Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/333731474
CITATIONS READS
7 159
1 author:
Manuel Llorens
Universidad Católica Andrés Bello, UCAB
16 PUBLICATIONS 51 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Manuel Llorens on 12 June 2019.
COLECCIÓN INDAGA
Manuel Llorens
PSICOTERAPIA
POLÍTICAMENTE REFLEXIVA:
hacia una técnica contextualizada
La Colección Indaga reúne estudios y trabajos de investigación
en diversas disciplinas del conocimiento.
Coordinación editorial
Mariana Libertad Suárez
Coordinación de producción
Evelyn Castro
Administración
Nelson González
Diseño gráfico y diagramación
Cristin Medina
Luis Müller
Corrección
Ricardo Tavares
Impresión
Switt Print
Tiraje 500 ejemplares
Fotografía de la portada
Luis Chacín, Sin título, 2010
Hecho el depósito de ley
Depósito legal lf24420131501965
ISBN 978-980-237-
Valle de Sartenejas, Baruta, estado Miranda.
Apartado postal 89000, Caracas 1080-A, Venezuela.
Teléfono: (0212) 9063162, fax 9063164
equinoccio@usb.ve
Reservados todos los derechos
RIF. G-20000063-5
Índice
AGRADECIMIENTOS 13
INTRODUCCIÓN 17
CAPÍTULO I
Para una psicoterapia políticamente reflexiva 21
CAPÍTULO II
Ciencia y política: la tradición moderna 45
CAPÍTULO III
El deseo de libertad como síntoma:
abusos psicoterapéuticos 69
CAPÍTULO IV
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes
de violencia 127
CAPÍTULO V
Fundamentos posmodernos para una
psicoterapia políticamente reflexiva 161
CAPÍTULO VI
Herramientas psicoterapéuticas 195
CAPÍTULO VII
Ejemplos clínicos 251
7
CAPÍTULO VIII
Psicoterapia, política e intimidad (hacer
consciente lo inconsciente y visible
lo invisible) 287
Referencias 297
8
There are certain technical words within every academic
discipline that soon become stereotypes and �������������
clichés. Mod�
ern psychology has a word that is probably used more
than any other word in modern psychology. It is the word
“maladjusted.” This word is the ringing cry to modern
child psychology. Certainly, we all want to avoid the mal�
adjusted life. In order to have real adjustment within our
personalities, we all want the well-adjusted life in order to
avoid neurosis, schizophrenic personalities.
But I say to you, my friends, as I move to my conclu�
sion, there are certain things in our nation and in the world
to which I am proud to be maladjusted and to which I hope
all men of good-will will be maladjusted until the good
societies realize. I say very honestly that I never intend to
become adjusted to segregation and discrimination. I nev�
er intend to become adjusted to religious bigotry. I never
intend to adjust myself to economic conditions that will
take necessities from the many to give luxuries to the few. I
never intend to adjust myself to the madness of militarism,
to self-defeating effects of physical violence.
Martin Luther King, Discurso en Western Michigan
University, 1963
13
Geraldine Morillo, Juan Carlos Romero, María Alejandra Corre-
dor, María del Valle Westinner, Alejandra Sapene, John Souto,
Susana Medina, Teresa Machado, Maruja Fernández, Alicia Leis-
se y Luis Pulgar, así como a todos los colegas del Parque Social
Padre Manuel Aguirre, S.J., con quienes he podido discutir estos
temas a través de los años. Agradezco también a Claudia Cos,
Ana Herrera, Fernando Rísquez y Marta Llorens, quienes han
sido indispensables en mi formación psicoterapéutica. Los equi-
pos humanos de Plafam y Profam, el Instituto de Psicología de
la Universidad Central de Venezuela y Psicólogos en Acción, así
como la Sociedad Psicoanalítica de Caracas, el grupo de estudio
de Alicia Leisse y Proyección a la Comunidad de la UCAB han
sido otros de los escenarios que me han permitido intercambiar y
explorar estos temas. Con ellos estoy endeudado. Le agradezco a
Antonio Márquez la ayuda en la corrección del texto.
Tuve la oportunidad de discutir muchos de los contenidos
y algunos de los casos con Linda Young y los compañeros del
Understanding Trauma Course del Tavistock Institute en Lon-
dres, a los cuales también agradezco. Especial mención a Ian
Parker, del Discourse Unit de Manchester Metropolitan Uni-
versity, quien aportó su entusiasmo y su mirada crítica a estas
reflexiones. Así como a Dan Goodley, a Erica Burman y Caro-
lyn Kagan, quienes colaboraron con sus comentarios. Maritza
Montero, una referencia continua, ha sido generosa colaborando
con la corrección de este texto y me ha alentado a continuar
explorando estos temas. La Fundación Alban de la Comisión
Europea ofreció los fondos para mi estadía en Inglaterra, lo cual
hizo posible ampliar las investigaciones aquí ofrecidas.
Le he escuchado decir al exrector Luis Ugalde: “una uni-
versidad exitosa en una sociedad fracasada, es una universidad
fracasada”. Los años de crisis política y social se han vivido inten-
samente en la Universidad Católica Andrés Bello. Ha sido un
14
privilegio poder pertenecer a una institución que ha emergido
como fuente de resistencia en tiempos de injusticia y ha sido un
regalo tener un lugar donde las visiones críticas son aceptadas.
Principalmente debo a mis estudiantes la disposición a discutir
estas ideas, pero aun más valiosa ha sido la inspiración que a tra-
vés de sus luchas me han dado para seguir creyendo en la fuerza
de ciudadanos activos tratando de construir sociedades más jus-
tas en medio de la adversidad.
