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E-IRR Madrid 1983

ESPANA
X CONG R E S 0 INTERNACIONAL DE ESTRATIGRAFIA Y GEOLOGIA DEL CARBONIFERO

CARBONIFERO Y PERMICO
DE ESPAÑA

Coordinado por:

CARLOS MARTINEZ DlAZ

MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA


SECRETARIA DE LA ENERGIA Y RECURSOS MINERALES
INSTITUTO GEOLOGICO Y MINERO DE ESPANA
D.L.: M-24782- 1983
Imprime ADOSA
-
Príncipe de Vergara 210 Madrid 2
I .S. B.N.: 84-500-9084-9
INDICE

Pág. Pág.
11.4.4.5. La sección de Villanueva de la
., ... ... ... ... ... 1.. Tercia-Villamanin ... ... ... ... ... 55
Presentacion ... ... ... ... ... ... 15 11.4.4.6. La sección de La Camocha ... ... 56
11.4.4.7. Relación entre formaciones ... ... 58
1. Introducción (Félix Velando Muñoz) ... ... 21
11.5. La Cuenca Carbonífera Central (J.
11. El Carbonífero del NW d e España ... ... ... ... 25 . ... ...
Truy 01s) ... ... .. ... ... ... ... . .. ... ...
11.1. Introducción (J. Truyols) ... ... ... ... ... 27
11.5.1. Situación y caracteres generales ... ...
11.5.2. Los materiales ... ... ... ... ... ...
...
11.2. D e s a r r o l l o histórico del conoci- 11.5.3. La sucesión estratigráfica ... ...
... ...
11.5.3.1. El conjunto improductivo ... ...
miento del Carbonifero cantábrico
(J. Truyols) ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 31 11.5.3.2. El conjunto productivo ... ... ...
11.2.1. Las etapas del conocimiento ... ... ... 31 11.5.3.3. Problemas de correlación ... ...
11.2.2. Primer período ... ... ... ... ... ... ... 31 11.5.4. La edad de la sucesión ... ... ... ... ...
11.2.3. Segundo período ... ... ... ... ... ... 32 11.5.4.1. Antecedentes cronoestratigrá-
11.2.4, Tercer período ... ... ... ... ... ... ... 33 ficos ... ... ... ... ... ... ... ... ...
11.5.4.2. Análisis de los datos ... ... ... ...
11.3. La Cuenca Carbonífera Cantábrica
(J. Truy 01s) ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 37 11.5.5. La serie de Riosa-Olloniego ... ... ...
11.5.6. La prolongación NE de la Cuenca
11.4. El Carbonífero inferior y medio de la carbonífera bajo la cobertera ... ... ...
Región de Pliegues y Mantos (1. Tru- 11.5.7. La cuenca de Piedrafita-Lillo ... ... ...
yols y L. Sánchez de Posada) ... ... ... ... 39
11.6. El Carbonifero inferior y medio d e la
11.4.1. La Región de Pliegues y Mantos ... ... 39
11.4.2. El Carbonífero inferior en la Re-
Región del Ponga (J. Truyols) ... ... ...
gión de Pliegues y Mantos ... ... ... ... 41 11.6.1. La Región del Ponga ... ... ...
... ...
11.4.2.1. ... ..
Generalidades ... ... ... . ... 41 11.6.2. El Carbonífero de la Región del
Ponga ... ... .. ... ..
. . ... ... . ... .....
11.4.2.2. Las secciones de tipo Entrago ... 41
11.4.2.3. Las secciones de tipo Olleros ... 43 11.6.3. El Carbonífero inferior ... ... ... ...
11.4.2.4. La sección de Genicera y las re- 11.6.4. El Carbonífero medio ... ... ... ... ...
laciones entre formaciones ...
... 4 5 11.6.4.1. La sección de Beleño ... ... ... ...
11.6.4.2. La sección de Campo de Caso-
11.4.3. El Carbonífero medio en la unidad de Coballes ... ... ... ... ... ... ... ...
Somiedo-Correcilla ... ... ... ... ... ... 46 11.6.4.3. La sección de Pendueles ... ... ...
11.4.3.1. Generalidades ... ... ... ... ... ... 46 11.6.4.4. Relación entre las formaciones...
11.4.3.2. Secciones del sinclinal de Alba ... 46
11.4.3.3. Otras secciones ... ... ... ... ... ... 48 11.7. El Carbonífero superior al Oeste de
la Región de Picos de Europa (J. Tru-
11.4.4. El Carbonífero en la unidad de La
Sobia-Bodón ...... ...... ... ... ... ... 50 ...
yols) ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 95 ...
11.4.4.1. Generalidades ... ... ... ... ... ... 50 11.7.1. La distribución de los afloramientos
del Carbonífero superior ... ... ...
... 9 5
11.4.4.2. La sección de Valdeteja ... ... ... 51
11.4.4.3. La sección de San Emiliano ... ... 52 11.7.2. Las cuencas Stephaniense ... ... ... 9 6 ...
11.4.4.4. La sección de Teverga ...
... ... ... 54 11.7.2.1. Afloramientos de la Zona Astu-
Pág .. Pág.
roccidental-leonesa ............... 96 Torre. J. Agueda. J . ri . Colmenero.
11.7.2.2. Afloramientos sobre el Antifor- J .C. García.Ramos. J . González Lastra)
me del Narcea .................. 98
11.7.2.3. A f l o r a m i e n t o s relacionados 11.10.1. Introducción .....................
con la falla de León ............ 101 11.10.2. Tránsito Devónico-Carbonífero y
11.7.2.4. A f l o r a m i e n t o s relacionados Carbonífero inferior ...............
con la falla de Sabero-Gordón ... 102 11.10.2.1. Areniscas del Devónico supe-
11.7.2.5. Afloramientos dispersos en la rior ...........................
Región de Pliegues y Mantos.
Cuenca Carbonífera central y
11.10.2.2. Formación Baleas ............
Región del Ponga ............... 103 11.10.2.3. Formación Vegamián .........
11.7.2.6. Relaciones entre los aflora- 11.10.2.4. Formación Genicera .........
mientos Stephanienses ............ 104 11.10.3. Carbonífero sup-rior ...............
11.8. El Carbonífero de la Región dc Picos 11.10 3.1. Caliza de Montaña (Namu-
de Europa ( L. Sánchez de Posada y ./. riense s.1.).....................
Truy o 1s) .................................... 106
11.10.3.1.1. Namuriense A.................
11.10.3.1.2. Namuriense B ...............
11.8.1. La Región de Picos de Europa ...... 106 11.10.3.1.3. Namuriense C ...............
11.8.2. El Carbonífero de Picos de Europa ... 108 11.10.3.2. Westfaliense ..................
11.8.2.1. El Carbonífero inferior ......... 109 11.10.3.2.1. Westfaliense A...............
11.8.2.2. El Carbonífero medio ............ 11 1 11.10.3.2.2. Westfaliense B...............
11.8.2.3. El Carbonífero superior ......... 113 11.10.3.2.3. Westfaliense C...............
11.10.3.2.4. Westfaliense D...............
11.9. El Carbonífero de la Región Oriental 11.10.3.3. Westfaliense-Stephaniense ......
(Pisuerga-Carrión) (E. Martínez. R.H. 11.11. Evolución estructural de la Zona
Wagnef. L . Lobato. L . Fernánder y Cantábrica durante el Carbonífero
J .L . Alonso) .............................. 116 (L.R. R o d r í g u ~ zFernández) ............
11.9.1. Introducción y antecedentes ......... 116 11.11.l. Introducción ........................
11.9.2. Estratigrafía ........................ 119 11.1 1.2. La Estructura de conjunto
de la zona Cantábrica ...............
11.9.2.1. Secuencia Pre-Palentina ......... 119
11.1 1.3. Los mantos de la Cordillera Cantá-
IL9.2.1.1. Dominio de Liébana ............ 119 brica ..............................
IL9.2.1.2. Dominio de Cervera ............ 122 11.1 1.4. La evolución tectonoestratigráfica
IL9.2.1.3. Dominio de Brezo ............ 122
precarbonífera .....................
IL9.2.1.4. Dominio de Espigüete ......... 124
IL9.2.1.5. Dominio de Gildar ............ 124 11.I 1 .S. E v o l u c i ó n tectonosedimentaria
IL9.2.1.6. Dominios de Prioro y Guardo .. 125 durante el Carbonífero inferior y
Namuriense ........................
11.9.2.2. Secuencia Post-Palentina (Pre-
Astúrica) ........................ 125 11.1 1.6. El Westfaliense como período de
IL9.2.2.1. Dominio de Liébana ............
máxima actividad tectónica .........
125
IL9.2.2.2. Dominio de La Pernía ......... 126 11.1 1.7. Los acontecimientos tectonosedi-
IL9.2.2.3. Dominio de Yuso ............ 126 n~entariostardíos ..................
IL9.2.2.4. Dominio de Prioro ............ 129 11.1 1.8. La historia estructural de la zona
11.9.2.3. Secuencia Post-Leónica (Pre-As- Cantábrica; Revisión histórica ......
túrica) ........................... 129 11.1 1.9. Conclusiones: El ciclo Tectonose-
11.9.2.3.1. Dominio de La Pernía ......... 129 dimentario-carbonífero ............
11.9.2.3.2. Dominio de Guardo ............ 130 11.12. Depósitos minerales en el Carboní-
IL9.2.3.3. Dominio de Liébana ............ 131
fero de la Cordillera Cantábrica (C.
11.9.2.4. Secuencia Post-Asthrica ......... 132
Luque y E . Martíner) .....................
IL9.2.4.1. Dominio de Cervera ............ 13 2
IL9.2.4.2. Dominio de Liébana ............ 13 2 11.12.1. Introducción y Antecedentes ......
11.12.2. Marco Geológico Regional .........
11.10. Evolución sedimentario y paleogeo- 11.12.2.1. Introducción ..................
gráfica del Carbonífero en la Cordi- 11.12.2.2. Estratigrafía de la Zona Can-
llera Cantábrica (L . Sáncher de la tábrica ........................
Pág. Pág.
IL 12.2.2.1. Región Cantábrica Occidental .. 165 IV.1. Cuenca de Henarejos ...................209
......
11.12.2.2.2. Región Cantábrica Central 165 IV.1 .1 . Situación geográfica ................209
11.12.2.2.2.1. Cuenca Carbonífera Cen-
.....................
trai 1 67 IV.1.2. Antecedentes históricos ......... 209
11.12.2.2.2.2. Beleño-Ribadesella...... 167 IV.1.3. Estratigrafía local ............... 210
11.12.2.2.2.3. Picos de Europa......... 167 IV.1.4. Estudio odeontológico ............214
11.12.2.2.3. Región Cantábrica Oriental ... 167 IV.1.4.1. Estudio de la macroflora ... 2 14
11.12.2.3. Tectónica ..................... 168 IV.1.4.2. Análisis palinológico ......... 214
11.12.3. Descripción de las mineraliza- IV.1.4.3. Apreciación de conjunto .. 214
ciones .............................. 168 IV.1 .5. Tectónica ........................214
11.12.3.1. Mineralizaciones de Cu ......... 168 IV.1.6. Minería ...........................215
11.12.3.2. Mineralizaciones de Hg ......... 170 IV.2. Cuenca de Montalbán .................. 216
11.12.3.3. Mineralizaciones de Pb-Zn ...... 17 2
11.12.3.4. Mineralizaciones de Sb ......... 17 2 IV.2.1. Situación geográfica ............... 216
11.12.3.5. Mineralizaciones de Fe-Mn ...... 173 IV.2.2. Antecedentes ..................... 210
11.12.3.6. Mineralizaciones de Fluorita .. 173 IV.2.3. Estratigrafía local ............... 219
11.12.3.7. Mineralizaciones de Barita ...... 176 IV.2.4. Síntesis estratigráfica ............ 219
11.12.3.8. Mineralizaciones de Talco ...... 176 IV.2.5. Tectónica ........................ 219
11.12.4. Consideraciones metalogenéticas IV.2.6. Magmatismo ..................... 219
generales ........................... 176 IV.2.7. Depósitos minerales ............... 220
11.12.5. Agradecimientos .................. 177 IV.3. Bibliografía ........................... 220
11.13. Bibliografía .............................. 178
V . Carbonífero marino de la zona "Sudportu-
111. El Carbonífero de la Cordillera Ibérica (J. guesa" (Pedro Florido Laraña) ..............
221
Villena y G. Pardo) .............................. 189
V .1. Introducción ...........................
223
111.1. Introducción ........................... 191 V.1.a. Situación geográfica y geológica ... 223
111.2. Estratigrafía .............................. 191 V.1.b. Antecedentes ...........................
224
111.2.1. Sierra de la Demanda ............ 1 91
V.2. Estratigrafía ...........................
226
111.2.1.1. Situación de afloramientos 191 .. ............
111.2.1.2. Antecedentes ............... 191 V.2.1. Devónico-Carbonífero 229
V.2.2. To urnaisiense-Viseiense medio .. 23 1
111.2.1.3. Estratigrafía local ............ 193
111.2.1.3.1. Litoestratigrafía ............ 193 V.2.3. Viseiense superior ...............
235
111.2.1.3.2. Contenido paleontológico y
edad .....................1 9 3 V.3. Tectónica y Metarnorfismo .........
236
111.2.2. Montdbán y Puig Moreno ......... 197 V.3.1. Tectónica ........................
236
111.2.2.1. Situación de afloramientos .. 197
V.3.2. Metamorfismo ..................
237
111.2.2.2. Antecedentes ............... 1 97 V.4. Depósitos minerales ..................
237
111.2.2.3. Estratigrafía local ............ 198 V.4.a. Yacimientos de sulfuros masivos ... 238
111.2.2.3.1. Litoestratigrafía ............ 198 V.4.b.Yacimientos de manganeso ............
239
111.2.2.3.2. Contenido paleontológico y
edad ..................... 199 V.4.c. Yacimientos filonianos ...............
239
111.3. Correlación estratigráfica ............... 201 V.5. Bibliografía ...........................
239
111.4. Síntesis estratigráfica y paleogeo-
grafía ....................................
201 VI . El Carbonífero de Sierra Morena . (Cecilio
Quesada)........................................243
111.5. Vulcanismo y depósitos minerales .. 204
111.6. Bibliografía .............................. 206 VI.1. Introducción ........................245
VI.1.a. Encuadre regional .................. 246
IV. Las cuencas carboníferas del sector cen- VI .1.b. Antecedentes ........................ 248
tral de la Cordillera Ibérica. (Henarejos y
Montalban). (B. Meléndez; J . Talens; F. V1.2. Estratigrafía ........................... 250
Fonollá y .C. Alvarez-Ramis) ............... 207 V1.2.1. Cwbonífero inferiof ......... 250
Pág . Pág .
VI.2.1 .a. Valle de los Pedroches ......... 2 5 1 VII.2.5. El Carbonífero de la región
VI.2.1 .b. Cuenca del Guadiato ......... 2 5 2 de Benasque. Cerler y Villa-
VI.2.1 .c. Cuenca de Benajarafe ......... 256 nova ............................ 3 0 2
VI.2.1 .d. Cuenca de Berlanga ......... 258 VII.2.6. El Carbonífero de la región
.
de Torre de Capdeilá-Aguiró 3 0 6
VI.2.1.e. Cuenca de Los Santos de
Maimona, Bienvenida y Ca- VII.2.7. El Carbonífero del Sinclino-
sas de Reina .................. 2 5 8 rio de Espot-Andorra (Sincli-
.
VI.2.1 f. Cuenca de Valdeinfierno ...... 2 5 9 nal de Llavorsi) ...............307
~ 1 . 2 . 1 . ~El
. sector de Santa Olaila de VII.2.8. E1 Carbonífero de Feixa-
Cala ........................ 261 Castellás-Espahent ............ 3 0 9
VI.2.l .h. Correlaciones y paleogeo- VII.3. El Stephaniense ..................... 311
........................
'

grafía 262
VI.2.2. Westfaliense .................. 262 VII.3.1. Generalidades ............... 311
VI.2.2.a. Cuenca de Peñarroya-Bél- VII.3.2. Estudio simplificado de tres
mez-Espiel .................. 2 6 4 cuencas stephaniense antraci-
VI.2.2.b. Cuenca de Villanueva del
tosas ..........................312
Río y Minas .................. 2 6 7 VII.3.3. Ejemplos de carbones stepha-
nienses ....................... 3 1 4
VI.2.3. Stephaniense de Puertollano ... 2 6 8
VI.2.4. Autuniense .................. 2 70 VII.4. Los granitos intrusivos ligados a
VI.2.4.a. Cuencas de Fuente del Ar- l a orogénesis hercínica ............... 3 1 5
co, Guadalcanal, Urbana,
Alanís y San Nicolás del VII.4.1. Generalidades ...............315
Puerto ........................ 2 7 0 VII.4.2. Un ejemplo de macizo graní-
VI.2.4.b. Cuenca del Viar ...........S.... 2 72 tico complejo varíscico: La
Maladetta ...................... 3 1 6
VI.3. Geologia Económica ............... 2 74
VII.5. Ensayo de conclusión para el es-
VI.3.a. Yacimientos d e carbón ........... 2 7 4
t u d i o del carbonífero d e los
VI.3.b. Mineralizaciones d e sulfuros ...... 2 7 5 Pirineos ~ s ~ a ñ ó l e s..................
326
VI.3.c. Otros yacimientos de interés ...... 2 7 6 VII.6. Bibliografía ........................... 3 2 7
Agradecimientos ..................... 2 76
VI.4. Bibliografía ........................... 2 7 7 VI11. El Carbonífero d e las Cadenas Costeras
Catalanas (P. Anadón. M . Julivert y
.
A Sáez) .......................................3 2 9
.
VI1 El Carbonifero d e los Pirineos (Michel Wa-
VI11.1. Generalidades ..................... 3 3 1
terlot y Jean-Marie Charlet) ..................
2 79
VIII.2. L a sucesión carbonífera ............ 331
.
VI1 1. Generalidades ........................ 2 8 1
VIII.3. Significado de las facies carbo-
VI1.1.1. Los grafides rasgos estructura- niferas .............................. 3 3 4
les de Los Pirineos ............ 28 1
VI! .1.2. Los grandes rasgos de la estra- VIII.4. Bibliografía ........................ 3 3 6
tigrafía del Paleozoico de los
Pirineos ........................
284 IX . E1 Carbonifero d e Menorca (A. Obrador) ... 3 3 7
VII.2. Estudio d e las diferentes cuencas IX.l. Introducción y estratigrafía ......... 3 3 9
carboníferas ........................... 2 8 8 IX.2. Bib1io.qa f í a ........................... 3 4 1
VII.2.1. Generalidades ...............
288
X . El Carbonífero d e las Cordilleras Béticas
VII.2.2. El Carbonífero de los Macizos
Paleozoicos Vascos ............
289 (Hans-Georg Herbig) ........................ 3 4 3
VII.2.3. Las cuencas carboníferas del X.1. Introducción ........................... 3 4 5
Oeste en la Zona Primaria X.2. Trabajos previos y conocimiento ac-
Axial ........................
29 5
tual ....................................... 3 4 6
VII.2.4. El Carbonífero del Sinclino-
rio del "Plan des Etangs" ...... 2 9 7 X.3. Estratigrafía .............................. 3 4 9
Pág. Pág.
X.3.1. Estratigrafía local .................. 349 3.3. Disposición geográfica y eutructural .
X.3.2. Síntesis estratigráfica ............350 Series tipo .................................... 410
X.4. Volcanismo ..............................352 3.3.1. Zonas geográficas con homogeneidad
X.5. El problema de la orogénesis hercí- estratigráfica ........................... 410
nica ....................................... 353 3.3.2. Disposición estructural .................. 410
3.3.3. Series tipo .............................. 410
X.6. Conclusiones paleogeográficas ......... 353
Agradecimientos ........................ 3 54
3.4. Sedimentología ..............................
415
3.4.1. Mecanismos deposicionales ............ 416
X.7. Bibliografía .............................. 354 3.4.2. Paleoclima ..............................
417
XI The Carboniferous in Spain. Abstract ...... 357 3.5. Vulcanismo ................................. 417
3.6. Modelos de.Cuenca Sedimentaria .........
417
3.7. Recursos de interés económico ............
419
EL PERMICO EN ESPARA 3.8. Agradecimientos ........................... 419
1. Introducción (Carmina Virgili) ............... 383
4.-E1 Pérmico de la Cordillera Ibérica y bordes
1.1. Antecedentes .............................. 385 del Sistema Central (Alpedo Arche. Ampa-
1.2. Caracterización paleontológica del Pér- ro Ramos y Alfonso Sopeña) ..................421
mico .......................................... 385 4.1. Introducción .................................423
1.3. Nuevos datos sobre el límite Triásico- 4.2. Antecedentes .............................. 424
Pérmico .................................... 3 86
4.3. Bordes del Sistema Central y zona de
1.4. Distribución de las áreas estudiadas ...... 386 enlace de la Cordillera Ibérica ............ 424
2 . El Pérmico de la Región Cantáhrica (Enri- 4.3.1. Sector Valdesotos-Tamajón ............ 425
que Martínez-García) ...........................389 4.3.2. Sector Páimaces de Jadraque ............ 427
2.1. Introducción y antecedentes ............... 39 1
4.3.3. Sector Riba de Santiuste ................
428
2.2. Encuadramiento geológico ............... 39 1
4.3.4. Sector Ayllón Atienza ..................428
4.3.5. Correlaciones y evolución de la Cuenca .. 429
2.2.1. Región Occidental o Asturiano-leóni- 4.4. Sector Noroccidental de la Rama Cas-
ca .......................................391
2.2.2. Región Central ........................ 392
tellana de la Cordillera Ibérica ............ 430
2.2.3. Región Oriental o Palentina ............392 4.4.1. Autuniense ........................... 430
2.2.4. Cuenca de Santander .................. 394 4.4.2. Saxoniense .............................. 432
2.3. Afloramientos ..............................394 4.4.3. Thuringiense ........................... 432
2.3.1. Región Asturiano-Leónica ............394 4.4.4. Evolución de la Cuenca ............... 433
2.3.2. Región Central ........................3 96 4.5. Sector Suroriental de la Rama Castella-
2.3.3. Región Oriental o Palentina ............ 398 na de la Cordillera Ibérica ............... 434
2.3.4. Cuenca de Santander ..................398 4.5.1. Introducción ...........................434
2.4. Edad de las Formaciones .................. 399 4.5.2. Zona Noroccidental ..................434
2.5. Desarrollo de la Sedimentación Pér- 4.5.3. Zona Suroriental ........................ 435
mica .......................................... 400 4.5.4. Interpretación sedimentológica y evo-
lución de la cuenca .....................436
3 . El Pérmico de los Pirineos españoles (José
Gisbert) ..........................................403 5 . El Pérmico del borde suroeste de la Meseta
3.1. Introducción y antecedentes ............... 405 (Jean Broutin) .................................... 439
3.2. Estratigrafía .................................406 5.1. Introducción y antecedentes ............... 441
3.2.1. Conjunto Stephaniense-Pérmico ...... 406 5.2. Situación geográfica de los aflorarnien-
3.2.2. Conjunto de facies Saxoniense .........4 10 tos pérmicos ................................. 441
Pág. Pág.
5.3. Estudio de algunos atioramientos inte- 8.1. Introducción ................................. 473
resantes ....................................... 442 8.2. La Cadena Ibérica ........................... 473
5.3.1. Las cuencas de los alrededores de Gua- 8.2.1. La Rama Castellana y su zona de In-
dalcanal. Encuadre geológico ......... 442 terferencia con el Sistema Central ...... 473
5.3.2. La Cuenca del Río Viar.Encuadre geo- 8.2.2. La Rama Aragonesa .................. 476
lógico .................................44 7
5.4. Consideraciones paleogeográficas sobre 8.3. Borde Meridional de la Meseta ........... 477
las cuencas pérmicas de la zona de 8.3.1. La Cuenca del Viar (Sevilla) ............ 477
Ossa-Morena ................................. 449 8.3.2. Sierra Morena Occidental ...............477
3.4. Región Cantábnca ........................478
6. El Pérmico de las Cordilleras Béticas (Otto 8.4.1. Cuenca Asturiana .....................478
Jan Simon y Henk Visscher) .................. 451 8.4.2. Región de Cantabria ..................480
6.1. Introducción ................................. 453 8.5. Resumen final ..............................480
6.2. Zona Subbética .............................. 453
6.3. Complejo Almágride ........................ 455 .
9 Consideraciones finales (Carmina Virgili) ...... 482
6.4. Complejo Maláguide ........................ 455 9.1. Los depósitos pénnicos ..................... 485
6.5. Complejo Alpujárride .................... 458 9.2. La sedimentación y la tectónica tardi-
6.6. Complejo Nevado-Filábride ............... 459 hercínica .................................... 485
6.7. Conclusiones ................................. 46 1 9.3. Problemas de la estratigrafía del Pérmi-
6.8. Agradecimientos ........................... 46 1 co en España ................................. 485
9.4. La Cronoestratigrafía del Pérrnico de
7. El Pérmico de las Baleares (Antoni Obra; Europa Occidental ........................ 487
dor) ................................................463 9.5. El límite Pérmico-Triásico en las series
7.1. Introducción .................................465 continentales y significación de la dis-
7.2. Isla de Menorca ..............................465 cordancia palatínica ........................ 489
7.3. Isla de Mallorca .............................. 468 9.6. Aportaciones del estudjo de las series
españolas .................................... 489
8. El Vulcanismo Permocarbonífero de la Pe-
nínsula Ibérica (Marina Navidad) ............... 4 7 1 10. The Permian in Spain. Abstracts ............ 491
PROLOGO DEL LIBRO

EL CARBONIFER0,Y PERMICO EN ESPANA


PROLOGO DEL LIBRO

EL CARBONIFERO Y PERMICO EN E S P m A

Coincidiendo con el X CONGRESO INTERNACIONAL DE ESTRA-


TIGRAFIA Y GEOLOGIA DEL CARBONIFERO, el Instituto Geológico y
Minero de España, uno de sus organizadores, ha creído oportuno aportar,
-como colaboración adicional a reunión cientifica tan relevante-, la publi-
cación de este libro.

La obra, que me honro en prologar, compendia los conocimientos


geológicos actuales existentes sobre nuestras cuencas carbonferas y pérmicas
en sus manzj5estaciones más representativas. Todo ello se condensa en 1 9
capitulas y unas 500 páginas, sintesis sólo concebible gracias al elevado y
generoso esfuerzo de elementos de la Universidad española, del Instituto
Geológico y Minero de Espafía, de la Empresa Nacional "Adaro" de Investi-
gaciones Mineras, S.A., de Hulleras del Norte, S.A. y de Universidades fiance-
sas, alemanas y holandesas.

Dada la filiación y marco del libro, su interés cientfico e n el ámbito


de la Geología es prominente y manifiesto. Por tanto, voy a referirme en
estas lineas de anticipo a destacar su otra pertenencia, vinculada al segundo
de los apellidos de este Instituto: lo minero.

La importancia que el carbón tiene para u n país como España,


que prácticamente carece de reservas petrolíferas de magnitud, por lo
que se ve obligada a desarrollar su minería del carbón más de lo
acostumbrado, como fuente de recursos energéticos propios, nos lleva a
hacer una serie de consideraciones de las que se deduce la trascendente
importancia de este volumen.

El consumo español de carbón, e n su aportación a la energia prima-


ria, venía disminuyendo en los últimos años, pasando del 39,8 por ciento en
1963 al 17,3 por ciento en 1973 en beneficio, casi exclusivo, del petróleo.
Pero la crisis desatada a finales de 1973 ha obligado a abandonar este cómo-
do abandonismo al abastecimiento foráneo. Entonces se vio claro que si bien
la potencialidad de los recursos de carbón existentes era, e n líneas generales,
satisfactoria para contribuir de manera considerable a la producción propia
de energia, el conocimiento de sus características geológicas no era suficiente
n i preciso en casi ninguno de los casos.
La correcta planificación del aprovechamiento carbonífero a medio y
largo plazo, asi como su idónea explotación, exige una profunda compren-
sión de las posibilidades de cada cuenca, de la cantidad y calidad de los
recursos y reservas y de la disposición geométrica que toman las capas en su
seno. Por ello, el Plan Energético Nacional (PEN), aprobado por el Congreso
de los Diputados e n julio de 1979, incluía dentro d e sus objetivos la eleva-
ción, al máximo posible, de la participación d e los carbones nacionales en el
consumo energético global.

El PEN prevé la participación del IGME para el desarrollo de los


programas de investigación en el campo de los carbones, reservando su actua-
ción para el campo de la necesaria infraestructura geológica y minera; incluye
ésta las realizaciones cartográficas y estudios generales, la puesta en marcha
de la exploración y de las primeras fases de investigación, la participación en
el estudio y desarrollo d e técnicas y métodos para el aprovechamiento de
nuestros recursos energsticos, y el establecimiento de la base documental
correspondiente. Dentro de este conjunto de tareas tiene también cabida
principal este libro.

Pero no son estos trabajos novedad para el IGME. El Instituto Geoló-


gico y Minero de España lleva más de siglo y cuarto prestando gran ayuda al
desenvolvimiento d e la geología y la minería de nuestro País y en el aumento
del conocimiento de la riqueza mineral que encierra su subsuelo. Ya e n 1854
se iniciaron una serie de estudios intensivos de las cuencas carbonz;feras pe-
ninsulares, constituyéndose en 1863 la Comisión de Ingenieros de Minas para
el Estudio Carbonífero de Asturias. De todos aquellos trabajos "históricos"
sobresale el desarrollado por LUIS ADARO, y publicado en 1926, sobre la
Cuenca Central Asturiana, cuyo detalle de elaboración y validez e n términos
generales han perdurado hasta nuestros días.

Pero con bastante anterioridad nuestro País tenía ya tradición de


actividad minera para el carbón. L o atestiguan, por ejemplo, datos históricos
relativos a las más antiguas explotaciones del Carbonífero en Villanueva del
R í o y Minas (provincia de Sevilla). Respecto a ellas, Felipe 11, en Real Célula
de 1621, ya ordenaba la averiguación d e eventuales fraudes e n la administra-
ción de la mina de carbón de piedra, descubierta por ANDRES DE CA-
RRION. Más tarde, en pleno siglo XVIII, a las luces de la Ilustración y como
anticipo de lo que exis'rzá durante la siguiente centuria la revolución indus-
trial, se impulsó desde la corona la extracción del carbón, como sustituto de
la leña combustible. As( el Ingeniero de Minas D. LUIS DE L A ESCOSURA
hacía, con motivo de una visita (1853) a estas mismas minas, una serie de
observaciones, h o y entrañables:

"El descubrimiento de estas minas, o por lo menos la primera conce-


sión de permiso para su beneficio, data de 1742, y fue otorgada a favor de D.
Juan Ledis, quien, sin embargo, no pudo llevar a efecto la explotación,
porque se opusieron a ello tenazmente los pueblos de las inmediaciones, que
creían entonces perjudicial a la salud el uso de aquel combustible. En 177 1, a
consecuencia de un informe de la Junta de Comercio, Moneda y Minas, no
sólo se concedió licencia para beneficiar aquellos criaderos a D. Antonio de
Aguirre y Compañía, sino que se otorgaron diferentes privilegios a todos los
que beneficiasen minas de carbón en la Península."

La descripción de Escosura hacía referencia también a la calidad del


carbón extraido; señalaba:
"El carbón es de buena calidad, pertenece a los llamados cúbicos
("cubical coal") de un hermoso color negro brillante, compacto, no muy
duro, a veces piritoso, y. arde con facilidad produciendo una llama rojiza. El
térmico medio de diferentes ensayos docimásticos de estos carbones verifica-
dos en el laboratorio de la Escuela Especial de Minas, dio por resultado en
100 partes de hulla: 67 de carbón, 28 materias volátiles y 5 de cenizas."

Desde 1830 se inició en España una nueva etapa de industrialización


y de recuperación económica que se polarizaba en dos sectores interrelacio-
nudos: el hullero y el siderúrgico.

El intenso tráfico comercial generado así a mediados del siglo XIX


con Gran Bretaña, sobre todo entre Bilbao y Liveqool -ciudades de las que
se decía que eran 'kemelas': pues ambas eran consideradas como núcleos del
carbón y del hierro-, fue, paradójicamente, culpable de que el carbón espa-
ñol tuviese uso restringido, ya que los buques mineraleros que salían de la
capital vizcaína con mineral de hierro, regresaban con carbón inglés que
-todo hay que decirlo-, era de mejor calidad directa, en general, que el
español para estos usos siderúrgicos.

Aquellos tiempos han pasado, pero la importancia del carbón como


sustancia energética en los países industrializados es base fija de apoyo para
su desarrollo económico, y más segura que las usuales fundamentadas en el
ámbito del petróleo durante el último decenio.

Pero, realmente, y pese a los crecimientos importantes de producción


de carbón y a su incremento participativo en la generación primaria de
energía, queda aún mucho que hacer; comenzando por la prosecución de la
búsqueda, reconocimiento y evaluación, en cantidad y calidad, de los com-
bustibles fósiles, dentro de las unidades estratigráficas que los contienen, los
resultados, hasta el momento, son gratificantes y esperanzadores.

Hoy como ayer, tienen vigencia las palabras pronunciadas con motivo
de la Exposición de la Industria Española de 1850: "El carbón es el agente
mágico de la producción, el motor más poderoso de las fábricas, el elemento
necesario para reducir las distancias, recorrer con seguridad y presteza los
mares, y convertir las naciones en un solo pueblo".

JOSE ENRIQUE AZCARATE MARTIN


Director del Instituto Geológico y Minero d e España
PRESENTACION

Cuando en 1979 fue concedida a España la organización del X Congreso


Internacional de Estratigrafía y Geología del Carbonífero que se habríade
celebrar en 1983, pareció conveniente al Comité Organizador español presen-
tar una publicación que, recogiendo los conocimientos existentes e n el mo-
mento sobre el Carbonífero y el Pérmico en España, pudiese servir a los
interesados en la materia, de referenck sobre las características y la evolu-
ción de las formaciones españolas de esas edades, así como de reflexión
acerca de los problemas geológicos aún n o resueltos y de aportación al inter-
cambio internacional de los conocimientos cientij?cos.
Por ello, durante los últimos cuatro años, el Dr. Carlos Martínez Díaz,
Secretario Científico del X Congreso, ha venido promoviendo, dirigiendo y
coordinando a u n numeroso grupo d e científicos españoles y extranjeros que
han sabido trasladar a este libro el estado de conocimientos que existen e n
España y en el mundo, sobre los sistemas Carbontjeero y Pérmico de este
País, los cuales, presentándose a modo de síntesis, recogen los trabajos más
modernos ya publicados, así como numerosos estudios originales realizados
expresamente con esta ocasión.
Aunque estudiados desde antiguo, durante las últimas décadas las inves-
tigaciones geológicas en España sobre los terrenos carbonqeros han mostrado
una notable actividad, intensificándose en u n principio e n la zona asturiana y
andaluza durante los años sesenta, y extendiéndose progresivamente después
al resto de h s cuencas españolas. La puesta e n práctica e n 1979, del Plan d e
Investigación del Carbón, que dentro del Plan Energético Nacional, se pro-
gramó por el Gobierno a fin de incrementar y conocer mejor los recursos d e
carbón para apoyar, así, la creciente participación de'este combustible e n el
abastecimiento energético español, ha constituido el marco que ha impulsado
de forma m u y notable los estudios geológicos, cuyos resultados científicos se
ha pretendido recoger en la presente publicación.
Como se explica en la Introducción con que se inicia la parte del libro
relativa al Carbonífero, ésta se ha estructurado d e forma monográfica e n diez
capítulos, que se refieren a las áreas que, aunque con desigual importancia,
comprenden las formaciones aflorantes más sobresalientes. De todas ellas, es
la zona Cantábrica la que recibe una mayor atención, por ser la que reviste
u n interés más especial, n o sólo desde el punto de vista económico, pues sus
yacimientos suministran del orden del 90% de la producción nacional d e
hulla y antmcita, sino también desde una perspectiva puramente geológica,
por ser la que presenta u n desarrollo notablemente más elevado d e series
carbongeras, con aspectos de particular interés para el avance de las correla-
ciones estratigráficas a nivel mundial, y finalmente porque, e n razón del
interés económico antes aludido, es la que ha sido siempre objeto de mayor
dedicación en la investigación geológica.
En su preparación ha intervenido un. numeroso grupo de profesionales
de la geología, pertenecientes a Organismos del Estado, como el Instituto
Geológico y Minero de España; a distintas Universidades españolas y extran-
jeras, como son las de Oviedo, la Complutense de Madrid, la de Zaragoza, la
Autónoma de Barcelona, la de Lille (Francia), la de Erlangen-Nurnberg (Re-
pública Federal Alemana), la de Sheffield (Gran Bretaña); y a empresas
españolas, como la Empresa Nacional A D A R O de Investigaciones Mineras,
S.A., y la Empresa Nacional ccHullerasdel Norte", S.A.
La segunda parte se refiere a las series pérmicas, que también han sido
objeto últimamente de nuevos estudios, presentándose sus características
principales básicamente a través de la descripción de las zonas más reciente-
mente investigadas, para concluir con el estudio del vulcanismo permocarbo-
nífero y unas consideraciones finales sobre las cuestiones más relevantes,
sobre las que continúan los estudios e n la actualidad.
La elaboración de los capítulos del Pérmico en España ha corrido a
cargo de geólogos que integran los equipos más dedicados e n este tiempo a su
investigación, procedentes de la Universidad Complutense de Madrid, Univer-
sidad Autónoma de Barcelona, Universidad de Oviedo, Universidad de Zara-
goza, Universidad de París (Francia) y Universidades de Amsterdam y Utrecht
(Holanda).
En general, a lo largo de todo el trabajo, los distintos autores expresan
opiniones que les son propias e n torno a las diferentes cuestiones analizadas,
algunas de las cuales, por ser comunes a varios de ellos, pueden recibir u n
tratamiento variable, toda vez que el planteamiento del libro pretende, entre
otros fines, expresar el estado actual de conocimientos y teorías a que se ha
llegado por todo u n conjunto de equipos de investigación. Consecuencia de
todo ello, -y creemos que ésta puede ser una de las aportaciones más váli-
das-, es que quedan expuestos para su reflexión, distintos aspectos aún n o
resueltos definitivamente, entre los que cabe citar algunas dataciones y corre-
laciones con las escalas estratigráficas de Europa Occidental y la U.R.S.S.,
que siguen siendo objeto de revisión y estudio.
A todos los autores deseamos agradecer su cooperación y el válido
esfuerzo desplegado para la preparación de este libro y e n particular a su
impulsor y coordinador, el Dr. Martínez Díaz y a sus directos colaboradores
L.F. Granados y F. Leyva, bajo cuya iniciativa y entusiasmo, ha sido posible
esta contribución.
Asimismo, en nombre del Comité Organizador, hemos de expresar aquí
nuestra profunda gratitud al Instituto Geológico y Minero de España por la
favorable acogida, y decidido apoyo que desde el año 1979 ha prestado a la
preparación de este libro y que ha concluido con la edición que ahora se
produce.
Al presentar este trabajo, es deseo de todos que se hayan conseguido los
objetivos que desde u n principio se pretendieron, y que su lectura pueda
servir de contribución al avance de los conocimientos sobre el desarrollo de
la historia geológica del Carbonífero y del Pérmico en el mundo.

Adriano Garcia-Loygorri
Presidente del Comité Organizador del
X Congreso de Estratigrafía y
Geología del Carbonqero
EL CARBONIFERO EN ESPAÑA

Coordinador: C. MARTINEZ DIAZ

con la colaboración de:

J. AGUEDA, J.L. ALONSO, C. ALVAREZ-RAMIS, P. ANADON,


J.M. CHARLET, J.R. COLMENERO, L. FERNANDEZ, P. FLORIDO, F. FONOLLA,
J.C. GARCIA-RAMOS, J. GONZALEZ LASTRA, H.-G. HERBIG, M. JULIVERT,
L. LOBATO, C. LUQUE, E. MARTINEZ, B.MELENDEZ, A. OBRADOR, G. PARDO,
C. QUESADA, L.R. RODRIGUEZ, A. SAEZ, L. SANCHEZ DE LA TORRE,
L. SANCHEZ POSADA, J. TALENS, J. TRUYOLS, F. VELANDO, J. VILLENA,
R.H. WAGNER, M. WATERLOT
1 INTRODUCCION

Félix Velando Muñoz

Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras, S.A.


1 INTRODUCCION

Se describen en este volumen los aflora- al nivel de conocimientos sobre las distintas
mientos de terrenos carboníferos españoles. zonas, pues mientras en algunas de ellas se han
La distribución en capítulos es equiva- realizado numerosos trabajos específicos so-
lente a las zonas de estudio, indicadas a conti- bre el Carbonífero, en otras existe una des-
nuación y señaladas en la figura adjunta. cripción general, de la que se han extraído los
2) Zona Cantábrica datos que interesan para este libro.
3) Area septentrional del Macizo Ibéri- De todas formas, el inconveniente que
co y Sierra de la Demanda representa la desigual aportación de datos,
4) Cordillera Ibérica (Henarejos-Mon- consecuencia de la recopilación de informa-
talbán) ción y estudios sumamente variables, para in-
5) Zona Surportuguesa tentar abarcar en un sólo volumen y en un
6) Area meridional de la Zona Centroi- momento determinado, todo el Carbonífero
bérica y Zona de Ossa-Morena de España, utilizando los datos disponibles,
7) Pirineos cuyo número y profundidad son muy diferen-
8) Cadenas Costeras Catalanas tes según las zonas, queda en parte compensa-
9) Menorca do tanto por el carácter de "inventario", co-
10) Cordilleras Béticas mo por los distintos enfoques del estudio se-
Se basa esta distribución, en criterios gún el especialista que lo trata, enriqueciendo
geográficos, en el análisis de las aportaciones la presentación del conjunto y dejando abier-
hechas por los equipos de trabajo o científicos tas nuevas vías de investigación.
aislados y de los datos bibliográficos. Las zo- Finalmente, cabe destacar que los cono-
nas descritas no responden en todos los casos cimientos actuales no aconsejan realizar una
a unidades con características estructurales y síntesis de todo el Carbonifero español, pare-
paleogeográficas propias y distintas de las res- ciendo más conveniente dejar cada capítulo
tantes. como unidades independientes, que constitu-
El contenido de los diferentes capítulos, yan las ideas y opiniones de los distintos auto-
muestra una cierta heterogeneidad, tanto en res.
extensión como en profundidad. Esto se debe
11 EL CARBONIFERO DEL NW DE ESPAÑA

Coordinado por Jaime Truyols Santonja


11.1 INTRODUCCION

J. Truyols Santonja
Departamento de Paleontologia. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo.

El Carbonífero del NW de España, que se originó durante el ciclo alpídico, con una
ocupa una superficie de unos 9.000 Km2, apa- tectónica vertical que levantó el bloque cantá-
rece'distribuido entre las provincias de Astu- brico por encima del resto del macizo herci-
rias, León, Palencia y Santander, formando niano de la Meseta. La actual divisoria orográ-
parte de un relieve importante en la orografía fica (vertiente N o asturiana, de gran pendien-
actual de la Península, las Montañas Cantábri- te, tributando al Mar Cantábrico; vertiente S o
cas. Los materiales carboníferos se encuentran leonesa, de pendiente moderada, afluyendo a
casi exclusivamente en una sola de las zonas. la cuenca del río Duero en la Meseta) es total-
que L O T Z E (1945) estableció en su conocida mente independiente de la estructura hercinia-
división del Macizo Ibérico, la llamada Zona na, formada por unidades que describen de
Cantábrica. Esta zona está separada del resto manera paralela una curva convexa hacia el W,
del Macizo por medio del Antiforme del Nar- conocida de antiguo como Rodilla asturiana.
cea, unidad estructural constituida por mate- La estructura de los materiales paleozoi-
riales de edad precámbrica y cámbrica, que cos de la Zona Cantábrica es relativamente
forma su borde occidental. Los restantes lími- compleja, debido a la existencia de escamas y
tes verdaderos de la zona no pueden ser esta- mantos de corrimiento que vergen hacia la
blecidos en la actualidad. Por el E y el S mate- parte cóncava del arco (COMTE,1959; SIT-
riales modernos cubren el zócalo paleozoico TER, 1962,1965; JULIVERT,1965,1971) y
(Mesozoico de Cantabria y Terciario continen- que han sido posteriormente replegados (JU-
tal de la Meseta castellana) y por el N éste LIVERT, 1971; JULIVERT Y M A R C O S ,
queda sumergido bajo las aguas del Golfo de 1973). La tectónica tangencia1 determinó la
Vizcaya (Mar Cantábrico) y en parte también existencia de unidades diferenciadas en las
queda cubierto por una película de materiales que la sedimentación carbonífera presenta ca-
mesozoicos (Fig. 11.1). racterísticas particulares. El desplazamiento
La importancia del Carbonífero de esta horizontal determinó un aproximamiento tec-
región consiste en que la secuencia sedimenta- tónico de series que en su origen estaban muy
ria es prácticamente completa y en muchos separadas entre sí, y este hecho plantea pro-
puntos aparece en continuidad con el Paleo- blemas importantes de reconstrucción paleo-
zoico inferior. Por otra parte, sus materiales geográfica.
presentan un espesor considerable, del orden Si se considera la gran extensión ocupada
de varios miles de metros, excepto el Carboní- por los terrenos carboníferos en el conjunto
fero inferior que constituye una serie conden- de la Zona Cantábrica, dos grandes unidades
sada. Estos materiales son muy variados desde estructurales aparecen bien individualizadas:
el punto de vista litológico, y están represen- la Región de Picos de Europa, en el extremo
tados especialmente por calizas, areniscas, oriental, y la Cuenca carbonífera central, en la
conglomerados y pizarras, siendo notable la parte media. Entre ambas unidades existe una
.presencia de niveles de carbón explotable. Las región intermedia, la unidad del Manto del
calizas son los elementos que destacan en el Ponga, constituida por esta estructura y otras
relieve actual, formando las elevadas cumbres menores asociadas. Por la parte occidental, ro-
que en el macizo de Picos de Europa, al E, deando por el W y S a la Cuenca carbonífera
sobrepasan los 2.600 m de altura. Este relieve central, se encuentra la Región de Pliegues y
-ZONA CENTROIBERICA Z O N A CANTABRICA

oo oo 00 o o a 0 0LEONo
.0 oo

0 0 0 0 0 0 o 0
0 0 0 0 0 0 D O
0 0 0 0 o o 0

E
m COBERTERA MElOlOlCO-TERCIARIA

Fig. 11.1.- Distribución de los afloramientos carboníferos en el Noroeste de España.


PRECAMBRICO ( Ant~formedel Narcea)

m
Unidad de SOMIEDO-CORRECILLAS CUENCA CARBONIFEIA C l N M L m{ PICOS DE EUROPA
REGION DE
PLIEGUES Y
MANTOS
Unidad de LA SOBIA-BODON r] RECION DE MANTOS
a ) Manto del Ponga
.::...-. PISVERGA -CARRION

Unidad de VALSURVIO

Fig. 11.2.- La Zona Cantábnca de LOTZE y sus unidades estructurales fundamentales, según JULIVERT (1971).
Mantos. Finalmente está el cuerto SE de la blecido por S T I L L E , en alusión directa a esta
Zona Cantábrica, que corresponde a la Región región del Macizo Ibérico en la que coexisten
del Pisuerga-Carrión (Fig. 11.2). En estas dos materiales carboníferos pre- y postectónicos.
últim&, además de los materiales carboníferos Una cierta cantidad de afloramientos carboní-
juegan un papel importante los pertenecientes feros de carácter molásico se disponen de ma-
al Paleozoico inferior y medio, lo cual origina nera discordante sobre el Paleozoico más anti-
una mayor variedad litológica en la sucesión guo, desbordando parcialmente el marco de la
estratigráfica. La composición del Carbonífe- Zona Cantábrica y penetrando en la vecina
ro de cada una de estas áreas posee caracterís- Asturoccidental-Leonesa (hasta cierto punto
ticas propias. En Picos de Europa los materia- podría entrar en esta consideración el Carbo-
les son casi exclusivamente calcáreos, mientras nífero de la Sierra de la Demanda, en la parte
en las demás regiones las capas de naturaleza septentrional de la Cordillera Ibérica). La exis-
calcárea alternan en mayor o menor grado con tencia de faunas y floras abundantes en los
areniscas, conglomerados y series de pizarras. diversos tramos del Carbonífero cantábrico,
También la estructura interna presenta carac- permite datar con cierta precisión los distintos
teres particulares en cada una de estas áreas, fenómenos del proceso orogénico. De este
en relación con la composición litológica. modo, el Carbonífero cantábrico resulta ser
La cuenca sedimentaria fue afectada di- uno de los más interesantes de Europa para
rectamente por el plegamiento herciniano, de- poder reconstruir la historia geológica de una
sarrollado a base de pulsaciones sucesivas por etapa tan importante como lo fue la época
lo menos desde el Carbonífero medio. Precisa- herciniana.
mente el nombre de "fase astúrica" fue esta-
11.2 DESARROLLO HISTORICO DEL CONOCIMIENTO DEL CARBONIFERO

J. TruyoL.Santonja
Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo

11.2.1 LAS ETAPAS DEL CONOCIMIENTO tral de Asturias, y se obtuvo además la docu-
El Carbonífero del NW de España es co- mentación paleontológica fundamental. Pero
nocido de antiguo a causa de su riqueza mine- es a partir de 1940, comienzo del tercer perío-
ra, la cual determinó una relativa abundancia do, cuando se realiza un conocimiento más
de publicaciones sobre la geología de la región preciso de la geología cantábrica, con apari-
desde 1830, aunque los estudios detallados so- ción de monografías regionales diversificadas
bre la estratigrafía y la estructura de sus mate- ( sedim entología, paleontología, tectónica,
riales tardaron todavía un cierto tiempo en etc.) y una cartografía completa de la región a
llevarse a cabo. escala 1:50.000. La intervención de distintos
El descubrimiento del carbón en los te- grupos de trabajo ha determinado que en la
rrenos del Carbonífero cantábrico se realizó actualidad se conozcan bastante bien los dis-
de manera empírica a mediados del siglo tintos aspectos de la geología regional, pero
XVIII, aunque se poseen datos que acreditan aún así es mucho todavía el camino que falta
ya la existencia de labores mineras durante el para llegar a abarcar totalmente el proceso de
siglo XVI (Arances, cerca de Avilés). La ex- la evolución de la cuenca sedimentaria carbo-
plotación inicial se efectuaba con medios rudi- nífera del NW de España.
mentarios y el carbón era solamente de apro-
vechamiento doméstico, pero a fines del siglo 11.2.2 PRIMER PERIODO
XVIII, gracias especialmente a la intervención El informe de E Z Q U E R R A D E L B A Y O
del sociólogo asturiano JO V E L L A N O S , se in- et al. (1831) referido a la Cuenca carbonífera
tentó su beneficio industrial. Desgraciadamen- central de Asturias, supuso la primera infor-
te los sucesos políticos de la época en España mación histórica sobre la estratigrafía regio-
(la Guerra de la Independencia y el período nal. El rápido desarrollo de la minería estimu-
de inestabilidad que siguió) retrasaron el desa- ló a partir de aquel momento la realización de
rrollo adecuado de la explotación industrial los primeros estudios, la mayor parte de los
de las minas, que tan sólo empezó a tomar cuales fueron de interés meramente local (BU -
incremento en Asturias cuando fue promulga- V I G N I E R , 1839; L A N D R I N , 1841; D E S O I G -
da la Ley Minera de 1825. La primera publica- N I E , 1850; T H I R Y , 1851, etc.). Pero junto a
ción geológica referida al Carbonífero cantá- ellos hay que destacar las aportaciones verda-
brico y a la riqueza de su carbón, apareció en deramente importantes de dos figuras de la
1831 y sus autores fueron J. E Z Q U E R R A época: P A I L L E T T E y S C H U L Z . A P A I L L E -
DEL BAYO; F . GARCIA, R . AMAR DE LA T T E se le deben los primeros estudios estrati-
TORRE y F. BAUZA. gráficos y petrográficos y, a causa de sus des-
La historia del conocimiento del Carbo- cubrimientos paleontológicos, la intervención
nífero cantábrico puede ser dividida en tres personal de VERNEUIL en la región (PAILLE -
etapas sucesivas. En un período inicial, de T T E , V E R N E U I L Y D'ARCHIAC, 1 8 4 5 ; P ~ I -
1831 a 1880, se obtuvieron los primeros datos LLETTE y V E R N E U I L , 1846; P A I L L E T T E ,
estratigráficos y la información cartográfica 1855, etc.). El nombre de SCH U L Z es funda-
de base. Entre 1880 y 1940 fue establecida la mental, no sólo por haber establecido la pri-
sucesión estratigráfica en varias de las cuencas, mera sucesión estratigráfica del Carbonífero y
particularmente en la Cuenca carbonífera cen- la distribución geográfica de sus afloramien-
tos, sino también por haber realizado un estu- Caliza de Montaña y la formación denomina-
dio completo de la geología de Asturias con da por él "Assise" de Lena, en el Carbonífero
una cartografía de gran interés ( S c H u ~ z , inferior, y la "Assise" de Sama (con la mayor
1837, 1838, 1844, 1858). De fecha posterior parte de capas con carbón) al Hullero medio.
son algunos trabajos que, influidos por la obra Al Hullero superior pertenecían tan sólo los
de S C H U LZ , poseen sólo interés local: H E IM , materiales de las pequeñas cuencas de la re-
1861; M A E S T R E , 1864; G R A N D , 1874; gión del Narcea, al oeste de la Cuenca carbo-
A B E L L A , 1877, etc. Hay que mencionar tam- nífera central ("Assise" de Tineo).
bién la publicación de una nota paleobotánica La influencia de la obra de B A R R 01s
de GEINITZ (1867). fue extraordinaria y la estratigrafía estableci-
Todas estas publicaciones se refieren a da por él fue inmediatamente admitida por los
áreas diversas de la vertiente asturiana, en es- geólogos de los años que siguieron (G R O S c H ,
pecial la Cuenca central. El Carbonífero de la 1911, 1912; LOPEZ A G O S , 1921, etc.). Asi-
vertiente meridional tardó más tiempo en ser mismo lo fue por los ingenieros que trabaja-
conocido y las primeras explotaciones mineras ban en las diferentes áreas mineras de Astu-
(Barruelo, Sabero, etc.) no surgieron sino has- rias, León y Pdencia. En particular, A D A R O ,
ta la década de los 40. Los primeros datos uiia de las grandes figuras de la geología regio-
proceden d e E Z Q U E R R A DEL BAYO nal, el cual dividió con criterios estrictamente
(1844a, b), H A U S M A N N (1850) y A R C E petrográficos las "assises" de Lena y Sama en
(1850). El trabajo más importante se debe a varios tramos y subtramos que utilizó luego
P R A D O , que llevó a cabo un estudio de gran para poder conelacionar las distintas seccio-
interés en la cuenca de Sabero, con la colabo- nes de la Cuenca carbonífera central y áreas
ración paleontológica de V E R N E U IL (PR A - inmediatas ( A D A R O , 1885, 1914, 1926). Es-
DO y V E R N E U I L , 1850); de P R A D O es tam- tas divisiones llegaron a generalizarse y a ser
bién el mapa geológico de la provincia de Pa- abusivamente utilizadas, incluso para otras
lencia (1856). Posteriores son algunas notas cuencas del Carbonífero del NW de España
locales de R U B I O (1876) y M O N R E A L de edad diferente a la de la Cuenca central de
(1878-801 y las primeras publicaciones de Asturias. Así sucedió, por ejemplo, con las
O R I O L (1876a, b) sobre el Carbonífero de cuencas del Hullero superior de la vertiente
Palencia. meridional, como las de Ciiíerr:, Sabero, Val-
La idea que se poseía del Carbonífero denueda, Guardo, Pisuerga y Barruelo (M A -
cantábrico al finalizar este período era la de L L A D A , 1887,1892,1903; R E V I L L A , 1906;
una gran cuenca coniparable a la del Carboní- S A N C H E Z L O Z A N O , 1906, 1912; D U P U Y
fero de Inglaterra, con análogos elementos li- D E L O M E y D E N O V O , 1924, etc.) para las
toestratigráficos (Caliza de Montaña, pizarras que se quiso acomodar de manera más o me-
del Hullero con capas de carbón), aunque la nos rígida la escala estratigráfica de A D A R O .
documentación paleontológica era muy escasa O R 1 0 L (1894) no vacilaba en colocar los ni-
y por ello no permitía efectuar ningún tipo de veles productivos de cada una de estas cuencas
correlación. en tramos diversos del Hullero medio a infe-
rior de A D A R O , a pesar de que ya se disponía
11.2.3 SEGUNDO PERIODO en la época de datos paleobotánicos firmes del
El punto de partida de esta nueva etapa Hullero superior, por lo menos de una de ellas
viene dado por la aparición de la gran mono- (la de Sabero), desde los tiempos de G R A N -
grafía de B A R R O I S (1882) sobre la geología D 'E U R Y (1877a). Una visión completa del es-
de Asturias. BA R R O 1 s efectuó la primera da- tado del conocimiento del Carbonífero cantá-
tación cronoestratigráfica del Carbonífero re- brico a fines del siglo XIX lo proporciona la
gional apoyada en las faunas que él mismo síntesis de M A L L A D A (1898) en su "Explica-
estudió y en las floras que clasificaron G R A N - ción del Mapa Geológico de España", donde
D ' E U R Y (1877a, b, 1881) y ZEILLER sin embargo se colocaban ya adecuadamente
(1882). En la estratigrafía de la Cuenca carbo- varias de las cuencas de León y Palencia den-
nífera central colocaba la Caliza "griotte", la tro del Hullero superior.
Hacia 1920 empiezan a notarse aires de MEZ D E L L A R E N A y R O D R I G U E Z A R A N -
renovación. Por una parte, los propios ingenie- G O , 1948, etc., con aportaciones paleontoló-
ros que trabajaban en la zona minera aporta- gicas de H E R N A N D E Z S A M P E L A Y O , P. y
ron datos que se oponían a una generalización A . , 1947; H E R N A N D E Z S A M P E L A Y O , P.
excesiva de la estratigrafía de A D A R O . Entre 1948; T E I X E I R A , 1950; M E L E N D E Z , 1948,
ellos hay mencionar los nombres de U R R U - 1952, etc). En el inicio de estos trabajos debe
T I A (1922) y especialmente de P A T A C ser colocada la publicación de una monografía
(1920, 1924, 1927, 1934), que reiteradamen- de Q U I R I N G (1939) sobre la zona palentina,
te mostraron que las cuencas de la vertiente que había proporcionado importantes progre-
meridional de la Cordillera eran de la misma sos en la cartografía geológica de la zona y
edad que las de la región del Narcea (Tineo, que estimuló por ello la revisión sistemática
etc.), consideradas ya por B A R R O 1 s (1882) de todas las cuencas de la región. Estas mono-
como del Huilero superior. Esta misma edad grafías eran de interés local, pero no contribu-
era también atribuida a varios de los aflora- yeron demasiado al progreso geológico de la
mientos de la zona de la costa, como Arnao, zona por la escasa documentación estratigráfi-
Ferroñes, Nieva y (aunque equivocadamente ca y paleontológica que las acompaña.
en esta caso) La Camocha ( P A T A C , 1932, Referida a la vertiente septentrional, me-
1933). Por otra parte, a finales de la década jor conocida desde los tiempos de SC H u L z y
de los 20, nuevos estudios paleontológicos de- de B A R R O IS, es la gran monografía de D E -
bían constituir el punto de partida de la revi- LEPINE (1943), que, gracias a la abundante
sión cronoestratigráfica moderna de los distin- fauna marina colectada, consiguió introducir
tos niveles del Carbonífero cantábrico. Así de- sensibles modificaciones en la cronoestratigra-
ben ser mencionados una nota de R E N I E R fía del Carbonífero asturiano, con la datación
(1926) y los primeros trabajos de MA D A R IA - de la Caliza "griotte" como del Viseense supe-
GA sobre flora ( M A D A R I A G A , 1928; R U I Z rior, la Caliza de Montaña del Namuriense (y
F A L C O y M A D A R I A G A , 1931-1933) y de base del Moscoviense), las "assises" de Lena y
D ELEPINE (1928, 1937) sobre fauna marina, Sama del Moscoviense/Westfaliense, y la "assi-
si bien la aportación más importante de este se" de Tineo del Stephaniense. Con la apari-
autor se produjo al comienzo del tercer perío- ción de esta obra se inicia en realidad las in-
do. vestigaciones modernas sobre bioestratigrafía
del Carbonífero del NW de España. De la mis-
11.2.4 TERCER PERIODO ma época es la publicación paleobotánica pós-
En 1940 comienza una nueva etapa, no tuma de R U I Z F A L C O y M A D A R I A G A
sólo para el conocimiento del Carbonífero (1941) y un intento de correlación estratigrá-
cantábrico sino para toda la geología españo- fica de P A T A C (1944) así como de varios tra-
la. Terminada la Guerra Civil (1936-39) las bajos de carácter más local ( H E R N A N D E Z
necesidades energéticas provocaron una cam- S A M P E L A Y O , P., 1944,1946,1954).
paña de investigaciones para mejorar o incre- A principios de los años 50 se produjo
mentar los recursos disponibles, en particular una inflexión en el proceso del conocimiento
los de los yacimientos de carbón. E1 Carboní- del Carbonífero cantábrico. En efecto, una se-
fero cantábrico fue objeto de nuevos estudios rie de circunstancias favorables determinaron
regionales de carácter aplicado, especialmente un mayor progreso en las investigaciones que
frecuentes en la década de los 40. La zona que se llevaban a cabo. Se trataba de hechos inde-
mereció mayor atención fue la vertiente meri- pendientes entre sí, que sin embargo tuvieron
dional, menos conocida por las investigaciones su origen prácticamente de manera simultá-
precedentes ( A L V A R A D O , 1949, 1952; A L - nea.
V A R A D O , ZALOÑA y HERNANDEZ SAM- Por una parte se produjo la creación de la
P E L A Y O , A . , 1942; A L V A R A D O Y H E R - escuela geológica de la Universidad de Oviedo,
N A N D E Z S A M P E L A Y O , A . , 1945; A L V A - que inició sus actividades a comienzos de esta
R A D O y S O B R I N O , 1946; A L M E L A , 1949, década. Las primeras aportaciones sobre el
1951; GOMEZ D E L L A R E N A , 1950; G O - Carbonífero fueron trabajos de conjunto
( L L O P I S , L L A D O , 1951, 1954,1964; V E G A pantes como por el de publicaciones efectua-
R O L L A N , 1959), a los que siguieron estudios das. La penetración de los investigadores ho-
regionales y notas paleontológicas ( L L O P IS landeses se inició en realidad en 1947 con la
L L A D O , 1955; D E L E P I N E y LLOPIS, 1956; invitación de J o N G M A N S a España para revi-
J U L I V E R T , 1960a, b, 1963; M A R T I N E Z A L - sar las floras del Carbonífero. Las investigacio-
V A R E Z , 1963; V E G A R O L L A N , 1964). Pero nes de este autor, que intentó poner al día los
la aportación verdaderamente importante de datos paleobotánicos existentes hasta el mo-
la escuela de Oviedo se produjo a partir de mento y estimuló los estudios de Palinología
1965 al renovarse la dirección del grupo, lo referidos al Carbonífero (JO NG MA N S , 1951,
cual determinó un sensible incremento en el 1952; J O N G M A N S y W A G N E R , 1957; ME-
número de trabajos y su mayor diversificación N E N D E Z A M O R y J O N G M A N S , 1952,1954;
temática. D I J K S T R A , 1955; B O N E T y D I J K S T R A ,
En estos mismos años, el Instituto Geo- 1956, etc.), se extendieron a lo largo de un
lógico y Minero de España manifestó una cla- lapso de una decena de años. Uno de sus cola-
ra atención hacia la geología de la región. En boradores, WA G N E R , efectuó además el estu-
consecuencia se efectuó la publicación de las dio geológico del extremo SE de la Zona Can-
primeras Hojas del mapa a escala 1:50.000 tábrica ( W A G N E R y W A G N E R - G E N T I S ,
(Mapa Geológico Nacional, primera serie) re- 1952; W A G N E R , 1955) que afectaba la cuen-
feridas a la Zona Cantábrica, y afectando to- ca de Barruelo, y en relación con este trabajo
das ellas a terrenos de edad carbonífera. Entre empezó la participación personal de D E SIT-
1950 y 1960 aparecieron las Hojas de "Lla- T E R y la escuela de Leiden (1955). Previa-
nes" (1950), "Proaza" (1956) y "La Plaza" mente D E S I T T E R había publicado en 1949
(1959); en la siguiente década las de "La Ro- una síntesis de la geología cantábrica y poco
bla" (1963), "Riello", "Ribadesella" y "Rio- después iniciaba la campaña sistemática de es-
seco" (1969) y "Puebla de Lillo" (1970), és- tudio geológico de la vertiente meridional de
tas tres últimas con cartografía levantada por la Cordillera desde su extremo E al W, con
personal de la Universidad de Oviedo. Traba- una serie de trabajos regionales que cubrieron
jos publicados por el I.G.M.E., algunos en re- toda el área. El programa se desarrolló en vein-
lación con estas Hojas, se deben a ALM E LA y te años, desde los estudios iniciales de N E -
R I O S (1953), G A R C I A F U E N T E (1952, D E R L O F y de K A N I S ( K A N I S , 1955; N E -
1953,1956) y K I N D E L A N (1957). D E R L O F y D E S I T T E R , 1957; N E D E R L O F ,
Por otra parte empezó en la misma época 1960) hasta los últimos de V A N S T A A L D U I -
la intervención organizada de algunas escuelas N E N (1973) y M A A S (1974). Estos trabajos
extranjeras en el estudio de la geología cantá- revisten gran interés puesto que afectan am-
brica, especialmente alemanas y holandesas, plias áreas donde existen materiales de edad
las cuales han contribuido de manera conside- carbonífera, y en relación con ellos la misma
rable al conocimiento internacional de este escuela de Leiden publicó durante estos años
Carbonífero. Dos grupos alemanes, uno de la importantes trabajos de carácter estratigráfico
escuela de Münster y otro de la de Tübingen, han y paleonioiógico ( D E G R O O T , 1963; B R O U -
realizado investigaciones independientes a par- WER y V A N G I N K E L , 1964; V A N G I N K E L ,
tir de la década de los 50, pero sólo el segun- 1959, 1965; R A C Z , 1966; A D R I C H E M B O O -
do se interesó especialmente en el Carbonífe- G A E R T , 1967; B L E S S , 1967, 1968; WIN-
ro cantábrico. En 1958 apareció una primera KLER P R I N S , 1968, etc.). De manera inde-
publicación paleontológica de S C H I N D E - pendiente, WA G N E R iniciaba desde 1955 sus
W O L F y K U L L M A N N , a la que siguieron nu- trabajos paleobotánicos y posteriormente,
merosos estudios monográficos del segundo desde la Universidad de Sheffield, patrocinó
de estos autores ( K U L L M A N N , 1961, 1962, su importante proyecto propio de investiga-
1963, 1964, 1966, 1968; B U D I N G E R y ción estratigráfica, especialmente en la ver-
K U L L M A N N , 1964). tiente meridional ( W A G N E R , 1957, 1959,
La aportación holandesa ha sido más im- 1962a, 1963, 1964, 1965; W A G N E R - G E N -
portante, lo mismo por el número de partici- T I S , 1963; W A G N E R y W A G N E R - G E N T I S ,
1963; H I G G I N S , 1962; H I G G I N S , WAG- iniciado en los últimos años un estudio siste-
N E R - G E N T I S y W A G N E R , 1964; N E V E S , mático de los paquetes productivos de la
1964, etc.). Cuenca central. El Instituto Geológico y Mi-
Al margen de los grupos de trabajo cita- nero, suspendida la continuidad de la primera
dos, debe mencionarse también la actuación serie del Mapa Geológico a escala 1:50.000,
de diversos investigadores independientes. El emprendió hacia 1972 la publicación de una
importante estudio general de la vertiente leo- nueva serie a la misma escala pero con crite-
nesa realizado por COMTE (1959) no supuso rios distintos (Plan MAGNA). En sólo diez
sin embargo ningún progreso apreciable en' el años ha quedado ya prácticamente cubierta
conocimiento del Carbonífero, por referirse con la nueva cartografía todo el territorio con
apenas a terrenos de esta edad. Hay que hacer afloramientos carboníferos, con la tercera par-
constar en cambio la existencia de trabajos te de las Hojas publicadas ya en el momento
paleontológicos referidos a esta área: L Y S y de redacción de este texto y el resto en curso
S E R R E (1958), S T O C K M A N S y WILLIERE de publicación. Otros proyectos de investiga-
(1965), A L V A R E Z R A M I S (1965 y años su- ción relacionados con el Carbonífero han sido
cesivos), etc. también promovidos Últimamente por el Insti-
A partir de 1970 las distintas publicacio- tuto Geológico.
nes, tanto las españolas como las extranjeras, La actuación de las escuelas extranjeras
han adquirido una gran diversificación, con sigue proporcionando aportaciones considera-
notable abundancia de estudios de carácter te- bles al conocimiento del Carbonífero cantá-
mático. Por lo que se refiere a las españolas brico. Si cuantitativamente parece haber dis-
debe destacarse su número cada vez más eleva- minuido la contribución del grupo de Leiden,
do en los últimos años. La escuela de Oviedo en cambio ha aumentado en cantidad y varie-
ha ejecutado multitud de trabajos regionales dad la promovida por W A G N E R desde la Uni-
en ambas vertientes de la Cordillera y sus versidad de Sheffield. Son numerosas las pu-
equipos especializados realizan estudios sedi- blicaciones, particularmente de autores ingle-
mentológicos, paleontológicos y estructurales. ses, aparecidas en los Últimos años en cone-
En 1971 efectuó la primera síntesis cartográfi- xión con las investigaciones realizadas por
ca regional a escala 1:200.000, que fue publi- WA G N ER . Desde 1967, en que este autor for-
cada por el I.G.M.E. En esta síntesis se inte- muló la propuesta de reconocimiento del Can-
graban las aportaciones locales de la vertiente tabriense como nuevo piso del Carbonífero
asturiana y los trabajos del grupo holandés de superior ( W A G N E R , 1967,197la; W A G N E R ,
la vertiente leonesa; de este modo se podian V I L L E G A S Y F O N O L L A , 1971), el proyecto
abordar ya problemas de conjunto. En rela- que dirige ha tomado un rumbo distinto ca-
ción con la escuela de Oviedo están los prime- racterizado por una amplia participación in-
ros trabajos efectuados por la nueva Universi- ternacional. La Subcomisión Internacional de
dad de León. La- Empresa Nacional"Adaro" Estratigrafía del Carbonífero, interesada a es-
(ENADIMSA),que ya había estudiado el Car- te respecto, organizó en 1970 ( N . GEO R G E ,
bonífero oculto bajo la cobertera (ALM E L A Chairman) una reunión de campo en Puerto
y R I O S , 1962), llevó a cabo una extensa in- de Pajares para estudiar las áreas fundamenta-
vestigación sobre la Cuenca Central (M A R TI- les de la región. Un conjunto de hasta 27 tra-
NEZ D I A Z , 1969; C A R I D E y G A R C I A L O Y - bajos presentados a la reunión y relativos a
G O R R I , 1969; G A R C I A L O Y G O R R I et d., problemas del Carbonífero cantábrico, fue pu-
1971; C A R I D E et d., 1973; C H A T E A U - blicado en 1971.
N E U F , 1973; G A R C I A L O Y G O R R I , 1974; La escuela de Tübingen puso en marcha
. F E Y S et al., 1974) y tiene en curso trabajos a partir de 1972 un proyecto de investigación
sobre las demás cuencas por encargo del Cen- sobre Geodinámica y Paleoecología en el Her-
tro de Estudios de la Energía, que en 1979 cínico cantábrico (Sonderforschungsbereich
editó un inventario de los recursos de carbón 53, "Palaokologie"), con estudios que afectan
de España. También el Servicio Geológico de en distintos aspectos al Carbonífero. A este
Hulleras del Norte de España (HUNOSA) ha proyecto colaboran también representantes de
otros centros (F'rankfurt, Koln, Karlsruhe, (la de los últimos treinta años) está muy dis-
etc.) y sus primeros resultados han sido publi- persa en distintas revistas. Muchos de los
cados a partir de 1975 ( K U L L M A N N y trabajos básicos han sido publicados en "Leid-
S C H O N E N B E R1975).
G, se Geologische Mededelingen" de Leiden y en
Estudiosos independientes desligados de "Trabajos de Geología" (principalmente en
los grupos anteriores y pertenecientes a cen- sus números 3 y 4) de Oviedo. Pero también
tros diversos (Lille, Louvain, Würzburg, etc.) hay que tener en cuenta la existencia de
están efectuando asimismo trabajos sobre el otras publicaciones, que contienen varios tra-
Carbonífero de la región. bajos de importancia sobre el tema. Así deben
Sin duda para el futuro, la celebración citarse el "Boletín (y las Memorias) del Insti-
del X Congreso Internacional de Estratigrafía tuto Geológico y Minero de España", hoy
y Geología del Carbonífero supondrá el inicio "Boletín Geológico y Minero", "Estudios
de una nueva etapa de mayor progreso en el Geológicos" y "Revista Española de Micro-
conocimiento de los problemas del Carbonífe- paleontología", las tres de Madrid, "Breviora
ro cantábrico. Geológica Astúrica" de Oviedo, "Neues Jahr-
buch für Geologie und Palaontologie" de Stutt-
gart, "Senckenbergiana lethaea" de Frankfurt,
La bibliografía útil para el conocimiento entre muchas, y los diversos "Proceedings"
de los distintos aspectos de la problemática de los Congresos Internacionales de Estratigra-
que plantea el Carbonífero del NW de España fía y Geología del Carbonífero.
11.3 LA CUENCA CARBONIFERA CANTABRICA

J. Truyols Santonja
Departamento de Paleontología. Facultad de Geológicas. Universidad de Oviedo.

Aunque los materiales carboníferos pre- ción seguidas de erosión parcial de los propios
tectónicos del NW de España aparezcan hoy materiales, y por fin tuvo lugar el depósito de
únicamente en la Zona Cantábrica, la cuenca la formación detrítica conocida como Arenis-
de sedimentación tuvo con toda seguridad una cas de la Ermita ( C O M T E , 1936), que recu-
superficie mayor. En esta zona existe un regis- brieron la mayor parte del dominio de la Cor-
tro sedimentario muy amplio de todo el Pa- dillera Cantábrica. En los materiales más altos
leozoico inferior y medio. Pero a pesar de la de la serie devónica se ha apreciado por prime-
existencia en la misma área de una sucesión ra vez la presencia de aportes procedentes de
devónica completa, no existe continuidad se- áreas más internas de la Cordillera ( F R A N -
dimentaria respecto a la misma, ya que entre K E N F E L D , 1982), lo cual puede ser interpre-
los materiales devónicos y la sucesión carboní- tado ( M A R C O S y P U L G A R , 1982) como el
fera se presentan hiatos sedimentarios y algo paso de la etapa de depósito sobre una plata-
después un cambio total de orientación de la forma estable a unas nuevas condiciones de
cuenca. inestabilidad creciente que alcanzarían su apo-
La cuenca silúrico-devónica estuvo insta- geo durante el Carbonífero superior.
lada en una área de la plataforma ocupada Las Areniscas de la Ermita, de edad Fa-
hoy día por las regiones de Pliegues y Mantos meniense superior, presentan en el borde más
y del Pisuerga-Camión, y extendida además externo (el occidental/meridional) de la Re-
por parte de la Zona Asturoccidental-Leonesa. gión de Pliegues y Mantos y en la del Pisuer-
Las áreas correspondientes a los Picos de Eu- ga-Carrión, una relativa continuidad estrati-
ropa y el Manto de Ponga constituirían en gráfica con el resto de la serie devónica, si
cambio un sector emergido (el Bloque Cantá- bien existen algunos hiatos o interrupciones
brico de R A D I G , 1962) que habría actuado en la secuencia sedimentaria. En cambio hacia
como área-fuente de los materiales temígenos el interior del arco la situación es distinta, ya
depositados en la cuenca devónica (amplia- que descansan discordantemente sobre mate-
mente abierta hacia el W/S), que alternaban riales más antiguos, los que afloraban en el
con formaciones carbonatadas de frecuente Bloque Cantábrico desmantelado, formando
carácter arrecifal ( B R O U W E R , 1967; M E N - una película de poco espesor. De todos modos
D E Z B E D I A , 1976; T R U Y O L S y G A R C I A esta discordancia se aprecia sólo cartográfica-
A L C A L D E , 1982; G A R C I A R A M O S y C O L - mente y no a nivel de afloramiento. En efec-
M E N E R O , 1982; J U L I V E R T Y T R U Y O L S , to, en las zonas correspondientes al dominio
1983). El trazado de la línea costera ha podi- de Picos de Europa y zonas inmediatas estas
do ser reconocido para varias etapas del proce- areniscas se disponen de manera disconforme
so, y gracias a ello se aprecia la disposición en sobre las cuarcitas del Ordovícico inferior, y
arco de la cuenca devónica. La existencia de aún en algunos puntos sobre materiales de
movimientos verticales ascendentes produci- edad cámbrica.
dos de manera intermitente en esta área a lo Los materiales más antiguos del Carboní-
largo del Devónico permite explicar el proceso fero se depositaron pues sobre la plataforma
sedimentario. En las últimas etapas, arrasado costera cubierta por las areniscas del Fame-
prácticamente el Bloque Cantábrico, se produ- niense superior, que constituyen de este modo
jeron cortas interrupciones en la sedimenta- el substrato inmediato de la nueva cuenca. En-
tre estas areniscas y las primeras capas del Car- V E R T , 1971). Esta tectónica de carácter tan-
bonífero se presentan todavía en algunos ca- gencial determinó pues la compartimentación
sos, hiatos en la sedimentación y removiliza- de la cuenca y condicionó las diferencias sedi-
ción de los materiales depositados anterior- mentarias que se presentan en las distintas
mente ( S A N C H E Z D E L A T O R R E et al., áreas de la misma. La sedimentación, inicial-
1982). Los primeros materiales son sedimen- mente marina, comportó en la Cuenca central
tos bioclásticos en el borde occidental/meri- durante el Carbonífero medio episodios de ca-
dional, y sedimentos temígenos en la parte rácter parálico en los que se produjo el depósi-
centro-oriental de la cuenca, todos ellos de un t o de las capas de carbón. El carácter subsi-
espesor muy reducido, que corresponden al dente de la Cuenca carbonífera.central justifi-
Tournaisiense. A ellos sigue el depósito de ca- ca la existencia de un gran espesor de sedi-
lizas pelágicas que constituyen una serie con- mentos de edad westfaliense (más de 6.000 m,
densada de unos 40 m de espesor, en la que según G A R C I A L O Y G O R R I et al., 1971). En
está representado el Viseense y la base del Na- cambio en el extremo oriental (Picos de Euro-
muriense. Probablemente su depósito se ex- pa) la sedimentación fue exclusivamente de
tendió por la Zona Asturoccidental-Leonesa, naturaleza carbonatada durante todo el perio-
de donde en todo caso ha desaparecido por do.
erosión, pero los bordes de la cuenca son por El depósito de importantes sucesiones
ahora totalmente desconocidos. detríticas, en general discordantes respecto de
A partir de un momento determinado se los materiales anteriores del Carbonífero, ates-
produjo una progresiva emersión de la Zona tigua las distintas fases del levantamiento y
Asturoccidental-Leonesa, que originó un cam- deformación del edificio herciniano. Algunos
bio de sentido en la dirección de los aportes de estos mantos detríticos son de depósito
vertidos a la cuenca. En efecto, esta elevación submarino, pero otros poseen carácter neta-
determinó la denudación de los materiales ú1- mente fluvial. Así pues se produjeron cambios
timamente depositados en la zona (el proceso importantes en la cuenca de sedimentación,
se prolongó seguramente durante todo el Pa- que tan sólo mantuvo su carácter marino du-
leozoico superior), que pasaron a alimentar la rante el Carbonífero superior en el extremo
cuenca sedimentaria a lo largo del Carbonífe- NE de la Zona Cantábrica. La fracturación
ro medio y superior. La emersión de esta zona tardía del macizo herciniano condujo al esta-
era en realidad una nueva manifestación de la blecimiento de diversas cuencas lacustres aisla-
inestabilidad de la corteza, que preludió el ci- das por todo el territorio. Algunas de estas
clo orogénico herciniano y acabó por originar cuencas rebasaron ampliamente el ámbito de
una diferenciación en ámbitos sedimentarios la Zona Cantábrica por el W y S, instalándose
distintos ( B R O U W E R y V A N G I N K E L , 1964; sobre el zócalo cámbrico o precámbrico. En
K U L L M A N N et d., 1977; J U L I V E R T , 1978; estas zonas, junto al depósito de ingentes ma-
M A R C O S y P U L G A R , 1982). Los primeros sas de conglomerados torrenciales, se desarro-
impulsos venidos del W, provocaron la forma- lló un régimen fluvial o lacustre con presencia
ción de mantos y otras unidades cabalgantes de importantes niveles de carbón.
( C O M T E , 1959; D E S I T T E R , 1962; J U L I -
11.4 EL CARBONIFERO INFERIOR Y MEDIO DE LA REGION
DE PLIEGUES Y MANTOS

J. Truyols Santonja y L. Sánchez de Posada


Departamento de Paleontología.Facultad de Geológicas. Universidad de Oviedo.

11.4.1 LA REGION DE PLIEGUES Y MANTOS poseen la magnitud de un verdadero manto (8


La Región de Pliegues y Mantos es la uni- Km aproximadamente de acortamiento tectó-
nico para el Manto de Somiedo y 1 4 para el
dad comprendida entre el Antiforme del Nar-
del Esla, aunque el desplazamiento sobre el
cea y la Cuenca Carbonífera central, estructu-
substrato de cada uno de ellos sería evidente-
ralmente es la más interna de la Zona Cantábrica
mente bastante mayor). En realidad la Región
aunque por su disposición cartográfica en for-
puede dividirse en dos unidades diferenciadas
ma de arco (la Rodilla astúrica), aparezca ro-
que se disponen de manera concéntrica, la de
deando la Cuenca Central. En esta área la su-
Somiedo-Correcilla y la de La Sobia-Bodón
cesión paleozoica aparece más completa que
(DE SITTER, 1962; JULIVERT,1965,1971)
en las demás y e1,Carbonífero está representa-
y que presentan caracteres particulares por lo
do por una gran variedad de materiales. Con-
que respecta a su composición estratigráfica.
viene distinguir, no obstante, entre la serie La estructura cabalgante se hace más patente
carbonífera anterior a la discordancia princi- en la rama meridional del arco, en la que se
pal, que desde el punto de vista cartográfico multiplican las escamas frontales, mientras
aparece en continuidad con el Paleozoico infe- que en la rama septentrional los cabalgamien-
rior y medio, y la que es posterior a la misma, tos pierden importancia, especialmente por lo
que se dispone en afloramientos aparentemen- que se refiere a la unidad de Somiedo-Correci-
te desligados de la estructura general. lla, hasta resolverse en un conjunto de plie-
La rama septentrional del arco termina gues más o menos vergentes hacia el E. En los
bruscamente, cortada por la línea de la costa núcleos sinclinales de estos pliegues de la par-
actual o desapareciendo bajo una cobertera te septentrional y en los que figuran en los
discordante de materiales más modernos (Me- mantos y escamas del resto, el Carbonífero se
sozoico y Terciario). También la rama meri- hace presente en series más o menos comple-
dional se hunde parcialmente en el sur debajo tas anteriores a la discordancia astúrica.
de los sedimentos del Terciario de la Cuenca El área ocupada por los afloramientos
del Duero. El límite oriental de esta rama es carboníferos es del orden de los 1.200 Km2,
de posición menos clara. Ordinariamente se lo cual supone el 28% de la superficie total de
considera que pertenecen todavía a la Región la Región de Pliegues y Mantos. Las tres cuar-
de Pliegues y Mantos estructuras como el Do- tas partes de esta superficie de afloramientos
mo de Valsurvio y la zona de escamas de la se halla en la unidad de La Sobia-Bodón. En la
Sierra del Brezo, con lo que el límite vendría unidad de Somiedo-Correcilla sólo se presen-
impuesto por el trazado del extremo SE de la tan afloramientos aislados, ocupando el inte-
falla de Ventaniella, pero desde el punto de rior de las estructuras sinclinales (Cornellana,
vista de la sedimentación carbonífera pode Somiedo, Vega de los Viejos, Alba, etc.) (Pig.
mos hacerlo terminar convencionalmente bas- 11.3). En ambas unidades no-obstante, el Car-
tante más al oeste, junto al área recubierta por bonífero inferior se presenta de manera relati-
el Stephaniense de la cuenca de Valderrueda. vamente uniforme, pero a partir del Narnu-
La Región de Pliegues y Mantos forma riense existen ya diferencias apreciables en la
un conjunto de unidades cabalgantes dirigidas sedimentación dentro de cada una de las áreas
hacia el interior del arco, algunas de las cuales mencionadas, de modo que las sucesiones
-
Fig. 11.3.- Distribución de los afloramientos carboníferos en la Región de Pliegues y Mantos.
existentes pueden ser estudiadas de manera se- Alba (unidad de Somiedo-Correcilla), pero su
parada. La relativa coincidencia existente en- datación precisa es un hecho de adquisición
tre unidades estructurales y paleogeográficas reciente. V A N G I N K E L la llamó Formación
de la Zona Cantábrica a lo largo del Paleozoi- Alba y más tarde WAGNER, W I N K L E R
co, es un hecho que ha sido puesto de relieve P R I N s y R I D I N G (1971) la describieron
ya en diversas ocasiones ( J U L I V E R T1971).
, formalmente como Formación Genicera. La
El Carbonífero de la Región de Pliegues Formación Vegamián, mencionada por prime-
y Mantos se conoce desde la primera mitad ra vez como "Couches de Vegamián" por
del siglo pasado. Algunos de los primeros estu- C O M T E (1959) fue también descrita en 1971
dios geológicos ?obre el Carbonífero del NW por WAGNER, W I N K L E R PRINS y RIDING
de España (Arnao, Ferroñes) pertenecen a es- con su actual nombre. De la Formación Baleas
ta zona, si bien se refieren a materiales postec- hay datos desde 1956 (AL M E L A et al., 1956;
tónicos del Stephaniense. Datos sobre el Car- COMTE, 1959; H I G G I N S et al., 1964; B U -
bonífero de la Región aparecen a mediados de D I N G E R y K U L L M A N N , 1964; A D R I C H E M
siglo en relación con los indicios minerales BOOGAERT, 1967; PELLO, 1968), pero no
descubiertos en la Caliza de Montaña y con las fue establecida sino hasta 1971 como las ante-
primeras explotaciones de carbón en Teverga riores (WAGNER, W I N K L E R PRINS y R I -
y Quirós. Pero el conocimiento estratigráfico DING, 1971). P E L L O (1973) la describió in-
de este Carbonífero es de adquisición recien- dependientemente en la zona N como Forma-
te, a pesar de que ya B A R R O IS (1882) había ción Candamo, y de ella existe un estudio lo-
incluido en sus descripciones algunos intinera- cal detallado de R I O y M E N E N D E Z - A L V A -
rios efectuados en esta área. La interpretación R E Z (1978).
de las series productivas se hizo hasta hace Aunque la Caliza griotte se presenta
poco tiempo por comparación con las de la constantemente no sólo por toda el área de la
Cuenca Central, mejor conocidas. Ha sido Últi- Región de Pliegues y Mantos sino hasta por
mamente cuando la bibliografía regional se ha toda la Zona Cantábrica, no sucede lo mismo
enriquecido de manera notable con la apari- con las Formaciones Baleas y Vegamián, cuya
ción de numerosos estudios estratigráficos so- distribución cartográfica no parece guardar re-
bre el Carbonífero. lación alguna con la posición relativa de las
diferéntes unidades estructurales. Algunas sec-
11.4.2 EL CARBONIFERO INFERIOR EN LA RE- ciones, como las de Entrago y Olleros de Al-.
GION DE PLIEGUES Y MANTOS ba, resultan representativas de la relación exis-
tente entre estás formaciones.
11.4.2.1 GENERALIDADES
Los niveles más bajos del Carbonífero de 11.4.2.2 LAS SECCIONES DE TIPO ENTRAGO
la Región de Pliegues y Mantos pertenecen a En la sección de Entrago (Teverga) (Fig.
los materiales que integran las formaciones II.4), perteneciente a la unidad de La Sobia-
Baleas y Vegamián, las cuales junto a la Caliza Bodón, sobre las areniscas rojizas del Devóni-
griotte o Formación Genicera constituyen con co medio (Formación Naranco) y en disposi-
un espesor máximo de 50 m la representación ción paraconforme, se apoyan 9 m de calizas
condensada del Carbonífero inferior. Salvo la biomicríticas de color blanco, que constitu-
Caliza griotte, que por su tradicional empleo yen la Formación Baleas. A continuación y
como material ornamental en la construcción con un contacto erosivo empieza la serie de la
fue reconocida geológicamente desde media- Formación Genicera (Caliza griotte), consti-
dos'del siglo pasado, las dos restantes forma- tuida por calizas nodulosas de color rojo ca-
ciones pasaron prácticamente desapercibidas racterístico, de grano fino y con un elevado
hasta hace pocos años, seguramente por su re- contenido arcilloso. La serie posee 30 m de
ducida potencia. BAR R O 1s (1882) reconoció espesor y en su mitad inferior presenta una
por primera vez la pertenencia al Carbonífero intercalación de 7 m de radiolaritas de color
inferior de lo que denominaba "Marbre griot- más oscuro. Encima de esta serie se disponen
te" y que estudió inicialmente en Puente de sin ninguna discontinuidad 4 m de calizas del
Fig. 11.4.- El Carbonífero inferior en tres secciones representativas de la Región de Pliegues y Mantos, según datos de HIGGINS
(1974) Y de MENENDEZ-ALVAREZ (1977).

mismo aspecto pero de color gris rosado con s u l c a t a y -carina ( M E N E N D E z - A L V A R E Z ,


una breve intercalación de caliza roja, que for- 1 9 7 8 ) , debido a la existencia de un "hard gro-
man tránsito con la Caliza de Montaria, que und" en la base, en el que se resedimentarían
sigue inmediatamente por encima. materiales anteriores erosionados. En el resto
Dentro de esta sucesión se encuentra, sin de la sucesión se ha citado la presencia de las
discontinuidad alguna, el límite Devónico-Car- zonas de -anchoralis y -typicus por debajo
bonífero, así como todo el Carbonífero infe- de la intercalación de radiolaritas, y de -bili-
rior y la base del Namuriense. B U D I N G E R y neatus bilineatus y -nodosus por encima de
KULLMANN ( 1 9 6 4 ) citaron de la parte media ella ( B U D I N G E R y K U L L M A N N , 1964; M E -
de la Formación Baleas, Conodontos de la zo- N E N D E Z - A L V A R E Z , 1 9 7 8 ) . En consecuen-
na de -costatus, es decir, pertenecientes toda- cia se puede afirmar la existencia del Tournai-
vía al Fameniense más alto, pero junto al te- siense superior y del Viseense completo en la
cho M E N E N D E Z - A L V A R E Z ( 1 9 7 8 ) consi- Formación Genicera. Los Goniatites citados
guió encontrar Siphonodella sulcata entre por diversos autores en esta sección (D E L EPI-
otras formas, lo cual definiría la posición pre- N E , 1 9 4 3 ; K U L L M A N N , 1962; W A G N E R -
cisa de la base del Carbonífero. En los prime- G E N T I S , 1 9 6 3 ) apoyan totalmente la data-
ros decímetros de la Formación Genicera apa- ción efectuada con Conodontos. Muy cerca
recen mezclados Conodontos de las zonas del techo debe situarse el límite Viseense-Na-
muriense, ya que en un escaso intervalo de la la unidad de Somiedo-Correcilla. En ella sobre
parte más alta de la formación, K U L L M A N N las areniscas del Devónico superior (Forma-
(1962) y W A G N E R -G E N T I S (1963) han cita-, ción Ermita), se presenta un delgado banco de
do Goniatites de la zona de -granosus, la últi- caliza seguido de 3 m de pizarras negras con
ma del Viseense, y se ha hallado además Dele- lechos de lidita, que acaban en un pequeño
pinoceras eothalassoide (WAG N ER-GENTIS, banco de areniscas con nódulos fosfatados.
1963) que indica la parte baja del Namuriense Estos materiales constituyen la Formación
A (E,). Esta conclusión parece plausible, ya Vegamián. Encima de ellos y con una cierta
que algo más arriba, en las capas de transición discontinuidad, siguen las calizas nodulosas
con la Caliza de Montaña, se han encontrado rojas de la Formación Genicera, que en esta
Goniatites pertenecientes al piso de E,, con sección no deben alcanzar más de 20 m de
Eoasianites cf. ibericus ( K UL L M A N N1962) , espesor. A continuación, de manera distinta a
y Conodontos de la zona de -bilineatus bo- lo que sucede en las secciones anteriores, se
llandensis ( M E N E N D E Z - A L V A R E 1978).
Z, interrumpe la sucesión carbonatada y sobre la
Sucesiones análogas a la de Entrago, aun- Formación Genicera aparecen primero 8 m de
que dentro de la unidad de Somiedo-Correci- margas verdosas y rojizas y a continuación
lla, son las de Las Baleas (Pola de Cordón) y una serie de pizarras y areniscas de carácter
Aviados (La Vecilla). En la sección de Las Ba- turbidítico, que supera los 300 m de espesor.
leas, en la formación que lleva este mismo Esta última serie constituye la Formación
nombre, H I G G I N S (1971, 1974) había reco- Olleros y las capas versicolores han recibido
nocido únicamente Conodontos de la zona de informalmente el nombre de Capas de Olaja
~ o o p e r i - c o m m u n i s ,pero investigaciones re- ( W A G N E RW , INKLER PRINS y RIDING,
cientes ( M E N E N D E Z - A L V A Rcom. E Z , pers.) 1971) o Pizarras de Entomozoidos ( B E C K E R ,
han comprobado además la existencia de las B L E S S y K U L L M A N N , 1975).
zonas de -costatus y de s u l c a t a , lo que La parte más baja de la sucesión no con-
muestra que la extensión vertical de la forma- tiene ya al parecer, Conodontos de la zona de
ción es la misma que en la sección de Entrago. -costatus, como sucedía en las anteriores. En
También la Formación Genicera presenta aquí la misma base de la Formación Vegamián se
una sucesión parecida aunque en sus capas han hallado representantes de la zona de Pro-
más bajas aparecen Conodontos de la zona de tognathodus (HIGGINS y W A G N E R - G E N -
~ l n c h o r a l i seste
; hecho podría sugerir quizá la TIS, 1982) que indicarían la base del Carboní-
existencia de un diacronismo de la base, aun- fero, si bien H I G G I N S (1971) mencionaba asi-
que no podemos olvidar que se trata de un mismo la presencia de formas propias de la
contacto erosivo y que los Conodontos que zona de -anchoralis en los mismos niveles.
figuran inmediatamente por encima, tal y co- Las capas altas de la Formación Vegamián no
mo se vio para el corte de Entrago, son pro- han proporcionado en esta sección ningún res-
ducto de una removilización previa. Otra suce- to fósil de interés, pero en otros puntos pare-
sión análoga, junto a la línea deia costa es la cen existir evidencias en favor de su atribu-
de Perlora, descrita por ADRICHEM B O O G A - ción a la zona de -anchoralis. En la Forma-
E R T (1967). En ella está presente la zona de ción Genicera no existen diferencias de edad
-costatus en la parte baja de la Formación respecto a las anteriores indicadas. En la parte
Baleas, como en Entrago, y al igual que en inferior se han localizado las zonas de - u n -
esta sucesión, sobre la Formación Genicera choralis y -typicus (HIGGINSet al., 1965;
existen 4 m de calizas claras con Eoasianites HIGGINS, 1971), mientras en la superior figu-
ibericus y Proshumardites delepinei (KULL- ran las de -bilineatus bilineatus y -nodosus
M A N N , 1962), que indican indudablemente (HIGGINS et al., 1964; HIGGINS, 1971;
su pertenencia al Namuriense A (E, ). HIGGINS y WAGNER-GENTIS, 1982). Final-
mente los materiales que constituyen las Ca-
11.4.2.3 LAS SECCIONES DE TIPO OLLEROS pas de Olaja han suministrado en la parte baja
Una sucesión de tipo distinto es la que (BECKER, BLESS y KULLMANN, 1975)
existe en Olleros de Alba (Fig. II.4), dentro de Truyolsina truyolsi, y en la parte superior
ENTRAGO (TEVERGA) O L L E R O S DE ALBA

Tn,, -Tn,

GENICERA

1-1 FORMACION BARCALIENTE

FORMACION OLLEROS
-

U lo
FORMACION GENICERA

Y5 1-1
FORMACION VEGAMIAN

FORMACION BALEAS

N : D E V . MEDIO
DEVONICO
E : DEV. SUPERIOR

Fig. 11.5.- Secciones y localidades citadas en el texto, del Carbonífero de la Región de Pliegues y Mantos.

44
Proshumardites? sp. En puntos no alejados el de la zona indicada de -cooperi-communis.
(Los Barrios de Gordón), estos mismos mate- .Finalmente, por lo que se refiere a la Forma-
riales han proporcionado (WAGN ER-G ENTIS ción Genicera parece que también aquí están
in W A G N E R , W I N K L E R P R I N S y RIDING, presentes las mismas formas que en Las Baleas
1971), Eumorphocems bisulcatum, de modo y otros puntos (HIGGINS y WAGNER-GEN-
que su edad Namuriense A (E2) como la que TIS, 1982).
poseen las calizas nodulosas claras que ocupan La sección de Genicera permite observar
la mism aposición en Entrago y otras seccio- pues la posición de la Formación Vegamián
nes, parece bien establecida. encima de la Formación Baleas, circunstancia
Secciones comparables a la de Olleros de ésta poco frecuente, ya que en la mayoría de
Alba dentro de la unidad de Sorniedo-Correci- los casos la presencia de una de ellas parece
lla existen en Santiago de las Villas, y dentro excluir la de la otra. Sin embargo, la coexis-
de la de La Sobia-Bodón, en Getino y Cam- tencia de ambas formaciones no es rara en
plongo, aunque ciertamente escasean los datos diversas secciones fuera de la Región de Plie-
paleontológicos referidos a la Formación Ve- gues y Mantos, y en estos casos la Formación
gamián. Sin embargo, una información adicio- Vegamián siempre se presenta por encima de
nal respecto a ella la pueden proporcionar la Formación Baleas. Por lo tanto, aunque
aquellas secciones en las que coexisten las desde el punto de vista cronoestratigráfico no
Formaciones Vegamián y Baleas, las edades de parecen existir demasiadas diferencias entre
las cuales son relativamente parecidas. De en- una y otra, puede aventurarse que la base de
tre ellas, la más representativa de entre las que la Formación Baieas debe ser siempre más an-
presentan esta circunstancia es la de Genicera, tigua que la de la Formación Vegamián. La
en la unidad de La Sobia-Bodón (Fig. 11.4). existencia de hiatos sedimentarios durante los
cuales pudo producirse removilización de ma-
teriales e incluso su desaparición por erosión,
11.4.2.4 LA SECCION DE GENICERA Y LAS RE-
explicar.a la vanedad de que
LACIONES ENTRE FORMACIONES drían darse en las distintas secciones locales
En esta sección, sobre las areniscas del del Carbonífero inferior de esta región. S A N -
Devónico superior (Formación Ermita) se dis- C H E Z D E LA T O R R E et d. (1981) han estu-
ponen en contacto erosivo 2 m de caliza bio- diado la distribución cartográfica de los aflo-
micrítica de la Formación Baleas, seguidos de ramientos de una y otra formación y han ex-
2,5 m de pizarras negras y liditas con bancos plicado su significado.
provistos de nódulos fosfatados en la b&e, En definitiva, durante el lapso correspon-
que constituyen la Formación Vegamián, y de diente al Carbonífero inferior, incluyendo
unos 25 m de calizas nodulosas rojas (Forma- gran parte del Namuriense A, la sedimenta-
ción Genicera) con una intercalación de radio- ción aparece notablemente condensada, ini-
laritas de 3 m cerca de la base (WAG N ER, ciándose con el depósito de las formaciones
1963). En la parte alta de la Formación Ba- Baieas y Vegamián sobre la plataforma detríti-
leas, H I G G I N S et al. (1964) localizaron la zo- ca de las areniscas de la Formación Ermita. La
na de -costatus, no existiendo por el momen- Formación Baleas inició su depósito durante
to evidencias de zonas más altas. La Forma- los últimos tiempos del Fameniense y se inte-
ción Vegamián suministró Siphonodella en las rrumpió antes de concluir el Tournaisiense, tal
capas más bajas (HIGGINSet al., 1964), pero vez durante el Tn, (zona de -anchoralis). Es
más tarde se encontraron en ellas formas de la posible que la Formación Vegamián corres-
zona d e -cooperi-communis (HIGGINS, ponda tan sólo a un pequeño intervalo entre
1971). De la parte alta se dispone tan sólo del Tn, y Tn,, pero falta por ahora documenta-
hallazgo d e M u ensteroceras arkansanum ción paleontológica convincente de la parte
(WAGNER-GENTISin W A G N E R , W I N K L E R inferior en un número razonable de secciones.
PRINS y RIDING, 1971), propio en Nortea- Parece seguro que tras un hiato sedimentario
mérica del paso Kinderhookiense-Osagiense, y intratournaisiense (¿durante Tn3 ? ) se inició
que quizá se correspondería en el tiempo con el depósito de la Formación Genicera, que cu-
brió no sólo el Viseense entero sino también nisca, que adquieren mayor importancia a par-
una parte del Namuriense A. Durante el Na- tir de la mitad de la serie, donde se ordenan
muriense A la uniformidad sedimentaria que en secuencias que muestran granoclasificación
existía anteriormente desapareció, y en mu- y otras estructuras sedimentarias. A los 267
chas secciones, especialmente de la unidad de m de la base, la caliza en delgados bancos hace
Somiedo-Correcilla, la caliza nodulosa es susti- su aparición en las secuencias, y 50 m más
tuida por las margas versicolores de las Capas arriba la sucesión terrígena es sustituida por
de Olaja. Más tarde, aún durante el mismo una serie carbonatada que para W AG N E R ,
Namuriense A, se produjo una variación im- WINKLER P R I N S y R I D I N G (1971) consti-
portante en el ritmo de depósito de los mate- tuye ya una formación distinta. Se trata de
riales, que determinó para esta área el final de una caliza oscura y fétida, que presenta lami-
la sedimentación condensada. naciones y puede compararse claramente con
los materiales que casi siempre constituyen la
11.4.3 EL CARBONIFERO MEDIO EN LA UNIDAD parte inferior de la Caliza de Montaña con el
DE SOMIEDO-CORRECILLA nombre de Formación Barcaliente. (Véase
más adelante). Localmente estas calizas, que
11.4.3.1 GENERALIDADES sobrepasan los 80 m de potencia, constituyen
En la unidad de Somiedo-Correcilla, los el término más alto de la serie por estar situa-
materiales que siguen a la serie condensada del das en un núcleo accesorio del sinclinal, pero
Carbonífero inferior integran una sucesión te- más al norte aparecen términos superiores
rrígena con algunas intercalaciones calcáreas constituidos por pizarras, areniscas, niveles
importantes, que en la rama meridional de di- delgados de conglomerados y capas de caliza,
cha unidad se conoce como Formación Olle- cuya sucesión no ha sido estudiada hasta aho-
ros. D E SITTER (1962) utilizó para ella la ra.
expresión "Facies Cuim", BOSCHMA y V A N La Formación Olleros no ha suministrado
S T A A L D U I N E N (1968) la llamaron Forma- en este punto casi ningún documento paleon-
ción Cuevas y finalmente, W A G N E R , w I N - tológico de interés salvo restos vegetales incla-
KLER P R I N S y RIDING (1971) la describie- sificable~.W A G N E R , WINKLER P R I N S y RI-
ron formalmente como Formación Olleros, si D ING (1971) citan solamente esporas que pa-
bien en un sentido más restringido que en los recen indicar el Narnuriense B por debajo de
autores anteriores. De la rama septentrional la sucesión carbonatada. Algo más al este,
de la Región de Pliegues y Mantos se han des- W A G N E R y F E R N A N D E Z - G A R C I A (1971)
crito sucesiones análogas, pero no se ha utili- han señalado en La Robla la existencia de una
zado para ellas ningún nombre de formación pequeña flora del Namuriense A o B. WAG-
salvo el de series flysch ( L L O P I S , 1962). N E R , WINKLER P R I N S y RIDING (1971)
indican por otra parte la presencia de Cefaló-
podos del piso de R, en localidades proceden-
11.4.3.2 SECCIONES DEL SINCLINAL DE ALBA tes de una unidad situada más al norte del
En el sinclinal de Alba, es decir, la es- sinclinal de Alba, el sinclinal del Pedroso,, si
tructura más externa de la rama meridional, es bien son de niveles de posición estratigráfica
donde se ha reconocido mejor la sucesión, que no controlada dentro de la Formación Olle-
presenta un neto carácter turbidítico. La sec- ros. Todos estos datos inclinan a los autores a
ción más representativa de esta área es la de suponer que la Formación Olleros correspon-
Olleros de Alba (Fig. 11.6). de a una edad Namuriense B. Sin embargo,
En Olleros, encima de las Capas de Olaja M E N E N D E Z - A L V A R E Z ( C O ~per~.)
. ha en-
y sin discontinuidad con ellas se presenta la contrado en las primeras capas calcáreas de la
Formación Olleros, constituida por pizarras, sección de Olleros, Gnathodus bilineatus bo-
areniscas y algunas capas de caliza, que ha si- llandensis, y además otros Conodontos de
do descrita por W A G N E R , WINKLER P R I N S edad anterior a R, en distintos puntos de la
y RIDING (1971). En la parte inferior apare- caliza fétida. Esto indica, contrariamente a lo
cen pizarras con algunas capas delgadas de are- que sugieren W A G N E R , WINKLER P R I N S y
sino también la Formación Olleros y gran par-
te por lo menos de lo que aquí se considera
como Formación Barcaliente. Es posible que
los niveles más altos todavía no descritos, per-
tenezcan realmente a R, , y sea de capas com-
parables a éstas a las que haya que referir los
hallazgos efectuados en el sinclinal del Pedro-
so, citados por WAGNER, W I N K L E R PRINS
y RIDING (1971).
En la sección de La Robla, situada a
unos pocos kilómetros al este, por debajo de
la Formación Olleros existen unos metros de
caliza comparable a la que se ha mencionado
de la parte alta en la sección anterior (WAG -
N E R y F E R N A N D E Z - G A R C I A , 1971). Un
recorrido a lo largo del sinclinal de Alba mues-
tra que estas calizas poseen frecuentemente
disposición lentejonar dentro de la sucesión
FORMACION
turbidítica y por ello se acuñan y no tienen
OLLEROS continuidad lateral en muchos puntos; este
hecho explica también que en algunas locali-
dades aparezcan las capas calcáreas indistinta-
mente en la base de la sucesión (La Robla) y
en otras no (Olleros de Alba).
Más al este, en el extremo oriental del
sinclinal de Alba, la sección de San Adrián
m Caliza nodulora presenta algunos detalles particulares. Sobre la
Formación Genicera se disponen 22 m de cali-
e;ya:i;;:?;~t* zas correspondientes a la Formación Barca-
liente, a través de un contacto en el que existe
(== Lutitas
un nivel de microbrechas. Encima de la For-
n Arenisca de grano
fino
mación Barcaliente (que R E U T H E R , 1977,
que ha descrito la sección, denomina Miembro
Are'irca de grano
media Adrián) aparecen las Capas de Olaja (Pizanras
de Entomozoidos) con fauna E, con Truyolsi-
m Arenisca degrano
aruero na truyolsi ( B E C K E R1976),
, pero el contac-
C Cubierto to no es visible aunque debe ser normal. Sólo
e.C. ~ s t r a t i f i c a c i d ncruzado a continuación aparece la sucesión terrígena
---- g M a t e r i a l * ~granoclari-
ficadoi
propia de la Formación Olleros, que alcanza
aquí 280 m ( R E U T H E R197.7).
, Un hecho a
destacar es la situación de las calizas de la
contacto erosivo Formación Barcaliente por debajo de las Ca-
pas de Olaja, lo que confirma la irregularidad
Fig. 11.6.- Sección del Carbonífero de Olleros de Alba (WAG-
NER et al. 1971).
en la distribución temporal de la misma. Tam-
bién resulta llamativa la existencia de las mi-
R I D I N G (1971), que la serie turbidítica situa- crobrechas sinsedimentarias por debajo de la
da por debajo de este nivel calcáreo no puede Formación Barcaliente. En muchos puntos es-
corresponder al piso de R, , sino todavía al de tas brechas no están presentes, pero en algu-
E, como las Capas de Olaja. El Namuriense A nos como Sobrepeña, cerca de la sección ante-
comprendería por lo tanto no sólo el techo de rior, el Miembro Adrián se dispone sobre la
la Formación Genicera y las Capas de Olaja, Formación Genicera en contacto claramente
erosivo (REU T H E R , 1977), lo cual conduce a ( K U L L M ANN, 1962; W A G N E R - G E N T I S ,
consideraciones sobre un proceso del levanta- 1963; BECKER, B L E S S y KULLMANN,
miento orogénico (Véase más adelante). 1975), sigue la serie carbonatada de la Forma-
ción Barcaliente, que llega a alcanzar los 400
m de espesor, y a continuación los materiales
11.4.3.3 OTRAS SECCIONES terrígenos en cuya base, como en el sinclinal
El tipo de sucesiones descritas no es ex- de Pedroso, se han hallado Goniatites del piso
clusivo del sinclinal de Alba. En el ya citado de R, (KULLMANN, 1979a).
sinclinal de1 Pedroso situado más al norte, la En los sinclinales de la rama septentrio-
serie turbidítica se dispone sobre la Forma- nal de la unidad de Somiedo-Correcilla (Vega
ción Barcaliente, que aquí posee un notable de los Viejos, Somiedo, Cornellana, etc.), las
espesor, y cuya base es visible en el corte de la sucesiones presentes manifiestan igualmente
cantera de Las Baleas. R E U T H ER (1977) ha un carácter turbidítico pero no han sido estu-
descrito la serie de Fonfría, al sur de Caborne- diadas hasta el momento actual. En cambio sí
ra. Sobre unos 10 m de calizas claras nodulo- lo ha sido la de San Pedro de Antromero,
sas comparables con las que en Entrago han (Fig. II.7), que constituye un pequeño aflora-
proporcionado fauna de edad E,, sigue una miento del extremo norte, en la costa entre
serie de 370 m de potencia de calizas oscuras Candás y Luanco (LLOPIS, 1962; Z A M A -
del mismo aspecto que las calizas lentejonares R R E Ñ O , 1966; V I R G I L I y CORRALES,
del sinclinal de Alba. Es la clásica Formación 1968). La parte baja de esta serie, a continua-
Barcaliente, con laminaciones especialmente ción de la Caliza griotte, está formada por 112
en la parte baja y algunos niveles silicificados. m de calizas oscuras y laminadas con las carac-
En la parte alta la caliza se hace más clara y terísticas propias de la Formación Barcaliente.
masiva. Hacia la mitad de la serie se presenta En los 30 m finales de la misma desaparecen
una intercalación margosa de 1 5 m y hacia la las larninaciones y se presentan 6 m de calizas
parte más alta existen 1 2 m de brechas intra- brechoides a las que siguen 1 5 m de caliza
formacionales. A esta serie sigue una sucesión masiva más clara, tal como sucedía en la serie
turbidítica comparable a las que están presen- del Pedroso. Sobre ella y sin discontinuidad
tes en el sinclinal de Alba,-y en cuya base se comienza la sucesión que ha sido descrita co-
ha citado una fauna con Reticuloceras ex gr. mo flysch de San Pedro (VIRGILI y C O R R A -
circumplicatile, Homoceras? sp., etc. ( ~ L L - LES, 1968), comparable a la Formación Olle-
MA NN, 1979b), que representa el Namuriense ros. Sin embargo en esta sucesión poseen más
B inferior (R, ). La serie turbidítica posee un importancia los niveles carbonatados, especial-
espesor de unos 100 m y está constituida por mente en el conjunto de los 25 m inferiores
pizarras y areniscas, y tan sólo en la parte alta de la sucesión en los que aparecen brechas
las secuencias existentes poseen capas calcá- intraformacionales muy destacadas. En el res-
reas. El techo local de la Formación Barcalien- to de la serie son los materiales terrígenos los
te, fechado por su posición respecto de la fau- que alcanzan un mayor desarrollo. El conjun-
na de R,, mostraría claramente un trazado t o está ordenado según secuencias o ciclos en
diacrónico en relación con otros puntos, de los que se presentan laminaciones, granoclasi-
tal modo que el intervalo de depósito de la ficación y estructuras sedimentarias diversas.
formación en esta sección correspondería a las Dentro de esta sucesión, la Formación
series turbidíticas de Olleros y La Robla, in- Barcaliente no ha suministrado por ahora nin-
cluyendo total o parcialmente las bandas cal- gún resto fósil significativo, pero hacia la par-
cáreas que podrían interpretarse razonable- te media de la serie turbidítica se han encon-
mente como digitaciones de la misma o sus trado Goniatites que indican una edad Namu-
equivalentes laterales. riense B, como Reticuloceras paucicrenula-
Una sucesión parecida se presente en el tum, Proshumardites cf. karpinskii, y otras
alóctono del Manto del Esla, en Santa Olaja formas (BOUROZ, 1962; R A D I G , 1964;
de la Varga. Sobre las Capas de Olaja que han KULLMANN, 1979b). Así pues, podemos ad-
suministrado una fauna característica de E, mitir que, al igual que para la sucesión de
--
=
CALliA.5
ARENISCAS
ARClUlTAS .
O 10 20 %G
X
'
t
ú DE ESTRATOS DE ARENISCA EN L A SERIE
GRANUWLASIFICACION POSITIVA
7 COLAPSOESTRUCTURAS
5
%K

%A
Bh- CALIZAS INTRAFORMACIONALES
% DE ESTRATOS DE CALIZA EN LA SERIE

% DE ESTRATOS DE ARCILLITA EN LA - LAMINACW EN VOLUTAS


T LAMlNAClON CRUZADA
SOLE-MARKS EN GENERAL Y FLUTE-CASTS EN PARTICUIAR

Fig. 11.1.- Sección del Carbonifero d e Antromero (VIRGILI y CORRALES 1968).


