pero me pareció conveniente permitirles algunas horas de desahogo a su
pasión patriótica, por ciega y entusiasmada podría arrollar con exorbitancia los
medios que opusiera la más política, especialmente cuando a la vista de muchos
el día de la publicación cayó muerta en medio de la calle una mujer exclamando
Isla mía! patria mía! El nombre de esa mujer era Tomasa Cruz, era mulata igual
que todos los dominicanos que salieron a las calles a defender sus raíces
españolas, y esta fue las principales causas de la reconquista.

Desarrollo del conflicto

En junio de 1808, Sánchez Ramírez se encontraba en El overo en el trabajo de


corte de madera de su propiedad en el Macao, allí se entrevistó con Manuel
Carvajal su socio en el negocio de madera, conversaron sobre la noticia de la
guerra en España contra los franceses y fue cuando se propusieron buscar ayuda
en Puerto Rico para lograr la restauración de Santo Domingo a favor de Fernando
VII. El día 13 de agosto llegó a La Mejorada Villa del Cotuí, su pueblo natal, donde
se habían juntado los vecinos para la publicación de una proclama del general
Ferrand, convenció a los cotuisano hablándoles de la perfidia del emperador de
los franceses y les dijo que era indispensable que se pusieran de acuerdo para
sacudir el yugo del tirano, fue así como los hombres del Cotuí le ofrecieron estar
pronto a su aviso para iniciar la rebelión. Juan Sánchez Ramírez pasó por La Vega
donde se entrevistó con gran número de veganos entre ellos Agustín Franco, el 17
de agosto llegó a Santiago de los Caballeros, luego a Puerto Plata, allí hizo
contacto con Miguel Pérez, con el párroco Vicente de Luna y el Comandante de
Dragones Marcos Torres. Más tarde, el primero de septiembre llegó a la ciudad de
Bayaguana, se entrevistó con el cura del lugar José Moreno, quien influyó
bastante en el pueblo y el Comandante de Armas a fin de reunir la mayor cantidad
de hombres a favor de la reconquista, hasta que el día cuatro (4) llegó a la ciudad
del Seíbo donde dio inicio a los preparativos a fin de iniciar un enfrentamiento
contra las tropas de Ferrand. (ese mal nacido)

Antes de que se iniciara el enfrentamiento entre las tropas francesas comandadas


por Ferrand y los dominicanos por Juan Sánchez Ramírez, se había iniciado la
sublevación anti-francesa en el Sur, la cual estaba dirigida por Ciriaco Ramírez,
Cristóbal Huber y Salvador Féliz. Ciriaco Ramírez le declaró la guerra a Ferrand el
5 de octubre del 1808, se enfrentó con su gente a un batallón del ejército francés
comandado por el coronel Aussenac quien había sido enviado por Ferrand a
sofocar esta rebelión. Gilbert Guillermín publicó en libro: Diario Histórico (pág.40)
Dice que el Coronel Aussenac salió el diez de la mañana a atacar a los insurrectos
del Sur con las compañías de dragones de Baní y de San Juan, así como ochenta
hombres de las tropas de línea, revela que el doce llegaron a orilla del Jaquecillo,
donde los revoltosos en número de doscientos hombres, ocupaban una posición
sumamente ventajosa, sobre un cerro escarpado, erizado de tunas y guasábaras
llamado Malpaso. Dice que el Coronel dispuso inmediatamente atacar al enemigo,
a pesar de la fatiga que acaban de experimentar las tropas durante el viaje de
veinte leguas. Continúa Guillermín en su obra antes señalada, que las tropas
francesas subían la montaña al compás de los tambores, pero tenían que
detenerse por los obstáculos de la naturaleza y las nutridas descargas del
enemigo atrincherado detrás de las rocas, expresa que después de haber visto
caer al teniente Pointer, los franceses decidieron retirarse para llegar al pueblo de
Azua en busca de víveres para sus tropas que estaba cansadas y hambrientas y
luego volver atrás de los dominicanos comandados por Ciriaco Ramírez y Huber
Franco, los cuales se sentían triunfadores porque habían ganados supuestamente
una gran batalla. En la página 48 de la obra de Guillermín, éste se refiere al
combate de Sabana Mula y dice lo siguiente: Los revoltosos reunidos en número
de quinientos hombres, en los campos de Sabana Mula, dice Guillermín que se
creían de tal modo invencibles. Revela que el coronel Aussenac, partió el 23 de
octubre a las dos de la madrugada, a la cabeza de ciento cincuenta hombres
de infantería, que a las seis ya estaban cerca del enemigo, el tiroteo comenzó por
una y otra parte y en veinte minutos los revoltosos emprendieron la fuga dejando
seis muertos en el campo de batalla, llevándose un gran número de heridos. En
conclusión, el combate de Malpaso fue una victoria pírrica para Ciriaco Ramírez y
su hombres, mientras que el de Sabana Mula, de acuerdo, a Guillermín en su libro
y el mismo Delafosse, resultó una derrota contundente para Ciriaco Ramírez,
quien sólo buscaba recuperar a Santo Domingo de los franceses para devolverlo
como posesión de su país de origen que era España; sí Ciriaco o Huber hubieran
manifestado algún sentimiento independentista cuando combatieron contra los
franceses, estos dos autores franceses lo hubieran revelado, pero nunca vieron
esa disposición sobre todo de parte de Ciriaco quien siempre defendió sus raíces
españolas y su monarquía.

