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Grasping at Eternity
Grasping at Eternity
GRASPING AT
ETERNITY
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Índice
Dedicatoria------------------------------------------------------------------- 4
Sinopsis----------------------------------------------------------------------- 8
Segunda dedicatoria------------------------------------------------------- 9
Capítulo 1-------------------------------------------------------------------- 10
Capítulo 2-------------------------------------------------------------------- 17
Capítulo 3-------------------------------------------------------------------- 18
Capítulo 4-------------------------------------------------------------------- 22
Capítulo 5-------------------------------------------------------------------- 31
Capítulo 6-------------------------------------------------------------------- 36
5
Capítulo 7-------------------------------------------------------------------- 44
Capítulo 8-------------------------------------------------------------------- 49
Capítulo 9-------------------------------------------------------------------- 58
Capítulo 10------------------------------------------------------------------- 63
Capítulo 11------------------------------------------------------------------- 67
Capítulo 12------------------------------------------------------------------- 74
Capítulo 13------------------------------------------------------------------- 81
Capítulo 14------------------------------------------------------------------- 86
Capítulo 15------------------------------------------------------------------- 91
Capítulo 16------------------------------------------------------------------- 98
Créditos------------------------------------------------------------------------ 334
7
Sinopsis
D
eja que Maryah Woodsen rompa la única regla que arruinará la
eternidad: Nunca borres tus recuerdos.
Mientras el cazador de Maryah está cada vez más cerca, ella y Nathan
hacen suposiciones y esconden secretos que los desgarran, separándolos
cada vez más. Maryah debe creer en la magia que hay dentro de ella,
Nathan debe tener fe en el poder de su amor y ambos necesitan afrontar
la verdad antes de que se pierdan el uno al otro para siempre, y descubran
cuán solitaria puede ser la eternidad.
“Si amas a alguien, pon su nombre en un círculo;
porque los corazones pueden romperse, pero los círculos no tienen fin.”
Anónimo.
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Capítulo 1
El principio del casi-final
Maryah
Q
uería hacer un agujero en el cielo, rasgarlo por completo, y partir de este
mundo hacia uno mágico. Salvo que nunca había perforado algo en mis
diecisiete años de vida, no creía en magia, y con plena seguridad no podía
volar.
—Estrella de luz, estrella brillante, la primera que veo esta noche… deseo que mi
familia me deje en paz, maldición.
El barco se inclinó, y supe que mi hermano gemelo, Mikey, había subido a bordo. Se
asomó al camarote y me lanzó un paquete de Oreos.
—Supuse que podrías tener hambre dado que dejaste la mayor parte de tu comida en
el plato. ¿Estás bien, Ry?
—Papá sabe que metió la pata. Está organizando otra velada de Perdona y Olvida.
Mi memoria era lo más cerca que había llegado a estar de tener poderes mágicos.
Salvo que mi don sólo servía para cosas inútiles como llenarse con cada palabra dura
que mi padre siempre decía, memorizar letras de canciones después de oírlas sólo una
vez o recordar la talla de sostén de cada cliente que venía a la tienda de lencería de mi
madre. Cada vez que ella tomaba las medidas de las mujeres y me hacía anotar una
talla más grande que mi patética 30A1, en silencio rogaba al hada de los pechos que
me dejara cambiar con ellas. Lamentable, seguro, pero eso resumía mi existencia
principalmente.
Mickey tenía el atractivo físico, la inteligencia, las habilidades atléticas y cualquier otro
rasgo que aseguraba su puesto como el hijo favorito. Mamá y papá ejercían dos
papeles cariñosos cuando se trataba de él. La mayoría de las hermanas hubieran
odiado a su gemelo en una situación como la nuestra, pero ¿cómo podría odiarlo? Era 11
mi propio “superheroemano”.
—Date prisa… antes de que me coma todas las galletas de canela. —Hizo crujir mi
dedo gordo (lo que odio) y luego escapó justo cuando mi otra sandalia le pasó volando
por la cabeza y golpeó la pared. Escuché sus pisadas alcanzar el muelle a zancadas y
luego desaparecer.
Los grillos cantaban alegremente y las olas se estrellaban contra el lado del bote.
Atesoré mis últimos momentos de soledad antes de volver adentro para la Fiesta de
Disculpas.
Papá pondría mis discos favoritos (Ella Fitzgerald o Frank Sinatra) y me haría girar
alrededor de la sala mientras me decía que era su chica favorita. Mikey alardearía al
bailar un impecable vals con mamá. Un par de bailes, unas cuantas disculpas sinceras y
1
30A: Correspondería a una 80B en España, Portugal, Francia o Bélgica o a una 30B en Inglaterra o 65B
en Japón o parte de Europa.
varias galletas de canela después, todo estaría perdonado. Así era cómo funcionaba
nuestra familia, como algo sacado directamente de una comedia de los 50. Podría
decir que lo odiaba, pero eso me pondría al borde de ser distante. Al igual que muchos
ingenuos, amaba a mi familia: baile, galletas, remembranzas de Donna Reed, y todo.
Un chillido lejano interrumpió mis pensamientos. Supuse que era un ave, hasta que
escuché otro sonido. ¿Vidrio rompiéndose? Mis oídos mandaron todo lo demás al
fondo.
No más olas ni grillos. Ni respiración, creo que incluso hasta acallé mis latidos.
El ave chilló de nuevo. Sólo que el ave era mi madre, y el grito estaba lleno de terror.
Entonces, ¿por qué gritó mi madre? El balanceo del bote impulsó mis piernas
temblorosas hacia delante. Pisé el muelle y respiré profundo, deseando que el ruido
no fuera tan atemorizante como lo que los vellos rígidos de mis brazos señalaban. No
importaba qué escenario escalofriante creara mi imaginación hiperactiva, tenía que
asegurarme que mamá estaba bien.
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Conforme me acerqué al patio trasero, Frank Sinatra cantaba sobre cuentos de hadas
y corazones jóvenes. Nuestra puerta mosquitera crujió cuando la abrí. La música se
hizo más fuerte cuando entré en la cocina. El olor de galletas horneándose debería
haberme calmado, pero la casa se encontraba demasiado silenciosa. Que no hubiera
risa o conversación quería decir que algo iba realmente mal.
—Corre.
Una mano apretó su pecho, la otra se deslizó por el marco de la puerta, sosteniendo
un cuchillo de carnicero. Luego vi la sangre filtrándose por sus dedos. La mancha rojo
oscuro en su camiseta se hizo más grande.
Un hombre enorme vestido de negro apareció detrás de él. Mikey se dio la vuelta y se
abalanzó contra él con el cuchillo. El hombre lanzó a Mikey contra la pared como a un
muñeco de trapo, estrangulándolo, y levantándolo. Quería gritar, golpear al extraño y
apartarlo de Mikey, pero no pude. Me quedé ahí, paralizada, sin comprender.
Escapé.
Atravesé la cocina a trompicones, salí por la puerta trasera y crucé el patio. La música
proveniente de la casa se desvaneció mientras me acercaba al muelle. ¿Ahora qué?
¿Esconderte en el bote? No, salta al agua. Nada lejos. Sólo llega al agua.
Tropecé con mis propios pies, golpeando el muelle con fuerza. El dolor se disparó por
mi tobillo y las astillas se clavaron en mi mejilla y palmas cuando resbalé contra las
tablas de madera. Traté de levantarme, pero mi pie se dobló y volví a caer.
13
Presa del pánico, miré alrededor. Una de las tablas del muelle se había soltado. Me
arrastré sobre mis rodillas, arranqué la tabla y me di la vuelta, girándola como un bate.
El segundo hombre continuó riéndose mientras que el más joven se agachó a mi lado.
Mi respiración se volvió más rápida. Las tablas debajo de mí vibraban. No, el muelle no
estaba temblando… yo sí.
Una voz femenina susurró en mi oído. Concéntrate en los ojos. Miré alrededor, sin ver a
nadie más, pero la voz habló de nuevo. Concéntrate en los ojos.
El hombre más viejo se acercó, comiendo una galleta de canela. Se inclinó tan cerca
que pude ver migajas en su barba negra.
—¿Por qué no te quedaste y peleaste por...? —hizo una pausa, su frente arrugándose
mientras ladeaba la cabeza—. No es ella —dijo—. ¡Es la casa equivocada!
—Ellos aseguraron que ella vivía aquí. Que pérdida de tiempo. —Me arrebató la tabla
de la mano y la partió sobre su rodilla, rompiéndola en dos. Le tendió a Ojos de
Serpiente la mitad de la tabla rota y dio palmadas—. Mátala.
Ojos de Serpiente no dudó. Me clavó el borde dentado en el estómago tan rápido que
ni siquiera tuve tiempo para protegerme. El fuego me desgarró por la mitad, abriendo
un túnel hacia arriba por mi pecho. Me atraganté en mi fallido intento por gritar.
—¡No, por favor! —Intenté parar el primer golpe con mi brazo. La estaca perforó mis
entrañas cuando levanté la pierna para amortiguar el siguiente golpe. Cada golpe se
sintió como dinamita explotando a través de mis miembros. No podía estar siquiera
segura de que mi pierna y mi brazo continuaran pegados a mi cuerpo. Con todo lo que
me quedaba traté de darme la vuelta para alejarme arrastrándome, pero las llamas en
mi estómago ardieron más fuertes. Me mareé tanto que vi manchas.
Sólo dispárame, rogué mentalmente. El último golpe que hizo añicos el mundo dio en
mi cabeza en cámara lenta. El fuerte crujido se tragó cualquier otro sonido. Después,
él se había ido.
14
Y yo también.
Siempre había escuchado que cuando las personas morían, hay una luz brillante. Nada
me rodeaba más que completa oscuridad. ¿Dónde estaba la luz que se suponía debía
seguir? Como si respondiera a mi pregunta, una estrella apareció, brillando
débilmente pero suspendida en el aire tan cerca como para tocarla.
El agua todavía ondeaba calmadamente bajo el muelle. Los grillos seguían cantando.
Una araña tejía su red en una reja cercana. El mundo no se había detenido y tampoco
podía hacerlo yo.
Alargué la mano hacia abajo, toqué la madera que sobresalía de la parte inferior de mi
blusa, sin creer que pudiera estar incrustada a través de mi interior. La agarré con mi
mano izquierda y tiré con fuerza.
Un torrente de calidez fluyó por mi piel, pero mis dientes castañeteaban tan fuerte
que deberían haber estado destrozados. ¿Cómo podía hacer tanto frío a mediados de
Junio? Manchitas de luz verde destellaron frente a mí. Mi latido y mi respiración se
ralentizaron. El estruendo en mi cabeza se acalló. Incluso cesó el dolor.
Sirenas ululantes se volvieron más audibles, pero la ayuda llegaría demasiado tarde.
Luego su rostro se desdibujó. Los colores se desvanecieron. Se esfumó más lejos hasta
que sólo vi blanco puro. Perdida en la eternidad, estaba contenta de nunca ser
encontrada.
Silencio.
Calma.
Paz…
Al menos creo que eso era lo que dijo el paramédico. Sus palabras estaban apagadas
por la pulsación en mi cabeza.
Me atraganté y escupí sangre.
—Due-le.
Me quedé mirando al cielo oscuro y las estrellas borrosas, anhelando ver el rostro del
ángel de nuevo. La sensación de flotar hacia el cielo se sintió nostálgica… como si
perteneciera ahí. Tenía una visión aérea de los paramédicos trabajando en mí.
Mis brazos y piernas se veían como ramitas pálidas, dobladas y partidas en pedazos…
justo como la madera incrustada en mi estómago. Podría haber jurado que la había
sacado. La sangre enmarañaba mi pelo rubio rojizo. Me alejé flotando, incapaz de
mirarme más.
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mi familia se había ido, no tenía razón para quedarme. Camiones de bomberos y
patrullas de policía se aglomeraban en nuestra calle. Proyectando luces rojas y azules
reflejadas en cada ventana de nuestra casa.
Continué flotando más alto. Las estrellas oscilaron a mí alrededor. Me estiré, tratando
de agarrarme a ellas, pero no pude. Las estrellas se deslizaban a través de mis dedos.
Nathaniel
P
or favor, no.
—Abre los ojos —rogué—. Pelea por esto. Pelea por nosotros.
Ella siempre había sido una luchadora. Cada vida. Era el alma más valiente que había
conocido.
Levanté la vista hacia el techo del cuarto del hospital como si pudiera ver a través de él 17
a las estrellas y el cielo de medianoche. La furia vibró a través de mí, quemando mis
venas y abrasando mi corazón.
—¡Devuélvele sus recuerdos! ¡No me importa lo que haya escogido! Esto no es cómo
debería ser.
Su rostro era como porcelana, hermoso pero inmóvil. Imaginé sus párpados
abriéndose, viendo la luz infinita que tanto amaba. Di por hecho que siempre estaría
allí.
—Lucha —exigí—. Vive. Abre los ojos. —Me incliné hacia delante y besé su frente—. Y
por favor, recuerda.
Capítulo 3
Saliendo a tomar aire
Maryah
E
star en coma por 2 semanas no fue nada. Literalmente, no recordaba nada. Esas
2 semanas simplemente desaparecieron de mi existencia.
Pero despertar en el hospital y recordar que mis padres y Mikey se habían ido,
que escapé mientras los intrusos les quitaban la vida, fue el peor dolor que
experimenté alguna vez. Los médicos me inyectaron suficientes medicamentos para
el dolor físico de mi brazo y pierna rotos, pero nadie ni nada podía arreglar mi corazón
roto.
18
Evadí la realidad durmiendo todo lo posible. Dos semanas no habían sido suficientes.
Quería esconderme para siempre del mundo que avanzaba.
Krista, mi prima, mi mejor amiga, que nació un día después de mí, se rehusaba a dejar
que eso pasara. Por más de un mes, desde el momento que desperté en el hospital,
había estado a mi lado. Me abrazó mientras lloraba, dibujó flores y corazones en mi
yeso, me prometió que superaríamos esto, y trató de lavarme el cerebro con sus ideas
filosóficas de sentirse bien.
Yo sólo quería escapar. No sabía lo que me esperaba en Sedona, pero no serían trozos
de mi pasado. Ni culpa ni recordatorios de mi vida pasada.
Krista parpadeo con sus grandes ojos marrones como si estuviese sorprendida de
oírme hablar. No había hablado mucho las últimas semanas.
—No. La última vez que vi a mamá y papá les lancé miradas asesinas y salí furiosa de la
casa. ¿Cómo pudo un amargo silencio ser lo último que les dije?
—¿Qué hay del cementerio? Estuviste parada allí por mucho tiempo. Estoy segura que
escucharon todo lo que dijiste.
—Claro que sí. Los espíritus vagan alrededor antes de cruzar. Ellos saben lo mucho que
los extrañas.
Negué, incapaz de mirar a Krista. Tenía que decirle. No teníamos secretos entre
nosotras y ya había reprimido decir la verdad por demasiado tiempo.
—Esa noche, le pedí a una estrella que me dejaran sola. Segundos después esos
hombres irrumpieron en nuestra casa y…
—Basta, Pastelito, no seas ridícula. —Tomó mi barbilla para que pudiera mirarla
directo al rostro—. No deseaste que murieran.
—Pero me escapé. Mickey todavía estaba vivo. Debería haberle ayudado, pero salí
corriendo de la casa. Mamá y papá también podrían haber estado vivos. —Busqué la
mirada de Krista culpándome. Aunque no pude encontrar ninguna, probablemente se
preguntaba si la dejaría morir también—. Debería haber tomado un cuchillo, o… hacer
algo. Estar viva es mi castigo.
—No estás siendo castigada. A veces suceden cosas terribles. —Colocó un mechón de
cabello detrás de mi oreja—. El universo trabaja de maneras misteriosas y
desgarradoras.
Afuera, nubes grises se extendían hacia el infinito. ¿Estarían mis padres y Mickey ahí
fuera en algún lugar? Los imaginé planeando como los pájaros a través del cielo, y me
pregunté ¿cómo, en un cielo tan infinito, no podía haber lugar para mí?
20
∞
Había estado a mi lado cuando desperté por primera vez de mi coma, de pie junto a
Krista como si estuviera ahí para llevarme. Pero luego se desvaneció y no lo había
visto desde entonces. ¿Por qué se llevaría a mi familia y me dejó a mí?
Su motor cobró vida y condujo a través de mí. Lo seguí, flotando sobre él mientras
giraba por una carretera desierta.
Más adelante, una barrera con un gran letrero advertía que el camino estaba cerrado.
El ángel estrella de cine viró bruscamente alrededor de él, acelerando a una velocidad
imposible en la vida real. Otro letrero decía Puente Cerrado. El camino terminaba
donde un puente deteriorado llevaba a un río seco.
Maryah
S
alimos por la pasarela de acceso al avión y me paré junto a una fila de asientos
para bajar mi bolsa.
—Sí que pareces un poco estropeada —se burló Krista—. Pero no les importará tu
aspecto. Es tu alma lo que aman.
Mi pelo largo era la única cosa bonita que tenía, pero incluso eso había desaparecido.
Habían tenido que afeitar una sección antes de la cirugía. Mi tía cortó el resto en capas
hasta que llegó a la altura de mis hombros, porque aseguraba que así el trozo más
corto se notaba menos. Di un manotazo a las manos de Krista para que las retirara y
me puse la gorra favorita de Mikey de los Ravens.
—Para ti es fácil decirlo. —Su pelo de Pocahontas lucía perfecto. Krista tenía
antepasados egipcios por parte de madre y era exóticamente guapa. Lo que hubiera
dado por cambiar mi cutis de pañuelo de papel por su tersa piel olivácea.
Mi tía me había enseñado antiguas fotos de ella y Louise no había cambiado mucho.
Sostenía unos tulipanes y un globo con forma de corazón. Podía ver por qué mi madre
la quería, pero todavía quería correr en dirección contraria.
Asentí, pero sentía mis piernas como si tuvieran anclas atadas a ellas.
Louise saludó con la mano cuando nos acercamos. Unas gafas de sol redondas cubrían
sus ojos, pero sospeché que me estaba echando la mirada de pobre huerfanita. Tenía
un aire evidentemente hippie. Un sedoso pelo castaño con corte de pelo estilo Bob2
que embarcaba su cara libre de maquillaje, y un collar de madera colgaba bajo contra
su camiseta (probablemente de fibras ecológicas) de gasa.
Un hombre alto de piel bronceada se alzaba a su lado con las manos en los bolsillos de 23
sus pantalones vaqueros. Su pelo oscuro cubría como una cortina ambos lados de sus
gafas de sol color azul marino.
Antes de que pudiera decir hola, Krista aplastó a Louise con un abrazo. ¿Pero qué...?
¿Por qué abrazaría así a Krista a una completa desconocida?
Cuando se soltaron la una a la otra, Louise se quitó las gafas, colocó sus manos a cada
lado de mi cara y me miró a los ojos.
2
Cabello estilo Bob: Melena corta generalmente a la altura de la barbilla.
Mi corazón se partió.
—Y a Mikey.
—Humm, gracias.
Se inclinó hacia el hombre de pelo oscuro y le dió una palmadita en la mejilla. —Esta
es mi otra mitad, Anthony.
—Sólo Anthony —dijo con brusquedad—. Me alegro de verlas, chicas. ¿Cómo fue el
vuelo?
Krista gruñó.
—Largo.
— Mi brazo y mi pierna están bien, así que mi tía convenció a los doctores de que me
las quitaran ayer.
—Sus doctores son reyes del drama —dijo Krista—. Exageraron sobre lo graves que
eran sus heridas y luego se hicieron los sorprendidos y se pusieron orgullosos de sí
mismos cuando se recuperó tan rápido.
—Me alegro de que sanaras tan rápidamente. —Louise le sonrió a Krista y luego me
rodeó con su brazo—. Recojamos sus bolsas y las llevémoslas a casa.
—Mis padres tenían un Desoto del 57. Montábamos en él cada fin de semana.
—¿Qué pasó con él?
—Mi tío lo vendió. Al parecer las facturas médicas y los ahorros para la universidad son
más importantes que un adorado coche de valor incalculable. —No oculté mi
sarcasmo.
—Es una lástima. — Anthony meneó la cabeza y abrió la puerta del lado del pasajero.
Krista y yo nos subimos en la parte de atrás y luego él ayudo a Louise a sentarse en el
asiento del copiloto. Me recordó al modo en que mi padre trataba a mi madre: con
maneras chapadas a la antigua.
Salimos del aeropuerto y suspiré. Arizona: de vuelta a donde empecé. Qué irónico
sería si regresara a mi lugar de nacimiento para morir de pena.
Al principio Phoenix era como cualquier otra ciudad, excepto por las montañas
marrones en la distancia y las ocasionales palmeras. Más alejados de la ciudad, una
señal decía “Carefree Highway”3. Solté una risita por ese nombre asquerosamente
alegre.
Brotaban cactus por todas partes. No quería interesarme en qué aspecto tenía Arizona
pero no me pude resistir. Cuanto más conducíamos, más único se volvía el paisaje.
Las montañas siguieron haciéndose más altas y a veces sentía como si estuviéramos
conduciendo a través de ellas. Cuando llevábamos conduciendo poco más de una
hora, mis oídos se destaparon. Tenía la imagen de que Arizona era un desierto llano,
así que me sentí como una idiota cuando una señal reveló que estábamos a una altura
de unos 1,200 metros. Tragué unas cuantas veces, intentando liberar la presión de mis
oídos. El aire era fresco y limpio.
Después de girar hacia una estrecha carretera, subimos por una larga y sinuosa
entrada. Me picaron los ojos cuando vi la enorme casa.
3
Carefree Highway: Nombre de la Ruta Estatal de Arizona 74 (abreviada SR74), conocida por inspirar
una canción con el mismo nombre del cantante canadiense Gordon Lightfoot.
Anthony aparcó delante de un gran garaje. El viaje había llevado casi dos horas, pero
Louise y Anthony se habían sostenido las manos todo el tiempo… tal y como solían
hacer mis padres.
Krista y yo seguimos a Louise hacia una puerta de entrada con forma de arco,
flanqueada a cada lado por un muro de piedra que llegaba a la altura del pecho. Sobre
la puerta colgaba una señal grabada: Paz a todo aquel que entre aquí.
—Gracias. Nos gusta. —Louise miró hacia la zona espaciosa que estaba delante de
nosotros.
Una chimenea abierta por los dos lados dividía el espacio en dos habitaciones. Había
colores por todas partes: amplias alfombras cubriendo suelos de baldosas, esculturas
de lagartos y pájaros en las paredes, pinturas, máscaras, espejos de azulejos. Flores y
plantas brotaban en cada rincón y en cada mesa.
Una esencia inusual flotaba en el aire, floral y terrosa. Tal y como olía Louise cuando
me abrazó. La música sonaba suave: flautas, tambores, y otros instrumentos que no
reconocía, pero la canción encajaba con el ambiente de la casa. La puerta principal se
cerró de un portazo detrás de nosotros.
Louise nos guió a través de una arcada hacia una cocina colosal. Más allá de la cocina,
catorce sillas rodeaban la mesa más grande que había visto.
Supe que había un tragaluz antes de mirar hacia arriba. Una estrella gigante hecha de
cristal de colores producía rayos de luz que iluminaban la mesa. Oculté mi sonrisa,
sabiendo que nadie me creería si proclamaba que recordaba algo de tan atrás en el
tiempo. Debía tener un año de edad como mucho. Incluso a mí me costaba creerlo.
Esperaba no tener que sentarme nunca en una mesa con tantos extraños, pero era
impresionante.
Krista se fue y momentáneamente sentí pánico al pensar en estar a solas con Louise,
pero ella tan sólo sonrió y me hizo un gesto con la mano para pasar a otra habitación.
—Muchas gracias. —Louise colocó las manos sobre su pecho—. Cada una tiene un
lugar especial en mi corazón.
Se río.
—Oh, nunca podría vender esas. —Tocó una con admiración—. Cada una es una
extensión de mi alma. Añado detalles cuando hace falta, pero nunca están
terminadas. Son todas creaciones en proceso.
—Oh, no lo creo. Todos tenemos un don. Es una cuestión de descubrir cuál es el tuyo y
usarlo para bien, y lo mejor que puedas.
Louise hizo un perspicaz ruido de canturreo pero no dijo nada más. Me di cuenta de
que no había fotografías por ninguna parte. Louise parecía una persona muy familiar,
esperaba ver fotos pegadas por todas partes.
Cortinas de color verde bosque cubrían las altísimas ventanas. Un cristal colgaba de
cada una, reflejando arcoíris en numerosas direcciones. Unas puertas de cristal
conducían a un balcón privado.
—Es tan... encantador. —No me podía creer que hubiera usado esa palabra, pero guau.
Una cosa redonda hecha de ramitas, cuerdas y plumas de pavo real oscilaba
suavemente sobre la cama. 29
—¿Qué es eso? —Señalé con la cabeza hacia arriba.
—Humm. Buena idea. —No es que me lo creyera, pero sería genial si un círculo de
madera y plumas pudiera mantener alejadas mis pesadillas.
—Ooooh… —Krista entró como un huracán en la habitación, pasando sus dedos sobre
un cuenco con piedras rosas y blancas que había en la mesilla de noche—. Rocas de Sal
del Himalaya. Aumentan el bienestar. —A Krista le encantaba el material natural
hippie, así que por supuesto sabía lo que eran—. Estoy muy celosa de esta habitación.
¿Puedo mudarme yo también aquí?
—La habitación de Carson está al final del pasillo. Vendrá a casa más tarde. Y Edgar y
Helen viven en la casita de al lado, pero están fuera de la ciudad.
—Haz lo que quieras. Este es tu hogar, Maryah. Ponte cómoda. —Krista me hizo el
gesto de levantar los pulgares antes de que Louise cerrara la puerta de mi dormitorio.
30
Revolví en mi maleta hasta que encontré lo que necesitaba. Krista había estado
haciendo velas aromáticas durante años y siempre me hacían sentir mejor. Encendí
una por cada uno de mis padres y Mikey. Mis tres esencias favoritas: Trébol Verde,
Champa Dorada4 y Océano.
Me subí a la gran cama acolchada y cerré los ojos. Era la primera sensación de paz que
tenía desde la noche del ataque. Sedona parecía el sitio perfecto para esconderme de
mis recuerdos.
4
Champa Dorada: (En el original: Nag Champa): Es el nombre de la flor de un árbol tropical perenne
que pertenece a la familia Champaka (Michelia Champaka) que se encuentra sobre todo en Asia.
Capítulo 5
Avivando una vieja llama
Nathaniel
A
ntes de que mi motocicleta derrapara por completo hasta detenerse en el
garaje, me quité el casco. Bajé el pie de apoyo y me dirigí a paso firme por el
camino de entrada. Ninguna de mis distracciones temerarias podía sacar a
Maryah de mi cabeza.
Había sido muy insistente sobre lo de mudarme. Dylan y Amber se negaron a dejarme
ir sólo, así que empaquetaron su vida y se mudaron también a Colorado. Nunca
superaría la vergüenza si supieran cuánto deseaba volver.
31
Los coches de ambos no estaban. Nunca se enterarían si hacía un viaje rápido a
Sedona.
Durante las últimas vidas, había llegado a dominar mi habilidad para cruzar, así que el
proceso simplemente llevaría la duración de un suspiro. Abrí cada célula de mi cuerpo
para que los iones pudieran fluir a través de mí. Apropiándome de una sobrecarga de
energía de la ionosfera, me preparé para dejar que el flujo del destello estelar formara
un puente hacia mi destino.
Resurgí en lo alto de Cathedral Rock, mirando fijamente a través del desierto hacia la
casa —nuestra casa.
¿Estaría mirando por la ventana ahora mismo? ¿Mirando hacia mí? Desde la lejanía,
sólo podía ver la silueta de un excursionista —un extraño— de pie en los acantilados.
Dios, cómo me moría por verla otra vez. Entrecerré los ojos, intentando detectar
cualquier movimiento en la casa, pero el sol estaba muy bajo en el cielo, creando un
brillo cegador contra las ventanas.
A lo largo de esta vida, ocasionalmente había estado pendiente de ella, pero sólo
desde la distancia. Una vez, me senté detrás de ella en las gradas de un partido de
fútbol americano. Mis rodillas descansaban a centímetros de su espalda. Incluso
entonces parecía que estaba a kilómetros de distancia. Ahora, ella y Krista estaban en
nuestra casa, rodeadas de gente que Maryah asumía que eran extraños. Casi
kilómetro y medio de desierto nos separaba, pero esto era lo más cerca de ella que me
sentía en casi dos décadas.
Seguí con mi plan original y me mantuve lejos de ella. Tenía que hacerlo por mi propia
cordura.
Mi teléfono sonó otra vez. Louise. Quizás tuviera novedades sobre Maryah.
—Hola, Louise.
Miré hacia la casa y luego volví la espalda. No es que Louise tuviera una vista
sobrenatural.
—¿Te has olvidado de con quién estás hablando? Reconozco tu aura en cualquier
parte.
Mierda. Tenía una visión de súper poderes cuando se trataba de ver la energía de un
alma. El color único de mi patrón de luz debía de ser como una señal intermitente en
lo alto de los acantilados. Se me tenía que haber ocurrido antes de venir aquí.
Actuando como un acosador, ignorando a Dylan, y siendo cazado en una mentira por
Louise: no era el día más honesto de mi existencia.
—Perdóname, Louise. Esta situación me está haciendo actuar como un loco. No soy
yo mismo últimamente.
Ella suspiró.
—¿Últimamente? No has sido tú mismo en todo este ciclo de vida. Pero nadie pude
culparte por ello.
Continúo el silencio. Habíamos tenido esta conversación tantas veces que había
dejado de responder hacía mucho tiempo. Muchas veces deseaba poder cambiar esta
vida por la que había vivido hacía dos ciclos. Lo asumía, había sido sordo, pero en
retrospectiva había sido uno de mis mejores ciclos. Había vivido una larga y cómoda
vida en Inglaterra, la tecnología aún no se había apoderado del mundo, y mi alma
gemela todavía estaba a mi lado.
—La única cosa que desencadenará será más angustia para mí.
33
—Pero y si…
Sí Maryah moría sin saber nada de nosotros, ella seguramente borraría sus recuerdos
de nuevo. Esta vez no tendríamos manera de saber cuándo o dónde renacería. En el
último ciclo ella había tenido un plan y se había aferrado a él —en todo excepto en el
borrado. Todos habíamos estado de acuerdo en que nada sería nunca tan terrible
como para que borráramos nuestros recuerdos, así que, ¿cómo y por qué había
sucedido? La carga de esa pregunta sin respuesta era mía para llevarla por lo menos
durante otra vida.
—Nathan, Edgar confirmó nuestras sospechas. Los Nefariouns fueron los que atacaron
a Maryah y a su familia. Han estado muy agresivos teniendo como objetivo a los
Elementos y formando un ejército.
—¿Un ejército para qué? ¿Qué Elemento respetable podría jamás unirse a su causa?
Los Elementos que no seguían las leyes universales y explotaban sus dones eran
marginados y se les despojaba de sus habilidades. Unos pocos continuaban
reencarnándose eternamente, y su deseo de recuperar sus habilidades sobrenaturales
se intensificaba con el tiempo. Muchos de ellos recurrían a la hechicería o a la brujería
para obtener poder, habían herido y matado a gente sobre la marcha. La crueldad de
Dedrick había aumentado durante las dos últimas décadas.
—Así que Dedrick no sabe que Maryah borró sus recuerdos. Si asume que ella tiene su
don, podría seguir persiguiéndola.
—Es una posibilidad. Y podría venir detrás de alguno de nosotros. Habilidades como
las de Anthony, Edgar o Dylan serían extremadamente valiosas para él. 34
Me hirvió el estómago.
—Calla. —El tono de Louise cambió drásticamente. A través del teléfono oí sonar los
móviles de bambú. Estaba en el jardín trastero.
—¡Ayuda! —El grito lejano de Krista me dio escalofríos. Mi oído excepcional no era un
don en situaciones como esta.
El sonido del estanque se hizo más fuerte hasta un nivel alarmante. Louise estaba
corriendo por el jardín. Mi pulso latía a paso rápido.
—¿Qué pasa?
Sus brazaletes tintineaban mientras el ruido de sus pasos sonaba más rápido.
—¿Qué pasa?
35
Capítulo 6
Combatiendo el fuego
Maryah
Me sentí desgarrada, los colores, la paz de mirar a Mikey que existía en ese mundo tan
bonito. Quería quedarme allí para siempre, pero una voz profunda gritaba mi nombre.
Todo pasó muy deprisa. Abrí los ojos, y por un segundo vi a mi ángel de la muerte de
pie junto a mi cama. Al instante se desvanecía, mi mente despertando y procesando lo
que estaba pasando.
36
Fuego.
Intenté gritar pidiendo ayuda, pero me atraganté con el humo. El sudor cubría mi cara
y mis brazos. Agarré la manta sobre la que estaba arrodillada y la lancé sobre la
hoguera que habían sido mis almohadas, pero las llamas siguieron avanzando cada
vez más cerca y más calientes.
Intenté parpadear para librarme de la picazón en mis ojos. En ese parpadeo, el tío con
el extintor cruzó la habitación, Krista estaba arrodillada a mi lado, y Anthony
bombeaba agua desde una manguera del jardín. Cuando volví a parpadear, el calor y
las llamas habían disminuido. No podía ver a través del espeso humo, pero alguien me
levantó del suelo.
A través de mi ataque de tos, levanté la vista para ver a Anthony mucho más calmado.
Me llevó por el pasillo, fuera de la puerta principal y me sentó.
—Lo siento tanto. ¿Qué he hecho? Podría haber… oh, Dios, lo siento mucho.
—Encendí velas y luego me quedé dormida y… se… Soy tan estúpida. No los culpo si…
—Espera —Krista se rió—. Por favor, dime que no era una de mis velas.
Asentí.
—Kris, esto es serio. —Mi corazón no había dejado de c desde que había
despertado. El sol había empezado a ponerse, pero no podía mirar hacia él. Las
sombras combinadas de amarillo y naranja parecían llamas estallando en el cielo—.
Pagaré por los daños. Conseguiré un trabajo y…
—No harás nada por el estilo —dijo Anthony—. El dinero no es una preocupación. Tu
bienestar es lo que importa.
Faltaba tiempo, como piezas perdidas. Todo había sucedido demasiado deprisa.
¿Cómo había metido Anthony una manguera en la casa tan rápido?
Coloqué mis manos entre mis rodillas, intentando que dejaran de temblar.
Justo en ese momento, el tío con el extintor salió al porche. Remetió su pelo oscuro
por detrás de sus orejas y luego cruzó los brazos sobre su pecho.
Por supuesto. El hijo de Louise. Parecía muy tranquilo también. ¿Por qué nadie más
aparte de mí estaba nervioso por todo esto? ¿Incendié una cama mientras dormía y la
gente estaba haciendo chistes?
—Estaba salvando nuestra casa. Además, fue un trabajo de equipo. —Se peinó con las
manos el cabello mojado—. Ten por seguro que sabes cómo hacer estallar un drama5.
El juego de palabras es intencionado.
5
Originalmente aparece como “to spark up drama”. La palabra spark como nombre significa chispa pero
como verbo significa desencadenar, provocar o hacer estallar. Utilizamos este último para intentar dar
algo de sentido a la alusión que se hace a continuación a un juego de palabras, aunque serían más
apropiados los otros significados.
—Debería ayudar. —Intenté levantarme, pero Louise mantuvo su brazo rodeándome.
—Pero yo…
—Sin peros.
Anthony fue hacia dentro mientras Louise, Krista y yo nos sentábamos en silencio,
mirando hacia el jardín.
—No me refiero a causa del fuego. Creo que mi cerebro está hecho un lío. 39
Louise se quitó las gafas y me miró con una sonrisa disimulada.
Me quedé callada, intentando pensar en cómo explicarlo sin sonar como una loca.
—Quizás fue por el golpe que me di en la cabeza, o por la operación, pero mi cerebro
sufrió un cortocircuito durante el incendio. Como si dejara de funcionar durante unos
minutos.
—La respuesta al estrés agudo provoca que la mente reaccione de forma extraña en
situaciones peligrosas.
—Sí, pero… —No lo sentía como algo así. Mi mente se apagó. Pero, bien pensado,
nunca antes había estado cerca de un fuego arrasador, así que quizás ella tenía
6
Originalmente aparece como “talk about a housewarming”, que significaría “hablen de hacer una fiesta
de bienvenida”, ya que housewarming es una fiesta que se hace al estrenar una casa, pero aquí de nuevo
se juega con las palabras house (casa) y warm (calentar), por lo que se cambia por bienvenida calurosa
para mantener la broma.
razón—. Quizás sólo estoy paranoica con el hecho de que los médicos hurgaran en mi
cerebro.
Krista me lanzó una mirada de duda, pero estuve de acuerdo con Louise.
—Vale.
—Vayamos adentro para que puedas tranquilizarte y comer algo. —Louise se puso de
pie y se ofreció a ayudarme a que me levantara. Cuando me incorporé, su colgante de
madera rozó mis dedos.
∞
40
Mi ángel de la muerte vino a por mí dos veces. Quizás la tercera vez sería un talismán.
¿Por qué había luchado tanto por salir del fuego? Debí haber inhalado hasta la última
bocanada de humo. Debí agarrar a mi ángel de la muerte y exigirle que me llevara con
mi familia.
—Gracias.
Carson entró, se sirvió algo de pasta en un cuenco y se sentó junto a Krista. Estaba
más limpio —y seco— y su sudadera con capucha parecía estrepitosamente blanca
contra su piel bronceada.
—Así que, Maryah, ¿odiabas tanto tu habitación que tenías que quemarla?
—Carson, ya basta —le advirtió Louise.
—Vale. — ¿Por qué podría alguien no ser un fan de los mensajes y de los emails?—.
¿Debería llamarle? Me sentiría grosera si no le diera las gracias y le explicara lo que ha
pasado.
—Vendrá por aquí uno de estos días —dijo Louise—. Todos vuelven a casa en algún
momento. 41
Mi ropa y mi pelo todavía olían a humo, y cada trago de té hacía daño a mi garganta
irritada. Además, estar cerca de Carson no era precisamente agradable.
—Vamos, Maryah —me instó Louise—. Anthony llevará tus bolsas a la habitación de
invitados.
Seguí a Louise hacia un dormitorio que no había visto durante la visita guiada.
—Deberías estar cómoda aquí. —Louise rebuscó en su bolsillo—. Y quiero que tengas
esto. —Examinó mis dedos y luego deslizo un anillo de plata en mi pulgar. La esfera
redonda tenía sombras resplandecientes de azul, verde y ámbar. Era el ojo de una
pluma de pavo real.
—¿Fue de mi madre?
—No exactamente. Es una larga historia… una historia muy larga. Pero créeme, es una
posesión muy preciada, y te queda perfecto.
Ahuecó las almohadas mientras sostenía mi mano, admirando como los colores
brillaban a la luz. Entonces lo miré de nuevo. Podría jurar que algo se había movido
por debajo del cristal curvo, justo debajo de la pluma. Entrecerrando los ojos, giré el
anillo de lado a lado y abrí la boda para pedirle a Louise que lo mirara, pero me silenció
diciendo: —No enciendas ninguna vela.
42
Los ojos todavía me engañaban a causa del trauma y el torrente de adrenalina por el
incendio.
Louise se fue y agarré mi pijama para luego caminar por el pasillo hacia la ducha. Me
detuve en la puerta de la habitación de Carson y le oí gritar.
—¡Su primer día aquí y ya le ha prendido fuego al lugar! ¿Cuánto más le va a tolerar
todo el mundo? Es como tú dijiste, su estancia aquí es…
El súbito silencio debió haber sido mi advertencia. Tres zancadas largas y podría
haberme metido en el baño. Carson no habría sabido que estaba escuchando. Pero
estaba demasiado estupefacta para reaccionar. Abrió la puerta de su habitación y sacó
la cabeza.
Cazada.
—¿Necesitas un mapa? ¿O tengo que instalar una mirilla en la puerta para que puedas
mirar mientras escuchas?
Quería que el suelo se abriera y me tragara. Carson me odiaba. No sólo eso, estaba
hablando con alguien más a quien no le gustaba. ¿Estaba Anthony en su habitación?
¿Estaba al teléfono? Para rematarlo, me había atrapado escuchándole. Estaba
acostumbrada a que la gente me ignorara, pero esto era mucho peor. Me hacía querer
llorar, o vomitar, o correr, o las tres cosas.
—Vete, Chispita.
Levanté a la fuerza mis pies del suelo, forzando uno a dar un paso delante del otro,
hasta que estuve dentro del baño con la puerta cerrada. Me metí en la ducha y abrí el
agua tan caliente como pude. Mi piel chirrió contra la cerámica mientras me dejaba
caer para sentarme y dejaba que el agua me golpeara. La quemadura de mi brazo
escocía, pero el escozor emocional de la humillación era mucho peor. Abracé mis
rodillas contra mi pecho y dejé que el dolor resbalara sobre mí.
43
Capítulo 7
Difuminando la línea entre el amor y el odio
Nathaniel
Reí entre dientes por la ironía. Por lo menos, ella no olvidó sus habilidades de
detective cuando eliminó su memoria… bueno, no todas.
—Te necesitan aquí. Imagina qué podría haber pasado si no hubieras estado durante el
incendio.
—Anthony y tú se habrían encargado de eso —giró a mi alrededor tan rápido que los
papeles volaron por el aire—. ¿Era así de propensa a los accidentes en sus otras vidas?
—¿Cuál es la palabra que siempre usas? ¿Abolido? Ella abolió nuestra familia ¿Por qué
debemos complicarnos la vida para ayudarla? —Finalmente se quedó quieto para
cerrar su maleta—. Dile a Dylan que venga a recogerme. No voy a vivir con ella. No la
soporto.
—Ja —resopló—. Durante años te he visto andar deprimido y aislarte del resto del
mundo porque ella rompió tu corazón. Me privó de una relación normal contigo. Mis
dos hermanos se mudaron debido a ella. Tengo eso en su contra.
Por primera vez, me di cuenta de cuánto le había afectado mi depresión a Carson. Esta
era su única experiencia de tener hermanos y yo había sido uno terrible.
—Me disculpo por eso. Dylan no quería irse, pero Amber sintió que estar cerca de
Maryah le causaría demasiada culpa.
—¿Qué? ¡No te entiendo, hombre! Te mudaste porque quizás ella viniera a vivir con
nosotros. Luego te complicaste la vida al crear tu antigua habitación ostentosa y…
—Ella necesitaba un refugio seguro cuando llegó. Perdió a su familia. Nuestra cama y
las cosas en nuestra habitación podrían darle serenidad. —Me devastó que mis brazos
ya no pudieran proporcionarle eso.
45
—¿Serenidad? ¿Cosas de pavo real y atrapa sueños? ¡Ella no recuerda esa mierda!
La piedra blanca ayudaba a calmar los ánimos, y Carson tenía problemas de ira.
También ayudaba a las almas a recordar sus vidas pasadas y Carson quería recordar
más de la suya. Su vida de iniciación fue como un Elemento, pero murió cuando era un
niño que empezaba a andar, por lo que en su mayoría recordaría de esta vida en
adelante.
—¿Cómo puedes pretender que no arruinó esta familia de todas las maneras posibles?
—Lanzó las manos al aire—. Harmony sufre todos los días por lo que ella hizo.
—¡Suficiente, Carson! —Traté de bajar sus brazos agitándose, pero su fuerza no tenía
comparación con la mía. Me lanzó a través de la habitación como una pluma. Justo
antes de que golpeara la pared, crucé en el aire y reaparecí frente a él—. No eres el
único rápido en este kindrily.
Estábamos frente a frente, nuestra sangre nos unía físicamente, la selección celestial
nos unía eternamente. La ira todavía se veía en sus ojos, pero permanecí tranquilo. Yo
poseía montones de lecciones de vida que él no había comenzado a aprender.
Su mandíbula se apretó.
—¿Por qué incluso te mudaste? Hiciste un gran alboroto acerca de cómo estar cerca
de ella te llevaría al límite, pero aquí estás, salvándola de incendios y cuidándola de
todos modos. Te estás contradiciendo a ti mismo por completo.
—Bien. Déjala. —Debió haber visto el dolor en mi rostro—. Lo siento, Nate. No quise
decir eso.
—Disculpa aceptada. —Carson estaba más molesto por la situación, y por la ausencia
de Dylan y mía, de lo que jamás hubiera imaginado. Me prometí a mí mismo que sería
un mejor hermano para él—. Gracias de nuevo por tu ayuda con el incendio. Nunca
dejas de impresionarme en situaciones desesperadas.
—No mencionó nada. Cuestionó a Anthony por detener el tiempo, pero Louise le
introdujo un poco de teoría instintiva cerebral.
—Es como si fuera invisible para ella. —Las palabras se me escaparon por accidente y
sonaron tan inseguras como me sentía. Carson ya había visto suficiente de mi dolor y
debilidad.
—Creí que no estabas preparado para verla de nuevo. Entonces, ¿por qué sigues
acechándola?
Necesitaba decirle a él sobre los Nefariouns, pero no era el momento adecuado. Edgar
podría explicar la situación mejor que yo.
Agarró el teléfono y comenzó a enviar mensajes, sabiendo que me volvía loco cuando
hacía eso durante las conversaciones.
—Dijiste que cuando Maryah despertó, había llamas entre ustedes dos. Tal vez ella no
pudo ver más allá del fuego. O si lo hizo te echó un vistazo, tu desaparición en el aire
probablemente le hizo pensar que estaba alucinando.
—¿Qué hay sobre la noche que fue atacada? Ella no ha mencionado que estuviera ahí,
o en el hospital. —Durante catorce noches, estuve sentado a su lado, asegurándome
de que el monitor cardíaco siguiera sonando e instándola a luchar por su vida.
