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Tema 2 Contactología I: Evaluación ocular y visual.

1. La obtención del historial clínico es muy importante para llegar al diagnóstico eficaz
de los problemas visuales y establecer la estrategia para tratarlos eficazmente en el
menor tiempo posible. La ejecución de este procedimiento durante la entrevista con el
paciente requiere habilidad, experiencia y conocimientos clínicos para obtener la
información más relevante del caso, así como interpretar y analizar los datos recogidos.

La finalidad de la anamnesis, si lo enfocamos a esta asignatura, será determinar si el


paciente es un buen candidato para el uso de lentes de contacto. Si un paciente es idóneo
o no, lo determinaremos en base a:
 Analizar las indicaciones y contraindicaciones específicas del paciente.
 Analizar los riesgos o beneficios que puede tener para el paciente el uso de LC.
 Orientar al paciente en cuanto a la variedad de opciones e informarle de cuál
será el tipo de lente más adecuada a él, en función de su estilo de vida.
 Gasto económico.
 Resultados de su examen de salud ocular.
 Refracción.
 Visión binocular.
 Garantizar que las expectativas, en cuanto a la mejora de la calidad visual, sean
realistas.
 Cotejar la información del paciente para justificar la toma de decisiones clínicas
y permitir que se valoren futuros cambios en las consultas de seguimiento.
Antes de realizar la entrevista, el paciente debe rellenar una ficha con sus datos
personales, los cuales incluyen, su nombre, DNI, dirección, teléfono de contacto… El
especialista añadirá los motivos de la visita, antecedentes oculares propios o familiares,
uso de medicación u hábitos del paciente.
Es fundamental realizar la anamnesis a solas con el paciente, para evitar que se sienta
cohibido y que las respuestas sean cortas, proporcionando solo la información más útil y
relevante. Tendremos que adaptar la anamnesis a cada paciente, pero para ser más
eficiente es recomendable usar una misma estructura, utilizar abreviaturas a la hora de
apuntar y ser capaces de hacer un diagnóstico diferencial.
Tenemos que tener en cuenta una serie de parámetros:
a) Fecha de la última revisión ocular.
b) Problemas y/o patologías oculares.
c) Cirugías previas.
d) Infecciones oculares previas.
e) Cuando presenta los síntomas (visión cerca/intermedia/lejos).
f) Embarazo y/o lactancia (Aumenta el riesgo de que se produzcan edemas
corneales o de que se acumulen mucosas, lo cual puede afectar al uso de las
lentes de contacto).
Preguntas especiales para usuarios de lentes de contacto:
a) Última fecha de revisión de la adaptación.
b) Tipo y marca de lente de contacto en uso. Modalidad de remplazo.
c) Sistema de mantenimiento de la lente de contacto.
d) Fecha en la que se adaptaron.
e) Si se han dejado de usar y el motivo.
f) Tiempo de uso y tiempo de uso confortable diario.
g) Si duerme con las lentes de contacto y frecuencia.
h) Número de horas de uso de las lentillas al llegar a la consulta.
Historial clínico del paciente. Estado general de salud (Fecha de la última revisión),
presencia de algunas afecciones sistémicas como alergias, diabetes, tiroides,
enfermedades inflamatorias o dermatitis. En general, cualquier patología que pueda ser
relevante.
También es muy importante tener en cuenta si usa alguna medicación, ya que algunos
fármacos pueden tener como efectos secundarios afectaciones oculares, por lo que es
fundamental de que en caso afirmativo apuntemos el nombre, la frecuencia y la dosis,
en el historial. Los más frecuentes son antihistamínicos, descongestionantes nasales,
tranquilizantes, antidepresivos, algunos reguladores de presión arterial, tratamiento de
Parkinson, anticonceptivos y tratamientos hormonales. Todos ellos tienen en común que
afectan a la producción de las lágrimas.
Debemos apuntar las necesidades o hábitos del paciente, es decir, sus tareas diarias,
distancia de trabajo habitual, trabajo u hobbies, uso de pantallas…
Historial clínico de familiares cercanos.
a) Glaucoma.
b) Miopías magnas o astigmatismos elevados.
c) Distrofias corneales.
d) Ojo seco.
e) Glaucoma.
f) En general, cualquier patología que pueda ser relevante.
Claves a resaltar. Una vez que hemos obtenido todos los datos necesarios es importante
que el paciente entienda las opciones que tiene y debemos informarle de cuáles son los
pros/contras de cada opción. Una vez elegido tendremos que informarle de las
modalidades que hay para remplazarlas y las normas básicas de uso y mantenimiento.
Es necesario que el paciente comprenda razonadamente cuales son los beneficios de su
uso, posibles riesgos que conlleva su uso y en general, todos aquellos aspectos que una
persona razonable esperaría que se le informara.
No cumplir con las recomendaciones puede causar una disminución del confort con la
lente de contacto, sequedad ocular, disminución de la AV, aumento del riesgo de una
queratitis bacteriana, formación de depósitos en la lente de contacto y aparición de
papilas, hiperemia y/o lesiones corneales.
Es fundamental cumplir con la frecuencia de remplazo de las lentes de contacto, no
dormir con ellas salvo que el fabricante indique lo contrario, no adquirir lentes de
contacto en sitios no autorizados, no usar agua del grifo y lavarse las manos antes de
manipular la lente, limpiar y remplazar el estuche con frecuencia, evitar nadar o
ducharse con las lentes de contacto.