Batalla de Palo Hincado

En los primeros días del mes de noviembre de 1808, Juan Sánchez Ramírez
comenzó a organizar a su ejército, preparándose para un eventual enfrentamiento
con las tropas del gobierno, recibió de Ferrand una intimación en la cual le
prevenía que el siete del corriente entraría en la villa del Seíbo. En 1808 el general
Ramírez era el comandante en el este de La Española, mientras que Ciriaco
Ramírez y Cristóbal Huber Franco eran los comandantes en el sur y el
capitán Diego Polanco era el comandante de Santiago de los Caballeros y la
región del Cibao / Norte. Las "Milicias Españolas" estaban bajo el mando del
capitán Tomás Ramírez Carvajal.

Dice Sánchez Ramírez en su libro, que llegó con sus tropas a Palo Hincado entre
las nueve y las diez de la mañana del día siete de noviembre, y que en lo más alto
del terreno formó la infantería armada de fúsiles, poniéndola al mando
del Teniente Francisco Díaz; dice que en un terreno quebrado, a la derecha
emboscó como doscientos hombres que no tenían armas de fuego, sino sables y
otras armas blancas, al Capitán de Urbano Pedro Reinoso le encargó la
emboscada, con un trozo de la caballería armado de sables y lanzas, el Capitán
de Dragones Vicente Mercedes cubrió el flanco de la derecha y el Capitán Antonio
de Sosa el de la izquierda armados ambos flancos de sables y lanzas, formó una
pequeña emboscada de 30 fusileros colocados a una distancia aproximada a
la retaguardia del enemigo al mando de Don José de La Rosa. Sánchez Ramírez
que tomó el mando en Jefe, colocándose en centro del ejército, a su derecha se
colocó Manuel Carvajal y a la izquierda Pedro Vásquez. Por último, dice que las
"Milicias Españolas" (Ejército español) estaba bajo el mando del Capitán
Lic. Tomás Ramírez Carvajal.

Reveló Juan Sánchez Ramírez, que cuando se colocó delante de su tropa le hizo
un pequeño discurso y le dije: "Pena de la vida al que volviere la cara atrás; pena
de la vida al tambor que tocare retirada; y pena de la vida al oficial que lo
mandare, aunque sea yo mismo". Continúa Juan Sánchez Ramírez relatando que
el enemigo ya se acercaba y cuando ya estaba a medio tiro de fusil, se le gritó
"quién vive, respondiendo "francés" y con el ademán de iniciar la batalla se rompió
el fuego. Dice que no perdió tiempo un trozo de caballería enemiga de cortar por la
izquierda mandada por el teniente coronel Monsier Pegais, y por esta razón
Sánchez Ramírez corrió a contrarrestarle por aquel punto; dice que la caballería
tampoco perdió tiempo y avanzó contra los franceses, expresa que todos lo
hicieron con tanta intrepidez y gallardía que entre siete y ocho minutos ya el
campo estaba lleno de cadáveres franceses.

El sitio de Santo Domingo

Después de la batalla de Palo Hincado, Sánchez Ramírez partió para Santo


Domingo, ciudad que aún conservaba sus murallas, constituyendo estas una
protección formidable, factor insignificante para el pequeño ejército dejado por
Ferrand cuando salió a enfrentarse a las tropas de Juan Sánchez Ramírez, ya que
con toda seguridad o se rendían o iban a caer aplastados por las huestes
vencedoras de Palo Hincado que casi llegaba a la capital. No obstante, la llegada
del coronel Aussenac desde el Sur, adelantándose a los dominicanos, cambió 'la
suerte del pequeño número de franceses atrincherados detrás de los muros de la
antigua ciudad primada de América. Este ejército de franceses comandado por
Aussenac fue supuestamente derrotado por Ciriaco Ramírez y Hubert Franco en
esa región, pero sorprendentemente llegaron intactos a Santo Domingo,
otorgándoles una fortaleza casi invulnerable a los soldados de Francia cuyo
comandante era el general Dubarquier.

