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DESARROLLO EMPRESARIAL COLOMBIANO

ACTIVIDAD 2

ANÁLISIS DE LOS SECTORES ECONÓMICOS

ESTUDIANTE

MAILLIN FERNANDA MANJARRES AMBITO ID: 770025

TUTOR

RAFAEL RICARDO ROA JIMENEZ

NRC: 59284

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

ADMINISTRACION DE EMPRESAS

GARZÓN- HUILA
ANÁLISIS DE LOS SECTORES ECONÓMICOS

PERSPECTIVA GENERAL
El debilitamiento del ciclo económico llevaría a un desempeño sectorial altamente
heterogéneo
 En 2023 y 2024 el crecimiento del PIB de Colombia atravesará por el periodo de
mayor debilidad en medio del ciclo económico actual. Entre los determinantes clave
de la evolución general del PIB y de la evolución sectorial sobresalen: (1) las
elevadas tasas de interés; (2) el debilitamiento del consumo de los hogares; (3) el
agotamiento de la capacidad financiera de los hogares; (4) la inminente ocurrencia
de un Fenómeno de El Niño; y (5) las nuevas noticias que surjan en torno.

 En 2023 prevalecerá una tendencia de debilitamiento consistente de la dinámica de


la mayoría de los sectores, mientras en 2024 se recuperaría tracción paulatinamente.
Esto es consecuente con la evolución trimestral que exhibiría la actividad
económica como un todo y el impacto que se empezará a hacer más evidente en los
próximos meses sobre el mercado laboral. Sin embargo, tal como ocurre con el PIB
total, algunos sectores se verán afectados por efectos de arrastre estadístico,
preeminentemente positivos en 2023, pero negativos en 2024.
 Con esto en mente, los sectores que presentarían los ritmos de crecimiento más
acentuados en 2023 serían el financiero y de seguros, y las actividades de
entretenimiento y servicio doméstico. Estos son los dos macro sectores en que el
arrastre estadístico derivado de la evolución durante 2022 implica el mayor sesgo
positivo, lo que explica en mayor medida que vayan a mantener ritmos de
crecimiento de doble dígito. Sin embargo, en el margen, las actividades de
recreación sufrirán el impacto del debilitamiento de la demanda de los hogares, en
la medida en que son en gran medida servicios no esenciales. Entre tanto, el
subsector asegurador será el motor del crecimiento que exhibirá el sector financiero
como un todo. En 2024 ambos sectores ganarán tracción una vez la postura de
política monetaria se empiece a tornar menos contractiva.
 Por su parte, la minería y el macro sector de administración pública, educación y
salud mantendrían registros de crecimiento sólidos. Los aún elevados precios del
carbón, junto a una mejoría que ya se viene viendo en la extracción de crudo
impulsarán en el muy corto plazo al sector minero a pesar de la incertidumbre
regulatoria, mientras el incremento que tendrá el gasto público tanto en 2023 como
en 2024 harán que los servicios más relacionados con este rubro sigan creciendo por
encima del agregado de la economía en ambos periodos.
 Finalmente, los sectores más débiles serían los relacionados con la producción y
venta de bienes. La construcción se mantendría en terreno contractivo, impactada
por un mercado de vivienda débil ante las elevadas tasas de interés, mientras el
sector manufacturero y el comercio interno se resienten sesgo adverso para los
bienes del debilitamiento que ha tenido la demanda. Estos últimos sectores
exhibirían un contexto más constructivo, pero aún débil, en 2024, mientras en la
perspectiva del sector agropecuario y los servicios públicos domiciliarios lo más
relevante será el impacto del Fenómeno de El Niño.
AGROINDUSTRIA
El PIB del sector agropecuario muestra pocas señales de crecimiento, pero algunos sectores
mantienen el dinamismo. En 2022 el sector enfrentó desafíos y sufrió una caída del PIB de
1,9%, debido a una disminución en la producción cafetera, afectada por el Fenómeno de La
Niña. A pesar de esta situación, el primer trimestre de 2023 trajo consigo un crecimiento
significativo del 7% anual en el PIB cafetero, lo que a su vez impulsó un crecimiento de
0,32% en el PIB agropecuario total. Hacia adelante, se espera que el crecimiento en el agro
se concentre en los frutales de exportación, el cacao, la piscicultura, la porcicultura y la
avicultura. Para mayor detalle, descargue nuestra Radiografía Trimestral Agro y visite
nuestro sitio web con todos nuestros reportes.
Los precios locales de las materias primas siguen ejerciendo presión en el sector. La
desaceleración económica global en 2023 llevaría a un estancamiento o decrecimiento en
los precios internacionales y locales de algunos productos del agro. Esta situación se suma
al lento ajuste de los precios locales de los cereales y fertilizantes respecto a la considerable
reducción de las cotizaciones internacionales. Si la desaceleración en la demanda en
Colombia llegara a profundizarse y se provoca un congelamiento (o incluso, un
decrecimiento) en los precios de los alimentos, algunos productores podrían enfrentar una
situación de deterioro de márgenes al seguir afrontando costos elevados.
Producción pecuaria En 2023 el mercado de las carnes podría cambiar de rumbo. Desde
2021, la sustitución de carne de res por cerdo y pollo ha impulsado la producción de estos
últimos, a medida que el sector ganadero ha reducido su enfoque en la oferta local para
priorizar las exportaciones. Sin embargo, acumulado a abril de 2023 se produjo un cambio
en la tendencia, con una caída de 53% en las exportaciones de ganado en pie, junto a un
aumento de 0,5% en el sacrificio bovino. Ante esto, los precios de las carnes podrían
estabilizarse ante la afectación en el consumo de los hogares. Para obtener más
información.
2023 sería un año de repunte en la producción de huevo de mesa. Luego de que el
encadenamiento de pollitas mejoró 9,8% en 2022, es razonable pensar que durante el
primer semestre de este año se habría venido incrementando la producción de huevos. Las
cifras oficiales del gremio avícola muestran, con corte a junio, un aumento en la producción
de menos del 2%. No obstante, los precios mayoristas más recientes empiezan a dar señales
de retroceso, lo que podría estar indicando que la oferta se viene acelerando. Esto podría
traducirse en un retroceso temporal del precio del huevo, que, por su menor costo relativo,
podría favorecer un aumento en su demanda en el segundo semestre si la economía
profundiza su caída, tal que el mercado se balancearía.
La encrucijada del sector lechero: precios elevados en medio de un menor consumo. En
nuestro informe de febrero mencionamos cómo el consumo y las ventas de leche estaban
disminuyendo, lo que podría llevar a la industria a reducir las compras o los precios para
los productores. Según el DANE, las ventas de la industria láctea a abril subieron 17,2%
nominal anual, pero cayeron 6,8% en términos reales. Después de bastante tiempo de
aumento en los precios, el consumidor ha empezado a poner un límite a las compras. Ante
esta realidad los precios tendrían que ajustarse.
La producción de café podría repuntar a partir del segundo semestre. Durante los últimos
años, el Fenómeno de La Niña ha impactado la producción cafetera de Brasil y Colombia,
lo cual resultó en un aumento de los precios en el mercado, especialmente en café arábigo.
En 2023, la menor dinámica económica global y la previsión de una mayor producción de
arábigos brasileros vienen generando una corrección en los precios que se extendería al
menos hasta 2024. Pueden ver un mayor detalle en nuestro reciente informe.
