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RESUMEN DEL TEMA 3: PROPAGACIÓN DE ONDAS EN MEDIOS DISPERSIVOS

Cuando una onda incide en un medio, su campo eléctrico interacciona con las cargas
libres, las cargas ligadas y los momentos magnéticos y eléctricos del medio generando
movimientos oscilatorios en las cargas. Parte de la energía de la radiación se invierte en
este proceso. Esta energía es reemitida de nuevo precisamente por estas cargas al estar
aceleradas por el campo incidente. Esta absorción y reemisión genera retardos de fase
y también pérdidas de energía. En el caso de los medios no dispersivos, las frecuencias
de la onda incidente son lo suficientemente bajas para que el medio siga perfectamente
las variaciones del campo eléctrico, por lo que la permeabilidad dieléctrica y magnética
 y  pueden considerarse constantes, es decir, la polarización del medio no variaría de
la que tendría ante campos estáticos. En estas condiciones ideales, el medio no
absorbería la luz y se limitaría a generar un retardo en la fase de la radiación con
respecto a la que tendría en el vacío. La cantidad de retardo viene determinado por el
índice de refracción n, que depende de las constantes dieléctricas y magnéticas del
medio ( n =  r r ). Cuando los electrones del medio sufren procesos disipativos de
fricción, por ejemplo, debidos a las interacciones entre nubes electrónicas, en el caso de
las cargas ligadas, o por interacción con los iones del medio, en el caso de las cargas
libres, el medio deja de ser capaz de seguir las variaciones del campo eléctrico y se le
considera como un medio dispersivo: la respuesta del material provoca retardos de fase
y una disminución en la amplitud de la onda propagada y, además, las permeabilidades
dieléctrica y magnética, y, por tanto, también el índice de refracción, dejan de ser
constantes para ser funciones de la frecuencia de la radiación incidente. Este capítulo
muestra la forma del índice de refracción asumiendo dos modelos sencillos para explicar
de qué manera el campo eléctrico afecta a la carga. Para el caso de cargas ligadas
(dieléctricos), se supone al electrón unido al núcleo por una fuerza que es proporcional
a la distancia, como en el caso de un oscilador armónico que, además, estará forzado
por el campo eléctrico de la onda y amortiguado por la interacción entre nubes
electrónicas vecinas. Para la carga libre de un metal, se asume el modelo de Drude, en
el que la conductividad de la carga viene determinada por el tiempo promedio que
transcurre entre choque y choque del electrón con los átomos al desplazarse por el
medio. La forma de la ecuación de ondas introduciendo estos cambios será similar a la
que se obtenía en medios no dispersivos. Por tanto, las ondas planas también serán
solución de esta ecuación. La diferencia con el medio no dispersivo es que el índice de
refracción no solo dependerá de la frecuencia del medio sino que, además, será un
número complejo. Esto será consecuencia de incluir procesos de fricción en los dos
modelos anteriormente mencionados que generan pérdidas de energía. Al ser el índice
de refracción complejo, el vector de onda también lo será. Como consecuencia de ello,
la onda verá disminuir su amplitud al propagarse en el medio dispersivo, es decir, irá
siendo absorbida su energía (intensidad) por el medio. La absorción será máxima a las
frecuencias del oscilador u osciladores armónicos que contenga el medio. También, las

1
variaciones más grandes en los desfases introducidos en la onda se producen en la
región de frecuencias alrededor de estas frecuencias de resonancia. A la dispersión de
la onda en esta región se la conoce como dispersión anómala. En el caso de los metales,
para frecuencias menores que las correspondientes al tiempo de relajación  (tiempo
promedio entre choque y choque), la absorción del medio será mayor cuanto mayor sea
la conductividad. Al mismo tiempo, la reflectividad del medio también será mayor
cuanto mayor sea su conductividad.

Tras obtener las expresiones para la ecuación de ondas, el índice de refracción y el


vector de ondas en medios dieléctricos y en medios aislantes, se estudiará la reflexión y
refracción en la frontera entre un medio no dispersivo y otro dispersivo, introduciendo
el concepto de onda inhomogénea y la ley de refracción compleja. Posteriormente, se
mostrarán las expresiones de los coeficientes de reflexión y transmisión de luz
polarizada en estados s y p, que serán números complejos y, finalmente, se deducirán
las expresiones para la parte real y la parte imaginaria del vector de onda en función de
las partes real e imaginaria del índice de refracción y del ángulo de incidencia.