Sánchez Ramírez llega el día 15 de noviembre con su gente, Ciriaco y Hubert


todavía se encontraban en las montañas del Sur, en vez de bajar con sus tropas y
auxiliar a los vencedores de la batalla escenificada en el Este, se establecieron en
la ciudad de Azua y de allí envió una comunicación a Sánchez Ramírez,
exigiéndole cuenta de sus actividades de manera autoritaria y dándose rangos de
generales. Sin embargo, Sánchez Ramírez actuó con prudencia y sólo respondió a
estas insolencias, solicitándoles que se integraran a sus tropas para que todos
unidos pudieran derrotar al enemigo atrinchera en la ciudad, Ciriaco y Huber se
integraron al ejército criollo sitiador, pero mejor que no lo hubiera hecho, continuó
su disputa por el mando superior ejercido por Juan Sánchez Ramírez, sus
pretensiones eran despojar del mando al héroe de Palo Hincado. Los defensores
de hoy de Ciriaco Ramírez, dicen que el buscaba la independencia, pero no existe
el más mínimo documento de esa época, que indique que Ciriaco y Huber
buscaban independizar a Santo Domingo. Ciriaco Ramírez se encargó de
promover una junta para definir en ella quien iba a ser el caudillo mayor de la
Reconquista, siempre en defensa de la preservación de Santo Domingo como
parte de la monarquía española. Juan Sánchez Ramírez estuvo de acuerdo con la
Junta y se convocó por delegación a todos los pueblos del territorio, a pesar de
que fue Ciriaco quien promovió la junta, nunca se apersonó a dicha reunión, o sea,
brilló por su ausencia, pero en dicha junta nadie enarboló la bandera de la
independencia, sólo se trató sobre en mano de quien iba a quedar el mando, por
tanto a unanimidad los delegados votaron por Juan Sánchez Ramírez, para que
ocupara el cargo de Gobernador político y militar e intendente y Comandante
General del Ejército de Santo Domingo.

El gobierno de Juan Sánchez Ramírez

Cuando el Brigadier cotuisano asume el mando como gobernador de la Capitanía


General de Santo Domingo, hizo todo lo que tuvo a su alcance para retornar a la
normalidad que deseaba y exigía su población, comenzó una infatigable labor por
devolver la estabilidad económica después de haber caído en el peor desastre a
consecuencia de la guerra por la reconquista. Envió un emisario ante la Junta de
Sevilla, y esta entre otras cosas, le asignó al retorno de su primera colonia de
América, el necesario y esperado Situado. El gobernador llamó también a todos
los dominicanos que habían emigrados a Puerto Rico, Cuba, Venezuela y otros
lugares de América española, ofreciéndoles el pago del pasaje por cuenta del
Estado. Sánchez Ramírez actuando como un gobernante de un país
independiente, tomas nuevas medidas para despertar la economía, abolieron
todas las leyes que ponían traba al comercio y a la producción, se redujeron los
diezmos y otros impuestos eclesiásticos. Todos los puertos de Santo Domingo
fueron abiertos a los navíos de las naciones amigas de España y se fijó un arancel
único de importación de un uno por ciento.

A pesar de todo este esfuerzo la crisis seguía, hubo descontento por falta de
dinero, fue así como se iniciaron las conspiraciones contra el gobierno de la
capitanía general, la primera de esta se produce en el 1810, fue la
llamada Rebelión de los Italianos. Es probable que fuera aquí cuando empezaron
a brotar las ideas independentistas, porque los rebeldes por ser extranjeros ya
conocían el movimiento que había estallado el 19 de abril de ese año contra
España. Esta conspiración estaba encabezada por el capitán Pezzi de origen
italiano y quien había estado en las filas francesas, Juan Castaño, venezolano y
Juan José un puertorriqueño que también estuvo con los franceses. Los fines de
este levantamiento conspirativo aún están confuso, en principio se había dicho
que luchaban por la independencia, pero también se sospechaba que trataban de
restablecer el régimen francés. Estos señores fueron juzgados de acuerdo a la ley
de la época y llevado al patíbulo. Aunque Ciriaco Ramírez y Cristóbal Huber
estaban presos en Puerto Rico, fueron implicado en la conspiración, sin embargo,
fueron mandados a buscar para un interrogatorio a cada uno, pero ninguno fue
cuestionado con relación a la conspiración de los italianos, pero sí para que
respondieran con relación al asesinato del teniente Casilla, cuando estaban en los
campos del Sur enfrentándose a las tropas francesas de Aussenac. Ahora bien, si
Ciriaco Ramírez hubiera estado envuelto en una sublevación con fines
independentistas, no aparece en 1814 como oficial de las tropas de Santo
Domingo al servicio de la Monarquía española.

2.Explique a grandes proporciones el periodo de la España boba 1809-1821

La España Boba fue un período de la historia de la República Dominicana.


La guerra de la Independencia en la que se encontraba sumida España y el hecho
de que las colonias más ricas estuviesen en proceso de independencia eran la
causa de que, por parte de las autoridades peninsulares, hubiese un escaso
interés hacia la colonia de Santo Domingo en el periodo comprendido entre 1809 y
1821.

A esto se ha de sumar el hecho de que Santo Domingo había agotado las


riquezas que llamaban la atención en España. La poca atención de las
autoridades españolas hizo que este periodo fuera conocido popularmente como
la «España Boba».

