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Antecedentes
La ciudad de Buenos Aires fue ocupada por tropas al mando del militar
británico William Beresford el 27 de junio de 1806. Con poca capacidad de
defensa por parte de las autoridades virreinales españolas, los ingleses ocuparon
rápidamente la ciudad e izaron su bandera en el fuerte, núcleo del poder
del Virreinato. Los comerciantes fueron los primeros que se organizaron para
reconquistar la ciudad, el liderazgo recayó sobre el Capitán de Fragata Santiago
de Liniers, quien desde la Provincia Oriental (hoy Uruguay) consiguió reunir una
cantidad considerable de hombres, en su gran mayoría gauchos, derrotaron a los
invasores ingleses expulsándolos del territorio rioplatense y establecieron
nuevamente la soberanía española.
Situación de Ferrand
Por su aislamiento de Francia y debilidad, Jean Luis Ferrand solo había logrado
mantener el control militar de la ciudad de Santo Domingo y sus alrededores, así
como de la Bahía y Península de Samaná. Fue en estas zonas en las que la
actividad económica prosperó a partir de 1805 en base al corte de maderas
preciosas y tintóreas, la producción de café y azúcar y al escaso comercio que se
realizaba, principalmente, con los Estados Unidos y Cuba. La burguesía mercantil
simple de la ciudad de Santo Domingo, integrada en su casi totalidad por
comerciantes franceses, apoyaba, por tanto, a Ferrand y si el comercio interior de
la ciudad adquirió cierta actividad, esta fue ajena al resto de Santo Domingo y
favorecía, más que a nadie, a los negociantes galos y a los favoritos de Ferrand
en el área metropolitana.
La discriminación racial que existía en Santo Domingo en esa etapa era casi
inexistente, si la comparamos con el tipo de esclavitud y el racismo que imperaba
en todas las demás colonias de la América Española, por esta circunstancia los
verdaderos protagonistas de la lucha por la reconquista española en Santo
Domingo fueron los criollos, cuya gran mayoría eran mulatos como en la
actualidad. Los mulatos constituían la composición social de Santo Domingo, pero
con un sentimiento hispanista para la época que tenía sus razones lógicas, una de
ellas era que luchaban por recuperar su identidad que aunque tenía su influencia
africana, pero estaban conscientes de que esta era compartida con la nación
española. Moreu de Saint Mery, un conocido escritor francés nacido en Martinica,
escribió una obra interesante en 1791, donde se refiere ampliamente al tipo de
sociedad que existía en la parte española de Santo Domingo indicando que : "Los
prejuicios de color, tan poderosos en otras naciones, donde se ha establecido una
barrera entre los blancos o sus descendientes, no existen en la parte española",
continúa Saint Mery que: "los esclavos eran alimentados como sus amos y
tratados con una dulzura desconocida en los pueblos que poseen colonia". Otro
que se refirió al tema fue el oficial francés Lemonier Delafosse, quien además
participó junto al general Ferrand en la batalla de Palo Hincado, Delafosse escribió
una obra cuyo título es: Segunda Campaña de Santo Domingo y dice que "los
negros y los mulatos vociferaban "Soy blanco de la tierra". La cita anterior son
fuentes de primera mano que muestran las bondades de la esclavitud en Santo
Domingo, lo que dio lugar a que los negros y mulatos que eran mayoría se
lanzaran contra Francia.
Debilidad de Ferrand
Aprovechando un pequeño buque llegado de Puerto Rico, capitaneado por José
Moreno, quien había emigrado de esta isla, Sánchez Ramírez envió al gobernador
Toribio Montes, una carta donde informaba los pormenores de sus actividades
contra los franceses en Santo Domingo sobre la necesidad de auxilios. Ignoraba el
Brigadier que ya Toribio Montes había facilitado ayuda para que se iniciaran las
hostilidades contra el gobierno colonial de la isla antiguamente española; Cristóbal
Huber Franco y Salvador Félix, fueron escogidos por el gobernador de Puerto
Rico para que vinieran a hacerles la guerra a los franceses. El primero de ellos
nunca había estado en Santo Domingo, era natural de Madrid, España, vecino de
Puerto Rico llegó aquí luego de ser motivado por Montes, el gobernador
aprovechando sus ambiciones, porque aspiraba a convertirse en virrey del Perú,
ofreciéndole entonces a Huber para que viniera Santo Domingo la secretaría del
ansiado virreinato y un jamón, el jamón era en ese entonces lo que conocemos
hoy como "botella".