Algunas de las reflexiones presentadas fueron esbozadas
inicialmente en los artículos “Buscando conversación: nuevas
maneras de construir conversaciones terapéuticas en nuestras
comunidades”, “Hacia una psicoterapia clínica comunitaria” y
“el lugar de la política y los derechos humanos en la psicología
clínica” publicados en la Revista Venezolana de Psicología Clí�
nica Comunitaria. Agradezco la oportunidad de utilizar algo de
ese material. Asimismo a las revistas Psychotherapy and Politics
International y American Journal of Community Psychology en
donde están publicados los artículos: “Psychotherapy, Political
Resistance and Intimacy” (2009) y “The Search for a Politically
Reflective Clinical-Community Approach” (2009).
Finalmente, quisiera agradecer a mi hermano Miguel Llo-
rens, cuyas lúcidas observaciones una y otra vez alimentan mi
pensar, y a Carla DeSantis, quien ha sido mi escucha y muy
querida compañera durante este recorrido.
15
INTRODUCCIÓN
17
La presencia de silencios significativos en la historia de
nuestro oficio es doblemente curiosa y problemática si parti-
mos del principio de que la psicoterapia es una actividad que
pretende abrir espacio para que aquello que ha sido silenciado,
callado, reprimido, pueda recuperarse, examinarse, volverse a
enunciar. La recuperación histórica del origen de nuestro oficio,
esa “arqueología del silencio”, como la llamó Foucault (1967),
nos ha ido mostrando cómo la psicoterapia es tanto o más sus-
ceptible a la represión, a olvidarse de su propia historia, como
lo son algunas de las personas que recurren a ella para buscar
alivio. Las razones por las cuales un oficio dedicado a la reela-
boración de las historias personales tiende a olvidar su propia
historia es motivo de reflexión en sí mismo. El repaso por algu-
nas de las circunstancias y dilemas que presentaron los contextos
específicos que moldearon el pensamiento de los psicoterapeu-
tas nos protege del dogmatismo tan frecuente en la formación,
que desea elevar propuestas contextuales a verdades absolutas y
sugerencias técnicas a ritual. Quizás permita también regresar a
nuestros propios contextos particulares, reexaminarlos o hasta
escucharlos por primera vez.
Mi formación clínica comenzó a confrontarse con su ausen-
cia de historia, entre otras cosas, gracias a la obra del psicólogo
social Ignacio Martín-Baró (1986). Su llamado a pensar en una
psicología relevante para Latinoamérica que pudiese atender a
las dificultades de nuestros países y no contentarse con importar
soluciones, se unió a mi trabajo clínico que una y otra vez se
encontraba con personas que acudían a consulta con situaciones
como pobreza, violencia social y la polarización política que
han marcado a Venezuela en las últimas décadas. Dilemas
que mi formación clínica no estaba preparada para atender y
cuya discusión en supervisiones y grupos de clínicos demasiado
a menudo invitaba a poner de lado para atender a los conflictos
18
intrapsíquicos. Una y otra vez encontraba que los retos propues-
tos por nuestras circunstancias históricas eran evitados e inevi-
tablemente así, silenciados.
Este trabajo es un intento por comenzar a andar por algunos
de los senderos dibujados por la obra de Martín-Baró en el terre-
no de la psicoterapia. Es un esfuerzo por reexaminar algo de la
historia de nuestra disciplina y la manera en que ha intentado
lidiar con los dilemas políticos de sus consultantes. Asimismo,
intenta describir algunas de las herramientas que considero úti-
les para traducir la comprensión que surge de una psicoterapia
contextualizada en acción, así como los dilemas éticos y prácti-
cos que tales acciones plantean.
En el primer capítulo describiré algo de las circunstancias
y retos que ha planteado practicar la psicoterapia en Venezuela
en tiempos de crisis económica y aguda confrontación política.
En el segundo, el lugar de la psicoterapia dentro del desarrollo
de la ciencia moderna y algunas de las consecuencias de surgir
bajo esta bandera. Especialmente tomando como ejemplos algo
de la historia del psicoanálisis y los orígenes de la psicometría
surgida del pensamiento de Galton. En el tercer capítulo regre-
saré a la literatura histórica examinando algunos de los abusos
que la práctica clínica ha tolerado y en algunos casos protago-
nizado, al convertirse en herramienta de gobiernos autoritarios,
describiendo algunas muestras de esto en la Venezuela actual.
En el cuarto capítulo presentaré algunas de las preguntas y giros
que la práctica psicoterapéutica se ha visto obligada a hacer al
enfrentarse con los casos de violencia tanto social como domés-
tica. Los basamentos metateóricos, así como las herramientas
técnicas para desarrollar una psicoterapia que no escurra el bulto
a las problemáticas sociales y políticas, sino que pueda abordar
tanto las dificultades que pueda producir en la vida de las perso-
nas que atendemos como los retos que plantea para la relación
19
asimétrica entre el terapeuta y aquel que busca ayuda, se desa-
rrollarán entonces en los capítulos cinco y seis. En el capítulo
siete examinaré algunos ejemplos clínicos y en el capítulo final
se discutirá algunas de las posibilidades que tal revisión pueda
abrir para consolidar el lugar que la psicoterapia, en sus momen-
tos más elevados ha tenido, como resistencia para enfrentar las
situaciones de opresión, injusticia y abuso de poder que, lamen-
tablemente, siguen siendo una de las fuentes más frecuentes de
sufrimiento en nuestro mundo.
Lo presentado aquí es el producto de años de trabajo en el
desarrollo de una perspectiva psicoterapéutica que pueda abor-
dar los problemas más urgentes de nuestro contexto social: tanto
las graves tensiones políticas como la gran masa de consultantes
que lidian diariamente con pobreza y violencia en sus vidas.