Antecedentes

Como parte del Tratado de Basilea (1795), la colonia española de Santo


Domingo pasó a manos francesas. En 1804 los esclavos de la parte occidental de
la isla (Haití) declararon su independencia tras cruentas luchas.

La parte española u oriental continuaba de hecho en manos españolas a pesar del


tratado. Esto se debió a que el único contingente francés disponible estaba
compuesto mayoritariamente por negros y mulatos. Los ingleses, por su parte, no
reconocían la cesión, argumentando que violaba las antiguas estipulaciones
del Tratado de Utrecht.

Esto motivó la invasión por parte del ejército haitiano, previendo una amenaza
para su recién ganada independencia. Los franceses, comandados por el cuñado
de Napoleón, el general Charles-Víctor-Emmanuel Leclerc, repelieron a los
haitianos en 1802.

Ocupación francesa

El periodo de ocupación francesa en Santo Domingo no generó grandes críticas.


Este fue un periodo de gran bonanza económica, donde el gobernador de la isla,
el general Louis Marie Ferrand, se cuidó de no dañar el orgullo hispánico,
acatando el decreto napoleónico de 1803. En el mismo ordenaba respetar los usos
y costumbres españolas y sus organismos jurídicos. Esta armonía fue quebrada
cuando Ferrand prohibió el trato comercial con los haitianos, especialmente
ganado y madera.

Batalla de Palo Hincado

La situación se tornó más compleja cuando, a principio de 1808, los franceses


invadieron España. Los partidarios de España se organizaron rápidamente,
retornando algunos del exilio, especialmente de la colonia española de Puerto
Rico. El gobernador Ferrand, conocedor de su superioridad en armas de fuego
precipitó un gran contingente, decidido a terminar de un solo golpe con la
conspiración. Los criollos, conocedores de su inferioridad bélica, concentraron a
sus pocos fusileros en las alturas o en la retaguardia del enemigo y con el resto de
las tropas forzaron un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Las tropas francesas
fueron prácticamente aniquiladas y su comandante ordenó la retirada hacia Santo
Domingo. Poco después, libre de la persecución de los criollos hispánicos,
Ferrand se quita la vida de un balazo. Este hecho se conoce como la batalla de
Palo Hincado y se libró el 7 de noviembre de 1808.

Reconquista

El líder de la revuelta, Juan Sánchez Ramírez, se convirtió en el nuevo gobernador


de Santo Domingo en 1809, iniciando una era conocida en la historiografía
dominicana como la España Boba. Dicho periodo culminó el 1 de
diciembre de 1821, con la Independencia efímera de José Núñez de Cáceres.

La economía en la parte oriental sufrió un serio revés. Apenas se producía para


subsistir, no había suficiente circulante, además, España estaba más interesada
en sus territorios de ultramar mayores y apenas enviaba fondos para los
empleados de la corona.

Conspiraciones

Durante el período que siguió a la Guerra de la Reconquista ocurrieron varias


conspiraciones orientadas a derribar el poder español, especialmente durante los
años 1810, 1811 y 1812, años en que la situación económica se volvió
insoportable para la élite intelectual. Algunas de ellas buscaban crear un país
independiente mientras que otras buscaban la anexión a Haití u otros países.

Este período de infructuosas conspiraciones fue iniciado por Manuel del Monte, un
pariente cercano del Comisario Regio Francisco Javier Caro. Del Monte fue
descubierto, reducido a prisión, sumariado y remitido a Cuba, sin mayores
consecuencias, ya que pudo volver a vivir en Santo Domingo gracias a la
influencia ejercida por su pariente en la Corte.

Otro conspirador fue un habanero conocido por el nombre de don Fermín, quien
en 1809 tramó con el propósito de declarar a Santo Domingo independiente de
España. Fue acusado de sedicioso y encerrado durante siete años en Fortaleza
Ozama, antes de ser embarcado hacia la Península.

Golpe de estado de los cuatro sargentos franceses

Hubo en estos mismos tiempos un complot de cuatro sargentos franceses que


intentaron dar un golpe de Estado para restituir la Colonia al Gobierno francés,
pero fracasaron en su intento y fueron fusilados.

Revuelta de los negros

Cuando las autoridades se negaron a libertar a los esclavos y evitaron aplicar


varias disposiciones de la nueva constitución liberal española de 1812 que
conferían la nacionalidad, no así la ciudadanía, a los hijos de los libertos y la
posibilidad de que los esclavos compraran su libertad, hubo una conjura de
libertos y esclavos para erradicar la esclavitud y adherirse a la República de Haití.
Descubiertos, sus líderes fueron condenados a muerte y sus cabezas fueron
expuestas en varios puntos alrededor de la capital. Los demás culpables fueron
condenados a prisión y azotes. Pedro Seda, José Leocadio, Pedro Henríquez, y
alguien solo conocido como Marcos fueron los cabecillas de esta revuelta.