 Se le puede pedir a los pacientes que demuestren como limpian las lentes de
contacto, los estuches y/o sus manos.
 Se puede solicitar que traigan los estuches y los sistemas de mantenimiento.
 Se les debe proporcionar información por escrito sobre los distintos
procedimientos que deben seguir.
 Valorar interrumpir la adaptación o recomendar una adaptación distinta.
2. Medidas oculares: Los parámetros geométricos de las lentes de contacto, tales como
el diámetro total y de la zona óptica posterior, dependen de las dimensiones anatómicas
de la cara anterior de la córnea y de la pupila, así como de ciertas características de los
párpados. Por esta razón, entre los exámenes considerados como preliminares, se
encuentran las siguientes medidas oculares:
 Diámetro corneal.
La dimensión corneal más relevante para la selección de parámetros de lentes de
contacto es el diámetro horizontal del iris visible, ya que este condiciona el diámetro
total de la lente de contacto. Para determinar este parámetro usamos una regla
milimetrada que se apoya horizontalmente sobre la base de la nariz o hueso nasal. Se
hace coincidir uno de los trazos de la escala con uno de los bordes del iris visible y se
observa con que otro trazo de la regla coincide el otro borde.
Durante esta medición, el paciente puede mantener la fijación sobre un objeto en
posición primaria de mirada. Tomaremos como diámetro total de la lente el diámetro
horizontal del iris visible más unos 2-3mm.
 Diámetro pupilar.
Es un parámetro ocular variable e inestable que depende de la cantidad de luz ambiental
y de la distancia de fijación del paciente, sin embargo, es fundamental medirlo bien, ya
que condiciona el diámetro de la zona óptica de la lente de contacto. Esta medida debe
realizarse mientras el paciente mantiene la fijación sobre un objeto grande y lejano, en
posición primaria de mirada y con la iluminación ambiental más baja posible que nos
permita observar los bordes pupilares del paciente.
La medición del diámetro de la pupila puede realizarse con una regla milimetrada,
usando el mismo procedimiento que para medir el diámetro horizontal o empleando una
regla que lleva grabados varios semicírculos y en las condiciones previamente
establecidas, se desliza la regla hasta encontrar el semicírculo de la escala que coincida
con la mitad superior o inferior de la pupila.
El diámetro de ambas pupilas suele ser de entre 2-4 mm con luz brillante, mientras que
en condiciones de baja luminosidad oscila entre 4-8 mm.
 Apertura palpebral.
Tiene dos dimensiones, una horizontal y otra vertical. Para la adaptación de lentes de
contacto, es importante el valor que tiene la fisura vertical. La fisura horizontal en un
paciente adulto suele medir entorno a unos 30 mm, mientras que la fisura vertical puede
medir entre 8-11 mm.
Mientras el paciente mira hacia un objeto lejano en posición primaria de mirada, con la
regla milimetrada situada verticalmente, se mide la distancia vertical máxima que existe
entre los bordes de los párpados superior e inferior de cada ojo. Debemos tener cuidado
de no tocar las pestañas con la regla, ya que en esta situación el paciente intentará cerrar
los párpados en una acción refleja de protección ocular.
 Tensión palpebral.
Al igual que la medida del diámetro corneal, no existe un método clínico objetivo para
determinar con exactitud la fuerza del párpado superior. En la práctica esta medida se
realiza de forma subjetiva y se determina mientras se evierte el párpado superior.
Otra forma de determinar la fuerza palpebral es estirando totalmente el párpado superior
hacia abajo y observando la velocidad con la que se repliega. Si lo hace con rapidez y
bruscamente, se considerará que el párpado es flácido, mientras que si se repliega
lentamente se considerará que el párpado es flácido.

 Calidad y frecuencia de parpadeo.