Como hemos podido comprobar, Cristóbal Huber Franco, no tenía más ideales
que llegar aquí con el objetivo de ayudar a los nativos de Santo Domingo a
recuperar la antigua capitanía general española de manos de los franceses a
cambio de la prebenda que le ofrecía el gobernador de Puerto Rico, Toribio
Montes, y nunca cambió de parecer y mucho menos para luchar por independizar
la parte oriental de Santo Domingo como de manera mentirosa se ha divulgado,
porque sólo llegó a defender los intereses de la Monarquía Española. En cuanto a
Salvador Félix, llegó junto a Huber el 23 de septiembre de 1808, desembarcando
por el puerto sureño de Alejandro, para iniciar la rebelión en aras de la reconquista
a favor de España; en ningún momento se ligó a ningún movimiento que tuviera
que ver con independizar a Santo Domingo.
Otras causas
En los primeros días del mes de noviembre de 1808, Juan Sánchez Ramírez
comenzó a organizar a su ejército, preparándose para un eventual enfrentamiento
con las tropas del gobierno, recibió de Ferrand una intimación en la cual le
prevenía que el siete del corriente entraría en la villa del Seíbo. En 1808 el general
Ramírez era el comandante en el este de La Española, mientras que Ciriaco
Ramírez y Cristóbal Huber Franco eran los comandantes en el sur y el
capitán Diego Polanco era el comandante de Santiago de los Caballeros y la
región del Cibao / Norte. Las "Milicias Españolas" estaban bajo el mando del
capitán Tomás Ramírez Carvajal.
Dice Sánchez Ramírez en su libro, que llegó con sus tropas a Palo Hincado entre
las nueve y las diez de la mañana del día siete de noviembre, y que en lo más alto
del terreno formó la infantería armada de fúsiles, poniéndola al mando
del Teniente Francisco Díaz; dice que en un terreno quebrado, a la derecha
emboscó como doscientos hombres que no tenían armas de fuego, sino sables y
otras armas blancas, al Capitán de Urbano Pedro Reinoso le encargó la
emboscada, con un trozo de la caballería armado de sables y lanzas, el Capitán
de Dragones Vicente Mercedes cubrió el flanco de la derecha y el Capitán Antonio
de Sosa el de la izquierda armados ambos flancos de sables y lanzas, formó una
pequeña emboscada de 30 fusileros colocados a una distancia aproximada a
la retaguardia del enemigo al mando de Don José de La Rosa. Sánchez Ramírez
que tomó el mando en Jefe, colocándose en centro del ejército, a su derecha se
colocó Manuel Carvajal y a la izquierda Pedro Vásquez. Por último, dice que las
"Milicias Españolas" (Ejército español) estaba bajo el mando del Capitán
Lic. Tomás Ramírez Carvajal.
Reveló Juan Sánchez Ramírez, que cuando se colocó delante de su tropa le hizo
un pequeño discurso y le dije: "Pena de la vida al que volviere la cara atrás; pena
de la vida al tambor que tocare retirada; y pena de la vida al oficial que lo
mandare, aunque sea yo mismo". Continúa Juan Sánchez Ramírez relatando que
el enemigo ya se acercaba y cuando ya estaba a medio tiro de fusil, se le gritó
"quién vive, respondiendo "francés" y con el ademán de iniciar la batalla se rompió
el fuego. Dice que no perdió tiempo un trozo de caballería enemiga de cortar por la
izquierda mandada por el teniente coronel Monsier Pegais, y por esta razón
Sánchez Ramírez corrió a contrarrestarle por aquel punto; dice que la caballería
tampoco perdió tiempo y avanzó contra los franceses, expresa que todos lo
hicieron con tanta intrepidez y gallardía que entre siete y ocho minutos ya el
campo estaba lleno de cadáveres franceses.