Ecuación de ondas en medios materiales dispersivos

Para obtener la ecuación de ondas se parte de las ecuaciones de Maxwell en un


medio material. Asumamos que nos encontramos en un medio neutro (densidad de
carga eléctrica de volumen ρ = 0) y no magnético (magnetización M = 0). En ese caso,
las ecuaciones de Maxwell que describen los campos eléctrico y magnético en un medio
material con una densidad media de momentos eléctricos dipolares P, generada por los
electrones ligados a sus núcleos, y una densidad de corriente de electrones libres J,
serán:

𝜕𝑯
𝛻 × 𝑬 = −𝜇0
𝜕𝑡
𝜕𝑬 𝜕𝑷
𝛻 × 𝑯 = 𝜀0 + +𝑱
𝜕𝑡 𝜕𝑡
1
𝛻·𝑬= − 𝛻·𝑷
𝜀0
𝛻·𝑯= 0

Con el fin de encontrar la ecuación de ondas, calculamos el rotacional de la primera de


las ecuaciones de Maxwell:

𝜕(𝛻 × 𝑯)
𝛻 × (𝛻 × 𝑬) = −𝜇0
𝜕𝑡
A continuación, calculamos la derivada parcial con respecto al tiempo de la segunda
ecuación de Maxwell:

2
𝜕 𝜕 2 𝑬 𝜕 2 𝑷 𝜕𝑱
(𝛻 × 𝑯) = 𝜀0 2 + 2 +
𝜕𝑡 𝜕𝑡 𝜕𝑡 𝜕𝑡
Combinando estas dos últimas ecuaciones, y teniendo en cuenta que μ0ε0 = 1/c2, se llega
a la ecuación general de propagación de ondas en un medio neutro no magnético:

1 𝜕2𝑬 𝜕2𝑷 𝜕𝑱
𝛻 × (𝛻 × 𝑬) + = −𝜇 0 − 𝜇 0
𝑐 2 𝜕𝑡 2 𝜕𝑡 2 𝜕𝑡
El segundo miembro de esta ecuación contiene los términos fuente relacionados con los
efectos de polarización eléctrica, debidos a los electrones ligados a sus núcleos y que
son los que predominan en los materiales aislantes, o dieléctricos, y con la densidad de
corriente de cargas libres, que son los dominantes en los materiales conductores, o
metálicos. Veamos cada uno de estos dos casos por separado.

Ecuación de ondas y propagación de luz en medios dieléctricos isótropos.

Supongamos que tenemos un medio sin electrones libres, de modo que J = 0, en


el que los electrones ligados pueden sufrir procesos de polarización eléctrica. En ese
caso, la polarización, escrita en función de la densidad de electrones ligados susceptibles
de sufrir los procesos de polarización, N, de la carga del electrón en valor absoluto, e, y
de la separación del centro de masas de la nube electrónica de su posición de equilibrio,
r, será:

𝑷 = −𝑁𝑒𝒓

Necesitamos una expresión que relacione P con el campo eléctrico de la onda, E,


para meterla en el término fuente de la ecuación de ondas general y obtener la ecuación
de ondas y el índice de refracción del dieléctrico. Para ello, partimos de la ecuación
diferencial que describe el movimiento de la nube electrónica de carga ligada del dipolo
asumiendo que esta nube se comporta como un oscilador armónico forzado y
amortiguado:

𝑑2𝒓 𝑑𝒓
𝑚 2 + 𝑚𝛾 + 𝐾𝒓 = −𝑒𝑬
𝑑𝑡 𝑑𝑡
El campo E corresponde a la onda que se va propagando por el medio, la
constante K es una medida de la interacción entre el electrón ligado y su núcleo
asumiendo una ligazón de tipo oscilador armónico, y la constante de disipación, 𝛾, da
cuenta de la fricción entre la nube electrónica del dipolo y las nubes electrónicas vecinas.