El parpadeo es una acción refleja y espontanea del párpado superior, que se cierra y se
abre continuamente, con el objetivo de mantener la película del lagrimal uniformemente
esparcida sobre la parte anterior del ojo, de esta forma se mantiene la integridad de la
superficie del epitelio corneal y conjuntival.
Por otro lado, el parpadeo también sirve para presionar las glándulas de Meibomio y
conseguir que la película del lagrimal precorneal tenga su fase lipídica, así como barrer
de la superficie ocular anterior los productos de desecho metabólicos y partículas
extrañas de los párpados y del medio ambiente.
En un adulto, la frecuencia de parpadeo es de aproximadamente unas 10-15 veces por
minuto y la duración de cada parpadeo es de entre 300-400 milisegundos. Con el
tiempo, si no se parpadea, la película del lagrimal llega a desestabilizarse, por lo que se
observarán zonas secas. Gracias a la vía refleja, el paciente vuelve a parpadear, puesto
que suele tener una sensación de escozor, con lo que nuevamente se forma la película
del lagrimal.
Tanto la calidad como la frecuencia del parpadeo deben evaluarse sin que el paciente
sea consciente de esta observación clínica. Cuando se parpadea, el párpado superior
efectúa mayor recorrido, ya que desciende unos 11 mm hacia abajo y hacia el lado
nasal. Mientras que el párpado inferior se mueve muy poco hacia arriba, pero
aproximadamente unos 4 mm hacia el lado nasal del ojo.
La calidad de parpadeo se refiere al cierre de los párpados, que debe ser total. En estas
condiciones, ambos bordes palpebrales deben tocarse entre sí. Por lo general, los
pacientes suelen exponer un parpadeo incompleto, lo cual condiciona de manera
negativa a la hora de usar las lentes de contacto.
3. Exploración ocular: Para la adaptación de las lentes de contacto nos interesa
centrarnos en el estudio de párpados, película lagrimal, conjuntiva, limbo esclero-
corneal anterior y la córnea.
 Biomicroscopio.
Procedimiento clínico indispensable para la observación de los tejidos oculares
(segmento anterior del ojo). El funcionamiento de este instrumento se basa en el
fenómeno de la reflexión luminosa que se produce en la mayoría de medios oculares.
El biomicroscopio ocular está formado por dos sistemas principalmente:
a) Sistema iluminación (lámpara de hendidura). El haz luminoso es de diámetro
variable y puede ser proyectado con forma de hendidura y/o circular. Tanto la
anchura como la altura del haz pueden ser reguladas con los mandos. El ancho del
haz puede variarse desde 0 hasta 10 mm.
La lámpara de hendidura lleva incorporada una serie de filtros: Antitérmico
(Absorbe el calor, evitando las molestias del paciente), densidad neutra, aneritra
(Aumenta el contraste de los vasos sanguíneos) y azul cobalto (Se emplea en las
tinciones corneales, conjuntivales y para los fluorescenoigramas).
b) Sistema de observación (microscopio binocular). El sistema de observación consiste
en dos microscopios, uno para cada ojo, que forma un dispositivo estereoscópico
que permite una visión en relieve de lo que observa. Cuanto mayor sea el aumento
angular empleado, menor será el campo objeto lineal. También es importante tener
en cuenta que el aumento también es inversamente proporcional a la iluminación.
El sistema de iluminación es tipo Köhler (Haz de luz colimada, esto se consigue
colocando un diafragma en el foco objeto del sistema de lentes condensadoras).

El paciente debe sentarse cómodamente delante del instrumento, situando la barbilla y


la frente sobre los soportes correspondientes de la mentonera, de forma que la línea
negra existente en los brazos de la mentonera quede a la misma altura de los ojos del
paciente.
Debemos recordar que es necesaria la exploración con el biomicroscopio antes de la
adaptación, durante la adaptación y en el seguimiento.
Técnicas de iluminación.

