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La historia de Víctor, el niño de Aveyron.

En 1979, un grupo de cazadores franceses encontraron a un niño salvaje cerca de la zona de


Aveyron, el cual había sobrevivido toda su vida en el bosque. Tenía aproximadamente 12 o 13 años
y se alimentaba de bayas o tubérculos que encontraba. Fue llevado directamente al hospital,
donde fue internado por un tiempo para mejorar su condición de salud. Posteriormente, el niño se
volvió famoso, pues todos los científicos de la zona querían estudiar su comportamiento. Para la
sociedad, era importante entender cómo era el comportamiento de una persona que había crecido
aislada de la sociedad, sin ningún tipo de educación. Es decir, como se comportaría un individuo
sin ninguna influencia a nivel social.

Al inicio, se buscaron a los padres del niño sin éxitos. Por este motivo, el médico Jean Gaspard Itard
se encargó de sus cuidados, al adoptarlo lo bautizó con el nombre de Víctor. Lo describió como un
niño desaseado, que orinaba y defecaba donde se encontrara. A nivel de motilidad, el pequeño
sufría de espasmos, se balanceaba de manera estereotipada y caminaba en cuatro extremidades.
Respecto al ámbito emocional, Víctor mostraba una afectividad desorganizada. A partir de allí,
implementó un programa educativo que le permitiese desarrollar su inteligencia. El médico hizo
todo lo posible por enseñarle el lenguaje y las normas sociales, sin embargo, hubo muy poco
progreso por parte del niño.

En esta historia muy conocida me pareció buena idea para poder hablar acerca de la construcción
subjetiva del niño y su importancia. En este caso no se cumplió el rol importante que tiene la
familia o los lazos afectivos, ya que creció en un ambiente sin ello, sin estimulación. A pesar de que
el médico se encargó de sus cuidados, adoptarlo y enseñarle las normas sociales y el lenguaje, no
pudo cumplirse.

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