Puso los ojos en blanco justo cuando su teléfono sonó luego miró la pantalla.
—Qué imbécil.
—¿Quién?
Me senté a su lado.
—Tienes amigos aquí, Harmony y Louise estarían devastadas si las dejas. Además,
estoy contando contigo para cuidar de Maryah. Todos tenemos que estar en alerta
máxima en estos momentos.
—Entonces sabes que pueden venir detrás de alguien más de nuestro kindrily. Si
tienen algo de sentido común podrían darse cuenta de que era Maryah y que borró sus
recuerdos. Si se enteran de que ella está aquí, eso podría guiarlos directamente hasta
nosotros.
—Bien. Esta vez estaremos preparados. —Carson golpeó la palma de su mano—. Esos
maleantes secuestraron a Gregory y asesinaron a nueve de nosotros en el proceso. Es
tiempo de que paguen.
Consideré su lógica.
Miró hacia abajo, moviendo el teléfono de un lado para otro. Después de varios
segundos de silencio y malabares, contraatacó.
—Eso y prometes contestar todas mi llamadas y mensajes. Y cruzar hasta aquí cada 48
vez que te necesite.
Entrecerró sus ojos como si tratara de evaluar cuánto más podría pedirme.
—Gracias, Carson.
Antes de que me levantara por completo, se había quitado sus bóxers y metido en la
cama.
—No significa que me preocupe por ella. —Me lanzó una almohada demasiado rápido
como para que pudiera atraparla o esquivarla—. Sigo sin entender qué le ves a esa
chica.
Maryah
—Ellos no te odian.
—Sí, pero somos almas viejas. Aún le falta mucho por crecer. 49
—¿Y si todos terminan odiándome? ¿O si la muerte me llegó esa noche, pero algo salió
mal? Ahora va a seguir viniendo a por mí. Como el fuego, tal vez ese fue el segundo
intento de la muerte. ¿Y si estoy poniendo a las personas en peligro por estar aquí?
No, la muerte es un ángel masculino guapísimo con porte de estrella de cine que conduce
una motocicleta y se sienta a tu lado en el hospital.
—¿Qué pasa contigo que estas muy amiguera con todo el mundo?
—Shh. —Deslizó sus dedos sobre mi quemadura con su característica marca en forma
de ocho—. Ten pensamientos curativos.
Krista tenía una obsesión con el deseo de hacer que la gente se sintiera mejor. Había
hecho lo de los pensamientos curativos desde que tengo memoria.
—Bien. —Desde los dos años había tenido dolores de cabeza crónicos que los médicos
no podían prevenir o curar. Mi cirugía cerebral no mejoró las cosas. Mis oídos habían
estado zumbando tan fuerte que me mareaba, como una docena de abejorros
llevando a cabo carreras de resistencia en torno a mi cabeza. Afortunadamente, las
abejas se habían ido a la cama.
—¿Qué hay de ti? Tienes esas ojeras bajo los ojos que siempre aparecen antes de que
te enfermes.
—Sólo estoy cansada. —Envolvió su dedo meñique alrededor del mío—. Vamos a 50
dormir un poco. Hemos pasado por mucho hoy.
—Eso es un eufemismo7.
Krista recitó la misma línea que había usado todas las noches desde que éramos
pequeñas.
Malditas estrellas. Ella no tenía idea de cuánta culpa me causó que las mencionara.
Me quedé dormida en pocos minutos, pero me desperté varias veces, dando vueltas y
vueltas. Cada vez me sentía desorientada debido a la habitación poco familiar. La
culpa era del atrapasueños, o la sobrecarga mental de estar en Sedona, pero cuando
me dormí profundamente, mis sueños fueron intensos.
7
Eufemismo: modo de expresar con suavidad o decoro ideas cuya franca expresión sería malsonante o
molesta.
Su oscuro cabello ondulado caía en cascada sobre su almohada. Apoyé la frente
contra la de ella y ella se movió, tirando del edredón sobre su hombro. Su mano
brillaba.
Puse mis dedos fantasmales en sus párpados, y suavemente los levanté. Eran un
caleidoscopio de luz y colores: lavanda, verde lima y plata. Un millón de motas de
polvo reluciente se arremolinaba por sus globos oculares como una tormenta de nieve
brillante. Troné los dedos, pero ella no quería despertar.
Mi nuevo pero muy viejo anillo se parecía a los ojos de Krista. La pluma de pavo real
flotaba en la pequeña burbuja de cristal. Motas de reluciente luz se agitaban alrededor
de ella como el interior de un globo de nieve. La pluma flotó hacia arriba y salió de mi
anillo, cuadruplicando su tamaño, fue a la deriva hacia la puerta del dormitorio. La
seguí al pasillo.
Las pinturas de Louise brillaban como los ojos de Krista. La pluma de pavo real
serpenteó en el aire, aterrizando en un lienzo cubierto con una extraordinaria mezcla
de verde y amarillo. Traté de agarrar la pluma, pero se hundió profundamente en la
pintura. Los colores brotaron del lienzo y subieron por mi brazo, envolviéndose a mí
alrededor. Solté una risita por la sensación de cosquilleo. Esmeralda y oro se 51
arremolinaron alrededor de mi cuerpo fantasmal luego se extendieron y llenaron el
pasillo. El río de colores fluyó hacia adelante, llevándome por el pasillo hasta llegar a la
puerta que Louise dijo que era la habitación de Nathan.
Escuché un crujido dentro así que traté de entrar. El pomo de la puerta repiqueteó,
pero no pude abrirla.
Me entró el pánico, sintiéndome como una intrusa. El río de colores se volvió frío
como el hielo. Di un grito ahogado cuando la puerta se abrió y vislumbré a mi ángel
estrella de cine. Luminosos rayos de luz esmeralda, oro y zafiro brotaron de su
habitación, mezclándose con el río y llenando el pasillo hasta el techo.
Fui arrastrada por la marea hasta que me ahogué en un interminable océano de luz
multicolor.
∞
Mis ojos aún estaban hinchados y escocían de tanto llorar la noche anterior, así que
cuando me desperté y vi brillo verde y azul que esta alrededor de nuestra cama, tuve
que preguntar.
—Bien.
—Todo bien.
—¿Vórtices?
—¿Sacro qué?
No tenía idea de lo que estaba hablando, pero la vista era épica. Como los Luna habían
labrado su casa en la ladera de un acantilado para que pudieran mirar abajo, hacia la
tierra llena de color. ¿Por qué demonios mis padres se habían ido de Sedona?
8
Sacrosanto: que reúne las calidades de sagrado y santo.
—El dueño original pensó lo mismo —dijo Louise—. Es por eso que ella construyó la
casa aquí —miró por la ventana y jugó con su collar—. ¿Quieres desayunar?
—No tienes que pedir permiso. Sírvete lo que quieras. El cereal está en la despensa.
Cogí dos cajas y me serví la leche sobre mi combo dulce y saludable. Louise miró mi
tazón.
Este chico sí que surgía en la conversación muchas veces. Tal vez era el favorito de
Louise. Se suponía que las madres no debían tener un hijo favorito, pero a pesar de la
regla no escrita, por lo general lo tenían. ―La mía sin duda lo hizo―. O tal vez era
porque Nathaniel se fue a la universidad hace un par de días y Louise echaba de
menos tenerlo por aquí.
53
La puerta lateral de la cocina se abrió de repente y un borrón de blanco y rosa salió
disparado hacia mí. Casi me caigo, pero la chica me mantuvo en el lugar con un gran
abrazo de oso.
—¡Te hemos extrañado tanto! ¡Dime todo! ¿Qué aventuras has tenido? ¿Cómo es
Maryland? ¡Me encanta tu pelo lacio!
La miré con sorpresa. Ella era un poco más baja que yo, pero su energía la hacía
parecer de tres metros de altura. Su pelo era blanco como la nieve con mechones al
azar teñidos de rosa brillante. Gafas de sol plateadas con diamantes de imitación
centelleaban sobre su cabeza como una tiara. Sombras iridiscentes de color rosa
sombreaban sus ojos aguamarina, acentuados por un aro de diamante, en la ceja. Su
piel bronceada brillaba aún porque su maquillaje en polvo tenía brillos.
—Lo siento, Louise, los antiguos hábitos son difíciles de quitar. —Faith me miró de
arriba abajo con una gran sonrisa—. Por ahora, apeguémonos a lo básico. Nos
conocimos cuando éramos jóvenes y nos llevamos a las mil maravillas, pero no lo
recuerdas —me apretó los brazos—. ¡Estoy tan contenta de que volvieras!
Se giró hacia Krista y dejó escapar un grito ensordecedor luego la abrazó también.
Krista siguió la corriente, meciéndola de un lado a otro como si se hubieran conocido
desde siempre.
Faith parecía de la misma edad que nosotras, así que ¿cómo podía recordar
conocerme de bebé? No podía recordar a nadie de mi infancia antes de, los cinco
años, cuatro a lo mucho. O bien esta chica tenía un cerebro extraordinario cuando era
un bebé o tenía problemas mentales.
Fuertes pisadas en la terraza iban haciéndose cada vez más audibles. Entonces, una
chica con exactamente la misma cara de Faith —en un paquete mucho más moreno—,
entró por la puerta de la cocina.
Louise puso la masa para galletas con una cuchara en la bandeja de hornear.
54
—Y esta es la hermana gemela de Faith, Harmony.
—¿Acaso ella regresó mentalmente deficiente, que tienes que explicarle que somos
gemelas? —gruñó Harmony.
—No voy a dignificar tu pregunta infantil con una respuesta. —Louise deslizó
casualmente una bandeja de galletas dentro del horno y me guiñó un ojo—. Estoy
segura de que has adivinado cuál es la gemela malvada.
Se quitó sus elegantes gafas de sol y las colocó alrededor de su cuello como un collar.
Sus ojos del color del carbón echaron un vistazo a mi izquierda y derecha, una y otra
vez, sin nunca hacer contacto conmigo. Después de un minuto de ping-pong óptico,
se dejó caer en un taburete de la cocina.
—Harmony está de mal humor. No te tomes personal nada de lo que dice, Maryah.
Faith estaba parada en una perfecta postura, sus pies hacia fuera como una bailarina,
con los hombros hacia atrás con elegancia. Me provocó ponerme derecha.
—No, gracias. Tengo que hablar hoy con Louise y Anthony sobre mi tutela.
Mis ojos se abrieron tanto que un dolor me atravesó la cabeza. ¿Cómo sabía lo del
incendio?
—Ella tiene un punto —dijo Krista—. Louise, ¿prefieres que nos desaparezcamos por
un tiempo? 55
—Cielos, no. Me encanta tenerlas a las dos por aquí. Sin embargo, Maryah, sí creo que
deberías ver algo más que nuestra casa antes de decidir si vives aquí o no.
—¿Vienes?
Para mi gran alivio, Harmony no le devolvió el golpe. Ni siquiera levantó la vista de sus
uñas moradas.
—No, me voy a encontrar con Carson aquí. Tenemos que hablar con Louise y Anthony
sobre el regalo de cumpleaños de Carson.
—¿Pensé que su cumpleaños no sería sino hasta dentro de un par de meses? —inquirió
Krista.
Debí haber hecho mi cara de «Qué Carajos» porque Louise me miró y me dio más
detalles.
—Todos los hombres de esta familia tienen Mustangs. Dylan y Nathaniel recibieron el
suyo en su decimosexto cumpleaños. Es una tradición.
—¿Te cae bien? Apenas dijo dos frases y se veía como si quisiera matar a alguien.
—¿Qué tan dura podría ser? Su hermana es como una «Campanita» de carne y hueso,
una versión vívidamente colorida. ¿Cómo es que ella terminó siendo tan feliz, y
Harmony no… tanto?
—¿Puedes creer que tiene la osadía de pensar que puede convencer a Anthony y
Louise de darle antes el coche a Carson?
—¿Quiénes somos nosotros para juzgar?
—Te comportas como si todo el mundo aquí fuera perfecto, incluso cuando actúan
raro o son malos. En serio, ¿qué está pasando contigo?
¿Cómo pude haber estado tan ciega? Krista quería que me mudara a Sedona. Era por
eso que seguía actuando como si esta gente no pudiera hacer nada malo.
Apreté la mandíbula y obligué a mis ojos a no llorar. Había estado tan envuelta en mi
propia miseria que no pensé en lo que los otros estaban viviendo. Era una presencia
oscura no deseada en el hogar anteriormente feliz de Krista. Sería un recordatorio
constante para mi tío de que su única hermana se había ido para siempre.
Probablemente deprimiría a todos. Nadie se merecía eso.
No quería arruinar la perfecta vida de Krista. O ser una carga para mis tíos. Si de
verdad amaba a mi familia, me mudaría a Sedona para que pudieran seguir con sus
vidas.
57
—Lamento haber tardado tanto, pero sí, estoy lista.
Capítulo 9
Ver no siempre es creer
Maryah
F aith se sentó detrás del volante de un Toyota Prius blanco. Krista se trepó en el
asiento trasero, así que me senté en el asiento del copiloto.
―De ninguna manera. Ninguna amiga mía va a viajar por la ciudad sin gafas de sol. Un
58
atuendo nunca está completo sin un par de estupendas gafas de sol. Son esenciales
para tu bienestar.
Buscó en su bolso y sacó lo que parecía ser un abanico Japonés, pero entonces sacó un
par de gafas del abanico ―un estuche― y me las dio.
Nos sentamos en silencio hasta que me di cuenta de que Faith continuaba mirándome
fijamente.
―¿Qué?
―¡Te di un par de gafas de sol hechas a mano, recién salidas al mercado, adornadas
con jade y seda tejida por uno de los más selectos diseñadores de moda en el mundo,
moda para los ojos que de acuerdo a la tradición china te dará amor y prosperidad, y
tú las dejas caer en tu cara como si fueran un par que valiera un dólar en una tienda de
imitación! ―ni siquiera inhaló una vez durante todo el discurso―. No estás ni un poco
emocionada. Francamente, me siento insultada.
Por supuesto que Faith sería una apasionada de las gafas de sol. Parecía como si le
apasionara cualquier cosa. Me quité las gafas, examinándolas más de cerca. Ella tenía
razón; estaban bellamente detalladas. Me sentí culpable por no apreciarlas.
―Lo siento. Son exquisitas, pero Jinx 9 parece ser mi segundo nombre en estos días.
Deberías recuperarlas para que nada malo les sucediera.
—Harmony tiene razón. Eres una deficiente mental. Nada malo va a pasar porque las
estés usando. Son tuyas ahora —sacudió la mano despectivamente—. Puedes
agradecerme algún día cuando aprecies cuán fabulosas son.
Miré detrás de mí para confirmar que Krista también pensaba que Faith estaba loca,
pero la atención de Krista estaba fija en el paisaje fuera de su ventana. Lo bueno es
que estaba usando gafas de sol, o probablemente hubiera recibido un sermón
también.
—Deberías ser guía turística —dije—. ¿Eres una aficionada de la historia o algo?
—Tenía una amiga que me enseñó que las mejores partes de una historia son la
historia y los secretos enterrados en su interior —dio un sorbo a su batido de frutas
mientras pateaba una piedra a lo largo de nuestro camino.
—En cierto modo sólo desapareció. Nadie sabe realmente por qué —Faith se sentó en
una fuente y dio unas palmaditas al hormigón a su lado. Krista y yo nos sentamos a
cada lado de ella.
—Ha sido extremadamente difícil para todos nosotros —Faith pasó la mano por la
fuente. El agua escurriéndose por sus brillantes uñas pintadas—, pero tengo fe en que
un día ella volverá.
9
Jinx: significa persona con mala suerte.
—La tengo —se levantó las gafas de sol y se inclinó más cerca de mí—, pero al final ella
tiene que tomar la decisión de regresar. Y cuando lo haga, haré todo lo que pueda por
ayudarla.
El rechinar de unas llantas hizo que todos miráramos al aparcamiento. Un Jaguar gris
oscuro se detuvo en seco en diagonal, ocupando dos lugares para aparcar. Un chico de
nuestra edad se bajó de él. Sus antebrazos estaban cubiertos de tatuajes negros y más
sobresalían del cuello de su camiseta. Su falso mohawk 11 negro azabache y
muñequeras de cuero combinaban con el interior de su Jaguar. Nunca había visto a
nadie parecerse a su coche, pero él definitivamente lo hacía. ¿Qué clase de trabajos
tenían sus padres que lo hacía lo suficientemente privilegiado para conducir un Jaguar
nuevo?
—¡Uf! —se bajó las gafas de sol y sorbió de su pajita. Por sus fosas nasales
ensanchadas, podría decir que no estaba impresionada.
—Bien, eh Maryah, soy River —sonrió, revelando unos perfectos, dientes rectos—,
¿vienen a ver mi actuación?
—Qué lástima. Canto una genial nueva canción. Lástima que se lo perdieran.
10
Juego de palabras: Faith es su nombre, pero también significa fe.
11
Fauxmohawk: es un tipo de peinado que imita al mohawk o corte a lo mohicano, sólo que a
diferencia del mohawk original, en el falso mohawk no se rapan los costados, sólo se peinan hacia
arriba.
—Una pena cataclísmica. —El sorbete del vaso de Faith produjo un sonido de
borboteo mientras succionaba lo último que quedaba de su batido—. Probablemente
deberías ir a practicar.
—Nos vemos Krista —me lanzó otra sonrisa perfecta—. Adiós, Melissa.
No me molesté en corregirlo.
—Adiós.
Una vez que estuvimos en el auto y que no podía oírnos, le pregunté a Faith sobre su
evidente aversión por River.
—Es sólo que es un engreído. Es tan poco profundo como una alberca inflable para
niños.
61
Con sólo pulsar un botón, Faith bajó la capota de su convertible. Levantó la cara al
cielo e inhaló.
Me reí.
—Julio está bien. Sin embargo en enero nieva, ¡puaj! Huele y sabe a regaliz.
Miré hacia atrás para asegurarme que Krista no se había perdido de la rareza del
momento, pero tenía la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados como si estuviera
disfrutando de la luz del sol tanto como Faith.
—Y sabor. Existen tantos fantásticos detalles en este mundo que la mayoría de las
personas nunca perciben —Faith me apretó la rodilla—. Deberías poner más atención.
Ambas cantaban “Déjà vu of You” a todo pulmón mientras mi teléfono sonaba con un
mensaje de texto de mi tía.
Se me cayó el alma a los pies. La echaba de menos a ella y a mi tío. Echaba de menos a
toda mi familia. Parte de mí se sintió culpable por no estar triste todo el día. ¿Eso me
hacía una terrible hija y hermana porque no había pensando en mis padres o Mickey
en las últimas horas?
Extrañaba mi antigua vida, pero había algo tranquilo en Sedona. No estaba mirando
sobre mi hombro constantemente buscando a dos hombres que la policía no pudo
encontrar. Por primera vez en meses, me sentía a salvo, o esperanzada, o algo además
de triste y asustada. Era reconfortante estar en un pueblo donde no me recordaban
constantemente todo lo que había amado y perdido.
62
Capítulo 10
Nada brilla para siempre
Nathaniel
S iendo sólo las ocho, no quería arriesgarme a cruzar sin que estuviera
adecuadamente despejado.
Louise se paró ante nosotros con una linterna apuntando a las manos de Carson.
—Pues sí —contestó Dakota—. Sólo pude encontrar una linterna, así que Shiloh está
dando vueltas arreglando las demás.
Louise se encogió.
—Su aura era marrón y espesa como el lodo; mucha hostilidad y frustración. También
rompió un par de platos, Harmony tuvo mucho trabajo con eso.
—No —Dakota apartó las ondas de su pelo rubio desordenado de los ojos—. No quería
causarle más daños a la casa.
Tomó un trapo y talló los puntos húmedos del logo Elemento de su camiseta.
—Intenté usar un hechizo para repeler al espíritu maligno, pero el gilipollas del espíritu
hizo que me explotara una lata de soda.
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—Algunos espíritus simplemente no saben cuando aflojar —bufó—. En mi siguiente
vida voy a ser un Caza-fantasmas.
A los 13, el arnés de Dakota no funcionó durante una aventura de escalada y estuvo
cerca de caerse y morir. Carson y yo reaccionamos instintivamente. Dakota me vio
anclado asegurándome a las rocas sobre él un segundo y debajo de él en el suelo al
siguiente. De hecho, Carson salvó su vida. Mi intención fue sólo detener su caída, pero
Carson le agarró en la mitad de la caída en picada, y Dakota se detuvo a centímetros
de mis brazos. Él se había negado a creer las explicaciones que armamos, así que el
kindrily le confió a Dakota nuestras habilidades secretas básicas. A través de los años,
consiguió mayor conocimiento sobre nosotros, y su deseo de ser un Elemento se
fortaleció.
—De todo modos —dijo Carson mientras la luz del pasillo parpadeaba y se encendía―
Shiloh me dijo que te mandará un mensaje.
Shiloh dobló por el pasillo y entró en la cocina, cantando una canción quimérica sobre
luces y fantasmas. Una cabeza llena de trenzas había reemplazado al espeso cabello
despeinado que le había visto unos días antes.
—¡Natty, hermano!
—Carson dijo que le dijiste que me mandarías un mensaje. ¿Por qué no sólo me
llamaste?
—Quizás sí, pero ninguno de nosotros tiene la habilidad de saber lo que nos dijiste
antes. Date prisa y díselo a Nathan.
—¿Decirme qué?
∞
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—¿Cerca de qué?
Miré al cielo.
—Perdona.
—Esto puede parecer una locura pero ten en mente que veo de forma diferente al
resto. Al igual que tú ves colores y yo no, puedo ver cosas que tú no puedes ―se frotó
las manos―. Promete que no me lanzarás del tejado cuando te cuente esto.
—Está bien, anoche, creí ver algo en el cielo, pero lo dejé pasar debido al contagioso
optimismo de Faith. Esta noche sin embargo, es un poco más brillante. No puedo
negar que está ahí.
Mis ojos giraron como un rayo hacia arriba, buscando la luz celestial que solía brillar a
mi lado. Sólo ví oscuridad. El espacio vacío en el cielo igualaba el agujero negro dentro
de mí. Bajé la barbilla y miré de reojo a Shiloh.
—Maldición. Tú tampoco la ves. Te lo digo, donde solía estar su estrella hay una
formación de vapor palpitante entre el gris y el plateado de acuerdo a mi gama de
colores.
—Su estrella se apagó hace casi dos décadas. Una vez que una estrella cae no regresa
otra vez.
—Hablé de ello con Faith y Louise. Quizás nunca cayó. ¿Qué tal si sólo se desvaneció 66
como su memoria y ahora está siendo reavivada lentamente?
—La estrella que la representaba se apagó. Los cielos lloran por ella y yo también.
—¿Realmente quieres que crea que no vas a luchar por devolverle su memoria? —Lo
miré fijamente, sin parpadear―. Ya no eres tú mismo, hermano. Echamos de menos al
viejo Nathaniel, el que creía en el amor y los milagros. Te lo juro, Nate, hay un indicio
de luz ahí arriba.
—Imposible.
—Ya lo veremos. —Shiloh se sentó, dejando que sus piernas colgaran en el aire sobre
un lado del techo—. Carson piensa que puedo verla por mi habilidad para ver en la
oscuridad. Espera reproducir mi don diseñando unas gafas especiales de alta
tecnología. Si lo consigo, probaré que estás equivocado.
—Lo sabemos. Es por eso por lo que Carson está haciendo las gafas.
Capítulo 11
Sacando conclusiones
Maryah
D
espués de una vuelta de todo el día por Sedona, y un montón del canto de
Faith, nos detuvimos en el camino de la entrada de los Luna. Fue entonces
cuando lo vi: un Mustang blanco.
—Muy ostentoso. Felicidades. —Ella golpeó el hombro del chico rubio cuando estaba a
medio sorbo de su bebida. La soda se desparramó por la parte delantera de él y en el
mostrador de la cocina.
—¿En serio? ¡Acabo de limpiar esta camisa! —Dakota se frotó el hombro donde Faith
lo golpeó—. Hola, Maryah. Hola, Krista.
—Mucho gusto.
Dakota era más bajo y más pequeño que Carson. Sus codos con costras y la
muñequera le daban un aspecto frágil y corruptible. Carson probablemente lo volvería
contra mí, si no lo había hecho ya.
Vaya. ¿Carson dijo que sí a una actividad que involucra mi compañía? Supongo que la
emoción de tener un coche frenó su mala actitud hacia mí. No quería pasar el rato con
Carson, pero tampoco quería parecer una mocosa anti-social escondida en mi
habitación toda la noche.
—¡Yo secundo eso! —un chico con trenzas y piel del color del caramelo entró por la
puerta de la cocina—. Oye, Maryah, soy Shiloh. La media naranja de Faith. Es
maravilloso verte.
Su sonrisa brillaba.
—Hola, Krista.
—Muchas gracias. Uno de mis estudiantes de danza me lo dio como regalo. —No era
mucho más alto que Faith, pero se veía bastante musculoso debajo de su ancha
camiseta negra y pantalones cortos blancos de baloncesto. Las zapatillas
fluorescentes coordinaban con el pelo y la brillante ropa de Faith.
—Los padres de Shiloh son dueños de una academia —aclaró Faith—. Su madre es de
Jamaica y su padre es de Asia. Bailan de todo, desde Salsa hasta Africana. Es de donde
mi Jamasian12 sacó su talento. Son las personas más geniales del mundo, bueno,
12
Jamasian: le llama así porque su madre es de Jamaica y su padre de Asia.
aparte de nosotras —me dio un codazo juguetonamente. Obviamente no tenía ni idea
de lo poco genial que era yo.
Shiloh hizo una demostración de un elaborado giro con juego de piernas, luego baja la
cabeza hacia Faith y la besa.
—Muuuucho tiempo.
—¿Jumper?
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—Sobre el chico que puede teletransportarse.
—Nunca he oído hablar de ella —hice un indeciso contacto visual con él. Sus palabras
sonaban neutrales, pero su expresión era intensa.
—¡Será Jumper! —anunció Faith—. Haré las palomitas de maíz —bailó hasta la
despensa de la cocina.
Seguí a Carson por el pasillo, mirando a la parte trasera de su sudadera blanca, segura
de que se daría la vuelta en cualquier momento y diría algo malo. Tal vez estaba
tratando de estar a solas para que no hubiera ningún testigo.
Carson buscó entre los DVD’s mientras yo estudiaba los cuadros en las paredes. Varios
bocetos colgaban alrededor de una de las pinturas de Louise. Eran todos iguales: un
par de ojos femeninos dibujados con intrincado detalle. Su forma me recordaba a los
míos, pero eran más bonitos que los míos y las cejas eran más oscuras.
Divisé una foto enmarcada en la mesita de noche de una chica alta curvilínea con largo
pelo rizado. Tenía deslumbrantes ojos verdes, definitivamente los de los dibujos, y una
sonrisa cálida. Parecía una supermodelo.
—¿Están casados?
—Nathan es un anticuado. Esta fue tomada con película real. Con una cámara estilo de
los 80’s.
—Ella es hermosa.
En cierto modo era dulce, él siendo protector con su hermano mayor. Miré la foto de
nuevo, preguntándome si Carson había juzgado a Mary con tanta dureza como lo hizo
conmigo. Mi madre siempre decía que hay muchas versiones de una misma historia.
—No tienes ni idea. —Carson tomó el marco de mis manos y lo puso boca abajo sobre
la mesa de noche—. Hora de la película.
∞
71
Mientras los créditos de cierre se desplegaban en la pantalla, Faith agarró mi mano.
— ¿Qué te pareció?
—Bastante bueno. Krista solía inventar historias sobre un chico con los mismos
poderes cuando era pequeña.
—¿Lo hacías?
—Sí, lo estás. Puedo percibir estas cosas. ¿Qué habilidad te gustaría tener si fueras un
superhéroe?
—Bueno, ha sido un día muy largo, y tengo que llevar a casa a Shiloh.
Shiloh bostezó y estiró los brazos por encima de su cabeza. La manga de su camiseta
se recogió hacia arriba, dejando al descubierto un tatuaje en su hombro: el número
doce rodeado de círculos enlazados.
—Oh, eh —miró por encima del hombro y luego a Faith—. Mi número es doce en el
fútbol.
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—¿Y los anillos?
Él sonrió.
Un poco raro que alguien amara tanto así a su equipo de fútbol, pero ¿quién era yo
para juzgar?
Faith rodeó con los brazos la cintura de Shiloh y dijo algo en un idioma extranjero. Él
respondió con el mismo tipo de palabras incomprensibles.
—Tenemos que irnos —rio tontamente Faith—. Dakota, ¿quieres que te lleve?
—No —respondió—. Voy a pasar la noche aquí, así podré vencer a Carson en su nuevo
videojuego.
—No, arreglamos el tuyo hoy. No más cuarto de huéspedes para vosotras dos.
De ninguna manera podían reparar los daños causados por el fuego y el agua en un
día. Después de que Dakota y él se alejaran, Krista y yo nos dirigimos a nuestra
habitación original.
Entrecerré los ojos, eso haría la escena más fácil de ver y empujé la puerta para abrirla.
—¿Qué demo…?
Capítulo 12
Mudándose pero acercándose
Maryah
T odo estaba exactamente igual que antes del incendio. Los mismos postes de
rama de árbol, la misma ropa de cama, incluso el atrapa-sueños parecía idéntico
al que colgaba antes ahí. No había suelo ni techo quemados. Ni daños por el
agua ni olor a humo.
—Trabajan deprisa.
Otra indirecta de que quería que viviera con los Luna. Siempre creí que Krista y yo
éramos inseparables, pero desde que llegamos a Sedona, siento como si me estuviera
empujando a alejarme. Sólo había una manera de estar segura.
—Estoy muy celosa. Quiero decir, estoy triste de que vayamos a estar tan alejadas,
pero sé que te sentirás mucho mejor aquí.
¿Triste? Estaba tan lejos de la tristeza que necesitaría un GPS para encontrarla. Nunca
la había visto tan feliz. No sabía si llorar o gritarle por ser tan insensible
—Oh, Pastelito, este va a ser tu lugar de sanación. Simplemente lo sé. Les explicaré
todo a mis padres para que lo entiendan. Y me aseguraré de que todas tus cosas sean
embaladas y te sean enviadas.
¡Ni siquiera quería que volara de vuelta a casa con ella para empaquetar mis cosas! No
pude abrir mi boca porque estaba segura de que lloraría o gritaría, así que tan sólo
asentí.
—Hola.
—Bueno, solía estar mucho más abarrotada, pero las cosas cambian.
El sudor bajó por mi espalda. Dos de sus propios hijos se habían mudado. ¿Por qué
querría tener a una mequetrefe como yo merodeando a su alrededor?
Mi corazón retumbó tan fuerte que pensé que el escritorio que nos separaba estaba
vibrando.
—Tú eres lo más alejado de una perturbación. Serás eternamente bienvenida en esta
casa y en nuestros corazones. 76
Louise probablemente estaba intentando ser educada. No quería que me sintiera poco
querida, así que me daba respuestas políticamente correctas. Cruzó sus manos encima
del escritorio.
—No obstante, no te forzaré a vivir con nosotros. Tú debes decidir qué camino es
correcto para ti.
Asentí y presioné mis dedos contra los brazos de mi silla. Estaban sudados y chirriaron
contra la madera pulida.
—Hablé con el instituto local y las clases empiezan la próxima semana. Si te quedas,
podrías empezar el curso a tiempo.
—Maryah, entiendo el tormento emocional por el que estás pasando, pero por favor,
quiero que sepas que te amamos más de lo que te imaginas. No queremos nada más
para ti, salvo que permanezcas con nosotros.
Eso lo solucionaba. Krista me estaba echando fuera y Louise me estaba invitando a
entrar. Decisión tomada. Me atraganté con las palabras.
—No tienes ni idea de lo feliz que me haces. ¡Lo feliz que esto nos va a hacer a todos!
No estaba lista para hablar con Krista aún, así que vi reposiciones de series de
televisión antiguas en soledad durante un rato. Sobre la medianoche, Louise atravesó
la sala de estar.
—Bien, me voy a la cama. Los tés de hierbas están en la despensa si necesitas ayuda
para relajarte.
—Dulces sueños, querida. Estoy muy contenta de que hayas decidido quedarte con
nosotros.
Incluso mientras veía la televisión, me sentía tensa por tener que contarles a mis tíos
que no iba a regresar a Maryland. Lo de relajarme sonaba bien, así que asalté la
despensa y encontré una jarra de cristal con té y con las palabras “Sueño Tranquilo”
escritas en una etiqueta. Me serví una taza y me hice un ovillo en el sofá. El té
funcionaba mejor de lo que esperaba.
Se dio la vuelta, sus magros músculos destacando por debajo de su camiseta. Parecían
naturales, lo cual tenía sentido porque los ángeles no parecían ser del tipo de los
obsesos de gimnasio. Sus ojos eran fríos y cautelosos, pero se acercó y me pasó el té.
¿Podría un ángel de la muerte envenenar mi té? Ataque brutal, fuego abrasador, té…
Una de esas cosas no encajaba.
Tomé unos pocos sorbos mientras nos mirábamos fijamente el uno al otro. Quería
preguntarle cómo era la muerte y si sabía dónde estaban mis padres y mi hermano,
pero hablar requería más esfuerzo del que yo parecía poder reunir.
—¿Duele? —susurré. Esa pregunta se llevó cada pizca de energía que tenía.
—¿El qué?
Intenté asentir, pero mi cabeza sólo se apretó más contra la almohada. Mis párpados 78
pesaban y mis músculos se habían derretido. Se levantó y se fue caminando por el
pasillo hacia la habitación. Quise seguirle, pero no pude. Demasiado para una
conversación con ángeles.
—Por lo visto no podía dormir, así que vine a buscar algo de beber y la televisión
estaba encendida —sus palabras sonaban forzadas como si estuviera recitando un
discurso.
Me puse en pie, pero tuve que estabilizarme con ayuda de la mesita auxiliar mientras
que un infame mareo fluía a través de mí.
—¿Algún sueño extraño?
Miré al techo, luchando contra las lágrimas, pero algo nuevo colgaba por detrás del
atrapa-sueños.
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—¿Qué es eso? —le pregunté.
—Es un poco narcisista, pero colgué una foto mía. Me imaginé que de esa manera,
todavía estaré aquí cuidando de ti.
Y entonces sí que lloré. ¿Cómo podía estar enfadada con ella después de hacer algo
tan tierno? Y lo más importante, ¿cómo iba a sobrevivir viviendo tan lejos de ella?
Me aparté, estupefacta.
—¿Lo harás?
13
La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone): fue una serie de televisión estadounidense en los
años 60. Cada episodio recreaba un relato de fantasía, terror o ciencia ficción, a menudo rematado por
un final sorprendente.
Sonrió y me secó las mejillas.
—Rotundamente. Me encanta este lugar y toda esta gente. Sé que estar aquí es lo
mejor para ti, pero eres mi mejor amiga. Te añoraré más que al chocolate.
Nuestra charla privada debería haberme hecho sonreír, pero mis labios, y mi corazón,
se sentían como arenas movedizas. La abracé con toda la fuerza que tenía, que no era
mucha debido al té. —Decirte adiós mañana va a hacer añicos mi corazón.
—El mío también. Pero tengo suficiente pegamento milagroso para unirnos de nuevo.
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Capítulo 13
Persiguiendo la verdad
Nathaniel
M
¿O sí?
aldición, me había vuelto un acosador.
Dedrick había hecho todo lo posible para encontrar a Maryah y matado a cualquiera
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que se interpusiera en su camino. No dejaría que la historia se repitiera de nuevo.
Maldito fuera si dejaba que esos desalmados atraparan a Maryah… o a cualquier
miembro de nuestro kindrily.
—Espera —agarré su brazo—. ¿No mencionó para nada el haberme visto? Quizás sabía
que yo era real.
Suspiró pesadamente.
—Mira, la chica no parece muy brillante, pero ¿no crees que hubiera dicho algo si vio a
un extraño en nuestra casa, sobre todo a mitad de la noche?
—Pero ella me habló. Nunca ha sido de las que habla en sueños. Viajar, sí. Hablar, no.
Eso me hizo reír por lo bajo. Los miembros de nuestro kindrily han cambiado papeles
muchas veces. La primera vez que un miembro nacía como un pariente era difícil de
aceptar, pero después de varias vidas de cambiar de hermano, primo, tío, hijo, vecino,
etc, la etiqueta o la edad dejaban de tener importancia. Nacer en familia o amigos nos
facilitaba el permanecer unidos.
Hace tres vidas, Louise había sido mi hermana menor, así que la alusión de “mamá” de
Carson me recordó lo inexperto que era.
Me senté en mi cama, recreando mi interacción con Maryah. Ella había dicho llévame.
¿Qué significaba eso? Mi lado adolescente lleno de testosterona esperaba que se
refiriera a un modo físico. Como en, no puedo resistir mi intensa atracción hacia ti, así
que llévame y haz lo que quieras conmigo. La sangre se precipitó a cierta parte de mi
cuerpo sólo con pensarlo, pero mi lado lógico y sensato pensó que probablemente
quería que la llevara a algún lado. ¿A dónde? ¿Y quién pensaba que era yo? ¿Por qué le 82
pediría a un supuesto extraño que la llevara algún lado?
También había preguntado si dolía. ¿Si dolía qué? ¿Perderla? No, no podría saber que
tuvimos un pasado juntos. Y su anillo. Verla usándolo me hizo sentir como si un
pequeño fragmento de mi destrozado universo hubiera sido puesto de nuevo en su
lugar.
Dio un golpecito a la puerta justo antes de que la abriera. Llevaba sus gafas para leer
puestas sobre su cabeza y su pijama no lucía arrugado o como si se acabara de
levantar.
—Estoy contenta de que estés aquí. Planeaba llamarte por la mañana, pero cuando
Carson me dijo que estabas de visita me pareció mejor hablar ahora.
—Marcus lo siguió por el pueblo durante horas y terminó en el Teatro Empire. Esperó
afuera un rato, pero Dedrick no salió. Marcus intentó entrar para buscarlo, pero el
lugar estaba cerrado. No es mucho, pero es un comienzo.
—Eso es lo raro. Lo siguió cuando salía de un bar que cerraba. Para cuando intentó
entrar al teatro eran casi las cinco de la mañana. Ningún teatro está abierto a esas
horas del día.
—Lo hizo tan pronto como pudo. Odia los teléfonos y nunca lleva uno encima. 83
Eso podía entenderlo, pero habíamos perdido dos horas de tiempo valioso. Dedrick
podría estar en cualquier lugar.
Louise asintió.
—Voy a Liverpool —me tensé, preparándome para atravesar, pero Louise me tomó
del brazo.
—Es viejo.
—Incluso más viejo que Edgar. Dylan y Amber despegan en cualquier momento.
Recogerán a Edgar y Helen y luego se pondrán en contacto contigo tan pronto como
aterricen.
Asentí, luego reacomodé mi cuerpo. El electrizante hormigueo de atravesar se hizo
más fuerte. Imaginando los ojos de Marcus, me desvanecí de mi habitación.
Escuché la chimenea crepitando antes de que el olor a tabaco inundara mi nariz. Abrí
los ojos para ver a Marcus con una bata a cuadros, sentando en una silla Wingback14,
luciendo mucho más viejo físicamente, de lo que sugería su foto.
Bajó su pipa.
—Una entrada como esa no necesita presentación —su marcado acento me hizo
extrañar mis alegres viejos días en Inglaterra.
—Hola, Marcus —estreché su mano—. Gracias por avisarnos sobre Dedrick y por
permitirme atravesar aquí.
Me miró de arriba abajo, luego entrecerró los ojos; la foto todavía estaba apretada en
mi mano.
—He conocido a otro Atravesador en mis vidas y cuando ella viajaba, aparecía en el
otro lado sin una prenda de ropa. Ciertamente no podría llevar artículos adicionales
con ella. ¿Cómo lo haces?
—Evolución —respondí.
—No, sólo objetos inanimados, e incluso esos tienen límites. Aún no he sido capaz de
mantener un auto unido a mí.
—¿Un auto? —Se sirvió un té escocés—. ¿Qué pasó cuando lo intentaste? —señaló un
vaso vacío, ofreciendo prepararme un trago.
—He oído tu historia. Mis condolencias —la lluvia azotaba las ventanas. Las llamas de
la chimenea iluminaban débilmente el rostro de Marcus—. Louise cree que la dama se
recuperará. Dice que es demasiado poderosa para morir.
Se inclinó hacia delante, parecía como si hubiese sentido que no me quedaba ninguna
esperanza.
—Quizás deberías planear quedarte más tiempo conmigo. Podría enseñarte una cosa
o dos sobre el amor y la vida.
Casi me niego, ansioso por dejar de charlar y empezar a cazar, pero entonces recordé
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la verdadera edad de Marcus. Tenía el mayor respeto por la sabiduría de los ancianos y
no podía despreciar semejante regalo. Además, llevaría algún tiempo localizar a
Dedrick.
Maryah
El trayecto fue un borrón de señales de stop, otros coches, y Faith cantando. Estaba
tan nerviosa que requirió todo mi esfuerzo evitar vomitar los cereales.
Faith y Harmony estaban en mi primera y última hora de clases, pero no tenía ninguna
con Shiloh. Carson y Dakota eran de tercer año, así que no era sorpresa que no
tomáramos clases juntos. Pasaría sola la mayor parte de mis días y me parecía bien.
Después de un aula sin percances con un montón de extraños, seguí mi mapa a la
clase de inglés. En cada pupitre había etiquetas con el nombre. ¿En serio? ¿Etiquetas?
¿Estábamos en preescolar?
—Parece que nos puso en orden alfabético —dijo Faith haciendo un mohín—. Tú estás
en la última fila y yo estoy en la de delante.
—Agradezco ser una Woodsen. Un asiento en la parte de atrás hace que esconderse
sea más fácil.
—Oh, detente. Quizás nos deje mover los lugares una vez que nos conozca a todos.
Me senté en una silla de patas tambaleantes. Si podía pasar inadvertida todo estaría
bien. El timbre sonó y los estudiantes se apresuraron a sus lugares. Una mujer alta de
cabello castaño se paró frente al salón.
¿Por qué todo el mundo pensaba que el día de hoy era tan emocionante? Era el
comienzo de otro año escolar, largo y difícil como los demás.
—¡Qué momento más grande de vuestras vidas! —la profesora hacía movimientos
exagerados con las manos mientras hablaba—. Soy la Srta. Barby, y me acabo de
mudar aquí desde Ohio. —Su sonrisa nunca cesó. Tendría que tomar seis tazas de café
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para tener su energía.
Faith tenía una gran sonrisa en su cara mientras miraba a la profesora caminar por los
pasillos y continuar con su animada presentación. Era obvio que a Faith le simpatizaba
la Srta. Barby y podía entender el por qué. A las personas felices e hiperactivas
siempre simpatizaban con otras personas felices e hiperactivas.
La Srta. Barby pasó a pedir a cada uno de nosotros que nos pusiéramos de pie y nos
presentáramos, arrancando de un gran tirón mi plan de “pasar desapercibida”.
Varios de los chicos dijeron su nombre y que habían vivido aquí desde siempre, si
practicaban algún deporte, y a cuál universidad esperaban asistir. No me había dado
cuenta de que Chico Jaguar estaba sentando a mi lado hasta que se presentó. Se puso
de pie y se recostó en mi pupitre antes de hablar. Me hice hacia atrás rápidamente,
tratando de poner cierta distancia de su incómoda cercanía, pero mi silla casi perdió el
equilibrio. Afortunadamente, él tenía toda la atención de la clase.
—Todos ya me conocen. Soy River Malone, vocalista de los Rebel Junkies, futura
estrella de rock profesional —levantó las manos—. Sin autógrafos, por favor.
La mayoría de la clase se rió y aplaudió. Un chico chocó los cinco con él.
Faith se paró de un salto, acallando temporalmente al salón con una animada
presentación de sí misma. De nuevo, las personas le silbaron o aplaudieron mientras
hacía una reverencia con elegancia. Hacían que pareciera fácil, entonces ¿por qué me
aterraba que llegara mi turno?
—¿Eres de Maryland? ¡Qué bien! —exclamó la Srta. Barby con una cursi sonrisa—.
¿Qué los trajo a tu familia y a ti a Sedona?
¿De verdad estaba pidiendo más información, peor aún, acerca de mi familia?
—Me mudé aquí para vivir con mi madrina. Mis padres y mi hermano murieron —le
eché un vistazo a Faith—. Y no, no tengo planes para ninguna universidad todavía.
El salón estaba tan silencioso que la clase probablemente me escuchó esforzarme por
respirar. River se giró para verme. Tenía su ceño fruncido en lo que parecía compasión.
Bajé el ala de mi sombrero sobre mis ojos, concentrándome en el libro frente a mí, y
luchando por no llorar.
—Su nombre es Ma-ry-ah —la compasiva mirada de Faith me taladró desde el frente
del salón, pero no pude mirarla. Si lloraba, tenía garantizado aparecer en los
encabezados de la fábrica de rumores de la escuela.
—Maryah. Cierto. Que nombre tan bonito. Está bien, sumerjámonos en nuestra
primera lección —la Srta. Barby nos pasó nuestros libros de texto mientras River
deslizó una nota en mi pupitre.
Bienvenida a Sedona. Lamento lo de tu familia. Sé cómo te sientes. Dime si necesitas un
guía turístico. Paz, River.
Faith y yo quizás tendríamos que estar en desacuerdo sobre ser fan de River. Lo miré y
articulé con los labios la palabra “gracias”.