Esto ocurrió cuando “España Boba” perdió el interés por la colonia de Santo
Domingo, el periodo de España Boba se caracterizó por la gran pobreza de Santo
domingo, ya que habían perdido todas sus riquezas y bienes, pues la guerra de la
reconquista había dejado a esta en absoluta miseria.

Consecuencias España Boba

La Agricultura había bajado, Se redujo la producción de tabaco, maderas, café…


La ganadería llego a la ruina, Poco dinero y Conspiración independentista de
Manuel del Monte (clase media). Movimiento abolicionista e independentista de
Mendoza y Mojarra (esclavos y libertos).

El período de la España Boba

Fue época de crisis para la colonia, las actividades políticas, sociales y


económicas fueron nulas, además de sumarse el abandono de la corona que en
esos años se encontraba sumergida en una crisis institución.

El Gobierno de Sánchez Ramírez Para agosto de 1809

Pasamos por nuestra primera experiencia de caudillismo despótico con el


gobierno de Juan Sánchez Ramírez. Además, la relativa independencia de
España le permitió actuar con autonomía. Con este gobierno, la situación
económica empeoró al abultar la nómina de los funcionarios.
La isla había reducido sustancialmente su población no sólo por la migración sino
también por el terrible estado de miseria. Los dominicanos se sentían
abandonados por la madre Patria.

Principales Actividades Económicas

El tabaco los cortes de madera y un poco de ganadería Por el tabaco el Cibao se


recuperó por las devastaciones de la reconquista en el 1805. En el sur los
principales ingresos eran: la explotación de la caoba y de la ganadería. También la
colonia exportaba pequeñas cantidades de cuero y agua ardiente. Se afectaron la
agricultura y la ganadería.

Administraciones sucesivas Para 1812, a causa de la muerte de Juan Sánchez


Ramírez, fue designado gobernador el Coronel Manuel Caballero, sustituido un
año después por Carlos Urrutia, el cual incentivó la agricultura por lo que obtuvo el
apodo de Carlos Conuco, además que recogió el papel moneda devaluado emitido
por Sánchez Ramírez y lo sustituyó por monedas de cobre.

3.Hable con amplitud de la independencia efímera y su líder José Núñez de


Cáceres.

La Independencia efímera es el nombre que recibe el periodo histórico


comprendido desde la declaración de la independencia del Haití español hasta el
fin de la rebelión y la conquista de la República de Haití.

Fue potenciada por la pequeña burguesía y estuvo liderada por el político José
Núñez de Cáceres; quien abogaba por la anexión del Haití español a
la Federación de Colombia de Simón Bolívar.
Antecedentes

Desde 1809 la Capitanía General de Santo Domingo, territorio español,


atravesaba una grave crisis económica y España, ocupada en la guerra de la
Independencia española y en la lucha contra los independentistas
hispanoamericanos, no tenía manera de ayudar a su colonia. A todo esto, se le
sumaban el agotamiento de las riquezas de Santo Domingo, el poco estímulo para
la producción de otros bienes y la actividad de corsarios que en nombre de
Colombia atacaban a las naves peninsulares españolas en todo el Mar Caribe.

Ante esto se había ordenado la movilización de las tropas de la colonia, pero como
no se les había pagado el sueldo estas estaban cerca del motín. Habían rumores
de que algunos criollos influyentes planeaban declarar la independencia,
derrocando al gobierno colonial; sobre todo después de que agentes
de Caracas hubiesen hecho llegar una carta animando a los nativos a la
insurrección.

Ante esta situación de crisis económica se produjo de inmediato un gran


descontento en toda la población de la colonia, por lo que el escritor criollo José
Núñez de Cáceres formó un grupo para conspirar contra esta situación y lograr la
independencia de España. El grupo conspirador pronto se dividió en dos
tendencias:

 Un grupo era favorable a la anexión con Haití, país cuyo presidente, Jean-
Pierre Boyer, había empezado a preparar su ejército para invadir Santo
Domingo, además de buscar el apoyo de los negros y mulatos que vivían
en la parte occidental de la colonia española; su objetivo era unificar la isla
para defenderse mejor de cualquier intento francés o español de recuperar
sus colonias.
 El otro grupo lo componían aquellos que eran favorables a la anexión a la
República de Colombia, presidida por el libertador Simón Bolívar.
En la primavera de 1821 un grupo de conspiradores intentaron un golpe de Estado
con la esperanza de disponer del apoyo armado que Simón Bolívar les había
garantizado, pero las previsiones militares del gobernador, el brigadier Sebastián
Kindelán y O´Regan, los hicieron fracasar. Sorprendentemente, Kindelán no tomó
medidas más duras contra Núñez, quién pudo demandar al capitán Manuel
Martínez, delator del movimiento, por injurias y calumnias. Al poco tiempo
Kindelán fue reemplazado y su sucesor, Pascual Real, que asumió como
verdaderas las acusaciones contra Núñez.