Asumiendo que la onda incidente es una onda plana vibrando a una frecuencia
, la solución para r será también una oscilación armónica 𝒓 ~ 𝑒 −𝑖𝜔𝑡 . Con esta
dependencia temporal, se puede resolver la ecuación y obtener:

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−𝑒𝑬/𝑚
𝒓= 2
𝜔0 − 𝜔 2 − 𝑖𝜔𝛾

𝐾
siendo 𝜔0 = √𝑚 la frecuencia de resonancia del oscilador. La relación entre la
polarización y el campo eléctrico que estábamos buscando queda:

𝑁𝑒 2 1
𝑷= (𝜔 2 −𝜔 2 −𝑖𝜔𝛾 )𝑬
𝑚 0

Si ahora llevamos esta relación a la ecuación general de ondas, teniendo en cuenta que
(al ser la divergencia del campo eléctrico nula en este caso):

𝛻 × (𝛻 × 𝑬) = −𝛻 2 𝑬 + 𝛻(𝛻 · 𝑬) = −𝛻 2 𝑬

obtenemos la ecuación de ondas en un material dieléctrico, recordando que, en este


caso, J = 0:

1 𝑁𝑒 2 1 𝜕2𝑬
𝛻 2𝑬 = [1 + ( )]
𝑐2 𝑚𝜀0 𝜔0 2 − 𝜔 2 − 𝑖𝜔𝛾 𝜕𝑡 2

Por analogía con el caso de los medios no dispersivos, podemos considerar que la
cantidad entre paréntesis será el índice de refracción del diélectrico:

𝑁𝑒 2 1
𝑛̂2 = [1 + ( 2 )]
𝑚𝜀0 𝜔0 − 𝜔 2 − 𝑖𝜔𝛾

Asumiendo que el campo de la onda corresponde a una onda plana, se obtiene:

𝜔2 𝑁𝑒 2 1 𝜔2 2
𝑘̂ 2 = [1 + ( )] = 2 𝑛̂
𝑐2 𝑚𝜀0 𝜔0 2 − 𝜔 2 − 𝑖𝜔𝛾 𝑐

Con lo cual, hemos obtenido que, tanto el índice de refracción, como el vector de ondas
tendrán parte real e imaginaria. Utilizaremos las siguientes notaciones para referirnos a
estas componentes reales e imaginarias:

𝑛̂ = 𝑛𝑅 + 𝑖 𝑛𝐶 = 𝑛 + 𝑖𝜅

𝑘̂ = 𝑘𝑅 + 𝑖 𝑘𝐶 = 𝑘 + 𝑖 𝛼

Como consecuencia de que el vector de onda es un número complejo, la onda


tendrá, además del término de propagación, un factor que hace disminuir la amplitud
de la onda a medida que se propaga en el medio. Supongamos que la onda se está
transmitiendo a lo largo de la dirección del eje z:
̂
𝑬 = 𝑬𝟎 𝑒 𝑖(𝑘𝑧−𝜔𝑡) = 𝑬𝟎 𝑒 𝑖((𝑘𝑅+𝑖𝑘𝑐 )𝑧−𝜔𝑡) = 𝑬𝟎 𝑒 −𝑘𝐶𝑧 𝑒 𝑖(𝑘𝑅 𝑧−𝜔𝑡) = 𝑬𝟎 𝑒 −𝛼𝑧 𝑒 𝑖(𝑘𝑅𝑧−𝜔𝑡)

La irradiancia de la onda disminuirá al propagarse por el medio como:

4
𝐼 = 𝐼0 𝑒 −2𝑘𝐶𝑧 = 𝐼0 𝑒 −2𝛼𝑧

Por tanto, al valor 2kC se le llama coeficiente de absorción y a la componente imaginaria


del índice de refracción nC, que está ligada a la parte imaginaria del vector de onda, se
la conoce con el nombre de índice de extinción.