Me perdí sólo una vez mientras trataba de encontrar la clase de historia. El resto del
día había salido bastante bien, sin más dramas, lagrimeos, o situaciones
embarazosas… hasta la clase de música de la última hora.
River arrastró una silla frente a mi pupitre y luego se sentó a horcajadas para mirarme
a la cara. Mi pulso retumbaba entre mis orejas.
—¡Sr. Malone! —gritó nuestro maestro. El resto de la clase se nos quedó mirando.
El Sr. Milton sostuvo un bloc de papel rosa, agitándolo en el aire mientras hablaba. —
Su segundo se terminó. Dese la vuelta ahora mismo o se irá de viaje a la oficina del
director.
Después de que saliese, levanté la vista para ver que cada miembro de mi clase,
incluyendo a Faith y Harmony, me miraba fijamente. Una pelirroja un pupitre más allá
tenía su teléfono apuntado hacia mí.
Novia. Oh, por Dios. ¿Había estado coqueteando conmigo? Nunca habían coqueteado
conmigo antes. No estaba segura de cómo reaccioné, pero ¿parecería culpable en
video? Traté de alegar inocencia.
El Sr. Milton empezó la clase y todos menos yo parecían estar poniendo atención. Me
quedé viendo una mancha de agua en el suelo, deseando que se convirtiera en una 90
piscina y poder saltar a ella y ahogarme. En algún lugar la novia de River estaba viendo
un video de su novio haciendo una escena por mí, la chica nueva. Nada bueno podría
salir de ello.
Maryah
M i ángel estrella de cine apareció en mis sueños otra vez. No dijo ni una
palabra. Sólo se sentó en el techo de un edificio, mirando fijamente hacia la
ciudad de calles adoquinadas. Casi podía verlo planeando mentalmente su
próximo movimiento. Encontraría una forma de llevarme a casa, para estar con mi
familia de nuevo.
Hasta ese momento, tenía que soportar otro día en el instituto. Le pregunté a Louise
si podía tomarme un día por enfermedad (realmente deberían implementar un
número de días para cobardes), pero me lo negó.
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River no se presentó a clases y no tenía ni idea de cómo era su novia. Podría haber sido
cualquiera. Todo el día me sorprendí a mí misma escudriñando los pasillos entre
clases, preocupándome de que cada chica rockera que veía me fuera a golpear en la
cara con una carpeta. No quería preguntarle a Faith, o a cualquier otra persona, sobre
ella porque me preocupaba que pudiera desencadenar más drama.
Ni siquiera el sonido del timbre de la última clase me hizo sentir mejor. ¿Y si me estaba
esperando en el aparcamiento? Tal vez no había estado en el instituto todo el día
porque se estaba armando para atacarme.
Si Mikey estuviera aquí, me diría que estaba siendo una loca paranoica.
Después de lograr llegar a salvo al coche de Faith, finalmente me relajé. Mis músculos
dolían por estar tan tensos. Cuando Faith sugirió detenernos en Tlaquepaque para
comprar batidos, acepté, con la esperanza de que tuvieran un trago de algo que
pudiera calmarme.
—Oye, Maryah —River se detuvo frente a mí—. Esta es April. Ape15, ella es la chica
nueva.
Ape. Ella no se parecía en nada a un mono. Era alta y delgada con cabello que fluía
como miel sobre sus hombros. Sus ropas eran de color pastel y femeninas, con
volantes y todo. Y estaba sonriendo. A mí. Una sonrisa dulce, como si fuera el tipo de
persona que se ofrece a alimentar a los desamparados y leer a ancianos solitarios en
asilos.
¿Esta era la chica a la que había temido por las últimas veinticuatro horas?
Me tomó unos segundos que mi boca estuviera lo suficientemente húmeda para poder 92
hablar.
—Es rocosa.
Su risa sonó como Skittles16 de colores derramándose sobre una mesa de cristal, toda
colorida y dulce.
River nos miró como si estuviéramos siendo ridículas, y lo éramos en cierto modo.
—Te tendremos fuera de él en poco tiempo —dijo April—. Recuerdo lo que se siente al
ser la chica nueva, constantemente matando las libélulas en tu vientre.
—¡Sí! —Prácticamente grité—. Así es exactamente cómo me siento. Mucho peor que
las mariposas.
15Ape: diminutivo de April. Se hace un juego de palabras porque en españolsignifica “mono” o “simio”.
16
Skittles: es una marca de caramelos masticables de fruta producida y comercializada por Mars,
Incorporated.
—Mucho peor —coincidió April—. Oye, deberías venir conmigo aquí esta noche. La
banda de River está tocando y te puedo presentar a algunas personas interesantes.
April parecía alguien con quien Krista hubiera formado una buena amistad, o con
quien Mikey hubiera salido. Casi podía oír a Mikey animándome a hacer más amigos.
—Genial. Guarda mi número y llámame si puedes venir. River toca a las nueve.
Asentí de acuerdo como si fuera toda fuerte y segura, pero ¿por qué no se me había
pasado? Había sido golpeada y dejado a las puertas de la muerte por un hombre
malvado tres veces del tamaño de April. Y sobreviví a eso, sin embargo, ¿estaba
preocupada por meterme en una pelea en la cafetería?
—¿Y escuchar a River gritarle a un micrófono toda la noche? No, gracias. Aprecio mis
tímpanos. Además, tengo planes con Shiloh. Pero si April no puede llevarte a casa,
llámame. Vendremos a buscarte.
—Gracias —salí del coche y me despedí de Faith con la mano mientras se alejaba.
El cielo se había oscurecido, pero las luces de la calle de la plaza comercial brillaban.
Cintas de grandes focos blancos colgaban de balcones y arcos, haciendo que se
sintiera más como Navidad que finales de agosto.
April me saludó con la mano desde el muro del jardín donde estaba sentada.
—Gracias de nuevo por haberme invitado.
Más personas entraban poco a poco al patio. Un tipo frente a nosotras tiró palomitas
por el suelo mientras las lanzaba a su boca. El olor a mantequilla hizo que mi
estómago gruñera. Miré alrededor a los escaparates, tratando de pensar en algo de
que hablar.
—Baltimore.
—Mi madre está enferma, y hay una clínica aquí que supuestamente es increíble.
Piensa que ésta es una especie de pueblo de curación milagrosa.
94
—Oh —casi pregunto qué tipo de enfermedad, pero pensé que podría ser demasiado
personal—. También escuché la teoría del pueblo curativo. Con suerte este lugar la
ayudará.
April asintió. Me pareció ver lágrimas, pero entonces una brisa lanzó su cabello sobre
su rostro.
—Entonces, ¿cuál es tu historia? River dijo que perdiste a tus padres. Lo siento.
Recorrí con el dedo las curvas de una maceta a mi lado, tratando de que mi voz
funcionara.
—Fueron asesinados.
—No te das el crédito suficiente. Te he visto con Faith y Shiloh. Todo el mundo los
ama. Eres parte de su grupo de populares.
Los populares. Parecía como un exclusivo club intocable cuando vivía en Maryland.
Mikey estaría muy orgulloso porque evolucioné de mi estado tímido.
—Créeme —April observó a River jugar con los altavoces del escenario—. Es difícil
entrar en su club.
—No lo digo en un mal sentido, así que por favor no creas que estoy hablando mal,
pero Shiloh y Faith, su hermana gemela, su hermano menor Carson y sus hermanos,
siempre han sido esa hermandad cerrada a la que nadie más puede unirse. Es decir,
Faith es muy agradable y hace un montón de amigos superficiales, pero olvídate de
tratar de pasar el rato con ella o ir más allá. No le dan la bienvenida a extraños. Todos
son así. Es sorprendente ver a Faith hacerse amiga tuya tan rápido.
Estaba estupefacta.
—Carson parece ser así, y definitivamente Harmony, pero ¿Shiloh y Faith? ¿Dakota?
Están muy lejos de ser pretenciosos.
—Verás a lo que me refiero con el paso del tiempo. Espero que no te convenzan de ser
de esa manera. Tú pareces muy sincera.
La banda probó sus instrumentos, tocando algunas notas con las guitarras y
tambores. Un par de personas saludaron con la mano a April, pero se quedaron
reunidos cerca del escenario.
Enredó su cabello alrededor de su dedo de nuevo.
—Sé que acabamos de conocernos, y que esto puede parecerte muy extraño, pero
¿puedo pedirte un favor?
—Por supuesto.
—No voy a ir al instituto por el resto de la semana. Mi madre está pasándolo mal y
tengo que ayudarla, así que incluso podrían ser un par de semanas, no estamos
seguras todavía. Pero… por Dios, me siento tan insegura por siquiera pedirte esto.
—No, adelante.
Respiró profundo.
—Me siento tan falsa por pedirte que los espíes. Es sólo que se le insinúan tantas 96
chicas, incluso mis amigas. Tengo miedo de dejarlo solo por tanto tiempo, pero no
tengo elección.
—Sólo tenemos dos clases juntos, así que en realidad no lo veo tanto.
Mi pulso se aceleró.
—Tiffany me mostró el video y River me tocó la canción que está componiendo para ti.
Si lo inspiras musicalmente, cosa que hiciste, él no te dejará en paz.
No podía creer que estuviera tan tranquila de que su novio le escribiera una canción a
otra chica. Tenía mucho que aprender sobre el mundo de las citas.
—Gracias por venir esta noche. Somos los Rebel Junkies. Soy River Malone, y me
gustaría dedicar esta canción a dos encantadoras chicas en el público. Vosotras sabéis
quiénes sois —giró a mirar a su baterista y después de tres chasquidos de las baquetas,
la banda comenzó a tocar su primera canción.
—¡Me alegro de que hayas venido! Vamos a ser amigas para toda la vida. Sólo lo sé —
se paró de un salto y empezó a bailar, si podías llamarlo de esa manera.
Maryah
River me lanzó una mirada irritada durante la clase de música. Pensaba que nuestro
maestro lo odiaba porque él estaba haciendo lo que el Sr. Milton sólo podría soñar:
cantar en una banda. River hacía un montón de comentarios insidiosos como ese, pero
98
nunca lo tomé en serio.
El Sr. Milton había estado dando clases de los "grandes de la música." Empezó hace
unas semanas con música de 1890 y principios de 1900. Mi semana favorita de clases
fue la de 1920 a 1950. Cada canción que el Sr. Milton tocó en clase, me hizo pensar en
mis padres bailando en la sala.
17
Louis Armstrong: fue un trompetista y cantante estadounidense de jazz.
18
Ella Fitzgerald: fue una cantante estadounidense de jazz.
Era viernes y nuestra última clase de los 90’s. Habíamos estudiado varios géneros,
pero el Sr. Milton parecía estar realmente entusiasmado con la escena del grunge 19:
Pearl Jam, Stone Temple Pilots y Nirvana.
Kurt Cobain20 fue el principal tema de discusión y todos dieron sus opiniones acerca de
su suicidio. Desde el ataque, había considerado poner fin a mi vida un par de veces,
pero era demasiado cobarde como para pegarme un tiro o tomar un montón de
pastillas.
—Me gustan algunas de sus canciones —no iba a admitir que era una rara y prefería la
música de antes de la era del rock.
99
—Supongo que mi mente estaba en otra parte —con mi visión periférica vi a Faith y a
Harmony mirando en nuestra dirección.
—Con April. Estoy preocupada por ella. ¿Prometes decirle que me llame la próxima
vez que hables con ella?
—Te lo dije. Apenas devuelve mis llamadas telefónicas. Pero está bien. Sólo está
ocupada jugando a la enfermera con su madre.
—Claro —me levante y puse los ojos en blanco—. Me tengo que ir.
—¿Quieres salir este fin de semana? Hay una gran fiesta el sábado por la noche.
19
Grunge: en ocasiones conocido como “sonido de Seattle”, es un subgénero del rock derivado del hard
rock y el rock alternativo influenciado por el Noise Rock, tomando sonidos cercanos al hard rock,
el heavy metal, el punk y el hardcore punk y con estructuras cercanas al rockclásico.
20
Kurt Donald Cobain: fue el cantante, compositor y guitarrista de la banda grunge Nirvana.
¿River me estaba pidiendo ir a una fiesta con él? Hablarme en la escuela era una cosa,
¿pero ser visto en público conmigo?
—Desapareces del mapa —esbozó su sonrisa del gato de Cheshire21 —. Estoy celoso.
—¡Vamos, Maryah!
Seguí a Faith mientras parloteaba sobre lo divertido que iba a ser este fin de semana.
Haríamos un viaje a Albuquerque a una Balloon Fiesta 22 para celebrar el cumpleaños
de Nathan. Nunca había visto un globo aerostático en la vida real, así que lo estaba
deseando un poco.
—¡Que este tren parta de la estación! —gritó Anthony desde el camino de entrada.
21
Gato de Cheschire: personaje del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, puede desaparecer
gradualmente hasta que no queda nada más que su amplia sonrisa, haciendo notar a Alicia que muchas
veces habrá podido ver a un gato sin sonrisa pero nunca a una sonrisa sin gato.
22
Balloon Fiesta: festival anual de globos aerostáticos que se lleva a cabo en Albuquerque durante los
primeros días de octubre. Dura nueve días, y tiene alrededor de 750 globos aerostáticos. Es el festival
más grande el mundo en su tipo.
automóviles, seguido por el Cruiser FJ23 con forma de caja de Shiloh, llevando a Faith,
Harmony y Dakota.
Carson insistió en conducir ilegalmente su nuevo coche. Cómo fue que Louise y
Anthony estuvieron de acuerdo con ello me dejó perpleja. Todos los demás se
negaron a ir con él, así que tuve que elegir entre ir con el Sr. McSnotty, y tener
quemaduras por el viento al viajar en el descapotable, o estar aplastada en el asiento
de atrás durante horas con Dakota y Harmony. A regañadientes, elegí comodidad
física sobre paz mental.
La primera hora del camino, Carson y yo no hablamos. Luego, durante la mejor parte
de una canción fenomenal, bajó el volumen de la radio y se subió las gafas de sol a la
parte superior de la cabeza.
Oh, Dios.
—Claro.
—Música. Amigos. Perdió a su padre a una temprana edad y yo... perdí a todo el
mundo.
23
Toyota FJ Cruiser es una SUV de estilo retro con estilo y rendimiento en la carretera que recuerda a
los originales Toyota Land Cruiser FJ40. Es construido por Toyota filial Hino Motors en Hamura, Japón
desde 2006.
No lo podía creer. Carson me dijo algo agradable.
—Gracias por decir eso, pero no te preocupes. River no está interesado en mí.
Además, soy amiga de su novia.
—No lo sé, supongo que nunca… un momento, ¿cómo sabes que no tengo novio?
—Golpe de suerte.
—Tomé la decisión de no tener citas. ¿Por qué perder el tiempo con la persona
equivocada? Me gusta la idea de esperar por esa única persona destinada para mí, no
importa cuánto tarde en encontrarlo.
—Si ella creía eso entonces por qué… —hizo una pausa—. No importa.
La tristeza abatió mi cuerpo contra el asiento. Me di cuenta de algo por primera vez.
Mi madre nunca me vería enamorarme, nunca asistiría a mi boda, y nunca conocería a
sus nietos.
Me pareció ver un destello de calidez en sus ojos antes de que los cubriera con las
gafas de sol.
Mi estómago se sentía revuelto. Mi madre solía decirme que los niños malos del patio
de recreo sólo se burlaban de mí o me decían cosas crueles porque les gustaba. ¿La
actitud desagradable de Carson era su retorcida forma de coquetear? No sabía qué
decir, así que resoplé y miré el desierto pasar volando más allá de nosotros por el resto
del camino.
Para cuando llegamos a nuestro hotel, el sol había desaparecido y había bajado la
temperatura. Me puse el suéter antes de salir del coche. Shiloh ya había estacionado
su furgoneta y Faith estaba saltando por el estacionamiento.
—¿Qué emocionante es esto? —daba palmadas con las manos juntas como un mono
de juguete con platillos.
Louise y Anthony parecían aún más felices que de costumbre. Me sentí tan fuera de
lugar. Este era un evento familiar importante y no quiero ser una aguafiestas. Fingí
una sonrisa.
103
—¡Yupi! Mi primer viaje a Albuquerque. Estoy entusiasmada.
—Vamos, gran mentirosa, vamos a ver si Nathan ya está aquí. Shiloh, podéis con
nuestras maletas, ¿no? —no espero por una respuesta.
—¡Maldición!
Sabía cómo se sentía. Los Mustang eran ruidosos y mi cabeza también estaba
palpitando con dolor de cabeza. Bien pensado, siempre tenía dolores de cabeza, pero
quejarse nunca fue de ayuda.
Faith, Harmony y yo compartíamos una habitación. Louise y Anthony tomaron la
habitación contigua a la nuestra. Carson, Shiloh y Dakota reclamaron la habitación al
otro lado del pasillo. El ilustre Nathan se quedaría en la habitación de los chicos. Tenía
que admitir que quería saber por qué era todo el alboroto. Había oído hablar de
Nathan todos los días desde que llegué a Sedona. Ya era hora de ponerle una cara al
nombre.
Faith y Louise querían esperar a Nathan antes de ir a cenar, pero se estaba haciendo
tarde y Anthony y los chicos se morían de hambre, así que nos dirigimos al restaurante
del hotel. Faith revisó su teléfono unas cien veces durante la comida, con la esperanza
de tener un aviso de Nathan sobre cuándo llegaría. Pero las llamadas o mensajes
nunca llegaron, y él no respondió a los que ella le envió.
—Dale un respiro al tío —intervino Carson desde el final de la mesa—. Es difícil para él.
Tratar de seguir el ritmo de las conversaciones encriptadas de todos era agotador. Nos
teníamos que levantar temprano por la mañana y había tratado de descifrar suficiente
104
por una noche. El camarero trajo la cuenta, pregunté dónde estaban los baños y luego
me disculpé.
Estaba mirando su teléfono. Gafas de sol deportivas negras cubrían sus ojos, pero
supe sin lugar a dudas, que era él. Su oscuro pelo corto, el marcado ángulo de su
mandíbula, su impecable piel, incluso su forma de vestir. Mi ángel estrella de cine.
¿Estaba dormida? ¿O estaba tan obsesionada con él que no tenía necesidad de estar
dormida para verlo? Tal vez realmente era el ángel de la muerte y había venido a
terminar su trabajo.
Faith salió de la borrosa nube de figuras que lo rodean. La enfoqué y tomó mi mano.
No podía decir nada. Sólo me quedé allí parada, paralizada, mientras él se abría
camino hacia mí. El sonido de los ascensores, los murmullos de los huéspedes del
hotel, todos ellos se desvanecieron hasta que sólo éramos él y yo.
Su pecho subió, haciéndose más amplio, después su cálido aliento rozó mi frente y
luché contra el impulso de tocarlo. Poco a poco levanté la barbilla. Parecía tan alto
ahora que estaba cerca de mí, tan cerca que podía ver el fantasma de mi reflejo en los
cristales de sus gafas de sol. Se las quitó y cruzó su mirada verde esmeralda con la mía.
Los mismos ojos como joyas, perfectos e impresionantes, que me habían estado
persiguiendo en sueños ahora eran muy reales. Mis rodillas se debilitaron. Mi corazón
dejó de latir.
Fueron las únicas cuatro palabras que pronunció, pero sólo se necesito eso. Mis oídos
zumbaban más fuerte que nunca. El dolor pasó de mi nuca a mis ojos. Faith dio un
grito ahogado y entonces me desmayé.
105
Capítulo 17
Descifrándolo
Nathaniel
Fue algo infantil de hacer, pero rechiné mis llantas cuando salía del
aparcamiento del hotel.
—Faith dijo que ella sintió amor, Nate… amor y reconocimiento. ¿Qué tal si ella sí
recuerda?
—No lo hace. Tú has visto sus ojos. Están desprovistos de toda huella e indicador. Ni
una pizca de quién solía ser brilla a través de ellos.
—Nos hemos equivocado antes. ¿Y si también hay una excepción a esta regla?
—Por una vez en vuestras vidas, dejad de aferraros a lo antiguo. La mayoría de las
antiguas reglas se han roto, o al menos torcido. Además, creí que habías venido aquí
para forzar las cosas. ¿Qué pasó con ese plan?
Mi estómago se sacudió como lo había hecho cuando Marcus me contó por primera
vez la historia. Marcus sabía de un Elemento que había borrado sus recuerdos en el
siglo dieciocho, pero que se reunió con su kindrily.
—Pero él eligió conservarlos después de cada vida desde su eliminación. Y aún está
con su alma gemela, ¿no es cierto?
Asentí.
—¿Puedes imaginarlo? ¿Vivir sin tu habilidad? ¿Saber lo que una vez tuviste y mirar a
107
todos a tu alrededor tener dones excepcionales? Qué deprimente.
Le lancé una mirada de reojo, esperando a que ella se diera cuenta de que ese era
precisamente la única clase de existencia que Maryah podría tener, pero Harmony
estaba concentrada en el cielo cubierto de estrellas.
—De todos modos —dijo—, si podemos hacerle más fácil a Maryah el comprender
nuestro modo de vida entonces los dos podrían tener un nuevo comienzo.
No quería volver a empezar, pero parecía que era la única forma de que estuviéramos
juntos de nuevo.
—No puedo creer que —resopló Harmony—, de entre todas las personas, alguien
ajeno a nuestro kindrily te convenciera de encarar a Maryah. Tampoco puedo creer
que no hayas encontrado rastro de Dedrick —levantó su ceja perforada mientras se
inclinaba sobre mi reposabrazos—. Me estás diciendo la verdad sobre no encontrar
nada, ¿verdad?
Mis pensamientos pasaron tan rápido como las líneas amarillas del camino. No existía
ningún rastro de Dedrick en ningún lugar de Liverpool, pero había descubierto algo
sobre los Nefariouns. Algo que no quería aceptar como una verdad. Algo tan
desalentador que no podía contárselo a nadie hasta que estuviera confirmado. E
incluso entonces, necesitaría tiempo para preparar un plan.
—Si Faith está en lo cierto, si en verdad te reconoció, entonces quizás… y si dices que
es imposible de nuevo, juro que te golpearé… haya conservado algunas cosas. Incluso
un reloj descompuesto da la hora correcta dos veces al día.
—Tiene que haber una explicación razonable. Incluso Marcus coincide, conservar
algún recuerdo sería impo…
—¡Tú más que nadie deberías saber que todo es posible! —Se cruzó de brazos—.
108
Gregory debió haber estado ahí. Él nos diría si ella lo recuerda o no.
Mi alma dolió por sus palabras. Estábamos acercándonos a la marca de las dos
décadas desde que su alma gemela había sido secuestrada por los Nefariouns. Si
pudiera cambiar lugares con Gregory para que Harmony y él pudieran estar juntos de
nuevo, lo haría sin dudar. Daría mi propia vida si le ahorraba a Harmony el dolor que
sentía.
Volvió a mirar por la ventana del copiloto de nuevo. Sus ojos fijos en la estrella de
Gregory.
—La estrella de Gregory sigue ardiendo. Está ahí afuera y vamos a encontrarlo.
—Hablaré con Louise y le explicaré que hice una petición razonable y que tú la
respetaste compasivamente.
109
Asentí. Quizás debería haberme quedado en el hotel y esperar a que Maryah
despertara, pero escapar se había convertido en mi mecanismo de defensa.
—Eres bienvenida a llevar mi coche de regreso al hotel. Estaré fuera por un tiempo.
Levantó la mano.
Puse las llaves en su palma abierta después tomé mis botas y mi tabla para hacer
snowboarding24 del maletero.
—Gracias por comprenderlo. Te veré por la mañana antes de la ascensión. Por favor
asegúrate de que Maryah duerma y coma algo antes de verme mañana. No disfruto
verla derrumbarse en el suelo y no deseo ver una repetición.
—Buenas noches, Harmony —cerré los ojos, imaginando el poste indicador en la cima
del pico y recordé la frecuencia magnética exacta de mi destino deseado. Abriendo
24
Snowboarding: O surf nevero es el deporte extremo más practicado en el mundo, en el que se utiliza
una tabla de snowboard para deslizarse sobre una pendiente cubierta por nieve. El equipo básico para
practicarlo son la mencionada tabla, las fijaciones de snowboard y las botas.
25
Reposición o repetición: es una nueva emisión de un contenido de radio o televisión ya emitido con
anterioridad.
cada célula de mi cuerpo, uní mi energía a un destello lunar y me preparé para
desvanecerme en la ola.
Con tan sólo cuatro mil doscientos metros, Mount Massive estaba a la altura de su
nombre26. Lancé mi tabla hacia abajo y me preparé para correr por las pistas de esquí
hasta que el impacto de interactuar con Maryah desapareciera. Lo que significaba que
tendría una larga noche.
El baño de nuestro hotel sirvió como un lugar discreto para mi regreso. Para mi gran
alivio, estaba vacío cuando crucé, así que me quité mis ropas cubiertas de nieve y me
di una ducha rápida.
110
Le eché un vistazo a mi móvil: doce mensajes de texto sin leer, tres llamadas perdidas
de Faith y una de Louise. Lancé mi móvil a mi mochila, rehusándome a encarar la
situación hasta más tarde, mucho más tarde.
Abrí la puerta del baño y descubrí a Shiloh todavía despierto, sentado en la silla
lateral, trabajando en notas coreográficas.
—Oye, Nate.
Tomé una camiseta seca y unos vaqueros mientras Dakota y Carson dormían. Una
conversación sobre el incidente con Maryah era inevitable, pero no quería
involucrarlos. Terminé de vestirme y me volví hacia Shiloh.
—¿Vamos afuera?
—Como quieras.
Nuestro cuarto en el primer piso nos permitió salir por la puerta del patio. Caminamos
en la oscuridad sin ningún camino a seguir, pero el don de Shiloh de la inherente visión
26
Juego de palabras debido a que Massive en español se traduce como “enorme”.
nocturna le permitió guiarnos. Me detuve en un banco en la periferia del
aparcamiento.
Se encogió de hombros.
Miré al cielo.
111
—Estrellas, la luna, unos cuántos planetas…
—No seas descarado. Cuanto más rápido me des información, más pronto podemos
acabar con esto y echarnos una siestecita. Si hubieras contestado tu teléfono cuando
Faith llamó, podría estar calentito y durmiendo ahora mismo. —Shiloh siempre
personificaba cada uno de sus personajes con tranquilidad. Disfrutaba tener a Faith y a
él tan cerca.
—No dejes que te lo impida —señalé a las rejillas de la calefacción que hacían que la
furgoneta de Shiloh se sintiera como un horno—. Eres libre de calentarte, o rostizarte,
en tu cama cuando quieras —puso el control en un flujo más bajo—. Lamento que
tuvieras que esperarme. ¿Qué quieres saber?
Le llevé la corriente.
—¿Nadie le advirtió que no comiera la manzana?
—Sí, lo sé, y sí, eres un idiota. En serio hombre, ¿por qué saliste corriendo de ese
modo?
Mi sonrisa disminuyó.
—Pero sigue siendo ella. Sólo perdió gran parte de lo que la hacía la brillante luz que
recordamos.
—No podría hacerlo. No sé cómo lo has hecho hasta ahora. Te felicito —alargó el puño
para chocarlo con el mío, una de sus últimas interpretaciones de un apretón de
manos—. ¿Pero no quieres saber qué pasó?
112
—Pensé que muy probablemente alguien me lo diría.
—Despertó unos minutos después de que te fueras, toda desorientada. Faith dijo que
primero sintió confusión, luego vergüenza y con toda la razón —rió disimuladamente
Shiloh—. Luego las cosas se pusieron extrañas. Louise le preguntó si estaba bien y
Maryah miró alrededor del vestíbulo. Faith sintió pánico. Maryah preguntó a dónde
había ido Harmony, y Louise le dijo que se había ido contigo. Maryah murmuró algo
entre dientes. Faith piensa que sonó como: “él es real”. Luego el entusiasmo de
Maryah se convirtió en confusión de nuevo. ¿Algo de esto tiene sentido para ti?
—No.
—Lo sé, tampoco lo hice yo hasta que Faith me lo desglosó. Maryah sintió culpa
cuando culpó a la comida. Sintió culpa porque estaba mintiendo. Está ocultando algo.
—Eso es lo que no sabemos. Faith piensa que Maryah te ha visto antes. Lo jura por su
primera evaluación de amor y reconocimiento justo antes de que la Bella Durmiente
se desmayara. Aguarda, ¿o era Blanca Nieves la de la cosa esa de la manzana? No
importa. Donde sea que te haya visto, se sintió incómoda de hablarlo con alguien. Le
echó la culpa de su desmayo a la comida. Y qué malísima excusa. Por lo menos decir
falta de sueño o algo más creíble.
Shiloh continuó mencionándolo, sin embargo no sabía que sus bromas podrían ser la
respuesta. Mis ojos delataron mi revelación.
—¿Qué? —preguntó Shiloh—. Una de esas bombillas de luz de caricatura acaba de 113
aparecer sobre tu cabeza.
—Es imposible.
—¿Qué es imposible?
—La Bella Durmiente, la falta de sueño —miré a Shiloh con los ojos muy abiertos. Al
principio no mostró señales de comprender, entonces se quedó boquiabierto, y su
frente se levantó.
—Ella no podría.
—Lo sé, ¿pero qué tal que sí? —apenas podía pensar en las palabras, mucho menos
creerlas—. ¿Qué tal que, por algún extraño milagro, todavía tiene su don?
—Explicaría el por qué no ha dicho nada sobre haberme visto la noche del ataque, o
durante el incendio —recordé nuestras primeras vidas, cuando estábamos
aprendiendo cómo usar nuestras habilidades. Durante décadas ella creyó que tenía
que estar dormida para viajar—. Puede que me haya visto, pero supuso que estaba
27
Viaje astral: también llamado proyección astral o desdoblamiento astral es una experiencia en la que
el alma o cuerpo astral se separa del cuerpo físico.
soñando o alucinando. Ha habido varias ocasiones desde que llegó a Sedona, siempre
de noche, que he sentido a alguien mirándome.
Asentí.
—Siento que nos estamos adelantando. No parece probable. ¿Cuáles son las otras
explicaciones?
—De seguro Faith y tú, junto con los demás, habéis estado cavilando sobre esa 114
pregunta toda la tarde. Tú dime, ¿qué otras explicaciones has encontrado?
—Nate, esto es una locura. ¿Y si es verdad? ¿Y si… —los ojos de Shiloh se centraron en
el cielo—. Harmony?
—Ya he pensado en lo que podría significar —sólo que no quería pensar en dónde
podríamos encontrar a Gregory incluso si Maryah pudiera rastrearlo.
Shiloh cruzó las manos frente a sí mismo como un árbitro de beisbol anunciando que
el jugador está a salvo.
—No, ahí es donde no tiene lógica. Maryah tendría que conocerte para verte. Tendría
que recordarte para seguirte. Eso no es posible. ¿O sí?
—Maldición, no quería estar en lo cierto —los dos nos quedamos sentados en silencio,
viendo la hermosa posibilidad desvanecerse. La reacción de Maryah hacia mí
continuaría siendo un misterio.
—¡Espera! ¿Qué pasa con Maryah? Vas a verla en unas cuantas horas. ¿Qué haremos
ahora?
Suspiré. 115
—A mí también.
Dejé el hotel antes de las cinco de la mañana y me dirigí a la ceremonia Dawn Patrol 28.
Todo iba perfectamente y aterrizamos justo antes de las siete. Traté de distraerme
ayudando a los otros miembros de la tripulación con los preparativos del lanzamiento
28
Dawn Patrol: ocurre cuando los pilotos despegan antes del amanecer y vuelan hasta que hay
suficiente luz para ver los lugares de aterrizaje.
Mass Ascension 29 . El número total de globos participantes se acercaba a los
setecientos, una vista sorprendente que contemplar. No faltaba mucho para que el
kindrily se dirigiera a nuestro lugar de aterrizaje para mirar el evento.
116
29
Mass Ascension: uno de los mayores eventos de la fiesta, donde todos los globos participantes
despegan en dos olas, llenando el cielo con cientos de globos al mismo tiempo.
Capítulo 18
Hecho positivo
Maryah
T erminé llamando a Krista por quinta vez y guardando mi móvil con un suspiro. Si
le hubiera dicho sobre mis sueños antes de conocer a Nathan, ella podría creer
toda esta locura. Pero ¿qué podía decir ahora?
Oye Kris, escucha esto. Vi a este guapísimo chico que pensé que era mi ángel de la muerte
la noche que casi morí y otra vez durante el incendio. Sigue apareciéndose en mis sueños,
y este fin de semana descubrí que es el hijo de Louise, Nathan.
—¿Estás lista?
—Fue humillante.
—Míralo de este modo, nada de lo que hagas hoy podría ser más vergonzoso que caer
sobre él.
—Fue lindo. Nunca te olvidará, te lo aseguro. Así que tienes algo positivo a lo que
aferrarte.
Mis dedos estaban sangrando por aferrarme a los aspectos positivos de la vida. Se
sentían más como balas de plata dirigidas directamente hacia mí.
118
Anthony, Louise, y el resto del grupo salieron de hotel hacia el aparcamiento. Faith me
levantó de la banca de un tirón.
Apenas pude ver a Nathan cuando nos acercamos. Me quedé detrás de Carson y su
sudadera demasiado grande bloqueaba mi visión.
—Buen vuelo —agregó Carson antes de alejarse para hablar con uno de los miembros
de la tripulación.
Los ojos de Nathan se cruzaron con los míos. Nunca me había sentido tan expuesta,
sin embargo no podía apartar la mirada. Anoche había perdido la gorra de Mikey por
lo que cuadriplicaba lo vulnerable que me sentía. Recé para que Nathan no se diera
cuenta del área más corta de mi cabello.
—Bien, gracias —no estaba bien. Todavía me conmocionaba que mi ángel estrella de
cine, fuera un ser humano real. Para colmo, era el hijo de mi madrina. Me estaba
hablando y se veía más increíble que nunca. Ni siquiera estaba cerca de bien. Estaba
volviéndome loca—. Perdón por lo de anoche. Creo que pesqué un virus o algo.
Su ropa hacia juego con los tonos rojo, amarillo y naranja del globo.
119
—Miramos el Dawn Patrol en el hotel. Tu globo se veía extra majestuoso contra el
amanecer.
—Todos los elogios deberían ser dirigidos a Jesse y Gina. Hicieron todo el trabajo.
No era la chica que había visto en la foto de su buró, pero seguro era empalagosa con
él.
Dakota y Harmony habían estado parados a mis costados, uno a cada lado, pero como
si les hubieran dado una señal los dos se alejaron. Mis mejillas se enrojecieron
mientras balbuceaba una repuesta.
—Sí, lo es —mi voz se fue apagando mientras miraba alrededor a todos los globos—.
Me gusta el de los dos abejorros besándose.
—Joey y Lilly Little Bee30. Se toman de las manos y bailan por el cielo —estar tan cerca
de él era electrizante. Mis dedos de pies y manos cosquilleaban.
—Eso depende de a quién le preguntes. Imaginé llamarlo Aftermath 31, pero Helen no
lo permitiría. Así que su nombre oficial es Eternal Flame 32 —no tenía acento, pero
tenía que preguntar.
—Dijiste que “imaginaste el nombre”. Mi padre era de Inglaterra y usaba mucho esa
palabra. No hablas como un adolescente estadounidense normal. 120
Pareció no saber qué decir. Di marcha atrás ansiosamente.
—Sí. Aftermath deja una nota de rechazo en la mayoría de personas que conozco —
sus palabras tenían un poco de enfado.
Todos los demás estaban hablando entre ellos. Sus gafas de sol ocultaban sus
miradas, pero los sentía mirándonos. Lo más probable era que estaban esperando a
ver si me desmayaba de nuevo.
30
Joey y Lilly Little Bee : pareja icónica dentro de los festivales de globos aerostáticos, con forma de
abeja.
31
Aftermath: Consecuencia, resultado, secuela, repercusión.
32
Eternal Flame: Llama Eterna.
Gina me fulminó con la mirada como si fuéramos niñas en un patio de juegos y le
acabara de quitar su columpio.
—¿Dónde están mis modales? Gina, esta es Maryah. Maryah permíteme presentarte a
Gina, mi amiga, y compañera de tripulación.
—Hola.
Qué arrogante. Nathan la fulminó con la mirada luego volvió su atención a mí.
—¿Desayunaste?
Gina dejó escapar un suspiro de frustración. Parte de mí quería decir que no, sólo para
molestarla, pero me acobardé.
—¡Parece que solo seremos nosotros dos! Será mejor que nos vayamos.
—Estoy famélico y hoy tenemos la agenda llena. —Nathan se inclinó lo bastante cerca
como para hacerme estremecer. Olía a una mezcla de aire de montaña, miel y peras.
Los dioses debieron haber embotellado néctar del cielo y enviado a la Tierra para que
Nathan lo usara—. Espero verte en la cena.
—Disfruta del resto de tu día —hizo una reverencia, sonriendo por última vez. Su
sonrisa ponía en vergüenza al brillo del sol. Mientras se alejaba con Gina, me miró por
encima de su hombro y luego se detuvo—. ¡Jesse! ¿Vas a unirte a nosotros para el
desayuno?
—¡Sí! Estoy hambriento. —Jesse fue trotando hacia ellos. El lenguaje corporal de Gina
exudaba decepción.
Bien, pensé. ¿Qué clase de chica se le lanza a alguien que tiene novia? Pero una
punzada de culpa llenó mi pecho. Sólo estar cerca de Nathan me dejó más caliente
que una tostada. Si hacía que cada chica se sintiera de esa manera, entonces no podía
culpar a Gina por coquetear con él.
122
Capítulo 19
Deseando incesantemente
Nathaniel
—Gracias —dije y cerré los ojos pidiendo un deseo mientras soplaba las velas.
Faith me lanzó una sonrisa cómplice desde donde estaba, algunos asientos más allá.
Había estado pidiendo el mismo milagro desde que descubrí que había perdido a
Maryah.
—¡Es tan maravilloso pasar tiempo contigo Nathan! Te extrañamos —los sentimientos
tiernos de Faith siempre lograban hacerme sonreír. 123
Louise cortó y repartió el pastel mientras la mesa bullía con las conversaciones, pero la
única voz que anhelaba escuchar era la de…
—¿Mary estará aquí este fin de semana? —preguntó Maryah. Los demás no oyeron su
pregunta. Si lo hubieran hecho, la impresión los habría silenciado.
—Tu novia.
—No estaba espiando tu habitación o algo así. Carson me pidió que lo ayudara a
encontrar un DVD.
—Nadie supone que seas una fisgona —poco sabía ella, pero yo y todo lo que poseía
era suyo para tomarlo.
—Más de lo que se puede decir con palabras —miré mi propio plato tratando de darle
sentido al hecho de tener esta conversación—. Sin embargo, aunque la amaba mucho
decidió dejarme.
—¿Estás bien?
—Digamos que soporto el dolor con la esperanza de… encontrar nuevamente el amor
algún día.
Asintió como si entendiera, pero estaba muy lejos de comprender la gravedad de mis
palabras.
Aclaré mi garganta.
124
—Tengo pensado asistir a los eventos de esta noche con todos ustedes.
—¡Hurra! —aclamó Faith subiendo los brazos al aire por encima de la cabeza—. ¡Ahora
sí es una fiesta!
Casi todos parecían contentos, excepto Maryah. Siguió empujando su pastel por todo
el plato sin prestar atención. Estaba a mi lado, donde pertenecía, pero no de la manera
que yo quería, la manera que necesitaba.
Tan dolorosa como había sido esta vida sin mi alma gemela, también había sido una
maravillosa experiencia de unión para nuestro kindrily. Nuestra unión nunca fue tan
fuerte a lo largo de nuestra existencia. En el pasado, pequeños grupos vivían cerca los
unos de los otros y nos reuníamos para eventos especiales. Nuestras reuniones se
hicieron más frecuentes conforme la tecnología y el transporte evolucionaron, pero
esta vida era excepcional. Nunca antes cada miembro de nuestro kindrily había vivido
en América.
Había sido plan de Mary. En nuestra última vida, sentía una abrumadora preocupación
por algo trágico que ocurriría. Hizo que todos estuviéramos de acuerdo en que si esto
pasaba, nos veríamos en Sedona. Se refirió a ello como su jugada Avemaría. Y aquí
estábamos todos, saludando a Maryah33.
—La Night Glow34 empezará pronto —dijo Louise—. ¿Nos arreglamos para dirigirnos
al parque?
Señalamos una hora para reunirnos antes de conducir hasta el parque, después nos
desperdigamos a nuestros dormitorios. El cabello de Maryah rebotaba contra sus
hombros mientras caminaba por el pasillo. Me deleité mirando cada uno de sus
movimientos hasta que desapareció en su habitación.
—¡Un gran paso para ti, hombre! —silbó Shiloh, cerrando nuestra puerta detrás de él.
—Apenas un gran paso. Sólo quiero ver su reacción a las luces en el cielo —traté de
sonar indiferente, pero Shiloh seguía sonriendo. 125
Empujó a Carson hacia mí.
—Esta es tu entrada.
—Tal vez no para ti —argumentó Shiloh—. Eres un novato, pero puede que funcionen
para Nate.
Sabía que se estaban refiriendo a los gafas para observar las estrellas que Carson
había estado haciendo, pero dejé que se pelearan.
—Puede que sea un novato —dijo Carson—, pero soy el único vástago35 en este
kindrily.
33
Juego de palabras por el Avemaría (Hail Mary) y el “saludando a Maryah” (hailing Maryah).
34
Night Glow: es el evento clímax del festival de globos aerostáticos. Los globos son llenados de aire
caliente en la puesta de sol, pero en lugar de dejarlos subir, son sostenidos en tierra por los miembros
de la tripulación en tierra. Como ocurre en la oscuridad, brillan como focos o linternas chinas.
35
Vástago: término utilizado en un kindrily para definir a un Elemento con más de una habilidad.
—Mantente fuera de esto, aspirante épico. Sólo estás celoso de que yo tenga tres
habilidades y tú ninguna —empujó a Dakota.
Dakota se tropezó y se fue hacia atrás sobre la cama, pero se recuperó rápidamente y
no se echó para atrás.
—No puedo debatir tu velocidad y fuerza, pero ni siquiera pudiste hacer que esas gafas
funcionaran. Tal vez no eres tan inteligente como dices.
Shiloh intervino.
—Tranquilizaos los dos. Sólo dale las gafas a Nathan para que pueda probarlas.
El rostro de Carson lo decía todo. No creía que pudieran funcionar. Quería decirle que
nunca esperé que crearan con éxito unas gafas milagrosas. No creía en la teoría
imposible de Shiloh.
Yo también estaba aliviado. Quería mirar al cielo una noche más y creer, sin importar
lo ridículo que sonaba, que en algún lugar existía la estrella de Maryah, y que nuestro
amor estaba esperando para volver a encenderse.
Todos nos reunimos en el campo de lanzamiento, mirando los globos iluminar el cielo.
Maryah solía tener un rostro más expresivo. Uno de mis pasatiempos favoritos era
observar sus delicados rasgos girar y bailar conforme los pensamientos pasaban por su
mente. Esta noche, sus expresiones no revelaban nada, así que me concentré en sus
ojos. Estaban desprovistos de toda luz, como fijar la mirada en un Agujero Negro.
Solían brillar como esmeraldas. Mis esmeraldas, mi tesoro, entonces, ahora y
eternamente.
Qué no daría por oírla decir esas palabras otra vez.
Por unos pocos instantes sagrados, la alegría se desbordó a través de ella. No podía
apartar la mirada. Aún siendo un cascarón casi vacío, ella era deslumbrante. Bajó la
barbilla y se volvió hacia mí. ¡Ay! sonrió. No una sonrisa falsa o incómoda como la que
mostró a lo largo del día, sino una sonrisa sincera. Tomé mi lugar a su lado.
La brisa desordenó mechones de cabello que volaron por su rostro. Resistí el impulso
de apartarlos.
—Efectivamente, lo es.
—Casi todos los años desde que comenzó el festival —me sentía seguro diciéndolo. 127
Ella no tenía ni idea de la larga historia de este festival o de que había estado aquí
antes.
Nos quedamos juntos, viendo cientos de globos brillantes. Se sentía como si Maryah y
yo fuéramos las dos únicas almas en la Tierra. Por fin admiré el cielo, en compañía de
la única alma cuya belleza fácilmente sobrepasaba los cielos que contemplábamos.
Quería quedarme con ella y volver eterno este momento, pero estalló el estruendo de
los primeros fuegos artificiales. Se sobresaltó, pero sonrió cuando la explosión de
color irrumpió en la oscuridad.
—Te lo aseguro, todo esto es por algo que va mucho más allá de mí.
36
All Burns: es cuando todos encienden los quemadores de los globos al mismo tiempo.
Capítulo 20
Toque de atención
Maryah
—M
aryah despierta —susurró él— Maryah.
—¿Nathan?
Tenía que estar soñando de nuevo ¿Por qué demonios Nathan quiere que vaya con él a
ninguna parte? Especialmente a las cinco de la mañana. Pellizqué mi muñeca y
Nathan alzó las cejas. Me encogí de hombros.
—¿Siempre hablas en sueños? —preguntó con esa sonrisa angelical que aturdía.
—Lo siento. No duermo mucho y esta es mi hora favorita del día. La tranquilad y la
calma aún no se han perdido entre las ocupaciones del mundo. ¿Nos vamos?
¿Cómo discutir con la tranquilidad? ¿Cómo discutir sobre cualquier cosa cuando me
miraba tan tiernamente con sus vertiginosos ojos verdes?
—Bueno.
Ninguno pronunció palabra hasta que Nathan se detuvo en las puertas del vestíbulo.
Sostuvo la puerta abierta y di un paso para salir. El frío me golpeó como un balde de
agua helada. Jadeé y subí la cremallera de mi chaqueta hasta la barbilla.
