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La Ley y su Propósito

Ricardo y Doris Morfín

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La ley y su propósito.
Primera edición septiembre de 2019
“Derechos Reservados” ©
Ricardo y Doris Morfin
Saltillo, Coahuila.

Diseño de portada: Javier Joch


jjjoch@hotmail.com

Si deseas hacer contacto con los autores:


Email: ministerioimpactodegracia@gmail.com
Facebook: @ministerioimactodegracia
YouTube: Ministerio Impacto de Gracia

La ley y su propósito, se terminó de imprimir el 20 de


septiembre de 2019, en Bosque Joch Comunicación,
S.A., Saltillo, Coahuila. Su tiraje fue de 500 ejemplares.

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Agradecimientos
A mi Jesús primeramente por amarme tanto y darme
tan grande salvación al morir por mí para darme vida
eterna.
Y en estos que, aunque cortos renglones, pero
llenos de mi reconocimiento, quiero agradecer el haber
hecho posible este libro a mi amada esposa Doris
Espinoza de Morfin, sin ella y su paciencia no hubiese
sido posible el transmitir cada pensamiento con tal
claridad y objetividad.
A mis hijos que son mi impulso para hacer todo lo
que en Dios me propongo:
Jarish la primera de mis hijas quien llevó todo el
peso del ministerio y aún lo sigue teniendo; creo que
Dios la usará poderosamente.
Shalem la segunda de mis hijas, pero de estatura
parece la primera, ella que siempre me alienta y con sus
besos y abrazos me llena de ánimo.
Y el más pequeño, Riky como todos lo conocen, mi
amado niño, cada vez que lo veo siento como palpita mi
corazón, me doy cuenta que, de esa manera y mucho
más me ama mi Abba.
Lo dedico a mi familia porque es el regalo que Dios me
dio, al final todo pasará, el ministerio pasará, los amigos
pasarán, ¡pero la familia permanece para siempre!

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Introducción
El haber podido apreciar a lo largo de mi ministerio la
escasez de conocimiento que hay en el pueblo de Dios
respecto a lo que es la Ley y la Gracia, y las divisiones
que son causadas entre las iglesias por esto mismo, es
lo que me impulsa a escribir este libro con esta clase de
enseñanza. He visto que en muchas ocasiones son los
mismos líderes, que Dios puso a cargo de su Iglesia para
dar alivio y refrigerio a los problemas de su pueblo, los
que se encargan de ponerles cargas tan pesadas que
como dijo Jesús, “ni ellos mismo son capaces de llevar”.
A esto viene a mi mente lo que el Apóstol Pablo
dice muy claramente, que si alguien quiere ser ministro
de la Palabra de Dios, no sea un “Neófito”. Con esto no
estoy diciendo que aquellos que deseen desarrollar su
llamado, forzosamente necesitan ir a un colegio bíblico,
lo que sí estoy diciendo es que tienen que conocer a la
perfección su herramienta de trabajo que es la palabra
de Dios.
Déjame agregar, que no por el hecho de que una
persona tenga diez o quince años en el ministerio o
treinta años de convertido o un tremendo
conocimiento de la Biblia, ya no hay nada más que se le
pueda enseñar, pues nada de lo anterior sirve de algo si
no se tiene revelación de la palabra de Dios, y solo se
vive una vida llena de religiosidad. Es asombroso el
notar lo que Jesús les dijo a los líderes religiosos de su
época los cuales eran los guías espirituales del pueblo y
además llevaban décadas sirviendo a Dios, los reprende
y les dice “ustedes no conocen y nunca han escuchado
la voz de Dios” Y es precisamente por esta vida seca
llena de cargas y religiosidad que vemos a muchos
cristianos amargados, con caras largas y cansados, pero
lo peor es cuando a los que vemos así es a los líderes,

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pues da espanto el sólo imaginar cómo será la
congregación ¿no lo crees?
Así que, si ya has decidido continuar leyendo este
libro, vayamos y adentrémonos en lo fascinante que es
descubrir tesoros escondidos, reservados para los
amantes buscadores de las riquezas de Dios.

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Prólogo

Estamos ante un libro que propone un acerca-


miento serio y bien fundado en la madurez espiritual y
como herramienta de trabajo en la palabra de Dios,
escrito por el maestro Ricardo Morfin, teniendo la
certeza que será de bendición desbordante para todos.
El maestro Ricardo Morfin es un gran teólogo y
maestro de la palabra que ha traído una gran revela-
ción y despertar a todos los que hemos sido instruidos
por sus poderosas enseñanzas con una gran revelación
del Espíritu Santo.
Sus referencias serán valiosas, sus enseñanzas
están orientadas al creyente que quiere profundizar en
el estudio bíblico siendo una buena herramienta para
pastores y maestros y todos aquellos que quieran
investigar más a fondo sobre cada tema.
Está escrito para mostrar que nadie tiene porque
vivir en un estado de derrota espiritual y personal ya
que todos tenemos acceso a una vida de victorias sobre
el pecado y las circunstancias, o en otras palabras,
nuestra vida puede y debe cambiar gracias a la obra de
Dios, este es el tema que articula este libro, donde el
autor ha podido apreciar a lo largo de su ministerio la
escasez de conocimiento que hay en el pueblo de Dios
respecto a lo que es la Ley y la Gracia, y las divisiones
que son causadas entre las iglesias por este mismo
concepto.

Lic. Blanca González.


Pastora Iglesia Peniel.

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Índice
Definiciones .................................................................. 9
La Ignorancia De Querer Vivir Bajo La Ley .................. 11
Contrastes Entre La Ley y La Gracia ............................ 20
Contrastes Entre El Antiguo Pacto y El Nuevo Pacto .. 22
Analogías Del Antiguo Y Nuevo Testamento .............. 26
Sinceramente Equivocado .......................................... 39
¿Para Quién Fue Dada La Ley?.................................... 42
¿En Qué Consiste La Ley? ........................................... 48
¿Cuánto Tiempo Duró La Ley? .................................... 55
El Producto De La Ley ................................................. 64
¿Por Qué Está Dividido El Cuerpo De Cristo? ............. 69
El Ministerio De La Letra y El Ministerio Del Espíritu . 79
El Sermón De La Ley En El Monte ............................... 90
Un Mejor Padre Nuestro .......................................... 105
La Condenación De La Ley ........................................ 116
La Obra Positiva Del Espíritu Santo .......................... 120
Uso Correcto De La Ley ............................................. 125
Uso Incorrecto De La Ley .......................................... 129
Cayendo De La Gracia De Dios .................................. 135
Viviendo La Libertad En Cristo .................................. 138
Gracia Para El Ministerio ......................................... 142
Sin Santidad Nadie Verá Al Señor ............................. 146
La Gracia del Perdón ................................................. 154
Una Mente Reprobada ............................................. 166
¿Cuál de los dos es mi Dios? ..................................... 172
Portadores De Su Santidad ....................................... 180

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Capítulo 1
Definiciones
El saber la definición correcta de un término nos da el
conocimiento exacto para la comprensión precisa de
una frase o un texto, y es por esta razón que veremos
algunos términos explícitamente definidos con el fin de
que, cuando los encuentres en la Palabra de Dios,
puedas llegar a saber con exactitud de lo que se está
hablando.

Los términos son:

JUSTIFICACIÓN: Acto soberano de Dios al


declarar justo al pecador aún
viviendo en condición de
pecado.
LEY: Fuerza determinante, actuando
en sentido único y obligando a
la voluntad.
JUSTICIA: Dar lo que se merece.

GRACIA: Dar lo que no se merece.

MISERICORDIA: No dar lo que se merece.

Para que tengas una mejor comprensión de estas


definiciones, hagamos lo siguiente. Imagina que alguien
está golpeando a tu hermano, luego saca un cuchillo y
comienza a darle de puñaladas, lo asesina y lo deja en
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el suelo irreconocible. Tú tienes estás tres opciones,
¿ c u á l d e e l l a s e s c o g e r í a s ?
La primera es “Vengarte” haciéndole lo mismo que
él le hizo a tu hermano. La segunda es darle “Justicia”
dejando que la policía se lo lleve y pagué en la cárcel el
t i e m p o j u s t o p o r s u d e l i t o .
La tercera es darle “Gracia” invitándolo a tu casa
para regalarle la ropa de tu hermano y de paso dejar
que se quede a vivir en el cuarto que antes habitaba él,
y que no se preocupe por nada, pues tú suplirás todas
sus necesidades. ¿Ya decidiste lo que harías? Estoy
seguro que tu respuesta oscilaría entre la primera y la
segunda opción, mas nunca en la tercera. Esto, porque
nuestra naturaleza no es así, en cambio nuestro Dios
hace siempre la tercera. Nosotros, por nuestro pecado,
golpeamos a su hijo, lo matamos, dejándolo
desfigurado, y Él en lugar de vengarse o darnos lo que
merecemos (justicia), nos da lo que no merecemos
(Gracia). Medita en estos términos y en el ejemplo
planteado para que no te quede ninguna duda.

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Capítulo 2
La Ignorancia De Querer
Vivir Bajo La Ley
Deseo dar comienzo poniendo esta frase que Dios me
dio en revelación como fundamento, pues ella te
ayudará a entender con más claridad el propósito de
esta enseñanza. Puede que a simple vista no parezca
una gran revelación, sin embargo lo es:
El Antiguo Testamento no es lo mismo que el
Antiguo Pacto, ni el Nuevo Testamento es lo mismo
que el Nuevo Pacto.
Por algún tiempo creí que estos cuatro eran lo
mismo, pero no es así. Todo el Antiguo Testamento
contiene al Antiguo Pacto, pero no todo el Antiguo
Testamento es el Antiguo Pacto. Por otro lado el Nuevo
Testamento da inicio en el Evangelio de Mateo y
termina en el libro del Apocalipsis, mientras que el
Nuevo Pacto da inicio con el derramamiento de la
sangre de Jesús y esto no sucede hasta después de los
evangelios. En consecuencia, el Nuevo Pacto da inicio
en el libro de los hechos y es de allí en adelante en
donde encontramos las doctrinas de la Iglesia de Cristo.
Espero que hayas captado esto.
Otro punto de vista muy particular que ha sido de
mucha bendición espiritual para mi vida es el separar la
Biblia en estas tres secciones:
a).- El Antiguo Testamento.
b).- Los cuatro evangelios.
c).- La etapa de la Iglesia.

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En estas tres secciones vemos trabajando a Dios de
la siguiente manera:
a).- En el Antiguo Testamento se anunciaba la
venida del Mesías, Redentor del mundo, en los Cuatro
Evangelios vemos el cumplimiento y la venida del
Mesías Redentor y en la Etapa de la Iglesia disfrutamos
de la gloriosa redención del sacrificio de Jesús.
b).- En el Antiguo Testamento trabaja Dios en la
creación, en los Cuatro Evangelios trabaja Jesús en la
restauración y en la Etapa de la Iglesia trabaja el
Espíritu Santo en la regeneración.
c).- En el Antiguo Testamento solo una persona
podía entrar en la presencia de Dios, en los Cuatro
Evangelios Dios, manifestado en la persona de Jesús, se
presenta delante, no de una persona, sino de miles y en
la Etapa de la Iglesia Dios mismo, manifestado en la
persona del Espíritu Santo, entra no en una persona, ni
miles, sino dentro de toda la humanidad que lo quiera
recibir en su corazón.
Todo esto es una secuencia que lo lleva todo a un
final feliz, un final glorioso al darnos cuenta que
nosotros estamos viviendo el mejor de todos los
tiempos, si tan solo podemos analizar los tiempos y
cómo Dios trabajó en cada uno de ellos. Por esto, en el
tiempo de los Reyes de Israel se buscaba
desesperadamente hombres entendidos en los
tiempos.

Con lo anterior en mente comencemos.

Hebreos 10:1 Porque la Ley, teniendo la sombra de


los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas,
nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen
continuamente cada año, hacer perfectos a los que se
acercan.

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Colosenses 2:16,17. Por tanto, nadie os juzgue en
comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna
nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que
ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

No entiendo por qué nos hacemos tan pesada la


vida cristiana siendo que hay versículos como estos que
claramente nos indican que la Ley era una sombra de
lo real que es Cristo. Si el sol le está pegando a mi
cuerpo lo que se va a reflejar en el suelo es mi sombra.
Imagina que llegue un hermano e inclinándose al suelo
dice: “Hola hermano Ricardo ¿cómo está? ¿qué negrito
se está poniendo?”. ¿Cuál crees que sería mi
pensamiento referente a lo que acaba de hacer este
hermano? Pensaría que está loco, porque lo que hay
ahí, es sólo el reflejo de lo real que soy yo. En cambio,
si este hermano llega conmigo directamente y me
saluda, no habría problema, pues todo está como debe
de ser.
Sin embargo, existen líderes y organizaciones que
aún quieren seguir viviendo abrazados a la sombra que
es la Ley, en lugar de vivir abrazados al cuerpo de esa
sombra el cual es “Cristo”.
Para reforzar esto, a continuación, enlisto una serie
de versículos que lo respaldan.

Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada,


pero la gracia y la verdad vinieron por medio de
Jesucristo.

1.-La Ley fue dada por medio de Moisés, pero la


Gracia y la Verdad vinieron por medio de Jesucristo. El
mensaje de Moisés eran “Malas Noticias” Las malas
noticias eran que todo el mundo estaba a punto de ser
destruido por una epidemia mortal llamada “pecado”.
Mas el mensaje de Jesús son “Buenas Noticias”. Las

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Buenas Noticias son que alguien llegó y destruyó esa
plaga dándonos la libertad y la vida.

Santiago 2:10,11 Porque cualquiera que guardare


toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable
de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio,
también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no
cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho
transgresor de la ley.

2.- La Ley es todo un sistema completo y no es


suficiente guardar el 90% o 99% de ella. Sin embargo,
hay personas que dicen: “Nosotros tratamos de
guardar la Ley”, pero para Dios es un cumplimiento
total o nada, pues cualquiera que guardare toda la Ley,
pero ofendiere en un solo punto, se hace culpable de
todos los demás. La Ley nunca fue dada para que a
través de ella el hombre llegara a Dios, sólo fue provista
para enseñar y dar revelación del pecado, pero si el
diablo puede engañar a algún hombre, haciéndolo caer
en su trampa mortal de que la Ley fue dada con este
propósito, éste vivirá sintiéndose la persona más infeliz
de todo el mundo, porque jamás pondrá sus ojos en
Jesús sino en sí mismo. Además, cuando él haga cosas
buenas, pensará que Dios lo puede usar aún para ganar
al mundo en un solo día y esto lo hará sentirse superior
a los demás, pero, cuando haga cosas malas, sentirá
como que Dios está enojado con él y no tendrá valor ni
para evangelizar a su familia, además esto lo hará
sentirse inferior a los demás. Esto es lo que produce la
Ley, en cambio, cuando aprendemos a poner todo
nuestro enfoque en Jesús, estaremos siempre estables
sabiendo que todos somos iguales. La Ley te hace ser
egocéntrico, más la Gracia te hace ser Cristo céntrico.

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Gálatas 3:10 Porque todos los que dependen de las
obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está:
Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las
cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

3.- Los que quieren justificarse por medio de la Ley


están bajo maldición, viviendo en pobreza, en
enfermedad o en depresión y no porque la Ley sea
maldición, sino porque toda aquella persona que quiera
ser justificada por medio de ella, tiene que guardarla
toda para así poder recibir bendición como pago. Pero
como el ser humano es incapaz de cumplirla toda,
entonces merece maldición.
Deuteronomio 28:1-15 dice que Dios daría
bendición a quien guardara toda la Ley pero del mismo
modo Él daría maldición a quien no la guardara
completa.

Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar


la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir.

Lucas 24:26,27 ¿No era necesario que el Cristo


padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los
profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de
él decían.

4.- El único que cumplió la Ley perfectamente, fue


Jesús, pues nadie halló pecado en su boca
cumpliéndose así todo lo dicho por la Ley y los profetas.
La bendición que la Ley decía dar a quien la guardase
toda, pasó a ser de Jesús, quien se la ganó como pago
de obediencia total, dándonosla ahora como regalo por
la Fe a los que estamos en Él.

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Romanos 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para
justicia a todo aquel que cree.

5.- La Ley no era algo eterno sino algo temporal por


lo que duró sólo mil quinientos años. Cuando Jesús
llegó a la tierra y cumplió todas las exigencias de la Ley,
Él fue el fin de ésta para justificación.

Gálatas 3:19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue


añadida a causa de las transgresiones, hasta que
viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador.

Lo que significa que ya no está más en vigencia, que


ya terminó Cristo es el fin de la Ley para Justicia.
Cualquiera que confíe en sus obras (ley) no está
confiando en Jesús. En algunas iglesias me he
encontrado con personas que dicen que han estado
enfermos por años y que Dios no los ha querido sanar.
Estos comentarios sacudieron mi cabeza, pues no
puede ser posible que Dios quiera tener enfermos a sus
hijos, así que, adentrándome más en los conflictos de
salud de aquellas personas, descubrí que hacían esta
clase de comentarios porque eran personas que creían
que, porque ellos eran fieles a la Iglesia, siempre daban
sus diezmos, oraban y hasta ayunaban de vez en
cuando, Dios estaba obligado a contestar sus oraciones
de sanidad. Sin embargo, esto no funciona así. Aquellas
personas estaban confiando en la Ley, que es lo que
ellos hacen para Dios y no en la Gracia que es lo que
Jesús hizo por ellos y es por esta razón que los
beneficios paran.

Romanos 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para


justicia a todo aquel que cree.

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6.- Los cristianos no estamos bajo la Ley, sino bajo
la Gracia, no vivimos bajo reglas, normas, ritos ni
tradiciones, vivimos bajo un Señor y su nombre es
“Jesús”. Hoy vivimos en Santidad no porque alguien nos
mande, poniéndonos reglas o tradiciones de hombres,
vivimos en Santidad porque amamos a nuestro Señor;
vivimos en Santidad no para agradar a los hombres, sino
en gratitud a nuestro Señor; vivimos en Santidad no
porque alguien nos obligue, sino porque nace de
adentro de nosotros.
Una ocasión una persona que “trata” de guardar la
Ley de la alimentación, algunas fiestas y días especiales
me dijo “que si Jesús mismo había guardado la Ley
¿cuánto más nosotros?”. Esta persona no tiene
revelación del Espíritu Santo, y cómo la va a tener si ni
siquiera cree en Él. La Biblia dice en Gálatas 4:4, 5 que
Jesús nació bajo la Ley, se hizo siervo de ella y la cumplió
con el propósito de redimir, rescatar, librar y salvar a
los que vivían bajo ella, llevando así la maldición que
ellos merecían.

Gálatas 2:21 No desecho la gracia de Dios; pues si


por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió
Cristo.

Gálatas 4:8-10 Ciertamente, en otro tiempo, no


conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no
son dioses; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien,
siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de
nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os
queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses,
los tiempos y los años.

7.- El Apóstol Pablo advierte a los creyentes,


haciendo una comparación entre vivir bajo la Ley y la

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idolatría, que no regresen a la Ley, pues si quieren
regresar a ella, no recibirán los beneficios del sacrificio
de Jesús.

Salmo 115:4-8
Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven;
Orejas tienen, mas no oyen;
Tienen narices, mas no huelen;
Manos tienen, mas no palpan;
Tienen pies, mas no andan;
No hablan con su garganta.
Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y cualquiera que confía en ellos.

Isaías 44:13-17 El carpintero tiende la regla, lo


señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura
con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza
de hombre hermoso, para tenerlo en casa.
Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen
entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con
la lluvia.
De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma
de ellos para calentarse; enciende también el horno, y
cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica
un ídolo, y se arrodilla delante de él.
Parte del leño quema en el fuego; con parte de él
come carne, prepara un asado, y se sacia; después se
calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego;
y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra
delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame,
porque mi Dios eres tú.

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Estos versículos muestran gente que adora dioses
de oro y plata y muestra a otros que cortan un árbol, le
dan forma de hombre y se postran delante de él.
Además, esta misma gente cree que para apaciguar la
ira de esos dioses, hay que hacerles sacrificios. Como
las antiguas tribus indias de nuestro país que
sacrificaban sus hijos al dios sol, lanzándolos al fuego
para que se quemaran, o haciendo largas danzas para
el dios lluvia porque este estaba enojado y no hacía
llover sobre la tierra. Y no sólo en la antigüedad, hoy en
día hay cientos de personas que caminan kilómetros o
de rodillas, sobre vidrios, con nopales en sus espaldas y
todo para tener contento a un pedazo de yeso. “Esto sí
que es ignorancia”.
El cristiano no tiene por qué tener ni honrar ídolos,
Dios odia la idolatría porque le roba su gloria. Así que
tengamos en cuenta que estar bajo la Ley, es similar a
estar en idolatría, y a esto Pablo nos advierte: “Si
quieren ganar el favor de Dios así por penitencias, por
obras, son ignorantes”, todo lo recibimos únicamente
por medio de la Fe en Cristo Jesús.

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Capítulo 3
Contrastes Entre La Ley y
La Gracia
A continuación, veremos una serie de contrastes entre
La Ley y La Gracia, con el solo propósito de poder
apreciar entre el vivir bajo reglas, ritos y mandamientos
imposibles de cumplir y el vivir bajo un Señor quien fue
el único que los cumplió.
1.- Cuando Dios dio la Ley murieron tres mil
hombres, Éxodo 32:28 Y los hijos de Leví lo hicieron
conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en
aquel día como tres mil hombres.
Cuando llegó la Gracia, vivieron tres mil hombres,
Hechos 2:41 Así que, los que recibieron su palabra
fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres
mil personas.
2.- El Antiguo Testamento termina con una
maldición; Malaquías 4:6 El hará volver el corazón de
los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia
los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición.
El Nuevo Testamento termina con una bendición.

Apocalipsis 22:21 La gracia de nuestro Señor


Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

3.- El Monte Sinaí produce temor Éxodo 20:20 Y


Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para
probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de
vosotros, para que no pequéis.

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El Monte Sión produce amor II Corintios 5:14
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto:
que si uno murió por todos, luego todos murieron.
4.- La Ley conduce a la muerte; la Gracia conduce a
la vida. Moisés era un tipo de la Ley que condujo al
pueblo de Israel hasta el río Jordán que es un tipo de
muerte, y desde este punto hacia la tierra prometida lo
condujo Josué que es un tipo de Cristo. De la misma
manera Juan el Bautista, el último de los profetas del
Antiguo Testamento, sólo llevaba a las personas hasta
el Jordán que es un tipo de muerte y desde ese punto
Jesús comenzó su ministerio llevando a todos hacia la
tierra prometida.
5.- La Ley bendice al bueno; la Gracia salva al malo.
6.- La Ley se relaciona con Moisés y las obras; la
Gracia se relaciona con Cristo y la Fe.
7.- La Ley se relaciona con lo que tú haces; La Gracia
se relaciona con lo que Cristo hizo.

La Ley Dice: La Gracia Dice:


Haz esto y vivirás Vive y luego harás
Págame lo que me debes Te perdono
Mereces condenación y Te regalo Justificación y
muerte Vida
Te regalo un nuevo
Hazte un nuevo corazón
corazón
Demando Santidad Yo te regalo la Santidad

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Capítulo 4
Contrastes entre el Antiguo y
el Nuevo Pacto
Cuando Dios me reveló estas poderosas verdades,
descubrí al mismo tiempo su gran amor por la
humanidad y esto me hizo libre, sí, de verdad me dio
libertad de amar a mi Dios sin sentir temor de que si un
día le fallo Él me vaya a rechazar, vivo feliz y seguro de
su amor y es mi deseo que estas siguientes frases tan
sencillas, pero poderosas, causen el mismo impacto en
tu vida, que han causado en la mía.
En el Antiguo Pacto el hombre entraba en la
presencia de Dios, en el Nuevo Pacto Dios entra en el
hombre.
En el Antiguo Pacto Dios habitaba en una casa
hecha por el hombre, en el Nuevo Pacto Dios habita en
la casa que construyó en el hombre.
En el Antiguo Pacto el hombre construía un altar
para Dios, en el Nuevo Pacto el hombre es el altar
construido por Dios.
En el Antiguo Pacto el hombre ofrecía un cordero
para acercarse a Dios, en el Nuevo Pacto Dios ofreció el
cordero para acercarse al hombre.
En el Antiguo Pacto el hombre fue hecho a imagen
y semejanza de Dios, en el Nuevo Pacto Dios se hizo a
imagen y semejanza del hombre.
En el Antiguo Pacto el hombre levantó un velo que
lo separaba de Dios, en el Nuevo Pacto Dios destruyó
ese velo que lo separaba del hombre.

22
En el Antiguo Pacto Dios escribió la Ley en tablas,
en el Nuevo Pacto Dios escribe la Ley en nuestros
corazones.
En el Antiguo Pacto Dios hablaba por medio de
profetas, en el Nuevo Pacto Dios habló por medio de su
Hijo.
En el Antiguo Pacto los sacerdotes eran mortales,
en el Nuevo Pacto el Sacerdote es inmortal.
No me explico cómo es que con tantas cosas tan
buenas que nos ofrece el Nuevo Pacto aún existan
Cristianos que quieran vivir bajo la Ley, siendo que la
misma palabra “Cristianos” que significa “Seguidores de
Cristo” nos da la pauta para no hacerlo.
Hoy en día existen muchos líderes que tienen un
gran celo de las cosas de Dios y por ello predican la Ley,
pero su propósito está muy errado.
Romano 10:1 y 2 dice que esto lo hacen porque son
ignorantes (en ciencia) y I Timoteo 3:6 lo vuelve a decir:
“El ministro no tiene que ser un neófito” (ignorante).
Imagina que un líder lee únicamente el Pentateuco en
lugar de leer toda la Biblia, ¿qué crees que va a
predicarle a su congregación? “condenación”, porque
sólo va a formarse un concepto de Dios con lo que estos
libros dicen y así lo va a transmitir. Hoy muchos
predicadores, casi quebrando el púlpito, enseñan la
Ley a la congregación diciendo que nuestro pecado
tiene que ser juzgando, asustando a la gente, y esto es
cierto, pero lo que se les olvida o es que en realidad no
saben, es que éste YA FUE JUZGADO en el cuerpo de
Jesús y Dios no tiene por qué juzgarlo dos veces.

Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido


para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio.

23
Hebreos 10:10 En esa voluntad somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una
vez para siempre.

Hebreos añade: Y nunca más me acordaré de sus


pecados y transgresiones.
Supongamos que yo cometiera un delito por el cual
me encierran en la cárcel por cinco meses. Cumplidos
estos meses me dan mi libertad, pero de pronto me
encuentro con un policía y me dice: “A ti te estoy
buscando para encerrarte” y de lo que me acusa es de
aquel delito por el cual ya he pagado mi condena.
¿Crees que sería esto justo? Claro que no. De igual
forma Jesús ya pagó la condena que nosotros
merecíamos y no sería justo que Dios nos condenara
por algo que ya ha sido juzgado.

I Timoteo 1:6-9 Nos dice claramente que la Ley no


fue dada para el justo sino para los pecadores, así que
no es para nosotros, porque nosotros somos justos por
la sangre de Jesús. Además, estos mismos versículos
explican que los que predican la Ley a los justificados,
no entienden lo que hablan ni lo que afirman, sino que
se apartan a vanas palabrerías.
El Apóstol Pablo les da un sermón de libertad del
yugo de esclavitud a los Gálatas, pero había unos que
no estaban de acuerdo con su mensaje así que les hace
una pregunta.

Gálatas 4:21 Decidme, los que queréis estar bajo la


Ley: ¿no habéis oído la Ley?

Si alguien quiere vivir bajo la Ley, tiene que darse


cuenta de que ésta, únicamente da conocimiento del
pecado, pero no da poder para vencerlo.

24
Romanos 3:20 Ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante de él; porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Sin embargo, la Gracia que nos enseña que


tenemos que vivir en Santidad, nos da el poder del
Espíritu Santo para lograrlo. Si mi Pastor me dice:
“Quiero que me compres una camioneta último modelo
y me la traes mañana”. A la mañana siguiente que lo
vea y me diga: “¿Y mi camioneta?” Yo tengo una razón
muy grande para explicarle él por qué no le traje su
camioneta y es muy sencilla, porque él me dio una
orden que yo debía de cumplir por obediencia, pero
como no me dio el dinero para llevar a cabo esta orden
pues no pude hacerlo. De igual manera la Ley dice “No
peques” pero no nos da el poder de vencer al pecado.
Ahora, veámoslo de esta otra forma, mi Pastor me da la
orden de comprarle una camioneta pero me dice: “Ten,
aquí está el dinero para que la compres”. ¿Qué es lo que
este Pastor verá al día siguiente? Su camioneta, y yo le
diré: “Tenga Pastor, ya obedecí lo que me mandó”. Así
es la Gracia, no sólo nos da la orden de hacer algo, sino
que también nos da el poder necesario para poder
llevarlo a cabo, y aún va más allá de nuestro
pensamiento y razonamiento, se atreve a decirnos:
“Ten las llaves de la camioneta, te la regalo, es tuya”.
La Ley no tiene poder para justificarnos,
perfeccionarnos, bendecirnos, redimirnos, hacernos
una nueva criatura, darnos el Espíritu Santo ni librarnos
de condenación. ¡¡¡Sin embargo, la Gracia tiene poder
para hacer todo esto y mucho más!!!

25
Capítulo 5
Analogías del Antiguo y
Nuevo Testamento
A lo largo de este capítulo daremos un recorrido por
algunos pasajes de la Biblia que en su esencia son
iguales, tienen el mismo propósito, las mismas razones
de ser, el mismo desarrollo, pero no el mismo final.
Pero habrás de preguntarte ¿cómo algo que es tan
parecido en cierta forma, tiene un final tan diferente?
Fácil, porque hubo alguien que hizo esa Gran
Diferencia, su nombre es “Jesucristo de Nazaret”.

- Un hijo pródigo bajo la Ley y un hijo pródigo bajo la


Gracia -

Deuteronomio 21:18-21 Si alguno tuviere un hijo


contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su
padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado,
no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su
madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a
la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de
la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no
obedece a nuestra voz; es glotón y borra-cho. Entonces
todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá;
así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá,
y temerá.

Rebelde, desobediente, glotón y borracho. Estás


eran las principales características del hijo pródigo que
nos narra Deuteronomio. ¿Qué se había de hacer según
26
la Ley con este hijo? Ni para sus padres, ni para él había
opción, no era cosa de decisiones familiares, no era
cuestión de admitir a una trabajadora social para que
ayudara a no caer en la desintegración familiar, no. Aquí
sólo había algo que hacer, cumplir una Ley la cual no
daba opciones, no aceptaba pretextos ni buenas
intenciones al hablar, era un decreto y había que
cumplirlo. Sacar al hijo rebelde y apedrearlo, no había
más que la muerte. Se juntaban alrededor de él los
ancianos de Israel y comenzaba la lluvia de piedras.
Todo acababa, bajo un montón de rocas yacía el cuerpo
sin vida de un hijo pródigo bajo la Ley. ¿Te habría
gustado vivir en esta etapa de la Ley? A mí tampoco.

Lucas 15:11-32 También dijo: Un hombre tenía dos


hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la
parte de los bienes que me corresponde; y les repartió
los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el
hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí
desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y
cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran
hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue
y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el
cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que
comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí,
dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me
levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado
tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y
levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba
lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y
corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.

27
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido,
y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en
sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y
comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto
era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y
comenzaron a regocijarse. Y su hijo mayor estaba en el
campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la
música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. El le dijo: Tu hermano ha
venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por
haberle recibido bueno y sano.
Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su
padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo,
dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no
habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado
ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero
cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes
con rameras, has hecho matar para él el becerro
gordo. El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás
conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque
este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había
perdido, y es hallado.

La vida del hijo que nos narra Lucas no es mejor que


la del hijo que nos narra Deuteronomio, al contrario, es
peor. Este hijo no sólo tiene las mismas características
del otro, sino que lleva a cabo todos sus actos
deshonestos con el dinero que pidió a su padre de una
herencia que todavía no era el tiempo de cobrar, pues
su padre aún vivía. Pero al parecer al hijo lo menos que
le importaba era la vida de su padre, él sólo quería su
dinero. Así que yéndose lejos, malgasta todo el dinero
en glotonerías, borracheras, con mujeres, viviendo
perdidamente. Pero, ¿qué pasa cuando todo esto se
acaba? Este joven viéndose en la miseria y teniendo la

28
oportunidad de recapacitar, decide regresar a la casa de
su padre. Sin embargo, hay una gran duda que flota en
el ambiente, ¿qué es lo que le espera en casa, acaso un
montón de piedras para matarlo? No, en casa lo espera
un padre amoroso dispuesto a abrazarlo y besarlo aún
en las condiciones en las que viene, también lo espera
una gran fiesta, con el mejor becerro preparado para
que cene y con música que alcanza a escucharse en
todo el vecindario. ¡¿Increíble verdad?! Si el hijo
pródigo de Deuteronomio hubiese visto esto, se
volvería a morir de coraje y gritaría “¡¡¡No es Justo!!!
¿Por qué a mí me dieron Justicia y a él le dieron
Gracia?”.
Esta es la diferencia de vivir bajo la Ley o bajo la
Gracia, pues éstas son dos polos totalmente opuestos:
La Ley dice “Apedréenlo”, la Gracia dice
“Abrácenlo”.
La Ley dice “Golpéenlo”, la Gracia dice “Bésenlo”.
La Ley “Acusa”, la Gracia “Defiende”.
La Ley no “Consciente el Pecado”, ni tampoco al
pecador, “Lo Mata”; La Gracia “Tampoco Consciente el
Pecado”, pero Ama al pecador y lo “Defiende”.