Caída en el precio del arroz: buena o mala noticia según de dónde se mire. El arroz es un
componente importante de la canasta básica, tal que lo que suceda con su precio afecta la
inflación de manera considerable. En 2022, la producción de arroz cayó 11,7%, lo que
generó un aumento en los precios a finales del año. Este incentivo llevó a que las siembras
crecieran 17% de cara a la producción del primer semestre de 2023, lo que debería llevar a
que, como sucede usualmente, bajen los precios y las siembras en 2024 sean menores.
Continúa el buen momento de los sectores palmero y azucarero. El sector palmero observó
un importante aumento de precios y de producción entre 2020 y 2022. Aunque entre enero
y mayo el precio promedio internacional del aceite de palma ha corregido 44%, en el
mercado local la caída ha sido muy inferior, como resultado de la evolución que ha tenido
la tasa de cambio (para mayor información sobre este sector puede consultar nuestro
reciente informe). Entre tanto, el precio del azúcar se ha mantenido al alza, en gran parte
por la reducción de la producción mundial por efecto de La Niña. A esto se suma la
creciente demanda global de etanol y un informe de la OMS sobre posibles efectos
negativos de algunos edulcorantes sustitutos.
COMERCIO
Rumbo hacia unas condiciones más amigables para el consumidor colombiano en 2024
Nuestra expectativa de crecimiento anual en 2024 indica que el comercio retornará al plano
de crecimiento positivo, después de un 2023 retador donde esperamos una contracción del
1,9%. Lo anterior pone de manifiesto un escenario con importantes desafíos para el sector
durante la segunda mitad del presente año
Dichos desafíos se encuentran en variables clave para el sector que se podrían agrupar en
torno a dos frentes fundamentales:
1. Fuentes del ingreso de los hogares, como el empleo, las remesas, los subsidios y la
dinámica en desembolsos de las líneas de crédito de consumo.
2.Elementos que encarecen la compra de bienes al consumidor, como las tasas de interés, la
devaluación y la inflación.
Para el caso del ingreso de los hogares, estamos proyectando en el segundo semestre un
leve deterioro de la tasa de desempleo, así como de las remesas (en COP) que entran al
país. Esta última, en buena medida debido a una menor TRM que llevaría a que, aunque el
ingreso de recursos el USD se mantenga sólido, su valor en COP descienda, tal que las
familias que los reciben tengan una menor capacidad para consumir.
Por otro lado, la dinámica en los desembolsos de la cartera de consumo indica que esta
sería la fuente de recursos de los hogares que más se debilitaría, como consecuencia de
tasas de interés que se mantendrán muy elevadas, así como de un nivel de endeudamiento
de los hogares que se encuentra cerca de su máximo histórico ($36 de cada $100 que entran
al hogar colombiano medio se emplean para cumplir con las obligaciones crediticias).
Bajo este contexto, la categoría de bienes durables continuará enfrentando el panorama más
retador, dada su mayor dependencia en la cartera de consumo y la usual mayor variabilidad
de su demanda frente a la situación económica y a l evolución de los ingresos.
En contraste, los productos asociados a bienes básicos presentan oportunidades
interesantes, en la medida en que las familias de menores ingresos gozarán del avance en
los programas de subsidios del Gobierno Nacional. Según lo aprobado en el Plan Nacional
de Desarrollo, el monto del presupuesto público destinado a este rubro pasará de $12 a $18
billones.
Al mismo tiempo, en materia de inflación, esperamos que los precios de los alimentos
continúen estabilizándose, aunque vale la pena aclarar que lo anterior podría estar
condicionado a la intensidad que tenga el inminente Fenómeno de El Niño durante la
segunda parte del año, que podría impactar la producción y los precios de los alimentos,
con la consecuente presión en el presupuesto de los hogares.
Por otro lado, no solo la inflación seguirá desacelerándose. En línea con las perspectivas
macroeconómicas (aquí), desde el 4T23 las tasas de interés de interés empezarán a bajar,
mientras el USDCOP se mantendría en un rango de negociación muy inferior a los
máximos del último año. La evolución de estas dos variables permitirá un contexto más
constructivo para el consumo de los hogares durante el 2024, mientras que el segundo
semestre del 2023 se mantendrá como un periodo retador.
Bajo este panorama, el comercio minorista en Colombia estará por debajo de los niveles
exhibidos durante 2022, lo que implicará importantes retos desde el punto de vista del
manejo de inventarios, eficiencia y márgenes de rentabilidad por parte de los comerciantes.
En efecto, la rotación de inventarios ya venía deteriorándose desde 2022 para muchos
subsectores del comercio, y creemos que la tendencia continuará a lo largo de 2023.
Finalmente, de cara a 2024 esperamos que tanto el comercio como el consumo privado
registren variaciones ligeramente positivas. Lo anterior dependerá en gran medida de la
velocidad de normalización que continúen exhibiendo las variables clave, como tasas de
interés, inflación, endeudamiento de los hogares, confianza del consumidor y desembolsos
de crédito de consumo.
INFRAESTRUCTURA
Superar los cuellos de botella en ejecución será el gran reto en los próximos trimestres.
Esperamos que el PIB de obras civiles cierre 2023 con un balance negativo del 14,6%,
mientras que en 2024 la caída podría ser de 1,3%. Esto dependerá de la capacidad
institucional para superar los distintos cuellos de botella que presenta el sector, tales como
la capacidad de las entidades públicas territoriales para gestionar los recursos para
ejecución así como para resolver temas con comunidades, licenciamientos ambientales,
entre otros.
La actividad constructora en Colombia ha tenido un lento desempeño respecto a la
economía en su conjunto, que se explica en buena parte por el débil balance en materia de
obras civiles, una dinámica que en conjunto con la actividad de vivienda ha impactado la
demanda por materiales de construcción.
Durante el primer trimestre de 2023 observamos una caída del PIB de construcción del
3,1% anual, en la que la contracción en obras civiles retrocedió 14,9% anual, tal que fue un
claro catalizador de la misma.
Con corte a mayo, las cifras de producción de concreto destinado a obras civiles muestran
un primer repunte del 14,5% anual, luego de crecimientos modestos en los periodos
previos. Así las cosas, la variación año corrido en este rubro sería de 6,5%, lo que indica
que el repunte observado durante el último mes es clave para el comportamiento hasta
ahora de 2023. De confirmarse esta señal, en los próximos meses nuestro pronóstico para el
resto del año podría cambiar.
De acuerdo con el IMOC, nuestro indicador sintético de la actividad de obras civiles, este
subsector se habría contraído 8,9% anual en mayo, de modo que acumuló una caída del
12% año corrido hasta ese mes. Lo anterior muestra que la ejecución de las vías 4G y 5G
no ha despegado y que queda backlog todavía pendiente
Lo cierto es que a pesar de su desempeño reciente, las perspectivas para el sector de
infraestructura son en general positivas. Respecto a lo anterior, vale la pena tener presente
que según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) entre 2024 y 2028 las vigencias
futuras destinadas a infraestructura ascenderían a COP44,9 billones, en tanto que estaría
pendiente un 27% de ejecución en 4G y el 100% de 5G adjudicado, tal que estos proyectos
