HIPOTÉTICAMENTE suela roja y corte formal y delante de ellos un par de zapatos de
enfermero. Guardó especial silencio y escuchó una respiración
Capítulo 1
Por los pasillos de la renombrada universidad de Cambridge
corría desesperado por llegar a tiempo a su primera clase un
joven de nuevo ingreso, apenas y había desayunado bien, sus
cabellos dorados estaban desarreglados y su corbatín lo había
dejado a medio atar.
Pobrecillo, al entrar al salón recibiría una burla de sus
compañeros y una reprimenda de su profesor. Pero no
Aziraphale, otro joven de cabello dorado, casi blanco que cursaba
el sexto semestre de la carrera de medicina. Él había llegado
temprano como todos los días, se presentó a su primera clase,
puso atención y participó con éxito, como siempre solía hacerlo.
Y mientras ese otro pobre estudiante corría por los pasillos,
Aziraphale pasaba a su lado siendo completamente ignorado,
sintiéndose estúpido por haberle dado los buenos días sin recibir
respuesta. Apenado, ingresó al baño para refrescarse la cara.
Anoche apenas y había logrado dormir, con tantos proyectos e
investigaciones no tenía tiempo de hacer absolutamente nada.
Abrió la llave del agua dejando que empapara sus manos. Se echó
el líquido en la cara, sintiendo el golpe de temperatura como un
alivio a sus preocupaciones. Levantó la cabeza observando sus
ojos en cuyas místicas ojeras se ve el rostro de incógnitos pesares.
Dejó escapar un suspiro y cerró la lave para darse vuelta con
intenciones de salir del baño.
Sus pensamientos dejaron de hacer ruido y después de unos
momentos caía en cuenta que no estaba solo en el baño, por el
reflejo del espejo logró ver un par de Oxford color negro con
agitada y un golpeteo grotesco, un par de cuerpos sudorosos
culminando en un muy placentero clímax. Un par de segundos
después vio a un chico de radiología salir rápidamente del baño
con la cabeza baja, avergonzado, seguido de él, un pelirrojo de
traje se paró frente a él lavándose las manos.
Aziraphale se mantuvo inmóvil tratando de disimular que no
había escuchado nada. Desviaba la mirada evitando hacer
contacto visual, no podía moverse. Mentiría si decía que estaba
muy incómodo. Y se puso peor.
— ¿Acaso es tu primera vez escuchando gemidos? —cuestionó el
pelirrojo llamando la atención del rubio.
Indignado y escandalizado, lo miraba con los ojos bien abiertos.
—¿Disculpe? —
—Es un mundo libre. El sexo es para todos, hay que disfrutarlo
mencionó el hombre orgulloso de sus "fechorías". Sólo lo decía
por molestar, era su hobby favorito.
— ¿Sabes qué pueden expulsarte si te descubren?
—Pues hay que correr riesgos. Para eso es la vida. El pelirrojo le
dio una mirada rápida de arriba a abajo y sonrió pícaramente. —
Creo que te falta disfrutar un poco. Puedo ayudar con eso.
—Por Dios Santo— exclamó.
— ¿Dios?— Ríe burlón.
— ¿Ateo? Cuestiona Aziraphale con agresividad al escuchar la
manera tan despectiva con la que se había burlado.
— ¿Judío?
—Católico
—Lo supuse. Responde, Aziraphale sintió como lo miraba
intensamente, hasta que chasqueó la lengua y habló; —Bueno,
un placer, ángel.
Aziraphale sale del baño y detrás de él, el pelirrojo. Cada uno
toma un camino distinto y sin decirse nada intercambian miradas
por una milésima de segundo, una mirada altanera y la otra
indignada.
Aziraphale sigue su camino cuando el decano lo intercepta en el
pasillo. El hombre estaba siempre ocupado y yendo de un lado
para otro, pero cuando era sobre Aziraphale Archangel entonces
él era el amo del tiempo, los segundos y minutos debían
detenerse.
—Señor Archangel
—Decano— un hombre no tan alto, levemente encorvado con
cabello y barba blanca como el algodón.
— ¿Cómo vas con tu tema de investigación?