Es la búsqueda de una práctica no montada sobre escenarios
artificiales y unas técnicas convertidas en fetiche, moldeadas
sobre la fantasía de unas condiciones que ni siquiera existieron
originalmente en las latitudes en que fueron concebidas. Se ha
nutrido del trabajo realizado como psicólogo clínico en el ámbi-
to privado como el que realizo en el centro comunitario llamado
Unidad de Psicología Padre Luis Azagra, S.J. del Parque Social
que atiende a las comunidades del suroeste de Caracas y en el
Programa de Especialización en Psicología Clínica Comunitaria
de la Universidad Católica Andrés Bello. Sin embargo, el texto
es apenas un primer esfuerzo por sistematizar una perspectiva;
como toda actividad psicológica, cobra sentido solo a través de
la conversación y el debate que pueda surgir a partir de él.
20
CAPÍTULO I
21
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
22
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
23
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
24
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
25
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
26
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
27
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
28
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
29
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
2 Ver: www.ucab.edu.ve/ucabnuevo/index.php
30
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
31
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
32
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
33
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
34
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
35
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
36
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
37
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
38
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
39
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
40
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
41
Para una psicoterapia políticamente reflexiva
42
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
43
CAPÍTULO II
Ciencia y política
45
Ciencia y política: la tradición moderna
46
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
47
Ciencia y política: la tradición moderna
El caso de Freud
48
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
49
Ciencia y política: la tradición moderna
50
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
pecto al auge nazi y los crecientes abusos y horrores a los que él,
como judío, tuvo que someterse y atestiguar. En una carta escri-
ta hacia el final de su vida, aparece una muestra de su parecer
sobre el lugar de su opinión en estos acontecimientos históricos.
En respuesta a la petición de un artículo de una revista inglesa
para la confección de un número especial sobre el antisemitismo
Freud contestó:
Llegué a Viena cuando tenía cuatro años, proveniente de una pequeña ciu-
dad de Moravia. Después de setenta y ocho años de asiduo trabajo, hube de
dejar mi hogar, vi disuelta la sociedad científica que había fundado, nues-
tras instituciones destruidas, nuestra editora ocupada por los invasores, los
libros que había publicado confiscados o reducidos a pulpa, mis hijos ex-
pulsados de sus ocupaciones. ¿No piensa usted que debería reservar las
columnas de su número especial para las manifestaciones de los no judíos
menos afectados personalmente que yo? (1938/1983, p. 3426).
51
Ciencia y política: la tradición moderna
52
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
II
Por supuesto que Freud no estuvo solo en la defensa de una
psicología alineada con los valores de la ciencia moderna. Los
investigadores positivistas más bien verán luego a Freud como
un ejemplo sumamente impuro de ese ideal. Freud, ubicado en
la bisagra entre el siglo xix y el siglo xx, representará un ejem-
plar único de la integración del pensamiento romántico de la
época precedente y el moderno (Gergen, 1991). Su pensamiento
resulta tan poblado de Darwin como de Goethe. Sus esfuerzos
por traducir a términos físicos y biológicos sus indagaciones
sobre los contenidos privilegiados por la sensibilidad román-
tica (como las pasiones y los sueños) harán de sus escritos una
combinación controvertida, ubicada a medio camino entre la
literatura y la ciencia del siglo xx. La adjudicación del Premio
Goethe en 1930 a los escritos de Freud le subraya ya en vida
la discusión sobre el valor principalmente literario o científico
(desde la mirada positivista) que representa su obra.
Sir Francis Galton (1822-1911) es otra figura clave en la
historia de la psicología científica. Primo lejano de Charles
Darwin, intentará tomar la teoría de la evolución y transformar
sus postulados en una propuesta tecnológica para la sociedad
inglesa. Apasionado defensor de la cuantificación en la ciencia,
se dedicaría en su laboratorio a medir e investigar sobre una
multitud de características humanas tanto físicas como psico-
lógicas. Desarrollaría medidas para intentar evaluar variables
53
Ciencia y política: la tradición moderna
54
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
55
Ciencia y política: la tradición moderna
56
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
57
Ciencia y política: la tradición moderna
58
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
59
II. Ciencia y política: la tradición moderna
60
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
61
Ciencia y política: la tradición moderna
62
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
63
Ciencia y política: la tradición moderna
64
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
65
Ciencia y política: la tradición moderna
66
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
67
CAPÍTULO III
69
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
China
70
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
71
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
72
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
73
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
74
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
trabajo policial citada por Munro (2002), que señala las catego-
rías de las personas que son detenidas, ofrece una muestra:
Los primeros son conocidos popularmente como los “maníacos román-
ticos”, quienes deambulan por las calles, le quitan comida y bebida a los
demás, se exhiben desnudos, están descuidados y sucios y tienen por lo
mismo, un efecto adverso sobre el decoro social.
Los segundos son los conocidos popularmente como los “maníacos po-
líticos” quienes gritan consignas reaccionarias, escriben cartas y carteles
reaccionarios, dan discursos en contra del gobierno en público y expresan
sus opiniones sobre asuntos domésticos e internacionales importantes.
La enciclopedia continúa:
El arresto de personas con enfermedades mentales es especialmente
importante durante los grandes festivales públicos en que los invitados
extranjeros vienen a visitar y deben ser reforzados en estos momentos
(Munro, 2002, p. 121).
75
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
76
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
77
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
78
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
79
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
80
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
81
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
82
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
83
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
84
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
85
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
86
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
87
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
88
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Alemania
89
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
90
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
91
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
92
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
93
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
España
94
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
95
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
96
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Estados Unidos
97
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
Gottlieb vivió hasta alcanzar los ochenta años, veintidós de los cuales
transcurrieron en total oscuridad. Fue el jefe de la Technical Services
Branch de la Central Intelligence Agency, la sección de servicios técni-
cos de la CIA, departamento que en su época recibía el cariñoso apelativo
de “sección de pócimas y trucos sucios”. En realidad, Gottlieb financió
y organizó un sistema sin precedentes de torturas, realizadas por médi-
cos, que se mantuvo bajo máximo secreto durante todos los años que
trabajó en la Agencia. Para ello reunió un equipo de médicos con ideas
afines, respaldados a su vez por médicos eminentes ajenos a la CIA que
prestaron sus nombres y sus pacientes para una serie de experimentos
monstruosos. A cambio, Gottlieb los recompensaba con considerables
sumas de dinero procedentes de fondos gubernamentales reservados que
solo él controlaba (p. 16).