1) Iluminación difusa:
Situamos el microscopio delante del ojo que vamos a observar y situaremos la lámpara
de hendidura a 45º del eje del microscopio. Colocaremos el difusor para evitar que la
luz enfoque sobre la parte anterior del ojo y haremos el haz lo más grande posible. Una
vez tengamos todo listo, desplazaremos el microscopio con el mando hasta enfocar la
estructura ocular que queramos observar.
Empezando por el canto interno, haremos un
recorrido completo observando el estado de la piel de
los párpados, las pestañas, los puntos lagrimales, las
aperturas de Meibimio, la curúncula, el repliegue
semilunar y la córnea.
Con esta iluminación conseguimos una panorámica total del ojo, aunque sin detalles si
se emplean bajos aumentos. Cuando deseemos apreciar con más detalle cualquier parte
del segmento anterior, se utilizarán gradualmente más aumentos.
2) Iluminación por dispersión escleral:
Con este tipo de iluminación se dirige un haz luminoso de 4mm de anchura sobre el
limbo esclero-corneal temporal del ojo cuya cornea quiere explorarse. Debido a la
dispersión de la luz en la zona pre-límbica, alrededor de la córnea aparece una especie
de halo de color anaranjado que es más destacado en el lado contrario al de incidencia
de la luz, que en este caso será el lado nasal.
Puesto que la luz se refleja en el interior de la córnea,
esta queda totalmente iluminada, siempre y cuando
no exista algún tipo de opacidad (Edema, mácula o
nébula), ya que estas condiciones adversad altera la
dispersión de la luz en el tejido corneal interno.
Bajamos la iluminación de la sala y esperamos a que el observador se adapte a la
oscuridad, ya que de esta forma apreciaremos mejor el contraste entre una opacidad y el
resto del tejido transparente. El ángulo de la lámpara debe rondar los 45º y con un haz
de unos 4mm de espesor, dirigiremos la luz sobre el limbo esclerocorneal temporal.
Comprobaremos la transparencia de la córnea en todos los puntos, sobre todo en la zona
que se encuentra delante de la pupila, ya que cualquier pérdida de la transparencia en la
zona central de la córnea puede pasar desapercibido. Si le pedimos al paciente que
parpadee podremos enfocar a las partículas de la película del lagrimal.
3) Iluminación focal directa.
Con este tipo de iluminación si el haz se enfoca sobre la esclerótica, se observa un área
brillante en la que la mayoría de la luz es reflejada, dispersa o absorbida. Sin embargo,
si el haz luminoso atraviesa un medio óptico casi transparente como puede ser la córnea
o el cristalino, podrá observarse una especie de paralelepípedo grisáceo, lo que
demuestra que ni la córnea, ni el cristalino son medios completamente transparentes.
Dependiendo de la anchura, de la forma y de la altura del haz luminoso, este tipo de
iluminación se divide en tres.
a) Paralelepípedo de Vogt.
La lámpara de hendidura y el microscopio deben formar un ángulo de unos 45º.
Inicialmente, para una observación general de la córnea deben emplearse bajos
aumentos. Se proyecta sobre la córnea un haz luminoso de unos 2-4 mm de
espesor y desplazaremos el haz por encima de la misma, hasta que observemos
una franja gris. A continuación, iremos enfocando la franja hasta que esta
aparezca completamente nítida.
El observador puede aumentar o disminuir
el ancho del haz de la hendidura, así como
el ángulo que forma la lámpara con el
microscopio. Se estudia el aspecto del corte
óptico de la córnea, su brillo y color
uniforme, barriendo toda la superficie
corneal desde el lado temporal hacia el
nasal.
Con este tipo de iluminación podemos observar tanto la superficie anterior como
posterior de la córnea, los nervios corneales, irregularidades, opacidades
(leucomas, máculas o nébulas), abrasiones, pigmentaciones, depósitos de
hemosiderina (proceden de la película del lagrimal y aparecen en córneas
intervenidas por cirugías refractivas o que están siendo tratadas con lentes de
ortoqueratología), edemas en el epitelio corneal. Por último, también podemos
estudiar el cristalino situado en el segmento posterior del ojo.
b) Sección óptica.
Este tipo de iluminación se consigue reduciendo la anchura del haz luminoso
hasta un valor de aproximadamente 0,5 mm, con lo cual se reduce la anchura de
la cara anterior y posterior de la córnea. De esta forma podremos apreciar la
mayoría de capas que conforman la córnea (Capa de Bowman, estroma y
endotelio) y la profundidad de cualquier lesión que le afecte.
Obtendremos este tipo de iluminación de la
misma forma que obtuvimos el paralelepípedo
e iremos reduciendo gradualmente el ancho
del haz de hendidura, hasta un punto antes de
que se apague la luz. Una vez que hayamos
obtenido este haz luminoso, realizaremos un
barrido por toda la córnea.
Empezaremos con el mínimo aumento e iremos repitiendo la observación,
aumentando la potencia para poder apreciar con mayor detalle.
c) Haz cónico.
Utiliza el fenómeno de Tyndall, este fue utilizado para demostrar la trayectoria
de la luz basándose en la dispersión que experimenta cuando su trayectoria es
interrumpida por pequeñas partículas en suspensión.
Para conseguir este tipo de iluminación
reduciremos la anchura y la altura del haz.
Situaremos el microscopio perpendicular a la
córnea, mientras que la lámpara debe formar
