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Howard Becker-Outsiders.

Hacia una sociología de la desviación


Capítulo 1
Los extraños
Todos los grupos sociales crean reglas e intentan imponerlas. Las reglas sociales definen
ciertas situaciones y los tipos de comportamiento apropiados para las mismas,
prescribiendo algunas actuaciones como correctas y prohibiendo otras como incorrectas.
Cuando se impone una regla, la persona de quien se cree que la haya quebrantado puede
ser vista por los demás como un tipo especial de individuo, como un marginal. Pero la
persona así catalogada como marginal puede tener una visión diferente del asunto, y así, el
transgresor puede considerar que sus jueces son marginales.
Las reglas pueden ser de muchos tipos. Pueden estar formalmente promulgadas como
leyes. En otros casos, representan acuerdos informales recientemente alcanzados o
sancionados por los años y la tradición. El grado en el cual uno se encuentra marginado
varía de caso a caso.
No todos los transgresores piensan que han sido injustamente juzgados. Sin embargo,
algunos desviados desarrollan amplias ideologías que explican por qué ellos tienen razón y
porque aquellos que los critican y castigan están equivocados.
Definiciones de desviación
La investigación científica ha aceptado la premisa dada por el sentido común de que hay
algo intrínsecamente desviado en los actos que quebrantan las reglas sociales. También ha
aceptado el supuesto de que el acto desviado ocurre porque la persona que lo realiza
presenta ciertas características que hacen necesario o inevitable su acción. La primer
concepción no aporta en términos de comprensión, y la segunda es una simple
biologización.
Nuestro primer problema es entonces construir una definición de la desviación. La
concepción más simple es esencialmente estadística y define como desviado a todo lo que
se aleje demasiado del promedio. Otro enfoque la identifica como algo esencialmente
patológico que revela la presencia de una enfermedad, y consideran a la desviación como
producto de la enfermedad mental. Otra concepción de la desviación la define en términos
de funcional/disfuncional. Sin embargo, resulta complejo en la realidad especificar qué es
funcional y qué es disfuncional para una sociedad o grupo social. La cuestión de cuál es el
propósito o meta de un grupo y en consecuencia que cosas ayudaran o impedirán el logro
de este propósito es muy a menudo de naturaleza política, y no está dada en la naturaleza
misma de la organización. Entonces, los problemas de cuales reglas deben imponerse, que
conducta debe ser sancionada como desviada y cuales personas deben calificarse de
marginales, deben también considerarse cuestiones políticas.
Otro punto de vista sociológico es más relativista. Identifica la desviación con la no
observancia de las reglas grupales. Una vez que hemos descrito las reglas que un grupo
impone a sus miembros, podemos decir con cierta precisión si una persona las ha violado y
si es o no, en consecuencia, un desviado.
La concepción sociológica que acabo de analizar define la desviación como la infracción de
alguna regla previamente acordada. Sin embargo, supone que quienes han quebrantado
una regla constituyen una categoría homogénea por haber cometido el mismo acto
desviado.
Pienso que semejante suposición ignora el hecho fundamental de la desviación: que es
creada por la sociedad. Lo que quiero decir es que los grupos sociales crean la desviación
al hacer reglas cuya infracción constituye la desviación, y al aplicar dichas reglas a ciertas
personas en particular y calificarlas como desviadas. Desde este punto de vista, la
desviación no es una cualidad del acto cometido, sino una consecuencia de la aplicación
que los otros hacen de las reglas y sanciones. El desviado es una persona a quien se ha
podido aplicar con éxito dicha calificación; la conducta desviada es la conducta así llamada
por la gente. La desviación no es una simple cualidad presente en algunos tipos de
conducta y en otros no. Es más bien el resultado de un proceso que implica las reacciones
de las otras personas frente a esta conducta. La desviación surge de la interacción entre la
persona que comete el acto y aquellos que reaccionan ante el mismo.
Una persona de quien se cree que ha cometido un acto desviado, puede recibir reacciones
mucho más tolerantes en un momento dado que en otro. El grado en el cual un acto será
tratado como desviado depende también de quien lo comete y quien se ha sentido ofendido
por el mismo.
La desviación y las respuestas de los otros
La desviación como la infracción de alguna regla previamente acordada. Ignora el hecho
fundamental de que esta es creada por la sociedad, es decir, los grupos sociales crean la
desviación al crear reglas cuya infracción constituye la desviación no es la cualidad de un
acto, sino que esta es consecuencia, la categoría carece de homogeneidad y no logra incluir
todos los casos, esto depende entonces de cómo reaccionan las otras personas frente al
mismo.
● El grado en el cual reaccionan las personas frente a un acto dado, varía
gradualmente a lo largo del tiempo, es decir, pueden ser más tolerantes en unos
momentos que en otros.
● Depende también de quien lo comete y quien se ha ofendido.
● Algunas reglas solo se imponen solo cuando traen aparejadas consecuencias
Esto apoya el planteo de que la desviación es el resultado de un proceso que implica las
reacciones de otras personas frente a esta conducta.
Debemos reconocer que no podemos saber si un cierto acto va a ser catalogado como
desviado hasta que se haya dado la respuesta de los demás. La desviación no es una
cualidad presente en la conducta misma, sino que surge de la interacción entre la persona
que comete el acto y aquellos que reaccionan ante el mismo.
¿Las reglas de quién?
Las reglas sociales son creación de grupos sociales específicos. Las sociedades modernas
no son organizaciones simples en las cuales todos están de acuerdo sobre cuáles son las
reglas. Están en cambio altamente diferenciadas según los límites entre clases sociales,
grupos étnicos, ocupacionales y religiosos.
En tanto que las reglas de los diferentes grupos entren en conflicto y se contradigan entre
sí, habrá desacuerdo sobre el tipo de conducta que resulta correcta en cualquier situación
dada.
Las diferencias en la capacidad de crear reglas y aplicarlas a otras personas son
esencialmente diferencias de poder.

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