(...)Muchas de las víctimas de Gottlieb murieron, otras se volvieron
locas y muchas otras sufrieron daños psicológicos irreparables. Los ex-
perimentos que llevó a cabo o que ordenó realizar a otros supusieron una
burla y una perversión de la ética médica. Tanto él como los demás, en lu-
gar de curar infligieron malos tratos por una idea compartida: que lo ha-
cían para proteger a Estados Unidos del comunismo –en última instancia
al mundo libre–, y esta creencia reemplazó todo juicio moral. Sin duda,
también se deba a ellos algo de la “banalización del mal”, expresión em-
pleada para describir los actos médicos del nazismo. Tal vez lo que los
hacía más terribles era que tanto Sydney Gottlieb como sus colegas no
vieron nunca nada malo en sus actos. Muchos de ellos eran abnegados
padres de familia y estaban convencidos de que llevaban a cabo una tarea
divina (p. 22).
98
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
99
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
Argentina
100
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
101
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
102
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
103
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
104
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Uruguay
105
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
Brasil
106
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
107
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
sistía más bien en mantener a los prisioneros con vida, por lo cual,
según su interpretación, era médicamente ético (Villela, 2001).
Estos hechos van más allá del silencio conformista que calla
ante las atrocidades cometidas por un Estado abusivo, y colocan
a una asociación psicoterapéutica como cómplice directa de la
violación de los derechos humanos. Eventos como estos son los
que nos hacen preguntarnos sobre cuáles son las creencias y
prácticas que tan a menudo contribuyen a mantener el silencio
en profesionales cuya tarea expresa es trabajar en contra de la
represión y el olvido.
Cuba
108
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
109
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
110
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
111
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
112
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
113
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
Sudáfrica
114
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Venezuela
115
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
116
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
117
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
118
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
119
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
120
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
121
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
122
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
123
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
Sostener la psicoterapia
124
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
125
El deseo de libertad como síntoma: abusos psicoterapéuticos
126
CAPÍTULO IV
Resistencias de la psicología
127
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
128
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
129
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
130
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
131
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
132
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
133
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
134
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
135
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
136
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
137
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
138
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
139
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
140
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
141
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
142
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
143
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
144
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
145
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
146
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
147
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
148
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
149
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
1 Aunque sabemos que aún esta situación tiene múltiples dilemas y controversias
éticas, que son más complejas que lo que la práctica habitual de atención a estas emer-
gencias devela. Como por ejemplo, los dilemas con respecto al suicidio asistido
médicamente han sido puestos sobre el tapete.
150
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
151
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
los cómplices directos nacionales y/o transnacionales así como los cóm-
plices indirectos, los que por miedo o comodidad apoyan a los verdugos
y a sus instigadores...
(...) Los terceros, que participan del proceso del maltrato infantil
son los demás miembros de la familia, así como los miembros del en-
torno social, incapaces de brindar protección a las víctimas puesto que,
para ellos, el hecho que un padre o una madre torture, descuide o abuse
sexualmente a sus hijos es parte de una violencia impensable o, simple-
mente, no quieren comprometerse por temor o para evitarse problemas
o, lo que es peor, por complicidad y/o concordancia ideológica con los
perpetradores. Entre estos terceros co-productores del maltrato existen
todavía muchos médicos, psicólogos, profesores, magistrados, asistentes
sociales, etc., que minimizan o niegan la existencia de los malos tratos
y/o no son capaces de establecer la relación entre los signos de sufri-
miento y los trastornos conductuales de niños y niñas con la posibilidad
que sean víctimas de la violencia de los adultos que los cuidan. Algunos
profesionales son a menudo prisioneros de sus modelos teóricos y sus
roles, y necesitan ser ayudados a sensibilizarse a la existencia de este
drama. Para otros es mucho más difícil acceder al reconocimiento de este
drama porque protegen una imagen idealizada de los padres y la familia,
o simplemente subordinan su reflexión ética a sistemas de creencias au-
toritarias, patriarcales y/o adultistas (2000, p. 24).
152
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
como hemos visto ya, han sido una y otra vez perjudiciales para
las personas sometidas al horror de la persecución política, la
guerra, las redes de explotación sexual y la opresión del maltra-
to dentro del hogar.
Finalmente, la introducción de las consideraciones en torno
a la distribución de poder en la vida de las personas atendidas ha
abierto también la puerta para tomar en cuenta las dinámicas del
poder en la relación terapéutica. La relación terapéutica de nuevo
coloca al consultante en una situación de menos poder ante un
profesional que ofrece una experticia y una palabra socialmente
validada, con un contrato de relación construido sobre las bases
de los términos que propone el profesional. Esto se vuelve un
reto cuando trabajamos con personas que han sido abusadas y
maltratadas. La persona que ha vivido situaciones de maltrato
infantil estuvo sometida a adultos que supuestamente ocupaban
el lugar del cuidador y que se aprovecharon de esa posición para
cometer los abusos. Esas figuras tempranas, con frecuencia tam-
bién ofrecieron en algunas ocasiones afecto, consuelo y apoyo,
por lo que son figuras de apego complejas y confusas para las
personas que sobreviven a la victimización. El establecimien-
to de una relación terapéutica con un profesional que prome-
te ofrecer un lugar privado, contenedor, protegido para poder
conversar sobre los afectos más íntimos, somete al consultante
de nuevo al riesgo de volver a ver su confianza traicionada, o de
tener que lidiar con la ambivalencia de una parte que ansía una
relación de apoyo protectora y otra que le aterroriza volver a ser
abusado por personas que debían ofrecer protección.