seguirían impulsando al sector en el mediano plazo. Para finales de 2023, se espera que la
ejecución de 4G alcance cerca del 85%. Vale la pena recordar que, con corte a junio, se
cuenta con siete obras con avance superior al 90% y 14 obras con avance superior al 50%.
Se destaca el despegue en malla vial del Meta y Santana Mocoa-Neiva, que estaban
rezagadas. Mientras que Mulaló-Loboguerrero continúa en revisión y Bucaramanga-
Pamplona sin avances.
El reconocimiento de los efectos del Decreto 050 de 2023, que congela las tarifas de los
peajes administrados por la ANI (ex-1G) y el Invías será clave para el futuro del sector.
Algunos concesionarios se han visto afectados por su aplicación y las autoridades gremiales
han manifestado su reserva. Estimamos que el costo fiscal de la entrada en vigencia del
decreto representa cerca de COP645 mil millones (COP400 mil millones sin el efecto de las
iniciativas privadas). Sin embargo, su efecto debe entenderse como una perpetuidad en la
que el valor presente representa un valor cercano a los COP7,32 billones (USD 1,500
millones). Según el Gobierno, esto se financiará con recursos del Fondo de Fuentes
Alternas y del cobro por valorización y plusvalía.
ENERGÍA Y TELECOMUNICACIONES
Difícil coyuntura para proyectos de energía limpia, mientras la demanda ha sorprendido.
El crecimiento de la demanda regulada comienza a sorprender, ya que en 2023 la dinámica
de la demanda sería cercana al escenario medio de la UPME. Para lo corrido del año hasta
mayo, el crecimiento en la demanda de energía alcanzó un 2,2% anual, por encima del
escenario bajo de la UPME (0,1%-1,5% anual) que pensábamos sería el más probable. Lo
anterior estaría explicado por una fuerte reactivación de la demanda de energía por parte de
los hogares y, en general, del sector regulado. En nuestra opinión, dado un escenario de
Fenómeno de El Niño con una probabilidad del 90%, la demanda de energía regulada
seguirá creciendo para sortear la ola de calor que se avecina. Además, lo coherente con la
proyección de crecimiento del PIB de 2023 completo que incrementamos de 0,6% a 1,2%
sería una expansión de la demanda de energía de este mismo año de entre 1,5% y 3,3%, las
referencias del escenario inferior y el medio de la UPME.
Por otro lado, la disminución de los beneficios monetarios, la devaluación de la moneda y
el aumento de tasas de interés podrían en riesgo la expansión limpia del sistema eléctrico.
Desde la publicación de la Guía Bancolombia 2023 en noviembre del año pasado hasta el
momento, se aprobó la reforma tributaria que establece una tasa de tributación mínima del
15% en el impuesto de renta, cuando antes los proyectos de fuentes no convencionales de
energías renovables (FNCER) podían tener el 0%. Además, se aprobó el Plan Nacional de
Desarrollo (PND) que aumenta las transferencias eléctricas de 1% a 6% para las plantas que
aún no se encuentran en operación, y a 4% para las plantas que se encuentran operando.
Finalmente, el comportamiento reciente de la tasa de cambio podría se un desincentivo para
la inversión originada en USD y la tasa de intervención del Banco de la Republica pasó de
11% en octubre 2022 a 13,25% en junio. Estos elementos junto a un contexto internacional
en el que las tasas de interés se mantienen muy elevadas implican un obstáculo para el flujo
de recursos y la puesta en marcha de nuevos proyectos.
En el último poco más de medio año, los nuevos proyectos ahora pasaron a tener que pagar
un 21% entre impuestos y transferencias, un requisito al que antes no se enfrentaban, tal
que el monto inicial de inversión aumentó y se redujeron notablemente los incentivos para
los inversionistas interesados en planes de energías limpias.
Además, por problemas con comunidades, los grandes proyectos de energía limpia
enfrentan obstáculos o están aplazados indefinidamente. Según se ha conocido en medios,
los proyectos Alpha (212 MW) y Beta (280 MW) no lograron la licencia ambiental, pues
fue archivada por la ANLA por problemas con comunidades, entre otras situaciones que,
según la empresa, “se escapan al control de la compañía”. Ante esto, luce poco probable
que las plantas puedan entrar en funcionamiento antes de 2025. Por otra parte, Enel anunció
oficialmente que suspende indefinidamente la construcción de Windpeshi (200 MW) como
resultado de los retrasos significativos en el cronograma de obra y las mayores inversiones
que esto ha demandado, debido a las constantes vías de hecho y altas expectativas que
superan el marco de actuación de la organización. Finalmente, la línea de interconexión
Colectora de GEB finalizó de manera exitosa las consultas previas y anunció que entraría
en operación hasta finales del año 2025, por lo que proyectos de energía limpia que se
conectarán a través de esta vía no podrían entrar al sistema hasta esa fecha.
A día de hoy, la ocurrencia del Fenómeno de El Niño parece inminente, con una
probabilidad del 90%. De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
(NOAA), la probabilidad de ocurrencia del fenómeno climático alcanza el 80% para mayo-
julio y 90% para julio-agosto, tendría una incidencia media y permanecería vigente hasta el
segundo trimestre del 2024.
Ahora bien, no se espera un escenario de apagón en Colombia. Esto sería posible debido a
que El Niño tendría una intensidad media y a que las reservas de agua se han mantenido por
encima de la media histórica en lo corrido del 2023. Además, si se tiene en cuenta que la
regulación de infraestructura ha consolidado un sistema que ha soportado fenómenos
mucho más intensos -como los de 97-98 y 15-16-, y que el entorno de los próximos meses
será menos desafiante, el riesgo de una situación de ese tipo es menor. Justamente, el
Gobierno Nacional ha descartado la posibilidad de que ocurra un apagón.
Sin embargo, el precio en bolsa puede presentar incrementos nunca antes vistos. Dado que
en el periodo 15-16 el precio máximo al que se remuneraba la energía de plantas térmicas
era alrededor de COP320/kWh y hoy se encuentra en unos COP1.150/kWh, en un escenario
extremo de sequía, el precio en bolsa puede llegar a tener un costo 3,6 veces mayor al
presentado durante 15-16, por lo que el costo de oportunidad de tener agua para no
encender plantas térmicas es significativamente más alto. Esto no es únicamente por un
cambio regulatorio, también por el alto precio internacional que mantienen el gas y el
carbón.
Así pues, las tarifas de energía subirían. La magnitud de los incrementos dependerá de la
exposición de cada una de las distribuidoras/comercializadoras. Las regiones más afectadas
serían Huila, Nariño, Cauca, Santander y Valle del Cauca (Cali).
No obstante, en el bolsillo de los colombianos el efecto no será directo, dada la existencia
de la opción tarifaría. En términos de tarifas, este esquema permitiría que el impacto sea
suavizado. Eso implica un impacto inicial moderado, pero que permanecerá por un tiempo
prolongado, dada la dinámica de acumulación y posterior recuperación en la cuenta por
cobrar de opción tarifaria del sistema.
El impacto por regiones variaría en función de exposición a bolsa. En la gran mayoría de
las regiones, un incremento del 100% en el precio de la energía en bolsa se vería reflejado
en aumentos de la tarifa calculada del 10% o menos. En aquellas regiones con mayor
exposición a energía en bolsa, la misma variación implicará un incremento del 15%. El