con el microscopio un ángulo de unos 25º.
Es recomendable enfocar primero el haz sobre la cara anterior de la córnea, para
después enfocarlo en la cara anterior del cristalino. Finalmente, si retrocedemos
el microscopio hasta la mitad de la trayectoria recorrida entre la córnea y el
cristalino, enfocaremos la cámara anterior (En condiciones normales deberá
aparecer oscura y utilizando mayores aumentos podremos observar el humor
acuoso).
4) Retroiluminación.
Técnica de iluminación adecuada para observar
estructuras transparentes o semitransparentes. Para
observar la córnea dirigiremos hacia esta un haz de unos
3 mm de anchura (paralelepípedo), de tal forma que el
microscopio y la lámpara de hendidura formen un
ángulo de unos 60º.
Parte de la luz que se transmite en el interior del globo ocular se refleja y vuelve a
incidir sobre la córnea, iluminando una zona diferente a la zona que ilumina el
paralelepípedo corneal (Iris). Situaremos el sistema de observación en la dirección de la
luz que atraviesa la córnea.
Procedimiento: Con un haz de hendidura de 2-4 mm de ancho, se enfoca la luz sobre la
córnea, hasta conseguir un paralelepípedo. Una vez conseguido, lo dirigiremos hacia el
iris, cristalino o retina. La lámpara de hendidura se sitúa en el lado temporal o nasal de
cada ojo, mientras que el microscopio lo alinearemos con la luz procedente de la
reflexión sobre el iris, cristalino o retina.
Acercando o alejando el microscopio del ojo enfocaremos la zona corneal iluminada e
iremos utilizando gradualmente mayores aumentos.
5) Retroiluminación indirecta.
Consiste en observar una zona que no se encuentra en la
trayectoria directa del haz reflejado. En este caso, la
zona corneal observada se encuentra entre el
paralelepípedo y la zona corneal retroiluminada
directamente, por lo tanto, la diferencia entre la
retroiluminación directa y la indirecta es que el ángulo
de observación y la zona de focalización varían.
En la primera se enfoca la porción de córnea iluminada por la parte posterior, mientras
que en la segunda se enfoca cualquier zona corneal diferente a la iluminada. Se
requieren las mismas condiciones que en la retroiluminación directa, excepto que la
zona corneal iluminada no es observada por el microscopio en la misma dirección que la
luz que emerge de la córnea.
6) Reflexión especular.
Es una forma de paralelepípedo, en la que el ángulo
de incidencia del haz de luz sobre la superficie
observada es igual al ángulo del eje de observación a
través de los oculares, y con este ángulo específico de
máxima reflexión observaremos una reflexión
especular brillante de las distintas superficies del
segmento anterior, entre ellas, las dos caras del
cristalino.
Nos permite observar la calidad de la superficie anterior del cristalino o si hay algún
proceso patológico.
Situaremos el microscopio y la lámpara formando un ángulo de unos 60º
aproximadamente. La lámpara debe situarse en el lado temporal de la córnea.
Acercaremos y alejaremos el microscopio del ojo, hasta que quede enfocada la imagen
del filamento, entonces variaremos el ángulo de la lámpara de hendidura hasta que la
imagen del filamento coincida con la superficie anterior del paralelepípedo, en este
momento observaremos un reflejo muy brillante (En este punto el ángulo de incidencia
es igual al ángulo de reflexión).
7) Iluminación indirecta.
Este tipo de iluminación se consigue enfocando
un pequeño haz luminoso sobre tejidos
translúcidos, tales como el iris o la esclerótica. Es
una técnica que combina la dispersión escleral
con la retroiluminación.
Situaremos el microscopio delante del ojo que vamos a observar, mientras que la
lámpara de hendidura se sitúa formando un ángulo de unos 70º. El haz luminoso debe
tener una anchura de unos 3 mm, de manera que se proyecte sobre la cara anterior del
iris. Desplazaremos el sistema de observación hasta enfocar la zona corneal de interés.
Podremos observar áreas edematosas, vasos, atrofias, hemorragias, lesiones,
opacidades…
 Queratometría.
Instrumento diseñado para medir los radios de curvatura de la cara anterior de la córnea.
Esta medida se realiza en los dos meridianos principales, por lo tanto, el astigmatismo
puede ser nulo (Potencia en el meridiano vertical = potencia en el meridiano horizontal),
directo (Potencia en el meridiano vertical > potencia en el meridiano horizontal) e
indirecto (Potencia en el meridiano vertical < potencia en el meridiano horizontal).
Es un instrumento fácil de usar que permite estimar el astigmatismo corneal, mide el
radio base de las lentes de contacto rígidas y permite evaluar el tiempo de rotura del
lagrimal de manera no invasiva, sin embargo, mide únicamente el radio central de la
córnea y en el caso de que el ápex esté descentrado se producen errores en la medida.
Por lo general, el diámetro de una lente de contacto suele rondar los 12.5 mm, mientras
que la queratometría solo mide el radio del 5,8% total de la córnea, por lo tanto, ¿es un
método fiable?
Tenemos diferentes instrumentos como Helmholtz y Javal, las medidas son diferentes.
Anotación queratométrica:
-OD: Potencia (Radio en mm) x Eje; Potencia (Radio en mm) x Eje.
 OI: Potencia (Radio en mm) x Eje; Potencia (Radio en mm) x Eje.

