Está en la página 1de 8

“Año DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

INSTITUTO DE
EDUCACIÓN SUPERIOR
TECNOLÓGICO PÚBLICO
DE HUARMEY
ENFERMERIA TECNICA

Curso : ASISTENCIA AL USUAIO


ONCOLOGICO
Ciclo : Ciclo IV
Docente : Lic. Luisa Cárdenas Rosales.
Alumnos :
 Peje Jara Stefany.
 Castillo Chinga Alexander.
 Bernal Orellana Maysi Alexandra.

2023
DEFINICION

La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es un tipo de cáncer de la sangre y la médula ósea que se
caracteriza por la proliferación incontrolada de células inmaduras llamadas linfoblastos. Estas células
anormales se originan en la médula ósea y desplazan a las células sanas, lo que afecta la producción
normal de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

La LLA es una forma de leucemia aguda que se desarrolla rápidamente y afecta principalmente a los
linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico. Esta
enfermedad impide que los linfocitos se desarrollen adecuadamente, lo que debilita la capacidad del
sistema inmunológico para combatir infecciones y otras enfermedades.

Los síntomas de la LLA pueden incluir fatiga, debilidad, palidez, fiebre, sudoración excesiva (sobre
todo durante la noche), infecciones frecuentes, moretones y sangrado fácil, dolor en los huesos y
articulaciones, dolor abdominal o hinchazón debido al agrandamiento del bazo o el hígado, y pérdida de
peso inexplicada.

El diagnóstico de la LLA se basa en pruebas de laboratorio, como análisis de sangre, análisis de médula
ósea y pruebas genéticas para identificar las características específicas de las células leucémicas. El
tratamiento de la LLA suele implicar quimioterapia, radioterapia y, en algunos casos, trasplante de
médula ósea.

El pronóstico de la LLA ha mejorado significativamente en las últimas décadas gracias a los avances en
el tratamiento. La tasa de supervivencia es alta en niños, con muchas posibilidades de cura, aunque el
pronóstico en adultos puede variar según varios factores. El enfoque de tratamiento se personaliza
según las necesidades específicas de cada paciente
INDICENCIA

La incidencia de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) varía según la ubicación geográfica y la


población. Es más común en niños que en adultos y generalmente afecta a niños de entre 2 y 5 años de
edad. La LLA representa la mayoría de los casos de leucemia pediátrica.

 Incidencia en Niños:

La LLA es la forma más común de cáncer en niños y representa aproximadamente el 25% de todos los
cánceres pediátricos.
La tasa de incidencia es más alta en niños de 2 a 5 años, pero la enfermedad puede afectar a niños de
todas las edades.
La LLA se considera un cáncer infantil tratable con una alta tasa de supervivencia, especialmente en
comparación con la leucemia mieloide aguda (LMA).
Incidencia en Adultos:

La LLA es rara en adultos en comparación con la leucemia mieloide aguda (LMA), que es más
común en la población adulta.
Representa aproximadamente el 20-25% de los casos de leucemia aguda en adultos.
La incidencia de LLA aumenta con la edad, siendo más común en adultos jóvenes que en adultos
mayores.
Factores Geográficos:

La incidencia de la LLA puede variar según la ubicación geográfica y la población. En


general, se observa una mayor incidencia en países desarrollados.
Aunque no se comprenden completamente las razones detrás de estas diferencias, factores
ambientales y genéticos pueden desempeñar un papel en la variación de la incidencia.
Es importante señalar que, aunque la LLA es una enfermedad grave, se ha logrado un progreso
significativo en su tratamiento en las últimas décadas. Las tasas de supervivencia han mejorado,
especialmente en niños, gracias a avances en la quimioterapia y otros tratamientos. La detección
temprana y el acceso a atención médica especializada son fundamentales para un mejor pronóstico en
pacientes con LLA. Las tasas de supervivencia varían según la edad, el subtipo de LLA y otros
factores individuales.
FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) son condiciones, exposiciones o
características que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Aunque se han
identificado algunos factores de riesgo, la mayoría de las personas con LLA no tienen factores de
riesgo conocidos, los factores de riesgo más comunes asociados con la LLA:

 Edad: La LLA es más común en niños, especialmente en aquellos de 2 a 5 años. Es la forma


más común de leucemia en niños. Sin embargo, también puede afectar a adultos, generalmente
en personas de 65 años o más.

 Sexo: La LLA es ligeramente más común en niños que en niñas. En adultos, la incidencia
tiende a ser similar en hombres y mujeres.

 Síndromes genéticos: Algunos síndromes genéticos, como el síndrome de Down (trisomía 21),
el síndrome de Bloom y el síndrome de Fanconi, aumentan el riesgo de desarrollar LLA.

 Exposición a la radiación: La exposición a dosis altas de radiación, como la radioterapia


previa para otros cánceres, puede aumentar el riesgo de LLA. La exposición a la radiación
nuclear también se ha asociado con un mayor riesgo.

 Exposición a productos químicos: La exposición a ciertos productos químicos, como el


benceno, se ha relacionado con un mayor riesgo de leucemia, incluida la LLA.