cambio de la tarifa es dinámico, dado que las compañías pueden tener exposiciones
diferentes cada mes, por lo que los valores expuestos deben ser tomados solo como
referencia.
Dado esto, la claves de 2024 serán: la reforma a los servicios públicos, El Niño, la
ejecución de inversiones y los esfuerzos de capital de trabajo en distribuidoras/
comercializadoras. Para el próximo año, esperaríamos un crecimiento de la demanda de
energía entre 1,4% y 3,2%, acorde al escenario inferior 95% y medio de la UPME. A pesar
de un crecimiento del PIB previsto de solo 0,9%, la necesidad de energía para sortear altas
temperaturas por El Niño impulsará la demanda. Además, se debe hacer seguimiento a la
reforma que el Gobierno anunció a los servicios públicos, que se tramitaría en el segundo
semestre de 2023; donde, bajo un escenario de estrés, la incertidumbre regulatoria podría
afectar los esfuerzos de capital de trabajo que han venido realizando varias compañías. Por
último, cabe mencionar que la solución a los problemas con comunidades será esencial para
poder ejecutar los proyectos eólicos y solares.
SALUD Y EDUCACIÓN
Un sector estratégico para el Gobierno ralentizado por el contexto de desaceleración
económica.
La educación se posiciona como un sector de gran interés para la actual administración,
donde el deterioro que prevemos que se origine en la coyuntura económica retadora se vería
contrarrestado por el impulso proveniente desde el gasto público. En principio, anticipamos
un escenario donde el crecimiento del sector se enfrentaría a un bajo dinamismo resultado
de una demanda de los hogares por educación mermada por el ciclo económico, mientras
que el fortalecimiento proveniente desde las políticas gubernamentales derivadas de un
incremento de recursos orientados a fortalecer la oferta pública, que implica un cambio de
paradigma frente a las anteriores administraciones que se inclinaban hacia subsidiar la
demanda, será un motor fundamental del sector en lo que queda de 2023 y para 2024.
Como reflejo de lo anterior, el sector de educación recibió una asignación presupuestal de
COP54,8 billones para 2023, a lo que añadieron los recursos provenientes de la adición
presupuestal. Con esto, el Gobierno incrementó en 14,6% la asignación del sector frente a
2022, pues la adición presupuestal aprobada contempla COP2,2 billones adicionales. Sobre
esta base, es clara la mayor disponibilidad recursos dirigidos al fortalecimiento del sistema
educativo en términos de subsidios a la oferta, alivios crediticios y mejoramiento de la
infraestructura púbica.
En este sentido, destaca la consolidación del programa Matrícula Cero, la reforma al
ICETEX y los distintos anuncios que irían dirigidos a fortalecer la educación superior
pública. Al respecto, se ratificó la continuidad de la política de gratuidad en la matrícula
para las universidades públicas, mientras que se han realizado diversos anuncios respecto a
inversiones en infraestructura física, así como diversas iniciativas orientadas a ampliar la
cobertura y mejorar la calidad. Por su parte, el ICETEX ha sufrido una serie de cambios
orientados a facilitar las condiciones financieras de los créditos educativos, tanto los nuevos
como los ya adquiridos.
Entre estos cambios, resalta la condonación parcial o total de créditos e intereses, la
recursiva financiación adicional a través de los saldos de cuentas bancarias inactivas y la
indexación de las tasas de interés al IPC con un margen adicional de máximo 3%. Sin
embargo, sobre este último componente pesan algunas inquietudes y preocupaciones por
parte de las universidades privadas, respecto a quién asumirá este costo financiero, al
tiempo que el impacto por cómo la inflación mantendría mermado el acceso al crédito, a p
pesar de la creación del mecanismo de compensación a la tasa de interés.
Ahora bien, a pesar de la amplia iniciativa del Gobierno, el sector se enfrentaría a una
evolución desafiante como consecuencia los mayores costos y las retadoras perspectivas
económicas. En concreto, prevemos que el deterioro de mercado laboral como reflejo débil
crecimiento de la economía, junto con la menor capacidad adquisitiva de los hogares ante la
persistencia de la inflación y el incremento del valor de las matrículas de la educación
privada, entre otros factores, serían los elementos clave detrás del menor dinamismo en el
sector, que consideramos sería más intenso en el componente de educación privada.
El sistema de salud representa uno de los principales ejes de transformación y de
fortalecimiento presupuestal del Gobierno. Sin embargo, prevemos que el sector se vería
afectado en su dinámica por la elevada incertidumbre que prevalece ante el trámite de la
reforma en el Congreso y por la situación actual de los actores del sistema. En efecto, esta
relevancia del sector para el Gobierno se hace palpable tanto en la mayor asignación
presupuestal destinada a aumentar el protagonismo del Estado en el funcionamiento del
sistema de salud como en la prioridad que se le ha dado al trámite de la reforma que
modificará la estructura actual del sistema. Lo anterior determinaría un cambio de
tendencia frente a la dinámica que mantuvo el sector en los últimos años y en lo
transcurrido del 2023. Ahora bien, durante el primer trimestre se registró una mayor
demanda por servicios médicos que estaría presionando el gasto.
En cuanto a las iniciativas gubernamentales, el sector tuvo un crecimiento presupuestal de
23,1% frente 2022, para totalizar COP50,3 billones con los que el Gobierno buscaría
robustecer el sistema de atención público. En este sentido, este sector también recibió cerca
de COP2 billones adicionales con la adición presupuestal aprobada en la legislatura pasada.
Sobre esta base, se adelantarían inversiones en la infraestructura de centros hospitalarios
públicos, con foco en aquellos orientados a atención primaria, al tiempo que se avanzaría
sobre la salud financiera de la red y la inversión en los equipos médicos, entre otros planes
de acción.
Por su parte, mientras las IPS evidenciaron una mejora en sus indicadores, las EPS se
sostienen en niveles elevados de endeudamiento. En cuanto a las IPS, el cierre de 2021
presentó una mejora en cuanto a márgenes operativos y netos como consecuencia del
tratamiento de pacientes de enfermedades diferentes al covid-19, sumado a las nuevas
modalidades de atención –tele consulta y domiciliaria-, que se acompañó por menores
niveles de endeudamiento a cierre del 2020. Por su parte, el panorama de las EPS no es
bueno puesto que el endeudamiento se sitúa, con corte a junio de 2022, en 161%. Lo
anterior ha coincidido con una caída en el margen operacional promedio neto, junto con
alertas en los indicadores de ley que se han traducido en que 16 entidades se encontraban en
proceso de liquidación en septiembre de 2022 y otras 10 estaban bajo vigilancia de las
autoridades.
En todo caso, las acciones que tomen en materia de diseño, regulación e incentivos
marcarán la pauta en la evolución del sector. Sumado a esto, la capacidad de ejecución por
parte del Gobierno sería otro elemento clave en la dinámica futura del sector. Por su parte,
las inversiones del sector privado se mantendrían en niveles moderados como resultado de
la incertidumbre regulatoria, entre tanto que se espera un esfuerzo por saldar los pasivos de
las EPS, al mismo tiempo que ganaría importancia la intervención pública, con un enfoque
predictivo y preventivo antes que reactivo.
INMOBILIARIO Y TURISMO