1) Abreviada:
 OD: Potencia X Potencia (Radio mm) x Radio (-).

 OI: Potencia X Potencia (Radio mm) x Radio (-).

2) Astigmatismo corneal:
 OD: -Diferencia X Eje.

 OI: -Diferencia X Eje

 Topografía.
Permite analizar toda la superficie corneal y conocer entidades como queratoconos,
seguir su evaluación, ayuda al diagnóstico de irregularidades corneales como la
degeneración macular pelúcida. Mejora la adaptación de las LC, permite seguir la
evolución de la adaptación, y el moldeo corneal. Sigue la evolución de la cirugía y
determina el espesor corneal con Osrbcan o Pentacan.
Permite determinar el diámetro horizontal del iris visible, el astigmatismo tanto corneal
como escleral, el descentramiento pupilar, describe con exactitud la forma de la córnea,
a través de una serie de parámetros, como la excentricidad, asferidad…
Principio óptico del topógrafo por reflexión.
Analiza la superficie corneal mediante la proyección y reflexión de la luz sobre la
superficie corneal anterior. Es muy importante que la córnea esté completamente
recubierta por la película lagrimal. Estos topógrafos incorporan un disco de Plácido
modifica de 13 a 32 anillos a un programa que analiza la imagen proyectada sobre la
córnea. Un software analiza los datos y muestra una representación gráfica en una gran
variedad de formatos matemáticos teóricos.
Este programa analiza los bordes de los anillos y mide la distancia entre los
consecutivos desde el centro a la periferia para determinar las diferentes curvaturas. Se
analizan aproximadamente de 6000 a 11000 puntos de la superficie corneal.
La representación de los datos de la superficie corneal se realiza por los mapas
topográficos coloreados con diferentes tipos de escala. A cada curvatura se le aplica un
color:
 Rojos y naranjas para curvaturas cerradas, radios pequeños, potencias altas.
 Verdes y azules para curvaturas abiertas, radios grandes, potencias bajas.
El alineamiento y enfoque correcto en la medida son fundamentales, un enfoque
incorrecto induce errores en la medida. Cuanto más preciso es el topógrafo mayor es el
error por desalineamiento. Un topógrafo menos preciso mide puntos más alejados, la
lectura es más grosera y el alineamiento es menos crítico
Índices topográficos.
1) Sim‐K (queratometría simulada).
El valor Sim‐K es utilizado para cuantificar el poder dióptrico de la córnea, con el fin de
calcular el valor del cilindro y el eje topográficos, identificando así las diferencias entre
los exámenes iniciales y finales. Sim‐K1 es el eje mayor, de mayor potencia y más
curvo y Sim‐K2 es el eje menor, está a 90º de Sim‐K1 y es el más plano.
2) Min‐K (queratometría mínima).
Mide la media de la potencia corneal dióptrica entre los anillos 6, 7 y 8 y presenta la
evaluación mínima en cada meridiano.
3) SRI (índice de regularidad superficial).
Mide la fluctuación de potencia punto a punto sobre la superficie corneal, y aumenta en
astigmatismo irregular. Existe una gran correlación entre el SRI y la agudeza visual
corregida con gafas si los otros componentes del ojo son normales, cuanto más regular
sea una superficie más bajo será el valor del SRI y mejor será la agudeza visual. SRI se
calcula basándose en la regularidad local de la superficie, en un área corneal incluida
sobre una pupila virtual de aproximadamente 4.5 mm en promedio. La córnea normal
tiene SRI menor que 0.5. Si es mayor indica que el centro de la córnea es de menor
calidad óptica o irregular.
4) SAI (índice de asimetría superficial).
El SAI se aproxima a cero en una superficie totalmente simétrica y aumenta cuanto más
asimétrica es la forma. El valor normal es inferior a 0.5 y aumenta en el queratocono,
después de un trauma, cirugía refractiva y queratoplastia. Puede ser útil para el progreso
de las enfermedades corneales como el queratocono.
5) PVA (agudeza visual esperada).
Este índice define las variaciones de la agudeza visual esperada (expresado en unidades
de Snellen) pasada sobre la topografía dependiendo, del Índice de Regularidad
Superficial (SRI) y del Índice de Asimetría Superficial (SAI), si la córnea es el único
factor para limitar la visión y no existen otras causas como opacidades en el cristalino o
degeneraciones en la retina.
6) e o CEI (excentricidad corneal).
La forma normal de la córnea no es la de una esfera sino la de una elipse prolata que
indica que su curvatura va aplanándose según nos alejamos del centro hacia la periferia.
La cuantificación de ese aplanamiento se representa mediante el valor de excentricidad
“e”. En córneas normales es de 0,45 ± 0,10. La excentricidad que se representa con
signo negativo entre 0 y 1 nos advierte de una elipse oblata.
7) SF (factor de forma).
Es una medida de la asfericidad de la córnea, como un derivado de la excentricidad es
su cuadrado (e2).
8) Q (factor de asfericidad corneal).
Es igual al factor de la forma en valor negativo –SF. En la población adulta joven el
valor normal es de ‐0,23+/‐0,08, y en los queratoconos y otras patologías ectásicas de la
córnea el valor es más negativo al aumentar el prolatismo corneal. Por ejemplo, si el
valor medio de la excentricidad de una córnea normal es 0,45, el SF medio de una
córnea normal será 0,452, es decir; 0,20, y el valor de Q medio será ‐ 0,2.
9) I‐S (asimetría inferior‐superior).
Se calcula la diferencia del poder corneal entre la parte superior e inferior y tiene mucha
importancia para diferenciar el queratocono. Las asimetrías topográficas adquieren gran
importancia, sobre todo las relacionadas con la aceptación para una cirugía refractiva
corneal. Las complicaciones importantes post‐quirúrgicas, como la ectasia, aparecen
relacionadas con asimetrías topográficas previas a la intervención.
Tipos de mapas en topografía.
1) Mapa axial.
Es el mapa inicial y el más utilizado. Es útil para determinar las características generales
de la córnea y para clasificar el mapa corneal. Es el tipo más estable que permite
diferenciar entre córneas esféricas, astigmáticas e irregulares.
2) Mapa tangencial.
Mide la curvatura en cierto punto de la superficie corneal en dirección meridional con
relación a los otros puntos del anillo en particular. Se utiliza para medir distancias
corneales en el mapa, y para localizar un cono o posición del vértice de un queratocono,
así como para localizar el diámetro y la posición de la ablación después de una ablación
quirúrgica refractiva con láser.
3) Mapa de elevación.
Es muy útil en formato numérico o de sección transversal para cuantificar la elevación o
la profundidad de un defecto corneal (ulceración, zona de ablación, queratócono y
otros). Algunos topógrafos muestran un mapa en relación con una superficie esférica de
referencia, mediante la comparación con una esfera de referencia ideal calculada a partir
de los datos de la topografía. Los colores cálidos indican que la córnea real está por
encima de la esfera y los fríos lo contrario. En una córnea normal sin astigmatismo
encontramos colores rojos en los 360º de la periferia, mientras si existe astigmatismo en
el meridiano más curvo se observan colores azules.
4) Mapa refractivo.
Es un mapa derivado del mapa axial mediante el uso de la ley de Snell para calcular el
poder refractor de la córnea. Se usa antes y después de la cirugía corneal.