– Elías el profeta de fuego y Juan y Jacobo los hijos


del trueno –

II Reyes 1:1-15 Después de la muerte de Acab, se


rebeló Moab contra Israel. Y Ocozías cayó por la
ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y
estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y
consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de
esta mi enfermedad. Entonces el ángel de Jehová habló
a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte
con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay
Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de
Ecrón? Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que
29
estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y
Elías se fue. Cuando los mensajeros se volvieron al rey,
él les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto? Ellos le
respondieron: Encontramos a un varón que nos dijo: Id,
y volveos al rey que os envió, y decidle: Así ha dicho
Jehová: ¿No hay Dios en Israel, que tú envías a consultar
a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, del lecho en que
estás no te levantarás; de cierto morirás. Entonces él les
dijo: ¿Cómo era aquel varón que encontrasteis, y os dijo
tales palabras? Y ellos le respondieron: Un varón que
tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos con un cinturón
de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita. Luego envió
a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, el cual
subió a donde él estaba; y he aquí que él estaba sentado
en la cumbre del monte. Y el capitán le dijo: Varón de
Dios, el rey ha dicho que desciendas. Y Elías respondió
y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios,
descienda fuego del cielo, y consúmate con tus
cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió
a él y a sus cincuenta. Volvió el rey a enviar a él otro
capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló y dijo:
Varón de Dios, el rey ha dicho así: Desciende pronto. Y
le respondió Elías y dijo: Si yo soy varón de Dios,
descienda fuego del cielo, y consúmate con tus
cincuenta. Y descendió fuego del cielo, y lo consumió a
él y a sus cincuenta. Volvió a enviar al tercer capitán de
cincuenta con sus cincuenta; y subiendo aquel tercer
capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de
Elías y le rogó, diciendo: Varón de Dios, te ruego que sea
de valor delante de tus ojos mi vida, y la vida de estos
tus cincuenta siervos. He aquí ha descendido fuego del
cielo, y ha consumido a los dos primeros capitanes de
cincuenta con sus cincuenta; sea estimada ahora mi
vida delante de tus ojos.
Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con

30
él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió
con él al rey.

“Si soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y


consúmate con tus cincuenta”. Estas fueron las
palabras que dijo Elías a los siervos del Rey Ocozías
cuando llegaron a querer imponerle su voluntad. Y
vemos que no sólo una vez hizo descender fuego del
cielo, sino que lo hizo dos veces, matando en cada vez
a cincuenta y un hombres. ¿Te habría gustado vivir al
lado de este Profeta de Fuego y hacerlo enojar? Creo
que no. Con Elías no podías hacer una broma de mal
gusto, porque si no le parecía, te hacía desaparecer de
la escena en ese instante.

Lucas 9:51-56 Cuando se cumplió el tiempo en que


él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir
a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él, los cuales
fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para
hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque su
aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo esto sus
discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que
mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo
Elías, y los consuma?
Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo:
Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo
del Hombre no ha venido para perder las almas de los
hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

Jesús, poco tiempo antes de su crucifixión, envía a


unos mensajeros a que hagan algunos preparativos
necesarios en Samaria, pero los habitantes de aquel
lugar no los recibieron. Entonces Jacobo y Juan, dos de
los discípulos de Jesús tuvieron una gran idea. “Señor,
¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo,
como hizo Elías, y los consuma?”. Estos dos discípulos

31
conocían muy bien la historia, además estaban muy
orgullosos de sus antepasados, así que, puedes
imaginarte como se sintieron cuando Jesús los
reprende diciéndoles “¿Vosotros no sabéis de qué
espíritu sois?”, Pero, ¿por qué Jesús les dice esto?
¿acaso lo que hizo el profeta estuvo mal? No, lo que
Elías hizo estuvo bien, pero lo estuvo en su tiempo. Si
este profeta hubiera vivido en el tiempo de Jesús, Él lo
hubiera reprendido, como hubiera reprendido a Josué
por armar tantas guerras y matar tanta gente o a
Moisés por haber hecho que la tierra se tragara a Coré
con todos sus seguidores. Este ya no era el tiempo de
actuar en esta forma y Jesús mismo nos dice “Porque el
Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de
los hombres, sino para salvarles”. En otras palabras si
todavía tienes una mentalidad apegada al Antiguo
Testamento, vas a tener una mentalidad fariseista, pues
lo único que va a salir de tu boca, serán palabras y
mensajes de condenación que sólo harán que pierdas a
las almas en lugar de ganarlas. Con todo lo anterior no
estoy diciendo que el Antiguo Testamento ya no es útil,
pues toda la escritura es útil, además todo lo que
sucedió bajo el Antiguo Testamento fue un ejemplo
para nosotros, lo único que debemos aprender es como
aplicar cada cosa en cada tiempo.
El Antiguo Testamento nos habla de un Salvador, el
Nuevo Testamento nos muestra al Salvador; el Antiguo
Testamento nos dice que somos pecadores, el Nuevo
Testamento nos dice que somos justificados; en el
Antiguo Testamento Dios enviaba juicio al individuo por
causa del pecado, en el Nuevo Testamento Dios puso el
juicio en el cuerpo de Jesús al llevar (Él) nuestro pecado.

32
– Juicio por violar el día de reposo y la mujer
adúltera –

Números 15-32-36 Por cuanto tuvo en poco la


palabra de Jehová, y menospreció su mandamiento,
enteramente será cortada esa persona; su iniquidad
caerá sobre ella. Estando los hijos de Israel en el
desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día
de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo
trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;
y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado
qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés:
Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda
la congregación fuera del campamento. Entonces lo
sacó la congregación fuera del campamento, y lo
apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.

La Ley demandaba muerte por trabajar en el día de


reposo, lo que hoy viene siendo el sábado. Antes de
proseguir permíteme hacerte una pregunta ¿alguna vez
has trabajado en sábado? Si tu respuesta es “sí” y estás
viviendo bajo la Ley, mereces la muerte, en cambio, si
tu respuesta sigue siendo “si” pero vives bajo la Gracia,
dale gracias a Jesús por su sangre derramada que te ha
librado de la Ley de condenación y muerte.
El caso del hombre que nos narra Números es
verdaderamente impresionante, pues dime tú ¿acaso
es malo trabajar para darle de comer a tu familia? Claro
que no. Aquí lo malo es que este hombre lo estaba
haciendo en un día que la Ley decía “No trabajarás”, así
que los que lo hallaron haciéndolo lo llevaron delante
de Moisés, y no conformes con esto lo dijeron a toda la
congregación. Esto es lo que hace el espíritu del
legalismo y fariseísmo. Aquellos que se creen más
santos en la iglesia, siempre andan buscando los errores
de los demás para así correr a contarle a la

33
congregación, critican, exhiben y aún condenan a los
que cometen pecado, como si ellos fueran perfectos y
nunca lo cometieran. La mentalidad de los legalistas es
“corramos de la congregación al pecador” y que
lástima que piensen así, ellos mismos se están
excluyendo, pues Jesús dijo que Él no vino a salvar
justos sino pecadores. Con esto no estoy diciendo que
hay que solapar el pecado, pues es vergonzoso que nos
llamemos Cristianos y sigamos practicándolo, lo que sí
estoy diciendo es que no hay que juzgar ni condenar al
que lo comete, más bien hay que dar misericordia,
porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no
tuviere misericordia y la misericordia triunfa sobre el
juicio (Santiago 2:13) además, debemos dar
misericordia porque nosotros algún día la vamos a
necesitar.
La Ley decía que aquel hombre merecía la muerte,
así que Moisés llevó este caso delante de Jehová y le
preguntó ¿Tú qué dices? Y Jehová dijo
“Irremisiblemente muera”.
¿No te parece cruel? Este hombre quedo muerto
bajo un montón de piedras sólo por recoger leña para
poder comer él con su familia.

Juan 8:1-11 y Jesús se fue al monte de los Olivos.


Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino
a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y
los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en
adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro,
esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de
adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales
mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían
tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado
hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como
insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que
de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la

34
piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el
suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto,
acusados por su conciencia, salían uno a uno,
comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y
quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la
mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te
acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno,
Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y
no peques más.

La Ley rechazaba a los leprosos, a los gentiles, a los


cojos, a las prostitutas, en fin, a todos los pecadores y
por tal motivo los líderes religiosos creían que “su”
Mesías sería igual que ellos, que pensaría como ellos,
que hablaría como ellos y actuaría como ellos. Sin
embargo, cuando Jesús llegó, pensó, habló y actuó
totalmente diferente a lo que ellos esperaban y por tal
motivo no lo recibieron como el Mesías esperado.
Aquellos fariseos le tenían tanto odio a Jesús porque
recibía y abrazaba a todos los despreciados y
rechazados por la Ley, y siempre le ponían trampas
basadas en la misma con el fin de encontrar algún error
en él y así poder acusarlo delante de todo el pueblo y
poder apedrearlo. Un ejemplo de esto lo tenemos en el
Evangelio de Juan cuando los escribas y fariseos le traen
a una mujer que es sorprendida en el acto mismo del
adulterio. Mi pregunta es ¿cómo supieron ellos de
esto? Quizás hicieron un plan para que alguien se
acostara con ella y así poder atraparla en el “pleno
acto”, inclusive me atrevo a pensar que se llevaron a la
mujer desnuda, pues no creo que le hayan dicho
“agarra tu ropa por favor y vístete porque vamos a
tratar un asunto muy delicado y no queremos que te
vean así”. Claro que no, ellos se la llevaron desnuda,
pues entre más pruebas tuvieran para acusarla, mucho

35
mejor. Quiero que notes la palabra que da comienzo a
la frase con la que estos personajes abordan a Jesús
“Maestro”, ¿puedes escuchar toda la hipocresía que
lleva oculta esta palabra? Para ellos Jesús no era ningún
maestro. De igual forma, el legalismo sólo produce
líderes hipócritas que te muestran una bonita cara
cuando estás presente, pero en cuanto te alejas,
comienzan a criticarte, ¿conoces a alguien así?
“Y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales
mujeres. Tú pues, ¿qué dices?” continúa diciendo la
frase de aquellos hombres, mientras la mujer adúltera
permanece en el suelo. Aquí sucedió lo mismo que
cuando encontraron al hombre violando el día de
reposo. La respuesta de Jesús debía ser
extraordinariamente exacta pues si Él hubiese
respondido “adelante con lo que les ordena la Ley”
estos hombres hubieran matado a la mujer, y Jesús,
aunque habría lograda ganarse la amistad de los líderes
religiosos, jamás habría podido demostrar su amor
hacia los pecadores. Por otro lado, si la respuesta de
Jesús hubiera sido “No, no la apedreen” Él estaría
violando la Ley de Moisés y precisamente esto era lo
que estaban buscando los líderes religiosos, así que en
ese mismo instante habrían acusado a Jesús y no solo
habrían matado a la mujer, sino a Él también. El “sí” o
el “no” que respondiera Jesús era favorable para ellos,
sin embargo, nunca se imaginaron que había una
tercera opción ¡¡¡Aleluya!!! Este es el Dios que nosotros
tenemos, siempre tiene respuesta para cada uno de
nuestros problemas aún y cuando este sea muy grande.
La respuesta de Jesús se hizo esperar un tiempo
pues “inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el
dedo” pero como estos personajes insistían tanto, al
levantar la cabeza su respuesta fue clara y tajante “El
que de vosotros esté sin pecado sea el primero en
arrojar la piedra contra ella”. Así que aquellos hombres

36
comenzaron a retirarse del lugar uno a uno acusados
por su conciencia. Pero ¿qué era lo Jesús había escrito
en la tierra que los hizo sentirse tan culpables? A ciencia
cierta no sabemos, así que permíteme sugerir que Jesús
escribió algo que su misma Ley demandaba y que ellos
no habían tomado en cuenta “¿dónde está el hombre
con el que esta mujer cometió adulterio, él también
merece la muerte? y, si los encontraron en el pleno acto
¿por qué a él no lo trajeron?”. Imagina como estas
palabras retumbaron en su conciencia pues quizás ellos
mismos eran los que habían tenido relación sexual con
esta mujer y si eran descubiertos, ahí mismo
terminarían todos junto con la mujer lapidados por un
montón de piedras.
Para finalizar lo que Jesús hace es dirigirse hacia la
mujer con aquella firmeza con la que se dirigió a sus
acusadores para preguntar cuántos de ellos la habían
condenado. Esta mujer, sabiendo que todos se habían
ido sin condenarla, responde a Jesús convencida de que
algo grande estaba por salir de los labios de aquel
hombre “Ninguno, Señor”. La respuesta que el Maestro
le dio, estoy seguro que cambió su vida, como un día
cambió la mía “Vete y no peques más”. Por aquellas
palabras corría, sin ningún obstáculo, toda la Gracia que
Jesús habría de darnos a todos nosotros, pues sabemos
que esa Gracia, defiende a los acusados por la Ley y no
solapa el pecado. Aquella última frase que salió de los
labios de Jesús no era para que él pudiera amarla, pues
ya le había demostrado su amor defendiéndola de
aquellos varones, sino para que no se siguiera haciendo
más daño ella sola. Los verdaderos predicadores de la
Gracia predican la libertad en Cristo y no el libertinaje,
predican la santidad como un fruto de la salvación, no
como una ruta a la salvación. Los predicadores de la Ley
son portadores de condenación y muerte, más los

37
predicadores de la Gracia son portadores de
justificación y vida.
Ya que hemos analizado algunas analogías entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento, es mi anhelo que
comprendas que nosotros no necesitamos vivir bajo la
cobertura de la Ley, pues estaríamos locos. Seríamos
como los Gálatas a los que el Apóstol Pablo llama en
Gálatas 3:1 “insensatos” pues habían dejado la Gracia
por el legalismo, y cómo es posible que después de que
Jesús les quitó las cadenas, los grilletes, les abrió las
puertas de la cárcel y el juez los declaró ¡¡¡Libres!!!,
ellos mismos regresan a encerrarse de nuevo, ¡¡¡qué
necedad más grande!!! El mejor legalista es un
insensato delante de Dios.
Nosotros necesitamos entender que vivimos en un
mejor tiempo, mejor que el de Abraham, el de Moisés
o el de Elías, porque aunque ellos pudieron ver el
nacimiento sobrenatural de un hijo prometido, el mar
dividido en dos, una nube que los seguía por el desierto,
una columna de fuego que los seguía por la noche y
hasta pedir fuego del cielo y verlo descender con gran
poder, todo esto no se compara con lo que ahora
poseemos nosotros, pues ahora no sólo vivimos de una
promesa, sino por todas las promesas de Dios que están
a nuestro alcance, además aquella nube y aquella
columna de fuego no van con nosotros, sino que están
dentro de nosotros, y el fuego consumidor que
descendió del cielo, no está por un instante cerca de
nosotros, sino que vive y arde en nosotros, y en cuanto
al pan, nosotros tenemos el pan vivo que descendió del
cielo en nuestro corazón para darnos no sólo vida, sino
vida eterna... ¡Bendito sea el nombre de Dios!.

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Capítulo 6
Sinceramente Equivocado
En este capítulo analizaremos algo que, a mi punto de
vista, creo que es uno de los puntos más importantes
que el pueblo Cristiano no ha entendido y a raíz de esto
existe tanta confusión y condenación en las
congregaciones evangélicas, cuando en realidad
debieran ser el lugar principal para vivir la libertad de
ser hechos una Nueva Criatura. Y aún me voy a los
extremos diciendo, que muchos de los cristianos hoy en
día viven más condenados que los mismos incrédulos, y
todo gracias a líderes, que no sabiendo lo que predican,
condenan y condenan a la Iglesia. Yo sé que muchos de
los predicadores dan sus mensajes de condenación con
mucha sinceridad en su corazón, pero lamento mucho
tener que decirles que están “sinceramente
equivocados”.
Recuerdo a un señor que era como mi papá decía
“católico de hueso colorado”, este señor asistía
fielmente todos los domingos a su Iglesia pero nunca
había leído la Biblia, después de varias veces que le
compartimos el Evangelio por fin recibió a Cristo como
Salvador y le regalamos una Biblia. Un día al final del
culto se me acercó para decirme que ya estaba leyendo
la Biblia, lo cual me dio mucho gusto. Sin embargo, lo
que me comentó después me causó un poco de gracia,
él dijo que había descubierto que Adán y Eva eran
vegetarianos, que no comían carne, así que como este
nuevo convertido quería guardar la Palabra de Dios “al
pie de la letra” dejo de comer carne. A los dos días me
llamó para decirme que había descubierto algo nuevo,
que cuando Noé salió del arca después del diluvio, Dios
39
le dio la orden de comer de todos los animales sin
excepción, así que ya había comido carne nuevamente.
Yo le dije que me gustaría platicar un poco con él
después que regresara de un viaje que tenía pendiente
y él aceptó. Para mi sorpresa al volver del viaje me tenía
otra noticia, me comentó que la Biblia se contradecía
mucho y había encontrado muchos errores, así que
supe que era el tiempo indicado para hablar seriamente
con él y le pregunté: “¿Dónde encontró esos errores y
cuáles son?”. Su respuesta fue: “primero encontré en
Génesis 1:29 que Dios les dijo a Adán y Eva que su
comida sería frutas y legumbres, después en Génesis
9:3 Dios le dice a Noé que puede comer de toda carne,
pero ahora me encuentro en Levítico 11 que Dios dice
que siempre no pueden comer de toda carne”. Este
hermano tenía tantas ganas de aprender y vivir la
Palabra de Dios que me pasé alrededor de cinco horas
explicándole con principios del Nuevo Testamento él
porque Dios había dicho cada cosa y al final de la plática
el comentario de este hermano fue: “y porqué no me lo
explicaste desde el principio, me hubieras ahorrado
tantos problemas a mí y a mi familia”. Me intrigó el por
qué a su familia y cuando le pregunté él me respondió:
“Es que todo lo que estaba aprendiendo quería que
también ellos lo supieran así que comencé a enseñarles
cada cosa que aprendía y ya los tenía bien confundidos
porque un día les decía algo, al siguiente les cambiaba
todo, a tal grado que mis hijos ya no me hacían caso a
nada de lo que tenía que decir con respecto a la Biblia”.
Este señor al querer instruir a su familia estaba
siendo sincero, pero estaba equivocado. Ahora,
¿Puedes imaginarte que hubiera sucedido en su
congregación si lo hubieran dejado predicar con sólo
ese conocimiento que tenía? No que necesitemos ser
unos teólogos para comenzar a compartir las Buenas
Nuevas a nuestros familiares o vecinos, pero si

40
queremos ser más efectivos para el reino de Dios,
tenemos que leer la Biblia “toda completa” mínimo una
vez guiados por el Espíritu Santo para formarnos la idea
de lo que Dios trata de decirnos.

41
Capítulo 7
¿Para Quién Fue Dada La
Ley?
Deuteronomio 4:1 Ahora, pues, oh Israel, oye los
estatutos y decretos que yo os enseño, para que los
ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que
Jehová el Dios de vuestros padres os da.

Los mandamientos y ordenanzas de la Ley Dios los dio


única y exclusivamente para el pueblo de Israel. Estos
estatutos nunca fueron dados para los Gentiles. De la
época de Adán a la época de Moisés aproximada-mente
transcurrieron dos mil quinientos años, y durante este
tiempo nadie tenía códigos ni reglas escritas por las
cuales fuesen dirigidos, sino hasta la llegada de la Ley y
esta fue dada, no para los Gentiles, sino únicamente
para el pueblo de Israel. De la época de Moisés a la
época de Cristo trascurrieron aproximadamente mil
quinientos años y durante esta etapa de tiempo, sólo
Israel estuvo bajo la Ley y sus consecuencias.

Deuteronomio 5:2,3 Jehová nuestro Dios hizo


Pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres
hizo Jehová este Pacto, sino con nosotros todos lo que
estamos aquí hoy vivos.

En este pasaje vemos como Dios reafirma que


Abraham, Isaac y Jacob no estuvieron bajo el Pacto de
la Ley. Por esta razón, o más bien dicho por esta
gloriosa razón, vemos que Dios no le dio muerte a
Abraham por haberse casado con su media hermana ni
42
por haber cometido adulterio con su criada Agar, ni
tampoco mató a Jacob por tener varias mujeres. No es
que Dios aprobara lo que estos hombres hacían, pero
ellos no estaban bajo el Pacto Mosaico, sino que
estaban en una etapa de tiempo en la cual Dios trataba
con el pecado de diferente forma, era la etapa en la cual
Dios trataba con el ser humano en “Misericordia” no
dándoles lo que se merecían.

Hechos 15:1-11 Los fariseos convertidos


aseguraban “Es necesario circuncidar a los gentiles y
exigirles que obedezcan la Ley de Moisés” entonces los
apóstoles y ancianos se reunieron para examinar este
asunto y después de una larga discusión, todos
quedaron de acuerdo en que la salvación es por gracia
sin las obras de la Ley. (Texto parafraseado)

En el inicio de la Iglesia Cristiana ésta se componía


en su mayoría de Judíos y era muy raro ver a un Gentil
entre ellos, en cambio, en la Iglesia moderna es todo lo
contrario, es muy raro ver un Judío en la Iglesia Gentil.
Pero a pesar de esto, “algunos de la secta de los fariseos
que se había convertido” estaban “muy contentos” de
que los Gentiles se estaban convirtiendo al Cristianismo
y les daban una muy buena bienvenida diciéndoles:
“que gusto es tenerlos por aquí, ¿quieren ser salvos?
excelente decisión, reciban al Señor Jesús y guarden la
Ley de Moisés circuncidando su prepucio y serán
salvos”. Al darse cuenta el Apóstol Pablo de estas falsas
enseñanzas, convoco a los líderes de la Iglesia para
tratar este asunto, llegando a ella Jacobo, Juan, Pedro
y Bernabé y después de un buen tiempo de estudio,
todos quedaron en un acuerdo, “LA SALVACIÓN ES POR
GRACIA SIN LAS OBRAS DE LA LEY”.
El Apóstol Pablo dijo: “La Salvación es igual para
todos sin la Ley de Moisés"

43
Gálatas 2:9-10 Y reconociendo la gracia que me
había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a
Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que
nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión.

Solamente nos pidieron que nos acordásemos de


los pobres; lo cual también procuré con diligencia
hacer.
El Apóstol Pedro dijo: “¿Por qué quieren que los
nuevos convertidos guarden la Ley y se circunciden? si
es una carga que ni nuestros Padres ni nosotros hemos
podido llevar, antes bien creemos que todos seremos
salvos por Gracia"
Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y
les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya
hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles
oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio,
dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;
y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos,
purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por
qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los
discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros
hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia
del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que
ellos.
El Apóstol Bernabé dijo “La Salvación es sólo por
Gracia" y dio testimonio de cómo Dios hizo milagros y
maravillas entre los Gentiles solamente por Jesús sin las
obras de la Ley.

Hechos 15:12-19 Entonces toda la multitud calló, y


oyeron Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes

44
señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos
entre los gentiles. Y cuando ellos callaron, Jacobo
respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha
contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles,
para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está
escrito:
Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está
caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi
nombre,
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde
tiempos antiguos.
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles
que se convierten a Dios.

El Apóstol Jacobo dice: “La Ley es algo tan pesado


que, cualquiera que la guardare toda, pero ofendiere en
un solo punto, merece muerte y condenación, y si
queremos justificarnos por medio de ella, solamente
nos estamos hundiendo más. Así que la Salvación es por
Gracia.

Santiago 2:9-10 Pero si hacéis acepción de


personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la
ley como transgresores. Porque cualquiera que
guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se
hace culpable de todos.

Y nosotros como la Iglesia de Cristo “tenemos que


edificarnos sobre el fundamento de los apóstoles" y
¿cuál es este fundamento? ¡¡¡Gracia!!!

45
Efesios 2:20 Edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo.

Pero, quizás te estés preguntando ¿cómo puedo


saber si estoy viviendo bajo la Ley hoy en día? Pues muy
fácil. Si lo que haces, lo haces con el propósito de tener
contento a Dios o ponerlo a tu favor, estás bajo el
legalismo. Si no vas al culto y te sientes como que Dios
no te va a responder cuando tengas un problema, eres
legalista, si crees que si dejas de leer la Biblia, si dejas
de diezmar o dejas de trabajar para el Pastor, Dios ya
no te ayudará cuando lo necesites, eres un legalista.
Porque estás confiando que Dios te responderá sólo
cuando tú hayas hecho algo por Él, y esto es lo que la
Ley decía “haz y te doy” pero tú no tienes que hacer
nada, absolutamente nada para que Dios te de y te
responda, únicamente necesitas creer en Jesús. Creo
que con este pensamiento ya asusté a algunos de los
lectores y estoy seguro que estarán pensando en que,
si me tuvieran cerca, aceptarían crucificarme.
Si tú piensas que tienen que hacer toda la lista de
cosas antes mencionada para que Dios esté contento
contigo y te respalde en tiempos de problemas, no has
entendido la Gracia de Dios y estás en la misma
situación que los judíos que querían que los gentiles
guardaran la Ley de Moisés para ser justificados. Y con
esto no te estoy diciendo que no lo hagas, al contrario,
nosotros como cristianos tenemos una gran obligación
de ayunar, leer la Biblia, orar y asistir a la iglesia, pues
esto nos ayuda a crecer y a tener una vida victoriosa en
todas las áreas, o de lo contrario viviremos siempre
como cristianos miserables.
Las buenas obras, por muy buenas que sean, no
sirven para la salvación, y por consiguiente, tampoco

46
pueden mantenerte salvo, lo que te dio la salvación fue
la Fe en Cristo Jesús y lo que te mantendrá salvo seguirá
siendo la Fe. Las buenas obras no producen Fe, pero
una buena Fe, sí produce buenas obras. El orden divino
establecido es, primero la salvación y luego las buenas
obras, entendiendo que si fallamos en algo no tenemos
porque sentirnos rechazados por Dios, sino todo lo
contrario, cada vez que cometamos pecado no
huyamos de Él, mas bien corramos a Él y démosle
gracias por Jesús, pues a través de su sacrificio todos
nuestros pecados han sido perdonados. Si de verdad
entendemos esto, vamos a poder acercarnos
confiadamente al trono de Dios sin temor a ser
rechazados. Entonces si la conclusión es que los
Gentiles nunca han tenido Ley ¿por qué hoy en día
muchos de ellos quieren guardarla, como un medio de
justificación? Suena ilógico ¿no te parece?

47
Capítulo 8
¿En Qué Consiste La Ley?

Me encontraba ministrando en una conferencia y al


hacer el comentario de que el cristiano no está
obligado a “guardar los diez mandamientos” los
rostros de algunos se pusieron rojos como jitomates,
pero no dijeron nada. Así que forzándolos un poco más,
les dije: “o levante su mano aquel que crea que sí
tenemos que guardarlos” e increíblemente algunas
manos se levantaron, así que pedí que por favor no las
bajaran y a uno por uno le dije que me los recitara, y
para sorpresa, hasta de ellos mismos nadie se los sabía
de memoria, excepto un anciano que era de la
organización del Séptimo Día. Dicho sea de paso, ¿tú los
sabes? ¿Entiendes cuál era el punto a donde los quería
llevar? Ellos decían “tenemos que guardar los diez
mandamientos” ¡¡pero ni siquiera sabían lo que estos
decían!! Además, la Ley de Moisés no se compone
únicamente de diez mandamientos como algunos, o la
gran mayoría suponemos, sino que está compuesta de
cientos de ellos, algunos teólogos coinciden en que son
613 mandamientos los que la Biblia relata y la regla en
cuanto a ellos consistía en que, cualquiera que violara
un solo mandamiento, se hacía culpable de todos, tal y
como lo vimos en el capítulo anterior. Así que, si el
hecho de querer guardar diez mandamientos es difícil,
¿cuánto más lo será el guardar los 613? Creo que una
persona sensata diría y con justa razón: “Me rindo,
prefiero la Salvación por Gracia”. Y este es
precisamente el propósito de la Ley, hacernos ver

48
nuestra inutilidad para poder salvarnos en nuestras
fuerzas y sentirnos acorralados para clamar por ayuda.
La Ley consistía en cinco puntos principales los
cuales son los siguientes.
1.- Leyes Morales. En las cuales los hombres
tenían que hacer todo lo bueno que pudieran y
desechar todo lo malo. En Levítico aparecen cientos de
mandamientos respecto a esto.
2.- Leyes Civiles. Estas trataban acerca de cómo
tener el control del pueblo.
3.-Leyes de Alimentación. Estas Leyes trataban
acerca de los animales limpios e inmundos y le
indicaban al pueblo que era lo que tenía que comer y
que era lo que no tenían que comer.
4.- Leyes Religiosas. Las cuales les decían a los
levitas todos los rituales y programas de cuándo y cómo
alabar a Dios.
5.- Leyes de Cultura. Con estas Leyes, los líderes le
decían a la congregación como vestirse, como hablar y
cómo comportarse en cada situación para ser
diferentes a los demás pueblos.
Estos cinco puntos controlan el libre albedrío de las
personas, dejándolas sin libertad para elegir, tal y como
lo dice la definición de la palabra Ley, “Fuerza
determinante actuando en sentido único y obligando a
la voluntad”, la cual vimos en el capítulo dos. Aquellas
personas que vivían bajo este régimen no tenían que
salir del renglón establecido, y si alguien lo hacía,
automáticamente merecía la muerte. Estas Leyes son
asesinas de la espontaneidad, de los sueños, de las
ideas y de las visiones. Si el líder de alabanza de aquel
entonces le decía a los Sacerdotes que quería tocar algo
nuevo, la respuesta era “No”. Si a alguno de ellos se le
antojaba comer un cóctel de camarón y pedía permiso
al Sacerdote, la respuesta era “No” y si alguien pedía
permiso para ponerse una ropa diferente, la respuesta

49
era “No”, siempre y para todo, la Ley decía “No”. Hoy
en día la Iglesia debe ser un lugar diferente a esto y no
estoy hablando de que la Iglesia viva en libertinaje, sólo
estoy hablando de que es tiempo que los líderes no
controlen y manipulen a la congregación para que
hagan las cosas, es tiempo de que la Iglesia tenga
libertad de escoger, libertad de tomar decisiones,
libertad para realizar sus sueños y visiones, pues estoy
plenamente convencido que cuando se le da libertad a
la congregación, ésta comienza a vivir y disfrutar la vida
Cristiana al cien por ciento. La Ley controla la voluntad
del ser humano y lo hace ser semejante a un robot. ¿Te
gustaría que tu pareja fuese un robot y que le pusieras
un disco en la memoria para que te dijera tres veces al
día “te amo, te amo, te amo” o que te acariciara cada
vez que le apretaras un botón? Es exactamente lo que
la Ley hace, sin embargo, la Gracia te libera para que
ames a Dios espontáneamente.
A un hermano recién egresado como Pastor de un
seminario, uno de los ancianos que quería ayudarlo en
su vida como ministro le dijo: “Mira muchacho, quiero
regalarte esto, que estoy seguro te servirá muchísimo
en el ministerio”. Lo que aquel anciano puso en sus
manos fue un folleto que decía “siete pasos para ser
salvo”. Este nuevo Pastor lo tomó agradecido y
comenzó a usarlo para los nuevos convertidos de su
Iglesia. No pasó mucho tiempo cuando otro hermano
en los Estados Unidos le regaló otro folleto que decía
“veintiún pasos para recibir la Salvación”. Pero esto no
quedó ahí, pues para colmo, pasados un par de años,
este pastor fue a predicar a la Iglesia de aquel hermano
que le había dado el segundo folleto, y al llegar a la
oficina en busca del Pastor, se dio cuenta que el no se
encontraba y decidió esperarlo un poco y mientras
esperaba sonó el teléfono y después de que hubo
sonado varias veces contestó la llamada. Una persona

50
preguntó por el Pastor y como él no se encontraba,
quería dejar un mensaje. Así que el Pastor buscó una
pluma y un papel lo más rápido que pudo para anotar
el mensaje. Al colgar el teléfono comenzó a hojear el
papel donde había anotado el mensaje y para su
sorpresa el papel era nada más y nada menos que un
folleto que decía “cincuenta y cuatro pasos para recibir
la Salvación”. Puede que ésta anécdota parezca broma,
pero muchos líderes se están encargando de hacer el
Cristianismo tan difícil e imposible de vivirlo que nadie
quiere ser Cristiano, siendo que Jesús puso todo tan
sencillo cuando dijo: “El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua de vida”
Por lo tanto solo es necesario un paso para obtener la
salvación, “aceptar el sacrificio de Jesús como pago a
nuestros pecados”.

Juan 7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura,


de su interior correrán ríos de agua viva.