Finalmente, a partir de la expresión del índice de refracción descrita


anteriormente, igualando la parte real e imaginaria de los dos miembros, se puede
escribir:

𝑁𝑒 2 𝜔0 2 − 𝜔 2
𝑛𝑅2 − 𝑛𝐶2 = 1 + ( )
𝑚𝜀0 (𝜔0 2 − 𝜔 2 )2 + 𝜔 2 𝛾 2
𝑁𝑒 2 𝜔𝛾
2𝑛𝑅 𝑛𝐶 = ( )
𝑚𝜀0 (𝜔0 − 𝜔 2 )2 + 𝜔 2 𝛾 2
2

Si se representant ambos índices en función de la frecuencia, se ve que la


componente real va aumentando con la frecuencia hasta que llega a un máximo cerca
de la frecuencia de resonancia  0 . Después cae, para tomar el valor de nˆ R = 1 justo a la
frecuencia de resonancia, llega a un mínimo y vuelve a subir aproximándose
asintóticamente a 1. En la región de frecuencias que van desde el máximo al mínimo,
centrada en la frecuencia de resonancia, es donde el índice de refracción decae con la
frecuencia. En el resto de frecuencias, el índice de refracción aumenta. Por eso se dice
que, si la onda se propaga en el medio dentro de este rango de frecuencias, esta sufre
una dispersión anómala.

Para el índice de extinción o componente imaginaria del índice de refracción,


este alcanza un máximo justo a la frecuencia de resonancia  0 .

nR 

nC 

0

En general, un medio puede tener más de una frecuencia de resonancia. Una


forma más generalizada de escribir el índice de refracción sería:

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𝑁𝑒 2 𝑓𝑗
𝑛̂2 = 1 + ∑ 2
𝑚𝜀0 𝜔𝑗 − 𝜔 2 − 𝑖𝜔𝛾𝑗
𝑗

A f j se le llama “fuerza del oscilador”. A mayor f j , mayor será la extinción de la radiación


a esa particular frecuencia de resonancia.

Ecuación de ondas y propagación de luz en medios conductores isótropos.

En el caso de los metales, vamos a considerar la situación complementaria al caso


de los dieléctricos, es decir, vamos a asumir despreciables los efectos de polarización de
los electrones ligados (P = 0) mientras que la densidad de corriente de electrones libres,
J, será no nula.

Ahora, necesitaremos hallar una expresión que relacione J con el campo


electromagnético de la onda. Para ello, podemos recurrir al modelo de Drude. Se trata
de un modelo clásico basado en la teoría cinética de los gases, que asume que los
electrones libres se desplazan a lo largo de trayectorias rectilíneas, hasta que chocan
con un átomo de la red y sufren un cambio brusco de dirección, para continuar en una
nueva trayectoria rectilínea. Los electrones no interaccionan con el resto de electrones
del medio y sólo tienen interacción con los átomos en las colisiones abruptas. El tiempo
promedio que transcurre entre dos colisiones se denomina tiempo de relajación, τ, y la
distancia promedio recorrida por el electrón es el recorrido libre medio.

Para encontrar la expresión J(E) escribimos la ecuación del movimiento de un


electrón libre sometido a un campo externo E. Incluiremos un término de fricción,
proporcional a la velocidad del electrón, que da cuenta de los procesos de colisión. La
constante de fricción se puede asumir inversamente proporcional al tiempo de
relajación, de manera que, si el tiempo entre dos colisiones es muy pequeño, eso se
traduce en un peso relevante de los procesos disipativos de fricción:

𝑑𝒗
𝑚 + 𝑚𝜏 −1 𝒗 = −𝑒𝑬
𝑑𝑡
Por otro lado, sabemos que la densidad de corriente es proporcional a la densidad
y velocidad de las cargas libres:

𝑱 = −𝑁𝑒𝒗

De este modo, la ecuación de movimiento de los electrones puede escribirse como:

𝑑𝑱 −1
𝑁𝑒 2
+𝜏 𝑱= 𝑬
𝑑𝑡 𝑚

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Suponiendo, como en el caso de los aislantes, que el campo eléctrico de lo onda
tiene una dependencia temporal de tipo armónico, con frecuencia angular , se puede
proponer una solución de J que también tenga dependencia armónica, en cuyo caso, la
ecuación anterior se convierte en:

𝑁𝑒 2
(−𝑖𝜔 + 𝜏 −1 )𝑱 = 𝑬
𝑚
Si vamos al caso estático, ω = 0, la densidad de corriente de electrones libres se
puede escribir como:

𝑁𝑒 2 𝜏
𝑱= 𝑬
𝑚
Como sabemos, la densidad de corriente de electrones libres en el caso estático
puede escribirse en función de la conductividad, σ, como:

𝑱 = 𝜎𝑬

La comparación de ambas ecuaciones permite escribir:

𝑁𝑒 2 𝜏
𝜎=
𝑚
Teniendo esto en cuenta, se llega a la expresión buscada que relaciona J con E:
𝜎
𝑱= 𝑬
1 − 𝑖𝜔𝜏
que podemos introducir en la ecuación de ondas general, en la que, al ser P = 0, como
ya se ha dicho, podemos escribir:

1 𝜕2𝑬 𝜕𝑱
𝛻 × (𝛻 × 𝑬) + = −𝜇 0
𝑐 2 𝜕𝑡 2 𝜕𝑡
Además, al ser P = 0, y estar en un medio neutro, en el que la densidad neta de
carga es nula, también se cumple que la divergencia de E es nula y, por tanto:

𝛻 × (𝛻 × 𝑬) = −𝛻 2 𝑬 + 𝛻(𝛻 · 𝑬) = −𝛻 2 𝑬

De modo que llegamos a la ecuación de ondas del metal que buscábamos:

1 𝜕2𝑬 𝜇𝑜 𝜎 𝜕𝑬
𝛻 2𝑬 = 2 2
+
𝑐 0 𝜕𝑡 1 − 𝑖𝜔𝜏 𝜕𝑡

En este caso, al igual que sucedía en los materiales dieléctricos, volvemos a


encontrar un término imaginario que va a tener como consecuencia que, tanto el índice
de refracción como el vector de ondas, serán números complejos:

7
𝑛̂ = 𝑛𝑅 + 𝑖 𝑛𝐶 = 𝑛 + 𝑖𝜅

𝑘̂ = 𝑘𝑅 + 𝑖 𝑘𝐶 = 𝑘 + 𝑖 𝛼

Al igual que hicimos con los dieléctricos, si ahora se propone una onda plana como
solución de la ecuación, obtendremos el valor del vector de ondas y del índice de
refracción en metales:

𝜔2 𝜔𝑝 2
𝑘̂ 2 = (1 − 2 )
𝑐2 𝜔 + 𝑖𝜔𝜏 −1

𝜔𝑝 2
𝑛̂2 = 1 −
𝜔 2 + 𝑖𝜔𝜏 −1
La relación entre ambos viene dada por:

𝜔2
𝑘̂ 2 = 𝑛̂2
𝑐2
siendo ωp la frecuencia de plasma del medio, que separa las zonas de opacidad y
transparencia del metal:

𝜇𝑂 𝜎𝑐 2 𝑁𝑒 2
𝜔𝑝 2 = =
𝜏 𝑚𝜀0

A partir de la expresión del índice de refracción, podemos escribir las ecuaciones


correspondientes a la parte real y la parte imaginaria de 𝑛̂2 en los metales:

𝜔𝑝 2
𝑛𝑅2 − 𝑛𝐶2 = 1 −
𝜔 2 + 𝜏 −2
1 𝜔𝑝 2
2𝑛𝑅 𝑛𝐶 =
𝜔𝜏 (𝜔 2 + 𝜏 −2 )

Conocidos los valores de ωp y τ en el material, se podría resolver el sistema para


encontrar la dependencia de la parte real e imaginaria del índice de refracción con la
frecuencia angular de la radiación. El orden de magnitud típico de τ es 10-13 s y el de la
frecuencia de plasma es 1015 s-1, que se sitúa en torno al visible/UV.

Para valores de la frecuencia de la radiación incidente mucho menores que el inverso


del tiempo de relajación, puede comprobarse que la longitud de penetración de la luz
en el metal es muy baja. Por ejemplo, para el Cu en el rango de las microondas, esa
longitud es del orden de 100 nm.

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Reflectividad y Refracción en la frontera con un medio dispersivo. Ondas
inhomogéneas. Ley de refracción compleja.