—Muy bien, o al menos eso creo yo responde nervioso. —En
realidad, aún no nos asignan el tema
Aziraphale detiene sus pasos y acomoda el primer botón su bata.
Juntó ambas manos frente a él y escuchó con atención.
—Estoy seguro de que sea cual sea harás un buen trabajo. Tú y
tus hermanos jamás me han decepcionado. Ve a Gabriel, es un
excelente médico
—SÍ, lo es
—Bueno. Suerte en tu clase y trata de dormir, esas ojeras no se
ven tan bien
—Gracias
El decano deja a Aziraphale solo a mitad del pasillo. Ese estúpido
proyecto de investigación, ya tiene muchas tareas y prácticas que
realizar, sin contar los exámenes para los que debía estudiar, y la
residencia, ¿cómo había olvidado la residencia?
.
Crowley dejó los pasillos y se adentró en las oficinas. En la
recepción ya lo esperaba Beelzebu, con trabajo por realizar.
—Veinte minutos, rompiste récord
—Fueron quince, pero alguien de ginecología estaba oyendo
—Qué asco— exclama haciendo una mueca.
—No es lo que piensas Beelz se encogió de hombros como
respuesta. Continuó engrapando papeles mientras Crowley
esperaba que le dijera algo más. — ¿Te ha llamado el abogado?
—No, pero no te preocupes, seguro llamará pronto
—Son las ocho de la noche en Nueva York, ya debería de haber
llamado
—Tienes que ser paciente. Tú mejor que nadie sabe cómo es esto,
y más con un caso tan complicado como el de tu padre
—No es complicado. Responde con un tono a la defensiva —No
hay nada de complicado ahí, solo es injusto, mi padre no hizo
nada por lo que se le acusa. Y ese estúpido abogado no sirve de
nada, yo la lo hubiera liberado con las pruebas que tengo
Solo te falta un año, se paciente, no resuelves nada con esta
actitud
—"Se paciente “repite con un tono burlón y una risita socarrona
al final de la oración. —Sí, lo he oído mucho. No lo necesito
El decano para quien Crowley rendía las horas que cubrían su
beca ingresó a las oficinas. El hombre de cabello blanco con un
nombre tremendamente ridículo.
—Señor Metatrón
—Señor Crowley. ¿Cómo van esas formas? Pregunta refiriéndose
al trabajo que le había encargado antes de salir.
—Oh, a la perfección— miente descaradamente, el papeleo
seguía sobre el escritorio sin siquiera haber sido revisado.
—Las quiero para el final de la jornada señor Anthony
Metatrón siguió su camino encerrándose en su oficina. Crowley
se giró hacia Beelz poniendo los ojos en blanco sacándole una risa
a su amiga. Ese viejillo era una patada en las bolas.
.
Ser el mejor alumno jamás fue sencillo, jamás lo ha sido, y menos
para alguien que se apellida Archangel, de ellos se espera que
traigan la paz y que se curen las enfermedades.
"Dios está con ellos" es lo que muchos dicen. Sí tan solo supieran
que esta vida es una pesadilla. Los cuatro hermanos cargaban
sobre sus hombros el legado de su padre, uno de los hombres
más reconocidos en el mundo de la medicina, hizo hallazgo
impresionante, lo mínimo que se espera de sus hijos es que curen
el cáncer, revierta la vejez, curen la ceguera y hagan a los
infértiles, fértiles.
Y aunque Aziraphale diga que le hace feliz ayudar, la realidad era
otra.
—Los temas de investigación ya han sido seleccionados y
entregados. La fecha de entrega la pueden encontrar en el correo
que les envié. Y recuerden que contará como el 50% de su
calificación final
Mientras el profesor les daba las indicaciones Aziraphale revisaba
su bandeja de entrada, ahí encontró su martirio, su perdición, de
por sí odiaba la medicina, esto no ayudaba.
—Disculpe habló levantando la mano.
— ¿SÍ doctor Archangel?
Aziraphale levantó la mirada y bajó la mano. Jugó con sus nudillos
y tomó aire, bastante incómodo y hasta cierto punto avergonzado
— ¿Hay manera de que elijamos otro tema? No me siento muy
cómodo con el que me fue asignado habló tropezando con sus
palabras.
—Me temo que no. ¿Se puede saber cuál fue su tema?
No estaba seguro de decirlo, pero si era una manera de conseguir
lo que quería, entonces trataría. —El estudio del cuerpo durante
la excitación sexual y el orgasmo dijo apenado. Los murmullos de
sus compañeros no se hicieron de esperar.
El profesor rio. —Para un hombre que ha hecho que mujeres
infértiles queden embarazadas me parece que le tocó uno de los
temas más sencillos de investigar
—No es un tema con el que me relacione, puedo hablar de otra
cosa
—Me temo que no doctor. Ahora bien, para los que lo van a
requerir, se necesita de un permiso para utilizar la cámara gesell.
Les recomiendo que no hagan esperar
Él era mejor que esto. No merecía tal humillación ante un tema
tan banal y egoísta. Placer. ¿Qué beneficio había en el?
Más tarde, después de un par de clases más y de reunir los
requisitos necesarios. Aziraphale se disponía a solicitar el permiso
para dar uso de la cámara. No fue difícil pensar en la teoría, era
algo a lo que no estaba acostumbrado, pero tenia un amplio
conocimiento del tema, sin embargo debía realizar pruebas con
sujetos, y para eso ocuparía la cámara, y no a una hora decente.
Entró a la oficina del decano esperando que estuviera ahí, si era a
él a quien le presentaba la solicitud no habría problemas en que
fuera aprobada, pero en lugar del decano, estaba aquel pelirrojo
promiscuo calenturiento que lo había llamado ángel.
Dejó escapar un suspiro tembloroso mientras se acercaba a él con
la sonrisa más falsa que pudiera tener.
—Buenas noches, joven saludo— Aziraphale con un tono
diplomático y alegre.
—Ángel. No creí que fueras a aceptar mi oferta
—¿Qué dices? Contesta indignado —Vengo a que me aprueben
una solicitud, ¿está el decano?
—Oh, por tristeza, él acaba de irse. Dijo que llegaría tarde a casa y
me dejo en su lugar.
—Supongo que pasaré mañana entonces.
—¿Qué necesitas? Tal vez pueda ayudarte.
No tenía intenciones de pedirle nada a él, pero estaba
desesperado por comenzar lo antes posible, para poder terminar
lo más rápido que pudiera y así poder centrarse en lo que de
verdad importa.
—Requiero la cámara para el final de las horas de clase —
responde mostrándole la solicitud. Crowley toma el papel y lo
examina detalladamente.
—Esto es más que horas fuera de clase, no puedo dártelo.
—Pero...
—¿Para qué es el estudio?
—¿Qué?— Ríe nervioso.
—Tal vez si es importante pueda hacer una excepción.
—Es sobre la respuesta del cuerpo en la cúspide de la
estimulación de los genitales.
—¿Qué? Cuestiona confundido.
—El estudio del cuerpo durante la excitación sexual y el Orgasmo.
Crowley no aguanta la risa. ¿Quién lo diría? Un hombre devoto a
Dios pensando en "inmundicias". Sin duda eso le daba risa.
—¿Y qué piensas hacer con la cámara?
—¿Cómo que qué pienso hacer? Tengo que hacer pruebas con
sujetos. Eso no es de tu incumbencia, ¿puedes darme mi
permiso?... Por favor.
—Entonces ¿me estás diciendo que vas a llevar sujetos de prueba
a la cámara para tener sexo y tú observarlos?
Si era dicho de esa manera, sonaba morboso. Demasiado para el
gusto de Aziraphale.
—No tienes que ser necesariamente sexo. Respondió, como si eso
lo hiciese menos vulgar.—Es ciencia, no es por morbo.
—0h, yo nunca he dudado de eso, cariño. El pelirrojo, sin
embargo, sonrió con petulancia.—Es algo divertido que alguien
religioso y virgen sea el que esté estudiando sobre orgasmos.
Las orejas de Aziraphale enrojecieron hasta su punto máximo,
frunciendo el ceño ante el todo en que habló en contrario.
—¿Qué estás queriendo decir?
—Ngk, que buscas satisfacerte a ti mismo mediante experiencias
ajenas... posiblemente por el hecho de que seas virgen. ¿Nadie ha
querido contigo?
—¿Cómo es posible qué estés diciéndome eso? ¿Quién crees qué
soy?
—Ángel, déjate de tonterías, ¡te falta un buen polvo para quitarte
lo amargado! Apuesto a que puedo hacerte gemir tan bonito.
—¡No seas imbécil! ¡Tú…Tú-...el pelirrojo se le quedó mirando
expectante por sus palabras. —¡Eres malo y muy cínico! No estoy
interesado en lo que sea que tengas en mente y no me gusta que
le trates así, ¿entendiste?
El pelirrojo pareció perder su sonrisa y formó un puchero en sus
labios, frunció el ceño y después lo miró enojado. Toma el papel
en sus manos y lo lee con rapidez, para después darle la hoja.
—Te falta un documento para poder darte el puto permiso.
—¿Disculpa? preguntó Aziraphale, sin saber que lo sorprendió
más, su tono de voz, sus palabras o el hecho de que se equivocó.
—Un documento, ángel, ¿captas? Necesita un permiso explícito
redactado y firmado por las personas que van a ser fotografiadas
o filmadas.
Sus labios formaron una "o" llena de sorpresa. Si, se le había
olvidado ese pequeño detalle.
—Ya puedes írtele dice el pelirrojo en un gruñido. Ahora.
—¿Por qué estás siendo tan rudo?
—¿Qué quieres ahora, ángel? Estoy siendo malo y cínico como
dices. Lo miró con enojo, y Aziraphale quiso creer, que algo de
dolor por el rechazo.—¿Qué más esperas? ¿Si te apetece follar o
no?
—Idiota.
—Con un increíble pene cariño.
Soltó un jadeo ofendido y tomó sus documentos, para después
retirarse con la cabeza en alto, ignorando su sonrojo.
.
Al día siguiente volvió a la oficina y don "increíble pene" estaba
ahí, lo recibió con una sonrisa altanera mientras lo barría de
arriba abajo. Aziraphale no se sintió intimidado o inferior, al
contrario, entró muy seguro, con una sonrisa orgullosa, parecía
que nada iba a aplastar su espíritu.
—Hola— saludó. —Buenos días, ángel
—Buenos días. Esta vez tengo los documentos completos,
¿puedes por favor firmar el permiso? Menciona deslizando los
papeles sobre la mesa.
—Ou cariño, creo que no se va a poder responde tomando el
trozo de papel —Para filmar personas teniendo sexo necesitas su
consentimiento por escrito— Crowley pone de vuelta el papel
sobre la madera y se lo devuelve.
— ¿Qué? Cuestiona con un hilo de voz débil y confundida. —
Pero...
—Buenos días caballeros para suerte de Azirafel, Metatron llegó a
su rescate.
—Decano. Que gusto- Aziraphale celebró internamente.
— ¿Ocurre algo doctor Archangel?
—Pues...— Crowley se encogió en su asiento, desvió la mirada
mientras Aziraphale recobró la confianza. —su asistente dijo
haciéndolo sentir inferior —no quiere firmar mi permiso para
utilizar la cámara gesell
— ¿A no? Metatrón volteó a ver a Crowley, el pobre trataba de
mantenerse firme, sin doblarse ante el temor. El decano tenía a
sus favoritos y portarse mal con uno de ellos podría significar
nada bueno. — Crowley

—Solo necesitaba una firma más

Metatrón tomó el papel, sacó su bolígrafo y firmó el documento

para después entregárselo a Aziraphale.

—Listo. Suerte en tu proyecto Sin más que decir se retiró.

Crowley sintió que le hervía la sangre, su mirada cambió
drásticamente. Aziraphale creyó que tal vez era un mal perdedor,
pensó en hacer una broma pero...

—Por gente como tú es que existe la corrupción —Eso sonó

bastante personales burló Aziraphale.

—Tal vez lo es— responde Crowley cruzándose de brazos.

—Bueno, pues me voy

—Tal vez me pase para ser tu sujetó de prueba

—No gracias

—Se que lo quieres

Aziraphale pone los ojos en blanco y sin decir más, se va. Un vago
pensamiento se cruzó por su mente, el recuerdo de los gemidos
en el baño y el sonido grotesco del golpeteo de los cuerpos
sudorosos, eso encendió algo en él, tal vez curiosidad.