Mateo 11:28 Venid a mí todos lo que estáis


trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

En ocasiones llega a hacerse tanta la costumbre de


los líderes de tener a la congregación con cargas y más
cargas, que cuando llega a la Iglesia un nuevo
convertido y le dice a su Pastor: “Pastor, sentí como que
todas mis cargas fueron quitadas cuando entró Jesús a
mi corazón” el Pastor le dice: “Si hermano, pues no se
preocupe aquí tenemos algunas que le podemos poner
en la espalda”. Y comienza la lista de cosas que hay y no
hay que hacer, que la carga se hace mucho más pesada
que la que tenía cuando era inconverso. Así que aquel
gozo que experimentó al comienzo se torna una
pesadilla y poco a poco esa cara que tenía de felicidad,

51
se va convirtiendo en una cara de amargura al grado
que parece que lo bautizaron en jugo de limón.
El querer vivir bajo la Ley pone un límite al poder
de Dios, pues ésta nos hace pensar que Dios no va a
actuar con milagros y maravillas a través de nosotros,
hasta que hayamos seguido todas las reglas al pie de la
letra. Así que, cuando pensamos que no las hemos
obedecido correctamente, nosotros mismos nos
hacemos sentir indignos de recibir algún beneficio de
parte de Dios. Siempre se escuchan desde los pulpitos
como tormentas cargadas de veneno frases que dicen:
“hermanos para que Dios los sane deben de portarse
bien; si quieren ser usados en el ministerio deben de
guardar los mandamientos de Dios”. Estas palabras se
escuchan muy religiosas y hasta le caen muy bien a los
oídos, pero esta clase de mensajes son los dardos más
sutiles, venenosos y destructivos que lanza Satanás,
porque eso de “pórtate bien o haz esto o aquello para
que Dios te dé” es Ley de condenación y muerte. La
Biblia nos enseña que todos somos pecadores y no
existe ninguno hombre bueno, solamente Dios y si
queremos recibir algo de parte de Él, basado en nuestro
comportamiento, lo único que mereceríamos sería la
muerte. Si nuestro deseo es ministrar u operar en
milagros hasta cuando sintamos que ya hemos
guardado los mandamientos de Dios, nunca nos vamos
a sentir suficientemente dignos, porque por mas que
nos esforcemos, nunca haremos lo suficiente, siempre
haremos cosas que nos harán sentir indignos. Mas
cuando entendemos que Dios no nos usa por nuestro
comportamiento, nos damos cuenta que los milagros,
maravillas y todo lo que podamos hacer para la obra de
Dios, es por lo que Jesús hizo en la cruz y no por lo que
nosotros hacemos. Dios nos usa por tener Fe en Jesús,
no por tener Fe en lo que nosotros hacemos y al darnos

52
cuenta de esto, es que podremos disfrutar de todo el
poder de Dios en nuestras vidas.
El diablo es especialista en acusar al pueblo de
Dios, así que cuando venga y te diga que no sirves para
nada, que no vales nada y que Dios no te puede usar
porque todavía dices mentiras, porque no ayunaste
ayer o porque fallaste en tus diezmos, no te pongas a
discutir con él diciéndole que te vas a esforzar para
hacer las cosa más excelentes. No, nunca te rebajes a
hacer esto. Al contrario, cuando el diablo te acuse
diciéndote que no puedes hacer nada porque eres
malo, respóndele: “si es cierto, yo soy malo, pero lo
que voy a hacer no es en mi nombre, si no en “SU”
nombre”, y ya verás como el diablo huye de tu
presencia, porque comenzará a darse cuenta que ya no
actúas en “TU” nombre (lo que tú haces) sino en “SU”
nombre (lo que Él hizo).
El pueblo de Dios tiene muchos años hablando de
avivamiento en el cual los incrédulos puedan ver la
Gloria y el poder de Dios, pero ¿cómo vamos a ver este
grande avivamiento, si los mismos predicadores se
encargan de pararlo? Pues por años se le ha enseñado
a los creyentes “que no pueden hacer las cosas hasta
que sean santos por sus obras” y su mente se queda ya
programada para esto, de tal forma que cuando alguien
les dice “sí puedes” como que se sienten fuera de
“base”. Les pasa lo mismo que a los elefantes, a ellos
para poder domarlos, cuando todavía están pequeños,
les amarran una de sus patas con una cuerda a una
estaca, para que al quererse mover, se den cuenta que
no pueden porque algo los mantiene atados. Sin
embargo, cuando ellos han crecido y han ganado unas
cuantas toneladas de peso tienen tanta fuerza que con
una pequeña sacudida podrían derribar la estaca que
los mantiene atados. Pero no lo hacen, no porque no
puedan, sino porque su mente ha sido programada

53
para hacerles sentir que están atados y aunque ahora
tienen todo el poder para derribar fácilmente esa
pequeña estaca, no lo utilizan porque no saben que lo
tienen, porque el domador los programó desde
pequeños para hacerles creer que no pueden.
La Ley consistía en estos cinco puntos principales
con los que se controlaba el libre albedrío de las
personas, reduciendo así sus habilidades obligándolos a
hacer todas las cosas, en cambio la Gracia te da libertad
para que ames a Dios espontáneamente, como tú lo
sientas. Bajo la Gracia existen muchas formas de alabar
a Dios y no porque alguien te obligue, sino porque te
nace hacerlo, no porque tengas que quedar bien con
reglas, sino porque realmente estás agradecido con un
Señor. La Ley dice “No, no, no”, más la Gracia dice “Sí y
Amén”.

54
Capítulo 9
¿Cuánto Tiempo Duró La
Ley?
Gálatas 3:19 Entonces, ¿para qué sirve la Ley? Fue
añadida a causa de las transgresiones, hasta que
viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador.

Recordemos que la Ley fue algo temporal y no eterno.


Cuando era niño, mi mamá me tomaba de la mano para
cruzar la calle y me decía “antes de cruzar la calle fíjate
a los dos lados para cuidarte de los carros, porque si
no lo haces te voy a pegar con el cinto”. Y en efecto,
cuando no lo hacía, mi mamá me pegaba. Así que
siempre que iba a cruzar la calle volteaba para los dos
lados y todo por miedo a los golpes que me daba mi
mamá. Hoy que ya soy grande, me puedes imaginar
después de cruzarme la calle sin voltear a los lados,
poniéndome a temblar y a decir “¡¡¡por favor no le
digan nada a mi mamá porque me va a pegar con el
cinto!!!” Sería ridículo ¿no lo crees? Hoy en día hago
todo esto no por temor a mi mamá, sino porque sé que
es por mi propio bien, la forma en la que mi mamá me
trataba antes no es la misma forma en la que me trata
hoy. Si ya de grande cometo algo malo, mis padres ya
no me pegan, simplemente platican conmigo dándome
consejos para mi propio bien. De igual forma trabajan
la Ley y la Gracia, la Ley trata con niños y la Gracia trata
con adultos. La Ley fue una medida temporal que Dios
utilizó para infundir temor al pueblo y enseñarles, que
55
si cometían pecado, sufrirían sus consecuencias, mas la
Gracia nos trata como adultos, trabajando en el amor y
no el temor. Si un niño de dos años que este derribando
los floreros y arrancando las flores lo sientas en tus
piernas y comienzas a decirle “mira mi amor, la razón
por la que no debes arrancar las flores, ni tirar los
floreros es porque son mías y yo te estoy ordenando
que no lo hagas y la desobediencia es pecado, y como
tú no me haces caso le estas abriendo la puerta al diablo
para que destruya tu vida, y si le das lugar al diablo para
que te controle, cuando vayas creciendo esto puede
afectar tu relación con tus amigos y puedes llegar a
convertirte en un pandillero, inclusive al casarte esto
puede también afectar tu matrimonio, causando un
divorcio”. La reacción de este niño va a ser simplemente
mirarte y como no te va a entender nada, en cuanto lo
sueltes va a seguir haciendo lo mismo. En cambio, si le
das unos cuantos varazos, quizás va a seguir sin saber
nada del diablo y las consecuencias que produce el ser
desobediente y arrancar las flores, pero lo que sí va a
entender es que otra vez que vuelva a tirar los floreros
y arrancar las flores va a recibir dolor, así que cuando
intente volver ha hacerlo, sabrá que es “no” por temor
a que le peguen. Así que la ley fue un trato temporal y
no eterno de Dios hacia el hombre.

Colosenses 2:14 Anulando el acta de los decretos


que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

La Ley no fue dada para producir bendición a


menos que alguien la cumpliera toda, pero como antes
de Jesús nadie pudo cumplirla, ésta siempre dio
maldición, y cada vez que alguien la infringían se
acumulaba un archivo de cuenta que decía “me debes,
me debes, me debes”.

56
En la época del Antiguo Testamento sucedía, que si
un padre de familia compraba algo a crédito y pasado
el plazo para pagarlo, no tenía el dinero suficiente para
liquidar la deuda, el acreedor no lo perdonaba, sino que
tomaba una hoja y una pluma y comenzaba a levantar
un acta en contra de aquel señor que le debía,
juntamente con los nombres de toda su familia, y ya con
ella terminada, recorría las calles de la ciudad
pregonando a gran voz los nombres de ellos diciendo
“esta familia me debe y no puede pagarme, así que
nadie le de crédito porque están en bancarrota”. Esto
lo hacía con el propósito de que toda la gente del
pueblo se diera cuenta de lo que le estaba pasando a
esta familia. Y no conforme con esto, llegaba a una
plaza en donde se encontraba un poste y ahí clavaba el
acta que estaba en contra de esta familia. Pero, si esta
familia tenía un familiar rico y este podía y quería pagar
la deuda de ellos (Levítico 25:25), debía de ir con el
acreedor de aquella familia y decirle que quería saldar
la deuda de sus familiares. Y ya saldada la cuenta, el
acreedor estaba obligado a ir nuevamente y levantar
otra acta con los nombres de toda la familia dañada y
comenzar a pregonar en voz alta por todas las calles de
la ciudad diciendo “estas personas ya saldaron su
cuenta y son libres para comprar o vender”. Y
dirigiéndose nuevamente a aquel poste de la plaza, el
acreedor debería clavar la segunda acta sobre la
primera, con el propósito también de que esto fuera
público y la gente se diera cuenta que esta familia había
sido Redimida.
Tu y yo teníamos un acta de decretos en nuestra
contra con una lista inmensa, la deuda que nosotros
debíamos era tan grande que no la podíamos pagar y
por consiguiente estábamos declarados en bancarrota,
pero gracias a Dios que envió a nuestro familiar rico
llamado Jesucristo, que no fue con nuestro acreedor,

57
sino que Él mismo, agarrando el acta que nos era
contraria fue anunciando públicamente por todas las
calles de Jerusalén que éramos libres y al llegar a la cruz
la clavó, poniéndole, con su misma sangre, un sello que
dice “Pagado”, la deuda esta saldada y con su sacrificio
nos redimió de toda culpa, y ya no debemos nada. Y
ahora ya no existe nada que nos condene, pues la Ley
que nos acusaba fue anulada, cancelada y abolida.

Hebreos 7:12,18,19 Porque cambiado el sacerdo-


cio, necesario es que haya también cambio de Ley, y
queda abrogado el mandamiento anterior, a causa de
su debilidad e ineficacia, pues nada perfeccionó la Ley,
y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual
nos acercamos a Dios.

En estos versículos encontramos abundancias de


pensamientos muy fuertes y de gran bendición y
fortaleza para aquellos que somos miembros del Nuevo
Pacto que dicen así:
Los sacerdotes mortales fueron remplazados por
un Sacerdote inmortal, y si hubo cambio de sacerdocio
pues es lógico que también hubo un cambio de Ley, y si
este nuevo Sacerdote inmortal es superior a los
anteriores pues igualmente lo es su nueva Ley, y
además dice que la Ley anterior era débil e ineficaz y
nada pudo perfeccionar, así que Dios proveyó un mejor
Sacerdote con una mejor Ley y estos dos si tienen el
poder de hacer de nosotros lo que se propongan, y
terminan estos versículos diciendo que por medio de
esto nuevo establecido, sí nos podemos acercar a Dios,
no como la Ley anterior que solo una persona, llamada
el sumo Sacerdote lo podía hacer, porque hoy por la
sangre del nuevo y mejor Pacto, todos, todos nos
podemos acercar al Dios Todopoderoso, ¡¡que
glorioso!! “Y nada perfeccionó la Ley”. No que la Ley

58
sea imperfecta, sino que no tiene el poder de
perfeccionar al hombre. Gracias a Dios que no soy yo
quien escribió esto, porque de lo contrario pensarían
que lo inventé. En consecuencia a esto, Dios introdujo
una Ley mejor que la de Moisés, la Ley del Espíritu. La
Ley de Moisés trataba con lo exterior, mientras que esta
nueva y mejor Ley, trata con lo interior, y ésta Ley sí
tiene el poder de ayudarnos, bendecirnos y
perfeccionarnos. De modo que si hubo cambio de Ley,
hubo también cambio de reglas y si hubo cambio de
reglas, también hubo cambio de sacerdocio, y bajo este
nuevo régimen todo es perfecto.

Bajo el Primer Pacto, encontramos que:


DIOS ES PERFECTO
Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

LA LEY ES PERFECTA
Salmos 19:7 La Ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que
hace sabio al sencillo.

¿Y EL HOMBRE?
Imperfecto...
El hombre era el defecto entre lo Perfecto. Sin embargo
la Palabra de Dios nos dice Porque con una sola ofrenda
hizo “perfectos para siempre a los santificados” y por
esta razón es que ahora el nuevo Pacto no tiene ningún
defecto sino que es “Un Mejor Pacto”

Hebreos 10:14 porque con una sola ofrenda hizo


perfectos para siempre a los santificados.

O ¿acaso Dios es más perfecto hoy que bajo el


primer Pacto? No; ¿acaso la Ley es más perfecta hoy

59
que bajo el primer Pacto? No; ¿acaso el hombre es más
perfecto hoy que bajo el primer Pacto? ¡¡¡CLARO QUE
SÍ!!! Esto, no por lo que nosotros hicimos, sino por lo
que Jesús hizo, así que Él es quien recibe ¡¡¡Toda la
Gloria!!!
Jesús nos justificó y nos hizo perfectos. ¿Cuán
justos y cuán perfectos? Cien por Ciento ¡¡¡Aleluya!!!
¡¡¡Gloria a Dios!!! Ya no tendremos miedo de ser
rechazados por Dios nunca más, tenemos entrada
Gratis y Libre ante su presencia por medio del último
cordero sacrificado “JESÚS”.

Gálatas 6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los


otros, y cumplid así la Ley de Cristo.

La Ley de Moisés demandaba que cada hombre


debía denunciar y acusar delante de los ancianos a todo
aquel que la infringiera para que ellos le dieran muerte,
mas la Ley de Cristo dice que si ves o escuchas que
alguno de tus hermanos comete una falta, restáurale y
ten misericordia de él, considerándote a ti mismo, no
sea que tú también seas tentado. La Gracia no apoya al
pecado, ni lo solapa, ni se goza con los que lo cometen,
mas bien busca la restauración y rectitud del pecador.
¿Cuáles son las miles de reglas nuevas que lleva
consigo la Ley de Cristo? El cumplimiento de “toda la
Ley, es el amor”

Romanos 13:8,9 No debáis a nadie nada, sino el


amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la Ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no
hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y
cualquier otro mandamiento en esta sentencia se
resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

60
Algunos creen y enseñan que Jesucristo sólo
cumplió la Ley ceremonial y no la ritual, y que esta
última todavía esta en vigencia. Estas personas
deberían de ponerse a estudiar la Biblia, porque la Ley
no es un sistema parcial, sino un sistema completo. Y
como considero de suma importancia dejarlo muy
claro, me permitiré utilizar algunos ejemplos que
escuche de un Pastor en la ciudad de Monterrey.

Hechos 3:21 A quien de cierto es necesario que el


cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de
todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus
santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.

1.- Dice que Jesucristo vino a “restaurar” todas las


cosas. Esta palabra significa “dejar todo como al
principio”. El propósito de Dios fue, es, y será que todo
funcione como en el principio de la creación, a esto se
le ha llamado “la creación original”. El pecado
distorsionó el plan de Dios, más no lo destruyó, pues
Jesús vino en obediencia al Padre con el fin de restaurar
todo lo perdido, y lo logró.

Génesis 2:17 Mas del árbol de la ciencia del bien y


del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.
2.- Dice que en “el principio” de la creación, el ser
humano no tenía muchas Leyes, sino que había una
sola Ley, y esta era: “no comerás del árbol del bien y
del mal”. Mas cuando entró el pecado, el hombre se
pervirtió dando esto como fruto a muchos pecados los
cuales lo estaban destruyendo.
3.- Pero a pesar de todo, ellos no poseían el
conocimiento del pecado, así que Dios dio la Ley, que
contenía 10 mandamientos, con el solo propósito de
darles a conocer el pecado. Pero la Ley NO fue el plan

61
original de Dios, ésta se dio a causa del pecado que
cometió el hombre, pero si éste no hubiera cometido
pecado, Dios NUNCA, NUNCA, NUNCA, hubiera dado la
Ley, pues no habría razón de darla.
4.-Pero pasado el tiempo, el hombre se siguió
pervirtiendo aún más, y Dios viendo que ya los diez
mandamientos no eran suficientes, tuvo que dar
alrededor de 603 mandamientos más. En ellos había
muchas Leyes y reglamentos que el hombre tenía que
guardar, Leyes de la alimentación, Leyes de cómo
vestirse, Leyes de cómo adorar a Dios, Leyes de
agricultura, etc.
Ahora ¿crees que el hombre pudo guardar todos
estos mandatos que Dios había establecido? La
respuesta es NO, ¿y sabes por qué? Porque “Muchas
Leyes No Significan Mucho Orden, Significan Mucho
Desorden”. Este Pastor del que comenté al principio del
capítulo, nos dijo que en una ocasión fue a la ciudad de
Morelia, en Michoacán, con toda su familia y una de sus
hijas que veía muchos policías en los bancos, en las
tiendas, en las calles y por todos lados armados con
metralletas, le dijo “Papi, en esta ciudad hay mucha
seguridad porque tienen muchos policías” y él Pastor
dice que en ese momento el Espíritu Santo le dijo “No,
aquí no hay mucha seguridad, hay mucha inseguridad
por eso tienen tantos policías”. Y esto es verdad,
muchos policías no significa que hay mucho orden,
significa que hay mucho desorden, al igual que muchos
reglamentos no significa mucha confianza, significan
mucha desconfianza. De igual forma, Dios dio muchas
Leyes porque había mucho pecado y mucho desorden,
pero en el principio no fue así. Mas cuando Jesús vino,
restauró todo como al principio. Él vino para quitar el
pecado de en medio, y lo logró a través de la cruz del
calvario, Él arregló el desorden y restauró “todo”,

62
resumiendo todas aquellas Leyes a una sola Ley como
al principio: “EL AMOR”.
Hoy en día los Cristianos no estamos sujetos a la
Ley de cientos y cientos de mandamientos y
ordenanzas, hoy estamos sujetos a un Señor y su
nombre es Jesucristo, nuestro restaurador, y nadie nos
obliga a vivir para Él, nosotros lo hacemos por
agradecimiento, es algo que nace de adentro hacia
fuera. “Jesucristo lo restauró todo a su estado original”
Así que recuerda que los hijos de Dios no nos
regimos por medio de la Ley de Moisés, sino por medio
de la Ley de Cristo.

I Corintios 9:20,21 Me he hecho a los judíos como


judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a
la Ley (aunque yo no esté sujeto a la Ley) como sujeto a
la Ley, para ganar a los que están sujetos a la Ley; a los
que están sin Ley, como si yo estuviera sin Ley (no
estando yo sin Ley de Dios, sino bajo la Ley de Cristo),
para ganar a los que están sin Ley.

Pablo, el fariseo de fariseos y amador de la Ley de


Moisés, en esta escritura se declara, no libre de la Ley
de Dios, sino libre de la Ley de Moisés, quedando bajo
la Ley de Cristo, sabiendo que a partir de la venida de
Jesucristo, Dios trata con la humanidad a través de una
nueva Ley en la que sí participamos los Gentiles y no
como la Ley antigua que nos excluía de los Pactos de
Dios y sus promesas.

63
Capítulo 10
El Producto De La Ley
Romanos 7:9 Y yo sin la Ley vivía en un tiempo; pero
venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

En el tiempo que transcurrió de Adán a Moisés el


pecado ya existía en el mundo, sin embargo todas estas
generaciones lo practicaban sin saber que estaban
“pecando”, pues sin la Ley el pecado esta muerto, no
dice que no existía sino que estaba muerto, en otras
palabras sin la Ley no se tiene conocimiento de pecado
y por lo tanto tampoco de perdición, por eso Romanos
5:13 dice que a los que vivieron antes de la Ley, Dios no
los inculpa de pecado. La palabra “inculpa” significa
literalmente “poner en el libro de cuentas” así que
durante este tiempo, el pecado no estaba siendo
puesto en el libro de cuentas. Dios no estaba tomando
en cuenta el pecado de los hombres, pero el diablo si lo
estaba haciendo y estaba destruyendo a toda la
humanidad. Sin embargo, Dios los estaba guardando
para ponerlos a la cuenta de Jesús cuando Él viniera a
redimirlos; durante este tiempo, de Adán a Moisés,
Dios estaba tratando con el hombre en “Misericordia”
¿recuerdas cual es la definición de esta palabra? “No
dar al hombre lo que merece”. Pero venido el
mandamiento, Dios comenzó a poner el pecado a la
cuenta del individuo derramando juicio sobre todo
aquel que lo cometiera. “El pecado revivió y yo morí”
dijo Pablo, esto significa que bajo la Ley Dios le da al ser
humano “Justicia” que significa “dar lo que se merece”.

64
La función de la Ley es revivir el pecado. Cuando
Dios dijo “no matarás, no hurtarás, no chismearás, no,
no, no”, el pecado no nació, únicamente hizo que
aquellos que lo practicaban, se dieran cuenta de que ya
lo estaban haciendo y sólo quedó al descubierto que la
raza humana ya lo tenía dentro de sí. “Esto revivió”.
Los predicadores “legalistas” enseñan esto con el
fin de que la gente deje de pecar, pero el resultado
suele ser todo lo contrario. Existen iglesias que
literalmente se comen al Pastor con chismes y de la
manera en que este siervo de Dios quiere aplacar el
problema, es predicando desde el pulpito una y otra vez
“NO CHISMEARAN”, pero ¿cuál creen que es el
resultado de estas predicaciones? Que la gente inventa
más chisme, porque para eso fue dada la Ley, para
revivir el pecado. Pastores y hermanos, no hagan
consciente a la congregación de lo que no deben hacer,
mejor llénenles la cabeza de lo que sí pueden hacer y
estarán tan ocupados con lo que sí pueden hacer, que
se olvidaran de lo que no pueden hacer, porque el
propósito de la Ley es revivir el pecado.

Romanos 3:20 Ya que por las obras de la ley ningún


ser humano será justificado delante de él; porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Romanos 7:9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero


venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

La Ley no destruye el pecado sino que le da vida,


mas la Gracia lo destruye y le quita el poder de
matarnos.

Piénsalo: “La Ley revive al pecado, ¿pero sin Ley?”

65
I Corintios 15:56 Ya que el aguijón de la muerte es
el pecado, y el poder del pecado, la Ley.

El aguijón de la muerte es el pecado, pero ¿si no


hay pecado? la muerte no tiene aguijón, y si el poder
del pecado es la Ley, ¿si no hay Ley? el pecado no tiene
poder.
Cuando Dios me mostró este versículo casi caigo de
espaldas, porque por un tiempo pensé que si guardaba
la Ley, Dios me daría poder para hacer muchas cosas o,
si guardaba la Ley, Dios se pondría muy contento
conmigo y me convertiría en un gran santo. Pero este
versículo dice muy claramente que Dios dio la Ley para
dar poder al pecado. Es increíble que aquello que yo
pensaba que tendría contento a Dios, le da poder a mi
enemigo para que me destruya más fácilmente, la Ley
no le da poder al ser humano, le da poder al pecado
para destruir al ser humano. Entonces ¿Diremos que la
Ley de Dios es mala?, En ninguna manera, porque
nosotros no conoceríamos el pecado sino únicamente
por medio de la Ley.

Piénsalo: “La Ley le da poder al pecado, ¿pero sin


Ley?”

Romanos 4:15 Pues la Ley produce ira; pero donde


no hay Ley, tampoco hay trasgresión.

Si no crees que la Ley produce ira, predícale a un


legalista que ni sus acciones, ni sus oraciones, ni sus
ofrendas, ni sus ayunos, ni el guardar los diez
mandamientos, ni nada de lo bueno que haga le ganan
el favor de Dios, y verás como esa persona va a arder
en ira. La Ley también produce ira de Dios y no es que
Dios tuviera esa ira hacía el hombre o que estuviera
enojado con él, sino que esta ira era en contra del

66
pecado, pero como éste estaba sobre el ser humano,
Dios estaba obligado a destruirlo y creo que esto le
partía el corazón, así que por esto hizo un plan de
redención eterna para no destruirlo nunca más. Él
mismo llevó nuestros pecados y sufrió nuestros
dolores.

Piénsalo: “La Ley produce ira, ¿pero sin Ley?”

Efesios 2:14-18 Cristo es nuestra paz pues a través


de un solo sacrificio anuló la Ley, haciendo de los dos
pueblos uno solo, reconciliándonos con Dios y dándonos
acceso a Él por un mismo Espíritu. (texto parafraseado)

La Ley produce enemistad, separación, división y


un sentido de superioridad. Dios le dio la Ley al pueblo
de Israel para hacerles ver su condición de pecado, de
miseria y que se dieran cuenta de que merecían la
muerte, sin embargo, esto hizo que ellos se sintieran
superiores a todos los demás pueblos, pues se les había
olvidado que Dios los había escogido no por ser el mejor
de todos los pueblos de la tierra, sino por ser el más
inferior e insignificante de ella, tal y como lo dice
Deuteronomio 7:7. Creo que un buen antídoto en
contra del orgullo es el no olvidarnos nunca de donde
nos rescató el Señor y darnos cuenta que estamos
donde estamos, no porque lo merecemos, sino por la
Gracia de Dios. El pueblo de Israel se sentían tan
orgullosos de haber recibido la Ley que, literalmente
tenían una pared con un letrero que decía “prohibido el
paso a cualquier persona de otra nación y el que sea
sorprendido cruzándola, será culpable de su muerte”,
pero al llegar Jesús derribó la pared intermedia de
separación y abolió la Ley de los mandamientos que
causaba la división, para crear de los Judíos y de los
Gentiles un solo pueblo, haciendo la paz entre ellos,
67
para que no existieran dos grupos, ni se vieran como
rivales, sino como miembros de una nueva familia. Los
mandamientos y ordenanzas de la Ley eran los
causantes de la división, pleitos y enemistad.

Piénsalo: “La Ley produce división, ¿pero sin Ley?”

68
Capítulo 11
¿Por Qué Está Dividido El
Cuerpo De Cristo?
Cada Iglesia o denominación tiene sus propias reglas,
mandamientos o tradiciones. Veamos algunos
ejemplos:
Algunos creen que el hablar en nuevas lenguas es
del diablo, creen que la Salvación no se pierde hagas lo
que hagas, que los milagros sólo fueron para los
Apóstoles y si quieres pertenecer a ellos tienes que
sujetarte a su doctrina y reglamentos.
Otros no creen en el Espíritu Santo, mucho menos
en las nuevas lenguas, creen que se tiene que guardar
el sábado como día de reposo, además creen en que
existen algunas comidas limpias y otras inmundas, y
entienden que la Salvación se pierde si cometes pecado
y si lo confiesas la recuperas.
Y aunque existen cientos de creencias más, que sin
problema se podrían escribir varios libros, mi punto es,
que toda esta diversidad de creencias hace que hoy en
día haya congregaciones que no se juntan con otras.
Estas congregaciones se creen superiores a las demás y
hasta llegan a afirmar que cuando Cristo venga, ellos
son los únicos que se van a ir con Él. Además, éstas
mismas personas siempre están hablando uno de aquel
y aquel del otro y en lugar de dar vida, dan muerte y por
tal motivo nadie se convierte, pues los inconversos en
lugar de ver unidad dicen “mira como se pelean”. Jesús
derramó su sangre de igual manera por todos y es
69
tiempo de que dejemos de pelearnos por doctrinas y
mandamientos de hombres para estar unidos por la
esencia del cristianismo que es “Cristo”, todos los que
reconocemos a Jesús como Salvador somos hermanos.
Todos tenemos errores doctrinales, yo tengo errores
doctrinales, tú tienes errores doctrinales, tu Pastor
tiene errores doctrinales, todo el mundo tiene errores
doctrinales, nadie tiene la verdad absoluta en doctrina.
Así que debemos de entender que ésta no es lo que nos
hace hermanos, Cristo nos hace ser hermanos, pero
inconscientemente algunos dicen que somos o no
somos hermanos por la doctrina e inclusive llegan a
decir que hasta que no creamos cien por ciento como
ellos, no llegaremos a ser hermanos.
La doctrina no salva a nadie, el que salva es Jesús,
y si queremos ver la Gloria de Dios como nunca antes,
tenemos que comenzar a poner en alto, solo el nombre
de Cristo que es quien nos salva.

“La denominación no dice qué es lo que crees, la


denominación dice hasta dónde has parado de creerle
a Dios”

Juan 17:21 Para que todos sean uno; como tú, oh


Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Cuando Jesús llegó a la tierra, uno de sus


principales objetivos fue el quitar la barrera de
separación que habían formado los Judíos, para así
crear de ellos y de los Gentiles un solo pueblo. En
cambio parece ser que al pueblo Cristiano de nuestros
tiempos, se le ha olvidado o no ha entendido el mensaje
de Jesús, pues se han levantado líderes haciendo cada
cual su propia denominación y construyendo sus
propias barreras. En Juan 17:21 vemos la última oración

70
que elevó Jesús antes de ser crucificado, “Padre que
todos sean uno como tú y yo somos uno” ¿Consideras
que esta oración se ha cumplido? Estaremos de
acuerdo que la respuesta es no. En la unidad, le damos
gloria a Jesús y logramos que los incrédulos lo
reconozcan como Señor de sus vidas, mas en la división,
deshonramos su nombre y hacemos que los incrédulos
blasfemen en contra de Él por esta causa.
Yo no creo en la unidad de todas las creencias,
creo en que nos unamos todos aquellos que creemos
que la salvación es únicamente por la sangre de Jesús.
Nuestra doctrina puede estar sujeta a cambio, pero en
quien creemos no. Todo aquel que reconoce que Jesús
es el único camino a la salvación, está correcto aunque
su doctrina esté equivocada, porque lo que da la
Salvación no es lo que la persona piensa, sino en quien
cree.

Piénsalo: La Ley produce división y separación,


¿pero sin Ley?

La Ley produce esclavos; La Gracia produce hijos

Gálatas 4:24-26 Lo cual es una alegoría, pues estas


mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte
Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde
a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está
en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es
madre de todos nosotros, es libre.

La Ley produce gente con mentalidad de esclavos y


en esta alegoría claramente podemos apreciar que Sara
y Agar:
Son tipos de la Ley y la Gracia.
Son tipos de los Esclavos y los Libres.

71
Son tipos de los Niños y los Adultos.
Son tipos de la Carne y el Espíritu.
Son tipos de las Obras y la Fe.
Son tipos del Sacrificio Humano y el Sacrificio de
Jesús.

