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PAfRICIA POLACCO

Gr~c:i~s..
Sr. F~ 'lr
P~trici~ Pol~cco

G._..~ci~s, s._... F~lk'l._..

L~~~~~----------------c~scca~nrne~aKaocon ·am:
PATRICIA POLACCO

Gr~ci~s,
Sr. F~ k~r
LECTORUM
PUBLICATIONS INC.
A George Felke1~ el verdadero Sr. Falker.
Usted siempre será mi héroe.

Escaneado con Cam:


El abuelo levantó el {rasco de m1'el para que lo pudiera ver IO<ÍIJ la farralw.
Entonces introdujo un cucharón en el (rasaJ y dejó can un poco de mi21 sobre
la cubierta de rm pequeño libro.
La niña acababa de cumplir cinco años.
-Levdntate, pequeña -le dijo con afecto-. Hace años hice Jo rrüsmo con tu
mamd, tus /fos y 111 hermano mayor; y ahora lo hago conligo.
Le puso el libro en las manos y le dijo:
-¡Prueba/
Tris/1a introdujo el dedo en Ja miel y se Jo llevó a la boaL
-¿Qué sabor tie11e? -Je preguntó la abuela.
-¡Dulce/ -conll?$tó la niña.
Entoncl?$ toda la familia dijo a coro:
-Sr, la miel es dulce y el saber también, pero el saber es como la ~¡a qw:
produce la miel; ¡tienl?$ que e11contrarlo en las pdginas de un libro!
La ni1la comprendió entonces que la promesa de leer ero ahora .suya.
Muy pronto aprenderla a leer
T nsha, la pequeña de la familia, creció amando los libros. Su mamá, que
era maestra, le Jefa todas las noches- Su hermano pelirrojo traía a casa los libros
de la escuela y Jos comparlfa con ella. Y. cada vez que visitaba la granja de la
familia, su abuela o su abuelo Je leían junto a la chimenea de piedra.
Cuando cumplió cinco años y empezó a ir a la escuela, lo que más deseaba
era aprender a leer_ Cada día, aJ otro lado del pasillo, veía a los niños de primer
grado que leían, y antes de tenninar el curso, algunos de los niños de su cla e
también aprendieron a leer. Pero Trisha no.
Aun así, le encantaba ir a la escuela porque allí podia dibujar. Los olros
niños la rodeaban y observaban cómo hada magia con los lápices de colores.
-Aprenderás a leer en primer grado -le aseguró su hermano.

Escaneado con Cam:


En el primer grado, 'JTisha se sentaba en circulo con los otros niños de su
clnsc. Todos utilizaban N11estro barrio, el primer libro de lectura, y trataban de
articular sonidos y palnbras: Mi mamá. Mi papd. Amo a m1 mamd.
La maeslrn sonreto cuundo los niños lograban unir Jos sonidos y podían leer
la palabra. Pero cuando Ttisha miraba la página, lo único que ve{a eran garabatos,
y cuando lefa en voz alta, los niños se burlaban de ella.
-1Tisho, ¿ele d6nde sacas eso? -le declnn con burla.
-¡De mi libro! - les contestaba bruscamente.
13nlonccs, la maestra llamaba a otro niño. Cada vez que le tocaba leer a ella,
la maestra tenla que ayudarla en todas las palabras. Con el tiempo, los demAs
niños pasaron al segundo y al tercer libro de lectura, pero ella se quedc5 en
Nuestro barrio.
Trisha empezó a sentirse "diferente". Incluso tonta.
Cunnto más difícil le resultaba la lectura. más tiempo pasaba dibujando
-¡le encantaba dibujar!- o simplemente sentada soñando. O, cuando
podio, ·a)ia a pasear con su abuela.
Un dfa de verano, su abuela y ella caminaban juntas por el pequeño
bosque que hobfa detrás de la granja. Atardecía. El aire era dulce y cálido
y los luciérnagas re oloteaban por encima de la hierba.
De repente, Thisha preguntó:
-Abuela, ¿lú crees que soy diferente?
-Desde luego - le contestó su abuela-. Ser diferente es el milagro
de la vida. ¿Ves esas luciémogos? Cada una es dücrcnte de las demás.
-¿Crees que soy inteligente?
Thisha estaba segura de que no lo era. La abuela la abrazó
y le contestó:
-Eres la criaturita más inteligente, viva y adorable que e.'Cisle.
lrn ese momento, Thisha se si olió feliz y segura en los brazos de u
abuela. Leer no era ya tan importante.
[,a lectu ra era un verdadero marti rio. Cadil vez que a Sue Elle n o a Tommy
Bob les tocaba leer lo hacfa n con ta nta fac ilidad que 1Ti ha fijaba la vi ta en
sus bezas tra ta ndo de ver si en ella había algo qu e fallaba en la uya.
Los núme ros le parecían lo mli diffcil de todo. unca con gula dar la
respuesta correcta.
- Pon Jo números en columna anles d sumarlo -le d cí la mee tra.
Tri ha lo intentaba, pero aquello pareda una torre a punto de d spl mar '.
Estaba convencida de que era lonta.
Un día, su mamá le anunció que había conseguido una pinza de
maeslra en California ¡Muy 1 jo de la granja de lo abuelo , en 1ichigan !
Aunqu u.s abuel ) no • l.iban 1'ri ha no quería mudar in
t!m rgo, qwú los rnaé!Slros r lo niños de 1 nue\'a e cuela no sabrían
lo tonta que ella era.
Trishn. su manui y su hermano recorrieron el país de un lado a otro
en un Plrmouth dd nño 19-l9. Turdnron cinco dia .
Pero en J¡¡ nueva escuela todo slgui6 siendo igual. Clida vez que le
tocaba leer, 1art11mudcnba. •m ga ... ga ... galo ... co .. co... rr.. rrióº.
¡E toba en tercero y Jefa como una nirlo pequcria!
Y cuando Jo maestra leía en voz olta y le pr guntaba algo, ella siempre
se equivocaba.
-¡Oye, tú, tonta! -le gritó un niño en el patio de recreo-, ¿por qué
res ton torpe? Otros chicos que estaban cerca, se echaron n refr.
TTisha sentía las lágrimas quemándole los ojos. Cómo deseaba regresar
o la grnnja de sus abuelos en Michigan.