El sector se enfrenta al reto de unas tasas de interés que se mantendrán altas en el corto
plazo.
Las ventas de vivienda vienen cayendo 54,5% anual en lo corrido de 2023 hasta mayo, en medio de
una evolución débil en ambos segmentos: -57,8% anual en VIS y -46% anual en no VIS. Ahora
bien, esta dinámica inició desde la segunda mitad del 2022, tal que las ventas acumuladas en los
últimos 12 meses con corte a mayo caen 35,2% anual en el total, compuesto por un -36,2% anual en
VIS y -32,9% anual en no VIS. Este comportamiento viene siendo generalizado entre todos los
departamentos del país, especialmente en aquellos que componen el 80% del total de unidades
vendidas -Bogotá, Antioquia, Atlántico, Bolívar y Magdalena-.
Entre los factores que vienen afectando a este mercado sobresalen: (1) los subsidios, que aunque se
hicieron anuncios de 75.000 subsidios para este año, aún no han impactado lo esperado en el
mercado de VIS, mientras el segmento no VIS habría quedado fuera de las medidas; (2) las tasas de
financiación continúan en niveles históricamente altos; (3) a pesar de la baja demanda, los precios
de la vivienda continúan al alza, pues han crecido 8,4% nominal entre diciembre de 2022 y mayo de
2023. Ante este panorama, esperamos que las ventas de 2023 completo se ubiquen en torno a las
125.600 unidades. Entre tanto, es razonable prever que se recudirá el incremento de los precios de
la vivienda en lo que queda de 2023 y 2024, ante la débil demanda. Por su parte, 2024 sería otro año
desafiante para el mercado, pues la coyuntura reciente ha implicado una fuerte reducción de las
iniciaciones. En ese orden de ideas, si la reducción que se prevé en las tasas de interés se traduce en
una mejor demanda, esta se podría orientar más hacia la vivienda usada.
Inmobiliario El sector de bodegas, oficinas y centros comerciales se ha enfrentado al reto del
aumento de las tasas de interés. Las elevadas rentabilidades de la renta fija (la DTF alcanzó
registros de 14,39% anual recientemente) ha significado un desafío importante para inversiones
alternativas como las inmobiliarias, tanto en el país como a nivel internacional. Un ejemplo de esto
es que el segmento de real estate del S&P500 tuvo una rentabilidad de -13,6% en el último año.
En los últimos 12 meses se han observado cap. Rates de entre 7,6% y 9,4% según el tipo de
negocio, lo cual ha mostrado la capacidad del sector de mantener unos niveles de ingresos y costos
operativos sanos. En 2023 este indicador podría tener una corrección. Mientras los ingresos
empezarán a reflejar el ajuste de las rentas con la inflación, un aumento de vacancias y mayores
costos presionarían a la baja el indicador, aunque mantendría niveles adecuados. Entre tanto, la
rentabilidad del flujo de caja distribuible se ha afectado por los costos financieros, tal que cayó a
niveles entre 2% y 3,5%. Sin embargo, consideramos que las presiones financieras deberían
disminuir en 2024, ya que, a partir de los precios del mercado, deberían darse retornos entre el 8% y
el 10%.