En la actualidad, muchos líderes tienen un celo


extremo por su iglesia y denominación a tal grado que
a sus miembros no les permiten ir a visitar otras iglesias
ni los dejan ir a congresos por miedo de que se les vayan
a ir, “los tratan como esclavos”, y así mismo tenían a
los Gálatas. Las iglesias son públicas, el que quiere
entrar, entra, y el que no quiere, no entra.
Ministro, ¿te asustó esto? Predica la palabra y no
manipules a la gente, dale alimento fresco a la
congregación y no se van a ir. Tenemos que luchar por
la libertad, ésta no viene automáticamente, el legalismo
es una de las grandes armas del diablo. Es increíble
como los Pastores hoy en día no toleran un gramo de
herejía en sus congregaciones y qué bueno, pero abren
la puerta a predicadores con la peor herejía “haz, haz,
haz, para que Dios te ame”. Además estas escrituras
dicen que los esclavos no heredan las promesas.
Somos Libres de la manipulación de los “líderes”.
Dios no puso líderes para controlar o manipular a la
congregación, los puso para que guiaran a la
congregación.
Somos libres para decir Sí o No. A Dios le gusta más
un No voluntario que un Sí a fuerzas, pues si Dios
controlara nuestro libre albedrío, ya no seríamos
personas, seríamos Robots.
Pablo no vivía sin control, vivía controlado por algo
más fuerte que la Ley, “El Amor”. Servía a Dios, no
porque le fuera a pegar con una vara, sino porque se
enamoró de Él. Servía a Dios no porque tenía que
servirlo, sino porque quería hacerlo, no porque debía

72
sino porque que deseaba hacerlo y no porque alguien
lo obligara, sino porque lo amaba.
El Libre albedrío es lo más importante que tiene el
hombre. Por casi doce años yo use marihuana y nunca
me gustó, suena absurdo ¿verdad?, estaba violando mi
libre albedrío, la use sólo por el hecho de sentirme
parte de un grupo. Y así existen muchos cristianos en
nuestros días, hacen cosas que ellos no creen y venden
sus convicciones sólo por sentirse parte de un grupo.
Conocí a un general del ejército de los EE.UU., estaba
ya al borde de la muerte y muy deprimido me dijo, que
de todo lo que había pasado en su vida, de lo que más
se arrepentía, era haberse dejado manipular para hacer
cosas que no quería. He conocido hombres que dicen
que su esposa está siempre de acuerdo con ellos en
todo, ¡¡¡cuidado!!! Pues podría ser que no tengan un
ser humano a su lado, sino un robot controlado, o quizá
ella es así y no dice las cosas cuando está en contra de
ellas, por temor a una golpiza. “Los esclavos no tienen
libre albedrío”, ¿entiendes mi punto? En el Medio
Oriente en pleno siglo veinte, había un régimen tan
legalista que asesinaba literalmente a quienes violaran
sus Leyes. A los rateros les cortaban las manos
públicamente y las mujeres debían tener una
vestimenta que las cubriera de pies a cabeza, ellas no
tenían el privilegio de hacer nada, inclusive no poseían
el derecho de estudiar, y por si fuera poco esto, existía
un cuerpo de policía llamado “la policía de la moral” y
su trabajo era buscar a mujeres que enseñarán tan solo
una pequeñísima parte de su cuerpo para castigarlas
abiertamente (cualquier parecido con las Iglesias
Cristianas de hoy en día es mera coincidencia). Para los
hombres era un delito el cortarse la barba, pues era
como si se estuviera rebelando contra los líderes
religiosos. Pero gracias a Dios que este régimen de
condenación y muerte se derrumbó, trayendo un gran

73
alivio a todas estas personas. Cuando se suscitó este
acontecimiento, cientos de periodistas de todas las
naciones los cuales estaban al tanto de esta situación
llegaron a esa tierra para preguntarles ¿cómo es que se
sentían en su nuevo estilo de vida de libertad? Quizás
estas preguntas para nosotros como hispanos no
causen tanto impacto como lo hizo en ellos, y bastaba
verlos en la televisión dando esos gritos de alegría para
saber la respuesta, grupos de hombres saltando,
mujeres llorando de regocijo y agradecimiento por su
libertad, y cómo no, pues no creo que haya alguien que
no le guste la libertad. No obstante que este régimen ya
no está en función, no es necesario irnos tan lejos para
ver algunos extremos como estos. En una ocasión que
me invitaron a predicar en unas iglesias del sur de
México, noté que en una de ellas, las mujeres traían
velo en su cabeza que bajaba casi hasta la mitad de la
cara, faldas tan largas que no se les veían ni los zapatos,
no traían ninguna clase de maquillaje, y para colmó a
toda la congregación el Pastor les había enseñado que
era pecado el ponerse perfume, el bañarse con jabón
de olor y usar desodorante, pues esto era señal de
vanidad. Además, vi como había mujeres entre los
treinta y cinco y cuarenta años solteras y me dije:
“¿Pues quien se va a casar con una mujer que se ve tan
desalineada?”. No me malinterpretes, yo amo a estos
hermanos, ellos fueron muy agradables conmigo, por
eso mismo me da coraje verles vivir la vida Cristiana de
esa forma, el punto que quiero dar a entender es que el
legalismo produce gente con mentalidad de esclavos y
los hacen vivir casi como en el Medio Oriente o un poco
peor. Pero aquí no termina todo, pues para el colmo de
los colmos al terminar mi mensaje se me acercó un
hermano y me preguntó muy despacio: “Hermano,
entonces ¿no es pecado lavarse los dientes? Respondí
con un tremendo coraje, no con él, sino con la

74
religiosidad que había recibido por años, “Claro que no
es pecado” y hasta me hubiera gustado agregar “y si
quiere yo le compro la pasta y el cepillo de dientes”.
Hay una gran diferencia entre ser libertados y vivir
libres. En 1865 el actual Presidente de los Estados
Unidos de América, Abraham Lincoln, abolió la
esclavitud de la raza negra en ese país. Los de esta raza
eran tratados como animales, golpeados cruelmente,
pero gracias a Dios que un gran día se proclama
“Libertad para todos los esclavos” y a raíz de esto, el
Presidente Lincoln fue asesinado. Pero lo más increíble
de todo, es que los esclavos, o la mayoría de ellos,
seguían viviendo como tales. La pregunta es ¿por qué?,
y la respuesta es sencilla, porque ellos no sabían cómo
vivir libres, pues nadie les enseñó jamás.
Hoy en día nuestro libertador, Jesucristo, nos hizo
libres del pecado, libres del poder del diablo, libres de
la pobreza, libres de toda enfermedad, libres de la
maldición de la Ley, libres de la muerte y condenación
y al igual que aquel presidente, nuestro libertador fue
asesinado e increíblemente hoy en día muchos siguen
viviendo como esclavos siendo ya libres.
De la raza negra se decía: “manténganlos
ignorantes y los mantendrán a su servicio”, y ¿sabes
qué dice Dios de los Cristianos?

Óseas 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó


conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento,
yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de
tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

En otras palabras: “mientras se mantenga


ignorante, tendrá mentalidad de esclavo”.

Piénsalo: La Ley produce esclavitud ¿pero sin Ley?

75
Gálatas 4:29 Pero como entonces el que había
nacido según la carne perseguía al que había nacido
según el Espíritu, así también ahora.

La Ley produce persecución a los libres, los que


predican “tienes que hacer”, persiguen a los que dicen
“Cristo ya lo hizo”, y esto fue desde los tiempos
antiguos y no ha cambiado hasta nuestros días.
Los que creen que el favor de Dios es ganado por
obras van a arder de envidia cuando vean este favor en
otros que ni siquiera se esfuerzan para obtenerlo y a la
vez prosperan más que ellos en el ministerio y sin hacer
nada, sencillamente por el solo hecho de poner Fe en
aquel que los bendice, los que creen que el ocupar
cierto liderato o posición en el ministerio los hace ser
más importantes, buscarán la manera de llegar a ese
lugar, no importando lo que tengan que hacer, aún
desacreditando a otros para ellos hacerse ver mejor.
Tenemos el ejemplo de Caín quien persiguió a su
hermano Abel hasta matarlo. Ellos dos habían
presentado sus obras delante de Dios y éstas habían
sido escogidas de lo mejor que tenían, la diferencia aquí
fue que Caín presentó del fruto de la tierra, que era el
fruto de su trabajo, o sea lo que él había logrado, y Abel
presentó lo que Dios había mandado, que fue la sangre
de un cordero. Los dos habían presentado lo mejor que
tenían, pero no los dos habían presentado lo que Dios
había mandado. Por esta razón Dios se complació más
de la obra de Abel que la de Caín, y esto lo hizo pensar
que había perdido el favor de Dios al grado de matar a
su hermano. Por eso I Juan 3:12 dice que esto lo hizo
“porque las obras de Caín eran malas y las de su
hermano buenas”. Mas por Jesús ya no tenemos que
presentar obras para ser recibidos, ni bendecidos, ni
aceptados, etc., por Dios, pues alguien ya fue ofrecido

76
para nuestra aceptación y hoy somos benditos y
aceptos en el Amado Jesús.

La Ley dice “tú eres lo que haces”, “la Gracia dice


“tú haces lo que eres”.

Pablo era fariseo de fariseos y celoso de la Ley y de


las tradiciones de sus padres, amaba la Ley de Moisés y
odiaba a quien no lo hiciera. Hechos 8:1-3 narra de
cómo el Apóstol Pablo era perseguidor de los
Cristianos, porque el mensaje de los nuevos
convertidos era Salvación por Jesús sin las obras de
Moisés, y Pablo los perseguía hasta la muerte entrando
de casa en casa, arrastrando a hombres y mujeres para
entregarlos a la cárcel, pero cuando este perseguidor se
convirtió a Cristo paso a ser de perseguidor a
perseguido. Los Cristianos fuimos llamados
“Protestantes” por un tiempo pero, ¿de donde salió
esta palabra? Surgió con los reformadores, uno de ellos
Martín Lutero. Él fue uno de los primeros llamados
protestantes pero, ¿por qué protestaba? Él refutaba las
falsas doctrinas de los líderes religiosos de su tiempo,
los cuales enseñaban que la Salvación se tenía que
ganar con indulgencias, con penitencias, con buenas
obras, y que aún los muertos podían ser rescatados del
infierno con una misa especial, claro que esto les
costaba una buena cantidad de dinero y en cuanto a
esto, a Martín Lutero Dios le reveló a través de la Biblia,
que la Justificación no era por obras, ni por
indulgencias, ni por penitencias. Martín Lutero
comenzó a redactar las famosas 95 tesis las cuales
declaraban de lado a lado “que el hombre es justificado
únicamente por la Fe en Cristo Jesús” y dejando al
descubierto a los líderes religiosos y el engaño que
estaban enseñando al pueblo.

77
Pablo dice, como el de la esclava perseguía al de la
libre, así es ahora. Déjame hacer una pregunta ¿Tú eres
el perseguido o el perseguidor? Las personas que hoy
en día predican la Gracia serán perseguidas, criticadas,
acusadas y les levantarán falsos testimonios para
desacreditarlos, pero creo que el testimonio habla más
que muchas palabras.

Piénsalo: La Ley produce persecución, ¿pero sin


Ley?

78
Capítulo 12
El Ministerio De La Letra y
El Ministerio Del Espíritu
Romanos 3:20 Ya que por las obras de la Ley ningún ser
humano será justificado delante de él, porque por
medio de la Ley es el conocimiento del pecado.

El propósito de la Ley de Moisés, nunca fue que el


hombre se justificara por medio de ella, el único
propósito que Dios tenía en mente al darla, fue el
mostrarle al hombre su condición pecaminosa, Dios
nunca tenía en mente que el hombre la guardara, pues
Él sabía que el ser humano no la podía guardar. Cuando
Dios les dice en el Antiguo Testamento que deberían de
guardar todos los mandamientos de la Ley para que
vivieran, Dios ya sabía que el hombre no la cumpliría,
únicamente les dijo esto para que ellos lo descubrieran
y se dieran cuenta que por si solos no se podían salvar.
La Ley fue sólo un espejo. Imagina que mi cara esta
sucia y la quiero lavar. ¿Qué crees que debo hacer? Lo
primero es mirarme en el espejo para que me muestre
en donde estoy sucio, pero el espejo no puede
limpiarme, porque ese espejo solo tiene el poder de
enseñarme mi sucia condición e indicarme que debo
limpiarme con agua. Lo mismo pasa con la Ley, ésta sólo
tiene el poder de decirme que soy un pecador, pero no
tiene el poder para limpiarme ese pecado, sólo me hace
sentir la necesidad de un Salvador.
La Ley es como una lupa. Que aumenta nuestro
pecado para que lo podamos ver mejor, al mismo
79
tiempo que nos quita toda falsa idea de podernos salvar
nosotros mismos.
La Ley es como un capote. De los que utilizan los
toreros para hacer enojar al toro. Si el animal está
descansando, nada mas le muestran el capote y resalta
su naturaleza. Del mismo modo la Ley fue para el
hombre como un capote, que cuando lo ve, sólo
despierta su naturaleza pecaminosa.

Romanos 7:14 Porque sabemos que la Ley es


espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado.

La Ley fue dada para revelar nuestra debilidad en la


carne. La Ley es perfecta y el hombre es imperfecto e
incapaz de cumplirla. Sólo Jesús pudo hacerlo, pues Él
fue, es y será perfecto. Él ganó la vida eterna pagando
el precio y a nosotros nos la dio como regalo. La Ley sólo
la cumplió Cristo y para todos los que ponemos Fe en
Él, delante de Dios es como si la hubiésemos cumplido.
La Ley demandaba perfección en la carne, y debía ser
cumplida en la carne, y Juan 1:14 nos dice que “Dios
mismo se hizo carne para cumplir la Ley”. La carne
perfecta de Jesús llevó la ira de Dios, para que nuestra
carne imperfecta fuera libre. ¡¡¡Que gran cambio!!!.

Gálatas 3:24 De manera que la Ley ha sido nuestro


ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la Fe.

La Ley fue un ayo, nana, maestro, instructor;


alguien que trataba con los niños y los forzaba a hacer
cosas. Un niño cuando es pequeño, es egoísta,
berrinchudo, enojón y caprichoso, y esto nadie se lo
tiene que enseñar, pues lo trae por naturaleza, todo el
ser humano nace con naturaleza pecaminosa, esto es
herencia de Adán. La Ley nos enseña eso y nos prepara

80
para recibir una nueva herencia, la herencia que nos
dejó Cristo y es por Gracia.
Hay muchas iglesias de adultos con mente de niño:
No me saludaron… "complejo de inferioridad"
No me visitó el pastor… "necesito de alguien"
No me dejaron dar testimonio… "necesito
reconocimiento"
Pero esto no es solo culpa de ellos, sino de sus
líderes que les predican sólo cosas para niños (los tratan
como niños), para eso fue dada la Ley, para tratar con
niños y la consecuencia es “que se van a portar como
niños”.

II Corintios 3:7-9 Y si el ministerio de muerte


grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro
de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había
de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el
ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de
condenación fue con gloria, mucho más abundará en
gloria el ministerio de justificación.

El propósito de la Ley de Moisés fue producir en el


hombre un ambiente de olor a muerte en cada área de
su vida; Su propósito fue producir pánico cada vez que
se mencionaba. La Ley los hacía consientes de su
pecado, los hacía consientes de que merecían
condenación, los hacía consientes de que estaban
separados de Dios, los hacía consientes de que eran
unos fracasados, los hacía consientes de que
necesitaban ayuda, y todo esto que producía la Ley no
era malo era bueno, que digo bueno, era buenísimo. La
Ley de Jehová no es mala, es Buena, Justa y Perfecta y
ella estaba cumpliendo la función para lo que fue dada.
La Ley era como algo que les apretaba el cuello
haciéndoles sentir que se ahogaban, todo con el

81
propósito de que gritaran por ayuda, para cuando
llegara Jesús el Mesías lo recibieran sin ningún
problema como Salvador de sus vidas.
Supongo que alguna ocasión te ha pasado que llega
alguien a decirte que te tiene dos noticias, una buena y
la otra mala, y no sé tú pero yo prefiero que me den
primero la mala, porque si me desanimo con ella
entonces la buena me levanta el ánimo, y dicho sea de
paso que a mí no me gustan las personas que siempre
me traen malas noticias y no creo que exista alguien
que vaya con la cara de felicidad, cantando y alabando
a Dios porque va a entregar un reporte lleno de
tragedias, más bien las personas que son portadores de
malas noticias siempre tienen una cara de martirio. O
sino estás de acuerdo con esto, sólo supón que
ocurriera un accidente de tráfico en donde casi toda la
familia de alguien que tú conoces sufrió grandes daños
y eres tú el que tiene que ir a darle la noticia a ese
conocido, me imagino que irás pensando en cómo
tratar el asunto sin que se impresione tanto, y es más
me atrevo a asegurar que te pondrías muy nervioso.
¿Conoces algún hermano que al predicar tiene una cara
parecida a lo que acabo de mencionar? Sin embargo,
ser portadores de Buenas Noticias cambia todo el
ambiente, además, a personas que siempre traen
alegres noticias, sí me gusta encontrarme, porque
“hermosos son los pies de los que anuncian las Buenas
nuevas” (Romanos 10:15), inclusive, cuando alguien es
portador de Buenas Noticias, lleva una cara, ya no de
amargura, ni de tristeza, sino al contrario, la cara lleva
consigo una expresión de regocijo, tanto que quisiera
compartirlas los más pronto posible. Esto me recuerda
una experiencia que tuve cuando estudiaba mi
licenciatura en los EE.UU. Todos los estudiantes
teníamos que trabajar y estudiar a la vez, y esto para
ninguno fue fácil, aunque realmente al final valió la

82
pena el esfuerzo y el empeño que le pusimos a las
clases. Recuerdo que uno de los requisitos para poder
graduarnos era que todos los gastos de colegiatura
deberían estar al corriente, y para casi todos los
estudiantes fue muy difícil el primer año de estudios ya
que teníamos que buscar un lugar en donde vivir y un
lugar en donde trabajar, y para cuando ya habíamos
conseguido esto, debíamos algunos meses de
colegiatura. Recuerdo que el director me llamó varias
veces a su oficina y cuando veía su cara de “sargento
mal pagado” me daba cuenta que no me iba a felicitar
o a darme un regalo por mi nivel académico, lo que me
decía producía un ambiente algo tenso, que a la vez me
hacía sentir como que no lograría mi objetivo, el cual
era graduarme. Aquellas palabras eran “debes varios
meses de colegiatura y ya sólo faltan unas semanas
para la graduación ¿qué piensa hacer?”. El director no
era una mala persona, él únicamente estaba
cumpliendo con su trabajo, yo no sabía que responder
a esto, pues estaba dando todo mi esfuerzo, pero el
dinero que ganaba no era suficiente. Al terminar la
conversación orábamos, y salía de su oficina pensando
cómo hacerle para conseguir el dinero y como cada vez
se acercaba más el día de la graduación, más era mi
preocupación. Unos días antes de graduarnos lo vi que
venía caminando directo hacia mí, pero esta vez traía
una gran sonrisa en su rostro y en su mano levantada
llevaba un papel lo cual me desconcertó bastante y no
sabía si reírme o quedarme serio porque ya estaba
acostumbrado a sus malas noticias, y ya faltando como
unos veinte pasos para llegar hasta donde me
encontraba me gritó “Buenas Noticias Ricardo” lo dijo
tan fuerte que creo que todos los estudiantes lo
escucharon. Lo que traía en su mano era la factura con
todos los meses que no había podido pagar y tenían un
sello con unas letras grandes que decía “Pagado”. Yo no

83
sabía que hacer en ese momento, no sabía si abrazarlo
o ponerme a llorar de alegría, pero lo que sí noté al
instante es que toda mi preocupación se alejó porque
ya no debía nada, alguien había pagado mi deuda,
después supe que fueron mis padres espirituales los
que hicieron eso por mí y que de no haberlo hecho,
quizás nunca me hubiera graduado.
Moisés era un portador de malas noticias, más
Jesús es el portador de Buenas Noticias. Y antes de que
se me olvide, déjame decirte que yo también te tengo
dos noticias que darte, una buena y la otra mala ¿cuál
quieres primero? Pues como no puedes pedírmelo,
primero te daré la mala, para después refrescarte con
la buena. La mala noticia es que por ser un pecador
fuiste sentenciado a la condenación eterna en un lugar
llamado infierno, en donde el tormento no tendrá fin,
también habrá gusanos que te torturarán de día y de
noche y allí será el lloro y el crujir de dientes, pero no te
espantes que ahí te va la noticia buena, y es que hubo
alguien que te amo tanto, tanto, que al darse cuenta de
lo que te iba a suceder, se ofreció para ser torturado en
tu lugar y sufrir el castigo que tú merecías, dejándote
libre de toda culpa. Creo que con esto que acabo de
decirte bastaría para que tu lamento cambiara en gozo
¿verdad? Pero todavía falta más, el que murió en tu
lugar fue un hombre rico que dejó miles de posesiones,
dejando un testamento firmado diciendo que toda la
herencia es tuya para que no tengas necesidad de nada
el resto de tu vida. ¿Buenas Noticias no es cierto? Esta
persona que te amo tanto se llama Jesús. Ahora piensa,
¿te quedarías callado sin anunciar esto a todo el
mundo? Estoy seguro que no. Sin embargo, ¿sabes por
qué hay tantos cristianos que no comparten de Cristo
con los incrédulos? Simple, porque no han entendido
las Buenas Nuevas. Déjame decirte que mucho
predicadores no predican el Evangelio, porque el hecho

84
de pararse detrás de un pulpito, no significa que están
anunciando las Buenas Nuevas, pues algunos
predicadores creen que pararse en un pulpito a gritar
“Dios odia al pecado y éste tiene que ser juzgado” es
estar proclamando Buenas Nuevas. Pero este mensaje
no son Buenas Nuevas sino Malas Nuevas, porque las
Buenas Nuevas son “que Dios odia al pecado, pero que
este ya fue juzgado en la cruz del calvario”. Así que si tú
eres un predicador de malas noticias, quiero decirte
que sólo estás haciendo a tu congregación consciente
de su pecado y no tendrán valor de predicar el
Evangelio, sin embargo cuando les das Buenas Noticias
y los haces consientes de que ya son Justificados,
correrán para proclamarlo a todo el mundo. Proverbios
28:1 dice: Huye el impío sin que nadie lo persiga, mas el
justo está confiado como un león. Cuando sabemos que
somos justos, nada nos atemoriza, al contrario tenemos
valor de hacer muchas cosas para Dios. Por otro lado, si
todavía nos vemos como pecadores e impíos, nunca
vamos a sentirnos dignos de hacer nada, sólo
estaremos escondiéndonos y huyendo sin que nadie
nos persiga.

Deuteronomio 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu


alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas
que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos
los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos,
y a los hijos de tus hijos.

La Ley pues, es un ministerio de muerte y


condenación, y en esta escritura la orden de Dios fue
que todos los mandamientos de la Ley tenían que ser
enseñados a toda la descendencia del pueblo de Israel,
pero ¿cuál era el propósito? Hacerlos sentir culpables y
condenados.

85
Deuteronomio 11:18-20 Por tanto, pondréis estas
mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las
ataréis como señal en vuestra mano, y serán por
frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros
hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa,
cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y
cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu
casa, y en tus puertas.

Igual que en el capítulo antes mencionado, aquí se


ordena que la Ley fuese escrita en la mano y en la
frente y que se las enseñaren a sus hijos a la hora de
comer y asimismo cuando fueren caminando, también
a la hora de dormir y a la hora de levantarse. La Ley
debería ser escrita en los postes de las casas y en las
puertas, en otras palabras, la Ley tenía que ser
escuchada y vista a cada momento, todos los días de
su vida, y ¿cuál era el propósito de esto?

Romanos 3:20 Ya que por las obras de la ley ningún


ser humano será justificado delante de él; porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Romanos 7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es


pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la
codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Según estos versículos era enseñarles su condición


de pecado y recordarles que merecían la muerte. Al
levantarse el Padre les tenía que recordar que eran
pecadores y que merecían la muerte, del mismo modo
al acostarse, también al sentarse a comer, y aún para
todos lados que voltearan veían que eran unos
pecadores y que merecían la muerte, y como lo dije
antes, no era malo que la Ley les dijera esto, porque así

86
cuando llegara el Mesías lo recibirían como Salvador de
sus vidas con las manos abiertas y sin ningún problema.

Mateo 15:1-3 Entonces se acercaron a Jesús ciertos


escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus
discípulos quebrantan la tradición de los ancianos?
Porque no se lavan las manos cuando comen pan.
Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros
quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra
tradición?

Al comenzar Jesús su ministerio ya habían


trascurrido aproximadamente mil quinientos años
desde que Dios le dio la Ley al pueblo de Israel, así que
Él se encuentra con unos escribas y fariseos altivos y
arrogantes, que al ver a algunos de los discípulos de
Jesús que no se lavaban las manos antes de comer, le
reclaman diciendo: “¿por qué tus discípulos
quebrantan la tradición de los ancianos? Comen sin
lavarse las manos”. Mi pregunta es ¿cuándo Dios dio
tradiciones? ¡¡Nunca!! Lo que Dios dio fue una Ley, pero
al pasar el tiempo los líderes religiosos le fueron
acomodando muchos “yo creo, yo pienso, yo opino,
etc.,” le fueron añadiendo a la Ley de Dios muchos
mandamientos y tradiciones de hombres a tal grado
que estas tradiciones se habían hecho mucho más
importantes que la Ley misma, y estos religiosos se
preocupaban más por lo que podían decir “sus
ancianos” que por lo que pudiera decir Dios mismo,
pues "Invalidaron las escrituras por sus tradiciones”
dijo Jesús (Marcos 7:13). Hoy en día vemos muchas
iglesias sin poder y sin revelación de la Palabra de Dios,
pero sí llenas de tradiciones de hombres, y los
miembros de las Iglesias creen que al obedecer y
quedar bien con los líderes que dicen “yo pienso, yo
opino, se me ocurre” por consiguiente creen que

87
quedan bien con Dios, pero aquí Jesús los reprende
diciendo; ¿por qué quebrantáis el mandamiento de
Dios por vuestra tradición? Los mandamientos y
tradiciones de hombres quebrantan e invalidan la
Palabra de Dios, haciendo nulo su poder.
No estoy promoviendo que los miembros de la
Iglesia no se sujeten a las ordenes de su Pastor, pero lo
que sí estoy promoviendo es que ya basta que los
líderes enseñen tradiciones que solamente tienen el
poder de producir personas con aires de superioridad a
los que supuestamente sí las pueden cumplir, y
complejo de inferioridad a los que no lo logran, y
comiencen a predicar la Palabra de Dios. Basta ya de
enseñar tradiciones que en vez de promover la unidad
del cuerpo de Cristo lo están dividiendo más y más.
Dios le dio la Ley al pueblo de Israel para que viera
su condición de pecado y llevarlos así al que se los podía
quitar, pero las tradiciones invalidaron este propósito al
grado de que se sentían muy buenos y sin necesidad de
un Salvador.
La mayoría de los incrédulos, cuando se les predica
de Jesús, por lo regular responden: “Yo tengo esta
tradición que heredé de mis padres y de mis abuelos y
así me voy a morir”.
De igual forma muchos de los Cristianos dicen lo
mismo pero con otra cara. Cuando escuchan un
mensaje diferente a lo que su Pastor les enseñó dicen:
“Mi Pastor me enseñó algo muy diferente por 15 o 20
años y así me voy a morir”. ¿Qué diferencia tienen
entonces a los incrédulos? Ninguna. ¡¡¡Parece que no
han cambiado mucho las cosas desde el tiempo de
Jesús hasta nosotros!!!
De la misma manera los judíos tenían mucho más
arraigadas sus tradiciones que la misma palabra de
Dios, no querían dejarlas por nada sino que preferían
morir antes que cambiar.

88
Ningún cristiano quiere cambiar su tradición de
muchas generaciones y aún añaden “así me voy a
morir”, por eso es más fácil predicarle la Gracia a un
recién convertido que a los que tienen años de
tradiciones encima.

89
Capítulo 13
El Sermón De La Ley En El
Monte
En este capítulo analizaremos una de las enseñanzas
más famosas de nuestro Señor Jesucristo conocida
como las Bienaventuranzas o el Sermón del Monte.
Pero antes de dar comienzo necesito pedirte un favor,
que tomes la religión y la pongas en el closet, o bien
puedes arrojarla hasta donde te alcance la mano, esto
pido que lo hagas con el fin de que te dispongas a
estudiar lo que sigue con un criterio amplio, espero que
tengas una Biblia a la mano para que vayas
comprobando paso a paso las escrituras que te voy a
dar y recuerda, que si no está escrito en la Palabra de
Dios, no tiene validez, por muy bonito y religioso que se
escuche.

Para comenzar quiero hacerte varias preguntas,


subraya la respuesta que consideres correcta:
1.- ¿Crees que el sermón del monte es para los
cristianos?
R.- Sí o No.

2.- ¿En qué sentido crees que éste está escrito?


R.- Literal o Espiritual.

3.- Mateo 5:22 dice que cualquiera que se enoje


contra su hermano se va al infierno.
R.- Literal o Espiritual.

90
4.- Mateo 5:29 dice que si tu ojo te es ocasión de
caer lo saques de tu cara.
R.- Literal o Espiritual.

5.- Mateo 5:30 dice que si tu mano te es ocasión de


caer, la cortes.
R.- Literal o Espiritual.

6.- Mateo 5:39 dice que si alguien te pega en una


mejilla, le vuelvas también la otra.
R.- Literal o Espiritual.

¿Cómo salieron tus respuestas? Estoy seguro que


en algunas de las respuestas escogiste que estaban
escritas en sentido literal y en otras en sentido
espiritual. ¿Qué tal la que dice que si tu mano te es
ocasión de caer, córtala de tu cuerpo? En esa seguro tu
respuesta fue que espiritual, pero ¿qué tal la que dice
que si alguien te pega en una mejilla, le pongas también
la otra? Aquí tu respuesta debió ser que literal. En fin
cualesquiera que hayan sido tus respuestas, a
continuación las estudiaremos con mucho más detalle.
Este sermón o predicación comienza en Mateo 5:1
con la palabra “subiendo al monte” y termina en Mateo
8:1 con “descendiendo del monte” y a lo largo de él
podemos ver que Jesucristo fue el Gran Maestro de la
Ley, y lo que aquí está enseñando es “completamente
Ley”, pues este sermón no fue dado para los Gentiles,
sino únicamente para aquellos que estaban sujetos a la
Ley, que eran exclusivamente los que pertenecían al
pueblo Judío, y esto lo podemos ver claramente en
Mateo 5:47 cuando Jesús dice: “Y si saludáis a vuestros
hermanos solamente, ¿Qué hacéis de más? ¿No hacen
también así los Gentiles?, enseñándonos esto, que este
mensaje era sólo para los Judíos. Y también en Mateo
6:7,8 nos lo repite para que lo entendamos bien,

91
diciendo: “Y orando no uséis vanas repeticiones como
los Gentiles”. Y para que no quedara ninguna duda de
que este sermón no era para los Gentiles, nos lo dice
una tercera vez en Mateo 6:32. Así que si Jesús se los
repitió tres veces ¿no crees que es importe tomarlo en
cuenta?
El sermón del monte no era para los Gentiles, y
por consiguiente no era necesario que ellos lo
escucharan, porque no lo iban a entender, pues a ellos
nunca nadie les había predicado un mensaje de Moisés
y sus cientos de mandamientos porque ellos nunca
habían estado bajo la Ley.

Romanos 2:14 Porque cuando los gentiles que no


tienen ley, hacen por naturaleza lo que es la ley, estos,
aunque no tengan ley, son ley para si mismos.

Hechos 15:10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios,


poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni
nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

Pero ¿Quién es un gentil? Es todo aquel que no sea


del pueblo de Israel. Es increíble como algunos
predicadores toman ciertos versículos de este sermón
para su predicación y los aplican a la Iglesia, siendo que
la mayoría de las Iglesias, si no es que todas, están
compuestas por gentiles. Estos predicadores quieren
aplicar estos versículos en sus iglesias para dejar en la
gente el sentir de que se tienen que portar muy bien
para poder ser aceptados por Dios, y como todo ser
humano quiere agradar a Dios, estos oyentes
comienzan a esforzarse para guardar todos estos
mandamientos, aún sabiendo en sus corazones que son
incapaces de lograrlo. Esto al final, lo único que causa,
es que al esforzarse más y más y más para “tratar” de
guardar los cientos de mandamientos y ver que no

92
pueden, terminarán sintiéndose fracasados y se
alejarán de la Iglesia, no porque no aman a Dios, sino
porque se dan cuenta de qué tan inútiles son para
obedecer a Dios y piensan que a cada momento lo están
defraudando.
Aquellas personas que se alejan de Dios, son las
mismas que piensan que son aceptados o rechazados
por lo que hacen o dejan de hacer para Él, mas los que
saben que son aceptados por Gracia, por aquello que
Jesús hizo y no por lo que ellos hacen, nunca se van a
alejar de Dios. Las personas que se alejan de Dios, no
son aquellas que no lo aman, más bien son aquellos que
sí lo aman y se esforzaron tanto e hicieron tantas
promesas de cambiar en algunas áreas de su vida para
agradarlo, pero como no pudieron, decidieron dejar la
Iglesia para que el nombre de Dios no fuera blasfemado
por ellos. Así que por tal motivo, es mucho más difícil
que regrese al camino de Cristo una persona que lo
haya conocido antes y se haya alejado, que un
inconverso, que nunca ha conocido nada de Él entre en
el camino del evangelio. Y lo único que puede hacer
regresar a este camino a aquel que se alejó, es el
conocimiento de la Gracia, el amor incondicional de
Dios.
No sé si tú consideres la idea de que hay que
obedecer a Dios para ser salvos, pero déjame decirte,
que si esto fuera así, nosotros tendríamos que
obedecer a Dios cada segundo de nuestra existencia,
porque nuestra salvación dependería cien por ciento de
esto, y por consiguiente se convertiría en una carga tan
grande que no la podríamos llevar, pero gracias a Dios
que la carga de la Salvación no recae sobre nosotros,
sino sobre Cristo Jesús.

Romanos 5:19 Porque así como por la


desobediencia de un hombre los muchos fueron

93
constituidos pecadores, así también por la obediencia
de uno, los muchos serán constituidos justos.

Este versículo nos dice que somos salvos por la


obediencia de Jesús. ¿No te da gusto que la Salvación
es por Su obediencia y no por la tuya? Nosotros
obedecemos como un fruto de que ya somos salvos,
nunca con el fin de llegar a serlo. Dios le dio la Ley al
pueblo de Israel para condenarlo y hacerlo sentir la
necesidad de un Salvador, pero sus tradiciones le
quitaron el poder a la Ley de cumplir su propósito,
haciendo que ellos dejaran de sentir la necesidad de un
Salvador, así que Jesús nuevamente comienza a
enseñarles la Ley a fin de mostrarles su condición de
miseria y dejar al descubierto lo que merecían por su
incapacidad de ser obedientes. Todo esto para hacerles
sentir, como originalmente era el propósito, la
necesidad de un Salvador.

Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar


la Ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir.