 OCT
La OCT o Tomografía de Coherencia Óptica es una técnica de diagnóstico por la
imagen que, en los últimos años, se ha convertido en imprescindible en las consultas de
oftalmología. Con precisión micrométrica, nos permite visualizar en 3D distintas
estructuras oculares, realizando un “escáner” automático que nos aporta información de
gran relevancia para la detección y monitorización de muchas enfermedades oculares.
Su principal ventaja es que se trata de una tecnología no invasiva y con una resolución
muy superior a otras técnicas utilizadas en medicina que también hacen “cortes” ópticos
transversales sobre los tejidos (como el TAC o la resonancia magnética).
Para ello, el funcionamiento de la
OCT se basa en la emisión de luz
infrarroja que, al reflejarse sobre
las estructuras oculares, nos
muestra las capas o secciones de
distintas partes del ojo, detectando
alteraciones muy sutiles,
prácticamente a escala celular.
En función de las estructuras en
las que se enfoca, podemos
distinguir dos tipos de OCT:
1) Tomografía de Coherencia Óptica de polo posterior: visualización de la retina y,
con los últimos modelos, incluso de la capa que se encuentra por detrás de ella,
los coroides.
2) Tomografía de Coherencia Óptica de polo anterior: visualización de la córnea, la
cámara anterior del ojo, el iris y el cristalino. Puede hacerse con equipos de OCT
posterior a los que se adaptan determinados softwares o lentes, o bien mediante
nuevos equipos específicos para OCT anterior.
 Evaluación de la película del lagrimal.
La película lagrimal es muy importante en el mantenimiento de la fisiología corneal y
en la adaptación de las LC. La película lagrimal es una capa humedecida; altamente
especializada y estructurada; cubre la conjuntiva bulbar y palpebral, y la superficie
corneal. Alteraciones en el volumen y los componentes de la película afecta a la
transparencia corneal.
Para determinar el volumen de la película del lagrimal (Capa acuosa) utilizaremos dos
métodos fundamentalmente:
1) Test Schirmer.
El test de Schirmer I consiste en insertar en el tercio lateral inferior el extremo de una
tira de papel secante de 5 mm de ancho y 30 mm de longitud, dejando que se impregne
de lágrima durante 5 minutos. Pasado este tiempo, se retira y se mide la longitud de la
tira humedecida con la lágrima. En el caso de que se desencadene lagrimeo reflejo,
debemos repetir la prueba. Es fundamental que el paciente permanezca con el ojo
cerrado y no mueva mucho el ojo.
Mide el volumen total de lagrima (refleja + basal). Su fundamento físico se basa en la
capilaridad. Los milímetros humedecidos equivalen a µl de lágrima. Valores:
-Normal >15 mm.
-Sospechoso 5-15 mm.
-Anormal <5 mm. Podemos diagnosticar ojo seco por deficiencia acuosa.
2) Menisco lagrimal.
Medida no invasiva del volumen de lagrimal, mide
la altura, regularidad y curvatura del menisco
lagrimal con el biomicroscopio. El valor normal de
altura central es de 0,3 mm; en las zonas periféricas
es de 0,1 – 0,2mm. La curvatura es convexa en la
córnea, cóncava entre córnea y párpado, y convexa
en el párpado. También podríamos medir el
menisco lagrimal con el topógrafo corneal basado
en los discos de Placido.
3) Rojo de Fenol.
Mide lo mismo que el Schrimer, ya que su fundamento físico es él mismo. Mide la
secreción basal de la lágrima. Aplicamos en el tercio temporal durante unos 15
segundos y medimos los milímetros humedecidos en la tira. Tiene un colorante que
reacciona con la lágrima, rojo fenol, por lo que es más fiable y repetible que el test de
Schirmer (menos probabilidad de lagrimeo reflejo). Valor normal >25 mm.
4) Tiempo de rotura invasivo.
: Los párpados reparten homogéneamente la película lagrimal sobre la superficie ocular,
inmediatamente después la lágrima se empieza a evaporar y se inicia un adelgazamiento
de la película y se produce la rotura, debido a la insuficiencia de mucina en la lágrima.
Las zonas de rotura o puntos de desecación van acompañadas de una hidrofobia de
superficie que produce la disminución de la humectabilidad y la hidratación. La
estabilidad también depende del espesor de la película lagrimal que será más estable
cuanto éste sea menor.
El tiempo que transcurre desde el último parpadeo hasta que aparece la zona de rotura
es el tiempo de rotura lagrimal. Esta prueba indica si la capa mucina es adecuada, será
adecuada si baña de forma total la superficie corneal.
Después de instilar fluoresceína se evalúa con la lámpara de hendidura y con el filtro
azul de cobalto, el tiempo que tarda en observarse la ruptura de la película lagrimal
desde el último parpadeo. Son indicativos de síndrome de ojo seco valores inferiores a
10 segundos tras la instilación de una gota de fluoresceína o valores inferiores a 7
segundos tras la instilación de 5 ml con una pipeta. Se trata de un método invasivo por
la aplicación de fluoresceína que puede alterar la medición.
5) Tiempo de rotura no invasivo.
El tiempo que tarda en distorsionarse las líneas de una retícula proyectada en la córnea
desde el último parpadeo. Existen varios métodos actualmente para su realización.
Valores inferiores a 15 segundos son indicativos de síndrome de ojo seco.
6) Patrones interferenciales.
Interferencias que produce la luz cuando se refleja en las interfaces que componen la
película de lagrimal. Los patrones dependen de:
 Índice de refracción de la capa.
 Longitud de la luz.
 Ángulo de incidencia de la luz.
 Espesor de la capa.