—Lo siento, pero así es el desierto por la noche. Se pondrá más cálido cuando salga el
sol.
Puso una mano en la parte baja de mi espalda. Incluso a través del abrigo su toque
129
provocó deliciosos escalofríos que atravesaron mi cuerpo. Me incliné sutilmente hacia
atrás, deseando sentir más de él, incluso si solo era un brazo. El hombro de su
chaqueta rozó mi oreja y tuve que esforzarme para no darme la vuelta de repente y
echarle los brazos al cuello. ¿Cómo me he vuelto tan loca por los chicos?
Un Mustang de carrera, rojo con franjas negras, estaba aparcado cerca. El motor
estaba en marcha y cuando Nathan me abrió la puerta, una ola de calor se derramó
hacia afuera. Prácticamente me sumergí en el asiento del pasajero.
—Hay chocolate, té, sidra o café para ti —señaló con la cabeza cuatro tazas
humeantes en el tablero y cerró la puerta.
Se subió al asiento, se inclinó y sostuvo el recipiente con las bebidas frente a mí.
—¿Qué?
—Nada —tiró las bebidas restantes en un bote de basura cercano.
Volvió a entrar y su celestial aroma llenó el auto. Entre él y mi chocolate caliente casi
estaba babeando.
—No, pero ahora que sé cual prefieres no me preocuparé por las otras opciones en el
futuro.
—Fue un placer.
—Es una sorpresa —apretó un botón y Ella Fitzgerald37 empezó a cantar Someone to
Watch Over Me.
—Lo es. La extraño. —Articulé las palabras de la canción de Ella entre sorbo y sorbo.
Buscando por todas partes, no lo he encontrado todavía. Él es la gran aventura que no
puedo olvidar—. ¿Prefieres Nate, Nathan o Nathaniel?
37
Ella Fitzgerald: apodada Lady Ella y La Primera Dama de la Canción, fue una cantante
estadounidense de jazz.
—Te presentaste como Nathaniel, y he escuchado a Louise llamarte así unas cuantas
veces, pero Nathan parece ser el de consenso popular.
Miró en silencio hacia el frente mientras Ella cantaba mi parte favorita: Dime donde
está el pastor de esta oveja perdida.
Se aclaró la garganta.
—Está bien, seré diferente. Es Nathaniel —se veía más como un Nathaniel. Algo en él
era tan sofisticado y encantador, como si perteneciera a una época anterior cuando la
gente era más educada. Mis padres lo habrían amado.
Nos detuvimos en el Parque Balloon Fiesta. Shiloh, Carson y Dakota nos saludaron a
través del resplandor de los faros del auto.
—Te divertirás.
—Pero es peligroso.
—Conoces el viejo dicho, “cuando está lo suficientemente oscuro, puedes ver las
estrellas”.
—Tienes mi palabra —dijo—, no hay peligro. Estás en las manos de la tripulación más
talentosa en la que he tenido el privilegio de confiar.
Tragué, luego me lamí los labios esperando borrar el tirón magnético que deseaba su
boca contra la mía.
Cuando me alejé del auto, hizo esa cosa de nuevo de poner su mano en mi espalda.
Aún a través de las capas de ropa, el calor se extendió sobre mí tan intensamente que 132
pensé que me derretiría.
—¡El primer paseo en globo aerostático! —gritó Shiloh conforme nos reuníamos con
ellos.
Carson ya estaba llenando el globo con aire. Dakota se tropezó por ayudarlo.
—Correcto.
Nathaniel
S alté dentro de la canasta y estiré el brazo para ayudar a Maryah a entrar. Parecía
no saber cómo hacerlo.
—Inclínate hacia adelante y coloca tus brazos alrededor de mi cuello. —El globo
luchó por levantarse del suelo y mi cuerpo se estaba muriendo porque me tocara de
nuevo.
Me miró vacilante y dejó escapar un tembloroso suspiro. Una ráfaga de niebla blanca
apareció donde su aliento se encontró con el aire. Envidié al aire en ese momento.
133
Cómo ansiaba sentir de nuevo su aliento contra mi piel.
Colocó sus manos en mis hombros y la levanté para subirla a la canasta, sorprendido
por lo liviana que se sentía. En vidas recientes, sus cuerpos habían sido más altos y
pesados. La bajé cuidadosamente.
—Un poco —respondió. Abrí mi mochila, saqué una manta de lana y la envolví con ella.
Alzó la vista y nuestros ojos se encontraron.
—Gracias Nathaniel.
—De nada. —Pensé en la manera en la que solía decir mi nombre, “Nathaniel”, con
amor eterno y a veces con lujuria desenfrenada. Estaba fascinado por estar de nuevo
cerca de ella. Aún olía igual, a vainilla y a luz de luna de otoño.
—La gente es la que tiene que hacer realidad sus sueños. Las estrellas tienen otros
propósitos.
—Casi se siente como si pudiera tocarlas —estiró la mano por sobre la canasta—, mi
prima dice que el destino de una persona está escrito en las estrellas. Que el cielo es
un libro de cuentos y las estrellas son personajes de sus páginas.
—Eso es cierto. Cada miembro de nuestra familia tiene una estrella que lo representa.
Bueno, casi todos —añadí y me di cuenta de lo extraño que le sonaría eso.
Quería reírme, pero su interpretación me dio una forma de salir del aprieto en el que
me había metido.
—Los miembros de nuestra familia fueron registrados antes de que se volviera una
novedad popular.
—Cuenta cuatro estrellas al este de la última estrella del cinturón, después tres
estrellas hacia atrás y una estrella en diagonal hacia el sur. Ese soy yo —y quería añadir
el espacio vacío a mi lado es dónde vas tú.
—Nathaniel, ¿puedo ser sincera contigo?
El deseo de besarla me abrumó. Se sentía como si hubieran pasado diez vidas desde
que intercambiamos alientos y unimos almas.
—No la veo.
A unos minutos del amanecer, el cielo se había iluminado un poco, pero incluso en el
alba violeta las estrellas deberían ser visibles para ella.
—Si tuvieras que calcular ¿cuántas estrellas piensas que hay a tu alrededor?
—La próxima vez trae binoculares mágicos para que pueda encontrarte.
Las gafas de Carson vinieron a mi mente. Ella no tenía ni idea de lo desesperado que
estaba por creer en los binoculares mágicos. Me paré a un lado para no ceder a la
tentación de envolverla en mis brazos y besar su cuello descubierto.
38
Digresión: Apartarse. Efecto de romper el hilo del discurso con un cambio de tema intencionado.
Divagar, desviarse del tema. Interrupción, detención, paréntesis. En este caso, interrumpir el hilo de sus
vidas pasadas.
—Oh —bajó la mirada girándolo en su pulgar—. Louise me lo dio. Dijo que ha estado
en mi familia por generaciones.
—Eso es lo que más me gusta de él. Si este anillo pudiera hablar, apuesto a que tendría
algunas increíbles historias que contar.
La última vez que la llevé a dar un paseo en globo, cuando me le propuse, fue una de
las partes más memorables de mi vida anterior. Cierto, le había pedido que se casara
conmigo en todas y cada una de nuestras vidas, muchas con el mismo anillo que
llevaba en este momento. Disfruté haciendo un gran lío por ello, porque siempre la
hacía feliz. ¿Cómo podían haber cambiado las cosas tan drásticamente?
Olas de naranja y rosa zigzaguearon por el cielo. Ella no podía escuchar el estimulante
zumbido del sol o probar el dulce aire salado mientras los primeros rayos le daban la
despedida a la luna. Un millón de hormigueantes hilos de luz solar giraron y
serpentearon a través de mi piel. La magia está en los detalles y Maryah ya no sabe
que existen tales detalles. 136
—Es precioso —recalcó, mirando al sol elevarse sobre las montañas.
—Esto se oye raro, pero… —entrecerró los ojos y me miró— creo que he estado aquí
antes.
Mi pulso se aceleró pero permanecí tranquilo. Entre más hablaras del fenómeno
mientras estaba pasando, más debilitarías el recuerdo.
—Perdón, eso suena ridículo —volvió sus estériles ojos hacia el amanecer.
—¿Qué?
39
Paramnesia: en inglés “Promnesia”, nombre científico del fenómeno del dèjá vu; que es la
experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva.
suceder, pero ahora, mientras estaba parada frente a mí, su mente intentando
restablecerse, rogué porque fuera posible.
Estuve atento a su reacción. Su mirada revoloteó por el cielo después hacia arriba a la
flameante envoltura del globo sobre nosotros. Por otro breve instante, la esperanza
tomó el control. Dije una oración en silencio para que una chispa de memoria se
encendiera.
Que pregunta más complicada. Nunca lo había experimentado porque yo nunca había
borrado40. La paramnesia no era posible para mí, así que eludí la respuesta.
—¿Es esta la primera vez que lo experimentas? —me comporté como si supusiera que
137
el dèjá vu es un hecho común, lo que era la verdad. La mayoría de las almas que no
retenían41 lo experimentaban muchas veces a través de sus vidas.
—He tenido déjà vu antes, pero no fueron tan fuertes como este —sonaba sombría
mientras miraba por el borde de la canasta—, mi madre siempre estuvo fascinada con
los déjà vu.
Sarah, la alusión provocó ira muy dentro de mí. Nos traicionó cuando Louise y yo
recurrimos a ella y le revelamos nuestro secreto. Sólo tenía tres años en ese entonces,
pero comprendía más que un niño normal. Algunos trozos estaban borrosos, pero el
impacto emocional grabó profundamente el recuerdo en mi cerebro en desarrollo.
Louise completó los detalles cuando fui mayor.
40
Borrado: término con el que los Elementos se refieren al acto de eliminar los recuerdos de todas sus
vidas pasadas.
41
Retener: término que se refiere al hecho de conserva los recuerdos de cada vida al pasar a la siguiente
y sucesivamente.
Acusó a Louise de estar loca. Después pronunció las palabras que me privaron de mi
razón de vivir: Nunca vuelvas a acercarte a mi hija o a mí.
Louise trató de pelear por mí, por nosotros, de una forma pacífica y amorosa. Intentó
hacer que Sarah comprendiera, pero perdió la batalla. Sarah montó en cólera y
amenazó enfurecida así que nos marchamos, advertidos de nunca hablarle de nuevo a
Maryah o a ella o denunciaría a Louise a la policía por poner niños en peligro.
Louise debería haber sabido que Sarah no sería capaz de comprender tal omnisciente
modo de vida, pero creía en ella. Sarah no fue juzgada por su reacción, sin embargo a
lo largo de los años yo no había sido capaz de erradicar el resentimiento que sentía.
—Sí. —Me incliné más cerca, sintiendo su aura penetrar en la mía, como dos imanes
tratando de conectarse.
—¿Te has preguntado si tenías que hacer algo para evitarlo? ¿Como si fuera tu deber
cambiar el resultado?
Todos los días, pensé. Todos los días deseo poder regresar y convencerte de que no me
138
borres.
Asentí.
Suspiró.
Mi corazón dolió por ella. Habíamos perdido muchos seres queridos a través de
nuestras vidas juntos. Había desarrollado algo de tolerancia emocional en relación con
la muerte, pero todavía podía recordar el dolor de perder para siempre a mis primeras
pocas docenas de miembros de la familia.
—Maryah, no podemos reemplazar a los que perdiste, pero espero que sepas que
nuestra familia te quiere muchísimo.
—No es lo mismo.
—No, seguramente no lo es —la queríamos más de lo que se imaginaba, pero en su
mente, sus únicos padres y su hermano habían muerto. Necesitaba un amigo
solidario, no una alma gemela con el corazón roto.
Me acerqué más muriéndome por abrazarla, pero en vez de hacerlo, mis dedos
agarraron la manta.
—La vida.
—No lo dices en serio. —Una lágrima rodó por su mejilla. Alcancé mi mochila, sacando
una servilleta de las provisiones que empaqué para nuestro picnic y le di unos
toquecitos en el rostro—. Sé que es difícil para ti, pero…
—No tienes idea de cómo es perder a las únicas personas que te querían de verdad.
139
Pensar en ellos constantemente y desear que estuvieran aquí para hablarles o
abrazarlos o compartir con ellos una experiencia. Es desgarrador. Cada día me tengo
que recordar que nunca van a volver. Se han ido. Para siempre.
Sus palabras me quemaron una y otra vez. Estaba describiendo cómo me sentía con
respecto a ella.
—Desearía haber muerto esa noche —empezó a llorar—. Los extraño muchísimo.
Me recordé a mí mismo que ella no tenía memoria sobre cómo funcionaba nuestro
sistema de vida. El mundo era nuevo para ella. La vida y la muerte eran nuevas para
ella.
—Solo tienes diecisiete. El dolor que estás sintiendo disminuirá con el tiempo, pero
tú...
—¿Qué? ¡Cómo te atreves! ¡No sabes cómo me siento! ¡Tú tienes a toda tu familia!
¡Una madre, un padre, dos hermanos, incluso abuelos! —Nunca me había hablado a
gritos con semejante crueldad—. ¿A quién has perdido alguna vez? ¿Tan siquiera
sabes lo que es el amor?
Me esforcé por levantar la voz por encima del escándalo de mi corazón rompiéndose.
—¿Llevarte de regreso? ¿Con tus nuevos amigos? Creí que querías morir.
—¡Así es! —dijo un golpe al suelo con el pie sacudiendo la canasta—. ¡Pero no importa
lo duro que rece, no ha pasado!
—¿La pena por tus padres y tu hermano es tan abrumadora que quieres terminar con
esta vida? ¿Darle un adiós definitivo a Louise, Anthony, Faith y a toda tu familia? ¿No
valen nada para ti?
140
—¡Apenas los conozco! Nunca significarán más para mí que mis padres y mi hermano.
—¿Así que has elegido terminarlo todo? ¿Decir adiós para siempre?
La gente imploraba la muerte todo el tiempo sin decirlo en serio. Veríamos si era lo
que en verdad quería.
Miré fijamente al Río Grande42 mientras caíamos, evaluando cuántos segundos más
de altitud segura nos quedaban.
Mis ojos se encontraron con los suyos y supe que había probado mi punto. Levanté el
brazo para encender de nuevo la llama del globo, pero nada pasó. El quemador no
encendía.
¿Qué había hecho? Nunca la pondría en situaciones de riesgo. ¿Cómo pude haber sido
tan descuidado?
No había suficiente tiempo para pedir ayuda por radio a Carson y Shiloh. Ya estarían a
medio camino de nuestro lugar de aterrizaje. Nos conduje lejos del río mientras lo
pasábamos rozando demasiado cerca. El grito de Maryah fue amortiguado por la
141
ráfaga de aire y el azote de la tela del globo, pero aún podía oír el miedo en su voz que
abrió un agujero en mi acelerado corazón.
—¡Suéltame!
El viento silbó más fuerte. La sostuve más fuerte. Nos estrellamos contra el suelo.
Excepto que no fue un choque sino un alto súbito. Ni siquiera habíamos rebotado
como lo hacíamos en un aterrizaje normal. El corazón de Maryah golpeaba contra mi
pecho mientras una catarata de tela roja, naranja y amarilla se deslizaba hacia el suelo
y nos cubría.
42
Río Grande: en Estados unidos y en México “Río Bravo”, atraviesa los estados norteamericanos de
Colorado, Texas y Nuevo México y los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León
Tamaulipas.
Ella dejó escapar un chillido atrasado cuando la canasta se volcó hacia un lado.
Quitaron la tela del globo de encima de nosotros y levanté la vista para ver los
aterrorizados ojos de Carson. Eso lo explicaba. Gracias a los cielos por Carson y su
excelente velocidad y fuerza.
Me puse de pie con la cabeza baja, avergonzado y me dirigí a una formación de rocas
cercana. El suave ruido sordo de unas pesadas botas ganó terreno detrás de mí.
—¡Nate! —gritó Harmony. Mantuve un paso rápido, pero sus pasos se hicieron más
rápidos—. ¡Nathan! ¿Qué fue eso?
—No lo sé.
—Lo hizo.
Ella agarró mi brazo, obligándome a permanecer quieto.
—¿Por qué?
—Me estaba gritando, diciendo que nosotros no significábamos nada para ella, que
quería morir para que pudiera estar con su verdadera familia. Creí que asustarla le
haría darse cuenta de que no quería morir. Entonces el quemador no se encendió de
nuevo y… no debería haberlo hecho —caí de rodillas, sosteniendo mi cabeza en mis
manos—. ¡Por los Dioses, pude haberla matado!
—Solo nos salvamos por Carson —me quedé viendo mis sucias y temblorosas manos
mientras hablaba— solo quería asustarla no lastimarla.
—¿Qué me ha pasado?
Harmony abrió la boca pero no salió ninguna palabra. Su silencio lo decía todo.
Mi alma dolió por el pensamiento de lo que tenía que hacer. La respuesta era simple
pero devastadora. Hasta que esta vida terminara, Maryah y yo no podríamos estar
cerca el uno del otro. Algún día, con suerte, mi kindrily encontraría una manera de
perdonarme.
∞
Pequeñas piedras se movieron bajo mis pies conforme me paraba en el filo del Pico
Mera. Hubiera preferido saltar del Everest, pero el sobrecogedor salto de Nepal ya me
había dejado sin respiración. Tratar de respirar a seis mil cuatrocientos metros era
insoportable. El gélido aire del Himalaya ayudaría a entumecer mi cuerpo y mi mente,
pero no había frío que pudiera entumecer mi alma.
En el gran esquema de las cosas una vida es muy corta, insignificante, cuando se
compara con los siglos que Mary y yo experimentamos juntos. Estaba determinado a
borrar a Maryah de mis pensamientos para que el dolor en mi corazón cesara… como
si eso fuera posible.
Una brisa glacial me atravesó. Le pedí al viento que me transportara, que me llevara a
un lugar donde ya no sintiera dolor. Alcé mi rostro al elemento supremo, Éter 43… el
menos conocido de los elementos, del que menos se hablaba pero por mucho, el más
144
fuerte.
Éter existía en cada ápice de luz, cada estrella, cada alma y en partes de la existencia
que muchas mentes no podían comprender. Es el elemento que une eternamente a las
almas gemelas. Éter está en todas partes y en todo momento, dejándome en un
perpetuo estado de vacío. Sin ella.
Gotas de lluvia caen mientras los recuerdos del aterrado rostro de Maryah me acosan.
Recordé la noche de su ataque.
Volvió a aparecer minutos después viéndose peor que la visión anterior. De inmediato
crucé hacia ella, ignorando las consecuencias.
43
Éter: también conocido como “Aether”, que era la personificación griega del air más puro arriba en el
cielo. También es un fluido hipotético invisible, sin peso y elástico, que se consideraba que llenaba todo
el espacio y constituía el medio transmisor de todas las manifestaciones de la energía.
hubiera parecido como si la estuviera matando. Con cuidado volví a introducir la
madera en su herida, localizando la arteria perforada, presioné fuerte.
Las sirenas estaban sobre nosotros. Besé sus ojos, jurando hacer lo que fuera
necesario para salvarla, rezando porque los paramédicos no llegaran demasiado tarde.
Me escondí en el bote de sus padres y observé, listo para ayudar si se necesitaba, sin
importarme si alguien preguntaba de dónde había salido. Pero ellos la estabilizaron.
—Éter, Aire, Tierra, Fuego, Agua, yo soy tú y tú eres yo. Guía mi alma para que pueda
volar.
Completé cuatro saltos mortales antes de extender los brazos. Las alas de mi traje de
vuelo atraparon el aire debajo de mí. El reconfortante olor de la tierra y el aire húmedo
explotaron en mi nariz.
Mantuve los brazos pegados a mi costado, ganando más velocidad. Las paredes
dentadas de las montañas silbaron mientras las pasaba planeando. Hacer salto
BASE44 en la oscuridad significaba que no podía ver mi sombra flotando a mi lado. No
obstante, podía ver la tierra, los árboles y las montañas. Necesitaba más euforia, así
que cerré los ojos, confiando en mis otros sentidos para saber cuándo y dónde girar o
precipitarme. Un movimiento equivocado y mi viaje se terminaría.
44
Salto BASE: es una modalidad del paracaidismo, consistente en saltar desde un objeto fijo y no desde
una aeronave en vuelo (como tradicionalmente se hace). BASE hace alusión a las cuatro categorías de
objetos fijos desde donde se puede saltar: Building (edificio), Antenna (antena), Span (puente) y Earth
(tierra, precipicio o formación natural).
Mi movimiento. Mi elección. Aquí arriba yo tenía el control. Nadie podía quitármelo.
No necesitaba un altímetro para decirme cuán cerca estaba del suelo. Si tuviera un
paracaídas ya debería de haberlo soltado.
Novecientos catorce metros. El suelo se acercaba tan rápido que mi vida debería
haber pasado frente a mis ojos.
Entonces crucé.
Volví a aparecer de pie en la montaña de la que acababa de saltar. Mis pies estaban de
nuevo en el suelo, clavados en la dura realidad.
Maryah
Olvida mi teoría de que probablemente soy psíquica. Si ese fuera el caso, ¿no hubiera
sabido que Nathan era un lunático embravecido? Y pensar que quería llamarlo
Nathaniel porque sonaba tan sofisticado. De ninguna manera. Cayó en picada de su 147
pedestal y se degradó de nuevo a Nathan, o mejor aún, Demente.
Los otros llegarían a casa esta noche, pero no estaba lista para discutir el incidente
otra vez. Traté de bloquear la cara de Nathan de mi mente, borrar su voz y los
recuerdos de él, buenos y malos. Fue entonces cuando mi cabeza comenzó a palpitar.
Mis migrañas normalmente me daban dos veces al año como un reloj. No era ni mi
cumpleaños ni Navidad, pero el dolor se sentía como el comienzo de una migraña así
que tome mis pastillas prescritas para asegurarme.
Fue de mal en peor. Me desperté corriendo para ir al baño, sabiendo que estaba a
instantes de vomitar. Mientras corría, pequeñas manchitas de luz destellaron frente a
mis ojos. Definitivamente una de mis torturantes migrañas. Ni siquiera le desearía una
a Nathan, mi nuevo peor enemigo.
Salí del baño, apoyándome en las paredes mientras me dirigía a la cocina por una
bebida.
—Hola, Mary —dijo amablemente una mujer con el cabello negro y plata. Carson se
río.
—Oh, es cierto. Mis disculpas, cariño —me sonrío con sus labios pintados de cereza.
Un atenuado acento italiano permaneció detrás de algunas de sus palabras—. Es tan
agradable verte.
No tenía ni idea de que Edgar y ella vendrían a casa esta noche. Recé porque Carson
no les hubiera contado lo que pasó. ¿Qué pensaría Helen si se enteraba de que Nathan
estrelló a propósito el globo de su compañía conmigo dentro?
Sí, se veía elegante para ser una abuela. Su rizado cabello recogido con horquillas se
veía como algo sacado de una sesión de fotos y bajo su delantal llevaba un traje sastre
hecho a medida. Se parecía a alguien que había visto antes. ¿Quizás en televisión?
Definitivamente era lo bastante bonita para ser modelo o actriz.
Una explosión de dolor se disparó a través de mis sienes seguida de una oleada de
náuseas. Me doblé, sujetando mi cabeza y suplicándole al universo que por favor no
me hiciera vomitar enfrente de Carson y Helen.
Helen me guío fuera de la cocina. Mantuve los ojos cerrados para ayudar a bloquear un
poco de la luz y el movimiento.
—La tengo —dijo Carson a mi lado. Me levantó del suelo y me acunó en sus brazos.
Carson me cargó por el pasillo como si nos deslizáramos sobre hielo. Mantuve los ojos
cerrados aterrada del dolor que le seguiría si los abría. Por más que no quería, apoyé
mi cabeza de cuatrocientos cincuenta kilos en su hombro.
Segundos después, sentí sábanas frías contra mi piel. Apenas sentí un rebote mientras
Carson me colocaba en la cama.
—Sí —murmuré.
—Carson, cierra todas las cortinas para que no haya luz solar.
—Claro.
—Gracias.
Permanecí de ese modo por lo que parecieron días hasta que alguien me enderezó
hasta que estuve casi sentada derecha.
Sabía que pronto estaría vomitando lo que fuera que me estaba obligando a tomar,
pero ella colocó la pajilla entre mis labios de nuevo, y bebí un sorbo.
El té tenía un sabor picante además de un sabor agrio cítrico y el olor terroso del vapor
hizo que me picara la nariz. Esperé a que mi arcada empezara a hacer efecto.
No supe cuántos sorbos tomé. No recuerdo nada aparte de beber porque finalmente
me quedé dormida.
∞
La demencia volvió a mis sueños. Mis cortinas estaban cerradas como en la vida real y
me vi a mí misma dormida en la cama. Nathan sentado a mi lado en la silla de mimbre
mirándome. Qué sueño estúpido. ¿Por qué alguien miraría dormir a alguien? Odiaba al
Nathan real, pero en mis sueños todavía era guapísimo, protector y dulce.
Me acerqué más a él. Su cuello se elevó y bajó por debajo de su camiseta verde. Tenía
arrugas de preocupación alrededor de sus ojos, así que intenté desvanecerlas con mis
pulgares, como Krista siempre hacía conmigo. Levantó bruscamente la cabeza hacia
arriba, sobresaltándome. Retrocedí y me golpeé la mano con la esquina de mi tocador.
Bajé la vista y vi que la pluma de pavo real en mi anillo estaba brillando y girando otra
vez. Cuando levanté la vista, los ojos de Nathan se encontraron con los míos.
Entrecerró los ojos y se levantó después caminó hacia mí. Contuve al aliento, medio
esperando que estirara el brazo y me tocara, pero se congeló como si alguien hubiera
presionado el botón de pausa en un control remoto. Una niebla blanca se elevó
alrededor de nosotros. Se quedó parado sin moverse a mitad de un paso, sin siquiera 150
respirar. Sus ojos verdes mirando fijamente al frente, pero no parpadeó.
Más que extraño. Anthony nunca antes había estado en mis sueños. ¿Y por qué soñaría
que se llevaba a Nathan? Un terapeuta tendría un día de campo tratando de
interpretar la mierda que creó mi mente.
Anthony apartó el flequillo de su frente con un soplido y apretó los cordones de los
pantalones de su pijama.
—Cuando está dormida, aún puedo sentir el alma apasionada que me amaba, porque
no tengo que mirarla a los ojos. Verla como una extraña me mata. Ella era mi hogar, mi
santuario y mi mejor amiga. Todo lo que teníamos ha sido borrado —Nathan pasó sus
manos sobre su cabeza y se sentó—. Sus ojos prueban que es un recipiente vacío, un
barco fantasma, pasando por esta vida sin una idea de que soy su puerto.
Anthony acercó una silla y la colocó frente a Nathan, sentándose para encararlo.
—No puedo imaginar la angustia en la que estás sumido. No podría soportarla por una
hora, mucho menos dieciocho años, pero hay un motivo para esto. Siempre hay una
razón para todo. Tienes que consolarte con eso.
—¿Consolarme con qué? No me queda nada con que consolarme. Cada toque, cada
conversación, todo por lo que hemos pasado juntos, todo se ha ido... para siempre.
—No para siempre —refutó Anthony—. Ambos sabemos lo vasto que es el término
para siempre. En un momento dado pensaste que se había ido físicamente para
151
siempre, que nunca la verías otra vez. Sin embargo aquí está, ojos apagados y todo,
reconectándose con nuestro kindrily.
¿Apagados? ¿A quién le estaba diciendo apagados? Mis ojos no eran bonitos o algo
así, pero apagados parecía duro. ¿Y qué significaba kindredlee? ¿Ahora estaba creando
palabras inventadas en mis sueños? Necesitaba que me examinaran la cabeza... otra
vez.
Anthony suspiró.
—Toda vasija está vacía hasta que alguien se toma el tiempo para llenarla. ¿Cómo se
espera que un barco encuentre su puerto si ningún faro lo guía a través de la
oscuridad? —Anthony puso la mano en el hombro de Nathan—. Aún hay tiempo.
Nació como una extraña, pero aún no enterrada como una. Ésta estadía aún no
termina para ninguno de los dos.
Había visto la palabra estadía en una de mis tareas de Shakespeare, pero ¿cómo podía
soñar con ello si no sabía su definición?
Nathan sacudió la cabeza.
—Hice todo lo que me pidieron, lo que Marcus sugirió. Traté de reconectarme con ella.
Hizo las cosas mucho peor. Puse su vida en peligro. No puedo perdonarme por ello.
Por el bien de todos los involucrados, no puedo estar alrededor de Maryah. No más
grandes esquemas o esperanzas tontas de que sus recuerdos surgirán de nuevo. Me
está destrozando —se desplomó hacia atrás—. No puedo vivir otro ciclo de vida sin
ella.
¿Ciclo de vida? ¿Borrar qué? Este sueño era demasiado para manejarlo. Quería que
terminara, así que imaginé estar de vuelta en mi cama y pellizqué mi muñeca.
152
Me desperté echando un vistazo a mi oscura habitación. Mi dolor de cabeza casi se
había ido por completo. Al principio, creí que quizás había imaginado a Helen y su té
milagroso, pero entonces vi una taza medio vacía en mi mesa de noche.
Me quedé mirando la silla donde soñé que se había sentado Nathan. Había estado tan
lleno de pena que hizo que mi corazón doliera. Un momento. ¿Por qué me estaba
poniendo tan emotiva? Nathan Luna probablemente estaba durmiendo como un
tronco en Nuevo México o Colorado y en absoluto triste.
Necesitaba una bebida, pero eran las tres de la mañana así que caminé de puntillas a
la cocina. Acababa de terminar de colocar el jugo de mango y guayaba de vuelta en el
refrigerador, cuando la puerta de atrás se abrió con un chirrido. Anthony dio la vuelta a
la esquina y casi dejo caer mi vaso. Se veía exactamente como en mi sueño.
Nosotros no nos habíamos cruzado nunca durante la noche. No tenía ni idea de lo que
usaba para dormir. Incluso por la mañana, nunca salía de su dormitorio hasta que
estaba vestido y listo para el día. ¿Así que cómo es que fantaseé con los mismos
pantalones de pijama a cuadros y la misma arrugada camiseta amarilla? Los colores ni
siquiera combinaban. Sus sandalias de casa eran idénticas a las de mi sueño. Su pelo
negro incluso estaba levantado en los mismos lugares.
—¿En la oscuridad?
—Oh. Está bien. —Anthony diseñaba coches y aviones para vivir, ¿así que por qué no
trabajaría en ellos por la noche? Un silencio incómodo se formó mientras nos
quedábamos parados ahí en la oscuridad.
—Lamento el incidente con Nathan —metió las manos en los bolsillos de los
pantalones de su pijama mientras me quedaba ahí parada sin saber qué decir—. Helen
dijo que habías tenido un fuerte dolor de cabeza. ¿Estás segura de que estás bien?
—Ah, sí. Helen y sus recetas. Universal Flavorings no puede vender la mayoría de ellos
en tiendas porque son demasiado potentes.
153
—¿Helen hace tés para Universal Flavorings? —mi familia bebió de esa marca por
años, por no hablar de que cubría los estantes de cada tienda en la que había estado.
Con razón los Lunas vivían en una casa tan grande. Helen debía ser una millonaria.
Me detuve, afectada por su elección de palabras. Era imposible que supiera que había
estado soñando con él. La paranoia estaba sacando lo mejor de mí otra vez.
Me fui a mi habitación y me trepé a la cama. Mis ojos sólo estuvieron cerrados por
unos segundos cuando escuché un crujido detrás de mi cabecera. Me senté, podría
haber jurado que vi a Nathan reflejado en el espejo de mi tocador, pero cuando me di
la vuelta no había nadie ahí.
Perfecto. Nathan era mi pesadilla de la vida real que no podía quedarse fuera de mis
sueños y ahora estaba alucinando con él cuando estaba despierta. Mi cerebro estaba
oficialmente descompuesto.
Capítulo 23
Divulgando secretos
Maryah
Casi jadeo. Nunca me saludaba con algo más que un asentimiento de cabeza si me
saludaba en lo más mínimo. Esperaba que se uniera al lado oscuro con Nathan y
Carson y nunca me volviera a hablar. Si Harmony hubiera estado en ese globo
probablemente habría animado a Nathan en su misión de matarme.
—Bien. Sólo estoy agotada —mi sueño con Nathan me dejó dando vueltas en la cama
toda la noche. ¿Por qué lo imaginaría siendo tan dulce después de que trató de
matarme? ¿Y desde cuándo mi diccionario mental incluye palabras como estadía?
Faith amaba a Shakespeare, así que tal vez ella sabría lo que significaba—. Faith,
¿sabes lo que significa estadía?
—¡Claro! —respondió, manteniendo los ojos en la carretera. Harmony por otro lado,
giró la cabeza rápidamente para mirarme. Estaba agradecida por mis gafas de sol. Con
sus ojos y los míos cubiertos, no era tan incómodo como podría haber sido.
—Ya entendí —fingí examinar mis uñas mientras Harmony continuó mirándome.
—Hay teorías de que un alma completa varias estadías a lo largo de su existencia. Que
regresamos vida tras vida para aprender y experimentar cosas.
Nos acabábamos de detener en una luz roja. Faith aparcó el coche y desabrochó su
cinturón de seguridad. Se dio la vuelta en su asiento, subió hasta ponerse de rodillas y
me miró por encima del reposacabezas.
—¿Crees en la reencarnación?
La locura de Faith raras veces me desconcertaba, pero esto era raro incluso para ella.
—No lo sé.
—Quiero decir que no sé lo que es o no posible —la luz cambió a verde y la gente tocó
el claxon detrás de nosotros—. ¡La luz esta verde!
Faith abrochó su cinturón de seguridad mientras los claxon estallaban tras nosotros.
—Esa es una buena respuesta. Sólo tienes diecisiete años. ¿Cómo podrías saber la
respuesta a una pregunta tan mística? Es un indicio de sabiduría que admitas que no lo
sabes. Es tu respuesta sincera, y siempre y cuando sigas tu corazón, nunca podrás
estar equivocada.
—Claro —contesté, sin importarme si alguna vez hablábamos del tema de nuevo.
—Es una cualidad virtuosa estar abierta a cosas nuevas. Siempre hay más por
aprender —Faith podía pasar de infantil a sabia en un abrir y cerrar de ojos. A veces era
difícil creer que tenía diecisiete años.
Después de que aparcáramos y nos bajáramos del coche, Faith entrelazó brazos
conmigo.
—No creo que sea vital que decida si creo en la reencarnación hoy.
156
—No hay mejor momento que el presente. Pero sí tenemos instituto por superar, así
que en este caso, no hay mejor momento que las tres en punto.
—Genial, no puedo esperar —gemí. Una vez que Faith ponía su mente empeñada en
algo, nada podía detenerla.
—Doloroso.
Eché un vistazo a la nueva adición a sus tatuajes: una guitarra negra con llamas
moradas y naranjas rodeándola.
M,
Hoy es realmente difícil para mí. Vamos a pasar el rato después del instituto. Te llevaré a
casa más tarde.
Paz, River.
¿Por qué hoy sería difícil para River? No se preocupaba por sus clases. Su cabello y su
ropa se veían perfectos como siempre y la apariencia y la música parecían ser sus
únicas mayores preocupaciones en la vida. Sin embargo, ¿River quería hablar conmigo
sobre sus problemas? Por lo menos estaría saliendo con alguien que no fuera del
círculo familiar de Nathan, alguien que no querría hablar sobre el incidente del globo.
La campana sonó y me encontré con Faith en la puerta para decirle acerca de salir con
River después del instituto. 157
—Teníamos planes —gimió.
—¿Qué planes?
—Esto es importante —le susurré—. Creo que River está molesto por algo.
—Estoy bromeando, algo así. Está bien, haz lo que tengas que hacer, pero vendré a las
ocho. No te desharás de mí tan fácilmente.
Me di vuelta y lo miré.
—Sé agradable.
—Ella empezó —bromeó con voz infantil después se incorporó al pasillo lleno de
tráfico—. Vamos. No podría haber acabado más con este lugar.
—Suenas tan retro cuando lo dices así, pero sí, hacer novillos.
Nunca antes me había saltado una clase, no sin una nota o una excusa legítima. Miré
alrededor, divisando a un par de profesores supervisando el pasillo.
—No lo harán. Vamos, estoy realmente estresado por April y estar aquí no está 158
ayudando.
April. No la había llamado en todo el fin de semana. Estaba pasando por tantas cosas y
como una amiga cutre, no había pensado en ella ni una vez por todo el drama en
Albuquerque.
—¿Está bien?
—Te lo diré cuando salgamos de aquí. Tenemos que actuar ahora mismo. —River me
agarró de la mano y nos colocó directamente detrás del chico más grande y más
ancho de la escuela. Él nos mantuvo ocultos de la vista de cualquier maestro hasta que
nos escapamos por una puerta lateral. Corrimos por el aparcamiento.
—Un coche genial, ¿eh? —River cerró su puerta y el motor ronroneó a la vida.
Un ambientador de aire King of Hearts colgaba del espejo retrovisor haciendo que el
auto apestara a limones. Los asientos de cuero abrazaron mi cuerpo y las ventanas
estaban tintadas tan oscuras que nadie sería capaz de vernos dentro.
—Es precioso.
Mostró rápidamente su habitual sonrisa arrogante e hizo rechinar los neumáticos al
salir del aparcamiento. Esa era la manera de pasar desapercibidos.
—¿Por qué hoy es tan difícil? ¿Está todo bien con April?
La conmoción me impidió decir algo apropiado. Sabía que el padre de River falleció,
pero supuse que su madre aún vivía.
—No, pero…
Nos quedamos en silencio un rato luego recordé que River era hijo único. 159
—¿Con quién vives?
—Eso es bueno —musité, sin saber qué más decir. No quería preguntar cómo había
muerto cada uno de sus padres. Odiaba hablar sobre la muerte de mi familia.
—Es bueno tener a alguien que sabe cómo me siento —River conectó su iPod y
canciones de rock pesado estallaron a través de los altavoces.
Doblamos en Dry Creek Road, una parte de la ciudad en la que nunca había estado, y
grité por encima de la música.
—Boynton Canyon está cerca. Los lugareños afirman que es un vórtice, pero yo no
creo en ese palabrerío.
—Por supuesto, ¿en qué estaba pensando? —puse los ojos en blanco y me bajé del
coche.
La casa de River tenía sofás de cuero negro y mesas hechas de cristal y mármol, pero
muy pocas decoraciones u obras de arte. El olor a cloro y productos de limpieza me
recordó a mi horrible estancia en el hospital.
—En realidad no vive aquí. Viaja mucho, principalmente a Europa, no se queda mucho
en casa.
—¿Vives aquí tú solo? —River tenía que ser el chico más afortunado que conocía.
—En cierto modo, tengo un ama de llaves y cocinera que viven aquí, es la forma que
160
tiene mi tío de estar pendiente de mí.
Afortunado y consentido.
—¿El antiguo? Tienes diecisiete. ¿Qué tan viejo podía haber estado?
—¿Catorce?
—No tiene mucha consideración por las leyes y reglas. Además, fue entonces cuando
mi padre murió. Él no quería que dependiera de mis sirvientes para que me llevaran a
todos lados.
45
Vehiculos con la apariencia de una camioneta, y la fuerza de un tractor. Comunmente conocidos
como autos monstruos.
—Si les encaja —se encogió de hombros. Qué cosa tan presuntuosa por decir. A veces
me preguntaba cómo es que April y él llegaron a terminar juntos. Ella parecía
demasiado dulce para decidirse por su tipo.
—Se quedan en su sección de la casa, a menos que les pida algo. Eightball está por
aquí en alguna parte.
—¿Eightball?
Mi cara debe haberse torcido con disgusto porque estuvo a punto de escupir su
cerveza, tratando de no reírse.
161
—Estoy bromeando. Espera, ya verás por qué. ¡Eightball!
—Ah, ya entiendo. Sí parece una bola ocho —me puse en cuclillas y aplaudí pero
Eightball sólo resopló y permaneció en el suelo—. Es tan lindo —traté de acariciarlo,
pero saltó y se marchó.
—Le tiene miedo a la gente. Creo que quizás abusaron de él cuando era un cachorro.
—Aw, pobrecito.
River se dejó caer en un sofá de cuero y encendió la televisión. Me senté en el otro sofá
y me concentré en la enorme pantalla plana, pero River detuvo el show.
—Dime algo que no sepa de ti —se movió al final de su sofá y me arrebató la gorra de
la cabeza.
46
Bola Ocho: o Eight Ball en inglés. Término usado para referirse a una cierta cantidad de cocaína o
cristal que equivale a 3.5 gramos. También se refiere a la bola ocho del billar, la cual es negra con un
número ocho encerrado en un círculo blanco.
Me puse de pie e intenté tomarlo, pero lo puso entre sus piernas, por lo que volví a
sentarme.
—¿Cómo qué?
Mi atención revoloteaba entre la televisión y él. ¿Perdería los estribos como Nathan o
162
lo entendería porque también perdió a sus padres? April me dijo que él es la persona
más fácil con quien hablar, que nunca juzga y siempre sabe lo que hay que decir. Ella lo
conocía mejor que yo, así que me arriesgué.
—A veces —confesé en voz baja—, pienso en suicidarme, para así poder estar con mi
familia de nuevo.
Se quedó mirando fijamente al techo como si estuviera eligiendo entre una larga lista
de posibilidades.
—¿Tú crees?
—Tú no.
—Lo que sea —dijo—. Saliste conmigo —su arrogancia nunca dejaba de
sorprenderme. Terminó su cerveza y dejó escapar un repulsivo eructo—. ¿Puedo
confiarte un secreto?
—Por supuesto.
—No creo que me siga gustando April, pero con su madre estando tan enferma me
sentiría como un cretino por romper con ella.
—Tienes razón. No puedes terminar con ella. Estoy segura de que las cosas mejorarán
una vez que no esté tan ocupada ayudando a su madre.
—No lo sé. Su madre podría estar así durante meses, tal vez más —se echó hacia atrás,
hundiéndose en el sofá—. Ya nunca nos divertimos juntos.
La culpa empezó a hacer efecto. ¿Era esta su idea de diversión? ¿Hacer novillos y
beber cerveza mientras se suponía que debíamos estar en clase? No podía
imaginarme a April haciendo esas cosas, pero pensándolo bien, tampoco podía
imaginarme a mí haciéndolas.
—Estoy segura de que es difícil para ella divertirse cuando está tan preocupada por su
madre.
—Sólo si juras no decirle a nadie que nos saltamos la clase de hoy. —Faith nunca me
dejaría olvidarlo.
—Hecho —y así de fácil, nos convertimos en los guardianes de los secretos del otro.
164
Capítulo 24
Ayudando al desamparado
Nathaniel
—¿Qué pasa? —eché un vistazo al oscuro patio trasero—. ¿Hay alguien aquí? 165
—Lo siento —dijo—. Él me hizo hacerlo.
Me puse las manos en los oídos rápidamente y crucé al garaje. Con una risilla, saqué
mi teléfono de mi bolsillo y le mandé un mensaje de texto a Dylan. Olvídalo. No voy a
probar las gafas.
47
Entarimado: Suelo compuesto con tablas ensambladas.
Mierda.
La luz del garaje se encendió y Dylan salió pavoneándose de detrás del auto de
Amber.
—¡Ja! Te tengo.
—No —sonrió con suficiencia—. Mi grabadora de voz lo estaba. Con suerte supuse que
huirías al garaje.
—Tú…
—Diseñó un nuevo par e hizo algunos ajustes —levantó el brazo sobre un estante y me
tendió las gafas similares a las otras, excepto que se sentían más ligeras. La puerta
166
automática del garaje se abrió—. Póntelas y mira al cielo.
De todas las cosas para las que podría usar su habilidad, eligió una insignificante
tontería como esta. No quería seguir su orden, pero mis manos ya estaban deslizando
las gafas sobre mis ojos. Salí del garaje y miré hacia arriba.
A través de los lentes, el cielo negro parecía casi blanco. Cada estrella visible estaba en
tono sepia con un halo de dorado rodeándola, como motas de polvo brillante
arrojadas sobre una pantalla blanca. El cielo real ponía la versión alterada en
vergüenza. Ese no podía ser el modo en el que Shiloh veía el mundo, daltónico48 o no.
—¿Y bien? —preguntó Dylan, acariciando su perilla. Amber se paró en el porche del
frente esperándonos.
—Nada.
Amber suspiró.
48
Daltónico: persona con un defecto genético que le ocasiona dificultad para distinguir los colores.
Dylan agachó la cabeza.
—Está hecho. Por favor no me mencionen su estrella o esas gafas de pacotilla nunca
más. Lo que está hecho está hecho y no necesito que me sigan recordando que ella se
ha ido.
—Imagina lo terrible que nos sentimos —Amber enchufó el letrero de Feliz Halloween
unido a las manos de su espantapájaros.
Habíamos evitado esta conversación por años, pero al parecer Amber finalmente
estaba lista para discutirlo.
—¡Nathan! —Me lanzó una pequeña calabaza—. Gracias por hacerme sentir peor.
Dylan aclaró.
Dylan encendió una vela y la colocó dentro de una lámpara de calabaza 49.
—No puedo evitar preguntarme lo que hubiera pasado si no hubiéramos estado todos
juntos en un lugar. ¿Qué tal si Dylan y yo no hubiéramos tenido nuestra boda en esa
isla? Estuvimos atrapados y desarmados. No tuvimos oportunidad.
49
Lámpara de calabaza: Calabazas del peregrino. Adorno utilizado en Halloween, consiste en ahuecar
una calabaza, dándole forma de rostro, y colocar una vela encendida dentro para que proyecte la silueta
con las sombras.
