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Paráfrasis Final

Maira Noemi Ramos Barreto

Universidad Autónoma de Nayarit

Desarrollo de Habilidades del Pensamiento

M.C. Nadia Raquel Benítez Paredes

11 de octubre del 2021


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En el año 1844, de cada 3157 madres (8.2%) que daban a luz en la Primera División de

Maternidad del hospital de Viena, 260 madres murieron de fiebre puerperal. El Dr. Eduardo

Liceaga y Jesús Briones Garduño (2018) afirman que la fiebre puerperal es una de las

infecciones provocada por bacterias que producen inflamación durante los primeros 15 días

después del parto, debido a las modificaciones en el cuerpo o por la cirugía de la cesárea. Para

1845 la tasa de mortalidad era de 6.8% y en 1846, aumento a el 11.4%.

Lo preocupante era de que, en la Segunda División de Maternidad, las tasas de mortandad

a causa de la fiebre puerperal eran de solamente el 2.3, 2.0 y 2.7%, lo cual si lo comparamos con

la Primera División es una gran diferencia. Si en las dos divisiones había aproximadamente el

mismo numero de pacientes; el índice de mortalidad debería de ser parecidos.

Para tratar de dar explicación a este problema, se empezaron a tomar en cuenta factores

que tradicionalmente eran aceptados en esos tiempos como causantes de esa enfermedad. Unos

de los factores tomados en cuenta fueron los cambios atmosféricos y cósmico-telúricos, es decir,

influencias epidémicas que pudiera haber por aquella época y que al propagarse por la zona

estuvieron afectando a las embarazadas.

En cambio, la explicación planteada no daba una solución al problema de cuál era la

razón de que la epidemia afectara más a las pacientes de la Primera División, con una diferencia

bastante notoria en el número de decesos en comparación con la Segunda División del hospital

de Viena.

Además, otro acontecimiento que ponía en sospecha la hipótesis de la influencia

epidémica era el caso de las madres que daban a luz antes de llegar al hospital y solo llegaban

después a la sala del hospital, casi siempre se salvaban; los casos de fiebre puerperal eran escasos

entre estas mujeres a comparación de las mujeres preñadas en confinamientos hospitalario de la


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Primera División. Por estos motivos, objetó esta hipótesis y busco una nueva que pudiera dar una

mejor explicación a este fenómeno.

La segunda hipótesis fue la aglomeración de pacientes en la División, pero esto se hayo

improbable, pues las condiciones de amontonamiento eran superiores en la Segunda División.

También se tomaron en cuenta la calidad de la comida, los cuidados y se verifico la limpieza,

pero al final refutó estas ideas, ya que los cuidados empleados en ambas Divisiones habían sido

las mismas; por lo cual seguía sin encontrarse una explicación al problema.

Se estudió el nivel socioeconómico de las mujeres para saber si eran mejor atendidas en

la Segunda División, dado que después de haberse hecho famosa la Primera División del Dr.

Klin ninguna paciente quería entrar a su pabellón y casi el 40% de las que ingresaba eran

mujeres si ayuda, incluso sin ayuda de su propia familia, la mayoría eran solteras embarazadas.

Pese a estos motivos, Semmelweis descarto esta hipótesis debido a que los médicos ingresaban a

las mujeres sin saber su nivel socioeconómico, solo se restringían a instalarlas en camas que

quedaban libres.

En 1846 una comisión de investigación arribó a la conclusión de que este padecimiento

se debía al manejo a que se exponían las pacientes durante la examinación, eran demasiado

violentas, debido a que las hacían los estudiantes de medicina que estaban unidos a la Primera

División y eran entrenados en la misma. La comisión adjudicó la responsabilidad a los

estudiantes que habían revisado a las parturientas debido a sus practicas universitarias.

Garantizaban que además de no realizar bien los exámenes, hacían sentir pudor a las mujeres.

Respecto a esta explicación -afirmó Semmelweis- cabe establecer las siguientes

objeciones: en primer lugar, las lesiones provocadas por el proceso natural del parto eran mucho

más intensas y extensas que las causadas por la examinación, aun cuando ésta sea – violenta-; en
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segundo lugar, las matronas y estudiantes que realizaban los exámenes en la Segunda División lo

hacían de la misma manera que los de la Primera, sin que en ésta se provocara la fiebre

puerperal; y en conclusión a partir del informe de la comisión, y para demostrar que suposición

era falsa se redujo el número de estudiantes a la mitad y se redujo casi al mínimo el

reconocimiento de las mujeres embarazadas por parte de ellos. Sin embargo, tras descender un

poco, el índice de mortalidad se elevó, alcanzando sus cotas más altas.