Existen diferentes patrones lagrimales según el espesor de la capa lipídica, color y


distribución:

 Patrón de lecho lipídico marmóreo abierto.


Capa lipídica fina como mármol gris, con espesor de 15 – 29nm, produce problemas
con las LC, produce evaporación y sequedad, el tiempo de ruptura de lagrima es
muy bajo.
 Patrón de lecho lipídico marmóreo cerrado o fluido.
Distribución regular de la capa lipídica de color gris más intenso que el caso
anterior, espesor de 30 – 49nm, la película se puede romper con facilidad, pero la
adaptación es posible y sin empleo de lágrimas artificiales.
 Patrón lipídico ondulado.
Capa estable más gris y con ondas, espesor 50 – 79nm, es posible la adaptación de
LC y es un patrón normal.
 Patrón de lecho lipídico coloreado.
Es un patrón que mancha mucho las LC de depósitos. Distribución irregular y no
homogénea, espesor de 90 – 179nm, las áreas coloreadas corresponden a las zonas
de máximo espesor. Son usuarios con tiempo de rotura muy alto.
Por último, podríamos terminar de completar la evaluación ocular y visual del paciente,
realizando pruebas acerca del estado de la acomodación/convergencia, sensibilidad
corneal o visión binocular.
La estesiometría es la medida de la sensibilidad corneal. La córnea es el tejido más
inervado del cuerpo, 300 veces más que la piel, esta inervación proviene de la división
oftálmica del nervio trigémino por la vía de los nervios ciliares largos, que una vez se
introducen por el limbo atraviesan el estroma y la membrana de Bowman llegando al
epitelio donde se encuentran sus terminaciones, la densidad de éstas es mayor en los dos
tercios centrales de la córnea.
Estesiómetro de Cochet y Bonet: Es un instrumento empleado para la medida del
umbral de sensibilidad corneal. Se trata de un hilo de nylon de un diámetro fijo de
0,12mm y una longitud variable desde 5 a 60mm, por lo que la presión de éste varía
desde 0,96 a 17,68 g/mm 2. El fundamento de este instrumento se basa en el principio
de la variación de presión que transmite longitudinalmente al hilo de nylon cuando
incide perpendicularmente en la zona corneal. Se debe medir en cinco zonas: temporal,
nasal, superior, inferior, y, por último, central.
Hipersensible: 6mm
Normal: 5 - 4 -3mm
Hiposensible: 2 -1mm
La sensibilidad corneal puede variar por:
 Edad.
 Color de iris (mayor en iris claro).
 Cambios hormonales.
 Temperatura (el uso de LC aumenta 1ºC).
 Patologías (diabetes y queratitis).
Uso de LC. Con la sensibilidad corneal valoramos la tolerancia de un sujeto a una
adaptación de LC, por eso, las personas hipersensibles notan mucho las LC y no suelen
presentar alteraciones corneales, sin embargo, personas hiposensibles no notan las LC,
pero suelen presentar alteraciones, en este último caso no se recomienda la adaptación.

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