Recordaba la escena como si fuera ayer. Amber se veía bellísima en su traje de novia.
Sólo habían pasado meses desde la última vez que nos reunimos, pero Amber se
decepcionó cuando el vuelo de Anthony y Louise se canceló. Edgar tenía una severa
infección de oído que le impedía volar, así que Helen y él tampoco pudieron asistir. En
retrospectiva, fue una bendición que los antiguos no estuvieran presentes. Anthony se
torturó con los escenarios que podrían haberse desarrollado si él hubiera estado ahí
para usar su habilidad. Pero el “y sí” es un horrible juego para jugar con uno mismo.
Las mejillas de Amber estaban chupadas, probablemente por contener las lágrimas, o
por reprimir los recuerdos.
—A veces Dylan me sacude para despertarme. Dice que doy golpes y grito en sueños.
Cada vez han sido pesadillas sobre los Nefariouns. Los disparos, la sangre, el
chasquido de los huesos: como está pasando todo de nuevo. A veces, sólo escucho
gritos. Todos están gritando, peleando por sus vidas, pero no puedo llegar a nadie.
Dylan envolvió sus brazos alrededor de ella. Permanecí en silencio, sin saber cómo
aliviar el peso de su pena o su culpa.
—Y Gregory —se le trabó la lengua con su nombre—. Sigo viéndole ahí, encadenado a
ese árbol, teniendo que escucharlo todo… incluso las horribles cosas que ninguno de
168
nosotros podía oír.
—No —Amber negó con la cabeza—. No con todos nosotros en peligro. En especial
Harmony y Carson. Probablemente mantuvo su mente abierta para escucharlo todo.
Cada miedo, súplica y pensamiento aterrorizado pasando por nuestras cabezas.
Me senté en los escalones del porche dándoles la espalda. No podía decirles lo que
había visto, lo que sabía. No podía decírselo a nadie. Tan culpable como me sentía por
mantener un secreto tan grave, tenía que hacerlo. Nuestro kindrily no podría manejar
una aflicción adicional.
—Hablando de Carson —dije—. ¿Qué habéis decidido sobre pasar más tiempo con él?
—Claro que lo haremos. Es fácil olvidar lo difícil que fueron las primeras rondas de
vida. Y Carson, sin una alma gemela. No puedo imaginar lo difícil que debe ser.
Le resté importancia.
Se sentó a mi lado.
—Dylan ha estado hablando con Carson por teléfono cada noche. Vamos a pasar
Acción de Gracias y Navidad con él. Y voy a enfrentar mi culpa y pasar tiempo con
Maryah como si nunca nos hubiéramos conocido.
—No puedes darte por vencido con ella —dijo Dylan—. Sólo han pasado unos meses.
Tienes que creer. Si tú de todas las personas no crees en ella, no tiene una
oportunidad. 169
—Dime, Dylan, ¿eres tú el que carga cadenas pesadas e incómodas cada día y cada
noche? ¿Maldices al sol cada vez que se oculta en el cielo porque si duermes soñaras
con el amor sólo para verlo desvanecerse cuando despiertas? ¿Estás asustado de
parpadear porque la imagen de tu llama gemela te inunda de un dolor intolerable?
—No —continué—. No puedes comprender que una angustia como la mía nunca da un
respiro. Tu alma gemela está parada a tu lado. Imagina mirar a los ojos de Amber y ver
que borró cada recuerdo tuyo. No puedes siquiera imaginar la tortura.
Amber me apretó la mano y dejó que pasaran unos momentos de silencio antes de
continuar con el debate.
—Ella muestra indicios de que se acuerda. ¿Qué tal si hay una excepción para la regla?
—Edgar siempre está hablando de cómo ahora se refieren a los Registros Akáshicos 50
como un superordenador universal. Es un símbolo de estos tiempos. Quizás el alma
puede avanzar como la tecnología.
—Estoy decidido a mantener a Maryah a salvo. Parte de ello es guardar las distancias.
La otra parte es encontrar a Dedrick y asegurarme de que su cacería esté terminada.
Marcus y algunos miembros de otro kindrily han aceptado ayudarme.
—Que estés fuera tanto me pone nerviosa —dijo Amber—. Prométeme que no estás
en una misión para morir y borrar, y que tendrás cuidado allá.
—No estoy en una misión para morir y te prometo que tendré cuidado.
Le eché un vistazo al cielo donde solía estar la estrella de Maryah, deseando más
fuerte que nunca que las gafas de Carson hubieran revelado un milagro. Me hice la
promesa a mí mismo de que haría lo que fuera necesario para mantener a Dedrick
lejos de Maryah y esa promesa superaba la que le había hecho a Amber.
50
Registros Akáshicos o Akásicos: (de akasha, en sánscrito: cielo, espacio, éter) son una especie de
memoria de todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos que estaría registrada en el éter.
Allí se almacenaría todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos y todos los conocimientos
del universo.
Capítulo 25
Agradeciendo a los cielos
Maryah
Presioné mi mejilla contra el teléfono, deseando poder llegar al otro lado de la línea y
abrazarla y decirle que esté agradecida porque todavía tiene a su madre, que incluso
171
si… Dios no lo permita… su madre se moría, ella aún tenía tiempo para decirle lo
mucho que la amaba. Tendría la oportunidad de despedirse. Yo habría dado cualquier
cosa por haber tenido eso. Pero en su lugar, todo lo que dije fue:
—Ayer, Louise arrojó la bomba de que Dylan y su esposa vendrían a pasar Acción de
Gracias. Supuse que Nathan vendría también, pero afortunadamente está pasando el
fin de semana con sus amigos.
—Sí —April pareció animarse un poco—. River viene más tarde, así que hay un detalle
positivo en mi vida.
Mi estómago se apretó. River se había estado poniendo más frustrado con su relación,
pero juré no decírselo a April. Solamente la lastimaría y eso era lo último que ella
necesitaba.
Tan pronto como colgamos, oí que se abrió la puerta delantera. Un labrador gris entró
al galope en la cocina meneando la cola y me olfateó los pies y las piernas.
Una chica bastante alta dobló la esquina sonriendo. Una flor metida detrás de la oreja
complementaba los reflejos rojizos de su cabello castaño rizado.
—¡Te traje Plumeria51 de nuestro jardín! —bajó una canasta de coloridas flores y
abrazó a Louise.
Amber se giró para mirarme de frente, pero no pude medir su impresión por sus
oscuras gafas de sol de caparazón de tortuga52.
172
—Aloha, Maryah —suspiró.
—Hola.
El perro gris se sentó orgullosamente al lado de Amber mirando hacia arriba para
verla.
—¿Otro?
—¿Vienes, Maryah?
51
Plumeria: Es un genero de arboles y arbustos cuyas flores son amarillas o rosas dependiendo de su
forma de cultivo; tienen un perfume intenso, agradable y dulce parecido a la vainilla o a la almendra.
52
Anteojos de carey.
Pensé con seguridad que Carson no volvería a hablarme nunca más por lo de Nathan,
pero últimamente, había sido un poco amable conmigo.
El chico que tenía que ser Dylan se giró hacia Carson, sonriéndole abiertamente al
Mustang convertible azul tropical estacionado a su lado. Su perilla hacía juego con su
ondulado cabello corto castaño.
—No puedo creer que los persuadiste de llamarlo así —rió Carson.
—Probablemente no debería.
—Tú conduces. Carson irá en el asiento del copiloto como una precaución de
seguridad.
El entusiasmo tomó el mando y salté al asiento del conductor. Inhalé el aroma a auto
nuevo y Carson me esbozó rápidamente una sonrisa tranquilizadora. Después de salir
en reversa cuidadosamente de la entrada, conduje a menos de ocho kilómetros por
hora por la estrecha calle que llevaba a la 179. Un vez que estuvimos en la carretera
principal aflojé un poco mi agarre al volante y miré a Carson.
—¿Dones?
—Finalmente, ella comienza a hacer las preguntas —Carson bajó sus gafas de sol—. Si
un meteorito gigante cayera del cielo y aterrizara en nuestra casa, ¿te darías cuenta?
Se rió.
—¿Estás segura?
—Olvídalo. —Apuntó por la ventana—. Esa tortuga nos está pasando. ¡Veamos qué es
lo que puede hacer este auto!
Incluso con su cabello blanco, Edgar se veía más joven de lo que me había imaginado.
Había estado tan callado desde nuestro primer encuentro. En realidad las únicas
palabras que me había dicho fueron, “Bienvenida a casa, Maryah”. Y de eso había sido
hace semanas. En las raras ocasiones en las que sí lo veía, él estaba o durmiendo o con
la nariz enterrada en un libro. Estaba impresionada cuando me pidió que pusiera la
mesa.
Coloqué el último cuchillo y tenedor en la mesa. Cuando levanté la vista, Edgar estaba
parado casi sobre mí. Se me quedó mirando fijamente por un tiempo incómodamente
largo. Mi atención revoloteaba entre sus gafas bifocales y sus mocasines de cuero
hasta que dijo:
—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos reunimos todos en esta mesa.
Tragué con fuerza, en un intento de pensar en algo que decir, pero todo lo que dije
fue:
—Síp.
Todos se veían tan felices, tan unidos. Tal como una familia debería ser. Tal como mi
familia había sido, cuando todavía los tenía.
Todos charlaban sobre nombres y si esperaban que fuera un niño o una niña, pero yo
me excusé. Tenía que llamar a mis tíos para arreglar mi regreso a casa para las
vacaciones de Navidad. Louise nunca se perdería dos fiestas importantes sin su hijo, y
yo no quería estar ahí cuando Nathan, el maniático, viniera a casa para estar con su
familia.
∞
—Feliz Día de Acción de Gracias, Pastelito —dijo tristemente Krista. Ella entendía lo
duro que serían las fiestas para mí.
—Increíble.
—Vino la familia del lado de mamá, así que hemos tenido la casa llena de gente todo
el día. Ah, ¡y tengo las noticias más emocionantes! —su voz se elevó varias octavas.
—¡Mamá y papá van a llevarme a Egipto para Navidad el mes que viene! ¿Puedes
creerlo? ¡Voy a visitar las pirámides!
176
Mi sonrisa se apagó. Krista siempre había estado fascinada con Egipto. Esto era un
sueño hecho realidad para ella, pero mi parte mezquina estaba devastada. ¿Iban a salir
del país en mi primera Navidad sin Mickey y mis padres? ¿Ni siquiera habían
considerado que querría pasar las fiestas con ellos? ¡Hablando de ojos que no ven
corazón que no siente! ¿Cómo pudieron hacerme esto?
—Estoy revisando mis libros de Egipto y planeando todos los lugares que debo ver.
—¡Definitivamente!
No era culpa de Krista que mis tíos no consideraran que yo podría querer ir a casa para
Navidad. Me sentí mal por inventar una mentira, pero si seguía hablando ella se daría
cuenta de que estaba molesta.
—Louise me necesita para algo así que tengo que irme, pero dile a todos que dije Feliz
Día de Acción de Gracias.
Un extraño de cabello oscuro deslizó mi anillo de pavo real en mi dedo luego me besó.
Su cálido aliento contra mi oreja, las olas del océano y la música del ukulele se
desvanecen conforme mi sueño de estar en una isla tropical se disuelve en la luz del
sol entrando a raudales por las ventanas de mi habitación.
Un delicioso aroma dulce me hizo la boca agua, así que salí de la cama y me dirigí a la
cocina.
—Es nuestra tradición del Viernes Negro, tortitas de nuez de macadamia y piña fresca
—Amber me entregó un plato—. La mantequilla casera de nuez de macadamia está en
la mesa.
Shiloh besó a Amber en la mejilla mientras me reía entre dientes por el perfecto
apodo de Faith.
Harmony merodeó detrás de ellos y decidí que su apodo sería Stinkerbell 54. Aunque
nunca la llamaría así en realidad, a menos que tuviera la necesidad de que me
53
Pinkerbell: apodo usado para referirse a una persona que le gusta mucho el rosa y que tiene mucha
vivacidad.
54
Stinkerbell: apodo usado para referirse a una persona con una mala actitud.
noquearan. Faith se hizo a un lado y Harmony abrazó a Amber, dejándome
estupefacta por verla demostrándole afecto a alguien.
—Gracias, Harmony.
—¡He estado ansiando estas tortitas! —chilló Faith, dejando caer una en su plato.
¿Na-Nicholas? ¿En serio pensaban que era tan despistada? ¡Sabía que Nathan estaba
en la ciudad! Probablemente tenía que quedarse en la casa de Shiloh o la de Dakota
por mi culpa. La culpa me hizo perder el apetito.
—¿Qué hay de nuevo con ustedes, haditas? —Amber les preguntó a Faith y Harmony.
178
—Nada —respondió Harmony sombríamente.
—Ya sabes lo que hay de nuevo conmigo. Te llamo por todas mis novedades.
—Sí, tú lo haces, pero las habilidades con el teléfono no viene de familia —Amber
golpeó a Harmony con la espátula.
—¿Qué tal el instituto? Vi los folletos de la universidad puestos por aquí, ¿estáis
solicitando entrada en alguna?
Eran mis folletos de la universidad, pero Faith revolvió entre un montón de ellos
sentándose en la encimera.
55
Bambino: niño en italiano.
Harmony se veía super excitada, como un movimiento de un interruptor y las chispas
saldrían de su escalofriante cabeza.
—El día que me gradúe, voy a irme y buscaré en cada rincón del mundo.
—¿Buscar qué?
—A mi alma gemela.
¿Alma gemela? ¿La oscura y sombría Harmony quería registrar el mundo por amor?
¿Hablaba en serio? Nadie más parecía sorprendido por su respuesta o por su anuncio
de que no iría a la universidad. La última cosa que quería era comenzar una pelea con
ella, así que me callé, pero aun así no podía creerlo.
Casi me atraganté con mi leche. Shiloh tenía una mirada desconcertada en su rostro
entonces dijo algo en japonés. Faith contestó con más galimatías japonesas. Cuando
terminó, Shiloh levantó la vista y dijo:
—Ahhh —como si hubiera resuelto un misterio—. Seguro, Jefe, siempre eres 179
bienvenido a tomar prestado mi vehículo.
Al darme cuenta de que sin duda vería a Nathan, mi estómago dio vueltas.
—¿Vamos a ir a Colorado?
Avergonzada, me limpié la leche, o mantequilla, o lo que sea que Dylan había visto en
mi cara. Le pregunté a Faith:
—Maryah, tenemos una familia por nuestra cuenta con la que pasar la Navidad.
—Cierto —tenía que admitir, que había ocasiones en las que olvidaba que Faith,
Shiloh, Harmony y Dakota no formaban parte de la familia Luna—. Edgar y Helen irán,
¿no? —mientras más personas mejor… menos peligro.
—No, a Edgar no le gustan los largos viajes en auto. Es un viaje de diez horas —explicó
Louise.
El recuento total estaba hecho. Seríamos solamente nosotros cuatro: Anthony,
Louise, Carson y yo. Mi estómago se retorció. Levanté la vista de mi plato. Todos
estaban mirándome.
Quería patearla por debajo de la encimera. ¡Louise y Anthony estaban sentados justo
en frente de nosotras! No podía admitir que su hijo me aterraba, pero no podía
pedirles que pasaran otra fiesta lejos de él.
Dejé caer mi tenedor y éste sonó ruidosamente contra mi plato. El reciente sueño que
había tenido sobre Nathan con una princesa india tenía que ser una coincidencia al
azar. Quizás escuché a Louise mencionar por casualidad que él iría a la India y me
olvide de ello. Pero no explicaba por qué mis sueños se estaban volviendo más
extraños, o por qué algunos de ellos se sentían tan reales.
180
Le conté a April acerca de mis sueños, y ella siempre buscó interpretaciones en algún
diccionario de sueños en línea, pero ninguna de las explicaciones tuvo sentido alguna
vez. Krista y yo nos estábamos alejando tan rápido que me estaba dejando aturdida,
por lo que no podía hablar con ella de eso, y si le contaba a Faith se saldría por una de
sus tangentes filosóficas y lo convertiría en un proyecto de investigación que me daría
dolores de cabeza.
Maryah
L a Navidad se acercó poco a poco hasta que me estaba atragantando con toda la
alegría navideña. Las vacaciones de invierno deberían haber sido un alivio
bienvenido, y sí, estaba agradecida por el tiempo lejos del instituto, pero eso
significaba que tendría que sobrevivir a la temida Navidad en Colorado.
River quería ir de compras a un verdadero centro comercial, así que nos fuimos a
Flagstaff. No estaba emocionada con la idea de los gruñones compradores navideños,
pero después de días de escucharlo suplicar y gimotear, cedí sólo para callarlo.
181
Pasamos otra tienda mientras River trataba de decidir qué comprarle a April.
—¿Un CD?
—¿Quién escucha CD’s ahora? Además, ese es el tipo de cosas que hace la gente
pobre porque no pueden pagar un regalo de verdad.
—Le pedí a Santa un tatuaje con tu nombre en él, pero está en pedido pendiente.
—Te compraría un tatuaje. Incluso iría contigo a que te lo hicieras, para poder verte
mientras te retuerces de dolor.
—Eres tan dulce —susurré sarcásticamente—. Pero voy a pasar. No soy del tipo que se
hace tatuajes.
Hizo caso omiso de la mirada asesina que le lancé y me jaló a una tienda de joyas.
Nunca había sido una fan de las joyas caras. El sentimiento detrás de un regalo
significaba más para mí que la cantidad de dólares en su etiqueta.
—Es hermoso.
Anthony quería partir a Colorado a primera hora de la mañana y todavía tenía que
empacar.
—¿Qué se supone que haga mientras estás fuera de la ciudad por una semana?
—Supongo que estoy preocupada porque el otro hijo de Louise aparezca. No nos
llevamos bien.
—¿Nathan?
—Por supuesto. Hemos estado yendo a la escuela juntos desde que éramos pequeños.
—Pensé que podrías no conocerlo dado que está un año delante de nosotros.
—En todos los años que lo conozco, nunca he visto a ese tipo siquiera mirar a una
chica. Era del tipo solitario. Las únicas chicas a las que les hablaba era a la novia de su
hermano y las extrañas gemelas Cain y Abel.
Estaba demasiado confundida como para golpear a River por la referencia a Caín y
Abel. Además, los nombres eran apropiados para Faith y Harmony. Pasamos por casas
decoradas e iluminadas por las fiestas.
—¿Él te parece un poco... raro? ¿Como si se hubieran quemado unos focos en su árbol
de Navidad? —Traté de hacer una broma para que River no preguntara el por qué me
importaba. Yo nunca estaba segura de por qué me importaba.
Quizá Nathan realmente estaba loco. Tal vez Louise y Anthony tuvieron que enviarlo a
un hospital mental en Colorado. Carson sí actuó extraño cuando le pregunté por la
novia de Nathan. Tal vez ella era parte de los problemas de él. Sabía que ella se veía
demasiado como una supermodelo. Además, la foto parecía vieja. Probablemente la
recortó de una vieja revista. 184
El comentario sarcástico de River me llamó la atención.
—No tengo ni idea de por qué las niñas se desmayaban por él.
—¿Eh?
—Es un tipo raro, pero muchas chicas estaban enamoradas de él. Ni siquiera es tan
guapo.
River estaba equivocado sobre la última parte. Nathan era por mucho el chico más
guapo que había visto. Sin embargo, sus problemas mentales lo descalificaban de
alguna vez ser el paquete completo.
—Me alegra saber que no caíste en su mierda de Señor Misterioso, —gruñó River—.
Sabía que tenías buen gusto.
Llegamos a mi casa y abracé a River, diciéndole que tratara de disfrutar de las fiestas
con April. Me entristecía saber que él no tenía familia con quién celebrar la Navidad, y
que la madre de April todavía estaba tan enferma. No sería una feliz fiesta para
ninguno de nosotros.
El asunto de Nathan me carcomía por dentro, pero no sabía cómo abordar el tema, así
que lo dejé por la paz. Partíamos a Colorado mañana a primera hora y no quería que el
largo viaje fuera incómodo.
185
Capítulo 27
Instintos animales
Maryah
¡Joder! La motocicleta.
La misma motocicleta que condujo en mi sueño del hospital. El veredicto estaba dado:
debido al golpe en mi cabeza, o a mi cirugía cerebral, había adquirido algún tipo de 186
inútil poder psíquico. Toma un poco de cinta y pega el letrero de “bicho raro” en mi
espalda. Ni siquiera podía contarle a April sobre éste. Absolutamente nadie lo
entendería… o lo creería. Incluso yo tenía problemas para creerlo.
Seguí por el sendero del jardín, tratando de sacudirme otra pieza más de un
rompecabezas más extraño-que-la-ficción que no tenía ningún sentido para mí. Y
honestamente, era un rompecabezas que me asustaba.
En el momento en que entré, Dylan asomó la cabeza a la vuelta de una pared y sonrió.
—¡Eh, lo lograste!
La casa de Amber y Dylan se veía como un hotel de una colorida isla. Decoraron la sala
como un veraniego país de las maravillas de Navidad. Luces blancas y rojas iluminaban
una palmera falsa, y un par de grandes estatuas tiki 56 con gorros de Santa. No era para
nada como me imaginé una Navidad en Colorado.
56
Nombre que se da en las culturas de Polinesia Central en el Océano Pacífico a estatuas de gran
tamaño con forma humana. A menudo sirven para delimitar lugares sagrados.
—¡Aloha! —gritó Amber desde lo alto de las escaleras. Llevaba un atuendo rojo y
naranja súper lindo y gafas con bordes oscuros que le hacían verse estudiosa. Logró
bajar la mitad de los escalones entonces se resbaló y cayó sobre su trasero.
—¿Estás bien?
—He oído que estar embarazada estropea tu equilibrio —traté de defender a Amber
para que no estuviera avergonzada, pero no parecía estar inmutada en absoluto.
—No es porque estoy embarazada. Le pedí a Dylan que comprara una casa estilo
hacienda, pero mi torpeza lo mantiene entretenido.
Entre más conocía a Amber, más me gustaba. Me dio una visita guiada por la casa y
cuando abrió las puertas francesas al patio trasero, jadeé. No por los acres de terreno,
o la vista de las montañas nevadas, sino por el pequeño caballo blanco durmiendo en
el entarimado.
—¿Puedo acariciarlo? —Parecía una gran bola de algodón blanco. Él abrió los ojos y se
sentó.
—¡Perfecto, está despierto! Por supuesto que puedes acariciarlo, las personas le
encantan.
—Me encanta.
Por el rabillo del ojo vi otro borrón de pelaje. Casi grito cuando un animal del tamaño
de un mapache se apresuró hasta donde Amber.
—¿Qué es?
—Una suricata57. Uno grande y gordo —se burló. Él se inclinó hacia atrás en sus brazos
y se me quedó mirando—. Coco y Nutty son de tamaño normal —señaló con la cabeza
al final del entarimado. Dos pequeñas caras beige se asomaron sobre el último
escalón.
—¿Muerden?
—No, son inofensivos. A menos que seas un insecto —Amber soltó una risita—. No
están destinados a ser mascotas, pero tengo un permiso para estos chicos porque
participo en un programa de comportamiento animal. ¿Quieres cogerlo? Él quiere
echarte un vistazo.
Me lo pasó y él me acarició el cuello con su hocico. Las dos suricatas más pequeñas se
acercaron presurosas y olieron mis zapatos. Me reí tontamente cuando Big Kahuna
me hizo cosquillas con la nariz.
La puerta del patio se abrió y Carson salió con un gato negro en sus brazos, Molokai
venía detrás de él.
—¡Aquí está Hilo! —Carson bajó al gato y acarició al caballo miniatura. 188
—Nuestro gato se llama Lulu —me contó Amber.
Big Kahuna y yo seguíamos ocupados frotándonos las narices. Su ternura pesaba más
que su mohoso olor.
Asentí.
—No me digas. Nunca había conocido a nadie con mascotas como estas.
57
Son animales mamíferos y carnívoros, pertenecen a la familia de los Vivérridos y se caracterizan por
andar siempre juntos, formando grandes grupos.
—¡Miren un meteorito!
Amber y yo alzamos la vista, pero el cielo era un vacío lienzo azul. Carson se rio y
sacudió la cabeza. Supuse que era una referencia a nuestra conversación de los
meteoritos el día que condujé el Mustang de Dylan, pero todavía estaba despistada
sobre a qué se refería.
La seguí por la casa y subimos las escaleras. Cuando llegamos a la cima, Amber se dio
la vuelta para encararme.
—Sé que no te gusta Nathan y lamento que tengamos que hacerte esto, pero te
quedarás en su habitación.
—Sólo haz como que es un cuarto de huéspedes. Es bastante genérico, así que no
debería ser difícil —dijo antes de abrir una puerta.
189
Estaba en lo cierto. El cuarto de Nathan en Sedona parecía el Taj Mahal comparado
con este. Había una cómoda básica, una mesita de noche y una cama gemela con un
sencillo edredón verde. Sin fotos o decoraciones en ningún lado.
Me sentía cómoda con Amber, quizás porque era como yo, no era familiar
consanguíneo de los Lunas. Debe haber habido un punto en el tiempo cuando ella
tuvo que entender a una familia diferente a la suya.
—¿Oye, Amber?
—Sí.
¿Lo había malinterpretado? Traté de recordar si Louise en realidad había usado alguna
vez la palabra universidad, pero no podía pensar en un momento en específico.
—Claro.
—Este… —Claro, si fuera el fabuloso chico de mis sueños, pero no lo era… en realidad
estaba lejos de serlo.
—Déjame decir esto —comenzó, jugando con la liga para el pelo en su muñeca—. Eres
parte de esta familia. Cada miembro te quiere y está pendiente de ti, incluso Nathan.
Tuvo una forma extraña de demostrarlo en Albuquerque, pero todavía hay mucho de
él que no comprendes —miró alrededor de su habitación entonces se recogió el pelo
en una cola de caballo—. Nunca te pediría hacer algo que no quieras hacer, pero por
favor, considera el perdonarlo. No creerías lo difícil que ha sido su vida.
No sabía qué decir, así que sólo me la quedé mirando como una muda. ¿De verdad
podría perdonarlo alguna vez?
Miré fijamente las puertas cerradas del armario de Nathan hasta que me ganó la
curiosidad. No había nada emocionante dentro: ropas cuidadosamente colgadas,
zapatos alineados por el suelo y tablas de nieve recargadas contra la pared. Cerré la
puerta y me sentí culpable por husmear.
Dylan había invitado a los chicos abajo para poder presumir su nuevo sistema de cine
en casa. Me senté junto a la chimenea, admirando los adornos del árbol y bebiendo
chocolate caliente. Amber puso al día a Louise de su último proyecto: la comunicación
de las ballenas. Me recordaba a las Nochebuenas que pasé con mi familia de verdad,
con excepción de Krista, tía Sandy y tío Dave que estaban ausentes, me pregunté
cómo se lo estaban pasando en Egipto. No tenía ni idea de qué hora era allí y no podía
llamar a Krista, pero sí la extrañaba.
Louise apuntó a las puertas de cristal.
—Carson estará emocionado de tener una blanca Navidad —dijo Amber, sirviéndome
más chocolate caliente.
Baby Hilo nos miró a través de la nevisca. Amber se dio la vuelta para dejarlo entrar
como si lo sintiera parado ahí entonces él entró trotando luego se acurrucó al lado de
la chimenea. Molokai se hizo un ovillo a su lado.
—Entraron mientras estabas arriba. Está en el sótano jugando en los túneles que
Carson construyó para ellos.
La blanca Nochebuena hizo que todo se sintiera acogedor. Nunca podría ser lo mismo
que en casa, pero al menos estaba rodeada por buenas personas y animales adorables.
Me quedé mirando a la titilante chimenea y no pude evitar preguntarme en qué parte
del mundo Nathan estaría pasando la Navidad. Y a pesar de que no tenía la intención
de hacerlo, me pillé a mí misma deseando que no estuviera triste o sólo.
191
Capítulo 28
Enfrentando al valiente
Nathaniel
192
Al instante, los dos salieron de la cama. Audrey se movió impresionantemente rápido
para una mujer en sus setentas. Se cambiaron deprisa mientras daba a conocer toda la
información que podía.
Audrey agarró con fuerza la mano de Marcus. Me miró con los ojos abiertos, como los
de una cierva.
—James y Lillian —dijo él—. Miembros de nuestro kindrily. No los habíamos visto ni
oído de ellos en varios años.
—Dedrick está creando un equipo de Elementos con las habilidades más útiles. Por
supuesto que te querría a ti.
—Oh mi Dios.
Audrey era una paralizadora, la única que había conocido o de la que había oído
hablar. Podía inmovilizar a cualquiera con sólo mirarlos. Ese tipo de habilidad sería de
gran utilidad para Dedrick.
—¿Y Lilian?
Decidí no revelar el hecho de que Anthony había dominado esa habilidad. Nuestro
kindrily había acordado mantenerlo como un valioso secreto.
Anthony hubiera sido una de mis principales opciones para estar conmigo en una
reunión con Dedrick, pero no sería capaz de llegar aquí lo suficientemente rápido.
Curiosamente, podríamos tener acceso a alguien con la misma habilidad; de modo
poco práctico, podría estar del lado del enemigo, pero aún podríamos ser capaces de
usarlo.
—Debo irme. Puerto de Santa Catalina. Tan pronto como podáis. Los veré ahí.
Visualicé un pequeño nicho en el Puente de Londres. Había estado ahí varias veces
antes y nadie estaría presente en la Víspera de Navidad para verme aparecer
misteriosamente. Mientras terminaba de reconstituirme en las sombras del oscuro
pasillo, aumentó mi ansiedad. Habíamos estado siguiendo a Dedrick durante meses,
viajando por toda Europa e India conforme recibíamos una pista falsa tras otra. Ahora,
estaba a mi alcance, pero tendría que enfrentarlo sin la fuerza y las habilidades de
ningún miembro de mi propio kindrily.
Caminé de un lado a otro a lo largo del alto paso peatonal del puente, mirando por las
elevadas ventanas de cristal y escrutando el Río Támesis debajo de mí. Su bote no
estaba a la vista todavía, pero pronto estaría pasando por debajo del mismo punto
donde estaba parado. No había estado así de cerca de Dedrick en casi dos décadas. En
la última vida, él tenía delantera.
Mary había estado ahí, forcejeando en sus brazos, peleando con toda la vida y vigor
que tenía dentro hasta que él puso la afilada cuchilla contra su garganta. Le susurró
algo al oído que ni siquiera yo pude escuchar. Cerró los ojos momentáneamente, y 194
cuando los abrió, las lágrimas rodaban por sus mejillas. Articuló las palabras, te amo
eternamente, luego agarró las manos de Dedrick y se cortó su propia garganta.
Si hubiera sabido que ese día en la playa sería nuestro último día juntos, si hubiera
sabido que pensaba borrar, hubiera hecho más. Hubiera hecho algo, cualquier cosa,
por evitarlo.
Esta vez, cuando enfrentara a Dedrick, no tendría nada que perder y necesitaba
asegurarme de que él supiera que no tenía nada que ganar al ir tras Maryah de nuevo.
Planeamos esperar hasta que estuvieran fuera del bote y seguirlos a un lugar donde
estuviéramos fuera del ojo público, hasta que el bote se detuvo a varios metros del
puerto. El mundo a nuestro alrededor se detuvo. Las olas ya no se agitaban, el viento
se detuvo, incluso los árboles se volvieron inmóviles.
—¿Qué están haciendo? —Marcus miró a través de los binoculares, pero yo podía ver
claramente.
Dedrick salió detrás del tipo calvo. Su boca se movió, pero incluso mis oídos no
pudieron percibir sus palabras. Sin embargo, el sacudir de sus brazos revelaba su ira y
cuando Calvo regresó cargando un ancla, se hizo obvio.
195
Audrey asintió y Marcus le dio la espalda, poniéndose en cuclillas a baja altura con los
brazos estirados hacia atrás. Ella se trepó en él como una niña de cinco años lista para
que la llevaran a cuestas. La establecida rutina me hizo envidiar el que yo no pudiera
llevar a personas conmigo cuando usaba mi don.
Como si un camino sólido estuviera ante él, caminó fuera del puerto, trotando en el
aire. Audrey se movía arriba y abajo en su espalda con cada paso. Había visto antes la
caminata en el éter de Marcus, subiendo en el aire para alcanzar algo en un estante
alto, deslizándose hacia abajo por la escalera en su casa como si volara porque decía
que el impacto era duro para las rodillas. Pero verlo corriendo por el Río Támesis con
nada más que aire y energía debajo de él provocó un nuevo nivel de asombro dentro
de mí.
Casi habían llegado al bote, y al parecer, la mujer pelirroja los había visto. Me
concentré en el espacio detrás de Dedrick y crucé hacia ahí.
—¿A qué debemos este placer? —gritó Dedrick—. Me parece que ustedes
respondierona mi invitación diciendo que kes era imposible asistir.
—Detrás de ti —le siseó la pelirroja a Dedrick.
Él se dio la vuelta, me dio un vistazo y luego se me quedó mirando fijamente a los ojos.
Le dejé estudiarlos. No más gafas de sol. Por años nos escondimos tras escudos
oscuros esperando nunca ser reconocidos por los Nefariouns, pero ahora quería que
Dedrick supiera que era yo.
Calvo nos estaba ignorando al resto de nosotros y atando los pies de la chica inmóvil al
ancla.
—Dedrick —preguntó Marcus—, ¿cuáles son tus intenciones con esta chica?
Mi estómago dio un vuelvo. Él me quería a bordo del bote y caí justo en su trampa.
¿Qué malignas razones tenía para confrontarme?
—Deja de seguirme a todos lados como un perro callejero. Mis asuntos no son de tu
incumbencia.
La furia hirvió dentro de mí. Necesitaba permanecer tranquilo, pero sus burlones
comentarios también me dieron una razón para actuar como si no tuviera control de
mis emociones, para plantar la semilla de vital información que con suerte mantendría
a Maryah a salvo. Cambié el tono de mi voz para que sonara alterada.
—Soy una alma vieja, chico. No puedes esperar que recuerde un minuto en el tiempo
que pasó hace veinte años.
—Lo que fuera que le dijiste hizo que ella borrara —rechiné los dientes—. Ella borró.
Ya no es un Elemento. Me la quitaste por toda la eternidad.
—¿La más poderosa mujer de todos los tiempos en el mundo astral tiró a la basura
todo su conocimiento y poder por alguien tan inofensivo e insignificante como yo? Ni
197
siquiera tú eres lo suficientemente tonto como para pensar que creeré eso. Inténtalo
de nuevo.
—No tiene ni idea de quién solía ser. Ni siquiera sabe que los Elementos existen. Y ya
no tiene su habilidad. No es útil para nadie. Ni siquiera para sí misma.
Imaginé sus ojos vacíos. La pena me inundó. Incluso después de tantos años, incluso
después de pasar tiempo con ella y no ver algún destello de reconocimiento, mi
corazón dolía por mis propias palabras como si me estuviera dando cuenta de ellas por
primera vez.
—Está diciendo la verdad —dijo una familiar voz rasposa detrás de mí. Su silueta alta y
amplia proyectó una sombra a través de la resplandeciente cubierta blanca. Caminé
hasta el borde del bote para que nadie más pudiera acercárseme sigilosamente por
detrás.
—Ah, bueno —suspiró Dedrick—, supongo que eso tendría sentido dada la ineptitud
de nuestro experimento.
Habíamos peleado lado a lado un par de veces en vidas anteriores, pero estaba seguro
de que él no me recordaba. Miré fijamente a las ventanas de su alma, dejándolo verme
de verdad, esperando estudiar las profundidades de sus ojos para que pudiera
averiguar cuándo había tomado un camino equivocado tan malvado. Pero no había
historia ahí. Ninguna. Sus ojos eran dorados con delgadas ranuras negras, sin líneas de
tiempo o marcadores de identificación en absoluto. Se veía exactamente igual a cómo
había sido hace décadas: la misma piel peruana bronceada y la misma larga cola de
caballo negra. No había envejecido ni un día. Ahora que lo pensaba, tampoco Dedrick
lo había hecho.
Dedrick echó un vistazo alrededor de Argos y me miró con los ojos entrecerrados.
—¿Estás seguro de que oíste todos sus pensamientos? ¿Ni un indicio de una
posibilidad de que pudiera estar mintiendo sobre la chica?
Baldy asintió y aflojó las cuerdas alrededor de los pies y manos de la chica. Dedrick dio
una palmada y agitó la mano hacia la cubierta de arriba. Segundos después, un joven
de unos quince años se nos unió. Audrey se abalanzó cuando lo vio, pero Marcus gritó:
—¡No, Audrey! —Y ella se detuvo.
Basado en su reacción y las lágrimas que brotaban de sus ojos, el chico era James.
Dedrick se rió de nuevo y puso su brazo alrededor del hombro del chico.
Estudié a James y Lillian, dándome cuenta de que sus ojos se veían exactamente igual
que los de Argos: dorados e insípidos con ranuras negras. Audrey y Marcus también lo
notaron, y Audrey no se intimidó al preguntar por el cambio.
—Ese tipo de crueles nombres hieren mis sentimientos. Tus seres queridos eligieron
trabajar para mí. No les he hecho nada.
—Cálmate, mi amor.
199
James y Lillian no habían dicho una palabra. Apenas se movieron. Ni tampoco Argos,
Calvo y la pelirroja. Es como si fueran esclavos que no pensaran o actuaran por su
cuenta. Parecían estar esperando órdenes de Dedrick.
Todos los matones de Dedrick volvieron a la vida, avanzando hacia Audrey y Marcus.
Con un enroscar y doblar de sus dedos, Audrey los tuvo a todos paralizados. Estaba
concentrada, pero la hazaña parecía fácil. Había inhabilitado a cinco personas con un
rápido movimiento de su mano.
—Es una pena —se quejó Dedrick, limpiándose la saliva de la cara. ¿Era inmune a la
parálisis o Audrey no lo había incluido a propósito?—. Había esperado que
consideraran unírsenos. Todos los que se me unen son tratados como realeza, pero no
toleraré tan evidente insolencia.
Audrey estaba rígida y su voz mordaz.
—Querría una muerte permanente antes de alguna vez hacer equipo contigo.
Los brazos y piernas de James y Lillian se retorcieron mientras luchaban por moverse.
Audrey debió haber tomado las cosas con calma con ellos dos, eso o estaba perdiendo
el control en mantener a cinco personas paralizadas al mismo tiempo.
Dedrick gruñó.
—Veremos si todavía piensas de esa forma cuando nos convirtamos en los guardianes
de este mundo.
Luché por evitar gruñir. Independientemente del odio que le tenía a Dedrick y sus
malignos proyectos, mi misión era conseguir que dejara de cazar a Maryah. Él sabía
que ya no era útil para él. No quería incitarlo a venir tras alguno más de mi kindrily.
200
Estabilicé mi voz.
Dedrick me acechó.
—Muy noble y modesto de tu parte, Nathaniel, pero espero que tu preciosa familia
esté lista. Tenemos las tropas necesarias para obtener el control de quien viene a este
mundo y nos desharemos de aquellos que ya no hagan falta aquí, incluyendo cualquier
Elemento no cooperativo.
Dedrick sacó un cigarro. Lo encendió, le dio una calada y sacó una nube de humo en
mi cara. En voz baja, para que nadie excepto yo pudiera oírlo, dijo:
—Si tu kindrily y tú se unen a mi causa, te diré lo que le dije a tu amor justo antes de
que se matara. Entonces sabrás por qué borró.
Mi puño se estrelló contra su mandíbula antes de que pudiera pensármelo dos veces,
pero vi cada detalle como en cámara lenta. Mis nudillos encontrándose con su
mandíbula mandaron su cigarro volando por el aire. Él se cayó al suelo. Su cráneo
golpeó la cubierta del bote con un fuerte golpe seco. Estaba sobre su espalda,
tratando de rodar a un lado mientras aplaudía a sus esclavos, pero Audrey los
mantuvo paralizados.
—Eso fue por Mary. —Presioné el tacón de mi bota contra su garganta y lo apoyé con
todo mi peso, aplastando su tráquea. Me agaché para que escuchara mi amenaza sin
lugar a dudas.
Me tambaleé hacia atrás, pero no antes de pisar con fuerza las costillas de Dedrick.
—¡Marchaos! —les grité a Marcus y Audrey, pero ellos planearon cerca del bote. Los
otros cuatros Nefariouns luchaban por moverse, retorciéndose y sacudiéndose, pero
nadie más se liberó—. Estaré justo detrás suyo.
—¡Mátalo! —gritó Dedrick, señalándome—. ¡No lo dejes ir de este bote con vida!
202
Capítulo 29
Soñando con una blanca Navidad
Maryah
Lentamente se puso de pie, mirando alrededor de la sala, luego caminó hasta el árbol
de Navidad. Miró en mi dirección y curvó los dedos como si quisiera que me acercara.
Se estiró hacia adelante, quitó del árbol una pluma de pavo real de cristal, y la sostuvo
entre nosotros. Levantó la vista hacia la estrella que estaba en la cima del árbol y
suspiró.
Sacudí mi mano frente a su rostro para ver si respondía, pero sus ojos estaban
firmemente cerrados.
—Todo lo que quiero es protegerte —dijo—. No, eso es una mentira. Te quiero de
vuelta, la antigua tú, la que lo sabía todo.
Una necesidad de tocarlo se apoderó de mí. Me acerqué, lo suficientemente cerca
como para sentir el calor corporal emanando de él.
Abrió los ojos pero miró fijamente al ornamento que estaba en su mano.
—Serías capaz de descubrir lo que está planeando Dedrick. Siento como si se hubiera
declarado la guerra y soy incapaz de detenerla. No puedo hacer esto sin ti.
Como siempre en mis ridículos sueños, no tenía ni idea de quién era Dedrick o por qué
me imaginaría a Nathan hablando de la guerra, pero se veía tan vulnerable. Levanté
mi mano, tratando de alcanzar su rostro, pero se dio la vuelta y se marchó. Un gran
círculo marrón cubría la espalda de su camiseta rota. Entrando en pánico, miré la
chaqueta de Nathan, todavía puesta sobre el brazo del sillón. Como era de esperar,
tenía sangre seca por todo el interior.
Mickey, me dije. Estoy soñando con sangre en su camiseta porque mi mente todavía está
traumatizada por ver cómo apuñalaban a Mickey. El Nathan real no estaba sangrando y
ciertamente no había estado parado en la sala de estar de Amber diciendo que me
extrañaba.
Molokai marchó detrás de mí mientras revisé la otra habitación y levanté la vista hacia
la escalera, pero Nathan no se encontraba en ningún lado. Se había esfumado en el
aire.
204
—Estúpido sueño —murmuré. Molokai me ladró.
Me desperté y dejé que mis ojos se ajustaran al cuarto oscuro. Molokai ladraba en el
piso de abajo, así que eso explicaba por qué soñé con ella. Odié haberme sentido tan
atraída a Nathan en mis sueños.
Un haz de luz de luna bailó por mi anillo. Me lo quité y lo dejé sobre la mesita de
noche. Mi cerebro realmente necesitaba encontrar algo con lo que soñar además de
plumas de pavo real y Nathan.
Amber pidiendo disculpas por Nathan más temprano no significó mucho. No es como
si él se estuviera disculpando. ¿Cómo podría perdonarlo si nunca hizo ningún intento
de decirme que lo sentía? Tal vez su espalda ensangrentada era una advertencia para
no acercarse a él o me lastimaría otra vez, o me clavaría un puñal por la espalda. Me
pregunté qué diría el diccionario de los sueños de April.
∞
Despertarme con el sonido de una pala metálica rechinando contra el cemento fue
reconfortante. Me recordó los días de nieve en Maryland cuando mi padre limpiaba la
entrada del auto y la acera antes de que Mikey y yo nos fuéramos a viajar en trineo.
Me senté para mirar por la ventana para ver cuánta nieve se acumuló durante la
noche, pero me quedé helada por la sorpresa. Allí, colgado del pestillo de la ventana
de Nathan, estaba el adorno de cristal de pavo real de mi sueño.
Me pellizqué la piel de mi muñera tan fuerte como pude, pero nada pasó.
Después de bajar las escaleras a toda prisa, inspeccionar el sillón y la sala en busca de
una chaqueta ensangrentada y no encontrar nada, me di cuenta que tenía más
probabilidades de encontrar a Santa y su reno. Como si alguna parte de mi sueño 205
pudiera haber sido real.
Maryah
No más obsesión con sueños locos. No más siestas indulgentes con Nathan.
Crear algún álter ego imaginario suyo sólo porque era sexy no era saludable o normal.
Mis sueños estaban rondando una conducta acosadora.
—Genial.
—¿Qué? ¿Cuándo?
Di un grito ahogado.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros.
—Oh. No. No estaba allí. Así que dime lo que pasó. ¿April estaba alterada?
Y lo decía en serio. Le pasé varias notas durante la clase, pero River no diría una
palabra más al respecto.
April tampoco estaba en clase de historia. Pensé en llamarla después del almuerzo,
pero no necesité hacerlo. Ella estaba parada fuera de las puertas de la cafetería, así
que me abrí paso a través de la multitud para asegurarme de que estaba bien.
—April, yo…
—April, yo no…
—Dime —siseó—, ¿tus queridos padres muertos sabían la clase de puta mentirosa y
que apuñala por la espalda que estaban criando?
Lo siguiente que supe fue que Faith me tenía sujetada con fuerza y Harmony retenía a
April. Las dos estábamos agitando y moviendo nuestros brazos contra la otra.
No sabía qué decir. No podía recordar atacar a April, pero no podía recordar nada. El
labio de April estaba sangrando y su pelo era un desastre. ¿Realmente peleé con mi
amiga? ¡Nunca había estado en una pelea!