En presencia de una justificación tan frágil, se buscaron otras explicaciones; ahora en el

ámbito psicológico; ejemplo de esto es que se afianzaba que la presencia del sacerdote del

hospital, quien cuando una parturienta de la Primera División estaba agonizante, iba hasta la

enfermería, donde se encontraba la paciente desahuciada para darle el ultimo sacramento; tenia

que pasar por cinco pasillos, entre las camas de las demás mujeres antes de llegar a la sala donde

se encontraban las enfermas decadentes. Hacia su recorrido acompañado de un ayudante, quien

sonaba una campana; lo que lo transformaba en una imagen aterradora, el sonido de la campana

hacía que, al oírlo las demás mujeres, supuestamente se deprimieran y se extenuaran. La

Segunda División a diferencia de la Primera, no presentaba este problema, el sacerdote pasaba

sin ser visto derechamente a la sala de las pacientes agonizantes por una puerta trasera.

Para estudiar esta posibilidad y suprimir este resultado, convenció al clérigo de que

tomara otro camino en su recorrido con destino a la sala de la Primera División, adicional se le

solicito que no hiciera uso de su campana, de esta manera, el cura llegaba con sigilo y sin ser

detectado. Pero esto no hizo ninguna diferencia y la mortandad no decreció, por lo que también

se descarto esta opción.

Semmelweis ya estaba obsesionado con este problema, le quedaban pocos amigos y

empezaba a escribir cosas como estas: “Todo lo que aquí se hace en este sanatorio me parece
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muy inútil; los fallecimientos se suceden de la forma más simple. Se continúa operando, sin

embargo, sin tratar de saber verdaderamente por qué tal enfermo sucumbe antes que otros en

casos idénticos. No puedo dormir ya. El desesperante sonido de la campanilla que precede al

sacerdote portador del viático, ha penetrado para siempre en la paz de mi alma. Todos los

horrores, de los que diariamente soy impotente testigo, me hacen la vida imposible. No puedo

permanecer en la situación actual, donde todo es oscuro, donde lo único categórico es el número

de muertos” (Semmelweiss, sin fecha).

Se hizo un intento más, al observar la Primera División comprobó que las pacientes

descansaban de espaldas en sus camas, pero en la Segunda División descasaban de lado, por lo

que se estableció el uso de la postura lateral en la Primera División, una vez más sin tener

resultados y sin lograr que la tasa de mortandad descendiera.

Por fin. En 1847, la fortuna que acompaña a las mentes trabajadoras y despiertas dio la

respuesta para solucionar este misterio clínico. Todo esto sucedió gracias a que un compañero de

Semmelweis, llamado Kolletschka, recibió una herida profunda en el dedo causado por un

escalpelo de un estudiante con el que estaba realizando una autopsia. Al poco tiempo después de

este acontecimiento, Kolletschka murió, manifestando durante su agonía los mismos síntomas

que Semmelweis podía observaba en las pacientes de fiebre puerperal.

A partir de este acaecimiento, Semmelweis pudo suponer que la materia muerta o materia

cadavérica introducida en el organismo de su compañero por medio de la lanceta del estudiante

había dado comienzo o había sido el causante de la enfermedad que dio muerte a su colega.

Siguiendo esta argumentación, fue factible el pensar que las pacientes en cinta que habían

fallecido siendo victimas de la fiebre puerperal, habían sido víctimas de una intoxicación

sanguínea similar.
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Esta hipótesis se vio reafirmada al tomar en cuenta el hecho de que el equipo médico, en

este incluidos tanto como los instructores como a los estudiantes, se presentaban para realizar la

inspección de las mujeres embarazadas posteriormente de haber estado efectuando disecciones

en la sala de autopsias. Además, si los instructores y alumnos solo se lavaban las manos de una

manera superficial e insustancial, los habría hecho vectores de este material contagioso, lo cual

explicaría el nivel de contagio que hubo.

Con la intensión de comprobar si esta nueva hipótesis era la que daría fin al enigma

médico, se decreto que si la materia muerta o materia cadavérica era la responsable de esta

enfermedad, entonces por esta razón la destrucción de los restos de esta materia de las manos de

los médicos y estudiantes, debería de poder prevenir la aparición o el brote de la fiebre puerperal,

por consiguiente se le pidió a todo el equipo médico que se lavara correctamente las manos,

desinfectándoselas con una solución de cloruro de cal por anticipado para realizar cualquier tipo

de inspecciones.

La mortandad resultante de la fiebre puerperal se vio rápidamente en declinación, como

resultado, para el año 1848 la tasa de mortalidad era de sólo el 1.27% en la Primera División y

del 1.33% en la Segunda División de Maternidad, ahora siendo esta ultima la que tenía un poco

más contagios que la Primera.