Fonfría (Pedroso), la serie turbidítica de An- sentarían un "segundo impulso" (R,). Sin
tromero corresponde en su mayor parte al pi- embargo, una integración de estos datos con
so de R, . los que han proporcionado la evidencia del
En definitiva, podemos afirmar por lo proceso de despegue y emplazamiento de los
tanto que en la unidad de Somiedo-Correcilla mantos cantábricos, está lejos de haberse reali-
durante el Namuriense A no sólo tuvo lugar la zado todavía.
sedimentación de las Capas de Olaja (o su
equivalente, las calizas nodulosas de Entrago y 11.4.4 EL CARBONIFERO MEDIO EN LA UNIDAD
otros puntos) sino también la mayor parte de DE LA SOBIA- BODON
la sucesión turbidítica que viene a continua-
ción de elias. Esta sucesión está constituida 11.4.4.1 GENERALIDADES
por materiales principalmente terrígenos que En la unidad de La Sobia-Bodón la suce-
se conocen como Formación Olleros y por ca- sión estratigráfica que sigue a la serie conden-
lizas negras y fétidas que representan la For- sada del Carbonífero inferior presenta diferen-
mación Barcaliente. Estas calizas, cuyo carác- cias acusadas respecto a la que existe en la
ter alodápico ha sido puesto de manifiesto por unidad de Somiedo-Correcilla. En esta última
H E M L E B E N y R E U T H E R (1980), asimilándo- los términos más elevados de la sucesión no
las á turbiditas distales, aparecen a distintos suelen sobrepasar el Namuriense B, mientras
niveles por entre los materiales terrígenos de que en la de La Sobia-Bodón alcanzan niveles
la Formación Olleros. La mayor parte de este situados bastante más arriba, en un Mosco-
conjunto posee una edad Namuriense A, con viense/Westfaliense más o menos alto. La sedi-
representación paleontológica de E, e inclu- mentación de tipo turbidítico es comparativa-
yendo también H, y H,, aunque no se ha mente menos importante y en cambio tienen
documentado ningún resto de esta edad. Las un papel destacado las grandes masas carbona-
únicas referencias seguras de Namuriense B tadas de la Caliza de Montaña y las formacio-
(R, ) en horizontes bien precisados se sitúan nes de materiales detríticos y calcáreos de la
ya por encima de la Fcrmación Barcaliente en plataforma continental.
algunos puntos como Antromero, Fonfría Los elementos más importantes en este
(Cabornera) y Santa Olaja. En las demás sec- sector son las formaciones Barcaliente, Valde-
ciones faltan por ahora puntos de referencia. teja y San Emiliano. Series locales con varian-
En ninguna localidad de la unidad de Somie- tes de más o menos importancia han sido asi-
do-Correcilla se ha detectado la existencia de miladas aunque de modo incorrecto a alguna
horizontes de edad más moderna. de las tres formaciones; no obstante, conviene
La sedimentación condensada del Carbo- mantener su identidad. La Formación Barca-
nífero inferior se detuvo después del depósito liente y la Formación Valdeteja integran su-
de las Capas de Olaja.durante E,, para adqui- perpuestas la una a la otra, el conjunto deno-
rir a continuación un ritmo rápido con la sedi- minado Caliza de Montaña desde los tiempos
mentación turbidítica. La existencia de micro- de E Z Q U E R R A D E L B A Y O (1844a), expre-
brechas en algunos puntos entre E, y E, es sión que todavía está vigente en el léxico geo-
interpretada por R E U T H E R (1977) y por lógico regional. La denominación "Caliza de
KULLMANN R E, U T H E R y S C H O N E N B E R G Montaña" o la de sus variantes antiguas (Cali-
(1977) como manifestación de los primeros za metalífera, Caliza carbonera, Caliza de los
movimientos del ciclo herciniano, así como cañones) conviene mejor a la noción moderna
también lo representaría el contacto erosivo de grupo, ya que incluye en realidad a dos
de la-base del Miembro Adrián en algunas lo- formaciones distintas. D E L E P I N E (1943), así
calidades (Sobrepeña en particular). K U L L - como más tarde W A G N E R (1963) y EVERS
M A N N y S C H O N E N B E R G (1975) han S (1967), ya habían observado la existencia de
puesto para este intervalo la existencia de un dos unidades litoestratigráficas diferentes den-
"primer impulso tectónico" en el proceso ora- tro de la Caliza de Montaña, que W I N K L E R
génico, así como las grandes brechas de la par- PR I N S (1968) consideró como miembros de
te alta de la o r m a c i ó n Barcaliente repre- la misma formación (Miembro Vegacervera y
Miembro Valdeteja). Poco después, WA G - FM. S A N EMlLlA

N E R , W I N K L E R P R I N S y R I D I N G (1971)
elevaron dichos miembros a la categoría de
formaciones independientes, a pesar de lo cual
algunos autores continúan manteniendo toda-
vía su unidad bajo el nombre tradicional de
Caliza de Montaña, o también el de Forma-
ción Escapa, establecido en otras áreas por
B R O U W E R y V A N G I N K E L (1964). El nom-
bre de Formación San Erniliano también fue
introducido por estos mismos autores en
,1964.
11.4.4.2 LA SECCION DE VALDETEJA
WAGNER, WINKLER PRINS y RIDING a
(1971) establecieron como estratotipo de las 7

formaciones que forman el conjunto de la Ca- YI

liza de Montaña una sección en el valle del río l-

YI
Curueño, siguiendo el curso inferior de los 0
arroyos de Barcaliente y Valdeteja, la cual -I

permite observar la sucesión entera. W I N - U


>
K L E R P R I N S (1971) dio una descripción de
la misma y mencionó los niveles con contenido 5
Y
fosilífero (Fig. 11.7-A). Al conjunto se le su-
perponen los materiales de la Formación San
Emiliano, pero en esta zona el contacto con la
Caliza de Montaña parece mecanizado, y por
ello la sucesión que aquí existe de esta fonnda-
ción no será descrita.
La base de la Formación Barcaliente se
apoya sin discontinuidad sobre los materiales
de la Formación Genicera a través de capas de
caliza nodulosa clara, como en la sección de
Entrago. La serie está constituida por 200 m m Areniscas
Pizarras
de calizas negras, fétidas y tableadas, provistas
de laminaciones y que muchas veces aparecen
m Calizas
m Brecho :olc<rrea
dolomitizadas. El aspecto es pues muy pareci- m Chert
do al que muestran las sucesiones atribuidas a
la misma formación de la unidad de Somiedo-
m Nódulos forfatodor
YI
l-
z
Correcilla. En la parte alta de esta sucesión (a -
YI
2

160 m de la base) e incluso junto al techo, .U


LY

aparecen sendos niveles de brechas intrafor- a


m
macionales del mismo tipo de las que se pre- i
sentaban en el sinclinal del Pedroso y en otros Y

puntos. Constituyen las denominadas "Bre-


chas del Porma" por R E U T H E R (1977) y au- FM. GENICERA
tores de la escuela de Tübingen. El contenido =FM. VEGAMIAN
FM. ERMITA
paleontológico es muy escaso, como suele ser
norma en la formación, y está limitado casi
Fig. II.7.a.- La sucesión de la Caliza de Montaña (Fm. Barca-
tan solo a una fauna de Braquiópodos que se liente y Fm. Valdeteja) en la serie tipo de Valde-
halló en una intercalación margosa situada por teja (WINKLER PRINS 1971. simplificada).
debajo de la brecha superior (banda de Marti- que los tramos altos de la Formación Valdeteja
niopsis, dp W I N K L E R PRINS, 1968). Desgra- en su sección-tipo quizá pertenezcan ya al
ciadamente el significado de las formas que Bashkiriense superior. Abona esta suposición
contiene no proporciona información crono- el resultado de una investigación reciente
estratigráfica útil, y el problema de la edad de practicada en las inmediaciones de la sección
la formación no puede resolverse localmente y descrita, en las Hoces de Valdeteja (VILLA,
ha de ser discutido por comparación con la de 1982). Esta sección, que parece reunir condi-
S otros puntos. No obstante, una edad Namu- ciones más favorables por la naturaleza de sus
riense A como en las series de la unidad de materiales, ha proporcionado en efecto resul-
Somiedo-Correcilla, parece bastante probable. tados que modifican sensiblemente la data-
La Formación Valdeteja está constituida ción establecida. El estudio de su contenido
por calizas de color claro generalmente masi- en Foraminíferos muestra que hacia la mitad
vas aunque también con tramos tableados, y de la sucesión se presenta Profusulinella ex gr.
presentan además algunas intercalaciones mar- rhombiformis y otras formas que indicarían
gosas. En esta sección el conjunto es anormal- ya el Bashkiriense superior. Y aún más, en la
mente espeso ya que llega a alcanzar los 650 parte alta aparece Verella sp., indicando la
m. Aunque en su mayor parte corresponde a proximidad del techo del Bashkiriense, y to-
calizas masivas, existe un tramo margoso a 45 davía más arriba, Profusilinella tashliensis mi-
m de la base, y otros varios situados en la nima y Globivalvulina granulosa compressa
parte superior de la formación. W I N K L E R que, junto con la desaparición de los Archae-
P R I N S (1968) estableció la existencia de una discidae, sugieren la posibilidad de que ya per-
serie de bandas reconocibles por la presencia tenezcan al Moscoviense inferior (VILLA,
de formas determinadas de Braquiópodos o de 1982). De todos modos, este hecho es en rea-
Corales, y presentes en los trarhos margosos lidad excepcional para toda la Región de Plie-
(Banda de Cladochonus, de Chaoiella, de Echi- gues y Mantos, por lo cual no puede ser obie-
noconchus, etc.). Le serie termina con una ca- t o de generalización, especialmente teniendo
liza oscura que posee un importante nivel fo- en cuenta la naturaleza diacrónica del techo
silífero, la banda de Linoproductus (WIN- de la formación.
K L E R P R I N S , 1968). La fauna presente en
calizas y margas, aún siendo muy poco expre- 11.4.4.3 LA SECCION DE SAN EMILIANO
siva en cuanto a edad, parece apuntar hacia un La sección de San Emiliano presenta es-
Bashkiriense inferior (WINKLER PRINS, pecial interés porque en ella se estableció el
1968; W A G N E R , W I N K L E R P R I N S y R I - estratotipo de la Formación San Emiliano
D I N G , 1971), lo cual vendría a corresponder (BROUWER y V A N GINKEL, 1964; V A N
aproximadamente a un Namuriense B. En rea- G I N K E L , 1968; W I N K L E R P R I N S , 1968;
lidad a la consideración de esta edad se llegó W A G N E R , WINKLER PRINS y RIDING,
tras. el análisis de datos procedentes de diver- 1971). Sobre la Formación Genicera en las
sas secciones de la Zona Cantábrica y tenien- cercanías de Puente Orugo, se sitúa el con-
do en cuenta además el contenido en algunas junto de las formaciones Barcaliente y Valde-
de ellas de conjuntos de Fusulinas ( V A NG I N - teja, localmente dolomitizadas y de las que no
KEL, 1965). En estas condiciones, debido al se dispone por ahora de un estudio estratigrá-
diacronismo importante que manifiesta ordi- fico, cuyo espesor debe ser del orden de los
nariamente el techo de la Formación Valdete- 500 m. Encima de la Formación Valdeteja se
ja, no es de extrañar que existan amplias varia- sitúa mediante paso gradual la Formación San
ciones respecto a la edad del mismo. En esta Emiliano. Se trata de una formación detríti-
misma sección es posible que su edad sea más co-calcárea en la que con frecuencia se obser-
moderna. La aparición de los primeros ejem- van interdigitaciones respecto a los materiales
plares de Conodontos del género Idiognatho- de la Formación Valdeteja; la parte alta de
dus a 100 m de la base (MENENDEZ-ALVA- esta última pasa lateralmente en muchos pun-
R E Z , com. pers.) indicando como mínimo el tos a los materiales de la Formación San Emi-
Namuriense B superior, parece dar a entender limo. Su espesor es del orden de los 1.800 m.
Recientemente ha sido estudiada por B O W - e
M A N (1979,1982), que ha dado una interpre- e
tación al conjunto (Fig. 11.7-B). e

La parte inferior de la formación está eE


formada por pizarras negruzcas y contiene in-
C
tercalaciones de areniscas y de algún nivel cal- C
cáreo discontinuo cerca del techo. El conjun-
to posee 250 m de espesor, y BOWMAN e V)
VEREYENSE
(1982) ha creado con él el Miembro Pinos. O
Los materiales que vienen a continuación I
presentan una clara ritmicidad y están repre-
sentados por bandas calcáreas que separan pa- C

quetes constituidos por materiales detríticos


que suponen depósitos de plataforma. El con- e

junto tiene unos 1.050 m de espesor y está


formado por 8 ciclos, cada uno de los cuales
empieza con un banco de caliza de potencia
variable (el primer ciclo contiene un banco de
caliza de hasta 70 m de espesor) seguido de
margas y a veces de alguna capa de arenisca.
Varios de estos bancos de caliza corresponden
a masas construidas de algas de tipo Donezella
( B O W M A N , 1979). Los intervalos entre ban-
cos de caliza pueden llegar en algún caso a
más de 150 m, aunque generalmente son me- ----
nores. En las secuencias superiores el ciclo aca-
ba con el depósito de una capa de carbón. La
serie es pues de tipo parálico, y BOW M A N
(1982) ha subrayado la naturaleza deltaica de
los niveles detríticos. Con este conjunto ha
establecido un miembro intermedio de la for- Calizas
mación, que ha denominado Miembro La Ma-
júa. %
[..,..:j.,: ,,.,. Margas y pizarras
El miembro de la parte superior, o Miem-
bro Candemuela, se distingue del anterior por
la desaparición casi total de las calizas, reduci- C F I Niveles de carbón
das tan sólo a algunos leritejones sin continui-
dad lateral. Abundan más los niveles carbono- hg. II.7.b.- La sucesión de la Formación San Emiliano en la
serie tipo de San Emiliano (BOWMAN 1982,
sos, que en número de 9 ó 1 0 han llegado simplificada).
localmente a ser explotados. De este miembro
puede llegar a medirse un espesor mínimo 1983). Distintos tramos contienen Fusulinas y
de 500 m, pero la serie queda en realidad otros Foraminíferos. Los niveles carbonosos
truncada de manera discordante por los con- han suministrado flora. Con estos elementos
glomerados stephanienses de la cuenca de es posible la datación del conjunto de la For-
Puerto Ventana. mación San Emiliano. V A N G I N K E L (1965)
En el techo de las bandas calcáreas y en la colocó en el Bashkiriense superior, por el
diversos tramos margosos interestrat.ificados hallazgo de Fusulinas pertenecientes a su sub-
existe una abundante macrofauna constituida zona A de Profusulinella. En el Último banco
especialmente por Braquiópodos (WINKLER calcáreo, la asociación de Profusulinella ex gr.
P R I N S , 1968; M A R T I N E Z - C H A C O N , 1979; rhomboides, Parastaffella cf. timanica, etc.,
M A R T I N E Z - C H A C O N y WINKLER P R I N S , indicaría precisamente el techo del Bashki-
riense. Un análisis de la fauna de Braquiópo- hacia el NNW constituyendo la cuenca de Te-
dos condujo asimismo a W I N K L E R P R I N S verga, que forma un sinclinal rodeado al E por
(1968) a aceptar esta misma edad, creando La Sobia. El flanco septentrional (Entrago) y
para las asociaciones presentes la que llamó el meridional (Fresnedo) proporcionan buenas
zona de Alitaria-Karavankina. De acuerdo con secciones del Carbonífero medio. El conjunto
estos datos pues, la Formación San Emiliano de Caliza de Montaña (Formación Barcaliente
pertenecería íntegramente al Bashkiriense su- y Formación Valdeteja) posee aquí un espesor'
perior. de más de 600 m y se presenta parcialmente
Sin embargo, investigaciones recientes dolomitizado. Encima sigue una serie detríti-
tienden a hacer descender el techo del Bashki- co-calcárea comparable totalmente con la For-
riense en la serie. Así BO W M A N (1982) men- mación San Emiliano, con cuyo nombre se la
ciona la existencia de Fusulinas claramente conoce también. En esta área existen hasta 6
moscovienses por encima -de la última banda ó 7 bandas calcáreas delgadas, separadas por
calcárea, con lo que el límite Bishkiriense- tramos margosos y algún nivel de arenisca.
Moscoviense quedaría colocado más abajo de Los ciclos son menos aparentes que en la sec-
lo que pensaban V A N G I N K E L y W I N K L E R ción de San Emiliano. Incluso en los más ba-
PR I N S. B O W M A N 10 coloca con~encional- jos, la secuencia termina habitualmente en
mente entre las bandas números 5 y 6. En una capa de carbón, pero los niveles explota-
total acuerdo con ello, M A R T I N E Z - C H A C O N bles se ,encuentran tan sólo a partir de los 600
(com. pers.) ha revisado la fauna de Braquió- m. La serie productiva de Teverga supone un
podos y ha conseguido detectar una ruptura conjunto que alcanza un espesor de más de
faunística por encima de la última banda cal- 1.000 m, y en él se han distinguido dos paque-
cárea con aparición de formas moscovienses tes que, inicialmente y por comparación con
como Linoproductus ovalis, Kozlowskia aber- la Cuenca Carbonífera central, recibieron los
baidenensis, etc. De este modo, el Miembro nombres de Caleras y Generalas, si bien su
Candemuela y seguramente una parte del posición estratigráfica es más baja que la que
Miembro La Majúa pertenecerían ya al Mosco- corresponde a éstos en la Cuenca. Actualmen-
viense inferior (Vereyense-Kashiriense), y el te se les suele denominar Grupo Santianes y
Bashkiriense superior quedaría relegado a la Grupo Carnpiello respectivamente.
parte inferior de la formación. El techo de la Caliza de Montaña (For-
En cuanto a la flora (macro y rnicroflo- mación Valdeteja) pertenece indudablemente
ra) los resultados adquiridos por el momento al Bashkiriense inferior. Si en la sección de
son coherentes con los proporcionados por la San Emiliano no había proporcionado eviden-
fauna marina. W A G N E R (1959) y S T O C K - cias en este sentido, en la de Teverga las ha
M A N S y W I L L I E R E (1965) habían determi- suministrado en ambos flancos del sinclinal.
nado la flora de los niveles carbonosos de To- En el flanco N (Entrago), D E L E P I N E ya ha-
rrebarrio y Candemuela. Estos autores la colo- bía encontrado una fauna de Braquiópodos en
caban en el Namuriense terminal o más proba- 1943, que M A R T I N E Z - C H A C O N (1979) ha
blemente en el Westfaliense A. B O W M A N situado en el Bashkiriense inferior. Análoga-
(1982) ha mencionado el hallazgo de asocia- mente en el flanco S (Fresnedo), una fauna de
ciones de esporas de esa edad a partir de la Foraminíferos situada junto al techo (TRU-
banda calcárea número 6 como mínimo. De Y O L S et al., 1983) corrobora esta edad. La
confirmarse esta datación, el Namuriense C Formación San Emiliano en esta sección ha de
quedaría restringido a la parte inferior del atribuirse como en la sección-tipo al Bashki-
Miembro La Majúa y al Miembro Pinos (¿y a riense superior. En efecto, a partir de la segun-
Xa parte superior de la Formación Valdeteja en da banda calcárea de la formación (a 230 m
este punto? ), ocupando el Westfaliense A el de la base) se han hallado Foraminíferos que
resto. lo comprueban (TRUYO L S et al., 1983). Por
el momento carecemos de información sobre
11.4.4.4 L A SECCION DE TEVERGA h edad de las bandas calcáreas de la parte alta,
La cuenca de San Emiliano se prolonga que quizá pertenezcan ya al Moscoviense co-
mo las de la sección de San Emiliano. Pode- PODOLSKIENSE ?
mos sospecharlo porque . aunque W AG N E R -7-
CAPAS DE V l L l A M A N l N

(1959) situó una flora presente en los tramos u'


z
productivos dentro del Namuriense superior,
Y
se han encontrado bastante más abajo (con- "l
z
cretamente en la segunda banda calcárea antes -
Y

mencionada) Conodontos con Idiognathoides o'


S(
sulcatus parvus, que indicarían ya el Westfa- O
I
liense A (TRUYOLS et al., 1983). Esto hace -2-
pensar que la flora de Teverga debe ser poste- --
rior al Narnuriense, tal vez del mismo Westfa-
liense A. En apoyo de esta opinión está el
estudio palinológico efectuado por C A C H A N </.
u , >
(1979) en varios puntos, en el que atribuye las "l <'
CAPAS DE VILLANUEVA
z />
capas de carbón al Westfaliense A, o a la base
del Westfaliense B. - <-._
Y
>
-=--
-
Y
11.4.4.5 LA SECCION DE VILLANUEVA DE LA I
"l
TERCIA-VILLAMANIN a
m
Esta sección posee gran interés, no sólo
por la abundante información cronoestratigrá-
fica proporcionada con el estudio efectuado
NAMURIENSE
por M 0 OR E e t al., (1971), sino también por-
que revela la existencia de tramos altos en la VISEENSE.- , F M . GENICERA
sucesión carbonífera, los más modernos para IOUINAIs,ENSE-= -
--FM. VEGAMIAN
D E V O N I C O SUP.
toda la Región de Pliegues y Mantos (Fig.
11.7-C).
A la Caliza griotte siguen calizas nodulo-
sas grises que cerca de Camplongo han propor-
0 M A R O A S Y PIZARRAS

cionado como en otras partes una fauna de


Goniatites del Namuriense B. A continuación
PIZARRAS I LlDlTAS m CALIZAS

aparece la Caliza de Montaña, representada


por las dos formaciones, Barcaliente y Valde-
m CALIZAS NODULOSAS

teja, que localmente están muy dolomitizadas. Fig. II.7.c.- Sección del Carbonífero de Villanueva de la Ter-
R ID IN G (1979) ha estudiado parte de la For- cia-Villaxnanín (MOORE et al. 1971, simplificada).
mación Valdeteja en esta sección y ha mostra-
do que se trata parcialmente de calizas cons- Pliegues y Mantos. Su individualización es sin
truidas, con biohermos algares de Donezella. embargo problemática en muchos puntos, ya
La formación, que alcanza unos 700 m, se ve que hacia el E y a muy poca distancia de esta
interrumpida por una serie terrígena de unos sección, las Capas de Villanueva se acuñan y
300 m, que B o W M A N (1982) ha denominado llegan a desaparecer, con lo cual la "caliza ma-
informalmente Capas de Villanueva, y que po- siva" aparece soldada con la Formación Val-
see un indudable carácter turbidítico. A estos deteja. En cambio, hacia el W las Capas de
materiales siguen 120 m de calizas análogas a Villanueva adquieren mayor espesor a expen-
las anteriores, que sin embargo M O O R E et al. sas de la Formación Valdeteja y la "caliza ma-
(1971) denominaron "caliza masiva", por siva" y ésta se resuelve generalmente en varias
comparación con la espesa banda calcárea que bandas más estrechas. En Viadangos de Arbas,
con este nombre (y otros, como Caliza de Pe- por ejemplo, la Formación Valdeteja posee
ña Redonda, Formación Escalada, etc.) ocupa tan sólo unos 1 2 m de potencia.
una posición análoga en el borde oriental de la A la "caliza masiva" sigue una sucesión
Cuenca Carbonífera central y en la Región de terrígena que ofrece por su naturaleza diferen-
cias respecto a la Formación San Emiliano, Villanueva o en la base de la "caliza masiva".
con la que sin embargo se había comparado, Sin embargo, existen algunos datos contradic-
dada su posición estratigráfica y su pertenen- torios aportados por otros autores. Así V A N
cia a la misma unidad estructural (la de La G I N K E L (1965) había citado al S de Villa-
Sobia-Bodón). M O O R E et al. (1971), así co- nueva de la Tercia (quizá hacia la base de la
mo recientemente BO W M A N (1982), ya pu- sección de detalle de la vía férrea, de M O o R E
sieron de relieve su naturaleza distinta, aun- et al., 1971), Fusulinas del techo del Bashki-
que no llegaron a proponer para ella un nom- riense, y M A R T I N E Z - C H A C O N ( c o ~ pers.)
.
bre particular de formación, que podría ser ha encontrado en el techo de la "caliza masi-
conocida como Capas de Villamanín, puesto va" en esta misma sección una fauna de Bra-
que puede observarse bien entre Villanueva quiópodos con Orulgania schulzi, Brach yth y-
de la Tercia y Villamanín. No se dispone de rina pinica, Phricodothyris aff. ovata, etc.,
una sección completa de esta serie, si bien idéntica a la existente en San Emiliano, den-
M O O R E et al. (1971) proporcionaron seccio- tro del Miembro La Majúa, y que había que
nes parciales de detalle, procedentes de la trin- considerar como del Bashkiriense superior.
chera de la vía férrea (a 800 m de la base) y Una revisión de las faunas presentes re-
del W de este punto, en el valle del Ejío (NNW sultaría de gran interés para resolver estas con-
de Rodiezmo). Esta serie contiene varios nive- tradicciones, ya que esta sección resulta clave
les calcáreos y presenta tramos de areniscas y en el estudio efectuado por M O O R E et al.
pizarras y alguna capa de carbón. Al NNW de (1971) para establecer la correspondencia en-
Rodiezmo, fue explotado uno de estos niveles tre las escalas marina y continental del Carbo-
carbonosos situado a 600 m por encima de la nífero. En efecto, el estudio del contenido en
"caliza masiva" del valle del Ejío. mioesporas (realizado por N E V E S en ese tra-
La datación de los distintos niveles ha bajo) ha proporcionado asimismo en la sec-
proporcionado resultados de un gran interés a ción puntos de referencia de la escala conti-
M 0 0 R E et al. (1971). En las Capas de Villa- nental. El Westfaliense A está presente en las
nueva y hacia su parte media apareció Bmnne- Capas de Villanueva con Bmnneroceras, y en
roceras branneri, del Bashkiriense alto. En el la sección del valle del Ejío se ha localizado
techo de la "caliza masiva" se obtuvo el ha- también una asociación del Westfaliense B en
llazgo de una asociación de Foraminíferos con estos niveles. El Westfaliense B continúa tarn-
Profusulinella prisca, Schubertella obscura, bién por encima de la "calizá masiva", y en las
Eolasciodiscus? cf. donbassicus, etc., atribui- capas de carbón de Rodiezmo parece encon-
da a la base del Kashiriense, y en la parte trarse el límite Westfaliense B/C, no sólo de-
media de la citada sección de la vía férrea (es tectado con el estudio de las mioesporas sino
decir, a más de 800 m por encima del nivel también con el de la flora ( W A G N E R )Por .
anterior), otro con Fusulina b c k i delepinei, otra parte, en la sección de la vía férrea, inme-
Profusulina librovitchi, Aljutovella aljutovica, diato al nivel que proporcionó fauna del lími-
etc., junto con Braquiópodos con Kozlowskia t e Kashiriense/Podolskiense, se encontró una
cf. aberbaidenensis, Isogramma davidsoni, Or- asociación de mioesporas del Westfaliense C
thotetes radiata, etc., que indica el límite inferior.
aproximado Kashiriense/Podolskiense (las de- El cuadro de correlaciones entre escalas
terminaciones de Goniatites fueron realizadas del Carbonífero sugerido en 1971 por W A G -
por WAGNER-GENTIS, las de Braquiópodos N E R y W I N K L E R P R I N S (in WAGNER,
por w I N K L E R PR I N S y las de Foraminíferos 1971c), se basa en gran parte en los datos
por SCHMERBER, en M O O R E et d . , 1971). anteriores de la investigación de M O O R E et
Estos datos revelan que la serie representada al. (1971).
por las Capas de Villarnanín pertenecería to-
talmente al Moscoviense, alcanzándose el Po- 11.4.4.6 LA SUCESION DE LA CAMOCHA (GIJON)
dolskiense en los tramos más altos. El límite En el extremo septentrional de la Región
Bashkiriense/Moscoviense podría trazarse se- de Pliegues y Mantos, por debajo de los mate-
guramente en la parte alta de las Capas de riales mesozoicos de la cobertera, existe una
prolongación de las unidades que contienen
depósitos de edad carbonífera. Una sucesión
de interés en esta área oculta es la que se en-
cuentra en La Camocha al S de Gijón (expues-
ta en las galerías abiertas en la mina de carbón
de este nombre), que presentan notables dife-
rencias respecto a las que hasta ahora hemos
analizado. A D A R O (1914) consideraba esta
sucesión como una continuación de los mate-
riales de la Cuenca Carbonífera central, pero
en realidad debe ser integrada en la prolonga-
ción de la unidad de La Sobia-Bodón, y puede
equipararse hasta cierto punto a la parte supe-
rior de la serie presente en San Emiliano y en
Teverga, que manifiestan un mismo carácter
parálico. Sin embargo, no parece procedente
incluirla como sección de la Formación San
Emiliano por el momento. El nombre de For-
mación La Carnocha, sin establecimiento for-
mal, ha sido utilizado por WINKLER PRINS
(1968) y algunos autores posteriores.
Descubierta gracias a sondeos efectuados
a principios de siglo, la serie carbonífera, de la
cual no conocemos techo ni muro, consta de
una alternancia de capas de carbón, areniscas,
conglomerados, lutitas y calizas (estas últimas
más abundantes en la parte baja). Del conjun-
to se ha reconocido hasta ahora un espesor de
2.300 m. Su situación aislada respecto de los
afloramientos carboníferos de la región y el
desconocimiento que se tiene de la posición
de los importantes niveles marinos de referen-
cia como la Caliza de Montaña, plantean algu-
nos problemas de interpretación. Las capas
fueron numeradas inicialmente en orden as-
cendente a partir de la más baja reconocida,
que se conoce como número 1; con posteriori-
dad se abrió una galería de reconocimiento
(abandonada ya desde hace bastantes años)
que reveló la existencia de nuevas capas, cada
una de las cuales fue designada con una letra,
de la A a la N, en sentido descendente (Fig.
11.7-D). La sucesión forma una estructura sin-
clinal con el eje situado unos 128 m por enci- Fig. II.7.d.- Sección parcial de la cuarta planta (cota -220 m)
de la Mina La Camocha (Gijón). Capas de carbhn
ma de la capa 25. En la figura se proporciona indicadas con niuneros Y letras. Datos palinol6-
una columna estratigráfica de los materiales gicos y cronoestratigráficossegún NEVES (1964).
comprendidos entre las capas F y 22.
La riqueza paleontológica que ofrece la cuenta proceden de H E R N A N D E Z - S A M P E -
serie de La Camocha es importante y ha deter- L A Y O (1944) y se refieren a Cefalópodos y
minado la existencia de numerosos estudios. Braquiópodos especialmente. Posteriores son
Los primeros datos faunísticos a tener en listas y descripciones de Cefalópodos (Sc H -
MIDT, 1955), Braquiópodos (WINKLER las capas situadas por encima de la capa A,
PRINS, 1968; MARTINEZ-CHACON, 1979), que indicaban también el Westfaliense A (con
Ostrácodos (BLESS, 1969; S A N C H E Z D E la posibilidad de que la parte superior corres-
P O S A D A , 1977), así como macroflora (JONG- pondiese ya al Westfaliense B).
MANS, 1952; W A G N E R1959) , y microflo- Si esta datación está correctamente esta-
ra (BONET y D I J K S T R A , 1955; NEVES, blecida, ello significa que en la sucesión de La
1964; L A C H K A R , 1976; B L E S S in S A N - Camocha existen tramos con capas de carbón
C H E Z D E P O S A D A , 1977). Este material per- que poseen la misma edad que las que en el
mite la posibilidad de emitir conclusiones cro- resto de la Región de Pliegues y Mantos co-
noestratigráficas bastante sólidas sobre esta rresponden todavía a los materiales de la Cali-
sucesión. za de Montaña o sus equivalentes laterales
P A T A C (1920) atribuía las capas de La (NEVES,1964). El régimen parálico de La
Camocha al Hullero superior por consideracio- Camocha empezó precozmente, mientras en
nes meramente teóricas, pero su edad es con las áreas meridionales de la unidad de La So-
toda seguridad bastante más antigua, como lo bia-Bodón reinaba todavía un régimen mari-
muestran no sólo los estudios verificados a lo no, como ya observó W A G N E R en 1959.
largo de toda la sucesión o parte de ella (espo-
11.4.4.7 RELACION ENTRE FORMACIONES
ras), sino también los hallazgos - -puntuales aún
los' de situación estratigráfica imprecisa. H E R - Como ya hemos indicado, la sucesión
N A N D E Z - S A M P E L A Y O (1944), basándose carbonífera es más completa en la unidad de
en restos presentes en un nivel marino situado La Sobia-Bodón que en la de Somiedo-Corre-
a 114 m sobre la capa 4, concluyó en una cilla. Sobre la serie condensada del Carbonífe-
edad Westfaliense A para dicho nivel, y en ro inferior se dispone el conjunto Caliza de
cambio S C H M I D T (1955) lo situó en el Na- Montaña representado por las formaciones
muriense C gracias a la presencia de Paralego- Barcaliente y Valdeteja, y encima sigue la se-
ceras percostaturn. Con la fauna de Braquió- rie detrítico-calcárea conocida como Forrna-
~ O ~ OWINKLER
S, P R I N S (1968)llegó a la ción San Emiliano. La Formación Barcaliente,
conclusión de una edad Moscoviense inferior, a pesar de la escasa información cronoestrati-
probablemente Vereyense, para ejemplares de gráfica que proporciona, ha de corresponder a
la parte alta de la serie. Por lo que se refiere a un intervalo que cubre gran parte del Namu-
la flora, JONGMANS (1952) dio una amplia riense A. Efectivamente, los datos que se po-
relación de formas procedentes de distintos seen de los materiales situados en el techo de
niveles en los que se hallaba representado el Na- la formación no suelen sobrepasar el piso R,
muriense B y C, y seguramente también el de Reticuloceras.
Westfaliense A; y más tarde W AG N E R (1959) La Formación Valdeteja pertenece bási-
precisó la existencia de formas de todos estos camente al Namuriense B, pero es un hecho
pisos y además del Namuriense A. Esta data- comprobado el carácter diacrónico del techo
ción queda confirmada con el estudio de las de la formación que puede situarse a niveles
esporas realizado por N E V E S. diversos de este piso. De todos modos, tenien-
En efecto, N E V E S (1964) en su estudio do en cuenta el ritmo relativamente rápido de
de mioesporas de La Camocha reconoció una su sedimentación, este diacronismo no llega
edad Namuriense A superior para las capas con frecuencia a poderse expresar debidarnen-
más bajas, Namuriense B-C para las siguientes te desde el punto de vista paleontológico. En
situadas inmediatamente por debajo de la ca- el sinclinal de La Sobia ya hemos visto que el
pa A, Westfaliense A para la mayor parte de techo corresponde al Bashkiriense inferior, y
las restantes, e indicando la posibilidad de que lo mismo sucede en otros puntos. En algunos
las más altas (20-25) correspondiesen al West- de ellos lo muestra la fauna de la parte alta,
faliense B. Estos resultados no están en con- como en Latores cerca de Oviedo (MARTI-
tradicción con los alcanzados por BO N E T y NEZ-CHACON, 1979) que posee Proshumar-
DIJKSTRA (1955) y por L A C H K A R (1976) dites karpinskii becharensis. En otros, es la
efectuados con megasporas pertenecientes a fauna de la parte baja de la formación recu-
briente la que lo indica, como en San Emilia- riales pueden .además llegar a sustituir lateral-
no (VAN G I N K E L , 1965; W I N K L E R P R I N S , mente la propia Formación Valdeteja. En La
1968) y también en Villanueva de la Tercia, si Camocha es posible que la hayan sustituido
no incluimos en la Formación Valdeteja la totalmente, ya que en los afloramientos de
"caliza masiva" de M O O R E et al. (1971). Pe- superficie más próximos sólo parece apreciar-
ro incluso en aquellos puntos en que la For- se la existencia de la Formación Barcaliente.
mación Valdeteja está representada por un es- A poca distancia de la sección-tipo, en Oville,
pesor mínimo de materiales, como sucede en R E U T H ER (1977) señala también la desapari-
Viadangos de Arbas, en el techo aparece Reti- ción completa de la Formación Valdeteja, sus-
tes semiretia (M0 O R E et al., 1971), que indi- tituida por una serie margosa que sigue sin
ca el Namuriense B. Sólo de manera excepcio- discontinuidad a la Formación Barcaliente, y
nal, precisamente en la sección-tipo, el techo que a 100 m de su base ha proporcionado
parece alcanzar niveles más altos, ya que las Diaboloceras? sp., indicando ya el Westfalien-
últimas capas de la formación pertenecen con se A. Y lo mismo sucede en las sucesiones
seguridad al Moscoviense inferior. Es cierto presentes en toda la escama de Forcada, la
que una edad moscoviense para el techo de la estructura más interna de toda la Región de
Caliza de Montaña ya había sido establecida Pliegues y Mantos, donde la Formación Valde-
antes de manera general por D E L E P I N E (DE - teja es sustituida completamente por una serie
L E P I N E , 1943; D E L E P I N E y LLOPIS, 1956), terrígena que descansa sobre la Formación
pero en su caso se trataba de una interpreta- Barcaliente, y en cuyos materiales se ha podi-
ción errónea de los materiales como fue do localizar el límite Bashkiriense/Moscovien-
demostrado m& tarde ( J U L I V E R T1960; , se, según señala E V E R S (1967),en Tolibia de
V A N G I N K E L , 1965). Arriba. R E U T H E R (1977) indica por su parte
Debido a este diacronismo del techo de la existencia de niveles condensados sobre la
la Formación Valdeteja, los materiales que si- Formación Barcaliente, que contienen nódu-
guen en la sucesión iniciaron su depósito en los de manganeso y en los que se han hallado
distintos momentos unos de otros según el Goniatites del piso de Reticuloceras (R1 ) y
área. Así la Formación San Emiliano y las se- que deben representar la Formación Ricacabie-
ries que suponen una equivalencia mayor o 110, equivalente1 parcial de la Formación San
menor respecto a ella, como las Capas de .Vi- Emiliano, y que se manifiesta en las distintas
llanueva, la Formación La Camocha, y hasta secciones de la Región del Manto del Ponga.
incluso las Capas de Villamanín. Estos mate-
11.5 LA CUENCA CARBONIFERA CENTRAL

J. Truyols Santonja
Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo.

11.5.1 SITUACION Y CARACTERES GENERALES corresponden a la prolongación NE). Esta área


La Cuenca Carbonífera central de Astu- comprende la superficie íntegra de las Hojas
rias constituye una de las unidades estructura- del Mapa Geográfico Nacional a escala
les mejor definidas de la Cordillera Cantábri- 1:50.000, núms. 53 ("Mieres") y 78 ("Pola de
ca, situada casi totalmente en su vertiente sep- Lena"), una cuarta parte de la 79 ("Puebla de
tentrional. La forma vagamente cuadrangular Lillo") y pequeños retazos de las 29 ("Ovie-
de la Cuenca se acomoda a la disposición ge- do"), 30 ("Villaviciosa"), 52 ("Proaza"), 54
neral de la Rodilla Astúrica y se prolonga lar- ("Rioseco"), 77 ("La Plaza de Teverga"), 103
gamente por el extremo SE (ya en la vertiente ("Pola de Gordón") y 104 ("Boñar").
meridional). El conjunto está cabalgado en sus La sucesión estratigráfica recuerda par-
bordes occidental y meridional (Región de cialmente las que existen en la Región de Plie-
Pliegues y Mantos) y cabalga a su vez la uni- gues y Mantos, en especial las de la Unidad de
dad situada al este (Manto del Ponga), origi- La Sobia-Bodón, pero existen evidentes dife-
nando en su frente algunas escamas asociadas rencias locales (mayor desarrollo de los con-
(la de Laviana, especialmente) que forman glomerados, que llegan a ser muy importantes
tránsito con ella. Los materiales de que consta en algunos puntos, tipos distintos de caliza,
la serie de la Cuenca son casi exclusivamente mayor número de capas de carbón existentes,
de edad carbonífera (salvo la base estructural, etc.) y de edad de los distintos tramos compa-
visible en el borde E, que es ordovícica o cam- rables. Los materiales aparecen muy replega-
bro-ordovícica). Por el NE la cobertera meso- dos, originando estructurbs complejas que ú1-
zoica oculta los materiales de la Cuenca, cuya timamente han sido objeto de estudio (JULI-
prolongación es visible no obstante, gracias a V E R T y M A R C O S , 1973). En línbas generales
la existencia de algunos afloramientos aislados se observa la existencia de una estructura sin-
del zócalo que sobresalen por la superficie (El clinal más o menos compleja, originada por
Sueve, Viñón, etc.). interferencia de pliegues. Esta estructura po-
El Carbonífero de la Cuenca Carbonífera see un eje de dirección NE-SW, cuyo núcleo
central fue por su riqueza minera el que pri- principal se sitúa en la zona de Sama, y otro
mero fue estudiado de entre todos los que accesorio en la de El Entrego (Fig. 11.8). La
existen en la Zona Cantábrica. En la bibliogra- prolongación meridional de esta estructura de-
fía antigua, debido al escaso conocimiento del fine dos nuevos sinclinales importantes, uno
carácter estructural de esta unidad, el foco de con eje E-W siguiendo el valle del río Turón, y
atención geológica lo detentaba el sector NE, otro con eje N-S en la zona de Moreda, per-
donde se había producido durante el siglo pendicular al trazado del valle del Aller. En
XVIII el descubrimiento de las capas de car- estos sinclinales, cortados de distinta manera
bón (concejos de Langreo y Siero), por lo que por la red fluvial actual, se encuentran los
era frecuente en la época la denominación de principales niveles productivos. Sin embargo,
"Cuenca de Sama de Langreo" para indicar el con frecuencia las expresiones "cuenca del
conjunto. Nalón", "cuenca del Caudal", "cuenca del
La superficie cartográfica de la Cuenca es Aller", etc., usadas ordinariamente en el léxi-
aproximadamente de 1.300 Km2 (a cuya cifra co minero, no lo son en sentido estructural
hay que añadir 90 Km2 de afloramientos que sino tan sólo como meras expresiones geográ-
Fig. 11.8.- El área productiva de la Cuenca Carbonifera central y sus paquetes (GARCIA LOYGORRI e t al. 1971).

61
ficas de situación. La "cuenca de Quirós" en esta zona se halla separada del resto de la
cambio, si bien aparentemente muestra una Cuenca por un accidente tectónico, probable-
continuidad cartográfica en sus afloramientos mente un cabalgamiento, de dirección aproxi-
respecto de la Cuenca central, en realidad es mada NNE-SSW (la llamada "falla de La Pe-
una unidad aparte, separada por estructuras ña"), que parece jalonada por las zonas de
asociadas a la prolongación meridional del mineralización de cinabrio de La Peña (Mie-
frente cabalgante del Aramo ( A L L E R19811,
, res) y de Muñón Cimero (Pola de Lena). Las
por lo que se la ha incluido en la Región de características de la serie de este sector acon-
Pliegues y Mantos. De todos modos, el límite . sejan su individualización dentro de la Cuen-
preciso del borde SW de la Cuenca todavía no ca. G A R CIA L O YGO RRI (1974) la denomina
está bien establecido del todo. En cambio de- Unidad de Riosa-Olloniego en contraposición
be ser mantenido dentro de la Cuenca todo el con el resto de la Cuenca que llama Unidad de
sector NW de la misma, con la orla detrítica Aller-Nalón. Una estrecha banda entre ambas
que va desde Riosa a El Viso, a pesar de que constituiría quizá una tercera unidad, la de La
Justa-Aramil (Fig. 11.9).

STEPHANIENSE DE L A
FALLA DE LEON

COBERTERA MESOZOICO-
-TERCIARIA

Fig. 11.9.- La Cuenca Carbonífera central: series improductiva Y productiva

62
11.5.2 LOS MATERIALES A lo largo de la sucesión de la Cuenca se
El término más bajo de toda la sucesión presentan según G A R C I A L O Y G O R R I et al.
carbonífera de la Cuenca es la Caliza griotte o (1971), unas 65 Ó 70 capas de carbón aunque
Formación Genicera, que descansa sobre la no todas ellas son explotables (muchas de
' potente cuarcita del Arenig o sobre las piza- ellas son simples "carboneros~'). Estas capas se
rras del Llanvirn-Llandeilo. La laguna estrati- agrupan convencionalmente en conjuntos o
gráfica presente en la Región de Pliegues y paquetes que, de acuerdo con el léxico minero
Mantos, adquiere aquí una mayor amplitud y de la región, se conocen tradicionalmente co-
afecta incluso al Tournaisiense que probable- mo Caleras o Entrecalizas, Generalas, San An-
mente no llegó a sedimentarse. A la Caliza tonio, María Luisa, Sotón, Entrerregueras, So-
griotte sigue la Caliza de Montaña, como en la rriego, Modesta y Oscura (de abajo a arriba).
parte inmediata de la Región de Pliegues y Por encima del segundo de los paquetes men-
Mantos, y a eontinuación una potente serie de cionados, se sitúa un nivel detrítico importan-
carácter más o menos parálico en la que figu- te constituido por una pudinga silícea de espe-
ran pizarras, calizas y areniscas, acompañadas sor variable, que puede seguirse prácticamente
de niveles de carbón de una potencia com- por toda la Cuenca y se ha venido usando
prendida entre 0,50 y 1,80 m ( G A R C I A L O Y - como nivel guía en la cartografía (es el nivel
GOR R 1 et al., 1971). Hay que añadir además que figura designado como nivel B en el Atlas
la existencia de conglomerados de tipo diver- de A D A R O , 1926). Sin embargo, sus cambios
so, especialmente potentes en el borde NW de laterales frecuentes y su variación de espesor
la Cuenca. En total supone un espesor de ma- aconsejan una prudencia extrema en su em-
teriales del orden de los 6.000 metros. pleo para correlaciones. La mayor dominancia
En la primera mitad de la sucesión, las de la sedimentación carbonatada por debajo
calizas adquieren una mayor importancia, de este nivel respecto al resto de la serie, ha
mientras que en la parte alta quedan reducidas determinado que su presencia pueda tomarse
a capas delgadas y aún pueden llegar a desapa- como criterio habitual de separación entre los
recer en muchos tramos, sustituidas a veces Grupos de Lena y Sama. De acuerdo con ello,
por areniscas. No obstante, los niveles cqbo- los Paquetes Caleras y Generalas corresponde-
nosos están prácticamente presentes en toda rían al Grupo Lena y todos los demás al Gru-
la serie, si bien son mucho más frecuentes e po Sama. No obstante en geología minera es
importantes en la parte alta. Este hecho no más comente la consideración de dos conjun-
pasó inadvertido a los primeros geólogos que tos determinados por la presencia o no de car-
estudiaron la región, y por este motivo bones explotables. Por ello los dos paquetes
S C H U L Z (1858) dividía el Carbonífero de la últimamente indicados quedarían excluidos
Cuenca en Carbonífero pobre en la parte infe- del conjunto inferior, al que se ha llamado
rior, y Carbonífero rico en el resto, y B A - genéricamente Improductivo, y particular-
RR O 1 s (1882) establecía sus "Assises" de Le- mente A D A R O lo denominaba como reminis-
na y Sama con un alcance prácticamente equi- cencia de un término cronoestratigráfico ob-
valente. Todavía en estos Últimos años, M A R - soleto, Subhullero.
T I N E Z A L V A R E Z (1962) ha utilizado deno-
minaciones tan expresivas como Productivo 11.5.3 LA SUCESION ESTRATIGRAFICA
entrecalizas y Productivo pizarroso, que obe-
decen al mismo hecho objetivo de observa- 11.5.3.1 EL CONJUNTO IMPRODUCTIVO
ción. Unos y otros nombres designaban con- La base de la sucesión carbonífera de la
juntos de una'magnitud visiblemente superior Cuenca central puede ser observada solamente
a la de las verdaderas formaciones; por ello en el borde oriental de la misma, donde queda
muchas veces se utilizan todavía las antiguas clara la naturaleza disconforme del contacto
denominaciones de BARRO,IS, pero sólo co- con los materiales sobre los cuales se apoya
mo apelativos de grupo: así se habla de Grupo Una buena sección es la que puede seguirse en.
Lena y Grupo Sama, integrando diversas for- la zona de Villoria-Los Tomos, al sur de Pola
maciones. de Laviana y que acaba de ser estudiada por
LEY V A et d., (198313). algún nivel calcáreo en la parte alta, formando
Contrariamente a lo que sucede ordina- un conjunto de 500 m. Si bien en la forma-
riamente en la Región de Pliegues y Mantos, ción continúa el régimen marino de las forma-
los materiales más bajos de la serie no son ni ciones anteriores, en ella comparecen las pri-
la Formación Baleas ni la Formación Vega- meras capas de carbón (7 u 8 en total). Se
mián, que no se hallan presentes, sino la Cali- trata de capas muy delgadas que muestran no
za griotte o Formación Genicera. La Caliza obstante la presencia de suelos de vegetación,
griotte presenta aquí un espesor de 28 m y que denuncian la aparición tímida de los pri-
muestra de manera regular las características meros depósitos continentales.
litoestratigráficas que existen en las secciones Un carácter parecido posee la Formación
atrás indicadas. Encima de ella existen más de Tendeyón (Paquete Tendeyón), con presencia
260 m de calizas oscuras, fétidas y con fre- de niveles calcáreos y constituido por 900 rr,
cuencia laminadas, propias de la parte de la de pizarras que llevan intercaladas algunos
Caliza de Montaña conocida como Formación bancos de arenisca o de cuarcita de pequeño
Barcaliente. espesor. La aparición de una de ellas muy ca-
Un cambio importante se efectúa en el racterística, la Cuarcita de la Ciuz, por encima
techo, ya que la sucesión carbonatada pasa a de la cual se encuentran ya las primeras capas
ser pizarrosa, en una serie de 440 m de espe- explotables de carbón, se toma como punto
sor. Esta serie monótona, interrumpida sólo de partida para señalar el comienzo del primer
hacia el techo por intercalaciones de algunas paquete productivo de la Cuenca.
capas de arenisca no superiores a los 10 m, De la base de la serie carbonífera hasta la
constituye la Formación Fresnedo (o Paquete Formación Tendeyón incluída, el espesor se
F'resnedo, siguiendo la nomenclatura de G A R - sitúa alrededor de los 3.000 m, con materiales
CIA L O Y G O R R I et al., 1971). La ausencia de de carácter marino que sólo en la Formación
la Formación Valdeteja en el borde oriental Llanón manifiestan la existencia de muy bre-
de la Cuenca plantea la posibilidad de que su ves episodios de depósito continental. A esta
depósito corresponda quizá a la parte infe- serie (el Improductivo de M A R T IN E Z A L V A -
rior de lo que aquí se ha sedimentado como R E Z 1962 y del léxico minero) siguen, con un
Formación Fresnedo, pero son prácticamente espesor parecido, el conjunto de paquetes res-
nulos los datos paleontológicos que pudieran tantes de la Cuenca que contienen todos los
apoyar esta suposición. tramos de origen continental que poseen ca-
A la Formación Fresnedo sigue en la pas de carbón más o menos explotable. Para
sucesión una masa calcárea importante, de 8 5 su descripción, ya que no es posible realizarla
m de potencia, la llamada Caliza de Peña Re- localmente en la serie de Villoria-Los Tomos,
donda ( G A R C I A L O Y G O R R I et al. (1971), seguiremos la sucesión que de manera genera-
de aspecto masivo que, si bien aquí aparece en lizada fue suministrada por G A R CIA L O Y -
dos bandas separadas por una masa pizarrosa G O R R i y colaboradores en sus investigaciones
de 1 5 m, en puntos cercanos se resuelve en un entre 1967 y 1974 ( G A R C I A L O Y G O R R I et
paquete único en el que las pizarras han desa- al., 1971; G A R C I A L O Y G O R R I 1974; F E Y S
parecido por acuñamiento. A esta caliza sigue et al., 1974).
un conjunto de pizarras que alternan con 5 ó
11.5.3.2 EL CONJUNTO PRODUCTIVO
6 bancos calcáreos de pequeño espesor. La se-
rie integrada por la Caliza de Peña Redonda y Los nombres de los paquetes de la serie
las pizarras con bandas calcáreas, y que posee productiva fueron establecidos en su mayor
un espesor de 760 m, constituye la Formación parte durante el siglo pasado o principios del
Levinco (Paquete Levinco de G A R CIA L O Y - actual en las explotaciones del valle del Nalón,
G O R R I et d., 1971). e introducidos en la literatura geológica por
La Formación Llanón (Paquete Llanón), A D A R O y otros autores. De abajo a arriba
que sigue a la Formación Levinco, empieza estos paquetes son: Caleras (o Calizas), Gene-
con una. micropydinga, y está esencialmente ralas, San Antonio, María Luisa, Sotón, Entre-
consGtuída por pizarras y areniscas con sólo rregueras, Sorriego, Modesta y Oscura. G AR -
CIA L O Y G O R R I et al., (1971) utilizaron el de unos 300 m de espesor, caracterizado por
término de paquete en una acepción más la frecuencia de los niveles detriticos. Por en-
amplia, asimilándolos al sentido de formación cima de la pudinga anterior aparece un primer
al incluir en ellos no sólo los niveles carbono- nivel carbonoso explotable y a él sigue una
sos y depósitos asociados, sino también los serie marina importante (120 m) y un segun-
estériles intermedios. Las cuatro formaciones do conglomerado siliceo ("Pudinga de San
indicadas anteriormente en el conjunto impro- Antonio" o "Segunda pudinga"), que puede
ductivo, Fresnedo, Levinco, Llanón y Tende- ser más potente que el anterior aunque menos
yón, figuran tambien en la sucesión dada por constante. Encima aparece otro nivel carbono-
G A R C I A L O Y G O R R I et al.,(1971) con la so seguido de una nueva serie marina que ter-
consideración de paquetes. mina en una arenisca de 50 m de espesor (la
La composición litológica que se indica a Arenisca de La Voz) que en realidad es una
continuación para cada paquete representa micropudinga, y que constituye el muro del
tan sólo una característica general del mismo, paquete siguiente. El carácter marino del pa-
ya que la mayor parte de ellos manifiestan quete se acentúa hacia el S y SE en donde
cambios laterales más o menos importantes en llega a desaparecer totalmente la Pudinga de
sus elementos constitutivos. El estudio de San Antonio a la altura de la Mina Las Herma-
G A R CIA LO Y G OR R I y colaboradores se nas ( F E Y S et al., 1974).
efectuó utilizando datos de superficie y del El Paquete María Luisa supone el inicio
interior de las minas. Actualmente gracias a la de una etapa de mayor predominio relativo de
existencia de explotaciones a cielo abierto es los tramos continentales, que pueden llegar a
posible efectuar estudios más precisos para va- representar casi el 50 por ciento de la serie
nos de los paquetes productivos. superior. Este paquete, cuyo espesor es de
El Paquete Caleras (llamado también Ca- unos 300 m, posee junto al que le sigue, la
lizas o Entrecalizas) es el primero de la serie máxima densidad de capas de carbón explota-
productiva, y posee un espesor medio de 300 das. Sobre la Arenisca de La Voz existe una
m. Los materiales que lo constituyen se depo- serie continental con varias capas de carbón, a
sitaron en medio marino, si bien figuran entre la que sigue un nivel marino de 40 m que
ellos intercaladas entre calizas algunas capas termina en un potente tramo continental,
de carbón, dos o tres de las cuales son explo- quizá el mayor de toda la cuenca (85 a 120
tables. Algunas de estas bandas calcáreas pare- m), con 7 a 1 0 capas de carbón. Un nuevo
cen tener una cierta continuidad lateral en un nivel marino de 30 m es seguido por otro tra-
área considerable de la cuenca. La más alta de mo continental de análogo espesor con algu-
ellas, la Caliza de la Torda, forma el techo de nas capas de carbón, que a su vez es sustituido
la formación. por otro nivel marino. El carácter cíclico de la
El Paquete Generalas, de un espesor de sedimentación aparece pues netamente defini-
250 a 320 m, si bien en su mayor parte está do en este paquete.
constituido por sedimentos marinos, pizarras El Paquete Sotón es el más complejo por
y calizas principalemente, presenta en su parte los frecuentes cambios que presenta a lo largo
media bancos de arenisca de unos 45 m de de su depósito, con alternancia regular de sus
espesor con varios niveles carbonosos explota- materiales. Posee un espesor de unos 400 m y
dos ( F E Y S et al. 1974). El conjunto posee en el número de capas explotables de carbón os-
el techo un conglomerado silíceo con matriz cila entre 1 3 y 19. Empieza con un tramo
arenosa (la llamada "Pudinga de Las Genera- continental, que en algunos puntos puede al-
las" o "Primera pudinga"), que en la parte canzar 80 m, con varias capas de carbón, y es
occidental de la cuenca puede alcanzar hasta seguido por dos ciclos en los cuales los tramos
35 m de espesor ( G A R C I A L O Y G O R R I et al., marinos, de bastante espesor, concluyen en ni-
1971), pero que se acuña hacia el S y SE, veles continentales provistos de numerosas ca-
disminuyendo asimismo el tamaño de los can- pas de carbón. En la parte superior las alter-
tos. nancia~son más rápidas, y en el Último nivel
A este paquete sigue el de San Antonio, continental se localizó (G A R C IA LO Y G O R R 1
et al., 1971) el primer tonstein hallado en la F E Y S et al., (1974), la implantación futura de
cuenca. Se trata del tonstein Lozanita, de 2 lasedimentación fluvial-límnicaquecaracteriza
cm de espesor, observable en varias explota- la mayoría de las cuencas periféricas, posterio-
ciones (Pozos Mosquitera, Pumarabule, Sotón, res a la discordancia astúrica.
María Luisa, Venturo, Polio y Mina Baltasa-
ra), y que constituye un excelente nivel guía
para el establecimiento de correlaciones. 11.5.3.3 PROBLEMAS DE CORRELACION
Al Paquete Sotón sigue el Paquete Entre- La descripción anterior nos muestra que
rregueras, de unos 340 m de espesor. La parte la serie carbonífera presente en la Cuenca po-
inicial del paquete está constituida por 150 m see naturaleza marina en su primera mitad,
de sedimentos marinos en cuya base se en- con muy débil incidencia de influjos del conti-
cuentra una delgada capa calcárea que consti- nente. Esta situación cambia más tarde, pasan-
tuye su punto de partida: la Caliza de Entre- do la serie a ser parálica, con tramos más o
rregueras. Esta serie termina con areniscas que menos importantes de naturaleza continental.
constituyen un tramo continental. Un segun- El 1 5 por ciento de toda la sucesión posee
do ciclo con sedimentación marina termina este carácter, pero la proporción aumenta si
con un tramo continental de 55 m que posee consideramos solamente el conjunto que abar-
varias capas de carbón explotable. Un tercer ca los paquetes productivos a partir de María
nivel marino concluye con la presencia de Luisa, adquiriendo un valor del 33 por ciento.
bancos de un conglomerado calcáreo irregular- Algunos paquetes, como María Luisa y el con-
mente dispuesto. Son las llamadas "gonfoli- junto Modesta-Oscura, presentan un máximo
tas", de las que se presentan hasta cuatro nive- de sedimentación continental.
les separados. Sin embargo, la sucesión descrita repre-
El Paquete Sorriego, de unos 325 m de senta tan sólo la de una serie ideal, compuesta
esperos, presenta características semejantes a a partir de muchas observaciones locales efec-
las del paquete anterior, con un solo ciclo en el tuadas en superficie (valle del Aller en particu-
que existen varias capas de carbón en la parte lar) o en el interior de galerías de minas, por
alta del mismo así como varios niveles de gon- G A R C I A L O Y G O R R I et d. (1971); G A R -
folitas irregularmente distribuidas. C I A LOYGORRI (1974); F E Y S et d.
Los últimos paquetes de la serie, presen- (1974). Como sucesión compuesta, es fácil
tes sólo en el núcleo de los sinclinales de Sama comprender que puede llegar a diferir de ma-
y El Entrego, son los denominados Modesta y nera notable de un extremo a otro de la cuen-
Oscura. La sucesión empieza con tramos de ca. Así sucede realmente y los cambios latera-
sedimentos marinos, si bien con algunos bre- les llegan a ser importantes. Los bancos calcá-
ves episodios de origen continental en los que reos, por ejemplo, son mucho más considera-
se presentan sendas capas de carbón. A esta bles en el borde oriental que hacia el oeste, y
serie sigue una alternancia de niveles marinos entre ellos la Caliza de Peña Redonda no apa-
y continentales en los que hay varias capas rece nunca individualizada en el borde occi-
explotables de carbón. Los tramos continenta- dental, de manera que hay que suponer que
les están asociados a diversos bancos de gonfo- en esta parte dicha caliza se ha resuelto en
litas, que según A D A R O (1926) llegan a un varios bancos calcáreos de menor potencia in-
total de siete. Uno de estos bancos, el de ma- terestratificados con materiales pizarrosos. El
yor espesor (20 m), se toma convencional- hecho de que no se siga cartográficamente la
mente como separación entre los paquetes prolongación hacia el oeste de esta caliza, pro-
Modesta y Oscura. El primero posee un espe- longación seguramente cubierta por el cabal-
sor de 280 m y el segundo de 180 como míni- gamiento del borde meridional de la Cuenca,
mo. En ellos los niveles de origen marino re- hace esta suposición especulativa aunque pro-
presentan algo menos de la mitad del espesor bable. Asimismo areniscas y conglomerados
total. La dominancia del régimen continental de diverso tipo presentan cambios laterales de
en el extremo más alto de la sucesión sedi- importancia, siendo más potentes hacia el oes-
mentaria de la cuenca parece preludiar, según te y noroeste; en dirección opuesta l& pudin-
gas pasan generalmente a micropudingas y a aceptado por FEY S et al., (1974), que lo han
areniscas y hasta pueden llegar casi a desapare- atribuído a materiales pertenecientes al Pa-
cer. Todo esto indica claramente que el mar quete Somego.
abierto se extendía hacia el oriente y.que el Ya que el método paleontológico ordina-
área fuente de los materiales detríticos prove- rio resulta poco apropiado en una sucesión
nía del norte o noroeste. como ésta de sedimentación rápida, en la que
El problema del establecimiento de co- el intervalo entre el depósito de niveles sucesi-
rrelaciones precisas entre secciones diversas de, vos que pueden ser comparados es demasiado
la Cuenca no es siempre fácil debido a estos corto como para que se observen diferencias
cambios, que algunas veces introducen errores significativas en la evolución de los taxones,
en la definición de los paquetes. Incluso la B L E S S (1971) propone la utilización de mé-
misma identificación de un paquete presenta a todos paleoecológicos complementando la
veces problemas si la sucesión aparece afecta- comparación de los ritmos reconocidos por él.
da por algún accidente tectónico. Una correla- En este sentido resulta ilustrativo el estudio
ción de carácter litológico puede ser estableci- efectuado por V A N AMEROM et d. (1970)
da siempre que exista una cierta continuidad atendiendo a las comunidades que pueden es-
lateral en un nivel determinado que, sin em- tablecerse con el estudio de las asociaciones
bargo puede no corresponder necesariamente obtenidas con la macro y la microfauna; estas
con el trazado de una isócrona. Afortunada- comunidades biológicas resultan ser caracte-
mente la existencia de un tonstein (el tonstein rísticas de medios concretos, cuyo reconoci-
Lozanita, en la parte más alta del Paquete So- miento permite el establecimiento de correla-
tón), pudo ser aprovechada por F E Y S et al. ciones entre secciones distintas.
(1974) como nivel guía eficaz para poder si-
tuar debidamente varias seccciones de la
Cuenca; Dara otras en las que no se alcanzaba 11.5-4 LA EDAD DE LA SUCESroN
el paquete Sotón, la correspondencia se hizo
atendiendo primordialmente a los caracteres 11.5.4.1. ANTECEDENTES CRONOESTRATIGRA-
litológicos, entre ellos la presencia constante FICOS
de algún nivel como la Caliza de Torala, la La sucesión carbonífera de la Cuenca
Pudinga de Las Generalas o la Arenisca de La Central posee un rico contenido paleontológi-
Voz (fig. 11.10). El establecimiento de un tipo co, lo mismo en sus tramos marinos, que su-
particular de ciclo sedimentario para cada pa- ponen la mayor parte de la serie, que en los
quete, como reflejo de las oscilaciones cortica- continentales. Sin embargo, la falta de estudios
les existentes en esta área, permitió su identi- sistemáticos completos de los diversos grupos
ficación en muchos casos, aun con presencia taxonómicos presentes no permite todavía co-
de materiales distintos. Una aplicación pareci- nocer con seguridad la edad precisa de los dis-
da efectuada de manera independiente, permi- tintos tramos de la sucesión.
tió a B L E s s (1969, 1971) el establecimiento El primer dato paleontológico que se po-
de correlaciones, si bien con resultados no see sobre la Cuenca procede de B R O N G -
siempre coincidentes con los obtenidos por N IA RT (1828), que mencionaba la existencia
F E Y s et al., (1974). B L E S S estableció la exis- de Pecopteris dentata en Sama de Langreo.
tencia de ciclotemas, a los que se superponen Pero el conocimiento del contenido fosilífero
ritmos de mayor escala o megarritmos, e in- de los tramos de la serie arranca en realidad de
tentó con ellos la comparación con otras se- PAILLETTE y V E R N E U I L (1846) y de
ries de los valles del Nalón y Caudal y del SCH ULZ (1858), que citaron las primeras fau-
extremo NE de la Cuenca (BLEsS 1971; V A N nas marinas del tramo de Lena (y hasta la
AMEROM et al., 1970) (fig. 11.11). Estas in- existencia en él de Fusulinas). No obstante,
vestigaciones le llevaron a reconocer un nuevo apenas si pudo sacarse partido de estos datos
paquete productivo por encima de Oscura porque en la época no se habían establecido
(Pozo Mosquitera), que llamó Paquete Sorpre- todavía los criterios de división del Sistema
sa ( B L E S S 1968) que, no obstante, no ha sido Carbonífero. Fue un cuarto de siglo más tarde
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determinado por la presen-


cia del tonstein "lozani-
ta". En la izquierda figuni
una columna de síntesis.
del Carbonífero producti-
vo de la Cuenca (FEYS et
al. 1974).
cuando B A R R O 1s (1882) llegó a la conclu-
sión de que la parte baja de la serie, incluyen-
do la Caliza de Montaña, pertenecía al Carbo-
nífero inferior. Gracias a los datos de la flora
fósil proporcionados por G R A N D ' E U R Y
(1877a, b, 1881) y Z E I L L E R (1882) en rela-
ción con las investigaciones de B A R R O 1s , que
se pudo conocer que la serie productiva,
especialmente el tramo de Sama, pertenecía al
Hullero medio, es decir, .al Westfaliense. z E I -
L L E R (1882) precisó más la edad, introdu-
ciendo las divisiones de Inframedio, Medis
s.str. y Suprarnedio. Esta división fue adopta-
da por los ingenieros que trabajaban en las
explotaciones mineras de la Cuenca, en parti-
cular por A D A R O , y de acuerdo con ella se
situaron cronoestratigráficamente los paque-
tes productivos de la misma. La distribución
generalmente aceptada era la siguiente (A N O -
N I M O 1949):
Tramo superior:
Paquete Oscura
Paquete Modesta
Tramo medio:
Supram edio:
Paquete Sorriego
Paquete Entrerregueras
Medio S str:
Paquete Sotón
Paquete María Luisa
Inf ra m edio:
Paquete San Antonio
Tramo inferior:
Paquete Generalas
Subhuiiero:
Paquete Caleras (e inferiores)
La edad de estos tramos sería la siguien-
te: Dinailtiense para el Subhullero (incluyen-
do la Caliza de Montaña y la Caliza Griotte) y
Westfaliense para el resto, si bien A D A R O
(1914) sospechaba que 10; tramos más altos
@ Paquetes @ Subtramos @ Msparitmor con,
de los sinclinales de Sama y El Entrego eran ya
niveles de influmcm
marina.
del Stephaniense.
Capa de carbbn Los estudios de D E L E P I N E (1943) sobre

Flg. 11.11.-
Ritmos sin influencia marina

Ritmos can inflwncio marina


El
e.:
.o.:
.G...'.
'
Calizas
:,eConglomerados

Megarritmos y subtramos en los paquetes produo-


la fauna marina üe la Cuenca determinaron un
notable progreso en el conocimiento de su
cronoestratigrafía. La Caliza griotte debía co-
locarseenel Viseense superior,la Caliza de Mon-
de la Cuenca Carboníferacentral (BLESS1971). taña en el Namuriense, excepto en su parte más
alta que pasaba a la base del Moscoviense infe- viamente para áreas ,vecinas y cuya aplicación
rior. El límite Westfaliense B-C pasaría por la a la Cuenca podía parecer razonable (véase lo
parte baja del Paquete Generalas, ya que en indicado en la Región de Pliegues y Mantos).
estos niveles se encontraron Goniatites que La Formación Genicera (Caliza griotte) com-
existen asimismo en el tramo de Aegir en el N prende todo el Viseense y sus tramos más al-
de Europa. Pero a su vez, las Fusulinas presen- tos pertenecen ya a la base del Namuriense.
tes en las mismas capas indicarían en términos La Caliza de Montaña es de edad namuriense,
rusos una edad Myachkoviense, lo cual suponía y siendo con frecuencia el techo diacrónico la
una aportación notable (aunque incierta) al edad de su capas más altas experimenta varia-
establecimiento de una correspondencia entre ciones, alcanzando ordinariamente como má-
dos escalas cronoestratigráficas. ximo el Namuriense B.
Junto con aportaciones puntuales de me- La macroflora. Durante la campaña efec-
nor cuantía, la única contribución cronoestra- tuada por la Empresa Nacional A D A R O entre
tigráfica importante anterior a 1970 es la que 1967 y 1974 se recogió una flora bastante
procede de J o N G M A N S y. colaboradores en importante, cuyo estudio permitió llegar a
su revisión del contenido florístico del Carbo- conclusiones que fueron previamente estable-
nífero español (JONGMANS1951, 1952; cidas por G A R C I A L O Y G O R R I et d. (1971)
JONGMANS y W A G N E R 1957; D I J K S T R A y desarrolladas más tarde por CA R I D E et al.
1955). JONGMANS consideraba la flora de (1973). No todos los paquetes pudieron sumi-
Caleras como del Westfaliense B y la de San nistrar flora clasificable, y así no pudieron es-
Antonio como del Westfaliense C. Los demás tudiarse desde este punto de vista los breves
paquetes pertenecerían al Westfaliense D, sal- episodios continentales de los paquetes impro-
vo Oscura o parte de él que habría que atri- ductivos. Los paquetes más ricos en flora re-
buir al Stephaniense inferior. sultaron ser María Luisa y Sotón, pero todos
los demás proporcionaron también elementos
que pudieron determinarse.
11.5.4.2 ANALISIS DE LOS DATOS Según C A R I D E et al. (1973), los prime-
Este era el estado de la cuestión de la ros paquetes productivos poseen flora perte-
edad del Carbonífero de la Cuenca central neciente al Westfaliense C, con Pecopteris mil-
cuando la Empresa Nacional AD A R O empren- t ~ n iSphenophyllum
, cuneifolium, Neuropteris
dió en 1967 el estudio de conjunto de la suce- tenuifolia, Mariopteris nervosa, etc. Estos ele-
sión estratigráfica. La datación de los paque- mentos figuran en Caleras, Generalas y San
tes según el equipo dirigido por G A R C I A Antonio, aunque la flora de los dos últimos
L O Y G O R R I , se basó especialmente en la in- paquetes es más bien escasa. Esta atribución
formación que podía suministrar la macroflo- coincidía aproximadamente con la de JONG -
ra y la microflora para los tramos continenta- M A N S (1951), salvo por lo que se refiere al
les y la rnicrofauna para los marinos. La ma- Paquete Caleras que este autor colocaba toda-
croflora fue estudiada por F E Y S y G R E B E R , vía en el Westfaliense B. A partir del Paquete
la microflora por C H A T E A U N E U F y la mi- María Luisa hace su aparición Neuropteris
crofauna por M A R T I N E Z D I A Z . En cambio ovata, con lo que es posible marcar el comien-
se puso menos énfasis en la macrofauna, que zo convencional del Westfaliense D, aunque
en su conjunto se halla todavía por estudiar, si en sus primeros niveles coexiste con Sphenop-
bien se utilizó la información procedente de teris rotundifolia, típica del Westfaliense C.
autores anteriores (DELEPINE 1943; H E R - Por lo que se refiere a los paquetes altos, C A -
N A N D E Z S A M P E L A Y O 1944; B L E S S 1968; R I D E et al. (1973) indican que la flora pre-
V A N A M E R O M et d. 1970, &C.) y la deter- sente parece evolucionar de manera continua-
minada expresamente para este proyecto por da sin cambios importantes, de tal modo que
CARIDE. quizá para Modesta y Oscura podría admitir-
Estas investigaciones no afectaron pro- se una edad Stephaniense inferior, como ya
piamente a los tramos más bajos de la suce- sospechaba A D A R O (1914, 1926). En esta
sión, cuya edad había sido establecida ya pre- consideración tampoco existe discrepancia
respecto a la postura de J O N G M A N S (1951), ca proceden de DIJKSTR A (1955) y corres-
que consideraba que en Oscura se produciría ponden a un estudio de megasporas obtenidas
probablemente el paso al Stephaniense infe- el1 los materiales investigados por JO N G -
rior. M A N S . Los resultados fueron prácticamente
La presencia de Alethopteris bohemica coincidentes con los obtenidos por este últi-
en los Paquetes Sorriego y Modesta, y la de mo autor basándose en la macroflora. En la
Pseudomariopteris ribeyroni en Modesta y campaña realizada por la Empresa Nacional
además con cierta abundancia, plantea la posi- A D A R O fueron recogidas muestras que estu-
bilidad, según C A R I D E et al., (1973) de que dió C H A T E A U N E U F (1973) en su contenido
la edad de estos paquetes superiores pueda ho- de mioesporas. Según este autor, en la Cuenca
mologarse con el Cantabriense inferior, tal co- central pueden establecerse hasta cuatro zonas
mo fue establecido por W A G N E R en 1969. sucesivas de mioesporas, que son comparables
Sin embargo, datos más recientes invitan a con las existentes en la cuenca del Sarre-Lore-
una revisión de estas conclusiones. Investiga- na. La primera zona, con Vestispora cf. laevi-
ciones efectuadas por L A V E I N E (1977) han gata, se halla presente en el Paquete Caleras y
introducido dudas sobre la existencia de un según él debe corresponder al Westfaliense C
Stephaniense en la Cuenca Carbonífera cen- superior. La segunda, con Triquitrites magnifi-
tral. Una flora encontrada en Pajomal, en la cus, se encuentra en los paquetes Generalas y
parte más alta de la serie (sinclinal de Sama), San Antonio, y tal vez en la base de María
parece ser todavía Westfaliense D. Esta flora Luisa; la tercera, con Schopfites cristatus y
ha sido determinada por L A V E I N E y W A G - Verrucosisporites d~nsiverrucosus, en parte
N E R , y por comparación con asociaciones de de María Luisa, en Sotón y en Entrerregueras.
la cuenca de Lorena parece más antigua que la Ambas zonas corresponderían al Westfaliense
existente en el Westfaliense D superior. Ya D (inferior la primera, superior la segunda).
WA GN ER había manifestado reiteradamente La cuarta zona, con Punctatisporites asturien-
(1959, 1965, 1970, 1971) sus dudas sobre la sis, que empezaría en Sorriego y que conti-
posible edad stephaniense de los niveles más nuaría en los paquetes más altos, Modesta y
altos de la Cuenca Carbonífera central. Según Oscura, indicaría el Stephaniense inferior.
este autor (W AG N E R , com. pers.), uno de los El límite Westfaliense C/Westfaliense D
elementos paleontológicos que apuntarían a la se colocaría por lo tanto según él, entre Cale-
edad stephaniense, Alethopteris bohemica, ci- ras y Generalas y el límite Westfaliense /Ste-
tado de los paquetes superiores, comesponde- phaniense inferior, dentro de Sorriego. Sin em-
ría en realidad a una especie distinta por error bargo, G A R C I A L O Y G O R R I (1974) ha ob-
de determinación. servado que las muestras que C H A T E A U -
Por otra parte, las investigaciones de L A - N E U F considera como procedentes del Paque-
V E IN E (1977) introducen asimismo modifi- te Sorriego pertenecen en realidad al Paquete
caciones en cuanto a la edad de los paquetes Entrerregueras, dada su posición respecto al
más bajos de la serie productiva. En efecto, las tonstein Lozanita. Si ello fuese realmente cier-
recolecciones de este autor han mostrado la to, el límite inferior del Stephaniense tal como
presencia de Neuropteris ovata muy por deba- lo estableció c H A T E A U N E U F quedaría Sensi-
jo de donde se sospechaba anteriormente, en blemente modificado al bajar hasta el Paquete
el Paquete Caleras. Esta especie, que se ha en- Entrerregueras y situarse tal vez junto a la
contrado asociada a Linopteris obliqua bun bu- aparición de la primera gonfolita.
rii, haría bajar hasta dicho paquete el límite Las conclusiones de C H A T E A U N E U F
Westfaliense C/Westfaliense D. Y aún más, ele- han sido recientemente criticadas por DIEZ y
mentos de la flora de Neuropteris ovata exis- C R A M E R (1979), que han estudiado el conte-
ten incluso en la parte alta del Paquete Tende- nido palinológico de los paquetes Sorriego y
yón, lo que sugiere que quizá es a partir de él Modesta. En su trabajo llegan a la conclusión
cuando empieza realmente el Westfaliense D. de que la fracción stephaniense de la serie de la
La microflora. Los primeros datos pali- Cuenca ha de ser bastante más reducida de lo
nológicos referidos al Carbonífero de la Cuen- que opinaba CH A T E A U N E U F , ya que sólo
manifiestan una edad propiamente ste~hanien- na hispanica (= Fusulina cyl indrica h ispanica)
se las mioesporas de la Capa Balbina, en la en la parte baja del Paquete Generalas. El
parte alta del Paquete Modesta. Esta opinión 1ím i t e Po dolskiense-Myachkoviense puede
supondría una postura menos alejada que la quizá colocarse según él en la base del Paquete
de C H A T E A U N E U F respecto a los datos pro- Modesta, con motivo del hallazgo de una nue-
porcionados por la macroflora. va fusulina en estos tramos altos.
La microfauna. El estudio de la rnicro- Por lo que se refiere a la fauna de Ostrá-
fauna de Foraminíferos efectuada por M A R - codos, poca información cronoestratigráfica
T I N E Z D I A Z ( M A R T I N E Z D I A Z , 1970a, b; pueden aportar realmente, ya que algunas de
G A R C I A L O Y G O R R I , 1974; F E Y S et d., las formas que en el norte de Europa se hallan
1974), proporcionó datos hasta cierto punto en el tramo marino de paso entre el Westfa-
discrepantes con los suministrados por los fó- liense B y C, aquí se presentan indiferente-
siles vegetales. De una sección de la Caliza de mente a lo largo de la mayoría de los paquetes
Peña Redonda en Entrepeñas (valle de Aller), productivos ( B L E S S , 1968; V A N A M E R O M
M A R T I N E Z D I A Z (1970a) citó la presencia et al., 1970). Su principal valor es como ele-
de microfauna en distintos niveles con Endo- mentos con significación paleoecológica.
thyra ex gr. spirilliniformis, Archaed iscus aff. La macrofauna. Los Braquiópodos figu-
variabilis y Profusulinella sp., que indicarían ran entre los elementos más abundantes de la
el Westfaliense A. Determinaciones del mismo macrofauna del Carbonífero de la Cuenca.
autor (según G A R C I A L O Y G O R R I . 1974) F E Y S et al. (1974) se limitaron a dar una
mostrarían la aparición de Pseudostaffella ex relación de las formas presentes en los tramos
gr. subquadrata algo por encima de la Caliza marinos de cada paquete sin especular dema-
de Peña Redonda, revelando el paso al Westfa- siado sobre su validez como aportadores de
liense B. No obstante, aún dentro del mismo información cronoestratigráfica. Las formas
Paquete Levinco, el hallazgo de Fusulina ex citadas a partir del Paquete Caleras dan con-
gr. triangula y de Aljutovella sp. en sus capas juntos atribuibles al Moscoviense sin más pre-
más altas, podría indicar incluso el comienzo cisión. No obstante deben ser tenidos en cuen-
del Westfaliense C. Este piso parece estar pre- ta los datos de V A N AM E R OM et al. (1970),
sente en el Paquete Tendeyón con Fusulinella según los cuales la fauna de Caleras debe per-
sp., pero ya en el techo del mismo empiezan a tenecer a un Podolskiense por la presencia de
concurrir formas atribuibles al Westfaliense D. formas que W I N K L E R PR IN S colocaba den-
Para M A R T I N E Z D I A Z , los hallazgos practi- tro de su zona de Kozlowskia-Karavanhina.
cados en los diversos paquetes del conjunto De esta misma edad serían los elementos exis-
productivo dan siempre formas que pertene- tentes en los paquetes Generalas, San Antonio
cen al Westfaliense D, si bien la datación se y María Luisa (Rugosochonetes acutus, Can-
refiere al conjunto de formas encontradas más crinella craigmarkensis, aunque su rango es in-
que a cada una de ellas. De acuerdo con estos suficientemente conocido). En cambio la pre-
datos expresados en términos de la escala ma- sencia de Antiquatonia cf. crassicostata y A .
rina, la Caliza de Peña Redonda poseería una portlockiana, formas del Misuriense, en el Pa-
edad equivalente al Bashkiriense superior, co- quete Modesta, podría constituir un indicio a
menzando el Moscoviense en el mismo Paque- favor de su pertenencia al Carbonífero supe-
te Levinco. Los demás paquetes del conjunto rior.
improductivo pertenecerían al Moscoviense La fauna de Gasterópodos y Lamelibran-
inferior probablemente y el límite con el su- quios es abundante en la Cuenca pero poco
perior se situaría tal vez algo por debajo del significativa desde el punto de vista cronoes-
Paquete Caleras. tratigráfico, y por otra parte los datos disponi-
Datos proporcionados por V A N G I N - bles son escasos hasta el presente. Más interés
K E L (1973) modificarían esta consideración poseen los Cefalópodos, si bien aparecen con
en el sentido de que él coloca el límite entre mucha menos frecuencia. No deben olvidarse
el Kashiriense y el Podolskiense un poco más las citas de D E L E P I N E (1943) procedentes de
alto, atendiendo a la presencia de Hemifusuli- la zona de Lieres, en donde citó la existencia
de Anthracoceras cambriense y Homoceratoi-
des kitchini por debajo de las capas inferiores
de Generalas (Caleras? ), y algo más arriba la
de Metacoceras postcostatum. Estas formas se
han encontrado en el horizonte marino de
Rimbert-Aegir-Petit Buisson del norte de Eu-
ropa, situado entre el Westfaliense B y C. Pero
dado que este horizonte supone una intercala-
ción breve en una serie continental, la signifi-
cación de su presencia en la Cuenca es insufi-
ciente desde el punto de vista de la edad.
Otras citas comparables en diversos puntos de
la Cuenca se deben a H E R N A N D E Z S A M P E -
L A Y O (1.944,1946).
En resumen, los resultados a que se llega
analizando los datos de flora y fauna obteni-
dos en 1970 se contradicen en parte, pero los
datos aportados por L A V E I N E (1977) contri-
buyen a clarificar la cuestión (Fig. 11.12). An- Caliza de lo Suc
Cuartito La Cruz
tes de esta aportación parecía claro que con
base a la macroflora no podía sostenerse que
el límite inferior del Westfaliense D estuviese
situado más abajo que dentro del Paquete Ma-
ría Luisa. En ello C A R I D E et al. (1973) se
atenían al criterio propuesto en Heerlen en
1935 de fijarlo con la primera aparición de
Neuropteris ovata. La macroflora de los pa-
quetes situados inmediatamente por debajo,
Generalas y San Antonio, era escasa y poco ex-
presiva, por lo que podía existir un margen
razonable de duda sobre la edad de los mis-
mos. En cambio sí las esporas de estos paque-
tes parecían indicar ya una edad Westfaliense
D. De lo que no había duda a partir de los
datos paleobotánicos (en contradicción con la
microfauna) era de la edad del Paquete Cale-
ras, atribuido ya al Westfaliense C. Con la con-
tribución de L A V E I N E (1977) se ha realizado
una considerable rectificación de edad, ya que
la presencia de Neuropteris ovata no sólo se
ha establecido en el Paquete Caleras sino que ----e Bonco de colizo de pot*ncia C IOm

es altamente probable que existiese también


en el Tendeyón. Incluso el propio L A V E I N E
6 Paqu.t# oon COPOS da corbdn poco explotados

(1977) cita en Caleras algunos elementos mi- Paquete con capas de carbdn muy explotadas

croflorísticos que apoyan sus conclusiones. Nivel preferentemente marino oon o sin intercalaciones

La existencia de tramos de edadstepha-


niense parecía probable con los datos existen-
'Ih continentolos ospwddicas
Nivel continental

Fig. 11.12.- La sucesión estratigráfica del Carbonífero de la


tes en 1973. La macroflora parecía indicar la Cuenca Carbonífera central de Asturias Y la
edad stephaniense para los paquetes Modesta y edad de los diversos tramos, a partir de los datos
suministrados por la macro Y la microflora Y
Oscura (CAR I D E et al. 1973), mientras que por la microfauna (GARCIA LOYGORRI 1973.
la microflora hacía descender el límite infe- simplificada).
rior del Stephaniense hasta Sorriego (C H A S E - ministrada por los Cefalópodos, por lo demás
A U N E U F , 1973) o incluso, de ser ciertas las tan escasos. Las formas citadas por D E L E P I -
atribuciones de G A R C I A - L O Y G O R R I (1974) N E (1943) sólo indican una correspondencia
de determinados materiales estudiados por con el nivel marino de Aegir. con lo que dado
CH A T E A U N E U F , hasta Entrerregueras. Es el poco espesor de éste entre tramos continen-
cierto que D I E Z y C R A M E R (1979) sostienen tales, acabamos desconociendo en realidad la
una actitud restrictiva más próxima a la de verdadera distribución vertical de los taxpnes
CAR IDE et al. (1973), pero aún así la actitud presentes.
de LA V E I N E (1977) llega más lejos con la Las conclusiones a que llegó el equipo de
determinación de la flora de Pajomal efectua- la Empresa Nacional ADARO en su estudio
da en colaboración con W AG N E R , que sitúa ( G A R C I A L O Y G O R R I et d., 1971; G A R -
en el Westfaliense D medio-superior. Según es- CIA L O Y G O R R I , 1974) daban un mayor cré-
te autor parece que debería excluirse la pre- dito a la información obtenida por la macro-
sencia del Stephaniense en la sucesión de la flora que a la que indicaban la microflora y la
Cuenca Carbonífera central. microfauna. Por ello fijaron el límite Westfa-
Por lo que atañe a la fauna, existen po- liense C/D en la base de María Luisa, haciendo
cos datos relativos a las capas más altas y son constar sin embargo las discrepancias existen-
en cambio más numerosos los que se refieren a tes. Análogamente se inclinaron por colocar el
la parte inferior de la serie. Las investigaciones límite Westfaliense DlStephaniense en la base
de la Empresa Nacional ADARO de esta épo- del Paquete Modesta. Pero ya hemos visto las
ca no aportan nuevos datos sobre los materia- modificaciones a que dio lugar la contribución
les basales, chya edad ha de referirse a lo que de L A V E I N E (1977).
se conoce de áreas vecinas (véase Región de Cualquiera que sea la conclusión definiti-
Pliegues y Mantos). Las aportaciones propias va (y las investigaciones actualmente en curso
correspondientes a tramos más bajos se refie- están proporcionando ya nuevos datos para
ren a la edad de la Caliza de Peña Redonda, una mayor precisión en las edades), la existen-
que en términos de la escala de Europa occi- cia de esta serie con intercalaciones marino-
dental quedaría dentro del Westfaliense A. continentales significa la afortunada posibili-
Dentro del mismo Paquete Levinco se halla- dad de seguir realizando contribuciones váli-
ría también el Westfaliense B y aún la base del das al establecimiento de mejores correlacio-
C, que llegaría hasta casi el techo del Paquete nes entre los dos tipos de escalas.
Tendeyón. Según estas conclusiones, toda la
serie productiva quedaría integrada dentro del 11.5.5 LA SERIE DE RIOSA-OLLONIEGO
Westfaliense D. Su límite inferior ocupaba Al Oeste del accidente tectónico que va
pues una posición todavía más baja que la su- de San Tirso a Muñón Cimero, la sucesión car-
puesta por C H A T E A U N E U F . Pero esta discre- bonífera presenta ciertas diferencias respecto
pancia ha desaparecido con los nuevos datos a la del resto de la cuenca. Como ya hemos
florísticos de L A V E I N E (1977) coincidentes indicado, G A R C I A L O Y G O R R I et al. (1971)
con los obtenidos a través de la microfauna. y G A R C I A L O Y G O R R I (1974) la han deno-
sí pues la base del Westfaliense D estaría minado Unidad de Riosa-Olloniego, ya que
situada con bastante seguridad en el Paquete comprende las áreas productivas de Riosa y
Tendeyón. La aportación de V A N G I N K E L del Caudal al noroeste de Mieres, en contrapo-
(1973) en el sentido de colocar la base del sición al resto de la Cuenca, que la denomi-
- Moscoviense superior (Podolskiense) en la par- nan Unidad de Aller-Nalón.
te baja del Paquete Generalas no estaría nece- El conjunto productivo del área de Riosa
sariamente en contradicción con la postura de está representado por los paquetes Canales,
M A R T I N E Z D I A Z . Y tampoco estarían en Pudingas (o Entrepudingas), Esperanza y
desacuerdo los datos de microfauna suminis- Ablanedo, que en total suponen más de 2.000
trados por V A N A M E R O M et al. (1970) del metros de espesor. La correlación de este con-
Paquete Caleras. En cambio no podemos ha- junto con el de la zona de Oiloniego y espe-
cer demasiado hincapié en la información su- cialmente con la serie del interior de la Cuen-
ca presenta algunos problemas, dimanados en sido estudiados en la zona del Nalón especial-
parte de una antigua interpretación estructu- mente (PELLO,1968; C O R R A L E S et al.,
ral de esta área, que ha venido manteniéndo- 1971), donde han sido llamados Conglomera-
se hasta hace pocos años. dos de Mieres. En realidad a un primer tramo
En efecto, A D A R O (1914, 1926) consi- de pudinga de poco espesor sigue un conjunto
deraba la Cuenca central como un gran sincli- de 5 ó 6 capas de carbón explotable y algún
nono en cuyo borde occidental, como sucede nivel marino, y a continuación la gran masa de
en el oriental, existiría una total continuidad conglomerados. El siguiente paquete es el Pa-
entre los materiales parálicos del interior con quete Esperanza, que empieza con un tramo
la Caliza de Montaña que constituye dicho marino de poco espesor y un nuevo nivel de
borde, ignorando que en esta zona la Caliza de pudingas con algunas capas de carbón. En Rio-
Montaña representa en realidad una masa ca- sa afloran Únicamente 200 m del paquete,
balgante sobre el resto de la serie. Esta inter- que es cabalgado por la Caliza de Montaña del
pretación collevaba necesariamente el que los borde, pero en el valle del Caudal la sucesión
paquetes existentes en esta área marginal tu- es más completa comportando un mayor nú-
vieran sentido descendiente hacia el borde y mero de capas de carbón entre las cuales apa-
así A D A R O establecía en sus mapas la traza recen las primeras manifestaciones del conglo-
de los paquetes más antiguos en las inmedia- merado poligénico con cantos calcáreos pre-
ciones de la Caliza de Montaña que forma la dominantes, que se conoce como Conglo-
masa del Monsacro y el Ararno. Tal interpreta- merado de Olloniego (PELLO,1968; C O -
ción fue aceptada por autores posteriores, co- R R A L E S y PELLO, 1971) y que puede llegar
mo LLOPIS (1949), A L M E L A y RIOS (1953) a alcanzar más al N hasta 1.000 m de espesor.
y K I N D E L A N (1957). Pero una investigación Otro paquete, éste de posición más incierta, es
paleobotánica realizada por J O N G M A N S y el Paquete Ablanedo, separado de los restan-
W A G N E R (1957) mostró que la posición rela- tes por una zona tectonizada, pero que debe
tiva de los paquetes de Riosa era la contraria corresponder a un nivel más alto que el Paque-
de la que se había supuesto, de manera que t e Esperanza (JONGMANS y W A G N E R ,
los paquetes más modernos eran los más pró- 1957; P E L L O , 1968).
ximos al %orde. Este hecho probaba que el Contrariamente a lo que sucede en el
contacto con la Caliza de Montaña en este área de Riosa, en la zona de Olloniego los
sector no era normal y debía existir un cabal- paquetes del conjunto productivo recibieron
gamiento, como han mostrado autores poste: desde los tiempos de A D A R O , nombres análo-
riores, que ha aportado además nuevos datos gos a los de la Cuenca central, pero a causa de
paleontológicos en su apoyo (JULIV E R T , la interpretación equivocada del orden de los
1964; PELLO, 1968; CARIDE y GARCIA mismos, el llamado "Paquete Generalas" re-
LOYGORRI, 1 9 6 8 ; MARTINEZ DIAZ, sulta de edad más moderna, por ejemplo, que
1969). La aplicación de criterios de polaridad la de "San Antonio", "María Luisa", etc.
en las capas de la serie ha confirmado lo erró- FEYS et al. (1974), a los que hemos seguido
neo de la interpretación antigua. en la descripción de los paquetes de Riosa,
El paquete más bajo de la zona de Riosa extendieron la denominación de éstos a los
es el Paquete Canales, de 800 m de potencia paquetes de Olloniego de los que son en reali-
media. Posee hasta 20 capas de carbón situa- dad su prolongación NE y ensayaron una co-
das en tramos continentales que alternan con rrelación con la serie típica del interior de la
tramos marinos de mayor importancia. Enci- Cuenca. Según estos autores, el Paquete Cana-
ma de este paquete se sitúa el Paquete de las les correspondería al conjunto de Caleras, Ge-
Pudingas o Paquete Entrepudingas, que se ca- neralas y San Antonio, el Paquete de las Pu-
racteriza por la importancia que poseen los dingas al María Luisa, y el Paquete Esperanza
conglomerados silíceos formados por gruesos al Sotón. Las equivalencias se basaban espe-
cantos de cuarcita y que constituyen masas de cialmente en criterios paleobotánicos, que in-
gran espesor (570 m en Riosa, 800 en Ollo- troducían sin embargo un problema al mos-
niego) (Fig. 11.13). Estos conglomerados han trar que de este modo no existiría correspon-
Fig. 11.13.- Las formaciones detríticas westfalienses del borde noroeste de la Cuenca Carbonífera central según PELLO (h
WAGNER 1971).

dencia entre el Conglomerado de Mieres y las edad de la flora de Olloniego (La Mortera),
pudingas de los paquetes del interior de la estudiada por W A G N E R (1971), y por la de
Cuenca, situados en Generales y San Antonio Ablanedo, ligeramente superior. El conglome-
(Fig. 11.14). _ rado de Olloniego correspondería al Westfa-
La edad del conjunto de Riosa se estable- iiense D superior. En 61 M A R T I N E Z D I A Z
ció con base a datos peleobotánicos (JONG- encontró cantos con microfauna del Westfa-
M A N S y WAGNER, 1957; CARIDE y G A R - liense C, y por otra parte se dispone sobre
CIA L O Y G O R R I , 1968; F E Y S et d., 1974) y capas del Westfaliense D inferior, con las que
de microfauna (MA R T I N E Z D I A Z , 1969). Se- P E L L O (1968) observa la existencia probable
gún estos autores, el Paquete Canales debería de algún hiato sedimentario. Cabe preguntarse
colocarse casi íntegramente en el Westfaliense si existe alguna relación entre este conglome-
C. Unos 50 m antes del techo de este paquete rado rico en elementos calcáiieos y las gonfoli-
hace SL aparición Neuropteris ovata, por lo tas de los tramos altos de la Cuenca.
que los restantes paquetes han de situarse en No existe aquí ningún argumento paleon-
el Westfaliense D. El conglomerado de Mieres tológico que sugiera en la serie de Riosa ni
poseería por lo tanto una edad Westfaliense D en la de Olloniego la presencia de tramos de
inferior, y ello vendría confirmado por la edad stephaniense.
11.5.6 LA PROLONGACION NE DE LA CUENCA escasa potencia, junto con areniscas y capas
CARBONIFERA BAJO LA COBERTERA de carbón (PELLO, 1967; GERVILLA et al.,
Los materiales carboníferos de la Cuenca 1973), pero no se dispone de una sucesión
central desaparecen al NE por debajo de una detallada de las capas. Se repite aquí por lo
dé,bil cobertera mesozoica. Sólo en algunos tanto el mismo tipo de sucesión que en la
puntos el zócalo paleozoico aflora al exterior, Cuenca y este conjunto debe ser equivalente,
bien sea como resultado de erosión del recu- siquiera en parte, al conjunto de paquetes des-
brimiento, bien porque la cobertera deposita- critos en esta última, aunque por el momento
da sobre un paleorrelieve dejó algunas áreas no sea posible establecer ningún tipo de ho-
mologación. El espesor visible de estos mate-
sin recubrir. Debido al interés minero que po-
riales por encima de la Caliza de Peña Redon-
see el Carbonífero de esta área, ya A D A R O
da puede ser estimado en unos 2.000 metros.
(1914) hizo un estudio sobre la prolongación
La eventual Formación Fresnedo no ha
de los materiales de la Cuenca por debajo de suministrado ningún resto fósil hasta el mo-
la cobertera y sobre las posibilidades de su mento, pero en cambio la Caliza de Peña Re-
explotación industrial, estudio retornado me- donda ha proporcionado en algunos puntos
dio siglo más tarde por A L M E L A y RIOS
Profusulinella sp. y Endothyra ex gr. spirillini-
(1962). El resultado positivo alcanzado en el
formis (GERVILLAet al., 1973), microfau-
sondeo efectuado en La Carnocha (véase Re-
na que ha sido atribuida al Westfaliense A, es
gión de Pliegues y Mantos), estimuló la reali-
zación de nuevos sondeos, con lo cual existe decir, al Bashkiriense superior y tal vez al paso
entre el Bashkiriense y el Moscoviense. La par-
un cierto grado de conocimiento (desgraciada-
te superior de la serie, por encima de la Caliza
mente no tan intenso como sería de desear) de Peña Redonda, debe comprender buena
del zócalo cubierto por los materiales permo- parte del Westfaliense, aunque apenas si se dis-
triásicos, jurásicos y cretácicos situados al nor- pone de datos Útiles. M A R T I N E Z D I A Z de-
te de la Cuenca. terminó en una de las bandas calcáreas más
Un amplio afloramiento de casi 90 Km2 altas una microfauna a la que concedió edad
se dispone alrededor del área montañosa del Westfaliense C-D ( G E R V I L L A et d., 1973).
Sueve cerca de la costa, entre Colunga y Riba- Al oeste del gran afloramiento del Sueve,
desella. La base del Carbonífero puede verse existe un afloramiento menor en Viñón, en el
al oeste del alto del Fito, y puede compararse que figuran pizarras, calizas, areniscas y algu-
con la del borde oriental de la Cuenca central nas capas de carbón, que fueron objeto de
del que constituye su prolongación. Apoyada explotación años atrás. Estos niveles podrían
sobre las pizarras del Ordovícico medio, la se- ser asimilados de manera tentativa quizá a al-
rie empieza con la Caliza griotte (Formación gunos de los paquetes que figuran en la Cuen-
Genicera), que localmente posee unos 20-30 m ca. H E R N A N D E Z - S A M P E L A Y O (1946,
de espesor (PELLO,1967). A esta formación 1948) se refiere a una macrofauna que confu-
sigue la Caliza de Montaña, aquí excepcional- samente situó en un Westfaliense inferior o
mente potente, ya que ha dado espesores de medio, pero en las antiguas explotaciones de
hasta 800 m, que pueden ser debidos a repeti- carbón, W A G N ER (1962) consiguió encontrar
ciones tectónicas. A continuación se presenta una pequeña flora con Neuropteris ovata, que
como en la Cuenca una serie monótona de le permitió situarla en el Westfaliense D.
450 m de pizarras con bancos de areniscas y
que puede ser comparada con la Formación
Fresnedo. A ella le sigue una banda calcárea 11.5.7 LA CUENCA DE PIEDRAFITA-LILLO
importante de 100 a 150 m de espesor, que La prolongación de la Cuenca Carbonífe-
equivale con seguridad a la Caliza de Peña Re- ra central hacia el SE constituye lo que R A C Z
donda, y a veces presenta una intercalación (1966) y SJERP (1967) denominaron Cuenca
pizarrosa como sucede en varios puntos de la de Piedrafita-Lillo, aunque no existe propia-
Cuenca. Por encima sigue una sucesión de pi- mente ningún accidente particular que justifi-
zarras con multitud de bancos calcáreos de que realmente una denominación distinta para
la zona. La sucesión sedimentaria se caracteri-
za por la existencia de una serie pizarrosa con "
X ;
intercalaciones de areniscas y especialmente de -3
Y

abundantes bandas calcáreas, recordando en


su conjunto al Improductivo de la Cuenca o
PODOLSKIENSE
Grupo Lena, con el que manifiesta una evi- u
dente continuidad lateral. Precisamente V A N
4,
G I N K E L (1965) restableció el nombre dado 2
YI
por B A R R O IS (1882) para la serie como For- f
2
mación Lena, tomando por estratotipo infor- 3
U>
?-
3
mal la sucesión presente en el Puerto de Vega- Y

rada. Sin embargo en la serie no se consigue


diferenciar de manera muy segura la Caliza de
Peña Redonda como en el borde oriental de la
Cuenca central, y la riqueza en tramos carbo-
nosos parece ser bastante menor, con pocos -
niveles explotables (Lugueros). ri

Las bandas calcáreas de esta área dibujan


z
en su conjunto una estructura de tipo sincli- V>
Y(

nal, en cuyo flanco N aparece la Caliza de m z


E
Montaña del borde oriental de la Cuenca. Los $ >
2 O
niveles más modernos deben situarse pues ha- U

f
cia la parte central. R A C Z (1966) describe un a
3 O
corte representativo de la serie al oeste de Re- U>
ZJ
Y
z
dipuertas, cerca del Puerto de Vegarada. En soom
2o
este corte figuran junto a las bandas calcáreas,
pizarras arenosas de naturaleza marina, arenis-
cas y conglomerados (Fig. 11.15).
Las capas aparentemente más bajas de la
sucesión han proporcionado en el alto Porma - ?-
(al sur de Puebla de Lillo), algas calcáreas per-
W
tenecientes a la zona 11de R A C Z (1966), que V>
indicarían según el autor una edad pertene- i5
ciente al Bashkiriense superior o base del Mos- orn
Y
coviense. De todos modos la mayor parte de - I
Y>
la serie ha de atribuirse al Moscoviense infe- 2
rior, es decir, a la subzona B de Profusulinella :
A
U
de V A N GINKEL o a la zona 111 de R A C Z e
w
4
?-
(VAN G I N K E L . 1965; RACZ, 1966; SJERP, 2 NAMURIENSE A
z
1967). En una localidad del centro de la es-
tructura sinclinal (al norte de Rucayo), R A C Z
(1966) señala en cambio la presencia de algas
de la zona IV, que indicarían por lo tanto el
1 x
1 CALIZAS

Podolskiense. Se trata de uno de los puntos


más altos de la serie, lo cual parece excluir la 1-L AREN1SCAS

posibilidad de presencia del Myachkoviense,


por lo menos con los datos de que ahora se 1-1 MARGAS Y P I Z A R R A S
dispone.
De este modo. en la sucesión ~izarroso-
de esta zona estaría representado Fig. 11.16.- Sección del Carbonífero medio de Vegarada. en
el extremo Se de la Cuenca Carbonffera central.
gran parte del Moscoviense, incluyendo por lo (RACZ1967, adaptada).
tanto tramos de la misma edad de los que en ríodo de no sedimentación o de sedimenta-
la Cuenca contienen ya importantes capas de ción muy condensada en la parte más baja de
carbón explotable. No se dispone de datos pa- la Formación Lena. Abonaría la idea de esta
leontológicos de los tramos continentales de condensación la primera aparición en el extre-
la zona, y la cita de W A G N E R (1962b) corres- mo oriental de esta zona (al E de Puebla de
pondiente a una pequeña flora de edad West- Lillo) de la Formación Ricacabiello (S J E R P ,
faliense C en las cercanías de Arbás (Puerto de 1967), cuya presencia es bastante constante
Pajares), está ya demasiado alejada del área en la Región del.Manto del Ponga, y que pare-
como para que pueda ser utilizada respecto a ce corresponder verdaderamente a una serie
los niveles marinos con microfauna. En la condensada. V A N G I N K E L (1965) la hace
cuenca de Piedrafita-Lillo las condiciones ma- equivaler en sus pocos metros de potencia a
rinas alcanzarían niveles más altos que en el toda la Formación San Emiliano de la Región
interior de la Cuenca central. En la base po- de Pliegues y Mantos. Sin embargo, no existen
dría estar representado el Bashkiriense más al- argumentos sólidos para apoyar la existencia
to o el tránsito Bashkiriense-Moscoviense, de un lapso de no sedimentación o de sedi-
aunque V A N G I N K E L (1965) piensa que el mentación condensada en la Cuenca central o
contacto de esta serie sobre la Caliza de Mon- sus prolongaciones por encima de la Caliza de
taña sería paraconforme, y que existe un pe- Montaña.
11.6 EL CARBONIFERO INFERIOR Y MEDIO DE LA REGION DEL PONGA

J. Truyols Santonja
Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo.

11.6.1 LA REGION DEL PONGA (JULIVE R T , 1965), y su trazado cartográfico


Entre la Cuenca Carbonífera central de determina además la existencia de dos venta-
Asturias y la Región de Picos de Europa se nas tectónicas (la del río Color y la del río
sitúa una área de transición, constituida por Monasterio) y el klippe de Valdosín-Zalam-
una serie de unidades cabalgantes, la más im- bral desplazado en dos por el movimiento de
portante de las cuales posee la envergadura de la faila de Ventaniella que afecta a todas las
un verdadero manto, el Manto del Ponga, cuya estructuras (JULIVERT,1967b). Al N esta
continuación septentrional se conoce como unidad, y su prolongación el Manto de Sebar-
Manto de Sebarga ( J U L I V E R T1965).
, El he- ga, pierde las características de verdadero
cho de formar tránsito entre dos unidades tan manto y, tras adquirir su frente la dirección
bien diferenciadas desde el punto de vista lito- W-E, acaba confundiéndose como una más de
lógico y estructural, como son la Cuenca Car- las escamas asociadas (Fito, Ribadesella-
bonífera central y la Región de Picos de Euro- Campo de Caso, etc.).
pa, confiere a esta región unas características El Carbonífero ocupa la mayor parte de
propias que permiten individualizarla. JUL I- la superficie de la región (Fig. 11.16). Los aflo-
V E R T (1965, 196713) la denominó Región de ramientos carboníferos suponen unos 1.100
Mantos o más propiamente Región del Manto Km2, es decir, el 78% de toda la superficie. El
del Ponga, por ser ésta la unidad más represen- resto está representado exclusivamente por
tativa. materiales cámbricos y ordovícicos, que apa-
Pero si en líneas generales esta área que- recen constituyendo la parte frontal de los ca-
da netamente justificada, en el momento de balgamiento~.Entre el Ordovícico inferior y
establecer sus límites concretos se plantean el Carbonífero existe una dilatada laguna es-
dudas sobre la pertenencia a la misma de algu- tratigráfica. En esta área debió exístir una zo-
nas unidades menores que pueden ser conside- na emergida durante gran parte del Paleozoico
radas como prolongación de las regiones veci- inferior, constituyendo el Bloque Cantábrico
nas. La escama de Rioseco, por ejemplo, pue- de R A D IG (1962) y otros autores. El contac-
de interpretarse hasta cierto punto como inte- t o entre las dos series es disconforme, sin que
grando la parte frontal de la Cuenca Carboní- se muestre ninguna discordancia angular, por
fera central, y lo mismo sucede con la alinea- lo menos a nivel de afloramiento. En realidad
ción que forma la sierra del Cuera, que lo entre ambas existe todavía un reducido espe-
mismo puede atribuirse a la Región de Picos sor de materiales detríticos pertenecientes al
de Europa que considerarse como un elemen- Devónico (Frasniense o Fameniense, según los
t o más de la Región del Manto del Ponga. En puntos), que a veces ha pasado desapercibido
esta exposición incluiremos la escama de Rio- por su escasa potencia, y asimilado por su na-
seco en esta región, pero no en cambio la uni- turaleza al Ordovícico subyacente constituido
dad del Cuera. por cuarcitas (Formación Barrios, "cuarcita
Los cabalgamientos de la región poseen armoricana"). Independientemente de los ma-
una componente horizontal importante, en es- teriales carboníferos que vienen a continua-
pecial la de la estructura fundamental, el Man- ción del Paleozoico inferior, existen de modo
t o del Ponga, cuyo desplazamiento supone un manifiestamente discordante sobre el substra-
acortamieho tectónico superior a los 20 Km t o en el Manto de Sebarga, afloramientos de
CARBONIFERO
PRE-STEPHANIENSE

CARBONIFERO STEPHANIENSE

0 IALEOZOICO INDIFERENCIADO

COBERTERA MESOZOICO-TERCIARIA

Fig. 11.16.- Disíxibución de los afloramientoscarboniferos en la Región del Ponga.

edad stephaniense de extensión muy reducida de sus itinerarios por el borde costero y el
(no superan los 8 Km2). Junto a Cangas de vaile del Selía y el Ponga, los primeros datos
Onís, materiales de cobertera (Cretáceo) cons- realmente interesantes no surgieron sino hasta
tituyen una estrecha franja de 1 a 4 Km de DELEPINE, (1943) y especialmente con el es-
anchura, que en la cartografía divide de mane- tudio regional de J U L I V E R T (1960a). Sin
ra transversa la región en dos sectores: uno embargo, el Carbonífero de esta región posee
septentrional, con las unidades dispuestas en en conjunto un grado de conocimiento com-
sentido aproximadamente E-W,y otro meri- parativamente inferior al que se posee de la
dional, en el que el frente de dichas unida- Región de Pliegues y Mantos y de la Cuenca
des se ha incurvado hasta adoptar una direc- Carbonífera central.
ción N-S.
El conocimiento estratigráfico del Carbo- 11.6.2 EL CARBONIFERO DE LA REGION DEL
nífero de esta área es de adquisición relativa- PONGA
mente reciente. La mediocridad de las capas En la regióii del Manto del Ponga la serie
de carbón aprovechable determinó que tras carbonífera está representada por las siguien-
los primeros reconocimientos generales de la tes formaciones, en orden cronológico ascen-
región, apenas si se .produjeron estudios loca- dente: Formación Baleas, Formación Vega-
les en el siglo pasado. Si bien B A R R O I S rnián, Formación Genicera, "Caliza de Monta-
(1882) estableció las bases del conocimiento ña", Formación Ricacabiello, Formación Be-
,- del Carbonífero de la zona con la descripción leño, Formación Escalada y Formación Fito.
Prescindimos por el momento de los materia- to fueron introducidas por V A N G I N K E L en
les discordantes del Carbonífero superior, que 1965, precisamente para secciones de esta re-
constituyen pequeños afloramientos y que se- gión y, junto con la Formación Ricacabiello,
rán descritos más adelante. cubren prácticamente todo el intervalo del
Las tres primeras formaciones, Baleas, Carbonífero medio. JULIVER T (1960a) ha-
Vegarnián y Genicera, fueron descritas ante- bía reconocido ya los tres conjuntos litoestra-
riormente en la Región de Pliegues y Mantos, tigráficos que denominó de manera informal,
y aquí muestran características parecidas, re- "serie pizarrosa", "caliza masiva superior" y
presentando prácticamente todo el Carbonífe- "serie superior con intercalaciones calizas". El
ro inferior. Sin embargo, con la excepción de segundo de estos nombres ha conocido un uso
la Formación Genicera de presencia constan- muy frecuente entre geólogos españoles en su
te, las otras dos sólo se han citado en las áreas forma abreviada "caliza masiva", y adoptada
marginales de la Región del Manto del Ponga; ocasionalmente por otros ( S J E R P , 1967;
en los restantes sectores o no existen o por el M 00 R E et al., 1971, etc.), pero formalmente
momento su presencia no ha sido observada. resulta preferible el empleo de Formación Es-
También fue descrita en la Región de Pliegues calada.
y Mantos y en la Cuenca Carbonífera central En 1943, D E L E P I N E introdujo el nom-
la Caliza de Montaña. En muchas secciones de bre Calcoesquistos de Hontoria para indicar la
la Región del Manto del Ponga esta caliza se parte inferior de la "Assise" de Lena de B A -
presenta exclusivamente con las característi- R R O I S (1882), en la convicción de que los
cas de la Formación Barcaliente, por lo que materiales de Hontoria (que pertenecen a la
debemos aceptar que la Formación Valdeteja escama de Ribadesella, dentro de la Región
se halla ausente. No obstante, no es posible del Manto del Ponga) correspondían a una se-
generalizar su ausencia para toda el área, ya rie que podía asimilarse a aquel tramo de la
que en algunas zonas marginales parece que sucesión de la Cuenca Carbonífera central.
hay que atribuir a ella materiales de aspecto Los Calcoesquistos de Hontoria integrarían la
comparable procedentes de la parte superior Formación Escalada junto con otros materia-
de la Caliza de Montaña. De todos modos, les litológicamente diferentes. Por ello el uso
ante la inseguridad de su atribución, utilizare- del término, por lo menos tal como lo estable-
mos para esta región el nombre de Caliza de ció DELEPINE, debe ser abandonado ya que
Montaña que no supone ningún tipo de com- introduce confusiones innecesarias. De hecho
promiso. la equívoca homologación de las series carbo-
Para el conjunto de las formaciones Ve- níferas de la Región del Manto del Ponga con
gamián y Genicera de esta región, en 1964 fue las de la Cuenca Carbonífera central, había
establecido por B R O U W E R y V A N G I N K E L sido ya tácitamente admitida en 1882 por BA-
el nombre de Formación Sella, que sin embar- RROIS.
go no ha sido retenido posteriormente ni por Otras denominaciones litoestratigráficas
sus propios autores. Asimismo BR O U W E R y empleadas para materiales de la región, como
V A N G I N K E L (1964) introdujeron el nombre Capas de Meré (MARTINEZ-CHACON y
de Formación Escapa para el conjunto de la W I N K L E R PRINS, 1977) o Serie flysch de
Caliza de Montaña en esta región, pero tampo- Pendueles ( MA R T I N E Z - G A R C I A et al.,
co el nombre ha sido empleado por la mayo- 1971), y que no han sido nunca formalmente
ría de autores posteriores. establecidas, serán comentadas más adelante
La Formación Ricacabiello fue estableci- en la descripción de las secciones correspon-
da por SJERP (1967) para secciones de otras dientes.
áreas, pero también está aquí presente. A esta
11.6.3 EL CARBONIFERO INFERIOR
formación pertenecen los materiales que J U -
LIVERT (1960a) englobaba en su "serie roja En comparación con la Región de Plie-
y abigarrada" en la descripción del Carbonífe- gues y Mantos, el Carbonífero inferior de esta
ro de la zona de Beleño. Las tres restantes región dispone de pocos estudios efectuados
formaciones indicadas, Beleño, Escalada y Fi- sobre sus materiales. Aparentemente las sec-
ciones más completas están situadas en las esta caliza sigue unos centímetros de pizarra
unidades de los bordes de la región, pero no gris, que probablemente es una representación
está probado del todo que no puedan encon- muy reducida de los materiales de la Forma-
trarse también en las restantes unidades. Cita- ción Vegamián, y a continuación 34 m de cali-
remos aquí tres secciones representativas: la za nodulosa rojiza, con una intercalación de
de Felechosa, la de Oseja de Sajarnbre y la de 1 3 m de radiolaritas cerca de la base, y que
San Antolín (Fig. 11.17). constituye la Formación Genicera. Una inves-
La sección de Felechosa está situada en tigación efectuada por A D R I C H E M BO O G A -
la carretera que sube al puerto de San Isidro, a E R T en estos materiales ( A D R I C H E M B O O -
7 Km de aquella localidad, y se encuentra en G A E R T et d., 1963; A D R I C H E M B O O G A -
el extremo sur de la escama de Rioseco E R T , 1967) mostró que en la parte media de
( A D R I C H E M B O O G A E R T et al., 1963; la Formación Baleas existían Conodontos de
A D R I C H E M B O O G A E R T , 1967; S J E R P , la zona de -costatus, y en la parte alta de la
1967). Sobre las areniscas del Devónico supe- de -anchoralis. Esto significa que, del mismo
rior (Formación Ermita) se disponen en con- modo que en la Región de Pliegues y Mantos,
tacto erosivo 8 m de caliza de grano grueso la base del Carbonífero ha de situarse en la
dolomitizada en la base, que representa la parte medio-superior de la Formación Baleas.
Formación Baleas (A D R IC H EM BO O G A E R T Representantes de la misma zona de -ancho-
y S J E R P la consideran sin embargo como in- ralís, así como de la de -typicus, se encuen-
tegrando la Formación Ermita, dentro de la tran en el miembro inferior de la Formación
cual constit;xiría su Miembro Mampodre). A Genicera, es decir, que en él queda situado el

Fig. 11.17.- Secciones y localidades citadas en el texto. del Carbonífero de la Región del Ponga.

85
límite Tournaisiense/Viseense (la Formación negras. Encima de ella se dispone la Forma-
Vegamián queda pues también aquí incluída ción Genicera, de tan sólo 1 5 m de potencia,
dentro de la zona de -anchoralis). En el miem- en cuya base fueron hallados Conodontos de
bro superior de $la Formación Genicera se la zona de -anchoralis ( A D R I C H E MB O O -
encontraron Conodontos de las zonas de -bi- GAERT, 1967). El resto de la serie está sin
lineatus bilineatus y de -nodosus. La caliza estudiar, pero la sección resulta interesante ya
gris rosada que sigue a continuación, y que con estos datos puesto que, igual que sucedía en
está inmediatamente por debajo de la Caliza algunas localidades de la Región de Pliegues y
de Montaña, tal vez represente también el Na- Mantos (Olleros de Alba, por ejemplo), falta
muriense más bajo. en ella la Formación Baleas, lo cual determina
Una sección parecida se encuentra en el una mayor amplitud de la laguna estratigráfica
extremo SE de la región, en el valle de Sajarn- que existe por debajo de las pizarras de la
bre, que estructuralmente es una prolongación Formación Vegamián.
del Manto del Ponga. Al S de Oseja, S C H I N - En otras secciones esta laguna estratigrá-
DEWOLF y K U L L M A N N (1958) y A D R I - fica es todavía mayor, cuando la serie carbo-
C H E M B O O G A E R T (1967) describieron una nífera comienza directamente con la Forma-
sucesión sobre la Formación Ermita, que em- ción Genicera, lo cual supone la previa erosión
pieza con 7 m de caliza de grano grueso, dolo- (o no deposición) de los materiales de edad
mitizada parcialmente como la de Felechosa, tournaisiense. Aparentemente ésta es la situa-
y que representa la Formación Baleas. Siguen ción que se presenta en la mayor parte de
5 m de pizarras de color gris oscuro, cubiertas secciones de toda la región. Pero ya hemos
en parte en el afloramiento de la carretera, y indicado que ello no es absolutamente seguro
que deben atribuirse a la Formación Vega- por falta de estudios locales del Carbonífero
mián, y 26 m de caliza, con una intercalación inferior del Manto del Ponga. Podemos afir-
de 8 m de radiolaritas en la parte baja. Aun- mar, por ejemplo, que afloramientos de la
que las calizas de debajo las radiolaritas sean Formación Vegamián están presentes por lo
de color gris y las situadas por encima de co- menos en varios puntos de la escama de Riba-
lor rosado, no hay duda que el conjunto re- desella. Sin embargo, conocida la distribución
presenta la Formación Genicera. El contenido cartográfica irregular de las formaciones basa-
en Conodontos es comparable con el de la les del Carbonífero, no nos debe extrañar el
sección de Felechosa, con pequeñas variantes. que en algunas áreas no hubiese existido sedi-
En la Formación Baleas solamente se han en- mentación de estos materiales, especialmente
contrado Conodontos de la zona de -costa- si se tiene en cuenta que la región había for-
tus. En la parte inferior de la Formación Geni- mado parte anteriormente del Bloque Cantá-
cera, Conodontos de la de -anchoralis, y en la brico en fase de denudación durante los Últi-
parte superior, de las de -bilineatus b ilineatus mos tiempos del período devónico.
y -nodosus. Está claro que aquí el hiato que
debe existir entre las Formaciones Baleas y
Vegamián incluirá localmente los tramos don- 11.6.4 EL CARBONIFERO MEDIO
de debería encontrarse el límite Devónicol
Carbonífero. 11.6.4.1 LA SECCION DE BELEÑO
En la sección de San Antolín de Bedón, La sección más representativa del Carbo-
junto a la costa (extremo oriental de la esca- nífero de la región, especialmente del Carbo-
ma de Ribadesella), la sucesión ofrece algunas nífero medio, es la de San Juan de Beleño, en
diferencias, aunque no se ha realizado una in- el mismo Manto del Ponga (Fig. 11-18).Descri-
vestigación completa del contenido en Cono- ta por JULIVERT (1960a), contiene las dis-
dontos de sus materiales. Sin el intermedio de tintas unidades litoestratigráficas establecidas
la Formación Baleas como en los puntos ante- para el .Carbonífero medio de la zona, y por
riores, la Formación Vegamián descansa aquí ello la .tomaremos como punto de referencia.
en contacto erosivo sobre la Formación Ermi- Puede seguirse a lo largo de la carretera del
ta, y está representada por 2 m de pizarras Ponga, desde un punto cercano al cruce de
MYACHKOVIENSE

----- ?

1-1 CALIZAS E N GENERAL

1-1 - CALIZAS NODULOSAS

L
wj ARENISCAS O CUARC1IA.S

PIZARRAS EN GE&RAL

R FM. RICACABIELLO
500 m.
G FM. G E N I C E R A
B FM. BARRIOS

NAMURIENSE A

Om.

Fig. 11.18.- Sección del Carbonífero de Beleño (JULIVERT 1960. modificada).