Una hora más tarde, Louise llegó a la oficina para reunirse con el subdirector. Me
habían suspendido por dos días.
Caminamos hasta el coche en silencio. Sostuve una bolsa de hielo contra mi cara
donde se estaba formando un ojo morado, pero sobre todo quería ocultar la
vergüenza que sentía.
Se quedó en silencio.
—¿No vas a decir nada? —Mi culpa se hacía más densa a cada instante.
Louise suspiró.
—¿Eh?
—Me parece que no, pero si crees que ayudaría, haría lo que pudiera para
tranquilizarte.
Esto no iba para nada como lo había esperado. Me había estado preparando para un
largo sermón. 209
—Mis padres me matarían si estuvieran aquí.
—Ja. Mi madre debe haber cambiado mucho desde que la conociste. Quería que
Mikey y yo fuéramos perfectos. No es que la culpe, teniendo en cuenta lo perfecta que
era ella.
—Por supuesto.
—Muy a menudo, sí —rió Louise—. Pero al final con el tiempo perdió el hábito y estoy
bastante segura de que todo el mundo miente varias veces en su vida.
Respiré hondo.
—No del tipo en el que estás pensando. —Me miró por sobre sus gafas de sol hippie—.
Exótica.
—¡¿Qué?¡ —jadeé—. De ninguna manera. Mi madre nunca haría ese tipo de cosas.
—Tal vez no ahora, o durante los últimos veinte años, pero te aseguro, que hizo ese
tipo de cosas hace muchos años.
No podía creer que Louise acabara de usar desnudo y drogas en una declaración
acerca de mi madre.
—Debería habérmelo dicho.
—No estaba orgullosa de ello y ciertamente no es el tipo de cosa que quieras que tus
hijos sepan de ti.
—Eso es lo que hacen los padres. Creemos que si nuestros hijos saben lo imperfectos
que fuimos, o cuántas malas decisiones hemos tomado, van a pensar que está bien
hacer lo mismo. No queremos que nuestros hijos aprendan de la manera difícil.
—¡Sólo porque ella haya tomado decisiones estúpidas no quiere decir que yo lo haré!
—Antes de ser padres, principalmente somos humanos. Todos los humanos cometen
errores y toman malas decisiones. A medida que crecemos, tenemos la esperanza de
cometer menos, pero cuando somos más jóvenes, vivimos el momento sin
preocuparnos por las consecuencias.
—Tenía que pagar la universidad. El trabajo pagaba bien y le dejaba tiempo para 211
estudiar.
—Sí bueno, a veces así es la vida, y terminamos andando por un camino diferente al
que habíamos planeado. Puede no haber sido el momento más virtuoso en su vida,
pero si no hubiera tomado las decisiones que tomó, incluyendo las aparentemente
malas, puede que nunca conociera a tu padre.
Hice una pausa, sin hacer la conexión entre la elección de la carrera poco digna de mi
madre y ella encontrándose con mi encantador padre.
—¡Mis padres se conocieron mientras mi madre hacía striptease! —todos estos años
me habían engañado para pensar que mis padres tenían valores morales y modales.
Ahora tenía completo sentido el que mi madre era una mentirosa.
—¿Tendrás una mala opinión de ellos ahora que tienes este conocimiento?
Pensé en ello. El pasado de mis padres me conmocionó, pero no tenía una mala
opinión de ellos. Eran las mismas personas cariñosas que me dieron una buena vida.
—Sólo pienso que tenían mucho descaro —resoplé—. Actuando como si fueran tan 212
perfectos.
—Todos los padres quieren darle a sus hijos la mejor vida posible. En este preciso
momento no entiendes lo difícil que es ser padre, pero tal vez algún día lo harás.
Déjame preguntarte, ¿vives cada día para tus futuros hijos? Antes de cualquier
decisión o acción, te detienes y te preguntas, “¿cómo afectará esto a mi hijo o hija?”
—Definitivamente no del todo arcoíris, pero los finales felices son cuestión de
percepción. —Me miró por encima de sus gafas de nuevo—. ¿Quién sabe si alguna vez
hay un final para nuestra historia?
Quedarme en casa por suspensión significaba que tenía tiempo de sobra para hacer
mis deberes. La Sra. Barby nos dejó una tarea sobre el significado y la historia detrás 213
de nuestro nombre. Mi inexistente acceso a mi árbol genealógico me dejaba con
información limitada.
Estaba en la cocina, buscando en Internet cuando Louise llegó a casa con los
comestibles.
—Bueno, la mayoría de los sitios web dicen que significa “estrella del mar”, pero eso
no encaja conmigo, así que me preguntaba si había un significado personal detrás de
él.
—No. Carson fue una sorpresa inesperada. Pero una agradable —añadió—. Elegí el
nombre de Mary para ti y a tu madre le gustó. Sin embargo, en el día de tu
nacimiento, te miró por primera vez y dijo que no te veías como una Mary. No creía
que encajara con quién eras. Así que te llamó Maryah, pero deletreado para que mi
elección de Mary estuviera dentro de tú nombre.
—Vaya. Casi fui una Mary. ¿Por qué elegiste ese nombre?
—Y ahora soy una estrella del mar. Sueno como una marca de atún.
214
Louise me dio una palmadita en la espalda al pasar junto a mí.
—Creo que tienes lo mejor de ambos mundos. Eres una estrella del mar amada y
deseada.
—No lo digo en un mal sentido. Es sólo que eres tan dulce y cariñosa. No podría
imaginarte peleando con alguien.
Ella arqueó una ceja y me lanzó un paquete de toallas de papel.
Traté de esconder mi sonrisa boba. Ella sí luchó por mí y estaba contenta de que lo
hiciera.
—Bueno, tengo que llamar a algunos clientes —dijo—. Te dejaré con tus deberes.
215
Continué con mi padre. Steven significaba: “coronado”. La genialidad de ellos me hizo
sonreír. Un príncipe coronado y su hermosa princesa justo como un cuento de hadas.
Pensé en el amor de cuento de hadas de mis padres continuando en otro tiempo y
otro lugar. Sonríe aún más ampliamente, dándome cuenta de que todavía lo
consideraba un cuento de hadas, incluso con las manchas oscuras que Louise reveló.
Eran imperfectamente humanos y los amaba aún más debido a ello.
Ungir:
Las dos primeras definiciones no encajaban, pero me gustó la tercera opción. Le envié
un mensaje de texto a Krista, sabiendo que lo leería por la mañana. ¿Sabías que fuiste
elegida por intervención divina? Te quiero.
Me quedé dormida, y no fue una sorpresa que soñara con ella, pero Nathan también
estaba en el sueño.
Krista se sentó en su cama con un Nathan sin camiseta delante de ella. Sus firmes
músculos y anchos hombros eran suficientes para hacer que cualquier chica babeara,
pero Krista sólo se sentó detrás de él, con las manos presionadas contra la espalda de
él, hablando casualmente.
Llevaba una sudadera vieja que se negaba a tirar a pesar de que tenía agujeros. Su
cabello era un desastre, pero no parecía importarle que un sexy chico semidesnudo
estuviera en su habitación. Y no parecía nerviosa o siquiera excitada por estarle
frotando la espalda. Pero eso es lo que pasa con los sueños. Raras veces tienen
sentido.
—Puedes aspirar a algo mucho mejor que él —le dije—. En la vida real está loco. —
Últimamente, había recurrido a hablar en mis sueños. No es que alguien alguna vez
me escuchara, pero me hacía sentir menos como una espectadora invisible.
—Todavía no puedo creer que lo golpearas. Demonios, no puedo creer que Maryah se
haya metido en una pelea. ¿Dónde va a ir a parar el mundo?
Los labios de Nathan se curvaron hacia arriba y sus hombros rebotaron en una casi-
risa.
—Siempre ha sido una luchadora.
Una vez más, nos metimos en territorio de un sueño que no tenía sentido. Yo, ¿una
luchadora? ¡Ja!
—¿Estás segura de que no hay nada romántico entre ella y River Malone?
—Hay varios asuntos que debo atender. No voy a andar mucho por aquí, pero si me
necesitas, o si ella te confía algo sobre… cualquier cosa que debiera saber, por favor
llámame.
—Vale. —Krista se puso de pie y se abrazaron el uno al otro con tanto amor que casi
me sentía incómoda observando—. Esta noche me envió un mensaje de texto
diciendo que mi nombre significa que fui elegida por intervención divina.
Extraño era adecuado. Me había convertido en una maestra de mezclar la vida real
con mis peculiarmente extraños sueños. Krista y Nathan se dijeron que se querían el
uno al otro. Esa fue la gota que colmó el vaso. No podía aguantar más. Un fuerte
pellizco en mi muñeca y estaba fuera de allí.
Capítulo 31
El baile de River
Maryah
R iver se abrió paso entre los grupos de chicas que lo miraban boquiabiertas y me
saludó con una arrogante sonrisa.
—Bien, Srta. Santurrona. —Una vez que estuvimos en clases, puso su brazo alrededor
del respaldo de mi silla—. No estuviste aquí cuando discutimos la tarea de nuestro
nombre, pero investigué el tuyo.
218
—¿Así que sabes que estoy destinada a comenzar mi propia compañía de atún?
—Eres una estrella del mar y mi nombre no tienen ningún significado oculto. Tiene
sentido.
—Me perdiste.
Más de nuestros compañeros de clase entraron poco a poco y tomaron asiento. River
se inclinó tan cerca de mí que sus labios rozaron mi oreja.
—Cada río encuentra su camino al mar. Quizás tú eres el mar que estaba destinado a
encontrar.
Le lancé mi bolígrafo.
—Este no es el momento para bromas. En caso de que lo hayas olvidado, April me retó
a un encuentro de boxeo. Lo último que necesito es a personas escuchando por
casualidad estupideces como esa y pensando que lo dices en serio.
Había pasado los dos días de mi suspensión dejándole correos de voz a April,
mandándole e-mails de disculpa y mensajes de texto. No me respondió en absoluto.
Ni una palabra.
Se sentó y sonrió.
—¿Qué?
—Algunas veces un río fluye directamente al suelo y se seca antes de que llegue a un
gran cuerpo de agua. —Faith sonaba toda alegre como si no fuera cruel, pero le lancé
una mirada asesina.
Mi mirada malvada debió haber parecido como el trabajo de una amateur comparada
con la de River. El timbre sonó y Faith bailó hasta su asiento.
219
No me di por vencida con April.
Las semanas pasaron pero ella no regresaba a la escuela para nada. Aún le mandaba
mensajes de texto e e-mails, incluso les había preguntado a sus otras amigas si ella
estaba bien, pero no me dijeron nada.
Mi mayor temor era que su madre pudiera haberse puesto peor. Cada mañana miraba
los obituarios, conteniendo el aliento hasta que confirmaba que el nombre de su
madre no estaba impreso ahí. April si llamó a River, pero él no le respondió o le
regresó la llamada y quería ahorcarlo por ello.
—Al menos podrías haber averiguado si está bien, si su madre está bien. ¿No tienes
corazón?
—Nada bueno saldrá de que hablemos. Ella quiere que diga que la extraño, pero no es
así. Sólo se deprimirá más.
Suspiré. Su lógica tenía un poco de sentido, pero estaba tan preocupada por ella y
nadie me diría nada. El silencio era el peor castigo en el mundo. Incluso era más
torturador porque yo no había hecho nada malo. Preferiría que April sólo me golpeara
en el rostro por unos minutos más y sacara toda su inapropiada ira para que
pudiéramos volver a ser amigas.
La anfitriona nos preguntó el nombre y River le dijo que teníamos unas reservas en
frente de la chimenea. A diferencia de nuestras salidas habituales, la escena
desprendía una escalofriante atmósfera romántica.
—¿Qué está pasando? —pregunté, después de que la anfitriona nos ubicara—. Esto
parece un poco demasiado.
Sonrió.
220
—Feliz Día de San Valentín.
—El Día de San Valentín es mañana. —¿Y qué tenía que ver una festividad sobre el
amor con River y conmigo?
—Lo sé, pero es sábado por la noche, así que supuse que podríamos comenzarlo ahora
y pasar todo el día de mañana juntos. —Puso una caja de terciopelo negro en la mesa.
Me reí, pensando que estaba bromeando, pero insistió en que la abriera así que lo
hice. Era el collar de diamantes en forma de corazón de nuestro viaje de compras.
—No, lo compré para ti. Tú asumiste que era para April. Quería dártelo para Navidad,
pero imaginé que podría esperar hasta que le diera la despedida a April.
—Dijiste que te gustaba. Es negro y blanco, así que hace juego con la mirada
angustiada que tienes.
El cuarto estaba demasiado caliente. Me sentí mareada.
—No lo entiendo.
Se fue del comedor y regresó unos minutos después cargando un florero negro lleno
de rosas blancas y su guitarra. Sólo me quedé ahí sentada, paralizada por la negación.
De ninguna manera River hizo todo esto por mí.
Rasgueó su guitarra mientras cantaba algo sobre dos misteriosos extraños unidos por
el destino y cómo trágicos caminos los condujeron el uno hacia el otro. Era lenta,
melodiosa e inolvidable. La gente sentada en las mesas alrededor de nosotros se
quedaba mirando con grandes sonrisas y un grupo de camareros se reunió al otro lado
del salón para ver. Estaba atónita cuando cantó las últimas palabras “por favor sé mía”.
Todo el lugar estalló en aplausos mientras River me miraba fijamente, esperando por
una respuesta. ¿River quería que yo fuera suya? El calor de la chimenea elevó mi
temperatura corporal unos 100 grados.
El sudor resbaló por mi espalda. ¿Se había vuelto loco? No les gustaba de ese modo a
los chicos. Ningún chico me había gustado de ese modo alguna vez. Sólo éramos
amigos. Él era el novio de April, o lo había sido de todos modos. Nunca podría hacerle
algo tan cruel a ella.
—Es sólo que… necesito tiempo… para ello… no tenía ni idea que te sentías de este
modo.
—Lo juro.
—Vaya, eres más despistada de lo que pensaba. Supongo que debe ser apabullante.
No todos los días una estrella de rock te canta una balada.
Empujé mi silla lejos de la mesa, lejos del collar de setecientos dólares, la canción, las
rosas y River. Todo lo que pude hacer fue asentir en acuerdo y salir disparada hacia la
puerta. Si abría la boca estaba segura de que vomitaría.
222
Capítulo 32
Corazón a cien
Maryah
I ncluso después de hablar toda la noche y gran parte del día siguiente para procesar
lo que pasó, todavía estaba incrédula. River me pidió ser su novia. La mayoría de
las chicas estarían caminando en las nubes y presumiendo el collar a cualquiera que
lo mirara, pero yo no podía ni siquiera probármelo.
El joyero de mi madre estaba en mi tocador frente a mí. Abrir la tapa y colocar el collar
dentro debería haber sido fácil, pero conforme trataba de alcanzar la caja de madera,
mi piel hormigueó. Me asustaba abrirla. Como si contuviera un secreto peligroso, y si
lo desencadenaba, todo mi mundo cambiaría. No seas estúpida, Maryah. Sólo es un
joyero.
223
Mi temor desapareció después de obligarme a levantar la tapa. Algunos collares,
brazaletes, unos pares de aretes y varios anillos estaban cuidadosamente ordenados
en el forro de terciopelo rojo, saqué cada objeto, imaginando a mi madre usándolos.
Coloqué el collar de River en la caja. Me dijo que me tomara todo el tiempo que
necesitara y necesitaba más tiempo.
Anthony y Louise estaban en una escapada de fin de semana y Faith y Shiloh estaban
pasando su Día de San Valentín haciendo cosas de pareja, pero Carson y Dakota
aparecieron en mi puerta.
Me debatí entre dejarme puesto mi anillo, pero no quería que se ensuciara, así que lo
puse en mi joyero y después me dirigí afuera.
Carson me prestó unos pantalones para montar en moto que eran demasiado
grandes, pero me las arreglé. Me trepé a la parte de atrás de su todoterreno y los tres
nos fuimos a una gran brecha de caminos y colinas de tierra roja.
Carson hizo unos caballitos y dio vueltas en círculos varias veces, provocando un
tornado de nubes de polvo, pero me encantó. Después de una clase de Montar 101 por
parte de Carson, Dakota se ofreció a dejarme manejar su moto por mi cuenta.
—¿Cuándo vas a hacer la mía más rápida? Te dije que pagaría por las partes.
—No, hagámoslo —choqué mis guantes en una palmada, levantando una nube de
polvo—. Puede que sea más rápida de lo que crees.
—Está bien —Carson se subió a su moto y señaló al oeste—. ¿Ves esa formación
rocosa que parece como un camello? Corremos hasta ahí y de regreso. Incluso te daré
una ventaja.
Los acantilados más adelante sí parecían un camello… con tres jorobas. Asentí, me
trepé a la moto de Dakota e hice arrancar el motor. Estaba bastante segura que
perdería la carrera, pero no me importaba.
Alineamos nuestras motos lado a lado. Dakota se paró a nuestra derecha con su brazo
sobre la cabeza. Con sus dedos, contó desde cinco luego dejó caer su brazo. Presioné
el acelerador de dedo y despegué.
La moto rugió y sonreí por la sacudida hacia adelante. Me concentré en las
instrucciones de Carson, asegurándome de tirar del embrague y pisar la clavija de
cambios entre cada velocidad. La excitación de la creciente velocidad hizo a mi
corazón latir aceleradamente. Incluso a través de los guantes, mis manos tenían la
sensación de cosquilleo por la fuerte vibración de los manubrios. Eché un vistazo hacia
atrás pero Carson todavía no se había movido.
Para cuando llegué a la cuarta velocidad, sentí como si estuviera volando, hice un
amplio giro a la izquierda antes de la roca Camello. Cuando me enderecé de nuevo,
me paré y aceleré a quinta velocidad. Conduciendo en la dirección contraria, Carson
me pasó zumbando, saludando con la mano como si estuviera en un paseo en bicicleta
en su tiempo libre, pero me había dado una ventaja muy grande. Podría ganarle. Sólo
tenía que mantener mi velocidad.
Dakota estaba parado a sólo segundos, balanceando los brazos sobre su cabeza. Entre
más cerca estaba, más confiada estaba de que podía ganar.
La moto se sintió como si incrementara la velocidad. Mi corazón latió cien veces más
rápido. Traté de mirar hacia atrás hacia Dakota o Carson para pedirles ayuda con
señas, pero demasiada tierra había cubierto la visera de mi casco que apenas podía ver
a través de él. Tenía miedo de salir disparada si me soltaba para agitar los brazos.
Cuando vi hacia delante de nuevo, tuve que parpadear y obligar a mis ojos a enfocar.
Más adelante, se veía como si la tierra caía en la nada. El borde de los acantilados
estaba cerca, pero no podía estar así de cerca.
Rocas y piedritas se alzaban volando a mi alrededor. Di vuelta con fuerza y la moto
derrapó a los lados.
Tanto como había rogado por ella, no podía dejar de suplicar, “no me dejes morir. No
me dejes morir”, que sonaba como un susurro dentro del aislamiento de mi casco.
Por una fracción de un segundo, las ruedas dejaron de rodar contra el suelo y giraron
contra nada excepto aire. Me preparé para la larga caída. La moto cayó de debajo de
mí. Mis pies colgaron momentáneamente en medio del aire mientras mi estómago se
me subió a la garganta.
Mi brazo dio un tirón hacia arriba tan fuerte que debería haberse salido de la cavidad.
Mi cadera y hombro chocaron contra una pared de roca sólida y grité de dolor. Alguien
tiró de mí de nuevo y mis pies tocaron el suelo plano justo antes de que colapsaran
debajo de mí.
226
Abrí los ojos para ver una nube de tierra roja.
Mi casco fue sacado de mi cabeza y a través del cabello colgando frente a mis ojos vi a
Carson. Se quitó el casco.
Eché un vistazo detrás de mí justo a tiempo para ver explotar la moto de Dakota
contra las rocas a 30 metros o más bajo nosotros. La moto de Carson estaba a un lado
de nosotros. Eché mis brazos alrededor de su cuello, aferrándome a él
desesperadamente.
—Oh, cielo —se quejó Carson. Pero no me alejó. Torpemente me devolvió el abrazo
entonces me levantó como si fuera una ligera muñeca y me cargó hasta su moto.
Estaba temblando y no podía dejar de llorar sin importar cuánto lo intenté.
Volvimos a la casa después del atardecer, cubiertos de pies a cabeza de barro rojo.
—Car, en serio —dijo Dakota—. Eso fue lo más impresionante que he visto jamás.
Observé los bíceps de Carson mientras bebía una Vitamin Water. No se veía lo
suficientemente fuerte como para llevar a cabo una proeza como esa, pero una vez
había oído que la adrenalina hizo a una madre levantar un auto de encima de su bebé
atrapado. Las personas se volvían superhéroes en situaciones de vida o muerte.
—Y por cierto, te dejé ganar. —Carson deslizó una Vitamin Water y dos Ibuprofenos
por la encimera hacia mí.
Gentilmente acepté.
La puerta del frente rechinó al abrirse provocando que todos nos calláramos. Carson y
Dakota giraron para verme mientras él daba la vuelta a la esquina, la única persona
que podría empeorarme el día sin ayuda de nadie.
Si las miradas pudieran matar estaría encerrada por homicidio. Dejé mi bebida, solté
el paquete de hielo, me paré y me fui cojeando a mi habitación.
¿Por qué Nathan se tenía que aparecer justo después de que mirara a la muerte a la
cara una vez más? ¿Y por qué estaba aquí un domingo por la noche? ¿No tenía que ir al
instituto por la mañana? Me sacudí la angustia y tomé una muda de ropa para que
pudiera tomar una ducha, pero solté un grito ahogado cuando abrí mi puerta.
¿Por qué tenía que hablar con semejantes buenos modales? Me hacía sentir que tenía
que responderle con buenos modales por mi parte, no es que se mereciera alguno.
Respiré profundo. Mi padre siempre decía que las personas merecían una oportunidad
de decir que lo sentían. A mi padre no le di esa oportunidad antes de que muriera.
Escuchar a Nathan no quería decir que tenía que perdonarlo, pero cerrarle la puerta en
la cara podría provocar otro cambio de humor maníaco. Además, por mucho que
odiaba admitirlo, se veía tan increíblemente guapísimo que no me importaba mirarlo
un poco más.
Nathaniel
—¿Preferirías sentarte?
—Nope, estoy bien —cruzó los brazos en su pecho, todavía sosteniendo su muda de
ropa.
Mi pecho se tensó cuando vi que no llevaba puesto su anillo, pero después mi atención
se detuvo en la ropa interior de lunares apretada en su mano. Echó un vistazo hacia
abajo y las empujó entre su camiseta y sus shorts para que estuvieran fuera de la vista.
Sus mejillas se sonrojaron con tanta intensidad que casi hacían juego con la tierra roja
en su cabello.
229
Contuve mi sonrisa para evitar avergonzarla más.
—Sé que no tienes ningún deseo de verme, pero no podía soportar un día más, el
pensar en que estás enojada conmigo—no parpadeó—. Me he sentido terrible cada
minuto de cada día desde el fiasco del globo.
Aún nada. Siempre había sido terrible con las disculpas y estaba fallando
miserablemente con esta también.
—Trataste de matarme.
—Esa no fue mi intención. Sólo quería asustarte, hacer que te dieras cuenta de que no
querías morir de verdad —mi excusa era horrible y patética—. Pero estuvo mal e
imperdonable.
—Insultaste a mi familia.
—Estoy profundamente apenado por ello. Por favor perdóname por ser semejante
monstruo.
Se encogió ante la palabra monstruo. Odiaba que pensara en mí de ese modo, pero
Carson dijo que ella había usado ese título y la culpa en sus ojos lo confirmaba.
—¿Qué?
Incliné la cabeza.
—¿Un regalo?
—¿Me acompañarás?
—¿Acompañarte a qué?
—No lo merezco, pero por favor, te estoy pidiendo que confíes en mí. —Mi mano
estaba suspendida a centímetros de la suya. Anhelaba su toque, pero ella tiró sus
ropas en la cama y metió las manos en sus bolsillos.
La guíe fuera de la habitación y por el pasillo. Cuando pasamos por la cocina, Carson
me dio un asentimiento aprobatorio. Dakota chocó el puño en el aire. Mantuve abierta
la puerta delantera y Maryah y yo caminamos hacia la entrada a oscuras.
Empujé la reja para abrirla y sus rodillas colapsaron, pero la agarré por el brazo. En la
entrada, había encendido docenas de velas rojas y blancas y las arreglé en un gran
círculo. Aparcado en medio del brillo celestial estaba un Desoto blanco del 57 con un
moño rojo encima.
—¿Qué?
—Es el auto que perteneció a tus padres. El hombre que se lo compró a tu tío aceptó
vendérmelo.
—¿Estás bromeando? —Miró de nuevo el auto y una enorme sonrisa se esparció por su
rostro, pero cuando me acerqué, vi lágrimas surcando sus mejillas.
—¿Estás bien?
—Anthony. Percibió lo molesta que estuviste de que el auto hubiera sido vendido.
Sonrió y asintió.
231
—¿Pero no fue muy costoso?
—Estarías sorprendida de lo generosa que puede ser la gente cuando compartes una
historia con ellos —la verdad era que Dylan había persuadido al testarudo y desalmado
comerciante de antigüedades para venderme el auto. El hombre me desagradó tanto
que le dije a Dylan que deberíamos haber hecho que nos lo diera gratis, pero Dylan
permaneció sensato y negoció un trato más que justo.
—Es un placer.
—Olvidaste tus flores la otra noche —le dijo a Maryah antes de fulminarme con la
mirada.
Una bomba comenzó a hacer tic-tac en mi pecho. Sabía que eran amigos, pero ¿qué
clase de amigos da y acepta rosas del otro? Si ella estaba saliendo con él, saliendo con
cualquiera, provocaría una explosión que aniquilaría mi corazón y mi alma.
—Me conoce —dijo River—. ¿Qué es todo esto? —supuse que señalaba hacia el auto y
las velas encendidas, pero no podía estar seguro porque no podía apartar mi mirada
de Maryah. El tic-tac en mi pecho se hizo más fuerte. Ella no podía estar con alguien
del calibre de River. No podía estar con nadie más aparte de mí. Estábamos
destinados a estar juntos. Tú y yo para toda la eternidad. ¿O eso también había
cambiado cuando ella borró?
¿Collar de diamantes? ¿Le había comprado joyería? ¿Y ella la aceptó? ¿Era por eso que
había dejado de usar su anillo? Contuve el aliento mientras los últimos bips de mi
bomba interna atravesaban mis oídos. Su respuesta determinaría una falsa alarma o
una detonación. Bip, bip…
—Este —arrastró los pies y se sacudió tierra de su camiseta—. Fui a pasear en moto y
no quería que se ensuciara.
—Lo que sea —dijo River—. Llevemos la ofrenda de paz a dar una vuelta.
Apreté los puños a mis costados. Las venas en mis brazos y cuello palpitaron.
Cómo se atrevía él a poner un dedo en el amado auto que solía ser nuestro. Quería
agarrarlo por la garganta y darle un empujón de vuelta a su presuntuoso Jaguar.
—Oh. Bueno, supongo que nosotros… —Maryah prácticamente me saltó. Tenía un
rebotar en su andar que no había visto en décadas. ¿River la hacía así de feliz?
Otro hombre, un chico arrogante, había causado una chispa en mi alma gemela que
no había visto desde nuestra última vida. Maryah alzó la vista hacia mí con ojos
resplandecientes.
Detrás de ella, River apagó las velas que había prendido y las pateó a un lado de la
entrada para despejar un camino. Estaba estrujando el jarrón tan fuerte que debería
haberse roto en pedazos. El aroma de las rosas hizo que mi estómago diera vueltas.
Nunca sería capaz de oler las flores de nuevo sin encogerme.
—Eres libre de hacer lo que desees —le dije a Maryah, dándome la vuelta y caminando
hacia la reja, pero ella agarró mi brazo.
—Vamos, nena.
Nena: esa sola palabra puso el último clavo en mi ataúd. Al igual que un verdadero
imbécil pretencioso, me guiñó un ojo antes de arrastrarla al auto.
El motor del Desoto arrancó. Con cada paso hacia la casa, más y más de mi alma se
marchitaba. Empujé la puerta para abrirla y lancé el jarrón por el vestíbulo. Un frenesí
de blanco y verde cayó al suelo mientras la cerámica negra se rompía en pedazos por
todo el piso. Me quedé mirando fijamente al agua que goteaba por la pared como las
lágrimas que quería derramar.
—Todo.
234
Capítulo 34
Extrañando el hogar
Maryah
—¿No crees que es extraño que te diera un auto en el Día de San Valentín?
—¡No es así! Tenemos una historia realmente mala. Quería compensar el ser un idiota.
¡Si sigues insistiendo en ello, te echaré en el siguiente semáforo!
—No lo harías.
—Pruébame.
Estaba tan molesta por la forma en que se comportó River frente a Nathan.
Preguntándome sobre el collar que ni siquiera quería y exhibiendo esas rosas como si
fuera alguna clase de Romeo.
Lo que me cabreaba más era que antes de que River apareciera, me había estado
preguntando si Nathan Luna, el chico más sexy del planeta… y quizás no tan loco
como pensaba en un principio… podría estar interesado en alguien como yo. Las velas
definitivamente parecían… románticas. Incluso me mantuvo abrazada un poco más de
lo normal cuando lo abracé. Quizás podía haberme hecho ilusiones, pero él seguía
mirándome de una cierta manera, como rayos de un sol esmeralda luchando por
brillar a través de sus ojos. Recé, imposible como parecía, porque quizás yo colaboré
de alguna forma en sustituir su triste oscuridad por el feliz amanecer que vi en su
interior.
—Se fue.
236
—¿Se fue a dónde?
—Pero acaba de llegar. —Debió haber conducido el Desoto hasta aquí, ¿entonces
cómo regresaría a Colorado?—. ¿Tomó un vuelo de regreso?
Se me cayó el alma a los pies. No debido a la estúpida obsesión de Carson con las
estrellas, sino porque Nathan no mencionó que se iría de inmediato, y no le importó lo
suficiente para decirme adiós, lo que significaba, por supuesto, que había imaginado
su interés por mí. No había gran sorpresa en ello. El auto era realmente para mantener
la paz con la familia.
—Nop.
—¿Estás molesto por algo?
—Nop.
—Gracias de nuevo por salvar mi vida hoy. Diría que te debo una, pero no estoy segura
de que alguna vez sea capaz de pagarte algo como eso.
Refunfuñó.
Fui a mi habitación y llamé a Krista para contarle sobre el Desoto. Dejé fuera la
situación de River porque aún no estaba segura de cómo me sentía. Solía contarle
todo a Krista, pero desde el incidente de Navidad no sabía a qué atenerme con ella… o
con cualquiera.
Al principio, era un sueño increíble. Estábamos volando por un cielo lleno de estrellas.
Montañas cubiertas de nieve pasaron zumbando a nuestro lado a lo que parecía ciento
sesenta kilómetros por hora, pero la euforia se convirtió en preocupación cuando
aterrizamos.
Nathan desapareció justo antes de que tocara el suelo. Entonces reapareció, parado a
pocos centímetros de mí y cayó de rodillas. Se cubría el rostro con las manos como si
estuviera dolorido. Me incliné hacia él y pasé mis manos por su cabeza, queriendo
asegurarme de que estaba bien. Pero no sentí cabello; sólo calidez hormigueante
contra mis dedos invisibles.
—Esto no puede estar pasando. —Gimió. Sacudió la cabeza una y otra vez,
presionando las manos sobre sus ojos—. Ya no puedo soportar más.
Sonaba tan derrotado. Mis inexistentes manos recorrieron sus anchos hombros.
Cuando levantó la vista, dejó escapar un desgarrador grito que me hizo saltar hacia
atrás. Se arrancó los auriculares de los oídos y tiró su iPod.
Por la mañana, entré a la cocina y descubrí a Faith dando vueltas alrededor de la isla.
—No exactamente.
—Te mereces algo mejor que él. —Ella agarró un paquete de su bolso y luego lo
deslizó por encima del mostrador hacia mí—. Toma, la otra parte de tu regalo de parte
de Nathan. 238
—¿Qué? —Desenvolví un sombrero negro estilo Gatsby58. Cristales verdes, azules y
blancos formaban una pluma de pavo real a lo largo del ala, un dije plateado de pavo
real colgaba por la banda de satín verde—. ¿Por qué la fascinación por el pavo real?
—Escuchó que perdiste la gorra de Mikey en tu encuentro de peso pesado con April,
así que te consiguió uno nuevo. Al menos este es bonito.
—¿Cómo lo conseguiste?
—Um. —Su mirada se disparó al techo—. Lo llevé al aeropuerto. Dijo que saliste
corriendo con el miserable aspirante antes de que pudiera dártelo. —Agarró una
botella de zumo de la nevera—. ¿Estás lista?
Hablando de miserables.
58
Gatsby: Sombrero estilo de los años 20’s.
59
Nectarina: Fruta parecida al durazno pero más pequeña y con la piel más lisa.
Pregunté por ser educada, pero honestamente no me importaba. Su ominosa
disposición y cabreo permanente me ponían nerviosa. Saber que tenía que tener “la
conversación” con River, hacia este día lo suficientemente complicado. Mi nuevo
sombrero venía a ser útil. Podría esconderme debajo de él.
Me las arreglé para posponer lo inevitable hasta que terminó el instituto, pero las
libélulas zumbaban en mi estómago mientras River y yo caminábamos hacia su auto.
Él estuvo en su asiento y mirándome antes de que siquiera cerrara mi puerta. Me
había quedado sin excusas.
—Gracias.
Tamborileó en el volante.
—¿Qué? No. Nunca dije eso. —De repente, el auto de River se sintió como el desierto.
Bajé mi ventana para dejar entrar algo de aire—. No quiero arruinar nuestra amistad y
April es mi amiga. No puedo hacerle daño de esa manera.
—¿Y si prometo que no importa lo que pase, tú y yo quedaremos como amigos? Hasta
que la muerte nos separe o lo que sea. Lo tomaremos despacio y veremos si estamos
destinados a estar juntos. Porque lo estamos y quiero consentirte. —Se inclinó sobre
el asiento, ladeando su cabeza.
Nadie había intentado besarme antes, pero supuse que era lo que estaba haciendo.
Me moví tan lejos de él que mi cabello colgó fuera de la ventana. Tenía que decir algo
para hacer que regresara a su lado del auto.
Dejé escapar un suspiro de alivio cuando se alejó de mí. Aceleró el motor y salió de la
zona de aparcamiento.
240
—Sé que tomarás la decisión correcta.
Bajé el ala de mi sombrero sobre mis ojos y miré por la ventana. Durante todo el viaje
a casa, en todo lo que podía pensar era en Nathan.
Capítulo 35
El poder de dieciocho
Maryah
M antuve la farsa “necesito tiempo para pensar” por unos días. Aun cuando no
sentía de esa manera por River, no quería perder su amistad. Parte de mi
esperaba que se diera por vencido con lo de salir juntos. Otra enorme parte
de mí deseaba que April y él volvieran juntos y solucionaran todos nuestros
problemas. En medio del drama, mi cumpleaños número dieciocho se me vino
encima. Faith y Louise estaban todas emocionadas por mi "gran día". Por primera vez,
deseé poder saltarme todo el asunto de los dieciocho años, pero no hubo tal suerte.
Faith alquiló el Café Black Cow y lo decoró con serpentinas y globos. Me hizo usar una
241
banda rosa que decía "Princesa del Cumpleaños" y una tiara enjoyada.
Estábamos comiendo la pizza hecha a mano de Helen cuando Faith bajó las luces y
anunció el comienzo de una presentación de diapositivas. La canción "A Pieceful Life"
sonó y un nudo gigante se formó en mi garganta. Me sabía la letra de memoria: Piezas
de mí esperando ser armadas otra vez, un alma tan rota que no sé si pueda vivir otra vez.
En la primera diapositiva se leía "¡Te amamos Maryah!" Luego una serie de fotos
pasaron por la pantalla, a continuación, una serie de fotos sobre la pantalla, escenas
de la época en que llegue a Sedona hasta hace un par de días. No tenía idea de que
alguien había tomado la mayoría de ellas. Había fotos de mi llegada al aeropuerto,
mirando por la ventana en la Catedral Rock, el primer día de clases, las fiestas y una de
Nathan y yo con globos aerostáticos en el fondo. Era un collage de por lo menos
treinta fotos. No podían haber elegido una canción de cumpleaños más
perfecta teniendo en cuenta el turbulento año que tuve.
Louise me sonrió. Ella debió haber invitado a Krista a volver. Ya que nuestros
cumpleaños estaban a un día de diferencia siempre los habíamos celebrado juntas,
y debido a Louise esa tradición continuaría. La abracé.
Harmony desapareció por la puerta de atrás. Debería haber sabido que ella no quería
estar aquí, pero no me importaba. ¡Krista venía de visita! Sin lugar a dudas, mi
mejor regalo de cumpleaños.
Me excusé para poder usar el baño, pero cuando regresé de la tienda escuché por
casualidad a Harmony hablando en el exterior.
242
—Maryah no va a creer eso. ¿Recuerdan cómo reaccionaron ustedes?
Estaba cansada de estar asustada. ¿Qué mejor momento que mi cumpleaños para
crecer y enfrentar mi miedo a Harmony? Empujé la puerta.
Harmony se dio la vuelta con su teléfono en la oreja. Sus ojos negros como la brea se
me quedaron mirando por encima de sus gafas de sol.
—Nada.
—Nadie.
El agrio olor del helado viejo en el contenedor de basura hizo que mi estómago diera
vueltas. O tal vez el miedo había provocado el repentino deseo de vomitar.
—Dijiste mi nombre. Si vas a hablar de mí, por lo menos ten las agallas de decírmelo a
la cara. —Mi hermano usó esa línea con un bravucón cuando éramos niños, así que
sabía que soné fuerte, pero me sentía como una aterrorizada niña de siete años.
—No tiene nada que ver con agallas. Mi conversación era privada.
—Nunca digas nunca. —Se echó a reír. Harmony, a quien apenas había visto esbozar
una sonrisa, en realidad se rió. Luego se quitó sus gafas de sol—. Pero yo no te
odio, así que ahórrame la teatralidad.
Harmony miró hacia otro lado. Dejé escapar el aliento que había estado conteniendo.
Di un paso adelante, sin idea de cómo mis nervios se volvieron tan fuertes.
—Estabas hablando con alguien acerca de mí. —Miré a Faith—. Dijo que no iba a creer
algo.
—¿Harmony? —inquirió Faith, pero miró a su alrededor como si esperara ver a alguien
más. Miré a mi alrededor también. ¿A quién estábamos buscando?
—Esto no tiene sentido. Voy a entrar. —Harmony empujó a Faith al pasar y nos dejó
paradas en el callejón.
—¿Qué le he hecho alguna vez a ella? —le pregunté Faith con frustración.
—Déjame hablar con ella. Puede que sepa de lo que se trata esto, y si estoy en lo
cierto, sólo está tratando de protegerte.
Harmony se fue antes de que siquiera le hubiera dado una mordida al pastel. Es casi
imposible arruinar mi apetito por el chocolate, pero ella se las arregló para hacerlo.
Cuando la fiesta terminó, Faith insistió en que me fuera a casa. Prometió venir
después de que Shiloh y ella limpiaran, y le hice jurar que me daría respuestas acerca
de la rareza Harmony.
Por suerte, tenía la casa para mí. Faith y Harmony estaban en camino. Por lo menos
no habría una audiencia como la hubo en mi última pelea. Estaba asustada, pero
segura de que Faith se aseguraría de que Harmony no me lastimara muy gravemente.
No podría doler peor que mi pelea con April. ¿Cierto?
Harmony se veía diferente. Sin lentes. Sin ceño fruncido. Casi parecía preocupada, una
emoción que no sabía que poseía.
No. No quiero pelear con Hadita Apestosa, pero ya no quería ser tratada como un
tapete tampoco.
—¿Hacer qué?
Harmony gruñó.
—Exigir la verdad.
¿La verdad? Cierto. El punto de todo esto era averiguar con quién estaba hablando
sobre mí. Tal vez la verdad no involucraría puños.
—Estoy segura.
—Ma—Ma, vas a pensar que estamos locas cuando te digamos esto —comenzó
Faith—, pero tienes que escucharnos hasta el final.
Asentí.
—¿Qué?
—Harmony tiene un don. Puede comunicarse con las almas que han muerto, pero que 245
no han cruzado al Reino Superior. Algunos le piden favores o transmitir mensajes. —
Sonaba tan emocionada al respecto. Esto tenía que ser una broma.
—¿Lo juras?
No estaba muy segura de lo que eso realmente significaba, pero si hablaba en serio...
—¿Eso no te asusta?
—Rara vez.
Después del comentario tipo Sexto Sentido de Faith, todo lo que podía imaginar eran
cuerpos medio destrozados gimiendo y abalanzándose hacia Harmony por ayuda. Las
imágenes en mi cabeza no eran bonitas y por un momento pensé que tenía alguna
percepción de su apariencia sombría. Yo estaría del mismo modo si las personas
muertas me siguieran a todas partes.
—No veo sus cuerpos. Sólo nubes de luz u oscuridad. Todo depende.
Harmony pasó los dedos por su pelo. Algunos mechones púrpura siguieron hacia
arriba.
—En el callejón, no estaba hablando por teléfono. Eso es algo que hago en caso de que
la gente me vea hablándole a lo que parece ser nadie. —Tomó un respiro rápido—.
Estaba hablando con tus padres.
El vello de mis brazos se erizó. Mi boca se abrió, pero no salió ninguna palabra. Si
estaba mintiendo, esta era la cosa más cruel que Harmony podría hacerme jamás. 246
—Te quieren y te extrañan y todas esas cosas. Tu padre dice que lo siente, bla, bla,
bla.
—¡Ay Dios mío, Faith! Sabes que no soy buena en traducciones emocionales. ¡Sólo
déjame hacer esto a mi manera!
—No te creo.
—En serio, estoy llegando a la parte donde... —Los ojos de Harmony saltaron al
espacio vacío a mi lado—. ¡Está bien! Está bien. Ry. Tu madre está gritando que Mikey
te llamaba Ry.
La carne de gallina se extendió por todo mi cuerpo. No le había dicho a nadie que él
me llamaba así.
Harmony suspiró.
—No te enojes conmigo, pero han estado merodeando desde que llegaste aquí. No
van a cruzar como la mayoría de las almas hacen por hora.
—Tienes que comprender, Maryah. Una vez que las almas descubren que puedo oírlas,
no se callan. Me siguen a todas partes y no me dejarán en paz hasta que encuentre a
247
todas las personas que quieren contactar. Es agotador. Era casi imposible estar cerca
de ti cuando llegaste por primera vez. Tus padres constantemente hablaban entre
ellos sobre ti y de lo que pensaban de nuestro kin… familia. Muchas veces quise darles
un pedazo de mi mente, pero sabía que si lo hacía, nunca me dejarían en paz. La
mayoría de las cosas que dijeron no tenían sentido, cosas típicas de padres, pero hoy
en tu fiesta, estaban discutiendo algo que no podía ignorar, así que hablé.
—Tu madre dice que tienes su joyero. Hay un regalo para ti escondido dentro de él. —
Mi mente se aceleró, visualizando cada pieza de joyería en la caja. ¿Estaba molesta
porque puse el collar de River ahí?—. Dice que tienes que levantar la base de la caja
abierta. Lo entenderás cuando lo encuentres.
—Sarah, ¿dejaste caer de cabeza a esta niña? —Un cálido escalofrío me recorrió
cuando Harmony se centró en mí otra vez—. Te lo dije, una vez que lo encuentres, vas
a entenderlo.
—No... No puedo. —Me quedé mirando el estanque. Mi mente tuvo un destello del
recuerdo del peculiar temor que tuve. Pensé que algo terrible sucedería si abría el
joyero. Ese sentimiento regresó más fuerte que antes.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Faith—. Es un regalo de tu madre. ¿No quieres
ver lo que es?
—Sarah comprende. Ella no estaba segura de si debía dártelo. Quiere que sigas tus
instintos y que si te dicen que no lo abras, no lo hagas.
—Mikey cruzó al Reino Superior un par de semanas después de que saliste del coma.
—Oh —dije, decepcionada pero también aliviada—. Eso quiere decir que está bien,
¿verdad? ¿El Reino Superior es como el Cielo?
—Maryah — dijo Harmony—, tu padre está preguntando si hay algo más que quieras
decir antes de que ellos... me dejen en paz. Hicimos un trato de que si les ayudaba a
comunicarse contigo esta vez, no me molestarían de nuevo. —Harmony sonaba
culpable y con toda la razón. ¿Esta era mi última y única oportunidad de hablar con
ellos?
—Pero quiero que ellos estén bien. Deberían estar con Mikey. —Mi voz se quebró—.
No puedo soportar la idea de que estén en algún tipo de purgatorio.
—Oh, no es nada como eso —dijo Faith—. No están sufriendo por merodear por aquí.
Se mordió el labio.
—Este, bueno…
Harmony interrumpió.
—Están orgullosos de lo lejos que has llegado desde aquella noche. Cruzaran pronto.
Tu padre dice que hasta entonces, te darán tu espacio.
Mis oídos empezaron a zumbar y un dolor de cabeza tiró de mis sienes. No estaba
segura de sí podría manejar más charla de fantasmas. Se sentía extraño tener a
249
Harmony, quién hasta hace unos minutos pensé que me odiaba, actuando como una
mediadora entre mis padres y yo.
Maryah
Cenar con River estaba fuera de discusión, así que le llamé y lo cancelé. En su lugar,
me senté en mi cama mirando al otro lado de la habitación al joyero de mi madre,
incapaz de hacerme ir cerca de él. ¿Qué podría haber ocultado mi madre dentro? Miré
250
el reloj. 8:18 pm.
