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Documenta 4: EL ORNAMENTO

Encontramos en el primer texto, junto con el tercero, la idea de que las formas del
ornamento vienen dictadas por la naturaleza. Todo lo que no se asemeje a la vida
orgánica no resulta bello, por lo que sacamos la conclusión que lo creado por el hombre,
lo artificial, resulta feo. Esto es ya que en la naturaleza se recoge la esencia del
ornamento y una forma simple y precisa que es suficiente para su expresión. En el tercer
texto enfoca esta idea con un punto de vista más relacionado con el simbolismo, y en el
caso de la naturaleza se entiende como con simples motivos florales y geométricos nos
recuerda y nos define la naturaleza.

Una de las mayores referencias al ornamento con motivo floral y vegetal la encontramos
em España, de la mano de Gaudí. Observamos en esta obra y en todas las demás la
ornamentación con formas orgánicas que nos recuerda a un paisaje con flores.
Por el contrario, a esta idea de Ruskin y Grabar, encontramos el tercer texto de
Gombrich, que expone que las formas se guían por el placer y sentimiento humano.
Estas resultan simples y geométricas, aunque desde mi punto de vista esto nos lleva de
nuevo al tema de la naturaleza. En ella podemos encontrar realmente este tipo de
formas simples y geométricas como puede ser en las plantas, seres vivos simétricos y un
crecimiento orgánico regido por la proporción áurea. Así pues, podemos ver como el
ornamento gira alrededor de la vida orgánica y con todo el sentido del mundo ya que el
hombre se desarrolla en la naturaleza y lo primero que ve son este tipo de motivos
florales y vegetales que más tarde representará e incorporará en el arte y la
arquitectura. Cuando el hombre no había creado nada, lo único que tenía en “su poder”
era la naturaleza y el paisaje que le rodeaba. Por lo tanto, resulta indiscutible que el
origen y la trayectoria del ornamento proceda de la naturaleza.
Encontramos en una de las primeras arquitecturas del mundo (el templo griego) las
referencias a lo comentado con las hojas de acanto.
Entrando más en detalle en el tercer texto, vemos como trata este tema desde un ángulo
más filosófico como veíamos antes ya que expone que el ornamento es intangible. Esto
se debe a que a nosotros lo que verdaderamente nos llega es una interpretación causada
por ese ornamento. Por ejemplo, un ornamento podría ser un simple hueco en la pared
o una piedra tallada sin más, sin embargo, cuando la ubicamos en un contexto
determinado, vemos como nos define una obra de arquitectura entera y a su vez una
época o cultura. Por lo tanto, entendemos el ornamento como algo más allá que una
simple forma que procede de algún lugar, como un hecho histórico. A su vez comenta
que el ornamento no solo tiene relación con la naturaleza, sino también con la escritura,
la arquitectura y la geometría. Como comentaba antes este ornamento es capaz de
definir por su significado la cultura y estilo de un momento determinado de la historia.
Por ejemplo, observando el arco de herradura visigodo y el islámico o califal, una de las
mayores diferencias es el ornamento o lacería que se encuentran tallados en estos.

Por último, nos queda hablar del cuarto texto, escrito por Adolf Loos. Conociendo un
poco su historia, se sabe que es un arquitecto que rompe por completo con el
movimiento de su época, el Art Nouveau en Austria (la Secesión), precisamente por el
tema comentado, el ornamento. Este arquitecto carece de ornamento en sus obras,
llegando a ser muy polémico y odiado por la sencillez y fealdad de sus obras. En el texto
expone una idea muy vinculada con el mundo moderno, por el contrario que el resto de
autores que tratan más el tema del origen del ornamento y donde procede. Muestra
una importante reflexión de que antiguamente estaba bien visto el tatuarse la cara y
decorar todo tipo de objeto que a uno le rodera, y sin embargo hoy en día, está mal visto
y te tratan como si fueras un delincuente. Antes era un símbolo para el elogio y que
otorgaba cierto prestigio. Se encontraban también manifestaciones eróticas que hoy a
nadie se le pasa por la cabeza si no quiere ser tratado de obsceno. Esta reflexión nos
lleva a pensar que hoy en día, en el mundo moderno, se está perdiendo la tradición del
ornamento y las filigranas en nuestra vida. Desde mi punto de vista, y como muestra
Adolf Loos en su arquitectura, se busca más cumplir con la funcionalidad del objeto que
con su estética y ornamentación. El ejemplo más cercano lo encontramos en los
teléfonos móviles o en los coches, cuanto más moderno y avanzado más simple se ven,
una pantalla totalmente lisa y sin botones o un coche con un prisma alargado sin apenas
detalle.

Casa Müller, Adolf Loos. Se observa un cubo blanco, sin detalle y con los
elementos justos y necesarios para la convivencia.

Rodrigo García Redondo

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