Como la Ley era algo imposible de cumplir, yo


pensé que Jesucristo la quitaría de en medio cuando
llegara, pero este versículo dice muy claramente que Él
no había venido para abrogarla sino para cumplirla.
Jesús llegó a este mundo con el propósito de cumplir la
Ley, guardando todo lo que ésta decía, también vino
para cumplir todo lo que las profecías decían referentes
a su nacimiento, vida, muerte y resurrección.

Mateo 5:18 Porque de cierto os digo que hasta que


pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la Ley, hasta que todo se haya cumplido.

94
Jesucristo afirma que mientras permanezca el cielo
y la tierra no pasará ni una jota ni una tilde de la Ley
hasta que todo se haya cumplido. En otras palabras, si
no hubiera habido una persona que fuera capaz de
cumplir toda la Ley, aún en este tiempo estuviéramos
viviendo bajo ella y bajo el juicio de Dios pues ésta
demandaba justicia, de tal forma que podríamos ver los
mismos juicios que vio Moisés cuando la tierra se tragó
a cientos de hombres, o podríamos ver descender
fuego del cielo como lo hizo Elías, consumiendo a otros
cientos de hombres y quizás veríamos descender fuego
y azufre del cielo contra el pecado como en los días de
Sodoma y Gomorra, y aún peor que en estás ocasiones,
pues como el mundo se encuentra en este tiempo lleno
de maldad, no solo ciudades, sino naciones enteras
hubieran sido consumidas por causa de tanto pecado.
Pero las Buenas Noticias son que Jesús vino a cumplir la
Ley, y la jota y la tilde de ésta ya pasaron.

Colosenses 2:14 Anulando el acta de los decretos


que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz.

Efesios 2:15 Aboliendo en su carne las


enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz.

Romanos 4:15 Pues la ley produce ira; pero donde


no hay ley, tampoco hay transgresión.

Romanos 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará


de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia.

95
Jesucristo logró su propósito para lo que vino,
cumpliendo toda la Ley, y una vez que la cumplió, el
mandamiento quedó abrogado, y esta palabra significa,
abolido, invalidado, cancelado, suprimido y eliminado.
En otras palabras “ya no está en vigencia”

Hebreos 7:18 Queda, pues, abrogado el


mandamiento anterior a causa de su debilidad e
ineficacia

Mateo 5:19 De manera que cualquiera que


quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños,
y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado
en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y
los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los
cielos.

En este versículo, encontramos a Jesucristo


enseñando los mandamientos de la Ley, a los que llama
pequeños, y no se está refiriendo a alguno en especial,
sino que a toda la Ley la llama pequeña. ¿Imaginas la
cara de los que lo estaban oyendo? La Ley tenía 613
mandamientos y aún así Jesús la llama pequeña. Pero
esto lo hace, porque lo más difícil de la Ley, apenas iba
a enseñárselos Él. Entonces, si alguien violaba alguno de
estos mandamientos, se hacía culpable de haberla
infringido toda, porque Santiago 2:10,11 enseña que
cualquiera que guardare toda la Ley pero quebrantare
uno de los mandamientos, se hace culpable de todos.
Así que si una persona no ha cometido asesinato o
adulterio pero ha mentido, es culpable de asesinato,
adulterio y todo lo demás. Entonces cualquier ministro
que haya quebrantado la Ley y aún así se ponga a
enseñarla, muy pequeño será llamado en el reino de los
cielos. Aclarando que la frase “reino de los cielos” no
está diciendo que van a perder su salvación, sino que va

96
a vivir una vida mediocre, pues si se pone a predicar en
contra de “no mentirás” con el propósito de condenar
a la gente por esta clase de pecado y él sabe que ha
mentido, al estar fuera del pulpito se va a sentir muy
pequeño pues está enseñando algo que él no puede
cumplir, poniendo cargas que él mismo sabe que no
puede llevar.
Por el contrario nos dice que cualquiera que los
haga y los enseñe todos, éste será llamado Grande en
el reino de los cielos. Entonces, en base a esto pregunto
¿para qué vino Jesús? Para cumplir la Ley, y por este
motivo Él sí tenía autoridad para enseñarla. Él nunca
robó, por eso tenía autoridad de predicar en contra de
no robarás, nunca mintió, nunca dijo falso testimonio,
etc., así que Él es el único llamado Grande en el reino
de los cielos.
“Y así enseñe”. Nosotros tenemos que enseñar que
el ser humano es incapaz de cumplir los mandamientos
de Dios y que el único que los cumplió fue nuestro
Señor Jesucristo y al nosotros predicar esto, levantamos
su nombre y Él, que es el Grande, también a nosotros
nos llamará Grandes en el reino de los cielos.
En los siguientes versículos analizaremos lo que
dijo Moisés y lo que dijo Jesús. Quisiera pedirte que
tuvieras en mente estas palabras, pues te ayudarán
mucho en la comprensión de lo que vamos a estudiar
durante este capítulo: “La Ley de Moisés trataba con lo
exterior, y aquel que la violaba acarreaba consigo una
condena que es literal, mas lo que Jesús dice trata con
lo interior y el que lo viole merece una condena de igual
forma literal.

Mateo 5:20 Porque yo os digo que si vuestra


justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el reino de los cielos.

97
Un requisito más para poder participar del reino de
los cielos era el tener mejores obras que los escribas y
fariseos. Esto no era nada fácil, pues estos personajes
eran, supuestamente, los guías de ciegos y maestros de
los ignorantes, como quien dice, eran lo máximo en
cuanto a tener justicia basada en buenas obras, aparte
oraban tres veces al día, ayunaban dos veces a la
semana, diezmaban de todo lo que ganaban y se creían
irreprensibles en lo referente a la Ley. Así que,
poniéndose en comparación con estos hombres ¿quién
podría entrar al reino de los cielos? Nadie, porque no se
encontraba alguno que los superara en cuanto hacer lo
que es correcto, así que los oyentes de este discurso,
que sólo estaban escuchando malas noticias, se
comenzaban a sentir sin posibilidad alguna de entrar al
reino de los cielos pues sabían que eran inútiles e
incapaces de ganárselo.

Mateo 5:21 Oíste que fue dicho a los antiguos: No


matarás; y cualquiera que matare será culpable de
juicio.

Moisés era el líder supremo de los escribas y


fariseos y ellos se anunciaban públicamente como
“seguidores de Moisés” y cualquiera que dijera algo
contrario a sus escritos, únicamente estaba firmando su
sentencia de muerte. Pero de pronto llega Jesús y les
dice: “Oíste que Moisés dijo esto, mas yo digo algo
nuevo” ¿Puedes imaginar la cara de los líderes
religiosos? Es como si hoy en día me pongo en un lugar
publico a decir: “El presidente de México dijo esto, más
yo digo esto” ¿Qué crees que diría la gente? Exacto, que
estoy loco y no sé lo que estoy diciendo, pues mi
palabra no tiene más poder que la del presidente por el
puesto que él ocupa. De igual forma cuando Jesús dijo
tales palabras, era lo que estaba diciendo: “Yo soy

98
mayor y más importante que Moisés”, por esta razón
los líderes religiosos lo querían matar, pues nadie podía
constituirse mayor que su líder Moisés.
Jesús alzo su voz diciendo: “La Ley de Moisés dice,
no mataras y cualquiera que matare será culpable de
juicio”. Esta frase era literal y cualquier persona que
cometiera asesinato debería recibir muerte. Los líderes
religiosos no habían matado literalmente así que no se
sentían culpables de haber quebrantado este
mandamiento, y como el propósito de Jesús era
hacerlos sentir culpables para que sintieran la
necesidad de un Salvador, dice “pero yo os digo, que
cualquiera que se enoje contra su hermano o le diga
necio o fatuo, quedará expuesto al infierno”. La Ley de
Moisés estaba a una temperatura que la hacía
imposible de cumplir y aún así algunos líderes religiosos
profesaban cumplirla, por lo que Jesús le aumento el
calor de la llama haciéndola, no imposible, sino súper
imposible de cumplir. ¿Cuánta gente de hoy en día
crees que califican para irse al infierno? Quizás todo el
mundo esté condenado con este nuevo mandato. Lo
que Moisés dijo tenía que ver con lo “exterior” mas lo
que dijo Jesús tiene que ver con lo “interior”.

Mateo 5:27,28 Oíste que fue dicho: No cometerás


adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.

Moisés dijo que cualquiera que cometiera


adulterio (esto es literal) merecía la muerte, algunos de
los líderes religiosos quizás no habían cometido
adulterio literal, así que no se sentían culpables de
haber quebrantado este mandamiento, “mas yo os
digo” dijo Jesús, “que cualquiera que mira a una mujer
para codiciarla ya adúltero con ella en su corazón y

99
merece la muerte”. Lo que Jesús enseña es algo
espiritual, diciendo que es igual de culpable el que
comete adulterio literal que el que lo comete con el
pensamiento, ¿no piensas que esto molestaba a los
escribas y fariseos? y ahora la pregunta es ¿cuántos
hombres crees que hayan mirado a una mujer para
codiciarla? y aún hay más todavía, dice que si tu ojo te
es ocasión de caer “sácalo” de tu cuerpo. Algunos
quieren aplicar esto espiritualmente, pero déjame
decirte que esto es literal, por eso uno de los
reformadores dijo: “Esa maldita Ley de ojo por ojo nos
deja tuertos a todos”. Y aún añade Jesús, que si tu mano
te es ocasión de caer “córtala” de tu cuerpo. Lo que Él
estaba haciendo, era poner la Ley en un punto súper
imposible de obedecer. ¿Imagínate como estaría toda
la raza humana si obedeciera este mandato? Creo que
ya todos estaríamos ciegos, cojos, mancos o hasta
muertos. Déjame hacerte una pregunta más ¿cuántos
seres humanos crees que hayan pecado con su boca,
mano, ojos u otra parte del cuerpo? Considero, que si
todavía alguien abrazara en su cabeza algún
pensamiento vago de que se podía salvar así mismo,
esto le será más que suficiente para que comenzara a
gritar por ayuda.

Mateo 5:38 Oíste que fue dicho: Ojo por ojo, y


diente por diente.

Oísteis que Moisés dijo, “Si alguno te daña


sacándote un ojo, tienes el derecho de vengarte
haciéndole lo mismo”, mas yo os digo “No resistáis al
que es malo antes bien cualquiera que te hiera en una
mejilla vuélvele también la otra. ¿Será fácil de cumplir
esto?, si tu respuesta es “sí”, te reto a que en tu Iglesia
le des una cachetada a cada hermano que vaya llegando
a la reunión, para que veas cual es la respuesta de ellos,

100
no creo que uno solo te ponga la otra mejilla, más bien,
creo que la mayoría sino es que todos, te van a poner
pero tu mejilla morada de golpes como respuesta a tu
cachetada, es más creo que ni valor tenemos de poner
este mandato a prueba, sin embargo este versículo lo
predican mucho desde los pulpitos diciendo “Hermano,
si alguien te da una cachetada, vuélvele la otra mejilla”.
Si escuchas a un predicador decir esto, es una buena
oportunidad de ponerlo en práctica con él mismo, para
que así te des cuenta que es bien fácil predicarlo, pero
muy difícil vivirlo.
En el colegio donde actualmente imparto clases, le
pedí a algunos de los estudiantes que si me dejaban
hacer la prueba con ellos, y sólo uno me dijo que sí me
lo permitía. No lo hice, pero este hermano me confesó
que lo había hecho sólo porque yo quería probarlos,
pero que si la cachetada se la hubieran dado en tiempo
de una discusión, se armaría una batalla campal en la
cual correría mucha sangre. El ser humano no
consciente muchas veces una mala mirada, o una crítica
cuando ya está ardiendo en ira, entonces mucho menos
aguantará que le den una cachetada. Lo que Jesús está
diciendo es que es imposible de guardar estos
mandatos, mostrando la naturaleza depravada de todo
ser humano. Veamos lo que hizo el santísimo Pablo
cuando le dieron una cachetada, ¿crees que puso la
otra mejilla?, analicémoslo.

Hechos 23:2-3 El sumo Sacerdote Ananías ordenó


entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen
en la boca. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti,
pared blanqueada! ¿Estás tu sentado para juzgarme
conforme a la Ley, y quebrantando la Ley me mandas
golpear?

101
A Pablo le golpearon la boca y no puso la otra
mejilla, su respuesta fue al que lo golpeó ¡Dios te
golpeara a ti pared blanqueada! No cumplió lo que dijo
Jesús, entonces ¿se va a ir al infierno? Claro que no,
Pablo sabía que lo que Jesús estaba enseñando en el
sermón del monte era una Ley que la naturaleza del
hombre no puede cumplir, nunca dije que no tiene que
tratar de cumplir, dije que no puede cumplir, nosotros
tenemos que tratar de cumplir todo lo que Jesús dijo
pero nunca con el propósito de salvarnos, pero como
en estos versículos les estaba enseñando a unos que
creían que se podían salvar así mismos, les decía, para
quitarles esa falsa idea de su cabeza, que si se querían
salvar, hicieran todo esto al pie de la letra. El único que
no respondió cuando le dieron en una mejilla y sí puso
la otra, fue únicamente nuestro Señor Jesús. Si alguien
te diera una cachetada ¿pondrías la otra mejilla?

Mateo 5:40 Y al que quiera ponerte a pleito y


quitarte la túnica, déjale también la capa.

Ahora lo que este versículo nos enseña es, si a


alguien en la calle le gusta tu chaqueta o tus zapatos y
trata de quitártelos, no tienes que defenderte, tienes
que regalarle todo lo que te quiera quitar. ¿Lo harías
tú? Y añade diciendo que no sólo no tienes que
defenderte, sino que tienes que ser muy amable con él,
dándole también tu pantalón o tu camisa o tu suéter.
¿Lo harías si te sucediera esto a ti? Creo que no. Ahora,
predícale esto a la congregación: “Hermanos, si alguien
les quita algo no se lo rehúses” y su respuesta es “Sí,
amen”, no dudes en ponerlos a prueba al final del
servicio, trata de quitarle la cartera a uno de ellos para
ver si te dice: “Hermano llévate también mi reloj”.
¿Crees que esa sería su respuesta? Claro que no,
entonces ¿qué estaba tratando de decirles Jesús? Que

102
para el hombre es imposible conseguir por sí mismo la
Salvación y que necesita de un Salvador.

Mateo 5:43,44 Oíste que fue dicho: Amarás a tu


prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por
los que os ultrajan y os persiguen.

Esto sí que está fuera de serie, pues Jesús ordena


que debemos amar a nuestros enemigos. Esto es, si
alguien habla maldiciones contra nosotros, nuestra
respuesta debe ser, yo te bendigo, esto sí que es difícil.
Además nos dice que si alguien nos persigue y nos
golpea dejándonos como muertos, antes de que se
marche tenemos que preguntarle cuál es su nombre
para ponerlo en nuestra lista de oración. ¿Conoces a
alguien que haga esto?
La obligación de los escribas y fariseos era enseñar
la Ley para condenar al pueblo y hacerlos sentir sin
esperanza de poder salvarse a sí mismos, prepa-
rándolos para cuando apareciera el Mesías. Mas con el
tiempo, las tradiciones invalidaron el propósito de la
Ley, y por consiguiente no sentían la necesidad de un
Salvador, así que Jesús la tuvo que enseñar de una
manera que condenara a todos, incluyendo a los
escribas y fariseos que se sentían los “santos” viviendo
entre los pecadores.

Mateo 5:45 Para que seáis hijos de vuestro Padre


que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos
y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Este versículo nos dice que todo lo que enseñó


Jesús se tenía que cumplir, y no por partes, ni siquiera
un “tratar” de hacerlo, sino que se debería de obedecer

103
todo al pie de la letra para poder llegar a ser hijos de
Dios, lo que enseña bien claro que esto es
completamente Ley, y nadie podía llegar a ser hijo de
Dios por sus obras, así que todos estaban separados de
la gloria de Dios con este mensaje de Jesús. La única
solución que ellos tenían, era reconocer a Jesús como
el Salvador y poner Fe en Él, sin tomar en cuenta las
obras de la Ley, pues haciendo esto, automáticamente
se constituían como hijos de Dios (Juan 1:12).

Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como


vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Y por último Jesús les dice: “Esta bien, si alguno


todavía piensa que ha guardado todo lo que acabo de
enséñales para poder salvarse a sí mismos, entonces
haga sólo una cosa más, “sea perfecto como Dios”. Con
esto puedo asegurarles que todos se quedaron
totalmente sin esperanzas, pues estas últimas palabras
fueron para cerrar con broche de oro parte de su
mensaje, ¿pues quién puede ser perfecto como Dios?
Nadie. Y para poder estar delante de Dios necesitamos
ser tan perfectos como Él. Así que la única solución para
tener la vida eterna, es recibir a Jesús como Salvador de
nuestras vidas, porque Él es el único tan perfecto como
Dios y es sólo a través de Él y de Su justicia que el ser
humano puede presentarse delante de Dios sin temor a
ser rechazado.

104
Capítulo 14
Un Mejor Padre Nuestro
La mayoría de las denominaciones tienen por lo regular
algo que yo le llamo “vacas santas” o sea, creencias
muy arraigadas que son muy difíciles de soltar y que
cuando alguien llega predicando algo un poco diferente
a los que les han enseñado por años, sienten como si
les pisaran un callo de los pies.
A los católicos si se les predica en contra de María
se levanta una persecución, a los del Séptimo Día que
ni les toquen el sábado, a los Pentecostales las lenguas
son su fuerte y el que no las hable, no tiene el Espíritu
Santo, a los Bautistas ni les menciones que la Salvación
se pierde, a los Apostólicos no les digas que el bautismo
no salva y así sucesivamente. Podemos hablar de
muchas vacas sagradas que tienen la mayoría de las
denominaciones, pero en este espacio trataremos con
una creencia en especial y por cierto que está muy
arraigada y es “el Padre nuestro”.
Inicio con esta pregunta que tal vez te sacuda un poco
¿crees que El Padre Nuestro es para los Cristianos sí o
no?. La respuesta es “no”. No te asustes todavía pues
hasta pienso que enseñárselo a los Cristianos, limita a
Dios. Y antes de dar comienzo a este capítulo recuerda
esto: “También El Padre Nuestro es parte del sermón
del monte o sea, que también es parte de la Ley”.

Mateo 6:9 Vosotros, pues, Oraréis así: Padre


nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre.

105
Antes de la crucifixión de Jesús, Dios no podía estar
con nosotros porque había una separación del cielo y la
tierra por causa del pecado y esto lo dice Isaías 59:1,2
narrando que el pecado del hombre ha hecho una
división entre el cielo y la tierra y Dios ha ocultado su
rostro por causa de tanta iniquidad, pero Lucas 2:14 nos
dice que los ángeles llegaron anunciando que Dios
traería paz a la tierra a través de la muerte de Jesús, y
al morir éste, condenó judicialmente el pecado en su
cuerpo, quitándolo de en medio y destruyéndolo por
completo.
Hoy, después del sacrificio de Jesús, por su sangre
derramada, somos hechos la habitación de Dios y I
Corintios 3:16 lo demuestra. Aquí Pablo hace esta
pregunta: ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el
Espíritu Santo mora en vosotros? Si Pablo preguntó
esto, es porque algunos lo ignoraban, y en I Corintios
6:19 lo vuelve a repetir igualmente en forma de
pregunta. Debemos de saber que en la etapa de la
Iglesia Dios ya no vive lejos, haya arriba en los cielos,
sino que vive dentro de nuestro corazón, y estamos
unidos para siempre gracias a Jesús.

Mateo 6:10 Venga tu reino, hágase tu voluntad


como en el cielo, así también en la tierra.

Jesús les estaba enseñando que el reino de Dios no


estaba en la tierra, sino que estaba en otro lugar y la
petición de los discípulos tenía que ser esta: “Dios
establece tu reino en la tierra”.
En Mateo 4:17 Jesús expone que los hombres se
tenía que arrepentir porque el reino de los cielos se
había acercado, como diciendo que no faltaba mucho
para que se estableciera en la tierra. En Mateo 10:17
les dice a sus discípulos que prediquen que “el reino de
los cielos se ha acercado”. En Mateo 12:28 Jesús les

106
dice a los fariseos que si por el Espíritu de Dios hecha
fuera los demonios, “ciertamente el reino de Dios ha
llegado a vosotros” o sea que ya no estaba lejos ni
cerca sino que ya ha llegado. Y en Lucas 17:20,21 para
rematar, cuando los fariseos le preguntan que cuándo
vendría el reino de Dios, su respuesta fue “el reino de
Dios ya esta aquí”.
Jesús trajo el reino de los cielos a la tierra, así que
el reino de Dios ya llegó, y nuestra oración después de
la muerte de Jesús tiene que ser diferente, pues en
lugar de orar “Padre que venga tu reino” debería ser
“Gracias Padre por habernos dado tu reino”, teniendo
esta mentalidad ya podemos disfrutar de todo lo que
Dios nos dio a través del sacrificio de Jesús, pero
mientras sigamos con la mentalidad de “venga tu reino”
nunca lo podremos disfrutar, pues esta oración nos
hace sentir que esta muy lejos de nosotros, pero el
tener conocimiento de que el reino de los cielos ya está
aquí, entre nosotros, nos hace vivir como victoriosos,
mas el ignorarlo nos hace vivir en la mediocridad.

Mateo 6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad,


como en el cielo, así también en la tierra.

¿Cuál era la voluntad del Padre antes de que Jesús


muriera? Leamos unas escrituras y nos daremos cuenta
que su voluntad era quitar de en medio el pecado,
restaurando lo que había perdido, para así volver a
estar unido al ser humano.
Hebreos 10:5 Por lo cual, entrando en el mundo
dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste
cuerpo.

Bajo la Ley de Moisés, la sangre de los animales no


tenían el poder para borrar los pecados, solo tenían el
poder de cubrirlos durante un año, y esta es la razón

107
por la cual no le agradaron a Dios, y si nunca hubiera
existido un mejor Pacto, el hombre hubiera vivido
eternamente alejado de Dios y sus promesas. La sangre
de animales era rociada sobre el propiciatorio que
estaba sobre el arca del Pacto, pero, ¿por qué se tenía
que rociar la sangre de animales sobre el propiciatorio?
Porque el arca contenía las tablas de la Ley y éstas
estaban continuamente en la presencia de Dios, y
siempre que Él la veía, le recordaban que el hombre era
un pecador y culpable de juicio, y como Él es justo, tenía
que dar al hombre lo que la Ley decía “muerte por culpa
del pecado”.

Hebreos 9:4 El cual tenía un incensario de oro y el


arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la
que estaba una urna de oro que contenía el maná, la
vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

Deuteronomio 10:2 Y escribiré en aquellas tablas


las palabras que estaban en las primeras tablas que
quebraste; y las pondrás en el arca.

Romanos 4:15 Pues la Ley produce ira; pero donde


no hay Ley, tampoco hay trasgresión.

La Ley producía ira de Dios, y no es que Dios tuviera


ira hacia el hombre o que estuviera enojado con él, sino
que esta ira era en contra del pecado, pero como éste
estaba sobre el ser humano, Dios tenía que destruir al
hombre. Yo creo que esto le partía el corazón a Dios por
eso hizo un plan de redención eterna para no destruir
nunca más al hombre, en el que Él mismo llevó nuestros
pecados y sufrió nuestros dolores. Y aunque esta ira se
aquietaba lógicamente por el mismo tiempo que
tuviera poder la sangre de animales que era un año, Él
prefirió morir por nosotros.

108
Hebreos 10:7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh
Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro
está escrito de mí.

¿Cuál era la voluntad del Padre según el contexto


de este pasaje? Por supuesto que era el borrar los
pecados y quitarlos de en medio de Él y los hombres y
no solamente venir a cubrirlos. Por eso Jesús dice:
“Holocaustos y expiaciones por el pecado no te
agradaron” (Hebreos 10:6) las cuales se ofrecían según
la Ley, y entonces dijo: “He aquí Dios vengo para hacer
tu voluntad”. Ahora bajo el mejor Pacto entra en
acción, no la sangre de animales, sino la Sangre de
Jesús, y ésta no sólo tiene el poder de cubrir los pecados
sino de borrarlos y desaparecerlos una vez y para
siempre ¡¡¡Aleluya!!!

“Si la sangre de animales tenía el poder de cubrir


los pecados por un año ¿cuánto más poder no tendrá
la Sangre de Jesús? Y no solo por un año, sino que su
poder es eternamente y para siempre”.

Recuerdo una ocasión que estuve de visita en casa


de un hermano, su esposa le pidió que le comprara
algunas verduras que le faltaban para terminar la
comida, y este hermano me invito a ir con él, y algo que
me llamó mucho la atención fue que al subirnos a su
camioneta me dijo que iba a orar, y su oración decía lo
siguiente: “Señor, en tu nombre cubro esta camioneta
con tu preciosa sangre, de arriba abajo y de una llanta
a la otra”. Yo me sorprendí bastante, pues nunca había
escuchado que cubrieran hasta una camioneta con la
sangre de Cristo. Pero esto no fue lo que me sorprendió
más, pues cuando ya habíamos terminado de comprar
las verduras y nos subimos de nuevo a la camioneta
para regresar a su casa, este hermano me dijo que iba

109
a orar nuevamente, y para mi sorpresa su oración volvió
a ser esta: “Señor, en tu nombre cubro esta camioneta
con tu preciosa sangre, de arriba abajo y de una llanta
a la otra”. En ese momento surgió esta pregunta en mi
cabeza: “¿Pues cuánto poder tiene la sangre de Jesús
que tuvo que cubrir otra vez su camioneta en menos de
diez minutos que nos tardamos en la tienda? Nosotros
debemos entender, que la sangre de Jesucristo fue
derramada por nosotros una vez y para siempre y por
tal motivo estamos cubiertos y no tenemos necesidad
de estarnos cubriendo a cada instante.

Mateo 26:42 Otra vez fue, y oró por segunda vez,


diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa
sin que la beba, hágase tu voluntad.

Lucas 22:42 Diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí


esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Cuando Jesús estaba en el huerto de Getsemaní, a


punto de ser sacrificado, Él sabía que todo el pecado del
mundo caería sobre su cuerpo y esto era lo peor que le
podía pasar, por eso es que le dice al Padre “si quieres
pasa de mí esta copa” lo que nos hace entender que por
aquello por lo que pasaría sería muy doloroso, y
termina la frase diciendo “pero no se haga mi voluntad
sino la tuya”. En la cruz del Calvario al derramar su
sangre en expiación por el pecado, Jesús hizo la
voluntad del Padre terminando con el gran abismo que
nos separaba de casa.

Mateo 6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo


hoy.

El compromiso entre un Padre y su hijo, no es que


el hijo le pida comida al padre, sino que el padre sepa

110
que es su obligación el suplir la comida de su hijo. O
¿acaso piensas que un bebe está en los brazos de su
papá diciendo: “Yo creo en mi corazón y confieso con
mi boca que mi papá no me va a dejar caer de sus
brazos” o “Yo creo en mi corazón y confieso con mi boca
que mi papá me va a dar mi leche para comer hoy”?
Esto es ridículo, pues un bebe esta totalmente confiado
de que su Padre le va a proveer todo lo que necesita y
que además va a cuidar de que no le pase nada. La Ley
decía “Haz y te doy” en cambio, bajo el mejor Pacto,
Dios dice que Él suplirá todo lo que necesitamos
conforme a sus riquezas (Filipenses 4:19). Pedirle algo
a Dios no es malo, pero esto hace que la relación con Él
se convierta en una relación mediocre, en cambio, una
persona que entiende el sacrificio de Jesús, en vez de
pedirle más a Dios, va a darle gracias por lo que ya tiene.
Además, creo que la bendición fluye más en aquel que
es agradecido, que en aquel que sólo se la pasa
pidiendo y pidiendo, pues el que agradece, lo hace
porque cree desde un principio que Dios suplirá todo,
en cambio, el que sólo pide y pide y vuelve a pedir lo
mismo, lo hace porque no cree desde la primera vez
que Dios vaya a suplirle todo lo que necesita.

Mateo 6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como


también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Este versículo es muy famoso y al igual que otros


que he mencionado, se utiliza mucho para decirle a la
congregación: “Si no perdonan, Dios no los va a
perdonar”. Aquellas personas que predican, esto sólo
están enseñando su ignorancia y la falta de revelación
de las escrituras y de lo que es el Nuevo Pacto, es más
con esta enseñanza le quitan la eficacia al sacrificio de
Jesús. ¿Cuántas personas crees que quisieran ser
perdonados de parte de Dios de acuerdo a como ellos

111
perdonan? Creo que ninguno (y me enlisto yo primero),
porque si el ser humano recibiera el perdón de Dios de
acuerdo a como ellos perdonan ¡¡¡ninguno sería
salvo!!!

Mateo 6:13 Y no nos metas en tentación, mas


líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la
gloria, por todos los siglos. Amén.

Hoy, con la revelación del Nuevo Pacto,


entendemos que Dios no puede ser tentado por el mal
ni Él tienta a nadie (Santiago 1:13) y cabe aclarar que
estas escrituras no se están contradiciendo. Todo el
Antiguo Testamento revela aparentemente un Dios de
ira que manda juicio sobre todos los desobedientes, y
en el Nuevo Testamento encontramos que el mismo
Dios dice que no hagamos mal ni aún a nuestros
enemigos, ¿acaso se están contradiciendo? No, sólo
necesitamos entender que hoy, después del sacrificio
de Jesús, vivimos en una etapa diferente, en la cual ya
somos libres de todo mal, la maldad existe en el mudo
pero Dios ya nos ha librado de ella (Gálatas 1:4).

Mateo 6:14,15 Porque si perdonáis a los hombres


sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras
ofensas.

¿Cuántos de los que ahora son Cristianos crees que


pidieron perdón a todos los que ofendieron antes de ser
salvos, con el propósito de que Dios los perdonara? La
respuesta lógica es “ninguno”, todos llegamos a Cristo
con cargas, necesidades y llenos de pecado y al recibirlo
como Señor de nuestras vidas, Él nos limpió por
completo, dándonos la fuerza para vivir una vida

112
diferente. Pablo enseña algo aparentemente contrario
a lo que Jesús enseñó en el sermón del monte pues si
unimos lo que Jesús dijo con lo que Pablo dice, parece
que Pablo no estaba de acuerdo con lo que Jesús dijo, a
tal grado de contradecirlo, y cabe aclarar que sí se
puede llegar a ver de esta manera, pero esto pasa sólo
porque no se tiene revelación de lo que es el Nuevo
Pacto.

Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros,


misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo.

En esta escritura Pablo enseña todo lo contrario a


lo que Jesús enseñó en el sermón del monte, Pablo dice:
“porque ya fuiste perdonado, tienes que perdonar”,
en cambio Jesús dice: “para que seas perdonado,
necesitas perdonar primero”. ¿Notaste la diferencia?
Sin embargo el Apóstol Pablo no estaba en contra de lo
que Jesús enseñó, pues él tenía plena revelación de que
lo que Jesús estaba enseñando en el monte era
“únicamente ley”.

Colosenses 3:13 Soportándoos unos a otros, y


perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros.

Y de nuevo el Apóstol Pablo dice para reafirmar:


“porque ya fuiste perdonado, tienes que perdonar”.
En otras palabras, como hijos de Dios debemos de
poner en práctica todo el tiempo el perdón a los demás,
pero nunca con el fin de que Dios nos perdone,
perdonamos porque ya hemos sido perdonados.
Antes del sacrifico de Jesús, los hombres tenían
que portarse muy bien para ganar el favor de Dios, y si

113
no perdonaban, no eran dignos de recibir el perdón
divino, pero después del sacrificio de Jesús, Dios nos
perdonó por lo que Jesús hizo y no por lo que nosotros
hayamos hecho. Bajo la Ley el hombre se ganaba el
perdón divino, bajo la Gracia Dios nos lo regala.
Así que hermano amado, la conclusión de este
capítulo es que el Padre Nuestro no es para nosotros,
pues nuestro Padre ya no vive lejos, Él esta cerca, muy
cerca de nosotros, tan cerca que lo podemos sentir en
nuestro corazón, y su reino esta en nosotros y hoy
podemos disfrutarlo, no necesitamos esperar hasta
morir para gozar una vida en abundancia, y como la
voluntad perfecta de Dios, Jesús la cumplió, Él suplirá
todas nuestras necesidades de acuerdo al sacrificio de
Jesús. Y recuerda, debemos de perdonar como Dios nos
perdonó por la sangre de Jesús, nunca con la intención
de ser perdonados.
No me tomes como un hereje, pero si de verdad
quieres declarar el Padre Nuestro, creo que esta es una
buena forma de hacerlo, pues con esta oración sí que le
da más gloria y alabanza a Dios, porque está basada en
lo que Él hizo, mientras que la otra está basada en lo
que nosotros deberíamos de hacer:

Un mejor Padre nuestro

“Padre nuestro que vives en nuestro corazón,


santificado es tu nombre, gracias por habernos dado
el reino y por haber hecho tu voluntad en el cielo como
en la tierra, gracias también por darnos el pan diario y
por suplir todas nuestras necesidades conforme a tus
riquezas en Gloria, gracias además por habernos
perdonado todos nuestros pecados y habernos hecho
participantes de un mejor Pacto”.

114
Creo que orar de esta forma, la oración del Padre
nuestro exalta el gran sacrificio de Jesús, con una
mentalidad de que ya estamos bajo un nuevo y mejor
pacto.