A pesar de todo este esfuerzo la crisis seguía, hubo descontento por falta de
dinero, fue así como se iniciaron las conspiraciones contra el gobierno de la
capitanía general, la primera de esta se produce en el 1810, fue la
llamada Rebelión de los Italianos. Es probable que fuera aquí cuando empezaron
a brotar las ideas independentistas, porque los rebeldes por ser extranjeros ya
conocían el movimiento que había estallado el 19 de abril de ese año contra
España. Esta conspiración estaba encabezada por el capitán Pezzi de origen
italiano y quien había estado en las filas francesas, Juan Castaño, venezolano y
Juan José un puertorriqueño que también estuvo con los franceses. Los fines de
este levantamiento conspirativo aún están confuso, en principio se había dicho
que luchaban por la independencia, pero también se sospechaba que trataban de
restablecer el régimen francés. Estos señores fueron juzgados de acuerdo a la ley
de la época y llevado al patíbulo. Aunque Ciriaco Ramírez y Cristóbal Huber
estaban presos en Puerto Rico, fueron implicado en la conspiración, sin embargo,
fueron mandados a buscar para un interrogatorio a cada uno, pero ninguno fue
cuestionado con relación a la conspiración de los italianos, pero sí para que
respondieran con relación al asesinato del teniente Casilla, cuando estaban en los
campos del Sur enfrentándose a las tropas francesas de Aussenac. Ahora bien, si
Ciriaco Ramírez hubiera estado envuelto en una sublevación con fines
independentistas, no aparece en 1814 como oficial de las tropas de Santo
Domingo al servicio de la Monarquía española.
Antecedentes
Esto motivó la invasión por parte del ejército haitiano, previendo una amenaza
para su recién ganada independencia. Los franceses, comandados por el cuñado
de Napoleón, el general Charles-Víctor-Emmanuel Leclerc, repelieron a los
haitianos en 1802.
Ocupación francesa
Reconquista
Conspiraciones
Este período de infructuosas conspiraciones fue iniciado por Manuel del Monte, un
pariente cercano del Comisario Regio Francisco Javier Caro. Del Monte fue
descubierto, reducido a prisión, sumariado y remitido a Cuba, sin mayores
consecuencias, ya que pudo volver a vivir en Santo Domingo gracias a la
influencia ejercida por su pariente en la Corte.
Otro conspirador fue un habanero conocido por el nombre de don Fermín, quien
en 1809 tramó con el propósito de declarar a Santo Domingo independiente de
España. Fue acusado de sedicioso y encerrado durante siete años en Fortaleza
Ozama, antes de ser embarcado hacia la Península.
Esto ocurrió cuando “España Boba” perdió el interés por la colonia de Santo
Domingo, el periodo de España Boba se caracterizó por la gran pobreza de Santo
domingo, ya que habían perdido todas sus riquezas y bienes, pues la guerra de la
reconquista había dejado a esta en absoluta miseria.
Fue potenciada por la pequeña burguesía y estuvo liderada por el político José
Núñez de Cáceres; quien abogaba por la anexión del Haití español a
la Federación de Colombia de Simón Bolívar.
Antecedentes
Ante esto se había ordenado la movilización de las tropas de la colonia, pero como
no se les había pagado el sueldo estas estaban cerca del motín. Habían rumores
de que algunos criollos influyentes planeaban declarar la independencia,
derrocando al gobierno colonial; sobre todo después de que agentes
de Caracas hubiesen hecho llegar una carta animando a los nativos a la
insurrección.