87
Taranes hasta Sobrefoz, a lo largo de unos 10 prendidos entre los 4 y los 50 m. La potencia
Km. total de la Formación Fito es de unos 650
Sobre los materiales del Carbonífero in- metros.
ferior, representados aquí exclusivamente por La sucesión de Beleño abarca práctica-
la Formación Genicera que descansa de mane- mente todo el Carbonífero medio. Aunque
ra disconforme sobre las cuarcitas del Ordoví- apenas disponemos de datos significativos so-
cico inferior (Formación Barrios), se disponen bre la parte inferior de la Caliza de Montaña,
hasta 240 m de Caliza de Montaña con las dada su continuidad respecto a la Formación
características propias de la Formación Barca- Genicera y la edad relativamente constante
liente. En el cruce de Abiegos, a la caliza sigue del límite entre ambas formaciones, podemos
una serie de 26 m de espesor constituida por suponer razonablemente que en ella está con-
pizarras grises y verdosas que terminan con un tenido totalmente el Namuriense A. Un ha-
banco calcáreo de 1,5 m. La presencia de ma- llazgo reciente de Conodontos en la parte alta
teriales con estas características constituye sin de la formación, con Idiognathoides attenua-
embargo una excepción en la zona, ya que en tus ( M E N E N D E Z - A L V A Rcom.
E Z , pers.), ha-
la mayor parte de secciones del Manto del ce pensar que también en la misma debe estar
Ponga y áreas vecinas se presenta una sucesión presente el Namuriense B. Con ello el límite
algo distinta. En efecto, en muchos puntos, Namuriense AINamuriense B podría situarse
aunque con espesor parecido, existe una serie tal vez a unos 100 m por debajo del techo de
de pizarras rojas y verdosas alternando con la Caliza de Montaña.
calcoesquistos y terminada por un nivel que Al Namuriense B deben corresponder asi-
con frecuencia contiene nódulos de mangane- mismo las pizarras situadas por encima de la
so, constituyendo la Formación Ricacabiello. Ciliza de ?.lontaña, y que consideramos equi-
A 6 Km al N del citado cruce de Abiegos, v3.1entes a la Formación Ricacabiello de áreas
entre este punto y Sellaño, en una escama su- próximas. En efecto, en la parte alta de estas
bordinada al Manto del Ponga, se puede obser- capas ha podido encontrarse una pequeña fau-
var una sucesión típica de esta formación, que na de Braquiópodos estrictamente comparable
alcanza 24 m de espesor. JULIVERT (1960a) a la que existe, dentro de lo que constituye la
la llamaba "serie roja y abigarrada" y ya hacía prolongación septentrional del Manto del Pon-
notar la equivalencia que debía existir con la ga, en Meré, ocupando la misma posición es-
formación indicada más arriba del cruce de tratigráfica (véase más adelante). La fauna de
Abiegos. Meré ha sido atribuida con seguridad al Namu-
Encima de ella sigue una serie monótona riense B ( M A R T I N E Z - G A R C I1971;
A, M A R -
de pizarras arenosas y areniscas, con algunos T I N E Z - C H A C O N y W I N K L E R PRINS,
niveles calcáreos en la parte media y alta, que 1977), es decir, correspondería aproximada-
llega a alcanzar más de 500 m de espesor. Es mente a un Bashkiriense inferior. Precisamen-
l a Formación Beleño de V A N G I N K E L te ésta es la edad establecida para la Forma-
(1965), que termina con un nivel de carbón ción Ricacabiello en diversos puntos fuera de
de 0,5 m de potencia. A esta sucesión sigue la Región del Manto del Ponga. Así, SJERP
una i m p o r t a n t e formación calcárea de (1967) señala la existencia de Goniatites en
120-200 m, con una intercalación de pizarras una localidad situada al S del klippe de Arma-
y calcoesquistos en su parte media. Se trata de da, que K U L L M A N N (1962) determinó como
una calizg gris compacta que destaca notable- Reticuloceras circumplicatile, Proshumardites
mente en el relieve y que fue denominada Ca- cf. karpinskii, etc., del Namuriense B (R, ). En
liza masiva por JULIVERT (1960a) y Forma- la localidad tipo (junto al Mampodre), por en-
ción Escalada por V A N G I N K E L (1965). La 'cima de la Formación Ricacabiello existe una
sucesión de Beleño finaliza con una nueva for- banda calcárea, el Lentejón Lázaro, que sumi-
mación, la Formación Fito de V A N G I N K E L nistró a S JERP (1967) Fusulinas y Algas cal-
(1965), constituida por una sucesión de piza- cáreas propias del Moscoviense inferior (Vere-
rras y areniscas, dentro de la cual se intercalan yense). Los niveles comprendidos entre la
hasta 8 bandas calcáreas de espesores com- Formación Barcaliente y el Lentejón Lázaro en
este punto, abarcarían pues todo el Bashki- la misma unidad, pero es ésta la más represen-
riense. De este modo, en comparación con lo tativa de todas. La prolongación del Manto
que sucede en la región de San Emiliano, el del Ponga más al N del recubrimiento cretáci-
Bashkiriense en las áreas donde existe la For- co de Cangas de Onís, lermite observar una
mación Ricacabiello presentaría un espesor sección de especial interés en Meré, a lo largo
muy reducido. V A N G I N K E L (1965) y del río Bedón. Esta sección, mencionada ya
SJERP (1967) ya habían puesto de manifiesto por B A R R o I s (1882), ha sido descrita por
el carácter condensado de esta formación, M A R T I N E Z - G A R C I A (1971). Sobre la ChkG.3
atendiendo además a la presencia de costras de Montaña, constituida localmente por 350
hematíticas y nódulos de manganeso en la m atribuidos a la Formación Barcaliente y
misma. Aunque en la sección de Beleño los además por 1 5 m a la Formación Valdeteja,
materiales que equivalen a los de la Forma- aparece una serie de pizarras silíceas y otras
ción Ricacabiello son diferentes, y no dispo- más blandas, pardas o verdosas, que constitu-
nemos todavía de datos para situar el límite yen las llamadas informalmente Capas de Me-
Bashkiriense/Moscoviense, podemos admitir r é (MARTINEZ-CHACON y W I N K L E R
por el momento que también aquí el límite PRINS, 1977). Estos materiales pasan a una
superior del Bashkiriense puede estar situado alternancia de pizarras arcillosas pardas con
algo por encima del techo de aquella forma- areniscas que contienen abundancia de restos
ción. de vegetales flotados y una fauna de Braquió-
La Form,ación Beleño apenas si ha sumi- podos y Ostrácodos indeterminados hasta
nistrado datos paleontológicos útiles en esta ahora. La sucesión posee un mínimo de 300
área, y los que se poseen de JULIVERT m de espesor, pero la presencia de fracturas
(1960a) referidos a Braquiópodos y a flora transversales impide conocer la potencia real.
son insignificantes. En cambio la Formación A 8 5 m de la base fue hallada una importante
Escalada ha mostrado en su parte media la fauna de Braquiópodos, Moluscos, Trilobites,
existencia de Fusulinas de la subzona B, de Ostrácodos, etc. y restos vegetales ( M A RT I -
Fusulinella (VAN GINKEL, 1965), lo que su- NEZ-GARCIA, 1971; M A R T I N E Z - C H A C O N
pondría una edad Podolskiense, sin descartar y W I N K L E R PRINS, 1977; M A R T I N E Z -
que la parte baja pertenezca aún al Kashirien- C H A C O N ,1979). La presencia junto a estos
se superior. Sin embargo, según V I L L A (com. elementos de Retites semiretia, permite fijar
pers.) también las capas bajas de la Formación una edad Namuriense B (R, ) para estos nive-
Escalada en esta sección deberían correspon- les. La fauna de Braquiópodos es igual a la de
der al Podolskiense. Este hecho permite asegu- la formación que ocupa análoga posición en la
rar pues que en esta sección la Formación Be- sección de Beleño, y el aspecto de los materia-
leño ha de representar el Bashkiriense más al- les no es muy diferente al descrito para los de
to y todo el Moscoviense inferior. En la parte la Formación Ricacabiello en varias localida-
baja de la Formación Fito se han encontrado des, por lo que hasta cierto punto ambas for-
todavía Fusulinas del Podolskiense superior maciones pueden ser homologadas.
(VAN GINKEL, 1967), y un estudio de la
abundante macrofauna existente en estas ca- 11.6.4.2 LA SECCION DE CAMPO DE CASO-COBA-
pas revela la presencia de formas como Koz- LLES
lowskia pusilla, Karavanhina rakuszi, Krotovia La sección de Campo de Caso-Coballes
cf. pustulata, etc., congruentes con aquella da- posee interés especial, dado que dentro de la
tación (MARTINEZ-CHACON,com. pers.). región corresponde a la unidad más próxima a
Resta por saber la edad de las capas superiores la Cuenca Carbonífera central, con la que de-
de la Formación Fito, en las que V A N G I N - be efectuar teóricamente el tránsito. Esta sec-
KEL (1965) citó Fusulinas de la subzona B2 ción fue descrita en 1962 por M A R T I N E Z -
de Fusulinella, y que podrían indicar acaso el A L V A R EZ, y se puede seguir a lo largo del
límite Podolskiense/Myachkoviense. curso del Nalón en una longitud de unos 8
Sucesiones comparables a la de San Juan Km, aunque el río corta más de una vez algu-
de Beleño se presentan en otras secciones de nos niveles en su recorrido. En su descripción,
MARTINEZ-ALVAREZ no estableció nom- dos por las tierras emergidas del Oeste. Pero
bre alguno de formación aunque dividió la se- por otra parte, estos materiales equivalen tam-
rie en varios tramos. Estos tramos fueron atri- bién a los de la Formación Fito de la sección
buidos por él a los mismos conjuntos que ha- de Beleño, aunque en ésta la fracción de pro-
bía introducido para la Cuenca Carbonífera cedencia continental posee una importancia
central: Improductivo calcáreo, Improductivo mucho menor.
pizarroso, Productivo entrecalizas y Producti- El contenido paleontológico de las diver-
vo pizarroso. sas formaciones permite una datación que
La sucesión carbonífera se apoya como muestra algunas diferencias respecto a la de la
la anterior, de manera disconforme sobre las sección de Beleño. Prescindiendo de la parte
cuarcitas del Ordovícico inferior (Formación baja de la serie de la que no tenemos informa-
Barrios) y se inicia asimismo con los materia- ción por el momento, los primeros tramos que
les de la Formación Genicera. Esta formación han suministrado fósiles indicativos de edad
posee localmente 20-30 m de espesor y es se- están situados a un centenar de metros como
guida por la Caliza de Montaña, representada máximo por debajo de la Formación Escalada.
asimismo por la Formación Barcaliente, de De las pizarras intercaladas entre las calizas
450 m de potencia. Encima sigue una serie proceden en efecto, los Braquiópodos citados
terrígena constituida por pizarras pardas o ne- por B R E I M E R (in M A R T I N E Z - A L V A R E Z ,
gras y areniscas, que llega a alcanzar un espe- 1962), W I N K L E R P R I N S (1968) y M A R T I -
sor superior a los 800 m. Por su posición pue- N E Z - C H A C O N (1979). Esta fauna, que con-
de ser comparada con el Paquete Fresnedo de tiene A uonia echidniformis, Karavankina ra-
la Cuenca Carbonífera central, o con la For- kuszi, Kozlowskia cf. pusilla, Cancrinella cra-
mación Beleño anteriormente descrita. En la igmarkensis, etc. (es decir, las formas agrupa-
base faltan en cambio materiales que puedan das en la zona de Kozlowskia-lIrravankina de
homologarse con los de la Formación Ricaca- W I N K L E R P R I N S , 1968), está atribuida al
biello. La parte alta de esta serie contiene dos Kashiriense. Dentro de la Formación Escala-
o tres bandas de caliza cuyo espesor no supera da, en una intercalación margosa situada se-
los 1 0 m, y a continuación sigue una masa gún M A R T I N E Z - A L V A R E Z (1962) a 33 m
calcárea importante, de unos 300 m de poten- de la base, V A N G I N K E L (1965) encontró
cia, de aspecto masivo, aunque posee algunas una asociación de Fusulinella ex gr. pulchra,
breves intercalaciones margosas. Esta caliza es Profusulinella prisca rauserae, Pr. ex gr. libro-
totalmente comparable con la de la Forma- vitchi, etc., que corresponde a su' subzona A
ción Escalada o Caliza masiva de la sección de de Fusulinella, es decir, al Kashiriense supe-
Beleño, y en algunos puntos presenta asimis- rior. Hasta ahora no se poseían datos de la
mo en la base una capa de carbón de 0,7 m de parte superior de la Formación Escalada, pero
espesor. últimamente se han encontrado asociaciones
A esta caliza sigue una serie temígena de de Foraminíferos del Podolskiense (M A R T I-
gran espesor (más de 2.000 m), constituida N E Z - D I A Z , com. pers.). El límite Kashirien-
por pizarras y areniscas, con frecuentes inter- se/Podolskiense pasaría pues por un horizonte
calaciones calcáreas más abundantes en la mi- dado dentro de esta formación.
tad inferior, algunas de las cuales llegan a po- Por lo que se refiere a la serie situada por
seer hasta 60 m de espesor. En esta serie se encima de la Formación Escalada, los datos
han reconocido varias capas de carbón, algu- disponibles hasta ahora indican una edad Po-
nas de las cuales fueron objeto de explotación dolskiense-Myachkoviense. B R E I M E R (in
en distintos puntos de esta área (Tanes, Cale- M A R T I N E Z - A L V A R E Z , 1962) cita faunas si-
ao, La Marea, etc.). S A N C H E Z D E L A T O - tuadas a 400 y 500 m por encima del techo de
R R E et al. (1981) han puesto de manifiesto el la Formación Escalada, que contienen entre
carácter de complejo deltaico de esta suce- otras formas, Choristites aff. mosquensis, Neo-
sión, el mismo que poseen las series que ocu- spirifer aff. fasciger, Isogramma concentrica,
pan igual posición en la Cuenca Carbonífera etc., que deben corresponder seguramente al
central, con sedimentos continentales aporta- Podolskiense, y M A R T I N E Z - D I A Z (com.
pers.) indica la existencia de faunas de edad parece ser de edad exclusivamente podolskien-
aún más moderna en la parte superior (Mya- se, aquí es todavía kashiriense en su base.
chkoviense? ). Estos datos están apoyados por ,Existe pues un evidente diacronismo en esta
la información suministrada por algunos ha- formación, indicado ya por autores preceden-
llazgos de flora procedente de los niveles car- tes (BLESS y W I N K L E R PRINS, 1973; JULI-
bonosos. W A G N E R (in M A R T I N E Z - A L V A - v E R T , 1978), que tiende a adquirir una edad
R E Z , 1962) cita, por ejemplo, una asociación más moderna hacia el E, y este diacronismo
de Neuropteris ovata y Dicksonites plückene- afecta también, como es natural, a las forma-
ti, que indicarían un Westfaliense D, en la zo- ciones que delimitan por muro y techo a la
na de Tanes a poca distancia del techo de la Formación Escalada.
Formación Escalada.
De otros puntos de la misma escama de 11.6.4.3 LA SECCION DE PENDUELES
Campo de Caso se poseen datos paleontológi- En la costa asturiana a 9 Km al E de
cos que confirman la edad aquí asignada a la Llanes, existe una sección con características
Formación Escalada. Más al S de la sección diferentes de las restantes del área. Es la sec-
descrita, en la zona del puerto de San Isidro, ción de Pendueles, integrada en la prolonga-
la caliza de esta formación ha proporcionado ción oriental de la escama de Meré ya mencio-
datos comparables en diversas localidades. Así nada (Fig. 11-19).
S J E R P (1967) cita algunos puntos, como Co- El elemento característico de esta sec-
llado Fornos, E y S de San Isidro, etc., en los ción es la serie turbiditica de la parte superior
que encontró Fusulinas y Algas calcáreas que de la misma, que aparece a continuación de
indican la existencia del Moscoviense inferior, un conjunto calcáreo atribuido a la Caliza de
y en alguno de ellos la presencia de formas Montaña, aunque no existe una completa se-
kashiriense-podolskienses. En la prolongación guridad de que estos materiales no integren
septentrional de la misma unidad, junto a Ri- además otras formaciones. La sucesión había
badesella, V A N G I N K E L (1965) citó asimis- sido brevemente descrita por M A R T I N E Z -AL-
mo la presencia del Gshiriense superior (sub- V A R E Z (1965), y estudiada más tarde en lo
zona A de Fusulinella) con Fusulinella delepi- que se refiere a la serie turbidítica por M A R -
nei. Esta localidad posee interés especial por- T I N E Z - G A R C I A et al. (1971). Esta Última es
que es la misma sobre la cual se basó equivo- visible en el borde oriental de la playa de No- '

cadamente D E L E P I N E (1943) para atribuir vales, entre Pendueles y Vidiago; el techo no


una edad moscoviense a la Caliza de IiIontaña puede observarse por estar sumergido en el
de manera generalizada. En esta misma banda mar.
de caliza, más al E, en Hontoria, la parte baja Al N de la Sierra del Cuera, la prolonga-
contiene una fauna de Braquiópodos con En- ción oriental de la Caliza de Montaña que
teletes lamarck i, A vonia ech idniformis, Kara- aflora en la escama de Meré posee un espesor
vankina rakuszi, Kozlowskia involuta, etc. de unos 400 m ( M A R T I N E Z - A L V A R E Z ,
( M A R T I N E Z - C H A C O1979),
N, que corres- 1965a). La mayor parte de la misma presenta
ponde también al Kashiriense superior o al Po- las características de la Formación Barcalien-
dolskiense inferior. Posiblemente es el mismo te, pero su parte superior (los últimos 100 m)
nivel citado por D E L E P I N E (1943) cuando corresponde a una caliza encrinítica clara que
estableció sus Calcoesquistos de Hontoria en puede atribuirse a la Formación Valdeteja
la división efectuada por él de la "Assise" de ( M A R T I N E Z - G A R Cet I Aal., 1971). Sin em-
Lena de B A R R O I S (1882). bargo, al W de Pendueles (serie del río Purón,
Así pues, aunque la sucesión de Campo por ejemplo), a las calizas de la Formación
de Caso pueda ser comparable desde el punto Valdeteja o asimilables a ella siguen sin apenas
de vista litoestratigráfico (salvo detalles como, solución de continuidad, otros materiales cal-
por ejemplo, la ausencia de la Formación Ri- cáreos que parecen atribuibles a la Formación
cacabiello) con la de Beleño, el cuadro de eda- Escalada ( M A R T I N E ZGARCIA, 1 9 8 1 ~ ) ~
des presenta alguna variación significativa. En no existiendo por lo tanto tramos pizarrosos
efecto, la Formación Escalada que en Beleño que correspondan a la Formación Beleño. En
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estas condiciones no podemos descartar del bles a una datación dentro del Bashkiriense
todo que en la serie calcárea de Pendueles no superior, según MARTINEZ-GARCIA( 1 9 8 1 ~ ) .
exista también representación de la Forma- Para estos autores, que ademas indi-
ción Escalada soldada al resto de la Caliza de can la presencia de Foraminíferos de edad
Montaña. kashiriense en el tramo 4 de la serie turbidíti-
Sobre estos materiales la sucesión conti- ca, existiría seguramente una laguna estrati-
núa con la serie turbidítica que constituye la gráfica por encima de las capas con chert. Esta
llamada Serie flysch de Pendueles (MARTI- posibilidad parece sin embargo poco probable
N E Z - G A R C I A et al., 1971). La serie está re- atendiendo a las características sedimentarias
presentada, según estos autores, por seis tra- generales. Un reciente estudio de la sucesión
mos fácilmente identificables. La parte infe- ( V A N G I N K E L y MARTINEZ-GARCIA, en
rior (tramo 1 ) está constituida por calizas alo- prensa) ha confirmado las dataciones anterio-
dápicas con estructuras sedimentarias, en un res y ha situado los tramos más altos de la
espesor de 36 m. A estas calizas sigue un tra- serie en el tránsito Podolskiense/Myachko-
mo de chert que quizá sea una espongiolita, viense.
que alcanza unos 40 m y que es fácilmente La significación de esta formación de na-
identificable (tramo 2). El tramo siguiente turaleza turbidítica no está totalmente aclara-
(tramo 3) está representado por un espesor da, pero seguramente debe estar en relación
mayor, de 116 m, de calizas masivas que con- con los empujes que determinaron el emplaza-
tienen niveles brechoides y algunas capas de miento de las escamas y mantos en esta área.
chert interestratificados. A continuación se M A R T I N EZ-GARCIA ( 1 9 8 1 ~ ) indican
presentan lutitas calcáreas alternando con cali- una equivalencia lateral de esta formación con
zas (tramo 4) con un espesor de 3 7 m. Sigue parte de la Formación Escalada (en ~ealidad
una brecha con cantos calcáreos y encima luti- emplean para ella el nombre de Formación
tas negras y calizas con laminaciones y los pri- Picos de Europa, procedente de la serie carbo-
meros niveles de arenisca (tramo 5), abarcan- nífera de la región de este nombre), pero debe
do 25 m. En el tramo final (tramo 6) que tenerse en cuenta que el lapso de depósito de
alcanza hasta 132 m visibles, no existen ya la sucesión turbidítica es mayor, ya que segu-
calizas y existen en cambio areniscas con ramente abarca el intervalo entero del Mosco-
abundancia de estructuras sedimentarias. En viense.
estos dos tramos finales se pueden seguir se-
cuencias muy claras. El conjunto supone un 11.6.4.4 RELACION ENTRE LAS FORMACIONES
espesor de unos 380 m, dos tercios del cual Como ya hemos visto, la sucesión carbo-
corresponden a una turbidita calcárea y el res- nífera de la Región del Manto del Ponga ofre-
to es predominantemente temígeno. ce características propias que la distinguen de
M A R T I N E Z - G A R C I A et al. (1971) cita- las de sus vecinas. Los tramos más bajos del
ban de las calizas inferiores a la serie turbidíti- Carbonífero (Formación Baleas, Formación
ca una asociación de Foraminíferos del Namu- Vegamián) solamente están presentes en áreas
riense superior (det. de J. R A M I R E Z D E L marginales de la región, mientras en muchos
P O Z O ) ,lo que en principio podía hacer pen- puntos es la Formación Genicera la única re-
sar en una correspondencia con la sección de presentante del Carbonífero inferior. La For-
Antromero de la Región de Pliegues y Mantos, mación Barcaliente está constantemente pre-
que posee edad parecida. Sin embargo, algu- sente, pero no así la Formación Valdeteja, cu-
nos de los elementos presentes en esta fauna ya existencia con espesores reducidos está li-
(Pseudostaffella sphaeroidea, por ejemplo) in- mitada a la parte septentrional de la región,
sinúan en realidad una edad más moderna aunque en algunos puntos de ésta también su
que, en el caso de comprobarse, podría apo- presencia es dudosa.
yar la hipótesis de la presencia de niveles per- En gran parte de la región, sobre la For-
tenecientes a la Formación Escalada por deba- mación Barcaliente existe la serie conocida co-
jo de la Serie flysch de Pendueles. Pero nuevos mo Formación Ricacabiello. Esta formación
hallazgos en estos niveles parecen ser favora- es una serie condensada que equivale en el
tiempo a la Formación San Emiliano, como su base y en la Cuenca Carbonífera central
ya supuso V A N GINKEL (1965), y quizá (considerando su homologación con la Caliza
también a la Formación Valdeteja o parte de de Peña Redonda del Paquete Levinco) la par-
ella. Por lo menos no parece coexistir la For- te inferior es todavía más antigua ya que co-
mación Valdeteja con la Formación Ricaca- rresponde al Bashkiriense superior. Y lo mis-
biello en ningún punto de la región. Y además mo sucede con la Formación Fito, homologa-
debe excluirse la posibilidad de que sea la For- ble con el conjunto potente de materiales de
mación Barcaliente la que ocupe con un ma- la Cuenca Carbonífera central situados por en-
yor desarrollo el espacio que corresponde a la cima de la Caliza de Peña Redonda, pero que
Formación Valdeteja. En efecto, en los esca- temporalmente es correlacionable tan sólo
sos puntos donde ha sido posible datar el te- con la serie de paquetes productivos situados
cho de la Formación Barcaliente, el resultado por encima de los hallazgos más bajos de fau-
ha sido siempre el mismo que para la Región na del Podolskiense superior.
de Pliegues y Mantos, es decir, un Namuriense También parecen existir cambios paralelos
A superior o la base del Narnuriense B. a la dirección de las estructuras. Por lo menos
La condensación de esta serie debe estar parece evidenciarse en lo que se refiere al te-
en relación con la evolución paleogeográfica y cho de la Caliza de Montaña para el Manto del
tectónica. Frente a la elevada subsidencia exis- Ponga y su prolongación septentrional. El
tente en áreas situadas más al W, provocada conjunto pizarroso constituido por las forma-
por el emplazamiento de los primeros mantos, ciones Ricacabiello y Beleño, comprendido
la Formación Ricacabiello atestiguaría tal vez entre dos masas calcáreas, la Caliza de Monta-
la existencia de un cierto equilibrio entre el ña y la Formación Escalada, pierde progresiva-
levantamiento producido por la puesta en mente potencia hacia el NE, con desaparición
marcha del Manto del Ponga y el ritmo de primero de la Formación Ricacabiello sustitui-
sedimentación de esta área. Este mismo fenó- da al parecer por la Formación Valdeteja que
meno explicaría el diacronismo existente en de este modo aumentaría su espesor a expen-
las formaciones que suceden a esta serie, las sas de los tramos de materiales terrígenos. Es-
cuales tenderían a adquirir edades progresiva- te hecho se hace patente especialmente a lo
mente más modernas hacia el E como resulta- largo de las escamas de Ribadesella y Me&,
do de su desplazamiento ante el avance de las donde la intercalación terrígena se acuña y
áreas recién emergidas. Así, como ya hemos acaban por soldarse más o menos efectivarnen-
indicado, la Formación Escalada es netamente te la Caliza de Montaña y la Formación Esca-
diacrónica, puesto que en la sección de Beleño lada, fenómeno generalizado prácticamente en
es exclusivamente podolskiense mientras en la el área inmediata, la Región de Picos de Euro-
de Campo de Caso es todavía kashiriense en pa.
11.7 EL CARBONIFERO SUPERIOR AL OESTE DE LA REGION
DE PICOS DE EUROPA

J. Truyols Santonja
Departamento de Pafeontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo.

11.7.1 LA DISTP.1BUCION DE LOS AFLORA- Pisuerga-Carrión, series del Carbonífero supe-


MIENTOS DEL CARBONIFERO SUPERIOR rior, aún siendo discordantes, aparecen con
Las series carboníferas que acabamos de frecuencia implicadas en las estructuras prece-
describir están dispuestas en una relativa con- dentes, y por eilo resulta más cómodo estu-
tinuidad estratigráfica respecto a las del Paleo- diarlas conjuntamente con el resto de la se-
zoico inferior y medio de la Zona Cantábrica. cuencia carbonífera. Pero en las demás regio-
Esta continuidad no impide que exista casi nes estos materiales aparecen depositados de
siempre una laguna estratigráfica afectando manera totalmente independiente en relación
partes más o menos considerables del Devóni- con las estructuras creadas, de modo que su
co. Incluso en aquellos puntos donde la suce- descripción puede hacerse separadamente de
sión es más completa existe una interrupción las series carboníferas más antiguas. Ello se
que afecta por lo menos todo el Fameniense justifica además por el carácter análogo de los
inferior. Sin embargo esta laguna no supone la materiales y las series estratigráficas presentes.
existencia de discordancias angulares entre las En la cartografía regional estos materiales
series que separa, por lo menos a nivel de aflo- aparecen efectivamente constituyendo aflora-
ramiento: el contacto de los materiales suele mientos dispersos sobre el zócalo plegado, si
ser normalmente disconforme. bien su depósito está relacionado frecuente-
Pero aparte de las sucesiones descritas, mente con accidentes hercinianos tardíos. Es-
que comprenden como máximo el Carbonífe- ta independencia muestra que cuando tuvo lu-
ro medio, existen todavía otras series de edad gar el depósito de sus materiales el proceso
carbonífera (Carbonífero superior) que mani- orogénico fundamental había ya concluido,
fiestan una neta discordancia con los materia- cosa que no sucedía seguramente en los domi-
les subyacentes. Es decir, existe una interrup- nios orientales de la Zona Cantábrica, donde
ción en la sedimentación, y cuando ésta se sucesiones del mismo tipo parecen estar impli-
reanuda los nuevos materiales apenas si sufri- cadas todavía en las estructuras principales.
rán deformaciones de importancia. La discor- Por todo ello reuniremos en un mismo
dancia existente es la astúrica, que atestigua la capítulo el estudio de todos estos materiales
etapa más importante de la orogénesis herci- postorogénicos de las regiones de Pliegues y
niana. Conocida de antigua como previa al S- Mantos, Cuenca Carbonífera central y del
tephaniense, hoy día se sabe ya con seguridad Ponga. Las características litológicas de estos
que es Post-Stephaniense A (W A G N E R ,1965). depósitos son parecidas. Se trata de sedimen-
Los materiales discordantes, por ser posterio- tos continentales en régimen fluvio-torrencial
res a las fases principales de deformación y o lacustre, con sucesiones análogas aunque la
atendiendo a su carácter, debieran recibir la influencia local es siempre importante. Sólo
consideración de molasas. Pero conviene ad- en algunos puntos concretos se han localizado
vertir no obstante, que no son totalmente secuencias de carácter salobre, que insinuarían
postorogénicos, ya que todavía sufrieron de- un régimen parálico en la sedimentación. En
formación aunque poco importante durante cambio en los dominios que aquí excluimos
las últimas fases del ciclo orogénico hercinia- (Picos de Europa y Pisuerga-Carrión), los nive-
no. les salobres del Carbonífero superior ofrecen
En las regiones de Picos de Europa y del mayor representación y existen además series
bajo sedimentación marina. Estas sucesiones estudio del Carbonífero cantábrico. Algunos de
se describirán conjuntamente con el resto de los trabajos más antiguos efectuados sobre este
la secuencia carbonífera en cada una de aque- Carbonífero se refieren precisamente al Ste-
llas regiones. phaniense (PAILLETTE etal., 1845;~EsO1G-
El Carbonífero superior aparece pues en N I E , 1850; P R A D O y V E R N E U I L , 1850,
la cartografía formando afloramientos aisla- etc.), ya que algunas de sus cuencas figuran
dos de extensión muy variada, que ordinaria- entre las primeras que se explotaron indus-
mente debido a su consideración minera (ca- trialmente (carbones de Arnao, Ferroñes, Sa-
pas de carbón) son conocidas como "cuencas" bero, etc.). El conocimiento de la edad de es-
particulares. Si bien es cierto que varias de tos materiales empezó en la segunda mitad del
ellas deben poseer probablemente un origen siglo pasado con los primeros estudios de la
independiente, la acción posterior d e la ero- flora fósil que fue atribuida al Hullero supe-
sión que ha desmantelado parte de estos mate- rior (G E I N ITZ, 1 8 6 7 ; G R A N D ' E U R Y ,
riales ha contribuido sin duda a aislar aflora- 1877a; Z E I L L E R , 1882; MALLADA, 1892).
mientos que antes formarían entidades más B A R R O I S (1882) fue el primer geólogo en
amplias. El hecho de que los niveles basales de advertir la independencia de las series del Car-
estas series estén generalmente constituidos bonífero superior respecto a las anteriores con
por conglomerados brechoides de ordinario el establecimiento de la "Assise" de Tineo, a
mal calibrados y de procedencia local atesti- la cual atribuyó la mayor parte de afloramien-
guando la existencia de un relieve vigoroso, tos stephanienses de la región conocidos en la
facilitó sin embargo la posibilidad de que apa- época. La explotación moderna de las capas
reciesen algunas cuencas de carácter intramon- de carbón ha facilitado los estudios en la zona
tan0 separadas unas de otras. El juego de algu- y el mejor conocimiento de sus materiales.
nas fracturas hercinianas tardías favoreció el
depósito rápido de los materiales que en algu- 11.7.2 LAS CUENCAS STEPHANIENSES
nas áreas alcanzó más de 2.000 m de espesor.
Otras en cambio muestran espesores muy re- Como ya indicamos anteriormente, aflo-
ducidos, si bien ello puede ser debido a la ramientos del mismo tipo que los existentes
acción erosiva posterior de los materiales. en la Zona Cantábrica se encuentran también
Todavía existen otros materiales que qui- en algunos puntos de la Zona Asturocciden-
tal-Leonesa, es decir, más al oeste de la ante-
zá pertenecen al Carbonífero superior y que
rior. Por ello podemos agrupar los diversos
no serán descritos aquí puesto que lo han sido
afloramientos existentes, incluyendo también
ya previamente. En la sucesión existente en la
los de esta área, en cinco apartados:
Cuenca Carbonífera central los paquetes más
1. Afloramientos de la Zona Asturocci-
altos de la serie pueden pertenecer tal vez al
dental-Leonesa.
Stephaniense (véase anteriormente). Como ya
2. Afloramientos sobre el Antiforme del
hemos indicado no hay ninguna seguridad de
Narcea.
que ésta sea la edad de los últimos paquetes
3. Afloramientos relacionados con la fa-
productivos de la serie, aunque se vieron
lla de León.
evidencias en su favor. En esta área existe una
4. Afloramientos relacionados con la fa-
continuidad en la sedimentación, ya que hasta
lla de Sabero-Gordón.
ahora no se han descrito interrupciones (y me-
5. Afloramientos dispersos en la parte
nos discordancias) en la secuencia carbonífe-
ra. Si se llegase a confirmar la edad stephaniense septentrional de la Zona Cantábrica.
de estos tramos de la Cuenca carbonífera cen-
tral, el hecho estaría en desacuerdo con la 11.7.2.1 AFLORAMIENTOS DE LA ZONA ASTUR-
OCCIDENTAL-LEONESA
extensión generalizada de la "discordancia
leónica" ( ~ A G N E 1959b)R, a lo largo de to- Los afloramientos más occidentales del
da la cuenca carbonífera cantábrica. Carbonífero superior están situados en la par-
Estas series fueron conocidas por varios te oriental de la Zona Asturoccidental-Leone-
de los primeros autores que se ocuparon del sa, en el llamado Dominio del Navia y alto Sil
(Fig. 11.20). En esta zona no existen más que bastante mayor ya que depósitos terciarios cu-
estos materiales como representación del Car- bren parte de la cuenca. Salvo datos dispersos
bonífero, descansando sobre series del Paleo- del siglo pasado, no se ha abordado el estudio
zoico inferior (Cámbrico, Ordovícico, Silúri- de estos materiales sino hasta muy reciente-
co) de manera discordante. En su génesis tu- mente (ALVARADO y SOBRINO, 1946;
vieron papel destacado fracturas de importan- H E R N A N D E Z - S A M P E L A PY O
y ,A., 1952;
cia diversa que controlaron activamente la se- ALVARADO, 1952; A L M E L A y D E L V A -
dimentación marginal. La mayor parte de es- LLE, 1963; V E L A N D O et al., 1973; P E R E Z -
tos afloramientos presentan en su base bre- E S T A U N et d., 1982; M A T A et d . , en pren-
chas de elementos locales y la sedimentación sa). La sucesión estratigráfica se inicia con
se inicia con gruesos conglomerados que reve- conglomerados cuarcíticos en la base, con un
lan la existencia en la zona de un paleorrelieve espesor de 100 a 150 m. Más arriba la serie
muy acusado. mantiene su carácter detrítico con areniscas y
El afloramiento más importante de la zo- algunos episodios de conglomerados. Entre
na, y además el que posee mayor extensión ellos hay tramos pizarrosos con capas de car-
superficial de todos los del'carbonífero supe- bón, que son objeto de activa explotación.
rior del NW de España, es el que constituye la A L V A R A D O (1952) agrupó las distintas ca-
cuenca de El Bierzo o de Ponferrada, en el pas productivas en conjuntos o paquetes que,
valle del Sil. El área ocupada por sus materia- de abajo a arriba, son los siguientes: Cuervo,
les, tal como aparece en la cartografía, es de Congosta, Llamazares, La Posada, Modroño y
unos 296 Km2, pero la superficie real debe ser Valdebraña. El espesor total de esta serie al-

e
FONSAGRADA

SOMIEDO -

LA

Fig. 11.20.- Afloramientos del Stephaniense en la Zona Asturoccidental-leonesa y el Antiforme del Narcea.
POLA DE L E N A

\$JdeI Puerto Ventana CUENCA

Fig. 11.21.- Afloramientos del Stephaniense relacionados con las fallas de León y Sabero-Gordón.

canza los 1.800 m. La existencia de una abun- Otro afloramiento análogo situado más
dante flora fósil, especialmente hacia la parte al NW es el de San Antolín de Ibias (4 Km2).
alta de la sucesión, permite su datación. Sin La serie es asimismo comparable: brechas y
embargo, la información que se posee de esta conglomerados en la base, areniscas y pizarras
cuenca comparativamente a su extensión e im- en la parte superior ( M A R C O S et al., 1979).
portancia, es relativamente escasa. Las aporta- En la línea costera, al NE de Figueras,
ciones de A L V A R E Z - R A M I S (1965) y de existe un minúsculo afloramiento carbonífero
W A G N E R (1965, 1970) permiten datar sus en la Punta de la Rubia (=,Punta del Cuerno),
capas como pertenecientes al Stephaniense B conocido ya por B A R R O IS (1882) que atri-
o al B-C. buyó sus materiales al Ordovícico, si bien mos-
Al NW de la cuenca de El Bierzo existen tró ya sus semejanzas con los que integran las
afloramientos stephanienses reducidos que al- series de Tineo y otras localidades del valle del
canzan incluso la zona costera. En la divisoria Narcea (Fig. 11.22). La serie se reduce a 20 m
hidrográfica de la Cordillera se encuentra la de conglomerados y brechas rojizas y 80 m de
pequeña cuenca de Tormaleo, de tan sólo areniscas y pizarras (F A R BE R y J A R IT z ,
unos 5 Km2. Este afloramiento contiene en su 1964; H E R N A N D E Z - P A C H E C O y A S E N S I O
base conglomerados cuarcíticos a los que si- AMOR, 1965; M A R C O S et al., 1979). Algu-
guen niveles de pizarras. Más arriba se presen- nos restos vegetales permiten atribuir la serie,
tan areniscas y pizarras constituyendo ciclos como las demás de la zona, al Stephaniense B
que finalizan en niveles carbonosos, objeto de ( A L V A R E Z - R A M I1966).
S,
explotación ( P U L G A Ret al., 1981). El espe-
sor de la serie no sobrepasa los 350 in. La
11.7.2.2 AFLORAMIENTOS SOBRE EL ANTIFOR-
flora presente en diversos niveles indiCa una
edad Stephaniense B-C como en El Bierzo, se- ME DEL NARCEA
gún W A G N E R (1970). Para L O R E N Z O En posición más interna respecto al Arco
(1978), la edad del conjunto sería Stephanien- astúrico existen sobre el Precámbrico del Nar-
se B para las capas bajas y Stephaniense C cea (y Cámbrico) una serie de afloramientos
probable para las superiores. stephanienses de interés (Fig. 11.20). Los de la
--Z
--•P O N O A
0
1
10 POKn.
1

Fig. 11.22.- Afloramientos del Stephaniense del sector septentrional de A s t u d .

parte septentrional (vertiente asturiana de la to situado al W del Puente del Infierno y otros
Cordillera Cantábrica) fueron los que, estudia- más reducidos, es de unos 20 Km2. La suce-
dos por B A R R O IS (1882), suministraron la sión estratigráfica es comparable a la que exis-
base de su "Assise" de Tineo del Carbonífero te en los afloramientos de la Zona Asturocci-
superior. También aquí como en la región an- dental-Leonesa. Empieza con brechas locales
tenor, las fracturas jugaron un papel impor- (15 m) de colores rojizos y conglomerados
tante en la génesis de las cuencas locales. Sin cuarcíticos bien rodados. Inmediatamente por
duda varios de estos afloramientos estuvieron encima aparecen pizarras y capas de carbón
conectados formando una misma cuenca. C O - explotable que integran el Paquete Gera-La
R R A L E S (1970) ha estudiado la relación que Rasa, el más importante de la cuenca. En la
desde el punto de vista sedimentológico existe parte superior existen varios niveles destaca-
en los más importantes afloramientos de esta dos de conglomerados que inician sendos ci-
región. En la vertiente septentrional y dentro clos en los que figuran areniscas, pizarras y
del valle del Narcea existen los aflorwientos de capas de carbón poco importante. El conjunto
Tineo-Puente del Infierno, Cangas del Narcea, supera los 800 m de espesor (ALv A R E Z - R A -
Carballo y Rengos, junto a algunos más pe- MIS, 1965; WAGNER, 1965; JULIVERT et
queños. En la meridional, los de Villablino y al., 1977). La edad de las capas se ha basado
La Magdalena. De estos Últimos, seguramente en la abundante flora existente. Aparte los es-
el primero está genéticamente relacionado con tudios del siglo pasado, han sido las numero-
los del valle del Narcea, mientras el de La sas listas publicadas en los últimos decenios
Magdalena parece estarlo con los afloramien- las que han permitido la datación de la serie
tos vinculados a la falla de Sabero-Gordón (RUIZ F A L C O y MADARIAGA, 1933,1941;
(Ciñera-Matallana y Sabero). M E N E N D E Z A M O R y JONGMANS, 1952;
La cuenca de Tineo figura entre las más A L V A R E Z - R A M I S Y DOUBINGER, 1964;
antiguas que se conocen de todo el occidente A L V A R E Z RAMIS, 1965; WAGNER, 1964,
de Asturias; citada ya por S C H U L Z (1858) 1965, 1970; D E L A VEGA, 1959,1964). LOS
aunque su edad fue mal interpretada, y por distintos tramos se consideran de edad Ste-
B A R R O 1s (1882), que la utilizó como punto phaniense B-C ( A L V A R E Z - R A M I1964)
S, o
de referencia para el Hullero superior, gracias C ( W A G N E R1965).
,
a las dataciones de flora de G R A N D ' E U R Y Más al S está la cuenca de Cangas del
(1877a) y Z E I L L E R (1882). La extensión de Narcea, citada asimismo por B A R R O I S
la cuenca de Tineo, incluyendo el afloramien- (1882). Está representada por varios aflora-
mientos, el más importante de los cuales, al W más importante cuenca de la zona: la de Villa-
de Corias, posee 1 5 Km2. La sucesión fue es- blino. Su extensión superficial alcanza los 95
tudiada por V I R G I L I y C O R R A L E S (1966) y Km2 y la serie sedimentaria presente es muy
por C O R R A L E S (1970, 1971), que recono- potente ya que debe aproximarse a los 3.000
cieron el carácter de molasa de la sedimenta- m de espesor. Existen datos antiguos sobre
ción y su origen fluvial. La serie posee un es- geología de esta zona (RUBIO, 1876; M O N -
pesor reducido (unos 200 m) y empieza con R E A L , 1878; R E V I L L A , 1906; D U R A N y
brechas y conglomerados, seguida por arenis- A R A N G O , 1918), pero como siempre los es-
cas, pizarras y capas de carbón. La sedimenta- tudios de detalle de la estratigrafía y estructu-
ción es pues de carácter fluvial en sentido ra de la cuenca son relativamente recientes
amplio. La serie ha podido ser datada por la (VIDAL B O X , 1943; ALVARADO, 1952; AL-
flora existente, estudiada por D E L A V E G A V A R E Z - R A M I S , 1965; C O R R A L E S y P E -
(1959, 1964, 1968, in CORRALES, 1970) y L A E Z , 1966; V A N D E N B O S C H , 1969; C O -
W A G N E R (1965, 1970), que la situaron en el R R A L E S , 1970,1971). También aquí la sedi-
Stephaniense B, aunque el segundo de dichos mentación basal está representada por brechas
autores se ha inclinado Últimamente por el y conglomerados poligénicos. A estos materia-
Stephaniense C. les siguen areniscas y pizarras formando ciclos
Al SE de la anterior, y siempre en el valle como en las cuencas del Narcea, si bien aquí
del Narcea y sus afluentes, está la cuenca de falta por lo general el término conglomeráti-
Carballo. La sucesión posee unos 800 m de co. No obstante, estos ciclos siguen poseyen-
espesor. La base de la serie está representada do carácter fluvial. Hacia la parte alta de la
por las brechas locales, Sigue un tramo de 400 serie existe una banda importante de conglo-
a 500 m constituido por conglomerados con merado cuarzoso bastante constante, que
intercalaciones de pizarras y algunas capas de W A G N E R (1965) ha supuesto homologable
carbón. Encima se repiten varios ciclos sin con los conglomerados basales de la cuenca de
conglomerados, con areniscas, pizarras y Tineo. Según datos de C O R R A L E S (1970), el
carbón (CRESPOet al., en prensa). La flora, conjunto productivo situado por debajo de la
como en las cuencas anteriores, parece ser in- citada banda de conglomerados comprende
dicativa del Stephaniense B-C (DE L A VEGA, los paquetes Orallo y Calderón, y el situado
1964; C R E S P O et al., en prensa). por encima los paquetes Paulina y María Bol-
Más al S y junto a la divisoria hidrográfi- sada. En el extremo oriental de la cuenca exis-
ca está la cuenca de Rengos, mencionada tam- ten los paquetes Carrasconte y Lumajo desco-
bién por B A R R O I S (1882) y por D U R A N y nectados de los demás, que quizá se corres-
A R A N G O (1918). Recientemente ha sido es- ponden ( C O R R A L E S1970)
, con los dos Últi-
tudiada por C O R R A L E S (1970,1971). Su su- mamente indicados. La edad del conjunto es
perficie es de 28 Km2 y el espesor de la serie como siempre, Stephaniense B-C (WAG N E R ,
alcanza los 1.500 m. La sucesión empieza co- 1965, 1970); para los demás la edad es B o
mo siempre con conglomerados poligénicos de B-C (DE L A VEGA, 1964; A L V A R E Z - R A -
origen local a los que siguen areniscas, pizarras MIS, 1965; W A G N E R , 1965, 1970). Los da-
y niveles de carbón en secuencias cíclicas aná- tos faunísticos procedentes de H E R N A N -
logas a las de la vecina cuenca de Cangas si DEZ-SAMPELAYO, P. y A. (1947) que atri-
bien con mayor amplitud. La edad de la serie buían a las capas de Villablino una edad Na-
es totalmente comparable a la de las demás muriense-Westfaliense inferior hay que consi-
cuencas. La flora fósil recolectada ha sido atri- derarlos como erróneos.
buida al Stephaniense B por D E L A V E G A En estas cuatro cuencas aparecen en ma-
(1959, 1964 in CORRALES, 1970), W A G - yor o menor proporción rocas porfídicas, a
N E R (1965), A L V A R E Z - R A M I S (1965), L O - veces interestratificadas, como sucede casi
R E N Z O (in B A S T I D A et d., 1980) O al Ste- siempre en Villablino, o cortando la serie en
phaniense B-C por W A G N E R (1970). otros puntos. En Tineo y en Villablino estos
En la vertiente meridional, junto a la di- pórfidos llegan a coquizar las capas de carbón
visoria hidrográfica, se encuentra la mayor y (MELENDEZ, 1943; C O R R A L E S 1970).
Finalmente, sobre el extremo meridional La cuenca de Puerto Ventana es la más
del Antiforme del Narcea afloran maleriales importante (16 Km2). Situada en la vertiente
stephanienses-pertenecientes a la cuenca de La septentrional, alcanza en su extremo S la divi-
Magdalena (34 Km2). El espesor de la suce- soria hidrográfica de la cordillera. La serie po-
sión representada es de unos 1.500 m, y en see un espesor máximo de 900 m. En su sec-
ella abundan los conglomerados cuarcíticos, tor septentrional la sucesión está constituida
especialmente en la parte inferior y media, en- casi exclusivamente por conglomerados cuar-
tre los cuales sin embargo existen también ca- cíticos generalmente bien redondeados. En
pas de carbón. HEW A R D (1978) ha interpre- cambio en la parte meridional los conglomera-
tado la serie inferior como constituida por dos se encuentran en los tramos más bajos y
abanicos aluviales en cuya parte distal se acu- constituyendo algunas bandas aisladas en los
mulan los depósitos carbonosos; en esta parte tramos altos. Estos forman un conjunto de
existirían varias megasecuencias superpuestas. 350 m de areniscas y pizarras ordenadas for-
La parte distal de la sucesión corresponde al mando ciclos que terminan en capas de car-
Stephaniense B, como lo muestra clramente la bón explotable. La serie recuerda la de La
flora presente en sus diversos tramos y que es Magdalena y quizá corresponde al mismo mo-
comparable con la de la cuenca de Ciñera-Ma- delo descrito por H EWA R D (1978). Los pri-
tallana, si: ,ada a poca distancia y con la que meros datos referidos a estos materiales proce.
pudo tener relaciones genéticas. La flora era den de la segunda mitad del siglo pasado
conocida de antiguo y atribuida al Hullero su- ( S C H U L Z1858;
, ABELLA, 1877; BARROIS,
perior (AREITIO, 1874; MALLADA, 1898), 1882), pero la datación precisa de los tramos
pero su estudio no se ha producido sino hasta de la cuenca a partir de la flora contenida en
los últimos tiempos ( W A G N E R1959,
, 1962, ellos se obtuvo a partir de los estudios de M A -
1965; ALVAREZ-RAMIS, 1965; STOCK- D A R I A G A (1928), G O M E Z D E L L A R E N A y
M A N S y WILLIERE, 1965; LORENZO, R O D R I G U E Z A R A N G O (1948), G A R C I A
1979). F U E N T E (1959), &C. W A G N E R (1965) y
L O R E N Z O (in T R U Y O L S et al., en prensa a)
' 2 '3 RAMIENTOS han datado la sucesión como del Stephaniense
CON LA FALLA DE LEON
B.
La falla de León (la "Leon-line" de D E Las cuencas de Canseco-Lugueros, entre
SITTER, 1962) es una larga fractura de direc- las cabeceras de los ríos Torío y Curueño, de
ción E-W cuyo trazado se sitúa en gran parte Rucayo-Camposolillo, entre el Curueño y el
de su recorrido muy cerca del mismo frente Porma, y de Solle-Salamón, entre el Porma y
de las escamas más internas de la Unidad de el Esla, no son sino segmentos de un mismo
La Sobia-Bodón en su segmento meridional. afloramiento estirado a lo largo de 40 Km,so-
Su prolongación occidental se incurva hacia el bre la falla de León, con una anchura que
NW para finalizar dentro de las escamas de apenas alcanza 1 Km. La sucesión estratigráfi-
dicha unidad. Contrariamente a lo que pensa- ca es mal conocida. E V E R S (1967) establece
ba su autor, se trata de un accidente posterior para ella el nombre de Formación Rucayo y
a la etapa de emplazamiento de los mantos y describe una serie en la localidad típica de
de su deformación ( M A R C O S1968).
, A lo unos 500 m de espesor, que empieza con con-
largo de este accidente se sitúan una serie de glomerados cuarcíticos en la base y sigue con
afloramientos de edad Stephaniense, cuya pre- pizarras y capas de carbón, que fueron explota-
sencia revela el juego de este accidente duran- das en algunos puntos.De la cuenca de Rucayo-
te el Carbonífero superior. Estos afloramien- Carnposolillo, w A G N E R (1963) citó una flora
tos son la cuenca de Puerto Ventana, la de de edad Stephaniense B; de la de Canseco y de
Canseco-Lugueros, la de Rucayo-Camposolillo la de Salamón, V A N A M E R O M (1965) citó
y la de Solle-Salamón. En realidad, salvo la también floras de la misma edad. Así pues, a
primera, las demás constituyen prácticamente lo largo de la falla de León, los depósitos del
un afloramiento único, apenas interrumpido a Cqbonífero superior corresponden a una
lo largo de la falla de León (Fig. 11.21). edad Stephaniense B.
11.7.2.4 AFLORAMIENTOS RELACIONADOS ma a la que pertenecían los materiales de la
CON LA FALLA DE SABERO-GOR- vecina cuenca de Sabero, por lo que utilizó
DON para denominarla el nombre de Formación Sa-
Las dos cuencas mejor conocidas del Ste- bero. Es el mismo criterio que han seguido
phaniense de la Cordillera Cantábrica son las otros autores como H E L M I G (1965) con el
de Ciñera-Matallana y Sabero, situadas al S de nombre de Formación del Cea o V A N S T A -
la falla de León, entre los cursos del Bernesga A L D U I N E N (1973) con el de Formación Pra-
y el Curueño la primera y entre los del Porma do. En cambio W A G N E R ( 1 9 7 1 ~ estableció
)
y el Esla la segunda (Fig. 11.21). Seguramente para el conjunto hasta siete formaciones con
su origen es debido a la existencia de la falla un alcance comparable a lo que en otras cuen-
de Sabero-Gordón, de características similares cas (Cuenca Carbonífera central, Cuenca de
y traza paralela a la falla de León y cuyo jue- Villablino, de Ponferrada, etc.) se conocen co-
go debió ser parecido ( R U P K E ,1964). Una mo paquetes: San Francisco, Pastora, Cascajo,
comparación entre las sucesiones de dichas Roguera, San José, Bienvenidas y Matallana.
cuencas parece evidenciar que incialmente de- La flora existente, con un centenar de espe-
bieron constituir una misma unidad sedimen- cies conocidas, ha merecido estudios descripti-
taria, que la erosión posterior ha llegado a se- vos muy detallados por parte de W AG N E R
parar. (1963b, 1964b, 1965b), que han convertido
esta cuenca en punto de referencia para las
La cuenca de Ciñera-Matallana (58 Km2) demás del Carbonífero superior de la Zona
es actualmente dentro del Carbonífero supe- Cantábrica La edad de la flora es según
rior de la Cordillera Cantábrica la que posee W A G N E R (1971c), Stephaniense B.
un mejor grado de conocimiento, lo mismo También la cuenca de Sabero figura en-
desde el punto de vista estratigráfico que pa- tre las mejor conocidas de todo el Carbonífe-
leontológico. Los primeros estudios proceden ro superior de la región. Los primeros datos
de la época de M A L L A D A (1886,1898), pero que poseemos de ella son anteriores a los de la
la mayor parte de la información útil se ha cuenca de Ciñera-Matallana, y proceden de
obtenido gracias a los estudios efectuados en E Z Q U E R R A D E L B A Y O (1884a) y de P R A -
los Últimos treinta años (GO M E z D E L L A R E - D O y V E R N E U I L (1850). Su conocimiento
NA, 1950; V A N A M E R O M y V A N D I L L E - preciso es en cambio reciente y se inició como
WIJN, 1963; HELMIG, 1965; EVERS, 1967; el de aquélla hace unos treinta aiios. La suce-
V A N S T A A L D U I N E N , 1973; W A G N E R y sión abarca mayor espesor que la de Ciñera-
ARTIEDA, 1970; WAGNER, 1 9 7 1 ~ )Laserie . Matallana, ya que parece alcanzar hasta 2.500
empieza con conglomerados calcáreos que en m. H E L M I G (1965) y K N I G H T (1971) ha-
algunos puntos alcanzan los 250 m de espesor, bían dividido el conjunto en tres paquetes,
fosilizando relieves preexistentes. Siguen fa- que se han denominado Paquete Norte, Cen-
cies pantanosas con niveles de carbón muy im- tral y Sur, pero últimamente K N I G H T (1974)
portantes (e1 90% de los existentes en la cuen- ha establecido un número superior de unida-
ca) y más arriba facies fluviales con areniscas des, el Paquete inferior (Formación Raposa),
y pizarras asociadas a capas de carbón. la Secuencia pizarrosa inferior (Formación
E V E R S (1967) interpreta la sucesión con ca- Gonzalo), el Paquete Norte (Formación Suce-
rácter cíclico, pero en realidad la sedimenta- siva), la segunda Secuencia pizarrosa (Forma-
ción es irregular con cambios muy rápidos. ción Quemadas), el Paquete Central (Forrna-
H E W A R D (1978) relaciona la cuenca de Ciñe- ción Herrera), el Paquete Sur (Formación Uni-
ra-Matallana con la de La Magdalena e inter- ca) y el Paquete (Formación) Perla. Estos pa-
preta la sucesión como formando parte de una quetes pueden compararse con los de la cuen-
serie de abanicos aluviales más distales que los ca Ciñera-Matallana, pero no existe necesaria-
que presenta esta última cuenca. El espesor mente una correspondencia paquete a paque-
total de los materiales es del orden de los te. En efecto, el conjunto de la flora (W A G -
1.000-1.500 m. Para E V E R S (1967) el con- N E R , 1957,1965; H E N K E S , 1961; KNIGHT,
junto constituía una única formación, la mis- 1964, 1965) muestra una edad comparable a
la de Ciñera-Matallana, pero el material de las La pequeña cuenca de Ferroñes, al S de
capas bajas se revela como más antiguo Avilés, empotrada por fracturas dentro del
(KNIGHT, 1974),pudiendo asignarse al Stepha- Devónico, posee interés histórico por haber
niense A superior. Esta edad es la que poseen sido de las primeras conocidas de la Cordillera
los tres paquetes inferiores (Raposa, Gonzalo Cantábrica ( P AI L L E T T E et al., 1845;
y Sucesiva), con lo que en todo caso la corres- S C H U L Z , 1858). Z E I L L E R (1882) colocó ya
pondencia en edad de las capas más bajas de la sus niveles dentro del Hullero, superior. No
cuenca de Ciñera-Matallanadebería efectuarse se conocen apenas datos estratigráficos del
a partir de la Formación Quemadas. La suce- afloramiento. La flora es Stephaniense B
sión comporta unos 100 m de conglomerados ( W A G N E R1965)
, O C (WAGNER 1970).
,
calcáreos en la base, a los que siguen más arri- Un interés histórico parecido posee la pe-
ba, areniscas, pizarras y capas de carbón, aun- queña cuenca de Arnao, junto a la costa al W
que éstas aparecen distribuidas a lo largo de de Avilés. El Carbonífero está cabalgado por
toda la columna estratigráfica. En la base de la el Devónico según observó ya S C H U L Z
sucesión, y con una discordancia angular que (1858), y este hecho provocó algunas polémi-
se pierde lateralmente, se encuentran las Ca- cas sobre la edad de las capas que inicialmente
pas de Alejico (KNIGHT, 1971), que constitu- se consideraron devónicas como las de Ferro-
yen una secuencia aparte de conglomerados y ñes. Elementos florísticos fueron reconoci-
capas de carbón asimismo del Stephaniense A dos por G E I N I T Z (1867) yp0rGRAND'-
superior. Probablemente estas capas consti- E U R Y (1877a) y atribuidos ya al Hullero
tuyen los niveles más bajos de la sedimenta- superior. Una revisión moderna de la flora ha
ción posbastúrica. Materiales de edad más an- mostrado que deben pertenecer al Stephanien-
tigua que aparecen en muchos puntos de la se B-C o quizá simplemente al C (W A G N ER,
Zona Cantábrica (el Cantabriense, de W A G - 1965; LORENZO, 1977).
N E R ) son anteriores a la discordancia princi- El minúsculo afloramiento de San Juan
pal. de Nieva en la ría de Avilés podría correspon-
Dentro del Paquete Raposa en su parte der a una prolongación submarina de la cuen-
inferior se ha localizado una fauna de carácter ca de Arnao, como había observado P A T A C
salobre ( E A G AR y W E I R , 1971), indicadora (1932), dada la estructura general. Por su flo-
de la proximidad de la costa. Como ya se ha ra sabemos que la edad es también Stepha-
indicado, en las regiones del Pisuerga-Carrión niense B-C o C (WAGNER,1965; LORENZO,
y Picos de Europa tramos de edad aproximada 1977). Pero los materiales de San Juan de Nie-
se presentan en algunos puntos con facies ma- va parecen estar relacionados con rocas volcáni-
rina. cas como las que en muchos puntos se han
atribuido al Pérmico, cosa que no sucede con
la pequeña sucesión de Arnao.
11.7.2.5 AFLORAMIENTOS DISPERSOS EN LA En la Cuenca Carbonífera central, entre
R E G I O N DE PLIEGUES Y MANTOS, Olloniego y Sama de Langreo, existe discor-
CUENCA CARBONIFERA CENTRAL Y dante sobre los materiales westfalienses una
REGION DEL PONGA serie constituida por rocas piroclásticas que
En el resto del área situada al Oeste de V E L A N D O et al. (1975) llaman Formación
Picos de Europa y de la Región del Pisuerga- San Tirso y la colocan en el Stephaniense o
Carrión existen todavía pequeños afloramien- Pérmico; una edad pérmica o triásica había
tos dispersos de edad stephaniense. En algu- sido y a establecida por K A R R E N B E R G
nos casos estos materiales están situados en la (1934). En la parte basal de esta serie (que
base de series que contienen rocas piroclásti- será descrita más adelante en el apartado del
cas y que se han datado como pérmicas. En Pérmico) se ha encontrado últimamente una
otros casos se trata de pequeñas cuencas aisla- flora que W A G N E R y M A R T I N E Z - G A R C I A
das como las estudiadas anteriormente, si bien (1982) colocan con algunas dudas en el Ste-
generalmente de extensión muy reducida (Fig. phaniense C, lo que permitiría compararla con
11.22). la de San Juan de Nieva.
Finalmente, sobre el Manto de Sebarga en tiempos más recientes H E L M I G (1965) y
en la Región del Ponga existe una serie detríti- E V E R S (1967) suponían que por lo menos
ca discordante sobre el Carbonífero medio (si una cuenca única se habría instalado al S de la
bien la discordancia es sólo detectable carto- línea de León, por lo que utilizaban un nom-
gráficamente), constituida por conglomerados bre común de formación para todos los aflora-
calcáreos, areniscas, pizarras y carbón, que ha mientos stephanienses del área (Formación
suministrado asimismo una flora stephaniense del Cea, Formación Sabero, respectivamente).
(JULIVERT, 1960a; WAGNER, 1965,1970). Pero el que no existiese una cuenca gene-
La discordancia pasó inadvertida para B A - ralizada, ello no significa que varios de los ac-
R R OIS (1882) que integraba los materiales en tuales afloramientos aislados no hubiesen esta-
la sucesión del Carbonífero medio. La exten- d o originariamente conectados formando
sión de esta cuenca es reducida no superando cuencas que la erosión posterior ha separado
los 8 Km2, pero su interés es notable ya que hasta dejarlos en su forma actual. El hecho de
la serie aparece deformada junto con los mate- que sus materiales aparezcan descansando so-
riales subyacentes, lo que no sucede con el bre las desigualdades de un paleorrelieve pre-
resto de los afloramientos de los que nos veni- stephaniense importante, favoreció dicha se-
mos ocupando (JULIVERT, 1960a). Por este paración en los puntos en que el zócalo se
motivo la edad precisa de estos materiales po- encontraba a escasa profundidad.
see gran interés. Desgraciadamente la flora re- En el origen de estas cuencas estuvo la
colectada no parece ser demasiado útil para aparición de una red de fracturas posterior al
establecerla. En 1965 W A G N E R indicaba que episodio de emplazamiento de los mantos. JU-
esta flora podía ser Stephaniense A medio o L I V E R T et al. (1971) han sistematizado las
superior, pero posteriormente se ha inclinado etapas de aparición de estos accidentes y su
por una edad más moderna, tal vez Stepha- datación. Entre ellas está la fase de aparición
niense B o C ( W A G N E R1970).
, del sistema de fracturas de traza E-W, cuyo
juego tuvo importancia para el depósito de
una parte de los materiales stephanienses. En
11.7.2.6 RELACIONES ENTRE LOS AFLORA- este caso se encuentran la falla de León y la
MIENTOS STEPHANIENSES de Sabero-Gordón y sus satélites, responsables
Las cuencas que acabamos de mencionar de la sedimentación stephaniense a lo largo de
poseen series con materiales de origen conti- su recorrido. La falla de Villablino, que limita
nental que presentan parecidos tipos de suce- la cuenca por el sur, podría ser la continua-
sión: brechas en la base, conglomerados más o ción occidental de la falla de Sabero-Gordón y
menos rodados, areniscas y pizarras con nive- aún ésta podría alcanzar las fracturas que ori-
les carbonosos, ausencia de calizas. Por otra ginaron la pequeña cuenca de Tormaleo den-
parte todas estas series parecen poseer la mis- tro de la Zona Asturoccidental-Leonesa. Los
ma edad o por lo menos ésta oscila siempre accidentes que deben haber controlado la sedi-
entre el Stephaniense B y el C, con una sola mentación de las cuencas de La Magadalena y
excepción donde existen tramos basales del el Bierzo, parecen ser réplicas de las fallas an-
Stephaniense A superior y otra en la que exis- teriores ya que se presentan escalonadas hacia
ten dudas. La impresión que producen estos el S siguiendo la misma dirección. En cambio
hechos es la de que las actuales cuencas no las fracturas relacionadas con los afloramien-
son sino retazos aislados de una única cuenca tos de la zona del Narcea parecen de carácter
stephaniense que se habría instalada sobre la más local, a no ser que representen el resulta-
Zona Cantábrica y aún sobre áreas situadas do de una reactivación de accidentes anterio-
más al Oeste. Esta idea de una gran cuenca res relacionados con el movimiento de empla-
stephaniense no puede ser admitida en el esta- zamiento de los mantos.
do actual de nuestros conocimientos. P A T A C co R R A L E S (1971), que implícitamente
(1920) había imaginado la posible existencia supone que existió algún tipo de relación en-
de una gran cuenca del Carbonífero superior tre las cuencas del Narcea y la de Villablino,
rodeando a la Cuenca Carbonífera central, y discute las diferencias entre ellas a la luz de
hechos como la dirección de los aportes mate- continental en una cuenca instalada sobre un
riales que proceden del N y el carácter ciclo- relieve acusado. La correlación propuesta por
temático de gran parte de la sucesión. Tam- HEWA R D mostraría el progresivo avance ha-
bién WA G N E R (1970) ha discutido posibles cia el W de la sedimentación en el área meri-
correlaciones entre la cuenca de Tineo y la de dional de la Zona Cantábrica a partir del Ste-
Villablino con base a criterios paleontológicos phaniense A superior del borde oriental de la
y litológicos. Estos últimos, sin embargo, han cuenca de Sabero. En este punto existen fa-
de ser empleados con reservas, ya que el he- cies salobres y no hay que olvidar que más al
cho de que en la base de cada serie existan E (véase más adelante) existen en la Región
materiales análogos (brechas, conglomerados del Pisuerga-Carrión tramos de la misma eCad
cuarcíticos) no autoriza a utilizarlos como ele- con facies marina. Por encima la sedimenta-
mentos de correlación entre series situadas a ción tuvo ya carácter exclusivamente conti-
cierta distancia unas de otras. HEW A R D neiital (inicialmente torrencial acorde con los
(1978) ha mostrado una posible correlación desniveles de! relieve, después fluvial y final-
entre las sucesiones existentes en La Magdale- mente lacustre). Este avance progresivo de los
na, Ciñera-Matallanay Sabero con criterios se- materiales sedimentarios hacia el W donde ve-
dimentológicos sustentados por los datos pa- rosímilmente existirían las zonas más eleva-
leontológicos disponibles, y así puede verse das, ya había sido insinuado por E V E R S
que la correlación no supone la equivalencia (1967) y desarrollado con más amplitud por
completa de la secuencia total de cada cuenca, W A G N E R (1970).
como es de esperar para una sedimentación
11.8 EL CARBONIFERO DE LA REGION DE PICOS DE EUROPA

L. Sánchez de Posada y J. Truyols Santonja


Departamento de Paleontología. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad de Oviedo.

11.8.1 LA REGION DE PICOS DE EUROPA pa supone una superficie cartográfica de algo


más de 1.000 Km2, de los cuales 950, o sea
De todas las regiones en que se ha dividi- más de las nueve décimas partes del total, es-
do la Zona Cantábrica, la Región de Picos de tán ocupadas por terrenos de edad carbonífe-
Europa es la que ofrece una mayor uniformi- ra. Entre ellos, 60 ó 70 Km2 corresponden a
dad litológica, ya que está constituida casi ex- los materiales discordantes del Carbonífero
clusivamente por calizas carboníferas. Este he- superior (Fig. 11.23).
cho confiere un carácter singular a esta región Además de las calizas carboníferas que
que la distingue perfectamente de las demás. constituyen el elemento litológico predomi-
Aún así, algunos autores como M A R T I N E Z - nante, la sucesión estratigráfica comporta
G A R C I A (198lb) invocando determinadas ra- también la existencia de materiales paleozoi-
zones estratigráficas y estructurales, la reúnen cos más antiguos. Estos materiales están repre-
con su vecina occidental, la Región del Ponga. sentados por cuarcitas del Ordovícico inferior
Esta uniformidad litológica condiciona precedidas o no por areniscas y pizarras de
u n c omportamiento bastante homogéneo edad cámbrica. Una amplia laguna separa pues
frente a los agentes erosivos, por lo cual desde el Carbonífero del conjunto del Paleozoico in-
el punto de vista morfológico, Picos de Euro- ferior, como ya sucedía en la Región del Pon-
pa constituye también una unidad perfecta- ga, solamente interrumpida por la frecuente
mente definida que destaca bien en el relieve presencia de un delgado espesor interpuesto
circundante del resto de las Montañas Cantá- de areniscas del Devónico superior (Forma-
bricas. En efecto, aquí se alcanzan las máxi- ción Ermita, en general). Como para toda la
mas alturas de la zona, que sobrepasan en va- Zona Cantábrica, estos materíales aparecen
rios puntos los 2.600 m. Geográficamente el dispuestos en escamas imbricadas, que aquí
macizo de Picos de Europa queda enmarcado poseen un trazado frontal E-W, convergencia
entre los cursos de los ríos Dobra y Deva que hacia el S. De hecho, muchas veces kesulta
forman, como las demás corrientes fluviales difícil individualizar cartográficamente estas
que desaguan al Mar Cantábrico, estrechos escamas a causa de su citada uniformidad lito-
desfiladeros de dirección N-S. Por la parte sep- lógica. Sólo las situadas en la parte septentrio-
tentrional el macizo está limitado por el valle nal de la región han podido ser bien de£inidas,
transverso ocupado por los cursos de los ríos ya que en su composición aparecen frontal-
Güeña y Cares, y por el S, donde el límite es mente las cuarcitas ordovícicas que constitu-
más claro, por las depresiones de la Liébana y yen siempre un destacado elemento litológico
Valdeón. Pero desde el punto de vista estruc- de contraste. Pero en la parte meridional, la
tural, al conjunto de escamas apiladas que superficie de despegue afecta realmente a
constituyen el macizo podrían añadirse ade- niveles más externos de la serie, por lo que las
más otras, las que integran la depresión de escamas existentes aparecen constituidas tan
Cabrales y el frente de la Sierra del Cuera, es sólo por masas de caliza carbonífera de más
decir, todas las que se extienden por delante difícil individualización. Sólo después de ha-
del Manto del Ponga y su prolongación hacia ber establecido las correspondientes sucesio-
el NE. Con esta acepción, que no todos los nes estratigráficas con estos materiales es posi-
autores admiten, la Región de Picos de Euro- ble llegar a deslindar netamente la existencia
O 5 10 Km.

m PRECARBONIFERO
EJ
PERMICO Y TRIAS
............

CARBONIFERO INF. Y MED. [ T I JURASICOY CRETACICO


w
. .1
.. CARBONIFERO SUP.

Fig. 11.23.- La Región de Picos de Europa y las secciones y localidades carboniferas citadas en el texto.
de las distintas escamas. meridional y su relación con la Región del
La Región de Picos de Europa es tal vez Pisuerga-Camión fue estudiada por M AA S
la menos estudiada de las que constituyen la (1974), M A R Q U I N E Z (1978), TRUYOLS et
Zona Cantábrica. El abrupto relieve y el carác- al. (en prensa c), etc. Otros trabajos en el inte-
ter de la sucesión estratigráfica tan uniforme, rior del macizo se deben a M A R Q U I N E Z et
han supuesto considerables dificultades para al. (1982), F A R I A S (1982), etc. Una síntesis
el conocimiento de la geología de la región, y de las investigaciones realizadas fue publicada
sólo en los últimos años ha comenzado a abor- por M A R T I N E Z - G A R C I A en 1981b. La con-
darse de modo sistemático su estudio. Sin em- fección de las Hojas del Mapa Geológico Na-
bargo, datos puntuales de la región se conocen cional a escala 1:50.000 que afectan a la zona
desde la primera mitad del siglo XIX (PAI- (núm. 55, "Beleño"; 56, "Carreña de Cabra-
L L E T T E et d., 1845; S C H U L Z , 1858; MAES- les"; 80, "Buxón"; 81, "Potes") y que están
TRE, 1864; BARROIS, 1882), si bien la ma- en curso de publicación, permitirá contar des-
yor parte se refieren a las escamas marginales de ahora con una cartografía básica que no
de acceso menos difícil. La explotación de la existía y un mejor conocimiento de la geolo-
blenda de Picos de Europa comenzó en la se- gía de la región.
gunda mitad del siglo pasado, pero apenas si
estimuló la aparición de estudios locales. Los 11.8.2 EL CARBONIFERO DE PICOS DE EUROPA
primeros datos paleontológicos del interior La circunstancia de que la región esté
del macizo proceden de G R o s C H (1912). constituida casi de manera exclusiva por cali-
Aún sin ser bien conocida su estratigrafía, el zas grises o claras de aspecto más o menos
macizo de Picos de Europa en su conjunto masivo, hizo pensar a los primeros autores que
tuvo ya un papel destacado en algunas hipóte- se ocuparon de la misma que en esta área exis-
sis orogénicas formuladas a principios de siglo tiría solamente como elemento litoestratigrá-
tendentes a mostrar el carácter alóctono de la fico la Caliza de Montaña, a la que en todo
Cordillera Cantábrica y su discutible relación caso acompañaba como formación basa1 de la
con los Pirineos (TERMIER, 1905, 1908; serie la Caliza griotte, presente en toda la
B E R T R A N D y MENGAUD, 1912; M E N - cuenca sedimentaria. La existencia de una ma-
GAUD, 1920). Para estos autores, este macizo sa de calizas tan enorme como se presenta en
se habría deslizado sobre los materiales del el macizo se interpretaba bien como resultado
Mesozoico y constituiría de este modo un de una repetición tectónica de la sucesión,
manto de corrimiento alpídico. Frente a estas bien como considerando que la Caliza de
ideas, diversos autores mostraban una posi- Montaña habría adquirido localmente una po-
c i h más o menos formalmente autoctonista tencia mayor durante el mismo intervalo de
( H E R N A N D E Z - P A C H E C1912, O, '1913; tiempo. Sin embargo, algunos autores habían
A D A R O y JUNQUERA, 1914; CUETO, establecido ya la posibilidad de que las calizas
1926; S A N C H O et d., 1926; H E R N A N D E Z - presentes en la región podían ser equivalentes
P A C H E C OE. , y F., 1935), pero ni unos ni a los materiales que la sedimentación parálica
otros aportaron datos para el conocimiento de había depositado más al W (LLOPIS, 1954;
la sucesión estratigráfica de la región. Hacia WAGNER, 1959; JULIVERT, 1960a, 1978;
1960 pues, la información que se poseía en V A N GINKEL, 1965). Dicho de otro modo,
este campo era poco menos que nula pese-a que por encima de la verdadera Caliza de
algunas nuevas aportaciones locales como las Montaña existirían además otras formaciones
de P A T A C (1920), L O P E Z A G O S (1921), carbonatadas distintas. Esta suposición se re-
D E L E P I N E (1943), etc., que de todos modos veló como cierta en el estudio que efectuó
seguían afectando tan sólo a zonas marginales. M A A S en 1974 y así se ha comprobado en
El área primeramente estudiada fue la de la investigaciones posteriores.
zona de Cabrales-Gamonedo, en la parte sep- Los tramos presentes en la base de la su-
tentrional del macizo (MARCOS, 1967, cesión cwbonífera son la Formación Las Por-
196813; W A G N E R et al., 1970; M A R T I N E Z - tillas ( M A R T I N E Z - G A R C I1981b),
A, la For-
G A R C I A y WAGNER, 1971, 1982). El área mación Vegamián y la Formación Genicera.
La primera de ellas equivale prácticamente a las que hasta ahora han proporcionado datos
la Formación Ealeas, de la que la separan no utilizables: la del río Nevandi junto a los Puer-
obstante algunas diferencias. La Formación tos de Aliva, y la de Las Llacerias cerca de
Vegamián se ha mencionado con seguridad Covadonga (Fig. 11.24). La primera, descrita
Únicamente del sector NW de la región; en por TR U Y O L S et al. (en prensa c), puede consi-
otros puntos su presencia es dudosa. En cuan- derarse como representativa de Ia unidad más
to a la Formación Genicera, que aparece cons- meridional (Unidad frontal de Picos, M A R -
tantemente, también se manifiestan algunas QUINEZ, 1978). La sección de Las Llacerias
diferencias locales. ha sido estudiada por M A R Q U I N E Z et al.
Sobre esta última se dispone en continui- (1982) y es representativa de las unidades sep-
dsd la Caliza de Montaña, representada gene- tentrionales. Sin embargo, en ellas faltan total
ralmente por las dos formaciones, Barcaliente o parcialmente los términos superiores. En
y Valdeteja, si bien aquí no siempre es posible áreas próximas de cada una figuran no obstan-
diferenciarlas de manera tan neta como suce- te aquellos tramos que pueden completarlas.
de ordinariamente en la Región de Pliegues y
11.8.2.1 EL CARBONIFERO INFERIOR
Mantos. A continuación se sitúa una nueva
formación calcárea, la Formación Picos de Eu- La sucesión carbonífera descansa de ma-
ropa (MAAS,1974), no siempre fácil de dis- nera disconforme sobre las areniscas del Devó-
tinguir de la Formación Valdeteja, de la que nico superior o sobre las cuarcitas del Ordoví-
tal vez está separada por una laguna estratigrá- cico inferior. En las unidades septentrionales
fica cuya amplitud de todos modos estaría los materiales de la base suelen ser las cuarci-
mal definida. tas ordovícicas, aún cuando no puede excluir-
A estos materiales calcáreos que se pre- se que en algunos puntos exista encima un
sentan de manera uniforme en todo el domi- pequeño espesor de areniscas devónicas. En
nio de la Región de Picos de Europa, siguen las unidades situadas más al S, principalmente
otros discordantes, de naturaleza variada, a al- en la Unidad frontal, el Carbonífero se apoya
gunos de los cuales como los de la zona de sobre estos materiales devónicos que aparecen
Cabrales-Gamonedo, no se les ha dado nom- de manera discontinua en la cartografía for-
bre particular de formación. En otros puntos mando el frente de cabalgamiento, por ejem-
son materiales todavía calcáreos, como en la plo, en los valles del Nevandi y del Cares
Formación Puenteiíés (MA R T I N EZ-G A R C I A , (MAAS, 1974; MARQUINEZ, 1978; F A -
1981b) en el dominio septentrional, o terríge- R I A S, 1982). Sobre estos materiales se en-
nos, frecuentemente de carácter turbidítico, cuentra una caliza bioclástica, con espesores
como las formaciones Aliva y Lebeña (MAAS, que van de los 5 a los 1 5 m, y que constituye
1974) o Cavandi ( M A R T I N E Z - G A R C IyA la Formación Las Portillas o Caliza de las Por-
W A G N E R1982)., De estas últimas, las dos tillas ( M A R T I N E Z - G A R C I1981b),
A, que no
primeras quizá correspondan en realidad a una es más que una variante local de la Formación
misma formación ( M A RQ U I N E Z ,1978; Baleas ya mencionada (MA A S considera estos
M A R T I N E Z - G A R CIA, 198lb) dada la conti- materiales como integrando la parte superior
nuidad que presentan en la cartografía sus de la Formación Ermita, siguiendo en esto el
afloramientos. criterio empleado por SJERP y otros autores
Debido a causas tectónicas, en la mayo- en la Región de Pliegues y Mantos). En la sec-
ría de puntos de la región solamente están ción del río Nevandi, la parte inferior de la
expuestas series parciales de la sucesión carbo- formación aparece dolomitizada, pero no así
nífera, siendo difícil disponer de alguna sec- los tramos altos, que han librado Conodontos
ción en que aparezca completa toda la secuen- de la zona de -anchoralis como sucede ordi-
cia estratigráfica. Por otra parte se manifiestan nariamente en la Formación Baleas ( T R U -
notables diferencias entre el área septentrional Y O L S et al., en prensa c). En la sección de Las
y la meridional, cuya interpretación no ha si- Llacerias sólo son visibles 5 m de la parte su-
do todavía bien establecida. Las dos secciones perior, que suministraron Conodontos de la
que mencionaremos son las más completas de zona de -communis carina, es decir, ligera-
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ERMITA ERMITA

LAS LLACERIAS RIO NEVANDI

Fig. 11.24.- Secciones del Carbonífero de Las Llacerías Y Rfo Nevandi (Picos de Europa). según datos de MARQUINEZ et al.. (1982)
y de TRUYOLS et al., (en prensa).

mente más antiguos que los de la sección ante- des distintas. En la sección del río Nevandi,
rior. Unos y otros representan no obstante, el por ejemplo, no existe la típica coloración ro-
Tournaisiense superior. jiza; en otras localidades alternan niveles grises
Sobre la Formación Las Portillas se en- y rojizos, y finalmente las radiolaritas no pare-
cuentra una sucesión de calizas nodulosas, lu- cen formar una unidad individualizada hacia
titas y radiolaritas, que representan la Forma- la base de la formación sino que se presentan
ción Genicera. Sus características litológicas como niveles más o menos delgados que alter-
son esencialmente las mismas que en las demás nan con calizas o lutitas, o pueden llegar a
regiones, pero presentan algunas peculiarida- constituir un conjunto diferenciado en la
parte basal, como sucede en algunas secciones puede sobrepasar los 1.000 m de potencia
de la zona norte de la región. abarcando un intervalo que corresponde al
En la sección del río Nevandi la forma- resto del Carbonífero. En varios puntos no
ción posee una potencia visible de unos 16 m obstante, los materiales calcáreos están susti-
(el techo está cubierto). En la base se han tuidos por algunas series terrígenas. Tal como
localizado, como suele ser frecuente, Cono- se ha indicado, fue M A A S (1974) el primero
dontos de la zona de -unchoralis, y en la par- que diferenció varias formaciones dentro de la
te superior representantes de las zonas de -bi- espesa sucesión calcárea.
lineatus bilineatus y -nodosus (TRU Y O LS et La parte inferior de estos materiales pue-
al., en prensa c). La sección de Las Llacerias, de asimilarse perfectamente a la Caliza de
con un espesor visible análogo, presenta en la Montaña e incluso es posible diferenciar den-
parte baja Conodontos de la zona de -typi- tro de ella en muchos puntos dos tramos que
cus. La parte superior que también está cu- se corresponden a las formaciones Barcaliente
bierta, no ha posido ser muestreada ( M A R - y Valdeteja, como en la Región de Pliegues y
Q U I N E Z et al., 1982). En conjunto puede ad- Mantos y otras zonas. No obstante, esta dife-
mitirse que la Formación Genicera, a pesar de renciación no siempre es clara. Así, por ejem-
manifestarse con algunas diferencias litológi- plo, e n la sección de Las Llacerias los 300 m
cas respecto de otras regiones, posee la misma inferiores tienen en su mayor parte las carac-
edad: Tournaisiense superior-Viseense. No se terísticas de la Formación Barcaliente, pero
dispone de datos que hagan pensar que la for- dentro de la serie existen tramos de caliza cla-
mación no alcance además el Namuriense co- ra, incluso bioclástica, semejante a la que ordi-
mo en otros puntos de la Cordillera. nariamente existe en la Formación Valdeteja
En otras áreas el Carbonífero inferior se (MARQ U I N E Z et al., 1982). Encima de la Ca-
presenta de manera distinta, sin la presencia liza de Montaña siguen aún calizas que presen-
de la Formación Las Portillas y en cambio con tan un aspecto parecido al de la Formación
materiales pertenecientes a la Formación Ve- Valdeteja, de la que se distinguen por conte-
gamián. En el sector NW de la región se ha ner ordinariamente en su parte inferior niveles
descrito una sección representativa en Cova- finamente estratificados y algunas capas con
donga (MARCOS,1967). Sobre un delgado chert. Se trata de la Formación Picos de Euro-
espesor de areniscas atribuidas al Devónico su- pa (MA A S 1974).
perior y que siguen de manera paraconforme a En la sección del río Nevandi la base de
las cuarcitas del Ordovícico inferior, se pre- la Caliza de Montaña no es visible, pero pue-
senta una serie de 7 m de pizarras negras y den distinguirse 110 m atribuibles a la Forma-
liditas que corresponden a la Formación Vega- ción Barcaliente y unos 360 a la Formación
mián. Localmente contienen interestratifica- Valdeteja. En los niveles inferiores de la For-
dos algunos delgados bancos de caliza que han mación Barcaliente se han encontrado Cono-
proporcionado Conodontos que indicarían el dontos de la zona de -nodosus, lo que puede
Tournaisiense medio-superior. A esta forma- interpretarse como perteneciendo al Namu-
ción siguen los materiales de la Formación Ge- riense A. Ningún otro nivel de la formación ha
nicera aunque el contacto aparece mecaniza- suministrado restos fósiles ni tampoco los han
do. proporcionado la parte inferior y media de la
Como puede verse, por lo tanto, el Car- Formación Valdeteja. La parte alta ha librado
bonífero inferior de la Región de Picos de Eu- Fusulinas de la subzona A de Profusulinella y
ropa posee las mismas características que exis- más arriba se ha encontrado Pseudostaffella
tían, por ejemplo, en la Región de Pliegues y aff. minor, que debe indicar la base del Mos-
Mantos, en la que se presentaban los mismos coviense (TR U Y O L S et al., en prensa c). Enci-
tipos de sucesión. ma de estos materiales se dispone la Forma-
ción Picos de Europa, con un espesor de unos
11.8.2.2 EL CARBONIFERO .MEDIO
300 m. La varte inferior corresvonde al miem-
La sucesión que sigue a la Formación Ge- bro tableado, con calizas bien estratificadas,
nicera es una serie esencialmente calcárea que pizarras y capas de chert, de 50 m de espesor.
El resto está ocupado por una caliza masiva, vía dentro del miembro tableado, aparecen ya
bioclástica, que en la parte alta contiene nive- Fusulinas de la subzona B de Profusulinella y
les rojizos de caliza nodulosa que recuerda la en el techo formas claras del Kashiriense. Así
de la Formación Genicera. A unos 180 m de pues, si en la sección de río Nevandi el límite
la base, es decir, hacia la mitad de la forma- Bashkiriense/Moscoviense se encontraba en la
ción, la presencia de Hemifusulina ex gr. dut- parte alta de la Formación Valdeteja, en este
kevitchi podría indicar el límite Kashirien- punto debe situarse dentro del miembro ta-
seIPodolskiense, y más arriba, la existencia bleado (parte media o antes) de la Formación
de Fusulinas de la subzona B3 de Fusulinella Picos de Europa ( M A R Q U I N E Z et al., 1982).
indicaría con seguridad el Myachkoviense. Así El miembro masivo ha proporcionado aquí
pues, aunque M A A S (1974) supone que existe también Fusulinas del Moscoviense superior.
una laguna estratigráfica entre la Caliza de Estas atribuciones están totalmente de acuer-
Montaña y la Formación Picos de Europa, es- do con los datos procedentes del muestre0 de
ta última formación debe cubrir la mayor par- Conodontos.
te del Moscoviense. La fauna de Conodontos Los datos de otras secciones son muy es-
que ha proporcionado la formación, está to- casos y aislados y sólo permiten indicaciones
talmente de acuerdo con esta datación ( T R U - c~rnplementariasrespecto a lo que pueda con-
Y O L S et al., en prensa c). cluirse de las dos secciones estudiadas. Como
La sección de Las Llacerías, situada en el puede verse, el diacronismo de estas formacio-
área septentrional, presenta diferencias evi- nes del Carbonífero medio es muy acusado.
dentes respecto a la anterior. Sobre la Forma- La Caliza de Montaña alcmza en la primera
ción Genicera se disponen 300 m de calizas sección al Vereyense con seguridad; en cam-
que corresponden a la Formación Barcaliente, bio en la segunda es claramente de edad bash-
si bien ya hemos indicado que algunos tramos kiriense. M A A S (1974) citó de la Unidad
resultan atípicos para esta formación, y sólo frontal en el valle del Deva y en otras localida-
los 150 m superiores poseen las característi- des, Fusulinas pertenecientes a la zona de Mi-
cas propias de la Formación Valdeteja. El con- llerelia y a la subzona A de profusulinella, es
tenido paleontológico en estos tramos es muy decir, al Bashkiriense. Entonces el hecho a
escaso y poco significativo. Una asociación de destacar es lo que acontece en la sucesión río
Conodontos en la parte media de la Forma- Nevandi que incluye términos asignables ya al
ción Barcaliente parece indicar un Namuriense Moscoviense inferior.
B. Esto puede hacernos pensar razonablemen- Entre la Caliza de Montaña y la Forma-
te que esta formación está localmente repre- ción Picos de Europa existiría para M A A S
sentada por el Namuriense A y By pero no (1974) una clara laguna estratigráfica, ya que
tc+nemos ninguna evidencia de edades para la según él las capas más bajas de la segunda f o -
Formación Valdeteja. Sin embargo, existen mación pertenecerían en unos puntos a la sub-
motivos para creer que su techo corresponde a zona B de Profusulinella y en otros a la B, de
un nivel más antiguo que el que posee en la Fusulinella, con lo que la base oscilaría en
sección de río Nevandi. En efecto, encima de distintos horizontes dentro del Moscoviense
la Caliza de Montaña se presenta la Formación inferior o hasta del Podolskiense. En cambio
Picos de Europa con su miembro inferior ta- si T R U Y o L s et al. (en prensa c) encuentran re-
bleado que posee un espesor de 150 m y su almente una edad Kashiriense en la sección de
miembro masivo de 370 m. En la parte baja río Nevandi, M A R Q U I N E Z et al. (1982) en
del miembro tableado se han encontrado Fu- Las Llacerias mencionan elementos del Bash-
sulinas que pertenecen todavía al Bashkiriense kiriense superior, que harían la laguna mucho
superior (subzona A de Profusulinella), por lo más reducida. Ello quizá podría explicarse por
que la Formación Valdetaja ha de poseer ne- un contacto discordante entre las dos forma-
cesariamente en esta sección una edad más ba- ciones tal como insinúa M A R T I N E Z - G A R C I A
ja dentro del Bashkiriense en contraste con lo (1981b), pero a nivel de afloramiento una tal
que sucede en la sección del río Nevandi. Sin discordancia no se observa.
embargo, a los 60 m de la base, es decir, toda- La Formación Picos de Europa es clara-
mente diacrónica. En la sección de río Nevan- blecida sino hasta hace muy poco. P A I L L E T E
di el límite Kashiriense/Podolskiense pasa e5 al. (1845), S C H U L Z (1858) y B A R R O I S
dentro del miembro inferior mientras en la de (1882) reconocieron la existencia de fauna
Las Llacerias se encuentra seguramente cerca marina en diversas localidades de estos niveles
de la base del miembro superior. El techo pue- (Covalierda, Onís, Gamonedo, Demues, etc.).
de alcanzar niveles por encima del Moscovien- B A R R,O 1 s (1882) había colocado esta serie
se. M A A S (1974) señala puntos que contienen en su "Assise" de Lena, pese al carácter relati-
Fusulina cf. bella, y M A R T I N E Z - G A R C I A vamente moderno de la fauna obtenida, hecho
(1981b) indica la presencia de formas de la zo- que ya fue advertido en 1920 por P A T A C ,
na de Protriticites. En definitiva, la parte más que por su parte citó además restos de flora
alta de la formación podría llegar a penetrar en diversos puntos, sugiriendo para ella una
en el Kasimoviense. edad Carbonífero inferior ( "Uraliense"). Sin
Esta formación supone un engrosamien- embargo esta datación no quedó reflejada en
to de la Formación Escalada, anteriormente la cartografía posterior. Así H E R N A N D E Z -
descrita. M A R T I N E Z - G A R C I A ( 1 9 8 1 ~ ) P A C H E C O , E. y F . (1935) colocaban los ma-
utiliza ya el nombre de Fo-rmación Picos de teriales de la zona de Cabrales en el Viseense,
Europa para la escama de Meré (Región del y bastante más recientemente, M A R T I N E Z -
Manto del Ponga), en aquellos puntos en que A L V A R E Z (1965b) los sicuaba todavía en el
las pizarras que existen por debajo de la For- Namuriense-Westfaliense, probablemente por
mación Escalada (Formación Beleño) desapa- consideraciones litoestratigráficas o de facies.
recen por acuñamiento y la "Caliza masiva" se Fue M A R C O S (1967, 1968b) quien primero
pone en contacto con la Formación Valdeteja describió la serie a grandes trazos y advirtió su
que probablemente sustituye lateralmente a la carácter discordante sobre los materiales del
F ormación Ricacabi6llo. Esta equivalencia Carbonífero medio. La serie comienza con ca-
aunque no formalmente expresada, había sido pas de conglomerados silíceos o calcáreos, are.
intuida por otros autores ( L L O P I S , 1954; niscas amarillentas y pizarras con algún nivel
W A G N E R , 1959; J U L I V E R T , 1960a; V A N de carbón. Interestratificados se presentan
G INK E L , 1965). Pero vista la edad de los tra- además algunos bancos de caliza con fauna.
mos superiores de la formación, ha de aceptar- Así pues, la sut~esiónaunque es predominante-
se que en el tiempo la Formación Picos de mente marina, posee carácter parálico y en
Europa debe abarcar el intervalo durante el algunos puntos se ha descrito una sedimenta-
cual se sedimentó la serie que en el Manto del ciófi rítmica ( W A G N E R et al., 1970). El con-
Ponga va desde la Formación Ricacabiello a la junto llega a alcanzar en algunos puntos los
Formación Fito. 1.000 m de espesor.
La datación como del Carbonífero supe-
11.8.2.3 EL CARBONIFERO SUPERIOR no- se ha efectuado esencialmente con base a
El Carbonífero superior es discordante 1;i. flora descubierta por M A R C O S (1967,
sobre el resto de la sucesión, como es habitual 1968b) en diversas localidades (Gamonedo,
para toda la cuenca sedimentaria. Pero así co- Bobia de Abajo, Inguanzo, etc.), que fue es-
mo en las regiones situadas más al oeste de la tudiada por W A G N E R ( W A G N E R , 1967;
sedimentación era de origen continental (to- W A G N E R et al., 1970). Las floras más anti-
rrencial, fluvial, lacustre), salvo algunos nive- guas pertenecen al Stephaniense inferior y se
les inferiores de la cuenca de Sabero que pose- han referido al Cantabriense en general, Can-
en fauna salobre, aquí en la Región de Picos tabriense inferior la mayoría, pero alguna co-
de Europa la sedimentación presenta un carác- mo la de Inguanzo puede corresponder al Can-
ter distinto: parálico en algunos puntos, fran- tabriense superior o al Stephaniense A ( WA G -
camente marino en otros. N E R et al., 1970). La fauna existente es espe-
En la escama Gamonedo-Cabrales (zona cialmente significativa en la zona de Arenas de
septentrional de la región) los materiales del Cabrales. En esta localidad, muy cerca de la
Carbonífero superior fueron conocidos de an- base existe un banco calcáreo que ha propor-
tiguo aunque su verdadera edad no fue esta- cionado una fauna conocida de antiguo (PAI-
L L E T T E et al., 1845; L O P E Z A G O S , 1921) y pardas, con algún nivel calcáreo. Presentan un
que fue erróneamente referida por D E L E P I - neto carácter turbidítico en muchos puntos y
N E (1943) al Moscoviense inferior. Se trata de M A A S ha citado en ellos la presencia de olis-
una macrofauna constituida por Moluscos, tolitos. De los Foraminíferos hallados en los
Braquiópodos y Trilobites, que fue considera- bloques alóctonos de caliza, el autor infiere
da por W I N K L E R P R I N S (in M A R T I N E Z - edades mínimas de depósito que oscilan entre
G A R C I A y WAGNER, 1971) como del Kasi- la correspondiente a la subzona A de Fu::uli-
moviense o incluso del Gzeliense. Esta data- nella y la B,de la misma zona; de ahí suconclu-
ción ha sido confirmada por V A N G I N K E L sión de que es equivalente lateral de la Forma-
(1971) quien encontró en niveles próximos, ción Picos de Europa. La Formación Lebeña
Triticites fischeri, que indicaría un Kasimo- se ha descrito de otra área, en el valle del Deva
viense medio o superior. Por debajo del nivel al E de la Canal de San Carlos. En su localidad
fosilífero se encuentra una capa de carbón tipo presenta en la base un importante nivel
que ha suministrado una flora de edad stepha- de conglomerados que no aparecen en la For-
niense A o B ( M A R T I N E Z - G A R CyI A WAG- mación Aliva, pero por lo demás las caracte-
NER, 1971). rísticas de los materiales son muy parecidas
Al E de Arenas de Cabrales, en las proxi- entre una y otra formación. Los Foraminífe-
midades de Panes, el Carbonífero superior es- ros encontrados por M A A S (1974) en los can-
tá representado por materiales distintos, indi- tos de los conglomerados inferiores contienen
cadores de una mayor lejanía del continente. formas propias del intervalo comprendido en-
La serie está constituida por una formación tre la zona de Millerella y las subzonas B, o
carbonatada, la Formación Puentellés (M A R - B, de Fusulinella, lo cual significa que los
T I N E Z - G A R C I A , 1981b) y por una secuencia conglomerados basales de la Formación Lebe-
turbidítica, la Formación Cavandi ( M A RT I- ña se depositaron a expensas de la destrucción
N E Z - G A R C I A y W A G N E R , 1982). La base de materiales que se habían sedimentado a lo
de la Formación Puentellés es visible en Arga- largo del Carbonífero medio (Formaciones
llón ( M A R T I N E Z - G A R C 1I A 9 8, l b )y está re- Barcaliente, Valdeteja y Picos de Europa).
presentada por 1 0 m de areniscas con interca- MA R T I N E Z - G A R C I A (1981b) ha señalado in-
laciones de margas. Encima se disponen hasta cluso el hallazgo de formas pertenecientes a la
400 m de calizas grises o negruzcas, bien visi- zona de Protriticites. Luego la formación su-
bles en Puentellés, en la entrada del desfilade- pone un depósito extendido hasta el Kasimo-
ro de La Hermida. Estas calizas han propor- viense superior. En otros puntos, aislados en
cionado fusulinas (Triticites ohioensis bens- el interior del macizo, aparecen materiales dis-
chi), según V A N G I N K E L (1971), de la mis- tintos que, no obstante, pueden ser asimilados
ma edad que los tramos parálicos de Arenas a alguna de estas mismas formaciones. Así en
de Cabrales, y en distintos niveles, Conodon- los lagos de Andara existe una serie pizarrosa
tos del Misouriense superior ( T R U Y O L S et de color oscuro con nódulos calcikeos, que en
al.,en prensa c). Encima sigue una serie turbidí- la parte superior contiene calizas encriníticas,
tica, de 500 a 600 m (la Formación Cavandi), y cerca de este punto, en las Minas de La
que comienza con lutitas con avenidas de de- Providencia se encuentra una sucesión de are-
rrubio~calcáreos, siguen areniscas y margas y niscas, lutitas y calizas que han proporcionado
la sucesión termina con otros niveles que vuel- Braquiópodos de edad Kasimoviense (M A R T I -
ven a contener derrubios de calizas (MAR T I- N E Z - C H A C O N in MARTINEZ-GARCIA,
N E Z - G A R C I A y WAGNER, 1982). 1982). De hecho, todos los materiales terríge-
Más al S se presentan otras series terríge- nos de la parte meridional y media de la Re-
nas de importancia. M A A S (1974) mencionó gión de Picos de Europa pueden reunirse en
la existencia de las formaciones Lebeña y Ali- una formación única. Este es el criterio segui-
va. Esta última fue descrita como un paso la- do por autores como M A R Q U I N E Z (1978) y
teral de la propia Formación Picos de Europa M A R T I N E Z - G A R C I A (1981b), basándoseade-
en las unidades del área meridional. Está cons- más en la continuidad cartográfica que existe
tituida por lutitas, limolitas amarillentas y entre estos sedimentos del Carbonífero supe-
rior expuestos a uno y otro lado de la Canal no alcancen el Gzeliense. Estando representa-
de San Carlos. Como hemos indicado, estos do en la región el Pérmico (véase más adelan-
autores asimilan todos estos materiales a la te), la suposición de la existencia de pisos más
Formación Lebeña. Probablemente la Forma- altos que el Kasimoviense en el registro estra-
ción Cavandi, de las unidades septentrionales tigráfico entraría perfectamente dentro de lo
de la región, se correspondería en el tiempo posible.
con los materiales de la parte superior de esta Contrariamente a lo que sucedía en las
formación. áreas situadas más hacia el oeste (Región de
Como puede verse, el Carbonífero supe- Pliegues y Mantos), el Carbonífero superior
rior se presenta en esta región con facies muy aparece aquí implicado todavía en el proceso
variadas: litoral y parálica en la zona de Are- de emplazamiento de los mantos de la zona y
n;is de Cabrales y netamente marina, de plata- es anterior por lo tanto a su deformación. Así,
forma y con carácter turbidítico, hacia el E y por ejemplo, los materiales kasimovienses de
el S. No obstante, las correlaciones precisas la escama de Gamonedo-Cabrales están clara-
entre las formaciones implicadas no pueden mente cabalgados por las calizas de la Forma-
hacerse todavía por falta de documentación ción Escalada (Formación Picos de Europa)
paleontológica suficiente. Tampoco tenemos pertenecientes a la unidad situada inmediata-
la total seguridad de que los tramos más altos mente más al N ( M A R C O S , 1967).
del Carbonífero superior en Picos de Europa
11.9 EL CARBONIFERO DE LA REGION ORIENTAL (PISUERGA-CARRION)

E. Martínez García' ;R.H. Wagner2;L. Lobato3;


L. Fernández4 y J. L. Alonso .'

(1) Departamento de Geotectónica. Universidad de Oviedo. (4) ENADIMSA.


(2) Departamento de Geología. Universidad de Sheffield (Gran Bretaña). (5) Departamento de Geotectónica. Universidad
(3) Departamento de Geología. Universidad de León. de Oviedo.

11.9.1 INTRODUCCION Y ANTECEDENTES más detalle debido a la existencia de impor-


Rajo la denominación de Región Oriental tantes yacimientos de carbón. Entre los traba-
nos referiremos a aquella situada en el extre- jos que hacen referencia a estos aspectos hay
mo suroriental de la Zona Cantábrica de L O T - que citar 10s de E Z Q U E R R A D E L B A Y O
Z E (1945) (Fig. II.25), limitada al Norte por
(1884), A R C E (1850), C A N T A L A P I E D R A
el dominio de Picos de Europa de la Región (1855), P R A D O (1856, 1860, 1861), M A R -
Central, al Oeste por la Región Occidental y al TINDONAYRE (1875), O R I O L (1876a,
Sur y Este por la cobertera permo-mesozoica. l876b, 1894), N A V A R R O (1876), M A L L A -
D A (1892, 1898), SANCHEZ LOZANO
Dicha Región se caracteriza por una sedimen-
(1906, 1912), P A T A C (1924,1934), D U P U Y
tación bastante diferente de las restantes, co- D E L O M E y N O V O (1924), C U E T O R U I -
mo ya fue notado por B R O U W E R (1964) al D I A Z (1927), M A D A R I A G A (1928), C I R Y
denominar "facies palentina" a la presentada (1939), QUIRING (1939), A L V A R A D O y
por los sedimentos devónicos. Los terrenos S A M P E L A Y O (1945), etc. Estos trabajos fue-
más antiguos que afloran son cuarcitas y luti- ron realizados en una primera etapa que po-
tas de edad silúrica (CRAMER y R O D R I - dríamos denominar de visión general para dic-
G U E Z , 1977). El Devónico, representado en tinguirla de la segunda en que se acomete un
su totalidad, es una sucesión marina más aleja- estudio más de detalle bajo la óptica de la
da de Ir, costa que la clásica de facies astur-leo- sedimentología y de las relaciones entre tectó-
nesa. Se termina con las calizas nodulosas par- nica y sedimentación. Entre estos podemos
das o rojizas de la Formación Vidrieros, de destacar los trabajos de Vi7AG1"E R y colabora-
facies condensada, parecidas a las calizas de dores: W A G N E R y W A G N E R - G E N T I S
tipo "griotte" de los Pirineos. La Formación (1952, 1963), W A G N E R (1955, 1959, 1960,
Vidrieros es generalmente de edad famenien- 1962a, 1962b, 1964, 1965, 1966, 1970,
se, pero en algunos puntos llega al Tournai- 1971c,in litt., ~ ~ ~ ~ ~ , ) . w A y G B
N REE R
IMER
siense inferior (ADRICHEM BOOGAERT, ( 1 9 5 8 ) , W A G N E R - G E N T I S (1962, 1963,
1967). Encima de la misma se encuentran a 1971a, 1971b, 1982), H I G G I N S (1962,1971,
veces lutitas y limolitas negras, denominadas 1974), W A G N E R , P A R K , W I N K L E R PRINS
Formación Vegamián en la literatura, pero y L Y S (1977), H I G G I N S y W A G N E R - G E N -
que no parecen idénticas a las rocas silíceas y T I S (1982), los de S I T T E R y la Universidad
liditas de dicha formación en los dominios de de Leiden (Holanda): S I T T E R (1955, 1957,
facies astur-leonesa. A continuación, siguen 1959, 1960, 1961, 1962a, 1962b), K A N I S
unas calizas de facies condensadas cuya base (1956), N E D E R L O F y S I T T E R (1957), N E -
suele datarse como Tournaisiense superior y D E R L O F (1959), G I N K E L (1959, 1965,
que representan una transgresión generalizada 1 9 7 1 ) , K O O P M A N S (1962), B R O U W E R
en toda la Zona Cantábrica (Formación Geni- (1962, 1964a, 196413, 1967a, 1967b), G R O -
cera). O T (19631, B R O U W E R y G I N K E L (1964),
La estratigrafía y tectónica del Carboní- A D R I C H E M B O O G A E R T (1965,1967), B I N -
fero de esta Región han sido establecidas prin- N E K A M P (1965), F R E T S (1965), H E L M I G
cipalmente por los estudios realizados en los ( 1 9651, R U P K E (1965), V E E N (19651,
dominios del Sur de la misma, conocidos con S I T T E R y B O S C H M A (1966), S A V A G E
ESQUEMA GEOLOGICO DE L A ZONA CANTABRICA
I

* * * * *

CL - COLUNGA
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O N - ONIS V I - YIUIwCiOSI ASTUROCaDENTAL-LEONESA
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Fig. 11.25.- Divisiones geológicas de la Zona Cantábnca (según MARTINEZ GARCIA in lit.). Mapa d e situación: A.- Zona
Cantábnca. B.- Zona Asturoccidental-Leonesa,C.- Zona Galaico-Castellana. D.- Zona L u ~ o - ~ r i e n tal~udinana,
al
E.- Zona de Ossa-Morena, F.- Zona Sur portuguesa. Esquema geológico: 1.- Zona Asturoccidental-Leonesa. Región
Occidental: 2.- Precámbrico, 3.- Cambro-Silúrico. 4.- Devónic0. 5.- Carbonífero ante stephaniense. 6.-Stepha-'
niense. Región Central: Dominio de la Cuenca Carbonífera Central: 7.- Cámbrico-Ordovícico inferior. 8.- Ordovi-
cico medio. 9.- Carbonífero, Dominio de Beleño-Ribadesella: 10.- Cámbrico-Ordovícico inferior, 11.- Carbonífe-
ro. Dominio de Picos de Europa: 12.- Cámbrico-Ordovícico inferior, 13.- Carboníferopre-StephanienseB. 14.- S-
tephaniense B marino,Región Oriental: 15.- SilÚrico y Devónico. 16.- Carbonífero indiferenciado. 17.- Turbiditas
stephanienses. Zona Cantábrica y Cuenca d e Santander: 18.- Pérmico, 18'.- Rocas volcánicas. 19.- Triásico,
20.- Jurásico. 21.- Cretácico. 22.- Terciario. 23.- Rocas ígneas.
(1967, 1979), SJERP (1967), B O S C H M A ción Lechada (VEEN, 1965) en el dominio de
( 1 9 6 8 ) , BOSCHMA y S T A A L D U I N E N Yuso y las formaciones Molino ( F R E T S ,
(1968),~0ON (1970,1971,1972), G R A A F F 1965), y Vañes (BROUWER y GINKEL,
(1971a, 1971b, 1971c), M A A S (1974), los de 1964) en el Norte de Palencia. En el Norte del
la Universidad de Tübingen: SCH I N D E W o L F dominio de Yuso, K A M E R L I N G (in S A V A -
y K U L L M A N N (1958), K U L L M A N N (1960, G E , 1967) describe la Formación Pandetrave
1961, 1962, 1963a, 1963b, 1965, 1966, por encima de la Formación Lechada, y en el
1967, 1968, 1979, 1982), B U D I N G E R y Norte de Palencia, N E D E R L O F y S I T T E R
K U L L M A N N (1964), K U L L M A N N y S C H O - (1957) se refieren a la Formación Coriza, que
E N E N B E R G (1975, 1978a, 1978b, 1979a, había sido descrita en un sentido más estricto
1979b, 1982), B O L L , K U L L M A N N y S C H O - por W A G N E R y W A G N E R - G E N T I S (1952):
E N E N B E R G (1976), KULLMANN, R E U - G R A A F F (1971) la sustituye por la Forma-
T H E R y S C H O E N E N B E R G (1977), R E U - ción Vergaño, modificando su límite con la
T H E R (1977, 1979, 1982), MEIBURG, Formación Vañes según criterios sedimento-
S C H U M A N N y B U G G I S C H (1974), H E M L E - lógicos. Por último, el Grupo Cea es subdividi-
B E N y R E U T H E R (1980), FRANKENFELD do en las formaciones Barruelo (WA G N E R y
(1981), ENGESER, K U L L M A N N y S C H O E - W A G N E R - G E N T I S , 1952) y Peña Cildá
N E N B E R G (1981), S C H O L E R (1982), L O - (WAG N E R , 1955) en el dominio de Cervera y
E SC H K E (1982), los investigadores de la Uni- Barruelo, describiéndose la Formación Val-
versidad de Oxford (Gran Bretaña): R E A - deón por K U T T E R I N K (in MAAS, 1974) en
D I N G (1970, 1975), R U P K E (1977), H E - el dominio de Liébana.
W A R D (1978), H E W A R D y R E A D I N G Diferentes puntos de vista son sostenidos
(1980), así como por las Universidades de por W A G N E R y colaboradores, que estable-
Oviedo y León: L O B A T O (1977), M A R T I - cen la existencia de cuatro secuencias, separa-
N E Z G A R C I A (1981), M A R T I N E Z GARCIA, das por tres discordancias principales, la dis-
L O B A T O , W A G N E R , PUJALTE y G A R C I A cordancia Palentina, de edad Westfaliense B,
MONDEJAR (inlitt.), M A R T I N E Z G A R C I A , la Leónica, del Westfaliense D superior, y la
L O B A T O , G I N K E L Y S A V A G E (inlitt.), L O - Astúrica, del Stephaniense A, siendo la segun-
B A T O et al. (in litt., in litt.), A L O N S O H E - da sólo apreciable en la Región Occidental
R R E R O (1981), A L O N S O (1982. in litt.1. (dominio de Guardo), pero no en la Región
Las ideas modernas sobre el Carbonífero Oriental. El primer conjunto (pre-Palentino)
de la Región Oriental comienzan a mediados es subdividido primeramente en las formacio-
de los años 50 como ya se ha mencionado. nes Villabellaco (WAGNER, 1955), Caliza de
Los investigadores de la Universidad de 'Lei- Santa María (WAGNER y W A G N E R - G E N -
den ( K O O P M A N S1962) , establecen la exis- TIS, 1963), Formación Perapertú ( W A G N E R
tencia de tres grupos estratigráficos, separados y W A G N E R - G E N T I S , 1952) y Formación
por discordancias: el Grupo Ruesga, desde la Carmen (WAGNER y WAGNER-GENTIS,
base del Carbonífero hasta la discordancia de- 1963) en el dominio de Cervera. Con posterio-
nominada de Curavacas por K A N I S (1956) y ridad, la Formación Villabellaco es sustituida
considerada de edad Westfaliense A. El Grupo por la Formación Genicera (WAG N E R , W I N -
Yuso desde esta discordancia a la Astúrica, de K L E R P R I N S y RIDING, 1971) y la Caliza de
edad Estefaniense B, y el Grupo Cea entre Santa María por la Formación Valdeteja de
esta última y la Saálica, de edad Pérmico infe- los mismos autores, todas ellas en el dominio
rior. El Grupo Ruesga es dividido en las for- de Cervera. Ulteriores investigaciones permi-
maciones Vegamián, Alba y Caliza de Montaña ten el establecimiento de secuencias detalladas
por correlación con las establecidas en la Re- en la Región Oriental, sobre todo en los domi-
gión Occidental (COM T E , 1959) y además, las nios de La Pernía y Barruelo, donde estos au-
formaciones Cervera y Piedrasluengas, descri- . tores determinan la subdivisión en las forma-
tas por B R O U W E R y G I N K E L (1964). El ciones post-Palentinas de Curavacas, Vañes y
Grupo Yuso comienza por la Formación Cura- Vergaño, así como las post-Leónicas de Rozo,
vacas (KANIS,1956), seguida por la Forma- Ojosa, Brañosera y Barmelo y las post-Astúri-
cas San Mamés, Peña Cildá y Cordel. w A G N ER (in litt.), quienes distinguieron más
Las investigaciones realizadas por las de veinte formaciones, basándose en sucesivas
Universidades de Oviedo y León en los domi- transgresiones marinas sobre una cuenca cos-
nios de Liébana y Yuso, permiten efectuar tera con intervalos portadores de carbón.
una correlación con las formaciones reconoci-
das en el Sur de la Región Oriental ( M A R T I - 11.9.2 ESTRATIGRAFIA
N E Z GARCIA, 1981). Por SU parte, 10s estu- Al describirse las características funda-
dios realizados por la Universidad de Tübigen mentales de los sedimentos carboníferos que
se refieren a los dominios de Gildar, Yuso y constituyen la Región Oriental, nos referire-
Cervera y a las implicaciones geodinámicas de mos a diversos dominios geográficos, esque-
los cambios de facies en el Grupo Ruesga. Asi- matizados en la Fig. 11.26, ya que en ellos se
mismo se ocupan de este tipo de problemas, presentan variaciones respecto a las facies y al
aunque con respecto al Carbonífero superior, espesor de las formaciones reconocidas. En el
los trabajos de la Universidad de Oxford, in- Norte distinguimos el de Liébana al Este y el
tentando relacionar su sedimentación con la de Yuso al Oeste, ocupando el primero la
actividad de grandes fallas de desgarre herci- cuenca del río Deva y el segundo las de los
nianas (HEWARD y R E A D I N G , 1980). ríos Yuso y Esla en su parte alta. Dentro del
A pesar de no encontrarse geográfica- dominio de Yuso se separan los de Gildar y
mente localiqadas en la Región Oriental, nos Espigüete, por presentar estos últimos un de-
referiremos en este trabajo a las secuencias sarrollo notable de los materiales de edad
carboníferas de Prioro y Guardo, dada la simi- devónica, al igual que ocurre en el de Polenti-
litud que presentan. Su estudio ha sido reali- nos que limita al de Yuso por el Este. La parte
zado por H E L M IG (1965), que distinguía una suroriental está dividida en dominios de La
Formación Yuso y un Grupo o Formación Pernía, que incluye los sinclinales de Casave-
Cea, dividida en miembros Carrión y Prado. gas, Castillería y Redondo-Barruelo y de Cer-
Por su parte, B R O U W E R y G I N K E L (1964) vera, en que se encuentran las áreas de Ruesga
separaron la Formación Prioro, de edad mos- y Mudá. Por otra parte, en la Región Occiden-
coviense, por debajo del Grupo Cea. L O O N tal, separamos los dominios de Esla al Oeste,
(1971) atribuye una edad Westfaliense B/C a con facies del Devónico astur-leonés y Carbo-
la Formación Prioro y divide la Formación nífero de transición, Prioro, situado al Sur de
Pando en tres miembros, dos detríticos y uno
la Falla de León y con sedimentos pre-Leóni-
calizo (Caliza de Mesao) intermedio, datando
cos, Guardo, en que se desarrollan los depósi-
a este último como Westfaliense C/D. La
tos post-Leónicos, y por último, Brezo, con
cuenca post-Leónica de Guardo, fue estudiada facies devónicas poco diferentes de las astur-
en su segmento Norte por W A G N E R (1966)
leonesas y un Carbonífero caracterizado por
quien introdujo el Cantabriense como el piso grandes hiatos estratigráficos como conse-
más bajo de la Serie Stephaniense en base de la
cuencia de levantamientos de edades Namu-
sucesión de Tejerina (WA G N E R , V I L L E G A S riense y Westfaliense A.
y F O N O L L A, 1969), modificándose después
la propuesta ( B O U R O Z et al., 1972, G E O R -
G E y W A G N E R , 1972), al adoptarse el estra-
11.9.2.1 SECUENCIA PRE-PALENTINA
totipo límite del Cantabriense en la Caliza de
Lores (dominio de La Pernía) ( W A G N E Ry 11.9.2.1.1 Dominio de Liébana
V A R K E R , 1971). También el estratotipo-lí- En la base de la sucesión carbonífera
mite del Estefaniense A fue definido en este (Fig. 11.27) aparecen lutitas y limolitas de co-
dominio, en la base del Miembro Carboneros lor gris oscuro que han sido atribuidas a la
de la Formación Barruelo (GEO R G E y W A G - Formación Vegamián (A D R IC H E M BO O G A -
N E R , 1972, W A G N E R y W I N K L E R P R I N S , ERT, 1967). Por encima se encuentran calizas
1970). La cuenca post-Leónica de Guardo fue nodulosas de la Formación Genicera, con
asimismo descrita posteriormente por w A G - unos 25 m de espesor, de color claro, gris y
N E R y FERNANDEZ G A R C I A (inlitt.) ypor rojizo y de edad Viseense inferior a Namurien-
COLUMNA ESTRATIGRAFICA ESQUEMATICA DEL se medio según M A A S (1974). A la Forma-
CARBONIFERO E N EL NORTE DE LA REGION PALENTINA ción Genicera le siguen en ocasiones unas cali-
zas fétidas laminadas, de aspecto semejante a
Fm Conglamerados y oren!sms
Cordel can algun nivel de carb6n la Formación Barcaliente de la Región Occi-
Fm Lutitas con intercolaciones de dental (WAGNER, W I N K L E R P R I N S y R I -
D ING, 1971) y cuyo espesor no sobrepasa los
Fm L ~ t i t o S ,areniscos y Olistolltor 50 m, denominada Formación Lon (MARTI-
Valdeán de mater~olesdevonicos
N E Z GARCIA, 1981).
A estas calizas sigue una secuencia de lu-
Fm
Pondetrove 1 Arentscas, lutilm y calizos
fosolt~eros titas, areniscas y calizas en bancos potentes,

F===
Fm Pondo Calizos masivas oscuros
llamada Formación Cosgaya. Las calizas son
oscuras y de grano fino, con abundantes cora-
Alternancia de grauvacos, les y fusulínidos de la Zona de Profusulinella,
Fm
lutitas, areniscas y conglo-
merados turbidit!cos con
subzona A (GINKEL,1965), equivalente al
Coriscoo oigunor niveles calizos en Bashkiriense superior, por lo que deben de ser
la porte i n f e r l o r
equivalentes a la Formación Valdeteja del do-
minio de Cervera.
Por encima se encuentra una sucesión
potente de lutitas, conglomerados polimícti-
Cmglomerodos y grauvocas &
aspecto turbtdit~cocon inler-
cos, areniscas, grauvacas y capas de caliza que
colaciones lulittcas descansa con ligera disconformidad sobre tér-
minos más bajos. Ha sido denominada Forma-
ción Vejo y posee un marcado carácter turbi-
dítico. Hacia el Este, existe en la parte supe-
Allernanc~o de grauvocos, rior de la misma, un potente tramo calcáreo
lutitos, orentrcos y conglo - denominado Caliza de Piedrasluengas, que
merodos turbiditicos con
~ntercalac~onesde calizas contiene fusulínidos de la Zona de Profusuli-
nella, subzona B de G INKEL (1965) (Mosco-
viense inferior, Vereisky). Asimismo, W A G -
N E R - G E N T I S (in W A G N E R y B O W M A N , in
Piedros Luengas litt.), cita goniatítidos del Atokiense inferior
a
(Pennsylvaniense inferior) en la base de dicha
formación. Su edad es por tanto equivalente a
> Alternoncio de lutitas con la de la Formación Perapertú ( W A G N E R y
avenidas de derrubior mkoreos,
'
Fm
Vejo areniscos, grouvocos y con - W A G N E R - G E N T I S , 1963) del dominio de
qlomemdos turbidit!cos con
algunas intercolaciones de
Cervera, pero la Formación Vejo es mucho
2 COIIZOS
400
más potente y litológicamente más variada,
aunque ambas son turbidíticas.
Otra unidad turbidítica, también de gran
espesor, se sobrepone con disconformidad a la
Fm Lon Colizos toblcodos oscuras
Formación Vejo y Caliza de Piedrasluengas,
constituida asimismo por lutitas, areniscas,
conglomerados polimícticos y calizas, que ha
sido denominada Formación Cucayo, en la
que H O E F L A K E N (in WAGNER, 1959) en-
contró una flora de edad Namuriense superior
o Westfaliense A. Parece atribuible a la For-
mación Carmen de W A G N E R y W A G N E R -
G E N T 1s (1963) en el dominio de Cervera. Las
Fig. 11.27.- Columna estratigráfica del Dominio de Liébana calizas de la Formación Cucayo han propor-
(según MARTINEZ GARCIA 1981). cionado fusulínidos del Kashirsky inferior o
Vereisky. Algunos conglomerados de esta se- mente seguramente aumenta, ya que allí se
cuencia se han descrito como de abanicos sub- desconoce la base, mientras que en el techo se
marinos por R U P K E (1977). sitúa, con discordancia, la Formación Carmen,
encontrándose fenómenos de paleokarst cuan-
119.2.1.2 Dominio de Cewera do hay calizas en la misma. La edad de los
El conjunto pre-Palentino en el dominio bloques calizos ha sido determinada con fusu-
de Cervera ( W A G N E R , in litt.) (Fig. 11.28) línidos como Vereisky (Moscoviense más infe-
abarca una sucesión autóctona más completa ~ 0 r (WAGNER
) y BOWMAN, in litt.).
que la que se halla en el Manto de Revilla, Por último se encuentra la Formación
enclavado en el mismo pero que se ha desliza- carmen (WAGNER y W A G N E R GENTIS,
do desde el dominio del Brezo (Fig. 11.28). En 1963), descrita primeramente en el Manto de
el Manto de Revilla(W A G N E R , 1 9 7 1 ~ )las
. ca- Revilla, donde presenta unos 250 m de espe-
lizas nodulosas grises de la Formación Genice- sor, y con posterioridad más al Oeste, en el
ra (denominadas originalmente Calizas de Vi- autóctono, con 1.100 m de sedimentos de ca-
llabellaco por W A G N E R y W A G N E R G E N - rácter turbidítico que descansan con discor-
TIS, 1952), descansan en discordancia angular dancia poco angular sobre la Formación Pera-
sobre calizas del Givetiense medio y superior pertú y en los que predominan los tramos de
(discordancia Bretónica). Su edad abarca des- areniscas, lutitas y conglomerados de aspecto
de el Tournaisiense superior hasta el Namu- "mass-flow". Su edad es Westfaliense A pro-
riense inferior, alcanzando unos 25 m de espe- bable (W A G N E R , in litt. ). Las formaciones
sor total. En ellas se han detectado dos hiatos Molino de F R E T S (1965) y Cervera de
estratigráficos grandes que están generalizados B R 9 U W E R y G I N K E L (1964) son equivalen-
en toda la Región Occidental ( H I G G I N Sy tes parciales de la Formación Vañes y la For-
WAGNER-GENTIS, 1982). En este manto mación Cervera incluye estratos de la Forma-
fueron eliminadas por levantamiento las cali- ción Perapertú.
zas negras fétidas y finamente laminadas de la
Formación Barcaliente, que sin embargo se
encuentra con transición gradual desde las Ca- 11.9.2.1.3 Dominio de Brezo
lizas de Genicera en el autóctono. Después, La sucesión comienza (Fig. 11.29) por la
tanto en el Manto de Revilla como en el de Formación Genicera, constituida fundamen-
Mudá, se encuentran las calizas más masivas talmente por calizas nodulosas, niveles de
de la Formación Valdeteja, cuya edad se ha chert discontinuos y pizarras rojas, alcanzan-
establecido como Bashkiriense ( G I N K E L, do unos 20 m de espesor.
1965). Sigue, con una discordancia poco an- A continuación se deposita la "Caliza de
gular, la Formación Carmen, de edad Westfa- Montaña", consituida aquí fundamentalmente
liense A(? ), pero en el autóctono se intercala por la Formación Valdeteja, ya que la mayor
antes la Formación Perapertú ya mencionada parte de la Formación Barcaliente fue elirnina-
anteriormente y de edad Moscoviense inferior da por un levantamiento en el Namuriense al-
(WAGNER y BOWMAN, in litt.). to. Es frecuente la dolomitización secundaria
La Formación Valdeteja está constituida y su potencia máxima es del orden de 300 m.
por calizas claras bioclásticas, que alcanzan La Formación Valdeteja contiene brechas se-
100 m en el Manto de Mudá y sólo 50 en el de dimentarias en su parte inferior, entre las que
Revilla, debido a la erosión anterior a la For- se encuentra la denominada Brecha del Brezo
mación Carmen, la cual se sitúa discordante por R E U T H E R (1982). El techo del conjunto
sobre las formaciones Genicera y Valdeteja en carbonatado muestra señales de paleokarst. Si-
el Manto de Revilla. Su edad ha sido estableci- guen lutitas y capas de areniscas con caracte-
da como Bashkiriense. La Formación Peraper- rísticas turbidíticas, que aumentan hacia el te-
tú del autóctono se encuentra constituida por cho y alternan con lutitas y conglomerados
lutitas con avenidas de derrubios calizos, algu- polimícticos. Esta secuencia equivale a la For-
nos de gran t a m e o . Su espesor es de unos mación Carmen del dominio de Cervera, sien-
250 m en la localidad tipo, aunque lateral- do notable que los mismos hiatos estratigráfi-
DOMINIO DE SIERRA MANTO DE
CERVERA DEL BREZO REVILLA

WESTFALIENSE B 0 O
, 0,0-0 o 0,0 o FORMACION
O
-
-
a O CURAVACAS
I
FASE ,PALENTINA ,
I
I I I I I I
WESTFALIENSE FORMACION

MOSCOVIENSE INF:

calizas masivas
BASHKIRIENSE someras.

disconformidad de baio ángulo


disconformidad de olto ángulo

calizos fina- FORMACION


BARCAL IENTE
TOURNAISIENSE - mente laminad
calizas nodu-
NAMURIENSE INF. losas. GENICERA

Fig. 11.28.- Columnas estratigráficas esquemáticas de los Dominios de Cervera, Brezo y Manto de Revilla (según WAGNER y BOW-
MANN in lit.).