Efectivamente, la relación terapéutica vuelve a colocar a
la persona que solicita ayuda en una situación potencialmen-
te peligrosa. Lamentablemente, los psicoterapeutas no están
exentos de poder ser abusadores (Masson, 1997). Tan es así que
investigaciones empíricas han confirmado que las personas abu-
153
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
154
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
155
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
156
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
2 En palabras de Michael White (1995): “En el contexto de la terapia hay una rela-
ción de poder que no puede ser suprimida, independientemente del nivel de com-
promiso que podamos tener con las prácticas igualitarias. Si bien son muchas las
etapas que podemos recorrer para hacer más igualitaria la interacción terapéuti-
ca, si creemos que podemos arribar a un punto en el que podemos interactuar con
las personas que buscan nuestra ayuda de una manera que está totalmente fuera
de toda relación de poder, entonces transitamos terreno peligroso. Esa creencia
nos permitirá eludir las responsabilidades éticas y morales que nosotros tenemos
hacia esas personas que buscan nuestra ayuda pero que ellas no tienen hacia
nosotros. Y no creo que debamos permitirnos perder de vista todo eso. Hacerlo
serviría para abrir la posibilidad del abuso y la explotación de las personas que
buscan nuestra ayuda” (p. 170).
157
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
158
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
159
Psicoterapia con víctimas y sobrevivientes de violencia
160
CAPÍTULO V
161
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
162
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
163
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
164
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
165
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
166
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
167
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
168
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
169
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
170
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
171
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
172
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
173
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
174
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
175
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
6 Larsen y Buss (2005) consideran que Kelly: “se adelantó a su tiempo. Fue posmo-
derno antes de que el posmodernismo se hiciera popular.” (p. 388).
176
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
177
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
178
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
179
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
180
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
181
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
182
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
en uno de los temas centrales del trabajo. Esto es solo una manera de
trabajar la transferencia y la contratransferencia. Significa que, enfrenta-
dos con demandas conflictivas, hacemos lo que mejor se puede hacer con
eso en tales situaciones: negociamos. Esta negociación de las realidades
(en que “negociación” también implica atravesar terrenos peligrosos y
difíciles), diría yo que constituye una práctica viable y auténticamente
psico-política (p. 147).
183
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
184
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
185
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
186
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
187
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
188
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
189
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
na!”; o bien “¿Cómo será estar casada con un hombre tan obstinado?”.
Pensábamos que era inevitable que en nuestras conversaciones aparecie-
ran expresiones de ese tipo, y que aparecerían en presencia de la familia.
Sin embargo, y a pesar de todas nuestras aprensiones, un día de marzo de
1985 pusimos en práctica la idea. Ese día, un equipo que había seguido la
conversación desde atrás del espejo de una sola dirección, les propuso a
las personas que participaban de la conversación terapéutica (una familia
y un entrevistador) que escucharan nuestra conversación. Dijimos que
hablaríamos sobre lo que habíamos pensado mientras escuchábamos la
conversación que acababa de tener lugar. Mis temores resultaron injusti-
ficados: las “malas palabras” no aparecieron, y nosotros no tuvimos que
esforzarnos para evitarlas (pp. 80-81).
190
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
191
Fundamentos posmodernos para una psicoterapia políticamente reflexiva
192
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
193
CAPÍTULO VI
Herramientas psicoterapéuticas
Buscando conversación
195
Herramientas psicoterapéuticas
196
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
197
Herramientas psicoterapéuticas
Es posible que como en este contexto hay tanta necesidad de cosas bá-
sicas, tú siempre estás montado sobre lo urgente, sobre la crisis y tienes
muy poco espacio para trabajar cuestiones más profundas (...) Yo siento
que los pacientes acá te generan un monto importantísimo de frustración,
tú los resultados no necesariamente lo ves tan rápido como cuando la
gente come (Meneses, Pérez, Rodríguez y Westinner, 2001, p. 24).
198
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
199
Herramientas psicoterapéuticas
200
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
201
Herramientas psicoterapéuticas
202
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
203
Herramientas psicoterapéuticas
204
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
205
Herramientas psicoterapéuticas
tenía dos años, no me habló hasta ese momento, mi padre era más com-
prensivo y mi hermana me visitaba a veces... Luego tuvimos que irnos
a Caracas porque mi suegra le dijo a mi esposo que le había conseguido
trabajo en Caracas y que allí le iba a ir mejor. Mi esposo me dijo que nos
teníamos que ir, pero yo no quería.
Psicóloga: ¿Por qué?
A: Luché mucho por mi casa pero no la pude disfrutar porque nos tenía-
mos que ir a Caracas, yo estaba trabajando y él también y ya teníamos
construida nuestra casa y entonces mi suegra lo llama.
Psicóloga: ¿No había otra opción?
A: No, yo estaba casada, con dos hijos y no podía hacer nada, no me iba
a quedar sola sin esposo. Tuve que irme. Cuando llegamos yo sabía que
no había ningún trabajo para mi esposo, pasaban las semanas y él no
conseguía trabajo, así que tuve que ponerme a trabajar como camarera
en el Hospital, luego hice el curso de Enfermería por un año y comencé
a trabajar como enfermera, primero haciendo unas suplencias y luego
como fija. Mi esposo duró nueve meses sin trabajar, en el 81 me dieron el
cargo a mí y a él en el Hospital.