La Ley te hunde y condena al enseñarte que eres


un pecador con necesidad de un salvador, la Gracia te
levanta, justifica y muestra a tu Salvador; la Ley habla
de lo que el hombre hace para Dios, la Gracia habla
de lo que Dios hizo por el hombre.

115
Capítulo 15
La Condenación De La Ley
Cualquier persona que de verdad entiende el amor y la
bondad de Dios, corre directamente hacia Él aún y
cuando ha cometido pecado. En cambio hay muchos
que por desconocer esto, cuando se meten en
problemas y creen que no están viviendo una vida en
Santidad, se alejan de Dios, condenándose porque
sienten que han violado su Ley.
¿Qué es lo primero que sucede cuando cometes
pecado y tu conciencia te convence de que lo que
acabas de hacer esta mal y no es agradable a Dios?
Sucede lo mismo que le paso a Adán cuando comió del
árbol prohibido, al darse cuenta de que había
desobedecido a Dios, se escondió de Él, sin embargo
Dios que conocía la magnitud de esa desobediencia no
se ocultó del hombre, más bien lo buscó para
restaurarlo, ese es el amor de nuestro Padre.
Cuando el Cristiano no entiende el amor
incondicional de Dios y comete pecado, lo primero que
hace es esconderse de Dios, deja de ir a los estudios de
la Biblia, trata de esconderse de los hermanos por
temor a que lo pongan al descubierto y trata de evitar
los días de oración, porqué no quieren enfrentarse con
un Dios, que en vez de bendecirlo, lo castigue por lo que
ha cometido. Pero cuando este mismo cristiano sabe y
entiende que Dios lo ama incondicionalmente haga lo
que haga, que es su Padre y que siempre está con los
brazos abiertos esperándolo, no se va a esconder de Él,
más bien correrá hacia Él, sabiendo que seguro
encontrará restauración y vida eterna.

116
Tomemos un ejemplo de la vida diaria. Cuando una
persona sabe que ha cometido algún delito, su primera
reacción es esconderse de las autoridades legales
terrenales, pues sabe que lo estarán buscando porque
hay que saldar la deuda que tiene con la justicia. En
cambio, si esta persona conoce sus derechos, aún y
cuando ha infringido la Ley, correrá en busca de un
abogado que le ayude, ya sea a conseguir un amparo,
una fianza o algo que lo saque del apuro. De igual forma
nosotros, conociendo los derechos que tenemos
delante de Dios a través de Cristo Jesús, aun y cuando
hayamos infringido la Ley, debemos correr con nuestro
abogado, el cual no sólo logrará conseguirnos una
fianza o un amparo, sino que nos librará
completamente del castigo que merecemos por
nuestra falta, porque Él no solamente nos defiende sino
que ya ha pagado todo por nosotros.
La mayoría de los Cristianos creen que Dios no los
mandara al infierno por cometer algunos pequeños
pecados, pero sí creen que Dios no los puede usar en el
ministerio, o llegan a sentirse tan indignos de pedirle
algo a Dios, que piensan que Él solo les responderá
cuando hayan arreglado ese pecado en su vida, y sí esa
es tu forma de pensar, entonces tengo malas noticias
para ti, pues nunca te sentirás útil para ser usado por
Dios, porque toda la vida, mientras vivas en este cuerpo
corruptible, cometerás pecado, y si piensas que Dios
sólo te respaldará cuando ya no los cometas, entonces
date por vencido porque nunca te sentirás digno de ser
usado por Él.

Romanos 14:23 Pero el que duda sobre lo que come,


es condenado, porque no lo hace con Fe; y todo lo que
no proviene de Fe, es pecado.

Gracias a Dios que fue Pablo el que dijo esto y no yo,


porque si no, me metería en problemas con los
117
religiosos por decir “y todo lo que no proviene de Fe,
es pecado” porque si unimos esta escritura con Gálatas
3:12 en donde dice que “la Ley no es de Fe”, nos
daremos cuenta que cualquier persona que quiera
servir a Dios con una mentalidad antiguo testamen-
taria, está viviendo en pecado delante de Dios, ¡¡¡vaya,
esto sí que esta fuerte!!!
Casi todas las cartas de Pablo llevan el enfoque de
enseñar a los nuevos convertidos de que no traten de
servir a Dios con una mentalidad del Antiguo
Testamento, todo el libro de Romanos, Hebreos,
Gálatas y Efesios revelan que el hombre es justificado
por Fe en Jesús y no por esfuerzo propio. Gálatas 5:1
nos dice: “Estad pues firmes en la libertad con que
Cristo nos hizo libres”. ¿Sabes de qué nos libertó Jesús
según esta escritura? Muchos dirán del pecado, pero no
es así, esta escritura dice que Jesús nos liberto de la Ley
y Pablo nos exhorta a vivir en esa libertad y aún más nos
ordena luchar por ella.
Siempre que me encuentro con algún hermano,
amigo mío de cualquier denominación, sé que podemos
bromear sin ningún afán de lastimarnos sobre ciertos
puntos de vista de alguna escritura o doctrina, pero por
el contrario, cuando veo a un líder poner cargas de este
tipo a los nuevos convertidos, llega la ira de Dios a mi
vida contra esas falsas enseñanzas y aunque con
mansedumbre trato de corregir eso, me da mucho
coraje el saber que líderes, que fueron puestos para
quitar cargas, sean los que las imponen. De igual forma
creo que le sucedía a Pablo, él estaba enojado con los
falsos maestros que estaban dando esta enseñanza a
los Gálatas a tal grado de que en Gálatas 1:8 los llama
“malditos”, y por si no escucharon la primera vez vuelve
a repetir en Gálatas 1:9 "sea maldito todo el que añada
algo al sacrificio de Jesús para Justificación". Vaya que
si está enojado Pablo con estos falsos maestros,
además observa que en Filipenses 3:1-3 les dice
118
“Guardaos de los perros y de los malos obreros”. Aquí
claramente está hablando de aquellos que enseñan a
ganarse el favor de Dios por sus propios meritos. Pero,
¿por qué Pablo les llama perros? Porque un predicador
que te dice Cristo más tus obras para salvarte, es igual
a un perro ladrando en una esquina, o bien, sería lo
mismo que si nos dijera: “Si quieres escuchar un
mensaje de estos, mejor escucha a cualquier perro
ladrar, pues es lo mismo, grítale amén, gloria a Dios,
dale tu diezmo y pídele consejo”. ¿Qué fuerte no lo
crees? Gracias a Dios que esto lo dice Pablo no yo.
También Gálatas 3:1 nos habla de que estos malos
obreros fascinaban a la gente, lo que quiere decir que
los engañaban por arte de magia, o sea que estos falsos
maestros eran encantadores y adivinos. Así que lo que
Pablo enseña es, que si un predicador te dice Cristo más
tus obras para salvación, mejor escucha a los brujos, a
los adivinos, a los que leen las cartas o a un satanista.
¿Por qué? Porque es lo mismo, pues los satanistas
mezclan la sangre de animales y la sangre humana y
luego la beben.
La Ley: Demanda obras y sangre de animales.
La Gracia: Demanda fe en la sangre de Cristo.
Y cuando se dice Cristo más tus obras para salvación,
se está mezclando la sangre de animales con la sangre
de Cristo. ¡¡¡Imagínate que blasfemia!!! Ahora
entendemos mucho más porque Pablo estaba tan
enojado, y por esto mismo dice que ni por un momento
se sometió a esta falsa doctrina

119
Capítulo 16
La Obra Positiva Del Espíritu
Santo
Juan 16:7-11 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que
yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en
mí; de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis
más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo
ha sido ya juzgado.

La condenación que produce la Ley no debe ser


confundida con la convicción del Espíritu Santo.
Igualmente he escuchado sermones de estos pasajes
bíblicos y siento hasta nauseas al ver la aplicación que
algunos predicadores le dan, también puedo observar
los rostros de los hermanos con una cara de temor al
darse cuenta de que el Espíritu Santo los está vigilando
para cuando cometan pecado, acusarlos delante de
Dios y recibir su castigo por lo que hicieron. Otros
enseñan, basándose en estas escrituras, que el Espíritu
Santo nos convence de que somos pecadores y como
Dios es justo nos va a mandar juicio por el pecado.
Hasta he escuchado personas cristianas diciendo que el
Espíritu Santo los convenció de que son pecadores y si
se quieren ir al cielo cuando Cristo venga por su Iglesia,
se tienen que poner a cuentas con Dios, porque si no
han confesado ese pecado se quedan en la Gran
Tribulación. Déjame decirte que esta es la mentira más
120
grande que he escuchado en toda mi vida, pues en
primer lugar el Espíritu Santo no es ningún acusador y
en segundo lugar para irnos con Jesús lo único que hace
que califiquemos para partir con Él o quedarnos, es el
haberle recibido o no como Salvador de nuestras vidas.
Existe una predicación que es muy famosa y que
estoy seguro que ya ha recorrido muchas naciones,
pero que no tiene fundamento bíblico y es, “que Dios
viene por una Iglesia sin mancha y sin arruga y aquel
que esté sucio, cuando Él venga se va a quedar”. Esto
no es cierto, porque no existe ningún versículo en la
Biblia que lo respalde.
Efesios 5:25-27 dice claramente que nosotros
teníamos manchas y arrugas pero la sangre de Jesús nos
las quitó todas. Colosenses 1:21,22 también repite que
Jesús nos quitó toda mancha y arruga” y Efesios 1:4 nos
dice que nosotros debemos vivir Santos y Sin Mancha
delante de los hombres”. Y a pesar de esto, existe
mucha gente que vive en condenación pensando que
tiene que quitarse las manchas y las arrugas para que
cuando Cristo venga los encuentre preparados, pero
sabemos que el hombre es incapaz de quitarse una sola
mancha o una sola arruga pues únicamente la sangre
de Jesús puede limpiarnos. Si alguien sabe de qué
manera quitarse las manchas y arrugas, por favor
dígame cómo, porque hasta hoy no he encontrado un
jabón o ácido que supere a la sangre de mi Señor y
Salvador Jesús.
El Espíritu Santo es un Consolador y no un acusador
y hay una gran diferencia entre lo uno y lo otro. La
palabra Consolador es la palabra griega “Parakleto” que
significa Ayudador o Abogado. Jesús dice os conviene
que yo me vaya, porque si no me fuera el Consolador
no vendría y cuando Él venga va a trabajar de esta
forma, convencerá al mundo de tres cosas las cuales

121
son: pecado, justicia y juicio y estas tres nos las explica
de la siguiente forma.

Juan 16:8-10 Y cuando él venga, convencerá al


mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por
cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al
Padre, y no me veréis más;

En el versículo 9 dice que el Espíritu Santo va a


convencer de pecado ¿a quién? A los que no creen en
Jesús, esto es a los incrédulos, con el propósito de
enseñarles que son pecadores y merecen la muerte,
esto no es malo, por el contrario, es muy bueno, porque
así les hace sentir la necesidad de un Salvador, que era
exactamente lo que hacía la Ley, condenar a los Judíos
y prepararlos para que recibieran al Mesías.
En el versículo 10 dice que a los que creemos en
Jesús, nos convence de justicia, de que somos
justificados por la sangre de Jesús, y cuando
cometemos pecado, su trabajo es “Consolarnos” no
convencernos de que somos unos pecadores. Es el
decirnos “Levántate, si bien lo que hiciste estuvo mal,
recuerda que tú eres justo por lo que hizo Jesús y esto
que acabas de hacer no te convierte en injusto, ánimo,
adelante, todo lo puedes en Cristo que te fortalece”,
este sí que es un amigo y un consolador. El Espíritu
Santo convence al incrédulo de que es pecador y
merece la muerte para que reciba a Jesús como
Salvador, pero una vez que lo acepta como Salvador de
su vida, el trabajo del Espíritu Santo ya no es de
convencerlo de pecado sino de que es justo por el
sacrificio de Jesús. Bajo el Antiguo Pacto cuando el
hombre cometía pecado, la Ley lo condenaba
diciéndole que era un pecador y merecía la muerte;
bajo el Nuevo Pacto cuando el hombre comete pecado,
el Espíritu Santo lo convence de que es justificado y

122
tiene un Salvador. Estoy seguro de que con esto que
acabo de decir algunos me quisieran apedrear pero lo
vuelvo a repetir “el Espíritu Santo no es ningún
acusador, sino un Consolador”. El Espíritu Santo
redarguye al cristiano de pecado mas no lo convence
de él. La palabra convence nos dice: “Tú eres esto” y la
palabra redargüir nos dice: “Esta mal, no lo hagas”. El
Espíritu Santo redarguye al cristiano de pecado y
gracias a Dios por esto, porque algunos que no lo
entiendan dirán, “bueno vivo bajo la Gracia” y cuando
cometen pecado dicen, no existe ninguna condenación
para mí, y aunque estoy de acuerdo con esto, no estoy
de acuerdo en que alguien utilice la gracia para
desgracia. Hoy el trabajo del Espíritu Santo cuando
cometemos pecado es el de decirnos “está mal, no lo
hagas” entendiendo que no nos está condenando, solo
nos está previniendo de conse-cuencias fatales que
podemos recibir si hacemos caso omiso a sus
advertencias. El cristiano tiene y debe de sentir
remordimiento cuando comete pecado, para
arrepentirse y dejar de hacerlo, mas no tiene que sentir
ninguna condenación por él. Un predicador dijo en una
ocasión que el hombre tiene en el corazón como un
triangulo con las puntas afiladas y al cometer pecado
este comienza a dar vueltas advirtiendo de que lo que
acaba de hacer está mal, lastimando con sus puntas el
corazón, pero si este triangulo es ignorado, a las puntas,
de tanto estar dando vueltas, se les termina el filo y
después aunque siga girando, ya no lastima. Pues algo
así es cuando el Espíritu Santo nos redarguye de
pecado, nos hace sentir incómodos, pero si lo
ignoramos, tarde o temprano vamos acabar por no
escuchar su voz e irnos directo al fracaso. De la misma
manera que la mayoría de los carros antes de que se les
dañe el motor encienden una luz en el tablero
indicando que se tiene que revisar, porque de lo

123
contrario puede ocasionar la destrucción del mismo, es
muy importante que cuando el Espíritu Santo nos haga
sentir esa lucecita de emergencia, le pongamos
atención y comencemos a revisar nuestra vida para ver
en que estamos fallando y asimismo restaurarlo, para
después no lamentarnos de un grave accidente.

El Espíritu Santo no vino para terminar la obra de


Jesús, sino para dar revelación de ella.

124
Capítulo 17
Uso Correcto De La Ley
Es mi deseo que mientras estudies este capítulo,
puedas comprender que debemos darle gracias a Dios
por la Ley, porque sin ella nunca hubiésemos conocido
que somos pecadores y que la sangre de Jesús nos
limpia de todo pecado, nunca sabríamos nuestra
necesidad de un Salvador, nunca sabríamos qué tan
Perfecto es Dios y qué tan imperfecto es el hombre y
nunca sabríamos que la vida eterna que no merecemos
nos fue dada como un “Regalo”.

Gálatas 3:23 Pero antes que viniese la Fe, estábamos


confinados bajo la Ley, encerrados para aquella Fe que
iba a ser revelada.

Antes de que Dios diera la Ley, la gente estaba


confiando en sí misma para salvarse, y se comparaba
con los demás, cuando veían alguno cometer cosas muy
graves, comenzaban a decir “bueno yo no soy tan malo
como ese, o como aquel, creo que estoy bien”.
Las personas que buscan los errores de los demás,
lo hacen para sentirse bien consigo mismos y poder
justificarse, pensando que si Dios ama a aquella
persona así, pues a ellos con más razón. Pero en ningún
momento Dios dijo que nos comparáramos con los
demás (II Corintios 10:12 y 18) y si alguien se quiere
comparar, que se compare con Cristo.

(Lucas 18:9-14) El fariseo oraba consigo mismo,


alabándose y diciendo: “Dios mira todo lo que hago por
125
ti, oro todo el tiempo, ayuno y doy diezmo de todo lo
que tengo, además no soy como este pecador que esta
a mi lado, soy mucho mejor, así es que debes estar muy
orgulloso de mí”. Pero al llegar la Ley les mostró que
aunque nunca hubieran cometido pecado, tenían una
naturaleza pecaminosa que era la herencia de Adán y
esto es lo que los llevaba al infierno, haciéndolos sentir
pecadores y culpables del fuego eterno, la Ley es buena
para aplicárselas a las personas que se creen superior a
los demás, para que se den cuenta que todos éramos
igual de pecadores y no existen “pecadores peores o
mejores que otros”.
Hoy en día pasa lo mismo que con aquellos
fariseos, pues hemos olvidado que gracias al sacrificio
de Jesús, todos hemos sido justificados una vez y para
siempre. La gente sigue comparándose entre ellos
mismos, argumentando que unos trabajan más para la
obra de Dios que otros, pensando que entre más
trabajan, más aceptados son delante de Dios, y viendo
a lo que no trabajan tanto como ellos, como menos
aceptos por Dios. Sin embargo, debemos entender que
este no fue, ni es, ni será nunca el propósito de Dios y
que ahora, por la sangre de nuestro Señor Jesucristo,
todos somos justificados y no existen “justificados
mejores o peores que otros”.
La Gracia pone un balance perfecto entre los
hombres, pues a aquellos que se sienten más
importantes que otros los baja a cierto nivel,
diciéndoles que sin Cristo no son nada, y a los que se
sienten inferiores les dice que son importantes por la
sangre de Jesús poniendo a todos en un mismo nivel.
Cuando he compartido con ciertas personas el
Evangelio, me he encontrado con muchos que están
completamente engañados y dicen no necesitar a Jesús
“pues no son tan malos como otros” me dicen que no
fuman, ni toman licor, no dicen malas palabras, y que

126
solo están dedicados a su trabajo y familia, a estas
personas se les tiene que enseñar la Ley para que
descubran que dentro de ellos existe una naturaleza
pecaminosa que es la herencia de Adán y aunque nunca
cometieran pecado aun así se irían directo al infierno y
las buenas acciones jamás podrán cambiarle esa
naturaleza, únicamente el tener un nuevo nacimiento.
La gente piensa que existen diferentes niveles de
pecados y los ponen en categorías diciendo “este es
grande, este es chico” pero para Dios no existe tal cosa,
para Él pecado es pecado. Pero entre los hombres pasa
que cuando ven a uno cometer adulterio por ejemplo,
dicen “ese es un gran pecador” pero cuando alguien
comete un pecado como una mentira, piensan que eso
no es tan grave y mentalmente creen que Dios se enoja
más con el que comete adulterio que con el que habló
mentira, pero no es así, tanto el que habla mentira,
como el que comete adulterio, son culpables y merecen
el mismo fuego eterno, pues tampoco existen
diferentes tipos de infiernos, como para decir, este esta
más caliente y es para los que cometen pecados graves
y este no esta tan caliente y es para los que cometen
pecados chicos, claro que no, todo el que no recibe a
Jesús, haya o no cometido pecado, se va al mismo
infierno a menos que le reciba como Salvador de su
vida.
Así que la ley es buena para enseñarles su
condición de pecado a los que se sienten que son muy
buenos y que creen que no tienen necesidad de un
Salvador, a los que se creen más santos que los demás
y tienen aires de superioridad y a los que se la pasan
criticando y acusando a los que comenten pecado para
ellos sentirse los mejores entre los pecadores. La ley les
va hacer ver su miseria, y si logran entender esto,
quitarán sus ojos de ellos mismos y los pondrán en

127
Jesús, más si no lo entienden, prepárate para recibir
una tormenta de juicio y críticas por parte de ellos.

128
Capítulo 18
Uso Incorrecto De La Ley
Gálatas 4:24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres
son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el
cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

Una vez que la Ley cumple con su trabajo de condenar


a la persona haciéndola sentir culpable y llevándola a
los pies de Cristo, su trabajo fue todo un éxito, y su
propósito para lo que fue dada terminó, y desde este
punto en adelante le corresponde a Jesús guiar a los
nuevos convertidos y la Ley nada tiene que hacer ya en
la escena.
Después de que la persona tiene a Jesús como
Salvador, la Ley pierde todos los derechos de darle
instrucciones y es totalmente incapaz de hacer que el
hombre tenga una buena o mala relación con Dios
basándose en sus Leyes de “No, No, No,”. Esta es la
parte en donde muchos se confunden, porque se
enseña mucho que la Salvación no es por obras y nada
de lo que el ser humano haga puede ganarle su
Salvación, ni las bendiciones, ni el favor de Dios, y hasta
aquí todo esta muy bien, pero una vez que los
inconversos se convierten, los mismos que un día les
dijeron que nada es por obras, comienzan a decirles
“que si no viven en santidad no podrán ver a Dios, que
si no diezman son malditos, y si no asisten a los cultos,
no leen la Biblia, y no ayunan, Dios no los puede
querer”. ¿Sabes la tontería que es esto? Cuando son
incrédulos se les predica “nada de lo que hagas puede
hacer que ganes tu Salvación” pero cuando ya son
129
convertidos se les predica “tienes que hacer todo esto
porque sino te quedas cuando Cristo venga por su
Iglesia”. En otras palabras, antes de ser cristiano no te
podías ganar la Salvación y ahora que ya eres salvo, te
las tienes que arreglar para poder retenerla, ¿no te
suena totalmente contradictorio y ridículo?
Hoy muchos ofrecen el amor incondicional a los
borrachos, prostitutas y adúlteros cuando no tienen a
Cristo, diciéndoles que no importa lo que hayan hecho
que así los quiere Dios, pero si se convierten y hacen
alguna de las cosas que antes hacían, los mismos que
una vez les dijeron que Cristo los amaba así, los acusan
diciendo que la ira de Dios va a caer sobre ellos, y
básicamente están diciendo que Dios los ama menos
ahora que son cristianos. Ahora, ¿debemos pensar que
esto significa que la santidad no importa? Claro que no.
Esto no importa para nuestra salvación pues ésta es
sólo por Gracia, pero una persona que de verdad ha
nacido de nuevo, tiene un cambio de actitud y vive
espontáneamente en santidad. Nosotros siempre
vamos a cometer errores y si pensamos que depende
de nosotros ganarnos el amor de Dios, nos sentiremos
miserables, condenados e inservibles, pero si sabemos
que Él nos ama incondicionalmente, nunca más vamos
a sentirnos condenados.
“Dios te ama tal y como estás, pero te ama
demasiado como para dejarte como estás”.
Recuerdo una de mis primeras experiencias con los
cristianos. Me encontraba durmiendo debajo de un
puente, y tenía ya varias semanas sin bañarme y
algunos días sin comer nada, cuando de pronto se me
acerca un muchacho que traía unas tortas y refrescos y
me ofreció. Yo más que contento lo recibí y él comenzó
a compartirme de Jesús. La verdad yo no estaba
poniendo mucha atención a lo que decía, lo único que
quería en ese momento era el refresco y la torta. Sin

130
embargo lo que sí me impresiono mucho, fue que este
muchacho me dijo Cristo te ama y me dio “Un Fuerte
Abrazo”. Yo no lo podía creer, pues estaba tan sucio y
mal oliente que todos se alejaban de mí, así que le hice
estas preguntas: ¿Crees que Jesús me ama así como
estoy de sucio? Además soy un ratero y drogadicto. Lo
que me contesto ¡¡¡Cambió Mi Vida!!! pues él dijo que
a Dios no le importaba nada de eso y que de hecho me
amaba tanto que había enviado a su hijo Jesús a morir
por mí. Cuando este joven se fue me quedé meditando
en este personaje que me amaba tanto como para
morir por mí, así que un día como pude conseguí una
ropa más limpia que la que traía puesta y me dirigí a una
Iglesia donde pensé que encontraría el amor que tanto
necesitaba, pero cuál fue mi sorpresa que al llegar a
este lugar, me senté en la última fila y de pronto se me
acerco un “fariseo” perdón, un diácono y me dijo
“Muchacho este es “un lugar santo” y no puedes estar
aquí con esa ropa y con ese pelo tan largo (pues tenía
varios meses sin cortármelo) porque Dios se
enoja”¿Qué, qué? dije yo, “cuando estaba tirado y
sucio me dijeron que Dios me amaba tanto que envió a
su hijo a morir por mí, y hoy, que mínimo ya me cambie
de ropa y me bañé era para que Dios me amara más,
pero me dicen que me ama menos, pues mejor me voy
debajo del puente a estar como antes porque ahí sí me
ama Dios más que en la misma Iglesia”. Pero claro que
no es así, Dios nos ama Mucho Más sólo por la sangre
de Jesús, no por lo que nosotros seamos, tengamos o
hagamos.

Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con


nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros.
Cuando algunos leen la Ley de Moisés lo
interpretan de esta manera “Dios me esta diciendo que

131
si no robo, no mato, no miento, no trabajo el sábado,
no, no, no, no,” entonces voy a ser aceptado por Él,
pero no es así, Dios nunca dio la Ley como una ruta para
llegar a Él, porque nadie la puede cumplir, Romanos
3:23 dice que todos somos pecadores y estamos
separados de la gloria de Dios, nunca nadie ha sido
capaz de cumplir la Ley excepto Jesús.
Los religiosos predican la Ley como un medio de
asustar a la gente y así poder controlarla, diciéndoles
que si no hacen ciertas cosas, tampoco Dios hará su
parte, claro que esto es una gran mentira y es una
perversión de la Ley de Dios, si esto fuera cierto,
ninguno recibiría nada de Dios, porque el ser humano
es incapaz de hacer algo tan grande como para poder
moverlo o como para ponerlo de su parte, el único que
si pudo mover a Dios fue Jesús y a través de Él Dios está
de nuestra parte.
Lo quiero repetir otra vez “la Ley fue dada para
revelar al hombre su pecado y destruirle toda
esperanza de que se podía salvar así mismo”.
Y por si acaso te estarás preguntado: ¿Entonces por
qué Jesús le dice a aquel joven rico que si quiere entrar
a la vida eterna debe de guardar todos los
mandamientos? (Mateo 19:16-26). Esto es muy sencillo
de explicar; este hombre al acercarse a Jesús, lo
primero que le dice es: “Maestro bueno ¿qué bien haré
para heredar la vida eterna?, en otras palabras este
hombre pensaba que la vida eterna se obtenía
haciendo “un bien”, y por tal motivo Jesús ataca la
palabra “bueno” respondiéndole: “¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios”.
Primeramente Jesús le aclara que como no hay ninguno
bueno, él es malo y no hay forma de que pueda ganarse
la vida eterna haciendo ningún bien por muy grande
que este sea, pero si estaba intentando hacerlo así,
entonces debía de guardar los mandamientos. Pero,

132
¿para qué los mandamientos? Pues porque estos sirven
como un espejo en el cual se refleja el pecado del
hombre y su condición, y esto era exactamente lo que
Jesús estaba haciendo al decirle que guardara toda la
Ley, quería que este joven se diera cuenta de que era
malo y necesitaba un Salvador. La contestación del
joven fue sorprendente: “Todo esto lo he guardado
desde mi juventud”. Este joven era una muestra clara
de la enseñanza que tenían y daban los fariseos, pues
estaba completa-mente engañado creyendo que era
muy bueno y que por este motivo, Dios estaba obligado
a darle la vida eterna como premio a su obediencia, y
no contento con esto hasta se atreve a decir: “¿Qué
más me falta?” Una persona que quiera ganarse la vida
eterna por medio de obras siempre tendrá un vacío en
su interior y al igual que este joven, continuamente
tendrá esta pregunta ¿Qué más me falta? Porque por
mucho que se haga nunca será suficiente. Entonces
Jesús, conociendo el corazón de este hombre y
sabiendo que no era cierto que había guardado toda la
Ley desde su juventud, dijo para quitarle ese
pensamiento engañoso de su cabeza: “Entonces eres
muy bueno. Bien, ahora para que seas perfecto, anda,
vende todo lo que tienes y dalo a los pobres para que
tengas tesoros en el cielo”. Y como era de esperarse, la
reacción de aquel joven fue alejarse triste, porque tenía
muchas posesiones. En su actitud podemos confirmar
claramente que no era cierto que había guardado los
mandamientos de Dios, porque en primer lugar no fue
obediente a Jesús cuando le dijo que se despojara de
todo lo que tenía, y en segundo lugar, no amaba a su
prójimo como a sí mismo. Las escrituras también nos
narra lo que les aconteció a los discípulos que estaban
escuchando esta conversación, ellos estaban
asombrados con lo que ahí estaba sucediendo, pues
ellos en un principio pudieron sentirse halagados por

133
conocer a aquel joven tan bueno, pero estaban siendo
engañados con las palabras de él, pero a Jesús no lo
pudo engañar, así que cuando vieron alejarse a aquel
joven, que supuestamente era el ejemplo de alguien
que se merecía la vida eterna como pago a la
obediencia, sin ninguna esperanza de poder salvarse
por lo que hacía, los discípulos dijeron: “¿Quién pues
podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús les dijo “para los
hombres esto es imposible, mas para Dios todo es
posible”.
Así que Jesús no le estaba diciendo a aquel joven
rico que guardara los mandamientos para poder ser
salvo, únicamente se lo dijo para desengañarlo y así,
hacerle entender, que un ser humano nunca los podrá
guardar a la perfección, y aunque así fuera y llegará a
cumplirlos todos al cien por ciento, no podría llegar a
ser salvo, porque para poder entrar a la vida eterna sólo
existe un medio y ese medio es “Jesús” nuestro
Salvador, o de lo contrario ¿hubiera habido necesidad
de que Jesús hubiese venido a morir por ti?

134
Capítulo 19
Cayendo De La Gracia De
Dios
Gálatas 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la Ley
os justificáis; de la Gracia habéis caído.

¿Qué significa caer de la Gracia de Dios?


Esta frase se escucha mucho en los labios del pueblo de
Dios, cuando ven a una persona que ha cometido
pecado, haciendo alusión a que perdió la Salvación.
Cada vez que viajo a los diferentes estados para dar
conferencias, tengo muchas ganas de poder ver y
saludar a todos los hermanos de las Iglesias, y sucedió
en una de ellas que después de dar la conferencia note
que uno de los hermanos que en tiempos pasados había
visto muy activo y preparando todo para los eventos,
en esta ocasión no se presentó a ninguna clase, así que
pregunte por él al Pastor, y su respuesta fue “ese
muchacho ya no es Cristiano, pues tiene mucho tiempo
sin venir a la Iglesia”. Igualmente le pregunté a otro
miembro de la iglesia por este muchacho y su respuesta
fue con una voz muy triste por la mala noticia que me
tenía que dar, “No hermano Ricardo, él ha caído de la
Gracia de Dios, pues anda con unos marihuanos
drogándose y emborrachándose”.
Tal vez tú que estás leyendo este libro tengas el
mismo concepto que estos hermanos, o tal vez no, pero
lo que sí quiero dejar muy claro es esto, que el ir a una
Iglesia no hace a nadie Cristiano y de igual manera el
dejar de ir a la Iglesia no lo hace un inconverso, sino el
135
tener o no a Jesús como Salvador, incluso creo que
existen personas que están dentro de las
congregaciones que ni siquiera son salvos, y además,
quiero decirte que la Iglesia somos nosotros como
creyentes, la Iglesia no es el cemento ni la madera, ni
está compuesta por las cuatro paredes, sino por un
cuerpo de creyentes. Una persona puede ser salva
aunque nunca asista a una congregación, porque la
congregación no da la Salvación, mas sería muy tonto
de su parte el no congregarse con los hermanos porque
no viviría la vida cristiana en victoria como es el plan de
Dios.
Las personas que dicen “cayó de la Gracia de Dios”
utilizan este término para decir que tal persona ha
perdido su Salvación. La palabra Gracia significa “regalo
inmerecido” es un término que nos muestra que no
podemos ganárnosla sino únicamente recibirla y decir
gracias.
Romanos 5:20 dice que “la Ley se introdujo para
que el pecado abundase”. Lo único que le da
oportunidad al pecado de que abunde ¿Qué es? La Ley,
pero, ¿Si no hay Ley? el pecado no abunda. Así que Dios
por amor dio la Ley para que supieran que el pecado
existía y que les estaba haciendo mucho mal, y el mismo
versículo sigue diciendo, “mas cuando el pecado
abundó, sobreabundo la gracia” ¿Qué es lo único que
le da oportunidad a la gracia de que abunde? El pecado
pero, ¿si no hay pecado? La gracia no abunda. Ahora ya
podemos entender un poco mejor la pregunta que le
hicieron a Pablo en Romanos 6:1 cuando le dijeron
“¿Pecaremos para que la gracia abunde?”. Lo único que
le da oportunidad de actuar a la Gracia es el pecado, no
la Santidad, porque una persona que es un santo ¿Para
qué necesita de la Gracia? Sin embargo, un pecador si
necesita Gracia. La Gracia funciona más con una
persona que comete pecado, que con aquel que no lo

136
comete, entonces ¿Pecaremos para recibir más Gracia?
En ninguna manera, porque aquel que abusa de ella, ya
no está viviendo en Gracia sino en desgracia. El término
“caer de la Gracia de Dios” no significa perder la
Salvación, sino únicamente que ya no estás caminando
en ella, ni recibiendo sus beneficios, cuando una
persona cae de la Gracia de Dios es cuando trata de
caminar la vida cristiana en sus propias fuerzas tratando
de justificarse delante de Dios por lo que hace,
haciendo a un lado el sacrificio de Jesús.
Cuando un Cristiano le dice a Dios “mira que bien
me he portado merezco bendición” este hermano a
caído de la Gracia de Dios, porque se quiere justificar
por lo que él está haciendo y no por lo que Cristo hizo,
lo que significa que los beneficios del sacrificio de Jesús
no los puede recibir, no que Dios no quiera bendecirlo,
sino que la persona se ha puesto en una posición en la
que Dios no puede bendecirlo.
En términos más claros, vivir bajo la Gracia de Dios
y sus beneficios es cuando el hombre se justifica por lo
que Jesús hizo, y caer de la Gracia de Dios y sus
beneficios es cuando el hombre se quiere justificar por
lo que hace.
Las personas que se portan muy bien para que Dios
las bendiga, simplemente no saben lo que significa la
palabra Justicia ni Gracia, pues es mucho mejor no
recibir nada de Dios que recibir “Su Justicia”, si Dios nos
diera lo que merecemos nos daría el infierno, así que
mejor vamos a pedirle Gracia, para que nos de lo que
no merecemos, y si crees que únicamente cuando te
portes bien tienes el privilegio de acercarte a Dios,
entonces muy pocas veces sentirás el valor de hacerlo,
también si crees que la única manera de no quedarte
en la Gran Tribulación es el portarte muy bien y ser
obediente en todo, tengo malas noticias para ti “te vas
a quedar”.