HOTELERÍA Y TURISMO
A nivel internacional, el sector hotelero y turístico llegó a un PIB total en 2022 cercano al USD7,7
billones, según el WTC (Word Turismo Council), tal que gozó de un crecimiento de 22% en el año
y se espera que en el 2023 llegue a niveles de USD9,9 billones, 23% más arriba. Esta expectativa es
muy superior a la nuestra, ya que prevemos un crecimiento cercano al 13% (a un PIB total mundial
cercano a USD8,2 billones). De cumplirse la predicción del WTC estaríamos hablando que para
cierre de 2023 el sector recuperaría los niveles de 2019. El 28% de los encuestados a nivel mundial
en el sector está de acuerdo con esa visión, mientras que un 38% espera que ese nivel solo se
alcance hasta 2024. En cualquier caso, la dinámica de recuperación se soportaría en: el gasto en
turismo que creció 82% anual durante 2022; un empleo cercano a 295 millones de personas a nivel
mundial (+7,9% anual); el flujo de turistas, que en el 1T23 avanzó en 83% anual y unas reservas
hoteleras que hasta abril crecen 6% anual.
En el entorno nacional consideramos que varios factores observados durante 2023 impactarían a la
baja el sector, tal que esperamos una caída del PIB de alojamiento y servicios de comidas del 1,5%.
Este pronóstico considera elementos como la evolución consumo privado, que crecería un modesto
0,2% este año ante el mayor gasto de los hogares en servicio de deuda y arriendos, la desaceleración
de la economía PIB y el impacto que esto tendría en el mercado laboral. Ahora bien, a pesar de lo
anterior, prevalecen algunos elementos positivos que hacen contrapeso a las fuerzas adversas: el
crecimiento observado en los ingresos a través de los canales del Grupo Bancolombia; y la llegada
de extranjeros por turismo y negocios, que para mayo crece un 45% anual y ya supera los niveles
prepandémicos.
En lo corrido del año hasta mayo, la ocupación llega al 57,8% según Cotelco, con un crecimiento de
1,1pp vs 2022 y 3,2pp vs 2019. Esto ha sucedido a pesar de que en mayo se empezó a evidenciar el
impacto de la situación de Viva Air y Ultra Air, quienes movilizaban hasta el 19,5% del total de
pasajeros nacionales y ha tenido efectos en regiones como San Andrés, que pasó de un promedio de
ocupación de 68% en 2022 a un 41% en mayo del presente año. A pesar de esto, esperamos una
ocupación promedio en 2023 cercana a 60,3%, basada en los ajustes informados por parte de la
Aerocivil para las rutas aéreas afectadas, junto con un transporte terrestre que en lo corrido del año
a mayo crece 12% anual en el número de pasajeros y un sector que, según nuestra transaccionalidad
de tarjetas, en el 1S23 mantiene en niveles del 1S22.
Por el lado de los ingresos hoteleros, a través de los canales del Grupo Bancolombia se viene
observando un crecimiento significativo, con un avance anual de 31% en lo corrido de 2023 hasta
mayo. Se destacan los servicios hoteleros (+32% anual), seguido por agencias de viaje (+30,4%
anual) y el ecoturismo (+24,9% anual). Consideramos que este buen comportamiento, sumado a una
inflación que llega a 6,65% en lo corrido del año e impacta las tarifas, continuará llevando al alza
los ingresos de hoteles y el turismo, lo cual se transfiere positivamente en indicadores como el
RevPar que crece 27,65% en lo corrido del año a mayo según Codelco y que impulsa la inversión
en el sector.
Colombia, a diferencia de muchas regiones en el mundo, superó ya los niveles prepandémicos de
PIB en el segmento de alojamiento. Sobre esta base, luego de un 2023 de ligero retroceso, el sector
estaría en recuperación en 2024.