Me moví con lentitud hacia mi tocador donde estaba la caja. Mis dedos delinearon las
rugosidades en la madera antes de abrir la tapa. Lentamente, saqué cada pieza de
joyería y luego le di la vuelta para examinar el fondo. No se veía como si hubiera sido
alterado, o como si algo encajase en el diminuto espacio entre el exterior y el
revestimiento interior. La llevé a la cocina y la puse sobre la encimera.
Allí, pegado firmemente con cinta adhesiva a la siguiente capa de la caja, estaba un
sobre con mi nombre escrito con la letra de mi madre. Mis manos temblaron. Dos
cosas me aterrorizaron: lo que podía contener el sobre y que esto significaba que
Harmony no estaba mintiendo… podía hablar con fantasmas.
Si estás leyendo esta carta significa que aún no tienes dieciocho y algo trágico me
ha ocurrido. Dile a tu padre y a Michael que los amo muchísimo y agradece a tu padre
por mantener su promesa y darte esta carta. Si eliges contarle lo que descubras, por
favor dile que lamento haberlo mantenido en secreto.
Mientras estoy aquí sentada escribiendo esto, tienes tres años de edad, tan dulce,
inocente y nueva en el mundo. Me rompe el corazón pensar en tener que dejarte alguna
vez. Sin embargo, si un día me veo obligada a irme en contra de mi voluntad, entonces
hay cosas que debes saber.
Planeo decirte esto en persona, pero no hasta tu décimo octavo cumpleaños. La lógica
me dice que debes disfrutar tu infancia. Debería dejar que desarrolles tus propias
creencias y teorías sobre el amor y cómo funciona el mundo. Sin embargo una fuerte
intuición, una fuerza desconocida dentro de mí, SABE que no puedo ocultarte esto. Si es
verdad... me dan escalofríos mientras escribo las palabras... entonces es tu derecho
divino el conocer la verdad.
Mi mejor amiga de la infancia, Louise, acaba de revelarme algo que ha provocado que
me cuestione la vida y me pregunte si las cosas no siempre son lo que parecen. (Louise
tiene una imaginación que corre más profundo que cualquier océano en este planeta.)
Jura que hay un ciclo sin fin en este mundo. Que volvemos una y otra vez en diferentes
cuerpos, pero que seguimos siendo las mismas almas. Ha habido muchas veces en las
que me sentí como si hubiera estado en algún lugar antes o experimentado algo que
sabía que no hice (en esta vida). Déjà vu es como muchos lo llaman. Louise dijo que son
recuerdos de mi pasado que no han sido completamente borrados. Una parte de mí cree
en esa teoría.
Es su teoría de borrar-o-retener la que no estoy segura de creer. Ella jura que a cada alma
se le da una elección entre vidas. Pueden conservar sus recuerdos y conocimientos, o
pueden borrar y empezar de cero. Aparentemente hay unos pocos elegidos que pueden
decidir los detalles de su regreso, por lo que se les hace más fácil retenerlos. Jura que TÚ
eres una de esas almas dotadas. Te llamó un Elemento y dijo que eres una parte de su
kindrily... una familia eterna. Perdió la cuenta de qué número de vida es esta para ti,
pero jura que ha sido parte de cada una.
Dijo que casi todos los seres humanos normales eligen borrar porque no tienen garantías
de que su nueva vida sea mejor o peor que la anterior. Los recuerdos y el equipaje
emocional es demasiado por soportar para la mayoría de las almas. En su nueva vida, tal
vez nunca vean a nadie que conocieron o amaron anteriormente, pero todavía llevarían
una antorcha para ellos. Además, si ellos sí regresaban a vivir lo suficientemente rápido
en el mismo período de tiempo que las personas que dejaron atrás, las probabilidades
252
son que esas personas no creerían en una versión reencarnada de sus seres queridos
perdidos. El rechazo causaría tanta pena que el retenedor nunca haría esa elección de
nuevo.
Todo esto suena ridículo, pero todo el tiempo que he conocido a Louise (más de veinte
años) nunca me ha mentido. ¿Así que cómo puedo dudar de ella ahora cuando viene a mí
tan apasionadamente para discutir uno de los temas más preciados en el mundo para
mí? Mi hija... su ahijada. Louise asegura que nos elegiste a tu padre y a mí como tus
padres para que pudieras estar cerca de ella y su familia. También asegura que su hijo,
Nathaniel, es tu alma gemela.
Cuando me contó esta información por primera vez ayer, Nathaniel se me quedó
mirando con grandes y curiosos ojos verdes. ¡Es un niño pequeño! ¿Se supone que debo
creer que él te ama y te ha amado durante siglos?
Pensé que Louise había perdido la razón. Todavía estoy preocupada por ella mientras
escribo esto. No puedo obligarme a mí misma a decírselo a tu padre por miedo a que me
haga reasignar tu tutela. Mientras, sentada aquí, preocupándome de que Louise se haya
vuelto loca, mi intuición me dice que ella ES la elección correcta como tu madrina.
Sí es verdad
Estoy divagando. Ni siquiera estoy segura de cuál es el propósito de esta carta o cómo
terminarla. Rezo para que nunca llegue el día cuando tengas que leer esto. Rezo porque
viviré para ver tu décimo séptimo cumpleaños. Pero de alguna manera me siento mejor
por haberlo anotado todo incluso si nadie lo lee alguna vez o sabe de la rarísima teoría de
Louise. Me siento mejor al saber que ha sido escrita.
Si por algún terrible giro del destino, algún día sí lees esto, conserva este pensamiento en
tu corazón… Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Siempre te amaré y
haré lo que esté en mi poder para protegerte. Puedo cometer errores a lo largo del
camino, pero siempre seguiré a mi corazón. Y si por algún milagro divino, sí me escogiste
como tu madre, quiero agradecerte por el honor y el privilegio. He sido realmente
bendecida por dar a luz a un alma tan angelical.
Mamá
∞ 253
Eran casi las diez en punto y estaba más despierta de lo que nunca lo había estado.
La pizarra blanca al lado del refrigerador llamó mi atención. Durante meses apenas
había dado a la lista de nombres y números un segundo vistazo, pero ahora Nathaniel
se destacó como si estuviera iluminado con intermitentes luces de casino. Me quedé
mirando su número telefónico y pensé en llamarlo, pero ¿qué le diría? Hola, Nathan.
Soy Maryah. He encontrado esta carta de mi difunta madre y dijo que Louise piensa que
somos almas gemelas. ¿Qué te parece? ¿Mi madre era una mentirosa crónica, o tenemos
que llamar a los hombres con batas blancas con tiras para llevarse a tu madre?
Sin embargo, de locos como era, apreté el teléfono en mi mano, queriendo llamar a
Nathan tan desesperadamente que mi cabeza dolía. Respiré profundamente y
marqué su número.
Después de cuatro largos timbrazos se fue al buzón de voz. Escuché su saludo y su voz
envió un cálido cosquilleo a través de mí. Cerré los ojos, recordando la misma ola de
cuando lo abracé la noche en que me dio mi coche. Demasiado pronto había un pitido
anunciando mi oportunidad para dejar un mensaje. Colgué sin decir una palabra.
Actúa normal.
—Bien.
Louise sonrió.
Sus ojos se encontraron con los míos y sentí que pasó un año antes de que
parpadeara.
Muy bien, así que era una teoría conocida, pero ¿Louise creía en ella? Mis dedos estaban
entumecidos por el corte de circulación. Traté de tragar y pensar en algo que decir,
pero no pude.
Me comporté indiferente.
Pareció sorprendida.
Se frotó la parte de atrás de su cuello, sus pulseras tintinearon casi tan fuerte como mi
corazón.
¡Faith! Podía hablar con ella acerca de esto sin parecer chiflada. Ella creía en vidas
pasadas. Su hermana habla con los muertos. ¿Qué es más increíble que eso? Me bajé
de un salto de mi taburete.
—Me olvidé de regresarle la llamada a Faith. Mejor llamarla antes de que se vaya a la
cama.
—Está bien.
—¡No seas tonta! Es una idea fabulosa. ¿Deberíamos alquilar una película? ¿Quieres
que pida una pizza o comida tailandesa? Podríamos…
—Lo que sea. Estaré allí dentro de poco. Nos vemos pronto.
Preparé una bolsa y volví a la cocina, pero Louise se había ido. Garabateé una nota
diciéndole que pasaría la noche en casa de Faith.
Nathaniel
—Estoy seguro que Louise solo quería decirme que llegó a casa a salvo.
Su acento irlandés no era tan fuerte como solía ser, pero su ternura permanecía
constante.
—La noticia se está propagando por todos los rincones. Cada aquelarre, viejo y nuevo,
está siendo notificado, pero Dedrick está practicando magia muy negra. Se necesitaría
una estúpida bruja o hechicero para luchar contra él.
—Pero somos más fuertes. Podríamos convencerlos si alguien diera un paso adelante.
—Sí. Qué más quisiera —usando su bastón, se sentó en una silla de jardín, todavía
impresionantemente ágil para su edad y mentalmente aguda también. No podía
imaginar el día en que su reloj mortal dejaría de funcionar. Perderla me destruiría y a
todos en nuestro kindrily. 257
—Alguien dará un paso al frente. Tengo que creer en eso. La alternativa es… —no
podía pensar en una palabra lo suficientemente grave para expresar cuán trágico sería
el plan de Dedrick si tenía éxito.
Una ráfaga de aire salado del océano sopló en un tornado de blanco y dorado el largo
cabello de Sheila.
—¿Cómo está nuestra chica favorita? No la mencionas mucho. ¿La visitaste por su
cumpleaños?
—No.
—La has visitado cada año desde que eran niños muy pequeños.
Había visitado a Maryah cada cumpleaños y Navidad, cada año como un reloj, pero
había sido para nada. Empujé el recuerdo de River con su brazo alrededor de ella. Solo
podía imaginar los frívolos regalos de cumpleaños que le dio. Quizás más joyería o
algo peor.
—No este año. Las cosas son diferentes. Todo rastro del alma que conocimos se ha ido
para siempre.
Por otro lado a lo largo de toda mi existencia podía contar el número de veces que
lloré. Me rehusé a dejar que Sheila me viera venirme abajo.
—¿Cómo? —supliqué con ojos que escocían. Quería sentir la confianza que Sheila
poseía. ¿Pero por qué estábamos peleando tan duro para revertir el resultado del libre
albedrío para elegir de Maryah? Mi voz se rompió cuando finalmente hice en voz alta
la pregunta más dolorosa—. ¿Cómo pudo borrarme?
—No lo sé —gimoteó Sheila. Sus lágrimas salían a borbotones por los dos—. Pero tuvo
que haber una razón, una razón más importante de lo que cualquiera de nosotros
comprende.
Nos sentamos en silencio, mirando las olas estrellarse debajo de nosotros. Los ojos de
Sheila tendieron a cerrarse, y pensé que estaba durmiendo hasta que preguntó: 258
—¿Le diste el anillo?
—Bah. Todavía digo que nosotras deberíamos tener una charla. Mi clase no es un gran
secreto como la tuya. Puede que crea a una vieja psíquica loca como una cabra como
yo —Sheila sacudió su bastón—. Le mostraré mis cartas del tarot, introduciré un poco
de historia en esa mente fresca suya y arrastraré algunas memorias sueltas. Necesita
una buena sacudida, en serio. Eso es todo.
Sonreí, tenía destellos de la niña revoltosa que había sido hace noventa años. No
había perdido el ardiente espíritu que heredó de su madre.
—Visitaré a Amber una vez que nazca su bebé. Ese parece un buen momento como
cualquier otro.
Me senté a su lado y sostuve su mano. Su piel se sentía como suave papel, otro
recordatorio de lo frágil que se había vuelto.
—Desearía poder quedarme más tiempo. De verdad que sí. Pero Edgar encontró una
nueva pista.
—Puede que no esté localizable por teléfono a veces, pero tan pronto como termine
regresaré aquí y pasaré tiempo contigo. Haremos búsquedas de buzones 60 y te
encontraremos algunos nuevos tesoros.
Me pellizcó la mejilla.
259
—No tan cansada como te ves, tú, vieja criatura hermosa.
60
Búsquedas de buzones (letterboxing): es un pasatiempo al aire libre que combina elementos de
orientación, el arte y la resolución de acertijos. Los participantes ocultan cajas pequeñas, resistentes a
la intemperie en lugares accesibles al público (como parques) y distribuyen pistas para encontrar la caja
en catálogos impresos, en uno de varios sitios de Internet, o por el boca a boca. Los buzones
individuales por lo general contienen un cuaderno y un sello de goma. Los que lo encuentran hacen una
impresión del sello del buzón, ya sea en su cuaderno personal o en una tarjeta postal, y dejan una
impresión de su sello personal en el buzón de "libro de visitas" o "cuaderno de bitácora", como prueba
de haber encontrado la caja y dejar que otros letterboxers sepan quién lo ha visitado.
Capítulo 38
Ahondando demasiado
Maryah
Me dejé caer en la cama de Faith con los brazos por sobre mi cabeza. Mi anillo voló y
rebotó al suelo. Me deslicé de la cama para buscarlo y vi un par de tijeras y la esquina
de un contenedor de almacenaje de plástico asomándose por debajo del rodapié de la
cama. A través del plástico blanco del contenedor, pude ver una barra de pegamento,
marcadores y otros suministros para manualidades. Saqué la caja para meter las
tijeras adentro, pero lapiceros brillantes rodaron por una foto mía en mi fiesta de
cumpleaños. Álbumes de recortes. Otro de los pasatiempos de Faith en los que
intentó meterme pero fracasó.
61
Sillón Puff: tipo de sillón de diseño italiano que es una bola grande de tela rellena de bolitas de
poliestireno que se amolda al cuerpo.; puestas de moda en la década de los sesenta. Normalmente se
les conoce como Puff pero también como Silla Sacco.
fiestas e historia de la familia Colbert. Shiloh y ella deben haberse conocido desde
siempre. En unas fotos se veían como si tuvieran sólo cuatro o cinco años. Abrí el
segundo libro masivamente grueso, manejándolo con cuidado.
Las páginas parecían viejas; desvanecidas a un color entre blanco y café. No había
pegatinas, citas brillantes o descripciones. Las primeras páginas eran bocetos de
personas hechos a mano. Más adentro del libro, pequeñas pestañas en las esquinas
mantenían en su lugar fotos en blanco y negro. Estudie cada una, sonriendo ante las
ropas viejas y los peinados, hasta que una foto me hizo levantar el libro para mirarla
más de cerca.
Una vieja pareja parados frente a un Desoto del 57. Se veían lo suficientemente viejos
para ser abuelos. Detrás de ellos estaba la puerta enrejada de la casa de los Luna. Con
cuidado quité la foto de las pestañas y me quedé mirándola fijamente a… mi auto. Le
di la vuelta a la foto y ahí, escrito con mi letra, estaban las palabras Nathaniel y yo –
Sedona – casa nueva.
Lo leí una y otra vez, esperando que las palabras dijeran algo más, pero cada vez leí la
misma cosa imposible. Seguí hojeando páginas. Ojos familiares me devolvían la
mirada en cada página, pero estaban en caras de gente que no reconocía, hasta una
261
fotografía que llamó mi atención. Tres caras que sí reconocía me miraban de regreso.
Los colores no eran tan vívidos o brillantes como la fotografía digital actual, pero los
ojos verdes de Mary parecían tan brillantes como lo hacían en la mesita de noche de
Nathan.
Tenía puesto un vestido de novia, y a su lado, estaban paradas las versiones de Louise
y Anthony de veinti tantos. De. Ninguna. Manera. Mis oídos zumbaban tan fuerte que
dolieron. Presione mi palma contra una de ellos, pero seguí estudiando la foto. La
asiática pareja de ancianos no parecía familiar al principio. Entonces me di cuenta.
Parecía genéticamente imposible, pero la mujer chaparrita en su kimono de seda me
devolvía la mirada a través de los azules ojos de Faith. Añade algo de altura, trenzas y
juventud al hombre de edad avanzada y el parecido con Shiloh era sorprendente. Le di
la vuelta. De nuevo, mi letra: Nuestra boda (19). Una flor blanca deshidratada y una
pluma de pavo real estaban prensadas en un trozo de papel de cera doblado en la
misma página. ¿Qué significaba diecinueve? ¿Qué significaba todo esto?
—Lo siento, pensé que estaría de vuelta para cuando tú… —Faith se detuvo y puso las
bolsas de comida para llevar en su tocador— ¿Estás bien? Te ves pálida… más pálida de
lo normal.
Mis oídos seguían zumbando y mi boca se sentía como si hubiera sido rellenada con
bolas de algodón, pero me obligué a hablar.
Tan pronto como dejó la habitación, tomo los libros y los deslicé debajo de la cama de
nuevo. Me sentía como si hubiera deambulado por otro planeta; un planeta en dónde
la falta de oxígeno hacía que se me dificultara pensar o respirar. ¿Cómo podría estar mi
letra en esas fotos? Mary-Maryah. Eso no podía ser. Yo no podía ser ella.
Faith volvió sujetando dos Shirley Temples62 rosas en su mano. Puso uno en su mesita
de noche y estiró el brazo con el puño cerrado. Abrí la palma y vi caer dos píldoras
blancas en mi mano. Cada movimiento que hacía lo sentía extraño para mí, como si
estuviera desconectada de mi cuerpo.
Mis ojos se abrieron como platos. La habitación dio vueltas. Aparté mi mano de la de
ella.
Cuando estuve a una distancia segura, aparqué en un sitio vacío, soltando el volante.
62
Shirley Temple: es un cóctel no alcohólico, bautizado en honor de la actriz infantil de cine y
posteriormente diplomática estadounidense Shirley Temple. Está compuesto de cinco medidas de
refresco de lima-limón o de ginger ale y un toque de granadina, decorado con una guinda al
marrasquino y una rodaja de naranja.
Mis pensamientos se movían en espiral unos alrededor de los otros. ¿Por qué estaba el
Desoto en esa foto? Mis padres tenían el coche desde antes de que yo naciera, ¿pero
alguna vez mencionaron a quién se lo compraron o dónde lo consiguieron?
Esos ancianos no podían ser Nathan y yo. Esa novia no podía ser yo. Todo era una
locura. No me había mudado a Sedona, sino a la Dimensión Desconocida.
Llamé a Krista. Por favor que esté despierta. Por favor que esté despierta. Correo de voz.
—Kris, soy yo. Llámame tan pronto como oigas esto —mi voz se rompió con mis
últimas palabras—. Quiero... No, necesito volver a casa.
—¿Qué pasa? —gritó. Música alta y un retumbo de ruido incoherente irrumpió por el
auricular.
—¿Qué?
Una chica se rio. Sonaba tan cerca que debía haber estado en su regazo.
Otra risa femenina fue seguida de un crujido en el teléfono. Me esforcé para escuchar
si podía descifrar algo de la conversación que se llevaba a cabo en el fondo.
—No puedo oírte —gritó River—. Y la batería de mi teléfono está a punto de acabarse.
Te llamare más tarde.
Maryah
¡Oh, gracias a Dios! La necesitaba más que nunca. Traté de encender mi auto pero no
pasó nada, ni un resoplido del motor. Anthony sacudió la cabeza.
Sonrió y una sensación de normalidad se extendió sobre mí. Krista estaba aquí. Todo
estaría bien. Le contaría de la locura de la familia eterna y me llevaría de vuelta a
Maryland. Tía Sandy y Tío Dave no querían que me mudara aquí de todos modos.
Anthony nunca entró a la casa. Probablemente se quedó afuera para juguetear en el
garaje. No sabía dónde estaban Louis y Carson, pero no quería arriesgarme.
—Esta gente está loca, debería haberme quedado en Maryland. Lee esto.
—Tu madre le dijo a Harmony lo que decía y Faith me dijo que habías encontrado el
álbum de fotos.
—Es hora de que te cuente algunas cosas, cosas que deberías haber sabido desde hace
mucho tiempo.
Ella trató de alcanzar mis manos pero las metí bajo mis piernas. Levantó los dedos
hasta sus labios en una postura de oración. Desde que éramos pequeñas siempre
había hecho ése movimiento antes de anunciar algo importante… y cierto. Una parte
de mi estaba aterrorizada.
—Somos Elementos —dijo Krista en el tono de voz más serio que le había escuchado
usar alguna vez—. Todos tenemos dones súper-naturales. Yo soy una sanadora.
—Piensa en el ataque —continuó—. Los doctores dijeron que te llevaría meses sanar,
que tendrías cicatrices. Las personas no sanan así de rápido sin ayuda sobrenatural.
—Pero… —me la quedé mirando, pensando en una docena de incidentes en que Krista
quitó un dolor o enfermedad. No podía recordar una vez en que ella estuviera herida.
Las únicas veces que se enfermó fueron justo después de que me sintiera mejor. El
sudor cubrió mi frente, pero no podía sacar las manos debajo de mí.
—Cuando éramos niñas, traté de contarte historias, esperando que eso activara tu
memoria, pero siempre pensaste que estaba jugando a inventar fantasías.
266
La velocidad de sus palabras aumentó a medida que se emocionaba más.
—Pastelito, te llamo así porque era como solías llamarme a mí. Y decirte que las
estrellas están esperando por ti antes de irte a dormir, solías decírmelo cada noche —
ella caminaba de un lado a otro mientras divagaba—. Una vez traté de decírtelo
directamente, en la fiesta de tu décimo cumpleaños en Skateland. Nathan estaba ahí
y acordamos que debería decírtelo, pero cuando lo hice, enfermaste. Fue tu peor
migraña. Estaba asustada de mencionarlo nuevamente.
—¿Conoces a Nathan?
—Siempre tuvo que permanecer de incógnito, pero sí, venía de visita cada año en tu
cumpleaños y Navidad.
—¿Desde cuándo?
—Desde que tenías cinco años.
—¿Cómo es eso posible? ¡Él era sólo un niño pequeño! ¡Yo vivía al otro lado del país!
—Es complicado, pero teníamos planes calculados así que nunca se apareció en un mal
momento. Recuerda, todos tenemos dones, el de Nathan es cruzar.
—¿Cruzar?
Krista sonrió. —¿Recuerdas esa película que vimos, Jumper? Eso es lo que Nathan
hace. Puede viajar casi instantáneamente.
—¿En serio?
Nathan, el chico de carne y hueso del que me había enamorado, odiado, recibido un
auto y con el que había soñado, ¿tenía algún súper-poder? Me quedé mirando el
267
edredón blanco en mi cama como si fuera una pantalla de cine. Mis muchos meses
pasados de sueños se reprodujeron frente a mí: Nathan haciendo snowboard,
visitando países extranjeros y echando a volar desde las montañas.
Krista rio.
Me reí nerviosamente también. Como si esa fuera una pregunta tonta pero
teletransportarse debería ser un concepto aceptable. Pensé de nuevo en mis otros
extraños sueños.
La respuesta se detuvo en mi lengua. Como si supiera que tan pronto como lo dijera
en voz alta, todo cambiaría.
—Escúpelo.
La miré y meses de secretos salieron: ver a Nathan la noche del ataque, el hospital,
cada sueño que había tenido, incluso el adorno de Navidad. Debo haber despotricado
por una media hora, pero nunca dijo una palabra. Cuando terminé, se restregó la cara
con las manos y las detuvo en su característica posición de oración.
—Ninguno de esos fueron sueños —me dijo—. Tu don es el viaje astral. Puedes dejar
tu cuerpo físico y vigilar a quién quieras en cualquier momento sin ser vista.
Me reí, pero la risa se quedó atascada en mi garganta cuando me di cuenta de que no 268
estaba bromeando.
—Sí —jugó con las puntas de su cabello negro—. ¿Por qué no me dijiste nada de esto?
Ella estaba en lo cierto. No podía encontrar el suficiente aire para respirar bien.
—¿Recuerdas tus…? —no podía asimilar todo esto—. ¿Vidas pasadas? ¿Recuerdas
vivir una vida antes que ésta?
—Esta es mi tercera vida con todos. Soy el décimo tercer miembro. Era el miembro
más reciente hasta que Carson llegó. En cada vida tú y yo hemos sido familia… o algo
así.
—¿También fuimos primas en nuestra última vida? —Me sentía ridícula por decir algo
tan bizarro en voz alta.
Deslicé mi mano por mi cabeza como si pudiera ser una posibilidad real.
—Había una fotografía de boda de Nathaniel y Mary —aún no me podía obligar a decir
yo—, y el número diecinueve con mi letra junto a eso. ¿Qué significa diecinueve?
—Probablemente significa que era tu décima novena boda con Nathan. Puede ser…
—Ustedes dos han sido pareja por más tiempo del que puedes imaginar. Ese anillo que
llevas —sostuvo mi pulgar—, ha sido tu anillo de compromiso varias veces.
Jadeé, mirando fijamente mi anillo como si fuera un OVNI. No podía imaginar a nadie
proponiéndome matrimonio alguna vez, mucho menos alguien como Nathan.
269
—Esto no significa que estamos comprometidos, ¿o sí?
Krista rio.
—No. De hecho tiene que proponerte matrimonio para que eso aplique. Pero hay más
en ese anillo de lo que salta a la vista.
—¿Cómo qué?
Mi mandíbula cayó.
—¿Amarlo? Yo no… nosotros nunca… quiero decir que él es… puede tener a cualquier
chica en este planeta. ¿Por qué me querría a mí?
—Oh, Maryah. Mi angelita tontita y distraída —sus ojos brillaron y suspiró—. Eres su
mundo. Te ha amado por siglos. Ha estado roto sin ti.
¿Roto? No, yo he sido la rota. ¿Cómo podría ser tan importante para él? Apenas me
conoce.
—No es que no quiera creerte. Quiero. Creo, pero yo… ¿Cómo lo llamaste? Borré,
¿Cierto?
Asintió.
—No lo creo. Son almas gemelas. Se supone que estan magnéticamente atraídos el
uno hacia el otro. Sabiendo todo esto supuse… entonces espera, ¿no sientes nada por
él?
No quería mentir. Me había sentido atraída hacia él desde mi primer sueño o lo que
pensé que era un sueño. Incluso cuando quise odiarlo, pensé en el constantemente,
pero todo sobre esta situación me asustaba. Nada de esto era normal. Ni siquiera
estaba cerca de lo normal.
—¿Podemos tomar un descanso de hablar de esto por un minuto? Me está dando una
270
jaqueca.
—El kindrily. Aquí es donde escuchas el resto de la historia. Quieren asegurarse de que
estás bien con todo.
—Pero no sé si lo estoy.
Maryah
Afuera caía la lluvia pero adentro la araña de luces ardía vivamente. Nunca
había visto la luz de esas velas. Las llamas brillaban en el arcoíris de cristal del
tragaluz en forma de estrella. La sala y toda la gente parecían brillar,
incluyendo a Dylan y a Amber, a quién estaba sorprendida de ver. Krista me
condujo donde había tres asientos vacíos y sacó la silla del medio. Me senté esperando
que se sentara a mi lado, pero ella se sentó entre Carson y Faith.
271
Todas las parejas se sentaban uno al lado del otro sosteniéndose las manos: Edgar y
Helen, Anthony y Louise, Dylan y Amber, y Faith y Shiloh. El asiento a mi izquierda era
obviamente de Nathan. Eché un vistazo a mi derecha hacia Harmony un asiento
después del mío. La silla vacía entre nosotras debía ser para Dakota, pero, no, espera.
Su hermano no podría ser su alma gemela. Las cosas no podían ser así de retorcidas.
—Maryah, tu madre compartió parte de nuestro secreto contigo; sin embargo hay
más en tu historia y es tiempo de que seas consciente de ello. Haremos lo posible por
explicarte tanto como podamos sin abrumarte, pero pídenos una pausa si tienes
alguna pregunta. Será mucha información para asimilar de una sentada.
—Ese es un eufemismo.
—Tengo una pregunta —cada par de ojos se concentró en mí. Respiré profundo para
calmar los nervios. Miré deliberadamente a Dylan y Amber— ¿Cómo es que todos
llegáis aquí tan rápido?
—Si tienes tu propio avión ¿por qué no lo he visto y por qué no lo usamos para ir a
Colorado?
—Es un tipo especial de avión —Carson sonrió con suficiencia—. No estabas lista para
ese tipo de revelación sobre nuestro modo de vida.
Miré a Krista.
—¿Es así como llegaste aquí? —ella sonrió. Un avión era la menor de mis
preocupaciones—. ¿Todos son parte de esta cosa del kindrily? ¿Y todos recuerdan sus
vidas pasadas y tienen superpoderes?
Helen contestó.
—Todos en esta mesa son un Elemento. Somos llamados Elementos debido a nuestra
272
consistencia divina. Todos somos considerados Éter porque es fundamental y el más
poderoso de los elementos. Sin embargo, también tomamos un papel como Tierra,
Fuego, Aire o Agua. Cada vida, cuando regresamos, nacemos bajo el mismo signo.
Edgar y yo somos Tierra. Anthony y Louise son Fuego, y así sucesivamente. Todos
fuimos dotados con habilidades únicas y sí, todos elegimos retener permanentemente
nuestros recuerdos de todas nuestras vidas.
—¿Piensas que estás muy confundida ahora? —Carson se rió—. Solo espera.
—Déjame explicarlo detalladamente. Los Elementos son almas excepcionales que han
sido creadas y regaladas al mundo en pares.
—Nathaniel y tú siempre habéis sido signos de Aire, pero esta vez tú naciste como
Agua. Es la primera vez en cualquier existencia de un Elemento que uno de nosotros
cambia papeles. Solo el tiempo dirá si hay una consecuencia o significado detrás de
ello.
—Creo que lo entiendo —no del todo, pero no quería admitir cuán despistada estaba.
—¿Así que comprendes que nosotros elegimos retener nuestros recuerdos después de
cada vida y, que muchos de nosotros recordamos y hemos estado conectados por 273
siglos?
—No, estamos lejos de ser inmortales. Vivimos y respiramos. Nos lastimamos y nos
enfermamos y eventualmente nuestros cuerpos mueren, pero no nuestras almas. El
cuerpo es solo un recipiente que nos permite experiencias humanas.
—Pero si lo miras de ese modo entonces todos son inmortales. ¿Ninguna alma muere?
—En cierto modo eso es verdad, pero es más complejo. Es difícil de explicar porque tú
elegiste borrar. No tienes ningún recuerdo de lo que hemos pasado, o las lecciones
que hemos aprendido a través de nuestras vidas y tus experiencias en el Reino
Superior.
Ese lugar del Reino Superior otra vez. Tenía un montón de preguntas sobre eso
también, pero había un asunto más importante a tratar.
—¿Por qué borraría?
—No lo sabemos —contestaron varias personas al unísono. Podía ver el dolor en sus
ojos. Nunca lastimaría deliberadamente a ninguno de ellos, pero ¿qué podía decir? No
recordaba haber tenido la opción, mucho menos el por qué borré. Faith parecía la más
triste, pero Amber estaba cerca en segundo lugar. Dylan me miró como si esperara
que dijera algo.
Anthony luchó por no esbozar una sonrisa mientras negaba con la cabeza.
274
Dylan siguió.
Carson apartó el cabello de sus ojos tan rápido que apenas vi sus manos.
Asentí, dándome cuenta de que también fue así como me sacó de la moto y me salvó
de caer por los acantilados. Sabía que algo como eso no era posible bajo
circunstancias normales.
Se aclaró la garganta.
Jadeé.
Los ojos de Anthony se entrecerraron y cada cabeza en la mesa se giró rápidamente 275
hacia mí. Krista se removió en su asiento.
Todos tenían preguntas, pero yo tenía muchas más que ellos. Mirando alrededor, me
di cuenta de que esta era una de las pocas veces en que podía ver los ojos de todos.
—Gafas de sol. ¿Por qué todos estáis obsesionados con las gafas de sol?
Dylan habló.
—Los ojos son la ventana del alma. Como Elementos, reconocemos a la gente por la
detallada luz y color en sus ojos. Tenemos una historia con algunas almas malvadas de
las que nos hemos estado protegiendo. No tienen ni idea de cómo nos vemos esta
vez, pero si ven nuestros ojos podrían reconocernos.
—Oh por Dios —susurré. Me estaban buscando a mí. ¿Soy la chica que querían
matar?—. ¿Y si me encuentran otra vez?
—Tus ojos ya no revelan quién solías ser. No hubieran tratado de matarte si supieran
quién eras. Tienes los ojos de un extraño porque borraste.
Era demasiada información. Mi cabeza se sentía tan pesada que de hecho se cayó
hacia delante hasta que mi frente hizo un ruido sordo contra la mesa. Cuando Ojos de
Serpiente me miró dijo que no era ella. Técnicamente, ya no era ella. ¿O sí? Levanté la
cabeza y miré a Edgar.
—Dylan dijo que podías ver sus planes. ¿Así que lees mentes?
Miré a Faith.
—Ese libro que me diste de Edgar Cayce, mencionaba los registros Akásicos.
—Mierda —mi cabeza cayó entre las manos. Recordé mis pensamientos sobre
suicidarme y de cuánto odiaba a Nathan. Pensé en todas las mentiras que había dicho
alguna vez y las cosas malas que había hecho. Murmuré contra mis manos—. ¿Leíste
mis pensamientos?
—Maryah, querida, no hago de juez o jurado. Solo ejerzo mi poder con compañeros
cuando es crucial para nuestro bienestar. Además, te aseguro que aún teniendo
conocimiento de cada mal pensamiento que tuviste, palidecería en comparación con
los actos perversos que he presenciado a través de mis vidas.
Asentí, aliviada de que Edgar no pensará que era una persona horrible, pero hice una
nota mental para ser más consciente de mis intenciones y acciones. Él no era un juez,
pero si existía un registro permanente, quería conservar el mío tan limpio como fuera
posible. Un pensamiento me saltó.
—No funciona de ese modo. Cuando tomaste esa decisión, estabas en el Reino
Superior. Los Registros Akásicos documentan pensamientos e intenciones de la
mente humana. El Reino Superior y los viajes astrales están más allá de mi jurisdicción.
Se cree, debido a un antiguo de otro kindrily, que una colección referida como Rollos
Sagrados registra lo que sucede en el Reino Superior. Sin embargo, no sabemos si la
colección realmente existe. No se conoce a ninguna alma que tuviera acceso a ella.
Helen respondió.
—Sí, cariño. Más de seis billones de almas viven en este planeta. Muchas tienen
277
habilidades que te dejarían estupefacta.
—La mayor parte del mundo no cree la teoría. En el pasado, la gente fue asesinada o
torturada por decir la verdad sobre quiénes eran. Muchos humanos no pueden
comprender ideas o teorías que son más grandes que ellos. Si no pueden verlo o
entenderlo de inmediato, lo descartan. Algunos lo llevan al extremo y lo etiquetan de
maligno o aseguran que es demoníaco. Es más seguro para nosotros permanecer
tranquilos, al menos hasta que el mundo evolucione lo suficiente para aceptar la
posibilidad.
¿Almas con siglos de edad y superpoderes? Por supuesto que la mayor parte del
mundo no lo creería. Con seguridad yo tenía problemas creyéndolo.
—Krista dijo que Carson es el miembro más nuevo. ¿Llegamos en diferentes tiempos?
—Seis siglos pasaron antes de que otro encuentro sincrónico ocurriera. Por un corto
período de tiempo supusimos que sólo seríamos nosotros ocho. Sin embargo, el
patrón se reanudó de nuevo en el siglo dieciocho con Harmony y su alma gemela,
Gregory. Ese mismo siglo Faith y Shiloh entraron, luego Krista… bueno, quizás ella
debería explicar su propia historia.
—Hace tres vidas, nací en Egipto de padres telepáticamente dotados, pero fueron
asesinados cuando tenía catorce. Mi hermana menor y yo fuimos embarcadas a un
orfanato en Inglaterra donde tú trabajabas como enfermera. Mi hermana resultó
herida y tú me viste curarla. Después de eso, Nathan y tú nos adoptaron.
278
No podía parpadear.
—¿Qué?
Krista estiró las manos frente a ella como si quisiera extender el brazo sobre la mesa.
—No —Krista miró sus pulgares jugueteando—. Viví hasta los treinta y nueve. Cuando
crucé, no era un Elemento, pero me hiciste una promesa. En mi primera vida, me
dijiste que cuando muriera, si no era un Elemento, pero si elegía retener, me
encontrarías. Así que retuve. Nací de unos padres horribles y abusivos, pero
mantuviste tu promesa —levantó los ojos para encontrar los míos y estaban llorosos—
. Viniste por mí. Me encontraste, justo cómo dijiste que harías, y me llevaste lejos de
ellos —sorbió bajito—. Esa fue mi vida anterior. Tenía cuarenta y nueve cuando morí
en la boda de Dylan y Amber, pero cuando llegué al Reino Superior de nuevo, las cosas
eran diferentes. Era un Elemento. Conseguí elegir cuándo y dónde regresaría justo
como sospechabas.
Faith se levantó y se sentó en el asiento vacío a mi lado, tomando mi mano.
—Derrotaste al sistema —dijo suavemente—. Creíste que era posible cuando todos
nosotros te dijimos que no. Creíste tan profundamente que lo hiciste real. Esta vez
Krista es una de nosotros por derecho divino. Eres una superheroína a nuestros ojos.
No podía haber hecho esas cosas de las que hablaban. ¿Adoptar a Krista? Eso no tenía
ningún sentido. Sin mencionar que me asustaba. ¡Era mi prima y mi mejor amiga!
Un tornado azotó mi cerebro. Una fuerte ráfaga de viento llevó las anteriores palabras
de Krista de nuevo hacia mí.
Krista se iluminó.
279
—Sigue viva. Tiene noventa y nueve y vive en una isla entre Irlanda e Inglaterra: la Isla
del Hombre. Su nombre es Sheila.
Solté la mano de Faith y agarré los lados de mi silla. Si lo que me estaban diciendo era
verdad, entonces tenía una hija adoptiva de una vida anterior que todavía estaba viva.
Era imposible.
Buena pregunta. ¿A dónde podría ir? April no me hablaría. River era el único que no
era parte de esto. Era la única conexión que me quedaba con el mundo normal.
La puerta del frente parecía estar a kilómetros de distancia. Mis piernas se sentían
como fideos húmedos. Edgar me llamó pero seguí caminando, esperando que el
Paralizador del Tiempo y el Demonio Veloz hubieran traído mi coche de regreso a
casa.
Mientras pasaba a través de la puerta, vi el Desoto. Corrí hacia él y me trepé dentro
pero no estaban las llaves.
—Maryah —gritó Carson pasando por mi ventana como un borrón. La puerta del
pasajero se abrió y estuvo a mi lado antes de que pudiera parpadear—. No
intentaremos detenerte. Entendemos cuán abrumador es esto. Pero por favor no le
cuentes a nadie sobre nosotros. Eres una de nosotros y mira cómo estás
reaccionando. Imagina si le cuentas esto a una persona normal.
—Llámanos si necesitas algo. Estamos aquí para ti sin importar qué. Para siempre.
280
Capítulo 41
Sorpresa, sorpresa
Maryah
—Tenía que salir de casa. —Miré de reojo los tatuajes que cubrían el torso y los brazos.
Nunca lo había visto sin camisa antes. 281
—Dame un segundo —cerró la puerta y me quedé en el porche sintiéndome estúpida.
Me olvidé el abrigo y estaba temblando. ¿Por qué no me invitaba a entrar?
Unos minutos después la puerta se abrió y pasó por mi lado una chica con el pelo
castaño hasta los hombros sin siquiera mirarme. Estaría por los veinte años e iba
vestida como una versión porno de Matrix. Se subió a un Mercedes negro y se fue.
River estaba en la puerta poniéndose una camiseta por la cabeza. Sus labios se
curvaron en una sonrisa torcida y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura. —Es
amiga de mi tío. Vino anoche y durmió aquí.
—Ey ¡hueles como si te hubieras bañado en cerveza! —me retorcí en sus brazos. El olor
a jazmín y a sudor persistía.
—¿Vas a entrar?
En contra de mi mejor juicio asentí y entré. No tenía otro lugar a donde ir y nadie más
a quien recurrir, al menos nadie normal.
—Oye, cuidado —River me señaló con el cuello de una botella de cerveza—, ella se
considera familia.
—¿Qué?
—Nada.
282
—Fuera. —River examinó mi rostro—. Pareces haber pasado la noche en vela. ¿Qué va
mal?
Oh, vamos a ver. Todos juran que Nathan es mi compañero del alma, que nos
conocemos el uno al otro hace un montón de vidas, que todos tenemos súper poderes y
que una anciana es mi hija adoptiva. Eso es lo que pasaba por mi mente. Lo que salió de
mi boca fue—: No he dormido mucho.
River se sentó en el sofá frente a mí. No dejó de mirar los programas de televisión
mientras cambiaba los canales.
Yo no sabía qué hacer con las manos. Seguía apretando los dedos y clavándome las
uñas.
—Estoy asustada —susurré finalmente metiendo las manos entre las piernas.
—Cuéntame.
Me incliné hacia delante. Olvidé las libélulas, ahora mi estómago se estaba llenando
de dragones escupiendo fuego. No le diría todo, solo lo suficiente para hacerme sentir
un poco mejor.
—Dijeron que fuimos familia en vidas anteriores, como reencarnados —me senté con
la espalda recta debatiendo hasta dónde decirle—, dijeron que recuerdan sus vidas
pasadas.
Su rostro no se inmutó.
—No lo sé.
—No es gran cosa. Un montón de gente en este pueblo cree en cosas locas.
—Todavía los quiero. Es decir, una familia no tiene porqué creer en las mismas cosas.
—No son tu familia. No compartes ni una gota de sangre con cualquiera de ellos. No
tienes que vivir con ellos. Hay un montón de espacio aquí, yo me ocuparé de ti. Te
mimaré.
Se puso tan cerca que nuestros rostros casi se tocaban. Sus labios se apretaron contra
los míos.
—¿Qué estás haciendo? —Le empujé y cayó sobre la mesa de café. Botellas vacías y
vasos se estrellaron y rodaron a nuestro alrededor. Limpiar el sabor de la cerveza de
los labios me produjo nauseas que me quemaban la garganta— ¡Necesito un amigo y
en vez de eso intentas besarme! No soy una puta como la chica que acaba de salir.
Se puso de pie, pateando las botellas lejos de él.
¿Jugar sucio? ¿Cómo iba a jugar sucio si yo nunca acepté ser su novia?
—River, siento haberte empujado pero ya te dije una docena de veces que no quiero
estropear nuestra amistad.
Él negó con la cabeza y luego se puso de espaldas a mí. ¿Qué más puedo decir para
que le quede claro? ¿Eran todos los chicos tan tercos? De verdad me preocupaba por
él, pero no en la forma que él quería. Tras un minuto de incómodo silencio se sentó a
mi lado y dejó escapar un profundo suspiro.
Asentí, sin desear nada más que dormir y esperando no soñar o viajar astralmente.
—Déjame adivinar —dijo— no nos está permitido dormir en la misma cama. 284
—Está bien. Puedo dormir en el sofá.
—Solo estoy tratando de hacerte sentir mejor, estar aquí para ti y ayudarte a dejar de
pensar en las cosas.
Los ojos se le llenaron de sombras. Nunca lo había visto tan lastimado. Me sentía muy
mal pero él tenía que saber la verdad. Había evitado decírselo durante demasiado
tiempo.
Soñé con Nathan sin parar: rememoré el hospital, el viaje en globo, él llevándome en
mi coche. Cada vez que él desaparecía, gritaba para que volviera.
River estaba de pie sobre mí. La habitación estaba a oscuras, pero podía ver su silueta.
Rogué no haber estado gritando el nombre de Nathan de verdad.
285
River se sentó en el borde de la cama.
Mis ojos se adaptaron a la falta de luz y podía ver a River jugando con su pulsera.
—¿Sobre qué? — Oí pasos en el pasillo y me preocupó que su tío pudiera estar en casa.
No quería parecer una mujerzuela saliendo de la habitación de River a las diez de la
noche.
—He estado actuando como un idiota. Incluso si solo somos amigos —hizo una pausa,
miró a la puerta y bajó la voz—. ¿Todavía estás con la cosa de ser solo amigos?
Las pisadas se reanudaron y luego se desvanecieron. Sin duda alguien había estado en
el pasillo, pero podría haber sido la criada para poner ropa en el armario o algo así.
—De todos modos —continuó River— nunca salimos a celebrar tu cumpleaños, así que
quiero resarcirme contigo. He planeado una sorpresa.
Ahí estaba de vuelta. El amigo divertido que no quería perder me estaba invitando a
salir por mi cumpleaños. Me dio un golpecito juguetón con la rodilla.
—Está bien —le contesté— pero tómalo con calma. No sé cuántas sorpresas más
puedo manejar.
286
Capítulo 42
Tropezando en la oscuridad
Maryah
Nos dirigimos al sur y condujimos a través del pueblo de Oak Creek. Giramos a la 287
derecha en un camino de tierra oscuro, pasando una señal que mostraba el camino al
Castillo y Pozo Montezuma.
—¿El Castillo Montezuma? —pregunté. Faith mencionó algo sobre las ruinas, pero dijo
que era una atracción turística y abierta sólo durante el día.
—¡Maryah! —gritó.
Fuimos rebotando por el camino de tierra por unos cuantos kilómetros. No podía ver
nada excepto los pocos metros por delante de nosotros iluminados por los faros.
Después de un brusco giro a la izquierda, nos salimos de la carretera por un sendero
estrecho. Me aferré a la manilla de la puerta y rebote en mi asiento hasta que la
camioneta se detuvo.
—¿Dónde estamos?
Me reí.