Durante el verano, varios miles de soldados hispanoamericanos leales a España


alcanzaron Cuba, La Española y Puerto Rico, tras retirarse con honores de los
antiguos virreinatos españoles, que durante la regencia de Francisco de
Paula obtuvieron su independencia. Con los refuerzos recibidos, Pascual Real
pudo hacer frente a los aristócratas locales y se ganó el apoyo de algunos
militares que habían participado en la Conspiración de la Primavera.

A mediados de noviembre de 1821, surge un nuevo movimiento en las zonas


fronterizas con la República de Haití, que tenía el propósito de derrocar al Capitán
General, que gobernaba Santo Domingo en nombre del rey de España, y de
incorporar la colonia española al territorio haitiano. A pesar de la represión de
Real, el 8 de noviembre el comandante Andrés Amarante declaró la
independencia en el poblado fronterizo de Veler y quince días después el
movimiento se extendió a las provincias de Dajabón y Montecristi, donde sus
dirigentes solicitaron al presidente haitiano, Jean-Pierre Boyer, su intervención.
Este movimiento, desde sus inicios estuvo integrado por la clase media y pobre de
la colonia.

Declaración de Independencia
José Núñez de Cáceres, líder independentista y primer y último presidente del
Estado Independiente del Haití Español.

El movimiento independentista siguió aumentando en poder, avanzando desde el


oeste hasta el este de la isla; finalmente el día 1 de diciembre de 1821 el
independentista Núñez de Cáceres declaró la creación del Estado Independiente
del Haití español. El movimiento se encontró dividido de nuevo, debido a esto,
Núñez se vio obligado a buscar ayuda de otros países para defender la reciente
nación de Haití Español; primero buscó la ayuda de Simón Bolívar, pero este no
estaba presente y el vicepresidente José Antonio Páez no aceptó, debido a que el
Libertador se encontraba combatiendo en Ecuador y los colombianos no estaban
en condiciones de emprender una empresa bélica de tal envergadura.

Con el rechazo de Colombia, Núñez recibió una carta del presidente haitiano Jean
Pierre Boyer el 11 de enero de 1822. En ella se le comunicaba su interés y la
importancia de la unificación de los dos pueblos, convirtiéndola en un solo Estado
que se pudiera defender de Francia y España. A inicios de ese mes Boyer recibió
la autorización del Congreso haitiano de defender la independencia y la unificación
de la isla.

Comenzó así un enfrentamiento entre los independentistas hispanos, liderados por


Núñez, y los prohitianos, que juraron lealtad al presidente Boyer; esto fue
aprovechado por Pascual Real, que se encontraba atrincherado en Santo
Domingo junto con un ejército de más de 25.000 veteranos de las guerras de
independencia hispanoamericanas.

Jean-Pierre Boyer, Presidente de la República de Haití durante la invasión


española.

La reconquista de La Española
El capitán general de la isla comenzó con un movimiento de abanico frente a las
milicias haitianas que se encontraban rodeando la capital de la Capitanía; el mal
entrenado ejército independentista se acabó rompiendo ante la presión que tenía
en ambos frentes, quedando rodeado entre haitianos y españoles. José Núñez de
Cáceres fue tomado como prisionero por los españoles, se le juzgó en Santo
Domingo y en la propia ciudad fue ahorcado junto a otros líderes independentistas.

Con esto, la isla quedó partida a mitad y mitad entre la República de Haití y la
Capitanía General de Santo Domingo, leal al Reino de España.

El Ejército Real de La Española comenzó a romper las fuerzas enemigas por el


norte de la isla, y el centro no tardó en caer. Boyer se retiró a Puerto Príncipe,
capital de la república. A pesar de la resistencia que opuso el ejército haitiano, el
país acabó cayendo y el 22 de febrero de 1822 se capturó a su presidente,
firmándose ese mismo día la rendición y anexión de Haití a la Capitanía General
de Santo Domingo.

Consecuencias

En toda La Española se instauró un régimen militar brutal que supuso la ejecución


de miles de haitianos, la expropiación de tierras a gran escala, se restringió el uso
de la lengua francesa y se comenzó la eliminación de las costumbres tradicionales
de la mitad occidental de la isla.

Se comenzó un proceso de unificación cultural en la Capitanía General de Santo


Domingo que comenzó a cohesionar las dos culturas insulares mayoritarias; nació
de esto un dialecto del español denominado Hispaniol, que, aunque esté basado
en el idioma castellano tiene una gran influencia del criollo haitiano. La única
reforma que se tomó fue la de abolir la esclavitud en toda la isla para evitar una
segunda rebelión a gran escala de negros y mulatos.
4.Hable a toda profundidad y amplitud sobre invasión haitiana a la republica
dominicana 1822-1844.

La ocupación militar haitiana de Santo Domingo en 1822 fue un período histórico


que duró 22 años, en el cual Haití gobernó la parte oriental de la isla imponiéndose
sobre el nuevo Estado de Haití Español, el cual fue dividido en dos
departamentos: situándose en la porción norte, el Cibao y en la porción sur, el
Ozama.

