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Nancy Fraser
1 Por sus valiosos comentarios, agradezco a Leila Brannstrom, Andries Gouws, Steve
Lukes, Adrian Parr, Hartmut Rosa, Bill Scheuerman e Inés Valdez. Por el apoyo que brindaron
a mi investigación, mi más profundo agradecimiento al Stellenbosch Institute for Advanced
Study y al Humanitas Visiting Professor Scheme de la Universidad de Cambridge. Y por su
valiosa ayuda en la investigación, le doy las gracias a Blair Taylor.
2 Una excepción es Adelheid Biesecker y Sabine Hofmeister (2010), “(Re)productivity
Sustainable Relations both Between Society and Nature and Between the Genders”, en
Ecological Economics, nº 69, pp. 1703-1711.
¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? 525
3 Karl Polanyi (1944), The Great Transformation, segunda edición, Beacon, Boston.
En adelante citado como TGT.
526 Nancy Fraser
4 Don Robotham (2009), “Afterword: Learning from Polanyi”, en Hann, Chris y Keith
Hart (compils.), Market and Society: the Great Transformation Today, pp. 280-281.
¿Puede la sociedad transformarse en una commodity? 527
totalidad mayor y, por lo tanto, cada una de ellas necesita relacionarse con
las otras. Es posible forjar estos lazos valiéndonos de la idea polanyiana de
mercantilización ficticia, siempre y cuando esta se despoje de sus inflexiones
comunitarias y se muestre más sensible en lo que respecta a la dominación.
8 Nancy Folbre (2011), The Invisible Heart: Economics and Family Values, New Press.
Arlie Hochschild, “Love and Gold”, en Global Women: Nannies, Maids and Sex Workers in
the New Economy, Barbara Ehrenreich y Arlie Hochschield (compils.), Henry Holt, 2002,
pp. 15-30. Diane Elson (2002), “Gender, Justice, Human Rights, and Neoliberal Economic
Policies”, en Molineux, M. y S. Razavi (compils.), Gender, Justice, Development and Rights,
Oxford Univesity Press, Oxford, pp. 78-114. Shinn Rai (2002), Gender and Political Economy
of Development: From Nationalism to Globalization, Polity Press, Cambridge.
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Conclusión
Este tipo de análisis ilustra los cuatro puntos conceptuales que han sido
fundamentales para mi argumento y que desearía repetir aquí. En primer lugar,
una teoría crítica aplicada al siglo xxi debe ser integradora y capaz de compren-
der la crisis actual como un todo. A fin de desarrollar esa perspectiva he adop-
tado la idea polanyiana de mercantilización ficticia con el propósito de vincular
las tres dimensiones principales de la crisis (la ecológica, la social-reproductiva
y la financiera), concebidas todas como momentos constitutivos de una crisis
del capitalismo. En segundo lugar, una teoría crítica aplicada al siglo xxi debe ir
más allá de Polanyi, relacionando la crítica de la mercantilización con la crítica
de la dominación. Por lo tanto, se debe rechazar la interpretación ontológica
habitual de la mercantilización ficticia con sus connotaciones comunitarias
defensivas, a favor de una interpretación estructural que sea más sensible no
solo a la merma progresiva de solidaridad sino también a la dominación. En
tercer lugar, una teoría crítica aplicada al siglo xxi tiene que desarrollar una
concepción de la gramática de la lucha social que supere la idea de Polanyi
de un doble movimiento. Incluyendo como factores a tomar en cuenta las
luchas por la emancipación junto con aquellas a favor de la “mercadización”
y la protección social –o, de hecho, trascendiéndolas–, es preciso analizar las
luchas de nuestro tiempo en función de un triple movimiento donde esos tres
proyectos políticos se combinen y colisionen. Por último, para mencionar una
cuestión que hasta ahora me limité a insinuar, una teoría crítica de la crisis
contemporánea necesita una perspectiva normativa compleja que integre los
principales valores de cada polo del triple movimiento. Una perspectiva de esa
índole debería integrar los intereses legítimos por la solidaridad y la seguridad
social que impulsan a los proteccionistas sociales con el interés fundamental
por la no dominación que es primordial para los movimientos emancipatorios,
sin omitir el interés válido por la libertad negativa que anima a los liberales
del libre mercado más coherentes y con principios más sólidos. Al tener una
comprensión amplia e integradora de la justicia social, ese proyecto habrá de
servir tanto para honrar las lúcidas intuiciones de Polanyi como para corregir
su miopía.