123
Fig. 11.29.- Columnas esizatigráficas esquemáticas de los dominios de Gildar Y Espiguete.

cos se desarrollan con más intensidad todavía una sucesión de lutitas con niveles arenosos y
en el Manto de Revilla. avenidas de derrubios calcáreos. También en
este dominio se encuentran potentes conglo-
11.9.2.1.4 Dominio de Espigüete m erad o s calcáreos (Miembro Triollo de
En la base aparecen sedimentos atribui- V E E N, 1965), disconformes sobre la Caliza de
dos a la Formación Vegamián (Fig. 11-29),for- Montaña. Los términos superiores son de gra-
mados por pizarras negras con delgados nive- no más grueso, predominando las grauvacas y
les de liditas, nódulos fosfatados y cristales de lutitas arenosas con facies turbidíi'icas e inter-
pirita. Su espesor total es del orden de 35-40 calándose grandes lentejones conglomeráticos
m. En el Valle de Cardaíio de Arriba, se 0%- de tipo polimíctico. Probablemente, esta suce-
serva una discordancia local con los estratos sión resulta atribuible a la Formación Carmen
del Devónico superior. del dominio de Cervera.
Por encima se deposita la Formación Ge-
nicera con calizas nodulosas, de colores roji- 11.9.2.1.S Dominio de Giidar
zos o gris claros y cuya potencia varía entre En la base se encuentran asimismo estra-
13 y 25 m. V E E N (1965) le atribuye una tos atribuidos a la Formación Vegamián, con
edad Tournaisiense superior a Viseense muy pizarras negras y niveles delgados de chert
alto, según estudios de conodontos por AD R 1- (Fig. 11.29). Su espesor es de unos 1 2 m. Se-
C H E M B O O G A E R T (1967). gún B U D I N G E R y K U L L M A N N (1964), esta
La Caliza de Montaña aflora en este do- formación puede datarse en Gildar como
minio formando en la topografía una serie Tournaisiense medio y superior.
alineada de montañas calcáreas cuyo pico más A continuación se superpone la Forma-
alto es el Espigüete (2.530 m). Su coloración ción Genicera, constituida por calizas nodulo-
va de gris claro a gris oscuro dependiendo del sas grises en la base y de color rojizo más
grado de recristalización. El espesor varía en- arriba, con delgados niveles de pizarras rojizas
tre 150 y 350 metros. i n terestratificadas. Han sido datadas por
Sobre el conjunto carbonatado se sitúa KULI,MA N N (1963) como Viseense superior.
La Caliza de Montaña suprayacente se
presenta en Gildar como una sucesión calcárea
de color gris oscuro a negro. En la parte infe-
rior se reconocen unos 30 m de las calizas
negras finamente laminadas de la Formación
Barcaliente y por encima hay 150 m de calizas
masivas gris oscuras de edad narnuriense
( K U L L M A N N , 1963), pasando lateralmente a
niveles de brechas sedimentarias que parecen
aumentar de espesor hacia el Este, en que se
transforma en una masa caótica de bloques
calcáreos de distinto tamaño, generalmente
con un cierto redondeamiento. Este conjunto
ha sido interpretado por KULLMANN, R E U -
T H E R y S C H O E N E N B E R G (1977) Como Un
material tipo "escombro" ligado a dislocacio-
nes y basculamientos submarinos originados
por la iniciación de los impulsos tectónicos Fig. 11.30.- Columna estratigráfica esquemática del Dominio
de Pnoro.
hercínicos.
En la parte superior aparecen pizarras os-
curas con delgados niveles margosos y areno- ción Carmen, aparece en el dominio de Liéba-
sos de grano fino, con abundantes marcas de na (Fig. II.27), la Formación Curavacas (KA-
corriente, que formarían parte según los auto- N IS , 1956), constituida por conglomerados
res citados, de la cuenca turbidítica ocasiona- predominantemente silíceos que, en el Sincli-
da por el levantamiento del umbral. nal de Campollo no pasan de 300 m mientras
que en Llánaves de la Reina superan los 1.000
11.9.2.1.6Dominios de Prioro y Guardo m. En las proximidades del puerto de San
Al Sur de la Falla de León, y en el sustra- Glorio, SA V A G E (1967) les atribuye carácter
to de los materiales post-Palentinos y post- turbidítico, formando parte de un abanico
Leónicos de la Cuenca de Guardo y del dorni- submarino. En cuanto a su edad, en el Sincli-
nio de Prioro, aparecen lutitas y areniscas con nal de Campollo, M A A S (1974) cita la exis-
bloques calcáreos de una sucesión que se sitúa tencia de cantos de caliza con foraminíferos
directamente por encima de la "Caliza de pertenecientes a la subzona A de la Zona de
Montaña" del autóctono del Manto del Esla y Fusulinella de G I N K E L (1965), lo que con-
aflora por debajo de la Formación Prioro cuerda con su asignación al Westfaliense B del
en el dominio del mismo nombre (Fig. 11.30), dominio de Yuso. Presenta intercalaciones de
donde han sido datados como bashkirienses lutitas de color negro de hasta 350 m de espe-
(ALON SO in litt.) y junto al frente del Manto sor.
del Esla, asimismo de edad bashkiriense (AR- Por encima se encuentra la Formación
BOLEYA, 1981). Por Último, al Norte de Coriscao, de carácter turbidítico que supera
Morgovejo, en el dominio de Guardo, por de- los 1.500 m de espesor, constituida por luti-
bajo de los sedimentos post-Leónicos existe tas, areniscas, conglomerados, grauvacas y ca-
un afloramiento de Caliza de Montaña con lu- lizas. Se puede relacionar cronológicamente
titas y avenidas de derrubios calcáreos por en- con la Formación Vañes del dominio de La
cima, que pueden tener una edad semejante. Pernía y parcialmente con la Formación Le-
chada de Yuso (tramo situado por debajo de
11.9.2.2 SECUENCIA POST-PALENTINA (PRE- la Caliza de Panda), así como con la parte
LEONICA) inferior de la Formación Vergaño de G R A -
A F F (1971). Las altemancias de areniscas y
11.9.2.2.1 Dominio de Liébana lutitas muestran huellas de corriente y otras
En discordancia angular sobre la Forma- marcas de muro que indican una proveniencia
del SE según L O B A T O (1977). Dicho autor rable, en un paquete de 300 m de calizas, mar-
observa asimismo la variación vertical en la gas y lutitas. El ambiente sedimentario de las
secuencia desde turbiditas proximales a dista- mismas fue estudiado por G R A A F F (1971,
les. En el Sinclinal de Coriscao, se presentan 1975), quien determinó su carácter deltaico
gran cantidad de olistolitos calcáreos con fora- de tipo destructivo. Las floras y faunas obte-
miníferos de la Zona de Fusulinella, subzona nidas indican una edad Weatfaliense D (infe-
B, de G I N K E L (Podolsky). Por debajo, y a rior a medio), equivalente al Podolslry más al-
poca distancia del Conglomerado de Curava- to y Myachkovsky bajo del Moscoviense su-
cas, existen intercalaciones calcáreas (calizas perior.
de El Ves y Orpiñas) de edad moscoviense La secuencia se termina con este nivel
(Kashirsky alto) según L Y S (in L O B A T O , calcáreo de Sierra Coriza, al que se superponen
1977). Las correlaciones bioestratigráficas su- las formaciones Castillería y Verdeña, de eda-
gieren que la edad de la Formación Coriscao des Myachkovo-Westfaliense D superior-can-
abarca probablemente la mayor parte del tabriense inferior y Cantabriense en el Sincli-
Westfaliense C. nal de Castillería. En el Sinclinal de Casavegas,
Sobre esta sucesión se encuentra un nivel el nivel calcáreo terminal es denominado Cali-
calizo de más de 100 m que fue denominado za de Maldrigo, encontrándose encima las for-
Caliza de Panda por G I N K E L (1965). Los fu- maciones Rozo y Ojosa ( W A G N E R y V A R -
sulínidos presentes en la misma indican una K E R , 1971), de edades Westfaliense D supe-
edad Podolsky alto. rior-Cantabriense inferior; en el Sinclinal de
Redondo es la Caliza de Abismo, superponién-
dosele la Formación Brañosera, del Canta-
11.9.2.2.2 Dominio de La Pernía briense superior, mientras que en el Sinclinal
La secuencia post-Palentina y pre-Leóni- de Barruelo, prolongación hacia el Sur del de
ca en la Cuenca de La Pernía (Fig. II.31), co- Redondo, se intercala la Caliza de Castillería
mienza por la Formación Vañes, introducida por debajo de la Formación Brañosera (la lla-
por N E D E R L O F y S I T T E R (1957) y redefini- mada "caliza intermedia" de WA G N E R et al.,
da por G R A A F F (1971). La base de esta for- 1977).
mación no aflora debido al despegue de San
Cebrián. Es fundamentalmente turbidítica y 11.9.2.2.3 Dominio de Yuso
está constituida por 700 m de 1utit;is y grauva- La base está constituida por el Conglo-
cas con ~lgunasavenidas de derrubios calcá- merado de Curavacas (Fig. II.32), formado
reos. Por la posición estratigráfica se le atribu- por cantos de cuarcita, generalmente bien re-
ye una edad Westfaliense C. dondeados, mal calibrados y dispersos en una
Por encima se encuentra la Formación matriz grauváquica. El conjunto presenta ca-
Vergaño ( G R A A F F , 1971), equivalente en racterísticos cambios laterales, tanto de espe-
parte a la Formación Corisa de BR O U WE R y sor como de composición, siendo el primero
G I N K E L (1964). Se trata de unos 1.500 m de del orden máximo de 1.000 m en Peña Cura-
sedimentos de carácter deltaico con grandes vacas, con una considerable disminución en
variaciones laterales, en que hay areniscas, lu- sentido Este-Oeste y pareciendo deducirse un
titas, limolitas, calizas y un sólo intervalo cambio desde facies fluviales en el Este hasta
parcialmente continental con capas de carbón sedimentación en abanico submarino al Oeste.
(tramo de San Cebrián). Los niveles calcáreos Sus tramos basales suelen presentar caracterís-
más destacables han sido denominados Calizas ticas fluviales y parálicas, precisando w A G -
de Socavón, Coterraraso y Coriza, con algún N E R (1960, 1965) y W A G N E R Y B O W M A N
nombre local para niveles equivalentes (por (in lit.), una edad Westfaliense B superior en
ejemplo, Peña Tremaya y Agujas). La Caliza Los Cintos, al Este del dominio de Yuso.
de Agujas se deshace hacia el Norte en una Estratigráficarnente por encima se sitúa
avenida de derrubios calcáreos. Aunque todas la Formación Lechada, en la que entran a for-
estas calizas se .acuñan lateralmente, la de Sie- mar parte alternancias de grauvacas y lutitas
rra Coriza presenta una continuidad conside- con pistas fósiles que indican una facies turbi-
S I N C L I N A L DE
Fm.
CASAVEGAS
Peño Cilda

S I N C L I N A L DE
CASTlL L E R I A S I N C L I N A L DE Fm
Borruelo
REDONDO

Fm
Brotiosero

Colizo & Costillerio


Colizo de A b i s m o
Calizo de S' Coriza

m Mesozoico
m Carbon,fero Post -Asturico
Carbonrfero Post-Leonico y Pre-Asturico
C ~ I I Z O SPost - Leonlcas
m Calizos Pre- Leonicas

m Carbonifero Post-Palentino y
Pre- Leonico (Westfaliense D I
Poleozoico P r e - Palentino
(Segun WAGNER e l a l 1 9 7 7 )

----I L u t i t a s y Iirnolitos
. . . . . .1 Areniscas y qrouvocas E S Q U E M A DE SITUACION Y C O L U M N A S
lo o o o o ol Conglomerados
ESTRATIGRAFICAS DEL CARBONIFERO
Calizos
Avenidas de EN E L SUR DE L A REGION P A L E N T I N A
1-1 derru b i m calcoreos
iS.egún NEDERLOF 1 960, G R A A F F 1 971. -
200
Pero~ertú
-
~ I O I D I O I O I COIIZOS
~

Carbo'n
noduloras
W A G N E R a V A R K E R 1971, W A G N E R e l a l
.
1 9 7 9 , etc
o
metros

Fig. 11.3 1.- Columnas estratigráficas esquemáticas del Carbonífero en el Dominio de La Pernia (según ~ A R T I N E ZGARCIA 1981).
Pizarras,areniscas, conglomerados y bloques
Frn. BRARAS calcóreos. Estratificacion disturbada y olis-
tostromas.

Alternancia de grauwacas, lutitas, areniscas


Fm. PANDETRAVE y conglomerados turbiditicos con algunos
niveles calizos y olistostromas.

Fm. PANDA Calizas masivas oscuras.

Alternancia de grauwacas,lutitas,arenis-
Fm. LECHADA cas y conglomerados turbidíticos con nive-
les lenticulares calizos.

50Om.

1
1
4 Fm. CURAVACAS
Conglomerados y grauwacas con interca-
laciones lutiticas.

Om.

Fig. 11.32.- Columna estratigráfica del Carbonífero en el Dominio de Yuso.

128
dítica de aguas más o menos profundas, piza- conglomerados de matriz lutítica, un tramo
rras oscuras o negras arenosas junto con gran- carbonatado intermedio (Caliza de Mesao) y
des bloques de calizas bioclásticas que se in- otro de turbiditas lutíticas y areniscosas en la
terpretan como avenidas de derrubios de ta- parte superior. Su edad es Westfaliense C se-
lud. Asimismo se encuentran grandes lentejo- gún L O O N (1971). Es probable que la Forma-
nes de calizas bioclásticas (El Vés, Vallines), ción Prioro siga directamente al Conglomera-
embebidos en una masa lutítico-arenosa, pro- do de Curavacas cuyo techo parece aflorar en
bablemente en parte por desplazamiento por el mismo pueblo de Prioro.
una pendiente. L Y S (in L O B A T O , 1977), pre- Hacia el Oeste, cerca ya del frente del
cisa la edad de estas calizas mediante fusulíni- Manto del Esla, se encuentra una sucesión tur-
dos, como Kashirsky alto. También se encuen- bidítica con lutitas, avenidas de derrubios cal-
tran grauvacas y conglomerados polimícticos. cáreos y conglomerados, de edad Kashirsky-
Sobre la Formación Lechada se encuen- Podolsky, equivalente lateral de las formacio-
tra la Formación Panda, constituida por cali- nes Prioro y Pando y sobre la que se encuen-
zas grises y negras en bancos gruesos, con ni- tra en discordancia un tramo conglomerático
veles de abundantes fusulínidos de edad Po- de matriz lutítica que fosiliza el Manto del
dolsky alto. Esla y que se sitúa a su vez discordante por
La Formación Panda es seguida por la debajo de la secuencia post-Leónica de Guar-
Formación Pandetrave, formada por alternan- do ( A L O N S O
in litt.).
cias de lutitas y grauvacas de carácter turbidc-
tico distal, areniscas arcósicas y ocasionalmen- 11.9.2.3 SECUENCIA POST-LEONICA (PRE-AS-
te ortocuarcíticas que dan lugar a fuertes re- TURIC A)
saltes morfológicos, pizarras oscuras con nive-
les de calizas lutíticas negras y grandes lente- 11.9.2.3.1 Dominio de La Perriía
jones lutíticos con nódulos calcáreo-arcillosos La secuencia post-Leónica en el dominio
negros fosfatados, calizas en bloques de distin- de La Pernía varía notablemezte según las lo-
tos tamaños, grises y negras incluidas en luti- calidades, debido a la tectónica de fractura
tas negras, con caracteres olistostrómicos y que se asocia con el borde oriental de la cuen-
por último, calizas bioclásticas lenticulares en ca de sedimentación (Fig. 11.31). La sucesión
que predominan los foraminíferos y algas. Su más completa en su parte inferior se encuen-
determinación permite asignar a las mismas tra en el Sinclinal de Casavegas, donde en dis-
una edad Myachkovsky alto (LYS in L O B A - conformidad sobre la Caliza de Maldrigo se
T O , 1977). El espesor total de esta formación coloca la Formación Rozo, de sedimentos fi-
supera los 100 metros. nos rítmicos, seguida de la Formación Ojosa
(WAGNER y V A R K E R , 1971), constituida
por cerca de 2.500 m de sedimentos deltaicos,
11.9.2.2.4 Dominio de Prioro con secuencias granocrecientes de colmata-
Los sedimentos post-Palentinos y pre- ción, y con tramos marinos que incluyen cali-
Leónicos del dominio de Prioro, están represen- zas algales y bioclásticas. La Caliza de Lores
tados (Fig. 11.30) por las formaciones Prioro y está reconocida como el limite inferior del es-
Pando (BROUWER y GINKEL, 1964; LOON, tratotipo del piso Cantabriense ( G E O R G Ey
1972). La primera está formada por una suce- WA G N E R , 1972), aunque existe una propues-
sión predominantemente lutítica, con interca- ta para colocar dicho límite más arriba, en la
laciones de areniscas y algunos niveles carbo- Caliza de Urbaneja, por lo que toda la Fonna-
natados. En un principio fue descrita por ción Ojosa quedaría prácticamente en el West-
B R O U W E R y G I N K E L (1964) y por H E L - faliense D superior (WAG N E R , in litt.). Las
MIG (1965) como dentro del Grupo Ruesga, abundantes faunas marinas encontradas en la
pero L O o N (1971) encontró flora en ella, de- Formación Ojosa indican su equivalencia con
terminada por W A G N E R , de edad Westfalien- el Myachkovsky alto (techo del Moscoviense)
se B/C. En cuanto a la Formación Pando, está (LYS inWAGNER, PARK, W I N K L E R P R I N S
constituida por un tramo inferior de lutitas y y LYS,1977).
La Formación Ojosa del Sinclinal de Ca- con suelos de vegetación y capas de carbón en
savegas está representada por sólo 90 m de su parte final. Aumentan las facies continenta-
caliza en los sinclinales de Castillería y Barrue- les hacia arriba y en dirección sureste siendo
lo (Caliza de Castillería de GINKEL, 1972), el miembro Calero el más productivo en car-
debido a la existencia de la falla sinsedimenta- bón del área de Barruelo y estando sin embar-
ria de Los Llazos, que separaba la cuenca del- go casi desprovisto de él en el valle de Redon-
taica de una plataforma carbonatada al Este do. En la base del Miembro Carboneros está el
(WAGNER y VARKER, 1971). Hacia el final estratotipo-límite del Stephaniense A (G E o R -
del Cantabriense inferior cesó la actividad de G E y W A G N E R , 1972), con lo que la Forma-
dicha falla y se depositaron en el Sinclinal de ción Barruelo pertenece al Cantabriense supe-
Castillería las formaciones Verdeña y San Sal- rior en su parte baja y al Estefaniense A infe-
vador (WAGNER, PARK, W I N K L E R P R I N S rior en la alta. Las faunas indican una edad
y LYS, 1977). La Formación Verdeña está Kasimoviense.
formada por 280 m de lutitas, margas y cali-
zas. Su espesor disminuye rápidamente hacia 11.9.2.3.2 Dominio de Guardo
el Este, aparentemente por un basculamiento Los sedimentos post-Leónicos están am-
de bloques en el margen oriental de la cuenca. pliamente representados en la cuenca minera
La Formación San Salvador tiene algo más de de Guardo, el Sinclinal de Tejerina y el área
200 m de areniscas, lutitas y calizas que indi- de Ocejo de la Peña, encontrándose retazos al
can una sedimentación mixta marina y conti- Norte de la Falla de León, en las cercanías de
nental, con capas de carbón y suelos de vege- Riaño (ALONSO HERRERO, 1981). El bor-
tación. Los foraminíferos indican que su edad de de la cuenca se situaba hacia el Noroeste,
está en el límite superior del Moscoviense (te- existiendo evidencia de un paleorrelieve fuerte
cho del Myachkovsky). de dimensiones alpinas con paleovalles orien-
En el Cantabriense superior se amplía la tados NW-SE en los que se depositaron sedi-
cuenca post-Leónica, depositándose la Forma- mentos indicativos de un fuerte control tectó-
ción Brañosera, que representa una transgre- nico sobre la sedimentación (IWA N I W ,in litt.).
sión generalizada en toda la cuenca, llegando Asimismo se ha detectado un solapamiento
incluso a la parte occidental de la cuenca mi- muy importante hacia este borde, donde se
nera de Guardo, donde se correlaciona con la encuentran estratos del Cantabriense inferior
base de la Formación Taranilla (WA G N E R y discordantes sobre el sustrato mientras que*
F E R N A N D E Z GARCIA, in litt.). La Forma- también se depositaba el Westfaliense D supe-
ción Brañosera está representada en los sincli- rior en una zona al Sureste, en las cercanías de
nales de Castillería y Redondo-Barruelo. Por Guardo. El Cantabriense inferior del borde se
lo general muestra facies turbidíticas en la depositó sobre una secuencia marina con con-
parte inferior, existiendo lutitas con avenidas glomerados de matriz lutítica que fosiliza a su
de derrubios calcáreos, con un desarrollo es- vez al manto del Esla y que se encuentra dis-
pectacular en el Valle de Redondo. En la par- cordante sobre materiales de edad Westfalien-
te superior es más somera, con existencia de se D alto (AL O NS O , in litt.). Hacia el SE au-
paleocanales en un ambiente costero lutítico. menta la influencia marina a la vez que se
Su espesor se acerca a los 1.000 m. Los fósiles encuentran estratos inferiores, del Westfalien-
encontrados indican una edad Kasimoviense se D superior, habiendo descrito W A G N E R y
inferior. F E R N A N D E Z ~ ~ ~ ~ ~ ~ ( mási n de
l i veinte
t t . )
Por encima se encuentra la Formación formaciones alternantes marinas y continenta-
Barruelo (WAGNER y W A G N E R - G E N T I S , les. Cada transgresión marina fue interpretada
1952) que consiste en cinco miembros inclu- como provocada por movimientos tectónicos,
yendo los tramos hulleros de Peñacorba, Car- lo que da una idea de la actividad de la misma,
boneros y Calero (WAGNER y W I N K L E R depositándose los sedimentos a razón de
PRINS, 1970). Predominan las facies marinas 1.000 m cada 1.000.000 años. La sucesión ge-
con paleocanales en lutitas de un mar somero neral fue descrita por los autores citados (Fig.
y secuencias granocrecientes de colmatación 11.33).
MORGOVEJO/SOW

PRADO c
LA TRAPA
O
CALIZA DE
VERDENA
SANTA MARINA O-
" 0
"

,72-~
ESPINA

O O

-----
CHORIZA
E t TARILONTE CASAVEGAS

Marino

-c Carbón

Fig. 11.33.- Columnas estratigráficas esquemáticas de los sedimentos post-leónicos en la Región Oriental (según WAGNER in lit.).

En el Sinclinal de Tejerina en e í borde 11.9.2.3.3 Dominio de Liébana


noroccidental de la cuenca, WA G N E R , V I -
L L E G A S y F O N O L L A (1969) distinguieron Tanto en la parte occidental del dominio
tres formaciones, una inferior continental de Yuso como en el Norte del de Liébana
conglomerática o Formación Ocejo, una mari- (Fig. II.26), se encuentran discordantes sobre
na intermedia, llamada Formación Barranqui- secuencias post-Palentinas, unos conjuntos
t o y por último, la Formación Tejerina, cons- turbidíticos que se caracterizan por la presen-
tituida por sedimentos continentales con ca- cia de grandes olistolitos calcáreos, interpreta-
pas de carbón. Posteriormente W A G N E R dos en un principio como mezclas tectónicas
(1970) incluye la Formación Barranquito co- debido a estar siempre situados por debajo de
mo miembro inferior de la Formación Tejeri- los cabalgamientos existentes en sus rebordes
na. ( L O B A T O , 1977). Al Oeste. de Riaiío, este
El desarrollo lateral de las formaciones, conjunto caótico está cabalgado por la unidad
así como el solapamiento asociado con el bor- de Lois-Ciguera, de afinidad litológica con el
de NW de la cuenca fue representado por dominio de Picos de Europa ( A L O N S O H E -
W A G N E R y F E R N A N D E Z G A R C I A (inlitt.) RR E R O , 1981). Entre el Puerto de Tarna y el
y por W A G N E R (in iitt.), documentándose Valle de Valdeón, aflora debajo del frente del
también las floras del dominio de Guardo (op. Manto del Ponga y en Valdeón, penetra bajo
cit.). el dominio de Picos de Europa, encontrándose
en la semiventana de Valdeón, donde ya había 1952), constituida por 500 m de conglomera-
sido descrito por KUTTERINK (in MAAS, dos, areniscas y lutitas de facies continentales,
1974), bajo la denominación de Formación que sufrieron plegamiento antes del Autunien-
Valdeón. Se puede seguir asimismo bordeando se. Las floras halladas en dichos sedimentos
el frente Sur del dominio de Picos de Europa, indican una edad Estefaniense B superior o C
por el Collado de Remoña y Espinama. Vuel- inferior (WAG N E R , 1965), datando los movi-
ve a aparecer en el límite oriental del dominio mientos astúricos, ya que existe una discor-
de Picos de Europa hasta ocultarse bajo la co- dancia total entre los estratos de Peña Cildá y
bertera permo-mesozoica. Asimismo se le en- el Stephaniense A inferior del Miembro Calero
cuentra en el dominio de Yuso, por debajo de la Formación Barruelo.
del cabalgamiento de Gildar.
La edad de este conjunto ha sido estable-
cida como posterior al Westfaliense D superior 11.9.2.4 .'L Dominio de Liébana
(LOBATOet al., inlitt.), ya que los bloques Al Este de Peña Labra aparece una dis-
calcáreos incluidos en el mismo han propor- cordancia por debajo del Pérmico (Fig. II.27),
cionado fusulínidos del Myachkovsky. Por su una sucesión de conglomerados y areniscas
parte A M E R O M (in M A A S ,1974) cita en el continentales que afloran en Pico Cordel
Valle de Valdeón, la presencia de una flora de ( W A G N E,R1970) y que contienen una flora
edad estefaniense. M A A S (1974) lo considera de edad Stephaniense C. La mancha de Pico
equivalente a la Formación Lebeña del domi- C o rdel ha sido cartografiada por M A A S
nio de Picos de Europa, por lo que este con- (1974).
junto podría ser también considerado como Más al Noroeste, cerca de San Mamés, se
postrAstÚrico,segun las conclusiones sobre la encuentra una secuencia llamada Unidad de
edad de la citada formación ( M A R T I N E Z San Mamés por M A A S (1974), constituida
G A R C I A y W A G N E R inlitt.). En todo caso, por lutitas y grauvacas de aspecto turbidítico,
es evidente que se trata de un depósito con- en que se encontraron bloques calizos con
temporáneo al emplazamiento de los mantos faunas del Myachkovsky y una flora alóctona
de corrimiento situados más al Oeste, ya que de probable edad cantabriense. Sin embargo,
incluye olistolitos de materiales pre-carbonífe- en otro afloramiento cercano, situado al Nor-
ros. te de Puente Pumar (Santander) y que parece
continuación del de San Mamés, se encontró
11.9.2.4 SECUENCIA POST-ASTURICA una flora de edad probable Stephaniense B
( M A R T I N E ZG A R C I A ,et al., in litt.), por lo
11.9.2.4.1 Dominio de Cervera que preferimos asignar a esta sucesión una
En este dominio se depositó, después de edad post-Astúrica. Las características sedi-
la fase Astúrica (Fig. II.28), la Formación Pe- mentológicas son diferentes a las de Pico Cor-
ña Cildá (WAGNER y ' WAGNER-GENTIS, del y su edad puede ser algo más antigua.
11.10 EVOLUCION SEDIMENTARIA Y PALEOGEOGRAFICA DEL CARBONIFERO
EN LA CORDILLERA CANTABRICA

L. Sánchez de la Torre*; J.A. Agueda J7illar*; J.R. Colmenero Navarro*;


J. C. García-Ramos* y J. González Lastra **.
* Departamento de Estratigrafía. Universidad de Oviedo.
** INYPSA,Madrid.

11.10.1 INTRODUCCION (1881), A D A R O (1914), J U L I V E R T (19571,


Este ensayo de síntesis paleogeográfica, C O M T E (1959), M A R T I N E Z (1962), W A G -
pretende dar una visión general de la evolu- N E R (1963), H I G G I N S et d. (1964), R A D I G
ción espacio-temporal de los diferentes am- (1966), A D R I C H E M B O O G A E R T (1967),
M A R C O S (1967), P E L L O (1968) y WIN-
bientes sedimentarios e historia deposicional
K L E R P R I N S (1968), tienden a resolver pro-
del Carbonífero en la Cordillera Cantábrica; se
destaca asimismo la extensión paleogeográfica blemas cronológicos aunque en sus conclusio-
nes, a veces, aumentan la dificultad de la no-
de las condiciones de formación de carbón.
menclatura litoestratigráfica. W AG N E R et al.
Para la confección de esta síntesis, ade-
(1971) realizan una síntesis, en la que simpli-
más de los antecedentes existentes, se han uti-
fican la nomenclatura de las diferentes unida-
lizado los datos procedentes de las investiga-
des del Devónico superior y Carbonífero infe-
ciones que, desde hace seis años, se vienen
iior, que aunque fue dada para el borde S de
realizando en el Departamento de Estratigra-
la Cordillera Cantábrica ( N de León), puede
fía de la Universidad de Oviedo, sobre caracte-
rización de facies y ambientes sedimentarios extenderse fácilmente a todo el ámbito de la
en relación con la formación de carbón. Zona Cantábrica. Las aportaciones más recien-
A pesar de las dimensiones de la Cuenca tes de C O L M E N E R O (1976), R I O F E R N A N -
Carbonífera, la reconstrucción paleogeográfi- D E Z (1977), M E N E N D E Z ALVAREZ
ca presenta ciertos problemas derivados de la (1977), R I O F E R N A N D E Z y M E N E N D E Z
discontinuidad de afloramientos y de la com- A L V A R E Z (1978), J U L I V E R T (1978), S A N -
plejidad estructural. En todos los casos, hc- CHEZ D E L A T O R R E et d. (1979), T R U -
mos intentado ajustar los esquemas correspon- Y O L S et d. (1979), H E W A R D y R E A D I N G
dientes a unidades convencionales, dada la (1980), G A R C I A - R A M O S y C O L M E N E R O
proliferación de nomenclatura litoestratigráfi- (1981), S A N C H E Z D E L A T O R R E et d.
ca que existe, aún siendo conscientes de la (1981), y otros datos de trabajos en realiza-
dificultad de simultanear los procesos a toda ción, nos han permitido obtener un conoci-
la extensión de la Cuenca. miento más detallado de las unidades de trán-
sito, así como del significado de la sucesión
sedimentaria del Carbonífero inferior.
11.10.2 TRANSITO DEVONICOEARBONIFEROY La sedimentación devónica, corresponde
CARBONIFERO INFERIOR a un modelo sedimentario muy sencillo en la
La reconstrucción paleogeográfica del fi- Zona Cantábrica. A partir de una zona emergi-
nal de la sedimentación devónica y el tránsito da y en erosión, aunque de baja intensidad,
al Carbonífero en la Zona Cantábrica, presen- situada al E de Asturias y Región de Picos de
ta ciertos problemas derivados de la disconti- Europa, se establece una dispersión centrífuga
nuidad de afloramientos, complejidad estruc- de sedimentos sobre una amplia plataforma,
tural y una excesiva proliferación en la no- con extensas zonas supramareales, sobre la
menclatura de unidades litoestratigráficas, cuy que alternan depósitos detríticos, que hacia el
yos límites, edad y equivalencia no siempre exterior pasan a depósitos de plataforma ex-
pueden establecerse. terna y talud, y carbonatados generalmente
Los primeros trabajos de B A R R O I S separados de las facies basinales por barreras
arrecifales o bancos bioclásticos. Aunque en que, entre series supuestamente separadas me-
detalle, cada una de las unidades del Devónico nos de 1 0 Km, hay cambios de espesor muy
presentan una distribución característica, a importantes, más de 300 m en Cabo Peñas y
grandes rasgos, la zona de plataforma y la zo- de 500 m en el Bernesga, que se justifican por
na basinal externa permanecen durante todo la evolución de una amplia plataforma epicon-
el Devónico, manteniéndose el modelo de dis- tinental de bajo gradiente, bajo ciertas condi-
persión centrífuga que contribuye a formar la ciones de inestabilidad y cuya sedimentación
cuña elástico-carbonatada. Esta amplia plata- corresponde a la superposición de dos fases
forma epicontinental, de bajo gradiente, tan regresivas separadas por una transgresiva inter-
sólo manifiesta cierta inestabilidad durante el media que ha estado acompañada de impor-
Devónico superior. tantes deformaciones en la cuenca.
En el tránsito Devónico-Carbonífero y En la zona N de la Cordillera Cantábrica,
durante el Carbonífero inferior, la caracterís- (excepto Cabo Peñas), se pueden identificar
tica es la baja intensidad de sedimentación, tres episodios sedimentarios. Un primer episo-
alternando sedimentos terrígenos y carbonata- dio netamente regresivo depositado sobre la
dos de removilización, siendo el proceso más Caliza de Candás (caliza de Portilla, en el N de
importante la removilización y redistribución León), f o m a d o por facies de llanura mareal,
de sedimentos sobre la plataforma. A conti- que hacia el exterior pasan a facies más mari-
nuación, se inicia una homogeneización en la nas y hacia el interior a facies de lagoon, alu-
sedimentación (plataforma carbonatada), aun- viales y eólicas. El segundo episodio es trans-
que todavía persisten algunas diferencias to- gresivo, con migración de la línea de costa
pográficas que condicionan la distribución de hacia el interior; los depósitos son barras lito-
sedimentos. La plataforma carbonatada em- rales y "sand-flat", representados por cuarci-
pieza a limitarse por un surco que rodea la tas de grano fino y bien clasificadas, con
zona asturiana por el W, que se establece so- abundante porosidad móldica (braquiópodos
bre la zona de cambio de facies -sedimentos y crinoideos). El intervalo superior es, de nue-
más finos y compactables- persistente duran- vo, regresivo y se caracteriza por una progra-
te todo el Devónico. dación de facies de llanura aluvial, sobre las
anteriores; la mayor extensión geográfica de
11.10.2.1 ARENISCAS DEL DEVONICO SUPERIOR estos depósitos sobre los subyacentes, ocasio-
Bajo el nombre genérico de Areniscas del nó que este último episodio fuera considerado
Devónico superior (JULIVERTet al., 1968; como transgresivo, pero es evidente su carác-
PELLO, 1972; G A R C I A ALCALDE, 1973; ter regresivo y su edad Frasniense ( C O L M E -
C O L M E N E R O , 1976; G A R C I A - R A M O S Y N E R O , 1976).
COLMENERO, 1981) se denominad conjun- En la vertiente S de la Cordillera Cantá-
to de depósitos, fundamentalmente detríticos, brica, Valle del Bernesga, se pueden identifi-
que constituye el último episodio deposicio- car los mismos intervalos que en la zona sep-
nal devónico en la Cordillera Cantábrica. Inte- tentrional, aunque existen más diferencias de
gran este conjunto: conglomerados, areniscas, espesores y facies entre la zona externa (sincli-
cuarcitas, lutitas y carbonatos; el mayor volu- nal de Alba) y la interna. El episodio basa1
men corresponde a areniscas cuarcíticas o fe- regresivo, culmina en una sedimentación de
rmginosas de grano medio y fino, bien clasifi- llanura arenosa (sand-flat) progradante, con
cadas. Las diferentes facies se pueden asignar barras y canales mareales, asociada a llanuras
a ambientes sedimentarios desde continentales de fango (mud-flats); a este período regresivo
a marinos profundos. corresponde buena parte de las Areniscas de
La correlación espacial a través de perfi- Nocedo ( C O M T E , 1959). El episodio trans-
les palinspásticos, permite ofrecer una recons- gresivo intermedio, fue consecuencia de un
trucción de las principales facies; en la Fig. hundimiento generalizado que afectó desigual-
11.34, se muestran dos de los perfiles más re- mente a toda la zona; desde el S y W los am-
presentativos, correspondientes al Cabo Peñas bientes marinos invadieron parte de la zona
y al Valle del Bernesga. En ambos se observa interna, que se transformó en una plataforma
Plataforma restringida
C

a). C.PENAS m Plataforma marea1 somera (areniscas y calizas).

Fig. 11.34.- Areniscas del Devbnico Superior: Reconstrucción palinspástica de ambientes sedirnentarios en Cabo Peñas Y zona del
Bernesga.

somera, estable y con sedimentación funda- clásticas que, datadas por conodontos ( H I G -
mentalmente arenosa; en la zona externa exis- G I N S et d., 1964; A D R I C H E M B O O G A E R T ,
tieron cambios batimétricos importantes, así, 1967; S J E R P , 1967) dan edades de Famenien-
en las series presentes en el Sinclinal de Alba, se superior a Tournaisiense inferior; por sus
el relleno de la depresión se realizó en parte características texturales y de facies (lentejo-
con turbiditas proximales (Matallana) y en nes calcáreos de removilización bioclástica) los
parte con lutitas de plataforma externa-talud incluimos en la Formación Baleas. En Cabo
sedimentano (Pizarras de Fueyo, C O M T E , Peñas hay ausencia de niveles calcáreos en el
1959; Formación Piedrasecha, V A N S T AA L - tránsito de las Areniscas del Devónico Supe-
D U I N E N , 1973); entre ambas facies se inter- rior a la unidad superior; en la Zona Central
calan conglomerados resedimentados. El epi- de Asturias aparecen algunas intercalaciones
sodio superior, tiene carácter regresivo, y está calcáreas que se extienden hacia el techo de
representado por areniscas, cuarcitas y fangos las series.
de ambientes submareales, en las zonas más La sedimentación de las Areniscas del
externas; a estos depósitos C O M T E (1959), Devónico superior tuvo lugar sobre una cuen-
los denominó Arenisca de La Ermita y su co- ca lineal, estrecha, fuertemente subsidente y
rrelación errónea con facies similares de zonas toda ella sometida a sedimentación activa. Los
internas le llevó a darle un carácter transgresivo. sedimentos proceden de las zonas Central y
En muchos lugares de la vertiente S, y en Oriental de Asturias, con dispersión centrífu-
el techo de la Formación Ermita (W A G N E R , ga. En momentos de escasa aportación de te-
1963) aparecen algunos niveles de calizas bio- rrígenos, por reducción y disminución de re-
lieve en el área madre, hay redistribución de dad basd y datos cronoestratigráficos. En As-
material bioclástico; en presencia de terríge- turia:, e s t a calizas ("Caliza Blanca" o Forma-
nos, se origina una importante redistribución ción "Candamo", P E L L O , 1968) tienen más
del material detrítico que se mezcla con com- extensión geográfica que en León. Las data-
ponentes bioclásticos. Esta sería la explica- ciones efectuadas ( B U D I N G E Ry K U L L -
ción de los nivelen calcáreos bioclásticos inter- M A N N , 1964; A D R I C H E M B O O G A E R T ,
calados, o a techo, de las Areniscas del Devó- 1967); H I G G I N S -in P E L L O - 1972; D E L
nico superior. R I O y M E N E N D E Z , 1978) permiten situar el
En la Fig. 11.35, se presentan, mediante límite Devónico-Carbonífero, para la zona as-
un esquema paleogeográfico, las isopacas y la turiana, en estas calizas (Fameniense Supenor-
configuración de la cuenca durante el Devóni- Tournaisiense Medio y Superior). En parte,
co superior, así como las principales facies del deben ser sincrónicas con los niveles calcáreos
techo de la sucesión Areniscas del Devónico asociados a la Arenisca d e La Ermita, en Ia
superior. zona leonesa.
El final del Devónico, viene marcado por
11.10.2.2 FORMACION BALEAS una suave oscilación hacia el E, que sumerge
En algunas zonas del N de León, sobre la la plataforma a profundidad diversa, aunque
Arenisca de La Ermita y disconforme median- siempre dentro de la acció:~ del oleaje, que-
te un microconglomerado basa1 aparecen cali- dando una pequeña zona emergida al E, cerca
zas bioclásticas (HIGGINS et al., 1964; H I G - de la ubicación actual de los Picos de Europa,
GINS, 1971), que W A G N E R et d. (1971) de- con muy poca capacidad de aporte de terríge-
finieron como Formación "Baleas", distin- nos. En estas condiciones, sobre la plataforma
guiéndola de "La Ermita" por la disconformi- se realizan frecuentes removilizaciones de los
"ARENISCAS DEL DEVONICO SUPERIOR"
M A R N T A B R I C O
-m
m

ClRCULAClON LITORAL
Potes

-
ISOPACAS -O m. -

-
s 5 18 IY m nkm.

Plataformo restringida Arenas litorales Litoral/submareal Llanura o l u v i o l / l i t ~ r o l


(calizas) ( playa,dunas ...)

Fig. 11.35.- Mapa de isopacas y de distribución de facies, a techo de las Areniscas del Devónico Superior.
depósitos detríticos anteriores, que se mez- (1959) como Capas de Vegamián y redefinida
clan con restos bioclásticos del bentos que co- por W A G N E R et al. (1971), su edad oscila
loniza la zona exterior de la nueva plataforma, entre el Tournaisiense inferior hasta el Viseen-
conservando rasgos paleogeográficos y de dis- se inferior, aceptándose en general edad Tour-
tribución de facies, similares a los de las Are- naisiense superior. Está formada por detriti-
niscas del Devónico superior. cos finos: areniscas, pizarras negras con nódu-
En la Fig. 11.36, se representan la distri- los de chert, fosfatos, manganeso y lutitas que
bución de facies y espesores correspondientes pasan gradualmente a la unidad superior (For-
a la Formación Baleas. La zona central de As- mación "Genicera ").
tunas, es relativamente profunda y aislada del Su extensión geográfica es muy significa.
borde de la plataforma, en la que, sobre la tiva (Fig. 11.37); aparece en la zona oriental de
mezcla de sedimentos terrígenos, se instala un Asturias y septentrional de León en aquellas
ambiente carbonatado de muy baja producti- zonas donde no existe la Formación "Baleas",
vidad que corresponde a la Formación Baleas. lo que parece indicar un nuevo criterio geomé-
Los mayores espesores (5-10 m) se han trico que unir al faunístico sobre la posible
formado a expensas de barras bioclásticas o sincronía entre las Formaciones "B(lleas" y
montículos, que con altura muy pequeña han "Vegamián". Las isopacas muestran una dis-
permanecido siempre sumergidas. La existen- tribución en forma de cuña, apareciendo los
cia de una zona ligeramente más profunda ha- máximos espesores cerca de Picos de Europa,
cia el E, unida a la reducida extensión del área coincidiendo con facies de areniscas e incluso
madre, evita la llegada de terrígenos. conglomerados.
Sobre la parte oriental de la plataforma y
11.10.2.3 FORMACION VEGAMIAN flanqueando algunas zonas emergidas, que
Definida en el N de León por C O M T E aportan pequeñas cantidades de terrígenos,
F O R M A C I O N "BALE AS"
-
FAMENIENSE Superior TOURNAlSlENSE Superior

M A R , z C A N T A B R I C O

\ - 5 -1SOPACAS (m.)

CORRIENTES

Fig. 11.36.- Distribución Y mapa de fsopacas de La Formación 6'Baleas".

137
FORMACION ''vEGAMIAN"
TOURNAISIENSE ?

---__ -

E8 La Robla
O 5 10 15 20 25 km.

Fig. 11.37.- Distribución y mapa de isopacas de la Formación "Vegamián".

aparecen depósitos de pizarras negras con ni- "13aleas" y "Vegamián". Las zonas no cubier-
veles y nódulos fosfatados, de chert y de man- tas por estas dos unidades, representarían
ganeso. Estos depósitos (Formación "Vega- aquellas áreas donde no podían llegar materia-
mián"), presentan una distribución de facies les bioclásticos desde el W, ni terrígenos desde
de plataforma gradada, con señales de una-co- el E, y que a su vez podían mantenerse libres de
rriente que atraviesa la plataforma, cerca de la la entrada de aguas turbias por la circulación
zona deprimida y con dirección S-SW, regis- en superficie de la corriente que provocaba el
trada en la laminación de ripples de corriente "upwelling ".
sobre delgadas intercalaciones de areniscas y Las escasas áreas donde aparecen en con-
calizas. Esta corriente, que se puede relacionar tacto "Baleas" y "Vegamián " encajan perfec-
c m la circulación litoral que existe rodeando tamente en el esquema de distribución de se-
la plataforma en el Devónico superior, se ins- dimentos, que comienza en el Fameniense su-
tiiló sobre la plataforma después del bascula- perior y se mantiene hasta el Tournaisiense
miento y dio lugar a un "upwelling" en la superior. El límite inferior de ambas facies, ya
zona N de Asturias, con introducción de agua sea de carácter erosivo o transicional, debe in-
profunda. Esta interpretación explicaría la terpretarse, más como un efecto paleogeográ-
frecuente presencia de nódulos de fosfato, fico regional -de agitación y removilización.
chert y manganeso. de sedimentos - dentro de un modelo de pla-
Las diferencias en profundidad y en el taforma relicta, que como un criterio de sepa-
mecanismo de sedimentación, pueden explicar ración de unidades o asignación de edad.
el parcial sincronismo de las Formaciones El tránsito Devónico-Carbonífero, repre-
sentado por las unidades descritas, se caracte- ses, que pasan gradualmente a la unidad supe-
riza por una sedimentación de carácter inter- rior, "Caliza de Montaña" o Formación "Bar-
mitente, siendo uno de los procesos más ca- caliente" ( W A G N E R et al., 1971). Representa
racterísticos la removilización y redistribución la transición entre condiciones de muy baja
d3 los sedimentos, por lo que la fauna no sirve intensidad de sedimentación a las normales de
para precisar edad y límites, aunque pone, 1ó- una plataforma carbonatada.
gicamente, en evidencia la existencia de hiatos Sólo algunas estructuras de desecación al
de importancia varible, asociados a bajas in- NW de los Picos de Europa indican una ligera
tlmsidades de sedimentación. emersión durante la sedimentación de la For-
mación "Genicera". En la Fig. 11.38, se repre-
11.10.2.4 FORMACION GENICERA senta la desigual distribucióri paleogeográfica
La Formación "Genicera", definida por de los tres miembros de esta Formación así
W A G N E R et al. (1971) en el N de León, es como la situación de una posible zona emergi-
conocida como "Caliza griotte" ( P R A D Oy da.
VERNUEUIL, 1850) y por su constancia en Las dataciones de la Formación "Genice-
espesor y facies ha sido mencionada por todos ra, D E L E P I N E (1928, 1943), SCHINDE-
los autores que han trabajado en la Zona Can- ' WOLF y K U L L M A N N (1958), W A G N E R -
tábrica, aunque con diferentes nombres loca- GENTIS (1960), K U L L M A N N (1961, 1962,
les: Formación "Griotte", Formación "Grio- 1963), H I G G I N S (1962, 1971, 1974), M E -
tte de Puente de Alba", Formación "Sella': N E N D E Z A L V A R E Z (1977), dan edades en-
Sus depósitos, de amplia extensión geo- tre Viseense inferior y Namuriense inferior, y
gráfica y cierta constancia de espesores, repre- en algunos casos podría comenzar en el Tour-
sentan una tendencia hacia la hornogeneiza- naisiense superior (ME N E N D E z A L v A R E z ,
ción en la sedimentación, aunque todavía per- 1977).
sisten algunas diferencias en la geometría de la
plataforma y redistribución de sedimentos, 11.10.3 CARBONIFERO SUPERIOR
que permiten distinguir tres miembros dentro Después de una etapa de aparente estabi-
de la Formación. lización de la plataforma carbonatada, repre-
El miembro inferior "Gorgera" se desa- sentada por los depósitos carbonatados de ba-
rrolla con intensidades de sedimentación muy ja intensidad d e sedimentación de caliza
bajas, prodominando las interrupciones, sobre "Griotte" o Formación "Genicera" (Viseense
alguna de las cuales se ha establecido arbitra- s.l.), se pasa gradualmente, con un aumento
riamente la base de la unidad. Son calizas wa- en la intensidad de sedimentación, a una for-
ckestones-packstones que destacan por su co- mación carbonatada potente y aparentemente
loración rojiza de las calizas blancas de la For- uniforme, "Caliza de Montaña", cuya base
mación Baleas, presentando además disminu- (caliza "Griotte") se sitúa en el Viseense supe-
ción de bioclastos y sustitución de los princi- rior-Namuriense A y el techo, claramente dia-
pales grupos biológicos que los aportan. crónico, en el Namuriense B-Westfaliense A.
El miembro "Lavandera", está constitui- El Namuriense, comienza con una plata-
do por lutitas rojas con niveles de radiolaritas forma carbonatada, de productividad elevada,
y nódulos de chert e indica una aportación limitada en su zona occidental y suroccidental
aparentemente de origen pelágico, aunque no por un surco externo. Aunque la plataforma
hay pruebas de hundimiento de la plataforma. aparece estable y el modelo de dispersión de
Algunas estructuras presentes, evidencian un sedimentos recuerda al del Devónico, ha desa-
ambiente relativamente somero de sedimenta- parecido el área madre productora de terríge-
ción de material en suspensión, con influencia nos, que en cambio aparece en la zona occi-
de la corriente de "upwelling", recordando la dental aportando turbiditas terrígenas que co-
distribución de facies y espesores de la Forma- mienzan a rellenar el surco con componentes
ción Vegamián. centrípetos y dispersión longitudinal. Los dos
El miembro superior, "Canalón", está dominios sedimentarios están bien definidos,
formado por calizas nodulares rosáceas a gri- una plataforma carbonatada, somera, rodeada
FORMACION "GENICERA"

Miembro inferior (Gorgero ) Miembro medio (Lavandera ) Miembro superior (Canalón)

Fig. 11.38.- Zonas de mayor desarrollo de los miembros de la Formación "Genicera".

por la depresión externa en la que se acumu- reales migrando entre barras bioclásticas, man-
lan turbiditas, pero el área madre terrígena ya teniéndose un lagoon submareal central. El
no está situada al E y con dispersión centrífu- surco periférico, relleno parcialmente por tur-
ga, sino que se encuentra al W, por el exterior biditas, permite la entrada en la plataforma de
y con disposición centrípeta; ha comenzado la turbiditas distales y sedimentos en suspensión
inversión del modelo sedirnentario. que la invaden lentamente, apareciendo facies
Desde finales del Namuriense A y co- de prodelta y de llanura mareal que localmen-
mienzos del Namuriense B, aparecen sobre el te son colonizados por la vegetación que va a
borde externo de la plataforma barras bioclás- dar lugar a las primeras capas de carbón.
ticas, mientras que en zonas algo más internas A partir del Westfaliense A, con el surco
se desarrollan facies salinas; en la zona central periférico prácticamente relleno, los aportes
de Asturias aparece una depresión con subsi- terrígenos procedentes de la zona continental,
dencia que predomina sobre la sedimentación, en erosión, llegan directamente a la platafor-
en la que se depositan sedimentos de lagoon ma, originando en la zona occidental depósi-
siempre bajo condiciones submareales. En el tos de llanura mareal y pequeños deltas, lo
surco externo occidental, tanto al N como en que indica que la red fluvial de la nueva zona
el S aparecen sedimentos turbidíticos. continental no está bien desarrollada; sobre
En el Namuriense C, los terrígenos co- estas zonas y en épocas de baja intensidad de
mienzan a invadir, por el NW y el W la plata- sedimentación se desarrolla vegetación que da
forma carbonatada, reduciendo dicha plata- lugar a capas de carbón, que aparecen frecuen-
forma, sobre la que se desarrollan canales ma- temente cubiertas por carbonatos de llanura
mareal. En las zonas centro y centro-oriental W I N K L E R PRINS y R I D I N G elevaron a la
de Asturias, continúa la sedimentación carbo- categoría de formaciones a estos dos miem-
natada (lagoon), apareciendo áreas con inten- bros, cambiando el estratotipo inferior; las
sidad de sedimentación muy reducida hacia el dos formaciones descritas, son la Formación
SE. En los bordes E y NE de la plataforma se "Barcaliente" y la Formación "Valdeteja".
desarrollan construcciones orgánicas (arrecifes En el borde Sur de la Cordillera, la "Cali-
de algas) que terminan de cerrar el gran la- za de Montaña" es reemplazada por sedimen-
goon interno, que por el W comienza a ser tos terrígenos, descritos como "facies Culm"
ocupado con depósitos elásticos. Algunas sali- por D E S I T T E R (1962), a los que se superpo-
das de la barrera arrecifal, vierten sedimentos nen niveles carbonatados. El conjunto de fa-
en forma de corrientes de turbidez hacia el cies terrígenas y carbonatadas, fue denomi-
surco externo, que en la zona oriental todavía nado "Formación Cuevas" por B OSCHMA y
no se ha rellenado. V A N STAALDUINEN (1968). W A G N E R et
A partir. de este momento, se intensifica al. (1971) consideran que las facies carbonata-
la aportación terrígena, que cubre práctica- das superiores son indentaciones de la "For-
mente toda la plataforma, comenzando por mación Barcaliente" y denominan a las facies
deltas amplios y de acción mareal, deltas es- terrígenas "Formación Olleros", considerán-
tuarinos, que prosiguen con el desarrollo de dola como cambio lateral de facies, respecto a
deltas progradantes, y que van reduciendo el la "Fcrmación Barcaliente".
ambiente carbonatado a la zona de Picos de La base de la "Caliza de Montaña", está
Europa. Sobre las extensas llanuras deltaicas y definida por la "Caliza Griotte" cuyo techo
mareales se desarrollan la mayor parte de las presenta edades entre el Viseense superior y
capas de carbón de la Cuenca Carbonífera Namuriense inferior. El techo es diacrónico,
Central de Asturias. Sólo en momentos de es- presentando problemas de datación por la es-
casa aportación terrígena, la sedimentación casez de fauna, los datos existentes dan eda-
carbonatada se extiende hacia el centro de As- des de Namuriense B hasta Westfaliense A.
tunas. Bajo el nombre genérico de "Caliza de
Al E de la Cuenca Central y con edades Montaña" estudiaremos el conjunto de facies,
Westfaliense C-D, se ha encontrado un modelo evolución y significado paleogeográfico que
de evolución similar, que indica una continua caracterizan el ámbito de la Cordillera Cantá-
estrangulación hacia el E del ambiente carbo- brica durante el Namuriense.
natado, que sin embargo en la zona de los
11.10.3.1 .1 Namuriense A
Picos de Europa sigue persistiendo hasta el S t e
phaniense. El Namuriense comienza con un amplio
desarrollo de una plataforma carbonatada que
11.10.3.1 "CALIZA DE MONTARA" (NAMURIEN- indica una productividad elevada, existiendo
SE s.1) un paso gradual desde la "Caliza Griotte" a la
En las primeras publicaciones geológicas "Caliza de Montaña" (Viseense superior-Na-
sobre la Cordillera Caritábrica aparece el nom- muriense A), acompañado de un aumento de
bre de "Caliza de Montaña", como traducción intensidad de sedimentación hasta llegar a los
del término inglés "Mountain Limestone" niveles normales de plataformas carbonatadas.
( E Z Q U E R R A D E L BAYO, 1884); con poste- Este paso gradual, viene caracterizado por:
rioridad fue denominada también "Caliza car- disminución de bioclastos, estratificación más
bonífera" (SCHULZ, 1858) y "Calcaire des regular, desaparición de estructuras de diagé-
canons" ( B A R R O I S , 1881). nesis precoz (que predominaban con bajas in-
B R O U W E R y V A N G I N K E L (1964) la tensidades de sedimentación), aparición de es-
denominan "Formación Escapa" (Sierra de tructuras de corriente, disminución de conte-
Escapa) pero no definen el estratotipo. En nido en hierro y aumento en materia orgánica
1968, W I N K L E R P R I N S , distingue en la zona que da a los niveles basales de la "Caliza de
septentrional de León dos miembros: "Vega- Montaña" el color negro y olor fétido caracte-
cervera" y "Valdeteja". En 197 1, W A G N E R , rístico.
En la transición se pueden identificar dis- Las facies intermareales, depositadas ba-
tintos ambientes sedimentarios, que generali- jo condiciones de ligera agitación, están prin-
zados para el Namuriense A se representan en cipalmente representadas por calizas con lami-
la Fig. 11.39. Sobre el borde externo de la nación criptoalgal -alternancia de microespa-
plataforma, se empiezan a formar acumulacio- ritas y películas con alto contenido en materia
nes bioclásticas y barras, debidas tanto a pro- orgánica- en las que hay frecuentemente 1á-
tección orgánica como a acumulación mecáni- minas rotas pero no llegan a desarrollarse gne-
ca, que protegen hacia el interior facies res- tas de desecación. Las facies supT-ámareales
tringidas, con ambientes tanto más restrin- vienen caracterizadas por calizas con lamina-
gidos cuanto más cerca se encuentran de la ción orgánica y mecánica, con grietas de dese-
barrera; en la zona central aparece una de- cación y algunas cortezas salinas dispersas.
presión -1agoon submareal- con salida hacia En las zonas meridionales de l a ~ o r d i l l e -
el SE. Las facies submareales corresponden a ra, sinclinal de Olleros, y dentro del surco que
una plataforma restringida con circulación y rodea la plataforma, aparecen secuencias tur-
agitación muy reducidas; son calizas negras y bidíticas (Formación "Olleros") que en la base
fétidas, fundamentalmente rnicritas con con- muestran episodios de sedimentación terríge-
tenido muy bajo en restos bioclásticos (ostrá- na condensada ("Capas de Olaja") que repre-
codos, calcisferas, crinoideos, etc.); localrnen- sentan una restricción a la llegada de terríge-
t i ? aparecen intercalaciones con organismos nos por tracción -ascenso de terrígenos finos
planctónicos (calcisferas, radiolarios, etc.) así en suspensión-; este mismo proceso, dentro
como concentración de peloides, que suponen de niveles equivalentes de "Caliza de Monta-
restos de destrucción de llanuras de algas por ña", aparece en la zona de Cabo Peñas en el N
oleaje. de Asturias. La sucesión turbidítica de Olle-

BARRAS BlOCLASTlCAS FACIES C O N D E N S A D A S TERRIGENAS ( " C a ~ a sd. O l a j a " )

'-r- Entrado de t e r r i ~ e n o r finos m>Salina d. fangos carbonotador

Fig. 11.39.- Distribución de facies durante el Namuriense A.


ros, indica un origen de sedimentos inverso al central, la subsidencia predomina sobre la se-
que tenían las facies turbidíticas del Devónico dimentación, manteniéndose las condiciones
superior; ha comenzado la inversión del mode- submareales, facies de lagoon, que en las zo-
lo sedimentario. nas inter a submareales, pasan gradualmente a
fangos con manganeso, bajo condiciones de se-
dimentación muy lenta' (Formación "Ricaca-
11.10.3.1.2Namuriense B biello") o prácticamente sin sedimentación.
A finales del Namuriense A y comienzos En las zonas periféricas del surco exter-
del Namuriense B, las zonas occidental y meri- no, la aportación de terrígenos procedentes de
dional, plegadas, son la nueva fuente de sedi- la zona emergida, empieza a rellenar el mismo,
mentos y toda la plataforma se sumerge lenta- apareciendo turbiditas, tanto en la zona N
mente. Sobre zonas, en las que existían facies (San Pedro de Antromero), como en el S
inter-supramareales, aparecen barras bioclásti- (Olleros). En la Fig. 11.40, se representa la dis-
cas, mientras que en zonas algo más internas tribución de los principales ambientes sedi-
aparecen facies salinas (sulfatos), que en la zo- mentarios durante el Namuriense B, destacan-
na oriental de la plataforma alcanzan más de do la extensión y espesor de las facies salinas.
80 m de espesor actual que, considerando una En conjunto, las facies carbonatadas ho-
reducción de volumen por: compactación, mogéneas ("Caliza de Montaña", Namuriense
brechificación diagenética, disolución, etc., A-B), excepto para los episodios salinos, se
podrían significar espesores sedimentarios de han agrupado bajo el nombre de Formación
200 m, bajo condiciones de inter a submarea- "Barcaliente", mientras que la sucesión que
les; este proceso indica un cierto equilibrio comienza, de carácter más bioclástico, corres-
entre subsidencia y sedimentación. En la zona pondería a la Formación "Valdeteja".

NAMU RIENSE-B

(I N T E R - S U B M A R E A L m FACIES SALINAS ( i s o p a c a r - m - ) m BARRAS B I O C L A S T I C A S

Fig. 11.40.- Distribución de facies durante el Namuriense B. (Isopacas de las facies salinas).
11.10.3.1.3 Namuriense C apareciendo facies del prodelta y de llanura
Los sedimentos terrígenos procedentes mareal, que localmente son colonizadas por la
de la zona emergida en erosión, comienzan a vegetación (zona N) originándose las primeras
invadir gradualmente la plataforma, reducién- capas de carbón.
dose ésta. En la zona centro-occidental se de- 11.10.3.2 WESTFALIENSE
sarrollan canales mareales, migrando entre ba-
rras bioclásticas que se removilizan; las facies A partir del Westfaliense A, surgen difi-
resultantes presentan el aspecto característico cultades en la datación paleontológica deriva-
de la Formación "Valdeteja ". das, en parte, por el desajuste entre las escalas
La depresión central mantiene las condi- marinas y continentales y también por la im-
ciones submareales, apareciendo prácticamen- precisión en la datación de sucesiones con ve-
te cerrada (lagoon) por barreras orgánicas y locidades de sedimentación elevadas que
bioclásticas, con dos posibles zonas principa- pasan, con cierta rapidez, a zonas de sedimenta-
les de salida (NE y SE); la salida más neta, ción condensada, reflejo de la dinámica evolu-
hacia el SE, comunica con una amplia zona tiva de los diferentes ambientes sedimentarios.
abierta en la que la intensidad de sedimenta- Por todo ello, hemos preferido utilizar la esca-
ción es muy baja (series condensadas) o prác- la convencional, para describir la evolución se-
ticamente nula (Fig. 11.41). dimentaria y paleogeográfica de la Cordillera
El surco externo, localmente relleno con Cantábrica durante el Westfaiiense.
turbiditas, permite la llegada sobre la zona ex-
tema de la plataforma, sometida a condicio- 11.10.3.2.1 Westfaliense A
nes mareales, de turbiditas distales y de sedi- La distribución de facies, en relación con
mentos en suspensión (fangos, pelagitas, etc. ), la etapa anterior (Namuriense C), presenta po-

Fig. 11.41.- Distribución de facies durante el Namuriense C.


cos cambios; la plataforma aparece soldada al gánicos y barras bioclásticas, los sedimentos
continente por el Oeste, facilitando su inva- terrígenos finos se prolongan en 1l:muras ma-
sión por sedimentos terrígenos finos, que no reales (Fig. 11.42) con desarrollo de niveles
se pueden extender libremente por toda la carbonatados basados en "mounds" y cons-
cuenca hasta mediada esta etttpa, por impedir- tnicciones de algas, en momentos de baja in-
lo la existencia de construcciones orgánicas y tensidad de sedimentación terrígena. En mo-
bzras bioclásticas; esto ocasiona, que en zo- mentos de alta intensidad de sedimentación,
nas como la de Teverga y en la cuenca del aparecen sucesiones de "lagoon" que a techo
Curueño, continúe hasta el Westfaliense A, el presentim carbón, generalinente asociado a
techo de la "Caliza de Montaña" (Formación progradación de canales fluviales sobre la lla-
"Valdeteja"). En el borde sur, las facies terrí- nura de marea.
genas aparecen asociadas al banco carbonata- Hacia la zona central, la llegada de terrí-
do, por el frente y lateralmente, constituyen- genos es más reducida, en un ambiente genera-
do la Formación "San Emiliano", que al W lizado de lagoon submareal, en el que se inter-
del obstáculo (barra carbonatada), pasa a fa- calan episodios detríticos y carbonatados
cies temígenas finas de lagoon submareal, so- (Grupo "Lena"), empezando a esbozarse pe-
bre el que aparecen canales fluviales y zonas queñas secuencias deltaicas progradantes, a
irregulares emergidas, donde no se desarrollan partir de pequeños canales fluviales que rom-
sistemas deltaicos completos, por encontrarse pen la monotonía de la serie "lagoon", carac-
la red fluvial que aporta sedimentos en una terizada por la no aparición de capas de car-
fase todavía no organizada, con zonas de dre- bón. En el interior de la cuenca, esta sucesión
naje posiblemente muy pequeñas, en las nue- ("paquete Fresnedo"), marca unas direcciones
vas condiciones de relieve continental, por de salida de terrígenos del lagoon por el SE
otra parte no muy enérgico, dada la ausencia (zona de Tarna) y por el NE (surco de Meré-
de facies marginales gruesas. Pendueles) dejando en el centro una zona
Lateralmente al complejo de bancos or- donde continúan las facies condensadas de la
WESTFALIENSE - A

Fig. 11.42.- Distribución de facies durante el Westfaliense A.

145
Formación "R icacabiello", con mayor intensi- surco, señales de baja estabilidad mecánica, e
dad de sedimentación y algunos niveles de ca- incluso suaves desplazamientos a lo largo de la
lizas oscuras, que recuerdan a las facies de la rampa de los bordes de las facies carbonatadas
Formación "Barcaliente", intercaladas entre (serie de Cosgaya). ~ateralmente,aunque las
fangos y arenas de lagoon. relaciones geométricas son poco netas, quizá
A ambos lados del surco Meré-Pendueles, por la fuerte deTormación tectónica, se pasa a
con salida de materid removilizado del la- turbiditas, que por las intercalaciones de
goon, continúa creciendo la plataforma carbona- "tempestitas" que incluyen, no representarían
tada con barras bioclásticas y construcciones una profundidad superior a 500 m (? ), aun-
orgánicas (predominio de alga.) en facies de que se trata de una zona con fuerte % desigual
"Valdeteja". La salida de terrígenos del la- subsidencia.
goon se mezcla con los aportes que llegan al
11.10.3.2.2 Westfaliense B
surco N, dando las facies turbidíticasde Pen-
dueles, que en ocasiones se relacionan clara- Corresponde a una etapa de ía que no
mente con pequeños cañones por donde se hay suficientes dataciones paleontológicas, ni
introducen en el surco, y desde el S, materia- en la escala marina ni en la continental. Para
les clásticos y bioclásticos de la "Caliza de la Cuenca Carbonífera Central, la facies más
Montaña" (zonas de Vidiago y Buelna). representativa es la "Caliza de Escalada" o el
La Zona de Pisuerga-Carrión, de la que "paquete Levinco".
no disponemos de suficiente cantidad de da- En la Fig. 11-43,donde se representan los
tos en este momento, continúa con un com- principales ambientes generalizados por el
plejo de plataforma en rampa, surcada por de- Westfaliense E, destaca la Formación Escalada
presiones lineales (jcañones? ) que da la típi- que se extiende sobre todo el gran lagoon sub-
ca disposición de parches calcáreos en las marea1 interno existente en el Westfaliense A
hombreras de la plataforma, con areniscas o y flanqueado por bancos o construcciones car-
algún nivel de conglomerados que rellenan el bonatadas, recubriendo parcialmente el área
-
WESTFALIEN SE B

Fig. 11.43.- Distribución de facies durante el U'estfaliense B.

146
ocupada por las series condensadas de terríge- dolomítica sobre los carbonatos que rodeaban
nos con calizas a techo. La Caliza de la Escala- las facies salinas. Tanto las zonas dolomitiza-
da, desaparece hacia el Oeste sustituyéndose das como las vadosas establecidas por emer-
por los depósitos terrígenos de un extenso la- sión, presentan algunos yacimientos de mine-
goon con delgados episodios carbonatados, ge- rales metálicos cuya génesis pudo haber esta-
neralmente asociados a construcciones de al- do relacionada con estos procesos.
gas y acumulaciones bioclásticas (Grupo Le- La zona al Sur de Picos de Europa (Pi-
na). suerga-Carrión) sigue ocupada por una desi-
La zona continental ha avanzado suave- gual plataforma en rampa, con inclinaciones
mente por el Oeste pero no hay suficiente in- muy variables, quizás producto de la inestabi-
tensidad de aportaciones terrígenas que per- lidad tectónica, y una gran depresión en la
mitan pensar en un relieve fuerte, sino que las que se apilan sucesiones de turbiditas. Al final
facies nos muestran aspectos contrarios; así, de esta etapa, el borde sur de la zona Pisuer-
hay muy pocas estructuras internas que indi- ga-Carrión se eleva, volcando sobre la cuenca
quen acción mecánica, con excepción de los una gran masa de conglomerados (Curavacas),
canales distribuidores de pequeñas dimensio- que se colocan discordantes sobre el Devónico
nes, sólo señales de oleaje o delgadas y discon- y Carbonífero más inferior, apareciendo de
tinuas laminaciones de ripples de corriente. Sur a Norte desde facies de barras de abanicos
Las facies arenosas canalizadas son escasas y aluviales a barras de bancos de canales "braided"
predominan las de gran extensión areal, siem- que se extienden y penetran en la plataforma
pre con espesores relativamente reducidos. En como "fan deltas" llegando a introducirse fi-
algunas ocasiones intercalaciones cuarcíticas, nalmente como coladas de transporte en masa
ya en la Cuenca Central, señalan etapas de entre las turbiditas.
máximo retoque de oleaje en los frentes de
algunos canales de areniscas poco maduras. 11.10.3.2.3 Westfaliense C
Por el Sur, la Cuenca Central Cermina en Entre el Westfaliense B y el C (Kashirien-
una corta plataforma conectada con los restos se-Podolskiense) hay grandes cambios en la
del surco, todavía no completamente relleno distribución de ambientes (Fig. 11.44). El ex-
por sedimentos ni cerrado por compresión tenso lagoon que ocupaba la zona occidental,
tectónica, que termina colmatándose con tur- donde se depositaron los "paquetes" "Fresne-
biditas que pasan en el techo a secuencias del- do" y "Levinco", se reduce en extensión,
taicas y de llanura de marea, con aportación transformándose en un ambiente estuarino,
de sedimentos desde el Sur. Al igual que ocu- semicerrado y alimentado por redes fluviales
rre con el borde W, no hay aquí una red flu- de cierta importancia (Zona de Riosa). La su-
vial bien desarrollada con distribuidores cau- cesión está formada por depósitos de impor-
dalosos, sino que las secuencias deltaicas tantes canales activos que cruzan la-llanura de
apuntan hacia cuencas de drenaje pequeñas, lo marea estuarina de aguas salobres:ly.sólo pre-
que puede haber influido en la baja intensidad sentan niveles con fauna marina.eh'la base de
de sedimentación durante el tránsito Bashki- algunos tramos arenosos de entrada mareal.
riense-Moscoviense. Las arenas del frente de los canales, sufren
La Zona de Picos de Europa continúa retoques por el oleaje y se extienden sobre
como plataforma carbonatada aunque presen- amplias áreas.
ta momentos de condensación o emersión con Hacia la parte alta del Westfaliense C, lle-
carstificación y no sedimentación. Esta emer- ga a la cuenca una importante masa de conglo-
sión, que pudo haber comenzado en etapas merados, fundamentalmente cuarcíticos, con
anteriores, originó una circulación de agua cantos muy evolucionados ("Conglomerados
dulce a partir del acuífero que se formó en la de Mieres") cuyos primeros niveles, están pre-
zona emergida, terminando de disolver las sa- cedidos de condiciones de transporte de sedi-
les de la Formación Barcaliente y originándo- mentos con alta velocidad de flujo, sin aumen-
se brechas de colapso, al mismo tiempo que el to apreciable en el canal fluvial. Esto significa,
magnesio se redistribuye dando una aureola que el conglomerado se forma a expensas del
WESTFALIENSE - C
M A R

Fig. 11.44.- Distribución de facies durante el Westfaliense C.

vaciado de las barras y depósitos de la red que se rellena con turbiditas y sedimentos del-
fluvial, activa en la zona continental como taicos procedentes principalmente de la zona
consecuencia de una basculación hacia el E- meridional.
SE. En el área de los Picos de Europa, conti-
El área, ocupada por la "Caliza de Esca- núa la sedimentación carbonatada y de cons-
lada" en la etapa anterior, se individualiza trucciones orgánicas ("Formación Picos"); es-
ahora en una zona central, algo más deprimida ta zona debería acusar una reducción por el
y alargada hacia el SE, en la que se depositan Norte y Oeste de las facies carbonatadas, a ex-
secuencias terrígenas deltaicas con espesores pensas de una mayor extensión de teGígenos,
cada vez más potentes. Lateralmente, tránsito pero la gran complejidad tectónica impide
a la Formación "Fito" por el Norte y a las precisar este proceso.
"Series de Villamanín" por el Sur, la llanura
mareal con extensas zonas ocupadas por llanu- 11.10.3.2.4 Westfaliense D
ras deltaicas sobre las que se forman impor- Aunque las condiciones de cierre estuari-
tantes capas de carbón, en los momentos de no de la Cuenca de Riosa se han representado
mayor emersión y progradación deltaica pasa en la Fig. 11.44 (Westfaliense C), su posición,
a una llanura mareal con menores episodios de acuerdo con las dataciones paleontológicas
canalizados, cuerpos arenosos más afectados existentes, correspondería al Westfaliense D
por retoque mareal, calizas bioclásticas y de inferior. A partir de la situación mencionada,
algas y marismas, sobre las que también llegan la tendencia de cambio de la Cuenca Central
a formarse capas de carbón. La alta intensidad es de una neta reducción en la extensión de
de sedimentación en esta etapa, dificulta defi- las facies.
nir una tendencia en los cambios laterales. En la Fig. 11.45, se ha representado la
Al frente de la llanura deltaica, se abre distribución de los principales ambientes de-
una plataforma en rampa, marcando un surco posicionales para la etapa correspondiente al
alargado hacia la Zona del Pisuerga-Carrión, Westfaliense D. Por el Oeste, se establece un
WESTFALIENSE -D
M A R . ~ C A N T A B R I C O

Fig. 11.45.- Distribución de facies durante el Westfaliense D.

complejo deltaico, de gran intensidad de sedi- a las llanuras de marea. El surco y enlace en
mentación y de tipo digitado o lobulado, con rampa con la plataforma, continúa rellenándo-
distribuidores bien definidos. Este sistema no se fundamentalmente con turbiditas que pro-
llega a recubrir el episodio asociado a una zo- ceden de los sistemas deltaicos situados en zo-
na de altos relieves situada al NW, que intro- nas más meridionales, que no se han represen-
duce un potente conglomerado calcáreo (fan- tado en nuestro esquema.
delta de Olloniego), bien diferenciado del
11.1 0 . 3 . 3 WESTFALIENSE-STEPHANIENSE
"Conglomerático de Mieres" de naturaleza cuar-
cítica; los cantos, de procedencia diversa, La tendencia en reducción y comparti-
fragmentos de calizas del Westfaliense A y B, mentación de la cuenca, se acentúa durante el
que en algunas zonas canalizadas indican en- Cantabriense y Stephaniense. A. Una de las re-
tradas del NE, se mezclan con otros de calizas ducidas cuencas de sedimentación correspon-
y areniscas devónicas, con dirección de aporte de al sinclinal de Sama, en donde aparecen
de Norte a Sur; la evolución de los mismos, su secuencias de llanura mareal, atravesadas por
procedencia y grado de madurez, indican en canales fluviales con gravas calcáreas, proce-
todos los casos un área madre muy próxima, dentes del Carbonífero más inferior ("gonfoli-
con una cierta intensidad de erosión; el depó- tas"), que se extienden en pequeños "fan-del-
sito resultante es un fan-delta, que se introdu- tas", indicando un cierto relieve hacia el
ce rápidamente en un ambiente submareal. N-NW.
En esta etapa, frente a la extensa zona Otros dos afloramientos, a distancia, ro-
central ocupada por el complejo deltaico, hay dean por el Norte (Cabrales) y por el Oeste
una reducción de las llanuras de marea margi- (Beleño), la zona de los Picos de Europa, en la
nales, con marismas y facies de lagoon restrin- que todavía continúa la sedimentación carbo-
gidos. El frente deltaico se prolonga en una natada de construcciones orgánicas y bioclas-
plataforma marina somera, con sedimentos te- ticas, que presenta un talud muy fuerte hacia
rrígenos que sobrepasan el delta o marginales el S y SE. En estas condiciones se deposita la
Formación "Lebeña", extendiéndose hacia el primitiva plataforma Carbonífera, por lo que
SW y bordeando los Picos de Europa. de instalarse un sistema de sedimentación con
Finalmente indicaremos, que una vez es- transporte centrífugo desde la zona ocupada
trangulada la cuenca Westfaliense-Stephanien- por la Cuenca Central, volveríamos a condi-
se A, aparecen facies continentales discordan- ciones similares a las del modelo centrífugo de
tes, que se sitúan en las zonas marginales de la sedimentación devónica.
11.11 EVOLUCION ESTRUCTURAL DE LA ZONA CANTABRICA
DURANTE EL CARBONIFERO

L.R. Rodríguez Ferkuíndez


División de Geología. Instituto ~ e o l ó g i c oy Minero de Icspaña.

II.11 .l INTRODUCCION grandes unidades, "Astúrides" y "Leónides"


El estudio de la evolución estructural de separadas por las "Leon line". El esquema
la Zona Cantábrica está íntimamente ligado al más completo y que ha prevalecido posterior-
conocimiento de la distribución y estructura mente, es el de JULIVERT (1971) (Fig. 11.47).
de los materiales carboníferos, ya que éstos Este esquema es el adoptado en la descripción
constituyen los testigos cohetáneos de los de unidades de esta obra, y considera como ya
acontecimientos tectónicos que, preferente- se ha visto, cinco grandes unidades (Pliegues y
mente durante el Carbonífero superior, origi- Mantos, Cuenca Carbonífera Central, Mantos,
nan la cadena herciniana. Picos de Europa y Pisuerga-Carrión) separadas
Como ya se ha dicho anteriormente, la de la Zona Asturoccidental-Leonesa por el an-
cadena herciniana, en el NW de la Península tiforme del Narcea. Este antiforme, cuyo flan-
Ibérica describe un arco, cuya concavidad, co E cabalga parcialmente a la Zona Cantá-
abierta hacia el E, está ocupada por la Zona brica, constituye un extenso afloramiento de
Cantábrica (Fig. 11.46). Este arco, denomina- materiales precámbricos.
do "Arco Asturiano" o "Rodilla Astúrica'? de- En algunas de estas unidades se pueden
termina que las vergencias de las estructuras diferenciar una serie de subunidades (Figs.
más importantes (cabalgamientos y pliegues) 11.47 y 11.48) que corresponden generalmente
sean centrípetas, alcanzándose la máxima con- a unidades estructurales importantes dentro
cavidad en la Zona Cantábrica donde se llegan de dominios paleogeográficos similares.
a encontrar vergencias opuestas (hacia el N en Esta disposición estructural es fruto del
su rama S y hacia el S en su rama N) (Fig. emplazamiento de mantos de despegue de ti-
11.48). po "apalachense" ( J U L I V E R T ,1971), con
Estructuralmente, la Zona Cantábnca, pliegues asociados vergentes hacia el núcleo
constituye la zona más externa de las que del "Arco Astúrico", modificados por un reple-
L O T Z E (1945) considera en este sector del gamiento posterior, en el que se han distingui-
Hercínico. Se caracteriza por una deforma- do dos sistemas de pliegues, uno "longitudi-
ción epidérmica, sin metamorfismo y en la nal" a las trazas cartográficas de los mantos y
que el desarrollo de estructuras penetrativas, que en algunos puntos los deforma y otro
como' la esquistosidad, se produce de forma aproximadamente ortogonal, denominado
ocasional y sólo localmente. "radial" por JULIVERT y M A R C O S (1973)
(Fig. 11.48).
11.1 1.2 LA ESTRUCTURA DE CONJUNTO DE LA
ZONA CANTABRICA 11.1 1.3 LOS MANTOS DE LA CORDILLERA CAN-
En la Zona Cantábrica se pueden consi- TABRICA
derar una serie de unidades, teniendo en cuen- La existencia de mantos en la Cordillera
ta criterios estructurales y estratigráficos, que Cantábrica fue dada a conocer por primera
se disponen más o menos concéntricos dibu- vez por G O M E Z D E L L A R E N A y R O D R I -
jando el "Arco Asturiano". Se han utilizado G U E Z A R A N G O (1948) que describen el
una gran cantidad de denominaciones locales, manto de Somiedo (Fig. 11.48).
agrupadas por D E S I T T E R (1962) en dos Posteriormente D E SITT E R (1959) des-
tte" carbonífera). P U L G A R et al. (1981)
completan las características geométricas de
estas estructuras con la descripción de una se-
rie de elementos nuevos tales como "fallas
lístricas", "duplex tectónicos", "cuñas tectó-
nicas" y pliegues asociados inequívocamente
al emplazamiento de los mantos, que eviden-
cian un comportamiento no totalmente ho-
mogéneo de la lámina cabalgante.
Los mantos de la Cordillera Cantábrica
se consideran similares en su geometría y gé-
nesis a los de otras cordilleras de plegamiento
tales como Apalaches, Rocosas, etc., invocan-
do estos autores, un origen controlado por
"fallas lístricas" del substrato precámbrico
que provocan un despegue generalizado de la
cobertera al nivel de las calizas de Láncara.
Algunos autores, sin embargo, basados
ZONA CENTRO-IBERICA en criterios tales como la disposición centrípe-
01 Complejos prcdmbricw
='ZONA CANTABRICA ta de mantos y pliegues, sin una dirección de
m bl Afloromimtosd.lmolb de sapo"

0
80bIito d. los Pedroches
del untitime
Precdmbrico d.1 nbcleo
del Narcao
movimiento constante y con momentos de
emplazamiento no isócronos, o la presencia de
ZONA DE OSSA-MORENA
a l Afloromiantos da Prec6mbrlco
ZONA ASTUROCCIDENTAL
LEORES*
multitud de "fases de deformación" de valor
ZONA SURPORTUGUESA
O) ~recdmbricod.I núclw
del p l i m ~ ~000stodo
e da
local, con estructuras asociadas interpretadas
o) Fronjo pirltilaro Mondoñado como gravitacionales ( A M BR O SE, 1972; S A -
V A G E , 1967; M A A S , 1974), consideran un
Fig. 11.46.- Divisien de zonas del Macizo Hespérico s e g ú ~
origen gravitacional para los mantos cantábri-
JULIVERT, FONTBOTE, RIBEIRO y C O N -
cos, producidos por la deformación epidérmi-
DE basado en LOTZE (1945).
ca de una supraestructura despegada de un ba-
cribe el manto del Esla que en un principio samento cratonizado y sin una relación direc-
interpreta con un movimiento N-S, aunque ta con los acontecimientos regionales hercíni-
más tarde considera un desplazamiento S-N. cos que afectan al NW Peninsular (SA V A G E ,
Los diferentes mantos han sido descritos pos- 1979).
teriormente por diversos autores: G A R C 1A
11.1 1.4 LA EVOLUCION TECTONOESlRATI-
F U E N T E (1959), JULIVERT (1965, 1967),
GMFICA PRECARBONIFERA
R U P K E (1965), SJERP (1967), M A R C O S
(1968), B o S C H (1969). Las características La Zona Cantábrica constituye una arn-
geomévicas han sido descritas por JU L IV E R T plia plataforma estable desde los tiempos cám-
(1971), considerando como esenciales la exis- bricos. El substrato de la secuencia paleozoi-
tencia de un nivel generalizado de despegue, ca, aflorante en el antiforme del Narcea, lo
normalmente situado en la base de la forma- constituyen las turbiditas y lutitas del Precám-
ción carbonatada de Láncara (Cámbrico), per- brico superior, sin que se puedan observar la
maneciendo la superficie de cabalgamiento preexistencia de un zócalo antiguo cratoniza-
normalmente paralela a la estratificación del do. El Paleozoico se apoya discordantemente
alóctono. En el autóctono la superficie de ca- sobre el Precámbrico y los materiales precar-
balgamiento corta, en ocasiones, a la estratifi- boníferos constituyen una poco potente suce-
cación pero el parelelismo se mantiene en sión (2.700 m) de sedimentos siliciclásticos y
grandes distancias. Las superficies de cabalga- carbonatados depositados en un ambiente ma-
miento muestran asimismo "digitaciones" y rino somero y dispuestos en unidades litoes-
"saltos" a niveles de despegue situados en la tratigráficas de gran extensión regional. Esta
base de otras formaciones más jóvenes ("grio- sucesión, notablemente menos potente que la
1- [ PRECAMBRICO ( Aniifoine del Norceo)

Unidad de SOMIEDO-CORRECILLAS m CUENCA CARBONIARA C E N M L mi PICOS DE EUROPA

u n i d i d de LA SOMA-BODON a]r REGION DE M A N T O S


a ) M a n t o del Ponga
p
.. ..l PISUERGA - C A R R I O N

Unidad de VALSURVIO

Fig. 11.47.- Unidades estructurales de la Zona Cantábnca. basado en JULIVERT (1971). modificado.
-Trozo cartográfica de superficie
de cabolpomiento

~ ~ R E G I DE
O PLIEGUES
N Y MANTOS [Td
REGIONESDE MANTOS
-,J.,!-
r \, s.
CARBONIFERO DE LA REEIOW
DEL PISUERGA-CARRION
E-~STEPHANIENSE
( o del Monto del Ponuu)
Y DE PICOS De EUROPA

COBERTERA
AUTOCTONOS RELATIVOS MESOZOICO-TERCIARIA

@ Los Beyo3 PRECAMBRICO DEL


ANTIFORME DEL NARCEA
@ Mampodre [-[CUENCA CARBONIFERA CENTRA?

Fig. 11.48.- Esquema estructural de la Zona Cantábrica.


del Paleozoico inferior de la Zona Asturocci- cos someros del Devónico superior cubren to-
dental-Leonesa, presenta algunas interrupcio- da la Zona Cantábrica reposando sobre unida-
nes bastante generalizadas (Ordovícico medio- des cada vez más antiguas hacia el núcleo del
superior) o locales (todo o parte del Devónico "Arco Asturiano".
en algunas unidades). Estos hechos, interpretados clásicamente
Estos hechos, han conducido a algunos como una transgresión, significan el inicio de
autores (DE SITTER, 1962; RUPKE, 1965; un nuevo ciclo sedimentano con la inmersión
B O S C H M A Y STAALDUINEN, 1968; S A V A - de la Zona Cantábrica, recubierta en todos sus
GE, 1979 y READING, 1980), a Suponer la puntos, por los sedimentos someros del Farne-
existencia de líneas estructurales mayores, ac- niense y las series carbonatadas condensadas
tivas sinsedimentariamente durante todo el del Carbonífero más bajo.
Paleozoico, que delimitan áreas paleogeográfi- Una excepción a este modelo la constitu-
cas distintas ("Astúrides", con sedimentos si- yen los afloramientos devónicos de las unida-
lúrico-devónico ausentes y "Leónides" con des del Carrión, Montó y Liébana (Fig. II.48),
una secuencia más completa). Estas líneas, es- en la región del Pisuerga-Carrión. Estos sedi-
pecialmente la "León Line" provocan, según mentos han sido interpretados, con criterios
estos autores, movimientos verticales de blo- peleoecológicos, como propios de un amlien-
ques, originando varias disconformidades y te pelágico (BINNEKAMP, 1965; BROUWER,
delimitando facies distintas a ambos lados, pa- 4964, 1967) aunque las características sedi-
pel este que preludia el comportamiento tec- mentarias de algunas de sus formaciones (Mur-
tónico dc la corteza, durante el Carbonífero, cia) no parecen muy distintas de las de una
en este sector de la Cordillera Herciniana. plataforma somera de forma simils a todo el
La existencia de una tectónica tangencial ámbito cantábrico. No obstantc, la existencia
importante en la Zona Cantábrica, delimitan- de una tectónica tangencial importante en la
do unidades con facies distintas actualmente Zona Cantábrica y la existencia de fracturas
muy próximas, la existencia de facies idénti- tardihercínicas próximas a estos afloramientos
cas a ambos lados de estas "líneas estructura- (León, Ventaniella) (Fig. II.48), con movi-
les" y la coincidencia, más o menos marcada, mientos de desgarre importantes, descritos en
entre las unidades tectónicas y paleogeográfi- áreas próximas (MARCOS, 1968; JULIVERT
cas a lo largo del "Arco Asturiano" (JULI- et d., 1971; B A S T I D A et d., 1976), permite
V E R T, 1971a y b), permiten deducir que los suponer razonablemente, que dichos aflora-
sedimentos precarboníferos forman una cuña mientos no ocupan actualmente una posición
cuya máxima.potencia se sitúa en la zona pró- relativa autóctona, aunque por el momento es
xima al antiforme del Narcea y que se adelga- imposible precisar más sobre la geometría, gé-
za pregresivamente hacia el núcleo del "Arco nesis y emplazamiento de estas unidades.
Asturiano". Esta disposición, se debe a la exis-
tencia de un área emergida, a partir del Ordo-
vícico, en el sector de menor potencia estrati- 11.11 .S EVOLUCION TECTONOSEDIMENTARIA
gráfica, con un desplazamiento progresivo de DURANTE EL CARBONIFERO INFE-
la línea de costa hacia el mar abierto situado RIOR Y NAMURIENSE
hacia el S y el W. Durante el Carbonífero inferior se pro-
La continuidad de estas condiciones, con duce una homogeneización sedimentaria en
direcciones de aporte procedentes exclusiva- un ambiente de tranquilidad tectónica que
mente del área emergida ( G I E T E L I N K1973;
, permite el depósito de series condensadas de
MENDEZ-BEDIA, 1976; GARCIA-RAMOS, notable extensión en todo el área.
1978) se ve truncada en el Devónico superior A partir del Namuriense (E, -E,) se de-
con la aparición de elementos procedentes del tectan los primeros síntomas de inestabilidad
W y SW ( F R A N K E N F E L D1982)
, y condicio- tectónica, olistostromas, brechas de borde de
nes de sedimentación semicontinentales en el talud, "slums" y turbiditas ( R E U T H E R ,
área próxima del antiforme del Narcea (LEY- 1977; FRANKENFELD, 1981; JULIVERT,
V A et al., in lit.). Los sedimentos siliciclásti- 1978), localizadas en las unidades más próxi-
mas al antiforme del Narcea o en la región del somera e instalación de deltas que progradan
Pisuerga-Carnón, coexisten con la generaliza- hacia el núcleo del arco, con lo que se comple-
ción de una plataforma carbonatada, somera, ta el relleno del surco carbonífero de este sec-
en prácticamente toda la Zona Cantábrica tor. En la Región del Pisuerga-Carrión apare-
( S A N C H E Z D E L A T O R R E et al., 1978, cen los primeros conglomerados discordantes
1981). (Triollo) caracterizados por un origen local de
La distribución de facies y paleocorrien- sus clastos.
tes (Fig. 11.49) muestra un gran paralelismo La intensificación de los procesos tectó-
con la traza de las estructuras tectónicas (Ju- nicos desde el Westfaliense A superior hasta el
L I V E R T , 1978), con la delimitación de un Westfaliense D provoca la extensión de la sedi-
surco, en el que se acumulan turbiditas, que mentación siliciclástica y la reducción gradual
rodea a la plataforma por el S y W y con la del ambiente carbonatado a la región de Picos
iniciación de dos importantes áreas subsiden- de Europa (Fig. 11.50) con algunas excepcio-
tes (Cuenca Carbonífera Central y Cuenca de nes notables; calizas de Peña Redonda y
la Liébana). La procedencia de los elementos Escalada en la zona central de "arco astúrico"
terrígenos se encuentra fuera de la Zona Can- y otros niveles en la Región del Pisuerga-Ca-
tábrica (al S y W ) con lo que se consolida la rrión (Pando, Panda, el Ves, etc.). Aparecen
inversión del modelo sedimentario. Estos he- importantes acúmulos de conglomerados (sec-
chos nos permiten deducir que en el Namu- tor central de la Liébana, Los Cintos, Curava-
riense ya se han producido la iniciación del cas, Mieres y Olloniego, en la cuenca carboní-
movimiento de los mantos cantábricos, aún de fera central), con facies fluviales, deltaicas o
forma subcutánea, y que las áreas más internas de pendiente submarina. La progradación de
de la Cordillera Herciniana ya estaban emergi-
ambientes y dirección de aportes desde el W y
das. NW en la Cuenca Carbonífera Central (JULI-
V E R T , 1978; S A N C H E Z D E L A T O R R E et
al., 1981) y del S y SW en la cuenca de la
11.1 1.6 EL WESTFALIENSE COMO PERIODO DE Liébana (GRAAF, 1971; JULIVERT, 1978;
MAXIMA ACTIVIDAD TECTONICA H E W A R D y READING, 1980) (Fig. II.50), y
la naturaleza de los clastos, indica la existen-
A partir del "Bashkiriense" o del "Mos-
cia de áreas emergidas en la Región de Plie-
koviense", según las zonas, se alcanzan las
gues y Mantos y en el sector Sur del Pisuerga-
condiciones claramente "orogénicas", con rá-
Carrión (unidad del Carrión), y la eliminación
pidos cambios de facies y potencias, presencia
erosiva de sedimentos del Carbonífero inferior
de sedimentos turbidíticos y olistostromas,
y del Devónico (Fig. 11.49).
existencia de conglomerados y de varias dis-
cordancias y disconformidades de extensión e La existencia de discordancias importan-
importancia variables. La sedimentación se tes en algunos puntos de la Región del Pisuer-
produce, generalmente, en cuencas diferencia- ga-Carrión (Curavacas) y en algunas zonas de
das, con subsidencias rápidas y tasas de sedi- la Región de Pliegues y Mantos (Manto del
mentación elevadas, alcanzándose potencias Esla, A L O N SO in lit.) indican que la actividad
muy notables en algunas zonas (6.000 m en la tectónica mayor, especialmente el avance de
Cuenca Carbonífera Central). los mantos, estaba prácticamente finalizada en
La distribución de facies es más comple- estos momentos (Westfaliense B en el Pisuer-
ja, coexistiendo depósitos carbonatados de va- ga-Carrión, Westfaliense C en el Manto del Es-
rios tipos: calizas bioclásticas y bioconstruidas la); por el contrario, la ausencia de discordan-
e incluso facies condensadas (Ricacabiello), cias en la Cuenca Carbonífera Central indica
con depósitos siliciclásticos muy diversos. En la existencia de una actividad tectónica conti-
general se observa una "continentalización" nuada hasta el Stephaniense en este sector
del área situada en la parte convexa del "Arco ( M A R C O S y P U L G A R , 1982) y la ausencia
Asturiano" (región de Pliegues y Mantos) con de cabalgamientos internos dentro de esta uni-
desarrollo de facies propias de llanura costera dad ( J U L I V E R T1978).
,
1- .. .. .. .. . .
WESTFALIENSE -STLPHANlENSE I N F DE L A CUENCA CARBONIFLRA CENTRAL

-
Y WESTFALIENSE DE LA UNIDADDEL MANTO DEL PONGA Paleozoico excepto Wertfaliense
6-Ribadesello. 7-Sueve. 8-Sebarga. 9-Beleño. IO-La Marea-Coballes
ll-Cuenca Central"s.str."lZ- Piedrafita- Lillo. 13- Lois Cigüera -
NAMURIENSE-STEPHANIENSE A c a r b o n a t a d o d e l a Unidad de PICOS DE EUROPA Niveles carbonatados
y escamas situadas mas a l N o r t e
e**** Conglomerados

WESTFALIENSE A - D de l a REGION DEL PISUERGA-CARRION Direcciones de corriente


1 . 5 - B u y o n l ~ i i b a n o ) . l b - L e r h a d a - C u r a r a c o s . 17- V a l d e i n
18- RioCo- Prioro 19- Pisuerga 20 - Los Cintos

Fig. 11.50.- Afloramientos de Westfaliense en la Cordillera Cantábrica y direcciones de corriente; basado en LOBATO (1975); JULI-
VERT (1978); HEWARDS Y READING (1980). SANCHEZ DE LA TORRE e t al.. (1981) y datos propios.
11.1 1.7 LOS ACONTECIMIENTOS TECTONOSE- 11.1 1.8 INTERPRETACIONES SOBRE LA HISTO-
DIMENTARIOS TARDIOS RIA ESTRUCTURAL DE LA ZONA CAN-
Durante el Westfaliense D superior y el TABRICA; REVISION HISTORICA
Stephaniense A se produce el mayor grado de En la Zona Cantábrica se ha discutido
compartimentación e independencia en las ca- largamente la relación entre los acontecimien-
racterísticas de los distintos sedimentos de es- tos sedimentarios, especialmente las discor-
ta edad (Fig. 11.48). dancias como elementos importantes, y los
eventos tectónicos.
En la Cuenca Carbonífera Central se al-
Desde los primeros trabajos, especial-
canza la máxima influencia continental; las
mente en época moderna, se intentan sistema-
cuencas del Pisuerga y del Cea presentan ca-
tizar las diferentes fases de deformación que
racterísticas de cobertera discordante con
afectan a los terrenos carboníferos y precar-
abundancia de niveles conglomeráticos de ori-
boníferos y las discordancias mayores existen-
gen fluvial, coexistiendo con nivles marinos
tes; C O M T E (1959), D E SITTER (1957,
someros e incluso turbidíticos ( N E D E R LO F ,
1959, 1960, 1961 y 1962) W A G N E R (1959,
1959 y Y O U N G , 1976). En los Picos de Euro-
1965) proponen una serie de modelos donde
pa se localizan depósitos turbidíticos y olis-
tostramas discordantes, posiblemente ligados las discordancias más importantes (Curavacas
al emplazamiento de unidades cabalgantes y Astúrica) juegan siempre el papel preponde-
(MAR Q U I N E Z , 1978), coexistiendo con la rante. En estos trabajos es de destacar el rele-
permanencia de la sedimentación carbonata- vante papel que todos los autores conceden a
las deformaciones de edad alpina en el desa-
da.
rrollo estructural de la Zona Cantábrica.
Las características apuntadas y la presen- Los esquemas más acabados correspon-
cia de estos sedimentos sólo en áreas localiza- den a D E S I T T E R (1961), que considera, ade-
das, permiten suponer que el emplazamiento más de los movimientos "bretones", una serie
de las unidades tectónicas alóctonas y posible- de fases: fase "Sudética", o "Curavacas" con
mente su plegamiento posterior habían finali- dos subfases (post-Namuriensey post-Westfa-
zado en el Westfaliense D superior en exten- liense A); fase "Astúrica" (Westfaliense sup-
san áreas de la Zona Cantábrica ( . J U L I V E R T , Stephaniense en el N de Léon y Stephaniense
1978), aunque se han descrito ejemplos de A-B en el N de Palencia), y fase "Saálica",
reactivación de pliegues del zócalo, con desa- (post-Stephaniense y pretriásica).
rrollo de discordancias progresivas sinsedimen- w A G N E R (1959, 1965), reconoce tres
tarias ( A LO N S O , 1982) en el área próxima al discordancias mayores fuertemente angulares,
Manto del Esla. con tres sucesiones estratigráficas suprayacen-
En la Región de los Picos de Europa, por tes, que fosilizan tres fases de plegamientos
el contrario, es en este momento cuando se sucesivas que denomina: Palentina o Curava-
registra la máxima actividad tectónica con el cas (pre-Westfaliense B), Leónica (pre-Westfa-
desarrollo de varias escamas y el cabalgamien- liense D sup.) y Astúrica (pre-Stephaniense B
to de toda la unidad sobre el Manto del Ponga inf.).
y la Región del Pisuerga-Carrión. Estas fases y discordancias han pervivido
hasta nuestros días a pesar de que se ha reco-
Los depósitos del Stephaniense B-C, con nocido la existencia de otras menores no satis-
carácter exclusivamente continental (WA G - factorias explicadas.
N E R , 1966, 1970; V I R G I L I y C O R R A L E S , Los conglomerados asociados a cada una
1966; KNIGHT, 1971; HEWARD, 1978) se de estas discordancias han sido considerados
depositan en cuencas intramontañosas aisladas como depósitos postorogénicos y correlacio-
(Fig. II.48), distribuidas por las Zonas Cantá- nados con otros niveles conglomeráticos, no
brica y Asturoccidental-Leonesa, claramente necesariamente discordantes y cuya edad no
ligadas a las grandes líneas de fractura tardi- se conoce bien. Por otra parte, aunque se re-
hercínicas y deformadas exclusivamente por conoce el ámbito no generalizado de cada dis-
los movimientos verticales de estas fracturas. cordancia, e incluso su no existencia en algu-
nas zonas (Cuenca Carbonífera Central, Picos tos tectónicos localizados (cabalgamiento de
de Europa...), numerosos autores han tratado la unidad de Picos de Europa sobre la región
de correlacionar cada uno de estos aconteci- del Pisuerga-Carrión) y el acentuamiento del
mientos con el desarrollo de estructuras suce- cierre del "Arco Asturiano", con el rejuego de
sivas en el tiempo, con caracteres geométricos los pliegues radiales y de fracturas de desgarre
distintos (pliegues, cabalgamientos) o direc- ("strike-slip") preexistentes (falla de León) o
ciones estructurales distintas. nuevas (Sabero-Bordón, Cofiñal), que rejue-
Así, D E SITTER (1962) considera que gan posteriormente, con movimientos vertica-
los cabalgamientos y pliegues isoclinales de las les, controlando la deformación de las molasas
"Leónides" se deben mayoritariamente a la Stephanienses ( J U L I V E R T et al., 1971).
fase "Curavacas" y atribuye a las fases "Leó- Esta secuencia estructural sería perfecta-
nica" y "Astúrica" estructuras con orientacio- mente correlacionable con las tres fases de de-
nes diversas que afectan a los carboníferos de formación descritas por M A R C O s (1973) y
edad postwesfaliense R. WA G N E R (1965) ha- P E R E Z - E S T A U N (1978) en la Zona Asturoc-
ce extensiva la influencia de la fase "Palenti- cidental-Leonesa.
na" al resto de la "Rodilla Astúrica" y de la Recientemente se han propuesto mode-
fase "Leónica" a puntos tan alejados como el los globales de evolución tectonosedimentaria
N de Portugal o la Sierra de La Demanda, del ámbito cantábrico o del sector herciniano
considerando, como propios de la fase "Astú- del NW peninsular discrepantes con el ante-
rica'' las estructuras, que afectan a los carbo- riormente expuesto, y en los que se concede
níferos más altos, anteriores a las molasas un papel fundamental, en la estructuración e
post-astúricas. historia sedimentaria de la Cordillera Cantá-
W A G N E R y M A R T I N E Z GARCIA brica, a la acción de grandes fracturas ("Leon
(1974) relacionan las discordancias de la Cor- line", "Cardaño line", etc.), no solamente ac-
dillera Cantábrica con diversas estructuras en tivas en los tiempos tardihercínicos, sino co-
todo el NW peninsular, llegando a la conclu- mo accidentes activos desde los tiempos pre-
sión de que las fases mayores que afectan a las cámbricos. Estos accidentes habrían condico-
zonas más internas de la Cadena herciniana, nado la distribución de facies de la secuencia
sólo producen movimientos verticales en la precarbonífera y la distribución de cuencas,
Zona Cantábrica, deformándose esta durante cambios laterales y verticales de ambientes y
el Westfaliense y Stephaniense cuando las zo- espesores de los sedimentos carboníferos y sus
nas internas ya estaban cratonizadas. procesos de deformación sinsedimentarios.
Un progreso fundamental en el conoci- S A V A G E (1979, 1980) considera que es-
miento de la estructura de la Zona Cantábrica tas fracturas, con vulcanismo y rocas hipoabi-
se produce con la elaboración por J U L I V E R T sales asociadas de origen crustal, afectarían a
(1971a) de un modelo de superposición de un zócalo cratonizado, estable durante todo el
estructuras, en el tiempo y en el espacio, con- Paleozoico, excepto en las inmediaciones de
sistente esencialmente en el desarrollo de ca- estos accidentes. La estructura de la Zona
balgamiento~,replegados por dos sistemas de Cantábrica tendría, según este autor, un carác-
pliegues entrecruzados y una serie de líneas de ter epidérmico y heterogéneo, con una defor-
fractura importantes, coetáneas con el empla- mación producida generalmente por gravedad,
zamiento de los mantos (falla de León) o con evidenciada por el emplazamiento de gran
el cierre del "Arco Asturiano". Este autor cantidad de unidades alóctonas (Leónides,
considera que el edificio hercínico está básica- Ponga, Esla, Picos...) y el desarrollo de plie-
mente construido en el Westfaliense D supe- gues y esquistosidades ocasionales con gran
rior y que dado el ámbito localizado de la dispersión temporal y espacial. Estos caracte-
discordancia de Curavacas no se puede preci- res le conducen a deducir que la Zona Cantá-
sar más que la mayor parte de estos aconteci- brica no es un modelo perfectamente orogéni-
mientos son intrawestfalienses. A partir del c0.y que constituye una supraestructura des-
Westfaliense D superior, sólo se produce, se- pegada de su substrato con una deformación
gún este autor ( J U L I V E R T , 1978) movimien- secundaria e independiente del Orógeno Her-
cínico, en contraste con otras áreas de la ?e- posición de los afloramientos de las rocas pa-
nínsula (Zona Asturoccidental-Leonesa, Piri- leozoicas, y de los accidentes que las delimi-
neos o Cadenas Celtibéricas) con la que sería tan sin tener en cuenta el importante acorta-
imposible establecer ninguna correlación entre miento tectónico debido a la deformación
los procesos tectónicos. tangencial que, junto con el plegamiento pos-
HEW A R D y R E A D I N G (1980) conside- terior, se puede cifrar en un orden del
ran que estas fracturas tienen una localización 50% (MARCOS y PULGAR, 1982). Por otra
incierta, excepto la "Leon Line", debido al parte, la acción de las grandes fracturas de la
enmascaramiento posterior y enmarcan sus Zona Cantábrica sólo es evidente en tiempos
efectos en la intensa fracturación que sufre la tardihercínicos o intrawestfalienses y las rocas
corteza del suroeste europeo en los tiempos ígneas a ellas asociadas siempre tienen una
t a r d i h e r c í n i c o s (ARTHAUD y MATTE, edad carbonífero-pérmica (SUAR E z et al.,
1975). Consideran, sin embargo que su activi- 1978; LOESCHKE, 1982). En este sentido
dad es patente desde el Devónico medio, con- M A R C O S y P U L G A R (op. cit.), consideran
trolando la distribución de facies y potencias, que el único camino para una correcta inter-
las variaciones en la vertical de los procesos pretación tectonoestratigráfica de la Zona
sedimentarios y la distribución de las cuencas Cantábrica, que permita situar correctamente
en el Carbonífero, que se corresponderían los materiales rocosos y ambientes sedimenta-
prácticamente con los afloramientos actuales. rios e n su posición original, consiste en reali-
La historia estructural de la Zona Cantábrica zar secciones estructurales balanceadas que
es considerada, por estos autores, como una puedan ser palinspásticamente restauradas de
sucesión de fases "transtensivas", con movi- forma similar a como se ha hecho en otras
mientos verticales distensivos e iniciación de cordilleras de plegamiento.
cuencas con subsidencia rápida y "transpresi- Estos autores, en una sección estructural
vas", con predominio de los movimientos de realizada a través de diversas unidades (Fig.
desgarre ("strike-slip"), coincidentes con los II.51), consideran que los sedimentos carboní-
momentos de máxima actividad tectónica feros de la Cordillera Cantábrica, a partir del
(Westfaliense ByCantabriense superior). Namuriense, constituyen cuñas clásticas dia-
Estos modelos, además de otros propues- crónicas ligadas al emplazamiento de las gran-
tos (KULLMANN y S C H O N E N B E R G , 1977), des unidades alóctonas. Estas cuñas, represen-
consideran la evolución tectonoestratigráfica tan el relleno de las depresiones formadas por
de la Zona Cantábrica basada en la actual dis- ajuste isostático, en respuesta al engrosamien-
MANTO DE SOMIEDO MANTO DE CUENCA CARBONIFERA CENTRAL M A N T O DEL PONGA
LA SOBIA-ARAMO
rr 8Km.

Fig. 11.51.- Reconstrucción palinspástica de una sección de la Zona Cantábrica según MARCOS Y PULGAR (1982).
to tectónico de la litosfera producido por los mentarios, fuertemente compartimentizada,
mantos. Cada una de estas cuñas clásticas es compleja, con cambios de potencia y facies
(Cuenca Carbonífera Central, Cuenca de Bele- acusados y presencia de áreas fuertemente
ño), emigra hacia el E a medida que la defor- subsidentes donde se alcanzan potencias eleva-
mación progresa en este sentido y se rellenan das (6.000 m en la Cuenca Carbonífera Cen-
con los materiales elásticos erosionados de las tral).
áreas emergidas situadas al W. En general se observa una influencia ma-
rina más acusada en la parte baja de la secuen-
11.1 1.9 CONCLUSIONES: EL CICLO TECTONOSE- cia que persiste en el E (Picos de Europa) du-
DIMENTARIO CARBONIFERO rante un mayor "lapso" de tiempo ( J U L I -
La transición preorogénica a sinorogéni- V E R T , 1978). Esta distribución está fuerte-
ca en la Zona Cantábrica se inicia con la in- mente condicionada por la migración de los
mersión de todo el área al fin del Devónico y procesos tectónicos en el tiempo desde el S y
el depósito de los materiales siliciclásticos so- el W hacia el núcleo del "Arco Asturiano". En
meros del Devónico superior y las series con- este período aparecen las primeras discordan-
densadas del Carbonífero inferior en todo el cias en aquellos puntos en que finaliza la acti-
ámbito cantábrico. vidad de los mantos.
Durante el Narnuriense se mantienen las A partir del Westfaliense D superior apa-
condiciones de relativa estabilidad, con el de- recen las primeras secuencias postectónicas,
sarrollo de una plataforma carbonatada some- deformadas como coberteras discordantes por
ra en la mayor parte de la Zona Cantábrica la acción de grandes fracturas y reactivación
rodeada, por el S y el W, por un surco turbidí- de pliegues anteriores. En el núcleo del "Arco
tic0 que representa la iniciación del movi- Asturiano" se produce la deformación más
miento de los mantos cantábrico en este sec- importante persistiendo las condiciones de se-
tor. dimentación marinas.
Los sedimentos westfalienses, deposita- La Zona Cantábrica se ve afectada duran-
dos en condiciones orogénicas, constituyen te el Stephaniense por una importante red de
cuñas clásticas ligadas al emplazamiento de fracturas que condicionan la distribución y
mantos con una geometría a veces compleja. deformación de los sedimentos continentales
La evvlución y distribución de ambientes sedi- molásicos de esta edad.
11.12 DEPOSITOS MINERALES EN EL CARBONIFERO
EN LA CORDILLERA CANTABRICA

Luque, C. * y Martinez García, E. **


* Servicio Geológico de HUNOSA, Ujo (Asturias, España).
* * Departamento de Geotectónica, Facultad de Geología, Oviedo. (España).

