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Denis Diderot:

En cuanto a su posición filosófica, mantuvo una postura materialista no


dogmática, actitud especialmente evidente en sus obras posteriores.
Aunque Denis Diderot no era un filósofo dedicado a los problemas
teóricos fundamentales ni a las reflexiones analíticas sistematizadoras,
se le cuenta, sin embargo, entre los autores filosóficos más polifacéticos
e innovadores del siglo XVIII.

Montesquieu:
Montesquieu es una búsqueda científica para ir más
allá de la interpretación puramente empírica para interpretar la realidad
social de una manera analítica "positiva" que sintetice la diversidad de
datos a partir de hechos sociales con diferentes
reducciones a realizar. Proporciona una "respuesta sociológica" a la
aparente variedad de eventos sociales, basada en el orden y la causalida
d de estos eventos, que
es susceptible de explicación racional. Algunas de sus obras
son: Habla sobre el eco Altura del prepucio La causa de
la gravedad de los cuerpos Eternos paganos malditos (1711)

Immanuel Kant

Desde el principio de sus estudios, Kant mostró gran aplicación en sus


investigaciones. Primero fue enviado al Collegium Fridericianum y
después se matriculó en la Universidad de Königsberg en 1740, a la
edad de 16 años. Estudió la filosofía de Leibniz y Wolff con el profesor
Martin Knutzen, un racionalista que también estaba familiarizado con los
desarrollos de la filosofía y la ciencia británica y que introdujo a Kant en
la nueva física matemática de Newton.
Mary wollstonecraft:

Wollstonecraft ha tenido lo que Cora Kaplan llama un "curioso" legado:


"para ser una autora activista aficionada a muchos géneros, en el último
cuarto de siglo la vida de Wollstonecraft se ha seguido mucho más de
cerca que sus escritos.
Así pues, el feminismo de los 60 y 70 trajo de nuevo el éxito a las obras
de Wollstonecraft. Su buen momento reflejaba el que también gozaba el
movimiento feminista; por ejemplo, a principios de los 70 fueron
publicadas seis biografías de Wollstonecraft que presentaban su
apasionada vida así como su radicalidad y racionalidad.

Rousseau:
Mediante El Contrato Social, Rousseau le abre paso a la democracia, de
modo tal que todos los miembros reconocen la autoridad de la razón para
unirse por una ley común en un mismo cuerpo político, ya que la ley que
obedecen nace de ellos mismos.
En su modelo político, Rousseau atribuye al pueblo la función de
soberano. A este término no le asigna características que designan a una
sola clase o nación, sino la representación de una comunidad de los que
desean formar un Estado y vivir bajo las mismas leyes que son la
expresión de la voluntad general.

Olympe gouges:

Sus trabajos fueron profundamente feministas y revolucionarios.


Defendió la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de
la vida pública y privada, incluyendo la igualdad con el hombre en el
derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar en público de
temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar
propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así
como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito
familiar y eclesiástico.

Isaac Newton:

Desde finales de 1664 trabajó intensamente en diferentes problemas


matemáticos. Abordó entonces el teorema del binomio, a partir de los
trabajos de John Wallis, y desarrolló un método propio denominado
cálculo de fluxiones. Poco después regresó a la granja familiar a causa
de una epidemia de peste bubónica.

Maria agnesi:

Entre los afortunados ejemplos del libro hay uno, al final del primer
volumen, que consiguió para María Gaetana Agnesi un lugar en los
índices onomásticos de los libros de texto, y en los manuales de fórmulas
y tablas matemáticas, y que la ha hecho famosa en mayor medida que
todos sus otros méritos: La Curva de Agnesi.
Se trata de una curva que Fermat había estudiado en 1630, y para la que
Guido Grandi, en 1703, había dado un método de construcción.

Voltaire

Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre


todo filosóficos, donde mostró su hipercriticismo. Voltaire no ve oposición
entre una sociedad alienante y un individuo oprimido, idea defendida por
Jean-Jacques Rousseau, sino que cree en un sentimiento universal e
innato de la justicia, que tiene que reflejarse en las leyes de todas las
sociedades: la ley debería ser igual para todos. La vida en común exige
una convención, un «pacto social» para preservar el interés de cada uno.

Ane Louis:
La historia literaria deja la imagen de una mujer excesivamente
sentimental, posesiva y tiránica en la amistad y el amor. Es sobre todo
una pionera en muchos campos: en literatura populariza en Francia la
palabra "Romanticismo" introducido por Pierre Letourneur. En sus
novelas presenta a las mujeres como víctimas de las restricciones
sociales que les impiden afirmar su personalidad. Reivindica el derecho a
la felicidad para todas y para sí misma.

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