Los veintidós años de la ocupación haitiana de Santo Domingo, después de un


breve período de independencia son recordados en gran medida por los
dominicanos como un período de régimen militar brutal, aunque la realidad es más
compleja. En este período se llevaron a cabo expropiaciones de tierra a gran
escala, en desmedro de los esfuerzos necesarios para la producción de cultivos
de exportación. Se impuso el servicio militar, se restringió el uso de la lengua
española y se trató de eliminar las costumbres tradicionales como las peleas de
gallos. Esta situación avivó la percepción que tenían los dominicanos de sí
mismos y sus diferencias con las costumbres haitianas en términos de idioma,
raza, religión y costumbres nacionales.1 Sin embargo, este fue también un período
que terminó definitivamente con la esclavitud como institución en la parte oriental
de la isla.
Haití prohibió la constitución de los blancos como propietarios de tierras y las
principales familias terratenientes se vieron privadas por la fuerza de sus
propiedades. La mayoría emigró a Cuba, Puerto Rico o a la Gran Colombia, por lo
general con el apoyo de funcionarios haitianos, que adquirieron sus tierras. Los
haitianos, que asociaban la Iglesia católica con sus amos franceses, que les
habían explotado antes de su independencia, confiscaron todos los bienes de la
iglesia, deportaron a todos los clérigos al extranjero y los restantes miembros del
clero rompieron los lazos con el Vaticano. La Universidad de Santo Domingo, la
más antigua de América y que carecía de estudiantes y profesores, fue cerrada.

Con el fin de recibir el reconocimiento diplomático de Francia, Haití se vio obligado


a pagar una indemnización de 150 millones de francos a los ex-colonos franceses,
suma que posteriormente fue reducida a 60 millones de francos. Esto motivó que
Haití impusiera pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla.

Dada la incapacidad de Haití para mantener adecuadamente a su ejército, la


fuerza de ocupación sobrevivió, en gran medida, confiscando alimentos y
suministros a punta de pistola.

Los intentos de redistribución de la tierra en conflicto por el sistema de tenencia


comunal de la tierra (terrenos comuneros), que había surgido con la economía
ganadera, y el resentimiento de los recién emancipados esclavos hizo que la
administración haitiana se viera obligada a aumentar los cultivos comerciales, en
virtud del Código Rural de Boyer.2 En las zonas rurales, la administración haitiana
fue demasiado ineficiente para hacer cumplir sus propias leyes.
Las fuerzas militares de Haití dirigidas por Jean Pierre Boyer ocuparon la parte
este de la isla a nueve semanas de José Núñez de Cáceres declarar la
independencia del Estado Independiente del Haití Español, el primero de
diciembre de 1821, período conocido en la historia dominicana como
Independencia Efímera.

A causa del escaso apoyo internacional dado al Estado proclamado por Núñez de
Cáceres y a que muchos habitantes de la parte española de la isla pensaban que
estarían mejor bajo el amparo de los haitianos, debido a la inestabilidad y
precariedades que afrontaban, entre otras razones, el 9 de febrero de 1822 se
produjo la anexión a Haití.

Al Boyer tomar posesión de la parte este, adoptó medidas para garantizar la


unificación de la isla, entre las que estaban la abolición de la esclavitud, impulsó la
representatividad electoral de las poblaciones, puso en vigencia el código civil
francés en toda la isla, impuso el servicio militar, restringió el uso de la lengua
española y eliminó algunas tradiciones.

Las imposiciones del gobierno de Boyer como el pago de impuestos en 1827,


limitación de celebraciones religiosas, prohibición de peleas de gallos y juegos de
azar, obligatoriedad de las labores agrícolas, el no uso del español en los actos y
documentos oficiales, cierre de la universidad y reclutamiento militar de los
jóvenes, disgustaron a los habitantes de la parte española de la isla, provocando
una revuelta contra el gobierno haitiano.
La situación reforzó la percepción de sí mismo que tenían los habitantes de la
parte Este de la isla, quienes se sentían diferentes a los haitianos en idioma, raza,
religión y costumbres y donde se encontraron los cimientos del dominicanismo.
Juan Pablo Duarte inspiró y contribuyó en la cristalización de la Independencia
Nacional, junto a otros jóvenes liberales, en 1838 fundó la sociedad secreta La
Trinitaria, que al ser descubierta más tarde cambió su nombre por “La
Filantrópica”.

En 1843, los Trinitarios se unieron al partido liberal haitiano que derrocó al


presidente Jean Pierre Boyer. Sin embargo, el sustituto de Boyer, Charles Rivière
Hérard, apresó algunos Trinitarios; Duarte tuvo que abandonar la isla, en el exilio
buscó el apoyo de Colombia y Venezuela, pero no lo consiguió.