11.12.1 INTRODUCCION Y ANTECEDENTES Tarna, Pedrosa del Rey, etc.), de cobre, del
Cerca del 50% de los indicios minerales que además de las localidades ya citadas se
conocidos en la Cordillera Cantábrica se en- encuentran las de Villamanín, Infiesto, Pico
cuentran directamente relacionados con mate- Jano, San Salvador de Cantamuda, etc. Si bien
riales de edad carbonífera. La casi totalidad existen menos evidencias, también parece pro-
de ellos está localizada al Este del Anticlinorio bable que se explotaran minerales de plomo
del Narcea si excluimos los ligados a rocas gra- (Cabrales, Fontún, etc.) y hierro (Somiedo,
níticas de edad Carbonífero superior ( S U A - Cuera, Sobrescobio, etc.).
R E Z , R U I Z , G A L A N y V A R G A S , 1978), 0 Con posterioridad a la época romana, se
Pérmico, como son las de El Pato, Boal, Sala- abre un largo paréntesis en el que, salvo algu-
ve, etc. Por lo tanto, las mineralizaciones que nas reseñas sobre explotaciones aisladas de mi-
se estudian son las restringidas a la zona Can- neral de hierro para suministro de herrerías
tábrica de L O T Z E (1945). artesanales, y de plomo para vidriados cerámi-
Los minerales metálicos representados cos, la actividad minera es en general inexis-
son los de cobre, mercurio, plomo, cinc, hie- tente. Hasta el siglo XVI no renace el interés
rro, manganeso, arsénico, antimonio, cobalto por los minerales metálicos, si bien de forma
y níquel. De los no metálicos, los más signifi- poco intensa Así, durante los siglos XVI y
cativos son fluorita, barita y talco. En general, XVII, figuran en el archivo de Simancas con-
la mayor parte de estas mineralizaciones tie- cesiones y explotaciones de cobre, plomo, hie-
ne una distribución geométrica irregular, ha- rro, mercurio y plata en las provincias de As-
biendo sido objeto de explotación o reconoci- turias y León.
miento de manera esporádica, condicionada Una nueva época de pujanza en la bús-
como norma general por las fluctuaciones del queda y beneficio de minerales se abre a fina-
mercado. En la actualidad tan sólo se benefi- les del siglo XVIII, siendo Jovellanos uno de
cian la fluorita, el talco y el plomo-cinc. sus grandes impulsores. A partir de entonces,
El desarrollo histórico de estas explota- y sobre todo a lo largo del siglo XIX, tiene
ciones se remonta ya al Neolítico, como lo lugar un gran desarrollo, reconociéndose la
prueban los hallazgos de útiles mineros y hu- mayor parte de las principales rnineralizacio-
manos de esta época, localizados en minas de nes de cobre, cobalto, níquel, plomo, cinc,
cobre asturianas, como son las del Aramo, arsénico, mercurio, antimonio, fluor, bario,
Mestas de Con, Avin, Ponga, Tolivia, etc. No hierro y manganeso, que son reseñados en los
obstante, es en la época romana cuando tiene trabajos O informes de C A N G A A R G U E L L E S
lugar la primera expansión de su extracción en (1808), P E R E D A (1811), S C H U L Z (1838),
los sedimentos carboníferos, aunque la mayor 1841, 1845, 1858), E Z Q U E R R A D E L B A Y O
actividad registrada entonces corresponde a (1841), F O R S T E R et d. (1842), P A I L L E -
las impresionantes explotaciones destinadas al TTE (1844, 1855), P A I L L E T T E y B E Z A R D
beneficio del oro en rocas precarboníferas en ( 1 8 4 9 ) , F E R N A N D E Z (1851), P R A D O
la Zona Asturoccidental-Leonesa. Además, ad- (1855), P E R E Z M O R E N O (1859), S A M P A -
quirió entonces un notable desarrollo, la ex- Y O (18591, B O U Z A (1860), PELLICO
tracción de minerales de mercurio, empleado (1861), S U L L I V A N y O'REILLY (1863),
en la metalurgia del oro (La Peña, Soterraña, M A E S T R E (1864,1865), C E N T E N O (1866),
F E R N A N D E Z D E C A S T R O (1873), S T R A A - Los minerales de flúor presentes en los
L E N (1879), A R C E (1879,1900), F U E R T E S niveles calcáreos del Carbonífero fueron ex-
A C E V E D O (1879, 1880), D E L A P U E N T E plotados a partir de la década de los años 40,
( 1 8 8 2 ) , S O L E R (1883), D O R Y (1893), siendo investigados intensamente asimismo a
ORIOL (1893), D O R Y y V I L L E R S (1895), principios de la década de los años 70. Sin
S U A R E Z M U R I A S (1897), M A L L A D A embargo, la mayor parte de la importante pro-
(1898), etc. A partir de algunas de estas rese- ducción de erta sustancia no procede de las
ñas se empiezan a tener referencias sobre las explotaciones encajadas en dichos niveles car-
producciones anuales obtenidas, en especial bonatados sino de los situados en la cobertera
para cobre, plomo-cinc, mercurio y hierro. permo-mesozoica.
En el siglo actual prosigue la expansión La b&ita no alcanza nunca un desarrollo
de la minería de elementos metálicos y se ini- minero importante. Unicamente han existido
cia la de sustancias no metálicas tales como explotaciones esporádicas-a partir de 1950 en
fluorita, barita y talco, aunque pasando por la zona de Peñamellera (Asturias) y Vegacer-
diversas alternativas. Así, el cobre adquiere un vera (León).
notable auge en el primer cuarto de siglo, si- El hierro y manganeso han sido objeto
tuándose la producción de los yacimientos de extracción intermitente hasta finales de los
emplazados en el Carbonífero en el segundo años 60 y solamente la mina de hierro de Sa-
lugar nacional después de Huelva. En la déca- liencia ha proseguido su actividad hasta finales
da de los años 40, debido al aislamiento inter- de la década de los años 70.
nacional en el que se encuentra España, el be- La minería de talco se ha potenciado en
neficio de las minas de cobre vuelve a ser los últimos 25 años, siendo el área de Lillo
importante, interrumpiéndose la explotación (León) la que aporta las mayores produccio-
en los años 50. De forma accesoria se extraje- nes y calidades de España.
ron Co y Ni asociados al Cu en algunos yaci- Las reseñas bibliográficas referentes a las
mientos. Otro tanto se puede decir de los mi- mineralizaciones en los terrenos carboníferos
nerales de plomo y cinc, algunas de cuyas ex- dentro del siglo actual se pueden considerar
plotaciones han proseguido con intermitencia divididas en dos etapas. En la primera son de
hasta la actualidad, en especial en el área de destacar los trabajos de C A L D E R O N (1900,
Picos de Europa. Respecto al mercurio, la ma- 1 9 0 8 ) , S U A R E Z M U R I A S (1906, 1915,
yor actividad minera se desarrolló entre los 1916a, b, c, d, e), R E V I L L A (1906), A D A R O
años 1964 y 1972 aunque las principales mi- y J U N Q U E R A (1916), D U R A N y C O R U G E -
nas operaban ya desde principios de siglo. A DO (1926), ROMERO O R T I Z (1928), C U E -
partir de 1973 se paralizó la minería en TO y R U I D I A Z (1928), F R A G A y T O R R E -
dos de las principales provincias productoras J O N (1929), A L V A R A D O (1929), M A Z A -
de España que eran Asturias y León, con tota- R R A S A (1930), C U E T O y R U I D I A Z et d.
les anuales que llegaron a superar los 15.000 (1934), H E R N A N D E Z S A M P E L A Y O (1941,
frascos. 1942), LLOPIS L L A D O (1956, 1957, 1958),
Referente al antimonio, dado el reducido K A N I S (1956), H E V I A (1959), M A R T I N E Z
potencial de los indicios, el beneficio ha teni- A L V A R E Z (1960, 1962, 1965), S J E R P
do un carácter ocasional, por lo que tan sólo (1967), Y P M A et al. (1968).
en los años posteriores a la Guerra Civil y du- A partir de 1970 se inician ya trabajos
rante la década de los años 60 se realizaron más detallados sobre las diversas sustancias y
pequeños trabajos de investigación o explota- la gología del encajante, coincidiendo con una
ción en las cercanías de Burón, Riaño y Pola etapa de intensa investigación de los recursos
de Lena. minerales así como con la elaboración y publi-
El arsénico se ha recuperado principal- cación del Mapa Metalogenético de España a
mente en relación con la extracción de mine- escala 1:200.000 por el Instituto Geológico y
rales de mercurio, sobre todo en la Mina "La Minero de España (1975). En esta época se
Soterraña", cerca de Pola de Lena y en las desarrollan estudios monográficos sobre diver-
proximidades de Riaño. sos tipos de yacimientos minerales por dife-
rentes centros de investigación tanto españo- a veces llamada "Macizo Asturiano". Esta Ma-
les como extranjeros. Entre los segundos se cizo Asturiano coincide en gran parte con la
puede citar los trabajos de la Universidad de subdivisión geológica realizada por LO T Z E en
Clausthal (Alemania): A N G E R et al. (1968), 1945, que distingue una Zona Cantábrica y
L E H M A N N (1970), S C H A F E R (1974), K U - o t r a Z o n a A sturoccidentd-Leonesa (Fig.
C H E L K A (1974), H U B E R (1976), 10s de la 11.52). La Zona Asturoccidental-Leonesa se
Universidad Técnica de Munich (Alemania): caracteriza por la abundancia de materiales
FORSTER (1974), E N D L I C H E R (1976), B U R - del Precámbrico y Paleozoico inferior (hasta
K H A R D T (1976), así como los de la Universi- el Devónico inferior), con una laguna que
dad de París VI: J U L L I E N (1974), T H I B I E - abarca hasta el Stephaniense B-C. La Zona
R O Z (1976). Cantábrica está constituida por rocas del Pre-
Los centros españoles que se han ocupa- cámbrico, Paleozoico más o menos completo,
do del estudio de las mineralizaciones son: Mesozoico y Terciario que han sufrido defor-
E.T.S. Ingenieros de Minas de Oviedo: G A R - mación en las orogénesis herciniana y alpina,
C I A I G L E S I A S (1972, 1976), G A R C I A pudiendo distinguirse un basamento hercinia-
I G L E S I A S et d. (1976, 1977), G A R C I A no y una cobertera alpina. Dado que es en
I G L E S I A S et d. (1979), A L O N S O (1974, esta última donde se ubican la mayor parte de
1975), L U Q U E (1974), M A R T I N E Z A L V A - los sedimentos carboníferos, sobre Ila se cen-
R E Z e t al. (1975), D I A Z G O N Z A L E Z trará la descripción geológica, basada en
(1978), L O R E D O (1980), L O R E D O et d. M A R T I N E Z G A R C I A (este voi~men).
(1981), etc., y la Facultad de Geología de
Oviedo: M A R T I N E Z G A R C I A y T E J E R I N A 11.12.2.2 ESTRATIGRAFIA DEL CARBONIFERO
(1979), T E J E R I N A et al. (1980), T E J E R I N A EN LA ZONA CANTABRICA
et d. (1980), M A R T I N E Z G A R C I A (1981a,
1981b), G O M E Z L A N D E T A et d. (1981), Se encuentra situada entre el llamado
F E R N A N D E Z F E R N A N D E Z (1982). "Anticlinorio" del Narcea al Oeste, el &,lar
Diversas empresas, tanto nacionales co- Cantábrico y la cobertera perno-terciaria que
mo extranjeras, iniciaron en esta última épo- la recubre por el Este y Sur (Fig. II.52), dife-
ca, intensos trabajos de investigación minera, renciándose tres regiones dentro de la misma,
incluyendo a los indicios y yacimientos locali- Occidental, Central y Oriental.
zados en terrenos carboníferos entre sus obje-
tivos. Debe destacarse la aportación de Hulle- 11.12.2.2.1Región Cantábrica Occidental
ras del Norte ( H U N O S A ) , cuyo Servicio Geo- Se extiende desde el "Anticlinorio" del
lógico ha elaborado un Mapa Metalogenético Narcea hasta la Cuenca Carbonífera Central a
de Asturias a escala 1:50.000, estableciendo la que rodea por el Oeste y Sur, encontrándo-
los metalotectos más importantes para las di- se recubierta por materiales mesozoicos y ter-
ferentes sustancias inventariadas (G E R V I L L A ciarios por el Sur. Con respecto al Carbonífe-
et al., 1981). ro, comienza con unas liditas tournaisienses
(Formación Vegamián) que faltan en numero-
11.12.2 MARCO GEOLOGICO REGIONAL sas ocasiones, a los que siguen calizas nodulo-
sas de color rojo y radiolantas (Formación
11.12.2.1 INTRODUCCION Genicera) de edad Viseense-Namuriense. Por
La Cordillera Cantábrica es una denomi- encima se sitúan las formaciones Barcaliente y
nación que se suele utilizar para el conjunto Valdeteja que constituyen la llamada Caliza
de elevaciones situado entre las Sierras de An- de Montaña. En ocasiones, estas calizas pasan
cares y el Caurel, al Sur de la Región Galaica y lateralmente a secuencias turbidíticas que re-
los Montes Vascos que constituyen la prolon- presentan las facies más occidentales del Car-
gación occidental de los Pirineos. En su seg- bonífero. Al desplazarnos hacia el Este, la Ca-
mento asturiano-leonés, está en su mayor par- liza de Montaña adquiere una mayor impor-
te constituida por sedimentos paleozoicos y se tancia (300-500 m) depositándose por encima
diferencia netamente del resto, habiendo sido secuencias terrígenas de carácter más somero
I
N
2
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S9
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con capas de carbón. La edad de la Caliza de jas de la Formación Genicera a las que siguen
Montaña abarca desde el Serpujoviense al la Caliza de Montaña (Serpujoviense-Bashki-
Bashkiriense (Namuriense a Westfaliense A) y riense), la Caliza de Picos de Europa (Mosco-
la de las secuencias superiores iiega hasta el viense-Kasimoviense), la Caliza de Puentellés
Westfaliense B. En la parte más oriental, colin- (Kasimoviense superior) y la Formación Lebe-
dante con la R,egión Cantábrica Oriental, se ña (Kasimoviense superior), esta última cons-
encuentra sedimentos discordantes de edad tituida por turbiditas con avenidas de derru-
Cantabriense-Stephaniense A (Cuenca de Teje- bios calcáreos y conglomerados. El espesor to-
rina-Guardo) constituidos por conglomerados, tal supera los 2.000 metros.
areniscas, calizas, lutitas y capas de carbón,
depositados después de la Fase Leónica.

11.12.2.2.2 Región Cantábrica Central 11.12.2.2.3 Región Cantábrica Oriental


Por el Oeste y Sur se encuentra limitada También llamada Palentina, limita al
por la Región Cantábrica Occidental, por el Norte con el área de Picos de Europa, al Oeste
Norte por el Mar Cantábrico, por el Este por con las de Beleño-Ribadesella y Cuenca Car-
los materiales de la cobertera permo-mesozoi- bonífera Central. Por el Sur con la Región
ca de la Cuenca de Santander y por el límite Cantábrica. Occidental y con el recubrimiento
oriental y septentrional de la Región Cantábri- mesozoico de la Meseta, y por el Este con el
ca Oriental. Se subdivide en tres áreas de Oes- recubrimiento permo-mesozoico de la Cuenca
te a Este: de Santander. El Carbonífero en esta Región
es netamente diferente del de las otras dos,
11.12.2.2.2.1 Cuenca Carbonifera Central caracterizándose por la existencia de algunos
La sucesión comienza en ella por la "grio- depósitos marinos de plataforma, si bien la
tte" de la Formación Genicera, seguida de la mayoría son turbidíticos, con gran abundan-
Caliza de Montaña y de una secuencia de más cia 'de conglomerados, lutitas y grauvacas que
de 6.000 m de sedimentos terrígenos con un indican unas condiciones de mayor profundi-
tramo inferior con intercalaciones calcáreas dad. Comienza por unas calizas nodulosas de
entre las que destaca la Caliza Masiva, y uno color blanco llamadas por M A A S (1974) For-
superior constituido principa1ment.e por piza- mación Villabellaco de edad Viseense, a la que
rras, areniscas, capas de carbón y algunos nive- siguen lutitas con avenidas de derrubios, con-
les conglomeráticos, cuya edad abarca hasta el glomerados, areniscas y calizas constituyendo
Westfaliense D-Stephaniense A? En discordan- un conjunto inferior que coincide con el Gru-
cia aparecen el Stephaniense D-Pérmico hacia po Ruesga de K O O P M A N S (1962) de edad
el borde Norte. Viseense-Westfaliense B separado por una dis-
cordancia (Fase Palentina) del grupo superior
11.12.2.2.2.2 Beleño-Ribadesella o Grupo Yuso. En éste se encuentran conglo-
Por encima de las liditas y pizarras negras merados (Conglomerados de Curavacas, situa-
de la Formación Vegamián y de la "griotte" dos sobre la superficie de discordancia y otros
de Genicera, tenemos asimismo la Caliza de superiores), lutitas, grauvacas y calizas de
Montaña a la que sigue una secuencia terríge- edad Westfaliense B-D superior. Sobre ellos, y
na de edad Westfaliense A-B (Formación Bele- sin discordancia aparente en esta región, se
ño), la Caliza Masiva y otra secuencia terríge- sitúan sedimentos que en la Región Cantábri-
na (Formación Fito) que llegan hasta el West- ca Occidental son discordantes (Fase Leóni-
faliense C-D. Discordantes aparecen materiales ca), constituidos por conglomerados, lutitas,
del Stephaniense (Formación Sebarga). areniscas y calizas de facies generalmente so-
meras, de edad Westfaliense D superior-stepha-
niense A. Por último, en discordancia angular
11.12.2.2.2.3 Picos de Europa (Fase Astúrica) descansan rocas detríticas
El Carbonífero es esencialmente calcá- (conglomerados, areniscas y lutitas) continen-
reo, comenzando con las calizas nodulosas ro- tales del Stephaniense B-C.
11.12.2.3 TECTONICA d) Mineralizaciones de Sb
Los sedimentos de la Zona Cantábrica e) Mineralizaciones de Fe-Mn
han sufrido una complicada historia tectónica. f) Mineralizaciones de fluorita
A partir del Silúrico, tuvo lugar un abomba- g) Mineralizaciones de barita
miento que dio lugar a la desaparición por h) Mineralizaciones de talco
erosión de los sedimentos del Ordovícico me- 11.12.3.1 MINERALIZACIONES DE Cu
dio y superior. En el Devónico superior, nue-
vos movimientos ocasionaron la eliminación La mayor parte de las mineralizaciones
de sedimentos devónicos y ordovícicos de di- de Cu encajan en los niveles carbonatados (Ca-
ferentes territorios y el depósito de los mate- liza de Montaña, Caliza Masiva, Caliza de Pi-
riales carboníferos sobre secuencias diferentes cos de Europa) con claro predominio de los
de Oeste a Este. Las fases de la orogénesis primeros si bien algunas lo hacen en materia-
hercínica comenzaron en el Westfaliense, con les detríticos de naturaleza silícea próximos a
el plegamiento y emplazamiento de cabalga- stocks de composición granodiorítica.
mientos de mayor o menor importancia, los En la Región Cantábrica Occidental (Fig.
primeros de los cuales ocurrieron en la Región II.53), están constituidas por la asociación de
Cantábrica Oriental y más tarde en la Occi- Cu, Co, Ni, con predominio de minerales de
dental y Central. Con posterioridad tuvieron enriquecimiento supergénico (G O M E Z L A N -
lugar dos nuevas etapas de plegamiento, longi- D E T A et d., 1981), con las secuencias parage-
tudinal y transversal con respecto a los prime- néticas para el cobre: calcopinta-bornita-dige-
ros. Estos acontecimientos, finalizaron antes nita-djurleita y calcosina así como carbonatos,
del Stephaniense B-C en la Región Oriental y principalmente azurita y malaquita. Los mine-
antes del Pérmico en la Central y Occidental, rales de cobalto y níquel se encuentran como
por lo que los sedimentos posteriores sólo son sulf oarseniuros (cobaltina-esmaltina), arsenia-
afectados por una tectónica de fracturas. tos (eritrina-anabergita) y óxidos (heterogeni-
Los niveles más modernos (permo-meso- ta). En las minas próximas a Cármenes (Le-
zoicos y terciarios) comienzan generalmente ón), se encuentra villamaninita, bravoita cu-
con una secuencia de lutitas, areniscas, con- prífera, linneita, bornita y marcasita, junto
glomerados, rocas volcánicas y calizas (Forma- con malaquita y azurita (Y P M A et al., 1968).
ción Viñón) de edad Autuniense. Con poste- La geometría de las mineralizaciones es
rioridad a su depósito tiene lugar una etapa de muy irregular, presentándose como bolsadas
fracturación según direcciones NE-SO y otra de dimensiones muy variables, generalmente
de erosión que determina su conservación so- de relleno kárstico ("soplados" de los mine-
lamente en cuencas aisladas. Sobre ella se de- ros), junto con filoncillos irregulares de relle-
posita en disconformidad otra secuencia de no de fisuras en zonas de intensa dolomitiza-
ción y diaclasación.
"red beds", conglomerados, dolomías y luti- A pesar de que no parece existir un con-
tas con evaporitas (Formación Villaviciosa) trol estructural directo es evidente la existen-
que descansan bien sobre la Formación Vi- cia de fracturas transversales que, o bien han
ñón, o, como es más frecuente, directamente condicionado un mayor desarrollo de fenóme-
sobre el basamento herciniano. nos kársticos, o causado una concentración
por migración hacia las mismas.
11.12.3 DOSCr IPCION DE LAS MINERALIZACIO- En la Región Cantábrica Central (área de
NES Beleño-Ribadesella) los indicios se distribuyen
Los diferentes grupos de mineralizacio- en varios grupos (Laviana, Sobrescobio, Lle-
nes presentes en los sedimentos carboníferos, randi, Amieva, etc.) (Fig. II.53), estando cons-
atendiendo a los elementos o sustancias pre- tituidos fundamentalmente por cobres grises
dominantes son: (tetraedrita, enargita), calcopirita y bornita,
a) Mineralizaciones de Cu presentando características morfológicas se-
b) Mineralizaciones de Hg mejantes a las ya descritas para la Región
c) Mineralizaciones de Pb-Zn Cantábrica Occidental si bien existen minerali-
~ P C I Y ~ C O VESTIILIINSE E-D :
..-.*.m
: PLOMO . C I N C K POTES, L . PEÜA P R I E T A , M. S A N SALVADOR,
-.,-,Y
.. MIERES- SAMA,Z.PICOI DE EUROPA. 3 C A B R A L E S - P A N E S - LA HERMIDA.

4. PENA L A R R A .

Fig. 11.53
zaciones filonianas próximas a instrusiones mente en conglomerados silíceos.
graníticas (Infiesto) con paragénesis muy b) Cinabrio-rejalgar-oropimente, presen-
complejas ( G A R C I AI G L E S I A S et al., 1979) tando accesoriamente trazas de fluorita, co-
ligadas a un skarn. A veces se localizan im- bres grises (swartzita), talco e incluso Hg nati-
pregnando brechas de colapso. vo, incluyendo en este grupo principalmente a
En Picos de Europa, de nuevo se encuen- las mineralizaciones emplazadas en calizas o
tran paragénesis que incluyen minerales de co- areniscas del grupo Lena o de la Formación
bre (cobres grises), cobalto y níquel (Ortigue- San Emiliano (Muñón Cimero, Maramuñiz,
ro, Carreña, Niserias, etc.), también funda- Valverdin, Piedracea, etc.).
mentalmente de carácter supergénico, distri- c) Cinabrio-estibina-fluorita, con presen-
buidos en rellenos kársticos o zonas de fractu- cia ocasional de talco (Tarna) o livingstonita
ra, siendo muy frecuente la relación con pro- (Pedrosa del Rey), en cuyo grupo se incluyen
cesos de silicifiación y dolomitización. Desta- los yacimientos próximos a Riaño (Riosol,
can la presencia de eritrina, anabergita y co- Lois, etc.).
baltina entre los supergénicos (Carreña, Nise- d) Esfalerita-galena-barita-cinabrio, que
rias). En Ortiguero es característica la existen- comprende la mayor parte de los indicios lo-
cia de tirolita, presente también en Niserias. calizados en el área de Picos de Europa (Arga-
En la Zona Oriental, las mineralizaciones llón, Suarias, Hozarco, Collasón, Alles, etc.).
de Cu ofrecen unas características sensible- Pequeñas cantidades de mineral de Hg se
mente diferentes, dado que están constituidas han localizado en relación con depósitos man-
por filones de cuarzo rellenando fracturas con ganesíferos (Bufarrera, Las Llacerias, etc.) o
calcopinta y arsenopirita, algunas con indicios con mineralizaciones de cobres grises (Amie-
de Au, ligadas en general a afloramientos gra- va, Poo de Cabrales, etc.).
nodioríticos con presencia incluso de magne- En los tres primeros tipos de asociacio-
tita cuando estas rocas intrusivas afectan a ni- nes los minerales se presentan en forma de
veles calcáreos y dan lugar a la formación de filoncillos irregulares, agregados granulares o
skarns (Vañes). En estos casos poseen un ca- impregnaciones diseminadas en la masa roco-
rácter primario, aunque también coexisten mi- sa, generalmente en relación con zonas de má-
nerales de ennquecimiento supergénico. xima fisuración o más alta porosidad de la
roca y coincidiendo frecuentemente con ele-
11.12.3.2 MINERACIZACIONES DE Hg vados contenidos en materia orgánica, carbo-
Cerca del 83%de los indicios mineros de nosa o bituminosa. Su emplazamiento eztá en
Hg reconocidos en la Cordillera Cantábrica es- relación con zonas de intensa tectonización,
tán encajados en materiales dt: edad carboní- tanto por efecto de fracturas, como en las
fera, predominantemente en los niveles carbo- charnelas de anticlinales asociados a fallas o
natados (Caliza de Montaña, Calizas de Picos en el núcleo de ventanas tectónicas. En el
de Europa, niveles calcáreos del Grupo Yuso, cuarto tipo, el mineral de Hg se presenta en
tramos calizos del Grupo Lena y de la Forma- pequeñas cantidades y bajo forma pulverulen-
ción San Emiliano). Sin embargo algunas im- ta, rellenando oquedades de la esfalerita, so-
portantes mineralizaciones se emplazan en ni- bre fisuras y planos de exfoliación de la barita
veles conglomeráticos o de brechas silíceo-lu- o diseminado en el material constituyente de
títicas (Terronal-La Peña, Los Rueldos, Cam- 12 ganga (calcita, ankerita, arcillas de decalcifi-
pa del Trave), ocasionalmente sobre areniscas cación, cuarzo, etc.). La geometría de estas
(Brañalamosa, Piedracea) o incluso impreg- mineralizaciones es irregular, en forma de bol-
nando secuencias lutíticas carbonosas (Lada). sadas correspondientes a rellenos de cavidades
Se pueden distinguir cuatro tipos fundamenta- kársticas, a veces alineadas según fallas.
les de asociaciones mineralógicas (LU Q U E , Su distribución se recoge en la Fig. 11.54,
1974): localizándose los principales yacimientos den-
a) Cinabrio-pinta-marcasita, a veces con tro del perímetro de la Cuenca Carbonífera
estibina o galena, que corresponde a los yaci- Central (área de Mieres-Lena), así como en su
mientos del área de Mieres, encajados básica- borde oriental (áreas de Riaño, Caso, Pelúga-
no, Infiesto, Cangas de Onís). De menor im- rita predominante junto con galena, pirita y
portancia pueden considerarse los indicios de trazas de calcopirita.
Picos de Europa (áreas de Covadonga, Cabra- Con respecto a la morfología de los yaci-
les y Panes). En el borde suroccidental de la mientos, éstos se presentan tanto en forma de
Cuenca Carbonífera Central se limitan a la zo- bolsadas, a veces subestratiformes, de dimen-
na leonesa en especial a las áreas de Cármenes siones variables, rellenos kársticos o zonas de
y Robledo de Luna. relleno de fracturas, generalmente en las pro-
Aquellos yacimientos en los que, tanto el ximidades de la superficie de erosión prepér-
rejalgar como el oropimente son abundantes, mica e incluso fosilizados por ella en las áreas
han permitido que, ocasionalmente, se llegara de Picos de Europa (MARTINEZ GARCIA,
a beneficiar el As como subproducto (Muñón 1981a, 1981b) y Redondo.
Cimero) o incluso como mena principal (Ria-
ño).
11.12.3.4 MINERALIZACIONES DE Sb
11.12.3.3 MINERALIZACIONES DE Pb-Zn Existe una relación de proximidad entre
Con excepción de algunos pequeños indi- estas mineralizaciones y las de mercurio, e in-
cios coincidiendo con mineralizaciones de cluso la estibina y el cinabrio se presentan,
mercurio del área de Mieres-Sarna, en los que como ya se indicó, en estrecha asociación pa-
se localizan esfalerita y galena con carácter ragenética. De aquí que las áreas más impor-
accesorio, el resto de los indicics y yacimien- tantes reseñadas para la segunda de las subs-
tos de Pb-Zn se hallan situados en el área de tancias (Mieres-Lena, Caso y Riaño) sean asi-
Picos de Europa y en la Región Oriental (Fig. mismo las principales para el antimonio (véase
11.53). Fig. 11.54).
En Picos de Europa, los indicios encajan La mayoría de los indicios de Sb se loca-
principalmente en la Caliza de Picos de Euro- lizan en niveles calcáreos (Caliza de Montaña,
pa, aunque también en contadas ocasiones lo calizas westfalienses), si bien existen algunos
hacen en la Caliza de Montaña (Vega de So- que se encuentran en conglomerados silíceos
tres), Caliza de Puentellés (Argallón) y niveles (San Tirso, Los Rueldos, Maraña) así como en
de conglomerados calcáreos de la Formación niveles lutíticos o areniscosos en el exocontac-
Lebeña (Aurora). to de stocks granodioríticos (Burón, Boca de
Las paragénesis más comunes incluyen: Huérgano) (SJERP,1967).
esfalerita (frecuentemente acaramelada), gale- Dos tipos fundamentales de asociaciones
na, barita y cinabrio, acompañados por green- son de destacar: aquella en la que la estibina
ockita, fluorita y calcopirita como accesorios. aparece asociada con cinabrio y pirita-marcasi-
Entre los minerales secundarios son frecuentes ta, con predominio de los minerales de Hg
la smithsonita, hidrocincita y hemimorfita (Los Rueldos, Riosol, Pedrosa del Rey, etc.) o
(genéricamente conocidas como calaminas), cuando sólo está acompañada por pirita o mi-
cerusita, anglesita, azurita, malaquita y goethi- nerales de. As (Lena, Riaño, Pedrosa del Rey,
ta, acompañados como minerales de ganga por Burón, etc.). Los minerales de ganga presentes
calcita, ankerita, dolomita, aragonito fibroso, son: calcita, ankerita, cuarzo, talco y, en oca-
agalmatolita, cuarzo y calcedonia. De este siones, fluorita.
mismo tipo son los indicios, localizados en las Se distribuyen estas mineralizaciones en
calizas carboníferas de Puente Viesgo (Santan- forma de filones irregulares y discontinuos, de
der). relleno de fisuras o dispersas en la roca enca-
En la Región Oriental existen.dos áreas jante, principalmente calizas o calizas dolomí-
principales de mineralización, situadas en el ticas, a veces constituyendo agregados acicula-
Sinclinal de Redondo y en el área de Triollo. res (Riosol). Generalmente esta impregnación
Las de Redondo (San Mamés, etc.), encajan coincide con las zonas más intensamente tec-
en las Calizas de Redondo (Westfaliense C-D) tonizadas.
y las de Triollo en Caliza . Montaña, estan- Igual que para el mercurio, no es ajena su
do constituidas fundamentalmente por esfale- proximidad a importantes fracturas, siendo
también evidente su relación con intrusiones mesozoica y otra reciente, posiblemente pleis-
granodioríticas. tocena. Esta última ha dado lugar a rellenos
de dolinas con arcillas manganesíferas ("chir-
11.12.3.5 MINERALIZACIONES DE Fe-Mn teras" de los mineros).
Todas las mineralizaciones existentes en Finalmente, en algunos casos (Bufarre-
materiales carboníferos están emplazadas en ra), los depósitos de rellenos kársticos pueden
la Caliza de Montaña o en la Caliza de Picos coincidir con zonas de rellenos de fractura por
de Europa, predominando los indicios consti- circulación de soluciones hacia la misma.
tuidos casi exclusivamente por minerales de
Fe (hematites, goetita, limonita) en la Región 11.12.3.6 MINERALIZACIONES DE FLUORITA
Occidental de la Zona Cantábrica, al SW y E Están distribuidas fundamentalmente en
de la Cuenca Carbonífera Central (Somiedo, los niveles carbonatados del Carbonífero (Ca-
Puerto de la Cubilla, Aramo, Bayo, etc.), so- liza de Montaña y Caliza Masiva), situados en
bre aquellos en los que los minerales mangane- las Regiones Occidental y Central de la Zona
síferos (pirolusita, psilomelaia, braunita, was) Cantábrica (Fig. 11.56).
superan con creces a los de hierro, como ocu- En la Región Occidental se encuentran
rre en las áreas de Beleño-Ribadesella y Picos indicios dispersos, en general de poca impor-
de Europa (Amieva, Onís, Covadonga, Sierras tancia económica, en dos áreas: Tarneza y
de Cuera y Dobros, Llanes) (Fig. 11.55). Proaza y más notable en la de La Collada. La
Tanto los yacimientos ferríferos como la fluorita tiene tonalidades violetas y verdosas,
mayor parte de los manganesíferos presentan presentándose en bolsadas, rellenos kársticos e
una geometría irregular, en forma de bolsadas incluso cementando brechas de colapso en ca-
de dimensiones medias a pequeñas, con mor- vidades subterráneas (M A R T I N E Z G A R C I A y
fología predominantemente columnar, y nota- T E J E R I N A , 1979). A veces existe una intensa
bles variaciones de potencia. Su composición silicificación restringida a la zona mineraliza-
suele ser bastante homogénea, siendo los lími- da, que en La Collada se ve acompañada por
tes con la roca encajante por lo general netos, una notable abundancia de pirita.
con tendencia a cerrar la mineralización en En el Area de Beleño-Ribadesella, las mi-
profundidad. Todo ello parece indicar que los neralizaciones de fluorita localizadas en la Ca-
minerales de Fe o Mn, e incluso ambos con- liza de Montaña son de mayor importancia y
juntamente, se depositaron rellenando un pa- frecuencia, distinguiéndose cinco grupos de
leokarst, que, al menos en la zona de Somie- indicios: Caravia, Cazo, Caleao, Oseja de Sa-
do, parece simultáneo con los fenómenos de jambre y Burón. En ellas la fluorita presenta
diagénesis ( M A R T I N E Z A L V A R E Z y G O N - tonalidades diversas, desde blanco a violeta os-
Z A L E Z D I A Z , 1975), aunque se observen curo, incluso dentro de una misma localidad.
procesos de removilización kárstica posterio- La morfología de las mineralizaciones es
res. En otras áreas (Amieva, Cuera, Covadon- principalmente de rellenos, tanto de fracturas
ga) los circuitos kársticos con los que se rela- como de cavidades kársticas, casi siempre cer-
cionan las mineralizaciones son claramente ca de la superficie de erosión pre-pérmica. En
posteriores a la diagénesis e incluso a la orogé- el grupo de indicios de Burón, la fluorita se
nesis h e r c í n i c a ( M A R T I N E Z G A R C I A , presenta rellenando múltiples filoncillos irre-
1981a). gulares con distribución de tipo stockwork,
En algunos casos parece evidente la exis- acompañada por calcopirita y minerales se-
tencia de niveles lenticulares de óxidos de cundarios como calcosina en el Area de Picos
manganeso interestratificados en las calizas ta. En el grupo de Caravia se presenta con
carboníferas ( L L O P I S L L A D O , 1958) tal co- cristales de barita en "cresta de gallo" y a
mo se observa en las Sierras del Cuera y Do- veces es casi transparente, con inclusiones de
bros. La removilización posterior de estos óxi- hidrocarburos líquidos ( G A R c IA I G L E S I A S
dos manganesíferos han dado lugar a rellenos y T O U R A Y , 1977).
kársticos que se pueden separar cronológica- En gran número de ocasiones, en estos
mente en dos etapas principales: una permo- grupos de indicios las mineralizaciones se em-
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plazan rellenando fracturas sensiblemente pa- pizarras westfalienses en donde el talco se dis-
ralelas a la Falla de Ventaniella, o sea NO-SE. tribuye formando masas irregulares, alargadas
según la dirección de las estructuras a partir
11.12.3.7 MINERALIZACIONES DE BARITA de las cuales la mineralización, encajada en la
caliza se va haciendo cada vez más difusa, pre-
Si se exceptúa el indicio de Vegacervera
(León) y las cristalizacones que acompañan, sentándose entonces como rellenos de fisuras
con carácter accesorio, a la fluorita en el gru- (Isoba, Respina, Cofiñal). Otras veces, el talco
po de yacimientos de Caravia, el resto de las aparece en filones y bolsadas lentejonares se-
mineralizaciones de barita se encuentran loca- gún fracturas en relación con charnelas de
lizadas en el Area de Picos de Europa, encajan- pliegues anticlinales (Fuente la Villa, Puerto
de Tarna).
do en prácticamente todas las formaciones
carbonatadas que se diferencian en la misma La mineralización se ha producido por
(Fig. 11.56). difusión de sílice y magnesio procedentes de
Las paragénesis principales (FER N A N - las rocas encajantes que ha dado lugar a un
DEZ FERNANDEZ, 1982) son de barita, metasomatismo en las calizas próximas a frac-
(Pandiello, Ortiguero, etc.), barita con cina- turas por donde ha tenido lugar la circulación
brio (Puertas, Llonin, etc.) y barita-galena-es- de soluciones hidrotermales.
falerita-cinabrio y calcopirita (Argallón, Asie- 1 1 . 1 2 . 4 CONSIDERACIONES METALOGENETI-
go, Merodio, Hozarco, etc.). Entre los minera- CAS GENERALES
les secundarios son frecuentes la smithsonita,
covellina, cerusita, azurita, malaquita, etc., en Tres factores principales condicionan el
el Último de los tipos paragenéticos. emplazamiento y la distribución de las mine-
La morfología de los indicios es total- ralizaciones en el Carbonífero de la Zona Can-
mente irregular, correspondiendo en la mayor tábrica: la litología de los sedimentos encajan-
tes, la deformación tectónica a que se ven so-
parte de los casos a rellenos de cavidades kárs-
metidos y las posibilidades de circulación de
ticas (Alles, Argallón, Ortiguero, etc.), aunque
soluciones hidrotermales por las vías de acce-
a veces se presenta en bolsadas alineadas según
so existentes.
direcciones de fractura, sobre todo E-O, y en
En cuanto a la litología, ha sido puesto
filones según estas direcciones. Es frecuente la
de manifiesto la importante relación del em-
proximidad de los indicios a los sedimentos
plazamiento de los indicios con los niveles
discordantes de edad pérmica.
carbonatados del Carbonífero, ya que más del
80%de éstos encajan en rocas calcáreas. Entre
11.12.3.8 MINERALIZACIONES DE TALCO los factores que a escala del yacimiento coad-
Los depósitos de talco en la Zona Cantá- yuvan a la deposición mineral, deben citarse
brica se restringen al área de Lillo-Tarna como principales la dolomitización y fractura-
(León) (Fig. II.56), estando encajados en la ción como generadores de porosidad en la ro-
Caliza de Montaña, normalmente en relación ca, la karstificación y el propio quimismo del
con zonas de fractura o contactos mecaniza- sedimento.
dos. Existen dos tipos de paragénesis una de Es evidente la relación de las mineraliza-
ellas en la que el talco de colores blanco, rosa- ciones con las principales fracturas existentes
do, negro o gris verdoso (GALA N H U E R T O S en la Zona Cantábrica según sistemas de direc-
et al., 1973) es el mineral predominante, es- ciones NO-SE (Falla de Ventaniella y asocia-
tando constituida por talcoclorita-pirita-dolo- das), NE-SO (Fallas de La Carrera y La Peña y
mita (Puebla de Lillo) y la segunda con talco- asociadas) y E-O (Falla de Infiesto-Panes,
fluorita-pirita-estibina-cinabrio,en que el tal- etc.), así como con estructuras anteriores (ca-
co deja de ser componente prioritario (Tarna). balgamiento~)que puedan haber rejugado con
Respecto a su forma de presentarse, se posterioridad. Es frecuente la localización de
encuentran dos morfologías diferentes. Una depósitos minerales en zonas de fractura aso-
en relación con contactos mecánicos entre la ciadas a charnelas de pliegues (Pedrosa del
Caliza de Montaña y la cuarcita armoricana o Rey, Soterraña, La Felguerina, Aurora, etc.).
Por Úitimo, la circulación de soluciones te de los cuales presentan un carácter alcalino.
hidrotermales ha tenido lugar a través de la Es de notar el papel jugado en la distribución
importante red de fracturas anteriormente in- de las mismas por la cobertera de sedimentos
dicadas, aprovechando las zonas de debilidad pénnicos, cuya litología y superficie de d i s
asociadas a ellas o a sus satélites o incluso cordancia controlan muchas de elias.
sumándose a la red de circulación kárstica La edad, por tanto, de estos depósitos
bien preexistente o generada por las propias parece estar restringida al Pérmico, si se ex-
soluciones en zonas bajo cobertera de sedi- ceptúan algunos de hierro y manganeso singe-
mentos pérmicos. néticos más antiguos que posteriormente pu-
Por regla general, la tempertatura de di- dieron haber sido removilizados por los proce-
chas soluciones no parece haber superado los sos kársticos permo-mesozoicos.
200"C por lo que deben considerarse los indi- Este conjunto de mineralizaciones ha si-
cios o yacimientos derivados como epiterma- do interpretado recientemente como relacio-
les (teletermales). nado con la formación de un "rift" continen-
En ocasiones es posible que, con poste- tal durante el Pérmico (M A R T I N E Z G A R CIA
rioridad a su emplazamiento primario, hayan y T E J E R I N A , 1979; M A R T I N E Z G A R C I A ,
sufrido procesos de removilización kárstica 1981a)
que dieron lugar a yacimientos secundarios.
Es difícil precisar cuál ha sido la fuente
de estas mineralizaciones pero todo parece in- Los autores agradecen la lectura crítica
dicar una cor:exión genética entre ellas y los del manuscrito efectuada por D. Manuel Ger-
procesos ígneos (volcánicos e intrusivos) que villa, Jefe del Servicio Geológico de HUNOSA
se desarrollaron en la Zona Cantábrica al final así como las facilidades dadas para la realiza-
de la Orogénesis Herciniana, en especial du- ción del trabajo por la Dirección de Desarrollo
rante el Stephaniense y Pérmico, la mayor par- Industrial de dicha empresa.
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111 EL CARBONIFERO DE LA CORDILLERA IBERICA
(SECTORES DE SIERRA DE LA DEMANDA, MONTALBAN Y PUIG MORENO)

Joaquín Villena y Gonzalo Pardo

Departamento d e Estratigrafía. Universidad de Zaragoza


111 EL CARBONIFERO DE LA CORDILLERA IBERICA

111.1 INTRODUCCION parece existir cierta equivalencia. Por ello ex-


pondremos separadamente los datos estrati-
En el ámbito de la Cordillera Ibérica el gráficos de los siguientes sectores:
Carbonífero aflora en áreas de reducida super- 1 ) Sierra de la Demanda.
ficie aisladas y distantes entre sí, formando 2) Macizo de Montalbán y Puig Moreno.
parte de macizos paleozoicos más extensos.
El Carbonífero de Henarejos será tratado
Parte de los materiales de la Ibérica atri-
buidos hasta hace poco al Carbonífero están por M E L E N D E Z et al. en el capítulo siguien-
asignados en este momento al Pérmico. Esto te.
deja reducido el Carbonífero a dos aflora- A partir de esta información intenta-
mientos importantes: uno situado en el sector remos, por nuestra parte, establecer la correla-
más septentrional de la Cordillera, en la Sierra ción entre los sectores citados y una síntesis
de la Demanda, y otro en el sector central, en estratigráfica final.
el núcleo del anticlinal de Montalbán. Aparte
de ellos sólo pueden reseñarse las pequeñas
manchas de Puig Moreno y Henarejos (Fig. 111.2 ESTRATIGRAFIA
111.1).
Los datos que daremos a continuación, 111.2.1 SIERRA DE LA DEMANDA
basándonos principalmente en los trabajos
existentes, ponen de manifiesto que la posi- 111.2.1.1 SITUACION DE AFLORAMIENTOS
ción y significado estratigráfico de los aflora- La Sierra de la Demanda está constituida
mientos citados es muy diferente en cada caso por un macizo paleozoico situado en la termi-
y sólo entre los de Montalbán y Puig Moreno nación noroccidental de la Cordillera Ibérica.
El macizo está formado principalmente
por materiales Cambro-Ordovícicos que des-
cansan sobre una formación basal atribuida al
Precámbrico. En sus sectores más occidentales
este Paleozoico inferior aparece cubierto dis-
cordante por los materiales carboníferos (véa-
se Fig. 111.2) de los que nos ocupamos a conti-
Puig Morino nuación.
MADRID
111.2.1.2 ANTECEDENTES
m 8 La presencia de niveles de hulla en el
Carbonífero de esta región y el interés minero
que han tenido en épocas pasadas (la primera
explotación data de 1841) determina que di-
chos materiales atraigan pronto la atención de
los investigadores y hace que las reseñas sobre
los mismos sean relativamente abundantes.
Fig. 111.1.- Situación de los afloramientos del Carbonífero Posiblemente, los primeros datos conoci-
en la Cordillera Ibérica dos se remontan a la primera mitad del siglo
1-1 ~ ~ ~ ~ ~ ~ ",icm
~ n cor
8 bonÍfcro
e r 0 m Mesozoico ~ollor

F]
Cenozoico
- ..
w
Formaciones de
Oiocostro
j Formaciones
.,. .....
_. ... Sonturde jo
de
m Rafia Pliocena

En el recuodro Poleozoico bm[ Mesozoico 1-( ~enozoico

Fig. 111.2.- Esquema geológico de la Sierra de l a Demanda, según COLCHEN (1971).

pasado con los trabajos de N A R A N J O y las formaciones carboníferas hasta entonces


G A R Z A (1841), sobre parte de la provincia conocidas y, además, asigna al Dinantiense las
de Burgos, y los de G R A N D E (1850) sobre capas de areniscas con Spirifer de Valmala.
los niveles carbonosos próximos a San Adrián Casi medio siglo más tarde A I T K E N
de Juarros. (1942), en un estudio sobre la tectónica del
A estos trabajos se suman pronto los de borde norte de la Sierra de la Demanda, pone
V E R N E U I L Y C O L L O M B (1852), que seña- de manifiesto el carácter cabalgante del Car-
lan la "estratificación discordante de masas de bonífero en el sector de Pradoluengo. Asimis-
areniscas y 'plantas" sobre los materiales de la mo propone como Narnuriense las formacio-
Sierta de Burgos, y los de una serie de autores nes carboníferas de Fresneda y Valmala, a re-
que van aportando datos sobre aspectos más o serva del valor bioestratigráfico de las faunas
menos parciales de los niveles carboníferos. de Braquiópodos allí recogidas. Por el contra-
Entre ellos debemos destacar los de L A Z A - rio, unos años después H E R N A N D E Z S A M -
R R E T (1896), que atribuye al Stephaniense P E L A Y O (1952) asigna de nuevo al Stepha-
niense las formaciones carboníferas del Oeste características litológicas y texturales, la suce-
de la Demanda. sión total puede subdividirse en cinco megase-
Finalmente, tenemos que señalar los tra- cuencias granodecrecientes, tal como se mues-
bajos de C O L C H E N que, a lo largo de más de tra en el perfil tipo de la Fig. 111.4.
una decena de años a partir de 1960, con mo- Cada megasecuencia comprende dos tér-
tivo de las investigaciones de su tesis doctoral minos:
(publicada en 1974), ha realizado un detalla- - Un término inferior detrítico grosero,
do estudio que constituye la base del conoci- integrado por conglomerados (megasecuencias
miento actual sobre el Carbonífero de este A, B y C) o areniscas groseras (megasecuencias
área. D Y E).
En dicho estudio quedan bien estableci- - Un término superior constituido por
dos los aspectos litológicos, bioestratigráficos areniscas finas y pizarras, incluyendo lentejo-
y paleogeográficos, así como las característi- nes carbonatados en las megasecuencias D y
cas estructurales de dichos materiales, tratán- F.
dose con menor profundidad los aspectos se-
dimentológicos. 111.2.1.3.2 Contenido paleontológico y ?dad
Las formaciones carboníferas de esta re-
111.2.1.3 ESTRATICRAFIA LOCAL gión han suministrado en diferentes localida-
Transcurridos nueve años desde su publi- des un rico contenido en flora y fauna que
cación, los datos estratigráficos debidos a podemos resumir así:
C O L C H E N (1971 y 1974) son 10s más com-
pletos y actuales de que se dispone, ya que las a) Flora:
hojas del MAGNA realizadas en esta zona Los restos vegetales se localizan en el
mantienen la estratigrafía dada por dicho au- conjunto litoestratigráfico inferior de la serie
tor. Por ello los resumimos aquí de forma es- carbonífera. Refiriéndonos al perfil tipo son
quemática. los tramos 2, 4 y 6 (términos superiores de las
megasecuencias A, B y C), cada uno con una
111.2.1.3.1 LITOESTRATIGRAFIA asociación propia. En la figura 111.5 quedan
Los perfiles más completos y representa- reseñados los grupos presentes en cada nivel,
tivos del Carbonífero de la Demanda se en- así como su intervalo cronoestratigráfico.
cuentran en los sectores de Fresneda y Valma- A partir de estas asociaciones, C O L -
la-Alarcia, (véase Fig. 111.3). En ellos se pue- C H E N (op. cit.) establece una edad Westpha-
den distinguir, cuando más, hasta once tramos liense B superior o C inferior para el nivel 2.
litológicos (sector Fresneda) si bien la poten- Asimismo considera muy característica del
cia máxima, unos 600 m, se alcanza en la re- Westphaliense C y D la del nivel 4, y como
gión de Valmala-Alarcia. Westphaliense D la del nivel 6.
Según estos datos la sucesión está com-
puesta por dos grandes conjuntos: b) Fauna
- Conjunto inferior, constituido por
C O L C H E N (op. cit.) señala en los cortes
una alternancia de conglomerados, areniscas y
de Fresneda, Valmala y Villasur y Pineda, una
pizarras con niveles de carbón y ricos en flora fauna marina compuesta esencialmente por
(véase Fig. 111.3). Los conglomerados se distri-
Braquiópodos, Crinoideos, Larnelibranquios,
buyen en tres niveles que van disminuyendo
Gasterópodos y localmente Fusulinas. La fau-
de espesor y granulometría hacia techo, a la
na de Villasur y Pineda es pobre e irrelevante
vez que la clasificación y redondeamiento de
desde el punto de vista cronoestratigráfico,
los cantos aumenta.
por lo que sólo reseñaremos la de las dos pri-
- Conjunto superior, de areniscas fina-
meras áreas citadas.
mente estratificadas y pizarras con abundante
fauna marina, presentando hacia techo niveles
b.1) Fauna de Fresneda
dolomíticos lenticulares.
A partir de la evolución vertical de las Proviene esencialmente del nivel fosilífe-
MEGASECUENCIAS

CURVAS LlTOLOGlCAS

1 . Conglomerado 4 . Arenisca fina arcillosa

2 . Arenisca gruesa 5 . Carbonatos


3 . Arenisca media 6 . Arcillas

Fig. 111.4.-Perfil tipo Y megasecuencias del Carbonífero de la Demanda. según COLCHEN (1971).

ro F, (véase Fig. 111.3) cuya situación corres- nus D U N B A R & C O N D R A ,


ponde al tramo litológico 8 referido al perfil Productus gallatinensis G I R T Y ,
tipo. Marginifem cf. wabashensis D U N B A R ,
Se compone de: Pustula cf. eiegans M c c O Y ,
Braquiópodos: Productus (Dictyoclos- Spirifer (Brachy thyrina) strangwaysi D E
VERNEUIL.
tus) gruenewaldti K R O T O V,
Lamelibranquios: Aviculopecten ?
Productus cf. semireticulatus v a r hermo- Fragmentos de Crinoideos, Briozoarios y
Sanus G I R T Y , Gasterópodos.
Productus (Dictyoclostus) aff. america- Huellas orgánicas: Taonorus.
WEST FALl E N S E STEPHANIENSE

Fig. III.6.- Bioestratigrafia del Carbonífero de la Sierra de la Demanda. según COLCHEN (1971).

b.2) Fauna de Valmala fauna ya citada se han encontrado numerosos


Proviene de los niveles fosilíferos F,, F7, Orthidos y algunos fragmentos de Nautiloi-
F, y F,, correspondientes a los tramos 7, 8 y deos, entre los que un ejemplar se ha atribui-
10 del perfil tipo. do al Metacocgras cf. costatum H I N D ., y gran
Más rica que la anterior, además de la númefo.de Foraminíferos entre los que se ha
reconocido: Fusulina c y lind rica uar. h ispanica mitad del siglo pasado con los trabajos de
G U B L E R y Hemigord ius sp. V E R N E U I L y L O R I E R E (1854); V E R N E U I L
A estas faunas marinas hay que añadir la y L A R T E T (1863) y más tarde D E R E I M S
presencia, por encima de los niveles de carbón (1898). Estos autores reconocen la presencia
de Alarcia, de Lamelibranquios continentales del Devónico en base a la fauna de Braquiópo-
atribuidos a los géneros Anthraconaia (An- dos encontrada. Tal datación se mantiene para
thracomy a ) y Naiadites (N. carinata S O W E R - el conjunto de los materiales del maoizo hasta
B Y ). 1966, cuando de forma simultánea e indepen-
E ~ t afauna, como vemos, se encuentra en diente R I B A , V I L L E N A y D E S V A L L I E R E S
la columna siempre por encima de los niveles por un lado y S A C H E R por otro, encuentran
superiores de flora y, aunque de menor preci- unos restos vegetales que ponen de manifiesto
sión estratigráfica, permite admitir como posi- la existencia de materiales carboníferos. Los
ble, que los niveles más altos de la Deman- primeros, además de señalar el hallazgo de Ca-
da puedan alcanzar una edad Stephaniense in- lamites, correlacionan por semejanza de facies
ferior. los términos litológicos presentes en este ma-
cizo con los afloramientos carboníferos de las
111.2.2 MONTALBAN Y PUIG MORENO regiones catalanas próximas.
111.2.2.1 SITUACION DE AFLORAMIENTOS
S ACHE'R , por su parte, realiza una pri-
El macizo paleozoico de Montalbán mera división de los materiales aflorantes, en-
conskituye el núcleo de una estructura anticli- tre los que señala una serie flyschoide y el
nal de dirección NO-SE y aparece alineado, hallazgo de la siguiente flora: Lepidodendron
aunque no en continuidad de afloramiento, sp., Stigmaria sp., Calamites sp., Sphenophy-
con los paleozoicos más antiguos de Calata- llum sp. habitu, S. Tenerrimum E T T I N G S -
yud, El Frasno, Paniza y Nogueras, junto con H A U S E N y Trigonocarpus sp. con los que da-
los cuales constituye el armazón hercínico de ta estos materiales entre el Viseense y Namu-
la Rama Aragonesa de la Cordillera Ibérica. riense inferior.
Dicho macizo está formado en su mayor Poco después, B E R G E R , K A U F M A N N y
parte por materiales carboníferos que descan- S A C H E R (1968) hacen un estudio estratigrá-
san probablemente en discordancia sobre un fico má. detallado y establecen, a partir de
Devónico que aflora únicamente en áreas res- perfiles parciales, una sucesión general cuyos
tringidas al extremo NO del macizo. E1 Carbo- términos son recogidos por R I B A , V I L L E N A
nífero es cubierto de forma discordante por y M A L D O N A D O (1971).
materiales triásicos y, localmente, por una Estos téminos, de forma esquemática, son
unidad posiblemente pérmica que M A R IN los siguientes:
(1974) ha designado como Formación Felicia-
lia. Namuro-Westphaliense:
Al NE del macizo de Montalbán, en el - Areniscas con ripples de oscilación y
sector meridional de la Depresión del Ebro, se corriente. 50 m.
encuentran los afloramientos carboníferos del - Flysch de areniscas, grauvacas y pizarras.
área de Puig Moreno, distribuidos en tres man- 180 m.
chas la mayor de las cuales apenas supera los 2 - Flysch arenoso. Más de 140 m.
Km2 de superficie. El contacto del Carbonífe- Viseense:
ro con el Terciario de la Depresión es, en oca- - Areniscas pardas. 40 m.
siones, de tipo tectónico, según fracturas de - Cuarcitas tableadas ("plattenquarzite").
alineación ONO-ESE. 1 5 m.
- Flysch calcáreo superior.
111.2.2.2 ANTECEDENTES
- Cuarcita intermedia
Macizo de Montalbán ("grenzquarzite" 1 5 m)
L os primeros estudios sobre el Paleozoi- - Flysch calcáreo inferior. '
co de Montalbán se remontan a la segunda - Pizarras y grauvacas. 250 m.
- Complejo de liditas, grauvacas y pizarras. descritos en Montalhán, los atribuye al Devó-
Más de 50 m. nico según los datcmsde que se disponía en
aquella fecha. G R o SS (1966) por idéntico
Yucente: Pizarras y areniscas del Devónico. motivo, los sitúa ya en el Carbonífero infe-
B E R G E R et al. (op. cit.) interpretando rior. Recientemente CA R L S (in lit.) ha encon-
estos materiales como una sedimentación en trado en estos mate~ialesStreptognatodus cf.
cuenca geosinclinal, ponen de manifiesto la no iateralis H I G G I N S & DOUCKAERT, 1968,
existencia durante el Carbonífero del "Macizo que parece indicar una edad Namuriense.
del Ebro", elemento paleogeográfico funda-
mental postulado hasta ese momento. 111.2.2.3 ESTRATIGR.4FIA LOCAL
Posteriormente, M A R I N (1974) realiza En sus recientes trabajos Q U A R C H (op.
una primera cartografía del macizo de Mental- cit.) proporciona lo:; siguientes datos estrati-
bán separando los materiales devónicos de los gráficos para el de ~ ~ ~ t ~ l b á ~ :
carboníferos y da ciertas precisiones sobre el
magmatismo relacionado con estos últimos. 111.2.2.3.1 Litoestrat igrafia
En 1977 A L M E L A et al. y M A R T I N et La serie estratigráfica presente en Mon-
al., en las memorias de 1% ~~j~~ d e MAGNA~ talbán consta de las siguientes unidades (véase
de Oliete y Segura de los Baños respectiva- Fig. 111.6).
mente, modifican los límites cartográficos da- - Fornlación* Segura (200-250 m )
dos por M A R I N (op. cit.) y aportan nuevos Conjunto de areniscas compactas, arenis-
hallazgos de flora: Eusigillaria sp., Calamites cas silíceas, cuarcitns y escasas arcillas, con
cistii B R O N G y C. suckowi B R O N G que atri- restos vegetales. Hac:.a techo, brechas lidíticas.
buyen al Westphaliense. Constituye la unidad inferior de la suce-
Finalmente, desde el punto de vista es- sión carbonífera, probablemente discordante
tratigráfico y cartográfico, hemos de reseñar sobre los materiales tlevónicos.
el trabajo de Q U A R C H (1975) que, en un de-
tallado estudio de estos materiales y gracias al - Formación La Hoz (400-450 m )
hallazgo de una fauna de Goniatites, establece En aparente continuidad con la forma-
una edad Namuriense A a Westphaliense para ción Segura, viene un conjunto eminentemen-
el conjunto carbonífero, al tiempo que dife- te pizarroso en el que, de techo a muro, se
rencia un conjunto de formaciones dentro de diferencian cuatro tramos:
la serie carbonífera general. d ) Tramo superior. Dominantemente ar-
Los trabajos reseñados han perseguido, cilloso con esporádic:as intercalaciones de are-
ante todo, objetivos estratigráficos y la tectó- niscas calcáreas. 120-130 metros.
nica del macizo, de gran complejidad, no se c) Tramo medio superior. Alternancia
conoce más allá de sus rasgos generales. pizarras y areniscas con frecuentes intercala-
Los aspectos sedimentológicos del con- ciones cong1omerátic:as. 150 metros.
junto de la sucesión han sido tratados de for- b) Tramo med:io i.nferior. Alternancia de
ma general por S A C H E R y B E R G E R et d. pizarras, margas y delgadas intercalaciones
(ops. cits.). V I L L E N A et al. (1979) han reali- areno-limosas. 80 metros.
zado un análisis sedimentológico más profun- a) Tramo basal. Constituido por pizarras
do sobre los niveles flyschoides que aquellos arenosas alternando con delgados niveles are-
autores incluyen en el Carbonífero inferior. noso-cuarcíticos. 110 metros.
- Formación Armili'as (más de 150 m )
Puig Moreno Alternancia cíclica de calcarenitas y
La primera reseña sobre estos aflora- grauvacas cálcicas laminadas, de color pardo-
mientos se debe a L O T Z E (1929). H A H N E amarillento, con pixarras arcillosas. Hacia la
(1930), por comparación con los materiales párte media, en el sector suroeste, presenta

* Hemos traducido el termino germa1.u "Schichten" por formación.

198
te) de 10-20 m de espesor y otro superior de
areniscas pardas en bancos de 1 metro o más
y niveles de pizarras arcillosas, afectadas por
slumps.
w
a - Formación Montalbán (70-90 m )
Constituye el "Tlysch arenoso" de B E R -
i GER et al. (op. cit.) y consiste en una ritmita
de areniscas y pizarras.
De acuerdo con Q U A R C H , no se puede
descartar la posibilidad de que esta unidad re-
- presente un cambio lateral de facies de los
fM
MONTALBAN términos basales de la Formación Torre.
FM - Formación Torre (400-450 m pot. máx.
PENAIROVAS
-
VI
aproximada)
5 Alternancia de areniscas compactas en
i bancos potentes, conteniendo algo de feldes-
2

i
patos y biotita, con cuarcitas y pizarras limo-
sas de tonos claros con niveles ricos en restos
S? R.ini l."It,. vegetales, que esquemáticamente forman tres
Goniotit.~
conjuntos constituidos por areniscas y piza-
Slumpi
rras con un "complejo areniscoso" a techo de
EaO
P i i o i r a i ercillosoi y limosor
cada uno de ellos.

"- P i r a r r o i negras ,
111.2.2.3.2 Contenido paleontológico y edad
S Q Ar.noi orcdiicai con irtro?ificoci&nc.ur.ada
Las diferentes unidades antes menciona-
m Areniscas calcdi.os
das presentan un contenido biológico (restos
- lzl Amni*cas con ripp1.i d. orciloci6n
vegetales o fauna) muy heterogéneo de unas al
E3 Ar.nircoi con hu.llos de muro otras lo que hace que la significación cronoes-
2 1,,,1 Contos IidÍticos tratigráfica de cada una de estas unidades sea
! m cuorcit..
muy diferente, como resumimos a continua-

:
8
Z
E
a C o n l ~ b m n o druorchico
~ con rontos colcdrnrs
ción.

- Formación Segura:
P
Contiene restos vegetales, habiéndose
Fig. 111.6.- Perfil tipo de Montalbán, basado en datos de
gentificado en sus niveles basales la existencia
QUARCH (1975). de Trigonocarpus sp., lo que permite datarla
como Carbonífero, sin mayor precisión.
una intercalación de 1 0 m de cuarcitas (Cuar- Por sus relaciones con la Formación La
citas de Valdelaguna). Localmente, esta uni- Hoz, su edad podrá estar comprendida entre
dad se inicia mediante un nivel cuarcítico con la parte alta del Carbonífero inferior y la base
cantos redondeados de calizas del Devónico y del Carbonífero superior.
del Carbonífero inferior terminal.
- Formación Peñarroyas (60 m ) - Formación La Hoz
Esta unidad se inicia tras la rápida inte- Se han encontrado en ella restos de plan-
rrupción de la sedimentación cíclica con ele- tas y crinoideos así como una importante fau-
mentos calcáreos que caracteriza la formación na de Goniatites cuya distribución en la uni-
anterior. dad se muestra en la Tabla 1.
Está constituida por dos términos, uno Según esas determinaciones la Forma-
inferior de cuarcitas tableadas (Plattenquarzi- ción La Hoz se depositó en un intervaló cro-
Fm. La Hoz
Goniatites a b c d
Goniatitina fam., gen. et sp. indet. - -
Agastrioceras ? sp. -
Gastrioceras ? sp.
? Gastrioceras cumbriense B I S A T 1924. -
Hudsonocems? sp. -
Hudsonoceras cf. ornatum ( C R I C K & F O O R D 1897) ---
Reticuloceras? sp. -
Reticuloceras sp. - ---
Reticuloceras todmordenense B I S A T & H U D SO N 1943 -
Reticuloceras gulincki BO U C K A E R T 1960
Reticuloceras cf. circumplicatile F O O R D 1903 -
Reticuloceras cf. umbilicatum B I S A T & H U D S O N 1943 -
Reticuloceras cf. compressum B I S A T & H U D S O N 1943 -
Homoceratoides sp. -
Homoceratoides prereticulatus B I S A T -
Homoceras? sp. -
? Homoceras smithi -
Proshumardites sp.
Proshumardites cf. karpinskii R A U Z - T C H E R N . 1928 ---
Proshumardites cf. dejepinei S C H I N D E W O L F 1939 -- -
Tabla 1.- Distribución de la fauna de Goniatites en los tramos diferenciado$en la Formación La Hoz, elaborada a partir de los
datos de QUARCH (1975).

noestratigráfico que abarcará la parte superior Según lo que venimos exponiendo, no


del Namuriense A, el Namuriense B y el Na- existe concordancia entre la cronoestratigrafía
muriense C. del Carbonífero propuesta en el trabajo de
B E R G E R et al. (1968) y la del trabajo más
- Formación Armillas moderno de Q U A R C H (1975), si bien ambos
No se han encontrado restos fósiles, sal- estudian la sucesión estratigráfica total de este
vo la microfauna existente en los cantos de los sistema en Montalbán, desde sus niveles más
niveles conglomeráticos y que por tanto care- bajos apoyados sobre el Devónico a los más
ce de valor estratigráfico para esta unidad. altos, subyacentes al Trías. Por el contrario,
pensamos que los datos litoestratigráficos po-
- Formación Torre seen una correspondencia muy clara en mu-
Un estudio ulterior de la flora recogida chos Casos, por 10 que e~timamosconveniente
por B E R G E R et al. (op. cit.) en materiales intentar establecer aquí esta relación en forma
correspondientes a esta formación ha permiti- de cuadro:
do a Q U A R c H (op. cit.) asignar dichos restos Con respecto al área de Puig Moreno y,
al intervalo Namuriense A superior-westpha- en concreto, en una serie levantada en el Ce-
liense A inferior. Teniendo en cuenta la situa- rro de Pie Mediano, G R O S S (1966) describe
ción de la Formación Torre con respecto al una sucesión de unos 175 m constituida esen-
techo de la Formación La Hoz y la datación cialmente por pizarras con niveles de arenis-
previa de ésta, Q U A R C H supone que la base cas, calcarenitas, grauvacas y cuarcitas, gene-
de la Formación Torre podría representar el ralmente en lechos delgados. Estos niveles de-
Westphaliense más bajo. tríticos más groseros tienden a agruparse hacia
BERGER et al. 1968 QUARCH 1975
'
Areniscas con ripples de oscilación 4
' Flysch de areniscas, grauv. y pizarras
Formación TORRE 4
3:
3z 3 i Pi
%
r
??-
Flysch arenoso Fm. MONTALBAN k E
Areniscas pardas. Cuarcitas tableadas Formación PEÑARROYAS -- - ? ----
(Plattenquarzite)
3 Flysch calcáreo sup. Formación 3
z
W Grenzquarzite ? Cuarcita Valdelaguna S
E ., 3E
Flysch calcáreo inf. ARMILLAS
Pizarras y grauvacas Formación LA HOZ 4
z
Complejo de liditas, grauvacas Formación SEGURA - - - 3 ----
y pizarras
1

la parte central de la sucesión. el caso hipotético de que se superpusieran en


- Por semejanza de facies estos materiales una sucesión. Finalmente. la serie de Henare-
podrían corresponderse con términos de la jos representa los términos más altos datados
Formación La Hoz antes descrita, lo que esta- (Stephaniense B, según FONOLLA et al., 1974).
ría en concordancia con la edad Namuriense De acuerdo con ello, la sucesión total pa-
que C A R LS (in lit.) propone para Puig More- ra la Cordillera Ibérica abarcaría, a reserva de
no a raíz del hallazgo del Streptognathodus c.f. futuras dataciones, un intervalo Comprendido
hteralis H I G G N S & BOUCKAERT, 1968. desde el Namuriense A, o quizá lo más alto
del Viseense, al Stephaniense B, con dos posi-
bles hiatos estratigráficos de difícil evalua-
ción: uno para gran parte del Westphaliense A
111.3 CORRELACION ESTRATIGRAFICA
y B y otro para el Stephaniense A y parte del
B.
A la vista de los datos 'eitratigráficos
anteriormente expuestos queda patente que
no es posible establecer correlacion alguna en-
tre los diferentes afloramientos existentes en 111.4 SINTESTS ESTRATIGRAFICA Y PA-
la Cordillera Ibérica, ya que los datos paleon- LEOGEOGRAFIA
tológicos disponibles muestran que las series
presentes en cada área no tienen ningún nivel Los macizos paleozoicos de la Cordillera
bioestratigráfico correlacionable, y que los in- Ibérica vienen siendo situados, a partir de los
tervalos estratigráficos que representan, en trabajos de L O T Z E (1945), como parte inte-
principio, no ofrecen ningún extremo de sola- grante de la Zona Asturoccidental-Leonesa del
pamiento común para varios de ellos. Macizo Hespérico, manteniéndose esta situa-
Lo que queda claro es que los términos ción desde el Cámbrico inferior hasta el Devó-
más inferiores del conjunto carbonífero co- nico medio al menos (CARLS, in lit.).
rresponden a la sucesión de Montalbán, la El segmento de la Zo,na Asturoccidental-
cual, aparte su datación, está afectada por un Leonesa corespondiente a la Cordillera Ibérica
intenso diastrofismo. fue, durante este tiempo, una cuenca sedimen-
El Carbonífero de la Demanda, que le taria limitada al NE por un área elevada que
sucede en cuanto a edad, es de neto carácter R I T C H E R y T E I C H M U L L E R (1933) denomi-
postectónico por lo que cabe pensar que des- nan "Macizo del Ebro". Tal macizo, que pudo
cansaría discordante sobre el de Montalbán en ser un conjunto de bloques de juego m-ás o
menos independiente, se evidencia como área nífero de Montalbán. Por otro lado, V ILL E N A
fuente de materiales que van a depositarse en et al. (1979) interpretan los términos del
las cuencas Asturoccidental-Leoriesa y Pirenai- flysch calcáreo de los autores alemanes como
ca. De acuerdo con C A R L S la tendencia al correspondieiltes a una sedimentación progra-
levantamiento del Macizo del Ebro se mani- dante en dominios distales de abanicos subma-
fiesta hasta el Devónico inferior, con aportes rinos, con zonas de lóbulo e interlóbulo. Por
hacia las cuencas, y se estabiliza en el Devóni- nuestra parte, observaciones posteriores nos
co medio, produciéndose un avance transgresi- hacen pensar que otros términos como las
vo hacia el macizo. Finalmente, en el Devóni- "areniscas pardas" de la Formación Peñarro-
co superior el macizo deja de existir como tal, yas podrían corresponder, en cambio, a facies
encontrándose facies pelágicas equivalentes en turbidíticas de tipo más proximal. Los olisto-
los Pirineos y en la Ibérica. litos y slump acompañantes, muy frecuentes,
A partir de este momento (y en un inter- indicarían según Q U A R C H (1975) una situa-
valo que comprende al menos la casi totalidad ción de inestabilidad tectónica.
del Carbonífero inferior), tienen lugar aconte- Todo el cuadro encajaría en la etapa clá-
cimientos paleogeográficos importantes en un sica de relleno de surcos de flysch, entendido
sector de extensión indeterminada de la cuen- como tectofacies, en una evolución geosincli-
ca Asturoccidental-Leonesa, en el cual se si- nal.
tuaría el área de Montalbán. Sin embargo, el resto de los términos de
En efecto, en este macizo los primeros la serie por encima y por debajo de tales nive-
depósitos carboníferos son, según las datacio- les de flysch puede conducir a matizar tal si-
nes actuales, Viseense superior como más anti- tuación. En efecto, la formación más baja de
guos. Existe pues una laguna que comprende, este Carbonífero (Formación Segura) así co-
como mínimo, casi todo el Carbonífero infe- mo la más alta (Formación Torre) nos pare-
rior. Sin embargo, en determinadas estructu- cen, a reserva de un estudio sedimentológico
ras la base del Carbonífero se apoya sobre detallado, el resultado de una sedimentación
términos del Devónico inferior, calculando en ambientes más someros, tal vez dominados
C A R LS (op. cit.) en estos casos un desmante- por una dinámica de oleaje.
larniento de casi 2.000 m de serie. Ahora bien, A la Formación Segura sucede la Forma-
no existe evidencia directa, ni a escala de aflo- ción La Hoz, de carácter más profundo, con-
ramiento ni a escala cartográfica, de discor- teniendo fauna pelágica pero también restos
dancia entre el Devónico y el Carbonífero. Se vegetales y fragmentos de Cnnoideos e inclu-
puede pensar, por tanto, que en algún mo- yendo depósitos turbidíticos. La Formación
mento del Carbonífero inferior la Cordillera Armillas, compuesta por turbiditas y con fre-
Ibérica sufre movimientos tectónicos que de- cuentes deslizamientos contiene clastos de
terminan una intensa fracturación, con el con- edad Devónico inferior a Carbonífero inferior
siguiente juego vertical de bloques. alto.
Por otra parte, las direcciones de aportes P o r último, señalaremos que, según
que se miden en el Carbonífero de Montalbán Q U A R C H (op. cit.) la Formación Montalbán
tienen procedencia principalmente S y SE, y (flysch arenoso) puede ser un paso lateral de
los olistolitos y slumps que afectan a los tér- la Formación Torre, como ya hemos dicho
minos turbidíticos de la serie evidencian la probablemente de carácter más somero.
existencia de un talud en la misma dirección. A tenor de estos aspectos sedimentológi-
Así pues, el surco sedimentario se ha desplaza- cos generales creemos que la serie de Montal-
do hacia el N respecto de épocas anteriores, bán también podría interpretarse en relación
pasando a ocupar áreas del antiguo Macizo del con la deposición en aparatos sedimentarios
Ebro. que incluyesen, además de dominios turbidíti-
Este hecho ya fue puesto de manifiesto cos, otros de carácter más somero (Fig. 111.7).
por B E R G E R et al. (1968), los cuales postu- Así, las formaciones La Hoz, Armillas,
lan la existencia en el Ebro de un surco eugeo- Peñarroyas, Montalbán y Torre podrían repre-
sinclinal durante la sedimentación del Carbo- sentar a groso modo los términos dista1 a pro-
Devónico. 4' Niveles con cantos devdnicos.
@ Fm Segura. @ Fms Montalbdn, Peñarroyar y Armillos
@ Fm. Lo Hoz. Fm. Torre.

Fig. 111.1.- Esquema bidimensional hipotético para la sedimentación del Carbonífero de Montalbán.

ximal de un sistema progradante, desarrollándo- integra el Carbonífero de Montalbán. El 1í-


se sobre un talud de origen inicialmente tectó- mite entre ambas viene dado por un acciden-
nico. La unidad más baja de la serie, la Forma- te tectónico, la "falla de Datos", en cuyo tra-
ción Segura, podría corresponder a una plata- zado se aprecian fuertes inflexiones. En rela-
forma siliciclástica previa (Viseense superior o ción con ella alternan áreas con estilo disten-
Namuriense basal), inestable, cuya fractura- sivo y otras con estilo compresivo, dándose,
ción determina la creación de la cuenca además, manifestaciones magmáticas en forma
turbidítica Namuriense. En esta interpreta- de intrusiones ácidas. Según el autor antes ci-
ción los cantos de materiales devónicos y tado su actuación es polifásica, jugando un
carboníferos serían productos de erosión de papel importante en los movimientos vertica-
los bordes del talud que limita dicha cuenca. les que afectan al Macizo del Ebro y dan lugar
En cuanto a los clastos lidíticos, tan a la cuenca de flysch de Montalbán.
abundantes en toda la serie, podrían provenir No es muy aventurado pensar que la fdla
de materiales de Carbonífero inferior situados de Datos tenga alguna relación con los desga-
al S y SE, de facies similares a las que afloran rres tardihercíniccs a escala de placa ibérica
en la región catalana donde los niveles de lidi- que afectan a la Cordillera Ibérica. De hecho,
tas son frecuentes, y que habrían sido barri- uno de ellos, la falla de Ateca-Castellón, que
dos durante la sedimentación de las unidades según algunos autores se prolonga hasta la re-
de Montalbán. gión Cantábrica y denominan falla de Venta-
Ahora bien, debemos poner de manifies- niella, se sitúa en relación al macizo de Mon-
to que la falta de un conocimiento detallado talbán en una posición semejante a la falla de
de la evolución lateral y vertical de las unida- Datos.
des de Montalbán impiden dar por el momen- E n la región Cantábrica, R E A D I N G
to una interpretación segura, al tiempo que la (1975) interpreta una compleja etapa de crea-
existencia de probables discontinuidades o ción de cuencas-deformación que se inicia a
rupturas sedimentarias en la serie está por partir del Namuriense C como debida a la acti-
comprobar. vidad de un sistema de desgarres. Uno de estos
C A R L S (op. cit.) separa el Paieozoico de accidentes, la "Línea de Cardaño" podría te-
la Rama Aragonesa de la Cordillera Ibérica en ner un paralelismo en su trazado con el desga-
dos unidades tectónicas: unidad de Badules al rre tardihercínico de Ventaniella antes citado,
SO y unidad de Herrera al NE en la que se o lo que podría ser lo mismo, con la falla de
Ateca-Castellón. epirogénicos (Fig. 111.8).
A partir de todo ello podríamos plantear Finalmente, en cuanto al Carbonífero de
como hipótesis que, tal como sucede en la las minas de Henarejos, no disponemos de da-
Cantábrica, las sucesivas etapas de deforma- tos que nos permitan establecer un verdadero
ción y creación de cuencas que se registran en significado paleogeográfico en el contexto re-
la Cordillera Ibérica hayan tenido su origen en gional, aunque por sus características faciales
la actuación de un sistema de desgarres del se puede pensar que se depositaría en un am-
que la alineación de Cardaño y la falla de Da- biente sedimentario quizá semejante al del
tos formaron parte. Carbonífero de la Demanda.
Los sucesivos acontecimientos paleogeo-
gráficos que hemos relatado hasta ahora: mo-
vimientos verticales del Macizo del Ebro du-
rante el Devónico, deformación pre-Namu- 111.5 VULCANISMO Y DEPOSITOS MINE-
riense del sector aragonés de la cuenca de RALES
Montalbán con potente sedimentación turbi-
dítica y plegamiento post-Westfaliense de la Sólo en el macizo de Montalbán se ha
misma, a los que habría que sumar algo más señalado la presencia de rocas ígneas en rela-
tarde la distensión pérmica con manifestacio- ción con los materiales carboníferos.
nes ígeneas, podrían, en tal esquema, ser el De hecho, los diferentes autores que se
resultado de fases alternantes de transtensión han ocupado del Carbonífero de esta región
y transpresión sobre una misma área. han hecho notar la presencia de estos materia-
Con independencia de los resultados que les en relación con los sedimentos de facies
arrojase una investigación sobre esta hipótesis, culm allí presentes, siendo M A R I N (1974) el
es un hecho objetivo que en algún momento que mayor atención les dedica.
posterior al Westfaliense A la Cordillera Ibéri- Según este autor se trata de un magma-
ca se pliega intensamente. El Carbonífero de tismo de carácter esencialmente ácido, en el
Montalbán aparece hoy fuertemente replega- que predominan los sills sobre las manifesta-
do y fracturado con vergencia hacia el SO, ciones filonianas transversas, y que petrográfi-
con fallas inversas que determinan la lamina- camente presenta un espectro que va desde
ción de grandes espesores de la serie. No hay sienitas calcoalcalinas (monzonitas) hasta to-
después términos superiores del Cai-bonífero, bas ignimbríticas endurecidas. En cuanto a los
por lo que el área de Montalbán debió quedar sills se han señalado de naturaleza riolítica,
constituida como un alto permanente hasta microgranítica y cuarzodiorítica, mientas que
finales del Pérmico o Trías inferior. los diques corresponden por su composición a
En la Sierra de la Demanda, por el Con- monzonitas y tobas ignimbríticas. La edad de
trario, se inicia ahora la sedimentación carbo- esta magmatisnio es, con certeza, post narnu-
nífera, con sus primeros términos datados co- riense-pre Buntsandstein, siendo por tanto ad-
mo Westfaliense B superior o C inferior. Dis- misible una edad pérmica como se ha propues-
cordante sobre materiales cambro-ordovíci- to para otros puntos de la Ibérica, lo que esta-
cos, tanto sus rasgos tectónicos como su ca- ría de acuerdo con la fase magmática de la
rácter molásico llevan a C O L C H E N (1974) a misma edad clásica en Europa.
considerarla como posterior a la fase principal En cuanto a los depósitos minerales, se
hercínica que pliega el conjunto de la Cordi- puede señalar como de mayor interés las ex-
llera Ibérica. Según dicho autor la sedimenta- plotaciones de hulla en relación con los nive-
ción tiene lugar en cuencas situadas al NO y O les carbonosos, de origen transportado según
de la actual Sierra de la Demanda, próximas a C O L C H E N , del Westphaliense de la Sierra de
relieves emergidos que las alimentan desde el la Demanda. En dicha área han existido gran
S y SE. En tales cuencas diferencia áreas del- cantidad de minas en cada una de las cuencas
taicas y de plataforma de extensión variable . de Pineda de la Sierra, Valmala-Alarcia, Villa-
en función de momentáneos rejuvenecimien- sur de Herreros, Urriz y San Adrián de Jua-
tos del relieve consecuentes a movimientos rros, siendo las más importantes las de esta
última, donde hasta 1970 ha existido una mi- bón hasta 1960.
na en explotación. En el Paleozoico de Montalbán hay seña-
También el Carbonífero de Henarejos ha lada la existencia en diferentes puntos de filo-
sido objeto de pequeñas explotaciones de car- nes de siderita, galena, baritina y cuarzo.

ES E ONO

ONO

I
ONO

ONO
ESE A B C D E

Fig. 111.8.- Evolución paleogeográfica del Carbonifero de la Demanda. segun COLCHEN (1971).
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IV LAS CUENCAS CARBONIFERAS DEL SECTOR CENTRAL DE LA
CORDILLERA IBERICA (HENAREJOS Y MONTALBAN)

B. Meléndez; J. Talens; F. Fono116 y C. Alvarez Ramis

Departamento de Paleontología. Universidad Complutense


IV LAS CUENCAS CARBONIFERAS DE HENAREJOS (CUENCA)
Y MONTALBAN (TERUEL)

IV.l LA CUENCA CARBONIFERA DE HE-


NAREJOS (CUENCA)

IV.1 .l SITüACION GEOGRAFICA


La pequeña Cuenca Carbonífera de He-
narejos está situada en la parte sur de la pro-
vincia de Cuenca, a unos 1 2 Km al Norte de la
localidad de Mira y a 5,5 Km del pueblo de
Narboneta, desde donde tiene acceso por una
pista que servía para transportar en camiones
el carbón, cuando se explotaba la mina allí
existente, que actualmente está abandonada.
El pueblo de Henarejos, de donde toma
nombre la mina de carbón, queda más al Nor-
te, a unos 8 Km, pero no hay acceso directo
desde esta localidad a la mina.
El afloramiento carbonífero, ocupa una
extensión de algo menos de un Km2 y tiene
forma alargada de Norte a Sur, con una an-
chura media de 400 m, sobre la ladera oriental
de un barranco, por donde corre el Arroyo de
las Minas, subafluente del río Henares que, a
su vez, es tributario del río Cabriel, habiendo
quedado al descubierto, precisamente, como 1 ;. .. . . . .
. .. ESCALA 1 : 4 0 0 . 0 0 0
consecuencia de la erosión y encajamiento de L E Y E N D A
dicho arroyo, en los conglomerados y arenis- 0
_ Trn>ARlo
0
m
T R I M I ~'UNTER'
cas permo-triásicas, que se extienden en super-
ficie por toda la región. CRNIC0,JURASlCO CUBONIFLRO

El Carbonífero aflora discordante sobre


un basamento de pizarras y cuarcitas silúricas,
m KEUPERIMUSCHELULK m SILURICO

que afloran ampliamente erosionadas en el Fig. IV.l


fondo del barranco, quedando recubierto por
conglomerados y areniscas discordantes sobre vinci-a de Cuenca, publicada en el año 1875,
el Carbonífero, de edad perno-triásica, en fa- menciona la referida cuenca, donde aflora una
cies "Bunter". capa de carbón, y menciona restos fósiles de
Calamites y de Pecopteris. Un estudio más de-
tallado de esta cuenca, por el mismo C O R T A -
IV. 1.2 ANTECEDENTES HISTORICOS Z A R , se publicó en 1883 en el Boletín del
Las primeras referencias a la cuenca car- Mapa Geológico, donde presenta un corte geo-
bonífera de Henarejos, se deben a C O R T A - lógico de los afloramientos y da una lista con
Z A R , que en su Memoria Geológica de la pro- 5 especies de plantas fósiles: Pecopteris milto-
ni, Neuropteris acutifolia, Calam ites cannae-
forrnis, Calamites suckowi y Calamocladus
longifolius, llegando a la conclusión de que se
'. En opinión del Prof. JONGMANS, se tra-
indudablemente de una flora típieamente
stephaniense, que probalemente corresponde-
trata de Carbonífero medio, es decir, Westfa- ría al Stephaniense B.
liense. Esto, unido a los datos obtenidos por
A finales del siglo pasado, en 1898, M A - nuestra cuenta, nos hace pensar, que la clasifi-
L L A D A en su Explicación del Mapa Geológi- cación de los ejemplares inicialmente estudia-
co de España, recoge los mismos datos aporta- dos por C O R T A Z A R el siglo pasado, no fue
dos por C O R T A Z A R , sin añadir nada nuevo correcta.
sobre la Cuenca de Henarejos, y aunque la Ultimamente, con motivo del estudio de
capa de carbón de metro y medio de espesor, la Hoja núm. 665 correspondiente a Mira,
había sido explotada intensamente desde en- dentro del Plan MAGNA del Mapa Geológico
tonces, no se realizaron estudios geológicos a escala 1:50.000, editado por el IGME, los
que diesen ocasión a nuevas publicaciones has- Drs. F. FONOLLA y J. TALEN8 han hecho
ta el año 1941, en que R U I Z F A L O y M A - un estudio más detallado de la Cuenca de He-
DA RI AG A publicaron nuevos datos geológi- narejos, indicando que el Carbonífero está dis-
cos sobre el Carbonífero de Henarejos, inclu- cordante sobre el Silúrico y que se trata de
yendo una lista de fósiles vegetales, en la que una cuenca límnica, en la que aparecen varios
a las cinco especies citadas por C O R T A Z A R ciclotemas sedimentarios sucesivos, cuya edad
añaden Alethopteris aquilina y especies indeter- geológica corresponde al Stephaniense B alto.
minadas de Pecopteris, Sigillaria y Lepidoden-
dron. Los autores sacan la conclusión de que
la edad de la referida Cuenca debe ser Stepha- IV. 1.3 ESTRATIGRAFIA LOCAL
niense, pero, ciertamente, las especies citadas La serie carbonífera forma un amplio an-
no justifican tal conclusión, pues no aportan ticlinal, orientado aproximadamente en direc-
ningún dato significativo a la lista dada por ción Este-Oeste, ligeramente inflexionado ha-
CORTAZAR. Respecto a la estructura geoló- cia el WNW, con buzamientos suaves en sus'
gica, suponen que se trata del flanco oriental flancos, del orden de 30° y 35" al S y al
de un anticlinal, cuya charnela habría sido NNE. Este anticlinal aparece cortado, al Nor-
desmantelada por la erosión. te, por una falla transversal, de dirección para-
Los datos más precisos sobre la edad geo- lela a su eje, y por otra falla perpendicular a la
lógica de la Cuenca de Henarejos fueron publi- anterior, en dirección aproximada Norte-Sur.
cados por el Prof. W.J. JONGMANS en 1951, Toda la formación queda recubierta por
resultado del estudio llevado a cabo sobre conglomerados y areniscas gruesas, discordan-
ejemplares procedentes de un sondeo perfora- tes sobre el Carbonífero, de estratificación ca-
do en esta cuenca por la Empresa Nacional si horizontal, cuya edad geológica correspon-
Adaro. El sondeo atravesó tres niveles con flo- de al Permo--rías en facies Bunter. En la par-
ra fósil, que contenían las siguientes especies: te inferior de esta formación, existen niveles
Neuropteris cf. planchardi intercalados de lutitas, en los que se han reali-
Pecopteris arborescens zado análisis palinológicos dando como resul-
Pecopteris cf. unita tado una asociación de esporas correspondien-
Pecop teris cf. polymorpha te al Pérmico.
Pecopteridium devillei La serie estratigráfica del Carbonífero se
Odontopteris genuina inicia con un potente conglomerado poligéni-
Annularia stellata co formado por cantos rodados de tamaño
Equisetites zeaeformis muy variable, hasta de 20 cm de diámetro,
Sphenophyllum oblongifolium que forma la base de la formación. Esta tiene
Cordaites lingulatus - un marcado carácter continental, y en ella se
Otros ejemplares procedentes del techo pueden distinguir varios tramos sucesivos, ca-
de la capa de carbón, añadieron a esta lista la da uno con un conglomerado en su base, que
especie Alethopteris costei. constituyen ciclos de sedimentación o ciclote-
PERMO-TRIAS
4
.-,

'
1 -Conglomerado carbonifsro 7 -Areniscas y pizarras con areniscas ferruginosas
2 - Alternancia de pizarras
y areniscas can carboneros 8.- Lutitas carbonosas- micócuas ,
3 - Conglomerada 9.- Conglomerado.
4 -Areniscas. 10.-Lutitas carbonosas- arenosas.
5.-Capa de carbdn de 1.60 m. 1 l.-Conglomerado.
6-Arenisca: y pizarras arenosas con carboneros. 12.-Pizarras carbonosas.

Fig. IV.2

mas, en cada uno de los cuales se ha formado tablecer para esta cuenca, una secuencia estra-
una capa de carbón, aunque sólo está bien tigráfica más completa, ya que no es posible
desarrollada una, que ha sido objeto de explo- establecerla en un corte único, debido a la
tación; las demás son simples "carboneros" o existencia de tramos completamente recubier-
lutitas carbonosas, aunque en muchos casos tos por derrubios.
están asociados con niveles que contienen La cuenca carbonífera de Henarejos es
plantas fósiles, como de hecho ocurre en las de tipo límnico y se formó en una laguna inte-
localidades HE-4, HE-19 y HE-39, de donde rior, probablemente en una región que en
procede la flora fósil estudiada. aquella época tenía un relieve acusado, como
El último ciclo de sedimentación, que lo demuestra el carácter detrítico grueso de
corresponde a la parte más moderna de la se- los conglomerados que forman la base de cada
rie estratigráfica, está desigualmente desarro- ciclo sedimentario, lo cual supone la existen-
llado en distintas localidades, pudiendo que- cia de corrientes de alta energía, casi de carác-
dar reducido a unos pocos metros de sedimen- ter torrencial, en épocas de erosión muy acen-
tos, que inmediatamente quedan cubiertos tuada, separadas por otras épocas en las que
por el conglomerado de la base del Permo- las condiciones de sedimentación en la laguna
Trías, lo cual parece indicar la presencia de eran más tranquilas, depositándose arenas fi-
una fase erosiva, a finales del Carbonífero, nas y hasta lutitas, en ciclos sucesivos.
que podría explicar el hecho de que falten los La vegetación debía ser abundante en
niveles más altos del Stephaniense. los contornos de la laguna, a juzgar por los
Para el estudio estratigráfico detallado, numerosos tramos carbonosos que aparecen
se han realizado dos cortes, uno localizado intercalados en todos los ciclos de sedimenta-
precisamente sobre la bocamina que sirvió pa- ción, aunque sólo en un caso la biomasa acu-
ra la extracción del carbón, y otro en una mulada, fue suficiente para formar una capa
localidad prógima, al Norte de la anterior, en de carbón explotable, cuyo espesor medio vie-
la que se han integrado datos de otras locali- ne a ser de 1,60 metros.
dades próximas, todo lo cual ha permitido es- Existen tramos ferruginosos y paleosue-
LOCALIDADES

T m
E S T E F A N I E N S E

B . medio B B-c SERIE


alto
- $D 0'
C A R B O N I F E R O 2 SISTEMA 2
C O L U M N A ESTRATIGRAFICA REPRESENTATIVA DEL C A R B O N I F E R O DE H E N A R E J O S (Continuación)

Fig. IV.3
los, que corresponden a una sedimentación arborescens, que es común a todo el Stepha-
muy somera o a la desecación completa de la niense y que, al menos, no contradice la edad
laguna, por lo menos localmente. asignada a la cuenca, en función de las floras
halladas en otras localidades.
N . 1.4 ESTUDIO PALEONTOLOGICO
N.1.4.2 ANALISIS PALINOLOGICOS
IV.1.4.1 ESTUDIO DE LA MACROFLORA Se ha realizado el estudio palinológico de
cuatro muestras, tomadas en las localidades
Se ha recogido flora fósil en cuatro loca-
HE-19, HE-26 y HE-39, de donde proceden
lidades distintas, que corresponden a niveles
las asociaciones de flora fósil estudiadas, más
estratigráficos sucesivos: HE-4, HE-19, HE-26
otra muestra procedente del mismo carbón de
y HE-39 en los que el material recogido ha
la capa explotada, que a pesar de su carácter
permitido una clasificación adecuada. Espe-
antracitoso, contiene aún suficientes volátiles
cialmente abundante es la flora procedente de para permitir un análisis de este tipo. El estu-
la localidad HE-26, que corresponde al techo dio ha sido realizado por el Dr. FONOLLA, y
de la capa de carbón explotada. Parte del ma- los resultados, muy coherentes entre sí, han
terial procedente de esta localidad, fue recogi- dado, principalmente para la capa de carbón,
do por el Prof. JONGMANS en 1955, en una donde la asociación de esporas es más nume-
época en la que todavía estaba la mina en rosa, una edad que correspondeal Stephanien-
explotación, lo cual permitió obtener una nu- se medio-alto, lo cual concuerda perfectamen-
merosa colección de ejemplares que, sin em- te con el resultado del estudio de la flora fósil.
bargo, no llegó a ser publicada, por el falleci-
miento del Prof. JONGM ANS acaecido pocos IV. 1.4.3 APRECIACION DE CONJUNTO
años después, a pesar de lo cual se han incor-
porado a los recogidos posteriormente y han Queda fuera de dudas, que la edad geoló-
sido tenidos en cuenta en el presente estudio. gica de la Cuenca Carbonífera de Henarejos,
La flora recogida en la localidad HE-4 es corresponde al Stephaniense B-C, porque a ello
la más baja de la serie estratigráfica. Se carac- apunta claramente el conjunto de la flora re-
teriza por la abundancia de Neuropterídeas, cogida en todos los yacimientos.
que parecen indicar una transición del Westfa- Por otra parte, las asociaciones de espo-
liense al Stephaniense, e incluso un Stephanien- ras nos confirman que la mayor parte de la
se A; es pues un nivel muy notable dentro de serie corresponde al Stephaniense B medio en
la serie estratigráfica local. transición al B alto.
La flora recogida en la localidad HE-26,
que corresponde al techo de la capa de carbón N.1 .S TECTONICA
explotada, es la más abundante; parte de los La estructura de la zona comprendida en
ejemplares proceden de la escombrera, y llama este estudio, viene condicionada por el com-
la atención un neto predominio de los Pecop- portamiento de la litología frente a los esfuer-
teris, correspondiendo, estratigráficamente, al zos tectónicos ejercidos en las orogenias hercí-
Stephaniense B-C. La presencia de Callipteri- nica (paleozoica) y alpina (mesozoico-tercia-
dium pseudogigas, que corresponde a niveles ria).
inferiores, dentro del Stephaniense B, se puede El Paleozoico y el Permo-Trías (en facies
considerar como una reliquia, al estar asocia- Bunter), están formados por materiales rígi-
do a los Pecopteris de edad más moderna. dos, que reaccionan frente a los esfuerzos tec-
La localidad HE-19 ha suministrado una tónicos originando "horsts" y fosas tectónicas
flora no muy numerosa, con escasez de hele- de formas y tamaños muy diversos e irregula-
chos, por lo cual no resulta muy indicativa en res.
el contexto cronoestratigráfico de la serie. ' La orogenia hercínica, de gran intensi-
Finalmente, la localidad HE-39 ha sumi- dad, originó en el basamento paleozoico plie-
nistrado una flora muy pobre, en la que sólo gues y fallas de dirección NW-SE y NNW-SSE,
se ha podido identificar la especie Pecopteris patentes en el afloramiento silúrico situado es-
tratigráficarnente debajo del Carbonífero, que Km de longitud, del Bunter inferior. Este anti-
quedó afectado por las fases póstumas hercí- clinal, con areniscas en los flancos y el conglo-
nicas. merado cuarcítico clástico en el centro, está
torcido con orientación N-S en su parte sep-
tentrional, NW-SE en el centro, y casi E-W en
la parte meridional. En la charnela de este an-
ticlinal, por efecto de la erosión, afloran dos
manchas paleozoicas: la septentrional con ma-
teriales ordovícicos, silúricos y devónicos, que
queda fuera del área estudiada, y la meridio-
nal con pizarras y cuarcitas silúricas (Wen-
lock) cubiertas por el Carbonífero (Stepha-
niense) discordante.
El Carbonífero corresponde a una cuen-
ca límnica, en la que se marcan varios ciclos
de sedimentación, que señalan las sacudidas
epirogénicas del zócalo continental. Los con-
glomerados heterométricos y poco rodados
con que se inicia cada ciclo, señalan además,
elevaciones de cierta rapidez y extensión verti-
cal, que originó etapas de intensa erosión en
las montañas circundantes.
El afloramiento silúrico-carbonífero está
limitado a occidente por una importante falla
de distensión, de dirección NE-SW.
La fase saáiica final de la orogenia herci-
niana, se manifiesta en la zona por la deposi-
ción de la enorme masa de conglomerados de
la base del Bunter, que limita el afloramiento
paleozoico por todas partes.
O 200 400 600 800 10M)rn

LEYENDA
Silurico superior
W.nhck ?
0 ~ermo-Triar IV.1.6 MINERIA
Carbonifero
Stephaiensc B-C ?
E cuaternario La capa de carbón de metro y medio de
espesor, contenida en la formación carbonífe-
Fig. IV.4 ra, ha sido explotada desde finales del pasado
La orogenia alpina se extiende en diver- siglo, con variable intensidad y algunas inte-
sas fases, desde el Jurásico superior hasta el rrupciones, habida cuenta de la baja calidad
Oligoceno. La fase neocimérica se manifiesta del carbón. En su última etapa, fue explotada
en los sedimentos del Permo-Trías (Bunter), por la Sociedad Portolés y Cía., que utilizaba
con pliegues de dirección E-W y WNW-ESE. el carbón extraído con destino a la fábrica de
En las fases neoalpídicas, se puede observar cemento de Buñol, próxima a Valencia, pero a
una fase de compresión, con estructuras orien- partir de 1960, se suspendió la explotación,
tadas de NW-SE y algunas secundarias NNE- quedando abandonada la mina.
SSW, WNW-ESE y E-W, que son realmente re- El estudio petrográfico del carbón, con
movilizaciones de direcciones antiguas; y des- luz reflejada, ha permitido determinar sus
pués se sucede una fase de distensión con unas componentes. El resultado medio obtenido de
direcciones completamente diferentes, de cinco muestras de carbón estudiadas es el si-
fracturas NE-SW. guiente:
El afloramiento carbonífero, se sitúa en vitrinita . . . . . . . . . 42%
la charnela de un anticlinal triásico de unos 1 0 fusinita . . . . . . . . . 10,5%
semifusinita . . . . . . 20,5% 1V.2.2 ANTECEDENTES
esclerotinita . . . . . . 6,5 % El afloramiento paleozoico de Montal-
inertita. . . . . . . . . . 1,0% bán es conocido desde mediados del siglo
micrinita . . . . . . . . 0,1% XIX, habiendo sido asignado, en su conjunto,
carboargilita . . . . . . 18,5% al Devónico por V E R N E U I L y L O R I E R E
carbopirita . . . . . . . 0,9 % (1854) y al Silúrico por , V I L A N O V A y PIE-
El análisis inmediato de las mismas cinco R A (1863) y C O R T A Z A R (1865). Más tarde,
muestras de carbón, ha dado la composición D E R E I M S (1898), vuelve a insistir en la edad
media siguiente: devónica del afloramiento, y esta misma asig-
carbono fijo . . . . . . 66,37 % nación es recogida ya en nuestro tiempo por
materias volátiles . . 11,65% L O T Z E, en su obra monumental sobre las Ca-
cenizas . . . . . . . . . . 2 1,04 % denas Montañosas Ibéricas (1929).
humedad . . . . . . . . 0,95% Curiosamente, hesta épocamuy reciente,
azufre. . . . . . . . . . . 0,23 % en 1966, no se ha reconocido la verdadera
calorías . . . . . . . . . 64,75cal. edad geológica de la mayor parte de los aflora-
de donde resulta que el carbón de Henarejos, mientos paleozoicos de Montdbán, publicán-
se puede clasificar según el criterio Grünner, dose entonces, simultánea pero independien-
como una hulla magra antracitosa, con escaso temente, los trabajos de O R I O L RIBA, V I -
poder calorífico, debido al elevado contenido L L E N A y D E S V A L L I E R E S por un lado y de
en cenizas. SACHER por otro. Los primeros encuentran
restos de Calamites y establecen una primera
sucesión estratigráfica con intercalaciones de
IV.2 EL CARBONIFERO DE MONTAL- r o c e ígneas. Por su parte, S A C H E R hace no-
BAN (TERUEL)* tar el carácter "flysch" de la serie estratigráfi-
ca, y cita numerosos restos de plantas fósiles
N.2.1 SITUACION GEOGRAFICA referidos a Lepidodendron, Stigmaria, Calami-
El afloramiento carbonífero de Montal- tes, Sphenophyllum y Trigonocarpus que, se-
gún este autor, situarían la serie en el Carbo-
bán, en la rama aragonesa de la Cordillera Ibé-
nífero inferior (Viseense-Namuriense).
rica, está situado en el NE de la provincia de
Teruel, al Norte de la localidad del mismo Algo más tarde, en 1968, el mismo S A -
nombre, y forma un afloramiento alargado en C H E R en colaboración con B E R G E R y K A -
dirección NW-SE, de unos 20 Km de longitud UFM A N N , realizan un estudio más detallado,
por 4 Km de anchura. Está rodeado por terre- estableciendo una sucesión de términos estra-
nos triásicos y por un importante afloramien- tigráficos que ya se ajustan mejor a la realidad
t o del Devónico situado al NW, cuyo contacto y que son resumidos por R IBA, V I L L E N A y
se realiza mediante un sistema de fracturas. M A L D O N A D O (1971), al estudiar la hoja de
El afloramiento carbonífero, de unos 80 Daroca d e l Mapa Geológico a escala
Km2 de extensión, está formado en su mayor 1:200.000, distinguiendo un Carbonífero in-
parte por sedimentos de facies flysch orienta- ferior de flysch calcáreo (posible'~iseense) y
dos de N 150° E a N 130° E, coronados por otro superior de flysch areniscoso, terminado
areniscas y grauvacas, en las que aparecen es- por areniscas (Namuro-Westfaliense).
casos restos flotados de plantas fósiles. En la Las citas posteriores, M A R I N (1974),
parte superior de la serie, en el borde NE, hay A L M E L A et d . , (1977), M A R T I N et d.,
un paso insensible al Pérmico que aflora en (1977), no hacen más que repetir los datos
una estrecha franja orientada de NW a SE, en aportados por S A C H E R et al., refiriendo los
el borde norte de la formación carbonífera, afloramientos carboníferos al Westfaliense,
adosada al Triásico en facies un ter,. desde la por haber encontrado restos de Calamites cis-
Hoz de la Vieja hasta Torre de las Arcas. tii BRONG. Y Caiamites suckowi BRO NG.
Finalmente, de nuevo V I L L E N A y sus
* La flora ha sido clasificada por la Dra. Alvarez Ramis. colaboradores (1979), describen con detalle
I I CUATE,RNARIO E] STEPHANIENSE ?

CRETACICO WESTFALIENSE-CARB. SUP.

. ..... ..... TRIAS-BUNTER P I


.....
NAMURIENSE

Fig. IV.5.- Afloramiento carbonífero de Montalbán.

217
C o n g l o m ~ r a d o sy a r * n i s c a ~ r a i a i .

Odontoptoris reichlana OUTD.


Sphonoptoris (armantea WLISS.

Areniscas con ripple-morks,ostrotificociÓn

RoItoo do Conitoro~.

AIt*rnoncia d o g r a u r a c a ~ , a r * n i s c a s y ton
con minú~culoacarboneros.

Flyich areniicoio.

Arenisca m a r r ó n

Cuarcita en laias ( p l a t t e n q u a r z i t ).

Flyach calc&r*o sup*rior.

C u a r c i t a '%v;o'!

Flysch calcáreo inferior,

Fig. IV.6.- Columna estratigrafica de Montalbán.

218
una sección del Carbonífero inferior de Mon- diendo asignarse, de acuerdo con los datos
talbán, poniendo de manifiesto la presencia de que actualmente tenemos, aproximadamente
hemipelagitas y turbiditas, dispuestas en una al Namuriense, al Westfaliense y al Stephanien-
sucesión de secuencias estrato y granocrecien- se, aunque en este último carecemos todavía
te, lo cual interpretan como un proceso gene- de los datos paleontológicos que confirmen
ral de progradación en la zona distal de un este extremo; pero su continuidad con los tra-
abanico submarino profundo. mos anteriores y con el tramo inmediatamen-
te superior de areniscas, en las que hemos en-
IV.2.3 ESTRATIGRAFIA LOCAL contrado restos vegetales
- determinados como
La estratigrafía local, cuyo detalle apare- pérmicos, sugiere esta asignación.
ce en la columna estratigráfica correspondien-
te, empieza con una serie inferior de 180 m de IV.2.5 TECTONICA
potencia de flysch caicáreo, que contiene res- En conjunto, el afloramiento carbonífe-
tos vegetales flotados asignados por el Dr. W. ro de Montalbán, forma un amplio anticlinal,
REMY (en S A C H E R , 1966) al Namuriense A. pero la tectónica detallada es difícil de inter-
Siguen a continuación, 1 5 m de cuarcitas ma- pretar, debido a la superposición de las oroge-
sivas en potentes bancos, que separan la serie nias hercínica y alpina, y al recubrimiento me-
flysch anterior de la que ocupa una posición sozoico.
intermedia, más areniscosa, que se desarrolla Las direcciones de los ejes de plegamien-
en unos 100 m dr potencia; el Dr. REMY clasi- t o NNE-SSW y NW-SE, hercínicas en su aspec-
fica los escasos restos vegetales encontrados t o generai, muestran una clara discordancia
por SACHER en este tramo, como pertene- con las direcciones alpinas de algunas de sus
cientes al Westfaliense. fracturas.
Sobre la serie anterior, se sitúan 55 m de El anticlinal carbonífero, tiene un núcleo
areniscas con estructuras sedimentarias, a las devónico; en conjunto presenta dirección her-
que suceden 150 m de flysch arenoso. La serie cínica, con un flanco septentrional más tendi-
estratigráfica termina con 180 m de areniscas, do y un flanco meridional más vertical e inclu-
grauvacas y esquistos, con sedimentación gra- so inverso localmente. La estructura está frac-
dada, que deben representar al Carbonífero turada en la parre NW.
superior (Stephaniense), coronadas por otros El contacto del Carbonífero con el Devó-
50 m de areniscas con ripples y estratificación nico es complejo, resultando del juego de fa-
cruzada, que han proporcionado restos vegeta- llas y bloques en una tectónica de estilo ger-
les que se pueden asignar al Pérmico. mánico, sobre una litología poco competente.
El flysch estudiado por V I L L E N A et al., Las direcciones de estas fallas son típicamente
está formado por sedimentos eugeosinclinales, hercínicas, con orientaciones NW-SE.
que comprende hemipelagitas y turbiditas
IV.2.6 MAGMATISMO
proximales a distales, en sucesión grano y es-
tratocreciente, como consecuencia de proce- La serie paleozoica está atravesada por
sos de progradación en la zona distal de un manifestaciones magmáticas de carácter ácido
abanico submarino profundo. Alternando con en su mayor parte, con dioritas cuarcíferas, y
las turbiditas, hay deslizamientos y deforma- en parte básicas con diabasas, que forman di-
ciones sinsedimentarias y sindiagenéticas de ques y filones-capa. Su edad debe ser fini-ste-
capas e incluso movimientos en bloque de phaniense, como indican RIBA (1959) y D E s -
grandes conjuntos de estratos. P A R M E T et al., (1972), que es-el caso general
en la rama castellana de la Cordillera Ibérica.
IV.2.4 SINTESIS ESTRATIGRAFICA
La acidez de las rocas decrece con la edad de
La serie estratigráfica del Carbonífero de las emisiones sucesivas.
Montalbán, tal como aparece en los tres tra- Las rocas ígneas forman diques discor-
mos de flysch, está bastante completa, pu- dantes de contorno irregular, que atraviesan
Finalmente, de nuevo VILLENA y sus los materiales del Carbonífero, y tienen color
colaboradores (1979), describen con detalle verde oscuro, clasificándose como cuarzo-dio-
ritas y diabasas. Las Manifestaciones más anti- rales de interés industrial, relacionados con el
guas, ácidas, intruyen los materiales ordovíci- Carbonífero.
cos y devónicos que afloran al NW del Carbo- Existe una mineralización de hierro, con
nífero, y corresponden a riolitas. oligisto y siderita, explotada de forma pnmi-
tiva, en las proximidades del Cerro de la Mue-
1V.2.7 DEPOSITOS MINERALES la, pero se trata de mineralizaciones asociadas
No hay depósitos ni explotaciones mine- a rocas de edad devónica.

IV.3 BIBLIOGRAFIA ragon e t d u Haut ~ldaestrazgo.T h e s e Doct. U n i v . Claude Ber-


nard. (1974).
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(Sistemas Deuoniano y Carbonífero). M e m . IGME. (1898). A,- Rasgos sedimentológicos del Carbonifero Inferior d e Mon-
M A R I N , Ph.- Stratigraphie e t éuolution paléogeographique posther- talban (provincia d e Teruel). A c t a Geol. Hispánica, 14. (Publica-
cinitnne d e la Chaine Celtiberique orientale a u x c o n f i n s d e [ ' A - d o e n 1982). (1979).
V CARBONIFERO MARINO DE LA ZONA "SUDPORTUGUESA"

Pedro Florido Laraña

División de Investigación de Recursos Minerales


Instituto Ceologico y Minero de España.
V EL CARBONIFERO MARINO DE LA ZONA "SUDPORTUGUESA"

V.l INTRODUCCIOH dominio más meridional del Macizo Hespéri-


co, según el modelo clásico de L O T Z E
La presente memoria descriptiva del Car- (1945), y está representada por una franja de
bonífero de la Zona Sudportuguesa ha sido materiales devónico-carboníferos, de aproxi-
elaborada en base a la "Síntesis Geológica de madamente 230 Km de longitud y 40-60 Km
la Faja Pirítica del Suroeste de España", reali- de anchura, que se extiende desde la parte
zado por el Instituto Geológico y Minero de occidental de la provincia de Sevilla hasta el
España (IGME,1982). océano Atlántico en Portugal con una direc-
La Zona Sudportuguesa presenta un inte- ción aproximada de E-O en España flexionán-
rés específico desde el punto de vista econó- dose al Norte en Portugal.
mico, pues engloba una de las provincias me- Su límite Norte lo consideramos situado
talogénicas más importantes de Europa e in- en el cabalgamiento que separa el Grupo do
cluso del mundo: La Faja Pirítica. Todos los Pulo do Lobo (CARVALHO et al., 1976) de
yacimientos de pirita-sulfuros complejos y los materiales devónico-carboníferos de la Zo-
manganeso de dicha área encajan dentro del na Sudportuguesa (FLORIDO y Q U E S A D A
denominado "Complejo Volcano Sedimenta- 1983, en presa); al Este y Sur está limitada
rio" (C.V .S.) del Carbonífero inferior (Tour- por los materiales terciarios de la cuenca del
naisiense-Viseiense inferior-medio). Esto ha Guadalquivir.
condicionado que prácticamente todos los tra- El Carbonífero de la Zona Sudportugue-
bajos realizados en la zona hayan estado cen- sa está constituido por tres grandes unidades:
trados en el estudio de dicha formación, de la una inferior (Complejo Volcánico Sedimenta-
cual existe una gran profusión de datos, mien- no -C.V.S.-) caracterizado por un volcanis-
tras que la secuencia turbidítica del Grupo mo submarino desarrollado en los primeros es-
Culm (Viseiense superior) ha sido abordada tadios del Carbonífero inferior; otra superior
siempre como un conjunto homogéneo cuyo constituida por una serie turbidítica (Grupo
único interés radicaba en que limita el techo Culm) típica de abanicos submarinos profun-
de la secuencia Volcano Sedimentaria. Por to- dos. Ambas se han depositado en una gran
do ello el estado de conocimiento del C.V.S. cuenca geosinclinal con una subsidencia pro-
está a un nivel incomparablemente más alto gresiva hacia el sur condicionada por el levan-
que el del Grupo Culm. tamiento previo del umbral norte constituido
Queremos expresar nuestro agradeci- por el geoanticlinal de Beja-Aracena. Por Últi-
miento a D Jesús Ramírez Copeiro del Villar, mo, una tercera unidad, englobada bajo el tér-
Ingeniero de minas de la Empresa Nacional mino genérico de Devónico-Carbonífero infe-
Adaro y a D. Américo Santos Bonaño, geólo- rior, que constituye el tránsito de las pizarras
go de la Empresa Nacional Minas de Almagre- y cuarcitas del Devónico a las facies Culm del
ra, su valiosa colaboración en el asesoramiento Viseiense superior, y considerada como el
de este trabajo, así como en el levantamiento equivalente sedimentario del C.V.S.
de las columnas estratigráficas. Aunque existen afloramientos de lentejo-
nes calcáreos con fauna de conodontos del Fa-
V. 1 . 1 SITUACION GEOGRAFICA Y GEOLOGICA meniense (BOOGAARD,1981) en la base de
La Zona Sudportuguesa corresponde al la unidad Devónico-Carbonífero, el Devónico
como unidad con entidad propia, sólo aflora H O H N (1941), R O S 0 D E L U N A (1941), M E -
en el núcleo del anticlinal de Puebla de Guz- S E G U E R PARDO, P R I E T O D E L U N A y P E -
mán. Por lo tanto los afloramientos carbonífe- REZ DE R E G O D O N (1945), RAGUIN y B A -
ros ocupan la casi totalidad de la Zona Sud- T E M A N (1949-1950), W E I N M A N N (1954),
portuguesa (Fig. V.l). D A SILVA (1956), C O S T A M O U R A (1956).
Hasta 1958 en que OFTEDKAL describe
los yacimientos de Huelva como exhalativos-
V.1.2 ANTECEDENTES sedimentarios en relación con rocas volcánicas
La evolución e historia del conocimiento ácidas, las hipótesis singenéticas apenas se tie-
geológico de la Zona Sudportuguesa está ínti- nen en consideración. Sin embargo a partir de
mimamente asociado al desarrollo de las teo- esta fecha dichas hipótesis comienzan a afian-
rías genéticas sobre el origen de los yacimien- zarse y ya en la década de los sesenta el origen
tos minerales de la Faja Pirítica. A partir de exhalativo-sedimentario de dichas mineraliza-
los años sesenta, cuando las teorías singenéti- ciones es aceptado por todos los autores.
cas-exhalativo sedimentarias tienen una acep- En 1961, M c G I L L A V R Y publica los re-
tación general, se comprende la necesidad de sultados de sus trabajos sobre el DevÓnic0.y
un conocimiento profundo de la estratigrafía Carbonífero del sur de Portugal. En el mismo
y tectónica de las seriesvolcanosedimentarias año S T R A U S S en su tesis de licenciatura y
portadoras de las mineralizaciones de pirita, posteriormente en su tesis doctoral (1965),
sulfuros complejos y manganeso, ya que ello aporta una gran cantidad de datos petrográfi-
es primordial, como en todo tipo de yacimien- cos, y contempla la posibilidad de que el com-
t o singenético y estratiforme, para enfocar la plejo volcano-sedimentario pueda correspon-
investigación y prospección de nuevos recur- der al techo del Devónico, al menos en la zona
sos minerales con un mínimo de garantía de de la mina de Loussal (Portugal). Posterior-
éxito. mente este último autor se incorpora al equi-
En 1886-87, G O N Z A L O y TARIN Ofre- po de la Compañía Española de Minas de
ce por primera vez una visión de conjunto de Tharsis y publica en la década de los setenta
la geología de la provincia de Huelva. Quedan (STRAUS et al., 1974, 1977) varios trabajos
delimitadas las áreas carboníferas y el contor- sobre la geología de las minas de Tharsis y de
no de las lavas ácidas y básicas. La Zarza y realiza estudios comparativos con
Anteriormente varios autores, E Z Q U E- otros yacimientos de la zona. Establecen un
R R A D E L BAYO ( I . ~ ~ ~ ) , A N G I OyLCOS-
A modelo volcano-estratigráfico, basado en la
SI0 (1857), L A N (1857) asimilan los yaci- existencia de tres grandes ciclos volcánicos,
mientos de Huelva a aquellos de Rammets- válido para el anticlinal de Puebla de Guzmán
berg. AUSSMAN (1859, S E V O Z (1865), y que posteriormente ha sido extrapolado, en
G R E E N (1868), definen el origen epigenético líneas generales, al resto de la Zona Sudportu-
hidrotermal de las piritas de Huelva y el carác- guesa.
ter intrusivo de los rocas acompañantes. En 1963 se publica la obra de P I N E D O
R O M ER, 1872, considera por primera V A R A sobre las "Piritas de Huelva", que re-
vez el carácter singenético de las masas de piri- presenta un documento de inestimable valor
ta así como el carácter efusivo de las rocas a en cuanto a la recopilación de datos mineros.
las que van asociadas. F E B R E L (1965) define en su trabajo so-
En el Congreso Internacional de Geolo- bre la hoja de Calañas los elementos estructu-
gía de Madrid de 1926, las teorías epigenéti- rales esenciales observables sobre los materia-
cas gozan de un gran número de adeptos en les devónico-carboníferos.
contra de las singenéticas defendidas por Dos tesis doctorales, RAMB A U D (1969)
KLOCKMAN, S T E L Z N E R y BERGEAT. y GARCIA P A L O M E R O (1980), se publican
Después del citado Congreso vuelve a sobre el área de las minas de Riotinto, hacien-
resucitar el interés por los yacimientos de la do un estudio detallado de sus mineralizacio-
provincia de Huelva, prevaleciendo las hipóte- nes y de la secuencia volcano-sedimentaria en
sis epigenéticas sobre su origen: S C H N EID E R - las que encajan, manifestando el carácter bási-
SINTESIS GEOLOGICA DE LA ZONA SUDPORTUGUESA

ZONA

.. .........
SUDPORTUGUESA

A
POBLACIONES

- Araceno
Az. - Aznolc6llar
C. -Galanas
Devo'nico-Carbonifero inferior
C.G. -Castillo de los Guardas

C.A. -Cerro de Anddvalo

N . -Nerva
Z O N A OSSA-MORENA P. -Paymogo
4-1 ~ e v ó n i c o- ~ a r b o ' n ~ f e r o P.G. -Puebla de Guzmán

II~I----- Formacio'n"Pulo do Lobo" ( SilJrico -Devdnico ?)


R. -Riotinto

m ~ r e c á m b r i c o paleozoico
- inferior
P.C. -Palma del Condado

mj Lavas básicas
V.C. -Valverde del Camino

DEPRESION DEL GUADALQUIVIR

Cuoternorio

1.......... Terciario

m- Rocas Intrusivos
co del volcanismo inicial en dicha área, en V.2 ESTRATIGRAFIA
contraposición de lo que suele ocurrir en el
resto de la Zona Sudportuguesa, donde el pri- En el Carbonífero de la Zona "Sudportu-
mer ciclo volcánico es de carácter ácido. guesa" se distinguen tres grandes unidades:
S C H E R M E R H O R N (1971) marca los - Una unidad inferior representada por
rasgos estratigráficos principales de la Faja Pi- un Complejo Volcano Sedimentario (C.V.S.)
rítica basándose en su experiencia en terreno de edad Tournaisiense-Viseiense inferior y me-
portugués; asimismo sitúa la primera fase tec- dio, cuyo muro lo constituyen las pizarras y
tónica de la orogenia hercínica en el Westfa- cuarcitas del Devónico superior (Fameniense).
liense medio. - Una unidad media, englobada bajo el
término genérico Devónico-Carbonífero infe-
S A L P E T E U R (1976) en su tesis para la rior, que corresponde al equivalente sedimen-
obtención del grado de Dr. ingeniero, analiza tario del C.V.S. para aquellas zonas donde la
los aspectos estructurales y petrológicos de las influencia volcánica es escasa o nula.
formaciones devónico-carboníferas de la zona - Por último, una unidad superior cons-
de Paymogo. tituída por una serie turbidítica típica de las
O L I V E I R A , H O R N , P A D R O T H (1979) facies flysch de borde de talud o de abanicos
publican el primer estudia concreto sobre las submarinos profundos, de edad Viseiense su-
series turbidíticas del Grupo Culm datando el perior.
Westfaliense inferior en los niveles de techo de En la Fig. V.2, queda reflejada la secuen-
la Formación Brejeira. cia estratigráfica tipo elaborada para la Zona
ROUTHIER, A Y E , B O Y E R , LECOLLE, Sudportuguesa, poniéndose de relieve los fre-
M O L I E R E , PICOT (1980) presentan en el cuentes cambios de facies. Las Figs. V.3 a
Congreso Internacional de Geología de París V.9, representan las columnas locales de diver-
de dicho año, una densa obra en la que apor- sos puntos de dicha zona; en las mismas se
tan una cuantiosa documentación cartográfica han asimilado a cada ciclo volcánico VI, V, ,
a escala 1:25.000 del área española de la Zona V, tanto los términos volcánicos correspon-
Sudportuguesa, así corno una extensa infor- dientes como aquellos niveles sedimentarios a
mación sobre los aspectos geológicos relacio- ellos asociados, para una mejor visión de la
nados con las mineralizaciones de sulfuros de evolución del volcanismo de unas áreas a
la Faja Pirítica; aunque empleando una no- otras. -
menclatura diferente, establecen un modelo En la Fig. V-10, se correlacionan las co-
estratigráfico similar a aquel propuesto por el lumnas anteriores en base a tres niveles wrefe-
equipo de Tharsis. rentes:
1. El muro de la iormación turbidítica
SOLER (1980) en su tesis doctoral, reali- del Grupo Culm (Viseiense superior).
zada fundamentalmente sobre la Hoja de Ner- 2. El muro del Complejo Volcano-Sedi-
va, estudia la génesis de los yacimientos de mentario (C.V.S.).
sulfuros así como su relación con la volcano- 3. El nivel de pizarras moradas situado a
estratigráfica. techo del segundo volcanismo.
Por último, entre los años 1974 y 1980, El primer nivel corresponde a la base de
el Instituto Geológico y Minero de España una unidad cronoestratigráfica, el Viseiense
realiza la cartografía geológica a escala superior, y representa una línea isocrona.
1:50.000 de todas las Hojas que componen la La base del C.V.S. se sitúa normalmente
Zona "Sudportuguesa", trabajo que culmina a techo del Fameniense, pero localmente exis-
con la "Síntesis Geológico y Minera a Escala ten evidencias del comienzo de una actividad
1:100.000 de la Faja Pirítica" en la que se volcánica en los niveles superiores del ~ e v ó n i -
ofrece una visión global del estado actual de co y por tanto no se puede considerar, en un
conocimiento en dicha zona, y, según se co- sentido estricto, el muro del C.V.S. como una
menta en la introducción, constituye la base línea isocrona.
de la presente memoria. En cuanto al tercer nivel de correlación,
COLUMNA E N
F l L O N NORTE (THARSIS)
X : 298.000
Y 2 339.100

CULM ;=z-;l Dizarras q grouvocas


TTTTTTTT

C O L U M N A DE Tobos masivas, tobar bmchicor poligénicos.


'13
Sta. C A T A L I N A
T T T T
X : 263.700
Y 8 334.400
PM P.zarras moradas, pizorror y tufitar vinorar.