137
Capítulo 20
Viviendo La Libertad En
Cristo
Colosenses 2:6 Por tanto, de la manera que habéis
recibido al Señor Jesucristo, andan en él.

El principio que aplicamos para ser salvos es el mismo


principio que debemos de utilizar para caminar en la
Salvación, nuestra conducta no fue la base para recibir
Salvación, ni tampoco tiene que ser la base para recibir
algo de Dios, la base antes y después de la Salvación es
la “Fe” y esto significa depender de alguien, de la misma
manera que comenzamos, tenemos que terminar. No
estoy diciendo que nuestra conducta no es importante,
claro que lo es, una persona que ha nacido de nuevo lo
tiene que demostrar por su buena conducta, pero no
para ser salvo o para que Dios lo bendiga sino como
fruto de que ya lo es.
Cuando Cristo me alcanzó, después de haber sido
un drogadicto y de estar viviendo en las calles, un
Pastor me invitó a dar testimonio a su Iglesia y le gustó
mucho, así que me recomendó con varios Pastores,
hasta que de pronto me encontré dando mi testimonió
en la radio y televisión, algunos dirían “Gloria a Dios”
pero en este caso no fue así, porque esto en vez de ser
de bendición para mi vida, más bien me frustró, pues yo
creía que Dios me estaba usado porque era más santo
que todos los demás y que a los otros cristianitos no los
usaba porque tenían algunos pecados escondidos que
nadie sabía, así que mi actitud hacia los hermanos, fue
138
la de un fariseo y cuando me encontraba en el pulpito,
iba con la idea de “Agárrense los pecadores porque ya
llegó el defensor de la Santidad” y comenzaba a
condenar a la gente de tal forma que casi hago que
descienda azufre y fuego del cielo sobre ellos. Todo esto
lo estaba haciendo con un corazón sincero, pero estaba
sinceramente equivocado. Qué tristeza, se me había
olvidado de donde me rescató el Señor, Dios me había
dado Gracia y yo estaba dando juicio y condenación.
Pasados algunos años comencé a estudiar en un
colegio Bíblico en el Estado de Colorado, en el cual
enseñaban la Gracia de Dios, cosa que nunca en mi vida
de cristiano había escuchado. El Maestro enseñaba día
tras día de esto, con muchas escrituras de la Biblia y
poniendo muchos ejemplos de que Dios no nos usa ni
se mueve a nuestro favor de acuerdo a nuestro
comportamiento y que Dios nos ama igual a todos, no
importando lo que hagamos o dejemos de hacer, esto
me molestó mucho, pero algo que me hizo enfurecer
mucho más fue cuando dijo que Dios amaba a los
hermanos que cometían pecados igualmente como a
los que no los cometían. Un día hice una cita con este
maestro y le dije en su cara que yo no estaba de
acuerdo con sus enseñanzas, y que me iba a salir del
colegio. Él me preguntó con toda tranquilidad ¿en qué
no estas de acuerdo? Recuerdo que no supe que
contestarle, pero algo dentro de mí rechazaba sus
enseñanzas, y el maestro con toda su sabiduría me dijo:
“Mira hijo, apenas tienes unos meses aquí y te faltan
dos años más, no te vayas, espera un tiempo y después
platicamos”. Pasaron varios meses más y me preocupó
tanto que me metí de lleno a estudiar esto a tal grado
que leía noches enteras la Biblia para comprobar si lo
que me estaban enseñando era verdad, porque me
había esforzado tanto para vivir en Santidad desde el
día de mi conversión, que nunca mas salieron groserías

139
de mi boca, ni volví a fumar, ni a beber licor y este
maestro me derrumbo todas mis buenas obras hasta el
suelo, diciéndome que todo esto, no hacía que Dios me
amara más. Leí muchas escrituras que más bien
apoyaban lo que el maestro nos enseñaba y no lo que
yo creía, y desilusionado compre unas latas de cerveza
y me emborrache en mi departamento. Esa noche
nunca se me va a olvidar porque fue en el cual mi vida
como cristiano cambio radicalmente, recuerdo que
estando borracho levante mis ojos llenos de lagrimas al
cielo y le dije: “Dios todavía me amas así” la respuesta
que Dios me dio me hizo que cayera postrado, me dijo:
“Sí, todavía te amo igual” y mis lagrimas seguían
saliendo pero ya no de rencor, sino de que estaba
experimentando y sintiendo el amor de Dios como
nunca antes. Esto no me motivó para seguir
emborrachándome, por el contrario me motivó a dejar
eso y muchas cosas más. El amor de Dios fue lo que de
verdad cambio mi vida y hoy vivo en Santidad por amor
a alguien que murió por mí y no por temor a que me
pegue y me mande juicio si no lo hago.
Hoy vivo una vida en Santidad que es agradable a
Dios, y no lo hago con el propósito de ganar algo de Él
pues creo que cuando alcanzamos un punto en la vida
Cristiana en el cual no nos importa lo que Dios nos
pueda dar, sino en amarlo por lo que Él es, obedecerlo
y estar con Él, tendremos la victoria sobre el pecado sin
esforzarnos y viviremos en santidad mucho más
espontáneamente que a fuerzas, porque comenza-
remos a ver, pensar y como consecuencia también a
actuar como nuestro Padre.
Estoy muy contento de que la Salvación o cualquier
otra cosa de Dios no viene a nosotros de acuerdo a
nuestro comportamiento, si no, no recibiríamos nada, y
la razón por la cual muchos enfermos no reciben su
sanidad, o muchos hermanos no reciben su milagro o

140
respuesta a su petición, es porque tienen esa
mentalidad de que Dios responde de acuerdo a que tan
bien se hayan portado. Es muy bueno y es nuestra
obligación el leer la Biblia, orar, ayunar, diezmar etc.,
pero si lo haces con el propósito de que Dios te bendiga,
te aseguro que al final de todo tu trabajo te vas a
encontrar vació, cansado y diciendo que nada de eso
funciona.

II Pedro 1:3 Como todas las cosas que pertenecen a


la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos
llamó por su gloria y excelencia.

Creo que se han hecho cientos de eventos para


enseñar la mecánica de cómo funciona la vida Cristiana,
se predica de la Fe, de confesar la palabra de Dios, de la
siembra y la cosecha y muchos las ponen en practica sin
conocer verdaderamente al mecánico o sea a Dios, la
mecánica de la vida Cristiana no es la que produce una
vida abundante, sino Dios, por eso Pedro dice que a
través del conocimiento de Dios podemos disfrutar de
todo, Mateo 6:33 dice que busquemos primeramente el
reino de Dios y Su Justicia y todo lo demás vendrá por
añadidura.
Cuando una persona de verdad conoce a Dios, creo
que no es difícil obedecerle, más bien será imposible el
desobedecerle, Dios no dio la Biblia para aprender
técnicas de cómo recibir cosas de Él, dio su Palabra para
que lo conociéramos y pudiésemos disfrutar más de Él.

141
Capítulo 21
Gracia Para El Ministerio
En el comienzo de mi ministerio, quería que Dios me
usara grandemente en las predicaciones, así que me
preparaba, ayunando hasta tres días corridos, leía la
Biblia, y oraba varias oras antes de la predicación, así
que cuando me dejaban el pulpito iba con una
mentalidad de que Dios me tenía que respaldar, porque
yo ya había hecho mi parte. Muchas veces bajé
desilusionado, queriendo que la predicación ya se
terminara porque nadie me estaba poniendo atención
y llegaban pensamientos a mi cabeza departe del
enemigo que me decía: “no te preparaste bien, no le
echaste las suficientes ganas por eso Dios no te
respaldó”, y al llegar a casa le reclamaba a Dios,
diciéndole que porque no me respaldó si hice todas las
cosas que se necesitaban para tener la unción, me
quedaba bien frustrado meditando en que había fallado
para poder hacerlo mejor la próxima vez, así que en los
siguientes días aprendía unas técnicas nuevas y me
decía a mi mismo: “Ahora sí, con esto tiene que
funcionar” y para mí sorpresa a veces resultaba todo
peor, hasta que una ocasión ya estando muy cansado le
grite a Dios diciéndole “ayúdame Señor” y sentí como
que Dios me dijo “gracias por pedírmelo, creí que nunca
lo harías” y me enseñó que nada funcionaba porque lo
quería hacer en mis propias fuerzas, me enseñó que la
próxima vez que me subiera en un pulpito no fuera
confiando en lo que yo había hecho sino que
dependiera de lo que Cristo hizo, y desde ese día se me
quitó un gran peso de la espalda, al darme cuenta que
la gente no se salva, ni se sana en mi nombre ( por lo
142
que yo hacía) sino en su nombre (lo que Él hizo), no me
malinterpretes, no dije que está mal hacer todo lo que
acabo de mencionar, es muy bueno y lo debemos hacer
pero para beneficio propio y nunca con el fin de obligar
a Dios a que nos respalde en el ministerio, porque el
respaldo es únicamente cuando levantamos lo que
Jesús hizo y no cuando levantamos lo que nosotros
hacemos.
Hoy todavía el enemigo me quiere acusar cada vez
que me toca compartir la Palabra, diciéndome que Dios
no me puede usar porque no me he preparado bien y
que voy a quedar en vergüenza al final de la
predicación, pero ahora mi respuesta para el diablo es
“no lo voy a hacer en mi nombre sino en SU NOMBRE”
y así las acusaciones del enemigo se acaban.
Cuando la persona está haciendo todo
correctamente tiene la tendencia de confiar en si
mismo, mas cuando sabe que no ha actuado
correctamente, entiende que tiene que depender al
cien por ciento de Dios, sino todo será un rotundo
fracaso, y esto es lo que Pablo decía en II Corintios 12:9-
10 el poder de Dios se muestra en mi debilidad, cuando
sabemos que en nosotros no tenemos nada que dar, es
cuando el poder de Dios se manifiesta más
grandemente.
Las mejores campañas de avivamiento que he
experimentado, han sido después de un fracaso que he
tenido. ¿Por qué? Pues porque así dependo al cien por
ciento de Dios. Déjame aclarar que no estoy diciendo
que es bueno pecar para ver más fuerte la Gloria de
Dios, sino que cuando veo mi imperfección no me
queda otra alternativa que depender completamente
de su Gracia, pues “Dios nos ama mucho más cuando
menos lo merecemos, porque es cuando más lo
necesitamos”.

143
Uno de mis maestros nos comentó que solo tuvo
una novia la cual ahora es su esposa, él trabajaba en
una compañía de construcción en la que tenía muchos
amigos que no eran cristianos, todos los días les
compartía del Evangelio, así que ellos lo trataban como
a un “santurrón” haciéndole bromas pesadas para
hacerlo sentir mal, y así que cada vez que sus amigos se
iban a las fiestas con muchachas, lo invitaban para ver
qué decía o cómo se comportaba, al escuchar ellos su
respuesta se burlaban de él, porque la respuesta era
“quede de salir con mi novia hoy así que no puedo
acompañarlos” ellos le contestaban burlándose “¿a
poco le vas a ser tan fiel a tu novia hasta el día de la
boda? Debes de estar loco”, pero él la amaba tanto,
aunque nunca la había besado, ni siquiera le había
tomado la mano. Nuestro maestro nos contó que en
una ocasión, después de haber trabajado con concreto
todo el día se acercó a un arroyo para lavarse las manos
y la cara, y se quedó un momento viendo su reflejo en
el agua, cuando de pronto comenzó a pensar en su
novia, y mentalmente estaba repitiendo su nombre y
diciendo “te amo mi amor, te amo mi amor” en unos
segundos ya no lo estaba pensando sino que lo estaba
hablando y para su sorpresa cuando quiso lavarse la
cara, vio a través del reflejo del agua varios rostros más,
los cuales eran de sus amigos que lo estaban
escuchando hablar sólo, y si antes se burlaban de él,
pues mucho más ahora que lo vieron hablando solo.
Lo que te quiero decir con esto, es que cuando
nuestra prioridad como creyentes es el empaparnos de
Dios, vamos a enamorarnos de Él y comenzaremos a
hablar del Evangelio sin esforzarnos, porque será parte
de nosotros, y empezaremos a vivir en Santidad para
corresponder ese amor tan grande hacia Dios y no
porque alguien nos obligue.

144
“La vida cristiana no es nosotros viviendo para
Dios, sino Dios viviendo a través de nosotros”.

145
Capítulo 22
Sin Santidad Nadie Verá Al
Señor
La ley prometía bendiciones a quien la cumpliera toda,
pero también prometía maldiciones a quien no la
cumpliera toda. La Ley era un sistema completo, y aquel
que tratara de guardarla pero ofendía en un punto, se
hacía culpable de todos, y todo ese sistema de
mandamientos el único que los pudo guardar
perfectamente y sin fallar en uno solo fue Jesús,
haciéndose así merecedor de todas las Bendiciones. La
Ley demandaba perfección en la carne, así que Dios
mismo se hizo carne para cumplirla, y todos los
beneficios de la obediencia de Jesús, pasan a ser de los
que por Fe lo reciben como Salvador de sus vidas.
El Apóstol Pablo predicó la Gracia como nadie en la
Biblia lo había hecho y creo que fue un hombre que
vivió en santidad como ningún otro, él nunca predicó
libertinaje, sin embargo, algunos que escuchaban sus
mensajes, sacaban la conclusión de que Pablo estaba
predicando “hagamos males para que vengan vienes”

Romanos 3:8 ¿Y por qué no decir (como se nos


calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa,
afirman que nosotros decimos): Hagamos males para
que vengan bienes?

¿Cuándo dijo Pablo esto? Nunca. Una buena


conciencia es esencial para la Fe, pues si sabes que
estás violando tu conciencia, no vas a tener valentía
146
para actuar en el poder de Dios, por eso es
importantísimo vivir en Santidad pues así nuestra
conciencia no tiene de donde agarrarse para
condenarnos. La santificación no es una ruta para la
salvación, es un fruto de ella y nos enseña si alguien
realmente tiene a Cristo como Señor de su vida.
Se escuchan frases tales como “no te preocupes
estamos bajo la Gracia” las personas que dicen esto,
están tomando la Gracia de Dios como libertinaje y si
alguien me llega a decir eso, mi respuesta sería que
primeramente debe nacer de nuevo para que pueda
comprender el sacrificio de Jesús, porque una persona
que lo entiende, nunca quisiera jugar con el pecado,
porque este fue el causante de que crucificaran a
nuestro amado Señor Jesús.
Nosotros producimos Santidad porque somos
santos, no producimos Santidad para convertirnos en
santos, y si uno que se llama santo, no vive de acuerdo
a esas palabras, es que no ha nacido de nuevo.
La Santificación no es algo que alguien nos mande
o nos obligue a vivir, sino que es algo que nace de
adentro de nosotros espontáneamente.
Los legalistas dicen: “Vive en santidad para que
Dios esté a tu favor”. Los de la Gracia dicen: “Vive en
santidad porque Dios ya está de tu lado”.
Te voy a dar varias razones por la cual los hijos de
Dios debemos vivir en santidad:
Primero la Biblia declara en I Pedro 1:16 “Sed
Santos Porque Yo Soy Santo”.
Esto es un mandato de Dios y Él es nuestro Padre y
como hijos debemos imitarlo.
Porque si de verdad lo amo no voy a hacer algo que
lo ofenda. Imagínate que a mi esposa, a la que amo con
todas mis fuerzas, le digo: “¿Hasta donde puedo llegar
con otras mujeres?” Si de verdad la amo, eso ni siquiera
pasaría por mi mente y si lo hago quiere decir que ese

147
amor que digo tenerle es pura hipocresía. Además Juan
14:15 afirma que el que ama a Dios guarda sus
mandamientos.

Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne,


sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora
en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no
es de él.

Gálatas 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a


vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre!

Colosenses 1:27 A quienes Dios quiso dar a conocer


las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria,

II Corintios 5:17 De modo que si alguno está en


Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.

“Porque Cristo vive en nosotros”. Como hijos de


Dios tenemos una nueva naturaleza que es Cristo Jesús
y debemos entender que vive dentro de nosotros y a
cualquier lugar que vamos, Él va con nosotros, y
cualquier cosa que hagamos, lo hacemos a Él partícipe
también. Así que si vamos a lugares inapropiados o
ingerimos o hacemos cosas que dañan nuestra salud,
estamos haciendo participante al que vive dentro de
nosotros, y el Apóstol Pablo habla fuerte en I Corintio
6:15 respecto a esto diciendo que si un Cristiano tiene
relación sexual con una ramera esta haciendo a Cristo
participe de esto. Creo que a un cristiano sensato y
agradecido esto lo empujaría a vivir siempre en
Santidad.

148
También “Porque el pecado es una puerta abierta
al enemigo”. Romanos 6:16. Si el diablo puede hacer
que cometamos un pecado, podrá hacer que
cometamos más y más. Dios no se aleja de nosotros
cuando lo cometemos, pero nosotros si nos alejamos de
Él. ¿Recuerdas lo que hizo Adán después que pecó? Se
escondió de Dios.

Génesis 3:10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto,


y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

El pecado y Dios son dos polos opuestos y si nos


llenamos del uno, aborreceremos al otro. Cada pecado
por muy pequeño que este sea es un acceso que le
otorgamos al diablo a nuestras vidas y tiene todo el
derecho legal de destruirnos si no nos arrepentimos
inmediatamente.
¿Porque debemos seguir la paz y la santidad sin la
cual nadie vera al Señor?

Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la


santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Y sólo para aclarar que este versículo no esta


diciendo que debemos de vivir en santidad para
nosotros poder ver a Dios, pues la Santidad que nos
califica para nosotros ver a Dios es la que la sangre de
Jesús nos regala con su sacrificio, y no la que nosotros
producimos, lo que dice es que debemos vivir en Paz y
en Santidad con Todos los Hombres haciendo buenas
obras, para que ellos vean a Dios a través de nosotros y
puedan ser salvos, pues una buena obra habla mejor
que cien buenas palabras. El ser humano que ha nacido
de nuevo tiene la responsabilidad de vivir en santidad
para que la gente vea nuestras buenas obras y
glorifiquen a Dios. (Mateo 5:1). Si amas el pecado, este

149
hará que te alejes de Dios, más si amas a Dios, esto hará
que te alejes del pecado.
Cuando me casé, me di cuenta que mi esposa no
era muy buena cocinera pues ella había crecido en el
norte de México en donde se vive una vida muy
apresurada y por lo tanto no se tiene el tiempo
suficiente como para cocinar, así que por esta causa se
consume mucho la comida rápida. Sin embargo, cuando
alguien nos visita y tienen el tiempo para quedarse a
comer con nosotros, yo siempre les digo de mi esposa
que es una muy buena cocinera y ella sólo me lanza una
mirada de “¿qué es lo que estás diciendo?”. Pero
¿sabes qué es lo que estas palabras producen en ella?
Producen que se esfuerce mucho más para así
cumplirlas. Pero por el contrario, en lugar de decirles a
nuestras visitas esto, les digo que nos disculpen pero
que mi esposa no sabe cocinar, ¿sabes lo que estas
palabras producirán en ella? Pues que haga la comida
sin interés y sin sabor, a fin de cuentas estoy diciendo
que ella no sabe cocinar, y esto me ha hecho descubrir
que según como yo la trate, así va a actuar. Y esto es
exactamente lo mismo que Proverbios 23:7 nos dice,
que como nos veamos así vamos a actuar. Así que si nos
seguimos viendo como pecadores, la consecuencia será
que seguiremos pecando, mas cuando comencemos a
vernos como lo que somos por Cristo Jesús “Santos”,
así nos comportaremos, y aún trataremos de
esforzarnos para vivir de acuerdo a como Dios nos ve.

- Definiciones Entre Justificación y Santificación -

La Justificación no consiste en la transformación


del pecador ni siquiera en su santificación, sino en el
acto por el cual Dios declara justo al ser humano aún y
viviendo en condición de pecado, teniendo como único

150
requisito la Fe en Cristo Jesús. Juan Wesley dijo: “La
Justificación es pronunciar a alguien justo y libre de
pecado, absorberlo del castigo y ser hallado sin delito”.

Diferencias:
 La Justificación es algo que sucede
instantáneamente al recibir a Jesús como Salvador, la
Santificación es un proceso y se va desarrollando entre
más se conoce a Jesús.
 En Cristo todos hemos sido igualmente
justificados, pero cada justificado se encuentra en
diferente nivel de Santificación.
 Justificación es lo que Cristo hizo por nosotros,
Santificación es lo que Cristo hace en nosotros.
 La Justificación nos regala la victoria, la
Santificación nos ayuda a disfrutarla.
 La Justificación es el Evangelio, la Santificación
es el fruto del Evangelio.
 La Justificación es un trabajo interior, la
Santificación es un trabajo de lo interior a lo exterior.
 Nosotros obedecemos porque somos hijos, no
obedecemos para ser hijos, pero un hijo que no
obedece es un rebelde.
 Un foco produce luz porque es foco, no produce
luz para convertirse en foco, pero un foco que no
produce luz esta fundido.
 Un árbol produce fruta porque es árbol, no
produce fruta para convertirse en árbol, pero un árbol
que no produce fruta no sirve.
 Nosotros producimos Santidad porque somos
santos, no producimos Santidad para convertirnos en
santos, pero un santo que no produce Santidad “no
sirve”.
 La Santificación no es algo que alguien nos
mande o nos obligue a vivir, si no que es algo que nace
de dentro de nosotros espontáneamente.

151
Si la sangre de animales demandaba santidad
¿cuánto mas la sangre de Jesús? Y no olvides que los
verdaderos predicadores de la Gracia, predican
santificación y no libertinaje.

Tito 2:11-15 Porque la gracia de Dios se ha


manifestado para salvación a todos los hombres,
enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los
deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente,
aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de
toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio,
celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y
reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.

La conclusión de este pensamiento es que todos


somos salvos y justificados por medio del sacrificio de
Jesús, pero solo los que vivamos en Santidad
disfrutaremos de esa Salvación viviendo en victoria en
cada área de nuestras vidas, pues aquellos que no la
vivan, claro que serán salvos, pero vivirán una vida
mediocre y en ruina total y nadie querrá ser Cristiano a
causa de ese triste testimonio.
Aparentemente lo que escribió Pablo en el capítulo
4 del libro de Romanos se contradice con lo escrito en
el capítulo 2 de Santiago a tal grado que uno de los
reformadores se atrevió a decir que el libro de Santiago
no era inspirado por Dios, porque Pablo dice que
“Abraham fue justificado por Fe sin obras” mientras
que Santiago dice que “Abraham fue justificado por Fe
y obras”, pero los dos están en perfecta armonía y no
existe ningún desacuerdo, siempre y cuando los

152
entendamos con la revelación y ayuda del gran maestro
el Espíritu Santo.
Pablo nos habla de la Fe que Dios ve para Salvación
y no es necesaria ninguna obra humana aparte de la
obra de Jesús, ningún ser humano tiene la capacidad de
decir “este es salvo y aquel no” el único que lo sabe es
Dios.
Santiago habla de la Fe que los hombres ven para
salvación, y yo como ser humano si alguien me dice que
es creyente y veo que sus obras no van de acuerdo a la
Palabra de Dios “no le creo que sea salvo” porque como
ser humano necesito ver su Fe en acción.
Las buenas obras y un cambio de conducta son la
señal de una verdadera conversión, pues es imposible
que una persona haya vivido un encuentro con Dios y
siga siendo el mismo.

“Las buenas obras no salvan al individuo, solo la


sangre de Jesús, pero es imposible que los demás se
salven si no ven nuestras buenas obras”.

153
Capítulo 23
La Gracia del Perdón
Hebreos 10:17,18 Añade: Y nunca más me acordaré de
sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión
de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.

Nosotros como cristianos ¿tenemos que pedirle perdón


a Dios cuando cometemos pecado? Esta pregunta
debes meditarla bien y no confundir el perdón divino el
cual es ilimitado, con el perdón humano el cual es
limitado. La respuesta a esta pregunta es No. Nosotros
no debemos pedir perdón a Dios por los pecados nunca
más. Sé que es muy radical esto que acabo de
mencionar y a la mente del ser humano no le puede
entrar tan fácil algo así, pues estamos habituados a
cometer pecado tras pecado, ya sea por error, por
ignorancia o aun premeditado y eso, si es que en
realidad amamos a Dios, nos hace sentir incómodos,
nos hace sentir como que tenemos que ponernos a
cuentas con Dios, pero quiero decirte que la sangre de
Jesús ya pagó la cuenta, el problema no es Dios sino
nosotros que no renovamos la mente con lo que dice la
palabra de Dios.
En Romanos 4:8 encontramos una bienaven-
turanza declarada por el salmista David que dice
“bienaventurado el hombre a quien Dios no inculpa de
pecado”
La traducción de “no inculpa” en ingles es “will
not”, y significa “nunca más”, esto es, que nunca más
Dios va a poner el pecado a nuestra cuenta.

154
Hebreos 10:10, 12, 14-18 nos demuestran que
Jesús fue el “Sacrificio Perfecto”. Ya todo el pecado fue
juzgado en el cuerpo de Jesucristo, lo que nosotros
merecíamos por culpa del pecado Él lo llevó y Dios
nunca más nos va a juzgar por lo que hacemos, pues eso
sería injusto, porque el juicio que nosotros merecíamos
ya fue hecho.
Nuestros pecados pasados, presentes y futuros
fueron ya perdonados. Muchos creen que sólo son
perdonados los pecados pasados y que al recibir a
Jesús, comienza una nueva cuenta. Eso no es una
buena noticia, pues si comenzáramos una nueva cuenta
la echaríamos a perder como al principio. Las buenas
noticias son que esa cuenta ya fue saldada. Si alguien
cree que Dios no perdonó los pecados futuros,
entonces nunca se sentirá que es salvo, porque Jesús
murió hace dos mil años y el cristiano por mucho que
se esfuerce para vivir en santidad siempre cometerá
pecados y si cree que esos no han sido todavía
perdonados vivirá la vida cristiana en derrota. Muchos
siguen cometiendo pecados por que se ven como
pecadores, pero aquel que sabe que a sido perdonado
vivirá de acuerdo a su nueva naturaleza y tendrá una
vida victoriosa. Si Dios nos perdonó los pecados futuros,
que así es, entonces ¿debemos pedir perdón cuando
pecamos? ¡¡NO!! Ya sé que con esto asusté a muchos
de los lectores y si tú eres uno de los que se asustaron,
quiere decir que no tienes conocimiento de lo que es el
“PERDÓN”. El dar perdón no es el hecho de decirle a
esa persona que te hizo daño: “Te perdono pero nunca
se me va a olvidar lo que me hiciste”. El verdadero
perdón es decir: “Te perdono y nunca más me acordaré
de lo que me hiciste”. El perdón humano está enfocado
a olvidar solamente una o algunas ofensas del pasado,
a diferencia del perdón Divino que es eterno, enfocado

155
a olvidar todas las ofensas tanto pasadas, presente y
futuras.

Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido


para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio

Hebreos 10: 17,18 Añade:


Y nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones.
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda
por el pecado.

Estos versículos enseñan que Dios nos perdonó una


vez y para siempre. Además dice que NUNCA MAS se
acordaría de nuestros pecados y trasgresiones.

El espíritu que ahora tenemos como hijos de Dios


es perfecto y no se contamina por el pecado. Efesios
1:13 dice que está sellado (asegurado, protegido) por el
Espíritu Santo.
El motor de un carro funciona con aceite, pero si
los sellos se dañan, comienza a dejar pasar agua y con
esto el motor deja de funcionar y la única forma de
parar esto es remplazando los sellos. Nuestro motor
por decirlo así, se dañó con el pecado de Adán, pero
cuando llegó el Gran mecánico que es Cristo Jesús, nos
reparó y nos aseguró poniéndonos un sello imposible
de romper.

II Corintios 5:17 dice que somos nueva criatura;


Hebreos 10:14 que somos perfectos en el espíritu;
Hebreos 12:23 nos enseña que el espíritu es perfecto;
I Juan 3:9 dice “Y no podemos pecar en el espíritu”;
I Juan 4:17 que somos como Cristo en nuestro espíritu;
I Pedro 2:9 que somos Reyes y Sacerdotes, y así, existen

156
muchas citas más en donde dice que somos una nueva
criatura y esa nueva criatura es “Cristo en Nosotros”.
Romanos 8:9-10 “Cristo en nosotros”; Gálatas 4:6
“Cristo en nosotros”; Colosenses 1:27 “Cristo en
nosotros”; I Corintios 6:17 “Somos uno con Cristo”;
Juan 4:24 “Dios es Espíritu” y nuestra relación con Él es
en nuestro espíritu y Dios habita ahí.
Entonces, ¿el cristiano sigue cometiendo pecados?
Sí. ¿La Sangre de Jesús ya los pagó? Sí. Entonces,
¿abusaremos porque hemos sido perdonados? De
ninguna manera, respondería el Apóstol Pablo, pues
Dios nos dio libertad del pecado, mas no libertad para
pecar. Ahora, si los pecados ya han sido perdonados
¿pueden hacerme perder la salvación? La respuesta es
“No”.
No existe ningún pecado, por muy grande que este
sea, que tenga el poder de destruir el trabajo de Jesús
o que sea mayor que su Sangre y por ende que tenga la
capacidad de hacer que el cristiano pierda su salvación.
Y si te estás preguntando, ¿entonces, se pierde o
no la salvación? Sigamos adelante y lo descubriremos
en el siguiente capítulo.

157
Capítulo 24
¿Se Pierde la Salvación?
A raíz de las conferencias que he compartido en
cualquier parte del mundo siempre se ha levantado
esta pregunta: “¿Se pierde o no la salvación?”.
He escuchado conferencias y leído libros que
apoyan las dos doctrinas que existen. Una de ellas es la
que cree, por lo general, que la salvación no se pierde
“hagas lo que hagas”. Ella dice que “una vez salvo, eres
salvo para siempre”. Ella tiene como base que la
salvación es sólo por “Gracia” sin obras, y que ésta
depende de Dios al cien por ciento a través de su amor
incondicional, porque si Dios pidiera del hombre
aunque fuese un punto minúsculo de condición, ya no
sería incondicional sino condicional y a la vez ya no sería
por Gracia sino por obras.
La otra doctrina que existe es la que enseñan que
la salvación es por “Fe” sin obras, pero que ésta sí se
puede perder si el hombre comete pecado. Cree que al
recibir a Jesús como Salvador sus pecados son
perdonados, pero si cometes pecado automática-
mente la pierdes, y para recuperarla, “tienen que
confesar ese pecado”, pero si vuelves a cometer
pecado, la vuelves a perder y para recuperarla
nuevamente tienes que confesar tu pecado y así
sucesivamente.
Al estudiar la doctrina de la salvación mi espíritu se
inclinaba más por la doctrina de “una vez salvo, eres
salvo para siempre”, pero súbitamente encontraba
escrituras que derrumbaban este argumento y en mi
afán de ver cuál de los dos lados estaba correcto, no
158
consideraba la idea de una tercera opción. Pasé algunos
años estudiándolo y al final, sólo pregunté a Dios cual
de las dos era la correcta y claramente sentí como él me
dijo “gracias por preguntarme” y me enseñó que
ninguna de las dos estaba correcta en su totalidad.
Estas dos enseñanzas son extremistas y dañinas,
una es como el cloruro y la otra como el sodio que por
separado son veneno, pero que al unirse llegan a ser un
ingrediente indispensable para la vida del ser humano,
juntos forman “la sal”. La primera doctrina dice “ya soy
salvo y puedo vivir como quiera” perdiendo así el deseo
por la santidad y testificación de Jesús, la segunda, no
sabe en qué estado se encuentra, si salvo o perdido,
viviendo toda su vida en condenación y sin valor de
testificar de Jesús.

Efesios 2:8 Porque por Gracia sois salvos por medio


de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.