206
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
207
Herramientas psicoterapéuticas
208
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Desnaturalización
Al conversar con la joven psicóloga sobre su intercambio con
A le pregunté qué sintió cuando le contó que no pudo disfrutar
su casa porque se tuvo que venir a Caracas con su esposo. Se
lo pregunté porque me llamó la atención la intervención que
ella hace: “¿No había otra opción?”. Parecía que desde la pers-
pectiva de la psicóloga sonaba insólito que la hayan obligado
a renunciar a todas las cosas por las cuales había luchado sin
poder negociar con su esposo ese cambio de residencia. La
vida de la psicóloga, como una mujer proveniente de un sector
económicamente más pudiente y con un nivel de profesiona-
lización elevado, está enmarcada probablemente con mayores
expectativas de autonomía y espacios de decisión como mujer.
Sin embargo, desde la perspectiva de A la decisión era clara,
no había ninguna opción: “No, yo estaba casada, con dos hijos,
no podía hacer nada, no me iba a quedar sola sin esposo”. La
obligatoriedad de irse a Caracas con su esposo seguramente
parte de la concepción de lo que es ser mujer y lo que es ser una
mujer casada. En nuestro país, ser esposa y ser madre general-
mente confiere una serie de responsabilidades incuestionables,
que pueden incluir, como en este caso, el tener que seguir sin
dudar las decisiones del esposo. Se observa claramente cómo
el hombre tiene mayor prerrogativa para decidir sobre el destino
de la pareja. Lo importante es que para A eso también es así, aun
cuando le genere sufrimiento, aun cuando le parezca injusto,
es incuestionable, es lo natural. Al mismo tiempo, para la tera-
peuta, que ha tenido la oportunidad de desarrollarse educativa,
económica y profesionalmente, así como otras posibilidades
de ser una mujer reconocida, resultan asombrosas unas presio-
nes sociales tan limitativas.
209
Herramientas psicoterapéuticas
210
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
211
Herramientas psicoterapéuticas
212
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
2 Real: dinero.
213
Herramientas psicoterapéuticas
reflexionar sobre las pautas que designan qué es lo qué está bien
y que no en la sociedad, sobre qué valores están construidas
estas pautas, a qué distribución particular de poder responden,
qué influencias han contribuido a asumir esas construcciones,
de dónde se extrajo estas creencias.
Visibilización
La desnaturalización va de la mano de una herramienta heredada
de las corrientes feministas que es la visibilización (Burin y Meler,
2000; Espin, 1993; Hague y Mullender, 2005; Skinner, Hester y
Malos, 2005). A menudo se expresa cómo hacer visible las cir-
cunstancias estructurales que han pasado desapercibidas, o cómo
el proceso de darle voz a sectores que han estado silenciados o
registrar el testimonio de estos grupos. La actividad psicoterapéu-
tica y el activismo en defensa de los derechos de los ciudadanos
tienen un amplio lugar de encuentro que ha ofrecido y continúa
ofreciendo el potencial de desarrollar intercambios mutuamen-
te fortalecedores. El relato y registro de historias individuales es
central en ambas iniciativas. La psicoterapia tiene el potencial de
ofrecer un foro para las historias privadas que no solo la represión
psicológica sino la social han obligado al silencio. La intimidad
puede ser un escenario privilegiado de resistencia. Las historias
compartidas en la psicoterapia ofrecen material para, siguiendo a
las investigadoras en Derechos Humanos, Schafer y Smith (2004),
registrar el testimonio de los abusos, retar los relatos dominantes
de los opresores a través de las experiencias de los protagonistas,
hacer un llamado a la comunidad más amplia a reaccionar, obligar
a ver la humanidad de aquellos que han sido deshumanizados,
transmitir empatía o indignación, ayudar a forjar redes de apoyo,
construir esperanza, ofrecer evidencia e información, movilizar la
prensa y la acción colectiva.
214
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
215
Herramientas psicoterapéuticas
216
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
217
Herramientas psicoterapéuticas
218
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
219
Herramientas psicoterapéuticas
220
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
221
Herramientas psicoterapéuticas
Validación
Muy cercana a la visibilización, aparece la validación como un
complemento indispensable. Una vez nombradas e identificadas
las circunstancias sociales y culturales que producen malestar,
generalmente aparecen las emociones concomitantes. Apare-
cen las expresiones de indignación, ira, resentimiento que estas
vivencias crónicas fueron gestando. Este tránsito suele ser un
reto para la psicoterapia. A menudo nos sentimos abrumados
por la magnitud de estas emociones, a tal punto que podemos
sentir deseo de volver a callar los reclamos o de cambiar el
tema. La especialista en los efectos del trauma prolongado en
la población infantil, Lenore Terr (1991), considera que la ira es
una de las consecuencias cardinales. Ira que se expresará en el
ambiente o contra sí mismo y en ocasiones se transforma en pasivi-
dad extrema. Ella advierte: “La ira de un niño(a) repetidamente
abusado no debe ser nunca subestimada” (p. 76).
El poder tolerar y abrir espacio para esos sentimientos con-
tribuye a validar y comprender una serie de experiencias, que
por la situación de amenaza, amedrentamiento o atropello, esta-
ban disociadas y generaban confusión en la persona sometida.
Pero esto es aún más difícil cuando nosotros, como terapeu-
tas, podemos ocupar simbólicamente el lugar de aquellos que
contribuyeron con el abuso o con el silencio. Ya sea porque le
222
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
223
Herramientas psicoterapéuticas
224
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
225
Herramientas psicoterapéuticas
que está mal es usted”. Este tipo de lógica, que por fin desde
la vivencia propia permitió que muchos psicólogos y psiquia-
tras pudiesen identificar los riesgos de un discurso que oscurece las
variables contextuales y políticos del malestar, es con demasia-
da frecuencia el que utilizamos cuando atendemos a personas
que han sido sometidas a vivencias sistemáticas de violencia,
opresión, exclusión en sus familias y comunidades.
