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Al pasar esta onda por cualquier obstáculo, edificio, árbol, o cuerpo humano,
éstos sentirán un aumento repentino de la presión atmosférica. Una vez que el
frente de la onda ha pasado, y debido a la diferencia de presiones, se generan
vientos huracanados de gran velocidad. Son estos dos factores, la onda de
choque y el viento que la sigue, la causa del daño ocasionado a personas y
construcciones. La energía transportada por estos mecanismos llega a ser 50%
de la energía liberada por la bomba. En los seres humanos el efecto directo
más serio de la sobrepresión es el daño a la estructura pulmonar, que comienza
a las 12psi. A 100 psi de sobrepresión prácticamente no hay manera de que un
humano sobreviva. La protección de la población frente a los efectos de la onda
de presión se puede lograr adentro de edificios que eviten el
impacto de los objetos que vuelan en el exterior. Hay que recordar que basta un
psi de sobrepresión para que trozos de vidrio y otros materiales se desplacen
peligrosamente por el aire libre. En caso de un aviso lo bastante anticipado de
la explosión Es preferible acostarse sobre el piso que permanecer de
pie y, de ser posible, alejarse de las paredes ya que la onda de
presión al ser reflejada por éstas pueden alcanzar
fuerzas de hasta ocho veces el valor original. En Hiroshima un
edificio público a sólo 160 metros del punto cero
se protegió efectivamente y sus ocupantes que sobrevivieron
en 50% a pesar de una sobrepresión estimada de 30 psi en
el lugar. Radiación Las reacciones nucleares
que ocurren durante la explosión de una bomba producen
diferentes tipos de partículas energéticas y de
radiaciones. Algunas son emitidas de inmediato y otras, tiempo
después de la detonación. En esta sección
nos referiremos a la radiación que es emitida dentro del
primer minuto después de la
explosión.