- T T T T T
TTTTT
T T TTT
T T TTT
TTTTT
'T TTTT
Pizorros y pizorror con grovvocos
'obas. lovos y tufitos de comporición ácido
Nódulos colcoreos en lo base
"2

T T T T
T T T T

Pizorros y tvf~tormorodos con lenteiones


- -
de iospes rotos . - --
TATAT A
Pizorros y tufttos con lospes,
o muro nivel de tobos finos

Tobor y lovos básicos erpiliticor, con pillow y


"b omigdolos rellenar de corbonotas, con fino
nivel corbonotodo inferior
Pizorror con niveles de cuorcitor y r TAT T
nodulos y copos finos de dxidos de $ 1T A T A T
hierro q mongoneio --
--
-
T TAT T A
--
--
--

Ptzorroi negros corbonosas, tufntos y tobar finos


entre 'os que se encuentro interertmttficodo lo
Pizorros y tobos finos con direminoción
piritico en su tromo superior
Pv' X moro pir t ~ c o

"1

Tobos de grono medio- grueso con pequeños


lentetones de lorpe o techo.
-
Pirorror con nddulos colcáreos fos~liferos.
( ~ e v d n i c osuperior).

Po a l oxidorre don colorociÓn roitzo


Pizorros y cuorcitos

-
---
--
-E =
--
-3
o

Fig. V.3 Fig. V.4


COLUMNA DE C O L U M N A DE
CAMPANARIO

Pizarros grises orciiiosos


Pizorros grises arcillosas.

Tobas y tufitos blanco-omor~llentosy


Tufitas en l o bose. lobos ácidos e intermedias pizorros verdes.
porfídicas con menos esquistosidod. Los

Pizarras morados, a veces verdosas con


intercalaciones d e laspes de 10 cm.
Nivel de pizorras moradas

lobos ácidos esquistolm beige con fenocristales


de feldespato de hasta 4 - 5 mm y pizarras
Alternancia de t o b a ácidas esquistolcis, siliceas morados. 19s tobas son de grano fino
tufitos verdes y pizarras grises.
a medio. Existen lentelcnes de lospe de hosta
20 m de po;*ncio que llevan asociodos los
criaderos de A9n. En ocasioler todo el V 2 ,
esta constitutdo por losper, generolmente de
color rolo.

Respardo sur de la corta de Campanario


Tobas ócidos esquistosos finos.

lfuros Pizarra negro grafitora

Escala 1:2.000
porfídicos de grano medio
calores claros y amarillentos
o estrechos horizontes de
Fig. V.6

es el que presenta mayor dispersión en el


tiempo. Existen lentejones de pizarras mora-
'labar ácidas esquistosos que const~tuyenel respoldc trata por tanto de un nivel de correlación lito-
norte de l o carta Camponorio (SISO m ).
lógico y diacrónico.

V.2.1 DEVONICO-CARBONIFERO (Pizarras, cuar-


citas grauwacas, cuarzowacas)
Fig. V.5 La separación estratigráfica de esta uni-
dad compleja de la constituida por las pizarras
das a lo largo de toda la columna del C.V.S.; y cuarcitas devónicas representa una de las
sin embargo destaca la presencia de un nivel cuestiones' más problemáticas de la Zona
continuo de dichas pizarras en toda la Zona "Sudportuguesa", ya que frecuentemente pre-
Sudportuguesa, siempre a techo del segundo sentan una gran similitud litológica. El proble-
volcanismo, representando unas veces el trán- ma surge al observar cómo en unos puntos ( N
sito gradual a las facies Culm y otras la separa- de la Hoja de la Palma del Condado) esta uni-
ción entre el segundo y tercer volcanismo. Se dad pasa gradualmente a las pizarras y grauwa-
COLUMNA DE COLUMNA DE
RlOTl NTO PENADE HIERRO
X 347.350

p{
:
Y : 351.900

CULM ===--- Pizarros grises arcillosas del Culm.


Pizarras. V3 Tufitos caolinizadas blanquecinos.

PM - -- N i v e l de pizarras moradas.
- --
uLr-
.-. -
. - -
Pizarras moradas y tufitas.
...
7 T T T I T I
TTTTTTT
Pirito moriva y tobos &cidas finos,caolinizodas Alternancia de tobas de grano fino,tufitos
y esquistosos. i T T ~ 1 Typ i z a r r o s vinosas y verdosos.
r 7-r r T
r T T T I T

T X I T r 1

T Tobar ;cidos esquistosos d e grono fino a


medio oolinizadas y con abundante d i s e -
'T 6
m i n o ~ & de i r i t o . Hacia el techo de l a
1 (7~ T masa tobas f e grano medio a grueso caoli -
T T I T nizadks y silicificadas,tombien gossinizadas
y con diaclasos rellenas de Óxidos de hierro.
Lovas tobas y brechas ácidos masivas o r f ~ d i c o s ,T$T~T~T~
con &era i6n h i d r ~ t e r m o l 'con
~ riEckwork dé
p i r i t a y CoTcopirita.
Zona f a l l a d a t r i t u r o d o intensomente silicifi-
codo [ c o n c i a r z o de ségregaci6n ) con ,
v V V V gossan y a b u n d a n t e p i r i t a d i s e m i n o d o ( 2 0 m )
TT T T T
v v v v v Tobas &cidos es uistosos conteniendo l a mine-
r a l i z a c i o n de suljuros Las tobos eston silicifi-

Tobas &idas esquistosos,oxidadas y coolini

Fig. V.8

que aislados, la ausencia de datos paleontoló- cuarcitas representan unidades alóctonas per-
gicos y las relaciones con el Culm y el C.V.S., tenecientes a la formación de pizarras y cuar-
anteriormente apuntadas, han determinado la citas del Devónico infrayacente.
individualización de esta formación compleja Paleogeográficamente hemos interpreta-
englobándola bajo el término genérico Devó- do esta unidad como de transición entre la
nico-Carbonífero inferior. Trabajos de carto- sedimentación en áreas de plataforma, en zo-
grafía a escala muy detallada, realizados en nas distales, y aquella de abanicos submarinos
Portugal, han detectado la presencia de corri- profundos en zonas de talud, de acuerdo con
mientos en el contacto de las cuarcitas masi- un esquema de subsidencia probresiva de la
vas de esta unidad con los términos más pelíti- cuenca. Las manifestaciones volcánicas dentro
cos de la misma, interpretándose que dichas de esta unidad son muy aisladas por encon-
COLUMNA DEL tuye el núcleo de las grandes estructuras anti-
ARROYO JARRAMA clinoriales (Formación Cerro Méndez en Pay-
mogo, Formación Duque en Puebla de Guz-
mán, Formación Guijo en La Palma del Con-

CULM
-
pl
-.-
Pizorros en lo base y pizarras y grouvocos.
Nodulos morgosos con pirita en los pizorras
bosales.
Fragmentos de moldes d e geniotites.
dado, Formación Manzanito en Valverde del
Camino).
Las rocas predominantes son las pizarras
grises arcillosas, que alternan con pizarras li-
molíticas y arenosas, en bancos centimétricos.
Son frecuentes estructuras sedimentarias tipo
pizolros morodos con intercalación d e niveles
' 'ripples", laminación paralela, laminación
PM centimdtricos o metricos de pizorros verdes
(cineritos). Potencio superior o los 60 metros
cruzada, etc. Interestratificados en determina-
dos niveles con las pizarras existen nódulos y
capas finas de 1 a 1 0 cm de potencia de óxi-
dos de hierro y manganeso.
Dentro de estas pizarras son frecuentes
los términos grafitosos y silíceos.
Lovos básicos Las cua~citas,generalmente impuras, son
grises y blancas, con "ripples", laminaciones
(paralelas, cruzadas y convoluta) y pueden
Tobar ácidas con gronoselecci&n terminondo
este impulso con un tramo fino toboceo presentar cubos de pirita.
felsitico.
Las grauwacas y ccdrzowacas (término
utilizado para rocas de matriz similar a la de
las grauwacas pero cuyo esqueleto, con predo-
en boncos centi dtr'cos alter-
arisoceo-morod9s de orono
minio de clastos de cuarzo bien diferenciados,
1 v v v 1 medio. presenta un grado de madurez mucho más ele-
v V. . Y v
vado) aparecen en niveles de 3 a 30 cm de
potencia con una gran extensión lateral. La
procedencia volcánica de estas rocas parece
clara tanto por su composición como por su
V V
v v v
V V relación espacial con tobas, a las que en oca-
T T T T
siones pasan gradualmente.
Tobos &cidos esquistisos Iitico cristalinas
Lentejones de jaspes, en general de colo-
T T T T
'

T T T
Fr gmen os d e bombos volc~nicosd e composi-
ct8n r i o l i t i c a . raciones rojizas, son frecuentes en todo el
T T T T conjunto. Asimismo aparecen lentejones de
T T T
pizarras moradas idénticos a aquellas que aflo-
ran en el C.V.S.
Las lavas y tobas ácidas y básicas que se
presentan aisladamente dentro de esta unidad
son similares a las que se describen en el apar-
tado correspondiente del C.V.S. Aunque es
cas del Grupo Culm; mientras que en otros muy variable se puede estimar que la potencia
(núcleo del anticlinorio de Valverde del Cami- total de esta formación sobrepasa los 1.000
no) se sitúa claramente por debajo del C.V.S. metros.
La presencia de eventos volcánicos, aun-
trarse en zonas distales respecto a los focos
V.222 TOURNAISIENSE-VISEIENSE INFERIOR Y
volcánicos.
MEDIO. COMPLEJO VOLCANICO SEDI-
El Devónico-Carbonífero inferior está
constituido por una potente secuencia de pi- MENTAN0 (C.V.S.)
zarras, cuarcitas, grauwacas y cuarzowacas El C.V.S. está constituido por rocas vol-
con algunos lentejones calcáreos, que consti- cánicas ácidas, básicas e intermedias, tanto lá-
CORRELACIONES ESTRATIGRAFICAS

SANTA PENA
EDAD PALEON-1A CATALINA THARSIS CAMPANARIO SOLOVIEX) RlOTlNTO DE HIERRO JARRAMA

Fig. V.10

vicas como piroclásticas, interestratificadas y de manifiesto por las estructuras y texturas


replegadas con términos sedimentanos detríti- observadas en ellas, por la ausencia de meta-
cos. En él encajan todas las mineralizaciones morfismo de contacto en las rocas encajantes,
exhalativo-sedimentarias de pirita y sulfuros y por su interestratificación con rocas sedi-
complejos, así como de manganeso, y repre- mentarias. El carácter submarino se revela por
senta una banda que se sitúa en la parte cen- la presencia ocasional de "Pillows" en lavas
tral y septentrional de la Zona Sudportuguesa, básicas, la existencia de radiolarios en jaspes
constituyendo la Faja Pirítica propiamente di- y pizarras moradas y por la interestratifica-
cha, aunque frecuentemente se ha utilizado ción con rocas sedimentanas de tales ambien-
este término en sentido lato, para referirse a la tes.
Zona Sudportuguesa en general. La Secuencia estratigráfica del C.V.S.
El carácter efusivo de las rocas magmáti- presenta cambios laterales de facies debido a la
cas, durante mucho tiempo ignorado, se pone variación rápida del volcanismo, tanto en qui-
mismo como en intensidad, de unos puntos a metros.
otros, observándose transiciones laterales de
rocas volcánicas a pizarras en espacios a veces VOLCANISMO ACIDO PRIMERO O INI-
muy reducidos. Este hecho, unido al intenso CIAL (VI )
plegamiento sufrido por todo el conjunto, di-
El C.V.S. comienza generalmente en un
ficulta el establecimiento de un orden de suce-
episodio volcánico ácido e intermedio, aunque
sión de las diferentes coladas; a pesar de todo
localmente puede presentar carácter básico.
se ha llegado a correlacionar y definir una se-
cuencia estratigráfica general. Petrológicamente está representado por rioli-
tas, dacitas y queratófidos, y en sus términos
Petrológicamente, el volcanismo de la
Faja Pirítica ha sido asignado por un gran nú- de carácter intermedio por queratófidos, tra-
mero de investigadores, entre los que se en- quitas y andesitas.
cuentran B E R N A R D y S O L E R (1980), a la Las lavas correspondientes a este VI p,re-
serie espilita-queratófido típica del volcanis- sentan frecuentemente disyunciones prismati-
mo preorogénico hercínico de Europa del nor- cas (carretera Campofrío-Riotinto), y general-
te, mientras que otros lo asimilan a una serie mente son masivas, aunque a veces se puede
observar un bandeado de color correspondien-
calcoalcalina diferenciada y atribuyen la para-
te a deposición de sucesivas coladas de com-
génesis de baja temperatura a procesos tardi-
posición diferente.
rnagmáticos y metamórficos en materiales aé-
Los términos piroclásticos aparecen en
reos y subaéreos.
toda la gama de granulometría, desde aglome-
Según el grado de acidez se han diferen-
rados y brechas a cineritas, predominando los
ciado tres tipos de rocas: uno de carácter áci-
términos tobáceos. Las tobas, generalmente
do con escasa representación de melanócratos
esquistosas, presentan con frecuencia disemi-
y abundante o variable contenido de cuarzo
naciones de pirita, llegando a estar gossaniza-
primario (riolitas, dacitas y cuarzoqueratófi-
das.
dos); un segundo tipo de rocas de carácter
Los niveles sedimentarios interestratifica-
básico, con ausencia de cuarzo moda1 prima-
dos en este episodio suelen tener también fe-
rio y gran cantidad de melanócratos (basaltos
nómenos de gossanización por la presencia de
y espilitas); y por último un tercer grupo de
pinta diseminada.
carácter intermedio con escasa o nula canti-
Este primer volcanismo es el portador de
dad de cuarzo y bajo contenido en minerales
los principales yacimientos de pirita y sulfuros
fémicos (andesitas y queratófidos). Las rocas
complejos de la Faja Pirítica, los cuales enca-
de carácter ácido e intermedio están más re-
jan una veces en términos volcánicos -yaci-
presentadas que aquellas de carácter básico.
mientos proximales (Riotinto)- y otras en
Desde el punto de vista cronológico, los
términos sedimentarios -yacimientos distales
únicos datos paleontológicos del C.V.S. en Es-
(Tharsis)-.
paña, los aportan microfauna de conodontos
De bid0 a los cambios de facies, este vol-
en unos lentejones calcáreos aflorantes al sur
canismo puede variar desde ser masivo, llegan-
de Sotiel, que fueron datados por B O O GA R D
y S C H E R M E R H O R N (1975) como del Visei- do a ocupar todo el espacio comprendido en-
tre el Devónico y el Viseiense superior, a estar
ense inferior. El hecho de que las volcanitas
representado por sucesivos niveles volcánicos
inferiores del C.V.S. se sitúen por encima de
los lentejones calcáreos portadores de fauna separados por tramos detríticos (esto suele ser
lo normal en las zonas más meridionales). En
del Devónico superior y el techo del C.V.S. se
cualquier caso su potencia puede oscilar entre
sitúe concordantemente por debajo de las pi-
los 400 y 800 metros.
zarras y grauwacas del Visliense superior, per-
miten encajar esta unidad en la parte baja o
media del Carbonífero inferior (Tournaisien- VOLCANISMO BASICO (VB)
se-Viseiense inferior a medio). Normalmente aparece sobre el volcanis-
El espesor del C.V.S. es muy variable, mo inicial, pero cuando falta éste, queda di-
estimándose como potencia máxima unos 800 rectamente en contacto sobre las pizarras y
cuarcitas devónicas o la formación devónico- VOLCANISMO ACIDO SEGUNDO (V2)
carbonífera descrita en el apartado 3 .l. Este segundo ciclo volcánico puede apa-
El volcanismo básico está representado recer sobre cualquiera de los términos del
por lavas (espilitas y basaltos) con textura C.V.S. anteriormente descritos y está consti-
porfídica, observándose a veces disyunciones tuido fundamentalmente por productos piro-
prismáticas (Arroyo Urraca Alonso, X: clásticos finos (tobas finas, tufitas y cineritas)
292.650; Y: 328.050) y estructuras "Pillow" aunque como ocurre con el volcanismo de to-
.- (Carretera de Zalamea la Real al Villar, a 200 da la Faja Pirítica los cambios de facies son
m de Zalamea). muy frecuentes. Así existen manifestaciones
Los términos piroclásticos de este volca- muy espectaculares, como se observa entre el
nismo están constituidos por unas facies muy Cerro del Andévalo y Calañas, donde aflora
características de tobas verdes-violetas, las un aglomerado de al menos 100 m de poten-
cuales están íntimamente asociadas a las lavas cia, con cantos de hasta 1m, en contacto con
básicas, aunque las relaciones geométricas con tobas finas.
dichas lavas varían, estando unas veces a te- En la base aparecen localmente, además
cho, otras a muro e incluso en cambio lateral de aglomerados y brechas, lavas y tobas grue-
con ellas. Estas tobas verde-violáceas presen- sas normalmente de composición cuarzoque-
tan frecuentemente gruesos cristales de cuarzo ratofídica cuya granulometría disminuye ha-
procedentes de un proceso de silicificación se- cia el techo de esta formación, aumentando
lectiva del feldespato que forma parte de los en este sentido la proporción de pizarras en
fenocristales. las que se intercalan lentejones de jaspes y de
La potencia máxima de este volcanismo pizarras moradas.
se estima en 400 metros. Las facies finas de techo de este segundo
ciclo volcánico son portadoras de los principa-
PIZARRAS, CUARCITAS, ARENISCAS'CON les yacimientos de manganeso, cuyas explota-
NODULOS DE HIERRO Y MANGANESO ciones a lo largo de la historia se reflejan en
más de 300 labores mineras, y las cuales están
Separando los dos primeros volcanismos relacionadas con lentejones de jaspes y piza-
ácidos aparece de forma continua en ambos rras moradas. El ejemplo más representativo de
flancos del Anticlinal de Puebla de Guzmán este hecho lo constituye la mina de Soloviejo
una formación constituida por una alternancia donde los jaspes que engloban la mineraliza-
de pizarras y cuarcitas tableadas, de 5 a 50 cm ción de manganeso presentan una corrida de
de potencia, con lentejones de areniscas, tobas 3.000 m. En otras zonas los jaspes pueden
y tufitas. Esta unidad representa, para la zona llegar a alcanzar 200 m de potencia (Minas de
indicada, un período de sedimentación tran- Cobullo). Pero lo normal es la presencia de
quila entre los dos primeros volcanismos áci- lentejones de jaspes de escala decamétrica a
dos, donde el aporte volcánico es escaso y en métrica, que por su dureza suelen resaltar en
todo caso de granulometría muy fina. el relieve sobre las zonas circundantes (Cabezo
La presencia de nódulos y capas finas de del Morante en Calañas).
manganeso, cuya potencia puede oscilar entre La potencia del V, oscila entre 50 y 300
1 y 1 0 cm, es muy característica de esta uni- metros.
dad.
En los niveles cuarcíticos y areniscosos
PIZARRAS Y TUFITAS VIOLETAS (PIZA-
pueden existir estructuras sedimentarias tipo
RRAS MORADAS)
estratificación cruzada y granoselección.
Esta unidad aflora también en otras zo- A techo del segundo volcanismo aparece
nas de la Faja Pirítica aunque no de forma de forma continua un nivel de pizarras mora-
continua como ocurre en el Anticlinal de Pue- das que, sobre todo en las áreas central y me-
tia de Guzmán. ridional de la Faja Pirítica, constituye un au-
La potencia de estos materiales oscila en- téntico nivel guía. Además de este nivel se
tre los 50 y 150 metros presentan lentejones de pizarras moradas den-
tro del segundo volcanismo y localmente en el posición de la columna estratigráfica.
primero, así como en otras áreas más distales, Al sur de Sotiel, intercalados en estas pi-
donde la influencia volcánica se reduce a la zarras, las cuales en dicho lugar están relacio-
presencia de productos muy finos tipo polvo nadas con el segundo volcanismo V,, apare-
volcánico o cineritas. cen unos lentejones de calizas y calcoesquis-
Estos niveles están constituidos por piza- tos, de 1 a 60 cm de ~ o t e n c i acon
, conodon-
rras, tufitas y cineritas con radiolarios y alto tos que han sido d a t a m o m o del Viseiense
contenido en hematites a la que debe su típi- inferior; las especies determinadas han sido las
co color violáceo. siguientes:
La potencia media oscila entre 20 y 50 Gnathodus cuneiformis, M E H L y T H O -
metros. MAS (1947).
G n a t h o d u s semiglaber, BISCHOF
VOLCANISMO .ACIDO TERCERO O FINAL (1957).
(VIJ'I
\
Gnathodus typicus, C O O P E R (1939).
Esta unidad, eminentemente piroclástica Geniculatus claviger, R O U N DY (1926).
Pseudopolygnathus triungulus pinnatus,
de carácter intermedio-ácido, constituye la
V O G E S (1959).
culminación del C.V.S.
Metalonchodina bidentata, G U N N E L L
Está representada por aglomerados y to-
bas bréchicas poligénicas, así como por tobas (1931).
La potencia de esta formación pizarrosa
finas y tufitas de colores grises claros, las cua-
es muy variable pudiendo alcanzar hasta los
les marcan frecuentemente el tránsito gradual
400 metros.
a las pizarras con posidonomyas del Viseiense
superior.
El V, tiene gran continuidad lateral en la V.2.3 VISEIENSE SUPERIOR. GRUPO CULM
parte central y meridional de la Faja Pirítica, El Grupo Culm lo constituye una monó-
mientras que en la zona septentrional está au- tona y potente formación de pizarras y grau-
sente o aflora en niveles de muy poca poten- wacas, dispuestas concordantemente sobre el
cia (5 a 1 0 m) de tufitas y tobas finas. Complejo Volcánico Sedimentario, y de edad
La potencia máxima del tercer volcanis- Viseiense superior.
mo alcanza los 150 metros. La serie está constituida por un tramo
basal pizarroso, muy fosilífero, y otro supe-
PIZARRAS, TOBAS Y TUFITAS CON LEN- rior de pizarras y grauwacas, también fosilífe-
TEJONES DE JASPES. (C.V.S. INDIFEREN- ro.
CIADO) El tramo de pizarras basales es funda-
Al describir las diferentes unidades volcá- mentalmente de composición pelítica con un
nicas se ha señalado la presencia de términos alto contenido en mineral de hierro y grafito.
sedimentarios, fundamentalmente pelíticos, Su potencia es muy variable pudiendo alcan-
intercalados con las propias formaciones vol- zar los 200 metros.
cánicas; esta sedimentación detrítica represen- El tramo superior de pizarras grises arci-
ta períodos de inactividad entre los diferentes llosas y grauwacas presenta las estructuras se-
impulsos volcánicos, o bien reflejan la sedi- dimentarias típicas de las secuencias turbidíti-
mentación en zonas distales dentro de las cas como son: "flute casts", "graded bed-
áreas donde se desarrolla la actividad volcáni- ding", "cross bedding", "ripple marks", "load
ca. casts", "slumping", etc.
Las rocas que constituyen esta unidad Sedimentológicamente hay tramos que
son principalmente pizarras, con ocasionales presentan características de turbiditas proxi-
manifestaciones de elementos volcánicos finos males con secuencias de Bouma tipo Ta-c y
(tufitas, cineritas y eventualmente lentejones otros con características más distales con rit-
de jaspes), las cuales pueden encontrarse den- mos tipo Tb-e y Tc-e, aunque aquéllas son
tro de la secuencia del C.V.S. en cualquier predominantes y se puede decir que esta uni-
dad responde a turbiditas proximales, que C A R V A L H O et al. (1971) el Westfaliense D
constituyen depósitos típicos de los abanicos estaría afectado por la segunda fase de plega-
submarinos profundos, y que se depositan en miento en las zonas de Beja-Evora y Elvas-Por-
una cuenca con una fuerte y progresiva subsi- toalegre (Zona Osaa-Morena). Para S O L E R
dencia hacia el sur. (1980) las diferentes fases de deformación co-
Al norte de Sanlúcar de Guadiana se han mienzan a actuar antes del Westfaliense D y
localizado dos niveles de conglomerados poli- antes del Stephaniense había finalizado la ac-
génicos de cantos redondeados englobados en tividad orogénica.
una matriz grauwáquica y que pueden corres- El metamorfismo regional presente en
ponder a canales subsidiarios de los abanicos toda la zona es de grado bajo a muy bajo, y va
profundos. asociado a la primera fase de deformación,
En total la potencia de este tramo supe- aunque localmente la segunda fase puede lle-
rior puede estimarse en unos 500-600 metros. var asociada una esquistosidad de flujo que da
Tanto el tramo inferior de pizarras como lugar a recristalización y neoformación de mi-
el superior de pizarras y grauwacas presenta nerales.
un alto contenido de fauna de Equinodermos,
Braquiópodos, Lamelibranquios y Cefalópo-
dos, así como de restos de cortezas vegetales V.3.1 TECTONICA
reticuladas y tallos de plantas. Los estudios La deformación hercínica de la Zona
paleontológicos determinaron las siguientes Sudportuguesa se ha desarrollado según tres
especies, cuya distribución estratigráfica per- fases principales de plegamientos y dos etapas
mite datar el Grupo Culm de la Zona Sudpoi- de fracturación.
tuguesa, en España, como del Viseiense supe- - Primera fase: Da lugar a pliegues apre-
rior: tados, generalmente isoclinaies, de dirección
Equinodermos: Poteriocrinites sp. aproximada E-O, tumbados o volcados, con
Braquiópodos: Protoniella sp.; Spiriferi- vergencia' sur. Desarrolla una esquistosidad de
na cristatus, S C H L O T ; Productus productus, flujo S, que frecuentemente transpone los
MARTIN. planos S, de estratificación.
Lamelibranquios: Posidonomya sp.; Posi- En relación con esta fase pueden existir
donomya becheri, BR O N G ; Archanodon sp. fallas inversas y cabalgamientos, paralelos y
Cefalópodos: Goniatites orientalis, sincrónicos con la S,, cosa que fue puesta de
LIBR ; Dombarites tectus, LIB R ; Goniatites manifiesto por primera vez en Aljustrel (Por-
striatus, S OW ; Goniatites sp.; Goniatites cre- tugal) por S C H E R M E R H O R N y S T A N T O N
nistria, P H I L L ; Lyrogoniatites newsomi geor- (1969).
giensis, M I L L E R & F U R N ISH ; Reticuloceras En España estos cabalgamientos pueden
reticulatum, P H I L L . corresponder con los siguientes contactos:
- Contacto mecánico entre la forma-
ción "Pulo do Lobo" y el Complejo Volcano-
V.3 TECTONICA Y METAMORFISMO sedimentario.
Los materiales devónico-carboníferos - Contacto entre el C.V.S. y el Grupo
que constituyen la Zona Sudportuguesa han Culm desde la frontera portuguesa hasta el sur
sido intensamente deformados por la orogenia de El Cerro del Andévalo.
Hercínica en distintas fases de plegamiento y - Contacto mecánico entre volcanitas
fracturación. La totalidad de los autores que básicas y el Culm en el anticlinal de Villanue-
han trabajado en la zona relacionan estas de- va de las Cruces.
formaciones con la fase Astúrica (Westfaliense- - En el flanco sur del anticlinorio de
Stephaniense). Para SCHERMERHORN Valverde del Camino, en las inmediaciones de
(1971), la primera fase estaría comprendida Sotiel Coronada, contacto entre Devónico-
entre el Westfaliense A y D; F A N T I N E T Carbonífero indiferenciado y volcanismo áci-
(1971) también relaciona estos plegamientos do.
con el Westfaliense D (ante o post); según - Contacto entre C.V.S. y Culm al sur
de la mina de Sotiel. cuarzo + mica blanca + albita + clorita (acce-
- Segunda fase: Esta fase da lugar a soria) t mineral de epidota (accidental), que
pliegues similares asimétricos, sinesquistosos, definen unas condiciones de metamorfismo de
de mayor amplitud de aquellos de la primera muy bajo grado a bajo grado. Por otro lado las
fase. Desarrolla una esquistosidad S,, subpara- paragénesis definidas en las rocas de composi-
lela a la primera, de dirección N 90-120 E, y ción intermedia y básicas es clorita, mineral
aunque normalmente es de fractura puede lle- de epidota, prehnita, pumpellita, anfíbol (ac-
gar a ser localmente de flujo. Son frecuentes tinolita-tremolita), carbonatos, cuarzo y albi-
en esta fase la formación de pliegues fallas por ta. El anfíbol y sobre todo la clorita aparecen
roturas de los flancos invertidos. deformados y orientados con la primera es-
Las dos primeras fases determinan las di- quistosidad. No existen signos aparentes de
rectrices estructurales regionales de la Zona deformación en la pumpellita y clinozoisita,
Sudportuguesa. y sin embargo s í aparecen en la prehnita. La
- Tercera fase: Da lugar a pliegues con- presencia de pumpellita (grado muy bajo de
céntricos suaves y pliegues tipo "kink" y metamorfismo) es constante en todo el área
"chevron". La dirección de estos pliegues es de la Zona Sudportuguesa.
aproximadamente N-S, con ligeras variaciones La interpretación del metamorfismo ha
al Este o al Oeste, por tanto ortogonal a la de sido controvertida. S C H ERMERHORN
las dos primeras fases, dando lugar a frecuen- (1975) considera un metamorfismo monofási-
tes fenómenos de ensilladura en los ejes de las co y progresivo y traza dos dominios que se
mismas. Esta tercera fase no desarrolla una sitúan a un lado y a otro de la isograda de la
verdadera esquistosidad, pero sí da lugar a una pumpellita-prehnita. B E R N A R D y S O L E R
fracturación más o menos manifiesta que a (1980) rebaten esta idea al encontrar la pum-
veces ha sido definida como un "strain-slip- pellita aleatoriamente distribuida por toda la
cleavage". zona, y consideran que no se alcanza la facies
- Fracturación: Pueden diferenciarse de esquistos verdes, al no desaparecer dichos
dos tipos fundamentales de fracturas: longitu- minerales. RO U T H I E R (1980) considera un
dinales y transversales. Las primeras corres- metamorfismo polifásico con un primer esta-
ponden a los cabalgamientos descritos en la dio ligado a la primera fase de deformación, y
primera fase. Las segundas son las más mani- un segundo episodio asociado a la segunda fa-
fiestas a escala cartográfica y han funcionado se tectónica.
como desgarres que pueden alcanzar saltos de En cuanto al metamorfismo de contacto
varios kilómetros. Las más importantes son: es originado por dos tipos de rocas: "sills"
Falla Eduardo (afectando al anticlinal de básicos (diabasas) e intrusiones graníticas. Los
Riotinto). "sills" básicos dan una orla metamórfica más
Falla de La Granada de Riotinto. estrecha y cuyos minerales están deformados
Falla Romanita. y orientados con la primera esquistosidad. El
Falla de San Silvestre de Guzmán. metamorfismo de contacto se manifiesta más
claramente en las rocas peliticas, variando pa-
V.3.2 METAMORFISMO ra el caso de los "sills" básicos, de facies lige-
Los materiales devónico-carboníferos de ramente mosqueadas (segregaciones micáceo-
la Zona Sudportuguesa presentan un meta- arcillosas) a facies de corneanas hornbléndi-
morfismo regional, fundamentalmente diná- cas; en el caso del metamorfismo de contacto
mico, de grado muy bajo a grado bajo. Local- originado por las,rocas graníticas la intensidad
mente aparecen fenómenos de metamorfismo del metamorfismo no sobrepasa las facies de
de contacto debido a la existencia de rocas corneanas de albita-epidota.
intrusivas ("sills" de diabasas y granitos s.1.).
Los rocas volcánicas son las más apropia-
das para definir las paragénesis del metamor- V.4 DEPOSITOS MINERALES
fismo regional. En las rocas de composición
ácida dicha paragénesis viene definida por Más de 60 minas de sulfuros y cerca de
300 de manganeso configuran el cuadro mine- do marino inestable debido a la actividad vol-
ro de la Faja Pirítica, que como se apunta en cánica. Estos lodos originan depósitos estrati-
el capítulo de estratigrafía está constituida por formes masivos, cuya deposición pudo hacerse
la alineación volcanosedimentaria del Tournai- en condiciones de tranquilidad cerca de los
siense-Viseiense inferior y medio. Actualmente focos de emisión (en ausencia de corrientes o
toda la actividad está centrada en la minería deslizarnientos), dando lugar a yacimientos
de piritas y sulfuros complejos, mientras que "proximales" que generalmente llevan asocia-
la de manganeso está totalmente abandonada. dos una mineralización diseminada de pirita
Agrupando criterios genéticos y descrip- frecuentemente rica en calcopirita, tipo
tivos se pueden clasificar los depósitos minera- "stockwork", de geometría'columnar por co-
les de la Faja Pirítica en tres grupos: rresponder a chimeneas de aporte de los ele-
a) Yacimientos de sulfuros masivos (pi- mentos que originan las menas, o por el con-
ríticos y complejos). trario, redepositándose a distancias variables
b) Yacimientos de manganeso. de su fuente de origen, dando lugar a yaci-
c) Yacimientos filonianos. mientos "distales" que no tienen "stock-
work" asociado. Entre estos dos tipos hay si-
V.4.1 YACIMIENTOS DE SULFUROS MASIVOS tuaciones intermedias. Las masas de sulfuros
sufrieron posteriormente modificaciones debi-
En la actualidad es generalmente acepta- das al plegamiento hercínico y a procesos de
da la hipótesis singenetista, exhalativo-sedi- alteración y removilización.
mentaria, para este tipo de mineralizaciones. Para distinguir en la actualidad ambos ti-
El origen singenético sedimentario se pone de pos de yacimientos hay que recurrir a las fa-
manifiesto por ser de tipo estratiforme, por la cies del volcanismo ácido correspondiente y a
asociación existente entre las metalizaciones y las estructuras sedimentarias de la mineraliza-
determinados niveles de la columna estratigrá- ción. Así, los depósitos "proximales" se en-
fica, por la concordancia de las masas con las cuentran relacionados con facies gruesas de
rocas encajantes y la transición gradual entre rocas piroclásticas y en ellos las estructuras
ambas, y por la presencia de estructuras sedi- sedimentarias son infrecuentes y groseras, por
mentarias en muchas masas de piritas (bandea- el contrario los depósitos "distales" se en-
do, estratificación gradada, etc.). El origen ex- cuentran relacionados con facies finas de ro-
halativo es evidente debido a la estrecha aso- cas piroclásticas y las estructuras sedimenta-
ciación de las masas minerales con las rocas rias como "slumping", estratificación gradua-
volcánicas. da, etc., son claras.
El proceso de deposición de las masas de Los procesos de meteorización durante
pirita se puede explicar de la siguiente mane- el Secundario y Terciario originaron las mon-
ra: teras de hierro oxidadas o "gossan" (constitui-
En las Últimas etapas de cada ciclo del vol- do principalmente por hematites, goetita y li-
canismo ácido submarino fisural, instalado en monita y pequeñas cantidades de oro y plata),
la región durante el Tournaisiense-Viseiense y un enriquecimiento secundario de los cria-
medio, se producirían vapores sulfurosos, bien deros en la zona de cementación (por lixivia-
a través del cono central o más bien por algu- ción de la mineralización al descender el nivel
no de sus adventicios, que se disuelven en el hidrostático), concentrándose el cobre en for-
agua del mar. En cuencas de ambiente reduc- ma de calcosina y covellina. Estas monteras de
tor y, por procesos bacteriológicos, se produce hierro fueron los principales indicios que per-
el ión sulfuro S- que al combinarse con los mitieron llegar al mineral en épocas pasadas a
cationes metálicos (Fe, Cu, Pb, Zn, Au, Ag) tartesos, fenicios y romanos.
contenidos en salmueras oceánicas y/o proce- Morfológicamente los depósitos masivos
dentes de la sedimentación normal de la cuen- son generalmente lenticulares con dirnensio-
ca, origina lodos geliformes de sulfuros com- nes de 50 a 3.000 m de longitud, 3 a 100 m
plejos que se depositarían en pequeñas depre- de potencia, 50 a 350 m de profundidad y un
siones continuamente neoformadas en un Ton- tamaño de < 1 a > 50 millones de toneladas.
Se estiman en cerca de 750 millones de mo.
toneladas las reservas de esta Faja Pirítica con Los criaderos de manganeso suelen estar
la siguiente composición media: 44-48% S, asociados a los jaspes y son posteriores en el
39-44% Fe, 2-6% Cu + Pb + Zn, 0,2-1,5 gr/Tm tiempo a las facies de sulfuros ya que al tener
Au y 5-30 gr/Tm Ag. Entre los constituyentes el manganeso poca afinidad por el azufre per-
menores hay arsénico en un 0,3-05 % , selenio, manece más tiempo en suspensión en el agua
cobalto, mercurio y otros, en cantidades insig- del mar, precipitando posteriormente. Respec-
nificantes. Se admite que 500 millones son to a los focos volcánicos son depósitos más
reservas seguras y el resto mineral probable. distales que aquellos de sulfuros. Están asocia-
Aunque se citan hasta 34 especies de mi- dos con las fases silíceas póstumas del volca-
nerales metálicos primarios, la mena compren- nismo.
de: pirita (60 al 90% del total), calcopirita, Litológicamente las mineralizaciones de
galena, blenda, arsenopirita, pimotina y cina- manganeso van ligadas a las facies finas del
brio, que justifican sobradamente el carácter volcanismo ácido segundo, donde se encuen-
polimetálico y complejo de estos depósitos. tran la mayoría de los jaspes manganesíferos.
La ganga son carbonatos (0-25%) y silicatos Esta asociación con el segundo volcanismo se
(5-15%). puede observar en las Figs. V.3 y V.6, corres-
Las metalizaciones se hallan exclusiva- pondientes a las minas de Santa Catalina y
mente en el llamado Complejo Volcánico Se- Soloviejo respectivamente. En la actualidad
dimentario asociadas al volcanismo ácido ini- no existe ninguna explotación activa de man-
cial (Figs. V.4, V.5, V.7, V.8). Acompañando ganeso, y se pueden citar como depósitos más
a los ya~imientosde sulfuros se encuentran importantes los siguientes: Soloviejo, grupo El
azufrones de pirita grosera, con diseminacio- Morante, Pepito, Oriente, El Cuervo, Romeri-
nes de pirita y calcopirita en las tobac y piza- ta-Pimpollar, La Calañesa, Paste:era, La Isabel,
rras de este C.V.S. Santa Catalina, Cicerón, Aurora, E1 Toro, etc.
Las minas que se encuentran en explota-
ción en la actualidad son las siguientes: Rio-
tinto, Tharsis, La Zarza, Aznalcóllar, Herre- V.4.3 YACMIENTOS FILONIANOS
rías, San Telmo, Lomero-Poyatos y se encuen- Aunque son relativamente abundantes
tra en fase de preparación la mina de Sotiel. tienen muy poca importancia económica pues
todos ellos responden a pequeñas labores inac-
V.4.2 YACIMIENTOS DE,MANGANESO tivas en la actualidad. Los depósitos más im-
Al igual que las mineralizaciones anterio- portantes de este grupo son: La Ratera (co-
res, estos yacimientos aparecen sólo dentro de bre), Río Columbel y Las Viñas (sulfuros
la secuencia volcano-sedimentaria, en general complejos), Los Angeles (fluorita), Dedi y Au-
en relación con el segundo volcanismo (V, ), rora (plomo), Diana (zinc), Nerón (antimo-
aunque existen manifestaciones manganesífe- nio). Además existen algunos indicios de bari-
ras locales en relación con el primer volcanis- ta.

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VI EL CARBONIFERO DE SIERRA MORENA

Cecilio Quesada

~ i v i s i ó nd c (;rologi3 (Instituio C;eológico y Minero dc Ilspaña).


VI EL CARBONIFERO DE SIERRA MORENA

VI. 1 INTRODUCCION (LOTZE, 1945).


- Zona de Ossa-Morena.
Desde un purito de vista geológico el sur- - Zona Sur portuguesa.
oeste de la Península Ibérica ha sido dividido Es generalmente admitido que el límite
en tres zonas cuyas características estratigráfi- entre las Zonas Sur-portuguesa y de Ossa-Mo-
cas, petrológicas y estructurales difieren sus- rena viene marcado por el cabalgamiento de
tancialmente (LOTZE, 1945; JULIVERT et Ficalho-Almonaster, límite meridional de los
al., 1974). macizos de Evora-Beja y Aracena.
De Norte a Sur, dichas zonas son (Fig. Por el contrario, el límite entre las zonas
VI-1): de Ossa-Morena y Centroibérica ha sido muy
- Zona Centro Ibérica (JULIVERT et d i s c u t i d o en tiempos recientes. L O T Z E
al., 1974) o Zona Luso Oriental-Alcúdica (1945) y JULIVERT et al. (1974) sitúan di-

ZONA CENTRO-IBERICA
- -- -

o ) com%as pracdmbricos
ZONA CANTABRICA

m
b) Afloramintos dml'olb de SODO"
~ ~d. los bdroch*s
~ l i
0
~
precámbrico del nicle0
del antiforme del Narcea
ZONA DE OSSA-MORENA
a) Afloramientos da ~rac6mbrlco
ZONA SUR,PORTUGUESA
'm ZONA ASTUROCCIDENTAL

0 ) ~recdmbricodel núcleo
del pliegue acortado de
a) Ranla pirltifara Mondoh*do

Fig. VI-1 .- Subdivisión del macizo Ibérico, según A-LOTZE (1945) y BJULIVERT et al. (1974).
cho límite en el batolito de Los Pedroches. edad precámbrica, separadas por bandas en las
GARROTE (1976) y R O B A R D E T (1976) lo que afloran rocas paleozoicas nada o débil-
consideran localizado en la falla de Azuaga, mente metamorfizadas (Fig. VI.2).
un desgarre sinistroso con varias decenas de Buenas descripciones regionales pueden
kilómetros de salto. Más recientemente, C H A - encontrarse en los trabajos de D E L G A D O
C O N y P A S C U A L (1977) y B U R G et al. QUESADA (1971), LINAN (1978), C H A C O N
(1981) consideran a la llamada Zona de Ciza- (1979), P E R E Z LORENTE (1979), A P A L A -
lla Coimbra-Córdoba o Porto-Badajoz-Córdo- TEGUI et al. (en prensa), ARRIOLA et al. (en
ba, de la que la falla de Azuaga representa su prensa), EGUILUZ et al. (en prensa), FER-
límite meridional, como el elemento de sepa- N A N D E Z CARRASCO e t al. (en prensa), G A -
ración entre ambas zonas. R R O TE et al. (en prensa).
Los materiales carboníferos están muy La mayor parte de los materiales precám-
representados en la Zona Surportuguesa, y bricos de la Zona de Ossa-Morena fueron me-
son objeto de otra parte de este libro. En la tamorfizados y deformados al final del Pre-
Zona de Ossa-Morena existen afloramientos cámbrico (PEREZ LORENTE, 1979; C H A -
discontinuos correspondientes a tres interva- C O N , 1979; C U E T O et al., 1983; EGUILUZ
los diferentes (Carbonífero inferior, Westfa- & QUESADA, 1980). El ciclo orogénico her-
liense y Stephaniense superior-Autuniense), ciniano responde a un régimen de cizalla, sien-
siendo escasos los materiales carboníferos en do responsable de los rasgos fundamentales de
la Zona Centroibérica, representados funda- la estructura actual de la Zona de Ossa-More-
mentalmente por la cuenca Stephaniense B de na.
Puertollano, cuya descripción se incluye aquí Uno de los rasgos más característicos de
por razones de proximidad a Sierra Morena, y esta zona lo coonstituye la profusión de mani-
por su aislamiento respecto a otras áreas con festaciones ígneas, concentradas en distintos
sedimentación carbonífera. momentos de su historia. Así, una gran parte
Un hecho de especial significación es que de las rocas precámbricas son de origen ígneo,
los afloramientos de edad Carbonífero infe- tanto volcánico como plutónico ( A R R I O L A
rior sobrepasan los límites entre las diferentes et al., en prensa; EGUILUZ et al., en prensa;
zonas. Cabe pensar, por tanto, que la diferen- CUETO et al., 1983). En el Carbonífero tam-
ciación entre las mismas fue un proceso ante- bién existió una actividad ígnea importante,
rior a la sedimentación de los materiales car- de gran interés en nuestro caso, pues tuvo lu-
boníferos. gar, al menos en parte, simultáneamente a la
sedimentación de los materiales que aquí se
describen (PEREZ LOTENTE, 1979; G A -
VI.1 .l ENCUADRE REGIONAL R R O T E & BROUTIN, 1979; GARROTE &
La zona de Ossa-Morena es una unidad SANCHEZ CARRETERO, 1983).
caracterizada por la existencia de un buen nú- El Carbonífero en la Zona de Ossa-More-
mero de dominios estrechos y alargados cuyos na aparece en afloramientos desconectados,
límites corresponden, en la mayor parte de los en general de reducidas dimensiones, y con
casos, a fallas de desgarre (CHACON et al., características sedimentarias y estratigráficas
1974; D E L G A D O QUESADA et al., 1977). diferentes. Hasta tiempos muy recientes han
En conjunto puede considerarse como una zo- sido considerados, en su mayor parte, como
na de cizalla de gran escala, en la que la bien cuencas diferentes a causa de la falta de estu-
conocida zona de cizalla Porto-Badajoz-Cór- dios bioestratigráficos, estructurales y, funda-
doba (CHACON & P A S C U A L , 1977; L E - mentalmente, sedimentológicos.
FORT & RIBEIRO, 1980; B U R G et al., EP el momento presente, si bien la falta
1981) no es más que uno de sus elementos de datos bioestratigráficos y sedimentológicos
más importantes. es aún importante, es posible integrar los dis-
Destacan en dicho conjunto cizallado tintos afloramientos en grandes conjuntos, de
tres bandas alargadas en las que afloran mate- los cuales se empieza a vislumbrar esquemáti-
riales metamórficos, en su mayor parte de camente su evolución en el contexto regional.
oC 50 100 Km 5 Dominio Cdrdoba - A l a n i r

rd ZOFata 3J:lr:RTUGUESA
6 Dominio de Sicrrq Alborrana
7 Alineacidn m~m6t1coLa Caronada-Villav~cior.

ZONA DE OSSA - MORENA


8 Dominio da Valencia de lar Tornr- Cerro Murlano
9 Cuenca carbonifsra da1 Guadiote - Matochal
C.F.A.-Cabalgamiento Ficalho- Almonastsr la Real Alineaciones metam6rficas
10 Alineatldn voicbnica Vamr-Guodaiborbo
F.M. -Falla de Malcocinado
11 Dominio W e j o -Valrcquillo- Pueblo de Iq Reina
Batolito de los Pedroehes y su prolongaci6n W.
E A . -Falla de Azuoga
-
r A n t t c l i n o r i o Portalepra Badajaz- Cdrdoba

p. . 1.
. .. . ,
ZONA CENTRO IBERICA

Fig. VI.2.- Distribución de las principales unidades y dominios de la Zona de Ossa-Morena.


VI.1.2 ANTECEDENTES de Valdeinfierno.
La literatura geológica de la región mues- Otros trabajos de interés local son los si-
tra una gran profusión de trabajos de tipo mi- guientes:
nero sobre aquellas áreas con explotaciones de Cuenca de Puertollano
carbón. Destaca especialmente el número de G A M B O A & P A C H E C O (1923) dan una
publicaciones sobre la cuenca de Peñarroya- descripción general de la cuenca, en base a
Bélmez-Espiel o del Guadiato. De los primeros observaciones en mina.
tiempos son reseñables los trabajos de P E L L I - A L V A R A D O & M E N E N D E Z (1930) pu-
C O ( 1 8 4 4 ) , P A R R A N (1876), G R O T H blican la columna de un sondeo que atravesó
(1911), M A L L A D A (1927) y B O U R B O N la cuenca en su totalidad, centrándose en la
(1927). Más recientes son los trabajos de O R - descripción de los niveles de pizarras bitumi-
T U R O (1971) sobre la parte productiva de la nosas de la parte baja de la sucesión Stepha-
Cuenca, y de W E I S F L O G (1963), que estudió niense.
detalladamente las series con carbonatos de W A G N E R & U T T I N G (1967) describen
esta cuenca, a las que asignó una edad Viseen- las influencias volcánicas en la serie de Puerto-
se medio-superior. llano, que datan como Stephaniense B-C por
Posteriormente, PEREZ LORENTE su contenido florístico.
(1979) hace un completo estudio del Carboní- Finalmente, PESEK & K R Á L Í K (en
fero de esta cuenca, en la que distingue tres prensa) abordan el estudio de los materiales
bandas diferentes separadas por cabalgamien- tobáceos en la sucesión de Puertollano, que
tos: son de composición riodacítica.
- La banda septentrional corresponde a '/alle de Los Pedroches
la parte productiva de la cuenca y contiene D I S X A U T & C R O U S I L L E S (1976) citan
sedimentos fluviales a los que asigna una edad 'la presencia de rocas básicas y ultrabásicas en
Namuriense-Westfaliense B-C. En esta banda el sector Varas-Guadalbarbo, que interpretan
interpreta ,que el abanico aluvial de Espiel como parte de una suite ofiolítica hercínica.
contiene elementos trabajados previamente P E R E Z L O R E N T E (1979) cita, por pri-
por glaciares, en base al pulimento y estriacio- mera vez, la existencia de rocas volcánicas áci-
nes que presentan numerosos bloques y can- das. e i n t e r ~ r e t ala secuencia carbonífera co-
tos. mo turbiditas formadas en un sistema de aba-
- La banda central contiene una secuen- nicos submarinos.
cia carbonatada en la base, detrítica con car-
bón, al techo, al que atribuye una edad Vise- Cuenca d e Benajarafe
ense superior-Narnuriense, y considera poste- C A R B O N E L L (1917) hace referencia
rior a la segunda fase de deformación regional. por primera vez a esta cuenca con el nombre
- La banda meridional incluye secuen- de Cuenca de los Hatillos.
cias turbidíticas a las que asigna una edad Vi- G A R R O T E & B R O U T I N (1979) estu-
seense superior pre-fase 2. Correlaciona este dian esta cuenca concluyendo que la sucesión
"culm" con el "culm" de Los Pedroches, que está constituida por una parte basal detrítica,
también estudia, y en el que describe, por pri- con capas de carbón y, sobre ella, una potente
mera vez, la existencia de rocas volcánicas in- secuencia volcánica y volcanoclástica con in-
tercaladas en su base. tercalaciones lutíticas. La presencia de palino-
De valor más general son los trabajos de morfos en la parte basal les permite datarla
G R A N D ' E U R Y (1877), H A R T U N G (1941), como Tournaisiense superior.
G O T H A N en SIMON (1941, 1943, 1950) y, B A E Z A R O J A N O et al. (1978) y B A E -
sobre todos, J O N G M A N S (1951,1956) en los Z A RO J A N 0 et al. (1981) describen minerali-
que se aportan numerosos datos sobre la flora zaciones exhalativo-sedimentarias de sulfuros
de las distintas cuencas. De especial interés polimetálicos y de hierro, asociados a la parte
fue la atribución por J O N G M A N S al Carboní- volcánica de la secuencia.
fero inferior, "culm" en palabras del propio Recientemente, G A B A L D O N et al.
autor, de la cuenca claramente postorogénica (1983) establecen que esta cuenca correspon-
de a una sedimentación marina en zona de Por último, B R O U T I N (1974, 1977,
lagoon, y la relacionan con las cuencas del 1981, 1982) estudia detalladamente las cuen-
Guadiato y del Valle de Los Pedroches. cas de Guadalcanal y Urbana en las que en-
Cuencas de Los Santos de Maimona, Bienveni- cuentra un amplio número de especies, tanto
da y Casas de Reina de flora como de palinomorfos, que le permi-
L A C A Z E T T E (1919) y N A V A R R O &
ten considerarlas como Stephaniense superior-
L A C A Z E T T E (1922) describen de forma ge-
Autuniense superior. Para este autor, se trata
neral estas pequeñas cuencas de la provincia de cuencas lacustres, por la presencia de con-
de Badajoz, atribuyéndolas al Namuriense en chas del género Leaia (crustáceo de agua dul-
base a la flora que contienen. ce). Importancia especial tiene el descubri-
O D R I O Z O L A et al. (en prensa) y A P A -
miento por BRO U T I N de una mezcla de flo-
ras continentales en estas cuencas: sobre un
L A T E G U I et al. (en prensa) estudian estas
cuencas y establecen la sucesión estratigráfica fondo de flora Stephaniense euroamericana ba-
de las mismas. nal existen plantas de origen cathaysiano,
gondwánico y, en menor medida, angaridiano.
Cuenca de Berlanga
Fue estudiada por P E R E Z G A R C I A Cuenca de Villanueva del R í o y Minas
(1971) que encontró una flora típica del Car- M A L L A D A (1927) divide la serie en tres
bonífero inferior, cuy o elemento más caracte- tramos, con un espesor total de 80 m, y cita la
rístico es ~ e ~ i d o d e n d r olosseni.
n existencia de cuatro capas de carbón.
SIM ON' (1950) describe la serie estrati-
Cuenca de Valdeinfierno gráfica de la cuenca a la que asigna una edad
C A R B O N E L L ('917) hace una referen-
"probable" Wes'faliense B. Asimismo, inter-
cia a esta cuenca y la correlaciona con la de
preta la estructura como un sinclinal.
Benajarafe.
GARCIA LOYGORRI & ORTITRrJ
Los primeros trabajos de interés se deben (1968) estudian la cuenca en detalle y ponen
a J O N G M A N S (1949) y J O N G M A N S Y M E - de manifiesto numerosos cambios de facies y
L E N D E Z (1950) que describen su contenido
de potencia. Para estos autores esta cuenca es
florístico, asignándole una edad Carbonífero de tipo límnico y los carbones son autócto-
inferior. ' nos.
Más tarde W A G N E R (1978) precisó la G A R C I A L O Y G O R R I & D O L L E (1972)
edad como Tournaisiense superior, haciendo describen un buen número de tosnteins en es-
hincapié en la presencia de potentes depósitos te área. En este mismo año, O R T U R O (1971)
de fanglomerados ligados a actividad orogéni- cita floras del Westfaliense medio.
ca.
Finalmente, G A B A L D O N et al. (1983) Cuenca del Viar
han interpretado esta cuenca como una cuen- T E N O R I O & N A V L E T (1920) mencio-
ca lacustre intramontañosa ligada a una zona nan la existencia de una capa de carbón de
tectónicamente activa. unos 6 0 cm, y una flora que, en su opinión,
Cuencas de Fuente del Arco, Guadalcanal, Ur- representa al Carbonífero superior.
bana, Alanís y San Nicolás del Puerto G A V A L A (1927) presenta una cartogra-
L A C A Z E T T E (1919) estudia la cuenca fía de la zona y cita la presencia de troncos
de Fuente del Arco, interpretandola como silicificados. Asigna edad pérmica a esta cuen-
una fosa tectónica entre bloques más anti- ca.
guos, levantados. R U I Z F A L C O & M A D A R I A G A (1941)
M I N G A R R O (1962) describe cada una describen una flora que atribuyen al Pérmico.
de estas cuencas desde el punto de vista estra- A C H A & S U A R E Z (1972) distinguen
tigráfico, y cita una flora a la que atribuye tres tramos en la serie de esta cúencá, y ponen
una edad Westfaliense D-Stephaniense A. Sin de manifiesto la existencia de mineralizacio-
embargo, en el mismo año, M E L E N D E Z & nes de uranio en el tramo intermedio (tramo
M I N G A R R O (1962) sitúan dicha flora en el gris).
tránsito Stephaniense-Pérmico. Por Último, B R O U T I N (1981) ha estu-
diado la flora y el polen del citado tramo gris, varse en la Fig. VI.3.
encontrando gran similitud con el de la cuen- Con la excepción de la cuenca continen-
ca de Guadalcanal, por lo que le atribuye la tal de Valdeinfierno, todos los demás aflora-
misma edad. mientos contienen sedimentos de origen mari-
no que pertenecen a dos. cuencas diferentes.
Tales cuencas estaban separadas por un área
continental emergida, alargada en dirección
V1.2 ESTRATIGRAFIA NW-SE, correspondiente a una parte de la Zo-
na de Ossa-Morena actual ( G A B A L D O N et al.,
VI.2.1 CARBONIFERO INFERIOR 1983). La distribución de los distintos am-
En la Zona de Ossa-Morena aparecen ma- bientes sedimentarios será tratada en detalle
teriales de esta edad en afloramientos general- más adelante (VI.2.1.h).
mente de reducidas dimensiones, si se excep- Unicamente los afloramientos del sector
túan los correspondientes al Valle de Los Pe- de Santa Olalla de Cala pertenecen con seguri-
droches. Su distribución regional puede obser- dad a la cuenca meridional, representando el

Zona Centroib6rica

Alineación O l i v e n z a - M o n e s t e r i o
Unidad de Elvos -Cumbres Mayores

z o n a sur Portuguesa

m A f l o r o m ~ e n t o s de Carbonifero i n f e r i o r

' 1- Zona Sur Portuguesa


6
m- Vsldeinfierno
1
1

u - Sector de Santo Olallo de Cola lTU-Benaiorafe-Matachel

m-Los Sontoi de Maimona E-Guodiato

m- Bienventdo X- Guodolborbo
P - Casos de Reina n-Pedrpcheí
m - Berlango X I I -Üundalrnez

Fig. V1.3
resto de ellos distintas partes de la cuenca ma- res de varios centenares de metros.
rina septentrional. Sobre los materiales básicos se sitúan ro-
La edad de ambas cuencas puede esti- cas volcánicas ácidas de tipo piroclástico (to-
marse Viseense s.l., si bien localmente se ha ba$ tobas soldadas y cenizas), P E R E Z L O -
probado la presencia de términos de edad Tour- R E N T E (op. cit.). Su espesor es menor que el
naisiense superior (Benajarafe) o Namurien- de las rocas básicas (varias decenas de metros)
se inferior (Guadiato). Por el momento no se y pueden incluso faltar.
ha demostrado la existencia de materiales más Intercalados en la acumulación volcánica
modernos, faltando, por tanto, los elementos existen niveles de pizarras verdes idénticas a
de conexión entre los depósitos de estas cuen- las que se sitúan sobre ella. Asimismo, hacia la
cas y los francamente continentales del Carbo- parte alta de la secuencia volcanoclástica se
nífero superior. intercalan niveles de calizas y de productos de
la erosión de los aparatos volcánicos. Tales ca-
Vi.2.l .a Valle d e Los Pedroches lizas aparecen siempre como capas elásticas
Constituyen los afloramientos más sep- discontinuas, constituidas por elementos cal-
tentrionales y de mayores dimensiones de to- cáreos y detríticos retrabajados. Los clastos
da la región, y poseen la peculiaridad de pro- carbonatados incluyen facies de tipo arrecifal
longarse a ambos lados de todos los límites y otras, de aguas muy someras, con abundan-
propuestos por diferentes autores, entre las tes fragmentos de bioclastos, algas y oolitos.
zonas de Ossa-Morena y Centroibérica (véase - La parte superior de la secuencia co-
VI.í), pues los afloramientos continúan al rresponde a una sedimentación más arenosa
Norte del batolito de Los Pedroches, encon- que se va instalando de manera progresiva en
trándose los últimos de ellos en Guadalmez y la cuenca, que fue considerada como corres-
en la Sierra de San Pedro ( A L M E L Aet al., pondiente a sedimentación turbidítica de aba-
1961). nicos submarinos profundos (PEREZ LO-
Una transversal comprendida entre Villa- RENTE, 1979). Sin embargo, trabajos recien-
nueva del Duque y Pozoblanco ha sido estu- tes han puesto de manifiesto la existencia de
diada con detalle por P E R E Z LORENTE evidencias claras de ambientes relativamente
(1979) desde el punto de vista sedimentológi- someros, fundammtalmente ripples de oscila-
co y estructural. ción y hummocky cross-bedding, por lo que
La complejidad estructural de la zona, muy probablemente la sedimentación en este
con superposición de estructuras debidas a sector tuviese lugar en zonas de plataforma,
tres fases de plegamiento sucesivas, y la falta dominadas por tormentas. Este Último punto
de niveles guía continuos limitan en gran me- viene corroborado por el carácter turbidítico
dida el reconocimiento de estos materiales. En de la mayor parte de las capas arenosas y la
conjunto, la sucesión esquemática de este sec- presencia de los ya mencionados hummockies.
tor consta de los siguientes términos (Fig. En el sector del Tiradero puede medirse
VI.4): una potencia mínima, de este tramo, de unos
- Una parte inferior con presencia de 700 metros.
material volcánico y volcanoclástico que pre- Es de resaltar que esporádicamente apa-
senta numerosos cambios de facies y de espe- recen, hacia la parte baja de este tramo, nive-
sor. La manifestación ígnea más antigua co- les carbonatados con iguales características
rresponde a vulcanitas básicas de composición que los descritos en el intervalo inferior.
basáltica, efusivas en condiciones submarinas, Los únicos restos fósiles encontrados en
pues son muy comunes las estructuras de pi- los materiales terrígenos corresponden a briz-
llow-lavas. Asimismo, es frecuente encontrar nas inclasificables de plantas muy maceradas y
materiales piroclásticos de idéntica composi- escasos crinoides. Sin embargo, las calizas con-
ción intercalados entre las coladas. tienen gran cantidad de fragmentos de fósiles
Lateralmente estas vllilcanitas básicas pa- (algas, equinodermos, briozoos, foraminífe-
san a ''po1vos de hematites", que en el sector ros) que permiten atribuir a dichos niveles una
de Monterrubio de La Serena alcanzan espeso- edad Viseense medio-superior (ARMENG OT
eA
- Facies arenosas a heterolíticas
A e Hummocky
w Facies canalizadas arenosas
-
c
A
Facies arenosos
%.Y

-
-
Estrat. cruzada d e surco

Estrat. cruzada de bajo Óngulo

Laminación paralela
i

fi Ripples

A Ripples de oscilacidn
A
r" Focies heteraliticas -... ~ranoreleccidn
-
-
....
- n r Calizas

- --
A A A Vuicanitas dcidas

--. Polvos de hematites


con estratificación lenticular
v o V o Vulcanitas básicas
-
A
U)

....
- .- con capas turbidíticas
.-
+ -
-
f
U)
.-aol masivas
o
L.

...-
- Facies lutiticas y carbonatodas

Rocas volcanicas y polvos de hematites

Fig. VI.4.- Columna esquemática del Culm de los Pedroches.'

& MARTINEZ, 1972; C R O U S I L L E S et al., níferos, separadas por cabalgamientos. Este


1976; P E R E Z L O R E N T E , 1979). hecho ya fue puesto de manifiesto por P E -
R E Z L O R E N T E (1979). (Véase VI.1.2).
VI.2.1 .b Cuenca det Guadiato La banda septentrional, cob rocas de
Esta cuenca, también conocida por el edad Westfaliense B, aparece desconectada en
nombre de cuenca de Peñarroya-Bélmez-Es- el tiempo de las otras dos, y será tratada más
piel, es uno de los elementos estructurales más adelante (véase VI.2.2.a).
característicos de la Zona de Ossa-Morena. Las otras dos bandas contienen materia-
Los afloramientos carboníferos pueden seguir- les del Carbonífero inferior, si bien aparecen
se con facilidad desde el borde de los recubri- separadas por un cabalgamiento que incluso
mientos terciarios del Valle del Guadalquivir, llega a mostrar el zócalo sobre el que se apoya
hasta los recubrimientos del sector de Magui- el Carbonífero de la banda meridional. Por
lla, con una longitud total de unos 125 Km, y este motivo serán tratadas separadamente.
una anchura que varía entre 2 y 7 Km. Banda intermedia o central
En el sector Fuenteobejuna-Peñarroya- Aflora en esta banda una sucesión cuyo
Bélmez-Espiel, que es, por otra parte, el más muro se desconoce, a causa de su cabalga-
conocido a causa de las explotaciones de car- miento sobre la banda septentrional. Las con-
bón, la cuenca del Guadiato aparece dividida diciones de exposición son bastante deficien-
en tres bandas diferentes de materiales carbo- tes por lo que la serie estratigráfica solamente
se conoce de forma esquemática. de facies notables entre los distintos términos
En conjunto, los tramos visibles más ba- que la componen. La Fig. VI.5, muestra una
jos corresponden a una alternancia de lutitas y columna esquemática correspondiente a uno
areniscas con frecuentes intercalaciones de de los mejores y más variados cortes de esta
conglomerados y de niveles lenticulares de ca- banda (Corte del Arroyo Fresnedoso, al Sur
lizas, algunos de los cuales alcanzan espesores de Bélmez). Lateralmente la serie no es tan
de varios centenares de metros (Sierra Pala- variada como en este corte, estando constitui-
cios, Sierra del Castillo). La potencia mínima da de la mayoría de las zonas, por una alter-
total de este tramo supera los 550 metros. nancia de areniscas y lutitas en la que general-
En niveles lutíticos y de arenas finas se mente no se observa ninguna ciclicidad.
ha recogido una fauna de aguas muy someras Rasgos característicos comunes en la ma-
de crinoides, bivalvos y braquiópodos del Vi- yor parte de los cortes son:
seense superior (WINKLER P R I N S, com. - Cuando se observa la base, existen ni-
pers., 1982). veles conglomeráticos.
Las calizas, por otra parte, son muy ricas - Existe una profusión de lentejones
en restos fósiles (corales, braquiópodos, algas, carbonatados próximos al muro de la serie.
foraminíferos) que, estudiados por W E IS- - Los niveles lutíticos están bioturba-
F L O G (1963) y M A M E T & M A R T I N E Z dos intensamente.
(1981), permiten atribuir una edad Viseense - A lo largo de toda la secuencia los
superior a este tramo. bancos arenosos presentan estructuras de tipo
Las litofacies de las calizas son muy va- wave ripples y, localmente, hummocky cross-
riadas. Existen facies arrecifales, oolíticas, bedding. Buen número de ellos tienen caracte-
bioclásticas y de fango con fósiles. rísticas turbidíticas.
En conjunto, todo el tramo basal repre- - El vulcanismo tiene carácter local,
senta sedimentos en ambientes marinos de a,>areciendo exclusivamente en el sector de
plataforma muy somera. Villanueva del Rey-Sur de Bélrnez.
Sobre dicho tramo, y de manera gradual, Por el momento, los restos fósiles encon-
se dispone un conjunto detrítico con abun- trados son muy escasos. Hay briznas de plan-
dantes cuerpos canalizados de conglomerados tas a lo largo de toda la secuencia, en general
y algunos niveles con suelos de vegetación, inidentificables. No obstante, en algunos pun-
que pasan a capas de carbón, localmente ex- tos privilegiados se han recolectado fragmen-
plotables (Minas del Couce). Este tramo supe- tos clasificables de plantas, principalmente Le-
rior, de marcado carácter fluvial, contiene una pidodendron losseni w E IS S y Archaeocalami-
flora variada que permite datarlo como Namu- tes scrobiculatus SCHLOTHEIM, que en opi-
riense basal (R.H. W A G NER, com. pers., nión de R.H. W A G N E R (com pers.) indican
1982). una edad Carbonífero inferior, probablemente
sin llegar al Namuriense basal. Por otra parte,
Banda meridional recientemente se han recolectado restos de or-
Los materiales que afloran en esta banda ganismos marinos (braquiópodos, bivalvos y
han sido referidos en la literatura como culm gasterópodos) en los niveles basales del corte
o culm de la Alhondiguilla ( P E R E Z L O R E N - del Arroyo Fresnedoso, actualmente en vías
TE, 1979) y correlacionados con las series que de estudio.
afloran en el sector del Valle de Los Pedro- Además, como es general en la región,
ches. los niveles carbonatados han suministrado una
El nivel de erosión actual permite, en la rica microfauna de foraminíferos y algas que
parte central de la cuenca, observar la base de permite datarlos como Viseense medio-supe-
la sucesión que se dispone en discordancia an- ri0r ( P E R E Z L O R E N T E , 1979).
gular y erosiva directamente sobre rocas meta- Respecto a los ambientes sedimentarios
mórficas precámbricas. en que estas series se formaron han sido pro-
A pesar de su reducida anchura media de puestas distintas interpretaciones. P E R E Z LO -
afloramiento, de 1-2 Km, se detectan cambios R E N T E (1979) y A L M A R Z A et al. (1973)
m Vulconltas básicas.

m Conglomerados
Areniscas.
Lutiias.
ErtratificaciÓn wavy
Eatratificacldn lenticular
Estratificación cruzada planar
Hummocky
Rippler.
Ripples de oscllaciÓn.
Laminación paralela.
Bioturbación.
~ Ó s i l e s(crinaider, braqulÓpodos).

Megasecuencia positiva

I/ Megasecuencia negativa

L Lutita
S Arena
G Conglomerado

Fig. VI.5.- Columna esquemática de la banda meridional de la cuenca del Guadiato (Arroyo Fresnedoso, S. de Bélmez).

254
7.- Intercolociones lut;ticos
6 .- Coladas basdilticas
5.- Lobos y tobas ácidas
4 .- Aiternancia lutitos-arenas
m
> > Riolitos Roices
3 .- Grainstones bioclásticos
2.- Conglomerados m Arentscas p Piontos

1 .- Precámbrico C, Fósiles
Lututis

m Conglomerados
Lfi Bioturbación

Lamin paralelo
Carbón

m Calizas y margor
U- Estrot cruzado
gran eriola
Granoselecctón
Brechas con escaso matrta
fragmentos d e harta 30 cm Ripples

m& ~ ~ ~ d ~ ~ ~ ,A dRipples
~ ~de orcb
e ~ a ~ ~ z
loción.
Arenitas epiclosticos con algu-
nos fragmentos de horto 3cm & Estrat. wavy

h Megarec ( + )

v i-i
L - Lutita

S- Arena

Fig. VI.6.- Columnas esquemáticas representativas de la cuenca de Benajarafe y su continuación oriental. Ligeramente
modifjcadas de: 1 . GABALDON et al. (1983); 2. GARROTE & SANCHEZ CARRETERO (1983); y
3. LINAN (1 978).
sugieren que la sedimentación tuvo lugar en continuidad de afloramiento, probablemente
áreas marinas profundas, según un sistema de- representa la prolongación occidental de la
posicional de abanicos submarinos (deep sea cuenca de Benajarafe. Esta atribución puede
fan). hacerse en base, fundamentalmente, a la simi-
Sin embargo, la presencia continua de litud de facies que presentan las series de am-
wave ripples, la aparición local de hummocky bos sectores, principalmente en cuanto a la
cross-bedding, y la bioturbación intensísima composición y secuencia de los episodios mag-
de los niveles lutíticos, junto con la existencia máticos, así como a la presencia de minerali-
local de restos clasificables de plantas y fósiles zaciones similares de sulfuros polimetálicos
marinos de aguas someras en las capas basdes, asociadas a los mismos.
están en contradicción con tal interpretación. En todos los casos la sucesión carbonífe-
G A B A L D O N et d. (1983) y G A B A L D O N et ra yace en discordancia angular y erosiva so-
al. (en preparación), interpretan que la sedi- bre materiales más antiguos pertenecientes a
mentación tuvo lugar en una plataforma so- diferentes unidades estructurales, los llamados
mera abierta, dominada por tormentas, en la dominios en la bibliografía regional.
que el mecanismo principal de aporte de sedi- Los afloramientos de la denominada
mento serían las tormentas, que formarían ca- cuenca del Matachel son discordantes sobre
pas arenosas de tipo storm sand layer, con rocas precámbricas, de edad Rifeense (Suce-
características turbidíticas. Dichos bancos are- siones Montemolín y Tentudia), del dominio
nosos serían retrabajados por las olas, forman- de Valencia de las Torres-Cerro Muriano
do wave ripples y hummocky cross-bedding, a (ARR 10L A et al., en prensa). En la cuenca de
medida que la tormenta fuese perdiendo in- Benajarafe el Carbonífero se sitúa sobre la
tensidad. Formación Azuaga (DELGADO QUESADA,
1971) del dominio de Sierra Albarrana (CH A -
VI.2.1.c La cuenca d e Banajarafe y su prolon- C O N et al., 1974). Sin embargo, en los aflora-
gación oriental mientos más orientales, la serie carbonífera re-
El nombre de cuenca de Benajarafe ha cubre en discordancia al Cámbrico inferior del
sido aplicado históricamente a una banda es- d o m i n i o d e Córdoba-Alanís ( D E L G A D O
trecha, de unos 1 0 Km de largo, de rocas sedi- Q U E S A D A et d., 1977).
mentanas carboníferas localizadas en el borde Este hecho de observación permite ex-
SW de la llamada alineación magmática Villa- traer dos conclusiones importantes de signifi-
viciosa-La Coronada (ENADIMSA,1975, cación regional:
1977; DELGADO Q U E S A D A et al., 1977). la- Buena parte de la estructuración de
Actualmente, sin embargo, la mayor par- la Zona Ossa-Morena es anterior al depósito
te de la citada alineación magmática se consi- de los materiales del Carbonífero inferior.
dera como parte integrante de la serie carbo- 2"- La deformación posterior no ha
nífera de este sector (PASCUAL & P E R E Z modificado sustancialmente la distribución de
LORENTE, 1975; GARROTE & BROUTIN, los afloramientos del Carbonífero inferior, al
1979; G A B A L D O N et al., 1983; G A R R O T E menos en aquellas áreas más proximales de la
& S A N C H E Z CARRETERO, 1983). Esta nue- cuenca sedimentaria.
va interpretación permite relacionar los aflora- Aunque existen numerosos cambios de
mientos de la cuenca de Benajarafe con otros, facies, las series estratigráficas de los diferen-
situados al SE de la misma, incluyendo los tes sectores presentan una serie de caracterís-
localizados al S de Villaviciosa de Córdoba, y ticas comunes, las más importantes de las cua-
otros más aislados que llegan hasta las inme- les se resumen a continuación.
diaciones de Córdoba, donde desapareien ba- - Todas las series completas contienen
jo los sedimentos terciarios del Valle del Gua- dos partes claramente diferenciadas; un tramo
dalquivir (véase la distribución de afloramien- basa1 predominantemente sedimentario, y
tos en la Fig. VI.3). otro superior fundamentalmente volcánico.
Por otra parte, más al NW, la denomina- -- En todos los casos los niveles basales
da cuenca del Matachel, a pesar de la falta de son conglomerados y debris flows, si bien sus
espesores son muy variables de un sector a polimetálicos, algunas de las cuales son explo-
otro. La naturaleza de los clastos y cantos está tables.
influenciada directamente por el basamento Descripciones parciales de este tramo
sobre el que se apoyan. volcánico pueden encontrarse en los trabajos
- En conjunto, el tramo inferior contie- de PASCUAL & P E R E Z LORENTE (1975),
ne materialek depositados en ambientes mari- B A E Z A ROJANO et al. (1978) y BAEZA
nos muy someros, aunque localmente puedan ROJANO et al. (1981), A P A L A T E G U I & H I -
haber existido períodos de emersión. En todo G U E R A S (en prensa), A R R I O L A et al. (en
este tramo son abundantes los fragmentos de prensa).
plantas y fósiles marinos de aguas someras, Desde el punto de vista bioestratigráfico,
siendo la bioturbación el rasgo más caracterís- L IÑ A N (1978), en afloramientos próximos a
tico de los intervalos lutíticos. Córdoba, describió una fauna rica de braquió-
- En la mayor parte del área los niveles podos, corales, bivalvos, gasterópodos, forami-
basales del tramo volcánico consisten en mate- níferos y goniatites que, junto con algunas al-
rial epiclástico, derivado de rocas volcánicas gas, caracterizan el Viseense medio-superior,
básicas e intermedias. Estas rocas epiclásticas siendo los ejemplares de la familia Giganto-
comúnmente presentan estructuras sedimenta- productidae los elementos más representati.
rias, tales como estratificación cruzada planar vos.
de gran escala, típicas de ambientes de playa. En la cuenca de Benajarafe, recientemen-
El tramo superior volcánico, aunque te se ha recolectado una fauna variada de bi-
muy variable lateralmente, siempre contiene valvos y braquiópodos que, estudiada por C.
intercaixiones lutíticas de espesor métrico a w I N K L E R PR INS , resulta contener elemen-
decamétrico. tos marinos de aguas muy someras, en algunos
A efectos de comparación se incluyen casos propios de ambientes restringidos, de
cuatro secciones representativas parciales (Fig. edad Viseense superior. Por otra parte, esta
VI.6), correspondientes a: 1.Columna esque- misma cuenca ha suministrado ricas asociacio-
mática de la cuenca de Matachel (APALATE- nes de floras y de palinomorfos (determina-
G U I H I G U E R A S , en prensa); 2. El tramo ciones J. B R O U T I N y R . C O Q U E L ) que per-
inferior sedimentario en la cuenca de Benaja- miten precisar, con cierto detalle, la cronoes-
rafe ( G A B A L D O N et al., 1983); 3. La potente tratigrafía de la sucesión estratigráfica. La par-
pila de material epiclástico que recubre al tra- te baja del tramo basa1 - .-
resulta ser de edad
mo sedimentario en el Arroyo Orejón, al S de Tournaisiense superior-Viseense inferior, en
Villaviciosa de Córdoba (GARROTE & S A N - tanto que el tramo superior debe ser Viseense
C H E Z CARRETERO, 1983); y 4. La sucesión superior en base a una asociación de esporas
en el Santuario de Nuestra Señora de Linares, de dicha edad, recogida en una de las interca-
cerca de Córdoba ( L I Ñ A N1978).
, laciones lutíticas. No es descartable, sin em-
Localmente existen capas de carbón, en bargo, que parte de la secuencia volcánica al-
general de espesor centimétrico. No obstante, cance el Namuriense.
en Benajarafe alcanzan potencias de varios En el sector del Matachel, S A N C H E Z
metros, siendo objeto de explotación a cielo C E L A & G A B A L D O N (1976) citan una mi-
abierto actualmente. crofauna de edad Dinantiense, en los paquetes
La estratigrafía detallada del tramo vol- calizos.
cánico superior es muy variable y compleja. Desde el punto de vista paleogeográfico
En resumen, incluye rocas volcánicas y piro- el tramo inferior ha sido interpretado como el
clásticas, tanto ácidas -de riolitas a dacitas- resultado del depósito en una zona de lagoon,
como básicas -de basaltos a andesitas-, com- en el que se desarrollaban pequeños deltas,
plicadas por cuerpos intrusivos plutónicos, permitiendo la formación de carbón al colma-
subvolcánicos e hipoabisales, relacionados ge- tarse las bahías interdistributarias (GA BA L -
néticamente con ellas. Asociados a algunos D O N et al., 1983). Por otro lado, las rocas
términos ácidos existen mineralizaciones ex- epiclásticas intercaladas en la unidad volcánica
halativo-sedimentarias de hierro y de sulfuros se han interpretado como el resultado de re-
trabajamiento en playas de las rocas volcáni- conglomerados, que son más potentes y fre-
cas ( G A R R O T E & S A N C H E Z C A R R E T E R O , cuentes hacia el techo. No es raro encontrar
1983). niveles delgados de suelos de v.egetación, c o n .
Ambas interpretaciones han sido integra- abundante$ raicillas. Los cuerpos de co .glo-
das por G A B A L D O N et d. (1983) en un siste- merados y algunos de areniscas muestran es-
ma deposicional general que incluye un área tructuras de canales amalgamados, similares a
marina somera restringida (lagoon) -el tra- las que se forman en sistemas fluviales anasto-
mo inferior actual-, cortada por una alinea- mosados, siendo las lutitas el resultado de la
ción de islas volcánicas - e 1 tramo superior-, sedimentación en la llanura de inundación.
que la aislaría del mar abierto situado al Norte En numerosos puntos aparece una flora
-los afloramientos actuales de la banda meri- poco diversificada del Carbonífero inferior,
dional de la cuenca del Guadiato y del Valle que ha sido atribuida al Namunense inferior
de Los Pedroches-. por P E R E Z G A R C I A (1971), aunque en opi-
nión de R . H . W A G N E R (com. pers., 1982) los
VI.2.1 .d Cuenca de Berlanga elementos disponibles no permiten hacer esa
También afloran materiales del Carboní- precisión.
fero inferior en los alrededores de Berlanga, Teniendo en cuenta todos los datos dis-
donde yacen en discordancia angular sobre las ponibles, G A B A L D O N et al. (en preparación),
rocas precámbricas de la Formación Azuaga proponen que la sedimentación en este área tu-
del dominio de Sierra Albarrana. Aparecen en vo lugar en un sistema deposicional deltaico
una estructura sinclinal cuyo flanco norte está s.1. progradante hacia el Norte, demostrado
cortado por la falla de Azuaga. Hacia el Oeste, por la importancia creciente de las facies flu-
esa estructura simple se divide en dos sinclina- viales hacia el techo.
les diferentes, separados por una banda estre-
cha de esquistos precámbricos. Más al Este, en VI.2 .l .e Cuencas de Los Santos de Maimona,
las inmediaciones de Azuaga, aparecen unos Bienvenida y Casas de Reina
afloramie11t.o~con iguales características y si- Estas tres pequeñas cuencas del Sur de la
tuados en la iaisma posición, que deben repre- provincia de Badajoz están ubicadas en una
sentar la prolongación oriental de la cuenca de línea de dirección NW-SE, que coincide con
Berlanga. una de las principales fallas de desgarre sinis-
La serie estratigráfica de esta cuenca, con trosas de la Zona de Ossa-Morena (Fig. VI.3).
más de 600 m de espesor, consiste en dos in- Las series carboníferas, en cada una de
tervalos claramente diferenciado~.El intervalo* ellas, son discordantes sobre el Cámbrico infe-
inferior incluye unas capas basales de conglo- rior del dominio de Córdoba-Alanís ( D E L G A -
merados y debris flows, a las que siguen unos DO Q U E S A D A et al., 1977) e incluyen varias
niveles lutíticos muy bioturbados, con algunas capas de carbón que han sido explotadas his-
pasadas arenosas, que esporádicamente se ven tóricamente.
cortados por avalanchas de material detrítico En Bienvenida y Casas de Reina, la redu-
grosero fdebris flows). Cerca del cementerio cida superficie de los afloramientos junto con
de Berlanga, en el flanco N de la estructura, y la mala calidad de los mismos, han impedido
pocos metros al S de la falla de Azuaga aflo- el reconocimiento detallado de la serie estrati-
ran varios cuerpos lenticulares métricos de ca- gráfica.
lizas, con facies de grainstones bioclásticos de De forma esquemática, la secuencia con-
crinoides. siste en una alternancia de areniscas y lutitas
La potencia total de este tramo inferior que descansa sobre una parte basa1 conglome-
es de unos 100-150 m, y en él se ha recolecta- rática, de la que generalmente está despegada.
do una fauna marina de braquiópodos, bival- Rocas volcánicas básicas, tanto efusivas como
vos y crinoides del Viseense superior (Deter- intrusivas, son volumétricamente importantes
minación de C . WINKLER P R I N S ) . en la cuenca de Bienvenida, donde constitu-
El intervalo superior contiene lutitas y yen la extremidad occidental del afloramiento
areniscas, así como cuerpos canalizados de carbonífero.
La cuenca de Los Santos de Maimona, de de la carretera de Zafra a Fuente del Maestre,
mayores dimensiones y con mejores condicio- está constituido por una serie alternante de
nes de exposición, muestra una sucesión más lutitas, areniscas, calizas y lavas y tobas bási-
completa que puede dividirse en cuatro tra- cas y ácidas que pasa gradualmente al cuarto
mos (Fig. VI.7). Los dos tramos inferiores tramo, con características parecidas a las del
presentan iguales características que los de las segundo, si bien no aparecen las capas de car-
otras dos cuencas, siendo además los que peor bón que presenta éste.
afloran. La potencia total de la serie se estima
El tercer tramo, bien expuesto a lo largo superior a 800 m (ENADIMSA, 1975).
Desde los trabajos de L A C A Z E T T E
TRAMOS ( 1 9 1 9 ) y s o b r e t o d o , JONGMANS
(1951-1956), se conoce la existencia en estas
cuencas de una flora abundante, aunque poco
4
variada, de edad Dinantiense, cuyos elementos
más representativos son Lepidodendron losse-
1 LEYENDA
ni W E I S S y Sphenopteridium crassum LIND-
L E Y & H U T T O N (R.H. WAGNER,com.pers.,
1983).
o ~ r e n a r c a r
Por otra parte, las calizas del tercer tra-
1 B ~ u t i i a s mo, que son fundamentalmente grainstones
bioclásticos, contienen numerosos fragmentos
Calizas
3 de corales, braquiópodos, algas, foramíferos,
[oaodlBrechas y conglomerados etc., de edad Viseense superior (C. MARTI-
-
- Capar d e carbón
NEZ, com., pers., 1981).
No se dispone, por el momento, de evi-
Ripples de corriente
dencias suficientes que permitan establecer los
4 Ripples d e oscilación ambientes sedimentarios en que se formaron
O Fósiles los materiales de estas cuencas. Las series de
.G' Plantar Bienvenida, Casas de Reina, y los tramos infe-
& Plantas (fragmenta y briznas1 riores de Los Santos de Maimona son los más
controvertidos a causa de sus pobres condicio-
nes de exposición, que impiden la investiga-
ción sedimentológica, y de su contenido pale-
ontológico, poco significativo. Un estudio pa-
linológico reciente ha proporcionado nuevos
datos (R. COQUEL, com. pers., 1982) que
indican la ausencia casi absoluta de fitoplank-
ton en estas series, lo que sugiere que la influ-
encia marina en ellas fue muy limitada, si es
que alguna vez existió.
Por su parte, los tramos superiores de la
cuenca de Los Santos de Maimona son, sin
lugar a dudas, marinos someros (llanura ma-
real distal), de acuerdo con su contenido fosi-
lífero y sus estructuras sedimentarias ( V . G A -
B A L D ON, com. pers., 1982).
VI.2.1.f Cuenca de Valdeinfierno
Fig. VI.7.- Columna representativa del Carbonifero inferior Esta pequeña cuenca, de unos 20 Km2
de la cuenca de Los Santos de Maimona. Ligera-
mente modificada de ODRIOZOLA et al. (en
de superficie, se sitúa en la terminación occi-
prensa). dental de la Sierra Albarrana (Fig. VI.3). Es el
único representante de sedimentación exclusi- profusión de brechas (debris flows),que cons-
vamente continental en el Carbonífero infe- tituyen aproximadamente un 80% de la mis-
rior de la Zona de Ossa-Morena, estando, por ma.
tanto, desconectada paleogeográficamente del La Fig. VI.8, muestra esquemáticamente
resto de los afloramientos anteriormente des- una sección a lo largo de la carretera Fuenteo-
critos. bejuna-Alanís, junto con las asociaciones de
Contiene una sucesión de materiales muy facies más representativas. Este corte se ha
singular, cuyo rasgo más característico en la modificado ligeramente de G A B A L D O N et al.

PRECAMBRICO
1 E X P L l C A C l O N

1-
r ( l
m] Areniscas
jF-
TI Lutitas
carbón
1 1 1 k Raices ,$ Briznas
Estrat. cruzada
de gran escala
19 5 Euestherias $ Bioturbaci6n
6 Slumping 1 Megasecuencia negativa
25 Calcos de carga h Megasecuencia positiva
4 Cantos blandos
1 1 \ 1 =
.
...
<
Lam. paralela
Granaclaslf. -k
Convolute beddinp

=E
4,5 L = Lutitas

S = Arena
C = Conglomerado
Fm Azuaga í PRECAMBRICO)

l 1 1 1
L S C

Fig. VI.8.- E s q u e m a d e l a s e c c i ó n estratigráfica y de las asvciaciones de facies más representantivas d e l ~ a r b o n í f e r o


inferior de Valdeinfierno.
(1983), que distinguen cinco tramos sucesi- en el que se generarían los desplomes de bre-
vos. chas (debris flows) y las turbiditas y slum-
Tramo 1 . Consiste en depósitos de de- pings asociados, incluyendo bloques de los
bris-flows que pasan gradualmente a conglo- propios sedimentos carboníferos depositados
merados en cuerpos canalizados. Se dispone previamente.
en discordancia angular y erosiva sobre turbi- Tramo 5. Aparece desconectado secuen-
ditas precámbricas de la Formación Azuaga. cialmente del resto, por tener fallados tanto el
Las brechas se interpretan como depósitos de techo como el muro. Parece representar un
tipo apron, transportados por flujo gravitacio- episodio fluvial, aunque su caracterización re-
nal, que rellenan un relieve creado sinsedimen- sulta imposible a causa de la pobre calidad de
tariamente; en tanto que los cuerpos canaliza- afloramiento.
dos superiores probablemente representan se- La potencia total de la serie es del orden
dimentación en áreas proximales de un siste- de 1.000 metros.
ma de abanicos aluviales. W A G N E R (1978) menciona una flora
Tramo 2. Corresponde a una sedimenta- que caracteriza el Tournaisiense superior. Sin
ción netamente lacustre, en la que se asocian embargo, hallazgos recientes permiten consi-
lutitas laminadas con capas turbidíticas aisla- derar que pueden estar presentes términos
das, capas de carbón, y ciclos turbidíticos ne- más arkiguos (J. B R O U T I N , com. pers.,
gativos. Frecuentemente se intercalan capas fi- 1982).
nas de brechas y niveles de slumps.
Este tramo representa sedimentación au- VI.2.l .g El sector de Santa Olalla d e Cala
tóctona (decantación de fango) en una cuenca En este sector, V A N D E N B O O G A A R D
lacustre. Este proceso continuo se vio inte- & VAZQUEZ GUZMAN (1981) han descrito
rrumpido frecuentemente por corrientes de una fauna de conodontos del Carbonífero in-
turbidez y debris-flows, causantes de la colma- ferior, incluida en calizas consideradas con an-
tación de la cuenca, al menos en sus partes terioridad como Devónico medio.
marginales, en las que se podrían desarrollar Pocos kilómetros al Sur de Santa Olalla
zonas pantanosas. Las capas de carbón de este de Cala afloran unos lentejones carbonatados,
tramo se interpretan como formadas en tales de hasta 50 m de potencia, intercalados con
áreas pantanosas. lutitas verdes, que se disponen gradualmente
Tramo 3. La asociación de facies de este sobre el llamado Flysch de Terena, una forma-
tramo consiste en capas canalizadas de arenis- ción turbidítica que constituye el núcleo del
cas de grano medio que alternan con niveles Sinclinorio de Barrancos-Honojales (véanse las
lutíticos, sobre los que se desarrollan suelos Figs. VI.2 y VI.3). La secuencia carbonatada
de vegetación potentes. Dichos suelos suelen aparece recubierta transicionalmente por ro-
pasar a capas de carbón extremadamente fi- cas volcánicas básicas espilitizadas, tanto lavas
nas. Esta asociación corresponde a sedimenta- como rocas piroclásticas. Esta disposición
ción en una llanura aluvial, en la que una gran puede seguirse de manera discontinua hasta
profusión de plantas se enraizarían en los sedi- las proximidades de Villanueva de las Minas.
mentos de la llanura de inundación. Una sucesión similar aparece cerca de
Tramo 4 . Es el de más espesor (aproxi- Castilblanco de los Arroyos, sobre materiales
madamente 800 m) e incluye potentes capas del Devónico superior de la Zona Surportu-
planares de brechas, niveles slumpizados y tur- guesa (véase VI.l).
biditas, junto con limolitas y areniscas de gra- El contenido de conodontos de las cali-
no fino que contienen Euestheria striata, un zas es considerado como de edad Tournaisien-
crustáceo de agua dulce. se superior-Viseense inferior ( V A N D E N
Al igual que el tramo 2, se considera co- BOOGAARD & VAZQUEZ GUZMAN,
mo el resultado de sedimentación en condicio- 1981).
nes lacustres, recreadas por el hundimiento re- Las calizas son fundamentalmente grains-
novado de la cuenca que daría lugar a la for- tones bioclásticos de crinoides (op. cit.), de-
mación de un talud activo dentro de la misma, positados en un ambiente somero de alta ener-
gía, próximo a costas. dirección. La posición original de la línea de
Los afloramientos que aquí se describen costa meridional no puede determinarse con
constituyen los testigos más septentrionales y precisión debido a la escasez de afloramientos
marginales de la sedimentación durante el Car- y a la deformación posterior.
bonífero inferior en la cuenca Surportuguesa. - En la cuenca Norte existieron al me-
nos dos alineaciones en las que tuvo lugar una
VI.2.l .h Correlaciones y paleogeograf ia actividad ígnea importante. Tales alineacio-
El establecimiento de correlaciones fia- nes eran los rasgos paleogeográficos más rele-
bles a partir de datos bioestratigráficos, exclu- vantes, y controlaron los cambios de facies
sivamate, es en extremo difícil a causa de la más significativos.
relativa escasez de evidencias paleontológicas - La alineación volcánica situada más al
con valor cronoestratigráfico disponibles. Este Sur, por tanto, más próxima al área emergida,
hecho impide, asimismo, la posibilidad de es- que se corresponde actualmente con la alinea-
t a b l e e~r reconstrucciones paleogeográficas c i ó n magmática Villaviciosa-La Coronada,
con suficiente aproximación. constituía un rosario de islas volcánicas que
No obstante, si a esos pocos datos crono- permitió la formación de un área de lagoon
estratigráficos se añade el examen de los pro- entre él y el continente, representado por la
cesos sedirnentarios y volcánicos que dieron cuenca de Benajarafe y su prolongación hacia
lugar a las rocas de esta región, se puede inten- el Este, y hacia el Oeste.
tar, aunque de forma burda e imprecisa, re- - En la zona costera se desarrollaron
construir un modelo paleogeográfico para la deltas, más o menos activos, de los que única-
Zona de Ossa-Morena, especialmente durante mente queda como testigo el área de Berlanga.
el Viseense superior, que es el período mejor - La alineación volcánica septentrional,
caracterizado paleontológicamente. representada por los afloramientos de rocas
La Fig. VI.9, muestra una reconstrucción volcánicas de la parte Sur del Valle de Los
paleogeográfica idealizada, que integra todos Pedroches (Alineación Varas-Guadalbarbo),
los datos disponibles, en tanto que la Fig. marca actualmente el límite entre las facies
VI.10 incluye un cuadro de correlación de di- someras de plataforma (Banda meridional de
ferentes columnas, que completan una sección la cuenca del Guadiato), muy monótonas, y
N-S de la cuenca del Norte de la Zona de las muy variadas, aunque con características
Ossa-Morena, complementada con la columna similares, del Valle de Los Pedroches.
representativa de la cuenca intramontañosa de - Por otra parte, poco se puede decir
Valdeinfierno. aquí sobre la cuenca situada al Sur de la Zona
Los rasgos más relevantes de la paleogeo- de Ossa-Morena, puesto que únicamente se
grafía de esta región, algunos de los cuales ya han revisado unos pocos afloramientos margi-
han sido avanzados, se pueden resumir como nales. El hecho importante a tener en cuenta,
sigue: es que tales afloramientos constituyen los tes-
- En tiempos del Carbonífero inferior tigos marginales de la sedimentación en la vas-
un área continental emergida (¿isla? , Lmicro- ta cuenca Surportuguesa, bien desarrollada al
continente? ) separaba dos cuencas marinas Sur de esta región, en la que también existían
(idesconectadas? ) situadas respectivamente alineaciones volcánicas (Faja pirítica) simila-
al Nordeste y al Sur de la Zona de Ossa-More- res a las que aparecen en la cuenca Norte,
na actual, que constituía dicha parte emergi- aunque de mayor envergadura que éstas.
da.
- La sedimentación en la masa emergida
VI.2.2 WESTFALIENSE
tuvo lugar en cuencas lacustres, ¿y fluviales? ,
siendo la cuenca de Valdeinfierno el único tes- Materiales westfalienses afloran en la Zo-
tigo presente de este tipo de sedimentación. na de Ossa-Morena en tres áreas desconectadas
- La línea de costa septentrional tenía entre sí: la cuenca de Peñarroya-Bélmez-Es-
una dirección NW-SE, como pone de manifies- piel, la cuenca de Villanueva del Río y Minas
to la alineación de facies proximales según esa y la Cuenca de Santa Susana, en Portugal. La
Fig. VI.9.- Esquema idealizado de reconstrucción paleogeográfica de una parte de lazona de Ossa-Morena en
tiempos Viseenses.
BANDA MERIDIONAL
BENAJARAFE VALDEINFIERNO
GUADIATO

mü r a c h i y coylom.rodor *r*nircol ~~uti10s tor& Vukonita b6sicor

~ ~ e l o r n . i o d o r dcidoi Rllor-laoi m b l i x a L m r icidoi

Fig. VI.lO.- Esbozo de correlación correspondiente a una sección transversal de la cuenca del Carbonífero inferior del
Norte de la Zona de Ossa-Morena.

sedimentación, en los tres casos, corresponde Km, y contiene los más importantes yacimien-
a depósitos fluviales y lacustres, aunque la tos de carbón de la región, que son objeto de
edad de los mismos es diferente; respectiva- explotación intensa desde tiempos históricos.
mente: Westfaliense B, Westfaliense A y West- El límite norte de los afloramientos vie-
faliense D. ne marcado por la discordancia angular y ero-
Una descripción detallada de la cuenca siva del llamado Conglomerado Basa1 de la su-
de Santa Susana se puede eoncontrar en la cesión westfaliense sobre cuarcitas y esquistos
obra The Carboniferous of Portugal, de M . J . precámbricos. Por el Sur, los sedimentos flu-
LEMOS D E S O U S A Y J.T. DE O L I V E I R A , viales y lacustres que constituyen esta cuenca,
que constituye una publicación especial del X son cabalgados por calizas del Viseense supe-
Congreso Internacional de Geología y Estrati- rior pertenecieilles a la Banda Central.
grafía del Carbonífero (1983). El conjunto de la sucesión del Westfa-
En la Fig. VI.11, puede encontrarse la liense B está constituida por depósitos conti-
distribución de los afloramientos westfalienses nentales formados en un sistema general de
de la parte española de la Zona de Ossa-More- abanicos aluviales, en el que es posible dife-
na. renciar facies proximales (debris flows), depó-
sitos de ríos anastomosados y facies distales
VI .2.2.a Cuenca de Peñarroya-Bélmez-Espiel lacustres, con cambios de facies espectaculares
Como se ha indicado anteriormente (véa- entre ellas.
se VI.2.1.b), esta cuenca constituye la banda Un reconocimiento rápido de la cuenca
septentrional de rocas carboníferas de la cuen- proporcionaría las siguientes observaciones ge-
ca del Guadiato. Se extiende,unos 50 Km en nerales:
dirección NW-SE, con una anchura media de 2 - La parte basal de la secuencia está for-
ESCALA GRAFICA 4

-
O 10
-
20 Y) 40 50 60 70
-
?O 90 WOKm.

Fig. V I . l l . - Distribución de los afloramientos Westfalienses en la parte espaiíola de la Zona de Ossa-Morena.


mada por debris flows con una estructura de zona lacustre más estable en este sector de la
tivo auron. aue rellenan un relieve preexisten- cuenca, si bien existen también intercalacio-
te. Hacia arriba pasan a conglomerados y, en nes de niveles con suelos de vegetación (Mina
menor proporción, areniscas, en cuerpos cana- San Ricardo, bajo la capa San Rafael), e inclu-
lizados amalgamados, cuyas estructuras sed: so otros con características típicamente flu-
rnentarias son características de las facies pro- viales (encajantes de la Capa Cervantes).
. ximales de un sistema fluvial de baja sinuosi- Dentro de esta cuenca los depósitos de
dad (facies de cabecera en un sistema de ríos carbón aparecen en distintos tipos de ambien-
anastomosados). Las medidas de paleocorrien- tes de sedimentación. Así, los mejores carbo-
tes ponen de manifiesto una dirección domi- nes aparecen en el sector occidental, como ca-
nante del flujo N-S, con sentido hacia el Sur. pas de carbón alóctono depositadas en la suce-
- Sobre esta parte basal se dispone, en sión lacustre. Carbones de iguales característi-
el sector E de la cuenca, una potente serie cas se formaron también en las zonas enchar-
ciclotemática constituida por conglomerados, cadas de la llanura de inundación, si bien dado
areniscas, lutitas y capas de carbón, mientras el carácter efímero de las mismas, las capas
que en el sector W ( W de Peñarroya) aparece son poco potentes y poco continuas.
una secuencia, también potente, de lutitas la- Otro tipo de carbón, en este caso autóc-
minadas y capas de carbón, con algunas inter- tono, se formó en las zonas de llanura de
calaciones de areniscas y conglomerados. inundación, en la que las plantas enraizaron en
No existe acuerdo general sobre la inter- gran profusión. Localmente constituyen pa-
pretación de esta distribución particular de las quetes potentes en los que el carbón alterna
facies. Por una parte, E N A D I M S A (1976) continuamente con capas lutíticas con abun-
considera que representa simplemente un dantísimas raicillas (Paquete Aurora de la Mina
cambio lateral de facies, en tanto que otros San Antonio).
autores piensan que las lutitas laminadas son También hay carbón, el llamado carbón
superiores a las secuencias ciclotemáticas, a esparítico, formando parte del relleno de ca-
pesar de que la zona de transicih aparece cu- nales abandonados. Este tipo no llega a for-
bierta o fallada (R .H. W A G N E R , com. pers.). mar capas.
La sucesión ciclotemática presenta una Un hecho llamativo, con significación pa-
profusión de estructuras sedimentarias que leogeográfica, ha sido puesto de manifiesto re-
permiten caracterizar un sistema deposicional cientemente por D E L G A D O et al. (1980)
de ríos anastomosados, que correrían de ESE que encuentran, formando parte del llamado
a WNW, como queda evidenciado por las di- abanico aluvial de Espiel, bloques y cantos
recciones de paleocorrientes y el aumento de que presentan un pulimento y estriaciones,
la relación lutita/conglomerado hacia el Oeste. que interpretan como originados por un traba-
En este sentido, es posible constatar que las jamiento glacial de los mismos, anterior a su
zonas canalizadas son más potentes y abun- participación como elementos del citado aba-
dantes hacia Espiel (E), en tanto que a la altu- nico aluvial. Esta interpretación implicaría,
ra de Bélmez son dominantes las facies de lla- dada la baja paleolatitud estimada para esta
nura de inundación, con abundantes suelos de región en el Carbonífero, la presencia de relie-
vegetación y zonas lacustres efímeras, siendo ves de varios miles de metros de altitud, capa-
los canales poco importantes y esporádicos. ces de permitir la existencia de un glaciarismo
En la Fig. VI.12, se presenta una columna es- de alta montaña.
quemática interpretativa, que representa la se- Esta idea ha sido criticada fuertemente
rie en la parte central de la banda, en la Mina ( W A G N E R1983),
, sin embargo, no es una in-
San Antonio, entre Bélmez y Espiel. terpretación única: sedimentos similares de
En el sector occidental de la cuenca, al W edad Estefaniense que afloran al N de Alma-
de Peñarroya, la secuencia de lutitas lamina- dén, han sido considerados de igual forma por
das, que contiene restos de fósiles de agua dul- C O U L L A UT et al. (en prensa).
ce (Naiadites, Euestheria y Leaia), probable- Desde el punto de vista paleobotánico es-
mente representa el establecimiento de una ta cuenca presenta una gran abundancia de
1-1 Brechas

Fluvio - lacustre
m Conglomerados

Areniscas

Fluvial diskl
( Llanura de inundación,
suelos d e v*getociÓn )
Estrt. lenticular

Estrt. cruzada de
grdn escala
-
- Lam. paralela

Fluvio-lacustre / Paleocorrientes
(Facies canalizadas y
de neor-shore) Plantas

& Plantas (Briznas)

Raices

suelo de vegetación

4 Cantos blandos
Fluvial
(Canales braided y Capa de carb6n
Carbón esparhico
llanuras d e inundaci9n )

S Arena
Abanico aluvial proximal
-
( DeDris flov )
C Canglomrada

Fig. VI.12.- Columna e~trati~ráfica interpretativa del Westfaliense B del sector central de la cuenca de Peñarroya-Belmez-
Espiel (Area de la mina S. Antonio).

plantas. Han sido reconocidas más de noventa leozoicos, estando constituida por tres tramos
especies de macroflora que caracterizan el sucesivos:
Westfaliense B. Una relación exhaustiva de las 1. Tramo basal. Comienza con unos ni-
mismas puede encontrarse en W A G N ER veles de brechas (pie de monte) cuyos cantos
(1983). También aparecen asociaciones muy son de idéntica composición que el sustrato
ricas de palinomorfos, notándose desfase en- sobre el que se apoyan, seguidos por una serie
tre la edad que éstas proporcionan (parte alta de cuerpos de conglomerados y areniscas con
del Westfaliense A-extrema base del Westfa- geometría de canales. La potencia total del
liense B) y la ya apuntada, obtenida en base a tramo es del orden de 25 metros.
la macroflora exclusivamente (R. C O Q U E L , 2. Tramo productivo. Consiste en una
com. pers., 1982). serie eminentemente lutítica en la que desta-
can cuatro capas de carbón.
VI.2.2.b Cuenca de Villanueva del R í o y Minas Es frecuente encontrar en ella niveles
Esta pequeña cuenca de la provincia de con abundantes raicillas, tonsteins y niveles
Sevilla aparece recubierta, en gran parte de su arenosos canalizados. La potencia máxima es
extensión, por sedimentos terciarios de la de unos 60 metros.
campiiia del Guadalquivir, aflorando los mate- 3. Conglomerados superiores. Sobre el
riales carboníferos exclusivamente en la termi- tramo productivo aparece erosivamente un pa-
nación Norte de la misma. quete, de unos 200 m, constituido por conglo-
La secuencia Westfaliense se dispone en merados y areniscas canalizados, con lutitas
una estructura sinclinal muy suave, en discor- intercaladas en menor proporción, que repre-
dancia angular y erosiva sobre materiales pa- senta la parte más alta visible de la serie de
esta cuenca. incluyen aquí por razones de proximidad a
Desde un punto de vista sedimentológi- Sierra Morena, y por su aislamiento respecto a
co, las facies de la cuenca de Villanueva se otras áreas con sedimentación carbonífera.
encuadran en un sistema deposicional de aba- La serie de esta cuenca, que alcanza cer-
nicos aluviales, dentro del cual se pueden dis- ca de 500 m de espesor, solamente se puede
tinguir: establecer en base a los datos de minería de
- Depósitos fluviales, con facies proxi- interior y del único sondeo que la atravesó en
males de un sistema de ríos anastomosados, su totalidad (ALVARADO Y M E N E N D E Z ,
correspondientes al tramo basal y a parte de 1931). Está constituida por materiales terríge-
los conglomerados superiores. nos, con la única excepción de ciertos niveles
- Depósitos distales de llanura de inun- de aglomerados y tobas que aparecen en la
dación con desarrollo notable de suelos y gran parte baja de la serie.
profusión de vegetación, en los que se encuen- En base a dichos datos, W A G N E R
tran canales arenosos poco importantes, co- (1983) ha elaborado una columna esquemáti-
rrespondientes al tramo productivo. ca (Fig. VI.14), en la que se incluye una inter-
- Parte de los conglomerados superiores pretación paleoambiental de la misma. En
corresponden a sedimentos transportados en conjunto, los ambientes sedimentarios son
masa, probablemente en áreas proximales de principalmente lacustres, notándose una in-
un abanico aluvial, lo que implica una reacti- fluencia fluvial progresivamente mayor hacia
vación del relieve próximo que es la causante el techo.
de la progradación de las facies proximales so- Un factor importante en el aporte de se-
bre las distales del sistema. dimento fue debido a la existencia de activi-
La edad de la cuenca ha sido objeto de dad volcánica que suministró material tobá-
controversia (véase ENADIMSA, 1975). En la ceo, especialmente en la primera parte de la
citada obra se estima que la edad es Westfa- historia de la cuenca. Así, se han reconocido
liense B inferior, en base a una asociación de numerosas intercalaciones de tobas, la mayor
más de veinticima especies de plantas. Sin parte de las mismas retrabajadas, a lo largo de
embargo, hallazgos posteriores ( R .H. W AG - buena parte de la serie, si bien son claramente
NER, com. pers., 1982) parecen establecer menos importantes a medida que aumenta la
una edad Westfaliense A superior para esta influencia fluvial. La importancia de dicha ac-
cuenca, hecho que viene confirmado por un tividad volcánica viene confirmada por la pre-
estudio reciente de palinomorfos que apuntan sencia de un paquete de aglomerados volcáni-
una edad Westfaliense A alto, sin que, no obs- cos, de 1 3 m de potencia, que constituye la
tante, se pueda excluir la base del Westfa- base de la sucesión Stephaniense.
liense B (R. COQUEL, com. pers., 1982). En La extensión máxima del lago viene re-
cualquier caso, todos los autores coinciden en presentada por la formación de pizarras bitu-
considerar esta cuenca de edad diferente a la minosas, de las cuales se reconocen tres nive
de Peñarroya-Bélmez-Espiel. les principales, llamados A, B y C localmente.
En dichos niveles se encuentra una fauna bien
preservada de peces (fundamentalmente pa-
VI.2.3 STEPHANIENSE DE PUERTOLLANO leoníscidos) y de Euestherias.
Esta cuenca carbonífera, que también En las zonas marginales del lago proba-
contiene pizarras bituminosas, está recubierta blemente existían zonas pantanosas, donde se
en toda su extensión por margas lacustres del formó el carbón. Actualmente se reconocen
Mioceno. De hecho fue descubierta en 1873 varias capas, que se han denominado local-
por un pozo para agua, habiendo sido objeto mente capa O, capa 1,etc., en sentido descen-
de una minería continudada desde entonces. dente.
Los materiales carboníferos de la cuenca La exiskncia de lechos con abundantes
de Puertollano se apoyan en discordancia an- raíces y de troncos en posición de vida, entre
gular y erosiva sobre rocas del Paleozoico infe- las capas 3 y 2, implicaría un período de col-
rior de la Zona Centro-Ibérica (Fig. VI.13). Se matación del lago, al menos en las zonas mar-
El
.....
.i;..;.,..;,;:

;:<.'.;.'.;.',-
<
Vulcanismo Miocew sup.
Cuaternaiio do1 Conpo d. Calotrova
Precambrico sup.
(Esquisto-prauváquico) zona d i O S S O - ~ o r e n a
Terciario y Cuoternario indlhrenciodos

Batalito de los M r o c h e e Cuenca St.d*inienae de Puermllano

Fig. VI.13.- Esquema de situación de la cuenca Stephaniense B. de Puertollano.


ginales. El mismo significado tiene la presen-
cia de secuencias negativas deltaicas, que en
muchos casos se ven cortadas por depósitos

{
-Barras de desembocadura canalizados ligeramente erosivos.
La edad de la cuenca de Puertollano se
ha determinado como Stephaniense B alto, en
base a floras compresivas, cuya relación ex-
h austiva puede encontrarse en W A G N E R
-Crevasse splay 1983).
- Point bars
VI .2.4 AUTUNIENSE
-Llanura de inundación
En la Zona de Ossa-Morena aparecen te-

i -Relleno de canal
rrenos de esta edad en afloramientos, desco-
nectados entre sí, en el Norte de la provincia

i - Point bars
de Sevilla, anteriormente considerados stepha-
nienses (MING A R R O , 1962), o incluso triási-
cos (Cuenca del Viar). Se disponen en dos áre-
- Pradelta lacustre y as separadas unos 30 Km: sector Guadalcanal-
canales subacuóticos
San Nicolás del Puerto y cuenca del Viar (Fig.
VI.15), cuyas características estratigráficas

b
son bastante diferentes. Ambas áreas tienen
- Llanura de inundación /
Crevasse splay
en comúm, el estar consituidas por series con-
tinentales postectónicas que se disponen en
discordancia angular sobre terrenos paleozoi-
cos y precámbricos, pertenecientes a diferen-
- Prodelta lacustre
tes unidades de la Zona de Ossa-Morena, e
Prodelta lacustre y
- canales subacudticos incluso de la Zona Surportuguesa (Cuenca del
- Llanura de inundación Viar).
- Point bars
- Barras de desembocadura
- Arcillas locustres VI.2.4.a Cuencas de Fuente del Arco, Gua-
- Barras de desembocadura dalcanal, Urbana, Alanis y San Ni-
colás del Puerto
I - Lacustre somero
Estas pequeñas cuencas postorogénicas
han sido consideradas como partes de una

t- Lacustre profundo con


influencias volcánicas
continuas
cuenca Única extensa (MINGAR R O , 1962),
en tanto que B R O U T I N (1981) sostiene que,
desde un principio, han constituido cuencas
diferentes. Sea cual sea el caso, las series que
se pueden reconocer en cada uno de los secto-
res son muy parecidas, y además, la presencia
de estructuras sedimentarias que evidencian la
acción de un oleaje relativamente importante
1-1 ~utitas F l Capa de carbdn
(ripples de oscilación de envergadura notable,
flaser, linsen, etc.) hacen pensar en una cuen-
1-1 Conglomerados
Capa da pizarras bitumi-
noaaa('~mma: W, "cT") ca de extensión considerable, que incluiría a
todos los afloramientos actuales.
Las mejor conocidas son las cuencas
de Guadalcanal y Urbana, en las que B R O U -
Fig. VI.14.- Columna estratigráfica interpretativadel Stepha- T I N (1974, 1977, 1981, 1982) ha realizado
niense B de F'uertollano. Ligeramente modifica-
da de WAGNER (1983). un meticuloso trabajo paleobotánico, que le
Zona de Ossa Morena 8 Unldid E I V ~ S - c u m b r e sMayores
-
a Alineaciones rnetarnórficas 9 -
Sinclinono Borrancor Hinolalsa
10 Macizo da A r a c e n o
1777/17 m o Siiraortuaueaa
,, ,,,J a - Faja plrítlca

ESCALA GRAFICA
O X>
-
20 30 40 50 60 70 80 90 100 K m

Fig. VI-15.- Distribución de los afloramientos Antunienses de la Zona de Ossa-Morena.


ha permitido precisar la edad de las mismas En algunos sectores aparecen troncos sili-
como fundamentalmente Autuniense supe- cificados en los niveles basales, pero, sin duda,
rior, si bien, los niveles basales, que no aflo- la característica más llamativa, de estas cuen-
ran, pueden ser Stephanienses según datos su- cas, es la existencia de una mezcla de floras de
ministrados por sondeos mineros realizados en orígenes diferentes, tanto macroflora como
el sector de El Charco de la Sal, de la cuenca palinomorfos, puesta de manifiesto reciente-
de Guadalcanal. mente por J. B R O U T I N (1981, 1982). Este
El espesor expuesto en cada caso es muy autor encuentra, sobre un fondo banal de flo-
reducido, no superando los 20 m en ninguno ra stephaniense euroamericana, una asociación
de ellos, si bien por datos de sondeos o pozos compuesta por plantas de origen cathaysiano
antiguos se conoce que en Fuente del Arco y gondwánico y, en menor proporción, angari-
el sector Oeste de Guadalcanal se alcanzan los diano, que interpreta como indicativo de la
100 m de potencia. Un hecho interesante es existencia de una conexión real entre la Zona
que los materiales autunienses fosilizan un pa- de Ossa-Morena y el continente africano en
leorelieve relativamente acentuado, como se tiempos pérmicos. La ausencia de tales espe-
constata fácilmente en la cuenca de Guadalca- cies en afloramientos más septentrionales
nal (Sector del Charco de la Sal) y en el área (particularmente Puertollano) invita a pensar
de Alanís. en la presencia de una barrera fitogeográfica,
La serie consta de un tramo basal areno- de suficiente envergadura como para impedir
so y conglomerático (en las zonas marginales la migración de dichas especies, entie las Zo-
los conglomerados son relativamente poten- nas Centroibérica y de Ossa-Morena. ¿Subsis-
tes, y tienen formas canalizadas de carácter tiría, si alguna vez existió, la cadena montaño-
fluvial marcado) sobre el que se sitúa una se- sa capaz de producir glaciarismo en el Westfa-
cuencia "productiva" que comienza con un liense de la cuenca de Peñarroya, o en el Ste-
banco de areniscas groseras con numerosas rai- phaniense del Norte de Almadén?
cilla~que da paso a una capa de carbón de
unos 60 cm de espesor, a la que sigue un pa- VI.2.4.b Cuenca del Viar
quete de lutitas laminadas intensamente bio- Esta cuenca, de unos 30 Km de largo por
turbadas (llamadas pizarras azules, localmen- 5 de ancho (Fig. VI-15), se dispone según una
te) que representan decantación en un am- estructura sinclinal muy suave, de dirección
biente lacustre. En determinados sectores apa- NNW-SSE, cuyo flanco NE se ve cortado por
rece una segunda capa de carbón al techo de un cabalgamiento que produce un fenómeno
las "pizarras azules". Sobre eiias se apoya un de arrastre sobre los estratos pérmicos, que
paquete, fundamentalmente arenoso, cons- llegan a buzar hasta 80-90° e incluso invertir-
truido por ripples de oscilación, en el que son se en las proximidades del mismo.
frecuentes las estructuras flaser y linsen, y a La secuencia de esta cuenca contiene tres
veces, se observan formas canalizadas. Corres- tramos característicos (Fig. VI.17), que en la
ponde este paquete a sedimentación en el bor- mitad Sur de la misma se quedan reducidos a
de del lago, con influencia importante del uno sólo por el acuñamiento del tramo inter-
oleaje, que confiere a la facies un aspecto de medio y la igualdad de facies de los tramos
"llanura de mareas", que sólo se puede descar- primero y tercero.
tar por la presencia de fósiles de agua-dulce - El tramo basal, que se apoya en dis-
(Lea (a). cordancia angular y erosiva sobre materiales
La citada evolución de fluvial a iacustre paleozoicos y rocas ígneas de las Zonas de
puede observarse en cada una de las cuencas, Ossa-Morena y Surportuguesa, consta de una
si bien los cambios de facies son importantes. serie de lutitas rojas con intercalaciones cana-
En la Fig. VI.16 se presenta un cuadro inter- lizadas de conglomerados y areniscas, en las
pretativo de la evolución de las facies en el que se intercalan paquetes decamétricos de
sector de El Charco de la Sal, de la cuenca de vulcanitas básicas de composición basaltica.
Guadalcanal,modificadoligeramente de BROU - De hecho los primeros bancos en el sector
T I N (1981). norte, son de lavas basálticas.
harta 25m.

m ~ , , , , i , ~congloma~t;cas
~ ENivel* arenoso-IutÍticos
supertoms Carbón iutitas carbonosas

m pizarras 0 ~ ~ i . r Arenas 4 Flora identificabk * Restos vego?ales macerados

w Polen y esporas

Fig. VI.16.- Esquema de distribución de las facies en la cuenca de Guadalcanal (Sector de El Charco de la Sal).
Ligeramente modificado de BROUTIN (1981).

- El tramo intermedio, llamado serie tan las dimensiones de estas estructuras. Hay
gris, tiene una potencia máxima de 30-35m, bancos arenosos construidos por ripples de os-
acuñándose hacia el Sur. Está constituido fun- cilación de longitud de onda métrica, y altura
damentalmente por areniscas en las que exis- de varios decímetros.
ten intercalaciones finas de lutitas y, esporádi- - El tramo superior, muy parecido al
camente, de calizas. Localmente aparecen tramo basal, presenta lutitas rojas con inter-
unas cap* centimétricas silicificadas, que han calaciones canalizadas de areniscas y conglo-
suministrado una flora en muy buen estado de merados, sin intercalaciones volcánicas en este
conservación. G A V A L A (1927) señaló la pre- caso. Este tramo y el basal son imposibles de
sencia de algunos lentejones delgados de car- separar en la mitad Sur de la cuenca, donde
bón en este nivel. falta la serie gris, formando allí una secuencia
Las estructuras sedimentarias de este tra- roja única que alcanza los 600 m de potencia.
mo son similares a las del paquete arenoso En este tramo aparecen frecuentemente con-
superior de la cuenca de Guadalcanal (ripples creciones carbonatadas en las lutitas, que se
de oscilación, flaser, linsen) si bien, aquí resal- interpretan como suelos calcimorfos.
Desde el punto de vista sedimentológico,
los tramos loy 3 O representan sedimentación
fluvial en un sistema de ríos anastomosados,
en el que es posible distinguir canales que, a
veces, pasan lateralmente a capas de desborda-
miento (crevasse splay), intercalados en facies
de llanura de inundación (lutitas y suelos cal-
cimorfos), si bien aún no se posee una caracte-
rización definitiva del sistema deposicional.
El tramo intermedio gris, representa sedi-
mentación en una zona lacustre con influencia
notable de oleaje. Su acuñamiento hacia el
Sur nos indica la situación del borde del lago
precisamente al Sur, situándose las facies más
profundas hacia el Norte. Por otra parte, las
dimensiones de las estructuras debidas a oleaje
hacen pensar en un lago de amplia extensión
extendiéndose hacia el Norte, sin poder preci-
sar su posible conexión, o no, con el lago en el
que se formaron las series pérmicas de Guadal-
canal-San Nicolás del Puerto.
BR O UTIN (1981) correlacionó el tramo
gris de esta cuenca con las series de Guadalca-
nal, en base fundamentalmente a sus hallazgos
en la cuenca del Viar de unas asociaciones de
flora y de polen de idénticas características y
de las misma edad que las de aquélla (Autu-
niense superior), si bien es posible que la serie
roja superior incluya estratos triásicos (BR O -
U T I N , op. cit.) pues incluye una asociación
palinológica diferente en niveles lutíticos de
su parte media.