Finalmente, varias clínicas vinieron a confirmar esta hipótesis con otras experiencias que

ellas tuvieron, un ejemplo de esto es que las mujeres que alumbraban en sitios públicos o en la

calle, rara vez eran expuestas a la inspección previa, por lo cual, el peligro de contraer la fiebre

puerperal, eran escasas comparación con las mujeres en confinamiento hospitalario.

También era de tomarse en cuenta que las parteras de la Segunda División de Maternidad

del hospital de Viena no llevaban a cabo durante su capacitación procedimientos de disección, de


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tal forma que esto daba explicación al por qué no eran vectores de la materia cadavérica. Con

esto por fin se pudo dar una evidente aclaración del por qué la tasa de mortandad a causa de la

fiebre puerperal era inferior en la Segunda División, que en la Primera.

Con el tiempo Semmelweis fue adquiriendo experiencias que lo guiaron a pronto a

amplificar su hipótesis. Un modelo de esto es que, en una ocasión, el junto con sus

colaboradores, se desinfectaron a conciencia las manos, para posteriormente empezar a realizar

examinaciones; primordialmente inspeccionaron una mujer embarazada afectada de cáncer

cervical ulcerado el cual puede surgir de células anormales ubicadas en el cérvix o cuello

uterino; después siguieron para inspeccionar a otras doce mujeres que se encontraban en la

misma sala, pero en esta ocasión solo se lavaron las manos de manera rutinaria y superficial,

también sin desinfectarse las manos otra vez. Este acontecimiento llevó a que once de las doce

mujeres contrajeran la fiebre puerperal y posteriormente murieran a causa de esta.

Al observar esto, Semmelweis logro llegar a la conclusión de que la fiebre puerperal no

era ocasionada solo por la materia muerta o materia cadavérica, también podía ser producida por

materia pútrida procedente de organismos vivos.

A pesar de tener el apoyo de un puñado de colegas como los doctores Skoda, Rokitansky,

Hébra, Heller y Helm, en los estratos más altos del hospital prevaleció la opinión del doctor

Klein, por lo que Semmelweis fue expulsado de la Maternidad.

Semmelweis fue despedido y fue desacreditado. Debió trabajar en un hospital menor

hasta caer en la pobreza. Desahuciado, terminó sus días en un centro para enfermos psiquiátricos.

En su último intento por demostrar su teoría —y ya con un principio de alzhéimer— se inyectó

con un residuo de una necropsia. Así, se ocasionó una septicemia que lo mató a los 47 años. Fue

un mártir de la medicina y hoy es considerado el padre del lavado de manos.


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REFRENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Texto transcrito “Ignaz Semmelweis y su investigación de la etiología en la fiebre puerperal” de

José Gómez Romero (1983).

Ingrassia, Víctor, (2020), Quién fue “el padre del lavado de manos” que murió pobre y en un

psiquiátrico por defender la higiene personal. infobae. Recuperado de:

https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2020/03/21/quien-fue-el-padre-

del-lavado-de-manos-que-murio-pobre-y-en-un-psiquiatrico-por-defender-la-higiene-

personal/

Secretaria de Salud, (2018, 15 de julio), 277. Fiebre puerperal, infección más frecuente después

del parto. Recuperado de: https://www.gob.mx/salud/prensa/277-fiebre-puerperal-

infeccion-mas-frecuente-despues-del-parto

RadiologyInfo.org para pacientes (s.f.), Cáncer Cervical. Recuperado de:

https://www.radiologyinfo.org/es/info/cervicalcancer
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LISTADO DE PALABRAS

Puerperal: Del puerperio o relacionado con él. El puerperio es el periodo desde el final

del parto hasta la aparición de la primera menstruación.

Telúricos: Del planeta Tierra o relacionado con él.

Parturientas: Dicho de una mujer: Que está de parto o recién parida.

Alumbramiento: Expulsión de la placenta y las membranas adjuntas en la tercera

etapa del parto, después de la expulsión del feto.

Hacinamiento: El término hacinamiento se utiliza frecuentemente para hacer referencia

a acumulación de individuos.

Adscritos: Adscrito, participio pasivo del verbo adscribir, es aquel objeto o sujeto que

está adherido o agregado a otra cosa o sujeto, o lo que se inscribe o incorpora a otra entidad, o

la cualidad que se liga a un objeto o sujeto.

Matronas: Una matrona es la enfermera especializada en la atención y el cuidado de la

mujer a lo largo del embarazo, en el momento del parto y durante el puerperio, que es la etapa

de las semanas posteriores al alumbramiento hasta que la madre está recuperada.

Capellán: Sacerdote encargado del servicio religioso de una iglesia no parroquial, como

una comunidad religiosa, un hospital, etc.

Comadronas: Una comadrona o partera es una profesional de atención médica que

provee una serie de servicios médicos para las mujeres, incluyendo los exámenes

ginecológicos, orientación anticonceptiva, prescripciones, y el cuidado durante el parto.

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