 Historia familiar: Las personas con antecedentes familiares de LLA o de otras enfermedades
hematológicas tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar LLA. Sin embargo, la
mayoría de los casos de LLA no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.

 Infecciones virales: Algunos virus, como el virus del linfoma T humano (HTLV-1) y el virus
de la inmunodeficiencia humana (VIH), pueden aumentar el riesgo de desarrollar LLA.

 Trastornos autoinmunes y alergias: Algunos estudios sugieren que las personas con ciertos
trastornos autoinmunes o alergias pueden tener un riesgo ligeramente mayor de LLA.

Es importante destacar que tener uno o más de estos factores de riesgo no garantiza que una persona
desarrollará LLA, y muchas personas diagnosticadas con LLA no tienen ningún factor de riesgo
conocido. Además, la LLA es una enfermedad compleja y multifactorial, y la investigación continúa
para comprender mejor sus causas y factores de riesgo.
SIGNOS Y SINTOMAS

Los signos y síntomas de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) pueden variar según la etapa de la
enfermedad y la rapidez con la que se desarrolla. En las primeras etapas, es posible que los síntomas
sean sutiles o poco específicos. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas tienden a volverse
más evidentes. Los signos y síntomas comunes de la LLA incluyen:

1. Fatiga: La fatiga excesiva es un síntoma común en personas con LLA. La falta de glóbulos
rojos sanos puede llevar a una disminución de la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno
y causar fatiga.
2. Palidez: La disminución de los glóbulos rojos puede dar lugar a la palidez de la piel y las
membranas mucosas.
3. Fiebre: La fiebre inexplicada, especialmente si es recurrente o persistente, puede ser un signo
de LLA.
4. Sudoración Excesiva: Los sudores nocturnos excesivos son un síntoma que a menudo se
presenta en personas con LLA.
5. Moretones y Sangrado Fácil: La falta de plaquetas sanas puede causar moretones y
sangrado fácil, como encías sangrantes o hematomas.
6. Infecciones Frecuentes: Una disminución en el número de glóbulos blancos normales
puede hacer que la persona sea más susceptible a las infecciones.
7. Dolor Óseo y Articular: El dolor en los huesos y las articulaciones es un síntoma común de
la LLA, ya que las células leucémicas pueden acumularse en la médula ósea.
8. Dolor Abdominal o Hinchazón: El agrandamiento del bazo o el hígado debido a la
acumulación de células leucémicas puede causar dolor en la parte superior del abdomen.
9. Pérdida de Peso No Explicada: La pérdida de peso sin razón aparente puede ser un
síntoma de la LLA.
10. Síntomas Neurológicos: En casos raros, la LLA puede diseminarse al sistema nervioso
central y causar síntomas como dolor de cabeza, náuseas y vómit
MEDIOS DE DIAGNOSTICO

El diagnóstico de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) involucra una serie de pruebas y


procedimientos médicos para confirmar la presencia de la enfermedad y determinar su tipo y
gravedad. Los medios de diagnóstico más comunes para la LLA incluyen:
1. Análisis de Sangre: Los análisis de sangre son una parte fundamental del diagnóstico
de la LLA. Los resultados pueden mostrar cambios en el conteo de glóbulos blancos,
glóbulos rojos y plaquetas, así como la presencia de células leucémicas en la sangre
periférica. Algunos de los análisis de sangre específicos incluyen:
 Hemograma completo.
 Frotis de sangre periférica para examinar las células sanguíneas bajo el
microscopio.
 Citometría de flujo para analizar las características de las células sanguíneas.
2. Biopsia de Médula Ósea: Para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de LLA, se
realiza una biopsia de médula ósea. Durante este procedimiento, se extrae una pequeña
muestra de la médula ósea generalmente del hueso de la cadera. La muestra se examina bajo
un microscopio para buscar células leucémicas.
3. Citogenética: Las pruebas citogenéticas analizan los cromosomas y su estructura en las
células leucémicas. Estas pruebas pueden ayudar a identificar anomalías genéticas específicas
que son características de la LLA y que pueden influir en el pronóstico y el tratamiento.
4. Pruebas de Inmunofenotipo: Estas pruebas, como la citometría de flujo y la
inmunohistoquímica, se utilizan para determinar el tipo exacto de LLA (linfoblástica B o T) y
para analizar las proteínas en la superficie de las células leucémicas, lo que puede influir en el
tratamiento.
5. Punción Lumbar (Punción Espinal): En algunos casos, se realiza una punción
lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo que rodea el cerebro y la médula espinal.
Esto se hace para determinar si las células leucémicas han invadido el sistema nervioso
central.
6. Tomografía Computarizada (TC) o Resonancia Magnética (RMN): Estas pruebas de
imágenes se utilizan para evaluar la extensión de la enfermedad y detectar posibles masas o
inflamación en otras partes del cuerpo, como el abdomen o el tórax.
7. Estudios de Citogenética Molecular: Estas pruebas buscan anomalías genéticas
específicas en el nivel molecular, lo que puede ayudar a orientar el tratamiento y predecir el
pronóstico.
8. Exámenes de Extensión: Dependiendo de los resultados iniciales, es posible que se
realicen otros exámenes para evaluar si la leucemia se ha diseminado a otras áreas del cuerpo,
como el hígado, el bazo u otros órganos.