VI.3 GEOLOGIA ECONOMICA

VI.3 .a YACIMIENTOS DE CARBON


En conjunto los yacimientos de carbón,
de edades Carbonífero y Pérmico de esta re-
gión, constituyen el segundo grupo del minero
de carbón de España, después de las cuencas
Cantábricas, tanto por el volumen disponible,
como por el número de explotaciones.
En casi todas las áreas aquí tratadas exis-
ten capas de carbhn, o al menos indicios de
éllas, si bien las zonas mineras principales han
sido las cuencas de Puertollano, Peñarroya-
Fig. VI.17.- Columna eauernática de la cuenca del mar. Li- Belmez-Espiel y Villanueva del Río, funda-
geramente modificada de MARTIN & RIVAS .
(1976). mentalmente las dos primeras.
En general los carbones de esta región cuencas de Puertollano (Mina Emma), Peña-
son de mala calidad, y poseen altos conteni- rroya-Belmez-Espiel (Minas S. Antonio y S.
dos en cenizas en casi todas las cuencas. Uni- Ricardo), y Benajarafe (Mina Nuestra Señora
carnente se han obtenido carbones coquiza- de Linarejos), complementando en gran medi-
b l e ~en las cuencas de Villanueva del Río, Val- da a la minería de interior que se realizada
deinfierno y en el sector occidental de la hasta entonces.
cuenca de Peñarroya - (Grupo
. antracitas). Co-
múnmente se trata de hulias semigrasas muy
sucias, cuya única utilización actual es como VI.3.b MINERALIZACIONES DE SULFUROS
combustible en las centrales térmicas de Puer- Recientemente, BAEZA ROJANO et d.
tollano y de Puentenuevo (Córdoba). (1981) han puesto de manifiesto la exisbncia
Se incluye a continuación un cuadro de mineralizaciones de sulfuros polimetálicos
(TABLA VI-1) con una estimación aproxima- asociados a la secuencia volcánica y volcano-
tiva de reservas y calidades, elaborado con da- clástica ácida de la alineación magmática de
tos publicados por el Centro de Estudios de la Villaviciosa-La Coronada, que de acuerdo con
Energía a partir de los inventarias de recursos lo expuesto en el apartado IV.2.l.c, constitu-
de carbón realizados por ENADIMSA (1975, ye el tramo superior de la serie del Carbonífe-
1977). No obstante, las cifras que se exponen ro inferior de la cuenca de Benajarafe y su
pueden haberse modificado sustancíaimente, prolongación hacia el Este y el Oeste.
como consecuencia de la campaña intensa de Los citados autores han encontrado en el
investigación que viene desarrollándose en los sector denominado La Nava-Las Lomas del
últimos años dentro de los programas del Plan Paredón, una estructura sinclinal en la que
Energético Nacional. aparece un tramo basal de rocas volcánicas
Poco se puede decir sobre producciones, ácidas, con gran variedad textural e intercala-
a causa del impulso que han sufrido las explo- ciones detríticas, al que sigue un tramo de
taciones en los últimos años como consecuen- rocas fragmentarias, denominadas tobas híbri-
ca de la crisis energética, que hace anticuados das, que se consideran como el resultado del
los datos publicados anteriormente a la mis- desmantelamiento de aparatos volcánicos. El
ma. Como índice, baste decir que en los últi- tramo basal presenta evidencias de haber sufri-
mos 5 o 6 años se han comenzado explotacio- do un proceso de alteración hidrotermal in-
nes a cielo abierto de gran envergadura en las tenso.

TABLA VI-1
Estado actual
Poder de las
Edad Cuenca Reservas Cenizas Volátiles calorífico explotaciones
Carbonífero Inferior Valdeinfierno 900.000 Tm 6% 15,5% 8.000 cal/gr Investigación
6' '6
Benajarafe ? - - - Cielo Abierto
'S &S Guadiato. Banda 3.000.000 Tm - - - Investigación
Central
(Sector Couce)
Westfaliense A-B Villanueva del 2.000.000 Tm 5% 26-28% 7.700 cal/gr Cielo abierto
Río y Minas
Westfaliense B Peñarroya- Bel-
mez-Espiel 4.000.000 Tm 40% 8,20% - Cielo abierto
Grupo Antraci- e interior
ta (W)
Grupo Hulla(E) 17.000.000 'Iin 54% 18,20% - Cielo abierto
e interior
atefaniense B Puertollano 27.000.000 Tm - - - Cielo abierto
Autuniense Guadalcanal - - - - Cielo abierto
Las investigaciones realizadas hasta el mente las mineralizaciones de sulfuros descri-
momento han puesto de manifiesto la existen- tas en el apartado anterior, sino que a lo largo
cia de tres tipos diferentes de estructuras mi- de toda ella son abundantísimas las minerali-
neralizadas: zaciones filonianas de barita, que han sido ob-
- Un tipo masivo lenticular, que se sitúa jeto de minería intensiva en explotaciones pe-
invariablemente al techo del tramo basal. queñas, algunas de las cuales aún permanecen
- Un tipo de mineralización diseminada activas.
y en fisura, que presenta zonas de mayor ri- Además, también se presentan minerali-
queza hacia el muro de la mineralización masi- zaciones exhalativo-sedimentarias singenéticas
va. de hierro (hematites), de tipo Lahn Dill, aso-
- Un tipo clástico, constituido por clas- ciadas a la secuencia vulcano-sedimentaria del
tos de sulfuros en los episodios basales del Carbonífero inferior de la citada alineación
tramo superior de tobas hiíridas. magmática (BAEZA ROJANO et al., 1978).
La paragénesis está constituida en todos Existen indicios de uranio en el tramo
los casos por pirita-esfalerita-calcopirita-ga- gris intermedio de la cuenca del Viar, que han
lena-tetraedita, con presencia esporádica de sido estudiados por la Junta de Energía Nu-
granos de plata y de oro. clear, sin que se disponga de datos sobre la
Desde el punto de vista genético, estas importancia de los mismos.
mineralizaciones han sido interpretadas (BAE - Desde el punto de vista de las rocas in-
ZA ROJANO et al., op. cit.) como de tipo dustriales, únicamente se conocen explotacio-
volcanogérico-exhalativo de sulfuros masivos nes de arcillas para la fabricación de ladrillos
polimetálicos. en la cuenca de Guadalcanal y en la de Puerto-
Con los datos disponibles hasta el mo- llano, y las canteras para la extracción de las
m n t o la mineralización del sector de Las Lo- calizas del Viseense superior de la banda cen-
mas del Paredón constituye un yacimiento ex- tral de la cuenca del Guadiato, que existen en
plotable, si bien de reducidas dimensiones. Sierra Palacios y en la Sierra del Castillo, al
Por otra parte, el descubrimiento de estas mi- Sur de Bélmez y Espiel respectivamente.
neralizaciones ha abierto nuevas perspectivas
para toda la alineación magmática de Villavi-
ciosa-La Coronada, que está siendo objeto de
estudio intenso por parte del Instituto Geoló-
gico y Minero de España, dada la profusión de
indicios de sulfuros, especialmente de cobre,
que existen en todo el área. Este trabajo no hubiera podido terminar-
se sin la colaboración de las siguientes perso-
nas y organismos: J. BROUTIN (Univ. París
VI.3.c OTROS YACIMIENTOS DE INTERES 6), R . C O Q U E L (Univ. Lilie), F. P E R E Z - L O -
Mención especial merecen los niveles de R E N T E (Col. Univ. Logroño), F. SIMANCAS
pizarras bituminosas de la cuenca de Puerto- (Univ. Granada), C. W I N K L E R PRINS (Univ.
llano, que fueron explotadas hasta el año Leiden), O. APALATEGUI (INGEMISA), J.
1966. De acuerdo con los datos que aparecen R O B L E D O (P.M.C.), L.A. C U E T O (IGME),
en E N A D I M S A (1975) las reservas estimadas M. D E L G A D O (INGEMISA),F.J. ROLDAN,
de roca vendible, son del orden de 104 x lo6 (INGEMISA), A. ARRIOLA (Univ. País Vas-
Tm, con una ley media en aceite del 21%. co), R. S A N C H E Z CARRETERO (Unh. País
También existen indicios de pizarras bi- Vasco), ENCASUR, PROMOTORA DE MI-
tuminosas en las cuencas de Bienvenida y Los NAS DE CARBON (P.M.C.), UNISUR.
Santos de Maimona, sin que los trabajos de Mención especial merece la ayuda recibi-
investigación realizados por el momento ha- da de R.H. W A G N E R (Univ. Sheffield), V.
yan dado resultados positivos. G A B A L D O N (IGME) y A . G A R R O T E (Univ.
Por otra parte, la alineación magmática País Vasco).
de Villaviciosa-La Coronada, no contiene sola- A todos elios mi agradecimiento.
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2
VI1 EL CARBONIFERO DE LOS PIRINEOS

Michel Waterlot*
con la colaboración del
Jean-Mane Charlet**-

* Profesor de Geología. Universidad de Lille (Francia).


** Profesor de Geología. Facultad Politécnica de Mons (Bélgica).
VI1 EL CARBONIFERO DE LOS PIRINEOS

VII.1 GENERALIDADES constituye todavía un obstáculo natural no


despreciable. La Fig. VII.1, tomada de JULI-
Los Pirineos, cordillera de 450 Km de V E R T et al. (1980), recuerda esquemática-
longitud aproximadamente y orientada NOO- mente la posición de los Pirineos en el conjun-
-SEE, constituye, en general la frontera entre t o ibérico.
España y Francia. La vertiente francesa es bas-
tante abrupta mientras la española presenta
pendientes más suaves. Aunque se han cons- VII.l.l LOS GRANDES RASGOS ESTRUCTURA-
truido túneles en Bielsa y Viella, atravesar los LES DE LOS PIRINEOS
Pirineos sigue siendo difícil y esta cordillera Reproduciré aquí la introducción de un

Fig. VII.1.- Unidades estructurales de la Península Ibérica Y zonación del macizo Ibérico (según JULIVERT, FONTBO-
BOTE. RIBEIRO y CONDE, 1972; basado en la zonación de LOTZE. 194513).
Extracto de "The Iberian segment of the European Hercynian foldbelt" por M. JULIVERT: EJ. MARTINEZ
Y A. RIBEIRO (1980). Coloquio C6 Congreso Geológico Internacional. París.
trabajo reciente de M. L E Q U I N (1982): "La a la de la zona primaria axial.
Cordillera pirenaica está constituida por seis Esta zona cabalga hacia el Norte, me-
zonas alineadas paralelamente a una dirección diante el importante accidente frontal nor-pi-
general N 110' y, a primera vista, simétrica- renaico, a la zona sub-pirenaica.
mente al eje de la cordillera". (Figs. VII.2 y La zona sub-pirenaica antefosa septen-
VII.3). trional, está representada por sedimentos ma-
Clásicamente se distinguen, en efecto, de rinos que van del Cretácico superior al Mioce-
N a S: no.
- La zona sub-pirenaica, La discordancia de las molasas oligo-mio-
- la zona nor-pirenaica, cenas sobre las formaciones del Eoceno infe-
- la zona primaria axial, rior, pone de manifiesto una fase tectónica,
- la zona sur-pirenaica, llamada pirenaica, de edad Eoceno superior.
- la zona del sinclinal del Aragón, El macizo de Monthoumet constituye,
- la zona de las Sierras marginales. en el-seno de este conjunto, un testigo paleo-
La zona primaria axial esqueleto de la zoico de superficie no despreciable.
cordillera, está constituida por terrenos paleo- La zona sur-pirenaica esta rormaaa por
zoicos que van del Cámbrico al Carbonífero; una serie mesozoica que no pasa del Cretácico
se admite, cada vez más decididamente, la inferior. Se caracteriza por un despegue al ni-
existencia, en los Pirineos orientales, de for- vel del Keupkr. Este despegue, debido a movi-
maciones Precámbricas (A. A U T R A N ; M . mientos tangenciales Norte-Sur, ha conllevado
FONTEILLES y C. GUITARD, 1966). el cabalgamiento de esta zona sobre el sincli-
Sin embargo, la evidencia del límite Pre- nal del Aragón.
cámbrico-Cámbrico sigue siendo delicada: la El sinclinal del Aragón tiene valor de an-
orogénesis hercínica ha desarrollado, por efec- tefosa meridional. Está ocupado por forma-
to de zócalo, un importante metamorfismo re- ciones del Eoceno superior, coronadas en dis-
gional que afecta y transforma las series ante- cordancia por molasas oligo-miocenas. ,
Caradoc en neises y micaesquistos (M. C A ST E - La zona de las Sierras marginales (arago-
R A S , 1974). nesas y catalanas), enlazadas a la zona sur-pi-
Sobre estas formaciones "cadomienses" renaica, presenta una serie estratigráfica que
ante-Caradoc reposa una serie paleozoica, no va desde un Triásico, frecuentemente diapíri-
metamórfica, que se desarrolla sin discordan- co, a un Luteciense inferior molásico.
cia hasta el Westfaliense lo que parece excluir La vertiente meridional constituida por
una influencia apreciable de la orogénesis cale- la zona sur-pirenaica, sinclinal del Aragón y
dónica en los Pirineos. Sierras marginales, se opone, por tanto, a la
Estas series paleozoicas han sufrido los vertiente septentrional por la polaridad de las
muy importantes efectos de la orogénesis her- deformaciones y por una tectónica tangencial
cínica. Algunas cuencas stephanienses repo- más marcada.
san, en discordancia, sobre los sedimentos pre- Entonces los Pirineos pueden parecer co-
cedentes plegados. Numerosos macizos graní- mo una cadena de doble vergencia, simétrica,
ticos tardi-hercínicos jalonan la zona primaria estructural y estratigráficamente, en relación a
axial. El macizo de La Maladetta es el más una zona primaria axial.
cos .
importante de estos m a ~ i z o ~ ~ r a n í t i (J.M Sin embargo, desde 1970, estudios deta-
C H A R L E T , 1979). llados han puesto de manifiesto que esta sime-
La zona nor-pirenaica se extiende, en tría era sólo aparente, pues los empujes tectó-
Francia, al Norte de la zona primaria axial de nicos no se efectuaron según una doble polari-
la que está separada por un accidente, la falla dad a partir del eje de la cordillera, sino según
nor-pirenaica. una polaridad única ligada al desplazamiento
Esta zona constituye un conjunto meso- de Iberia hacia el Norte.
zoico tectonizado y metamorfizado en el seno En efecto, los datos geofísicos del golfo
del cual afloran todavía macizos paleozoicos, de Gascuña han puesto de manifiesto que la
los macizos satélites, de estratigrafía idéntica posición actual de España en relación con Eu-
Fig. VII.2.- Bosquejo estructural esquematizado del dominio pirenaico.
En punteado: principales afloramientos del zócalo varíscico (y precámbrico): en rayado oblicuo: terrenos
mesozoicos metamórficos; los puntos alineados señalan el límite de terrenos cenozoicos y cuatemarios, poco
o nada deformados en el ante-país o en el seno de depresiones intra-montañosas. VI: "Falla nor-pirenaica";
&: Cabalgamiento frontal norpirenaico; 1. 11,111: Posición de los cortes interpretativos de la Fig. V11.3.

SSW NNE
Antepais
Zona septentrional
Cuenca del Ebro Macizos vascos nOrPP"enaiCa
Aquitania

m ... .- \
-*-- .--- <
( Chalossel

Sierras
' Zona surpirendico ' Zona
1

marginales
aragonesas Sinchal
Gavarnie (Zona m¡a1
Bigorra) '\ norpirenoica Freite
norpirenaico
Cuenca

I
1
1 Zona surpirenaica
Sector Zona axial
Falla norpirenaica
y zona metarnórfica
\
Zona narpiranaica
'\ "
Sierras

Fig. VII.3.- Cortes geológicos interpretativos.


En punteado: armazón varíscico; en blanco: series mesozoicas y de la base del Cenozoico: círculos: terrenos
oligocenos (y posteriores). principalmente en forma de molasas continentales. poco o nada deformadas en los
márgenes de la Cordillera.

Estas dos figuras se han tomado de R. MIROUSE. (1980).


ropa es la consecuencia de una rotación, en "rift" y el movimiento en desgarre moderado
sentido levógiro, de Iberia, acaecida entre el de las fallas de Bigorre y Cataluña y, en una
Triásico y el Cretácico. segunda fase, la traslación del cratón ibérico
No obstante, aunque todos los autores sobre el aquitano-languedociense, que habría
son unánimes en reconocer la importancia de permanecido estable. La falla nor-pirenaica se-
este movimiento con origen en la apertura. del ría el testimonio actual de este cabalgamiento.
golfo de Gascuña y la evolución estructural Este modelo ha llevado a sus autores a
post-hercínica de los Pirineos, aparecen diver- proponer nuevas subdivisiones de la cordillera
gencias en cuanto a las modalidades del des- (Fig. VII.4). En efecto, las fallas de Bigorre y
plazamiento. de Cataluña cortan los Pirineos en tres trozos
Así, el estudio geofísico del golfo de que, de Oeste a Este, son: los Pirineos vasco-
Gascuña y los datos geoló-gicos de la zona nor- berneses, los Pirineos navarro-languedocienses
-pirenaica han llevado a ciertos autores a colo- y los Pirineos catalanes. Además, como la ban-
car de nuevo la apertura del golfo y la historia da metamórfica se generó en el lugar del "ri-
estructural de los Pirineos en un marco trans- ft" albiense, pasa a ser el eje de la cordillera y
formante: una placa ibérica habría deslizado, así determina, al Norte, zonas septentrionales
entre el Triásico y el Cretácico, a lo largo de y, al Sur, zonas meridionales. La zona prima-
una placa Europa y a favor de un desgarre ria axial no se puede considerar en este esque-
levógiro de 400 Km. A este accidente tranfor- ma como eje y pasa a ser una zona meridional
mante correspondería la actual falla nor-pire- bajo la denominación de "Alta Cordillera Pri-
naica. A partir del Cretácico superior, la subi- maria".
da de Iberia hacia Europa habría inducido el
cierre progresivo del dominio pirenaico, (P. VII.1.2 LOS GRANDES PASGOS DE LA ESTRA-
CHOUKROUNE, 1974; X . L E P I C H O N ; J. TIGRAFIA DEL 1 ALEOZOICO DE LOS
BONNIN y J.CL. SIBUET, 1970). PIRINEOS
Tectónicas de fractura en el Eoceno su- Antes de detallar el estudio de las dife-
perior (fase pirenaica) Y en P1io-Cuaternario rentes cuencas carboníferas de los Pirineos es:
han dado después al edificio pirenaico su mo- pañoles, querría resumir brevemente las
delado actual. precámbricas y paleozoicas pirenaicas. La Fig.
Otros autores (E'J' D E B R O A S ' lg7'; B. VII.5 ( R . M I R O U S E en C. POMEROL, 1980)
PEYBERNES,1979:P.SOUQUET,B.PEY- daunabuenaimagendelconjuntodeestas
BERNES, M . BILOTTE y E.J. DEBROAS,
1977) rechazan, en base a argumentos paleo-
geográficos, la hipótesis precedente.
En efecto, según ellos el estudio paleo- El Precambrico
geográfico del Jurásico y Cretácico no pone Aflora principalmente en el macizo fran-
de manifiesto ninguna señal de un posible des- cés del Canigou (G. GUITARD, 1970) como
garre hectokilométrico. Por el contrario, pon- ortoneises glandulares que aparecen como ele-
dría en evidencia la existencia de un "rift" mentos de un zócalo cadomiense, contenien-
pirenaico que se habría desarrollado en el Al- do granitoides recogidos de nuevo por la oro-
biense, donde actualmente está la banda meta- génesis hercínica. También es de señalar la
mórfica que bordea la falla nor-pirenaica (Fig. presencia de paraneises que proceden de grau-
VII.4). vacas y pelitas (Kinzigitas como las llaman los
A este "rift" estarían asociados dos acci- geólogos de la Selva Negra).
dentes deslizantes, oblicuos respecto a las di-
rectrices pirenaicas clásicas ( N 110°), y son: El Paleozoico inferior
Al Oeste, la falla de Bigorre de dirección N A) EIPaleozoico inferior mefamorfizado
80° y al Este la de Cataluña de dirección N
40°. Esta serie tiene una potencia variable en-
La subida de Iberia hacia Europa habría tre 1.500 y 4.000 m y parece proceder de la evo-
provocado, en una primera fase, el cierre del lución de una sedimentación pelítica. En su
rl Zonas septentrionales (Margen norte)

m Zona interna metamórfisa (Eje del rift pirenaico)

m Zonas meridionales (Margen sur)

FI Falla de Cataluña
~2 Falla de Bigorre

Fig.VII.4.- Nuevo bosquejo estructural de los Pirineos.


Trabajos del Laboratorio de Geología de la Universidad Paul Sabatier, Toulouse (tomado de P. SOUQUET et
al., 1977).

base está la serie de Canaveilles que se atribu- actividad volcánica se presenta como un perío-
ye al Cámbrico; se compone de filadios y es- do de inestabilidad atribuible a la fase Tacóni-
quisto~sericíticos. Le sigue la serie de Jujols, ca de la orogénesis caledónica.
menos metamorfizada, presentando esencial- El Silúrico parece mucho más tranquilo,
mente una serie de esquistos pizarrosos y, oca- lo que se traduce por una serie de esquistos
sionalmente, pudingas. La "porfirita de As- muy ricos en materias orgánicas llamados, por
pres" aparece en la serie en este momento. error, "esquistos carburados". Su potencia es
Este conjunto parece corresponder al del orden de 200 m. Esta serie, considerada
Cámbrico y al Ordovícico excluido el Caradoc durante mucho tiempo como poco fosilífera,
superior. se presenta, por el contrario, como muy rica
en Graptolites, Conodontos, Ostrácodos y
B ) El Paleozoico inferior no metamorfizado Quitinozoarios (J.M. D E G A R D I N , 1977,
corresponde al Caradoc superior, al' Ash- 1978, 1982). Esta serie pelítica blanda, que
gilliense y al Silúrico. solamente tiene algunos niveles calizos, tendrá
El Caradoc superior y el Ashgiliense es- un papel tectónico importante por su plastici-
tán formados fundamentalmente por grauva- dad y el hecho de que esté "emparedada" en-
cas, areniscas y esquistos calcáreos, conocidos tre formaciones presilúricas y postsilúricas po-
frecuentemente con la denominación de "es- tentes y duras.
quisto~perforados con Orthis actoniae". El Devónico. Descansa en concordancia
Este período del Caradoc superior y el sobre el Silúrico
Ashgilliense, con sedimentación detrítica y En general, a la escala de la cordillera, se
----- Sotias carbonotadas
u Molasas .mlocinas
do Auultanla
del Ebro oplwntinontaln
Pudlnga do
( ~ r o t d c i wruprrlor

- ----=_.._
Eocono basa1) Paiauou
-.o,f -= Sorles contlnontalor Margar y wllzar marlnaa
Aronlrcas abigarradas

L
'S-
A- do1 Eacona tormlnal
trldslcos
( Eocona baral ) Eooeno lnforlor marina
fploontl~ntal
6orumnlonso" -
Sorir "~lysch"
Calcara-politlcas
y annlseat politicas
del Margar y s o r l a
flyscholdos del

1 Eocona lntorlor
I Collzas marlnas
devana-dlnantlonws
crotáclco suporlor
vasco-boarndr
Sononlonso
Breahas aonomanlonua

Y dotr(tlcas,
marinas do1 h d n i c o
rlnas oplcantlnrntalor

(cretdcico superior)
Serlos marinos do

as-~rrtáclco Intorlor) con vulcanltas

subordinadas
(Paloozoico Intorlor)
Strphanlonse con carbdn Flyschs
albo-conamanlonsos.
brochas
la post- varlrca
subordlnadas

Margos con ammonltes,


callzat "urgonianas"
(crotáclca lnhrlor) Lar sucesiones indicadas son w i d m t e -
Bauxltas mente muy esquem6ticar, asi como l a
Sorlas carbonatadar representacidn d e sur potencias [ p a r a
opicontlnontalrr tener un orden d e magnitud, se recordará
(~iaa s ~rotáclcolntorlor)
que coda uno d e las series flyschoider
del Cretácico superior tienen
Koupor y Otltas
varios kilómetros d e potencia )
.-"~ronlsca roja"

Fig. VII.5.- Ejemplos d e series sedimentarias constitutivas d e l a Cordillera Pirenaica.


A : V e r t i e n t e espafiola; B: Zona axial d e l o s Pirineos centrales y orientales; C: D o m i n i o nor-pirenaico; D:
Ante-país plegado septentrional (Garonne-Ariege).
Figura t o m a d a de R. M I R O U S E (1980).

L . . . $ , li a 5 a . * . . I . S ,. .* %
puede observar que: el Carbonífero.
- El Devónico inferior es decididamente Los sedimentos dinantienses, namurien-
pelítico con facies calizas en 1a.parte media ses y westfalienses son las Últimas formaciones
(Alta Cordillera Central); anteriores a la fase de plegamiento astúrica de
- En el Devónico medio se desarrolla la orogénesis hercínica. Este plegamiento se
una sedimentación carbonatada frecuente- acompañó de aportes graníticos batoliticos ya
mente arrecifal o para-arrecifal; anunciados desde, a veces, el Devónico. El me-
- El Devónico superior muestra una rea- jor ejemplo es el constituido por el macizo
nudación de la sedimentación pelítica, si- grano-diorítico de la Maladetta, que se estu-
guiendo la sedimentación calcárea en el centro - diará detalladamente en el cuarto capítulo de
de la cordillera. El Devónico termina general- este trabajo.
mente por las calizas griottes. Estas constitu- Se desarrollan pequeñas cuencas stepha-
yen más una facies, que se puede encontrar nienses, a veces antracitosas, en discordancia
más arriba en la serie, que un piso estratigráfi- sobre las formaciones hercínicas ante-stepha-
co preciso y limitado. nienses plegadas. Otros ámbitos de sedimenta-
El Carbonífero se detallará en este estu- ción molásica, posteriores a la orogénesis her-
dio. Se piensa con F. B O Y E R , S. K R Y L A - cínica, son pérmicos o triásicos inferiores. A
T O V y D. S T O P P E L (1974) que el tránsito veces están acompañados por aportes volcáni-
Devónico-Carbonífero es, generalmente, con- cos (Pico del Midi d'Ossau en Francia, por
tinuo y que el hiato Tournaisiense, descrito ejemplo).
clásicamente, parece haber sido demasiado ge- La Fig. VII.6, debida a R . M I R O U S E
neralizado por los autores que han estudiado (1980) resume las series palsozoicas de los Pi-
-.,
Conglomerados poliginicos y argilitas vinosas
PERMICO m----
Hullero (La Rhune; Alto Gallego) V
ESTEFANIENSE -uvub -mnw -%w-.-b

Series flvschoides"culm': con dominante arenisco-pelítico V


WESTFALIENSE con intercalocioner de
A -alizar con faunas bentónicas
brechas y pudingas
NAMURIENSE
calizos con Iaminifas A. ----__ P F

- - A C - - -
-- - --
---
- - ----
DEWsup. DINANTIENSE Micritos calcáreas, iaspes negros, ampelitos fasfatadas, cineritas, calizas "griottes" C A

FRASNIENSE

DCVONICO d i o Al:ernancias C
calcarea-margosas
, de Lavedan y Comminges
Series pel;fico-arenircosas con
~ntercalacionescalcáreas "Doll*"(Gavarni*) de lo cuenca olt
DEVONICO hf.
A 'de bar.. Alto Arad. Y Bigorra
Tobar volcanicas
O del ,,
Arcillor y calizas

(Valle del Aure; Lavedan)

G
SlLURlCO
---- --
Ampelitas piritosos, "Esquirtos carburados:'
--
calizas oscuros con Orthocerar
y -
ASHGILL-CARADOC Calizas y brechar,arcillas con faunos bent6nicas B
Vulcanitas y conglomeradas ( Lavedan, Barouse, Luchannais, Sala,)
Ritmos arenisco- pel;ticos con intercalaciones canglomer;ticar •
ORDOvlclCo (Pais Vasco- Bigorra~Vallede Aure; Hospicio de Francia )
G Conglomerados del Rioumaiou y del Pica de la Pique

CAMBRICO ( 7 ) Arenisca, palitas, con morgo-calizas subordinadas, niveles volcam-sedimentarior.arcosas


( Labourd- Ursuya : Vmasque en Luchonnais)
~ ? M n i ' u v l n
Orto y paraneisos cataronales
PRECAMBRICO (7)
de Labourd-Ursuya

Fig.VII.6.- Series paleozoicas en la parte occidental de la Zona aria1 de los Pirineos. Fósiles significativos: A: Ammonites.
B: Brauiópodos. C: Conodontos. G: Graptolites. P: Corolarios. F: Foraminíferos. T: Triobites. V: Vegetales.
En la parte inferior del cuadro: sectores meridionales y sur-occidentales del armazón axial, en la parte central:
sectores meridianos; en la parte derecha: sectores septentrionales. Líneas onduladas: discordancias (según R.
MIROUSE en R. BOURROUILH et al.. 1980).
rineos, tomando el ejemplo de la parte occi- de la cordillera, fruto indudable del desarrollo
dental de la zona axial. del turismo.
Recordaré, para terminar este capítulo
de generalidades, el magnífico artículo de A. VII.2.1 GENERALIDADES
SOURIAU (1981) sobre el manto superior ba-
A modo de introducción, tomaremos
jo Francia, en el que el lector encontrará pre-
aquí, las propias conclusiones del trabajo ya
cisiones interesantes referentes a los Pirineos
citado más arriba acompañadas del cuadro es-
y, también, una bibliografía básica relativa a
tratigráfico que proponen los mismos autores
este tema.
(Fig. VII.7) y del establecido por C L . H E D -
DEBAUT (1973) (Fig. VII.8).
"No existe, a nuestro entender, otro sub-
VII.2 ESTUDIO DE LAS DIFERENTES strato estratigráfico de las liditas auténticas de
CUENCAS CARBONIFERAS los Pirineos y de la Montaña Negra, que las
calizas "Supragriottes". C.
Durante mucho tiempo el estudio del Su edad tournaisiense (Cu 1 principal-
Carbonífero de los Pirineos españoles no ha mente, a menudo límite Cu 1-Cu IIa inf. para
resultado fácil debido a los problemas de co- el techo) y su paso, generalmente progresivo,
municación, a la ausencia de macro y micro- a las liditas, prueban que estas últimas no apa-
fauna y sobre todo a causa del dogma de la recen tras una laguna de sedimentación, no
laguna del Tournaisiense. son progresivas y, con mayor razón, no consti-
Afortunadamente, sucesivos hallazgos tuyen una facies transgresiva.
paleontológicos (sobre todo micropaleontoló- Un nivel de pizarra (B) separa, no muy a
gicos) permitieron a numerosos autores y, en menudo sino siempre, las "Supragriottes" C
particular, a F. BOYER,S. K R Y L A T O V y D. de las A, en las que todas las zonas de Ammo-
-
S T O P P E L (1974) hacer tabla rasa de este dog- noideos de do 111 a do VI parecen estar repre-
ma que durante tanto tiempo les había impe- sentadas.
dido, y este es mi caso, desecharlo ( M . W A - El nivel B, materialización del límite en-
TERLOT, 1.967, 1969). Además desde hace tre el Devónico y el Carbonífero de los Piri-
ya más de diez años hay que contar con el neos y de la Montaña Negra, no ha sido data-
perfeccionamiento de la red vial en esta parte do, pero podría corresponder a las subzonas

_H _Arcillas,
_ _ _ areniscas
_ - -y conglomerados poligénicos muy potentes.
- - - - - _ - - - -
G Calizas con muy - frecuentes
- - ocurrencias silíceas en la base. - - - - - - - - --
0
F Jaspes claros con lechos de piroclastitas (en algunas zonas contiene manganeso).
- - - - -- - - ---- ---- - - - - - ---
!$ E Intercdaciones caliza a veces rosa o roja y groseramente nodulosa. 0-10 m
--------- ---- ----- - - - -
8p: D Jaspes carbonosos (liditas) con n ó d u l o ~fosfatados. Muy frecuentemente la base
4 de este nivel está constituida por una arcilla generalmente carbonosa cuyo espesor
U puede llegar a 1ó 2 m
---- -- - - --- - -- - - -- ---- - -- --- hasta 30 m
-
C Supra-"griotte" idéntica a A 2m
B Arcillas 0,2-2 m
-- _ _ - - _ - - - _- - - - - - - - - - _ _ _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
' A Supra-"griotte" = calizas nodulosas grises suprayacentes a la caliza llamada
EO "griotte".
Wn
Fig. VII.7.- Cuadro estratigráfico sintético del techo del Devónico y de la parte inferior del Carbonífero de los Pirineos y
de la Montaña Negra. (Según F. BOYER, S. KRYLATOV y D. STOPPEL, 1 9 7 4 ) .

288
ZONACION DE CEFALOPODOS ZONACION DE CONODONTOS
NAMURIENSE Zona de Eumorphoceras E2
E1
VISEIENSE Zona de Goniatites Cu 111
Zona de Pericyclus Cu 116
Cu 11Plr
TOURNAISIENSE Cu 11a
- - - - -- - - -. Zona de Gattendorfia Cu 1
ESTRUNIENSE Zona de Wocklumeria do VI
----- ---- Zona de Gonioclymenia do V
FAMENIENSE
SUPERIOR Zona de Platyclymenia do IV
do 111p
do 111 a
Zona de Cheiloceras do 110
FAMENIENSE I-- - - - - - - - - - -- - - -do-11 a- - ---
INFERIOR ? do 1/11
-- - do 16-
? - ----.
FRASNIENSE 1 Zona de Manticoceras do 16

Fig. VII.8.- Correlación de las Zonas de Conodontos Y de las Zonas de Cefalópodos en el Devónico superior Y Carbonífero.
(Según C. HEDDEBAUT. 1973).

paleontológicas que no han podido definirse tró que el paso del Devónico al Carbonífero
en las calizas encuadrantes, como mucho do podía ser continuo.
VI sup. y Cu 1 inf. Esta atribución es tanto Describiré las diferentes cuencas carboní-
más plausible cuanto que no se ha podido ob- feras de W a E. Su posición geográfica se reca-
servar aquí el menor indicio en favor de una pitula en la Fig. VII.9.
laguna de sedimentación.
Si, a pesar de todo, existe una laguna de
sedimentación próxima al paso del Devónico V11.2.2 EL CARBONIFERO DE LOS MACIZOS PA-
al Carbonífero, ésta ni puede situarse inmedia- LEOZOICOS VASCOS
tamente debajo de las liditas ni tampoco re- A ) Generalidades sobre la disposición geológi-
vestir alguna importancia. Y a fin de cuentas ca d e los macizos paleozoicos vascos
no puede cuestionarse aquí la laguna del En lo que sigue, me atendré al texto re-
Tournaisiense (do VI, Cu 1, Cu 11 inf.). dactado por Cl. H E D D E B A U T (1973) en la
A este respecto, la zona de extensión de introducción de su tesis, sólo con ligeras mo-
las liditas, con nódulos fosfatados del Dinan- dificaciones :
tiense, se opone a las zonas devónico-carboní- "Los macizos vascos constituyen, al Oes-
feras desprovistas de ellos, zonas donde no ca- te de los Pirineos, los últimos afloramientos
ble la menor duda de la existencia de una la- del zócalo de la Cordillera. En efecto, la zona
guna que separa el Devónico del Carbonífero primaria axial en el meridiano del Pico de
y que desborda ampliamente la del Tournai- Anie, se hunde bruscamente bajo la cobertura
siense. Finalmente, es interesante señalar que sedimentaria post-hercínica del flanco Oeste
la historia de los Pirineos y de la Montaña de esta montaña. La reaparición del material
Negra en la época de los movimientos breto- primario y cristalino en el País Vasco se efec-
nes, es comparable a las del Harz y Macizo túa en la prolongación de esta zona axial con
Renano, en las que W. K R E B S (1968) demos- un claro desplazamiento hacia el Norte; ade-
-
O 10
ESCALA

PO m 40 40 Km

Fig. VII.9.- Mapa esquemático de los Pirineos con las principales localidades citadas en el texto.

más este material ya no forma una banda con- pital para la geología del País Vasco.
tinua sino que se presenta en macizos separa- El macizo de los Aldudes-Quinto Real
dos... tiene una forma vagamente triangular. Al Sur,
Desde un punto de vista morfológico, la está separado del Cretácico sur-pirenaico por
distinción entre los dos flancos de los Pirineos un accidente. El Paleozoico reaparece no obs-
tiende a borrarse: los Pirineos vascos, con ci- tante en dos pequeños afloramientos al Sur de
mas que a penas sobrepasan los 1.500 m y Burguete.
puntos que se sitúan a menos de 600 m, no El macizo de Ursuya-Baygura comprende
constituyen una barrera continua como suce- en su extremo Norte la masa de los terrenos
de en la zona axial. cristalinos, intruidos por granito, del La-
De acuerdo con P. LAMAR E , en los anti- bourd ...
guos terrenos del País Vasco se pueden distin- Los macizos de los Aldudes-Quinto Real
guir cinco grandes unidades paleozoicas, aun- y del Ursuya-Baygura están separados por el
que esta división... no sea la más natural bajo Permo-Trías especialmente potente de la re-
un punto de vista estratigráfico y estructural. gión Elizondo-Maya al W y de la depresión
En su conjunto, dibujan una especie de Z Saint Jean Pied-de-Port-Baygorryal E. La ra-
aplastada (.Fig. (VII.lO). ma superior de la Z está formada por el gran
Al Este los macizos gemelos de Igounce y macizo de las Cinco Villas situado casi total-
de Mendibelza constituyen la rama inferior. mente en territorio español. Fundarnental-
La existencia, casi exclusiva en estas unidades mente esquistoso, su estratigrafía es original
de una espesa cobertura de pundingas de edad, con respecto a la de los macizos vascos situa-
cretácica, "pudingas de Mendibelza", así co- dos más al E. Está atravesado al Norte, al igual
mo su estratigrafía paleozoica, les dota de una que el pequeño macizo satélite de Rhune-Ha-
gran homogeneidad. ya, por un granito muy semejante al del La-
La rama inclinada de la Z está formada bourd, el granito de Haya-Tres Coronas."
por los macizos de los Aldudes-Quinto Real y
el de la Ursuya-Baygura. Tanto la orientación B) Antecedentes históricos de los trabajos
sub-meridiana de estos dos macizos, en los 40 geológicos que tmtan del País Vasco español y
Km que van de Hasparren a Roncesvalles, co- francés
mo la inflexión de la frontera hacia el Sur a Los primeros trabajos notables son los de
nivel de ellos, corresponden a direcciones es- P.W. STUART-MENTEATH en 1880 seguidos
tructurales mayores... cuya importancia es ca- de los de L. M A L L A D A (1882).
Ir *l Frontero fronco -españolo

Fig. Vii.10.- Macizos Paleozoicos Vascos. Croquis de situación (según C. HEDDEBAUT, 1973).
Con el principio del siglo XX aparecen G A R D I N (1979) más especialmente orienta-
10s resulbdos de p. TERMIER (1907); L. dns a las formaciones silúricas.
C A R E Z y E . F O U R N I E R (1910).
C) Los grandes rasgos geológicos del Carbon í-
L . B E R T R A N D (1911) y P. V I E N N O T
fero del País
(1927) publican en seguida interesantes traba-
jos muy "nappistas" mientras que el geólogo ~ 1 H. E D D E B A U T , en su importante me-
español p. P A L A C I O S un mapa del moria de 1973, distingue dos partes de dife-
macizo de las Cinco-Villas y de la parte ibérica rente estratigrafía ( F k . VII.11).
del macizo de los Aldudes. Los trabajos de G . 1. Una Occidental que Cl. H E D D E B A U T de-
D U B A R (1925, 1928, 1931) sobre el Devóni- nomina U.1
co y el ~arbohífero.son con-
Corresponde a la mayor parte del Macizo
temporáneos de la importante memoria de
de Cinco Villas, a la prolongación NE de éste
J. W. L A V E R D I E R E (1930) y de los trabajos
al E de Ainhoa y de Urdax así como a una
del geóiogo alemán H. SCHMIDT (1931).
P. L A M A R E se interesa más particular-
banda estrecha en el borde meridional del ma-
cizo de Labourd.
mente por las formaciones post-paleozoicas
En esta primera unidad U,, el Carbonífe-
vascas. A él se debe la noción de "Nappe des
ro es esencialmente pizarroso y contiene una
Marbres" (1936) y de la edad cretácica de las
pundingas de Mendibelza (1945) que hasta en- pudinga característica con liditas. Descansa
sobre formaciones de calizas en plaquetas que
tonces eran consideradas como pérmicas. No
aparecen como el equivalente de las "griot-
obstante, gran cantidad de estas publicaciones
tes", probablemente famenienses, que este au-
tratan del Paleozoico, aunque los trabajos que
proyectaba sobre este punto fueran frenados tor describe en los Macizos de Mendibelza y
por la guerra civil española y la segunda guerra de Aldudes.
Bajo estas calizas no se encuentran ni las
mundial.
areniscas agrauwacadas con Cystospirifer ver-
Desde 1959, el equipo geológico alemán
neuilli ni las areniscas verdes frasnienses que
de Clausthal estudia la región de Maya, el Va-
caracterizan la parte oriental, que. definimos
lle del Aritzacun y una gran parte del macizo
seguidamente.
de las Cinco Villas y del macizo de la Aldudes.
LOS geÓlog0~ franceses G . D A M E S T O Y 2. Una parte Oriental que Ci. H E D D E B A U T
(1961); A . C H E S T E R I K O F F (1963-1964); llama U,
Ph. L A G N Y (1963) y Ph. M A I L L A R D (1966) Corresponde a los macizos de Igounce,
estudian los Aldudes, el E. de Ainhoa y Val- Mendibelza, Aldudes, al Monte Baygura, a la
carlos mientras que M. C A S T E R A S (1961), región del Jarra y del Arradoy, a los valles de
J.P. P A R I S (1964) trabajan con M . F R E Y y J. Laxia y del Aritzacun y a la parte Sur Oriental
G A L H A R A G U E (1967) en el Paleozoico vas- del macizo de las Cinco Villas.
co oriental que desembocó en la publicación Con excepción de algunas lagunas loca-
de la Hoja de Mauleon (Za edic., 1969). les, en esta parte están expresados todos los
Los importantes trabajos de Cl. H E D D E - términos del Devónico y en particular la facies
B A U T (1964 y sobre todo 1973) constituye- "arenisca verde" del Frasniense. Por otro lado
ron uno de los pilares de la geología paleozoi- el Silúrico, el Devónico y el Carbonífero se
ca vasca. hallan en continuidad estratigráfica.
Recientemente apareció una pequeña La Fig. VII.ll, tomada de la memoria de
síntesis de la Geología del País Vasco de A . C1. H E D D E B A U T , recapitula los grandes ras-
D E B O U R L E y R. DELOFFRE (1976), aunque gos de esta estratigrafía comparada.
conviene señalar que los autores no se intere-
saron particularmente por el territorio español D) Un ejemplo: El Carbonífero del Macizo de
ya que trabajaban en el marco, un tanto espe- lus Cinco Villas (Fig. VII.12)
cializado, de una Guía Geológica Regional de Propongo este ejemplo pór estar el Maci-
la Colección MA S S O N . Citemos, para termi- zo de las Cinco Villas situado casi por comple-
nar, los muy interesantes trabajos de J.M. D E - to en territorio español. Su nombre ha sido
12 -Arenisca con plantas namuriennr(y wertfaliense?)
11 - Caliza azul - negra namurianse
10- Liditas - ~i;.Tournaisimw ViwUnw 7
9 - Caliza grioito
7- Arenisco imd. fraspiense
6 - Pizarra can nódubs . Devónica media
5- Dolamiar emsienres
4- Piz. Dol. y Calizas intwmdiarias
3- Areniscas sia@onionns
2- Piz. riluro -gedinienw
I - Cuarcitas ordwícicar

Devdnico
I
I
I
I
I
l
I
I
I
I
I
I
I

Fig. VII.ll.- Estratigrafía comparada de los macizos de los Aldudes y Mendibelza (U?)y de la región al NE de Ainhoa (Ul),
(según C1. HEDDEBAUT, 1973).
m Paleozoico de t i p o l # l b d a ~ e n d i b d p I ' Granitos
~ y pizorror cristalinas

Fig. VII.12.- Afloramientos paleozoicos del Macizo de las Cinco Viiias (según C1. HEDDEBAUT, 1973).
sugerido por C A M I L L E J U I L L I A N a P. L A - - la caliza azul-negro namuriense pare-
M A R E basándose en las cinco villas de la ce ausente;
Montaña Navarra: Aranaz, Echalar, Lesaca, - las areniscas con plantas del Carboní-
Vera de Bidasoa y Yanci. fero del Macizo de Mendibelza y del Macizo
Este macizo es, aún actualmente, el me- de los Aldudes no están aquí a penas represen-
nos conocido de los macizos vascos, a causa tadas. Están reemplazadas por pizarras con
de la monotonía de las formaciones que lo microritmos que contienen pocos elementos
componen y de su desalentador recubrimiento florísticos, por otro lado, mal fosilizados. En
forestal (Mapa según Cl. H E D D E B A U T , Fig. esta serie se desarrolla una pudinga muy carac-
VII.12). terística.
En e s t e macizo, Cl. H E D D E B A U T Esta pudinga se compone de un cemento
(1973) distingue dos tipos de formaciones: areniscoso o arcilloso que contiene guijarros de
- El "tipo Aldudes-Pvlendibelza".Se tra- pequeño tamaño (2 a 3 cm) de cuarzo, cuarci-
ta de formaciones devónicas, bastante fosilífe- tas y liditas negras. Estos últimos sedimentos
ras, del tipo descrito por este autor en los se hallan igualmente en finos lechos "norma-
Aldudes y Mendibelza (tipo U, ); les" en la serie. El mapa del Macizo de Cinco
- El "tipo de Cinco Villas". Se trata de Villas (Fig. VII.12) da una idea de la reparti-
formaciones devónicas y carboníferas poco ción de los principales puntos de afloramiento
fosilíferas y de una gran monotonía de facies, de estas interesantes formaciones conglomerá-
que durante mucho tiempo se han considera- ticas.
do como azoicas. Uno de los elementos más
notables de este Carbonífero es la presencia
de una pudinga muy característica (cf. infra.).
En este rápido estudio, daré un corte VI 1.2.3 LAS CUENCAS CARBONIFERAS DEL
(Fig. VII.13) extraído de la memoria de Ci. OESTE DE LA ZONA PRIMARIA AXIAL
H E D D E B A U T (1973) durante cuya elabora- Trataré aquí, rápidamente, de los aflora-
ción tuvo ocasión de descrubrir numerosos fó- mientos carboníferos situados entre el meri-
siles. Recordaré rápidamente, a continuación, diano del pico de Anie al Oeste y el meridiano
las conclusiones a que llega este autor a pro- de Torla al Este. Sólo trataré, en este rápido
pósito de las formaciones de "tipo Cinco Vi- estudio, algunos ejemplos de entre los más
llas": típicos.
1. El Devónico y el Carbonífero ante- Entre los trabajos de los dos últimos de-
stephaniense están aquí muy desarrollados. cenios, relativos a estas formaciones, citaré los
2. Las facies aparecen distintas a las des- de C.J. V A N D E R L I N G E N (1960), H . WEN-
critas en los otros macizos vascos: S I N K (1962), J.G.J. V A N L I T H (1968), R .
- Las "calizas griottes" están reempla- M I R O U S E (1962), M. W A T E R L O T (1967,
zadas por calizas en plaquetas o en finos le- 1969), F . B O Y E R , S. K R Y L A T O V y D . S T O -
chos; P P E L (1974), M.F. P E R R E T (1980).

Km 4 3,9 3,6 3,s ~ Km 3,4


c- Hacia el puerto de Esqulsocoy Hacia el p u e r t o d e Lrr.rm.aco(Corr.l.ra N-121-Km70)-

1-2-3 - Fameniens. superior di - ~ e v ó n i c ainferior


4 - Tournoisiense superior -Vireense inferior ? dm- Derdoico medio
5 - Nomurienic

Fig. VII.13.- Corte fosilifero de la carretera del puerto de Esquisarcy (según C1. HEDDEBAUT, 1973).
A) Estudio estratigráfico general estos afloramientos. Se trata del de la región
En esta parte de la Cordillera Pirenaica de la Estación Internacional de Canfranc que
española, se puede descubrir la estratigrafía se puede referir al estudio de conjunto de la
del Paleozoico, siguiendo a P. M A R K S y H. Pista Grande (G. V A N D E R LINGEN, 1961;
W E N S I N K (1970), de la manera siguiente R . M I R O U S E , 1962; M. ' W A T E R L O T , 1967,
(Fig. VII.14): 1969 y P. M A R K S y H. WENSINK, 1970).
Los trabajos de F. B O Y E R et al. (1974) B ) Un ejemplo d e afloramiento carbonifero
han demostrado, también aquí, la ausencia de del Oeste d e la parte española de la zona Pri-
la laguna del Tournaisiense. mera Axial: el Alto Valle del río Aragón, a la
Los principales afloramientos carbonífe- altura de la Estación Internacional de Can-
ros españoles de esta región son los siguientes: franc
1 ) Carbonífero del Aragón (sinclinal Pe- Propongo este ejemplo porque su detalla-
ne Bloque-Pic Rouge). da cartografía, es actualmente clásica (G .J.
V A N D E R L I N G E N , 1960; M. W A T E R L O T ,
2) Carbonífero de la terminación meri-
1967, 1969; P. M A R K S y H. WENSINK,
dional del Carbonífero de la Cuenca de Urdos.
1970). Estos últimos autores han publicado
- Canal Astún, Canal Roya, región de
además (1970, Tabla 1, Tabla 11 y Tabla 111)
les Calcites, Pic Soques.
tablas con una estratigrafía muy precisa de
- Afloramientos comprendidos entre el
esta zona, basada en el estudio de los Cono-
granito de Caterets y el granito de Panticosa.
dontos.
- La Pista Grande.
Por otro lado esta zona tiene accesos fá-
- Hoya de Balsera.
ciles y las diferentes facies del Devónico, del
- Alto Valle del Barranco de Culivillas.
Carbonífero calizo, del Carbonífero detrítico,
3) Carbonífero del Valle de Bujaruelo del Permo-Trías y del Cretácico superior son
(valles de Otal,de Ara y de Lapazosa). suficientemente claras y el estudio local de
Se encontrará en M. W A T E R L O T (1967, esta región no plantea actualmente ningún
1969) una detallada descripción de las condi- problema particular.
ciones de afloramiento de estas zonas carboní- En el restringido marco de este trabajo,
feras. en lugar de una descripción detallada, haré re-
Detallaré, a continuación, un ejemplo de ferencia a cuatro documentos:

WESTFALIENSE
Formaciones detríticas arenisco-pelíticas, que se pueden atribuir al Namu-
NAMURIENSE riense y Westfaliense.

DINATIENSE Calizas que en parte, muestran facies "griotte". La base de esta serie per-
tenece al Devónico y el techo a la base del Carbonífero. La potencia total
DEVONICO puede alcanzar 150 m.
superior

DEVONICO Calizas, en parte arrecifales, que se pueden atribuir en lo fundamental, al


medio Devónico medio. Potencia máxima: 400 m.

DEVONICO Sedimentos detríticos, fundamentalmente pelíticos, de edad devónica


inferior basal, que p.ueden alcanzar 500 m de potencia.

Fig. VII.14.- Cuadro resumen de h estratigrafía del Paleozoico superior del Oeste de h Zona Pirenaica Axial (según P. MARKS
y H. WENSINK. 1970).
a) Una vista panorámica del valle del río VII.18).
Aragón a la altura de la Estación Internacional Estos tres últimos documentos, a veces
de Canfranc. Extracto de M . W A T E R L O T con ligeras modificaciones, se deben a P.
(1967, 1969, ligeramente modificado) (Fig. M A R K S y WENSINK (1970).
VII.15). El estudio y la comparación de estos do-
b) Un mapa geológico del Paleozoico del cumentos es fácil y permitirá al lector hacerse
valles del Aragón cerca de la Estación Interna- una buena idea de la Geología del Carbonífe-
cional de Canfranc (Fig. VII.16). ro de esta parte de la Cordillera Pirenaica es-
c) Un cuadro de recapitulación de la pañola.
fauna de Conodontos descubiertos en esta re-
gión (Fig. VII.17). VII.2.4 EL CARBONIFERO DEL SINCLINORIO
d) Un cuadro de correlaciones entre esta DEL "PLAN DES ETANGS"
parte de los Pirineos españoles y otras regio-
nes de Europa y América del Norte. Su com- A) Localización geográfica e histórica del es-
paración con la Fig. VII.8, debida a Cl. H E D - tudio
D E B A U T (1973) resultará muy Útil (Fig. ' Este sinclinorio forma una elipse alarga-

Fig. VII.15.- Vista panorámica del valle del río Aragón a la altura de la Estación Internacional de Canfranc.
4: Permo-Trías de la Raca; 3: Namuriense y Westfaliense. Pizarras y areniscas feldespáticas de la Estación
Internacional de Canfranc; 2: Devónico superior y Dinantiense caiizo de la Fortaleza de Canfranc: 1: Devóni-
co medio que constituye, a la izquierda, los contrafuertes del Monte Tobazo y. a la derecha. el flanco
meridional del bajo valle del Canal de Izas.
Vista, orientada W-E. tomada un poco más abajo de la Estación Internacional de Canfranc. En primer plan0
las pendientes arboladas del Devónico medio. comenzando innediatamente al S de la depresión en la que está
situada la Estación Intemacional. En segundo plano. las areniscas y pizarras (3) d e la parte superior del
Carbonífero ante-stephaniense que determina, en la topografía, la depresión ya citada. En un tercer plano. las
calizas (1)del Devónico medio, que determinan, por su mayor resistencia a la erosión. un claro resalte enla
topografía. En cuarto plano, el basamento de la fortaleza de Canfranc formado por u n anticlinal compuesto
de sedimentos calizos del Devónico superior y de la base del Carbonífero (2). En un último plano, los
sedimentos perno-tnásicos (4) de la montaña de La Raca (según M. WATERLOT, 1969).
m calizas arrecifales, D e v h z c o medio

@
---
Shales,principaImente Dev6nico inferior

Fig. VII.16.- Mapa geológico del Paleozoico del valle del Aragón en la región de la Estación Internacional de Canfranc
(Fig. debida principalmente a G. VAN DER LINGEN, según P. MARKS y H. WENSINK, 1970).

da de O a E de unos 20 Km de Iongitud desde han estudiado esta región citamos: H. SCH-


el Hospital de Benasque al O hasta el río de M I D T ; M . G O U R D O N ; M . DALLONI (1910),
Valarties al E. Su anchura máxima, visible en J. DE LIZAUR y R O L D A N (1951), B.G. ES-
el Agujero del Toro (Forat de Aigudluts), es C H E R (1953) y W.F. K L E I N S M I E D E conlu-
de unos 5 Ian Está, pues, situado en España yeron el carácter parálico de la cuenca descri-
entre el extremo Occidental del macizo graní- ta como discordante sobre los sedimentos de-
tico de la Mdadetta y la frontera franco-espa- vónicos subyacentes.
ñola. A partir de 1963, hemos podido demos-
Conocido desde hace 150 años por los trar (Ch. D E L A T T R E y M. WATERLOT) que
geólogos pirenaicos, al principio fue conside- no existía discordancia. En mi trabajo de
rado como de edad silúrica (Gothlandiense). 1967, estudié detalladamente este sinclinorio
Fue D U R O C H E R (1844) quien por primera comentando el clásico error de considerar co-
vez citó la posible edad carbonífera de este mo devónicas las formaciones calcáreas situa-
conjunto. Entre los principales autores que das bajo los sedimentos narnurienses y westfa-
CUADRO 111

GNATHODUS

Fig. VII.17.- Distribución de Conodontos en la caliza "griotte". en la parte superior del valle del rfo Aragón (según P. MARKS
YH. WENSINK, 1970).

lienses. unos 1 0 m de potencia situado encima de las


No obstante planteé el problema de la formaciones marmóreas devónicas superiores
posibilidad de una edad carbonífera para estas y que yo consideré también como Devónico
calizas (1969, p. 63 y p. 167);posteriormente superior en otras ocasiones (cf. supra). Debido
ha sido claramente reconocida esta edad car- al descubrimiento de Conodontos (H.A. V A N
bonífera (H.A. V A N ADRICHEN B O O G A - A D R I C H E M BOOGAERT, op. cit.), estas for-
E R T in J.H.N. W E N N E K E R S , 1968). maciones calcáreas han podido ser atribuidas
al Tournaisiense.
B ) Estudio estratigráfico 2. Encima, y formando la parte esencial
El Devónico que rodea al Carbonífero del conjunto carbonífero, viene una importan-
del "Plan des Etangs" se compone de mármo- te serie detrítica compuesta de areniscas, peli-
les masivos o en plaquetas cuya parte superior tas y algunos conglomerados. La monotonía
es de edad Devónico superior. de esta serie, que sólo se rompe por un nivel
Estas formaciones marmóreas, que son de calcoesquistos negros dispuestos en plaque-
claramente visibles en el paisaje, pero cuyo tas, ayuda a la cartografía.
estudio detallado es difícil, son seguidas de los Esta serie es poco fosilífera y la búsque-
primeros sedimentos carboníferos. da de microfauna (M. LEQUIN, 1982) se ha
En la composición del Carbonífero del revelado decepcionante. Recordamos el des-
sinclinal del "Plan des Etangs" se pueden dis- crubrimiento de Calamites mal conservados y
tinguir dos conjuntos: de Proshumardites karpinskyi Rauser-Tscher-
1. En la base, un conjunto calcáreo de noussowa. Este goniatites ha permitido atri-
CUADRO 1V

BILINEATUS-

Fig. VII.18.- Biozonación de Conodontos de la caliza "griotte", en la parte superior del valle del río Aragón, y su correlación
con otras series. (Según P. MARKS y H. WENSINK. 1970).

buir al Narnuriense una parte de la serie detrí- co de la Tuca Blanca, se desarrolla el impor-
tica. El límite entre el Namuriense y el West- tante sinclinal de Pico Pomero.
faliense todavía no se ha podido precisar. La parte Occidental del sinclinorio está
La Fig. VII.19 extracto de M . L E Q UIN dividida en varios pequeños sinclinales ele-
(1982), recapitula la estratigrafía de esta serie mentales, a causa del levantamiento del eje.
cuya potencia máxima es de 6 a 700 m a la Todos estos pliegues son en general de
altura del Pico de Salies. forma tosca y sus planos axiales ,están dirigi-
dos hacia el S.
C ) Grandes rasgos tectónicos del Sinclinorio
En lo que concierne a las fallas, se puede
del "Plan des Etangs" (Fig. VII-20).
notar un conjunto de ellas NWW-SEE, siendo
La tectónica de este sinclinorio aparece, el más importante de estos accidentes la pro-
en su conjunto, como bastante simple. Este longación oriental de la falla del Caillaouas.
conjunto está compuesto de una banda sincli- Esta importante falla se prolonga hacia el E y
nal alargada desde el Hospital de Benasque se la puede seguir bien hasta el nivel de Espot
hasta Valartiés. En medio del borde septen- donde se amortigua en los niveles silúricos
trional, esta parte central se complica con un blandos.
sinclinal anejo llamado Mompius. Al E de Fo- Otro conjunto importante de accidentes
rat des Aigualluts, al Sur del anticlinal devóni- fallados corresponde a las fallas Norte-Malade-
u,
YI

Puerta de la
Picada
O
Pico do Pomem

Pko Pomr

Fi.VII.19.- Estratigrafía del Sincliiono carbonífero de Plan des Etangs. Figura tomada de M. LEQWN (1982). Estudio Beo-
lógico del Alto Valle del Esera (Pirineos Centrales Españoles). Diploma de Estudios de 3er Ciclo (D.E.A). Line.
Fig. VII.20.- Mapa Geológico del Sinclinorio Carbonífero de Plan des Etangs. Los sedimentos antedevónicos situados al N
del sinclinorio se han representado an base a la Hoja 7 del "Geological Map of the Central Pyrenées"
realizado por MM. de SITTER, ZWART y KLEINSMIEDE. Figura extraída de M . WATERLOT (1969).
Contribución al Estudio geológico del Carbonífero ante-stephaniense de los Pirineos Centrales Españoles.
Mem. IGME, t. LXX, 1969.

tta, situadas al Norte del macizo granítico de presentados al S de la aldea, largo tiempo con-
la Maladetta y que recorta en tiras el Devóni- siderados como ante-silúricos (M. D A L L O N 1 ,
co y el Carbonífero del borde septentrional 1910; H . S C H M I D T , 1961; A . A L A S T R U E ,
del macizo granítico. A . A L M E L A y J.M. R I O S , 1957; M. W A T E R -
Pocos trabajos microtectónicos se han L O T , 1961), según los trabajos de la Escuela
realizado en esta parte de la cordillera. M . L E - de Leyden han sido considerados como carbo-
Q U I N (1982) acaba de realizar una primera níferos. De acuerdo pues con estos trabajos
aproximación de este tipo de estudio. holandeses, la región de Benasque debería ser
considerada como un vasto sinclinal tumbado
D ) Estudio sedimentológico d e las formacio- de núcleo carbonífero en lugar de un anticii-
nes carboníferas del "Plan des Etangs" nal de núcleo ante-silúrico. Esta posibilidad
Es esta parte de la cordillera donde me- fue rápidamente expuesta y recordada por mí
jor hemos podido estudiar la génesis del Car- (M. W A T E R L Q T , 1969, p. 108).
bonífer6 y en particular de sus formaciones Los recientes trabajos de L.M. R I O S
detríticas a partir de las formaciones anterio- (1977) basándose en los estudios efectuados
res. Este estudio se ha fundado principalmen- en los campamentos organizados por la Escue-
te en los métodos de termoluminiscencia, del la Técnica Superior de Ingenieros de Minas de
análisis granulométrico de las areniscas y de la Madrid, apuntan interesantes precisiones so;
relación cuarzo-feldespato y nos ha permitido bre la serie de Cerler y de los Picos Labert.
(M. W A T E R L O T , 1967, 1969; J.M. C H A R - Resumo la estratigrafía propuesta por este au-
LET y M. WA T E R L O T , 1969) proponer para tor en el cuadro (Fig. VII.23), ilustrado con
la cuenca carbonífera del "Plan del Etangs", un corte debido igualmente a este autor (Fig.
futuro sinclinorio, la historia recapitulada en VII.24), que va desde los Picos Labert hasta el
los dos bloques diagramas adjuntos. Para los Sur de la Sierra Negra pasando por la Montaña
detalles el lector podrá remitirse a los estudios de la Rueda.
antes citados (Fig. VII.21 y Fig. VII.22).
E ) Villanova

VII.2.5 CARBONIFERO DE LA REGION DE BE-


Villanova es un pueblecito situado al N
NAS<7UE,
DE CERLER Y DE VELANOVA de Castejón de Sos, no lejos de esta localidad,
v situado en la carretera de Benasque.
"'

A) Benasque y Cerler Al nivel del punto donde cruza el Esera,


En la región de Benasque (Huesca), los no lejos de la marmolería, se encuentra una
sedimentos pelíticos negros, ampliamente re- serie carbonífera de fácil acceso, estudiada
Fig. VII.21 y VII.22.- Bloquesdiagramas mostrando la g8nesis de los sedimentos detriticos carboníferos del Sinclinorio
de Plan des Etangs. Figuras tomadas de M. WATERLOT (1969). Contribución al Estudio geológi-
co del Carbonífero ante-stephaniensede los Pirineos Centrales EspSoles. Mem. IGME, t. LXX,
1969. (La leyenda es comúm para las dos figuras).

Areniscos y pizarras corboniferos


(3 Granito del Maladeta

Calizas intercaladas entre el Silúrico


y los sedimentos detriticos carboníferos

Fig. VII.21.- Génesis de los primeros sedimentos detriticos carboníferos. Las formaciones cuano-feldespáticas ante-silúri-
cas, afloran debido a los movimientos orogénicos y tectónicos posteriores a los depósitos calcáreos. La
erosión de los relieves así formados da lugar a las formaciones detríticas carboniferas. Estm se depositan en
concordancia. al S., en una región que no queda prácticamente deformada por las manifestaciones te~tóni-
cas evocadas antes. Aún más al S. comienza a manifestarse el granito del Maladetth
Movimientos de los bloques tec tonizados

i
Subsidencia

*-y Dirección delas corrientes

Fig.VII.22.- La erosión de las formaciones ante-silúricas ha persistido y ha continuado alimentando la deposición de


areniscas feldespáticas y pizarras carboniferas que se acumulan en una zona subsidente. Al S. el granito
continúa individualiándose. A la altura de lo que constituirá más tarde la zona anticlinal del Maiadetta aflora
ya una parte de las formaciones ante-silúricascuya erosión determina una alimentación desde el S hacia el N,
Carbonífero Areniscas y grauwacas en bancos de uno'a tres metros alternando con
detrítico pizarras negras. Facies idénticas a la facies detritica del Plan des Etangs.

Carbonífero basal Calizas negras en gruesos bancos, beiges en la base. Crinoides, Ortoce-
D6H! Y rátidos, Cefaiópodos, Poteriocrinites sp. del Devónico superior
Devónico superior Pseudorthocems senecum FLOWER del Devónico superior.

DS Pizarras negras que muestran en su base recurrencias de D4 y a techo


niveles de areniscas caicáreas.
D4 Calizas grises a veces versicolores con niveles pizarrosos (formación Ma-
Devónico ñanet de MEY)
D3 Pizarras negras
D2 Caliza gris masiva.
Di Alternancia de pizarras y de calizas grises.

S Silúrico Pizarras ampelíticas del Silúrico.

Fig. VII.23.- Paieozoico de la región de Cerler (Huesca). (según L.M. RIOS. 1977). El paso Dev6nico-CarboníferoY las atribu-
buciones erróneas al Carbonífero en los ríos Esera y Buera. Provincia de Huesea. Bol. IGME. t. LXXXVIII-IV.
(300-306). 6 páginas.

Montaña Sierra
Picos Labert de la Rueda Negra

Fig. VII.24.- El paso Devónico-Carboníferoy las atribucioneserróneas al Carbonlfero de los ríos Esera Y Wera. Provincia
de Huesca (SegúnL.M. RIOS. 1977. Bol. IGME. t. LXXXVIII-IV. 300-306, 6 p6ginas).

por P.H.W. M E Y (1967), M . WATERLOT (1967, 1969). Con toda razón L.M. RIOS
(1967, 1969) y recientemente revisada 'por (1977) recuerda que la atribución al Carboní-
L .M. R I O S (1977). Resumiendo y sintetizan- fero de la región de Ramasué, del circo de
do los trabajos de estos autores, se llega al Castanesa y de las pizarras llamadas "Carboní-
cuadro siguiente (Fig. VII.25). fero de Vilaller" es dudosa y no se ha basado
Otros afloramientos de esta parte de la nunca en descubrimientos paieontológicos in-
provincia de Huesca habían sido considerados discutibles.
como carboníferos por J. Z A N D V L I E T Este autor atribuye estos diversos aflora-
(1960), P.H.W. M E Y (1967), M. W A T E R L O T mientos al Devónico.
20 Pizarras y areniscas groseras feldespáticas en bancos potentes. Facies y ca-
H a racteres de termoluminiscencia idénticos a los de la serie detrítica carboní-
30 m fera del Plan des Etangs.

Dó 100 m Calizas negras bien estratificadas con liditas mal diferenciadas.


probable 15 m Calizas beiges.

Ds 4m Pizarras gris oscuro con pasadas centirnétricas de calizas arenosas.

Fig. VII.25,- El Devónico Y Carbonífero e n la región de Viiianova (Huesca).

VII.2.6 EL CARBONIFERO DE LA REGION DE


TORRE DE CAPDELLA-AGUIRO
Estas formaciones carboníferas están si- Pizarras negras con flora

tuadas al S de Torre de Capdella, a cada orilla Mixoneura ovata


Alethopteris friedeli
del río Flamisell. Estos sedimentos son cono- Lepidodendron wortheni
cidos como carboníferos desde el siglo pasado
y dieron lugar a algunas explotaciones de hu-
lla. Pizarras negras
No obstante, el estudio geológico siste- Algunos niveles d e arenisca
WEST. D
mático empieza con M. D A L L O N I (1930) así
como lo que este mismo geólogo denomina la
"banda de Eril Castell".
Continúan en seguida los trabajos de geo-
logía aplicada de A.H. S A M P E L A Y O (1942) Pizorras plateados
-Pkorras - - -blandos
- - 'roios - - -- -
destinados a la Sociedad Minera Industrial del
Pirineo, y les trabajos sintéticos de A . ALM E- B-
ln
L A y J.W. R I O S (1947). Estas publicaciones LU Nivel noduloso VI

preceden a los trabajos de L .U. d e S I T T E R y 3 L


O
J.H. Z WAR T que precisan la estructura de es- WEST. C. Nivel noduloso C

ta región. En cuanto a m í (M.W A T E R L O T , ",


Nivel noduloro
?
1967, 1969) seguí con el estudio de este con- N
.-
junto y propuse la serie estratigráfica esque- a
matizada de la Fig. VII.26 y que se puede
considerar, bajo un punto de vista histórico, Arenisco
como representante del estado de nuestros co- WEST B.
nocimientos en 1967, sobre la estratigrafía del
Devónico superior y del Carbonífero de esta
región.
Los trabajos de P.H.W. M E Y (1968) tien-
den a modificar estos conceptos. Para este au- Fig. VII.26.- Carbonffero de Torre de Capdeliá-Aguiró. Serie
tor los primeros depósitos carboníferos de la estratigráfica (1967). Figura tomada de M. WA-
TERLOT (1969).
región de Aguiró son Westfaliense D y resedi-
mentan un Deváiico plegado y afectado por maciones stephanienses de esquistos pizarrosos
la esquistosidad. Encima de estas formaciones finos que contienen :
P .H. W. M E Y , describe una potente formación Callipteridium aff. pteridium S C H L .
de conglomerados e, igualmente, "vulcanitas" Pecopteris pluckeneti S C H L .
de edad stephaniense. Pecopteris cyathea S C H L .
En la región de Aguiró se encuentran for- Pszopteris polymorpha BR O NG N .
Alethopteris grandini BR O N G N . como han demostrado C . V I N C H O N (1977) y
Odontopteris reichi G U T B . D. B O U R K E (1979) por no citar otros traba-
Estas formaciones, recubiertas en sus jos bastantes recientes;
bordes por formaciones permo-triásicas, se * la estructura de conjunto del pliegue
continúan hacia el E y se las encuentra un puede difícilmente considerarse como no sea
poco al S de Sort, cerca del pueblo de Enviny bajo la forma de un vasto sinclinorio isoclinal;
en la orilla derecha del Noguera Pallaresa (véa- * las formaciones pizarrosas, que atri-
se Capízulo V11.3). buimos al Carbonífero detrítico,-están situa-
das sobre la Formación de Mañanet que K . T h .
VII.2.7 EL CARBONIFERO DEL SINCLINORIO B O E R S M A (1973) propone datar como de Ei-
DE ESPOT-ANDORRA (SINCLINAL DE feliense a Viseiense gracias al descubrimiento
LLAVORSI) de Conodontos.
En las líneas que sigue, recordaré breve-
A) Localización geográfica e histórica del es-
mente la estratigrafía de la Formación Maña-
tudio
Yo propuse en 1967 el nombre de Sincli- net, antes de abordar rápidamente, bajo la for-
ma de una columna estratigráfica comentada,
norio de Espot-Andorra para reemplazar al de
los sedimentos pelíticos del núcleo del sincli-
Sinclinal de Llavorsi, pues este nuevo término
me parecía expresar mejor la amplitud de esta norio que constituyen la Formación de Civis,
estructura a escala de los Pirineos españoles. Formación de Mañanet
Los primeros estudios modernos que le La primera mención de esta formación
conciernen son los de M. D A L L O N I (1930) fue hecha por P.H .W. M E Y (1968) que propu-
que tratan del "Carbonífero de la Alta Pallare- so el término de "Mañanet griottes" que
sa-Andorra". A estos primeros trabajos le si- J.J.A. H A R T E V E L T sugiere reemplazar por el
gue la síntesis sobre la geología de la Provincia término de Formación de Mañanet.
de Lérida por A . A L M E L A y J.M. RIOS El corte original fue descrito al Norte del
(1947) y luego los trabajos de J. Z A N D V - pueblo de Mañanet (Lérida) a lo largo del ca-
LIET (1960), M . W A T E R L O T (1967,1969), mino de mulas que sigue la orilla occidental
J . J . A . H A R T E V E L T (1970), C h . V I N C H O N del río Mañanet.
(1977) y D . B O U R K E (1979). P .H .W. M E Y (1968) describe esta forma-
El plano esquemático adjunto, extracto ción como compuesta de calizas multicolores
de D . B O U R K E (1979), muestra la posición nodulosas, con niveles interestratificados de
geográfica y los grandes rasgos del entorno pizarras y calcosquistos rojos y verdes.
geológico de este sinclinorio (Fig. VII.27). Recordemos que el descubrimiento de
E) Tectónica de conjunto y generalidades Conodontos por K . T h . B O E R S M A (1973) en
Como se ve, el siriclinorio forma una Castelles, permitió a dicho autor proponer dar
banda alargada de W a E en forma de media a esta Formación de Mañanet una edad que
luna con concavidad hacia el N y atravesado va del Eifeliense al Viseiense. K.Th. B O E R S -
por numerosos torrentes y ríos. Este sinclino- MA cree poder indicar aquí, una laguna del
rio i~oclinalestá fallado: Tournaisiense.
- Por accidentes NWW-SEE, alguno de Formación de Civis
los cuales constituye la prolongación hacia el Esta formación debe su nombre a la sene
E de la falla de Caillaouas; de lutitas negras muy pizarrosas descritas por
- por accidentes fracturantes posterio- J . J . A . H A R T E V E L T (1970) cerca del pueblo
res, orientados NE-SW. de Civis al Norte de Seo de Urge1 (Lérida).
Siguiendo la opinión de J. Z A N D V L I E T D . B O U R K E (1979) da de la Formación
(1960) y en ausencia de argumentos indiscuti- de Civis, para la región que aquí,interesa, la
bles en contra, atribuí al Carbonífero el nú- siguientes descripción:
cleo del sinclinorio por las razones siguientes: "Para la mayoría de los autores, la For-
* El Cambro-Ordovícico y el Silúrico mación de Civis se compone de una monótona
datado se conocen muy bien en la región tal y serie de esquistos pizmosos azul-negro que en
Fig. VII.27.- Figura tomada de D. BOURKE (1979) (ligeramente modificada). Estudio geológico de la terminación oriental
del Macizo del Maladetta v sus contornos. región de Espot (Provincia de Lénda, Pirineos españoles). Tesis de U
niversidad, Lille.
la base de la formación, contienen algunas ca-
pas de pelitas y de areniscas gris-claro o pla-
teadas.
En la Formación se encuentran micas
blancas fiar doquier. Localmente se encuen-
tran finos lechos ( 1 a 20 cm) de pelitas y
areniscas micáceas, pero la estratificación está
con frecuencia fuertemente enmascarada por
la esquistosidad.
Cerca de las fallas afloran con frecuencia
venas de cuarzo subparalelas a la esquistosi-
dad, las cuales alcanzan más de 2 m de anchu-
ra y constituyen, a veces, masas muy impor-
tantes como en el punto x: 991,7; y: 892,2. A
menudo están plegadas y fuertemente "abou-
dinadas". También se encuentran "kinks",
cerca de las fallas, en esta formación.
No obstante las capas inferiores cerca del
límite con la Formación de Mañanet muestran
generalmente "kinks". Estos últimos son, pro-
bablemente, el resultado de movimientos dife-
renciales entre la Formación de Mañanet y la
Formación de Civis.
A menudo se encuentran en esta forma-
ción filones ácidos y básicos que son subpara-
lelos a la esquistosidad pero que cortan los
límites de las formaciones bajo un ángulo pe-
- queño ..."
El estudio de esta formación resulta muy
delicado debido a la ausencia de macro y mi-
crofauna. No obstante el hallazgo de Cono-
dontos en el techo de la Formación de Maña-
net permite pensar que la base de la Forma-
ción de Civis es más reciente que el Viseiense.
H . GROSS UFFENORDE et d. (1972) Fig. VII.28.- La Noguera de Cardos: 1: Formación de Maña-
lanzaron la hipótesis de que la Formación de net: 2: pizarras plateadas: 3: pizarras rojas Y
verdes con un nivel areniscoso en el flanco me-
Civis era de edad Emsiense-Frasniense (Serie ridional del sinclinorio: 4: pizarras rojas micá-
- +
de Viilaler). K.Th. B O E R S M A (1973, p. 305), ceas: 5 : pizarras micáceas negras que se vuel-
ven rojas en superficie; 6: pizarras negras. (Se-
rechaza esta idea. gún M. WATERLOT, 1969, figura modifica-
Yo propongo como ejemplo de serie de da).
esta región un "log" estratigráfico del Nogue-
ra de Cardós. Este importante torrente, de di- den de 6 K m Está situada al Sur de la carrete-
rección sensiblemente N-S, corta el sinclinorio ra que va de Sort a Seo de Urge1 por Rubió y
en su centro y pasa por Llavorsi (Fig. VII.28). Parroquia de Orto. Esta zona está atravesada
por el río de Castellás que desemboca, algo
aguas arriba de Espahent, en el río de la Guar-
VII.2.8 EL CARBONIFERO DE F E K A CASTE- dia, que a su vez es afluente del río Segre por
LLAS ESPAHENT intermedio del río Pallerols.
A) Generalidades y antecedentes del estudio La parte principal de esta zona se prolon-
Esta zona carbonífera se extiende sobre ga por un sinclinal accesorio de pequeño ta-
unos 1 5 Km y su anchura máxima es del or- maño, que propongo llamar sinclinal de Espa-
hent (Fig. VII.29) (M. W A T E R L O T , 1967, - Shales (potencia 20 cm) B.
1969). - Calizas "supragriottes" (1,40 m) C.
Los primeros trabajos geológicos que - Liditas D (después de una laguna de
conciernen a esta parte de la cordillera, se de- visibilidad de 1m).
ben a O. M E N G E L (1910), que estableció las Es conveniente, pues, atribuir al Dinan-
grandes líneas geológicas "del islote primario tiense la parte superior de la serie calcárea
de La Guardia" del que forman parte las for- que, a falta de argumentos micropaleontológi-
maciones descritas aquí abajo. Este autor atri- cos, yo atribuí enteramente al Devónico (M.
buye ya el conjunto del Carbonífero, al Di- WATERLOT, 1967,1969).
nantiense, y considera el islote primario de La B ) La Serie estratigráfica carbon ífera
Guardia como "una capa ondulada, arrastrada Puede pues, ahora, ser descrita de la ma-
hacia el Norte por un empuje que viene del nera siguiente (Fig. VII.30) :
Sur, sobre un Trías seccionado por una falla En la base, una serie de calizas supra-gri-
transversal". ottes de arcillas y de liditas que, con F . BO-
Después, esta zona fue estudiada por c h . Y E R et L., be pueden atribuir al Dinantiense.
JACOB ... Erzi-ma, rlna potente serie de areniscas y mi-
Los trabajos prosiguen con la escuela ho- ~ r c , , ~ U ~ icuya
. g ~ ~grar, slonotonía sólo se
landesa,. .. rompe por .,i, bello nivel de pudinga llamado
Estos últimos autores describen un aflo- de Casteilás y por un nivel de caliza de Crinoi-
ramiento (SE 30), situado en la carretera de deos. La Fig. VII.30 adjunta, da una estima-
Seo de Urge1 a La Guardia de Arés, a 5 Km al ción de esta estratigrafía, allí donde me ha
W del río Segre en el que destacan: parecido más completa, en la región de La
- Las calizas supragriottes A con forma- Guardia de Arés.
ciones del do VI inferior Tournaisiense a te-
cho. C) Los grandes rasgos tectónicos de la región

Fig. VII.29.- Mapa geológico de la cuenca carbonífera ante-stephaniense de Feixa-Casteiiás-Espahent (según M.WATERLOT,
1969).
neral NWW-SEE y buzamiento N 35. Falla el
anticlinal volcado de Puig Adral1 y desplaza el
sinclinal de Biscarbó hacia el Sur, cabalgando
la parte septentrional del actual sinclinorio
medio. La mayoría de los pliegues que afectan
a esta cuenca están orientados según esta di-
rección NO-SEE, pero el anticlinal de Mataro-
ssa tiene una dirección diferente NE-SO.
Estas deformaciones han continuado tras
la orogénesis terciaria que, por otro lado, es
responsable de una tectónica fracturante que
provoca una red de pequeñas fallas verticales.
D) Estudios sedimentológicos basados
en la granulometría y la termoluminiscencia
de estas formaciones (M W A T E R L O T , 1967,
1969) tienden a demostrar que una región
sur-oriental emergida, plegada por las primeras
manifestaciones post-dimtienses (fase sude-
tica), constituye el rklieve abastecedor de una
sedimentación detrítica muy*grosera en la re-
gión de Espahent, arenisco-pelítica a la altura
de La Guardia de Arés y calcáreo-pelítica y
arenosa en los alrededores de Biscarbó. A ve-
ces, aportes mucho mayores, interrumpen la
lógica de estas series y se traducen por la géne-
sis de conglomerados.

VII.3 EL STEPHANIENSE

VIII.3.1 GENERALIDADES
Las formaciones sedimentarias stepha-
nienses de los Pirineos son formaciones molá-
sicas, claramente discordantes sobre su subs-
trato, conteniendo con frecuencia una flora
clasificable y, a veces, antracitosas. Estas for-
Fig. VII.30.- Feixa-Castellás-Espahent; región de La Guardia maciones stephanienses constituyen la parte
de Arés. 1: Formaciones calcáreas del Devoni-
c o superior y del Dinantiense; 2: areniscas; 3 Y inferior de un conjunto detrítico post-orogé-
4: areniscas rojas blandas; 5: areniscas y micro- nico que se sigue con las formaciones permo-
pudingas: 6: niveles con Crinoideos; 7: pudin-
ga de Castellás (según M. WATERLOT, 1969). triásicas.
Aunque ahora es susceptible de algunos
de Feixa-Castellás-Espahent están brevemente retoques locales, el cuadro propuesto por P.
expuestos en el mapa y los cortes adjuntos R O G E R (en M . C L I N et al., 1970) se presenta
(Figs. VII.29 y VII.31) como un ensayo de correlación de las forma-
La cuenca carbonífera de Feixa-Caste- ciones detríticas post-hercínicas de los Piri-
llás-Espahent aparecen como una sucesión de neos todavía utilizable (Fig. VII.32).
pliegues inclinados hacia el Sur. Eligiré, en el párrafo siguiente, tres ejem-
Unos de los rasgos importantes de esta plos de cuencas stephanienses antracitosas,
cuenca es la falla de Latorre de dirección ge- con el fin de dar una idea de este tipo de
SSW NNE
Rio de Costellds Les Llocunlts

1 1°1

permo -TrI.,
2000
1 Sinclinal de ~iscarb6 1
...
1500
Carbonifero

m ~ e v 8 n t c ov Dinontiense

Rio de Costellás Latorre

o 500
Anticlinal de
Motarroao Rio d e Castollos Collado do

6 meridional Sinclinorio

Fig. VII.31.- Cortes geológicos del Carbonífero de Feixa-Castellás-Espahent. (Según M. WATERLOT, 1969).

formaciones en los Pirineos. Serán, de Oeste a Sallent de Gállego, en la parte alta del valle
Este: del barranco de CuUivillas, afluente del río
- El Stephaniense del Collado del Porta- Gállego, en el lugar llamado Campo de Troya,
let al O de la cordillera. hay una explothción antigua de carbón, casi
- El Stephaniense de Enviny en el cen- abandonada, que, como su nombre indica, ha
tro de la cordillera. sido difícil de estudiar.
- El Stephaniense de San Juan de las Allí los sedimentos están muy tectoniza-
Abadesas al E de la cordillera. dos y la tectónica tangencia1 se desarrolla fá-
cilmente. P. CORSIN, merced a los descu-
V11.3.2 ESTUDIO SIMPLIFICADO DE TRES CUEN- brimientos de cl, H E D DEBA UT, ha podido
CAS ANTRACIToSAS atribuir una edad Stephaniense superior a las
DE DE formaciones posteriores a la orogénesis herci-
A) El Stephaniense del Collado del Portalet nica de1 Campo de Troya. Estas formaciones
Cerca del Collado del Portalet, al O de stephanienses están recorridas por efusiones
COLUMNA ESTRATIGRAFICA
SIMPLIFICADA Y SINTETICA

Flom de Boro

1 Brechas poligdnicos 5 m Filón copo. Roco vol&nico mosivo

2 Rdinrps principalmente monog~nicos 6 m Carbonatos en bancos y en nddulos

7 Argilitos con seudomorfosis de r o l .


-
Yesos y corniolos.
4 Nivel con plantas- Copos corbonosos

Fig. VII.32.- Columna estratigráfica simplificada y sintética. con ensayo de correlación d e las formaciones detriticas
post-hercínicas de los Pirineos (según P. ROGER. 1 9 7 0 in M. CLIN, C. HEDDEBAUT e t al., 1970). 1:
Brechas poligénicas; 2: Pudingas principalmente monogénicas; 3: Areniscas y pelitas; 4: Nivel con plantas.
Capas carbonosas; 6: Filón-capa. Roca volcánica masiva; 6: Carbonatos en bancos y nódulos; 7: Argilitas
con pseudomorfosis de sal. Yesos y carniolas.
volcánicas, de tipo andesítico, que se pueden XX,el tercer yacimiento de la Península Ibéri-
comparar a las, geográficamente vecinas, del ca.
Pic du Midi d'Ossau. Aquí, en el Campo de La tectónica de esta cuenca, esquemati-
Troya, las determinaciones de edad absoluta zada aquí (Fig. VII.34) según un mapa a
han dado una edad Stephaniense para estas 1:200.000 de A . A U T R A N , G . G U I T A R D y
rocas volcánicas: aparecen romo contemporá- E . R A G U I N (1963), se caracteriza por un des-
neas de las formaciones detríticas. lizamiento con pendiente N. Este accidente
determina el cabalgamiento de sedimentos pa-
B ) El Stephaniense de Enviny leozoicos ante-carboníferos sobre las forma-
Ya he mencionado el problema del Ste- ciones stephanienses. Este accidente cabalgan-
phaniense de Enviny en el estudio del Carbo- t e está orientado O-E y cortado por varias fa-
nífero de Torre de Capdella-Aguiró. Al Este llas de hundimiento que son, sensiblemente,
de Enviny, pequeño pueblo situado en las al- sub-meridianas.
turas de la orilla derecha del Noguera Pallare- La serie stephaniense está constituida
sa, hay una serie stephaniense poco fosilífera, por areniscas bastas, ricas en moscovita, mi-
que forma un sinclinal pinzado, cubierto al croconglomerados, pelitas pizarrosas y, natu-
Sur y al Este por formaciones triásicas, y ya- ralmente carbón. En compañía de cl. D E L A -
ciendo, al Norte, sobre sedimentos devónicos T T R E , he podido encontrar todos los fósiles
(E. M E R I A U X y M . W A T E R L O T , 1969). El vegetales, clasificados por P. C OR S I N y J.P.
corte adjunto (Fig. VII.33), debido a L . U . d e L A V E I N E , e indicados por M . D A L L O N I
SITTER (1959), da una idea de la estructura (1930). Esta flora da una edad Stephaniense
de esta región. Aquí, los sedimentos stepha- medio y superior a esta cuenca.
nienses son pelíticos pero tienen a i p n o s nive-
les areniscosos y calcáreos. El carbón stepha- VII.3.3 EJEMPLOS DE CARBONES STEPHANIEN-
niense, de mala calidad, tiene poco interés SES
económico y sólo se explota localmente y de Describiré rápidamente, aquí, los carbo-
forma discontinua. Recordemos la presencia, nes procedentes de las tres cuencas descritas
algo al O, del yacimiento stephaniense de anteriormente ( E . M E R I A U X y M . W A T E R -
Agudró ya mencionado anteriormente. L O T , 1969).
C) El Stephaniense de San Juan de las Abade- A) Características químicas y técnicas
sas Resumiré mediante este cuadro, las dife-
El yacimiento stephaniense está al NE de rentes características químicas y técnicas de
Ripoll y fue, durante mucho tiempo, de bas- los carbones considerados.
tante importancia económica, pues proveía a Como se ve, los carbones del Portalet y
Cataluña. Constituía, a principios del siglo de Enviny son antracitas, mientras los de San

I /
/ 1 4
/ _ _ _ _ _ - - - O '
Triar /' 1
/
0

Stephaniense

DevÓnico

Silúrico

~ámbrico-~rdovícico

Fig. VII.33.- Corte a la alFra de Enviny (según L.U.de SITTER, 1959 in M. WATERLOT. 1969).
carbones stephanienses de San Juan de las
Abadesas, aunque vecinos de manifestaciones
volcánicas importantes, están menos evolucio-
nados que los de Enviny, a los que no ha afec-
tado este tipo de fenómeno.

VII.4 LOS GRANITOS INTRUSIVOS LI-


GADOS A LA OROGENESIS HERCI-
NICA

Permico o Cuoternor~o Devónico . VII.4.1 GENERALIDADES


~%eephoniense m
Sii;rico
La orogénesis hercínica, y más concreta-
mente su fase astúrica, determinó en el con-
m n P , ' y f e r o onte-rtepha- m
Ante- rilúrico
junto de los Pirineos una fase magmática sin-
tectónica responsable de la formación de nei-
Fig. VII.34.- Mapa geológico simplificado de la región de ses y de migmatitas por metarnorfismo general
San Juan de las Abadesas (según AUTRAN.
GUITARD y RAGUIN, 1963. in E. MERI- de los terrenos anteriores al Caradoc. Esta no-
AUX y M. WATERLOT. 1969). ción, clásica, ha sido ya expuesta al principio
de este ai-tículo.
Juan de Las Abadesas pueden clasificarse en la Por otra parte, esta misma orogénesis ha
categoría de semigrasos (grupo IV, AFNOR). sido marcada por la intrusión de una veintena
En dos conjuntos.de muestras los porcentajes de macizos graníticos, algunos de gran tamaño
de cenizas eran muy elevados. (Maladetta y Mont-Louis-Andorra, por. ejem-
B) Estudio petrográfico plo). Como recuerdan M. CASTERAS y E.
El estudio cualitativo de las antracitas R A G U I N in J. DEBELMAS (1974):
stephanienses de los Pirineos españoles permi- "Esta cratonización del dominio pirenai-
te demostrar que los macerales mejor conser- co señala el fin del ciclo geosinlinal hercíni-
vados son los ligados a la esclerotinita. Se han CO. ''
descubierto megaesporas, las microesporas pa- La Fig. VII.35, extraída de! artículo evo-
recen totalmente borradas. El análisis cuanti- cado más arriba, ilustra bien la repartición de
tativo no había sido posible con ocasión de los neises por una parte, y de los granitos por
esta primera aproximación, por el alto rango otra.
de estos combustibles. Los macizos graníticos pirenaicos, cuya
A este repecto conviene, no obstante, se- composiciones oscila comúnmente entre las
ñalar que la influencia del vulcanismo no pare- granodioritas y los granitos monzoníticos, se
ce haber sido determinante en la adquisición encuentran en los terrenos paleozoicos no me-
del rango de combustibles. Por ejemplo, los tamórfico~en los que intruyen hasta el Carbo-

Porcentaje de Contenido de Indice de


Origen de las muestras materias volátiles cenizas hinchamiento
Collado del Portalet
Minas del Campo de Troya 33 8,6 O
Yacimiento de Enviny
Salida Norte del Pueblo 5,6 77 O
San Juan de las ~badesas
Minas de Pinter 16,5 62,2 2
ñI.~zoico 0 Terrenos secundarios o recientes O

Fig. VII.36.- Neises Y granitos de los Pirineos (según M. CASTERAS. 1974, con la colaboración de E. RAGUIN in J.
DEBELMAS, 1974) "Géologie de la France, Doin Ed.". Los macizos de gneis están indicados con letmas; los
de granito con cifras. Macizos de neises: Alberes, a; Canigou, b; Aston, c; 19Hospitalet, d: Bagneres de
Luchon-Bosot, e: Gavarnie. f ; Agly. g; St. Barthélemy-Arize, h: Trois-Seigneurs, i; Castillon. j: Milhas, k;
Barousse, 1: Bagneres deBigorre. m. Macizos de granito: St. Lauren de Cerdans-La Junquera. 1: Millas-~uéri-
gut, 2: Costabona. 3; Batere, 4: St. Arnac, 5; Mont Louis-Andorra, 6; Ax, 7; Soulan. 8; Foix. 9; Ercé. 10;
Bassiés, 11; Maladetta. 12; Caiilaouas. 13: Ferrere en-Barousse, 14: Bielsa, 15; Borderes, 16; Néovielle. 17;
Cauterets, 18: les Eaux Chaudes, 19.

nífero detrítico antk-stephaniense inclusive. de "Plan des Etangs", al Oeste, y del sinclinal
Su contacto con las formaciones encajantes de Espot-Andarra al Este, el macizo de la Ma-
viene marcado por una aureola metamórfica ladetta pertenece a los granitos varíscicos cir-
netg que conlleya el desarrollo de toda una cunscritos a la zona primaria axial pirenaica.
serie de minerales, algunos de los cuales apare-
Forma un vasto dominio granítico de más de
cen como bastante típicos del dominio pire- 400 Km2 con condiciones de observación par-
naico (idocrasa o vesuvianita, "dipiro" etc.). ticularmente favorables gracias a la elevada al-
Los conglomerados del Permo-Trías contienen titud del macizo (generalmente superior a
frecuentemente cantos o elementos prove- 2.000 m), a la presencia de numerosas zonas
nientes de la erosión de estos granitos. lacustres pulidas por la acción de los glaciares
Tomaremos como ejemplo, en el estudio y a la existencia de valles profundamente en-
que sigue, el macizo granítico de la Maladeta, cajados.
estudiado en detalle desde 1966 por J.M. Los contornos del macizo, ya esbozados
CHARLET y su equipo de petrógrafos de por M . D A L L O N I (1910, 1930), han sido re-
Mons (Bélgica). Se trata del único macizo gra- visados por el equipo holandés del profesor
nítico pirenaico importante enteramente si- H.J. ZWART, (W.F. KLEINSMIEDE, 1960;
tuado en territorio español. J. ZANDVLIET, 1960; P.H.W. MEY, 1967 y
1968; J.H.N. WENNEKERS, 1968). A pesar
VII.4.2 UN EJEMPLO DE MACIZO GRANITICO
de todo, el macizo propiamente dicho no fue
objeto más que de breves reconocimientos; en
COMPLEJOVARISCIC0:LA~MALADElT'A
los mapas recientemente publicados por la
(PIRINEOS CENTRALES ESPAÑOLES)
(Fig. VII.36)
Universidad de Leyden, sigue siendo represen-
tado como una granodiorita homogénea con
(Párrafo redactado por J.M . CHARLET, Pro- biotita.
fesor de la Facultad Politécnica de Mons, Bél- Un estudio geológico y petrográfico, co-
gica). menzado en 1966 (J.M. CHARLET, 1968 y
A) Introducción: 1974) mostró sin embargo que la Maladetta es,
En contacto con las series carboníferas en efecto, un macizo complejo, constituido
Fig. VII.36.- El macizo granítico del Maladetta (Pirineos Centrales Españoles) (según J.M. CHARLETI.
por numerosos tipos petrográficos. Se han de- bre la zona septentrional del macizo (región
finido recientemente dos grandes unidades de Tredos). El metamorfismo de contacto es
(J.M.C H A R L E T , 1979): pues post-Namuro-Westfaliense y antePérmi-
- La unidad central y oriental de Bohí co. De la misma manera, los microgranitos
donde los granitos y granodioritas de grano afaníticos de la región de Bano y de Foncha-
grueso con biotita y anfíbol afloran arnplia- nina-Castanesas que consideramos como con-
mente (tipos y 2). temporáneos a la aparición del granito de la
- La unidad occidental de Aneto donde Maladetta(J.M. CHARLET, 1971), son intrusi-
aflora principalmente un granito con biotita, vos en las formaciones devónico-carboníferas
moscovita y cordierita (tipo y 3) y donde las y están recubiertos, discordantemente, por es-
granodioritas tipo y 2 están principalmente re- quisto~y areniscas rojas del Pérmico.
presentadas por facies de grano medio, ricas Por último, una isocrona 87-Rb 87-Sr
en biotita y anfíbol. realizada en las granodioritas de la unidad de
Bohí, da una edad de 277 I 7 M.A. (A. MI-
B) Las relaciones del macizo granítico con su CHARD-VITRAC, F. ALBAREDE, C H . D U -
encajan te: PUIS y M.D. TAYLOR, 1979).
El contacto de los granitoides de la Mala-
detta con su encajante paleozoico es intrusivo D ) El metamorfismo de contacto de los grani-
o tectónico (falla ~ a l a d e t t a - ~ o rya
t epuesta de toides:
relieve por los holandeses, falla de Baños de La sucesión en el tiempo y en el espacio
Bohí, falla de Pala d'Eriexe). Cuando el con- de las paragénesis propuestas resulta de los es-
tacto es normal, siempre es neto, con aspecto tudios detallados del borde meridional de la
vertical y generalmente buzando hacia el Sur. unidad de Aneto (J.M. CHARLET, 1977), de
En los bordes tanto septentrionales como me- la parte oriental de la unidad de Bohí (D.
ridionales, el contacto, generalmente bien visi- BOURKE, 1979) y más recientemente del
ble en las paredes rocosas, buza hacia el Nor- borde septentrional de la unidad de Aneto (M.
te; puede ser, o bien concordánte a gran escala LEQUIN, 1982).
con las estructuras sedimentarias encajantes En la distribución de los minerales de
(Unidad de Aneto) o bien netamente secante metamorfismo, hay que distinguir las paragé-
(región de Tahull-Capdellá). En el primer ca- nesis pertenecientes a la secuencia calcáreo-pe-
so, se aprecia, genéticamente ligada a la apari- lítica del Devónico, a las secuencias pelíticas
ción del granito, una esquistosidad de flujo del Devónico y del Carbonífero y a la secuen-
(S2) y una serie de micropliegues decimétricos cia ampelítica del Silúrico.
que afectan a las calizas devónicas (M. L E - En la secuencia calcáreo-pelítica, a partir
QUIN, 1982). del borde del macizo aparecen:
- Una asociación con idocrasa-diópsido-
C ) La edad del granito: wollastonita-grosularia, siempre estrechemen-
Los granitos de los Pirineos centrales es- te ligada al contacto de los granitoides y que
tán considerados clásicamente corno hercíni- hemos podido localizar en todos los cortes e s
cos (Stephaniense-Pérmico inferior según M. tudiádos. El análisis estructural nos indica que
DALLONI, 1910 y 1930). es netamente polifásica con la sucesión si-
El metarnorfismo de contacto de la Mala- guiente: idocrasa y diópsido-wollastonita (de-
detta afecta a las formaciones detríticas de sestabilización de la idocrasa en provecho de la
"Plan des Etangs" cuya edad está comprendi- grosularia);
da entre el Namuriense (M. WATERLOT, - Una paragénesis con grosularia que
1964) y el Westfaliense. Además, algunos reta- desborda a la de las asociaciones con idocrasa-
zos pérmicos(*) (W.F.KLEINSMIEDE, 1960) granate y que a veces viene acompañada de un
constituidos por areniscas gruesas rojizas y fi- anfibol de tipo hornblenda;
litas violáceas, no metamórficas, reposan so- - Una paragénesis con actinolita l-epi-

(*) Son esquistos y areniscas rojas del Saxoniense-Thuringiense.

318
dota-calcita distribuida en la parte externa de manita en el contacto de los granitoides (J.M.
la aureola; la actinolita adopta una orienta- C H A R L E T , 1977; D . B O U R K E , 1979)*;
ción paralela a la esquistosidad S, ligada gené- - Otra más tardía y marcada por la de-
ticamente a la aparición del granito. sestabilización de la andalucita y de la sillima-
Además, una paragénesis con actinolita nita: paragénesis de muscovita-cuarzo (D. BO -
2-calcita-epidota-cuarzo se superpone a veces U R K E , 1979).
a las asociaciones precedentes. Aparece ligada Señalemos además la existencia de un
a una fase tardía de deformación; la actinolita metamorfismo de carácter regional que se tra-
se presenta con una facies asbestiforme muy duce en los esquistos silúricos por el desarro-
desarrollada que habíamos descrito en el valle llo de cloritoide y por un grado de cristaiini-
del Esera (J.M . C H A R L E T , 1977) y que he- dad elevado de las illitas (dominio de la epizo-
mos visto de nuevo, muy desarrollada en la na) (c. V I N C H O N , 1978). Además, la presen-
parte oriental del macizo (Espot-Llesuy). cia de enclaves de esquistos cristalinos en cier-
Por último, minerales del grupo de las tos granitoides o ciertos filones de micrograni-
werneritas ("dipiros") son muy frecuentes en tos, testifica la existencia, a escala regional, de
el borde de la unidad de Aneto. Sin embargo un zócalo fuertemente metamorfizado.
no los hemos encontrado nunca en el borde En resumen, en un dominio afectado por
de la unidad de Bohí. Aparecen como poste- un metamorfismo regional más o menos inten-
riores a la paragénesis con actinolita-l. Su pre- so, se ha desarrollado, en relación con la apari-
sencia en la parte externa de la aureola de ción de los granitoides, toda una serie de para-
metamorfismo de los granitoides hercínicos génesis nuevas:
merece ser subrayada, teniendo en cuenta que - Una fase precoz con granate almandi-
el "dipiro" ha estado siempre considerado co- no en relación estrecha con facies básicas;
mo tipomorfo del metamorfismo pirenaico. - Una sucesión más o menos compleja
Las secuencias pelíticas, menos favora- de fases (en el borde del macizo, fase de alta
bles a la aparición de una gran variedad de temperatura generalmente seguida por una re-
paragénesis, presentan principalmente un de- tromorfosis) y que aparecen ligadas a la apari-
sarrollo de andalucita y de cordienta en los ción de las granodioritas y de los granitos con
esquistos y corneanas del Cambro-Ordovícico, biotita y anfíbol (tipo y 2);
del Devónico y del Carbonífero. No obstante - Una paragénesis conoescapolita("dipi-
merece recordarse la presencia de una paragé- ro") que parece estar asociada a los granitos
nesis con granate almandino en las corneanas con cordierita (tipo y 3);
con biotita del Devónico de la región del Ese- - Una paragénesis de baja temperatura
ra (J.M. C H A R L E T , 1977). La desestabiliza- (epidota-actinolita o epidota-clorita) en rela-
ción del granate en relación con la fase de hi- ción con una fase tardía de deformación.
bridación de las rocas básicas es un elemento Según la extensión en el seno de las di- _
importante que demuestra la existencia de un versas unidades de los principales tipos petro-
polimetamorfismo en el contacto de los grani- gráficos, esta sucesión de paragénesis será más
toides. En otras paragénesis de baja temperatu- o menos completa. La comparación de los da-
ra con cuarzo-clorita-epidota-albitao tapizado tos obtenidos en el borde de las unidades de
de zeolitas corresponden en la secuencia pelí- Aneto (J.M. C H A R L E T , 1977) y de Bohi
tica a la fase con actinolita-2 de las facies car- ( D . B O U R K E , 1979) es, en este aspecto, ins-
bonatadas. tructiva (no hay granate almandino ni "dipi-
En la secuencia ampelítica del Silúrico se ron en los cortes estudiados de la aureola de
identifican a veces dos fases de metarnorfis- contacto de la unidad de Bohí).
mo : E) Los granitoides:
- Una está caracterizada por la frecuen- Las facies básicas y 1:
cia de andalucita (quiastolita) que pasa a silli- En el borde meridional de la unidad de

* Una beUa silimanita en estrella fue observada en la región de Espot (D. BOURKE, 1979).

1319
Bohí se individualizan facies básicas de grano critico de Beciberri, a menudo porfiroide, es
fino a los cuales hemos denominado "facies rico en biotita ( y 3b).
básicas de Tahull". Afloran en unos 5 Km2 y Los granitos más leucocráticos de los Cir-
están constituidos por una gran variedad de cos ( y 3d) están ellos mismos constituidos por
tipos petrográficos que varían desde gabro- varias facies una de las cuales, porfiroide, aflo-
noritas con augita e hiperstena a gabros o dio- ra en el Circo de 1'Estany Negre de Bohí y en
'
ritas cuarcíferas. el borde del Circo de Colomers.
En la unidad de Aneto las facies básicas El granito de Arties presenta fuertes ana-
afloran más esporádicamente. Forman, o bien logías con el granito de Cumbres ( y 3c) que
algunos pequeños macizos hectométricos ais- aflora en el corazón de la unidad de Aneto.
lados en el encajante metamórfico del Valle Este último es un granito de grano medio,
del Esera, o bien la parte más externa de la porfiroide con biotita, moscovita, cordierita y
unidad con estructura concéntnca de Aneto. megacristales de feldespato alcalino maclado
Los verdaderos gabros son muy raros; los ti- frecuentemente según Carlsbad. Está recorta-
pos petrográficos dominantes están represen- do por una red de juntas tapizadas por agujas
tados por gabros o dioritas cuarcíferas. de turmalina negra.
Los granitos y granodioritas y 2: Los granitos de tipo y 3 se diferencian
La unidad de Bohí está constituida en su también por la presencia de enclaves (cuadro
mayor parte por una granodiorita y 2b de gra- 1).De una manera general, las facies melano-
no grueso, con biotita y anfibol que pasa pro- cráticas son más ricas en enclaves de esquistos
gresivamente hacia la parte central a granitos cristalinos; acompañados a veces por enclaves
y 2c, porfiroides de grano grueso con biotita o de rocas microgranudas.
con biotita y anfíbol. El límite y 2 b - y 2c, Los leucogranitos se individualizan igual-
muy laxo siempre, viene marcado principal- mente en el borde de las unidades de Bohí y
mente por la aparición de porfidoblastos, de de Aneto.
feldespatos alcalinos, frencuentemente con En el borde meridional o septentrional
macla de Carlsbad. de la unidad de Aneto afloran igualmente gra-
En la unidad de Aneto, la granodiorita nitos leucocráticos de grano fino, con láminas
y 2a de la Maladetta tiene grano medio, con
de biotita o nódulos centrimétricos de cordie-
biotita y anfíbol; aflora en la periferia del ma- rita. Intruyen a las corneanas de contacto o a
cizo. las granodioritas y 2 en forma filoniana o en
Si los granitoides y 2 presentan tipos pe- pequeñas masas de algunas decenas de m*.
trográficos variados, están, sin embargo, todos F ) Las relaciones geométricas y cronológicas
caracterizados por la abundancia de enclaves entre los granitoides:
esencialmente representados por rocas básicas Contacto entre las facies básicas y 1y las gra-
de grano fino (enclaves microgranudos). nodioritas 7 2
Los granitos con biotita y cordierita y 3 y los En la Unidad de Bohí (región de Tahull)
leucogranitos de borde: este contacto es franco, estando los gabros de
En toda la unidad de Bohí se individuali- grano fino invadidos por filoncillos de grano-
zan cuerpos o macizos constituidos por grani- diorita y 2 de grano grueso. En las proximida-
tos de grano medio con biotita y frecuente- des del contacto hay grandes enclaves de ga-
mente conderita o moscovita. Además, todos bros o dioritas cuarzosas aisladas en la grano-
están caracterizados por la presencia de encla- diorita.
ves de esquistos cristalinos o de lentejones En la unidad de Aneto, el tránsito
muy micáceos. Se encuentran sin embargo va- 7 l-y 2 es muy progresivo. Viene marcado
rios tipos petrográficos. hacia el corazón del macizo, por una disminu-
El granito de Tredos se distingue de las ción del porcentaje en ferromagnesianos (anfí-
facies habituales y 3 por un grano netamente bol y biotita) y por una importancia creciente
fino y por la ausencia casi general de moscovi- de la fase granítica.
ta y de cordierita ( y 3a). El granito melano- Contacto entre los granitos de tipo y 2 y y 3:
Enclaves de esquistos
Enclaves microgranudos cristalinos
%M Granitoides de tipo y 2 Muy abundantes, a veces con Ausentes
O
P1
zonas de enclaves
'u
aJ Granito de Tredos y 3a Frecuentes Presentes pero más raros
? Granito de Beceiberri y3b Bastante frecuentes Frecuentes
S Granito de los Circos y3d
3 Circo de l'Estany Negre Bastante raros Bastante raros
Circo de Colomers Muy raros o ausentes Muy raros
Granitoide de tipo y2 Muy abundantes áreas con Ausentes
4 zonas de enclaves
32
q E Granito de Cumbres y 3c Frecuentes a bastante Frecuentes
3 frecuentes

CUADRO NUM. 1

En la Unidad de Bohí, estos contactos - Unas fases heterogéneas constituidas


son francos, regulares y a veces están subraya- por bloques, enclaves o xenolitos de rocas bá-
dos por un "stockscheider" o son sinuosos. sicas aisladas en una matriz de naturaleza aplí-
Los granitos y 3 penetran en filones en las tica que contiene a veces cordierita y"3.
granodioritas de tipo y 2. Además, los grani- - Aplitas con nódulos o manchas de
tos y 3 de grano fino o medio contienen fre- turmalina y con cordierita (y"4).
cuentemente enclaves de granitoide de facies - Aplitas banales o a veces con agujas
y 2. En fin, en numerosos casos, se ve cómo de turmalina, pegrnatitas gráficas (7-5).
las granodioritas y 2 "encapuchan" a los gra- - Rocas anchybasálticas ( ~ " 6 ) .
nitos con cordierita y 3 (Circo del Estany Ne- - El microgranito potásico de las cum-
gre de Bohí). bres ( ~ " 7 ) .
En la unidad de Aneto, el contacto entre fln la Unidad de Bohí, un potente com-
las facies de grano medio y 2 7 3 es general- plejo aplitopegrnatítico se alarga sobre una de-
mente progresivo, verificándose el paso en cena de Km desde el Estany Gemena hasta el
unos pocos metros o pocas decenas de metros. Circo de Colomers. Le hemos dado el nombre
Viene dado por: de complejo de la presa de Cavallers. Los filo-
- La aparición del anfíbol. nes de aplita con manchas o escarapelas de
- La aparición de la moscovita, de la turmalina y con cordierita, de potencia métri-
cordierita, de los megacristales de feldespatos ca a decamétrica forman en la parte central
alcalinos y de las juntas turmaliníferas. del complejo una láminas subhorizontales in-
De todos modos, existen, a nivel de este trusivas en las granodioritas y 2; esta disposi-
contacto, ciertas modalidades de variaciones, ción es visible en más de 100 m de altura a lo
siendo en algunos casos franco y sinuoso (iti- largo de la carretera que asciende hasta el em-
nerario de Aneto, Portillón superior) en otros balse de Cavallers. Los tipos petrográficos
marcado por una alternancia de bandas de gra-. adoptan además una disposición groseramente
nito con cordierita y de facies anfibolíticas de zona1 con las aplitopegmatitas y"5 en el borde
grano fino (cf. granito de Tredos). y en la parte central las aplitopegmatitas y"4.
G ) Los complejos filonianos: Las relaciones geométricas entre los filo-
Cabe diferenciar: nes(*) permiten establecer un orden cronoló-
* Todos los puntos donde hemos podido observar tales relaciones se han situado en el mapa fig. VI1 36.
gico de las apariciones: fase heterogénea dia- Los granitos adoptan a veces una textura
basa-aplita y"3-complejo aplitopegmatítico orientada subrayada por la disposición de las
con manchas de turmalina y cordierita y"4-a- láminas de biotita, de las agujas de anfíbol, de
plita y"5-rocas anchybasálticas y "6. los megacritales de feldespatos alcalinos y por
Los filones de microgranito potásico de el alargamiento de los enclaves básicos.
las cumbres y"7 tan frecuentes en la unidad En la unidad de Aneto, así como en la de
de Aneto, están totalmente ausentes en la uni- Bohí, las facies orientadas forman un anillo
dad de Bohí. más o menos continuo alrededor del corazón
En la unidad de Aneto, las aplitopegma- de la unidad.
titas adoptan una disposición groseramente En la unidad de Aneto, la orientación es
zonal concéntrica con facies graníticas: en el N 50-60" O en el borde meridional del maci-
centro, filones de aplita con manchas o soles zo, groseramente paralela al contacto del gra-
de turmalina y con potencias de a veces varios nito con el encajante y a la dirección de los
metros; se pasa, en una zona intermedia, a pliegues principales. Sin embargo es N-S o N
filoncillos de turmalina que tapizan las juntas 20° ) en el corte de Cregueña.
de las cumbres y, por último, en las facies En la unidad de Bohí, la orientación ge-
granodioríticas a pegmáticas aplíticas no tur- neral es N 65-75O E en la región del tinel de
maliníferas o con agujas de turmalina. Viella, N 5-15O O en el barranco de Beciberri
Filones de rocas básicas recortan el com- y N 50° O en el valle de Bohí.
plejo. Son rocas heterogéneas (enclaves de ro- 1) Los enclaves; su relación con los granitoi-
cas básicas en una matriz aplítica) en filones des:
de a veces varios metros de potencia, o bien ro- Entre los enclaves de los granitoides de la
cas emparentadas con los anchybasaltos de la Maladetta se pueden diferenciar: fragmentos
unidad de Bohí. de rocas encajantes, rocas básicas, esquistos
Por último, una de las características cristalinos y rocas cargadas de micas.
típicas de la unidad de Aneto es la abundancia Los fragmentos de rocas encajantes son
de filones de microgranito potásico con bellos de todas las dimensiones (kilométricas o centi-
fenocristales de cuarzo automorfo y de feldes- métricas). Están localizadas principalmente en
patos alcalinos blancuzcos en diques subverti- el extremo occidental del macizo (corte del
cales de varios metros a varias docenas de me- Esera) con facies de corneanas (con granate
tros de potencia y generalmente con un borde (almandino o grosularia), con cordierita...).
afanítico de varios decímetros. Afloran, con En otras zonas parecen ser relativamente ra-
aspecto submeridiano, desde el borde septen- ras.
trional al borde meridional de la unidad, pa- Las rocas básicas son bastantes numero-
sando por la zona de picos de Aneto-Malade- sas y principalmente localizadas en las facies
tta. Los hemos denominado "microgranitos de y 2. En la unidad de Aneto, son poco frecuen-
las Cumbres". Recortan el complejo aplito- tes en el borde del macizo pero se vuelven más
pegmatítico del Aneto y parecen ser igual- abundantes hacia el contacto y 2y 3; se pasa
mente posteriores a las rocas filonianas bási- de una densidad de 1 a 2 enclaves por m2 en
cas. el borde de la unidad a una densidad de 1 0 a
Sus relaciones geométricas mutuas per- 20 enclaves por m2 a un centenar de metros
miten establecer el orden cronológico de apa- del contacto con las facies con cordierita.
riciones siguientes: Muy localmente, por cierto, la densidad
Complejo aplitopegmatítico con man- es tal que se desarrolla una verdadera facies
chas de turmalina y cordierita y"a - fase he- heterogénea sobre algunos m2 volviéndose los
terogénea diabásica - aplita y"3 - aplitas ba- enclaves más abundantemente que la matriz
nales o con agujas de turmalina y"5 - rocas (campo de enclaves).
anchybasálticas y 6 - microgranitos de las A veces, el contacto entre las facies hete-
Cumbres y"7. rogéneas y las granodioritas desprovistas de
enclaves es neto, estando la matriz de los en-
H ) Las facies orientadas' claves m& cargada en ferromagnesianos que la
granodiorita encajante. Los enclaves básicos (región de Llosas, por ejemplo).
varían generalmente desde el tipo 1 de grano J) Comparación entre las unidades de Aneto
fino y contorno neto a un tipo 2 de grano y de Bohí:
análogo al de la matriz y contorno laxo; por Las unidades de Aneto y de Bohí son
otro lado, los enclaves están a veces rodeados netamente diferentes por la naturaleza y la
por una franja cuarzo-feldespática. disposición de los tipos petrográficos de los
Como en la unidad de Aneto, las grano- satélites filonianos y de los enclaves.
dioritas de las unidades de la Noguera de TOL La unidad de Aneto presenta una estruc-
y de Capdella son ricas en enclaves básicos; tura zonal concéntrica con rocas básicas del
muy localmente se desarrollan igualmente tipo y 1 en el borde, en una zona intermedia
campos de enclaves y facies heterogéneas. las granodioritas de tipo y 2 y en el centro los
Si en las facies 7 2, los enclaves son gene- gránitos con cordieria y moscovita de tipo y 3
ralmente numerosos y de naturaleza princi- que constituyen el tipo petrográfico predomi-
palmente básica, en los granitos y 3 son me- nante. Todos los granitoides son de grano me-
nos frecuentes y petrográficamente más varia- dio y sus contactos son generalmente muy
&s. Según las facies granítica considerada, se progresivos. La disposición zonal concéntrica
pueden encontrar esquistos cristalinos, encla- de la unidad viene además subrayada por la
ves ricos en mica, rocas eruptivas básicas (ga- repartición de las aplitopegrnatitas y de los
bro cuarzoso, diorita) y granodiorita del tipo enclaves básicos. Gruesos filones de microgra-
r 2" nito potásico más tardíos y de dirección sub-
La presencia de esquistos cristalinos y de meridiana recortan el conjunto de la unidad.
lentejones ricos en micas en enclaves dentro En la Unidad de Bohí la estructura zonal
de los granitos con cordierita de las unidades concéntrica viene esencialmente subrayada
de Aneto y de Bohí constituye un rasgo carac- por la distribución de los granitoides de tipo
terístico. Esencialmente diferenciadas de los y 2: granodiorita con biotita y anfíbol en el
enclaves de corneanas, hay rocas netamente borde, granito porfiroide con biotita en el
orientadas constituidas por una alternancia de centro; los granitos con cordierita del tipo y 3
lechos cuarzofeldespáticos y de los lechos con forman, en cambio, toda una serie de cuerpos
biotita, moscovita, granate, cordierita y silli- intrusivos perforando aquí o allá a los grani-
manita. Los mismos enclaves de esquistos cris- toides del tipo y 2. Además la repartición de
talinos son a veces abundantes en los micro- los enclaves (densidad, facies heterogéneas)
granitos de las Cumbres de la unidad de Aneto adoptan una disposición zonal concéntrica

Bloque de la capella de San Santa Rita No hay granitoide de tipo y 3


No hay complejo aplítico con manchas de
turmalina
Bloque de Capdella No hay granitoide de tipo y 3
-- No hay complejo aplítico con manchas de
turmalina
Bloque de 1'Estany Gerbe Algunos raros gknitoides de tipo y 3
Algunas aplitas con manchas de turmalina
Bloque de la Noguera de Tor Numerosos macizos de granitoides de tipo
73
Complejos aplitopegamatíticos con manchas
de turmalina frecuentes y potentes

CUADRO 2

323
comparable a la de la unidad de Aneto. diferenciados: bloque de la Capella de Santa Ri-
Por Último, los complejos de las aplito- ta, bloque de la Noguera de Tor, bloque de
pegrnatitas son, a escala del macizo, orienta- Capdellá, bloque de 1'Estany Gerbe.
dos transversalmente al alargamiento de la La repartición de los granitoides y de los
unidad y a la disposición de los granitoides del filones aplitopegmatíticos en el seno de la uni-
tipo y 2. dad de Bohí (cuadro núm. 2) muestra que los
La ausencia de filones de microgranito bloques periféricos de la Capella de Santa Ri-
potásico es un rasgo suplementario que distin- ta, de 1'Estany Gerbe y de Capdellá, están
gue a estas dos unidades. hundidos con respecto al bloque central de la
Sin embargo las unidades de Bohí y de Noguera de Tor y corresponden pues a niveles
Aneto presentan un cierto número de pareci- estructurales menos profundos. .
dos: De una manera general, jugaron en varias
* Los mismos tres grandes tipos petro- ocasiones, dos familias de zonas fracturadas
gráficos: facies básica y 1 granodiorita con
conjugadas (NS y NO por un lado y NO-SE y
biotita y anfíbol y 2 - granito con biotita y
NE-SO por otro).
cordierita 7 3;
* aplitopegmatitas con nódulos, man- L) Síntesis d e los datos geológicos, petrográ-
chas o soles de turmalina; ficos y geoqu {micos:
* filones básicos tardíos; La Maladetta es un batolito constituido
* asociaciones íntimas aplita-diabasa. por varias unidades diferentes donde las facies
Como hemos subrayado en nuestros pri- petrográficas son muy variadas y adoptan a
meros trabajos (J.M . CHAR L E T , 1968), la re- veces una disposicióp zonal concéntrica. La
partición de los granitóides y de los complejos cartografía cuidadosa de los macizos graníti-
aplitopegmatíticos demuestra que la unidad cos indica que tal disposición se observa con
de Aneto corresponde a un nivel estructural más frecuencia. En el dominio pirenaico, tene-
más profundo que el de la unidad de Bohí. mos los casos de los macizos d~ Borderes
( A . H . F O R G H A N I , 1964 y 1965), de Caute-
K ) La tectónica:
El macizo de la Maladetta ha sido someti- rets-Panticosa (F. D E B O N , 1968 y 1975), de
do a acciones catsrclásticas que se tradujeron la parte septentrional del macizo de Quérigut
(J. L E T E R R I E R , 1968 y 1972), de Eaux
por una milonitización más o menos completa
a lo largo de las grandes zonas falladas. Se Chaudes (F. DEBO N , 1976). Descendiendo al
encuentran generalmente todos los estados de detalle, sin embargo, las modalidades de con-
deformación: rnilonitas nodulosas con blo- tacto (franco o paso progresivo), de asocia-
ques graníticos, granitos esquistificados, que ción en el tiempo (aparición más precoz en el
pasan a filonitas verdosas, como en el valle de centro o en el borde) las diferentes facies pe-
la Noguera-Ribargorzana, granitos epidotiza- trográficas pueden ser muy variables. Estos
dos como en el valle del río San Nicolau, gra- hechos bastan ya para demostrar las numero-
nitos más o menos aplastados con numerosas sas dificultades que surgieron cuando se trató
juntas cloritosas. de elegir un modelo genético.
La recristalización es generalmente muy En 1968, no habiendo estudiado más
débil de manera que las milonitas constituyen que la parte occidental del macizo y a la luz
las zonas de mínima resistencia a la erosión de una tendencia aparentemente cálcica de los
(valles, collados, regiones lacustres). granitoides (granodiorita con anfíbol) y de la
Entre los accidentes mayores se pueden presencia de enclaves metasedimentarios con
citar : granate grosularia en el extremo occidental de
- La zona miiinitizada de la Noguera la aureola granodiorítica de la unidad de Ane-
Ribagorzana, profunda cicatriz entre las uni- to, fuimos tentados de atribuir al endomorfis-
dades de Bohí y de Aneto. mo la causa de la repartición en estructura
- Las zonas falladas del río San Nico- concéntrica d e las facies petrográficas
lau, de la Ratera y de Baños que dividen a la 7 2-7 3. Posteriormente, gracias a un primer
unidad de Bohí en cuatro bloques tectónicos e s t u d i o petroquímico, demostramos (J. J .
C H A R L E T , 1971) que los granitoides de la vención en proporción variable de dos grandes
Maladetta acusaban una tendencia aluminosa y términos: uno de naturaleza básica, el otro de
una deficiencia sódica. Por otra parte, el Ie- naturaleza pelítica (J.M . C H A R L E T , 1979).
vantamiento de la parte oriental del macizo, M) Aportación de la Geoquímica isotópica y
se desprende la falta.de relación sistemática en- síntesis geneml:
tre el quimismo de las facies de borde y el de Con el fin de precisar los últimos mode-
las formaciones encajantes. Las facies básicas los, consecuencia de los estudios geológicos y
de Tahull están en%untacto con las del Cam- petrográficos, se han efectuado una serie de
bro-Ordovícico esencialmente pelítico; inver- trabajos geoquímicos bajo el impulso de C h .
samente el granito de dos micas de Arties aflo- D U P U I s y con la colaboración del Laborato-
ra en el seno de formaciones carbonatadas del rio de Geoquímica de la universidad' de París
- Devónico. VI ( A . M I C H A R D - V I T R A C , F . A L B A R E D E ,
Una serie de nuevas observaciones en la Ch. D U P U I S , H . D . T A Y L O R , 1979 y 1980).
unidad de Bohí (J.M. C H A R L E T , C h . D Y - Se han dirigido esencialmente hacia la parte
P U I S , 1974) muestran la existencia de dos oriental del macizo (unidad d e Bohí), allí
grandes conjuntos petrográficamente diferen- donde las tres facies (y 1-7 2 7 3) bien ex-
tes: puestas, están en contacto franco. Se han uti-
- Facies de grano muy grueso, con fre- lizado isótopos de origen radiogénico (Estron-
cuente hornblenda y que comprenden grand- cio y Plomo) e isótopos estables (Oxígeno).
dioritas con anfíbol y 2b que pasan en conti- Se han obtenido los resultados siguien-
nuidad a granitos porfiroides con biotita y 2c. tes:
Una fase básica asociada a esta filiación esta- - Solamente las granodioritas (facies
ría representada por las facies de Tahull (ga- y 2) suministran una isocrona por el método
bros con augita e hiperstena); Rb/Sr correspondiente a una edad 277 6 *
- facies de grano medio o de grano fi- M.A. con una relación 87 ~ r Sr /inicial ~ de~
no, con frecuente cordierita y que van desde 0,7117+3. Las gabronoritas (facies y 1) par-
granitos y 3 a filones aplíticos con turmalina, cialmente contaminadas por la granodiorita
pasando por pequeños macizos de leucograni- tienen relaciones iniciales más bajas
to. Es una foliación prácticamente continua y (0,708-0,711) mientras que los granitos y 3
a la cual está ligada una fase básica representa- las tienen más elevadas por término medio
da por las diabasas en frecuente asociación (0,712-0,715).
con las aplitopegmatitas o los filones de grani- - Estas tres grandes series petrográficas
to con cordierita. se distinguen por la composición isotópica del
El contacto entre los dos conjuntos es oxígeno(*) S 018 = 8,7-9,7 para las facies y 1 ;
franco, siendo el segundo indudablemente 6 018 = 9,4-10,4 para las facies y 2 y S 0 1 9 =
posterior al primero y formando, en el seno 10,3-11,3 para las facies y 3.
de las facies y 2, toda una serie de cuerpos - La composición isotópica del plomo
intrusivos que van desde los macizos graníti- de los feldespatos es homogénea de una facies
cos a los complejos filonianos aplitopegmatíti- a otra y con un carácter netamente radiogéni-
COS. co lo que sugiere que el plomo de origen corti-
Se ve pues que la cristalización fracciona- cal es el componente dominante. La edad
da de un sólo j7 único magma no pudo ser el. "modelo" de este plomo es de unos 280 M.A.
origen de la diferenciación observada. El fraccionamiento isotópico a nivel del
LQS datos recientes sobre las relaciones estroncio y del oxígeno demuestra que los di-
entre los grandes conjuntos petrográficos de ferentes tipos petrográficos no pueden prove-
las unidades de Bohí y de_ Aneto y sobre el nir de una diferenciación de un magma único,
contenido de los enclaves de los granitoides conclusión que corrobora la que se desprende
tienden a demostrar que la individualización de los más recientes datos petrográficos (J.M.
de los tipos petrográficos esta ligada a la inter- C H A R L E T , 1979).