RECURSOS NATURALES
La producción de crudo se enfrenta a los menores precios, mayores impuestos y menos taladros
El precio del petróleo se ha comportado acorde a nuestra expectativa vigente del reporte de
proyecciones macroeconómicas de abril pasado, ya que hasta el momento se ha mantenido por
debajo de los USD80 por barril en la referencia Brent. Así mismo, tal como se expuso en el capítulo
de proyecciones macroeconómicas, en esta actualización no modificamos de forma significativa la
proyección de esta variable, ni en el corto, ni en el largo plazo.
Para el segundo semestre de 2023, esperamos un promedio del Brent en USD74 por barril, de cara
al e 2024 esperamos un promedio alrededor de USD70 y en el largo plazo sería razonable niveles
entre los USD68 y USD71. En nuestra opinión, La transición energética será un proceso mundial de
largo plazo, tal que el impacto de la demanda de global de combustibles será paulatino. Así pues, en
el corto plazo los principales riesgos surgen de los temores de recesión económica en los países
desarrollados, un factor que tendría gran incidencia en lo que queda de 2023 y la primera parte de
2024. Por otro lado, se espera que la oferta permanezca controlada por los recortes acordados por la
OPEP+ y por los esfuerzos voluntarios adicionales que realicen Rusia y Arabia Saudita de manera
individual.
En cuanto a la producción nacional, hasta mayo tenemos un promedio en lo corrido de 2023 de 772
mil barriles de petróleo día (kbpd), un registro intermedio entre nuestra expectativa de 765kbpd y la
meta de 780 kbpd planteada por el Gobierno Nacional desde finales de 2021. Lo anterior expone un
incremento anual del 3,6% en la producción nacional. Ahora bien, hacía adelante, consideramos que
no se superarán los 800 kbpd, sino que los registros más recientes están muy cerca del máximo
posible. Además, esperamos que la producción se mantenga en un rango entre los 750 y 790 kbpd
hasta el 2031, ya que acorde a Ecopetrol (plan 2040) se espera que en los años subsiguientes se
presente una fuerte declinación.
Al respecto, la implementación de la reforma tributaría aprobada el año pasado acota de manera
significativa los incentivos que pueden tener las compañías petroleras para invertir, pues la tasa
efectiva de impuestos puede llegar incluso a estar alrededor del 60% en un escenario de precios
positivo. Para el primer trimestre de 2023, Ecopetrol expuso una tasa efectiva de impuestos de 45%,
cuando en 2022 la tasa fue de 32%, algo que estaría siendo la pauta general en el sector.
Consideramos que este hecho puede ser uno de los elementos que explica la disminución de los
taladros en operación. Hoy se encuentran activos 126 equipos, cuando a finales de 2022 estaban
activos alrededor de 155, lo que implica una disminución notable del 19%.
Finalmente, conviene mencionar que el Gobierno ha continuado con el proceso de incremento de
los precios de la gasolina corriente, respecto a la cual se busca un nivel objetivo de paridad
internacional en torno a los $15.500 por galón. Esto contribuirá a reducir el déficit del Fondo de
Estabilización de los Precios de los Combustibles y, una vez se logre ese niel en la gasolina
corriente, se anunció que iniciará el proceso de incrementos del Diesel. Es decir, esa medida
empezaría a materializarse en los primeros meses de 2024. A diferencia de los incrementos en la
gasolina, el incremento en el Diésel impactaría transporte de carga, el transporte masivo y el
transporte marítimo, por lo que podría ser el origen de una presión inflacionaria mayor.
SECTOR FINANCIERO