El diagnóstico de la LLA se realiza de manera integral, y los resultados de estas pruebas ayudan a
los médicos a determinar el tipo de LLA, su gravedad y el enfoque de tratamiento más adecuado.
TRATAMIENTO
Los principales componentes del tratamiento de la LLA incluyen:

 Quimioterapia: La quimioterapia es la base del tratamiento de la LLA. Implica el uso de


medicamentos que matan o controlan las células leucémicas. La quimioterapia se administra
en ciclos y puede variar en intensidad según el protocolo de tratamiento. Los medicamentos se
administran por vía oral o mediante inyección en una vena.

 Radioterapia: En algunos casos, la radioterapia puede ser necesaria para tratar áreas
específicas donde la leucemia se ha diseminado, como el sistema nervioso central.

 Trasplante de Médula Ósea: Para algunos pacientes, especialmente aquellos con un alto riesgo
de recaída o que no responden al tratamiento inicial, se puede considerar un trasplante de
médula ósea. En este procedimiento, las células madre de la médula ósea se reemplazan con
células madre sanas de un donante compatible.

 Terapia de Blancos Específicos: En casos de LLA de alto riesgo o con ciertas anomalías
genéticas específicas, se pueden utilizar terapias dirigidas a objetivos moleculares específicos.

 Terapia de Mantenimiento: Después de la fase de inducción y consolidación, algunos


pacientes pueden recibir terapia de mantenimiento con medicamentos orales de baja dosis para
prevenir recaídas.

 Terapia intratecal: Se pueden administrar medicamentos directamente en el líquido


cefalorraquídeo a través de una punción lumbar, lo que ayuda a prevenir o tratar la afectación
del sistema nervioso central.

 Cuidados de Apoyo: Los pacientes con LLA requieren cuidados de apoyo para manejar los
efectos secundarios del tratamiento, como la prevención y tratamiento de infecciones, el
manejo de la fiebre y la atención a las complicaciones médicas.

 Seguimiento Médico: Después del tratamiento, los pacientes suelen someterse a un


seguimiento médico a largo plazo para detectar recaídas y manejar los efectos a largo plazo
del tratamiento.

El tratamiento de la LLA puede ser prolongado y desafiante, y el enfoque puede variar según el tipo y
el subtipo de LLA, la edad del paciente y otros factores individuales. Es importante que el tratamiento
sea llevado a cabo por un equipo médico especializado en oncología y hematología, y que se
proporcione apoyo emocional y psicológico a los pacientes y sus familias a lo largo del proceso.
CUIDADOS DE ENFERMERIA

1. Educación al Paciente y la Familia: Proporcionar información clara y


comprensible sobre la enfermedad, el tratamiento, los efectos secundarios y el
plan de atención es fundamental. Ayudar a los pacientes y sus familias a
comprender lo que están experimentando les permite tomar decisiones
informadas y participar activamente en su atención.
2. Manejo de Síntomas: Los enfermeros deben estar preparados para manejar
los síntomas comunes de la LLA, como la fatiga, la fiebre, los moretones, el
sangrado y las infecciones. Esto incluye administrar medicamentos, proporcionar
cuidados de la piel y monitorizar los signos vitales.
3. Control del Dolor: El control del dolor es una parte importante de los
cuidados de enfermería. Los enfermeros deben evaluar y gestionar el dolor del
paciente, utilizando analgésicos y otros métodos para aliviar el malestar.
4. Cuidado de la Piel: Los pacientes con LLA pueden desarrollar úlceras orales
y otros problemas cutáneos debido a la quimioterapia y los tratamientos. Los
enfermeros deben ayudar a mantener una higiene oral adecuada y proporcionar
cuidados de la piel para prevenir y tratar problemas cutáneos.
5. Control de Infecciones: La LLA y su tratamiento pueden aumentar el riesgo
de infecciones. Los enfermeros deben enseñar a los pacientes y sus familias las
prácticas de higiene adecuadas y estar atentos a los signos de infección.
6. Administración de Medicamentos: Los enfermeros son responsables de
administrar quimioterapia, medicamentos para la prevención de infecciones y
otros tratamientos. Esto requiere una cuidadosa preparación y seguimiento.
7. Apoyo Emocional: La LLA puede ser emocionalmente abrumadora para los
pacientes y sus familias. Los enfermeros desempeñan un papel crucial en el
apoyo emocional, proporcionando consuelo, escucha activa y recursos para el
manejo del estrés y la ansiedad.
8. Monitoreo y Evaluación: Los enfermeros deben realizar un seguimiento
constante de la respuesta del paciente al tratamiento, incluyendo análisis de
sangre y otros exámenes. Esto ayuda a ajustar el plan de atención según sea
necesario.
9. Educación sobre el Autocuidado: Enseñar a los pacientes a cuidarse a sí
mismos en casa es importante. Esto puede incluir la administración de
medicamentos, la observación de signos de infección y la comprensión de
cuándo buscar atención médica urgente.

También podría gustarte