—Está oscuro como boca de lobo aquí afuera. Sería bonito si pudiera ver el lago. ¿No
podemos volver por la mañana?
—Los turistas estarán aquí durante el día. Si vienes aquí por la noche y sigues los
rituales indios, puedes comunicarte con el otro lado.
—¿Te refieres a hablar con fantasmas? —Nunca creí que fuera posible, pero
últimamente la gente hablaba de ello con tanta naturalidad como del clima.
—Sí. Con todo este drama de la familia adoptada, pensé que tal vez quisieras hablar
con tus padres o hermano. Ese es mi regalo de cumpleaños para ti.
288
Esta era mi oportunidad para hablar con mi madre sobre su carta y hacerle preguntas
sin que Harmony estuviera involucrada.
—Si es así, éste es tu mejor intento —River sonaba confiado. Tal vez se había
comunicado con sus padres.
—Está bien. ¡Estoy dentro! —Salimos y agarró un bolso de lona del suelo de la
camioneta.
—He escuchado que los sitios indios son sagrados. Tal vez no deberíamos estar aquí.
—Está bien. Silenciosamente pedí permiso a los espíritus cuando nos estacionamos.
—¿En serio? —pregunté con asombro. River no era del tipo espiritual o respetuoso.
—Dijeron que por ellos estaba bien —rió disimuladamente.
—¿Puedes alumbrar alrededor con esa linterna para que pueda ver dónde estamos? Es
un poco aterrador estar aquí afuera.
—Bien, cobarde —la luz abarcó un enorme hoyo que terminaba en oscuridad.
Acantilados de rocas dentadas rodeaban los lados, pero los barandales y los letreros
turísticos estaban cerca. Incluso había una acera de cemento, ¿así que cuán fuera de
los límites o peligroso podía ser?
Nos abrimos paso por las curvas y giros de las escaleras rocosas. Para ser un lugar
mágico, sin duda era espeluznante por la noche.
River dejó caer su bolso de lona en un claro cerca de la orilla del agua.
—Este es el lugar.
Dudé de que las hierbas me conectaran con los espíritus, pero una bebida caliente
sonaba como el paraíso. Pensé en la vez que Nathan me trajo chocolate caliente.
Hubiera preferido eso, pero estaba tan fría que mis manos se estaban entumeciendo.
River sacó dos termos y me dio uno.
—Gracias —tomé un sorbo y luché por no escupirlo. Asqueroso o no, alivió el frío así
que tragué otro sorbo—. Sabe cómo tierra.
—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —Tomé unos tragos más, preocupándome más a
cada segundo. ¿Y si un animal nos atacaba? No había nadie en kilómetros si algo salía
mal. Toqué mi bolsillo trasero, confirmando que tenía mi teléfono.
—Significaría todo para mí —mis labios se sentían confusos y cuando los froté entre sí
se pusieron entumecidos.
—Asqueroso —murmuré. Mis labios estaban pegados entre sí. No podía mover mi
lengua. Una oleada de pánico me recorrió mi cuerpo mientras hacía un sonido
amortiguado en mi garganta.
River se inclinó más cerca, iluminando su cara con la luz ultravioleta. Sus pupilas eran
290
enormes.
—Como estaba diciendo —continuó River—, los escorpiones incluso están en los
árboles —alumbró con la luz ultravioleta sobre mí—. Cuidado, algunos se arrastran en
el árbol en que estás apoyada.
Traté de levantarme de un salto del suelo, pero no pude. No era sólo mi voz o cara.
Todo mi cuerpo estaba entumecido. Los músculos de mi cuello se volvieron flácidos, y
mi cabeza se inclinó hacia adelante. ¿Qué demonios estaba pasando?
—El té tiene algunas cosas no-tan-naturales en él, drogas que paralizan tus músculos,
pero todavía dejan a tu mente trabajar… algo —acarició mi rostro—. No te preocupes.
No necesitarás moverte para lo que he planeado.
—¿Por qué no podías simplemente aceptar estar conmigo? No sé qué más podría
haber hecho para ganarte. Conduzco los mejores coches, soy rico y bien parecido, ¡voy
a ser una estrella de rock por amor de Dios!
—Mi tío no me dio opción. La casa tiene micrófonos ocultos. Sabe que conoces todo.
Sabe que los defendiste. Te escuchó decir que nunca seríamos nada más que amigos.
Si no hago esto, entonces perderé todo. No tendré ningún lugar para vivir, ni auto, ni
dinero, ni futuro en absoluto.
¿Hacer qué? ¿Qué tenía que hacer River para mantener su altivo estilo de vida? ¿Y por
291
qué su tío se preocupaba tanto por algo de esto? ¡Vivía en el extranjero!
—Esa familia no te merece. Sé que preferirías estar con tus padres de todos modos —
hurgó en su bolsa—. No quería que terminara así, pero al menos conseguirás estar con
tu verdadera familia otra vez.
Nunca había conocido el verdadero terror hasta este segundo. Quería llorar, gritar,
suplicar por misericordia, pero no podía hacer nada. Ni siquiera podía cerrar los ojos.
—No sentirás ningún dolor. Por eso hice el té. Entre las sanguijuelas y los escorpiones,
toda la evidencia de tu cuerpo será eliminada. Esos bichos raros de los Luna creerán
que huiste de su pequeño mundo enloquecido —se agachó delante de mí otra vez—.
Voy a cuidar bien de ti.
—Sé que tu cerebro está funcionando. He probado este té un par de veces, así que sé
lo que está pasando. Quería ser capaz de decirte por qué tenía que hacer esto.
Merecías una explicación —metió la mano en su bolso y sacó un rollo de cinta
adhesiva—. Esta cosa es tan fuerte que no pierde su agarre, incluso en el agua. Sólo
necesitamos una gran roca para que te hundas hasta el fondo.
¿Cómo podía hacerme esto? ¿Cómo podía dar una interpretación paso a paso de sus
planes para asesinarme? ¿Acaso no tenía corazón o conciencia? Desapareció de la
vista por un minuto, pero regresó rodando una roca de la mitad de su tamaño. Me
arrastró hasta ella y me dio vuelta. No podía sentirlo, pero mi espalda estaba contra la
roca.
—Los expertos no están seguros de cuán profunda es el agua —luchó por recuperar el
aliento—. Trataron de explorarla con un equipo de buceo, pero cuando llegaron a los
cincuenta metros, los buzos no podían ver a través de la pared de sanguijuelas.
No sabía si él podía ver el horror en mis ojos, pero estaba petrificada. ¿Por qué mi
cerebro no podía desconectarse como el resto de mi cuerpo?
—No crees que te arrojaría ahí dentro mientras estás consciente, ¿verdad? Nunca
haría algo tan malvado —dibujó un corazón en la palma de mi mano con su dedo. Fue
la única vez durante esta pesadilla en la que me alegré de no poder sentir nada—. Es la
parte de dispararte la que no estoy deseando.
¡Oh, Dios! ¿Por qué no me estaba latiendo fuerte el corazón? ¿Ya me estaba
muriendo? River sacó una pistola y la colocó al lado del bolso. El denso sonido de la
cinta adhesiva siendo desenroscada de su rollo resonó a mi costado.
292
—Lamento que mi tío me esté obligando a hacer esto, pero estarás en el otro lado en
segundos.
Rostros pasaron ante mis ojos. Krista, tía Sandy y tío Dave, Louise y Anthony, ¿qué
pensarían si escucharan que desaparecí? Faith me había advertido. Carson me
advirtió. Sabían que River era malo, pero no escuché.
—Dejé algo en la camioneta. Enseguida vuelvo —los pasos de River pisaron a lo lejos.
Mi teléfono sonó debajo de mí. Probablemente Faith o Krista llamando para ver cómo
estaba. Comencé a llorar por dentro. Mi alma dolió mientras pensaba en una última
persona, la única persona que quería ver más que a nadie, más que a cualquier Dios o
ángel que me pudiera salvar de River. Quería ver a Nathan.
Mi intuición susurró las mismas palabras que dijo en la noche del ataque.
Excepto que, no era intuición. Era mi propia voz. Cuatro palabras de otro tiempo o
lugar que me prometí a mí misma que recordaría. Concéntrate en sus ojos.
La verdad me golpeó como un tráiler. Nathan había estado allí la noche en que fui
atacada. Al principio, lo vi como en un sueño, pero luego realmente estaba allí. Krista
dijo que mis "sueños" eran reales. De algún modo debí haberme comunicado con él.
Supo que estaba en peligro así que él cruzó hasta mí.
Él era el único que podía llegar a tiempo. Necesitaba soñar o viajar o hacer lo que fuera
que hice antes. ¿Pero cómo podría? Mis ojos no se cerrarían.
Me quedé mirando fijamente el agua oscura frente a mí, viendo una rama caída
moverse repetidamente, arriba y abajo, pero mi mente no se relajaría. Desde lo más
profundo de mi alcance de visión podía ver mi anillo apoyado contra mi muslo.
Fijé la mirada en el ojo de la pluma de pavo real, recordando cómo giró y brilló en mis
sueños, mis viajes astrales. Una ola resplandeciente bailó bajo el cristal.
293
Sí, supliqué mentalmente. Por favor funciona.
Un rayo de luz formó un túnel entre el anillo y yo. La pesadilla oscura y horrible
desapareció detrás de mí. El túnel se volvió más brillante y continué siendo empujada
hacia delante hasta que vi los ojos de Nathan. Verdes y hermosos. Rayos de un sol
esmeralda. Suficiente amor para llenar la eternidad.
—¡Nathan! —grité.
—Deja de perseguirme.
Intenté agarrar su cara, pero era imposible sin manos. Quería llorar y gritar al mismo 294
tiempo.
Se me quedó viendo fijamente. Miró a dónde deberían haber estado mis ojos si
realmente estuviera frente a él.
Desapareció.
Miré a las puertas de cristal del balcón frente a mí. No había ningún reflejo de mí, ni
colores, ni señales de vida, sólo cristal roto brillando en el suelo.
River apenas terminó su frase antes de que Nathan lo golpeara, tirándolo al suelo.
River dejó escapar un gemido gutural cuando Nathan se acuclilló sobre él y le golpeó
de nuevo.
Una estela de vapor de color siguió cada movimiento que hacían. Delineadores. Había
oído a chicos hablar de las alucinaciones cuando viajaban con ácido u hongos
alucinógenos. Dijeron que imaginabas cosas que no eran verdad. Rogué por no estar
imaginando esto. Supliqué porque Nathan fuera real.
River agarró a Nathan por el cuello y los dos rodaron dentro de las sombras. No podía
verlos, pero podía oírlos. Las ramas se quebraron. Sus zapatos rastrillaban y patinaban
por la tierra y la grava. Luchaban en la oscuridad. Se oían como animales rabiosos
peleando hasta la muerte.
Luego, silencio.
Parecía tan real. Verlo debería haber acelerado mi corazón, pero latía lento y estable
mientras permanecía inmóvil. El ruidoso desgarre de la cinta adhesiva continuó
mientras trataba de gritar para advertirle a Nathan que River, todo ensangrentado y
destrozado, salía lentamente de la oscuridad detrás de él. Se inclinó sobre la bolsa de
lona. ¡El arma! Nathan no tenía idea de que había un arma.
Nathan se dio la vuelta para encararlo y dio varios pasos a mi izquierda. Con una voz
tranquila dijo:
—Entonces dispárame.
Pensé que mi corazón podría explotar. Esperé que Nathan cayera. En su lugar, River
gimió y se desplomó en el suelo. El cambio sucedió tan rápido que no me di cuenta
que Nathan tenía el arma.
Vació las balas restantes, la metió en la parte trasera de sus pantalones y caminó hacia
mí después gentilmente me bajó los párpados.
—¿Puedes oírme? Eres una luchadora, Maryah. Lucha por quedarte conmigo. 296
Esto era real. No iba a morir. Nathan puso un teléfono en su oreja, pero nunca apartó
sus ojos de los míos.
Nathan volvió con la manta y la envolvió alrededor de mí. Me cargó de las escaleras
hasta la cima del pozo. Quería abrazarlo pero mis brazos no funcionarían, así que sólo
lo escuché respirar. Unos minutos más tarde me dejó en la acera cerca del
aparcamiento. Se sentó, mirándome, sus rodillas a cada lado de las mías. Mis oídos
zumbaban, pero no me dolían.
—Tengo que mantenerte caliente —me frotó arriba y debajo de mi espalda y mis
brazos con sus manos.
Pensé que se estaba formando una lágrima en sus ojos, pero después brilló con oro y
plata. Me concentré en ella, tratando de averiguar de dónde vino la chispa.
Al principio sólo había intensos colores, como mirar a sus irises a través de un
microscopio mágico. Cada línea, mancha y diferencia de color se volvió de tamaño
natural. Formas tridimensionales de increíbles tonos de azul, verde, plata y oro
bailaban alrededor de nosotros. No quería apartar la mirada, pero él me atrajo hacia él
y besó mi frente.
Una sinfonía de música cantó por mis venas. Mi cuerpo dio una sacudida involuntaria
cuando la euforia me recorrió rápidamente. Me abrazó y una hermosa canción que
lentamente se volvió más familiar latió a lo largo de todo mí ser.
Minutos después, las luces del Mustang de Carson y la furgoneta de Shiloh iluminaron
la oscuridad. El caos estalló a nuestro alrededor, pero Nathan no me soltó. Carson nos
pasó zumbando a velocidad sónica. Faith envolvió sus brazos alrededor de mí. Estaba
tan feliz de ver a todo el mundo.
—Felicidad extrema —dijo ella toda perpleja—. Creo que está bien —me soltó y me
miró—. Oh, cariño, estábamos locos de preocupación. Tus padres le dijeron a
Harmony que estabas aquí y que River estaba… ¡uff, no puedo ni decirlo!
Mis padres. Deben haber estado horrorizados al ver todo esto.
—Hemos estado intentando localizarte durante días. Maryah sabe todo. No se lo está
tomando bien, pero lo sabe.
Nathan entrecerró los ojos y acercó más su cara a la mía. Su mandíbula cayó y una
nube de su cálido aliento se formó entre nosotros. Quería separar mis labios, para
inhalar su respiración.
—Es una larga historia —apretó mis manos después desapareció. La cosa esa de cruzar
todavía me sorprendía.
Estaba temblando de nuevo. No estaba segura si era por estar abrumada, o por los
298
escalofríos, pero Faith tuvo sus brazos a mí alrededor en un instante. Llamó a Shiloh y
él envolvió sus brazos alrededor de las dos.
—Nosotros también te queremos —dijo Faith—. Sé que hace frío, pero aguanta.
Nathan y Harmony regresaron y se unieron al grupo. Nathan les explico que todos
necesitaban tener la misma historia. Narró los detalles mientras las sirenas ululaban
en la distancia.
—Maryah informó a todos que iba a salir con River —dijo Nathan—. Nosotros cuatro
estábamos fuera hasta tarde y fuimos testigos cuando la camioneta de River cambió
de dirección. Vimos a Maryah en el asiento del pasajero, los seguimos hasta aquí y los
perdimos en el camino sin pavimentar. Al llegar al aparcamiento, bajé corriendo al
pozo. Ustedes cuatro estaban arriba. Escucharon dos disparos… con varios segundos
de diferencia.
—No —dijo Nathan—. Nadie miente más de lo que sea críticamente necesario.
—Pero, Nate — comenzó Carson—, River le va a decir a la policía que apareciste de la
nada.
—Hice que el té bajara a la fuerza por la garganta del bastardo. Van a asumir que
alucinaba. ¿Recuérdenme de nuevo por qué no podemos matarlo?
—Llegará demasiado tarde. Puede ocuparse de las consecuencias más tarde según sea
necesario.
Lo siguiente que supe, fue que los paramédicos dirigían luces a mis ojos y me hacían
preguntas. Ellos hablaban con Nathan. Brillantes luces de advertencia y faros de los
vehículos de emergencia iluminaron el aparcamiento. Un policía llevaba los termos de
los que habíamos bebido envueltos en bolsas y el arma de River. Me llevaron en una
camilla mientras un oficial le decía a Nathan que fuera a la comisaria para el
299
interrogatorio. Harmony se ofreció a ir también.
—¡La he conocido todas mis vidas! Ahora mismo necesita una amiga.
Para cualquier otra persona podría haberse escuchado como una mala pronunciación
si es que lo notaron en absoluto. Pero lo entendí. No vida… vidas. Estaba ansiosa,
deseando tan desesperadamente contarle lo que había visto, lo que sabía, cuánto
amaba a Nathan.
Mi amor por él me abrumó. Tenía un poco de sensación en mis dedos, así que traté de
apretar la mano de Faith.
—Nathan —Faith jadeo. Sus ojos iban de uno a otro de nosotros—. Amor. Está
sintiendo una increíble cantidad de amor.
Nathan se subió y se inclinó sobre mí. Tragué saliva y ardía como el infierno, pero al
menos la sensibilidad estaba regresando a mis músculos. Traté de que mis labios y
lengua funcionaran para poder decirle dos simples palabras. Dos palabras eran todo lo
que necesitaba y estaría satisfecha, pero sólo logré un patético quejido.
Nathan acarició el lado de mi cara con su pulgar y mis entrañas bailaron, eufóricas por
su toque y el que pudiera sentirlo.
Desapareció de mi vista. Quería rogarle que no me dejara otra vez, que no me dejara
nunca. Las puertas de la ambulancia se cerraron y el médico me conectó a un monitor.
—Yo recuerdo.
300
Capítulo 43
Algo para recordar
Maryah
—Los ojos de Nathan, podía ver kilómetros en sus ojos. Es verdad, ¡lo amo!
—No puedo creerlo. Mantuve una fe imperecedera de que sucedería, pero ahora
301
parece tan surrealista.
Su sonrisa se desvaneció.
—¡Lo sé! Qué emocionante, ¿eh? Puedo imaginar lo increíble que debe verse.
—¡Oh, gracias a los cielos! —Krista me abrazó—. Estaba tan preocupada —se sentó en
mi cama y me apretó la pierna—. Dylan convencerá a mis padres para que me dejen
quedarme aquí todo el tiempo que me necesites.
—Tu alma. La luz ha vuelto a tu alma. Krista y yo sólo podemos verlo en tus ojos, pero
Louise lo ve por todas partes.
—¿Eh?
—Mi don es que veo la esencia de un alma con gran detalle. Siento su energía como
una intrincada nube de luz y color rodeándolos. No hay dos almas que se vean igual.
Todos los lienzos de colores que destellaban y brillaban en cada habitación eran las
fotos de la familia de Louise. Con razón me sorprendía a mí misma mirándolos
fijamente durante mucho tiempo.
—Recuerda a Nathan. Como recordarlo —Faith echó los brazos por encima de su
cabeza como si hubiera anotado un touchdown—. ¡Y ella lo ama!
Mis piernas se sentían como gelatina, así que Anthony me cargó desde el coche hasta
la casa. Edgar, Helen, Dylan, Amber, Shiloh y Carson ya estaban reunidos en la sala de
estar. Todos me miraban como si fuera un bebé que necesitaba supervisión constante,
pero para ellos supongo que lo era.
—No, gracias. Sólo me gustaría descansar —cerré los ojos, pero no podía conciliar el
sueño. Todo en lo que podía pensar era Nathan. Krista juró que él aún me amaba, 303
¿pero lo hacía realmente? Dieciocho años era mucho tiempo para estar separados, y
mi conocimiento de quién solía ser era patéticamente débil, pero estaba bastante
segura de que había sido mucho más interesante en mis otras vidas.
Mi corazón casi bailó fuera de mi pecho con el sonido de la puerta delantera abrirse y
cerrarse. Miré por encima del respaldo del sofá para ver a Nathan y Harmony de pie
uno al lado del otro. Se veían peligrosos. Harmony, seria y cubierta de pies a cabeza de
negro; y Nathan, con vaqueros oscuros y su chaqueta de cuero negra y roja. Diabólicos
en apariencia, pero de hecho eran ángeles.
En un principio, Nathan no se movió. Sólo me miró fijamente. Louise tomó aire para
decir algo, pero Nathan caminó alrededor del sofá y se quedó de pie sobre mí.
El agarre de Nathan sobre mí se hizo más fuerte. Su olor a néctar de los dioses me
embriagó.
304
Nos dirigimos al pasillo. Mi pulso se aceleró. Mantuve mi barbilla levantada, con la
esperanza de ver sus hermosos ojos, pero nunca bajó la mirada. Me llevó a mi
habitación y me sentó en la silla al lado de mi cama luego me dio la espalda. Un dolor
ardió en mi pecho. ¿Por qué no me miraría?
—¿Nathan?
—Por favor, shh —dijo él, quitándose la chaqueta y retirando las sábanas.
Me tomó en sus brazos otra vez, me puso sobre la cama, me cubrió con el edredón y
se arrodilló en el suelo. Inclinó la cabeza y apoyó la frente sobre sus puños cerrados.
Permaneció así por lo que pareció una eternidad. Se sentía como si el mundo no
continuara girando hasta que alzara la vista de nuevo. No podía soportarlo más. Rocé
sus dedos con los míos. Su cabeza se alzó de un tirón y nuestros ojos se encontraron.
El tiempo se detuvo. En ese momento no existía nada excepto los ojos de Nathan, su
alma, brillando intensamente a través de dos hermosos cetros verdes y extendiéndose
en los míos.
Sus ojos se abrieron como platos, y los lados de sus labios casi se curvaron en una
sonrisa, pero segundos más tarde frunció sus cejas.
—¿Qué recuerdas?
—Todo.
Su ceja izquierda se levantó e inclinó la cabeza hacia un lado.
—Cierto. Trozos.
—Mi madre me escribió una carta, después los demás explicaron todo y no sabía si lo
creía, pero en el Pozo Montezuma tus ojos se iluminaron y… nos recordé a nosotros.
Puso su mano sobre la mía, pasando su pulgar por la cara de mi anillo, después bajó la
cabeza de nuevo.
Me apretó la mano con tanta fuerza que dolió, pero entonces aflojó su agarre. Su
mandíbula permaneció rígida.
—Sí, lo eras.
Otro recuerdo pasó por mi mente como si estuviera viendo la cinta de una película
antigua: nosotros con nuestros miembros envueltos alrededor del otro, flotando en un
mar de agua color turquesa. Alguna parte de mí sabía que era Hawai, y anhelé
regresar.
—¿Todavía me amas?
Me acarició la mejilla.
—Me pusieron en esta tierra para amarte. No conozco ningún otro tipo de existencia
que la de vivir y respirar por tu bienestar. Es quién soy y quién siempre seré.
—Pensé que se sentiría raro decir esto, pero no es así. Te amo, Nathaniel.
Él sonrió, pero no como había esperado que lo haría. Su sonrisa nunca llegó a sus ojos. 306
—Lo sé. Eso es lo bello de nuestra relación. Puedo ver cuán profundamente me amas.
—¿Puedes?
—Sí —casi parecía triste, pero luego delineó una figura en forma de ocho alrededor de
mis ojos—. Los ojos no mienten.
—Tengo tantas preguntas —murmuré—, pero no puedo pensar en ellas ahora mismo.
—Tenemos todo el tiempo del mundo. Deberías descansar. Has resistido más que
suficiente.
Una sonrisa verdadera emergió. Sus ojos brillaron más que nunca.
Su voz profunda fue lo último que escuché mientras me dejaba llevar por el sueño.
307
Capítulo 44
La desagradable verdad
Nathaniel
—Todo está bien. Sólo era una pesadilla. Él está en prisión y lo estará por mucho
tiempo. Nunca pondrá un pie cerca de ti de nuevo.
—Hay algo que tengo que decirte. River dijo que su tío lo obligó a matarme. Piensa
que nuestra familia es alguna clase de culto.
—Shh —me recliné de nuevo y puse su cabeza contra mi pecho—. Ya lo sé. River
confesó todo mientras estábamos en la comisaría de policía.
—No te preocupes por eso. Eric Malone es un criminal buscado. Se fue de la ciudad y
no sería tan tonto como para regresar en algún momento cercano. Además, estoy
aquí, y así también está el resto de nuestro kindrily. Nadie va a lastimarte de nuevo
nunca.
—Aunque amo esa idea, los otros no lo permitirían. Me sorprende que no nos hayan
acosado todavía. Estoy seguro de que están ahí afuera esperando por noticias —
también estaba seguro de que necesitábamos salir de la cama para que pudiera tomar
una ducha fría.
309
Maryah miró a la puerta cerrada del dormitorio y suspiró.
—Supongo que les debemos algunos detalles, considerando todo por lo que han
pasado.
Mi primer instinto fue esperarla fuera del baño, pero eso era demasiado controlador.
Nadie la lastimaría mientras estaba bañándose. Logré dar unos cuantos pasos por el
pasillo, pero eso se sentía demasiado lejos, así que enderecé las pinturas alineadas en
las paredes.
Estaba enderezándolas por quinta vez cuando Maryah salió del baño.
—¿Vidas? ¿Con s? ¿Vivimos ahí por más de un… ciclo, o lo que sea?
Krista, Faith, Louise y Helen estaban dispersados alrededor de la cocina, pero todo
310
ellos estaban enfocados en Maryah y yo. Helen nos besó a cada uno en la mejilla y nos
sirvió chocolate caliente en una taza. Se lo pasó a Maryah, quién sólo lo miró
incrédulamente.
—Asumí que querrías evitar el té por un tiempo —dijo Helen—. Es chocolate con
ginseng, ginkgo y gotu kola. Ayudan a la memoria.
—Tu don tiene algo que ver con hierbas y esas cosas, ¿verdad?
63
En el original Nathan dice “peckish” que significa “un poco de hambre”. Peckish es una palabra que
originalmente proviene del inglés británico no del americano.
—Estás a salvo. No te preocupes.
Louise me había contado sobre su pelea. April había estado en una de mis clases el
año pasado, pero se veía mucho más delgada y más triste de lo que recordaba, quizás
incluso enferma. Sus brazos abrazaban su torso como si necesitara sostenerse a sí
misma.
Louise y Helen dijeron un rápido hola luego se disculparon para hacer los quehaceres
en casa de Helen.
—Aguantando —la voz de April tembló—. Lo siento mucho, Maryah. He sido una
amiga tan horrible. River me llamó desde la cárcel, así que fui a verlo y no me contó
mucho, pero me dijo que no saldrías con él, como dijiste que nunca me harías eso. Y
luego descubrí que trató de… ni siquiera puedo decirlo. Olvídate de mí, ¿tú estás bien?
—Estoy bien —dijo Maryah, pero escuché el miedo en su voz—. Es bueno verte. Este
es Nathan y mi prima, Krista.
—Sí, conozco a Nathan. Gusto en conocerte, Krista —los ojos de April estaban
vidriosos. Se abanicó con la mano como si intentara no llorar—. Lamento nunca
haberte regresado tus llamadas y correos electrónicos. Lamento tantas cosas.
—Está bien —Maryah la abrazó, provocando que Faith y Krista sonrieran. Todo el
estrógeno en la habitación era un poco abrumador. Quería cruzar a algún lugar con
aire fresco y espacios abiertos, pero Maryah me lanzó una amorosa mirada y de
repente no había ningún otro lugar en dónde quería estar.
—Estoy tan contenta de que él no… tú sabes —April se limpió las lágrimas—. Dios,
crees que conoces a alguien.
—Oh, casi lo olvido —April soltó a Maryah y lo miró—. River me pidió que me ocupara
de Eightball, pero difícilmente estoy en casa alguna vez y no puedo llevarlo al hospital
conmigo, así que sé que es mucho pedir, pero siempre has sido tan buena con él.
Esperaba que ¿quizás te quedaras con él?
—Gracias a Dios —dijo April—. No sé qué hubiera hecho si decías que no.
Todos nos quedamos ahí parados en un incómodo silencio mirando a Faith rascar la
cabeza y la espalda de Eightball. Los recuerdos pasaron por mi mente de otras
mascotas que habíamos adoptado en el pasado. Sonreí con suficiencia por cómo de
perfecto era el nombre de Eightball como una mascota para nuestro octavo miembro
que solía tener premoniciones sobre el futuro.
—Bueno —April volvió a poner sus brazos alrededor de sí misma de nuevo—. Tengo
que regresar con mi madre, pero me encantaría que nos reuniéramos pronto. Eso es,
si me perdonas.
312
—Sí —dijo Maryah—. Me gustaría. Un nuevo comienzo.
Maryah estaba radiante cuando vino hacia mí. Las flores alineadas en el sendero por el
que caminaba eran puestas en vergüenza por su belleza.
—El pobre chico se está muriendo de hambre. Ten —le pasó a Maryah un tazón lleno
de pollo—. Dale esto.
—Casi olvido que puedes comunicarte con los animales. ¿Te dijo que estaba
hambriento?
—Estoy bien —aseguró Maryah a todos, pero saqué un taburete para ella. Si Amber
decía que alguien debería sentarse, lo decía en serio.
—Eightball fue abusado. Está feliz de estar aquí porque siente que ya no será
lastimado.
—No es ninguna sorpresa —resopló Faith—. Es decir, ordenó a River que matara a
Maryah. Bastardo malvado. Sólo un alma sin corazón podría abusar alguna vez de un
animal tan dulce e inocente.
—Por supuesto —mis puños se apretaron—. Deberíamos habernos dado cuenta de eso
hace mucho tiempo.
Amber se sentó en el taburete al final de la isla, se quitó las gafas y se frotó el puente
de la nariz.
—Dedrick —gruñí.
—¿Sabe quiénes eran los otros tipos? —preguntó Maryah—. Él que casi me mató.
—No —dijo Amber—. La comunicación con los animales trabaja de manera diferente a
la de los humanos. No es como si pudiera sólo hacerle preguntas. La mayoría de los
animales le da vueltas a un círculo de pensamientos unilaterales. Piensan en lo que sea
que los afecta más a un nivel fundamental.
Maryah
La lluvia había cesado y se sentía más cálido que la noche anterior. Dimos un paseo
por los acantilados hablando sin cesar hasta que el sol descendió lentamente en el
cielo. La culpa me había estado sofocando todo el día. No podía mantenerla reprimida
por más tiempo. Nerviosamente, me disculpé por lo de River. Divagué a través de
315
excusas y detalles, y cuando llegué a la parte en la que casi vomité cuando River me
besó, una sonrisa se extendió por el rostro de Nathan.
—Sí, es decir, nunca había besado a nadie antes así que quizás yo…
—Otra vez —susurró. Sus labios estaban a menos de dos centímetros de los míos.
—Sigue respirando.
Cerré los ojos. Lentamente, su aliento se sincronizó con el mío. Cada vez que yo
inhalaba, él exhalaba, y cada vez que soltaba el aliento, él inhalaba mi aliento en
silencio. Para el cuarto o quinto ciclo cada célula de mi cuerpo hormigueaba. Sólo
estábamos inhalando el aire el uno del otro, una y otra vez, pero me sentía eufórica.
Abrí los ojos y me encontré con su mirada. Sus labios atravesaron la nube invisible de
energía flotando entre nosotros, mientras él sonreía con suficiencia pero dulcemente.
Antes de que pudiera devolverle la sonrisa, sus cálidos labios se cerraron sobre los
míos.
—Mmm. —Me sentía ebria. Ansiaba más de sus besos. Miré alrededor para
asegurarme de que Eightball no había escapado, pero estaba acechando a una
lagartija cercana.
—Mierda.
—La parte irracional de mí esperaba que nuestro primer beso regresaría tu estrella al
cielo. —Se rió—. Los cuentos de hadas me lavaron el cerebro, supongo.
—Sí, entre más vieja es el alma, más brillante es la estrella. Si pudieras acercarte lo
suficiente, verías cada detalle de la historia de un alma en la luz y la energía de su
estrella. Es similar a como vemos la historia y los detalles en los ojos de cada uno. Una
estrella contiene todo: cada pensamiento, sentimiento, acción y deseo. Es intenso.
Mi mano hormigueó por su beso. No podía tener suficiente de él, pero también tenía
muchas preguntas.
—Dijiste que mi estrella cayó del cielo antes de que naciera y todavía no puedo ver la
tuya. ¿Es porque la borré?
Suspiró. 317
—Reiniciaste tu alma. Estás funcionando con sentidos básicos, incapaz de ver la
energía que te rodea.
—Es diferente ahí. Hablar es una función humana. Las almas se comunican en el Reino
Superior, pero a través de energía, no con palabras. Además, el tiempo lineal es un
concepto de la Tierra. En el Reino Superior, las decisiones se toman en lo que aquí se
sentiría como un parpadeo aquí. No habrías sido capaz de decírselo a nadie.
Las lágrimas se formaron mientras la nueva yo, la común, la más alejada de una súper
heroína, la persona distraída que era, despreciaba a la antigua yo por lo que había
hecho.
—Debiste haber tenido una razón importante. Aunque no sepamos qué razón es esa,
estoy seguro de que fue desinteresada, no egoísta. Así es como eras y como todavía
eres. Necesitamos que creas en ti misma y tengas fe en la magia de este mundo.
Un arcoíris había formado un puente entre Cathedral Rock y Bell Rock. Lo señalé.
—¿Alguna cosa mágica o mística que deba saber sobre los arcoíris?
—Sí. —Su sonrisa me hizo temblar de excitación—. A quién quiera que beses bajo un
arcoíris será tuyo, antes, ahora y eternamente.
Nathaniel, mi alma gemela, se inclinó y me besó por segunda vez, bueno, el segundo
beso de esta existencia, y me hizo creer que cualquier cosa era posible.
318
Capítulo 46
Ciclo de vida
Maryah
Entre más tiempo pasaba con Nathan, y entre más oía sobre nuestro pasado, más
profundo se hacía mi amor. Pero no importaba cuánto me esforzara y deseara que
regresaran mis recuerdos, no hacía ningún progreso.
319
La noche antes del festival del Carnaval de Primavera, me levanté de golpe en la cama
y miré alrededor en la oscuridad. Apenas podía respirar.
Se rio.
—¿Mía?
—El pavo real representa todo en lo que creías: dualidad psíquica, vigilancia que todo
lo ve, renovación, resurrección, evolución espiritual. La lista continúa dependiendo de
qué doctrina investigues. Solías mirar fijamente tu anillo durante horas. Decías que el
ojo de la pluma te mostraba historias.
—De todo tipo. ¿Podemos por favor hablar de esto por la mañana? —recostó su
cabeza en mi regazo y se frotó sus somnolientos ojos. Incluso en la oscuridad, la
tonalidad verde como una joya destellaba con amor cuando me miró. ¿Cómo conseguí
ser tan afortunada de tener a alguien como él como mi alma gemela?
—¡Algo va mal!
—¿Qué quieres decir? —la preocupación llenó la voz de Nathan—. ¿Qué es lo que va
mal? —Encendió la luz.
—No lo sé. Siento una presencia acechando como si algo viniera. Nunca antes he
sentido algo como esto. Me siento enferma del estómago.
—Algo no viene, pero alguien sí. El bebé está naciendo antes de tiempo.
Asumí que Amber no daría a luz en un hospital, sino que Helen asistiría el parto del
bebé en casa. Explicó que ayudó a dar a luz a docenas de bebés durante sus vidas y
que en siglos previos no tenían las drogas la tecnología que los hospitales ofrecían. Y
como Nathan señaló, teníamos a Krista en el caso de que algo saliera mal.
Nathan ayudó a Helen. Había sido médico en una vida anterior y conservó sus
conocimientos médicos. Mantuvo su posición al lado de Amber de forma que no
estuviera expuesta a nadie excepto Helen. Dijo que era por respeto a la intimidad de
Dylan y de Amber, y eso me hizo amarlo todavía más.
Unas veces pensé que Amber me rompería la mano de lo fuerte que la apretaba, pero
Dylan la ayudó durante la respiración, y ella se relajó. Krista le hizo sorber un té que
Helen había hecho.
Después de horas de limpiar el sudor del rostro de Amber con un paño y de mantener
su pelo húmedo recogido, estaba aliviada cuando Helen anunció que podía ver la
cabeza del bebé. Varios empujones más tarde, un diminuto y viscoso niño llegó al
mundo. Dylan lo envolvió en una manta y lo colocó en los brazos de Amber. Estaba
segura de que habían pasado por esto del bebé montones de veces en otras vidas,
pero basada en lo orgulloso que se veía Dylan, habría supuesto que era su primera vez.
Nathan y yo los felicitamos después fuimos a poner al corriente a los demás. Edgar,
Faith, Shiloh, Harmony y Dakota estaban esperando en la sala de estar.
Todos estallaron en una celebración, pero entonces Louise irrumpió por la puerta
principal y nos pasó corriendo hacia el dormitorio. Anthony y Carson estaban
321
hablando con alguien en el vestíbulo. Ese alguien tenía un acento irlandés.
—Hola, Maryah.
—Hola, Sheila —Tanto como quería hacerlo, no podía evocar ni un solo recuerdo de
ella. Pero sabía que la amaba. Mi corazón se sentía lleno, más lleno que nunca.
—Mírate —le dijo riendo Sheila a Krista—. No más que una joven colegiala. Que no
daría yo por ser tan joven como tú.
—Tenemos mucho de lo que ponernos al día, pero eso debe esperar. Hay un pequeño
bebé al que debo visitar primero.
—Louise y Anthony seguro llegaron a casa rápido. ¿Cuán rápido es ese avión de
nuestra familia?
El ojo de la pluma de pavo real y los brillos iridiscentes de azul y verde se dividieron,
creciendo hasta formar una figura en forma de ocho de color zafiro y esmeralda.
Motas de oro y plata se oscurecieron dentro de cada mitad, profundizándose y
formando más líneas y capas.
Ojos. La pluma había formado dos imponentes ojos humanos.
Estaban contando una historia casi increíble. Excepto que no había palabras, sólo
energía, emociones, y líneas de colores brillantes conectando caminos invisibles de
gente y lugares a través de la historia.
La compleja historia que contaban era verdad. Lo sabía con cada fibra de mí ser. El
viento sopló a mí alrededor, envolviéndome en el embudo de brillantes plumas
girando hasta que ya no pude ver los enormes ojos. Estiré la mano hacia delante y las
radiantes plumas explotaron en millones de pequeños trozos que parecían polvo de
estrellas. Respiré hondo e inhalé cada mota hasta que no quedó nada.
Ella sostenía al bebé, dormido en sus brazos, y una amplia sonrisa se extendió por su
rostro.
—Lo sabes.
Asentí.
Sheila alzó al bebé como si lo estuviera presentando al mundo por primera vez.
—Es un Aries, otro signo de fuego.
Los vítores estallaron. Krista me abrazó, pero mi atención estaba pegada como con
pegamento en el bebé.
¿Cómo lo sabía ella? ¿Cómo lo sabía yo? No importaba. Sus diminutos párpados se
abrieron lo suficiente para que viera el familiar azul cielo.
—Vengo de una larga línea de psíquicos. Sintonizo con la esencia de un bebé y veo
quiénes fueron en vidas pasadas. Leo sus almas.
—No sobre nosotros, pero lo haré. Sé que lo haré. Mira alrededor, Nathaniel —nuestro
kindrily, jóvenes y ancianos, grandes y pequeños, almas nuevas y viejas nos rodeaban
con una infinita cantidad de amor. Y Mikey había vuelto. El término “ciclo de vida”
nunca tuvo un significado más bello y esperanzador—. Compartimos un lazo
irrompible y poderoso. Ya hemos llegado muy lejos.
—Tú. Tu don —se agachó y besó mi frente—. Debería haber sabido que eras
demasiado poderosa, y obstinada, como para ser borrada.
NO ES EL FINAL
325
Agradecimientos
Mamá, mi primera lectora y mi apoyo más importante. Gracias por amar a los
personajes de mi Kindrily tanto como yo lo hago, y por leer (y amar) cada versión que
escribí.
John, por creer en mí, e ir más allá de todo para apoyarme a mí y a mis sueños.
Krista, mira lo lejos que hemos llegado desde que leíste el primer borrador en el viaje
en avión a Sedona. ¡Finalmente es real!
326
Marie, has ayudado a esta historia a través de las revisiones de nunca acabar y en el
camino me has enseñado mucho.
Natalie, gracias por ser lo suficientemente honesta para decirme que originalmente
odiabas a Nathan. Él es un hombre mucho mejor gracias a ti.
Megan, no puedo contar la cantidad de maneras en que has hecho esta historia (y a mí
como escritora) mucho más fuertes.
Andrea, gracias por rodar entre pétalos y plumas rosa, hasta que obtuve la foto
perfecta de ti.
Sara, tus críticas, consejos y apoyo son atesorados e invaluables para mí.
Sarah, tu camiseta púrpura es mágica, y estoy convencida de que esa es la razón por
la que esta historia fue tan fácil de escribir. Lo siento, pero nunca te la regresaré.
Steve, gracias por tu fe eterna en esta historia y por la creación de la página web de
Kindrily.
Sedona, (porque juro que la ciudad tiene un alma) gracias por ser tan místico y
proporcionarme el hogar perfecto para mis personajes.
Significan el mundo para mí y estoy eternamente agradecida por todos y cada uno de
ustedes.
327
Mensaje de la autora
Querido lector:
Gracias por leer Grasping at Eternity. Sé que tienes un número casi infinito de libros
para elegir y estoy muy agradecida por estar entre tus opciones.
Para mí, escribir es un sueño hecho realidad, y no puedo imaginarme haciendo otra
cosa. Contar historias es un arte muy subjetivo. Para mí, es una pasión. Estoy en un
trabajo en constante progreso. (Creo que todo artista debe estarlo.) Mi oficio nunca
será perfecto; mis libros probablemente ignoren algunas reglas, y estoy segura de que
cometeré errores en el camino, pero siempre intentaré hacer mi mejor esfuerzo para
crear mágicos e imaginativos mundos para explorar.
Siéntete libre de enviarme algún correo electrónico, visitar mi blog, chatear conmigo
en Twitter, o buscarme en Facebook. Me encanta interactuar con otros lectores, 328
escritores y cazadores de sueños.
El mayor cumplido que puede recibir cualquier autor, es la ayuda a difundir la palabra
acerca de su trabajo. Dilo. A un amigo, sugiere el libro a tu biblioteca local, o comenta
en sitios web de libros donde los lectores busquen opiniones y recomendaciones
honestas. Los autores agradecen el apoyo y el aliento más de lo que te puedas
imaginar.
Mi eterno agradecimiento,
Karen
Acerca de la autora
Amo la buena comida, postres y más postres, películas que me hagan reír o llorar, las
tormentas, mariposas en mi estómago, cortinas que se mueven con la brisa, los rabos
de mis perros sacudiéndose porque están felices de verme, paseos emocionantes,
libros que me hacen pensar o aprender algo nuevo, juegos de los Ravens 2, largos y
cálidos baños, sonreír sin control, el sabor del café, un sueño increíble que se queda
conmigo todo el día, palomitas de maíz a la antigua usanza, saltar de aviones, juegos
de mesa, lotería rasca-offs3, y volar a Neverland4.
Estoy en un trabajo en constante proceso.
Echa un vistazo al blog centrado en adolescentes que co-fundé junto con otros
impresionantes autores del género Jóvenes Adultos: YA Confidential
__________________________________
1
Sea Wees : pequeñas muñecas para niñas, con forma de sirena.
2
The Ravens, equipo de futbol americano de Baltimore.
3
Lotería rasca-offs: jugo de lotería típico de Texas, tipo rascas.
4
Rancho Neverland es una propiedad ubicada en Santa Bárbara, California, que perteneció al cantante
estadounidense Michael Jackson
330
Próximo libro
Maryah
Empujó una silla frente a mí y se sentó a horcajadas en ella, sentándose tan cerca de
mí que nuestras rodillas casi se tocaron.
—Imagina que alguien te arranca el corazón del pecho y lo pone en una jaula. Fuera de
la jaula, buitres, ratas y coyotes dan vueltas alrededor, esperando para desgarrar tu 332
corazón y devorarlo. Aún peor, mientras dan vueltas, su malvada energía rodea la
jaula, contaminando el alma pura y buena dentro. Con el tiempo tu corazón comienza
a cambiar; se vuelve malo también. Cubierto de negatividad, que lentamente deja de
latir hasta que deja de existir.
—¿Así que estás diciendo que sientes que te sientes como atrapada en una jaula?
—No —suspiró—. Gregory está atrapado en esa jaula. No tengo ni idea de dónde está
la jaula o quién tiene la llave para abrirla. Pero lo encontraré, y pelearé hasta la muerte
contra cualquier buitre, rata o coyote que se interponga entre nosotros.
—Sólo danos un poco más de tiempo. Maryah será capaz de ayudarte a encontrarlo.
Estoy seguro de ello.
Asentí, aun cuando no estaba tan segura como Nathan. Además, estaba aterrada de
lo que podríamos encontrar y cuando encontrara a Gregory.
—Cada día que pasa sé que estoy un día más cerca de perderlo para siempre. No
puedo esperar más, tengo que encontrarlo. Y cuando lo haga, incluso si está
corrompido, incluso si ya no es puro y bueno, lo amaré y lo traeré de vuelta. Porque
como la ciencia ha probado, el corazón recuerda —se puso sus gafas de sol y me
sonrió—. Y tú has probado que el alma nunca olvida.
333
Créditos
Moderadora de Traducción Moderadora de Corrección
Sitahiri Lsgab38
Traductoras Correctoras
Sitahiri Juli_Arg
Puchurin Xhessii
Lady_Eithne Angie
Kristel98 Xasdran
Smyle Anaizher
Lili Eneritz
334
Tersa Lsgab38
Beccavancourt Vickyra
Nanami27 Steffanye
Liiaa! MaryJane
Ilka Ingridshaik
Dara
Pokprincssbooo
Diseñadora
Elena Vladescu
Traducido, corregido y diseñado en…
335
http://thefallenangels.activoforo.com/forum