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Elaborado junioFINAL
de 2022
Lic. Roxana González Espinoza
ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO
Lic. Jonathan Gaitan Martinez
DE LA ECONOMÍA NICARAGUENSE,
EN EL PERIODO 2019-2021 Y EN EL
PERIODO ACTUAL
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CONTENIDO
I. INTRODUCCIÓN...........................................................................................3
II. DESARROLLO...............................................................................................4
III. CONCLUSIONES..........................................................................................6
A pesar de esta situación durante el año 2021 y lo que va del 2022, la economía nicaragüense ha
tenido una recuperación significativa; la actividad económica y el empleo crecieron, mientras que,
la inflación subió como resultado de la mayor inflación internacional. El Banco Central implementó
una política monetaria acomodaticia a través de mayores operaciones monetarias, una política de
deslizamiento cambiario estable y promovió la estabilidad del sistema financiero asegurando la
liquidez, que facilitaron el crecimiento de los depósitos y del crédito. Por su parte, la política fiscal
consolidó su posición mediante la reducción del déficit público y mantuvo una deuda pública
sostenible. Mientras que, el contexto internacional favoreció una mayor demanda de nuestros
productos de exportación, aunque con aumentos de precios de los bienes importados.
En 2018 Nicaragua llamó la atención mundial cuando una ola de protestas sociales se extendió
por todo el país y se prolongó durante varios meses. Las movilizaciones eran la expresión
generalizada de un profundo descontento y llevaron la contienda política hasta el más alto nivel,
provocando una recesión de dos años, la crisis sanitaria del COVID entre 2019 y 2020 pintaban
un escenario más sombrío para las diversas actividades económicas, y en particular en industrias
como el comercio y el turismo.
En comparación con sus pares regionales, el impacto económico de la pandemia fue limitado
debido a las medidas de contención moderadas que implementó el gobierno. Pero el PIB real
disminuyó un 2 por ciento en 2020 debido a que los cierres voluntarios pesaron sobre la demanda
interna, mientras que la crisis mundial redujo la demanda externa. Sin embargo, con una pérdida
acumulada que asciende al 8,8 por ciento desde 2018, la actividad económica en 2021 se
recuperó a los niveles anteriores a 2018.
El PIB real creció 10,3 por ciento en 2021. Esta recuperación se puede atribuir a: (i) el consumo
privado impulsado por las sólidas entradas de remesas; (ii) el consumo y la inversión pública
destinados a atender los impactos de la COVID-19 y los daños causados por los huracanes en el
2020; y (iii) la inversión privada y las exportaciones respaldadas por precios favorables de las
Sin embargo, los impactos de la crisis de la COVID-19 en el bienestar permanecen. Los datos
muestran tasas de empleo más bajas en el tercer trimestre de 2021 (44 por ciento) que en el
mismo período de 2020 (46 por ciento), ya que los sectores intensivos en mano de obra, como la
construcción, la hotelería y los restaurantes, no han recuperado completamente sus niveles de
empleo. Según la Encuesta de Alta Frecuencia del Banco Mundial, alrededor del 13 por ciento de
los empleados formales, antes de la pandemia habían hecho la transición a un trabajo informal.
Esta disminución del empleo y de los salarios provocó una reducción en los ingresos familiares
para el 44 por ciento de los hogares a mediados de 2021.
En términos de dinámica, la inflación se mantuvo relativamente estable durante los primeros siete
meses del año 2021, mostrando en este período una inflación interanual promedio de 3.93 por
ciento.
Se espera que el crecimiento se desacelere en 2022 a 2,9 por ciento en medio de presiones
mundiales adversas y una consolidación fiscal. Las autoridades planean una consolidación a
partir de 2022 como parte de su compromiso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las
preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda. Esto implica una reducción en el gasto de
capital.
A pesar de una desaceleración, el crecimiento experimentado en el 2021 fue suficiente para una
reducción leve en la tasa de pobreza (definida como $3.2/día Paridad del Poder Adquisitivo -
PPA) del 13.5 en 2020 al 12 por ciento en 2021; y suficiente para mantener esa tasa estable
entre 2022-2024. Se espera que la inflación aumente aún más, al 5,9 por ciento en 2022, a
medida que las presiones sobre los precios de las materias primas y las interrupciones en la
cadena de suministro se vean agravadas por los recientes eventos geopolíticos.
Según el reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) “Perspectivas de la Economía
Mundial” (WEO, por sus siglas en inglés), publicado en abril de 2022, las perspectivas de la
economía global se han visto afectadas debido al conflicto en Europa del Este, el cual se
En línea con lo anterior, el FMI proyecta para 2022 una inflación de 5.7 por ciento en las
economías
avanzadas y de 8.7 por ciento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo. La
inflación que se ha convertido en un peligro claro y que se encuentra presente en muchos países,
inclusive antes de la guerra, aumentó debido al aumento de la oferta monetaria mundial, el
incremento de los precios de las materias primas y los desequilibrios entre la oferta y la demanda.
Así, a febrero de 2022, de acuerdo con el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE), la
actividad económica prosiguió por la senda del crecimiento, situándose con una variación
interanual de 4.7 por ciento (3% en febrero 2021), impulsado principalmente por las actividades
de los sectores primario y servicios, de forma que las de tipo productivas continuaron siendo
estimuladas por la demanda externa hacia productos agrícolas, pecuarios y de la industria
alimenticia, además de la producción de oro. A febrero, la variación acumulada del IMAE se ubica
en 6.1 por ciento, reflejándose mayor dinamismo en las actividades de minas y canteras (21.4%),
hoteles y restaurantes (20.0%), energía y agua (11.8%), comercio (9.0%), industria
manufacturera (6.4%), pesca y acuicultura (5.4%) y construcción (5.2%).
III. CONCLUSIONES
Tomando en cuenta el entorno externo mixto y la evolución positiva de la actividad económica en
los primeros meses de 2022, el BCN estima que la economía nicaragüense crecerá en 2022 en
un rango de entre 4.0 – 5.0 por ciento. Esta proyección de crecimiento está sustentada en las
perspectivas de la economía mundial que, a pesar de cierta desaceleración prevista a causa de
los aspectos geopolíticos recientes, continuará teniendo un efecto positivo sobre la demanda de
exportaciones, las remesas y el flujo privado de financiamiento. Asimismo, la proyección
contempla el efecto positivo de la recuperación del crédito, el avance de la vacunación y las
mejores expectativas que han activado el gasto de consumo y de inversión.
En este entorno, el BCN mantendrá una política monetaria que favorezca la intermediación
financiera y la movilización del crédito hacia los sectores productivos, pero hará los ajustes que
sean necesarios para cumplir con su mandato de preservar la estabilidad de la moneda nacional
y el normal desenvolvimiento de los pagos internos y externos.
Pese a las perspectivas relativamente favorables, persiste incertidumbre y riesgos que podrían
afectar el desempeño macroeconómico. El BCN considera que los principales riesgos
macroeconómicos para la economía nicaragüense estarán asociados a los efectos del entorno
geopolítico actual, el mayor endureciendo de las condiciones financieras globales y a la evolución
del COVID-19 y sus variantes. El entorno geopolítico podría afectar el desempeño de la
economía global y ocasionar un incremento más persistente en el nivel de precios internacionales
que afecte las expectativas de inflación y haga reaccionar a los bancos centrales de una manera
más agresiva en el aumento de las tasas de interés, endureciendo aún más las condiciones
financieras globales y frenando el crecimiento. Por su parte, persisten el riesgo de rebrotes del
COVID-19 y sus variantes, que frene la recuperación mundial, o al menos la limite