Las “técnicas de control de la rabia” a menudo caen en las
trampas de la lectura descontextualizada. Desde mi perspectiva,
el objetivo principal de la terapia no es eliminar la rabia, ni la ira,
aun cuando para muchas personas la terapia va a ayudar a miti-
garlas. Pero el objetivo final es proporcionar alivio al sufrimiento
y ayudar a la persona a apropiarse de nuevo de su vida, de manera
que esté más preparada para escoger su camino y enfrentar sus
retos. En situaciones de opresión crónica, la rabia puede ser una
fuente necesaria para ese camino. Hay una diferencia significa-
tiva entre la ira y la violencia. A la violencia le ponemos freno,
buscamos los mecanismos para detenerla. Pero podemos validar
la ira en el consultorio al mismo tiempo que protegemos a la per-
sona atendida para que esta no se transforme en violencia. Al final
encuentro mucho más útil validar la ira de las personas sometidas
a abuso y luego pedirles que vayamos construyendo opciones para
hacer algo con esa ira, distintas a la violencia autodestructiva, que
engancharme en técnicas disuasivas que no resuelven el malestar.
Problematización
Como se puede ver, las estrategias mencionadas están ínti-
mamente entrelazadas. Después de hacer visibles las precon-
cepciones que a veces aprisionan la vida y haber validado los
sentimientos de estas circunstancias, intentamos profundizar el
espacio para la reflexión utilizando la problematización. Mon-
226
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
227
Herramientas psicoterapéuticas
228
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
229
Herramientas psicoterapéuticas
230
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
231
Herramientas psicoterapéuticas
232
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
233
Herramientas psicoterapéuticas
234
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
235
Herramientas psicoterapéuticas
236
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
237
Herramientas psicoterapéuticas
238
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
239
Herramientas psicoterapéuticas
240
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
241
Herramientas psicoterapéuticas
242
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
243
Herramientas psicoterapéuticas
244
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
245
Herramientas psicoterapéuticas
246
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
247
Herramientas psicoterapéuticas
248
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Conclusión
249
Herramientas psicoterapéuticas
250
CAPÍTULO VII
Ejemplos clínicos
251
Ejemplos clínicos
252
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
Intervención en crisis
253
Ejemplos clínicos
254
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
255
Ejemplos clínicos
256
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
257
Ejemplos clínicos
258
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
259
Ejemplos clínicos
260
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
261
Ejemplos clínicos
262
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
263
Ejemplos clínicos
264
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
265
Ejemplos clínicos
266
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
267
Ejemplos clínicos
268
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
269
Ejemplos clínicos
270
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
El caso de Pedro
271
Ejemplos clínicos
272
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
273
Ejemplos clínicos
274
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
275
Ejemplos clínicos
276
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
5 Al momento de escribir este texto el testigo principal que había utilizado la fis-
calía para imputar a los acusados fue totalmente desacreditado y confesó haber
recibido dinero para forjar una historia. Los presuntos autores intelectuales de-
tenidos preventivamente fueron puestos en libertad. Años después del suceso el
caso continúa sin esclarecerse.
277
Ejemplos clínicos
278
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
279
Ejemplos clínicos
María
280
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
281
Ejemplos clínicos
282
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
283
Ejemplos clínicos
284
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
285
CAPÍTULO VIII
287
Psicoterapia, política e intimidad...
288
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
289
Psicoterapia, política e intimidad...
290
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
291
Psicoterapia, política e intimidad...
292
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
293
Psicoterapia, política e intimidad...
Críticas finales
294
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
295
Psicoterapia, política e intimidad...
296
Referencias
297
Referencias
298
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
299
Referencias
300
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
301
Referencias
302
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
303
Referencias
304
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
305
Referencias
306
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
307
Referencias
NIEHOFF, D. (1999). The Biology of Violence. Nueva York: The Free Press.
NIEMEYER, R. (1993). “An appraisal of constructivist psychotherapies”. Journal of
Consulting and Clinical Psychology. 61. 221-234.
NÚÑEZ, M. (12 de septiembre, 2003). “Renuncié a Barrio Adentro porque constaté
mala praxis”. Diario El Nacional. B-16.
OPPENHEIMER, J. R. (1947/1986). “La física en el mundo contemporáneo”. En Gard-
ner, M. (Ed.) El escarabajo sagrado. 217-234. Barcelona: Salvat Editores.
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (2005). Caso 2249. Infor-
me 337. Bajado el 20 de junio de 2009 de http://white.oit.org.pe/sindi/casos/ven/
ven200502.html
ORWELL, G. (1979). 1984. Barcelona: Ediciones Destino.
PAINTER, D.; M. Terre Blanche y J. Henderson (2006). “Critical psychology in South
Africa: histories, themes and prospects”. Annual Review of Critical Psychology,
5. Bajado el 15 de febrero de 2008 de www.discourseunit.com/arcp/5.
PAKMAN, M. (1995). “Investigación e intervención en grupos familiares, una pers-
pectiva constructivista”. En Métodos y técnicas cualitativas de investigación en
Ciencias Sociales. (eds. Delgado y Gutiérrez). Madrid: Síntesis.
(1997). Construcciones de la experiencia humana. Volumen II. Barcelo-
na: Gedisa.
(2004). “The epistemology of witnessing: Memory, testimony and ethics
in family therapy.” Family Process, 43, 265-274.
PARKER, I. (2007). Revolution in Psychology: Alienation to Emancipation. Londres:
Pluto Press.
PEÑALBA, V. y M. Llorens (2005). “Estudio de casos de las características de fami-
lias de bajos recursos donde ocurrió abuso sexual intra-familiar”. Revista Vene�
zolana de Psicología Clínica Comunitaria. 5. 107-135.
PÉREZ, M. (1998). “La psicología clínica desde el punto de vista contextual”. Papeles
del Psicólogo. 69. 25-40.
PÉREZ DE ANTELO, A. (2002). Estudio del grado y tipo de disociación reportada
en niños con maltrato físico y/o abuso sexual a través de la lista de chequeo de
conductas disociativas de Putman (CDC). Tesis de Especialización. Universi-
dad Católica Andrés Bello. Caracas.