Estudiemos ahora cómo se reflejan y se transmiten las ondas electromagnéticas


en la frontera entre un medio no dispersivo con índice de refracción real n 1, que
consideraremos igual a 1, y un medio dispersivo con índice de refracción complejo 𝑛̂.

z
ki kr
n1
x
n^ ktC ktR
φt

En este caso, la condición de conservación de fase en la intercara para cualquier


instante implica que:

⃗ 𝑖𝑟 = 𝑘
𝑘 ⃗̂ 𝑟
⃗ 𝑟𝑟 = 𝑘 𝑡

La primera de las igualdades produce la ley de reflexión que ya conocemos en los


medios dispersivos, que indica que al ángulo de incidencia y el ángulo de reflexión,
medidos con respecto a la normal, son iguales, y que sigue siendo válida:

⃗ 𝑖𝑟 = 𝑘
o Ley de reflexión: 𝑘 ⃗ 𝑟 𝑟 ⇒ 𝜃𝑖 = 𝜃𝑟

La igualdad entre el primer y último miembro da lugar a la ley de refracción, que en


el caso de los medios dispersivos deberá tener en cuenta que el vector de onda
transmitido tiene parte real y parte imaginaria:
 
o Ley de refracción: ki r = kˆt r

Si igualamos la parte real y la parte imaginaria de la ecuación, se obtiene:

⃗̂ 𝑟 ⇒ 𝑘 𝑠𝑒𝑛𝜃 = 𝑘 𝑠𝑒𝑛𝜑
⃗ 𝑖𝑟 = 𝑘
(1) → 𝑘 𝑡𝑅 𝑖 𝑖 𝑡𝑅 𝑡

(2) → 0 = 𝑘⃗̂ 𝑟
𝑡𝐶

De la segunda condición se deduce que la componente imaginaria del vector de


onda de la onda transmitida debe ser perpendicular a la intercara, tal y como se ha
representado en la figura anterior. La componente real del vector de onda no tiene por
qué seguir esa dirección, es decir, la componente real e imaginaria del vector de onda
transmitido forman un ángulo φt entre sí. Este tipo de ondas en las que la parte real y la

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parte imaginaria del vector de onda no son paralelas se conocen con el nombre de ondas
inhomogéneas. En estas ondas, los planos perpendiculares a 𝑘 ⃗ 𝑡𝐶 son planos de amplitud
⃗ 𝑡𝑅 , que es el vector que marca la
constante, mientras que los planos perpendiculares a 𝑘
dirección de propagación de la onda, son planos de fase constante.

Si en la propagación de esta onda plana por el medio dispersivo se asume una


dependencia de tipo onda plana y se introduce en la ecuación de ondas con un índice
de refracción complejo se llega a una relación entre las partes real e imaginaria del
vector de onda y las partes real e imaginaria del índice de refracción:

𝑘𝑡𝑅 2 − 𝑘𝑡𝐶 2 = (𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 )𝑘𝑖 2


𝑘𝑡𝑅 𝑘𝑡𝐶 𝑐𝑜𝑠 𝜑𝑡 = 𝑛𝑅 𝑛𝐶 𝑘𝑖 2

Además, de las condiciones de igualdad de fase en la intercara se deduce que:

𝑘𝑡𝑅 𝑐𝑜𝑠 𝜑𝑡 + 𝑖𝑘𝑡𝐶 = 𝑘𝑖 √𝑛̂2 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖

En las ondas inhomogéneas tendremos también la siguiente condición:

⃗ 𝑡𝑅 + 𝑖𝑘
𝑘 ⃗ 𝑡𝐶 ≠ (𝑛𝑅 + 𝑖𝑛𝐶 )𝑘
⃗𝑖

Finalmente, por analogía con el caso no dispersivo, podemos definir un ángulo de


refracción complejo, 𝜑̂𝑡 , que nos permite escribir la ley de refracción compleja
(asumiendo que el medio incidente es el vacío):

𝑛̂𝑠𝑒𝑛𝜑̂𝑡 = 𝑠𝑒𝑛𝜃𝑖

Este ángulo de refracción complejo puede expresarse como:

𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖
𝑐𝑜𝑠
̂ 𝑡 = √1 −
𝑛̂2

Combinando las ecuaciones previas, se llega a:

𝑘𝑡𝑅 𝑐𝑜𝑠𝜑𝑡 +𝑖𝑘𝑡𝐶


𝑛̂ =
𝑘𝑖 𝑐𝑜𝑠
̂𝑡

En resumen, hemos definido una ley de Snell que tiene la misma forma que en el
caso de los medios no dispersivos, con la salvedad que la cantidad 𝜑̂𝑡 , al igual que el
índice de refracción, es un número complejo. Este ángulo complejo no tiene un
significado físico directo y se introduce por conveniencia de cálculo en los coeficientes
de reflexión y transmisión que veremos a continuación. No debe confundirse con el
ángulo de refracción real, 𝜑𝑡 , que forman la parte real y la parte imaginaria del vector
de onda transmitido, y que sí tiene significado físico, al ser el ángulo que forma el haz
transmitido con la normal.

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Coeficientes de reflexión y transmisión en un medio dispersivo.

Las expresiones anteriores que contienen el índice de refracción complejo y el


ángulo de refracción complejo nos permiten expresar los coeficientes de reflexión y
transmisión en un medio dispersivo de manera compacta. Para ello supondremos que
el campo eléctrico incidente es perpendicular al plano de incidencia (polarización s, o
modo transversal eléctrico). Las expresiones correspondientes para el otro caso, cuando
el campo eléctrico esté contenido en el plano de incidencia (polarización p, o modo
transversal magnético), se obtendrían de manera análoga y se indican al final de este
apartado.

Supongamos que tenemos la siguiente geometría en la que una onda incide con
polarización s (campo eléctrico perpendicular al plano de incidencia) desde el vacío
sobre un medio dispersivo con índice de refracción complejo:

Las condiciones ya conocidas de continuidad de las componentes tangenciales de


los campos eléctrico y magnético en la intercara dan lugar a:

𝐸𝑖 + 𝐸𝑟 = 𝐸𝑡

𝐻𝑖 𝑥 + 𝐻𝑟 𝑥 = 𝐻𝑡 𝑥

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Para hallar la relación entre el campo eléctrico y el campo magnético recordamos
que, en el caso de las ondas planas, podemos relacionar los campos eléctrico, magnético
y el vector de onda a través de un producto vectorial. En el medio no dispersivo:

⃗ 𝑖 × 𝐸⃗𝑖 = 𝜇0 𝜔𝐻
𝑘 ⃗𝑖

⃗ 𝑟 × 𝐸⃗𝑟 = 𝜇0 𝜔𝐻
𝑘 ⃗𝑟

y en el medio dispersivo:

⃗̂ × 𝐸⃗ = (𝑘
𝑘 ⃗ 𝑡𝑅 + 𝑖𝑘
⃗ 𝑡𝐶 ) × 𝐸⃗𝑡 = 𝜇0 𝜔𝐻
⃗𝑡
𝑡 𝑡

Tomamos ahora las componentes tangenciales de los vectores de campo


magnético. En el caso del campo magnético incidente, la componente tengencial será:

𝑘𝑖 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖
𝐻𝑖 𝑥 = − 𝐸𝑖
𝜇0 𝜔

para el haz reflejado:

𝑘𝑟 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑟
𝐻𝑟 𝑥 = 𝐸𝑟
𝜇0 𝜔

y para el haz transmitido, teniendo en cuenta la última expresión del apartado anterior:

−1 𝐸𝑡
𝐻𝑡 𝑥 = (𝑘𝑡𝑅 𝑐𝑜𝑠 𝑡 + 𝑖𝑘𝑡𝐶 )𝐸𝑡 = − 𝑘 𝑛̂𝑐𝑜𝑠
̂𝑡
𝜇0 𝜔 𝜇0 𝜔 𝑖

Sustituyendo estas expresiones para las componentes tangenciales en la condición


𝐸𝑟
de contorno para los campos magnéticos y despejando , utilizando la condición de
𝐸𝑖
contorno del campo eléctrico, se obtiene:

𝐸𝑟 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖 − 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡
𝑟̂𝑠 = =
𝐸𝑖 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖 + 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡
𝐸𝑟 𝐸
Si ahora, en lugar de despejar , se despeja 𝐸𝑡:
𝐸𝑖 𝑖

