La Revolución haitiana tuvo desde el principio, hondas repercusiones en el

Santo Domingo español. Como sabemos, Toussaint en su lucha contra los

franceses combatió al lado de las tropas españolas que habían ocupado la
parte Norte de Haití, y en donde militaban criollos dominicanos.
El hecho mismo de la rebelión de los negros y las matanzas de blancos
ocurridas en la parte occidental, creó pánico, tensiones y expectativas en
los habitantes de la parte española, que sospechaban que esos hechos
podrían repetirse en el territorio dominicano lo que hizo que sobre todo a
partir de 1795 muchas familias emigraran a Cuba, Puerto Rico y
Venezuela, y otras abandonaron la zona cercana a la frontera como fueron
las poblaciones y el territorio correspondiente a Hincha, Las Caobas, San
Rafael y San Miguel de la Atalaya, que fueron ocupados por los negros
rebeldes.
El caso más patente del influjo de la revolución fueron las rebeliones de
esclavos ocurridas en diferentes puntos del país, sobre todo en los
ingenios de Nigua y en otros del actual municipio de San Cristóbal, en
1797. No sólo cundió el pánico entre las familias dominicanas y españolas.
Si no también en muchas familias francesas que se habían refugiado en los
campos del Cibao, y que ante el cariz que iban tomando los
acontecimientos, optaron por irse a Puerto Rico.
Pese a que las autoridades españolas continuaban gobernando en la
persona del general Joaquín García, se esperaba que en cualquier
momento, la marea revolucionaria que se movía violentamente en Saint
Domingue, arropara también al antiguo Santo Domingo español,
recientemente cedido a Francia: En efecto, Toussaint, General en jefe del
ejército francés, que de hecho gobernaba militarmente la antigua colonia
francesa, pensaba que era lógico y natural, que si toda la isla pertenecía a
Francia en virtud del Tratado de , Basilea, lo correcto era unificarla en un
mando único y gobernarla a nombre de la nación francesa.
Así lo hizo en enero de 1801 estableciendo una autoridad unificada en su
persona para toda la isla, aunque tomando algunas medidas específicas
para la antigua parte española (hoy República Dominicana) siguientes: