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DIRECCIÓN DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN

Implementación de un modelo de B-learning para la enseñanza de las


matemáticas de pregrado. Caso de estudio: carrera de Administración
Financiera de la Universidad Autónoma de Aguascalientes

QUE PARA OBTENER EL GRADO DE

MAESTRO EN ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS

Presenta

Carlos Alberto Clemente Quiroz

Director de Tesis:
Dra. Rebeca Leal Romero

Co-Director
M.C. Víctor Enrique Gómez del Villar

Revisores
Dra. Rosa María Ramírez Prado
M.C. José Luis Serafín Díaz

Aguascalientes, Ags., México Abril, 2022


Contenido

Capítulo 1: Planteamiento del problema .......................................................................... 6

1.1 Antecedentes ...................................................................................................... 6

La Educación Matemática en México ...................................................................... 6

Primer Periodo .......................................................................................................... 7

Segundo Periodo (1991-2000).................................................................................. 8

Tercer Periodo (2002-2011) ..................................................................................... 9

Balance y Oportunidades........................................................................................ 16

1.2 Descripción o planteamiento del problema de investigación .......................... 22

1.3 Pregunta de Investigación .................................................................................... 23

1.4 Objetivos de Investigación............................................................................... 24

1.4.1 General ........................................................................................................ 24

1.4.2 Objetivos específicos .................................................................................. 24

1.5 Justificación ..................................................................................................... 24

1.6 Hipótesis .......................................................................................................... 26

Capítulo 2. Marco Teórico ............................................................................................. 26

2.1 El b-learning: potencialidades y oportunidades ................................................... 26

2.2 La enseñanza de las matemáticas ......................................................................... 38

2.3 Algunos resultados sobre el b-learning ................................................................ 43


Capítulo 3. Metodología ................................................................................................ 46

Capítulo 4. Análisis de datos y resultados ..................................................................... 51

4.1 Grupo control ....................................................................................................... 51

4.1.1 Caracterización .............................................................................................. 51

4.1.2 Resultados del grupo control ......................................................................... 58

4.2 Grupo experimental ......................................................................................... 68

4.2.1 Caracterización .............................................................................................. 68

4.2.2 Resultados del grupo experimental ............................................................. 76

4.3 Contrastes entre grupos ........................................................................................ 84

Capítulo 5. Conclusiones ............................................................................................... 93

Referencias .................................................................................................................... 97

Anexo 1 ........................................................................................................................ 102

Actividad 1. Características de las gráficas. ............................................................ 102

Actividad 2. Regresión lineal. .................................................................................. 108

Actividad 3. Métodos de pronósticos ....................................................................... 111


Capítulo 1: Planteamiento del problema

1.1 Antecedentes

La Educación Matemática en México

En México, la investigación en educación matemática se remonta a la década de los 70.

Los acontecimientos principales que dieron origen a esta disciplina, con cualidades de

autonomía y orientación sistemática hacia la investigación fueron: la creación de la maestría en

ciencias con especialidad en matemática educativa en el CINVESTAV, y años más tarde, la

propuesta de formar especialistas en educación matemática (Ávila, 2016). Camarena (2015)

señala que los investigadores pioneros del área son los doctores Eugenio Filloy Yagüe y Carlos

Imaz Jahnke.

Para la década de 1980 aparecen las primeras publicaciones mexicanas en educación

matemática por parte de la Sección de Matemática Educativa del CINVESTAV. A finales de

esta década surgen también las primeras tesis de doctorado (1985) y se crea la revista Educación

Matemática. Cabe señalar que la investigación en este campo también es alimentada por el

intercambio con colegas extranjeros, principalmente de Francia (Ávila, 2016).

Según Ávila (2016), se puede dividir en 3 etapas el desarrollo de esta disciplina: el

periodo inicial (de 1980 a 1990), el periodo de expansión (de 1991 a 2000), y el periodo de

madurez (siglo XXI, trabajos analizados de 2001 a 2012). A continuación, se exponen

brevemente los principales hallazgos de cada etapa, principalmente en el tercer periodo y los

relacionados con el uso e implementación de la tecnología para mejorar los procesos de

enseñanza y aprendizaje.
Primer Periodo

Desde sus inicios, la investigación en educación matemática incorpora el uso de la

tecnología para mejorar el aprendizaje de los estudiantes. En el periodo inicial, mayormente en

el nivel de secundaria, se comienza a experimentar con entornos computacionales y el uso de

las calculadoras para la enseñanza del álgebra.

Esta implementación, aunque todavía insuficiente, denota el interés y la importancia que

comienza a darse al uso de las herramientas tecnológicas para el aprendizaje de las matemáticas.

La producción de la investigación en este periodo fue alrededor de 287 trabajos, de los cuales

59 tenían relación con las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), entre

ponencias, artículos, propuestas de intervención, informes y tesis de posgrado.

Tabla 1. Producción investigativa relacionadas con las TIC. 1980-1990

Temática Ponencias Artículos Propuestas Tesis Maestría Tesis Doctorado


21 3 1 0 0
TIC General
8 3 0 1 0
TIC Álgebra
9 0 0 2 0
TIC Geometría
10 1 0 0 0
TIC Cálculo
48 7 1 3 0
TOTAL

Los principales aportes de las investigaciones en este periodo son que: 1) permiten

conocer la escasa comprensión de los conceptos matemáticos por parte de los estudiantes en

todos los niveles educativos y; 2) permiten conocer las estrategias, aproximaciones y recursos

personales con que los estudiantes enfrentan las tareas matemáticas que se les proponen.
Segundo Periodo (1991-2000)

Se trata de un claro periodo de expansión, pues crecen cuantitativa y cualitativamente

los trabajos sobre la educación matemática. La producción alcanza la cifra de 431. Según Ávila

(2016), uno de los factores que dan nuevo curso a las investigaciones es el fuerte impacto de las

tecnologías (en cuanto a su presencia como tema en las investigaciones) en el nivel secundaria,

lo cual provoca que comiencen a cobrar relevancia en los niveles superiores.

En este periodo las investigaciones dejan notar cómo la computadora o calculadora

graficadora pueden contribuir a mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, en su

mayoría, estos resultados se obtuvieron en situaciones controladas con profesores instruidos y

monitoreados por los investigadores y con grupos pequeños de estudiantes. Estas condiciones

estaban lejos de las que se vivían en las escuelas públicas dejando como asignatura pendiente

estudiar los beneficios en la realidad escolar nacional (Ávila, 2016).

A nivel medio superior son pocos los trabajos relacionados con la tecnología, aunque

comienzan a tomar relevancia y están orientados principalmente a evaluar las bondades y

potencialidades de la calculadora graficadora y/o de algún software como el Cactusplot y el

Cabri-Géomètre (Ávila, 2016).

Estos resultados, así como en el nivel educativo anterior, se generan en condiciones

controladas, sin la participación de profesores ordinarios, sino aquellos que colaboraron bajo la

orientación y supervisión de los investigadores.

En el nivel superior el enfoque sigue siendo el cálculo y se comienza a explorar las

bondades de la incorporación de las nuevas tecnologías.


Tercer Periodo (2002-2011)

Este periodo tiene como característica distintiva el esfuerzo de un número importante de

investigadores en trabajos que “ponen a prueba las posibilidades que ofrecen las Tecnologías de

la Información y la Comunicación como recursos para el aprendizaje de las matemáticas”

(Ávila, 2013, p. 30)

a) Nivel básico

En el nivel de preescolar y primaria sobresalen los trabajos sobre el uso de recursos

tecnológicos en las aulas, incluyendo el recurso llamado Enciclomedia1 (Trigueros, Lozano &

Lage, 2006; Trigueros & Lozano, 2007; Sinclair, Arzarelo, Triguerons, Lozano, Dagiene,

Behrooz y Jackwik, 2010, mencionados por Ávila et. al., 2013).

Por otro lado, es interesante que no se realizan investigaciones acerca del uso de la

calculadora en las escuelas, aun cuando se promueve su uso en los libros de texto gratuitos

(Ávila, 2013).

b) Nivel de secundaria

Las investigaciones en relación con el uso de las TIC a nivel secundaria son

considerables. Según Ávila (2016), se les considera como una herramienta que favorece el

aprendizaje y el desarrollo de conceptos, lo cual se logra a través de diferentes sistemas de

representación, gráficos, tablas, etc., alcanzando una significación mayor en los alumnos. No

obstante, también se mencionan algunas de las condiciones ante la posible implementación de

1
Enciclomedia es un sistema de e-learning conformado por una base de datos diseñada a partir de los
libros de texto gratuitos de quinto y sexto grados de educación primaria. Funciona a través de una computadora,
un proyector y un pizarrón electrónico, materiales de los cuales trató de dotarse a todos los grupos de los grados d
educación primaria del país.
estas innovaciones en las escuelas ordinarias: cuidadosa planeación didáctica, diseño y prueba

de los materiales de instrucción, estrategias de capacitación y seguimiento de los profesores,

mantenimiento y actualización permanente de los equipos y el software (Rojano, 2003, 2006 y

2008, Sacristán & Rojano, 2009, y Gil, 2010, citados en Eudave, 2013).

Algunos resultados (Rojano, 2002b; Huesca, 2007 y García, 2008, citados por Eudave,

2013) reportan logros al ampliar la comprensión del significado de diferentes nociones

algebraicas gracias al uso educativo de las TIC.

La investigación de Guzmán, Kieran y Squalli (2003, citado en Eudave, 2013) sobre el

uso de la calculadora con pantalla multilínea, arroja que este dispositivo permite a los alumnos

intuir en un primer momento, y posteriormente, verificar sus conjeturas con respecto a los

divisores de los números incluidos en los problemas; además, “el despliegue de varios renglones

en la calculadora les permitió no perder de vista todos los pasos de sus estrategias para llevar el

número a cero y cambiar la estrategia si era necesario” (Eudave, 2013, p. 61).

También hay resultados en la exploración de la transición de la aritmética al álgebra

mediante la resolución de problemas aritméticos algebraicos con el apoyo de las TIC (Rojano,

2202a, citado por Eudave, 2013). En este y otros trabajos (Rojano, 2010; Huesca, 2007; García

Campos, 2008) “se resalta el desarrollo y ampliación de los sistemas de representación y de

significación de los alumnos mediados por las herramientas tecnológicas y la posibilidad del

desarrollo de estrategias de resolución de problemas que conllevan” (Eudave, 2013, p. 64).


En adición a lo anterior, el principal referente de los estudios acerca de las TIC son las

aplicaciones en computadoras personales, como las hojas de cálculo, los sistemas algebraicos

de cómputo y los modelos virtuales (Eudave, 2013).

Cabe señalar que no se identificaron trabajos sobre el uso de la educación en línea y de

plataformas en la web.

c) Nivel medio superior

A nivel medio superior se incrementan los trabajos en relación con el uso de la tecnología

en la educación matemática. Los contenidos matemáticos también comienzan a extenderse (el

cálculo había sido el más abordado) hacia la geometría y el álgebra (Solares & Sandoval, 2013).

En este periodo, según Ávila (2016), en prácticamente todas las investigaciones sobre la

construcción de conceptos, están presentes las herramientas computacionales.

En relación con el cálculo se estudiaron distintas representaciones de una función y las

relaciones que existen entre expresiones algebraicas, tablas y gráficas. En la geometría se

abordaron los procesos de construcción de conceptos mediante el software Cabri Géomètre.

(Ávila, 2016).

Una de las investigaciones sobre el uso de software de geometría dinámica (Sandoval,

2005, citado en Solares & Sandoval, 2013) revela que esta herramienta transforma las estrategias

de solución que se han desarrollado con lápiz y papel, pasando del dibujo al objeto geométrico.

Por otro lado, la mayoría de los trabajos sobre resolución de problemas coinciden en que

los recursos tecnológicos tienen un rol importante en la presentación, identificación y

exploración de conjeturas, así como de relaciones matemáticas, esto permite a los estudiantes
usar distintos sistemas de representación para construir modelos de los problemas generando la

posibilidad de conectar temas de diferentes asignaturas como cálculo, geometría, aritmética y

álgebra. (Santos & Benítez, 2003; Santos, 2004, Santos y Camacho, 2004, citados en Solares &

Sandoval, 2013).

Además, concluyen que “el uso del software dinámico puede convertirse en una

herramienta poderosa para los estudiantes, haciendo posible que generen representaciones

dinámicas del problema que les permiten identificar relaciones matemáticas, plantear conjeturas

y argumentos matemáticos que den sustento a las conjeturas” (Solares & Sandoval, 2013, p. 85).

Según Santos, Espinoza y Reyes (2006, 2008, citado en Solares & Sandoval, 2013) las

herramientas tecnológicas proveen una oportunidad de explorar y examinar problemas y

conjeturas desde distintos ángulos; estos autores favorecen el uso de diversas herramientas

tecnológicas en lugar de solo una. En este sentido, Santos (2008) señala la importancia de la

flexibilidad del profesor para dirigir las exploraciones de los estudiantes.

Es interesante que, en adición al uso de estas herramientas, Benítez (2004), apunta sobre

la necesidad de fortalecer el análisis de las interpretaciones global y puntual de las distintas

representaciones (gráfica, numérica y algebraica) de una función.

Otros resultados interesantes son que: 1) las actividades diseñadas en un ambiente de

geometría dinámica pueden propiciar cambios en los esquemas de argumentación tradicionales

de los profesores, lo cual fomenta un pensamiento deductivo y crítico (Flores, 20 07a, 2007b,

citado por Solares & Sandoval, 2013); 2) los profesores reconocen la potencialidad del uso del

software para generar nuevas maneras de estimular la reflexión y la exploración en los


estudiantes (Solares & Sandoval, 2013); 3) el uso del software y la aproximación a través de

resolución de problemas ofrecen a los maestros la oportunidad de hacer construcciones e

identificar y explorar relaciones geométricas. Este último resultado representa un beneficio para

el docente, y puede contribuir para que la enseñanza sea más significativa para él, y de esta

manera el aprendizaje de los estudiantes también sea significativo2.

No obstante, Moreno y Santos (2008) comentan que la introducción de las calculadoras

y computadoras en los sistemas educativos debe ser gradual y sistemática. Estos autores también

discuten las potencialidades de las tecnologías digitales, las cuales abren la posibilidad de

transitar de la intuición al pensamiento formal, generando nuevas formas de explorar los

conceptos matemáticos y de resolver problemas.

Por su parte, “Santos (2011) concluye que el uso sistemático de diversas tecnologías

digitales permite el desarrollo de procesos fundamentales de las matemáticas como visualizar,

reconocer y argumentar” (Solares y Sandoval, 2013, p. 91).

En relación con la enseñanza de gráficas de funciones cuadráticas y cúbicas usando un

software de geometría dinámica, “se obtiene como conclusión la importancia de que la

enseñanza fortalezca el estudio de las representaciones gráfica y algebraica, así como la

exploración conjunta de interpretación global y puntual de las funciones” (Solares y Sandoval,

2013, p. 91).

2
Esta afirmación se trata de una postura personal, dado que se habla reiteradamente de un aprendizaje
significativo en el proceso de enseñanza aprendizaje, si el proceso de preparación para la enseñanza le es
significativo al docente, aumenta la posibilidad de que el aprendizaje también lo sea para los estudiantes.
En general, los estudios en este nivel educativo coinciden en que las tecnologías

modifican la naturaleza de los procesos de enseñanza y aprendizaje y tienen gran potencial para

promover aprendizajes significativos y formas de enseñanza flexibles. (Solares & Sandoval,

2013). Los mismos autores afirman que “dado el impulso del uso de las tecnologías digitales

(TD) en las aulas de todos los niveles educativos, se perfila la necesidad urgente de realizar un

mayor número de investigaciones sobre los procesos de integración de las TD a las prácticas de

la enseñanza y sobre los conocimientos matemáticos, didácticos y tecnológicos que se requieren

para ello” (Solares y Sandoval, 2013, p. 93).

d) Nivel superior

A nivel superior, el Cálculo (mayormente el diferencial) se mantiene como el contenido

con mayor presencia en las investigaciones, aunque se van diversificando los temas y enfoques.

Camarena (2013) apunta que, en este periodo, la mayor parte de los trabajos se refieren o están

centrados en los alumnos (23 de 51).

Informando sobre el resultado de Camarena, Ávila (2016) señala que “los investigadores

se preocuparon más que en las pasadas décadas por el aprendizaje de los estudiantes y menos

por conocer y desentrañar a través de enfoques epistemológicos las implicaciones didácticas del

conocimiento a enseñar” (p 47).

Es interesante notar que el menor número de investigaciones se dedica a los estudios

sobre los recursos para la enseñanza y el aprendizaje, categoría que incluye el uso de la

tecnología; además, con el desarrollo de software educativo y el crecimiento de los cursos en

línea se esperaba que hubiera más investigaciones cuyo tema central fuera la tecnología

electrónica como parte de las herramientas didácticas (Camarena, 2013). No obstante, son pocos
los resultados obtenidos en este nivel dentro del contexto del uso de las TIC. Uno de ellos es el

de García et. al. (2011), que identifican las habilidades que requieren desarrollar los estudiantes

cuando resuelven problemas matemáticos en un medio tecnológico, específicamente usando la

plataforma Moodle; otro resultado es el de Camacho et. al. (2004), que implementan el uso del

software DERIVE para el aprendizaje de la integral definida en un grupo de estudiantes; un

estudio más es sobre el uso del programa de geometría dinámica Cabri-Géomètre donde se

encontró la desconexión que existe entre el tema de las transformaciones lineales y los conceptos

base que se requieren para abordarlo.

Dentro de la diversidad del quehacer investigativo en este nivel, “se indagó en torno a

las bondades de la modelación matemática, el currículum de carreras no matemáticas, o las

formas de contextualizar y presentar las matemáticas en esas carreras” (Ávila, 2016, p. 48).

Incluso se abordaron temas como la importancia que los estudiantes conceden a las matemáticas

en algunas profesiones.

Camarena (2013) afirma que un balance sobre la producción investigativa en este nivel

educativo deja notar que las investigaciones son insuficientes, y que, además, hay pocos

investigadores interesados en desarrollar estudios en este nivel, más aún, si se compara con el

número de los que abordan los niveles previos. Es preciso señalar que, aunque no se realizó una

búsqueda exhaustiva de investigaciones, según Camarena (2013) “sí consideramos que es

representativa de la producción en el campo” (p. 109)

Como ya se mencionó, las investigaciones centradas en los recursos para la enseñanza

son pocas, lo cual debe motivar la reflexión acerca de esta labor educativa prioritaria. Tomando

en cuenta la necesidad de incorporar la tecnología como recurso de apoyo didáctico, Camarena


(2013) señala que es importante formular una invitación para realizar investigaciones acerca de

este tema de actualidad.

Balance y Oportunidades

La mayoría de los estudios en los 3 periodos referidos son de tipo cualitativo, indagando

en pequeños grupos de sujetos y ubicados geográficamente en la Ciudad de México, pocos son

aquellos que se ocupan de poblaciones de otras entidades del país, según lo informa Ávila

(2016).

En general, en el tercer periodo, los conjuntos de estudios centrados en los alumnos (en

todos los niveles) indican que los estudiantes desarrollan escasas habilidades matemáticas en su

paso por el sistema educativo (Ávila, 2013). Aunado a esto, hay algunos huecos donde existe

la necesidad de trabajar con más profusión, como la Geometría y la Medición, la Probabilidad

y la Estadística, entre otros temas esenciales que hasta ahora han sido poco estudiados (cf. Ávila,

2016, p. 50).

Asimismo, Ávila (2016) señala que, a pesar del gran dinamismo de la investigación en

educación matemática, “los alumnos en nuestras escuelas siguen aprendiendo muy pocas

matemáticas” (p. 51).

En acuerdo con lo anterior están las opiniones de dos de los ganadores de la Competencia

Iberoamericana Interuniversitaria de Matemáticas, celebrada en Brasil en septiembre de 2016,

que son parte del equipo estudiantil de la UNAM, de 23 y 20 años. Ellos dicen, hablando de la

enseñanza de las matemáticas en nuestro país, que “la enseñan como algo mecánico que hay que

memorizar”, y que “es por nuestro sistema educativo, por cómo se les presentan las matemáticas
a los alumnos; no se les enseña como algo atractivo y muchos alumnos las ven como algo

aburrido”. Sánchez Jiménez, A. y Olivares Alonso, E. (16 de octubre de 2016). La Jornada.

Recuperado de https://www.jornada.com.mx/2016/10/16/sociedad/030n1soc.

Asimismo, los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los alumnos,

mejor conocido como prueba PISA (la prueba internacional sobre educación más conocida y

reconocida del mundo, aplicada a alumnos15 años) por sus siglas en inglés y que es propuesta

por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su edición

2015, colocan a México por debajo del promedio mundial y el resultado arroja que solo el 1%

de los estudiantes mexicanos que tomaron la prueba tienen los conocimientos suficientes para

posicionarse con un buen resultado en el programa. Reina, E. (6 de diciembre de 2016). El País.

Recuperado de https://elpais.com/internacional/2016/12/06/mexico/1481045534_791430.html.

Según la misma prueba, a pesar de la mejora de cinco puntos en matemáticas, México

reprobó las evaluaciones de esta disciplina con 408 puntos.

Las materias que se evalúan son: ciencias, matemáticas y lectura, siendo la segunda la

del menor promedio en México. Los jóvenes que son evaluados cursan entre el primero y último

año de la educación secundaria. En muchos casos estos rezagos en conocimiento son arrastrados

por los alumnos hacia las etapas subsecuentes de su vida estudiantil hasta llegar al nivel

universitario3. Ávila et. al. (2013) informan que, a nivel primaria, el gusto por las matemáticas

disminuye conforme se avanza en los grados.

3
Esta aseveración está basada en la experiencia personal y en consenso con compañeros profesores del
área de matemáticas.
Los resultados anteriores sugieren la necesidad de seguir realizando investigaciones en

el campo de la educación matemática y de diseñar e implementar estrategias que coadyuven al

cumplimiento del objetivo último de la educación matemática, que según Ávila (2016) es

“contribuir a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas” (p. 51).

Además, la misma autora señala que a pesar de que la educación matemática es “un

campo de investigación maduro… esta condición no elimina la existencia de debilidades y de

huecos por colmar” (Ávila, 2016, p. 50). Quizá parte de la solución sea que los principales

usuarios de la investigación en este contexto sean los maestros (Ávila, 2016) pues “es una

hipótesis de trabajo compartida que los resultados de la investigación, llevados de manera

adecuada a las aulas, contribuyen a la mejora de las acciones educativas y, por tanto, de los

aprendizajes de los estudiantes” (Ávila, 2013, p. 125).

En este mismo contexto, Ávila (2013) afirma que “la investigación en educación

matemática no ha logrado penetrar de manera importante la acción en las aulas” (p. 125), y

Trigueros (2009, p. 60) señala que “los resultados de la investigación no han sido usados

cabalmente en la formación de maestros” (p. 60). De ahí que el aprovechamiento de los

resultados de las investigaciones por parte de los docentes pueda derivar en la mejora de los

procesos de enseñanza y aprendizaje4.

En relación con lo anterior, Santos (2011) señala que los estudiantes necesitan desarrollar

una disposición y forma de pensar consistente con la práctica o el quehacer de la disciplina, lo

4
Según la tercera edición de los Estados del Arte del COMIE, en la década de 2002-2011 surgió un género
bibliográfico emergente, los libros para maestros. Se trata de exposiciones de resultados de investigaciones, o bien,
resultados como propuestas didácticas explícitamente fundamentadas (Ávila y García, 2008, Block et. al., 2011 y
Ursini et. al., 2005, citados en Ávila, 2013). Sería ideal que los docentes valoraran la pertinencia del uso de estos
materiales
cual crea un ambiente donde constantemente buscan y examinan diferentes tipos de relaciones,

plantean conjeturas, utilizan distintos sistemas de representación, establecen conexiones,

emplean varios argumentos y comunican sus resultados. En adición, el mismo autor afirma que

un factor importante para el aprendizaje, crecimiento y evolución de las matemáticas es el poder

que ofrece el empleo de distintas herramientas tecnológicas en la resolución de problemas y

comprensión de ideas matemáticas; por su parte, Alfaro et. al. (2004) señalan que el uso de

herramientas tecnológicas permite que el estudiante optimice sus esquemas a través de sistemas

de representación de los contenidos; Gamboa (2007) apunta que la tecnología es capaz de

aportar a las lecciones de matemáticas distintas representaciones para ayudar al estudiante en la

visualización y experimentación de conceptos importantes que les permitan diseñar soluciones

para algunos problemas modificando antiguos sistemas de percepción, lo cual detona el

conocimiento; además, afirma que permite construir un puente entre ideas intuitivas y los

conceptos formales; Barrera y Santos (2001) también retoman el uso de la tecnología como una

ayuda en la creación de distintas representaciones de ciertas tareas y es el vehículo que los lleva

a formular sus propias interrogantes, lo que constituye algo fundamental en el aprendizaje de

las matemáticas.

Por otro lado, derivado de un comparativo entre los modelos educativos que incorporan

la tecnología y los tradicionales (los que no la emplean), Linn et. al. (2017) mencionan que el

modelo tradicional presenta algunas dificultades para alcanzar los resultados de aprendizaje,

sobre todo en materias de mayor dificultad y exigencia como aquellas con un contenido

matemático complejo. Dentro de estas complicaciones se pueden mencionar las siguientes:


1) debido al número de estudiantes que deben ser atendidos en una clase y al tiempo

disponible para ello es muy complicado que el docente atienda las dudas personales de

todos los alumnos;

2) se mueve a los estudiantes a un mismo ritmo a través del plan de estudios sin importar

su grado de dominio;

3) los temarios son, en ocasiones, muy largos y se deja de lado la parte práctica o de

aplicaciones que regularmente se abordan en las últimas unidades.

Estas debilidades pueden traer como consecuencia que el estudiante pierda el interés en

el curso, que no sean completadas las tareas a realizar fuera de clase, malos resultados en las

evaluaciones, poco control del grupo por parte del docente y actitudes indeseables por parte de

algunos alumnos que pueden derivar en un ambiente hostil (Linn et. al., 2017). Todas ellas

impactan de manera negativa el aprovechamiento académico estudiantil y, por ende, los

resultados de las evaluaciones.

En relación con el punto 3 mencionado, Gamboa (2007) comenta sobre lo apremiante de

algunos cursos, lo cual impide que el docente ofrezca a los estudiantes otros métodos para

resolver problemas dejando de lado la reflexión sobre los posibles procesos de solución. En

contraste menciona que el uso de la computadora puede ayudar a profundizar en el estudio de

un concepto al cual no se le pudo dedicar suficiente tiempo.

Sin embargo, el modelo tradicional también presenta ventajas que se pueden resaltar,

según Bartolomé (2008) la sesión presencial “es un recurso valiosísimo sobre todo cuando no

es utilizado como vehículo de transmisión de conocimientos simplemente”; además, el contacto


persona a persona entre alumnos y entre docente alumno es, para la mayoría, la forma en que

han sido educados, donde el grupo es un entorno natural y necesario para el aprendizaje; la

comunicación oral y algunos elementos emocionales relacionados con la comunicación no

verbal también juegan un papel importante. Osguthorpe y Graham (2003, citados por Scott,

2007) coinciden en la incidencia positiva de estos elementos sobre el aprendizaje de los

estudiantes.

En adición a lo anterior el Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas (NCTM por

sus siglas en inglés) afirma que la tecnología no sustituye la labor del docente (NCTM, 2000

citado en Gamboa, 2007).

Tomando en cuenta los beneficios que se reportan con el uso de las TIC como

herramienta para la enseñanza de las matemáticas, y también los mencionados sobre el modelo

tradicional, surge un modelo educativo que pretende combinar estas ventajas, el b-learning.

Este modelo híbrido “ha sido percibido favorablemente como una opción de

mejoramiento de la calidad de la instrucción con respecto a la modalidad de educación

tradicional” (Ruiz, 2011, pp. 11, 12).


1.2 Descripción o planteamiento del problema de investigación

En la actualidad existe la necesidad de tener herramientas y recursos cuya

implementación derive en una mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y a su vez,

esa mejora se traduzca en beneficio sobre los resultados de los estudiantes. En este contexto, el

papel de la comunidad de investigadores en el campo de la educación matemática puede ser un

factor fundamental, pues su rol es “producir los conocimientos que aún hacen falta para

comprender mejor el sistema educativo y sus comportamientos” (Ávila, 2013, p. 126).

El conocimiento que se genera en esta comunidad “ha permitido generar nuevos currículos,

materiales educativos y recursos para el aprendizaje y la enseñanza” (Ávila, 2013, p. 126), sin

embargo, a pesar de los esfuerzos realizados hasta ahora, los resultados educativos no han sido

los mejores. Los estudiantes todavía aprenden poco en las aulas y desarrollan muy pocas

habilidades matemáticas (Ávila, 2016); los resultados de México en las pruebas internacionales

(como la prueba PISA 2015) lo ubican como el último lugar dentro de los países de la OCDE,

obteniendo la menor calificación en la parte matemática.

Se trata de una problemática compleja que requiere ser atacada considerando los

diferentes elementos del triángulo didáctico (Chevallard, 1991) y sus interacciones: el saber, el

maestro y los alumnos. Ávila (2013) menciona que la investigación en educación matemática

no se ha producido en la cantidad en que sería deseable.

Por otro lado, Gamboa (2007) afirma que las tendencias actuales en la enseñanza de la

matemática han destacado la importancia del uso de la tecnología como un medio que permite
al estudiante obtener conclusiones y realizar observaciones que, en otros ambientes (por

ejemplo, lápiz y papel), serían difíciles de obtener.

En el mismo sentido, de la última edición de los Estados del Conocimiento publicado

por el COMIE y la ANUIES, se extraen las siguientes conclusiones sobre uso de las TIC en la

educación matemática (Ávila, 2013):

a. La tecnología puede generar nuevas formas y trayectorias de aprendizaje, por lo

tanto, su inclusión posibilita el acceso a ideas matemáticas poderosas;

b. La introducción de la tecnología en las aulas no puede considerarse panacea, ya que

el papel del maestro es fundamental en la forma en que ésta se utilice y el provecho

que de ella se obtenga;

c. Para que la tecnología logre los objetivos previstos se requiere de una modificación

de las tareas, actividades e interacciones que comúnmente tienen lugar en las clases

de matemáticas.

Con base en estos resultados se plantea el siguiente problema de investigación: ¿un

modelo que combina la educación presencial con el uso de las TIC, es decir un modelo de b-

learning, puede resarcir el rezago existente en el aprendizaje de las matemáticas a nivel superior?

1.3 Pregunta de Investigación

Se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿cuáles son los beneficios que se obtienen

sobre el aprendizaje de los estudiantes de pregrado de la asignatura de Seguros y Actuaría de la

carrera de Administración Financiera de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, reflejados

en los resultados de sus evaluaciones, al implementar un modelo mixto o b-learning?


1.4Objetivos de Investigación

1.4.1 General

Implementar un modelo de b-learning para la enseñanza de las matemáticas en alumnos

de pregrado de la asignatura de Seguros y Actuaría de la carrera de Administración Financiera

de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

1.4.2 Objetivos específicos

1. Investigar las características y ventajas del modelo b-learning.

2. Diseñar actividades de aprendizaje a implementar en el modelo de b-learning con

base en las necesidades obtenidas por la experiencia docente.

3. Describir el modelo de b-learning que se desea implementar.

4. Medir el impacto de la implementación del modelo de b-learning en el proceso de

aprendizaje de los alumnos de Seguros y Actuaría de la carrera de Administración

Financiera, a través de los resultados en sus calificaciones.

1.5Justificación

Los esfuerzos realizados para lograr una mejor educación en México no han sido pocos.

Específicamente la investigación en educación matemática en el país ha transitado un largo

camino de casi 5 décadas hasta ser considerado como un campo de investigación maduro (Ávila,

2013). No obstante, sigue siendo necesario abundar en la generación de estrategias, herramientas

y recursos que sirvan como apoyo a los actores del proceso educativo, y así lograr una mejora

en la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas (Ávila, 2013; Ávila, 2016).


El uso adecuado de las TIC puede coadyuvar al proceso de aprendizaje de los estudiantes

y también al proceso de preparación y de enseñanza de los docentes (Gamboa, 2007; Santos,

2011; Ávila, 2013; Ávila, 2016; Gómez, 2017; Linn et. al., 2017) mismos que siguen siendo una

pieza fundamental (Ávila, 2013).

La presente investigación está orientada a la implementación y análisis de una propuesta

didáctica que articula el uso de las TIC y las ventajas de la educación presencial para mejorar la

enseñanza de las matemáticas a nivel superior, ya que la necesidad de incorporarlas como

recurso de apoyo didáctico en este nivel merece estudio en la actualidad (Solares et al. 2013).

Este tipo de propuestas o modelos híbridos se denominan b-learning,

Se trata de un modelo no estandarizado, es decir, exige una planeación didáctico-

pedagógica y de un diseño cuidadoso basado en las necesidades específicas de los estudiantes,

permitiendo así, precisar los objetivos instruccionales y justificar, de manera adecuada, la

instrumentación de las actividades presenciales y virtuales, razón por la cual es relevante que se

describa con precisión en qué consistió el tipo de b-learning utilizado (Ruiz, 2011). Esta

descripción permite realizar un análisis más objetivo de los resultados obtenidos y, en el caso

que se quiera adaptar, evaluar si las condiciones existentes lo permiten

En relación con este punto, los resultados del tercer Congreso Virtual Iberoamericano

sobre la Calidad en Educación a Distancia coinciden en reconocer el aporte de la tecnología al

mejoramiento de la calidad del aprendizaje como complemento de la educación presencial, sin

embargo, los resultados no son consistentes en todos los casos y se requiere seguir investigando

al respecto (Ruiz, 2011).


Para este trabajo de investigación se eligió una carrera cuyo perfil no requiere de una

base matemática fuerte y una población fuera de la Ciudad de México, que es donde se concentra

la gran mayoría de los estudios (Ávila, 2016); además, se da en el contexto de la enseñanza y el

aprendizaje de la estadística, ámbito en el cual existe la necesidad de trabajar con más profusión

(Ávila, 2016).

Finalmente, este modelo se puede ir enriqueciendo a través de las experiencias derivadas

de su implementación, así como por el aporte de docentes y estudiantes, y pretende constituirse

en una solución práctica frente a una problemática real que demanda alternativas concretas y

exitosas que mejoren el complejo proceso del aprendizaje de las matemáticas en el nivel

superior.

1.6 Hipótesis

La implementación del b-learning tiene un impacto positivo en el aprendizaje de los

alumnos, lo cual se mide con base en sus calificaciones finales.

Capítulo 2. Marco Teórico

2.1 El b-learning: potencialidades y oportunidades

Debido al uso extendido del internet surge un modelo instruccional basado en el uso de

las TIC, el e-learning, entendido como “el uso de las tecnologías basadas en internet para

proporcionar un amplio abanico de soluciones que aúnan adquisición del conocimiento y

habilidades o capacidades” (Rosenberg, 2000, citado en Martínez, 2007, p. 2).


Fue en la segunda mitad de los años noventa que tuvo gran auge el uso exclusivo de las

TIC en el ambiente educativo para implementar entornos no presenciales; el impacto de la

computadora en la sociedad llevó a una reflexión en torno a su uso en la educación. Es así como

surge un modelo diferente a los tradicionales, el e-learning o educación en línea o educación a

distancia. Sin embargo, de acuerdo con Martínez (2007), este nuevo modelo de enseñanza

también presenta algunas debilidades en el logro del aprendizaje debido a algunos factores como

son:

1. Carencia en los estudiantes de habilidades de lecto-escritura y autoregulación;

2. No aborda los aspectos emocionales de los estudiantes, tales como el sentido de

pertenencia a una comunidad estudiantil;

3. Falta de formación de los docentes a la hora de intervenir en la didáctica de un nuevo

medio;

4. Disminución de la calidad en la oferta educativa, misma que busca satisfacer las

necesidades de corporaciones o instituciones en lugar de velar por aquellas de los

estudiantes o profesores.

Como una alternativa ante la enseñanza tradicional y el e-learning surge un diseño

docente o modelo educativo en el que se pretende retomar las bondades y ventajas de estas dos

modalidades, el blended learning, también llamado b-learning. Según Ruiz (2011) la palabra

blend implica una mezcla con el propósito de mejorar la calidad del producto, en este caso el

aprendizaje. La Tabla 2 muestra algunas de las definiciones más aceptadas sobre el b-learning.
Tabla 2. Definiciones de blended learning

Autor Definición o término


Marsh (2001) Todos los modelos que están integrados con la tecnología (ya sea el e-
mail, recursos media, el uso de CD-ROM, guías de autoestudio,
videoconferencias o teleconferencias, diversas herramientas de
internet) y la enseñanza tradicional

Bartolomé (2001) Modelo semipresencial

Salinas (2002) Modelo de educación flexible

Marsh et. al (2003) Modelo híbrido

UCLA en Marsh et. al. Estrategia de instrucción basada en la integración de la instrucción cara
(2003) a cara o presencial, y la instrucción basada en computadoras

Alemany (2007) Modelo virtual-presencial. Diseño docente en el que tecnologías de uso


presencial (físico) y no presencial (virtual) se combinan con objeto de
optimizar el proceso de aprendizaje

Michael Brennan (citado Combinación de una amplia gama de medios de aprendizaje diseñados
en Alemany, 2007) con objeto de resolver problemas específicos.

Bartolomé (2008) Aprendizaje mixto, en referencia al uso de recursos tecnológicos tanto


presenciales como no presenciales con la finalidad de optimizar el
resultado de formación

Ruiz (2011) Estrategia educativa en la que se integran actividades y recursos de las


modalidades presencial y virtual en diferentes proporciones

Pascual (2015) Formación que combina lo mejor del mundo virtual y presencial
combinándolos según las necesidades o preferencias de la empresa.

En español, los términos más usados para hacer referencia al b-learning son: enseñanza

semipresencial (Bartolomé, 2001), educación flexible (Salinas, 2002), y formación mixta

(Pascual, 2003, citado en Bartolomé, 2008), aunque para Martínez (2007) el término más
correcto es enseñanza virtual-presencial pues denota de manera explícita y tácita el uso de las

TIC.

Con base en las definiciones anteriores se puede conceptualizar al b-learning como el

modelo educativo que combina actividades, herramientas y recursos de las modalidades

presencial o tradicional5 con las virtuales de una manera flexible, asumiendo diferentes

proporciones para cada una con base en la situación de enseñanza-aprendizaje específica,

teniendo como propósito lograr con mayor eficiencia y calidad los objetivos de formación

planteados.

Así, este modelo puede tomar distintas formas de instrumentación, a veces se trata de un

modelo tradicional que utiliza recursos de una plataforma para desarrollar actividades que lo

complementen; en otras ocasiones se trata de un modelo instruccional mayormente virtual con

la calendarización de algunas sesiones presenciales como apoyo y complemento; en otro

esquema, los docentes alternan las actividades presenciales con las virtuales en la misma

proporción; en los Estados Unidos de Norteamérica algunos docentes lo han implementado

reemplazando una o dos sesiones presenciales por virtuales (Zou, 2005, citado en Lin et. al,

2017); Cárdenas Tapia y Jiménez Vidal (2009) implementaron un modelo b-learning 20%

presencial y 80% virtual para impartir recursamientos de asignaturas en la ESCA Tepepan.

5
Para efectos de esta investigación, se entiende como enseñanza tradicional a aquella que es presencial y
centrada en la exposición del docente y no incorpora el uso de las TIC.
Las principales características del b-learning son (cf. Gómez, 2017):

1. Formación flexible. No hay un horario fijo específico para el estudio.

2. Formación personal y cálida. Debido a la interacción personalizada con el estudiante

mediante las herramientas electrónicas, la relación docente-alumno puede

fortalecerse en aras de conseguir un mejor aprendizaje.

3. Permite la discusión grupal: Además de la interacción dentro del salón de clase, se

pueden detonar discusiones sincrónicas o asincrónicas en los chats virtuales.

4. Conferencias de expertos: Algunas clases en línea pueden ser impartidas por otros

expertos sin importan su lugar de residencia.

5. Diversidad en cuanto a técnicas y metodologías de enseñanza. Combinando las

herramientas virtuales con las presenciales pueden diseñarse distintas actividades y

metodologías.

6. Puede mejorar algunas habilidades como el trabajo en equipo, generando mayor

comunicación entre los estudiantes, no solo presencial sino virtual.

7. Permite resolver problemas desde distintos enfoques. La diversidad de

representaciones permite atacar un mismo problema con varios métodos de solución.

8. Optimiza el tiempo presencial. Reduce el tiempo cara a cara del docente con los

estudiantes, reforzando el aprendizaje con actividades fuera de clase, mismas que

puede retroalimentar de manera sincrónica o asincrónica mediante la plataforma

virtual.
9. Permite una mejor planeación didáctica. El profesor puede priorizar de manera más

adecuada los temas por cubrir, retomando de manera presencial los más complejos y

utilizando las TIC para abordar y reafirmar los que exigen menos abstracción.

Ya en la década de 1980, algunas investigaciones arrojaron resultados sobre progresos

académicos significativos cuando se combina la enseñanza tradicional con el uso de la

enseñanza asistida por computadoras (Dalton & Hannafin, 1988, citado en Lin, 2017), por lo

tanto, no se trata de un modelo nuevo en estricto sentido, sino que ha estado presente por años

o décadas.

Básicamente, el b-learning combina cualquier herramienta e-learning (desde videos

transmitidos en vivo hasta el uso del e-mail y ambientes virtuales) con las clases tradicionales

dentro del aula para hacer más eficiente el proceso de aprendizaje (Marsh, 2001).

El surgimiento de este modelo educativo obedece, entre otras, a las siguientes razones:

a) económica, al reducir los costos operativos de las instituciones; b) mejoramiento de la calidad,

al permitir innovar métodos pedagógicos; c) remedial, como mejora al e-learning que dejó de

lado, en su primera etapa, los aspectos didáctico-pedagógicos; d) estratégica, al desarrollar

nuevas competencias en los estudiantes y así satisfacer las demandas de una sociedad donde la

información y el conocimiento cada vez son más valorados (Ruíz, 2011).

Este modelo reporta ventajas, no solo a los estudiantes e instituciones educativas, sino

también a los administradores (Patterson, 2011). Dentro del contexto educativo, algunas

ventajas se exponen en la Tabla 3 (Ruiz y Gómez, 2017).


Tabla 3. Ventajas del B-learning

Ventaja ¿Cómo?
Desarrolla habilidades de aprendizaje A través de actividades virtuales que debe realizar
independiente fuera de clase y que le exigen regular si propio tiempo
de estudio.

Satisface sus expectativas en cuanto al uso Las nuevas generaciones tienen una inclinación
de la tecnología natural hacia el uso de la tecnología.
Ofrece una flexibilidad creciente y El tiempo y lugar de estudio es determinado por cada
conveniente individuo

Ofrece mejores oportunidades para quienes Permite administrar los tiempos disponibles para
trabajan o presentan alguna otra dificultad invertirlos al estudio
para asistir

Reduce costos educacionales Se reduce el uso de las instalaciones institucionales y


lo que ello implica

Desarrolla en el alumno la capacidad de A través de la interacción de manera distinta a los


buscar herramientas y recursos para la métodos tradicionales de educación.
captación de conocimiento

Promueve el aumento en el nivel educativo Por medio de la interacción de los estudiantes y


de los alumnos mediante su interacción docentes de manera sincrónica y asincrónica

Facilita las tutorías personalizadas No es necesario ir al centro educativo, se puede hacer


mediante la plataforma virtual y en cualquier
momento

Garantiza el rápido y eficiente acceso a la Las actividades virtuales se resuelven en línea, donde
red para solventar dudas o realizar alguna se pueden consultar distintas fuentes de información
consulta
Detona un aprendizaje más significativo Al ser los discentes quienes elaboran, seleccionan y
reflexionan sobre la información contribuyen a una
mejor asimilación del conocimiento

Los materiales de aprendizaje se actualizan El potencial de elaboración y actualización que tienen


rápidamente los ambientes virtuales favorecen el diseño y
construcción de actividades
Mueve al estudiante de un papel pasivo a Al exigir la resolución de actividades por su propia
uno más activo sobre si propio aprendizaje cuenta, aunque siempre teniendo el apoyo del
profesor.
Otras ventajas derivadas del uso del b-learning, según el tercer Congreso Virtual

Iberoamericano sobre la Calidad en Educación a Distancia, son (Ruíz, 2011): aumenta el interés

de los alumnos mediante la diversidad de representaciones y abarcando más estilos de

aprendizaje; promueve el pensamiento crítico como resultado del uso de la tecnología y los

diferentes sistemas de representación de los objetivos; promueve la comunicación docente-

alumno y alumno-alumno dentro y fuera del salón de clases a través de las aulas y chats

virtuales; favorece la interacción entre los estudiantes a través de la participación en foros

virtuales o la colaboración en wikis, además de las actividades que implemente el docente de

manera presencial; mejora el logro académico derivado de las ventajas que se han identificado

por el uso de las TIC; estimula el uso del lenguaje y de la narrativa a través de las participaciones

en los foros de discusión y demás herramientas de las plataformas virtuales; mejora la

autoestima como resultado del logro personal; produce sinergia en la ejecución de ciertas tareas

complementando el trabajo en equipo emprendido en el salón con sesiones virtuales a través de

foros y chats; obliga al estudiante a ser más explícito con otros en sus intenciones, metas, planes

y entendimiento de las actividades, pues la comunicación escrita favorece esas cualidades; tiene

más flexibilidad para el acceso a los recursos pues se tienen permanentemente disponibles en

un repositorio virtual; brinda facilidad para evaluar el proceso mediante una diversidad más

amplia que los métodos tradicionales dentro del aula, tales como las autoevaluaciones virtuales

u otras actividades en línea que no precisamente se deben aplicar en un tiempo y lugar

específicos; permite el estudio de casos por medio de foros; operativiza y simplifica la tarea

docente poniendo a su disposición una herramienta que complementa lo virtual con lo

presencial; genera la posibilidad de entregar tareas y consultar dudas sin tener que ir al facultad;

aumenta la motivación en el estudiante y facilita la actualización del docente y del curso.


En el mismo Congreso, un estudio cualitativo (Turpo Gebera, 2008) concluye que el b-

learning:

cumple con un rol decisivo en los procesos de innovación educativa de las

universidades de Iberoamérica, propiciando la adquisición de competencias

específicas para el desarrollo de la autonomía en el aprendizaje y la renovación

de la enseñanza; en definitiva, se trata de una modernizada forma de organización

didáctica para un nuevo contexto tecnológico y social. (p. 157)

En adición a lo anterior, y, por si fuera poco, el Consejo Nacional de Profesores de

Matemáticas (NCTM, por sus siglas en inglés) declara que:

Las computadoras y las calculadoras cambian lo que los estudiantes pueden hacer

con las representaciones convencionales y expanden el conjunto de

representaciones con las que pueden trabajar. Por ejemplo, los estudiantes pueden

mover, invertir, reducir, visualizar relaciones a través de programas de utilidades

o software dinámico… puede manipular expresiones, e investigar conjuntos

complejos de datos usando hojas de cálculo. Cuando los estudiantes aprenden a

utilizar estas nuevas herramientas versátiles, pueden también analizar las formas

en que algunas representaciones que se realizan empleando la tecnología difieren

de las representaciones convencionales. (Santos, 2011, p. 37)

Estas ventajas del b-learning facilitan la creación de un ambiente propicio para el logro

los objetivos de aprendizaje, mismos que solo se pueden alcanzar cuando el estudiante es capaz

de analizar, especular y explorar problemas de manera independiente para obtener opciones o


respuestas alternativas a las preguntas planteadas, además del estudio personal y una actitud de

independencia, los cuales son fundamentales para motivar la investigación y la creatividad (Lin

et. al., 2017),

Cabe señalar que, a pesar de las bondades que se han descrito anteriormente acerca del

b-learning, la literatura ha arrojado resultados contradictorios cuando se compara con la

modalidad tradicional o en línea. Por ejemplo, Márquez (2007, citado en Ruiz, 2011) comparó

tres grupos, uno con cada modalidad: presencial, en línea y b-learning sobre 3 tipos de

aprendizaje: conceptual, procedimental y total, y el b-learning obtuvo la menor puntuación

excepto en el procedimental donde ocupó el segundo lugar; McNamara, Swalm, Stearne y

Covassin (2008, citado en Ruiz, 2011) estudiaron la efectividad de las tres modalidades y no

hallaron diferencias significativas. Por lo anterior, el mismo autor señala que es necesario seguir

investigando sobre este tema.

En este mismo sentido, algunas desventajas que se han identificado respecto al b-

learning son (Ruíz, 2011):

1. Poca experiencia en la implementación del modelo

2. Problemas respecto del uso, disponibilidad y acceso a la tecnología

3. Falta de habilidades necesarias por parte del docente o del alumno para este modelo

4. Ausencia de una planeación adecuada (diagnóstico cuali-cuantitativo, precisar

objetivos de aprendizaje, definir criterios de evaluación, etc.)

5. Percepción de informalidad por parte de los alumnos principalmente en las

actividades virtuales

6. Incorrecta ponderación de las actividades virtuales como presenciales


Aunque existen estas debilidades, los beneficios que se obtienen con la implementación

de esta metodología superan los obstáculos que surgen para su aplicación y el mayor esfuerzo

que se requiere para que funcione con éxito (Gómez, 2017).

No obstante, no se debe perder de vista que, si bien la labor docente presencial es en sí

misma un reto sumamente ambicioso y complicado, agregar una herramienta para mejorarla

puede tener dos vertientes: por un lado supone facilitar un aprendizaje colaborativo e interactivo

profesor-estudiante; por el otro, exige del docente un dominio adecuado, suficiente y pertinente

de la herramienta virtual a utilizar, así como una planeación más compleja, misma que requiere

de una experiencia que pocas veces posee quien se quiere adentrar en este tipo de modelos

educativos; aunque esto último se puede solventar a través de la literatura.

El éxito de este modelo educativo (el b-learning) también depende de no caer en los

mismos errores que en el e-learning, y para ello se pueden considerar algunas ideas (Bartolomé,

2008):

1. Las Universidades o Centros de enseñanza no son centros de información, sino

de formación: muchas veces en los ambientes e-learning simplemente se “cuelgan”

los contenidos del curso como sustitución de una clase presencial por una clase

escrita. Lo que vale es la formación (ya sea de manera presencial o virtual, pues en

ambos modelos se puede dar), no la información, cabe tener claro que en esta era

tecnológica el estudiante puede conseguir más información en el internet de la que

le mismo curso ofrece, es por ello por lo que se enfatiza la formación;


2. Este modelo se debe adoptar como parte de un plan de mejora en los procesos de

aprendizaje o enseñanza, se trata de adaptación: el modus vivendi de los alumnos es

una realidad mixta, presencial y no presencial (virtual).

Como bien lo ejemplifica Bartolomé (2008) al hablar de la diferencia entre Blended

Learning y Blended Lives. El b-learning pretende, por lo menos en su idea básica,

que los estudiantes se conecten cuando éstos ya viven conectados.

3. Los estudiantes y profesores no son productos manufacturados con un estándar

único: el aprendizaje de las personas no es como fabricar tornillos, según Bartolomé

(2008), pues un mismo foro, ejercicio, actividad, etc, puede funcionar con uno u otro

alumno o docente. El b-learning brinda la oportunidad de un ambiente e interacción

más personalizados.

Con base en estas ideas se puede decir que el b-learning se adapta a una realidad de la

cual se toma consciencia y, en algunos casos, se intenta reflejar en el entorno educativo. Según

Bartolomé (2008), si se requiere que los estudiantes hagan un trabajo en equipo y para ello usen

la tecnología, no necesitan tal instrucción, lo harán porque esa es su realidad.

Este modelo tiene que ver con un ambiente flexible, una visión diferente, rica y abierta

donde el estudiante tenga un entorno que facilite el diseño de su propio aprendizaje, ya que

también es él quien lo realiza y no solamente el profesor; una realidad-virtualidad inseparable,

donde ambas se funden cada vez más, sabiendo que la virtualidad es simplemente un modo

diferente de vivir la realidad, utilizando otros medios; un ambiente donde las barreras de

comunicación se rompen para rescatar todos los medios disponibles para ejercerla. No solo es

combinar materiales en línea y clases tradicionales, sino un curso que integra actividades de
clases online y tradicionales de una manera planificada y pedagógica donde algunas clases

tradicionales son reemplazadas por clases y materiales en línea (Scott, 2007).

Finalmente, otros beneficios potenciales del b-learning son: puede satisfacer la

necesidad de visualizar de una manera más dinámica relaciones matemáticas a través de

gráficos, reafirmando los elementos teóricos vistos en clase; promueve la interacción del

estudiante con el conocimiento adquirido al tiempo que despierta su curiosidad por entender lo

que sucede al cambiar algunas condiciones o parámetros, pues estos cambios se ven reflejados

en la pantalla de manera inmediata sin pasar por un proceso algebraico manual que a priori

podría inhibir esta relación estudiante- saber; se pueden abarcar, por lo menos de manera más

sencilla y directa, los diferentes estilos de aprendizaje presentes en el aula a través de videos,

imágenes, gráficos, etc.; el contacto online entre estudiantes puede motivar el contacto dentro

del aula de clases entre quienes no lo tienen.

2.2 La enseñanza de las matemáticas

Es pertinente realizar una pequeña reflexión sobre la enseñanza de las matemáticas.

Lograr que el conocimiento trascienda en aquellos que lo están recibiendo se convierte en un

reto mayúsculo, desde el diseño y preparación de los materiales didácticos, hasta la puesta en

escena mediante una didáctica que garantice resultados exitosos. Si a la complejidad propia de

esta actividad se le agrega aquella inherente al conocimiento matemático entonces se convierte

en un nuevo reto quizá un poco mayor que el primero.

No obstante, esta tarea se vuelve ineludible debido a la importancia y trascendencia que

desde la sociedad se les atribuye a las matemáticas como parte de una educación integral. Por
esta razón, no solo los matemáticos y aquellos con perfiles afines se han preocupado por resolver

el problema de enseñar y aprender matemáticas, ha sido abordado desde distintas disciplinas

tales como la psicología, la filosofía, la pedagogía, entre otros.

Tampoco se trata de un interés y preocupación recientes, ya los griegos se ocupaban en

la reflexión y planteamiento de problemas matemáticos con base en el saber empírico de las

antiguas civilizaciones y en perpetuar dicho conocimiento mediante la enseñanza a sus

discípulos. Hombres como Tales de Mileto, Pitágoras de Samos, Platón y su academia y

Arquímides, considerados como grandes matemáticos de la historia antigua, son un claro

ejemplo de esta labor.

Desde los métodos griegos hasta los nuevos paradigmas educativos, la forma en la que

se ha transmitido el conocimiento matemático ha adoptado distintos enfoques a lo largo de la

historia. De manera tradicional, el énfasis de la enseñanza de las matemáticas se ha puesto en el

trabajo de ejercicios rutinarios y mecanizados donde el estudiante tiene poca o nula oportunidad

para reflexionar sobre estos procesos (Gamboa, 2007),

Se puede decir que el paradigma clásico que ha imperado en la enseñanza de las

matemáticas es el conductista, que, si bien tiene algunas ventajas, deriva en un aprendizaje

mecánico sin una cabal comprensión de los procesos con los que se resuelven los ejercicios o

problemas. Esta forma de abordar el conocimiento genera una brecha creciente entre los

conceptos teóricos y su aplicabilidad (Gamboa, 2007).

Una práctica común en la enseñanza de las matemáticas es mostrar movimientos

correctos y caminos acertados en la resolución de problemas, sin tomar en cuenta la verdadera


comprensión (Gamboa, 2002). El problema inherente a esta metodología es que los alumnos

automatizan algoritmos, que, en el mejor de los casos, pueden replicar con cierto grado de éxito

en las evaluaciones y sobre ejercicios homólogos a los resueltos en clase. Peralta (1994, citado

en Gamboa, 2007) afirma que este tipo de aprendizaje induce a los estudiantes a seguir

procedimientos sin siquiera preguntarse si éstos tienen sentido o no.

Otro problema común al que se enfrenta la enseñanza de las matemáticas es la extensión

de los temarios que deben ser cubiertos en un curso, situación que muchas veces presiona al

docente a no ofrecer diferentes alternativas para la resolución de problemas, además de llevar a

un grupo completo al mismo ritmo de aprendizaje sin tomar en cuenta las diferencias que

pudieran existir en los estudiantes. De esta forma, las evaluaciones se realizan mediante

exámenes que exigen, a lo sumo, replicar algunos procesos de resolución vistos en clase sobre

algunos ejercicios un tanto diferentes en lo superficial, sin dar oportunidad a la reflexión o

creatividad por parte del alumno.

En México, hasta antes de la reforma de 1992, las matemáticas se consideraban un mito

y su enseñanza tenía como base fundamental la enseñanza-aprendizaje de fórmulas y

procedimientos únicos, repetitivos, sin lograr un entendimiento del por qué y para qué de lo

aprendido. Con esta reforma se pretendía brindar una educación más contextualizada a través

de un enfoque de resolución de problemas, objetivo que no se cumplió del todo debido a factores

como la falta de capacitación docente (Ávila, 2004).

Esta problemática encierra diversas aristas y requiere, para su resolución, del

funcionamiento de varios elementos tales como el diseño de materiales didácticos, decisiones y

hábitos docentes y estudiantiles, entorno educativo y sociocultural, procedimientos de


evaluación, entre otros. La correcta articulación de estos aspectos puede garantizar, con mayor

probabilidad, el éxito del proceso educativo,

Un paradigma socorrido para resolver esta cuestión es el constructivista, pues promueve

la creatividad, originalidad y la búsqueda del conocimiento de manera autónoma en el

estudiante. Este enfoque aprovecha los errores cometidos en la resolución de problemas de

manera positiva, considerándolos como un camino descartable que no lleva al resultado

deseado. Behr y Harel (1990) afirman que la mayoría de los psicólogos interesados en la

educación matemática son, en algún sentido, constructivistas.

La complejidad que encierra la enseñanza de las matemáticas se hereda al aprendizaje

de estas. En este contexto, uno de los indicadores más relevantes para un aprendizaje efectivo

es la actitud, entendiéndose por actitud a una predisposición aprendida a responder positiva o

negativamente a un objeto, situación, institución o persona específica (Lin et.al., 2017). Existe

la creencia que la actitud hacia el aprendizaje juega un papel crucial en el contexto del

conocimiento matemático (Neale, 1969, citado en Lin et.al., 2017).

Casi cualquier docente cuya principal tarea es la enseñanza de las matemáticas puede

constatar que la actitud de los estudiantes hacia su aprendizaje es cada vez más renuente, sobre

todo en el nivel superior. Es un obstáculo que siempre han tenido que sortear los profesores de

este campo del conocimiento.

Sin embargo, parece que se han perdido algunas batallas en este frente, pues, en mi

experiencia personal y compartida por varios colegas, la actitud de muchos docentes es de un

desistimiento de lucha para transformar la didáctica utilizada en aras de sacar al estudiante de


su aversión hacia el conocimiento matemático, es decir, ahora no solo se tiene que luchar con la

actitud hacia el aprendizaje de las matemáticas, sino también con la actitud hacia la enseñanza

de estas. Esto representa una barrera más difícil de traspasar.

Lo anterior puede obedecer a distintos factores, uno de los principales es el

empoderamiento que se le ha dado al estudiante en algunos centros e instituciones de enseñanza,

y su participación en la forma en la que se evalúa a los docentes, cuyos resultados condicionan

la continuidad como profesores. Por otro lado, la calificación que se concede al docente con

base en los resultados cuantitativos ocasiona que estos pierdan de vista el objetivo toral de su

labor, enfocándose en suplir a toda costa las deficiencias estudiantiles reflejadas en las bajas

calificaciones, mismas que sufren una adecuación que obedece a los índices máximos de

reprobación permitidos por las autoridades superiores de los planteles y no a una nivelación

educativa extraordinaria.

De esta manera, parece haber una postura institucionalizada que genera que los actores

del proceso educativo tomen una actitud de desdén, rechazo y arrogancia ante el conocimiento

y sus estrategias para aprehenderlo (por parte de los estudiantes) y de desconcierto, indiferencia

y desinterés (por parte de los docentes) hacia el aprendizaje y enseñanza de las matemáticas.

Por lo tanto, se requiere un compromiso creciente por parte del docente que desea marcar

una diferencia y lograr los objetivos de aprendizaje; se requieren estrategias que motiven al

alumno a salir de la apatía y las malas disposiciones hacia el conocimiento que permean en la

mayoría de las aulas; se requiere una convicción interna y un interés genuino que trascienda las

aspiraciones personales de grandeza; se requiere creatividad y el tiempo suficiente para ponerla


en marcha; se requiere atacar la problemática desde las diferentes aristas de las que se tenga

consciencia.

Todo ello a pesar de la posible existencia de posturas institucionales (conscientes o

inconscientes) que pudieran llevar una contracorriente a los ideales de la educación matemática.

En este contexto, el correcto uso de la tecnología puede ser un factor diferencial en la

consecución de esos ideales.

2.3 Algunos resultados sobre el b-learning

Los resultados que se han obtenido con la implementación del b-learning son muy

interesantes. Cada vez son más las universidades o centros de enseñanza que buscan nuevas

formas de aprendizaje con el objetivo de incrementar su matrícula. En los Estados Unidos de

Norteamérica, el número de estudiantes que habían tomado por lo menos un curso en línea creció

en más de 570,000 de 2010 a 2011, dando un total de 6.7 millones (Allen & Seaman, 2013), sin

embargo, para esas fechas solo 2.6% de las instituciones de educación superior contaban con un

Curso Masivo Abierto y en Línea (MOOC, por sus siglas en inglés). El crecimiento de los cursos

en línea se ha dado principalmente por la reducción de los costos que este modelo representa

para las instituciones educativas.

En la Universidad Politécnica Tomsk, en Rusia, se aplicó un modelo híbrido para

estudiantes de las asignaturas de Álgebra y Geometría Analítica, logrando una mejora de 0.7 en

el promedio del semestre para aquellos que adoptaron este modelo en comparación con aquellos

que llevaron un curso tradicional (Imas et. al., 2015). A pesar de algunos resultados no tan

exitosos como el número de estudiantes que reprobaron exámenes (17% para b-learning vs 8%
para el tradicional), una encuesta realizada arrojó que los estudiantes estaban interesados en el

modelo híbrido y que, en general, los profesores participantes están satisfechos con los

resultados y con la forma de trabajo. Cabe mencionar que las condiciones de los profesores en

relación con el b-learning no era la óptima en el sentido de que la mayoría de ellos había

comenzado a utilizar el b-learning en los últimos 3 años y su capacitación no se había

completado aun, además ellos fueron los responsables tanto de la parte virtual como de la

presencial, lo cual incrementó sus cargas de trabajo.

En la Universidad de Uyo, Nigeria, se realizó una encuesta para investigar la percepción

de los estudiantes sobre los desafíos de las herramientas e-learning para lograr un modelo de b-

learning en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. El cuestionario contenía 3 secciones:

disponibilidad, accesibilidad y habilidades de los estudiantes sobre el uso de las TIC.

Los resultados revelaron falta de disponibilidad, accesibilidad e inadecuadas habilidades

para el uso de TIC (Umoh & Akpan, 2014). Como conclusión los autores afirman que los

profesores e instituciones necesitan identificar los desafíos y oportunidades percibidos por los

alumnos sobre el b-learning y apoyar con la creación de ambientes virtuales para el aprendizaje

de las matemáticas; esto puede ayudar a otras instituciones a preparase adecuadamente si

pretenden adoptar un esquema combinado de enseñanza como el b-leanirng, tanto en el diseño

de contenidos como en el enfoque pedagógico para la enseñanza de las matemáticas.

Otro análisis interesante sobre si el b-learning realmente reporta mayor satisfacción a los

estudiantes es el expuesto por la Dr. Sophia Scott, de la Universidad Estatal del Sureste de

Missouri, donde los hallazgos determinaron que este tipo de enseñanza genera la misma
satisfacción en los alumnos, pero sí ayuda a bajar los costos debido a que no había necesidad de

trasladarse al campus para aquellos que se ubicaban fuera de la Universidad (Scott, 2007).

Además de considerar los buenos resultados que se derivan de la aplicación de este

modelo, se deben tomar en cuenta las particularidades de cada grupo, institución y país, pues en

el caso de la modalidad b-learning, no se sigue un esquema instruccional uniforme, por lo tanto,

el impacto en el proceso de aprendizaje será diferente (Ruiz, 2011).


Capítulo 3. Metodología

Los objetivos de la investigación son implementar un modelo de b-learning, identificar

y cuantificar sus beneficios sobre el aprendizaje de los estudiantes mediante el impacto en sus

calificaciones.

Algunas acciones previas a la implementación son: 1) la elección del curso donde se

implementa el modelo b-learning, y; 2) la elección de la plataforma sobre la cual se colocan las

actividades virtuales y donde se llevará la parte virtual del curso.

La materia que se eligió es Seguros y Actuaría de la carrera de Administración

Financiera del Centro de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Autónoma

de Aguascalientes, en Aguascalientes, México.

Las razones principales para esta selección son: 1) disposición y cooperación por parte

del docente durante todo el periodo del estudio; 2) es una carrera con un bajo perfil matemático,

sin embargo, el contenido de la última unidad tiene una base matemática sólida y compleja, cuya

comprensión puede detonar un aprendizaje significativo; 3) el contenido matemático de esta

unidad es teórico-práctico (series de tiempo y métodos de pronóstico), ideal para el uso de

herramientas tecnológicas; 4) dado que los estudiantes de esta materia no tienen un perfil

primordialmente matemático, se considera que es una circunstancia ideal para medir el impacto

del b-learning, pues no son alumnos apasionados por el conocimiento matemático.


La plataforma virtual utilizada es Moodle, y se elige con base en la familiaridad,

disponibilidad y uso que tienen los estudiantes con ella. Esto reporta un beneficio adicional al

no tener que invertir tiempo en capacitar a los alumnos en el uso de una nueva herramienta.

La metodología utilizada es de tipo cuantitativa-cualitativa, es decir, se adopta un

modelo mixto (Hernández, 2014). La complejidad del fenómeno que se pretende estudiar

respalda la adopción de dicha metodología. Hernández (2014) afirma que los fenómenos como

el aprendizaje y otros son tan complejos, que el uso de un enfoque único, cuantitativo o

cualitativo es insuficiente para lidiar con esta complejidad. Lo anterior no es limitativo a abordar

este tipo de problemáticas con un único enfoque.

El diseño es cuasi experimental con post prueba únicamente, y no un experimento puro.

La diferencia crucial es el grado de confiabilidad que se puede tener sobre la equivalencia inicial

de los grupos. En este caso los sujetos no se asignan al azar ni se emparejan (lo que daría más

confiabilidad), sino que se trabaja con grupos naturales que ya están formados (Hernández,

2014).

Las variables dependientes que se van a considerar en esta investigación son las

calificaciones de la última unidad y la final; sobre estas se identifica el impacto de la variable

independiente, que en este caso es la implementación del b-learning. El grado de manipulación

de esta última es presencia/ausencia.

Es importante cuidar la validez interna en una investigación, y la manera de lograrlo es

mediante dos acciones: 1) varios grupos de comparación (mínimo dos) y, 2) equivalencia de los

grupos en todo, excepto en la manipulación de la variable independiente lo cual se logra


asignando aleatoriamente a los individuos en cada grupo (Hernández, 2014). Como resultado

de cuidar este aspecto, se puede conocer la relación causal. En otras palabras, se trata de

controlar la influencia de variables extrañas en la variable dependiente para así tener la seguridad

de que las variables independientes tienen un efecto real sobre la dependiente; se depura la

relación entre variables.

Tomando en cuenta estas consideraciones, el estudio se realiza en dos semestres con dos

grupos (control y experimental). El primer semestre se trabaja con el grupo control (ausencia de

b-learning) y el segundo semestre se trabaja con el grupo experimental (presencia del b-

learning). Posteriormente se contrastan los resultados para identificar los beneficios del nuevo

modelo con base en las calificaciones.

Como se mencionó anteriormente, los sujetos no pueden asignarse al azar en cada uno

de los grupos, sin embargo, el trabajar con grupos naturales completos subsana de alguna manera

la falta de aleatoriedad (Hernández, 2014). Cabe señalar que los grupos que se toman

corresponden a los primeros semestres de dos años consecutivos, es decir, comienzan en enero

y terminan en junio. Esto es importante porque estos grupos están conformados por estudiantes

que obtuvieron los mejores resultados en su examen de admisión en el año respectivo, por lo

tanto, los grupos son similares en esta variable. Los semestres en los que se trabaja son 2018-II

y 2019-II.

En relación con el acopio de información, se tienen varias fuentes. Primero se tiene un

acercamiento con el docente para conocer las necesidades de los estudiantes y del curso, así

como las políticas escolares y las herramientas tecnológicas disponibles para los alumnos; con

base en esta información se diseña el modelo de b-learning.


En segundo lugar, se capturan las calificaciones de la última unidad y la calificación

final de la asignatura para el grupo control y para el experimental. Finalmente, se diseña y aplica

una encuesta en papel de manera presencial a los estudiantes para tener información de algunas

otras variables de interés tales como el grado de dificultad de la materia, su utilidad para el

desempeño profesional, edad, género, entre otras.

Es pertinente comentar que, en la dinámica de la asignatura, según lo comentado con el

docente, las unidades I y II se conjuntan en una sola, la unidad III del temario en realidad se

convierte en la unidad II dentro del curso y, finalmente la unidad IV corresponde a la unidad III

en la práctica. Por lo tanto, solo se tienen tres unidades, aunque en el temario se marcan cuatro.

El modelo de b-learning se aplicará en la última unidad, la de mayor contenido matemático y

que exige un poco más de conocimientos previos y análisis para la resolución de problemas,

además que se considera de mucha utilidad para el desempeño profesional de los egresados.

Los contenidos de la materia son: Unidad I – Concepto de la actuaría; Unidad II –

Conceptos de seguros; Unidad III – Tablas de mortalidad y cotizaciones; Unidad IV –

Herramientas para pronósticos. La última unidad abarca la teoría de las series de tiempo, un

tema que está sustentado en la estadística, aunque en este caso se aborda de una forma muy

sencilla.

Con base en estos elementos, el modelo de b-learning consiste en la instrumentación de

actividades de aprendizaje a través de la plataforma Moodle. Con la finalidad de promover el

uso y aprovechamiento de la herramienta tecnológica, se solicita a los estudiantes comentar un

mínimo de participaciones de otros compañeros, y algunas actividades solo pueden ser


retroalimentadas a través de la plataforma por parte del docente. Estas acciones tienen

calificación asignada.

La última unidad de la asignatura tiene una duración de 30 horas, que se cubren

aproximadamente en un mes. En este modelo de b-learning se realiza una sesión virtual cada

semana en el laboratorio de cómputo y guiada por el docente. Las consultas pueden realizarse

de manera individual presencial y también existe la opción de hacerlo a través de un chat

personal para resolverse de manera asincrónica. Se tienen previstas cuatro actividades, una cada

semana, cuya solución y retroalimentación es exclusivamente a través de la plataforma y se les

pide como requisito comentar un mínimo de respuestas de sus compañeros.


Capítulo 4. Análisis de datos y resultados

La principal fuente de información utilizada para realizar el análisis son las

calificaciones de los exámenes y tareas de la última unidad, y la calificación final de la

asignatura. A través de estos datos se pretende medir el beneficio de la implementación del

modelo de b-learning. Se trabaja con dos grupos, uno control y otro experimental, ambos

dirigidos por el mismo docente para evitar diferentes metodologías de enseñanza como variable

de confusión. El horario del grupo control es de 4:00 – 5:00 pm y el del grupo experimental de

6:00-7:00 pm.

En los dos grupos se aplicó una encuesta al final del semestre para conocer algunas

variables de interés que pudieran caracterizarlos, con la finalidad de contrastar las similitudes

de los grupos y tener más elementos para descartar variables de confusión que pudieran influir

de manera significativa en los resultados.

4.1 Grupo control

4.1.1 Caracterización

El primer grupo con el que se trabajó (el grupo control) está constituido por 35

estudiantes de los cuales 19 son hombres y 16 son mujeres; todos están en un rango de edad

entre los 21 y 26 años con lo cual se puede considerar de alguna manera que el manejo de la

tecnología, en general, no será un obstáculo considerable para llevar a cabo el cuasi-

experimento. La Gráfica 1 muestra la distribución por edades de este grupo, el 90% tiene 22

años o menos, y solo el 5% es mayor a 23 años; es un grupo joven.


En este grupo hubo dos casos extremos, alumnos con muchas inasistencias y que no

cumplían con casi ninguno de los requerimientos de la clase.

Gráfica 1. Distribución por edades, grupo control

5% 11%
5%

32%

47%

20 años 21 años 22 años 23 años Mayor a 23 años

Cabe mencionar que el grupo control fue el primer grupo después del cambio y rediseño

del programa de la asignatura, por lo tanto, sus resultados no son comparables con los grupos

anteriores. Si bien se trabajó con la plataforma Moodle, solamente se utilizó para brindar

material audiovisual de apoyo a los temas vistos en clase y se dejó como actividad replicar los

ejercicios que se resolvían en los videos, tomando como evidencia el llegar a los mismos

resultados. No se mantuvo un monitoreo constante de las actividades virtuales.

Dentro de este primer grupo el 75% de los encuestados considera que la materia es

complicada, y el 68% cree que la unidad más difícil es la última, además, es considerada la de

menor aprendizaje (considerado como malo o regular por el 70%).


Este resultado era esperado en cierto sentido, ya que en esta unidad se abordan temas

con mayor contenido matemático y que exigen cierto nivel de conocimientos previos en la

materia, desde la aritmética hasta el álgebra y algunos temas de la geometría plana. Las Gráficas

2-5 muestran estos resultados.

Gráfica 2. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre cuál es la unidad más compleja, grupo control

7%
25%

68%

Unidad 2 Unidad 3 Sin respuesta

Gráfica 3. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre la complejidad de la materia, grupo control

25%

75%

Fácil Complicada
Gráfica 4. Porcentaje de estudiantes según la forma como consideran su aprendizaje en la última unidad, grupo control

7% 7%

25%

61%

Malo Regular Muy Bueno Excelente

Gráfica 5. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre la unidad con mayor aprendizaje, grupo control

14%

25%
61%

Unidad 1 Unidad 2 Unidad 3


En el grupo control no se implementó el modelo b-learning, sin embargo, sí se utilizó

Moodle como plataforma para asignar algunas actividades, aunque sin la ayuda o

retroalimentación por parte del docente de manera sincrónica o asincrónica a través de la

plataforma, solo de manera presencial. En este contexto, se les consultó a los estudiantes qué

elementos o actividades consideraban que les habían ayudado más para su aprendizaje en la

última unidad, solo una persona mencionó las actividades en línea (Gráfica 6).

Este resultado obedece a que pocos estudiantes realmente aprovechan los recursos

tecnológicos (algunos manifestaron no recordar que la hubieran usado en este curso) que tienen

a disposición y a que el curso no incorporó de manera formal actividades virtuales. Por otro

lado, lo presencial sigue siendo de gran valor.

Gráfica 6. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre los elementos que contribuyen mejor al
aprendizaje de la última unidad, grupo control

4%

25%
46%

21%
4%

Actividades en clase Clase y en línea


Clase y maestro Explicaciones del maestro
Otro punto interesante es la importancia y utilidad que le conceden los estudiantes a la

materia y a las matemáticas en general para su desempeño profesional. En una escala de 1 a 10,

donde a mayor valor mayor importancia, solo el 14% le asignó la calificación más alta a la

materia; en contraste, la misma calificación fue asignada a las matemáticas en general por casi

el 80% de los encuestados. No obstante, más del 80% le dio una calificación mayor que 8 a la

materia, mientras que este mismo rango para las matemáticas representó más del 90%. (Ver

Gráficas 7 y 8).

Gráfica 7. Porcentaje de estudiantes según su concepto de utilidad de la materia, grupo control

4% 4%

14% 11%

32%
36%

Calificación 4 6 7 8 9 10
Gráfica 8. Porcentaje de estudiantes según su concepto de utilidad de las matemáticas, grupo control

4% 4%

14%

79%

Calificación 7 8 9 10
4.1.2 Resultados del grupo control

Las variables dependientes son: la calificación de la tercera unidad y la calificación final,

siendo la primera la de mayor relevancia pues es donde se pretende implementar el modelo de

b-learning. A pesar de lo anterior, se incluyen los resultados de las dos primeras unidades con

la finalidad de contrastarlos.

En congruencia con los resultados de la encuesta, en la tercera unidad se obtuvieron las

calificaciones más bajas. La Gráfica 11 indica que casi el 30% reprobó y el 40% apenas alcanzó

la calificación mínima aprobatoria (la calificación mínima aprobatoria es de 7) y solo una

persona (3%) alcanzó la máxima calificación; en contraste, en la segunda unidad alrededor del

70% de los alumnos alcanzó una calificación de 9 o 10, además, los casos de máxima

calificación son 10 veces más que en la última unidad, como se indica en la Gráfica 10. Respecto

al índice de reprobación, en la última unidad (31%) es casi el triple comparado con el de la

segunda unidad (11%).

Gráfica 9. Calificaciones Unidad I, grupo control


14 13

12

10
Alumnos

8 7
6
6 5 12
4
4 8
4
6
5
2

0
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen


Gráfica 10. Calificaciones Unidad II, grupo control
14 13
12
12

10
10
Alumnos

8
5 13
6

4 3
2
5
2 4
3
0
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen

Gráfica 11. Resultados Unidad III, grupo control

16
14
14

12
10
10
Alumnos

8
5
6 12 5
11
4
6
2 5 1

0 1
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen


La primera unidad parece seguir una distribución parecida a la normal, mientras que la

segunda y tercera presentan una asimetría negativa y positiva respectivamente. Por otro lado, la

calificación de los exámenes es congruente con los resultados finales de cada unidad.

Cabe señalar que para la construcción de las gráficas se juntaron todas las calificaciones

reprobatorias en un solo rango y, como consecuencia, el coeficiente de asimetría, la curtosis y

demás medidas de dispersión se calcularon con estos datos corregidos con la finalidad de que

haya congruencia con lo que presenta el gráfico. Así, la gráfica de la unidad III (Gráfica 11)

presenta una asimetría positiva (Pearson), es decir, tiene un sesgo a la derecha lo cual implica

que pocos obtuvieron calificaciones altas mientras que la mayoría obtuvo calificaciones bajas;

la gráfica de la unidad II (Gráfica 10) presenta una asimetría negativa o sesgo hacia la izquierda,

lo cual indica que la mayoría de las calificaciones son altas y solo pocos casos son calificaciones

bajas.

Por otro lado, la Gráfica 12 refleja las calificaciones finales de la asignatura del grupo

control, la cual, también parece presentar una asimetría positiva, es decir, la media grupal se

carga un poco más hacia la izquierda, a las calificaciones más bajas; solo una cuarta parte del

grupo logró obtener 9 o 10 como nota final.

En relación con el índice de reprobación de la asignatura, para el grupo control fue del

9%, muy similar al de la unidad II y un tercio del de la unidad III. Aunque puede parecer baja

esta estadística, se señaló como una de las materias con mayor índice de reprobación dentro del

Departamento.
Gráfica 12. Calificaciones finales, grupo control
14

12

10
Alumnos

13
6
10
4

5
2 4
3
0
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Con base en los resultados expuestos hasta aquí, resulta evidente que se requiere un

reforzamiento y una estrategia distinta para lograr un mejor aprendizaje y mejores resultados en

la materia, sobre todo en la última unidad, donde se abordan los contenidos matemáticos más

fuertes. En la Tabla 4 se pueden observar los siguientes resultados: la media de la última unidad

es la menor, tanto para el examen como para la calificación final; la moda (la calificación que

más se repite) de la unidad 3 es una calificación reprobatoria; la desviación estándar de la unidad

III también es menor, indicando que el resultado es más homogéneo, es decir, la mayoría obtiene

una baja calificación.

El tamaño de la ‘muestra’ está en el límite de lo que académicamente se considera una

muestra pequeña (<30) (Freund, Miller y Miller, 2000), son 35 estudiantes. En estricto sentido

se puede invocar el Teorema Central del Límite (Mood, Graybill y Boes, 1973) para realizar las
pruebas estadísticas en el presente estudio, sin importar la forma real de la población

muestreada, pero se analizan los resultados descriptivos de los datos.

Tabla 4. Estadísticos descriptivos, grupo control

Asimetría Curtosis
Casos Mínimo Máximo Media D. E. Varianza Estadístico D.E Estadístico D.E.
UIII_c 35 .00 9.99 6.9327 1.77931 3.166 -1.643 .398 5.693 .778
Final_c 35 4.00 10.00 7.8286 1.42428 2.029 -.716 .398 1.528 .778

En ambas variables la asimetría es distinta de cero y la curtosis es distinta de 3, por lo

tanto, parecen no seguir una distribución normal. Además de obtener estas medidas se realizaron

las pruebas de Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilks para contrastar la distribución observada

con la distribución teórica, en este caso, la normal. La aproximación a la distribución normal

cuando la muestra n es suficientemente grande permite omitir el hecho de que los datos no

cumplan con los supuestos de normalidad, sin embargo, por tener una ‘n’ cerca de la frontera

mínima se realizan pruebas no paramétricas para no asumir distribución alguna, y también las

pruebas paramétricas, implicando que las muestras provienen de poblaciones normales.

Las pruebas de bondad de ajuste de Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilks tienen las

siguientes hipótesis:

H0: “Los datos siguen una distribución normal”


H1: “Los datos NO siguen una distribución normal”

El error estadístico tipo I es rechazar H0 cuando esta es verdadera, es decir, afirmar que

los datos no se distribuyen normalmente cuando sí lo hacen. Queremos que esta probabilidad
sea muy baja, así que fijamos un valor de 0.05, que es el más comúnmente utilizado por

convención pero que además nos brinda un muy buen nivel de confianza, el 95%.

El error tipo II es no rechazar H0 cuando esta es falsa, es decir, afirmar que los datos

siguen una distribución normal cuando no es así. En este caso la probabilidad de este error es

más complicada de calcular y tiene que ver con el cálculo del tamaño de muestra, y dado que

no podemos modificar este dato, basaremos las pruebas del presente trabajo en el nivel de

significancia alfa, la probabilidad del error tipo I.

Con ayuda del paquete estadístico SPSS, se realizaron las pruebas con un nivel de

confianza del 95%. Si el p-value es mayor a 0.05 (significancia) entonces no se rechaza la

hipótesis nula, y la distribución es normal; si es menor a 0.05, se rechaza la H0.

La Tabla 5 muestra los resultados de estas dos pruebas de bondad de ajuste, las cuales

indican que ambas variables dependientes (UIII y Calificación Final) no siguen una distribución

normal, a excepción de la prueba de Komogorov-Smirnov de la U3. Los p-values son mucho

menores a 0.05.

Tabla 5. Resultados de pruebas de normalidad, grupo control

Kolmogorov-Smirnova Shapiro-Wilk

Estadístico gl Sig. Estadístico gl Sig.


UIII - G. Control .122 35 .200* .883 35 .001

Final - G. Control .195 35 .002 .880 35 .001

a. Corrección de la significación de Lilliefors

*. Este es un límite inferior de la significación verdadera.


También se realizaron pruebas para comparar si las calificaciones son independientes de

la variable sexo. Por la ‘no normalidad’ de los datos realizamos la prueba U de Mann Whitney

para diferencia de medianas. La razón principal de este ejercicio es que en el grupo experimental

la proporción de mujeres respecto a los hombres es de 2.25, es decir, por cada hombre hay más

de dos mujeres, mientras que en el grupo control fue de 0.84, por cada hombre hay 0.84 mujeres,

o sea, casi uno a uno. Asimismo, la Tabla 6 muestra que las mujeres tienen un mejor promedio

que los hombres, tanto en la última unidad como en la calificación final, pero ¿es esta diferencia

estadísticamente significativa?, ¿se puede afirmar que el promedio depende del sexo? Las

diferencias en los promedios son de 1.26 puntos y 1.58 para UIII y Calificación final

respectivamente.

Tabla 6. Promedios finales, hombre vs mujeres, grupo control

Desviación estándar Promedio final de la Desviación estándar


Sexo
Promedio Unidad III asignatura
Hombres 6.35 0.4661 7.10 0.3234
Mujeres 7.61 0.2864 8.68 0.2183

Las hipótesis de la prueba de U de Mann se plantean de la siguiente manera, tanto para

la Unidad III como para la calificación final de la asignatura:

H0: “Mediana de hombres = Mediana de mujeres”


H1: “Mediana de hombres ≠ Mediana de mujeres”

El nivel de confianza (alfa) elegido, por regla general y convención, es del 95% y se

realizó con el programa estadístico SPSS. Cabe señalar que si el p-value es menor a la

significancia (α=0.05) entonces se rechaza la H0 y las calificaciones son significativamente

diferentes en términos estadísticos según la variable sexo.


Los resultados afirman que, para ambas variables sí hay diferencia estadísticamente

significativa entre las medianas entre hombres y mujeres, es decir, las calificaciones difieren

según el sexo dentro del grupo control. Los p-values resultan ser menores a 0.05, por lo tanto,

se rechaza la H0 de igualdad de medianas (Tabla 7). En el caso de la variable de calificación

final, existe diferencia significativa a cualquier nivel de confianza prácticamente.

Tabla 7. Prueba U de Mann Whitney para diferencia de medianas, variable de agrupación ´sexo´, grupo control

Calificación UIII Calificación Final

U de Mann-Whitney 85.000 42.500

W de Wilcoxon 275.000 232.500

Z -2.219 -3.777

Sig. Asintótica (bilateral) 0.027 0.000

El tamaño de muestra es de 35, y como ya se dijo anteriormente, se realizan pruebas

tanto paramétricas como no paramétricas. En este sentido y asumiendo que los elementos

muestrales provienen de una población normal, se puede realizar la prueba paramétrica para

determinar si existe diferencia en las medias de calificaciones entre hombre y mujeres. Esto se

lleva a cabo mediante la prueba t para muestras independientes.

Estas pruebas paramétricas tienen como H0 que las medias (no las medianas como en la

prueba no paramétrica) de ambos grupos (hombres y mujeres) son iguales. De la misma forma,

si el p-value asociado es menor a 0.05 (significancia elegida) entonces la decisión es rechazar

la H0, lo cual implica que la diferencia entre las medias, agrupando por la variable sexo, es

estadísticamente significativa.
En la

Tabla 8 se puede observar al estadístico t con su nivel de significación bilateral, que

refleja el grado de compatibilidad entre la hipótesis de igualdad de medias (H0) y la diferencia

entre medias poblacionales observada. Ya que todos estos valores son menores que 0.05, la

conclusión es que se debe rechazar la hipótesis nula de igualdad de medias. Las medias son

diferentes para hombres y mujeres. Este resultado se corrobora con los intervalos de confianza

para estas diferencias, los cuales no incluyen al cero, descartando así la igualdad de medias.

Además del resultado anterior, también se obtienen resultados para la prueba de las

varianzas de ambos grupos, y dado que los valores de la significación son mayores a 0.05, se

concluye que las varianzas son iguales en ambos grupos, hombres y mujeres. Esto implica que

la variabilidad en las calificaciones no difiere en hombres y mujeres desde el punto de vista

estadístico.

En la prueba no paramétrica y la paramétrica se obtienen resultados análogos. Estos

resultados implican que, al contrastar los dos grupos, el control y el experimental, debemos

hacerlo con base en la variable sexo. Cabe señalar que las mismas pruebas, paramétricas y no

paramétricas se harán para determinar las diferencias en las variables de interés del grupo

experimental agrupando por la variable sexo, así como las pruebas finales de contraste entre el

grupo control y el experimental, también agrupando por la variable sexo.


Tabla 8. Prueba t para muestras independientes, variable de agrupación ´sexo´, grupo control
.
Prueba de
Levene de
igualdad de
varianzas prueba t para la igualdad de medias
95% de intervalo de
Diferencia confianza de la
Sig. Diferencia de error diferencia
F Sig. t gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior
Calificación Se asumen
Unidad III varianzas .793 .380 -2.189 33 .036 -1.25376 .57263 -2.41879 -.08873
iguales
No se asumen
varianzas -2.292 29.170 .029 -1.25376 .54707 -2.37237 -.13515
iguales
Calificación Final Se asumen
varianzas .144 .706 -3.898 33 .000 -1.58224 .40592 -2.40808 -.75640
iguales
No se asumen
varianzas -4.054 30.530 .000 -1.58224 .39026 -2.37868 -.78580
iguales
4.2 Grupo experimental

4.2.1 Caracterización

El grupo experimental está compuesto por 25 mujeres y 10 hombres, una proporción

mucho mayor de mujeres comparado con el grupo control. Se trata también de un grupo joven,

donde las edades oscilan entre 20 y 28 años (ver Gráfica 13).

Casi el 80% de los estudiantes tienen entre 20 y 21 años. Esta composición es favorable

ya que supone una cualidad equiparable con el grupo control y se puede despreciar como

variable de confusión.

Gráfica 13. Porcentaje de estudiantes por edades, grupo experimental

3%
3%
9%

9%
46%

31%

20 años 21 años 23 años 24 años 25 años 28 años

En este grupo fue implementado el modelo de b-learning principalmente para la unidad

III. No obstante, como en el caso del grupo control, se utilizó la plataforma Moodle para algunas

comunicaciones en las otras unidades, así como para recomendar algunos videos y actividades.
Cabe mencionar que la experiencia en esta materia es que los alumnos no aprovechan

los recursos tecnológicos disponibles, son pocos los que explotan la plataforma con toda su

potencialidad, algunos del grupo control incluso no recordaban el haber usado la plataforma

durante todo el semestre, aun cuando por ese canal se dejaron algunas actividades.

Para estimular el uso de la plataforma por parte de los estudiantes se abrieron algunas

actividades, a partir de las unidades I y II donde se les requería compartir una opinión sobre

algunos sitios de interés relacionados con la materia, además de comentar a por lo menos 3

compañeros. Los resultados fueron muy gratificantes, las participaciones no eran breves y el

nivel de reflexión fue muy satisfactorio.

Este tipo de actividades llevaban inherentes un valor agregado sobre la calificación. Si

bien eran opcionales, sí representaban la posibilidad de obtener puntaje extra al final del periodo.

Cabe mencionar que las actividades en el grupo control también tenían una calificación

asociada, sin embargo, la respuesta no fue la esperada, pocos participaron.

Probablemente el hecho de comenzar el uso de la plataforma con actividades que eran

del interés del grupo contribuyó al éxito en esta ocasión. Se proyectaron películas relacionadas

con la materia o con el uso de las matemáticas en un ambiente práctico. Esto motivó más a los

estudiantes a participar en el uso de la tecnología y con ello se fueron familiarizando y

acostumbrándose a utilizar la plataforma como herramienta para su aprendizaje.

Por otro lado, se realizaron actividades virtuales con retroalimentación presencial en las

unidades I y II, aunque en menor proporción que en la última unidad, con la finalidad de llevar

a los estudiantes al uso recurrente de la plataforma; los resultados en este contexto fueron muy
satisfactorios. De esta manera se preparó al grupo para el máximo aprovechamiento posible de

las actividades virtuales del modelo b-learning implementado en la unidad III.

Se aplicó la misma encuesta que en el grupo control, en este caso se aplicaron 35

encuestas. En cuanto a la complejidad de las unidades, la última se considera la más complicada

y esto obedece, como se mencionó en los resultados del grupo control, al contenido matemático;

el 77% (27 casos) lo consideró de esta manera (Gráfica 14).

El aprendizaje en la unidad III se consideró malo o regular por el 80% del grupo, y solo

el 20% como muy bueno o excelente (Gráfica 16). Este resultado contrasta con el del grupo

control donde los porcentajes fueron de alrededor del 70% y 30% respectivamente, contrario a

lo que se esperaba dada la implementación del modelo b-learning.

En relación con la complejidad de la materia, el 80% (28 casos) la considera complicada

y solo en dos casos muy complicada (

Gráfica 15), en contraste con el grupo control donde el 75% la consideró complicada y

no hubo casos donde se consideró muy complicada. Aparentemente, en este grupo experimental,

la percepción sobre la complejidad de la materia y de la última unidad es mayor que en el grupo

control. Incluso la percepción sobre la unidad donde se tuvo un mejor aprendizaje, la última

unidad representa el 8% en el caso de este grupo experimental (Gráfica 17) en contraste con el

14% del grupo control.

Los resultados anteriores contrastan significativamente a los esperados en el grupo

experimental donde se diseñaron actividades virtuales especialmente para facilitar el


aprendizaje en la tercera unidad. Se esperaba que con el modelo de b-learning se lograra mejorar,

no solo los resultados, sino también la percepción de los alumnos en cuanto a su aprendizaje y

la complejidad de la materia.

Gráfica 14. Porcentaje de estudiantes según su consideración de la unidad más compleja, grupo experimental

3%
20%

77%

2 3 Sin respuesta

Gráfica 15. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre la complejidad de la materia, grupo experimental

6% 14%

80%

Fácil Complicada Muy complicada


Gráfica 16. Porcentaje de estudiantes según su consideración de aprendizaje en la última unidad, grupo
experimental

3% 11%
17%

69%

Malo Regular Muy bueno Excelente

Gráfica 17. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre la unidad con mayor aprendizaje, grupo
experimental

9% 3%

29%
60%

1 2 3 Todas

En este grupo se concientizó más a los estudiantes sobre el uso de la plataforma Moodle

como herramienta de comunicación y aprendizaje a través de actividades iniciales donde tenían

la oportunidad de compartir sus experiencias y comentar la de sus compañeros mediante foros


asincrónicos de participación. Se diseñaron actividades muy específicas para coadyuvar el

aprendizaje en la tercera unidad, las cuales tenían la bondad de ser interactivas e intuitivas donde

el estudiante tenía la oportunidad de “jugar” y observar el impacto que se generaba en los

resultados.

En relación con lo anterior se preguntó a los estudiantes sobre los medios o elementos

que aportaron más para lograr un mejor aprendizaje en la última unidad. El resultado es muy

interesante comparado con el grupo control, en este caso las actividades relacionadas con la

tecnología fueron altamente valoradas. En primer lugar, fueron los laboratorios (clases

desarrolladas en un centro de cómputo aprovechando la bondad de la tecnología) con el 28.5%

de preferencia, seguido de las actividades en clase, las actividades en línea y las explicaciones

del maestro que sorprendentemente tienen la misma preferencia, el 23%. Un solo caso puso a la

par los laboratorios y las explicaciones del maestro, como lo muestra la Gráfica 18.

Los resultados anteriores contrastan con los del grupo control donde solo una persona

identifica a las actividades en línea como coadyuvantes para el aprendizaje, y esto en

combinación con las actividades en clase. De esta forma se logró posicionar en el grupo a la

parte tecnológica como ingrediente esencial del modelo educativo.

La relevancia o utilidad de la materia para el desempeño profesional es otro punto

interesante que se le cuestionó al grupo. El 23% le concedió la calificación más alta a la materia

en contraste con el 14% del grupo control, mientras que la calificación que prevaleció fue de 8

con casi el 40%. La calificación más baja fue de 5 (Gráfica 19). En relación con la importancia

que los estudiantes les conceden a las matemáticas para su desempeño profesional, el 83%

considera que son muy útiles y le dieron la calificación más alta; la nota más baja para este rubro
fue de 8. Cabe recordar que en el grupo control el 75% le concedió la máxima puntuación a las

matemáticas y la menor calificación fue de 7. Parece que este grupo tiene un poco más de

consideración hacia el conocimiento matemático en su carrera. Estos resultados se muestran en

la

Gráfica 20.

Gráfica 18. Porcentaje de estudiantes según su consideración sobre las actividades que aportan más al aprendizaje, grupo
experimental

23% 23%

23%
29%
3%

Actividades en clase Laboratorios Laboratorios y Maestro


Actividades en línea Explicaciones del Maestro
Gráfica 19. Porcentaje de estudiantes según la calificación de utilidad (0-10) que le dieron a la materia, grupo
experimental

3% 6%
23% 9%

23% 37%

5 6 7 8 9 10

Gráfica 20. Porcentaje de estudiantes según la calificación de utilidad (0-10) que les dieron a las matemáticas, grupo
experimental

3%
14%

83%

8 9 10
4.2.2 Resultados del grupo experimental

Las variables dependientes son las calificaciones de la tercera unidad y la final. Los

resultados en este grupo experimental muestran, por lo menos de manera a priori, que hubo una

mejoría en los resultados de la última unidad y en la calificación final.

En la Gráfica 23 se puede ver que en la unidad III se redujo el índice de reprobación, del

30% en el grupo control a una décima parte de eso en este grupo experimental; la calificación

mínima aprobatoria representa el 8%, en contraste con el 34% en el grupo control.

Las calificaciones más altas (9-10) representan el 62% lo cual contrasta

significativamente con el 19% del grupo control. Incluso la asimetría de las gráficas para esta

unidad III entre el grupo control y el experimental son contrarias, pues la calificación

predominante en este caso es de 9 con el 38%, y en el grupo control fue de 7 con el 35%.

Un resultado interesante en este grupo experimental es que nadie obtuvo una calificación

de 10 en el examen de la última unidad, sin embargo, el 24% alcanzó esa calificación final, esto

obedece a que el examen tiene un peso del 60% y además algunas actividades aportaban puntos

extra a la calificación del examen (la misma oportunidad tenían los del grupo control).

Las unidades I y II son muy similares en sus comportamientos. En la primera unidad

(Gráfica 23) el 46% lograron la máxima calificación y solo el 5% de índice de reprobación; si

se toman en cuenta las dos calificaciones más altas (9-10) suman el 73%. En la segunda unidad

(Gráfica 22) el 54% obtuvieron la máxima calificación y solo el 5% reprobó. Tomando en cuenta

las dos calificaciones más altas suman 76% del grupo.


Gráfica 21. Resultados Unidad III, grupo experimental
20 19

18 15
16
14
12
Alumnos

10
8 9
14
6
10
4 1 2
2 3 0
0 1
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen

Gráfica 22. Resultados Unidad II, grupo experimental


25

20 17
20

15
Alumnos

10
7 7
5
5
8
5 1
2 2
0
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen


Gráfica 23. Resultados Unidad I, grupo experimental

18
16 17
14
14
12
Alumnos

10 9

8 6
6
6
2 10
4
2 5
2 3
0
Reprobados 7 8 9 10
Calificación

Calificación final Examen

La calificación final de la asignatura para este grupo se puede ver en la Gráfica 24. El

porcentaje de reprobación es del 3%, solo un alumno, contra el 9% del grupo control; las dos

calificaciones más altas representan el 73% mientras que en el grupo control fue del 25%. El

sesgo de la gráfica es hacia la izquierda en contraste del grupo control que fue a la derecha. En

general se mejoraron las calificaciones de la última unidad y de la asignatura.

Gráfica 24. Calificaciones finales, grupo experimental

18

16

14

12
Alumnos

10

8 17

6
10
4

2 5
4

0 1
Reprobados 7 8 9 10
Calificación
Las medidas estadísticas que nos ayudan a vislumbrar de manera resumida los resultados

del grupo experimental se reflejan en la Tabla 9. Las medias subieron notablemente en la

calificación final y la tercera unidad en comparación con las obtenidas por el grupo control, lo

cual podría ya dar un indicio de la efectividad del nuevo modelo implementado; además se tiene

una menor dispersión o varianza, es decir, es un grupo (el experimental) más homogéneo en su

aprendizaje y resultados, lo cual es deseable en el ámbito educativo.

Nuevamente la asimetría no es cero y la curtosis es distinta de 3 para ambas variables, y

juntamente con el tamaño de muestra cercano a 30, se podría dudar de la normalidad de los

datos, por lo tanto, se realizan ambas pruebas, las paramétricas y las no paramétricas.

Tabla 9. Medidas estadísticas, grupo experimental

Casos Asimetría Curtosis


Mínimo Máximo Media D. E. Varianza Estadístico D.E Estadístico D.E.
Grupo UIII_c 35 .00 9.99 6.9327 1.77931 3.166 -1.643 .398 5.693 .778
control Final_c 35 4.00 10.00 7.8286 1.42428 2.029 -.716 .398 1.528 .778

Grupo UIII_e 37 4.00 10.00 8.53 1.20993 1.464 -1.558 .388 4.090 .759
Exp Final_e 37 6.21 10.00 8.81 1.06116 1.126 -.815 .388 -0.109 .759

Las pruebas de normalidad de Komogorov-Smirnov y de Shapiro-Wilks se realizan para

contrastar la distribución de las variables con la distribución teórica. Análogo al resultado del

grupo control, las distribuciones de las variables resultan ser no normales a excepción de la U3

para la prueba de Kolmogorov-Smirnov (Tabla 10) con un nivel de confianza de 95%. Incluso

el resultado para la U3 tiene un p-value justo en la frontera de la significancia, en este caso se

tomará esta variable también como no normal para las pruebas no paramétricas.
Tabla 10. Pruebas de normalidad, Calificaciones vs sexo, grupo experimental

Kolmogorov-Smirnova Shapiro-Wilk
Estadístico gl Sig. Estadístico gl Sig.
U3 .144 37 .051 .878 37 .001
Final .298 37 .000 .839 37 .000
a. Corrección de la significación de Lilliefors

La Tabla 11 presenta un resultado muy interesante, las diferencias absolutas entre los

promedios finales de hombres y mujeres disminuyó notablemente, aunque siguen siendo las

mujeres las que obtienen mejores notas. Surge nuevamente la necesidad de preguntar si estas

diferencias son estadísticamente significativas.

Se procede entonces de la misma manera que como en el grupo control, se aplican las

pruebas de U de Mann Whitney para la diferencia de medianas, en el contexto no paramétrico,

y la t para diferencia de medias bajo el supuesto de normalidad en la parte paramétrica. En

ambas pruebas la variable de agrupación es Sexo. Cabe resaltar aquí que este análisis es

necesario para eliminar el factor de confusión ‘sexo’, y garantizar que, de existir diferencias

significativas en las medias entre el grupo control y el experimental, obedezcan solamente al

modelo b-learning y no a la conformación por sexo de cada grupo, ya que en el grupo

experimental hay poco más del doble de mujeres que de varones.

La significancia vuelve a ser de 0.05 y el nivel de confianza es del 95%. El tamaño de

muestra es muy similar, 37 estudiantes. Se debe recordar que la regla de decisión es que si los

p-values resultan ser menores a 0.05, se rechaza la H0 que supone la igualdad de medianas o de

medias según sea el caso no paramétrico o paramétrico respectivamente.


Tabla 11. Promedio finales, hombres vs mujeres, grupo experimental

Desviación Promedio final de la Desviación


Sexo
Promedio Unidad III estándar asignatura estándar
Hombres 6.35 0.4661 7.10 0.3234
Grupo 0.2864 0.2183
control Mujeres 7.61 8.68
Diferencia
H vs M 1.26 puntos 1.58 puntos
Hombres 8.16 0.2677 8.29 0.3200
Grupo 0.2562 0.1959
Exp Mujeres 8.68 9.03
Diferencia
H vs M 0.52 puntos 0.74 puntos

El resultado de la prueba no paramétrica para la variable Calificaciones de la UIII tiene

un p-value muy cercano a la frontera de la significancia (0.058) mayor a 0.050, indicando que

no hay diferencia significativa entre las medianas de hombres y mujeres. En relación con la

Calificación final sí hay diferencia significativa, pues tiene un p-value asociado de 0.038 menor

a 0.050, lo que implica que las medianas entre hombres y mujeres sí son estadísticamente

significativas (ver Tabla 12).

El resultado anterior se podía anticipar de alguna manera con la Tabla 11, pues la

diferencia en el promedio de la UIII entre hombres y mujeres es menor que aquella para la

Calificación final. Los varones mejoraron su promedio de manera drástica en la tercera unidad

(1.81 puntos), aún más que en la Calificación final (1.19 puntos).


Tabla 12. Prueba U de Mann Whitney para diferencia de medianas, variable de agrupación ´sexo´, grupo experimental
Calificación UIII Calificación Final
U de Mann-Whitney 86.000 84.500

W de Wilcoxon 152.000 150.500

Z -1.898 -2.072

Sig. Asintótica (bilateral) 0.058 0.038

La prueba t para diferencia medias (

Tabla 13) arroja un resultado análogo a la prueba no paramétrica, en este caso los p-

values son más determinantes, por lo tanto, se concluye que no existe diferencia significativa

entre las medias de las calificaciones de la UIII entre hombres y mujeres. En cuanto a la

Calificación final se concluye que sí existe diferencia significativa entre las medias de hombres

y mujeres, aunque el p-value asociado es apenas menor que 0.50 (0.049).

Al analizar la tabla completa (

Tabla 13) de resultados también se puede determinar que se tiene igualdad de varianzas

(homocedasticidad), lo cual valida el uso de pruebas paramétricas; el intervalo de confianza para

la variable Calificación de UIII contiene claramente el cero indicando que la igualdad de medias

que refleja la H0 no se puede rechazar; por otro lado, el intervalo de confianza para la

Calificación final está muy cerca del cero en su límite superior pero no lo incluye, por lo tanto,

se rechaza la H0 y la diferencia sí es apenas estadísticamente significativa.


Tabla 13. Prueba t para muestras independientes, variable de agrupación ´sexo´, grupo experimental

Prueba de
Levene de
igualdad de
varianzas prueba t para la igualdad de medias
95% de intervalo de
Diferencia confianza de la
Sig. Diferencia de error diferencia
F Sig. T gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior
Calificación Se asumen
Unidad III varianzas .467 .499 -1.214 35 .233 -.52483 .43235 -1.40255 .35290
iguales
No se asumen
varianzas -1.416 27.487 .168 -.52483 .37062 -1.28464 .23499
iguales
Calificación Final Se asumen
varianzas .541 .467 -2.040 35 .049 -.74664 .36594 -1.48954 -.00374
iguales
No se asumen
varianzas -1.990 17.898 .062 -74664 .37528 -1.53540 .04211
iguales
4.3 Contrastes entre grupos

Una vez que se han descrito los dos grupos a contrastar y que se ha determinado que la

composición por sexo podría resultar en un factor de confusión, se procede a realizar las pruebas

pertinentes para ver si la implementación del modelo b-learning tiene un impacto positivo en el

aprendizaje, lo cual se mide a través de sus calificaciones. Este resultado se enriquece con

algunos otros derivados de la encuesta aplicada al final de cada curso.

Se realizan dos ejercicios de contraste para determinar si hay un impacto positivo en los

promedios finales con la implementación del b-learning, el primero es comparando los dos

grupos de manera general, y el segundo es comparando los dos grupos, pero diferenciando entre

hombres y mujeres.

En la

Tabla 14 se puede observar el incremento en los promedios tanto de la UIII como de la

calificación final para el grupo experimental que siguió el modelo de b-learning en comparación

con el grupo control que trabajó con el método presencial solamente.

Cabe mencionar que el mayor énfasis y trabajo, así como el mayor diseño de actividades

virtuales se realizó en la tercera unidad que es la de mayor contenido matemático, lo cual es

congruente con los resultados obtenidos pues es en esta unidad donde se tuvo el mayor

incremento en el promedio final, 1.6 puntos.


Tabla 14. Promedios finales, grupo control vs grupo experimental

Desviación Desviación
Promedio Unidad III Promedio final de la asignatura
estándar estándar

Grupo 6.93 0.30076 7.82 0.24075


control

Grupo Exp 8.53 .19891 8.81 .17445

Diferencia 1.6 puntos 0.99 puntos

Por otro lado, la Tabla 15 muestra una sustancial mejora en los promedios finales de la

Unidad III y de la Calificación final agrupando por la variable sexo. El promedio de los hombres

subió casi 2 puntos en la UIII y poco más de un punto en la calificación final; en el caso de las

mujeres fue de un punto en la UIII y casi medio punto en la calificación final. Es evidente que

las mujeres tienen un mejor promedio que los varones como ya se había comentado en la sección

anterior.

Tabla 15. Calificaciones promedio finales, UIII y Final, grupo control vs grupo experimental

Desviación Promedio final de la Desviación


Sexo
Promedio Unidad III estándar asignatura estándar
Hombres 6.35 0.4661 7.10 0.3234
Grupo 0.2864 0.2183
control Mujeres 7.61 8.68
Hombres 8.16 0.2677 8.29 0.3200
Grupo 0.2562 0.1959
Exp Mujeres 8.68 9.03
Diferencia H vs H 1.81 puntos 1.19 puntos
entre
grupos M vs M 1.07 puntos 0.35 puntos
Ahora se realiza el contraste entre ambos grupos para determinar si existe diferencia

estadísticamente significativa entre sus promedios con base en la variable modelo, es decir, con

y sin la implementación del b-learning, tomando los grupos completos sin agrupar por la

variable sexo. Aplicando la prueba no paramétrica de U de Mann, el resultado indica que las

diferencias entre las medianas entre ambos grupos son estadísticamente significativas, tanto para

la calificación de la UIII como para la calificación final pues los p-values son menores a la

significancia 0.05. Esto quiere decir que el modelo b-learning sí genera una diferencia

significativa en el promedio del grupo experimental, y esta diferencia es positiva con un nivel

de confianza del 95% (ver Tabla 16).

Cabe mencionar que el nivel de significancia que por default arroja el paquete estadístico

es del 0.05 y es el mismo que se eligió desde las pruebas anteriores.

Tabla 16. Contraste entre los grupos control y experimental según el modelo educativo, prueba no paramétrica U de Mann-
Withney

Calificación UIII Calificación Final

U de Mann-Whitney 250.000 373.000

W de Wilcoxon 880.000 1003.000

Z -4.480 -3.183

Sig. Asintótica (bilateral) 0.000 0.001

La prueba análoga en el caso paramétrico es la prueba t de diferencia de medias (Tabla

17). Al realizar esta prueba, el primer resultado que se obtiene es que se pueden asumir varianzas

iguales; las diferencias en ambas variables de interés tienen una significación bilateral menores
a 0.05, en el caso de la UIII es significativa a cualquier nivel de confianza, no solo al 95% como

se realizó la prueba.

Los intervalos de confianza para las diferencias no contienen al cero, este es un elemento

más con el que se puede verificar que la diferencia de las medias entre los dos grupos es

estadísticamente significativa para la Calificación de la UIII y para la Calificación final. La

conclusión es la misma, el modelo b-learning mejora de manera estadísticamente significativa

el promedio del grupo experimental.

En ambas pruebas se rechaza la hipótesis nula de igualdad. Entre más pequeño es el p-

value más fuerte es la evidencia de las muestras para rechazar H0 y confirmar la significancia

de las diferencias.

Tabla 17. Prueba t para muestras independientes, diferencia de medias, grupo control vs grupo experimental. Grupos
completos
Prueba de
Levene de
igualdad de
varianzas prueba t para la igualdad de medias
95% de intervalo de
Diferencia confianza de la
Sig. Diferencia de error diferencia
F Sig. T gl (bilateral) de medias estándar Inferior Superior
Calificación Se asumen
Unidad III varianzas 1.808 .183 -4.483 70 .000 -1.59970 .35687 -2.31145 -.88795
iguales
No se asumen
varianzas -4.436 59.498 .000 -1.59970 .36058 -2.32110 -.87830
iguales
Calificación Final Se asumen
varianzas 1.097 .298 -3.350 70 .001 -.98792 .29492 -1.57612 -.39971
iguales
No se asumen
varianzas -3.323 62.742 .001 -.98792 .29731 -1.58209 -.39374
iguales

Con base en los resultados de las pruebas para saber si existe diferencia entre las

calificaciones entre hombres y mujeres, se realiza el contraste entre grupos, pero por la variable
sexo. Esto se hace con la finalidad de eliminar el probable factor de confusión que representa la

variable sexo. La Tabla 18 presenta un resumen de los resultados de las pruebas de diferencias

de medianas y medias entre las notas de hombres y mujeres tanto para el grupo control como

para el experimental.

Tabla 18. Significancia de las diferencias en las calificaciones entre hombres y mujeres, grupos control y experimental.

Unidad III Calificación Final

Grupo control Diferencia significativa Diferencia significativa

Grupo experimental Diferencia NO significativa Diferencia significativa

Las pruebas estadísticas que se llevan a cabo son las mismas que se han manejado hasta

ahora, para el caso no paramétrico la prueba U de Mann-Whitney para la diferencia de medianas,

y para el caso paramétrico la prueba t de diferencia de medias.

La prueba no paramétrica U de Mann-Whitney indica que sí hay diferencia significativa

en las calificaciones entre los hombres del grupo control y el grupo experimental. Esta diferencia

es estadísticamente significativa con un 95% de confianza y una significancia de 0.05, además

es para las dos variables de interés, las calificaciones de la Unidad III y para la calificación final

(ver Tabla 19).

Esto indica que el modelo adoptado de b-learning representa una mejora en las

calificaciones de la Unidad III y las finales. El modelo es exitoso y permite a los estudiantes

tener un mejor aprendizaje. Los p-values asociados a las pruebas son mucho menores a la

significancia fijada, entre más pequeños sean estos valores, mayor es la evidencia para rechazar
la H0 de la igualdad de medianas. Este resultado confirma la hipótesis del trabajo de

investigación expresada en la sección 1.6 del presente trabajo.

Tabla 19. Prueba de diferencia de medianas para hombres, grupo control vs grupo experimental

Calificación UIII Calificación Final

U de Mann-Whitney 34.000 52.500

W de Wilcoxon 224.000 242.500

Z -3.035 -2.342

Sig. Asintótica (bilateral) 0.002 0.019

La misma prueba, pero para las mujeres indica que existe una diferencia significativa en

las calificaciones de las mujeres del grupo control vs las mujeres del grupo experimental de la

Unidad III, no así para las calificaciones finales cuyo p-value es 0.170 mayor que la significancia

fijada de 0.050.

Este resultado es congruente a la luz de la Tabla 15, donde claramente se ve que la

diferencia entre las calificaciones finales de las mujeres del grupo experimental y las mujeres

del grupo control es mucho menor a los demás casos. Y es que inicialmente el promedio de las

calificaciones finales de las mujeres en el grupo control no era bajo, 9 si se redondea, lo cual

exige un mayor nivel de aprendizaje y aprovechamiento para poder mejorar sustancialmente ese

promedio.

Este resultado implica que el modelo b-learning deriva en una mejora sustancial en el

promedio de las mujeres del grupo experimental de la Unidad III en contraste con el promedio
de las mujeres del grupo control. Por otro lado, este modelo no representa una diferencia

significativa en el promedio de las calificaciones finales entre las mujeres de ambos grupos,

control y experimental. Es interesante retomar que en la Unidad III se aborda el mayor contenido

matemático y es la unidad donde se trabajó con un mayor número de actividades virtuales.

Tabla 20. Prueba de diferencia de medianas para mujeres, grupo control vs grupo experimental

Calificación UIII Calificación Final

U de Mann-Whitney 92.000 157.500

W de Wilcoxon 228.000 293.500

Z -3.006 -1.371

Sig. Asintótica (bilateral) 0.003 0.170

Las pruebas paramétricas para estos contrastes son las pruebas t para diferencia de

medias. El nivel de confianza es de 95% y la significancia también se fija en 0.05. Cabe recordar

que estas pruebas asumen que las muestras provienen de una población normal.

En este caso todas las significancias son menores a la significancia de 0.05, lo cual indica

que las medias de los grupos son diferentes con base en el modelo implementado. El resultado

es análogo para la prueba no paramétrica que se hizo para los hombres, es decir, el modelo b-

learning es efectivo para mejorar el aprendizaje de los varones del grupo experimental en

contraste con el grupo control (ver

Tabla 21). En la misma tabla también se puede notar que los intervalos de confianza para

las diferencias no incluyen el valor cero, confirmando el resultado de que la diferencia es

significativa.
Tabla 21. Prueba de diferencia de medias para hombres, grupo control vs grupo experimental

Prueba de muestras independientes


Prueba de Levene
para la igualdad Prueba T para la igualdad de medias
de varianzas
95% Intervalo de
Diferencia confianza para la
Sig. Diferencia
F Sig. t gl de error diferencia
(bilateral) de medias
estándar
Inferior Superior
Se han asumido
1.543 0.224 -2.779 28 .010 -1.80405 0.64908 -3.13364 -.47446
varianzas iguales
UIII No se han
asumido -3.356 26.621 .002 -1.80405 0.53752 -2.90769 -.70041
varianzas iguales
Se han asumido
0.003 0.953 -2.416 28 .022 -1.18656 0.49116 -2.19264 -.18047
varianzas iguales
Final No se han
asumido -2.607 25.870 .015 -1.18656 0.45506 -2.12217 -.25094
varianzas iguales

Para el caso de las damas, las pruebas paramétricas afirman lo mismo que las pruebas

no paramétricas. En la Tabla 22 el p-value para la Unidad III es menor a la significancia, lo cual

implica que la diferencia en las notas de las mujeres del grupo experimental es estadísticamente

diferentes que las del grupo control. El modelo es efectivo para mejorar el aprendizaje de la

Unidad III.

En contraste, las calificaciones finales no son estadísticamente diferentes entre los dos

grupos, tal cual resultó de las pruebas no paramétricas. En este sentido, el modelo b-learning no
mejora de manera sustancial el resultado final de las mujeres del grupo experimental respecto a

las mujeres del grupo control.

Es importante señalar que las varianzas en todas las pruebas se asumen iguales, pues el

p-value es mayor a 0.05, así que no se puede rechazar la H0 de igualdad de varianzas, lo cual

valida el uso de estas pruebas paramétricas.

Tabla 22. Prueba de diferencia de medias para mujeres, grupo control vs grupo experimental

Prueba de muestras independientes


Prueba de Levene
para la igualdad Prueba T para la igualdad de medias
de varianzas
95% Intervalo de
Diferencia confianza para la
Sig. Diferencia
F Sig. t gl de error diferencia
(bilateral) de medias
estándar
Inferior Superior
Se han asumido
0.014 0.906 -2.710 40 .010 -1.07512 0.39679 -1.87706 -.27318
varianzas iguales
UIII No se han
asumido -2.797 35.122 .008 -1.07512 0.38434 -1.85527 -.29497
varianzas iguales
Se han asumido
0.036 0.851 -1.158 40 .254 -0.35096 0.30310 -0.96356 -.26164
varianzas iguales
Final No se han
asumido -1.196 35.200 .240 -0.35096 0.29336 -0.94639 -.24446
varianzas iguales
Capítulo 5. Conclusiones

Con base en el análisis de los datos sobre las calificaciones y la encuesta aplicada, se

comprueba la hipótesis de que el modelo de b-learning logra incidir de manera positiva en los

promedios finales y de la tercera unidad del grupo experimental en contraste con los obtenidos

por el grupo control.

La combinación de actividades presenciales y en línea brinda a los estudiantes mejores

herramientas para autogestionar su aprendizaje; la motivación principal es el poder usar la

tecnología y hallar la utilidad y sentido del conocimiento, es decir, incorporar ese conocimiento

en su día a día. Con este modelo todos los estudiantes del grupo experimental utilizaron y

explotaron, en mayor o menor medida, la plataforma virtual, caso contrario del grupo control

donde incluso alguien dijo no saber que se había utilizado algún medio de comunicación virtual

en el curso.

La implementación de tareas y actividades en línea como herramienta para coadyuvar el

aprendizaje tiene un efecto positivo en la concepción estudiantil sobre la importancia de las

matemáticas y de la materia en su preparación académica y desarrollo profesional, es decir, le

da mayor sentido al conocimiento adquirido al visualizarlo de una manera aplicada. Asimismo,

el papel que tienen las actividades en línea es mucho más preponderante en el grupo

experimental, lo cual tiene sentido debido a la relevancia dada al trabajo virtual, pues se trata de

un modelo que se caracteriza justamente por ello.

Una de las principales ventajas de estos grupos es el rango de edad en el cual se

encuentran, todos son jóvenes, lo cual facilita el uso de la plataforma y disminuye la posibilidad
de que la tecnología sea un obstáculo por vencer en este modelo mixto. Por otro lado, la mayoría

de los alumnos (si no es que todos) había utilizado Moodle como medio de enlace virtual en

algunas materias, aunque solo para algunas comunicaciones muy básicas.

Es interesante notar que el método presencial o tradicional no puede dejarse

completamente de lado, el docente o facilitador sigue siendo una figura importante en el proceso

de enseñanza-aprendizaje. En ambos grupos un alto porcentaje de estudiantes considera que las

explicaciones del maestro son de las actividades que aportan más al aprendizaje.

Otro resultado interesante es que a pesar de las mejoras que reporta el b-learning y de

los contrastantes resultados obtenidos entre los dos grupos, la percepción de complejidad y

aprendizaje no es tan diferente entre ellos como lo muestra la Tabla 23.

Tabla 23. Percepción de aprendizaje y complejidad de la materia, grupo control vs grupo experimental

Grupo control Grupo Experimental

La materia es complicada 75% 77%

La UIII como la más compleja 67% 75%

Aprendizaje en la UIII es regular 60% 66%

Aprendizaje Muy Bueno o Excelente en la UIII 32% 19%

UIII con el mejor aprendizaje 14% 8.3%

Estos resultados parecen contradictorios a primera vista, sin embargo, con base en los

resultados de los contrastes entre las calificaciones entre ambos grupos se determina que sí hay

una diferencia en el aprendizaje. Cabe mencionar que los exámenes para los dos grupos son los

mismos, no así las actividades, ya que, en el grupo experimental, además de las desarrolladas
en clase, se dejaron algunas virtuales diseñadas especialmente sobre los temas que generan más

dudas.

El hecho de cumplir con un mayor número de actividades y por diversos canales, se

puede interpretar como que esto transmite al alumno un trabajo más arduo y por lo tanto mayor

complejidad en la materia, pero no en relación con los contenidos de esta, sino en cuanto al

trabajo necesario para acreditarla. Aunque ellos no hacen esta diferencia, mayor trabajo equivale

a mayor complejidad aun cuando implique mejor comprensión de contenidos. De manera

inconsciente el estudiante mejora significativamente su aprendizaje, sin embargo, no es lo que

tiene la mayor preponderancia, sino el “sinuoso camino” que tiene que recorrer para alcanzarlo.

Por otro lado, el b-learning también tiene la virtud de hacer más consciente al estudiante

acerca de los conocimientos que debe adquirir y dominar y la exigencia que ello requiere, por

eso en el grupo experimental una proporción mayor menciona a la UIII como la más compleja,

pues se sabe bien lo que se debe aprender.

En el contraste final entre los grupos, el resultado indica que el b-learning sí reporta

beneficios, mismos que se ven reflejados el promedio final de la UIII y el promedio final de la

materia.

Hay una diferencia estadísticamente significativa en los resultados de ambos grupos, es

decir, la mejoría en las calificaciones con base en el modelo b-learning es significativa, excepto

solamente para las calificaciones finales de las mujeres.

De esta manera se responde a las interrogantes de investigación que se plantearon

inicialmente. Se debe hacer hincapié en que el diseño de las actividades y la dinámica del b-
learning son fundamentales para obtener buenos resultados, así como la capacitación de los

docentes. Las características del modelo mixto ya se describieron con amplitud en el capítulo

anterior y referente al diseño de las actividades virtuales se puede remitir al apéndice A.

Con base en las experiencias y datos obtenidos hasta este punto, se desprenden algunas

líneas que se pueden abordar en subsecuentes investigaciones, tales como: el número ideal de

actividades en línea y presenciales, tener un correcto equilibrio; evaluar de manera directa si

este tipo de modelos es mejor para hombres o para mujeres, o si es indistinto con base en el sexo

tomando en cuenta las diferencias en habilidades y de rendimiento (ver, por ejemplo, Echavarri

et. al., 2007); ¿será efectivo este modelo para estudiantes en otros grupos de edad?,

principalmente adultos y adultos mayores; son solo algunas vertientes que será interesante

abordar en relación con el b-learning.

Finalmente se considera que los objetivos de esta investigación fueron cubiertos y las

interrogantes contestadas con los diferentes análisis de datos y con los resultados expuestos. Es

indudable que el uso de la tecnología puede ser un eje diferenciador en dinamitar, o por lo

menos, mejorar el aprendizaje de los estudiantes; también es claro que el papel del profesor de

manera presencial está lejos de ser reemplazado en su totalidad, por lo menos en el corto y

mediano plazo; es urgente la capacitación de los docentes para incorporar a su labor más y

mejores herramientas virtuales para gestionar el aprendizaje de sus estudiantes, siempre que

existan los recursos necesarios para implementarlas.


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Anexo 1

Actividad 1. Características de las gráficas.

Dentro de las actividades se realizaron paneles donde los alumnos tienen que elegir las características que presentan diversas

series con base en la información que se vio en la clase presencial y en los materiales virtuales, ya sea tendencia-ciclo o

estacionalidad. Se eligieron algunas series reales del sitio del INEGI que tienen alguna relación con su perfil universitario, series

económicas o financieras. Antes de presentar estas series, se tomaron otras de ámbito académico que muestran de manera muy

didáctica las características en cuestión.

Cabe señalar que en esta primera implementación del modelo b-learning el docente dejó libre el número de intentos para

resolver cada cuestionario y cada actividad. Esto derivó en dos vertientes, por un lado, hubo estudiantes que aprovecharon esta

libertad y mejoraron su calificación después de algunos intentos (3 a 5 intentos); por otro lado. hubo quienes trabajaron más por

ensayo y error y después de más de 25 intentos lograron sacar la calificación más alta. Independientemente de cuál haya sido la

estrategia de cada uno, se considera que la actividad tuvo un impacto positivo incluso en el caso de quienes se fueron por el ensayo

y error, en opinión del docente.

Las siguientes ilustraciones siguientes presentan algunas series académicas para que los estudiantes se familiaricen en el

análisis de series de tiempo, en las cuales es muy fácil identificar estas características.
Ilustración 1. Serie de tiempo académica con Tendencia.
Ilustración 2. Serie de tiempo académica con estacionalidad
Las Ilustraciones 3 y 4 presentan series de tiempo reales en el contexto económico-financiero muy adecuadas para el perfil

del estudiante. Los reactivos son de la misma naturaleza que los anteriores con las series académicas, pero en algunos casos las

propiedades de las series no son tan evidentes como en las académicas.

Ilustración 3. Serie de tiempo real, con tendencia y estacionalidad.


Ilustración 4. Serie de tiempo con aleatoriedad, sin tendencia ni estacionalidad
Para esta actividad se realizó una plantilla para evaluar los resultados, la retroalimentación que recibe el alumno es que

debajo de cada reactivo muestra la respuesta correcta como en la siguiente ilustración.

Ilustración 5. Reactivo completo sobre el análisis de las características de una serie de tiempo, incluye retroalimentación al alumno.
Actividad 2. Regresión lineal.

Se diseñó otra actividad para reforzar el tema de regresión lineal (en excel). El panel permite al estudiante probar diferentes

variables como variable dependiente y hasta 4 variables independientes. Nuevamente las variables son reales y relacionadas con

su perfil profesional. La herramienta también permite elegir si la regresión se hará con constante igual o diferente de cero y si es

simple o múltiple; en una parte se despliegan las gráficas de las variables seleccionadas para dar la oportunidad de una inspección

visual y comprobar la posible relación de estas. No solo se trata de ver una relación gráfica entre las variables, sino que

conceptualmente tenga sentido. Finalmente, en el mismo panel aparecen los resultados de la regresión, donde pueden verse

diferentes estadísticos para determinar la validez del modelo.

La herramienta incluye botones de control para elegir el tipo de regresión (simple o múltiple) y un combo para elegir la

serie dependiente y las series independientes. El docente es quien instruye en el uso de la herramienta de manera práctica en clase

presencial o virtual sincrónica. Dentro de los resultados de regresión se puede consultar la validez del modelo en general a través

del estadístico R y R cuadrada, así como la significancia de los coeficientes estimados para las variables independientes y del

intercepto en caso de que se haya estimado con esta opción. La Ilustración 6 muestra la actividad tal como el estudiante la trabajó

en el curso.
Ilustración 6. Actividad en línea para Regresión Lineal

Para que el estudiante pueda reforzar su aprendizaje, se deja un cuestionario sobre regresión con base en la herramienta de

Excel, el cual pueden contestar el número de veces necesario para obtener todos los puntos, es de opción múltiple. Cabe recordar

que estas actividades se realizan a través de Moodle, que permite limitar el número de intentos y algunas otras restricciones, y

arroja un reporte estadístico sobre la dinámica del grupo en relación con el número de intentos, calificaciones en ellos, etc (ver

Ilustración 7).
Este cuestionario se sube a la plataforma de Moodle y es similar a los cuestionarios anteriores, al finalizar el intento, el

alumno puede ver si calificación, pero no en dónde cometió errores, pero puede intentarlo las veces que lo desee (ver Ilustración

8).
Ilustración 7. Cuestionario, Regresión Lineal
Ilustración 8. Cuestionario sobre regresión lineal en Moodle.

Actividad 3. Métodos de pronósticos

La última actividad que se diseñó es para reforzar el tema de métodos de pronósticos. La herramienta permite elegir la serie

que se quiere trabajar mediante un combo de selección y también el método de pronóstico a utilizar. Como complemento se

incluyen casillas para seleccionar qué gráficos se desean incluir en el panel de gráficas. Con el fin de determinar el mejor método

al momento de compararlos, se despliega también la medida DAM que es el promedio de las diferencias. Las cajas de selección

permiten al alumno elegir tanto métodos de pronóstico como quiera comparar mediante el error de pronóstico (DAM), se incluyen

8 diferentes modelos, 4 de promedios móviles, 2 de suavizamiento (simple y doble), el método de Holt y el de Winter. El botón

superior de rangos sirve para actualizar las gráficas de los distintos indicadores que se vayan eligiendo. Las herramientas se

programaron en el ambiente de Visual Basic de Excel. La Ilustración 9 y la Ilustración 10 muestran la última herramienta orientada

a los métodos de pronósticos.


Ilustración 9. Panel de Actividades, Métodos de pronósticos. Panel completo
Ilustración 10. Herramienta para Métodos de pronósticos. Panel de análisis y selección.

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