Creo que todos estamos convencidos de que la


salvación no es por obras y ninguna cosa por muy buena
que esta sea sirve para ganarnos la vida eterna.
La Gracia es: “Nada de lo que el hombre haga
puede lograr que Dios lo ame más, y tampoco nada de
lo que el hombre haga puede lograr que Dios lo ame
menos”.
Ahora, Dios no forzó a nadie para ser salvo, ni
tampoco fuerza a nadie a mantenerse salvo; el creyente
puede ser salvo por todo el tiempo que lo desee. Un
niño en Cristo no puede perder la salvación, o en otras
palabras, un nuevo convertido es incapaz de renunciar
a algo que todavía no conoce, pero una persona
madura sí tiene la capacidad de hacerlo. Imagina que yo
hago enojar a mi niña de dos años de edad y ella
comienza a decirme que ya no me quiere y que ya no
quiere que sea su papi, ¿crees que yo lo tomaría en

159
serio? Pues claro que no, porque ella no sabe lo que
está diciendo. Pero si ella cumple su mayoría de edad y
entonces quiere quitarse mi apellido, ya lo puede hacer
y las autoridades la respaldan (esto es sólo un ejemplo).

Hebreos 5:11-14 Y todo aquel que participa de la


leche es inexperto en la Palabra de Justicia, porque es
niño. Pero el alimento sólido es para los que han
alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los
sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del
mal.

Hebreos 6:1-2 Por tanto, dejando ya los rudimentos


de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección;
no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento
de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de
bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno.

Los versículos arriba escritos nos ilustran acerca de


niños y adultos, de leche y alimento sólido, de
rudimentos y perfección. El escritor del libro de
Hebreos nos explica la diferencia del alimento. Nos dice
que a un niño sólo se le debe dar leche, pues un trozo
de carne lo ahoga porque no lo puede digerir, en
cambio a un adulto, es necesario darle comida sólida,
pues aparte de que terminará aborreciendo la leche, no
va a desarrollarse bien.
Hebreos 6:1-2 nos dice que todo el que quiera
crecer espiritualmente, tiene que dejar los rudimen-
tos, los primeros fundamentos, y seguir hacia delante
con su desarrollo espiritual, y nos da una lista de lo que
compara con “Leche”, alimento para niños:
1.- Arrepentimiento de obras muertas.
2.- La fe en Dios
3.- Doctrina de bautismos

160
4.- Resurrección de muertos
5.- Juicio eterno

Esto es algo que todos lo nuevos convertidos


tienen que saber, en otras palabras esto es para niños.
Cuando una persona se convierte a Jesús, lo primero
que hace es arrepentirse de todas sus obras, poner fe
en Dios para salvación, bautizarse, creer en la
resurrección de los muertos y que Dios juzgará tanto a
vivos como a muertos y el apóstol Pablo dice que esto
está bien enseñarlo pero que es necesario crecer.

Hebreos 6:4-8. Porque es imposible que los que una


vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y
fueron hechos participes del Espíritu Santo, y asimismo
gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del
siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados
para arrepentimiento crucificando de nuevo para sí
mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae
sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por
los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la
que produce espinos y abrojos es reprobada, está
próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

Una persona que pierde su salvación es


“imposible” que la vuelva a recuperar, crucificando
para sí mismo al hijo de Dios y exponiéndolo a vituperio
porque aquel que produce espinos y abrojos es
“reprobado” y está próximo a ser destruido y su fin es
el ser quemado.
Hebreos 6:4 explica quienes sí pueden perder su
salvación, pero una vez que la pierden es imposible
volver a recuperarla pues en la Biblia no existe tal cosa
como “salvo - perdido”, “salvo - perdido”, “salvo -
perdido”.

161
1.- Los que una vez fueron iluminados; y se refiere
a aquellos que se encontraban en tinieblas y les
resplandeció la luz del Evangelio.
2.- Gustaron del don celestial; esto es los que lo
recibieron como Salvador de sus vidas y recibieron el
don de la vida eterna.
3.- Fueron hechos participantes de Espíritu Santo;
y también fueron investidos del poder de lo alto al ser
llenos del Espíritu Santo.
4.- Gustaron de la palabra de Dios; además
conocían la palabra de Dios, no eran unos ignorantes de
las cosas de Dios.
5.- Gustaron los poderes del siglo venidero;
asimismo fueron participantes del poder de Dios y
fueron usados para obrar milagros y maravillas.

Son cinco cualidades las que Pablo enseña y si te


das cuenta es una secuencia en el desarrollo y madurez
del cristiano. Si una persona ha pasado y disfrutado por
todo esto, es lógico que sepa lo que tiene en sus manos
y si aún así decide desecharlo, nunca más lo puede
volver a recuperar y es imposible que vuelva a ser salvo
porque Dios mismo le da una mente reprobada para
hacer cosas que no convienen.
¿Sabes por qué a los Ángeles que pecaron Dios no
les dio una segunda oportunidad? Porque ellos vieron a
Dios cara a cara, contemplaron su grandeza y su poder,
nadie los pudo engañar diciéndoles que Dios no era real
y ellos aún palpando y viendo su Gloria decidieron
rechazarlo, lo hicieron “voluntariamente”.

Hebreos 10:26-29 Porque si pecáremos


voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio
por los pecados, sino una horrenda expectación de
juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los

162
adversarios. El que viola la Ley de Moisés, por el
testimonio de dos o tres testigos muere irremisible-
mente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el
que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la
sangre del Pacto en el cual fue santificado, e hiciere
afrenta al Espíritu de gracia?

Esta escritura, de la misma manera, enseña que


una persona que comete pecado “voluntariamente”,
no pecado de ignorancia, sino plenamente convencido
de lo que está haciendo, pierde la salvación y es
imposible que la vuelva a ganar, y lo único que resta es
una horrenda expectación de juicio y de hervor de
fuego.
¿Quién no ha pecado voluntariamente? Creo que
todo el ser humano lo ha hecho y el que diga que no, es
un mentiroso, porque la palabra de Dios dice en
Romanos 3:10-11 que no existe ni un solo justo,
¿entonces ya perdimos la salvación? Claro que no, por
eso vamos a estudiar el contexto para ver cuál es el
pecado voluntario del cual el escritor del libro de los
Hebreos nos narra.
Antes que nada déjame decirte que el corazón de
la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis es Jesús, el
centro de la palabra de Dios es Jesús, la vida eterna solo
se encuentra en Jesús y sin Él nada de lo que existe tiene
valor alguno.
El contraste aquí es entre Moisés y Jesús, entre la
Ley y la Gracia, entre la sangre de animales y la sangre
de Jesús.
Los que violaban la Ley de Moisés y esto era
confirmado por testimonio de dos o tres testigos moría
irremisiblemente, no había perdón para él aunque lo
pidiera a gritos, bajo la Ley los sacrificios eran hechos
por sangre de animales y el que quebrantara estas

163
ordenanzas no recibía misericordia, sino una lluvia de
piedras en su cuerpo y como resultado “la muerte”.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merece el que
pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por inmunda la
sangre del Pacto en la cual fue santificado? El pecado
voluntario que tiene poder para que el individuo pierda
su salvación es “el pisotear la sangre de Jesús y tenerla
por inmunda”. De la misma forma que se recibe la vida
eterna, así también se pierde. El pecador obtiene la
salvación a través del sacrificio de Jesús, teniendo Fe en
Él y automáticamente su sangre preciosa lo limpia de
todo pecado, y de igual forma, rechazado y
blasfemando la sangre de Jesús y diciéndole que su
sangre es inmunda se llega a perder la salvación.
Además, ¿sabías que los sinónimos de esta palabra son:
sucia, repugnante, mugrienta, puerca, roñosa, etc.?
¿Quién crees que sería tan mal agradecido y blasfemo
como para decir tales barbaridades en contra de la
sangre de nuestro Salvador? Creo que nadie, pero
Satanás trata de llevar a toda la humanidad a que
blasfeme en contra de la sangre de Jesús porque es de
la única forma que puede hacer que el salvo se pierda.
La Salvación se pierde sólo por rechazar la sangre
de Jesús y tenerla por inmunda; lo que no tiene poder
para darte salvación (obras), no tiene poder para
quitártela (obras); y lo que sí tiene poder para darte la
salvación (la sangre de Jesús), también tiene poder
para quitártela (la sangre de Jesús).
Se han levantado muchas persecuciones a través
de los tiempos contra los hijos de Dios, torturándolos
cruelmente y les dan una oportunidad para no ser ya
atormentados ¿sabes cuál es? que nieguen su Fe, en
otras palabras que rechacen el sacrificio de Jesús y
entonces los perdonan del castigo, no les decían
“tomate una copa de vino y te perdonamos”, tampoco
les decían “di maldiciones” o “habla en contra de tu

164
organización”, claro que no, sino que estas personas
eran usadas por el mismo diablo para que tocaran el
punto principal, hacerlos que rechazaran el sacrificio de
Jesús y por consiguiente perder su salvación.

II Timoteo 2:12,13 Si sufrimos, también reinaremos


con él; si le negáremos, él también nos negará. Si
fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede
negarse a sí mismo.

Si nosotros somos infieles y hacemos cosas que no


son agradables a Dios, por muy repugnantes que estas
sean, Él sigue siendo fiel a nosotros, ¡¡esto sí que es
amor!! No existe nada que nos pueda separar del amor
de Dios, así que si nosotros también lo amamos no
tenemos nada de que temer, pero esta escritura de
igual forma dice que si alguien le niega entonces Él
también lo negará, dejando claro que lo único que nos
hace perder la salvación es el rechazar el sacrificio de
Jesús.

165
Capítulo 25
Una Mente Reprobada
En el primer capítulo del libro de Romanos
encontramos que Dios mismo dio una mente
reprobada, condenada y desaprobada a algunos
hombres para hacer cosas vergonzosas que no
convienen, tales perversidades como homosexua-
lismo, lesbianismo, homicidios, etc.
He escuchado cómo algunos predicadores quieren
poner suavidad a esto versículos en sus mensajes para
hacerles entender a las personas que Dios no fue quien
les dio la mente reprobada, sino que ellos mismos la
fueron volviendo así por su pecado, y en parte sí fue por
su pecado, pero la escritura claramente dice en
Romanos 1:24-28 que Dios los entregó a la inmundicia
y les dio una mente reprobada. La pregunta es ¿por qué
Dios les hizo esto, si Él no quiere que nadie perezca sino
que todos procedan al arrepentimiento?

Romanos 1:21-23 Habiendo conocido a Dios no le


glorificaron, ni le dieron gracias y cambiaron su gloria
por semejanza de hombres y animales.

Estos hombres tenían conocimiento de Dios y


sabían quién era Él, no eran ignorantes, sin embargo
voluntariamente, ellos toman la decisión de “no
glorificarle”. El apartarse de Dios no es de un día para
otro, es un proceso que ocurre poco a poco. Hay
personas que paran de glorificar a Dios, dicen que no
sienten nada en la Iglesia y están como muertos sin
ninguna expresión de ánimo en su cara. En cambio,
estas mismas personas cuando van a los estadios gritan
166
cuando su equipo mete ¡¡¡gol!!! y hasta lloran cuando
pierde.
Están cambiando la gloria de Dios...
El centro de adoración para muchos, inclusive
Cristianos, son los estadios en los que pagan bastante
dinero por ver un partido, otros fueron capaces de
pagar hasta $48,000 pesos por ver la final del mundial
entre Brasil y Alemania, pero esto no es todo, lo peor es
que después salieron con que no tienen para dar el
Diezmo.
Están cambiando la gloria de Dios...
Además estas mismas personas en la Iglesia no
sienten el deseo de alabar a Dios, pero llegan las
estrellas del rock, las estrellas del deporte y hasta
lloran y se desmayan.
Están cambiando la gloria de Dios...
Una persona que no está agradecida, nunca está
contenta con lo que tiene. Una persona agradecida está
contenta con Dios aunque tenga poco. Si no, veamos a
Lucifer quien en lugar de decir “gracias Dios por darme
esta posición de autoridad” quería más. Y tú ¿estás
contento y agradecido con lo que tienes? No te digo
que estés conforme, sino agradecido con lo que tienes,
pues la felicidad del cristiano no se basa en lo que tiene,
si no a quién tiene.
Romanos 1:23 dice claramente que estas personas
“cambiaron la gloria de Dios”, lo que significa que sí la
tenían, y aunque lo alababan, se creían unos sabios y
comenzaron a envanecerse en sus propios
razonamientos y pensaron que esa sabiduría ellos la
habían conseguido por su esfuerzo y no que Dios se las
hubiese regalado, sin tomarle en cuenta a Él, y poco a
poco en vez de decir “que la gloria sea dada a Dios” ellos
la fueron tomando para sí mismos y esa sabiduría que
un día Dios les dio la comenzaron a utilizar para

167
alabarse a sí mismos, haciendo a un lado a Dios “ellos
estaban consientes de lo que hacían”.
La mente reprobada no la obtuvieron de un día
para otro, sino que fue un proceso, comenzaron a
alabarse a sí mismos ignorando por completo a Dios.
1.- No le glorificaron
2.- No le dieron gracias
3.- Cambiaron la verdad por la mentira
4.- Cambiaron la gloria de Dios

Claramente podemos ver que estas personas eran


maduras en el conocimiento de la verdad y el poder de
Dios, por lo cual también Él los entregó a la inmundicia,
a pasiones desordenadas, pues aún sus mujeres
cambiaron su uso natural para convertirse en lesbianas,
y estos hombres que conocían a Dios se encendieron
unos con otros cometiendo homosexua-lismo, y como
ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Él les
entrego una mente reprobada para hacer estas cosas,
al grado que ya no les importaba, ni sentían
remordimiento por ellas. Enseguida de esto, se nombra
una pequeña lista de cosas que comenzaron a hacer
estos hombres con su mente reprobada: injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad, homicidios,
engaño, etc., y la lista todavía continua, todo esto fue
estrictamente prohibido por Dios (Levítico 18:22,
Levítico 20:13, Deuteronomio 23:17,18). También
sigue diciendo que estos hombres antes predicaban
que todas estas cosas estaban mal y que eran
desagradables a Dios, pero ahora que tienen una mente
reprobada las comenzaron a practicar y aún se
complacen con los otros que las hacen ¡¡que
perversidad!! Esto es lo que hacen los que perdieron su
salvación y Dios les dio la mente reprobada.

168
Juan 6:44 Dice que “si Dios no nos llama, no
podremos ser salvos” y ¿si Dios es el que les dio la
mente reprobada? pues claro que ya no pueden volver
a ser salvos porque Dios nunca más los volverá a
llamar.
Tener este tipo de mente consiste en que ya no
tienen convicción de lo que es malo. Cuando uno pierde
su salvación es imposible volverla a ganar. En San
Francisco California se encuentra un hombre que
estuvo ejerciendo el pastorado por casi veinticinco
años, después se alejó diciendo que todo lo que había
predicado en esos años era mentira y hoy le sirve como
mujer a un hombre porque “tiene una mente
reprobada” tal y como lo relata el Apóstol Pablo en los
versículos que acabamos de leer, ahora no sólo practica
las cosas que antes aborrecía, sino que también se
complace con los que las practican.
El pecado y Dios son dos polos opuestos, como el
Norte y el Sur, como el agua y el aceite. Son enemigos a
muerte al grado de que el pecado crucificó a Jesús y
Jesús lo destruyó a él en la cruz, y si nosotros amamos
a uno, aborreceremos a otro, ningún pecado tiene el
poder de hacer que un cristiano pierda la salvación sólo
el rechazar a Jesús, pero si el enemigo puede hacer que
cometemos un pecado por muy pequeño que este sea,
logrará que cometamos más y más y más hasta estar
llenos de maldad y llevarnos al punto de rechazar el
sacrificio de Jesús, así que el pecado no nos hace perder
la salvación directamente, pero si indirectamente, por
eso es importantísimo el vivir en santidad.
A una persona que conoce a Dios y decide que no
quiere nada con Él, sino que prefiere irse al infierno,
Dios lo ayuda en su decisión, porque Él no viola el libre
albedrío de nadie ni manda a nadie al infierno, los que
se van lo hacen por voluntad propia.

169
Algunas personas dirán, quizás ya perdí mi
salvación porque yo le he dicho a Dios algunas
ocasiones que ya no quiero nada con Él. Esta persona
no está reprobada porque aún tiene convicción de lo
malo, y recuerda que no cualquiera puede perder o
rechazar su salvación, sólo los que tienen pleno
conocimiento de la verdad.

II Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si


estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os
conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en
vosotros, a menos que estéis reprobados?

La iglesia de Corinto fue una de las más pecadoras,


a tal grado que existían dentro de ella cosas como
divisiones y contiendas, fornicaciones, borracheras y
cosas más perversas y aún así el Apóstol Pablo los llama
“santos”, no por su conducta sino por lo que tenían
dentro que era Jesús, y los exhorta a vivir así, como lo
que son, “santos”.
Al final de su carta Pablo les dice que todo esto no
es digno de un hijo de Dios, sino de uno que tiene la
mente reprobada, por eso les dice “examínense para
ver si están reprobados” pues de la única manera que
Cristo ya no puede estar en una persona que una vez
creyó, es cuando éste está reprobado.
Así que una vez que el hombre es salvo, puede
permanecer salvo por todo el tiempo que quiera serlo,
porque si Dios no lo forzó para ser salvo, tampoco lo
forza para que se mantenga salvo. Así que, de la única
manera que puede rechazar su regalo, es como lo
obtuvo, ahora teniendo por inmunda, puerca y sucia la
sangre de Jesús, pero, una vez que haga esta perversa
declaración conscientemente “ya no queda más
sacrificio por esta persona sino una destrucción
eterna” o puesto de otra forma, el sacrificio de Jesús ya

170
es nulo para él y nunca más tiene la oportunidad de ser
salvo de nuevo.

171
Capítulo 26
¿Cuál de los dos es mi Dios?
Te has preguntado alguna vez por qué el Dios que
aparece en todo el Antiguo Testamento es tan diferente
al Dios que aparece en el Nuevo Testamento. En todo
el Antiguo Testamento se percibe a un Dios de juicio,
que dio una Ley imposible de cumplir y ordenando que
en cada guerra todo enemigo del pueblo de Dios
debiera morir, y en algunas ocasiones aún manda matar
a niños y a mujeres. Pero por el contrario, el Dios que
se nos revela en el Nuevo Testamento nos dice que aún
amemos a nuestros enemigos, además vive dando
misericordia a todos aquellos que se encuentran con Él
y hasta recibe en una cruz todo el juicio que merecía la
humanidad.
Pero ¿Por qué? ¿Es acaso Dios un Dios
esquizofrénico? ¿O es que le remordió la conciencia y
por eso cambió tanto? No, Dios ha sido, es y será el
mismo por siempre. Puede que esto te confunda un
poco por el momento, pero déjame decirte que todo lo
que Dios hace, lo hace por amor, sí, como lo leíste, lo
hace por amor, y ahora recorreremos paso a paso
algunos pasajes de la Biblia a fin de descubrir y
entender que la verdadera naturaleza de Dios es el
amor, la cual operó tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento.

I Juan 4:8 El que no ama no ha conocido a Dios;


porque Dios es amor.

La naturaleza de Dios es “amor”, Él no contiene


amor, su esencia misma es el amor, así que cualquier
172
cosa que hace, la ejecuta empujado por su poderoso
amor, aunque nosotros como humanos en ocasiones no
lo comprendamos.
Mucho he escuchado que cuando el hombre
cometió pecado en el jardín del edén, Dios lo sacó
porque ya no se podía relacionar con un hombre
pecador, desechándolo para siempre de su presencia y
este mensaje nos deja con la idea de que Dios odia al
pecador, pero la razón por la cual Dios lo sacó del
huerto del edén fue por “AMOR”.

Génesis 2:17 Más del árbol de la ciencia del bien y


del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.

La orden que Dios dio al hombre fue que no


comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, pues
el día en que llegara a comer de él, moriría y
desgraciadamente el hombre comió, desobedeciendo a
Dios y llevando consigo la consecuencia a su pecado. El
término murió no significa que Adán dejó de existir,
sino que quedó separado de Dios eternamente. Pero
con todo y esto, Dios no lo odió por esta acción, Él lo
siguió amando igual, pues el carácter y el amor de Dios
no cambió en lo absoluto y lo podemos ver de
inmediato, porque Dios al darse cuenta que el hombre
había cometido pecado, automáticamente buscó su
restauración y no su destrucción, dando una promesa
de que un día vendría un redentor que borraría ese
pecado, sacrificando en ese mismo instante un cordero
como prueba de esa promesa (Génesis 3:15-21).

Génesis 3:22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre


es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal;
ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también
del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

173
Dios sacó a Adán y a Eva del huerto no porque no
los amara, sino porque los amaba de verdad, los sacó
“para que no comieran del árbol de la vida y vivieran
eternamente en condición de pecado”. ¿Alcanzas a ver
la protección de Dios para Adán y su mujer? ¿Puedes
imaginarte cómo sería vivir eternamente en condición
de pecado, con cáncer, con SIDA, ciego, cojo, mudo o
con algo así y sabiendo que jamás ibas a poder morir?
Así que Dios sacó al hombre del huerto del edén por
amor.
A partir de que Adán pecó, y hasta antes que Jesús
viniera a la tierra y derramara su sangre para perdón de
pecados, Dios estaba en guerra con el ser humano por
causa del pecado, no estaba en contra del hombre en
sí, pero como el pecado estaba sobre el hombre, el
juicio de Dios también caía sobre este.

I Samuel 15:1-3 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová


me envió a que te ungiese por Rey sobre su pueblo
Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de
Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo
castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en
el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, y hiere a
Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de
él; mata a hombres, mujeres, niños y aun los de pecho,
vacas, ovejas, camellos y asnos.

I Reyes 18:40 Entonces Elías les dijo: Prended a los


profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos
los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí
los degolló.
En una ocasión estaba predicando estos versículos
muy fervorosamente y un niño de entre la congregación
que me estaba mirando fijamente, no perdía ninguno
de mis movimientos y cuando casi grité al decir que Dios

174
ordenó a Saúl que matara a Amalec y destruyera a
todos los hombres y aun que matara a las mujeres y
niños y que no dejara vivo ni un solo animal y que Elías
agarró una daga y degolló uno por uno a ochocientos
cincuenta brujos que eran tantos que Elías quedó
cubierto de sangre y así Dios obtuvo la victoria, alcancé
a ver el rostro de este niño y cómo se agarró del brazo
de su mamá, creo que estaba muy metido en la
predicación. ¿Puedes imaginarte estas escenas en la
cabeza de aquel niño? Al terminar el culto estaba
saludando a los hermanos cuando de pronto allí estaba
este niño mirándome fijamente y sentí el deseo de
acercarme y preguntarle que si le había gustado el
mensaje, y lo que me contesto me dejó congelado, me
dijo: “Dios no es bueno porque mando matar a los
niños y también a los animales”. Este niño estaba
completamente asustado con la imagen que yo le había
presentado de Dios, así que me sentí comprometido a
explicarle por qué Dios hizo todo esto, pues ¿te
imaginas si lo dejo ir a su casa con ese pensamiento de
Dios? quizás nunca mas querría volver a una Iglesia para
encontrarse con este Dios. Le explique por algunos
minutos lo mejor que pude hasta ver que ya estaba un
poco mejor la imagen de Dios en su cabeza, le dije que
Dios no tenía ira en contra del hombre sino que esta ira
era en contra del pecado, pues Dios aborrece el pecado
pero ama al pecador y al llegar Jesús, Dios mismo cargó
el pecado de nosotros en su cuerpo castigándole a Él en
lugar nuestro. Le hablé del amor de Dios a tal punto que
este niño se dio cuenta de que nosotros merecíamos la
muerte por culpa del pecado, pero como Dios nos amó
tanto, Él mismo tomó forma de hombre y llevó lo que
nosotros merecíamos, y con esto pude ver que este
niño entendió el gran amor de Dios hacia los hombres,
y creo que se fue a casa con una imagen de un Dios
amoroso y no con la imagen de un Dios destructor.

175
Por esta razón es muy importante armonizar el
Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento para
entender completo lo que es el carácter de Dios.
El pecado y Dios son dos polos opuestos y son
enemigos a muerte, Dios odia el pecado y el pecado
odia a Dios, son dos naturalezas completamente
diferentes, pues Dios es santo, puro, intachable y sin
sombra de maldad, en cuanto que el pecado es
depravado, sucio, ruin y sin sombra de santidad.

Génesis 6:7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de


la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre
hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues
me arrepiento de haberlos hecho.

Porque el pecado de esta generación era tan


grande y el deseó de su corazón era de continuo al mal,
Dios no tuvo más remedio que destruirlos, así que lo
hizo por medio de un diluvio. Dios ama al pecador pero
aborrece el pecado y Él no perdona el pecado, siempre
lo juzga.

Génesis 18:20-21 Entonces Jehová le dijo: Por


cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta
más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en
extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su
obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo
sabré.

De igual forma como sucedió en el tiempo de Noé,


sucede ahora aquí en Sodoma y Gomorra. La maldad y
perversión era tal que ellos tenían relación sexual con
sus madres, con sus hermanos, con sus cuñados(as),
tenían relaciones hombres con hombres y hombres con
animales (Levítico 18:8-9). Dios destruyó las ciudades

176
de Sodoma y Gomorra por causa del pecado porque
este siempre tiene que ser juzgado.
Ahora ¿Dios seguía amando a estos hombres que
hicieron estas cosas tan depravadas? La respuesta es Sí.
Pero ¿por qué? Porque no hay pecado tan grande que
el hombre pueda cometer que haga que Dios deje de
amarlo, pero Dios odia al pecado por muy pequeño que
este sea.
Ya vimos algunos ejemplos de cómo era el carácter
de Dios el Antiguo Testamento. Él siempre tenía una
razón de amor por la cual llevar a cabo todos estos
actos. Ahora veamos en el Nuevo Testamento la
revelación de por qué Dios destruyó a todas estas
personas.

Romanos 9:29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor


de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,
como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra
seríamos semejantes.

La respuesta a esto es por “AMOR”. Sí, Dios


destruyó a la generación antigua y a Sodoma y Gomorra
por amor. ¿Cómo? Dirás tú, si Dios envió un diluvio en
donde se ahogaron todos los primeros hombres y
además hizo descender fuego y azufre del cielo que
consumió a los segundos ¿a esto le llaman amor? En
Génesis 3:15, e Isaías 8:14 Dios prometió que el Mesías
redentor del mundo nacería por medio de una virgen,
una mujer que no hubiera tenido relación sexual con
ningún hombre, y la perversidad en los días de Noé y
Sodoma y Gomorra era tan grande que si Dios no
hubiera intervenido de la forma en que lo hizo, no
hubiera quedado una sola virgen para la redención del
mundo (Lucas 17:26,27). Dios no destruyó al hombre
porque lo aborrecía sino porque Dios veía el pecado
que había en él.

177
Dios no perdona el pecado, éste siempre tiene
que ser juzgado. Jesús murió porque los pecados no se
podían perdonar, Dios perdonó a los hombres su
pecado, pero al pecado en sí, no lo perdonó.
De la época de Adán a la época de Moisés
trascurrieron aproximadamente dos mil quinientos
años y durante esta etapa de tiempo ya existía el
pecado, pero el hombre no lo conocía, no tenía
revelación de él, la humanidad en general sí lo estaba
practicando, pero no sabían que se llamaba pecado lo
que hacían, y éste, aunque ellos ignoraban que existía,
los estaba destruyendo, así que Dios les dio la
revelación del pecado a través de la Ley. Esta Ley era
algo que les decía que esas acciones eran pecado y que
había que ponerles un freno, aunque este fuera
temporal. Así que Dios dio la Ley por amor.

Romanos 7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es


pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la
codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

De la época de Moisés a la época de Jesús pasaron


aproximadamente mil quinientos años y aquí Dios dio a
conocer su máxima revelación de amor, al dar su vida
en rescate de toda la humanidad en una cruz, y Jesús
mismo lo dijo, que no existe mayor amor que este “que
alguien ponga su vida por los amigos”. (Juan 15:13)
Así que todo lo que Dios ha hecho desde el
principio de la creación hasta nuestros días fue
impulsado por el amor y todo lo que seguirá haciendo
tenemos que entender que será hecho únicamente por
su poderoso “amor”.
El carácter de Dios no es completo con solo el
Antiguo Testamento, tenemos que armonizar los dos

178
testamentos para darnos cuenta que la naturaleza de
Dios es “Amor”.

179
Capítulo 27
Portadores De Su Santidad
Hebreos 9:4 ...El arca del Pacto cubierta de oro por
todas partes, en la que estaba una urna de oro que
contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las
tablas del Pacto.

En el Antiguo Testamento el arca del Pacto era un


contenedor de la gloria de Dios y era tan importante y
tan poderosa, que en cualquier lugar en donde se
encontraba había bendición. Tal y como nos lo describe
II Samuel 6:11 en donde encontramos que Dios bendijo
en gran manera la casa de aquel varón en donde estuvo
el arca. El lugar que ocupaba el arca en el templo era en
el lugar santísimo, debajo del propiciatorio en donde se
rociaba la sangre del cordero del holocausto. Aquella
arca contenía: “El Maná” aquel pan que descendió del
cielo para alimentar al pueblo de Israel mientras
estuvieron en el desierto, “La Vara de Aarón” aquella
que reverdeció y dio fruto para testimonio a los hijos
rebeldes de Israel, y “Las Tablas del Pacto” aquellas que
se encargaban de acusar al pueblo delante de la
presencia de Dios de que eran pecadores. Pero lo más
interesante de esta arca es que ella sólo era una sombra
de lo verdadero. Pero entonces ¿quién es eso
verdadero? Eso verdadero somos tú y yo, nosotros
somos esa arca que contiene toda la Gloria de Dios
Efesios 1:18 Alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria
de su herencia en los santos.

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Juan 17:21 Para que todos sean uno; como tú, oh
Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Por eso a cualquier lugar a donde vamos llevamos


bendición, porque contenemos lo verdadero de
aquellos tres elementos que eran solo una sombra; el
maná, que es Nuestro Señor Jesucristo, el pan de vida
eterna, la vara de Aarón que reverdeció, que es el
Espíritu Santo el cual nos vivifica y hace que demos
mucho fruto, y la Ley, que estaba escrita en tablas,
ahora está escrita en nuestro corazón. Y podemos
presentarnos en el lugar santísimo, delante de la misma
presencia del Señor, sin temor de ser consumidos
porque la sangre del Cordero que dio su vida en aquella
cruz para salvación de los hombres, está rociada por
nosotros y Dios siempre nos ve a través de ella. Ahora
somos portadores de la Gloria de Dios.

II Corintios 3:6-18 Si el ministerio de condenación a


través de la Ley fue con gloria, mucho más abundará en
gloria el ministerio de Justificación.

Las personas que vivieron bajo la Ley fueron


testigos del poder de Dios que sacudió con prodigios y
maravillas a la nación de Egipto a través de todo tipo de
plagas, vieron la majestuosa columna de fuego, el mar
partirse delante de sus ojos, comida descender del
cielo, también vieron como se abrió la tierra para
devorar a los enemigos de Dios y pudieron contemplar
y ser participantes de la tierra prometida. Ahora, si todo
esto lo vieron ellos estando bajo un ministerio de
muerte, Pablo dice que mucho más veremos la Gloria
de Dios nosotros que estamos bajo el ministerio de
Justificación ¡¡ALELUYA!!

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Creo fielmente que Jesús ya no tarda en regresar
por su Iglesia, pero también creo que antes de que Él
regrese, vamos a poder apreciar la gloria de Dios como
nunca antes el ser humano la ha experimentado. Hoy
en día se escuchan palabras de avivamiento en muchos
lugares del mundo, en los cuales Dios esta haciendo
notar su poder y miles de personas se están
convirtiendo al Evangelio diariamente.
Y hablando de avivamientos, recuerdo un día
estando en Internet, visité algunas páginas que hablan
de los avivamientos y encontré que en Canadá, Dios se
está moviendo poderosamente al igual que en
Pensacola Florida, también Sudamérica está partici-
pando de un gran avivamiento, y me emocioné tanto
que comencé a buscar más para ver si México tenía
algún lugar en donde también lo estuvieran experi-
mentando y para mi sorpresa no encontré ninguno, así
que un poco triste le pregunte al Señor: “¿Y México por
qué no está en avivamiento? Entonces Dios me recordó
las bodas de Caná en las cuales Jesús convirtió el agua
en vino y los que estaban en ella se quedaron
asombrados de que el novio diera el mejor vino hasta el
último, y Dios me dijo que “El Mejor Vino Está
Reservado Hasta El Último Tiempo Y Ya Está Siendo
Derramado Sobre México”, ¡¡Gloria a Dios, yo lo creo!!!
Y para participar de esta Gloria, tenemos que saber lo
que somos por Cristo, para así tener una mentalidad de
“más que vencedores” sentirnos dignos de participar en
este último y gran avivamiento.
Y recuerda “ama a Dios con todas tus fuerzas y haz
lo que quieras y vive la vida Cristiana al cien por ciento
sin dejar de ser tú” porque si de verdad lo amas, no vas
a hacer cosas que no le agraden, pero por mucho que
te esfuerces para agradar a Dios, nunca quedarás bien
con los hombres, así que ámalo y vívelo como tu
corazón te mande.

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La Gracia de nuestro Señor
Jesucristo inunde tu vida.

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