2023: las actividades financieras muestran las señales de desaceleración esperadas.


Tal como lo anticipamos en nuestro anterior informe de actualización sectorial, en 2023 los
establecimientos de crédito se han enfrentado a una importante desaceleración, con unas
cifras que hasta el 1T23 reflejan una menor demanda de crédito. Además, se ha registrado
un aumento en el deterioro de la cartera que ha incrementado los niveles de provisiones y,
por lo tanto, ha impactado la rentabilidad del sistema.
El entorno económico adverso viene impactando los resultados. El contexto marcado por
las elevadas tasas de interés, la alta inflación y la incertidumbre local a raíz de la
incertidumbre respecto a la agenda de reformas se ha traducido en: un debilitamiento del
consumo y la inversión, y amplias caídas en las ventas de vivienda. Ante esto, sistema
financiero del país presentó al cierre del 1T23 unos resultados impactados por la
disminución en el crecimiento de la cartera, que en promedio ha sido de 0,18% mensual
entre enero y marzo. Lo anterior, contrasta con el repunte de la cartera vencida, que en este
mismo periodo creció 5,7% mensual promedio y en los tres registros más recientes su
variación ha sido superior al ritmo de crecimiento de la cartera total.
Así pues, la cartera de crédito pierde tracción. Al cierre de marzo, el crecimiento de cartera
de crédito de los establecimientos se continuó desacelerando, con una variación anual
nominal de 13,5%, mur en línea con nuestras estimaciones para este periodo e inferior al
15,2% promedio del 2022. Así, pues, la cartera totalizó COP646 billones
Lo más relevante es que el crecimiento de la cartera vencida supera al de la total. La cartera
vencida presentó un fuerte avance de 26,5% anual, con el que superó con creces la
variación de la cartera bruta. Según nuestras estimaciones, el deterioro de la cartera vencida
alcanzaría su punto máximo en el 3T23, cuando su incremento anual alcance el 40%,
mientras la cartera de consumo alcanzaría su pico en el 2T23 (+67,8% anual) y de ahí en
adelante empezaría a retroceder.
Ahora bien, a pesar de lo anterior, el ROE se mantiene en niveles de doble dígito. Al
finalizar el 1T23, los bancos mantuvieron su rentabilidad sobre el patrimonio en niveles
doble dígito (12,6%), luego de dos meses de retroceso. No obstante, dicho indicador
continúa cayendo luego de alcanzar un registro de 23,7% en marzo de 2022. Como es de
esperar, la disminución de la rentabilidad se ha traducido en un retroceso anual de las
utilidades, que acumulan un sexto mes consecutivo en cifras rojas y cuyo dato más reciente
disponible es -48% anual.
Así pues, de cara a 2023 prevemos un crecimiento nominal de la cartera de solo 3,3%, en el
que los segmentos de consumo (2,5%) e hipotecario (2,7%) presentarán las menores
variaciones, en un entorno que continuará impactado por las presiones inflacionarias, las
altas tasas de interés y la disminución del consumo e inversión. Las elevadas tasas de
interés continuarán siendo la clave detrás de la débil dinámica que mantendrán los
desembolsos, cuyo crecimiento anual promedio en lo corrido del 2023 ha sido de solo
1,5%, muy por debajo de los registros de 2022 (27,3%) y 2019 (13,9%). Esto es
consecuencia del retroceso en el segmento de construcción de vivienda (-50,7%),
adquisición de vivienda (-12,7%) y consumo (-0,03%), mientras que los desembolsos del
segmento comercial mantendrían una dinámica positiva (+16,4%).
El rubro de consumo viene siendo la cartera más impactada. El incremento más que
proporcional de las tasas de interés en el segmento, el agotamiento de la capacidad
financiera de los hogares y el debilitamiento de la demanda por bienes son los elementos
detrás de esta tendencia. Así pues, es posible que los desembolsos puedan retroceder de tal
forma que ésta sería la cartera con mayor deterioro al finalizar el 2023.
Ahora bien, el margen neto de intermediación (NIM) se vería favorecido por la dinámica de
las tasas. El que las tasas de interés se mantengan elevadas llevaría a un avance de 90pb del
NIM, a pesar de que las tasas de captación seguirían elevadas (DTF de cierre de 2023 sería
de 13,2%; +470pb frente al final de 2022). Así pues, la postura de política monetaria que
predominará en lo que queda del 2023 tendría este efecto positivo para los establecimientos
de crédito.
Finalmente, es valioso mencionar que el ROE se contraería se contraería a pesar de que el
NIM se mantenga elevado. El aumento del gasto en provisiones para prepararse para el
potencial incremento de los vencimientos de cartera y la reducción de los desembolsos
serán las claves detrás del menor ROE.
2022 fue un periodo retador para los fondos de pensiones y las entidades fiduciarias, en
línea con el entorno financiero mundial adverso y la alta volatilidad que presentaron los
mercados. Esto se enmarcó en el contexto de endurecimiento de la postura monetaria que
aún mantienen los principales bancos centrales a nivel mundial.
Muchos de los elementos que impactaron en 2022 seguirán vigentes en 2023. La inflación
continúa en niveles bastante superiores a la meta de largo plazo y factores disruptivos como
las tensiones geopolíticas internacionales (Rusia – Ucrania; China – EE. UU) permanecen
presentes en el escenario.
En medio de esto, al finalizar el 1T23, la rentabilidad nominal (12 meses) ponderada de los
fondos fue de 3,2%. Aunque es significativamente inferior a la inflación promedio (11,5%),
significó un resultado positivo por tercer mes consecutivo. En cuanto al valor de los fondos,
al cierre de abril se evidencia un avance promedio de 2,3%, que representa una notable
recuperación frente al retroceso promedio de 2022 (-0,4%).
No obstante, consideramos que el desempeño del valor y rentabilidad de los fondos en la
segunda parte de 2023 continuará impactado por los altos niveles de inflación, indicador
que mantiene en doble dígito al final del 2T23, y la por la postura contractiva de la política
monetaria, pues la tasa repo está en 13,25%
Ahora bien, el número de afiliados de las AFP ha mantenido una tendencia de alza
moderada hasta el 1T23. Aunque en nuevos afiliados el comportamiento ha sido negativo,
con una caída mensual promedio de 27%, y un marzo que presentó la caída más
pronunciada (-81,7% mensual), el total de afiliados creció 0,05% mensual en marzo, tal que
el promedio año corrido ha sido de 0,18%.
Dicho comportamiento estaría en línea con un mercado laboral en el que se ha empezado a
ralentizar la generación de nuevos puestos de trabajo. La reducción del crecimiento de la
economía se traducirá en una mayor afectación de la capacidad de las empresas contratar
trabajadores, además de que factores como el incremento del salario mínimo y la reforma
laboral vienen generando presiones en el segmento del empleo formal.
Aseguradoras - Las primas crecerán a un ritmo cercano al PIB nominal El rendimiento de
inversiones en el portafolio de las aseguradoras ha sido positivo en lo corrido de 2023, tanto
para las compañías generales como para las del segmento vida, en línea con la recuperación
de los mercados. Sin embargo, las perspectivas frente al portafolio de inversiones son
todavía desafiantes, dadas las persistentes presiones inflacionarias y el entorno de altas
tasas de interés, lo que constituye un escenario adverso para del mercado de renta fija, el
cual compone cerca del 90% del portafolio de las aseguradoras.
La siniestralidad seguiría impactada por los efectos residuales de la coyuntura sanitaria, los
altos niveles de inflación y la desaceleración económica. En cuanto a la emisión de primas,
el crecimiento en 2023 de las aseguradoras generales reflejaría una desaceleración de 600pb
frente a 2022, de tal forma que al finalizar el año alcanzaría un crecimiento de 10,6% anual.
Las aseguradoras de vida mantendrían un ritmo de crecimiento de doble dígito, cercano a
30%. En línea con lo anterior, consideramos que el desempeño de la rentabilidad neta de las
aseguradoras seguirá dependiendo del rendimiento de sus portafolios de inversión, así como
de la dinámica de la tasa de cambio, en tanto que altos niveles de inflación podrían seguir
aumentando los costos de reclamos y reaseguro.
Las fiduciarias mantuvieron estable el valor de sus activos bajo administración. Para 2023,
esperamos que los estos activos mantengan niveles de crecimiento doble dígito en torno al
12,3%, similar al registrado en 2022.
Entre tanto, los ingresos por comisiones, que fueron estables en 2022, se empezarían a
recuperar durante 2023. Anticipamos un avance de 27,2% anual, en la medida que el total
de activos bajo administración crezcan al ritmo esperado y su rentabilidad se mantenga en
un promedio de 0,36%
En esta coyuntura se hace necesario monitorear la exposición que las fiduciarias tienen por
sector económico y, en particular, a aquellas actividades que puedan verse más afectadas en
la actual fase del ciclo económico. Así las cosas, sectores cómo construcción e
infraestructura, el comercio, el manufacturero y laminería serían los más sensibles.

BIBLIOGRAFÍAS
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Actualizaci%C3%B3n%20de%20Perspectivas%20Sectoriales
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https://www.bancolombia.com/empresas/capital-inteligente/especiales/informes-sectoriales

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%20de%20una%20empresa%20es%20b%C3%A1sicamente%20un,condiciones%20lo%20va%20a
%20hacer.

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