¡)
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y ) )

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Ahorn Trisho no querlll ir nJ colegio.
"Me duele Jo garganta• - le decía a su mamri- o •me duele el esl611111go.
/\ menudo, soñaba despierto, dibujaba lodo el tiempo y odiaba la e cuelo
cada vez más.
Cuando Trisha comenzó el quinto grado, todos en la cscuelll hablaban
del nuevo maestro. Era alto y elegante. A lodos 1 gustaba u chaqueta
de rayas y su pantalones de color gris.
Los que siempre adulaban a los maestros -Stcvic Joe, Alice \arie, David
y Mlchael Lee-, Jo rodeaban. Pero desde el principio se vio claro que al
Sr. Falker no le importaba si lo niños eran slinpático , inteligentes o
sobresalfan en alguna materia. Para él todos eran iguales.
El Sr. Palkcr se paraba det rás de 'Irisha cada vez que ella dibujaba
y le decía:
- Brillante .... absolutamente brillante. ¿Te das cuenta del lalénlo que
tiene 7
Cado vez que el rnJJeslro dec!e eso, todos los niños, incluso los que se
burlnban de elle, se daban la vuelta en sus asientos para ver 1 dibujos
de 'l'rlsha . Sin embargo, eguien riéndose de ella cuando daba una
res pu csto incorrecta.
Un fa , el mocstro le pidl6 que. leyera n voz:. alta, cosa que ella odiaba.
A duras pe nas leyó una página de Las telarañas de Car/ora, y cuando los
niños come nzaron burlars de ello , le página del libro se volvió boJ"Tma.
El Sr. Palker, con s u chaqu eta de cuadros y su corbata de mariposas,
dijo:
-¡Basl.a yel ¿Acaso se creen u tedes tan perfectos que se alrevcn a
crilicar a los demás?

scaneaao con Cam:


iJ s
E Ju la ülllmo V t!7 que lguicn e nó o se burl de ella Bueno
todo . meno. Eri . Durante dos ;1.ño~ se habia 'entado detrás de Tti ba
y paredn que la odi ba Tt1shn no sabía por que.
La e pernba a In olida de cla e · le tiraba del elo. La esperaba 'n el patio
de recreo se le accrcaba y le gritaba •¡Sapo!• en plena cara .
lhsha tenla miedo de encontrarse con Eric a la vuelta de cado esquina
e senl1a ola por completo.
Únkamente era feliz cuando estaba cerca del r. Falker. Él dejaba que ella
borrara la pizarra -sólo los mejores estudian! podian hacerlo
Le daba una palmadita en la espalda cada vez que contestaba correctamente,
y se quedaba mirando fijamente a cualquier niño que s burlara de ella.