Los opositores independentistas pidieron a Duarte que regresara, en diciembre de


1843, para actuar rápidamente y los haitianos no descubrieran sus planes de
liberación.

Duarte se encontraba enfermo, en febrero de 1844, la situación le impidió


regresar, por lo que los rebeldes decidieron actuar bajo el mando de Francisco del
Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Pedro Santana. En enero de 1844 fue
publicada, en varias ciudades de la parte este de la isla, el acta de independencia
de República Dominicana, la que expresaba los motivos por los que ya el pueblo
dominicano no podía seguir unido a Haití.
La noche del 24 de febrero de 1844, miembros de La Trinitaria, se reunieron en
casa de Sánchez donde acordaron los planes y la fecha del alzamiento. Al día
siguiente se despacharon emisarios rebeldes a las diferentes regiones, con el
propósito de dar a conocer las decisiones tomadas en la reunión.

Finalmente, después de 22 años de dominio haitiano, la madrugada del 27 de


febrero de 1844, fue proclamada, en la puerta de la Misericordia, la separación de
Haití, luego del trabucazo de Mella, mientras que Sánchez enhestó la bandera
tricolor en la puerta de El Conde.

Fin de la ocupación

Fue en la ciudad de Santo Domingo en la que los efectos de la ocupación se


sintieron más agudamente, y fue allí donde se originó el movimiento por la
independencia.

El 16 de julio de 1838, Juan Pablo Duarte fundó la sociedad secreta La Trinitaria,


junto con Juan Isidro Pérez, Juan Nepomuceno Ravelo, Félix María Ruiz, Benito
González, Jacinto de la Concha, Pedro Alejandrino Pina, Felipe Alfau Bustamante
y José María Serra. Más tarde, fueron incorporados Francisco del Rosario
Sánchez, Matías Ramón Mella, Vicente Celestino Duarte, fray José Antonio
Bonilla, Pedro Pablo Bonilla, Pedro Carrasco, Félix María del Monte, Tomás de la
Concha, Pedro Antonio Bobea, Juan Nepomuceno Tejera, Epifanio Billini,
Francisco Martínez de León, Antonio Duvergé, José María Imbert, Francisco
Antonio Salcedo, entre otros.3
En 1843, los independentistas se aliaron con un movimiento haitiano cuyo objetivo
era el derrocamiento de Boyer. No obstante, al develarse como revolucionarios
que trabajan por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití,
Charles Rivière-Hérard, exilió o encarceló a varios trinitarios.

Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado


en la Asamblea Nacional de Haití negociaba con el cónsul de Francia el
establecimiento de un protectorado francés en la parte oriental. Con la finalidad de
anticiparse a este acuerdo, 27 de febrero de 1844, con el trabucazo de Matías
Ramón Mella en la Puerta de la Misericordia se produjo un levantamiento en Santo
Domingo que marcó el inicio de la guerra de independencia dominicana. Este
proceso, apoyado por Pedro Santana, rico ganadero de El Seibó y comandante de
un ejército privado de peones de sus fincas, culminó con la victoria de los rebeldes
y la fundación de la República Dominicana.
Conclusión

A manera de conclusión, esta investigación histórica quiero resaltar que; la invasión


haitiana de santo domingo en 1822 fue un periodo histórico que duro 22 años, en el cual
Haití gobernó la parte oriental de la isla imponiéndose sobre el nuevo estado de Haití
español el cual fue dividido en dos departamentos: situándose en la porción norte, el
Cibao y en la porción sur, el Ozama.

Espero que este trabajo haya sido de su agrado, aprendizaje y reflexión como lo fue para
mi

¡Gracias
Bibliografía

 Marley, David. Wars of the Americas: A Chronology of Armed Conflict in the New World,
1492 to the Present. ABC-CLIO (1998). ISBN 0874368375
 Delafosse, Lemonier: Segunda Campaña de Santo Domingo, Editora Santo Domingo, S.A.
1975.

 García, José Gabriel, Compendio de la historia de Santo Domingo, Santo Domingo, 1894.
 Moya Pons, Frank, Manual de Historia Dominicana, UCMM, Santiago, 1977.

Moya Pons, Frank. Entre la esclavitud y del sindicalismo libre: El Caribe Español en el siglo XIX.
Universidad Johns Hopkins (Baltimore), 1985.

Los terrenos comuneros surgieron debido a "la escasez de población, el bajo valor de la tierra,
la ausencia de funcionarios calificados para el estudio de tierras y la dificultad para dividir el
rancho de tal manera que cada individuo recibiría una parte de los pastizales, los bosques,
arroyos, palmerales y las pequeñas parcelas agrícolas que sólo se combinan cuando se hizo
posible la explotación del rancho". Hoetink, el pueblo dominicano: Apuntes para una
sociología histórica. Ault Stephen Pág. 83 (Johns Hopkins: Baltimore, 1982).

«Sociedad Secreta La Trinitaria». Hoy Digital. 1 de marzo de 2015. Consultado el 23 de abril de


2018.

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