PHILLIPS, A. (1995). Terrors and Experts. Cambridge: Harvard University Press.
(2000). Promises, Promises. Londres: Faber y Faber.
PILGRIM, D. (1997). Psychotherapy and Society. Londres: Sage Publications.
308
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
POCOCK, D. (1995). “Searching for a better story: harnessing modern and post-mod-
ern positions in family therapy”. Journal of Family Therapy. 17, 149-173.
PRILLELTENSKY, I. (1997). “Values, assumptions, and practices: assessing the mor-
al implications of psychological discourse and action”. American Psychologist.
47. 517-535.
(2001). “Value-based praxis in community psychology: moving toward
social justice and social action”. American Journal of Community Psychology.
29. 747-778.
(2007). “Psychopolitical validity in the helping professions: applications
to research, interventions, case conceptualizations and therapy”. En C. Cohen y
S. Timimi (Eds.) Liberatory Psychiatry: Towards a new psychiatry. Cambridge:
Cambridge University Press.
PUGET, J. (1989). “Marie Langer, 1910-1987”. Free Associations. 15, 39-43.
(1987). “The State of Threat and psychoanalysis: from the uncanny that
structures to the uncanny that alienates”. Free Associations. 13, 84-140.
PUTNAM, F. (1989). “Pierre Janet and modern views of dissociation”. Journal of
Traumatic Stress. 2. 199-223.
REICH, W. (1942/1983). The Function of Orgasm. Londres: Condor.
REYES, A. (3 de noviembre, 2006). “Más de siete delitos pueden imputarse al minis-
tro de Energía Rafael Ramírez”. Diario El Nacional.
RODRÍGUEZ RABANAL, C. (1991). Cicatrices de la pobreza: un estudio psicoana�
lítico. Caracas: Nueva Sociedad.
(1995) La Violencia de las horas: un estudio psicoanalítico sobre la vio�
lencia en Perú. Caracas: Nueva Sociedad.
(1996) Conferencia dictada en la Casa del Profesor de la Universidad
Central de Venezuela. 12 de julio. Caracas.
ROMME, M. & S. Escher (2000). Making Sense of Voices: A guide for mental health
professionals working with voice hearers. Londres: Mind Publications.
RORTY, R. (2003). “Feminismo, ideología y deconstrucción: una perspectiva prag-
matista”. En Ideología: un mapa de la cuestión. (Ed. Zizek). México: Fondo de
Cultura Económica.
ROSSITER, A.; R. Walsh-Bowers y I. Prilleltensky (2002). “Ethics as a Located Story:
a comparison of North American and Cuban Clinical Ethics”. Theory & Psy�
chology. 12. 533-556.
RYCHLAK, J. (1981). Introduction to Personality and Psychotherapy. Boston: Hough-
ton Mifflin Company.
309
Referencias
310
Psicoterapia políticamente reflexiva: hacia una técnica contextualizada
311
Referencias
VILLELA, L. (2001). “Cale-se, the chalice of silence: the ethics o psychoanalysis and
the return of the repressed in Brazil”. Les Etats Généraux de la Psychanalyse.
VINYES, R. (2002). Los hijos perdidos del franquismo. Barcelona: Plaza y Janés.
YEHUDA, R. y A. McFarlane (1999). “Conflict between current knowledge about
posttraumatic stress disorder and its original conceptual basis”. En Essential
Papers on Posttraumatic Stress Disorder (Horowitz, Ed.). Nueva York: New
York University Press.
YURMAN, F. (2005). Crónica del Anhelo: ensayos sobre literatura, cultura y psicoa�
nálisis. Caracas: Monte Ávila.
WALDGRAVE, C. (1990). “Just Therapy”. Dulwich Center Newsletter. 1. 5-46.
WHITE, M. (1993). “Deconstruction and therapy”. En Therapeutic Conversations
(Gilligan y Price, Eds.). Neva York: W.W. Norton and Company.
(1995). Reescribir la vida: entrevistas y ensayos. Barcelona: Gedisa.
WIDIGER, T. (1995). “Deletion of self-defeating and sadistic personality disorders”.
En The DSM-IV Personality Disorders. (Ed. Livesley). Nueva York: The Guil-
ford Press.
WIEHE, V. (1998). Understanding Family Violence: Treating and preventing partner,
child, sibling and elder abuse. Londres: Sage.
WIESEL, E. (2002). “Elogio de la memoria”. En ¿Por Qué Recordar?: foro internacio-
nal Memoria e Historia. Buenos Aires: Granica.
WOOLF, V. (1928/1997). Una habitación propia. Barcelona: Seix Barral.
ZUMBALAWE, J. (1996). “El paradigma fenomenológico y las teorías personalistas”.
En Fierro (ed.). Manual de psicología de la personalidad. Barcelona: Paidós.
312
Universidad Simón Bolívar
Autoridades
Enrique Planchart Rector
Rafael Escalona Vicerrector académico
William Colmenares Vicerrector administrativo
Cristian Puig Secretario
Consejo Editorial
de la Universidad Simón Bolívar
Servando Álvarez
Ciencias Económicas y Administrativas
Claudia Cavallin
Lengua y Literatura
René Escalante
Cómputo Científico y Estadística
Oscar González
Mecánica
Carolina Guerrero
Ciencias Sociales
Arturo Gutiérrez Plaza
Lengua y Literatura
Eduardo Lecuna
Ciencias Sociales / Música
Luis Gerardo Mármol
Matemáticas Puras y Aplicadas
Pablo Reyes Isaacura
Termodinámica y Fenómenos de Transferencia
Gina Saraceni
Lengua y Literatura
Nathalie Suárez
Biología de Organismos
Damaris Vásquez Mariana Libertad Suárez
Formación General y Ciencias Básicas Coordinadora editorial