Escaneaao e
Pero ua día, duronte el recreo, Eric Ja iguíó hasta su escondite 5'.'Cr ta.
-¿Tu has convertido en topo? ~le djjo, burlándose
La arrastró basta el pasillo y se puso a dar vuellas alrededor de ella.
-¡Tunta, más que lonlal
'lTishn se cubrió la cabeza con los brazos, tratando de esconderse De
repente, oyó unos pasos. Ero el Sr. Falker.
l Sr. Folker llevó a Eric a la oficina del director. Cuando regresó,
buscó 11 'lTisho.
-No creo que tengas que preocuparle más por ese ch.ico -le d.ijo-
¿Por qué e burlaba de ti?
-No sé -conlc.st6 'lTisha, encogiéndose de hombro .

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ni ha csloba segura de que el r. Folker crcín que ello sabill leer. Hnbfo
aprendido a memorizar lo que lcia el compañero de al Indo. A veces, esperaba
n qu e el Sr Falkcr le ayudara con uno frD e y ella repello lo mismo.
- ¡Muy bu:nl -decía él.
Un día , el Sr. Falker le pidió que se quedara después d cln e y lo uyudo.ra
a borrar la pizarra. El Sr. Falker puso música, lrajo algunos sAnch iches
y mientras trabajaban le dijo:
- ¡ amos a hacer un juego! Yo nombro letras y tú las escribes en ln piiarrn
con la esponja mojada lo má r pido que puedas.
-A-gritó él.
EIJn dibujó u.na A chorreando.
-Ocho -gritó él.
Ella hizo un chorreando.
-Catorce ...1Tes ... D... .. . C -gritó él. Y as! sin parar, hasla que e colocó
al lado de ella )'juntos se quedaron mirando la pizarra.
Era un auténtico borrón de agua . 'frisha sabía que ni las letra ni los mimero
eran como debían ser. Dejó caer la esponja y trató de alir corriendo.
1Sr. Pnlkcr 1 ·ujcló por el brazo y se arrodilló frente o ella.
- li ni1'0 -dijo-, crees que eres tonta, ¿verdad? Debe de ser muy trlste
·cntir ·e t11n olu y tener lonlo miedo.
'l'ri ha comenzó ll llornr.
-Pero, peque11 , ¿no te das cuenta de que tú no ves las letra y los
m\mcros como In dem6i1 personas? l lns estodo en la escuela todo estos
ni\os y hos conseguido despl lnr n much s buenos mocstrm;. Eso requiere
o l\lcio, inteligencia y corojc.
Enlom:es se puso de pie y Lennin6 de limpiar lo pizarra.
- 'lbdo es to vo a cambiar Aprenderás a leer. Tu lo prometo.

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Escaneado con Cam:


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Esa noche, Trisha corrió a casa sín detenerse casi ni a


respirar. Salló los escalones, abrió la puerta de golpe y
nlraves6 el comedor hasta llegar a la cocína. Se encaramó
a la alacena y agarró el frasco de miel.
Luego íue a la sala y encontró el libro en la estantería,
el mlsmo libro que su abuelo le babia enseñado años atrás.
Derramó miel en la cubierta, probó su dulzura y se djjo a sí
misma: "¡La miel es dulce y el saber tllmbién, pero el saber es
como la abeja que produce la miel; tienes que encontrarlo en
las páginas de un libro!".
Entonces acercó el libro, con miel y todo, a su pecho. La!
lágrimas corrian por sus mejillas, pero no eran lligrlmas de
Lrisleza: se sentía feliz, completamente feliz.
El rt to d-1 uio /u rm d d ubru 1icnt v av ntura par
'- ta niñ ri' tdi :u mr lo 1 ·ut l
e \ ltricia la--o.
\ i 11 r. R lkt r otra \ z tr'i11ta añ m t rd' en un b da.
Ali a u l princi io tm·o un oco d
difi ·ultad e11 r - ·ono n11 . E 1tonc . ·plzqut qui ;n
m 1t iado mi \•ida mio atr · .
qu 110 fa.
-Bu no r -le 01rt t ·- , /1 o /ibr ara 11i11os...

Gra ia r. Falk r. luchas gra ia .

c.~1.,.;d11~duo c;on

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