𝐸𝑡 2 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖
𝑡̂𝑠 = =
𝐸𝑖 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡 + 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖

De manera similar, para la polarización incidente de tipo p se llega a:

𝐸𝑟 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖 − 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡
𝑟̂𝑝 = =
𝐸𝑖 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖 + 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡

𝐸𝑡 2 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖
𝑡̂𝑝 = =
𝐸𝑖 𝑐𝑜𝑠𝜑̂𝑡 + 𝑛̂ 𝑐𝑜𝑠 𝜃𝑖

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Además, se puede comprobar que:

𝑡̂𝑠 = 1 + 𝑟̂𝑠

(1 + 𝑟̂𝑝 )
𝑡̂𝑝 =
𝑛̂
Por otro lado, los coeficientes de reflexión s y p también pueden escribirse como:

𝑠𝑒𝑛(𝜃𝑖 − 𝜑̂𝑡 )
𝑟̂𝑠 = −
𝑠𝑒𝑛(𝜃𝑖 + 𝜑̂𝑡 )

𝑡𝑎𝑛(𝜃𝑖 − 𝜑̂𝑡 )
𝑟̂𝑝 =
𝑡𝑎𝑛(𝜃𝑖 + 𝜑̂𝑡 )

Por tanto, hemos obtenido expresiones análogas al caso de los medios no


dispersivos, pero ahora con índice y ángulo de refracción complejos.

Cálculo del vector de onda transmitido en función del índice de refracción y el ángulo
de incidencia.

Hemos visto que la amplitud de la onda disminuirá a medida que vaya


propagándose por el interior del medio dispersivo. Para conocer la amplitud de la onda
en cada punto y su dirección es necesario calcular las componentes real e imaginaria del
vector de onda dentro del medio. Para ello utilizamos las relaciones mostradas en un
apartado anterior:

𝑘𝑡 𝑅 2 − 𝑘𝑡 𝐶 2 = 𝑘𝑖 2 (𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 ) (a)

𝑘𝑡 𝑅 𝑘𝑡 𝐶 𝑐𝑜𝑠 𝜑𝑡 = 𝑘𝑖 2 𝑛𝑅 𝑛𝐶 (b)

Vimos con anterioridad, a partir de la continuidad en la intercara, que:

𝑘𝑖 𝑠𝑒𝑛𝜃𝑖 = 𝑘𝑡 𝑅 𝑠𝑒𝑛𝜑𝑡

por lo que

√𝑘𝑡 𝑅 2 − 𝑘𝑖 2 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖
𝑐𝑜𝑠 𝜑𝑡 = √1 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜑𝑡 =
𝑘𝑡 𝑅

La ecuación (b) queda entonces como:

𝑘𝑡 𝐶 √𝑘𝑡 𝑅 2 − 𝑘𝑖 2 𝑠𝑒𝑛2 𝑖 = 𝑘𝑖 2 𝑛𝑅 𝑛𝐶

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Elevando ambos términos al cuadrado para eliminar la raíz:

𝑘𝑡 𝐶 2 (𝑘𝑡 𝑅 2 − 𝑘𝑖 2 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 ) = 𝑘𝑖 4 𝑛𝑅 2 𝑛𝐶 2

Despejando 𝑘𝑡 𝑅 2 de la ecuación (a) se obtiene la ecuación de 2º grado en 𝑘𝑡 𝐶 2 :

𝑘𝑡 𝐶 4 + 𝑘𝑡 𝐶 2 𝑘𝑖 2 (𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 ) − 𝑘𝑖 4 𝑛𝑅 2 𝑛𝐶 2 = 0

La solución es:

2 𝑘𝑖 2
𝑘𝑡 𝐶 = [√(𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 )2 + 4𝑛𝑅 2 𝑛𝐶 2 − (𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 )]
2

Para obtener 𝑘𝑡 𝑅 solo es necesario sustituir 𝑘𝑡 𝐶 en la ecuación (a):

2 𝑘𝑖 2
𝑘𝑡 𝑅 = [√(𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 − 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 )2 + 4𝑛𝑅 2 𝑛𝐶 2 + (𝑛𝑅 2 − 𝑛𝐶 2 + 𝑠𝑒𝑛2 𝜃𝑖 )]
2

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