Un grupo era favorable a la anexión con Haití, país cuyo presidente, Jean-
Pierre Boyer, había empezado a preparar su ejército para invadir Santo
Domingo, además de buscar el apoyo de los negros y mulatos que vivían
en la parte occidental de la colonia española; su objetivo era unificar la isla
para defenderse mejor de cualquier intento francés o español de recuperar
sus colonias.
El otro grupo lo componían aquellos que eran favorables a la anexión a la
República de Colombia, presidida por el libertador Simón Bolívar.
En la primavera de 1821 un grupo de conspiradores intentaron un golpe de Estado
con la esperanza de disponer del apoyo armado que Simón Bolívar les había
garantizado, pero las previsiones militares del gobernador, el brigadier Sebastián
Kindelán y O´Regan, los hicieron fracasar. Sorprendentemente, Kindelán no tomó
medidas más duras contra Núñez, quién pudo demandar al capitán Manuel
Martínez, delator del movimiento, por injurias y calumnias. Al poco tiempo
Kindelán fue reemplazado y su sucesor, Pascual Real, que asumió como
verdaderas las acusaciones contra Núñez.
Declaración de Independencia
José Núñez de Cáceres, líder independentista y primer y último presidente del
Estado Independiente del Haití Español.
Con el rechazo de Colombia, Núñez recibió una carta del presidente haitiano Jean
Pierre Boyer el 11 de enero de 1822. En ella se le comunicaba su interés y la
importancia de la unificación de los dos pueblos, convirtiéndola en un solo Estado
que se pudiera defender de Francia y España. A inicios de ese mes Boyer recibió
la autorización del Congreso haitiano de defender la independencia y la unificación
de la isla.
La reconquista de La Española
El capitán general de la isla comenzó con un movimiento de abanico frente a las
milicias haitianas que se encontraban rodeando la capital de la Capitanía; el mal
entrenado ejército independentista se acabó rompiendo ante la presión que tenía
en ambos frentes, quedando rodeado entre haitianos y españoles. José Núñez de
Cáceres fue tomado como prisionero por los españoles, se le juzgó en Santo
Domingo y en la propia ciudad fue ahorcado junto a otros líderes independentistas.
Con esto, la isla quedó partida a mitad y mitad entre la República de Haití y la
Capitanía General de Santo Domingo, leal al Reino de España.
Consecuencias
A causa del escaso apoyo internacional dado al Estado proclamado por Núñez de
Cáceres y a que muchos habitantes de la parte española de la isla pensaban que
estarían mejor bajo el amparo de los haitianos, debido a la inestabilidad y
precariedades que afrontaban, entre otras razones, el 9 de febrero de 1822 se
produjo la anexión a Haití.
Fin de la ocupación
Espero que este trabajo haya sido de su agrado, aprendizaje y reflexión como lo fue para
mi
¡Gracias
Bibliografía
Marley, David. Wars of the Americas: A Chronology of Armed Conflict in the New World,
1492 to the Present. ABC-CLIO (1998). ISBN 0874368375
Delafosse, Lemonier: Segunda Campaña de Santo Domingo, Editora Santo Domingo, S.A.
1975.
García, José Gabriel, Compendio de la historia de Santo Domingo, Santo Domingo, 1894.
Moya Pons, Frank, Manual de Historia Dominicana, UCMM, Santiago, 1977.
Moya Pons, Frank. Entre la esclavitud y del sindicalismo libre: El Caribe Español en el siglo XIX.
Universidad Johns Hopkins (Baltimore), 1985.
Los terrenos comuneros surgieron debido a "la escasez de población, el bajo valor de la tierra,
la ausencia de funcionarios calificados para el estudio de tierras y la dificultad para dividir el
rancho de tal manera que cada individuo recibiría una parte de los pastizales, los bosques,
arroyos, palmerales y las pequeñas parcelas agrícolas que sólo se combinan cuando se hizo
posible la explotación del rancho". Hoetink, el pueblo dominicano: Apuntes para una
sociología histórica. Ault Stephen Pág. 83 (Johns Hopkins: Baltimore, 1982).