* Recordemos que para el manto, la relación 8 7 ~ r 8/ 6 ~ vale


r 0,703 y el 6018 vale 5 a 6.
El diagrama de la relación Sr/86 Sr en nianos.
función de los valores S 0 lS muestra una co- * Un origen de la filiación básicaácida
rrelación lineal que puede extrapolarse hasta que debe buscarse probablemente en la fusión
los valores obtenidos en el manto. Traduce la de una serie vulcano-sedimentaria cuya pre-
relación genética entre los tres tipos petrográ- sencia, a través de los granitoides, aclarará,
ficos en un proceso donde la intervención de quizás, con una nueva aurora, la paleogeogra-
los dos componentes es manifiesta pero donde fía de este dominio hercínico.
la componente cortical queda isotópicamente * Un metamorfismo en el contacto de
preponderante. En este estado, se barajan varias los granitos, netamente polifásico y que tradu-
hipótesis: ce una serie de reactiviación térmica responsa-
- Mezcla de dos magrnas. ble de la aparición sucesiva de las diferentes
- Hibridación de un material cortical facies petrográficas. Debe hacerse una men-
con un magma de origen intermedio o del ción muy particular a propósito de la idocra-
manto. sa, mineral típico del metamorfismo de con-
- fusión de diferentes términos de una tacto de los granitoides varíscicos de la zona
serie vulcano-sedimentaria caracterizada por la primaria axial y a propósito de las escapolitas
presencia de un componente básico y pelítico. consideradas hasta ahora como típicas del me-
Para los autores (A. MICHARD-VI- tamorfismo pirenaico.
TRAC, F. ALBAREDE, Ch. DUPUIS, H.P.
TAYLOR, 1980), la Última de las hipótesis
aparece como la más plausible. Puede condu- VII.5 ENSAYO DE CONCLUSION PARA
cir a imaginar varios orígenes para esta serie EL ESTUDIO DEL CARBONIFERO
vulcano-sedimentaria. DE LOS PIRINEOS ESPAÑOLES
- Una zona de subducción con un tér-
mino basáltico oceánico y otro sedimentario Un breve análisis tectónico de los aconte-
pelágico. cimientos orogénicos hercínicos de los Piri-
- Series metamórficas pertenecientes a neos se ha propuesto recientemente por A.
una corteza continental. A U T R A N (1980) en la "Memoria explicativa"
El primer origen, evocado por varios au- del "Mapa Geológico de Francia y de su plata-
tores (véase la síntesis de B.F. WINDLEY, forma continental a 1:1.500.000", editado
1979) no parece poder admitirse teniendo en por el Bureau de Recherches géologiques et
cuenta la vasta distribución espacial de los gra- minieres (Francia).
nitos varíscicos de composición petrográfica
análoga y con ausencia de los principales ca- Este análisis, muy documentado y muy
racteres de zonas de subducción (cinturón claro, es también, evidentemente, válido para
ofiolítico, metamorfismo de alta presión). los Pirineos espaiíoles. Será de utilidad al lec-
De esta manera, los estudios geoquími- tor remitirse a él.
cos vienen a completar y precisar los rasgos Daré después un ensayo de resunien,
esenciales que se desprenden de los estudios muy simplificado, en forma de cuadro, de la
geológicos y petrográficos: estratigrafh de las formaciones carboníferas
* La existencia en todos los estados de de los Pirineos españoles.
evolución del macizo de dos componentes de Como puede verse en el curso de este
naturaleha diferente: uno de origen básico, el breve estudio, el análisis de las formaciones
otro de origen pelítico y que aparecen en la carboníferas de los Pirineos españoles es toda-
individualización de tres facies petrográficas vía incompleto y no satisfactorio. Subsisten
principales (gabronoritas, granodioritas, grani- numerosas dudas e incertidumbres, por ejem-
to con cordierita), en la naturaleza de los en- plo y en particular en la parte oriental de la
claves (tonalitas y esquistos cristalinos) y su cordillera, sobre la edad exacta de las forma-
distribución preferente en las diferentes facies ciones atribuidas al Carbonífero.
petrográficas y en la dualidad o asociación bá- Las dificultades de la investigación sobre
sica-'ácida a nivel de filones y complejos filo- - el terreno y la relativa pobreza de la fauna y
PERMICO Facies cojas "saxonienses" que pueden contener rocas volcánicas
*
Paso al Pérmico por un Autuniense versicolor
STEPHANIENSE Depósitos regulares de areniscas a veces feldespáticas, de conglomerados
y pelitas conteniendo a menudo hulla. Coladas e jntrusiones andesíticas

- frecuentes
Discordancia post-varíscica
Namuriense y Westfaliense con una sedimentación clástica que muestra
-
una alternancia de pelitas y de areniscas feldespáticas. Facies de tipo
WESTFALIENSE flysch que indican el comienzo de la orogénesis hercínica. En algunas
Y regiones centrales y occidentales, el Namuriense inferior puede mostrar
NAMURIENSE una sedimentación carbonatada. El Westfaliense A está mejor diferenciado
que los niveles superiores, mal definidos.
La sene namunense y westfaliense no contiene prácticamente huila y los
fósiles son bastante raros.
Calizas viseienses cuyo techo puede ser, a veces, detrítico y pasar al ,
Namuriense.
DINANTIENSE Liditas asociadas a veces, a depósitos fosfatados y a una sedimentación
manganesífera (Tournaisiense superior a Viseinse inferior)
Calizas, calizas dolomíticas y dolomías del Toumaisiense inferior.
Paso continuo Devónico-Dinantiense

Fig. ViI.37.- Cuadro esquemático del Carbonifero d e l o s Pirineos Españoles.

flora fósil4 constituy& también obstáculos deses, alemanes, belgas y franceses han hecho
no desdeñables para el estudio de estos sedi- progresar nuestros conocimientos sobre estas
mentos. formaciones carboníferas que, por su posición
Sin embargo es muy alentador constatar en el tiempo y en el espacio, constituyen la
hasta qué punto, en veinte años, los esfuerzos clave de toda aproximación al estudio, apasio-
conjugados de los geólogos españoles, holan- nante, de los fenómenos hercínicos.

VII.6 BIBLIOGRAFIA structurale et métamorphique du Paléozoique du Sud de h


Frunce e t de l'Ouest de la Móditerranée. 26O Congrh Gdol.
Con el fin de disminuir al máximo este International, Parh. Ann. Soc. Géol. Nord, (Lille), t. XCIX, lo
fasc., pp. 169-188, (1980). Bibliographie importante.
artículo, sólo doy las referencias esenciales, BOYER, F., KRYLATOV, S. et STOPPEi, D.- Sur le probl6me de
generales y bastantes recientes. Las obras y l'exbtence d'une lacune rous lee lydiennes 6 noduluphorpluitór
du D i ~ n t i e ndes Pyrénées et de la Montagne Noire (Fmnce,
artículos citados a continuación contienen Espugne). Geot. Jb., m. B., 3 fa.,6 tabl. (1974).
CASTERAS, M.- Les Pyréndes in Góologie de la Fmnce par DEBEL-
gran número de referencias que, reunidas, per- MAS J., pp. 296-345. (1974). Importante bibliographie (wec la
mitirán al lector tener una biwiografia com- collaboration de RAGUIN E. pour les granites et lee gneiis du
iocle pyrdnéen). Doin Bd.
pleta de los Pirineos e, inclusive, del conjunto CHARLET, J.M.- Lea Mwrif granitique de la Maiadetta (pyrónóes
del Paleozoico Pirenaico. centrales espagnole8). Synthóre de8 donnóer góologiquer. Ann.
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esif de la Maiadetta et de ses abords (Province de Létida, Pyré- &. Maneiile, t . X M , 444 p., 4 pl., 1 carte. (1910). 'ir&impor
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VI11 EL CARBONIFERO DE LAS CADENAS COSTERAS CATALANAS

Anadón, P.*, Julivert, M.* * y Sáez, A. ***

* Inst. de Geol. Jaime Almera C.S.I.C. BARCELONA


* * Departamento Geotectónica Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma Bellaterra (Barcelona).
*** Departamento de Estratigrafía y Geología Histórica. Universidad de Barcelona. :
VI11 EL CARBONIFERO DE LAS CADENAS COSTERAS CATALANAS

VIII.1 GENERALIDADES trionales se encuentran en el Montnegre y en


el Montseny. En el Montnegre, el Carbonífero
Las cadenas Costeras Catalanas son dos forma una pequeña franja orientada E-W, des-
alineaciones montañosas menores (Cadena de cerca de Malgrat hasta el collado de Orsavi-
Prelitoral y Cadena Costera), muy heterogé- nya.
neas por lo que se refiere a su constitución y En el Montseny, se encuentra dispuesto
que se orientan más o menos paralelamente a en dos áreas: en el área de Cánoves, formando
la costa mediterránea. Estas cadenas están for- probablemente la prolongación de la franja
madas tanto por materiales del zócalo paleo- del Montnegre, y en una pequeña área al NE
zoico como por materiales de la cobertera-ter- de Aiguafrega, Otro grupo de afloramientos
ciaria; incluso varias de las cotas más impor- de pequeñas dimensiones se encuentra en los
tantes de la Cadena Prelitoral corresponden alrededores de Barcelona, en los cerros al pie
geológicamente a los materiales terciarios del del Tibidabo (El Putxet, etc.), en Santa Creu
borde de la cuenca del Ebro. Hacia el S, las d9010rde, en Sant Bertomeu (junto a Molins
Cadenas Costeras Catalanas se relacionan con de Rei), en Papiol y cerca de Gavá. Finalmen-
la Cordillera Ibérica. En este sector la coberte- te, en la parte meridional de las Cadenas Cos-
ra mesozoico-terciaria presenta una estructura teras Catalanas existe una importante área car-
en pliegues que es la prolongación de las es- bonífera que se extiende por la Sierra de Mira-
tructuras de la Cordillera Ibérica que giran pa- mar, por todo alrededor de las Muntanyes de
ra orientarse paralelamente a la costa medite- Prades y por el Priorat.
rránea. Hacia el N. por el contrario, se pasa
gradualmente a una tectónica de bloques y-el
zócalo paleozoico aflora ampliamente. Una
fosa tectónica, la depresión prelitoral (La Sel- VIII.2 LA SUCESION CARBONIFERA
va, Vallés, Penedés, Camp de Tarragona),
orientada NE-SW separa las dos cadenas, Cos- La sucesión carbonifera es similar a la
tera y Prelitoral. que se encuentra en los Pirineos Orientales y
Una gran extensión de la parte paleozoi- en la Montagne Noire. Su parte basa1 está for-
ca de las Cadenas Costeras Catalanas está ocu- mada por un nivel de liditas con nódulos fos-
pada por granitoides tardíos. Las principales fáticos, de 1 0 a 20 m de espesor y de edad
áreas paleozoicas no graníticas son de SW a probablemente Tournaisiense. Este nivel pue-
NE las siguientes: bloque del Priorat-Prades, de faltar en algunas localidades (Espluga de
Tibidabo, Montseny, Montnegre, Guilleries, Francoli; ASHAUER & TEICHMULLER,
Gavarres y una estrecha franja a lo largo de la 1935), debido probablemente a deslizamien-
Cadena Prelitoral, cabalgando a los materiales tos submarinos, más bien que a falta de depó-
terciarios de la Cuenca del Ebro (fig. VIII.l). sito. Por encima de las liditas se encuentra en
Los terrenos carboníferos afloran en di- algunas localidades (Montnegre), un horizonte
versos puntos distribuidos a lo largo de las carbonatado de 15-30 m de espesor, formado
Cadenas Costeras Catalanas, pero sólo en la por calizas, con estructuras nodulosas en algu-
parte S ocupa el Carbonífero una extensión nos casos, pero comúnmente dolomitizadas o
considerable. Los afloramientos más septen- recristalizadas. En otras localidades (alrededo-
L A C U E N C A DEL EBRO POST-PALEOZOICOS

OTROS MATERIALES
POST-PALEOZOICOS

CABALGAMIENTO

/ FALLA

FALLA DIRECTA

Fig. VIII.1.- Esquema geológico de las Cadenas Costeras Catalanas. con la posición de los principales afloramientos de
materiales carboníferos
res de Barcelona, Montseny), por encima del de granito, señalados por primera vez en Mal-
nivel de liditas se encuentran 10-30 m de piza- grat (Montnegre) (FONTBOTE & JULIVERT,
rras verdes y púrpuras, que contienen interes- 1954) y hallados después en muchas más loca-
tratificadas tan solo algunas capas delgadas de lidades tanto en el Montnegre como en la sie-
calizas. El nivel de calizas del Montnegre no rra de Miramar y en el Priorat (JULIVERT&
ha proporcionado hasta ahora fauna alguna, MARTINEZ, 1980).
pero en los alrededores de Barcelona y en el La serie culm, hasta el presente, había
Montseny, las pizarras púrpuras han dado una proporcionado como restos fósiles tan solo
fauna Viseense (PRUVOST, 1912; SCHRIEL, una reducida flora hallada cerca de su base en
1929) con Dreuermania (D.) pruvosti (R. & E. El Putxet, junto a Barcelona, a finales del si-
R I C H T E R ) y en la Sierra de Miramar STAT- glo pasado (ALMERA, 1889; SAPORTA,
T E G E R (1980) ha encontrado Conodontos de 1891a, b), y aún en la actualidad la informa-
edad Tournaisiense final y Viseense inferior ción paleontológica de que se dispone es esca-
(zonas de -anchoralis y de -typicus) en las sa. Por ello su edad no puede establecerse aún
calizas que posiblemente corresponden al mis- con exactitud. Por su posición por encima de
mo nivel que las del Montnegre. Así pues, por las capas con Drevermania se atribuyó a la
encima del nivel de liditas se encuentra ya sea serie culm una edad del Viseense superior y
en forma de un nivel calizodolomítico bas- Namuriense, y por su gran espesor ASHAUER
tante compacto, ya sea en forma de capas del- & TEICHMULLER (1935) pensaron que en
gadas dentro de una serie pizarrosa. El Priorat podía alcanzar incluso el Westfa-
En el Montnegre, en algunas localidades liense.
puede faltar el nivel de calizas, probablemente Las capas con Drevermania constituyen
debida a deslizamientoso a erosión submarina; por el momento prácticamente el único nivel
el hecho de que en las localidades en que el que puede trazarse a lo l a ~ de o gran parte en
nivel calizo falta existan conglomerados puede las Cadenas Costeras Catalanas. La presencia
hacer pensar en que faltan por erosión. de Drevermania ha sido reconocida en el valle
Los dos niveles descritos (de liditas y de del Avencó al NE de Aiguafreda (J. G A N E ,
calizas-pizarras púrpuras) representan el Tour- comuhicación personal) y en Cánoves (Mont-
naisiense y por lo menos parte del Viseense y seny); en Can Puig (Papiol), Vallcarca y San
su escaso espesor indica una sedimentación Bertomeu (alrededores de Barcelona), localida-
condensada. En contraste, por encima se en- des donde se conoce desde ALM E R A (PUBL.
cuentra una espesa sucesión con la típica fa- JUNTA CIENC. NAT. BARCELONA, 1918),
cies culm (=flysch), propia de las series herci- con el nombre de Phillips bitneri (Kittl). En
nianas sintectónicas. Donde esta serie está me- todas estas localidades el citado fósil procede
jor representadan es en El Priorat, donde al- de niveles semejantes, consistentes en pizarras
canza más de 2000 m de espesor. En los aflo- más o menos calcáreas de coloraciones rojas o
ramientos de los alrededores de Barcelona so- verdosas que alternan con capas delgadas de
lo unas pocas decenas de metros de su parte calizas y que en conjunto forman una suce-
más baja se encuentran conservados y en el sión poco potente (10-30 m) que se apoya
área del Montseny-Montnegre el espesor con- sobre las liditas atribuidas al Tournaisiense.
servado es de unos pocos centenares de me- El horizonte de Drevermcrnia no ha podi-
tros. do por el momento ser reconocido en el Prio-
Aunque la serie culm consta esencial- rat, aunque algunos trilobites de este género
mente de pizarras y areniscas, los conglomera- (determ. J. G A N D L ) han sido hallados en la
dos son frecuentes en todas las localidades y carretera de Poboleda a la Vilelia Alta, cerca
en el Priorat existen varios horizontes de cali- del ramal a Scala Dei. Se trata de todos modos
zas intercalados en la mitad inferior de la se- de una especie nueva, aunque afín a D. (D)
rie. Los conglomerados son en general micro- pruvosti. Datos más precisos pueden aportar
conglomerados, pero localmente los hay tam- los conodontos presentes en varios niveles de
bién con cantos de hasta 10-20 cm de diáme- calizas que se encuentran intercalados en la
tro; en estos casos son frecuentes los cantos parte inferior de la serie Culm del Priorat y
que están actualmente en estudio. ramar), o vulcanosedimentario (Priorato). Esto
Los resultados preliminares (SAEZ, Último junto con el hecho de la presencia de
1982) confirman la edad por lo menos Namu- Radiolarios hace pensar que se trata de depó-
riense de gran parte de la serie Culm en el sitos de un ambiente submarino pelágico, de
Priorat (la mejor preservada de la Cadenas cierta profundidad.
Costeras Catalanas), ya que también cerca del Las calizas son en general micríticas, con
ramal de Scala Dei se ha localizado un nivel de escasa fauna y con una monotonía de facies
caliza que ha proporcionado (Gnathodus com- que dificulta su interpretación sedimentaria,
mutatus, Gnathodus bilineatus bollandensis, y aunque todo hace pensar que las condiciones
Gnathodus homopunctatus), (Determinación de su depósito siguen siendo pelágicas.
de M .F. P E R R ET, de Touloúse). Por encima La serie Culm presenta las características
de este nivel la serie Culm alcanza unos 2000 de los depósitos de abanico submarino con
m de espesor. Estas dataciones confirman la facies de diversos subambientes.
edad Namuriense de por lo menos parte de la La serie general descrita anteriormente
serie Culm y permiten pensar en una edad muestra notables diferencias en la zona del
Westfaliense de la parte superior, lo que coin- Priorato, donde los tramos A y B no están
cidiría con las edades asignadas en el Macizo bien diferenciados. En dicha sucesión carboní-
d e Montalbán e n la Cordillera Ibérica fera, que alcanza más de 2500 m de potencia,
(QUARCH, 1975). ya desde la base, muestra unas características
D e s a f ~ r t ~ a d a m e n tla
e ,relación de estos detríticas muy acusadas. Las liditas se presen-
niveles de caliza con respecto a la base de la tan replegadas, en niveles estratiformes y masas
sucesión no queda del todo clara. Por debajo entre areniscas y microconglomerados masivos
de ellas, desde el km 12,5 hasta La Vilella o ligeramente acanalados.
Alta, donde afloran los materiales precarboní- Las calizas igualmente se presentan tanto
feros en el núcleo de un anticlinal, se encuen- como "slumps", con poten~iasinferiores a 3
tran areniscas, calizas y liditas, sin que por el m., intercalados en los materiales detríticos de
momento se pueda precisar en qué medida se la mitad inferior de la sucesión, como en for-
trata de reptticiones tectónicas o de una suce- ma de diversos niveles delgados entre las turbi-
sión más o menos caótica de materiales debi- ditas del tramo superior. Estos niveles podrían
do a deslizamientos gravitacionales. interpretarse como depositados en zonas de
pie de talud.
El tramo turbidítico superior está consti-
tuido por tres megasecuencias negativas, de
unos 500 m de potencia cada una, de progra-
VIII.3 SIGNIFICADO DE LAS FACIES dación de lóbulo de abanico submarino. Cada
CARBONIFERAS megasecuencia está ordenada a su vez en se-
cuencias negativas de orden decamétrico en
Como se ha apreciado en el apartado an- las que, de base a techo, aumenta la relación
terior, la sucesión carbonífera de las Cadenas arenallutita y el espesor del término arenoso
Costeras Catalanas presentan en general tres de las secuencias de Bouma. En la parte infe-
tramos sedimentológicamente bien diferencia- rior de las megasecuencias predominan las se-
dos: un tramo basal constituido por liditas cuencias de Bouma de tipo Tce que caracteri-
atrilmidas al Tournaisiense, otro de calizas y zan a los depósitos de lóbulo distal, mientras
pelitas atribuido al Viseense y un tramo supe- que en la parte superior aparecen secuencias
rior que presenta las características detríticas propias del lóbulo proximal (Tbce y Tabce);
de la facies Culm (tramos A, B y C en la fig. la culminación, a techo de cada megaiecuen-
VIII.2). cia, la constituye un tramo arenosoconglome-
Las liditas se presentan en general muy rático, de hasta 150 m de potencia, de depósi-
replegadas y ligadas a material volcánico (Mi- tos de canal de abanico medio (SAEZ, 1982).
PRIORATO MIRAMAR MONTNEGRE
(1-a Vilella Alta-Poboleda) (Figuerola) Hortsavinyi?i Malgrat

ALREDEDORES MONTSENY
DE BARCELONA (Sintético) *- 8
Papiol

Fig. VIII.2.- Sucesiones estxatigráficas e.puemPticaa del Carbonifero de las Cadenaa Costera Catalanas.
1: Nivel volcánico; 2: Liditas. 3: Cillzas. 4: Pizarras. 5: Alternancia de pizarras y areniscas (turbiditas). 6: Are-
niscas. 7: Conglomerados. 8: Nódulos fosfatados. 9: Wobites (Drevermania). 10: Conodontos. A: Tramo deli-
ditas. B: Ramo de calizas Y pizarras. C: FAcies Culm.
VIII.4 BIBLIOGRAFIA pel Dr. D. Jaume Almera, Dean amb la collaboració del Dr. D.M.
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lona recollides e n la preparació del Mapa Geoldgic d e Catalunya terr. Geol. Ges., 73:153-162. (1980).
IX EL CARBONIFERO DE MENORCA

A. Obrador

Departamento de Estratigrafía Universidad Autónoma de Barcelona.


IX EL CARBONIFERO DE MENORCA

IX.l INTRODUCCION Y ESTRATIGRA FIA mostró paleontológicamente su pertenencia al


Devónico, citando además la posible presencia
E1 Carbonífero está ampliamente repre- del Carbonífero. Desde entonces nuevos ha-
sentado en la Isla de Menorca y muestra, des- llazgos han permitido precisar la edad de este
de el punto de visto litológico, dos conjuntos Paleozoico siendo BO U R R O U I L H (1973) el
bien individualizados: uno inferior con claro primer autor que presenta una reconstrucción
predominio de la sedimentación autóctona y estratigráfica y sedimentológica de estos mate-
otro superior eminentemente turbidítico. riales diferenciando los dos qonjuntos antes
Las primeras referencias a la existencia mencionados y separando cartográficamente
del Paleozoico en Menorca se remontan a el Devónico del Carbonífero. (Fig. IX-1).
1865 aunque fue HERMITE (1879) quien de- El Carbonífero basal caracterizado por

-
--
Conlocm normal
Fallo

Fig. IX.l.- Mapa de situación de los afloramientospaleozoicos de Menorca. según BOURROUILH (1973) simplificado.
una sedimentación autóctona aflora única-
mente en la zona central de la Isla siendo los
cortes más representativos los existentes en la
zona de la costa entre cala Mica y S'Escull
d'es Francés (Binimel-lá). En el interior otro
corte interesante es el de Ferragut Ve11 (HO-
L L I S T E R , 1934).
En todos estos cortes la base del Carbo-
nífero está constituida por una colada fangosa
que fue interpretada por S C H I N D E W O L F
(1951) como una tillita glacial y posterior-
mente reinterpretada por G O M E Z D E L L A -
R E N A (1956) como un sedimento turbidíti-
CO . Colada de barro
La edad de la misma es algo imprecisa ya
que los fósiles que contiene (Corales, Braquió-
podos, Trilobites, Crinoides, Conodontos etc.)
son retrabajados siendo atribuida por B O U -
R R O UILH (1973) al Devónico superior (Fras-
niense o ligeramente posterior). Turbiditas arenosas y
microcon~lomeráticar
En algunos puntos los niveles más altos
del Devónico y la serie de tránsito devónico-
carbonífera se asocian a rocas eruptivas bási-
cas (espilitas y doleritas) (Fig. IX-2).Es debi-
do a ello y al hecho de que el contacto Devó- Radioloritos

nico-Carbonífero aparezca casi siempre tecto-


nizado que BO U R R O UILH (1973) plantea la
posibilidad de la existencia de una posible la-
guna estratigráfica entre ambos, En nuestra
opinión tal laguna no existe a pesar de las
Calada de barro
notables diferencias entre los sedimentos tur-
bidíticos devónicos y los carboníferos (BO U -
R R O U I L H , 1973, S T A T T E G G E R , 1979,
B U C H R O I T H N E R et d. 1980, LLOMPART
Turbiditas orenosos
et al. 1979-80).
De hecho los sedimentos atribuidos al
Carbonífero basa1 están constituidos por ra-
diolaritas, pelitas carbonosas negras, nódulos Turbiditas carbonáticas
fosfatados asociados tanto a las radiolaritas
como a las pelitas carbonosas, calizas micríti-
cas y pelitas rojas. En conjunto representan
un tramo litológico eminentemente no detríti-
co que abarca hasta el Viseense superior. Este
carácter habla en favor de la existencia de irn-
portantes cambios paleogeográficos en la Turbiditas arenosas
cuenca que alcanza en este momento su máxi-
ma profundidad y alejamiento de las zonas
emergidas colindantes.
Los niveles superiores, facies Culm, co-
rresponden a turbidíticOs íntima- Fig. IX.2.- Serle del p ~ e o z o i c omenorquin,
según
mente relacionados con cañones submarinos y LLOMPART et al. (1979-80).
sus áreas de sedimentación adyacentes (O- paleozoica (ROSELL et al., 1969, B O U -
BR A D OR et al. 1978) que, en algunas zonas y RROUILH et al., 1980). Así B O U R R O U I L H
de manera especial en los niveles inferiores es- (1973) señala la existencia en las grauwacas
tán íntimamente relacionados con una sedi- d'Es Murtar de flute cast de dirección N-S con
mentación calcárea considerada autóctona un sentido de desplazamiento hacia el S y la
(BOURROUILH, 1973). Se trata de niveles procedencia del E de los niveles conglomeráti-
continuos o lenticulares que se intercalan con cos de la Punta Negra (Ses Carotes) de esta
las facies túrbidíticas más distales (con rela- misma localidad, sin 'dar a estos hechos una
ción a los depósitos de abanico submarino mayor importancia. Igual conclusión se des-
profundo) constituidas por una alternancia de prende del trabajo de O B R A D O R et al.,
pelitas bioturbadas y no bioturbadas con débi- (1978) al señalar que gran parte de los mate-
les intercalaciones de areniscas de grano fino. riales carboníferos pertenecen a un sistema
Un dato interesante a señalar es que los distributario de un abanico submarino que
niveles conglomeráticos existentes en esta se- progradó en general hacia el SW. Reciente-
rie y atribuidos a depósitos de flujos gravitati- mente el estudio de la composición y área
vos contienen junto a cantos calcáreos con fuente de las areniscas y grauwacas del Devó-
faunas retrabajadas del Devónico superior nico y del Carbonífero de Menorca realizado
(presentes también en los conglomerados rese- por HENNINGSEN (1982) ha puesto de ma-
dimentados de esta edad-BOURROUILH, nifiesto que las zonas de procedencia se situa-
1973, B U C H R O I T H N E R et d. 1980), cantos ban al N y no al S como generalmente se ha-
de rocas eruptivas, metamórficas y graníticas bía admitido.
que para BOURROUILH (1973) deben cons-
Por último queremos señalar que los poco
tituir el zócalo de Menorca de edad pre-Loc-
frecuentes restos fósiles localizados en las fa-
koviense. Estas diferencias y la existente entre
cies Culrn de Menorca, ya sea "in situ" ya
las asociaciones de minerales pesados que pre-
retrabajados indican que esta facies se desa-
sentan las areniscas del Devónico y las del Car-
rrolla desde el Viseense superior hasta el Na-
bonífero sugieren un área fuente diferente en
muriense B como mínimo, alcanzando espeso-
cuanto a composición y10 situación. Paralela-
res superiores a los mil metros.
mente mientras la mayoría de autores aceptan
que las turbiditas devónicas proceden de una La emersión de la serie paleozoica de Me-
plataforma carbonatada situada al Sur ( B O U - norca debe realizarse en el Namuriense supe-
R R O UILH, 1973) los datos acerca de las pale- rior-Pérmico inferior y provoca la inyección
ocorrientes de los sedimentos carboníferos de cuarzo-queratófiros apoyando la idea de la
son más ambiguos, o al menos no han sido existencia de un zócalo rígido próximo a la
integrados en el análisis conjunto de la cuenca superficie ( B O U R R O U I L H
1973).
,

IX.2 BIBLIOGRAFIA tituto "Lucas Mallada" de Investigaciones Geológicas. Núm. 15.


Madrid. (véase "La brecha del Escollo del Francés en el Devóni-
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X EL CARBONIFERO DE LAS CORDILLERAS BETICAS

Hans-Georg Herbig
X EL CARBONIFERO DE LAS CORDILLERAS BETICAS

X.l INTRODUCCION bonífero no habían sido diferenciadas; el tér-


mino "Devónico-Dinantiense" había sido usa-
Las rocas paleozoicas solamente se en- d o para describir la sucesión de argilitas-grau-
cuentran en las zonas internas del Orógeno wackas. Por tanto la distribución geográfica del
Bético y distribuidas en todas sus unidades Carbonífero s.s. no es conocida. La Fig. X.1,
tectónicas: de base a techo, Nevado-Filábri- muestra la distribución de las rocas del Paleo-
des, Alpujárrides y Maláguides. Solamente el zoico no metamórfico y Permotriásico.
Maláguide comprende estratos con escaso me- Los mayores afloramientos Paleozoicos
tamorfismo de epizona a carencia de meta- se encuentran en la provincia de Málaga. Las
morfismo, y cuya edad se atribuye al Ordoví- cubetas terciarias de Granada, Guadix y Baza
cico? , Silúrico-Carbonífero y al Permotrías. interrumpen la alineación a lo largo del límite
Los estratos paleozoicos están caracterizados Norte de la zona interna: Sedimentos paleo-
por una extraordinaria escasez de fósiles, uni- zoicos aparecen en la zona de Cogollos-Vega
formidad petrográfica y por una intensa tectó- al NE de Granada y en el corredor de Vélez
nica de fragmentación e imbricación. Los se- Rubio al Oeste de Lorca (BLUMENTHAL,
dimentos son depósitos típicos de cuenca pro- 1933). Hacia el E, sólo se conocen rocas per-
funda o de talud continental, muchas veces motriásicas y triásicas de la unidad Maláguide,
presentan caracteres de flysch. que llegan hasta la Sierra Espuña (FALLOT,
Hasta ahora la? rocas del Devónico y Car- 1929; PAQUET, 1962a, 1962b). Además se

Baza
a
Y o
Guadix
O
Granada
Antequefa

MAR MEDITERRANEO

Fig. X.l.- nstribución de las rocas no metamórficas de la unidad maláguide. Se omiten los afloramientos permotriásicos del
noroeste de Lorca en la Sierra de la Tercia y en la Sierra Espuíia a : zona de Cogollos Vega. b: Corredor de Vélez-
Rubio.
.conocen pequeños afloramientos aislados, al Este de la Cordillera Bética, especialmente el
Sur de Sierra Nevada (BODENHAUSEN et al., corredor de Vélez Rubio, fue estudiado por
1967; D U R A N D DELGA, 1968; JACQUIN, MAC GILLAVRY et al. (1960), M A C GILLA-
1968) y en las sierras costeras entre Almería V R Y & G E E L (1962) y R O E P & MAC GILLA-
al Sur y Mazarrón al NE (BOOY & EGELER, V R Y (1962); de especial interés son los artí-
1961; E G E L E R & BOOY, 1962). culos de R O N D E E L (1965), S O E D I O N O
(1971) y G E E L (1973).
El desarrollo geológico del Paleozoico y,
especialmente del Carbonífero de la Cordillera
X.2 TRABAJOS PREVIOS Y CONOCI- Bética puede resumirse como sigue; el espesor
MIENTO ACTUAL de los sedimentos es impreciso debido a la
fuerte tectonización ( M A U T HE, 1971).
La estratigrafía del Carbonífero Malágui- La base del Paleozoico no metamórfico
de es poco conocida. A L V A R E Z D E L I Ñ E R A son las "calizas alabeadas", 200-500 m de es-
(1851) fue el primero en señalar la presencia pesor que están en concordancia sobre filitas
de rocas paleozoicas en la provincia de Mála- y pizarras filíticas. Son lajeadas, tableadas,
ga, seguido entre otros por M A C P H E R S O N azul oscuras a negruzcas, sin f6siles con bas-
( 1 8 7 4 ) , M ICHEL-LEVY & B E R G E R O N tante cantidad de cuarzo detrítico y feldespa-
(1889) y D E O R U E T A (1917). La mayor to. Están intercaladas con argilolitas filíticas,
contribución al conocimiento de la estratigra- argilolitas arenosas y grauwackas calcáreas con
fía y tectónica del Paleozoico Maláguide fue características de flysch (GE E L , 1973). Algu-
hecha por B L U M E N T H A L (1927-1950). nos autores creen, que las calizas pasan lateral
Basado en unos restos mal conservados y verticalmente a grauwackas, con sólo algu-
de Calamites o Asterocalamites, B L U M E N - nas capas de calizas intercaladas. r' O N D E E L
T H A L (1927, 1930) reconoció la existencia (1965, p. 46) y G E E L (1973, p. 30) interpre-
de un Devónico superior-Carbonífero inferior tan las "calizas alabeadas" como grauwackas
en facies C u h . M I . ~ H E L A U(1943) confirmó carbonatizadas. Dentro de la serie de "calizas
la existencia del Carbonífero inferior por me- alabeadas" se encuentran lentejones de calizas
dio de fósiles. Encontró, Spirifer cf. duplicos- de diferentes petrofacies, interpretadas como
tu, Linoproductus sp. y el ichnogénero Dicty- olistoiitos (KOCKEL & STOPPEL, 1962, p.
odora liebeana dentro de una sucesión argilo- 151; MOLLAT, 1968, p. 479; véase también
lítico-grauwáckica. En el "Conglomerado Poli- descripciones dadas por BLUMENTHAL,
génico" suprayacente se han encontrado cora- 1930, p. 70-71).
les resedimentados del Viseense (Carcinophy - La base de las "calizas alabeadas" se aso-
llum sp., Dibunophyllum sp. y algunos Clisio- cia al Silúrico inferior, debido a una faunula
phyllidae no determinables); fue datado como de graptolites encontrada en la parte superior
post-Viseense. El goniatites Homoceratoides de las argilolitas filíticas infrayacentes en el
kitchini BISAT encontrado en una alternancia Rif de Marruecos (AGARD et al., 1958). El
de argilolitas y grauwackas situada al Este de límite estratigráfico superior de esta serie esté-
la Cordillera Bética señala una edad de Carbo- ril es un punto de controversia. Faunas de co-
nífero medio (NAVARRO & T R I G U E R O S , nodontos procedentes de los lentejones calcá-
1960,1963b). reos alóctonos indican una edad Wenlockiense
El Oeste de la Cordillera Bética fue estu- superior a Eifeliense ( K O C K E L1958,1959).
,
diado en detalle por K O C K E L (1958, 1959), BLUMENTHAL (1949, p. 42) descubrió red-
K O C K E L & S T O P P E L (1962), M O L L A T tos indeterminables de plantas, próximas a las
(1968) y BUNTFUSS (1970). M A U T H E capas calizas más altas y sugirió una edad De-
(1971) da un resumen de los resultados y una vónico medio o superior. K O R N P R O B S T
información adicional se da por M O N (1971). (1974) estableció una edad Fameniense para
La mejor referencia de la zona de Cogollos- unas calizas con conodontos cuya situación
Vega es de G A R C I A - D U E Ñ A S & N A V A R R O - estratigráfica y tectónica no está suficiente-
V I L A (1976) y N A V A R R O - V I L A (1976). El mente conocida. G E E L (1973) interpretó las
series calcáreas de las "calizas alabeadas" y las De especial interés son los lentejones ca-
series suprayacentes de argilolitas y grauwa- lizos parcialmente embutidos disarmónica-
ckas como isocronas conectadas por un cam- mente dentro de las argilolitas y grauwackas;
bio lateral de facies. Atribuyó una edad Fame- parecen estar restringidos a las "Grauwackas
niense superior-Viseense. de Retamares", interpretándose como olistoli-
Al menos en el Oeste de las Cordilleras tos (MAUTHE, 1971, p. 8; BOURGOIS,
Béticas esta sugerencia es refutable: las series 1978, p. 263; véanse las descripciones de BL U-
de argilolitas y grauwackas empiezan con un MENTHAL, 1930, p. 70-71). Los lentejones
horizonte de lidita en su base; (este horizonte calizos han sido datados por conodontos co-
de 5 a 1 5 m de espesor está siempre situado mo de edad Gediniense hasta Dasbergiense (do
algunos metros por encima de las últimas ca- V) (KOCKEL & STOPPEL, 1962). Los esca-
pas de las "calizas alabeadas") La lidita de sos cantos de calizas del "Miembro de los
estratificación regular y de plegamiento in- Conglomerados Polimícticos" (de acuerdo
tensivo podía haber actuado como capa con su microfacies en su mayor parte p e f ' c a
lubricante causando movimientos laterales de carbonatos de aguas profundas) presentan
de cizalla en los estratos suprayacentes conodontos del Givetiense-Viseense inferior
( M O N 1971,
, p. 27). Un horizonte semejante (cu 111 alphalbeta) (GEEL, 1973; B U C H R O -
de lidita se conoce en todos los otros fragmen- ITHNER et al., 1980). El "Conglomerado Po-
tos del bloque de Alborán (Rif, Macizo de limíctico" y la sucesión suprayacente de argi-
Chenoua, Pequeña y Gran Kabylia, Menorca). lolitas-grauwackas, por eso, se depositaron en
Este nivel se considera la base del Carbonífero tiempos post-Viseense inferior.
(BOURROUILH, 1973; BOURROUILH & Yacente sobre la serie de grauwackas y
GORSLINE, 1979). En las Cordilleras Béticas, argilolitas sigue el "Conglomerado Poligénico"
M O L L A T (1968, p. 481) cita una fauna de (BLUME N T H A L ,1930) (sinónimo: Conglo-
conodontos de edad Viseense inferior dentro merado (poligénico) de Marbella, BL UM E N -
de un estrato calizo situado sobre el horizonte T H A J,, 1949; Miembro de los Conglomerados
de lidita (véase Fig. X.2, colum. 4). K O C K E L de Mkrbella, G E EL, 1973). El espesor de esta
& STOPPEL (1962) también encontraron co- unidad alcanza 100 m; los afloramientos for-
nodontos del Carbonífero inferior en calizas man lentejones discontinuos. El sedimento
semejantes (véase Fig. X.2, colum. 5). corresponde a un típico depósito de "debris
Normalmente el horizonte de lidita está flow" ( B O U R R O U I L Hen
, BOURGOIS et al.,
directamente recubierto por grauwackas y ar- 1970; ROEP, 1974; D I D O N & GARCIA-
grlolitas de unos 200 m de espesor. En los D U E Ñ AS, 1976; investigaciones propias).
alrededores de Almogía, NO de Málaga, K O C - Consistente en un barro que soporta gra-
K E L & STOPPEL (1962) y M O N (1971) Sub- nos. Los componentes polimícticos repre-
dividen esta secuencia en dos partes: en la par- sentan un espectro completo de tamaño de
te inferior, llamada "grauwackas de Retama- grano incluyendo una matriz arenosa y
res", de 40 a 60 m de espesor, predominan las cantos de considerables dimensiones. Cantos
grauwackas y numerosas intercalaciones de de rocas igneas y metamórficas bien re-
conglomerados y microconglomerados. Estos dondeados, alcanzan tamaños superiores a
conglomerados corresponden al "Gesprenkel- los 30 cm de diámetro. Bloques calizos no
te Konglomerate" de B L U M E N T H A L (1930). redondeados, presentan tamaños superiores
G E E L (1973) creó el nombre "Miembro de a unos metros cúbicos, en algunos aflo-
los Conglomerados Polimícticos". La parte su- ramientos. G E E L (1973, p. 27), incluso,
perior, tiene 150 m de espesor, es una típica menciona bloques superiores a 20 m. Estas cali-
secuencia de argilolitas que por meteorización zas provienen de ambientes de agua someras
dan color verde oliva típica, y que contienen muy diferentes a estos, conteniendo muchas al-
solamente algunas capas de grauwackas. Lo- gas calcáreas, foraminíferos y corales. Los cono
calmente las grauwackas presentan secuencias dontos son escasos (BUCHOITHNER et al., 1980;
de Bouma y marcas de corriente (GEEL, HERBIG & MAMET, en presa). Las calizas tienen
1973, p. 25). una edad comprendida entre el Viseense supe-
CERRO LA PELUCA

3b5 9 0 0 . 4 0 , , 050

Aro SEGUNDO AYO RETAMARES LA FALCONA BAJA CANADA DE ZORILLA


0 14
3 3 2 8 0 0 . 40A3 5 0 0 3 6 0 6 0 0 4 0 7 7 O00 3b8800 4072500 3b5 2 0 0 . 4CTb 100
15
Fig. X.2.- Columnas del Paleozoico no metamórfico de los Maláguides. Columna 2 modificada segun BLUMENTHAL
(1928). columnas 3 Y 5 modificadas según KOCKEL y STOPPEL (1962). La localización de las columnas está
indicada por coordenadas UTM.
Leyenda: 1: argilolitas Y limolitas; 2: grauwackas. conglomerados intercalados; 3: conglomerados polimícticos
Y sedimentos de "debris flow" sin componentes calizos; 4: sedimentos gruesos de "debris flow" con abundan-
tes componentes calizos; 5: calizas del tipo "calizas alabeadas"; 6: calizas pelágicas, a: sin sílex, b: con nódulos
Y capas de sílex; 7: liditas; 8: argilolitas siliceas; 9: sill gabroide; 10: conodontos; 11: Dictyodora liebeona; 12:
conodontos resedimentados; 13: foraminíferos resedimentados; 14: algas resedimentadas; 15: corales resedi-
mentados; 16: columnas de tipo como se indica en el texto (X.3.2).
nor y Bashkiriense inferior (M IC H E L A U, para unas esporas procedentes de Menorca.
1943; BLUMENTHAL, 1949; AZEMA, 1961; La secuencia Permotriásica en la Provin-
B O U L I N & LYS, 1968, GEEL, 1973; B U C H - cia de Málaga se presenta despegada de su
R O I T H N E R et al., 1980). Por tanto la deposi- substrato Paleozoico y transportada al Norte
ción de los Conglomerados de Marbella tuvo (AZEMA, 1961; BOULIN, 1970; MON,
lugar en tiempo post-Bashkiriense inferior. 1971). En el Este de las Cordilleras Béticas,
Una discordancia en la base de los Conglome- están ampliamente representadas las unidades
rados de Marbella es un tema de discusión: tectónicas del Maláguide de edad Permotriási-
M I C H E L A U (1943) sefialó una discordancia co-Mesozoico, totalmente despegada de su
angular al Sur de Almogía, M O N (1971), sin substrato Paleozoico (e.g. corredor de Vélez
embargo, no mencionó ninguna discordancia Rubio: R O E P & M A C GILLAVRY, 1962;
en la misma región, M O L L A T (1968) postuló Sierra de Espuña: PAQUET, 1962a, b).
una discordancia.en los alrededores de Marbe-
lla. Estas observaciones son debidas probable-
inente a características sedimentológicas de
los "debris flows" (canales en las argilolitas in- X.3 ESTRATIGRAFIA
frayacentes), más bien que a acontecimientos
tectónicos. BOURGOIS (1978) describió los X.3.1 ESTRATIGRAFIA LOCAL
Conglomerados de Marbella yaciendo en dis- La estratigrafía del Paleozoico no meta-
cordancia sobre las "calizas alabeadas" al Sur mórfico del Maláguide queda reflejada con
de Ardales. Esto probablemente es de origen cierto detalle en la Fig. X.2. De especial inte-
tectónico, especialmente porque el contacto rés es la columna núm. 1 que comprende una
en dirección Norte-Sur no está claramente vi- secuencia completa que se inicia con las "cali-
sible: K O C K E L (1963) indicó varias grandes zas alabeadas" hasta el Permotrías. El contac-
fallas de la misma dirección en este área. ( ¿Es- to con el Permotrías no es visible.
tructura de graben terciario? en Carratraca- Todas las columnas incluyen un horizon-
Ardales). En el Oeste de la Serranía de Ronda te de lidita de espesor y litología semejante.
FELDER (1978) observó la ausencia de es- Las muestras presentan solamente radiolarios
quistosidad y de minerales metamórficos en el recristalizados e indeterminables. En todas las
Conglomerado de Marbella, en comparación columnas, algunos metros bajo las liditas, la
con las argilolitas y las grauwackas infrayacen- primera capa de caliza detrítica de las "calizas
tes. El postuló, que los movimientos principa- alabeadas" se encuentra intercalada entre agi-
les hercínicos ocurrieron antes de la deposi- lolitas y grauwackas. Por tanto la lidita puede
ción del conglomerado. Pero es posible que usarse como horizonte guía en las columnas
debido a la mayor competencia de estos sedi- del Paleozoico.
mentos enmascaren el desarrollo de tales ca- En las columnas núms. 4 y 5 calizas gris
racterísticas. claro, finalmente bandeadas con unas argilolitas
En el techo del Conglomerado de Marbe- delgadas se sitúan sobre las liditas. Las calizas
lla, localmente, algunas argilolitas y grauwa- desaparecen lateralmente. En las calizas tectó-
ckas (BLUMENTHAL, 1928; MICHELAU, nicamente deformadas de la columna núm. 5,
1943; AZEMA, 1961), se encuentran seguidas se encuentran intercalados nuevos niveles y
inmediatamente por las capas rojas del Permo- lentejones de sílex. Las micritas homogéneas,
triásico. La edad de las capas rojas de conglo- con radiolarios, presentan formas de fuerte di-
merados, areniscas y limonitas es poco conoci- solución y algunas veces apariencia nodular.
da. El único fósil conocido de las Cordilleras Son calizas típicas pelágicas. Dos muestras
Béticas es Voltzia heterophylla B R O N G ., da- con conodontos de la columna núm. 4 dan
tando el Anisiense superior (M IC H E L A U, Doliognathus dubius, Paragnathodus commu-
1943). En el Rif. M I L L I A R D (1959) descu- tatus, G. homopunctatus, G. cuneiformis, G.
b r i ó Lebachiu (Walchia) piniformis SC H- delicatus, G. semiglaber, G. typicus, Po-
LOTH., sugiriendo una edad Pérmica. B O U - lygnathus communis communis y un ejem-
R R O U I L H (1973) señaló Pérmico superior plar resedimentado de Palmatolepis. Esta
fauna es típica desde la parte inferior de la que yacen sobre las argilolitas filíticas. Su te-
zona de anchoralis-latus a la parte superior cho está situado bajo el horizonte de lidita.
de la zona de typicus ( L A N Eet al., 1980). Contiene olistolitos calcáreos con conodontos
G. commutatus y G. homopunctatus se co- de edad Wenlockiense a Eifeliense. M I C H E -
nocen desde la base de la zona de anchora- L A U (1943) y M O N (1971) propusieron el
lis-latus en los Pirineos (B U C H R O ITH N E R , nombre formal de Formación Santi Petri. El
1979). Por tanto el horizonte puede ser atri- nombre deriva del anticlinal de Santi Petri,
buido a la zona de anchoralis-latus. Cinco extrañamente N-S entre Alora y Almogía.
muestras de conodontos de la columna núrri. Una columna tipo, no está definida hasta aho-
5 dan Dollymae bouckaerti, Gnathodus cunei- ra.
formis ? , G. delicatus, G. punctatus, G. typi-
cus, Paragnathodus cf. commutatus, Protogna- 2. Como en los otros fragmentos del
bloque de Alborán, un horizonte de lidita se-
thodus praedelicatus y algunas especies resedi-
ñala la base del Carbonífero. Representa la
mentadas de Icriodus, Palmatolepis y Po-
mayor parte del Tournaisiense. En la parte su-
lygnathus. Por la presencia de Dollymae
bouckaerti, esta fauna parece representar la perior se desarrollan localmente delgadas ca-
zona Superior de typicus (LANE et al., 1980). pas de calizas pelágicas de la parte inferior de
Sin embargo en el Oeste de los Pirineos, la zona de anchoralis-latus. El nombre formal
P E R R E T (1977) encontró Dollymae bouc-
de Formación la Falcoña se ha propuesto pa-
kaerti, junto con Doliognathus latus y Sca- ra este importante horizonte guía, compuesto
liognathus anchoralis en la zona de anchora- de liditas y localmente calizas. La columna
lis-la tus. núm. 4 (Fig. X.2) está dibujada como c o l u -
na tipo. El nombre proviene de la proximidad
En resumen, las calizas a techo de las
al Cortijo de la Falcoña Baja.
liditas, se las considera como pertenecientes a
la L p k e superior? de la zona de typicus e 3. Al techo de la Formación Falcoña si-
inferior de la de anchoralis-latus, . i.e. parte gue una secuencia de variable espesor, de argi-
superior del Tournaisiense (Tn 3c). lolitas y grauwackas. Contiene olistolitos de
Al Este de la Cordillera Bética, G E E L calizas con conodontos de edad Gedinniense a
(1973) descubrió un horizonte semejante de Dasbergiense. La secuencia de argilolitas y grau-
micritas finamente bandeadas suprayacentes a wackas comprende desde la base del Viseen-
las liditas y grauwackas sobre ellas. Esta "len- se hasta el post-Bashkiriense inferior. Debido
gua más reciente del Miembro Calizas con co- a su típica apariencia en los alrededores de
nodontos" presenta conodontos de edad Vise- Almogía fue propuesto por M O N (1971) el
ense inferior-superior. BO U R R O U ILH (1973) nombre formal de Formación Almogia. Debi-
describió columnas semejantes en Menorca. do a la fuerte fragmentación tectónica es difí-
Típicas calizas pelágicas, suprayacentes a las cil definir una columna tipo, pero se distin-
liditas, dan conodontos del Viseense medio/ guen los límites superior e inferior. La secuen-
Narnuriense inferior; otra serie suprayacente cia empieza al techo de las liditas o Calizas de
de calizas pelíticas contiene forarniníferos Vi- la Formación Falcoña y termina bajo las rocas
seenses (V 3b). psefíticas de la Formación Marbella o bajo-las
capas rojas del Permotriásico. La Formación
Almogía puede localmente dividirse en dos
X.3.2 SINTESIS ESTRATIGRAFICA miembros.
En conclusión, la siguiente serie estrati- 3a. Directamente sobre la Formación
gráfica puede establecerse para el Paleozoico Falcoña sigue una sucesión predominante-
no metamórfico de la Cordillera Bética (Fig. mente de grauwackas con conglomerados in-
X.3). tercalados. Su base coincide con la de la
1. Las series de las "calizas alabeadas" Formación Almogía, su límite superior e s 6
abarcan del SilÚrico inferior al Fameniense. Su definido por las últimas capas masivas de grau-
base corresponde a las primeras capas calizas, wackas justo antes del inicio de una sedirnen-
Fig. X.3.- Columna idealizada del Paleozoico no metamórfico de la unidad Maláguide. Leyenda como e n h fig. X2.
tación predominantemente argilolítica, KO c - del corte en el escarpe al SS0 del Cerro La
K E L & STOPPEL (1962, p. 141) propusieron Peluca. Localmente es posible una división en
el nombre formal de Miembro de Retamares. dos unidades. La unidad inferior está predo-
La columna tipo está situada en la parte supe- minantemente compuesta de grandes cantos
rior del Arroyo de Retamares de donde pro- rodados de calizas. La unidad superior de
viene el nombre (KOCKEL & STOPPEL, componentes polimícticos de menor tamaño;
1962, fig. 4; en este artículo, Fig. X.2, colum- los cantos calizos son escasos o faltan. Grau-
na núm. 3). Dentro del Miembro Retamares wackas y microconglomerados pueden estar
existen lentejones de conglomerados, forma- intercalados.
dos principalmente por cantos de cuarzo aun- 5. Al techo de la Formación Almogía,
que también contiene algunos cantos calizos. localmente sobre el techo de la Formación
La fauna de conodontos señalan una edad pa- Marbella, se han depositado sedimentos rojos
ra esta unidad post-cu 111 alphalbeta. G E E L continentales de edad "Permotriásica". G E E L
(1973) propuso el nombre de Miembro de los (1973) propuso el nombre formal de Forma-
Conglomerados Polimícticos. Se considera co- ción Saladilla en la parte Este de las Cordille-
mo un nombre informal por el carácter dis- ras Béticas. Este nombre debería ser usado
continuo en espacio y tiempo de estos lentejo- también en la parte Oeste del Orógeno.
nes de conglomerados. Estratigráficamente el
Miembro Retamares abarca una edad desde la
base del Viseense a una post-cu 111 alphalbeta. X.4 VOLCANISMO
3b. Al techo del Miembro de Retamares
se desarrollan argilolitas con capas de grauwa- Las rocas volcánicas del Paleozoico Malá-
ckas intercaladas. Por el típico color verde oli- guide son bastante poco conocidas: B L U -
va de las argilolitas meteorizadas, B L U M E N - M E N T H A L (1930, p. 91) señaló diques volcá-
T H A L (1930) propuso el nombre de "Olive- nicos en la región de Málaga. A Z E M A (1961,
Shales" ("Argilolitas Oliváceas"). Este nom- p. 139) citó volcanitas básicas de la misma
bre informal puede usarse hasta que se defina región, cortando argilolitas y grauwackas.
una columna tipo. La base de este miembro se K O R N P R O B S T (1974, p. 209) reconoció la
apoya sobre el techo de las últimas capas ma- abundancia de diques básicos al N y E de Má-
sivas de grauwackas del Miembro Retamares, laga. M O L L A T (1968, p. 479) y B U N T F U S S
el techo, bajo rocas psefíticas de la siguiente (1970, p. 390) describió aplitas y diabasas,
unidad, o bajo el Permotriásico. Su base estra- que cortan el Paleozoico inferior como diques
tigráfica es post-cu 111 alphalbeta, su techo y sills; estos terminan bajo o dentro de la For-
post-Bashkiriense inferior. mación Falcoña. Estas rocas corresponden a
4. Al techo de la Formación Almogfa se una fase volcánica de la transición Devónico-
desarrollan, en lentejones, sedimentos de "de- Carbonífero. Este volcanismo con espilitas y
bris flow" con componentes polimícticos. doleritas se ha puesto de manifiesto en Menor-
Son de edad post-Bashkiriense inferior. G EE L ca ( B O U R R O U I L H ,
1973):
(1973) propuso el nombre de Miembro de los A lo largo de la carretera de Colmenar-
Conglomerados de Marbella de acuerdo con Málaga se presentan diques de diabasas, con
BLUMENTHAL (1949). En este artículo se un espesor que varía de uno a más de diez
propone el nombre formal de Formación Mar- metros, cortando argilolitas filíticas, "calizas
bella por la significación sedimentológica y alabeadas", argilolitas y grauwackas. La des-
paleogeográfica de los sedimentos de "debris cripción mineralógica de estas rocas corres-
flow". El nombre, proviene del pueblo de ponde a la de .las diabasas dada por M O L L A T
Marbella; en este área la formación está am- (1968) y BUNTF USS (1970). Probablemente
pliamente representada. El nombre "Conglo- no intruyen rocas del Carbonífero. Un sill, de
merado Poligénico" debería abandonarse para 4 a 5 m de espesor situado unos 20 m sobre la
evitar confusión con el Conglomerado Poli- Formación Falcoña en su localidad tipo es evi-
míctico de la Formación Almogía. Como co- dentemente de edad más moderna (Fig. X.2,
lumna tipo se propone la excelente exposición columna núm. 4). Su contenido mineralógico
y textura difiere claramente de la de las diaba- nes son un plegamiento y fracturación más
sas. La roca de grano grueso está fuertemente generalizado en las rocas paleozoicas, junto
descompuesta. Pirita, calcita y clorita son seu- con la existencia de estructuras con esquistosi-
domorfos de los abundantes minerales máfi- dad, que están ausentes en las pelitas Permo-
cos; también los feldespatos están principal- triásicas.
mente albitizados y carbonatizados. Se pre- Argumentos importantes están a favor de
sentan como accesorios titanita y apatito. Es- una orogénesis Hercínica que originaría el me-
te sil1 se considera originalmente como una tamorfismo de las unidades de las Cordilleras
roca gabroide. La edad de esta intrusión se B é t i c as : d e terminaciones radiométricas de
desconoce pero debe ser más reciente que la edad de un metagranito en la unidad Nevado-
base del Viseense. Posiblemente puede corre- *
Filábride dan unaedad de 269 9 m.a. (PRIEM
lacionarse en el tiempo con el volcanismo et al., 1966). Esta intrusión estákonectada pro-
p o s t - Namuriense de Menorca (BOU R R O - bablemente con una fase de fractura tardi-Hercí-
U I L H , 1973), pero habría que insistir, que nica (PUGA, 1971). En ciertas series del Neva-
por lo menos dos fases magrnáticas pueden do-Filábride de Sierra Nevada, generalmente
probarse en el Paleozoico superior de la Cordi- considerada como basamento Pre-Pérmico,
llera Bética. P U G A & D I A Z D E FEDERICO (1976) descri-
ben restos de minerales y texturas de un meta-
morfismo pre-Alpino. Sugieren una edad Her-
X.5 EL PROBLEMA DE LA OROGENESIS cínica de este metamorfismo. Una indicación
HERCINICA de movimientos tectónicos Hercínicos es una
alineación tectónica N 120-140° E observada
Desde hace mucho tiempo se discute una en el E de las Cordilleras Béticas e interpreta-
orogénesis Hercínica en las Cordilleras Béti- da de edad como final del Hercínico (AZ EMA
cas. Hoy parece estar confirmado por diversas et al., 1974, p. 156). La misma alineación se
observaciones. Ya B L U M E N T H A L & FA- observó en Menorca, junto con otra alineación
L L O T (1935) postulan una serie Permotriá- de fracturas menos importante iniciada en el
sica transgresiva sobre las rocas Paleozoicas pre-Hercínico y reactivada durante el final del
plegadas en la zona de Cogollos-Vega. F O U - Hercínico (BOURROUILH, 1973).
C A U L T & P A Q U E T (1971) describen una es-
tructura plegada Paleozoica, parcialmente ero-
sionada y cubierta por rocas Permotriásicas en
la misma área. También MICHELAU (1943) X.6 CONCLUSIONES PALEOGEOGRAFI-
pensó en una secuencia Permotriásica cubrien- CAS
do en ligera discordancia estratos plegados Pa-
leozoicos de diferente edad. N A V A R R O & Todas las rocas no metamórficas de los
T R IG U E R O S (1963a, b) señalan pliegues se- Maláguides son sedimentos depositados en
mejantes de dirección E-O en la provincia de aguas de mayor profundidad que el nivel de
Murcia. B O U R R O U I L H (en B O U R G O I S et base de las olas. La ausencia total de fósiles en
al., 1970, p. 369) señaló un conglomerado en las calizas de la Formación Santi-Petri contra-
la base de la secuencia Permotriásica reposan- dice la interpretación de depósitos de plata-
do sobre rocas Paleozoicas volcadas, al E de forma (BOURROUILH & GORSLINE, 1979).
las Cordilleras Béticas. Finalmente R O E P Por otra parte la existencia de olistolitos y
(1974) reunió varias indicaciones de una oro- algunas características de flysch, señalan la
génesis Hercínica en el corredor de Vélez Ru- existencia de talud continental. La Formación
bio. Puso de manifiesto el fuerte contraste de Santi Petri, por tanto, se interpreta como una
facies entre las turbiditas, "debris flow", y las unidad flyschoide calcárea depositada en la par-
capas rojas continentales Permotriásicas, así te inferior del talud continental, o en su base;
como las fuertes diferencias en la composición las condiciones ambientales no cambiaron en-
de los minerales detríticos del Paleozoico y de tre el Silúrico inferior y el Devónico superior.
las areniscas Permotriásicas. Otras indicacio- La fuente paleogeográfica y tectónica de los
olistolitos calcáreos es desconocida. Durante en la parte superior de un sistema de cañones-
el Toumaisiense (Formación Fdcoña) cesa la abanicos (canyon-fan-system). La Formación
influencia continental. Fangos de Radiolarios y Marbella, da pruebas, por tanto, de la progra-
localmente fangos carbonatados se deposita- dación de un frente orogénico proveniente de
ron en una cuenca pelágica. Esto significa, que un área de tierras emergidas hacia el borde de
durante el Devónico superior el talud conti- cuenca. La tierra emergida se supone estar co-
nental retrocedió y la cuenca se amplió. Pro- nectada con la placa Africana ( B O U R R O U -
bablemente en este contexto intruyeron los ILH & L Y S , 1977; B U C H R O I T H N E R e t d . ,
diques y sills en las zonas de tensión. Al prin- 1980). Poco tiempo después empezaron los
cipio del Viseense, empezó la sedimentación movimientos orogénicos en la cuenca propia y
de flysch de la Formación Almogía. Los sedi- cesó la sedimentación Paleozoica. Los movi-
mentos detríticos gruesos del Miembro Reta- mientos Hercínicos finales (¿fase Astúrica? )
mares indican movimientos orogénicos y fuer- son responsables de la fracturación y del suave
te erosión en una tierra emergida no localiza- plegamiento. Originó algunas intrusiones mag-
da (¿fase sudética? ). Al mismo tiempo, el ta- máticas. Las secuencias de rocas paleozoicas
lud continental progradó y redujo la cuenca se levantaron sobre el nivel del mar y después
Carbonífera. La asociación de grauwackas, de tiempos de erosión y no sedimentación em-
lentejones de conglomerados y olistolitos cal- pezó la sedimentación continental Permotriá-
cáreos en el Miembro Retamares sugiere una sica de las capas rojas de la Formación Saladi-
sedimentación en un sistema de cañones y lla.
abanicos (canyon-fan-system) en la parte infe-
rior del talud continental. En la transición a
las "Argilolitas Oliváceas" ( " Olive-Shales" )
se estableció una sedimentación de talud conti- AGRADECIMIENTOS
nental aparte de cañones, caracterizada por el
ichnogénero de agua's profundas 'Dicty6doi-a lie- Mi reconocimiento al Prof. Dr. S C H -
beana. En época post-Bashkiriense inferior la M I D T - E F F I N G (Marburg) por su apoyo, al
sedimentación de "debris flow" de la Forrna- Prof. Dr. W . B A U S CH (Erlangen) por su inves-
ción hlarbella indica una nueva inestabilidad tigación petrográfica de láminas delgadas, al
tectónica de una tierra emergida, en la que Prof. Dr. W: B U G G I S C H (Erlangen) por su
rocas metamórficas y magrnáticas eran erosio- ayuda en la determinación de las faunas de
nadas y transportadas a una plataforma carbo- conodontos y al Prof. Dr. E . F L U G E L (Erlan-
natada bien diferenciada. Poco tiempo des- gen) guiando las investigaciones en las Cordi-
pués, estas rocas fueron erosionadas junto con lleras Béticas. Muy agradecido también al apo-
las calizas de plataforma y redepositadas co- yo económico del Deutsche Forschungsge-
mo sedimentos submarinos de "debris flow" meinschaft (proyecto F142144).

X.7 BEBLIOGRAFIA BLUMENTHAL, M.- Versuch einer tektonischen Gliederung der


betischen Cordilleren uon Cenfml undsüdwest-Andalusien. Ecl.
AGARD, J.; DESTOMBES, J.; MILLIARD, Y. & MORIN, P.- Sur geol. Helv., 20,487-532; Basel. (1927).
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ROEP, Th.B. & MAC GILLAVRY, H.J.- Prelirninary note o n the dam. (1971).
presence o f distinct tectonic units Ni the Betic o f Málaga o f the
XI - THE CARBONIFEROUS IN SPAIN
ABSTRACTS
XI.I INTROD~CTION

F. Velando Muñoz

Outcrops of Carboniferous terrain in Spain are described here. The distnbution in chapters is equivalent to
the following studied zones:
11 Zona Cantábrica.
111 Area septentrional del Macizo Ibérico y Sierra dslaaemanda.
IV Cordillera Ibérica (Sectores de Henarejos y Mon-lbán).
V Zona Surportuguesa.
VI Area meridional de la Zona Centroibérica y Zona dSOdsa-Morena.
VI1 Pirineos.
VI11 Cadenas Costeras Catalanas.
IX Menorca.
X Cordilleras Béticas.
This distribution is based on geographycal criteria, in the analysis of contributions, made by working
teams or single scientists, and also in references from literature.
The content in the different chapters shows a certain hetprogenity both in length and in leve1 of detail.
This is due t o the different amount of knowledge existing on eaeh zone.
In any case a difficulty may arise from the unequal quaiity of data when trying to intekate into'a single
volume al1 the information on Carboniferous in Spain.
The character of "Inventory" resolves, at least partially, this difficulty. This is also improved by the
different points of view of each author, enriching the whole study and opening avenues for new research.
Finally, it has to be underlined that present knowledge does not justify undertakinga synthesisof the
Carboniferous in Spain.
It seems to be more convenient, to consider independent u n h that constitute the ideas of each author.

XI.11 THE CARBONIFEROUS OF NORTHNEST SPAIN

XI.II.l INTRODUCTION

J. Truyols Santonja

Carboniferous rocks in Northwest Spain are spread over 9000 km2, mainly within the Cantabrian Zone of
the Iberian Massif as defined by LOTZE (1945) (Fig. 11-1). They are of great interest because the stratigraphic
sequence is almost continuous, quite thick and with interbedded workable coa1 seams. The struc!ure o f the zone
is quite complex, with numerous overthrusts and nappes that have been deformed subsequenliy. The structural
evolution determined the existence of differentiated units with particular Carboniferous sequences. Two of
them are well defined: the Picos de Europa Area in the East and the Central Coal Basin in the middle, with the
Ponga Nappe Area in between. The Central Coal Basin is in turn surrounded by the Fold and Nappe Area in the
West and South. The Pisuerga Carrion Area lies in the Southeastern Corner (Fig. 11-2). Al1 these structural
divisions were born in the hercynian orogeny whose main deformation period was the "Asturian Phase".
Post-tectonic Carboniferous sediments spread over the limits of the Cantabrian Zone lying unconformably on this
and the neighbouring West-Asturian-Leonian %ne of LOTZE (op. cit.).
XI.II.2 HISTORIC DEVOLOPMENT OF KNOWLEDGE OF THE CARBONIFEROUS
IN THE CANTABRIAN MOUNTAINS

J. Truyols Santonja
The Carboniferous of Northwest Spain has been l ~ n known
g for its coa1 wealth, but detailed stratigraphic
and tectonic reconnaissance has not been available until recently since the first publication on it was of
EZQUERRA DEL BAYO and others (1831).
In the development of the knowledge about the Cantabrian Carboniferous, severa1 stages can be separated.
In the fiist period, up t o 1880, the first stratigraphic data were gathered and a primitive cartography of the
territory drawn. Of special interest in this epoch are the works by PAILLETTE and VERNEUIL, PRADO and
VERNEUIL, SCHULZ, ORIOL, etc. The second period starts in 1881 with the withdrawal of the great mono-
graphic work by BARROIS in which for the first time, a stratigraphic sequence of the Carboniferous in Central
Asturias was established. The productive sequence of the Central Coa1 Basin was subsequently subdivided by
ADARO on lithologic grounds, in a scale that was not practically modified up to 1940. ADARO was also the
first to map the CentralCoal Basin. The third period began in 1940. after the Spanish Civil War with publication
of numerous monographies on different aspects of the geology o f ' t h e Southern flank of the Cantabrian
Mountains. Nevertheless, the starting point for this period was the deliverance in 1943 of a Memory by
DELEPINE that pushed the modern biostratigraphic studies in the Cantabrian Carboniferous. At the beginning
of the 50's severa1 facts occurred that favored progress of Carboniferous geological investigations. One was the
publication of the first official geologic maps by the Instituto Geologico y Minero de Espaiia at a scale of
1:50.000 in eight sheets of a first sequence that was interrupted in 1970, being the remaining ones almost
completed presently in a second sequence. On the other hand, the Geology School was created in Oviedo,
starting investigation in these years and being greatly diversified in the last epoch. Also at the beginning
of the 50's started the organized geologic research by foreing schools in the Cantabrian Mountains. Outstanding
wak the contribution of the dutch geologists, initiated by JONGMANS and continued by WAGNER and by the
geologists of the University of Leiden, with regional description in a first period and more restricted studies in a
latter one, which covered most of the .Southern Flank. It is also t o note the role of severa1 german groups
(Munster, Tübingen, Frankfurt, etc.). In 1971 was published for the first time a 1/200.000 scale map of the
whole Cantabrian zone by the 1.G.M.E (altough it was made by geologist of the University of Oviedo).
Finnally, we must mention the recent studies on the Asturian Central Basin, which were begun in 1963 by tha
Empresa Nacional ADARO de Investigaciones Mineras, S.A., and by a geologist team from the B.R.G.M.
(France), the development of which, carried out, by the group of the mentioned company with the collabora-
tion of the Geological Survey of the Empresa Nacional "Hulleras del Norte", S.A., since 1978, has continued ti11
our days. These works, extended in the last years t o another Asturian zonas, have led to improve the geological
understanding of the most important spanish coalfield, reaching an outstanding advance on the modern Carboni-
ferous geology of this area and a basic and more detailed knowledge of its stratigraphical and structural
characteristics. The general lines of the results obtained have been published within the S.C.C.S meeting held in
Asturias in 1970, and in the Compte Rendu of the VI1 International Congress of Carboniferous Stratigraphy and
Geology, in 1971.
Al1 these studies have contributed t o the international knowledge of the Cantabrian Carboniferous. Its
interest even increased after WAGNER proposed in 1967 the recognition of the Cantabrian as a new stage of the
Upper Carboniferous. In 1970, theInternationa1 Subcommission on Carboniferous Stratigraphy organized a field
meeting in the Pajares Pass and after that date investigations and international participation greatly increased.

XI.II.3 CANTABRIAN CARBONIFEROUS BASIN

J. Truyols Santonja

The Carboniferous Basin spread out indeed much further from its present limits in the Cantabrian
Mountains. There isnlt a complete sedimentary continuity of the Carboniferous deposits with the Devonian
ones, although Lower and Middle Paleozoic rocks are represented as a fairly continous sucession, and several
hyathuses are present near the Devonian-Carboniferous boundary, whose depositionai environment was aiso
quite different. The Siluro-Devonian Basin occupied a plattform in the Fold and Nappe and Pisuerga-Carrion
Regions, also spreading over the Astur-Leonese Zone. In the Picos de Europa and Ponga Regions, an emerged
land constituted the Cantabrian Block, levelled out in the Devonian. In the Upper Famennian, deposition of the
Ermita Sandstones took place over most of the Cantabrian Mountains.
The oldest Carboniferous deposits were laid on the just-formed detrital plattform, starting with 50 m of
biomicritic and siliciclastic sediments followed by pelagic limestones that make up the whole Lower Carbonife
rous, including the base of the Namurian. Later on, a shift occurred of the direction of sediment inflow due to
uplift of the Astur-Leonese Zone, as the first indication of crust unstability in that area, giving rise to basin
subdivision in different sedimentary environments along the Middle and Upper Carboniferous. The initially
marine sedimentation changed to paralic with forrnation of coa1 seams in the Central Coa1 Basin, where the
sequence reached more than 6000 m. In the Eastern part, the marine conditions prevailed nonetheless and in the
Picos de Europa, the succession was almost entirely of calcareous character. Upper Carboniferous sediments are
unconformable on older ones and of predominant continental deposits with the exception of the Northeastern
corner where marine conditions were maintained.

XI.II.4 MIDDLE AND LOWER CARBONIFEROUS OF THE FOLD AND NAPPE REGION

J. Truyols Santonja and L,. Sánchez de Posada

The Fold and Nappe Region is made up of severa1 units thrusted over towards the arc or "Asturian Knee"
that sometimes can be true nappes. Two main realms can be differentiated: the Somiedo Correcilla Unit and the
Sobia-Bodon Unit with their own Carboniferous sequences. The areal extent of Carboniferous terranes in the
Fold and Nappe Region Nearly reaches 1.200 km2, with only one fourth of them in the Somiedo-Correcilla
Unit presewed in the synclinal cores. The rest is in the Sobia-Bodon Unit.
Lower Carboniferous is developed in a condensed sequence (50 m) with three lithostratigraphic units: the
Baleas Fm. (biomicritic limestones), Vegamian Fm. (black shales) and the Genicera Fm. (red nodular limesto-
nes). The first one belongs usually t o uppermost Fammenian and Lower-Middle Tournaisian, the second one to
Upper Tournaisian and the third t o uppermost Tournaisian, Visean and Lowermost Namurian. Dating of these
formations has been possible throught the find of Goniatitids and Conodonts in speciai. Al1 three formations are
not present in every section. In some instances (like at Entrago), the Baleas Fm. is followed by the Genicera Fm.
with a stratigraphic gap in between. In other cases (Olleros Section) only Vegamian and Genicera Formations
are present while the Baleas Fm. is missing, the stratigraphic gap being then at the base of the sequence. The
complete section appears only in a few sections (like in Genicera), with al1 three formations present. At the top
of the Genicera Formation, the red nodular limestones change to a pinkgray colour with Goniatites and
Conodonts of Namurian A age (El and E2). In other instances, instead of these beds there are green or reddish
marls known as Olaja Beds or Entomozoan Shales with Goniatites and Ostracods of the same age.
Different Middle Carboniferous sucessions are found in the Somiedo-Correcilla and Sobia-Bodon Units. In
the first one, above the Olaja Beds, there is a terrigenous sequence, the Olleros Fm. as a lateral equivalent of the
calcareous Barcaliente Fm. The Olleros Fm. is of turbiditic character and usually presents graded-bedding and
other sedimentary structures. The Barcaliente Fm. is made up of black, phoetid and usually laminated limesto-
nes. In some sections, like at Olleros de Alba, the limestones show up above the Olleros Fm. but at other places
(La Robla, San Adrián, Antromero), they are at the base with variable thickness from a few tens of meters to
400 m. Organic remains (Goniatites, Conodonts, spores) indicate a Namurian A age and also Namurian B in
some instances. The initially condensed sedimentation in the Lower Carboniferous and the beginning of Namu-
rian A, changed to rapid in this stage since there are fossils of E2 age not only in the Olaja Beds underneath but
also in the middle and upper part of the turbidites. The uppermost Carboniferous beds in this unit belong to
Namurian B.
In the Sobia-Bodon Unit there is a different sequence. Above the Lower Carboniferous beds, there are
uniformly deposited the dark, phoetid limestones of the Barcaliente Fm., followed by the light bioclastic
lirnestones of the Valdeteja Fm., both of which known 10% time ago as the Caliza de Montaña (Mountain
Limestone). On top of these carbonates, terrigenous sequences predominate with some calcareous intercalations
that in San Emiliano and Teverga are known as the San Emiliano Formation. They are plattform sediments that
grade t o paralic at the top, with coal seams of variable thickness. In other cases they have turbiditic character.
Macro and microfaunal finds (abundant Brachyopods, Goniatites, Fusulinids, Conodonts, spores) allowed dating
these sequences as well as the floral remains in carbonaceous beds. The age of the Valdeteja Formation usually is
Namurian A-B or B but its top is considerably diachronic and sometimes will arrive to almost complete
disappearance. The San Emiliano Formation and its lateral equivalents belong to the Upper Bashkirian and basal
Moscovian. In the Bernesga Valley, the terrigenous sequence exceptionally reaches the ~odolskian:Coal seams
begin from the upper Namurian A in La Camocha (Northern area) and from the Westphalian A-B in Teverga and
San Emiliano (Southern area).

XI.II.5 MIDDLE AND LOWER CARBONIFEROUS IN THE CENTRAL COAL BASIN

J. Truyols Santonja

The Central Coal Basin, 1300 km2 wide, is almost exclusively m d e up of Carboniferous sedirnents up to
6000 m thick of aiternant marine and continental character. The stratigraphic sequence partly reminds the one
in the Fold and Nappe Region, in special that in the Sobia-Bodon Unit, but it is different in age. The lower part
of the sequence is represented by the marine Genicera and Barcaliente Formations, while the Baleas, Vegamian
and Valdeteja Formations are missing. There is then a basal stratigraphic gap comprising al1 the Tournaisian. On
the other hand, the Valdeteja Formation is substituted by terrigenous sediments. Al1 these rocks and also the
remaining Carboniferous sucession of the Central Coal Basin have been separated in different units like forma-
tions named "paquetes" (packs) according to mining colloquial language. In the first "paquetes", Fresnedo and
Levinco, marine sedimentation proceeded with shales, sandstones and limestones, the last ones forming a th'ick
bed of 8 5 m in the Levinco Unit near the Eastern border of the Basin, known as the Peña Redonda Limestone
here and with chsnging denominations further East. I n the above units, Llanón, Tendeyón and Caleras the
sedimentary environnient is predominantly marine but the first continental intercalations with economic coal
seams appear. In the rest of the sequence t h e ~ eis a mixed sedimentation of paralic conditions, like in the
Generalas, San Antonio, Maria Luisa, Sotón, Entrcrregueras, Sorriego and Modesta-Oscura, the last ones h i n g
predominantly continental. Limestone beds are l e s frequent, shales, sandstones and in some instances congio-
merates taking over. In the Northwestern border, terrigenous sedimentation is greatly developed due t o the
deltaic character of the same, showing that the source aréa of the Coal Basin sediments was in the Western
emerged land in the Upper Paleozoic.
Although fossil remains are relatively abundant in the Central Coal Basin sequences, dating them poses
many unresolved problems. Most useful elements are macroflora, spores and foraminifera. The macrofaunas are
less known as a whole with the exception of Brachyopods. The lowermost forrnations (Genicera and Barcalien-
te) are of the same age as their equivalents in the Fold and Nappe Region. In the Peña Redonda Limestone is
probably the transit between Bashkirian and Lower Moscovian, while calcareous beds above have always produ-
ced microfaunas of different Moscovian divisions (including probably the base of Myachkovian in the Modesta-
Oscura Unit). Macrofloras and spores give Westphalian ages in these units. More than one half of the Carbonife-
rous sequence (practically al1 the productive sucession) belongs t o the Westphalian D as the forms of this age
already appear in the upper part of the Tendeyón Unit and are frequent from the Caleras Unit. Nevertheless, the
uppermost levels of the sequence still pose some problems concerning its age since some authors assigned thein
to the Stephanian without any evidence of an intervening unconformity that could mark the beginning of this
stage. Modern studies tend t o set these levels in the Upper Westphalian D.
In spite of the existing knowledge on the age of this sequence it is not easy t o correlate the different beds
because of the sediment thicknesses, the lateral facies changes shown by deltaic environments and the complex
folding of the rocks. The only tonstein cited n p t o date (in the Sotón Unit) could be used as a reference leve1 in
that respect.
The Basin continues towards the South in Ihe so-'called Piedrafita-Lillo Basin in which lithology is relatively
different because of the predominant marine sedimentation of shales, limestones and sandstone beds with scarce
coal seams. Foraminiferal finds showed that Bashkirian and most of the Moscovian are represented as in the
Central Coal Basin.

XI.II.6 LOWER AND MIDDLE CARBONIFEROUS INTHE PONGA REGION

J. Truyols Santonja

Carboniférous sediments occupiy 1100 km2 in the Ponga Region, with intermediate characters compared
t o the Central Coal Basin and Picos de Europa Region. In the Ponga Nappe sections (San Juan de Beleño) which
is a characteristic structural unit of the Region, Carboniferous rocks lie on Lower Ordovician quartzites (in
general with a few Upper Devonian sandstones in between). In the lower part of the succesion there are, as in
the Central Coal Basin, the Genicera and Barcaliente Formations, with the Baleas and Vegamian Formations
misring. Nevertheless the last ones are present in other sections (Felechosa, Oseja de Sajambre, San Antolín)
below the Genicera Formation. On top of the Barcaliente Formation, there is a continuous condensed sequence
(30 m) of variegated shales known as the Ricacabiello Formation, rich in haematite and manganese nodules. It is
iolloi~edby the Beleño Formation, represenkd by a mo~iotonoussequence of shales and sandstones, the
carbonate Escalada Formation 200 m thick and the Fito Formation, made up of shales and limestones intercala-
tions. The total thickness of the Carboniferous sequence in San Juan de Beleño nearly reaches 1500 m and it
does not show the paralic character of the Central Coal Basin, but a marine environment with scarce continental
intercalations and coal seams.
Paleontological content of this unit and of its northeastern termination indicates that the Ricacabiello
Fm. belongs to the Namurian B and is in time, a lateral equivalent of the Valdeteja Formation and perhaps also
in part of the San Emiliano Formation. The Beleño Formation should correspond (although it hardly has any
fossils) to the Uppermost Bashkirian and Lowermost Moscovian since the superposed Escalada Formation bears
fusulinids of Podolskian age. Finally, the Fito Formation belongs t o the Upper Podolskian-Myachkovian.
A sequence similar t o the one in San Juan de Beleño appears in the Campo d e Caso Thrust between the
Ponga Nappe and the Central Coal Basin, with intermediate sedimentary ctaracter. The age of the different
formations is also intermediate. The Escalada Formation of the Ponga Nappe' is but the same lithostratigraphic
unit known in the Central Coal Basin as the Peña Redonda Limestone. Nevertheless, this forrnation was Upper
Bashkirian-Lower Moscovian in the Coal Basin, while in San Juan d e Beleño it is Podolskian and in the Campo
de Caso Kashirian-Podolskian.
The turbiditic sequence of Pendueles is of outstanding character. It is made u p of a 380 m thick sequence
lying on top of the Valdeteja Formation, predominantly calcareous in the lower part and terrigenous in the
upper one. The Foraminifers found throughout seem to point to an equivalence between the midfle part of the
same and the Escalada Formation, although the mutual relations are not yet established.

XI.II.7 UPPER CARBONIFEROUS WEST OF THE PICOS DE EUROPA

J. Truyols Santonja

Upper Carboniferous sequences are unconformable on older rocks because of the hercynian orogenic
activity. In the Cantabrian Mountains, West of the Picos de Europa, Upper Carboniferous sediments form
scattered outcrops depassing the Cantabrian Zone limits and spreading over the Narcea Antiform and the
West-Asturian-Leonese Zone. They are exclusively of terrestrial origin, with basa1 breccias, conglomerates, sands-
tones, shales and coal seams with cyclical development, without limestone formation. Sedimentation occurred
on a preexisting landscape due t o the hercynian uplift. I t seems probable that most of the presently isolated
outcrops would be originally connected in wider basins subsequently dissected. In the Picos de Europa and
Pisuerga-Carrion Units, where basal Upper Carboniferous shows u p (Cantabrian), lowermost beds sometimes are
of marine character and are less independent of the underlying Carboniferous sequence.
In the West-Asturian-Leonese zone, the most important outcrops are in the Bierzo (one of the widest in
NW Spain with 296 km2), Tormaleo, Ibias and Figueras areas. Fossil flora indicates a Stephanian B or B-C age. In
the Bieno, the total thickness can reach 1800 m. On the Narcea Antiform are the outcrops of Tineo, Cangas de
Narcea, Carballo, Rengos, Villablino and La Magdalena. With the exception of the Villabfino outcrop,, 9 5 km2 in
extent, the rest are not over 20 km2. The stratigraphic sucession is similar t o the former ones and the age also
Stephanian B or B-C. l

The La Magdalena Basin is also on the Narcea Antiform but seems t o be connected t o the basins related t o
the Sabero-Gordon Fault like the Ciñera-Matallana and Sabero, more than 100 km2 wide together and the best
known of the basins West and Southwest from Picos de Europa. The Sabero Basin contains 2500 m of sediments
and its fossil flora dates them as Stephanian B, although the lowermost beds in the Sabero Basin have brackish
horizons of the Upper Stephanian A.
Less important are the outcrops related t o the Leon Fault like the one in Puerto Ventana Pass where
Stephanian B floras have been found. Finally, there are scattered small outcrops of this age like the ones in
Arnao or Ferroñes North of Oviedo, whose interest is more historic that economic since they were arnongst the
.first ones t o be noticed in Northern Spain.

XI.II.8 CARBONIFEROUS OT THE PICOS DE EUROPA REGION

L. Sánchez de Posada and J. Truyols Santonja

The Carboniferous of the Picos de Europa Region is outstanding in the sense of being almost exclusively
made up of carbonates in an area 1000 km2 wide. These were originally atributed to the Mountain Limestone,
but investigations carried out in the last years showed up a much more complex sequence. The Carboniferous
succession lies on top of the Lower Ordovician quartzites or Upper Devonian Sandstones. In some instances, like
in the Nevandi River Section (Frontal Unit of the Southern Picos de Europa Area), it starts with the Las
Portillas Forrnation which is a lateral equivalent of the Baleas Formation. Follows the Genicera Fm. as in the
rest of the Cantabrian Mountains. In other sections like in Covadonga (Northern Picos de Europa Area), below
the Genicera Formation, only the Vegamian Formation is found, with the Las Portillas Formation mising On
top of the Genicera Formation, is always present the Barcaliente Formation followed by the Valdeteja Forma-
tion (both of which constitute the Mountain Limestone) although these two formations are not as easy to
separate in this area. On top of them is the Picos de Europa Formation, also made u p of carbonates and difficult
to te11 from the former one. This lithologic sequence belongs to the Lower and Middle Carboniferous and can be
more than 1000 m thick. The Lower Carboniferous has been determined in that Region mainly through the find
of Conodonts and the Middle Carboniferous through the Fusulinids. The Valdeteja Formation which would not
be younger than Bashkirina in the Western regions (and even used t o be older than Lower Bashkirian), can reach
the basal Moscovian as in the Nevandi section. The Picos de Europa Formation spreads generally along the
Moscovian, as a lateral equivalent of the Escalada Formation and also of great part of the Beleño Formation and
the whole Fito Formation of the Ponga Region.
Upper Carboniferous sediments in the Picos de Europa Region are also unconformable and with different
characteristics. In the Northern Area (Gamonedo-Cabrales) it is represented by a paralic sequence with conglo-
merates, sandstones, shales, limestones and some coa1 seams. In the base are Kasimovian faunas, and above it
Cantabrian and Stephanian floras. To the East (Panes), Upper Carboniferous sediments are marine with limesto-
nes at the base (Puentellés Formation) with Kasimovian faunas and turbidites on top (Cavandi Formation) of
the same age. To the South, turbiditic sediments prevail with big olistoliths, forming the Lebqña Formation of
Kasimovian age.
XI.II.9 THE CARBONIFEROUS OF THE EASTERN REGION (CANTABRIAN MOUNTAINS N.W. SPAIN)

E. Martínez Garcia; R. H. Wagner;L. Lobato;


L. Fernández and J. L. Alonso

The Eastern or Palentian Region of the Cantabrian Zone contains a wide vanety of Carboniferous sedi-
ments which are to some extent developed differently to those t o the West and North. These sediments occur in
four major successions separated by unconformities corresponding t o the Palentian, Leonian, Asturian and
Saalian tectonic phases (of Westphalian B, late Westphalian D, Stephanian A, and early Permian ages, respective-
ly). The pre-Palentian group of formations commences with a highly condensed carbonate succession, with the
occasional presence of siliceous shales at the base. These have been identified , rightly or wrongly, with the
Vegamián Formation further West. They are followed, disconformably, by nodular limestones, generally of grey
colour, although reddish limestones also occur. These limestones, only about 25 m thick, range in age from late
Tournaisian t o early Namurian, and contain at least two major stratigraphic gaps in the lower part. They are
identified with the Genicera Formation further West, and constitute perhaps the most constant lithological unit
in the entire Cantabrian Zone. They are followed by thinly bedded limestones of the Barcaliente Formation
which is succeeded in turn by the more massivelimestones of the Valdeteja Formation. Uplift taking place prior
to the deposition of the Valdeteja Forrnation eliminated most of the Barcaliente Formation in part of the
Palentian Region, particulary in the Sierra del Brezo and some nappe structures derived from the sarne general
area.
In a substantial part of the Eastern Region these early carbonate formations, of Namurian age, are not
exposed and the first Carboniferous rocks found are those of the Perapertú Formation, another carbonate
sequence dated as early Moscovian (and probable Westphalian A) and characterised, above all, by carbonate
debris flows in mudstones. Siliciclastics turbidites also occur in this formation. A fairly generalised uplift leading
to subaerial karst phenomena, separates this Perapertú Formation from another turbiditic succession, about
1.000 m thick, which contains mass flow conglomerates and also important sandstone intervals (Carmen
Formation). The Ruesga Fault (often regarded as the eastern continuation of the León Line but possibly quite
different) separates an area in the South where important uplifts occurred (leading t o the elimination of most of
the Barcaliente Formation and al1 of the Perapertú Formation) from an area in the Mrth where the succession
is more complete. This important thrust (on which later vertical movements occurred as well) brings different
facies realms into juxtaposition. North of the fault the condensed facies of Mississippian age are sligthly l e s
condensed. Uplifts were more severe south of the Ruesga Fault, and certain facieschangesoccurred which are
still rather pcorly understood.
The post-Palentian, pre-Leonian succession is also quite variable in different parts of the area but there is
no longer any trace of the shortening associated with the Ruesga Fault which must have been mainly a product
of the Paientian tectonic phase. The succession commences with the Curavacas Conglomerate Formation which
is strikiqly unconforniable on al1 earlier formations and which wolves both upwards and northwards from
fluviatile and generally terrestrial strata to submarine fan deposits with many hundreds of metres of m a s
transported quartzite conglomerates. Turbidite formations follow. These are called the Vaííes Formation in the
southeastern part of the area, and the Lechada Formation in the central part. Other formations in the same
group are the Coriscao (Lechada) Formation, constituted by 1.500 m of mudstones, greywackes, conglomerates
and limestones; the Panda Formation consisting of 100 m of limestone, and the Pandetrave Formation, a 900 m
thick turbiditic unit. In the southeaetern part of the area the turbidites of the Vaties Formation are followd by a
deltaic succession in the Vergaño Formation which includes several fusulinid-bearing limestones of late Mosco-
vian age (Podolsk, early Myachkovo), the most important of which is the Sierra Coriza Limestone at the top of
the formation. The age of the postPalentian, pre-Leonian succession ranges from late Westphalian B (Curavacas
Formation) t o early-mid Westphalian D (Vergaño Formation),
The post-Leonian, pre-Asturiar succession is representcd in the Guardo, La Pernía and Barruelo coalfields.
An angular unconformity and substantial uplift separates this succession from earlier rocks in the western part
of the post-leonian basin (¡.e. the Guardo Coalfield), but only minimal uplift took place in the eastern part
where the post-Leonian sediments rest paraconforrnably on the Sierra Coriza Limestone and equivalent strata.
A major syn-sedimentary fault, the Los Llazos Fault, formed the eastern margin of the basin during the first
part of its existence, separating close t o 3.000 m of mainIy siliciclastic sediments from c. 90 m of limestones laid
down on the carbonate platform east of the fault. The eastern part of this basin is predominantly marine, with
coarsening upwards sequences which are terminated, occasionally by coals, and calcareous intervals representing
more major transgressions. Later, after the Los Llazos Fault ceased t o be active, the eastern basin margin
subsided in conjunction vith a certain amount of fracturing and tilting and eastward expansion followed with
gradual onlap and thinning. The ralevant succession (Rozo, Ojosa, Verdeña and San Salvador formations) is
represented westwards, in the Guardo Coalfield, by alternating marine and terrestrial strata with a more impor-
tant non-marine component which increases westwards and northwestwards. A little over twenty formations are
recognised here on the basis of successive marine transgressions which a ~ v e - b 3 ? r r ~ o n i c a lcontro-
l y
lled. Progressive onlap in a general nothwesterly direction ís associated with an active basin margin on which
phenomena of mass flow occur.within valley fills which are up to severa1 hundred metres thick.
The age of these strata is late Westphalian D and early Cantabrian. I t is noted that the Cantabrian
stratotype, marking the base of the Stephanian Series, has been defined in the eastern part of the basin in the
predominantly marine succession of the Ojosa Formation. In its present definition, at the base of the Lores
Limestone, one of the more important calcareous intervals in the Ojosa Formation, the base of the Cantabrian
falls within a floral zone which incorporates the highest Westphalian D and basal Cantabrian. An earlier proposal
for the lower Cantabrian stratotype puts it at a higher level as represented by the predominantly terrestrial
deposits of the Ocejo and Tejerina formations in the northernmost part of the Guardo area. In this region
(Tejerina Syncline) the time-equivalent of the Ojosa Formation is not developed as a result of the progressive
onlap northwestwards in the Guardo area.
A generalised transgression is represented by the base of the Brañosera Formation in the eastern part of
the basin, and this can be traced weutwards and correlated with the base of the Taraaiila Formation of the
Guardo Coalfield. This corresponds in time to the later Cantabrian which equates t o the earliest Kasimovian of
the USSR clasification. Carbonate debris flows characterise the basal part of the Brañosera Formation in the
Barruelo and La Pernia areas. Subsequent turbidites are shallow water deposits followed by extensive mudflat
sedimentation with channel sandstones incorporated as lenticular bodies. These contain one or two partly
non-marine intervals with coals. With the first of these coal-bearing successions (Peñacorba beds), the Barruelo
Formation commences. This fonnation contains workable coals in the Peñarorba Member and, particularly, in
the Calero Member which progressively becomes less marine upwards. In between, and separated from these two
coal-bearing members by considerable thicknesses of marine strata, the Carboneros Member occurs. This consti-
tutes the Stephanian A boundary-stratotype. The Brañosera Formation is a little less than 1000 m thick, and the
Barruelo Formation adds u p t o c. 1200 m. The rate of sedimentation in small post Leonian basin appears to
have been c. 1000 m per million years.
In the Liébana area appear poorly dated successions which are largely turbiditic and wh.ch are unconfor-
mable with pre-Leonian strata. Large olistoliths of upper Westphalian D limestone occur in these successions
which are either post-Leonian or post-Asturian. It is not clear how these successions fit the known area of the
post-Leonian basin There is an assumption that they may be related t o the emplacement of nappe structures.
The post-Asturian succession is only represented by a small outlier at Peña Cildá in the Barruelo region,
where it overlies the lower Stephanian A deposits of the Barruelo Formation with a strongly angular unconfor-
mity. Its age is either late Stephanian B or very early Stephanian C. Another outlier, at Pico Cordel has been
dated as Stephanian C. Both are conglomeratic, particularly that of Peña Cildá, and the facies is entirely
non-marine. Further north, in the Liébana area, the San Mamés Formation has been described as post-Asturian.
It shows mainly shales and sandstones and contains a Stephanian B flora.
The Eastern (Palentian) Región is rather complex tectonically. After the various uplifts from Tournaisian
onwards, a strong compressional phase (Palentian Phase) of Westphalian B age produced isoclinal and recumbent
folds with a considerable amount of thrusting. Gravity slides produced stacked thrust slices and small nappes
with derivation from both northern and southern directions. One of the most iniportant thrust movements
occured on the Ruesga Fault which resulted in the juxtaposition of different stratigraphic realms. This is
particularly noticeable with regard t o the Devonian sediments but the pre-Palentian Carboniferous formations
also show this juxtaposition as a result of shortening by means of the Ruesga Thrust. This fault line later
suffered vertical movements.
The Leonian Phase, of Westphalian D age, only produced some minor folding, but considerable uplift in
the western part of the Region, and only very minor uplift in the eastern part. It is likely that its intensity
increased westwards and northwestwards.
The Asturian Phase, of Stephanian A age, produced an important decollement in the La Pernía-Barruelo
area, where the post-Palentian succession was sheared off a t the first incompetent level above the Curavacas
conglomerates. Its effect seems to have been mainly by gravity tectonics which produced folds of different
intensity, even t o the point where an open fold in the Guardo area can be traced laterally into a steeply dipping
isoclinal syncline. Rather spectacular isoclines, mainly synclinal, developed in the Pernia-Barruelo areas.
Late fold movements, of early Permian age, resulted in generally more open folds which cannot be judged
al1 that well in view of the limited amount of post-Asturian Carboniferous remaining in the area.
The vergence changes spectacularly at the Ruesga Fault which seems t o be one of the most important
fractures associated with the arcuate fold belt of the Cantabrian Zone. South of the Ruesga Fault the structures
verge northwards, whereas north of the fault a southern vergence is found. Interestingly, the Revilla-Mudá nappe
structures, of southern derivation, apparently crossed the Ruesga Fault, coming to rest on southward facing
structures in the autochthon. The Revilla Nappe is overlain in turn by the San Julián Nappe, of northern
derivation. The Asturian structures verge south- and southwestwards.
In Permian times and important fracture system originated along NW-SE, NE-SW and N-S lines.Finally, in
Tertiary times the whole Palaeozoic area was uplifted in the core of asymmetrical anticlines of Triassic rocks.

XI.II.10 SEDIMENTARY AND PALAEOGEOGRAPHIC EVOLUTION OF THE CARBONIFEROUS


IN THE CANTABRIAN MOUNTAINS

L. Sánchez de la Torre; J.A. Agueda Villar; J.R. Colmenero Navarro;


J. C. García-Ramos and J. González Lastra

This schematic palaeogeographic synthesis intends t o give a general overview of the evolution in time and
space of the predominant sedimentary environments and also of thetdepositional h'istory of the Carboniferous
sediments in the Cantabrian Mountains.
Devonian sedimentation occurs according a simple sedimentary model in the Cantabrian Zone: from an
eroded emerged area East of Asturias and Picos de Europa a centrifugd dispersion of sediments is established on
a wide low gradient epicontinental plattform with alternating terrigenous and calcareous deposits, unstable only
in the Upper Devonian. At the end of that System, there is narrow peripheral subsiding basin with active
sedimentation. When little terrigenous income occurs due t o erosive levelling of the s w c e area, bioclastic
material is redistributed with appearance of calcareous levels in between or atop of the Upper Devonian
sandstones (figs. 11.34 and 11.35).
In the Late Devonian this plattform slightly deepens towards the East although always over wave-base
leve1 with a restricted land area in the easternmost end near the present Picos de Europa region, producing
scarce terrigenous sediments. There is a remobilization of the previous detrital sediments on the plattform that
mix with bioclastic remains of the benthos colonizing the external zone. Then, two partially synchronic facies
develop, the first one in Central Asturias and Northern Leon, isolated from the plattform border and relatively
deeper, with a low productive calcareous environment (fig. I1.36), (Baleas Fm.,Late Famennian-Late Tournaisian);
the second one lies on the eastern plattform, flanking some land areas that produce little terrigenous sediments
and being made up of condensed black shales with phosphate nodules, chert and manganese(fig. II.37);(Vegamián
Fm., Early Tournaisian-Early Visean).
From the Visean onwards a homogeneization tendency occurs in sedimentation, with appearance of
carbonates in wide areas with a somewhat uniform thickness (Genicera Fm.), deposited in relatively shallow
environments with very low sedimentation rates on an apparently stable plattform (fig. 11-38).
In the Late Visean the sedimentation rate increases and there is a gradual transit t o a thick carbonate
formation (Caliza de Montaña or Mountain Limestone) which is Late-Visean-Narnurian A at the base and has a
diachronic top from Namurian B to Westphalian A.
In the Namurian A (fig. 11.39) sedimentation starts in a highly productive carbonate platform bound in the
W, S and SW by an external strongly subsiding furrow. Although the plattform is apparently stable, the eastern
source area of terrigenous sediments does not exist any more and a new one rises in the opposite end (to the
West) with production of siliciclastics whose distal turbiditic facies fill in the peripheral furrow centripetally
with longitudinal dispersion. From now on, the sedimentary model is reversed.
From the late Namurian A and in the Namurian B (fig. II.40), bioclastic bars grow on the external border of
the plattform while in the inner areas saline facies develop. At the same time, the Central Asturian Zone is
occupied by a depression filled with lagoonal sediments under subtidal conditions and in the external peripheral
furrow turbidites are still being deposited.
In the Namurian C (fig. 11.41) terrigenous deposits start invading partially in the NW and W the carbonate
plattform which is therefore reduced. On top of it there is a migration of tidal channels with intervening
bioclastic bars, yet with the great central subtidal lagoon. The partially turbidite-filled external furrow allows
fine terrigenous material t o be deposited on the plattform with appearance of prodelta and tidal flat facies
locally colonized by vegetation that will generate the first coal seams.
In the Early Westphalian A (fig. II.42), with a practically filled up furrow, the plattform is invaded by
terrigenous sediments from the eroded land area, giving rise to small deltas and tidal-flat deposits in the western
area, with development of a vegetation cover when sedimentation decreces that will give new coal beds often
covered by tidal flat carbonates. In central and central-eastern Asturias, the lagoon carbonate sedimentation
goes on and in the eastern and northeastern plattform borders, organic constructions are developed (alga1 reefs)
that finally close the great interna1 lagoon already being filled up in the west by clastic sediments. Some reef
barrier outflows produce turbidity currents towards the external furrow that has not yet been filled in the NE
and SE (fig. 11.43).
From that moment onwards, terrigenous inflow on the plattform increases with wide deltas, tidal deltas,
estuarine deltas and prograding deltas at the beginning (figs. 11.44 and 11.45)that progres~ivelyreduce the carbonate
environment towards the East (Picos de Europa). Most coal seams of the Central Coa1 Basin (Westphalian C-D)
are developed on the wide deltaic and tidal flats.
The basin reduction increases in the Cantabriam-Stephanian A, with local tidal delta facies with gravels of
emerging fluvial channels forming small fan-deltas that point to high topography towards the N-NW. In the
Eastern area (Picos de Europa) carbonate sedimentation persists with organic and bioclastic constructions. After
compartimentation of the Westphalian D-Stephanian A basin, unconformable terrestrial facies appear in the
marginal zones of the primitive Carboniferous plattform.

XI.II.ll CARBONIFEROUS STRUCTURAL EVOLUTION ,N THE CANTABRIAN ZONE

L.R. Rodrímez Fernández

The Hercynian Foldbelt in the northwestern part of the Iberian Peninsula defines a tight arcuate series of
structures, concave towards the E, which has been named either the "Knee of Asturias" o r "Asturian Arc". The
Cantabrian Zone (CZ) constitutes the core of this arc, which is characterized by a metamorphismless epidermal
deformation. Cleavage develops rarely and only a t certain given places.
The CZ has been subdivided into five large units (provinces) with rather different stratigraphic and
structural characteristics (Fig. 11.47). Some of these are constituted by a number of lower range units, coirespon-
ding mostly with decollement nappes (Fig. 11.48). This structural pattern was originated by the emplacement of
decollement nappes and thrust sheets together with associated folding, facing towards the arc core. Later folding
corresponded to both radial and longitudinal folds systems, which gave rise to a spectacular interference pattern
(JULIVERT & MARCOS, 1973).
The geometrical characteristics of these nappes have been described by JULIVERT (1971) and PULGAR
et al. (1981), who emphasized the role played by deep listric faulting of the Precambrian basement, resulting in
a generalized detachment of the Paleozoic succession, localized near the base of the Láncara Formation (early-
middle Cambrian). On the other hand, AMBROSE (1972), SAVAGE (1967, 1979), MAAS (1974) have in-
voked an exclusively gravitacional mechanism as the only possible driving force able to produce this structure.
The CZ constituted a stable shallow platform in precarboniferous times (Cambrian to Devonian) in which
severa1 periods of non-deposition and/or erosion have been recognized (mid-die-late Ordivician, Devonian). The
precarboniferous deposits define a wedge with its maximum thickness (2700 m ) localized near its S and W
margins. The transition from preorogenic t o synorogenic took place at the end of Devonian and lowermost
Carboniferous times, in which a progressive sinking of the entire region resulted in the formation of shallow
siliciclastic deposits (Late Devonian) and condensed series of lower carboniferous rocks.
Relatively stable conditions persist in Namurian times as demonstrated by the establisment, in most of the
CZ, of a shallow carbonte shelf, sunounded t o the S and W,by a turbiditic trough in which some evidence of
tectonic instability may be noticed (slumps, breccias) (Fig. 11.49).
The synorogenic Westphalian deposits show a complex distribution and evolution of the sedimentaw
environments in which they were laid down, and notable thickness and facies variations. Strongly subsiding
areas were localized in the Central Coal Basin (6000 m thick). Marine influxes were important in the lower part
of the succession and become persistent in the E (Picos de Europa area) (Fig. 11.50). This may be considered as the
result of migration of the tectonic processes towards the Asturian Arc core. Thick conglomerates, angular
unconformities and partial erosion processes can be seen witbin the Westphalian succession.
The first posttectonic successions are of late Westphalian D age. They were deformed as unconformable
covers by both large faults and reactivated former folds in the basement. Nevertheless, marine conditions persist
in the Asturian Arc core (Picos de Europa area) where the main tectonicevent occurred in early Stephanian
times.
In Stephanian times the CZ becomes the site of an important fault tectonics, which must be held
responsible for the distribution and deformation of the continental deposits of this age.
The relrtionships between nappe emplacement, late folding, the major unconformities have led to
severa1 proposals for the structural evolution of the CZ (de SITTER, 1962; WAGNER, 1965; JULNERT, 1971;
WAGNER & MARTINEZ GARCIA, 1974). These are mainly based on the supposition that every conglomerate
overlying unconformities corresponds t o a postorogenic deposit, and is correlated with a certain set of structures
with given trend and geometrical characteristics. Other authors emphasized the role played by large faults in the
tectonosedimentary evolution of the CZ (SAVAGE, 1979, 1980; KULLMANN & SCHONENGERG, 1977;
HEP'ARD & READING, 1980). They consider that these faults have been active since precarboniferous times,
and that the CZ does not respond t o a standard orogenic model, but to one in whicli gravity tectonics
dominates. Nevertheless, igneous rocks associated to these major fractures are always of !ate Carboniferous-Per-
mian age.
MARCOS & PULGAR (1982) proposed a tectonostratigraphic evolutionary model, based o n balanced
structure sections. They consider that the Carboniferous deposits from the Namurian onwards, constitute
diachroiiic clastic wedges related to the emplacement of major decollement units(Fig.II.Bl).These wedges
migrated towards the Arc core as the deformation moved forward.
The absence of unconformities in the successions of some of the clastic wedges suggest the existente of a
continuous tectonic activity (Central Coal Basin). On the other hand, the end of the major tectonic activity may
be considered the cause of the unconformities in other areas of the CZ.

XI.II.12 MINERAL DEPOSITS IN THE CARBONIFEROUS OF THE CANTABRIANS MOUNTAINS

C. Luque and E. Martínez Garcia

More than 50% of the mineral occurrences in the Cantabrian Zone of the Iberian Massif are in sedimenta
of Carboniferous age. The deposits can be of metallic character (Cu, Hg, Pb, Zn, Fe, Mn, As, Sb, Co, Ni, etc.) or
non-metallic (fluorite, barite and talc). The development of ore extraction begun in the Neolitic referred t o
copper and iron, and then proceeded during Roman times, mainly dedicated to mercury, iron and probably
leadzinc. The interest on minerals then decayed up to the XVIII centruy with the excepcion of small prospects.
Most occurrences were investigated and worked along the XIX century with regard to the metallic minerals. In
the first half of the XX century, also non-metallic ores were actively mined. The provinces of Asturias and
Leon were the second main producers of mercury and fluorspar of Spain for many years after W W 11.
Scientific knowledge of the mineral deposits underwent two main periods. The first one, mainly descripti-
ve before 1970, and the second of detailed studies of the mineralogy and geology of the occurrences after that
date, with contributions of severa1 spanish and foreign academic institutions and also of private and public
enterprises.
The mineral occurrences in the Cantabrian zone are described and its areal extent fiiured in the following
order: a) copper: mainly occurring in carbonates although some in terrigenous sedimente ydjacent t o igneous
rocks. In the Western Cantabrian Region, they are represented hy association of C.1, Co and Ni minei.4:~with
strong supergenic enrichment. The main minerals present are chalcopyrite, bornite, digeiiite, djurleite, chalcoci-
te, azurite, malachite, cobaltite, smaltite, erythrite, anabergite, marcasite, etc. etc. In the Central Cantahrian
Region, the parageneses include tetrahedrite, enargite, and chalcopyrite in fracture and karst fillings although
some skarn-type occurrences are present near gabbroic intrusions. There are also, in that Region, Cu, Co, Ni.
associations with erythrite, anabergite, heterogenite and tirolite.
In the Eastern Cantabrian Region, copper mineralizations are made up of chalcopyrite and arsenopynte in
quartz veins with some Au content and related to granodioritic intrusions.
h ) mercury: the showings are predominantly in the Carboniferous limestones, although some importani,
ones lie in siliceous hreccias. The more widespread parageneses are: cinnabar-pyrite-marcasite with sonr gaiene
and stihnite, cinnabar-realgar-orpiment with accessory fluorite, schwatzite, talc and native quicksilver, cinnabar-
stibnite-fluorite with some talc and livingstonite, and sphalerite-galena-barite-cinnabar.It is also related 1 3 some
manganese deposits of the Central Region. Most of the times is fiiling irregular cavities or fractures. In some
instances, arsenic has been an important by product of cinnabar mining.
c ) lead-zinc: the lead-zinc occurrences are mainly in the eastern end of the Central Region with also
severa1 ones in the Central Coal Basin, together with cinnabar localities. The most frequent parageneses are
sphalerite (caramel variety abundant), galena, barite and cinnahar, accompanied by greenockite, fluorite and
chalcopyrite. Secondary minerals include smithsonite, hidrocincite, hemimorphite, cerusite, anglesite, azurite,
malachite and goethite, together with the gangue minerals, calcite, ankerite, dolomite, fibrous aragonite, agalma-
tolite, quartz and chalcedony. Of the same type are the occurrences near Puente Viesgo (province of Santander).
In the Eastern Region there are two main mineralised areas, near Peña Labra and Triollo, in Carboniferous
limestones, with predominant sphalerite together with galena, pyrite and chalcopyrite. They occur as irregular
cavity and fracture fillings.
d) antimony: is generally in the neighborhood of the cinnabar occurrences, in the Central Coal Basin and
in the Riaño area of the Eastern Cantabrian Region, the latter occurrences being near granodiorite intrusions.
The two main parageneses are stibnite-cinnabar-pyrite-marcasiteand stibnite-pyrite. In the gangue, calcite,
ankerite, quartz, talc and fluorite can be present. They are usually found as irregular vein and fracture fillings.
e) irorl-manganese: almost always present in Carboniferous limestones. In the Westem Cantabrian Region
they are composed of an association of hematite, goethite and limonite predominating over manganese miiierals
(pirolusite, psilomelane, braunite, etc.) which in turn take over the former in occurrences of the Central Region
(Picos de Europa). Most of them seem to be related to karstic processes and appear as cavity or fracture fillings.
In other instances, they look stratiform included in Carboniferous limestones.
f) fiuorite: predominantly occurs in the Carboniferous limestones of the Western and Central Cantabrian
Regions, although those of economic importance are in the last one. It is always as cavity or fracture fillings
with strong evidence of beiiig related t o paleokarstic circulations under the Permian sedimentary cover. Fre-
quently associated are chalcopyrite and barite. In some instances liquid hydrocarbon inclusions are found in the
fluorite.
g) barite: widespread only in the eastern end of the Central Region (Picos de Europa), almost in every
Carboniferous carbonate forrnation. The main parageneses are barite, barite-cinnabar and barite-galena-sphaleri-
te-cinnabar-chalcopyrite. Frequent secondary minerals are: smithsonite, covellite, cerusite, azurite, malachite,
etc. Most occurrences are irregular, as karstic cavity fillings and fracture fillings.
h) talc: they are restricted t o the southern Western Cantabrian Region near Lillo-Tarna (province of
Leon) in connection with fractured zones. The main parageneses are: talc-chlorite-pyrite-dolomite and talc-fluo-
rite-pyrite-stibnite-cinnabar. They form irregular masses along tectonic structures and also are as veins and
irregular cavities in anticlinal hinges. Its origin has ben attributed t o silica and magnesium diffusion along
fractures from the surrounding rocks.
With regard to the genesis, mineralizaticins in the Carboniferous of the Cantabrian Zone are controlled by
lithology, structure and hidrotennal fluid circulation. The effect of lithology is clearly seen as nearly 80% of the
occurrences are in limestones. It is also t o be noted the importance of dolomitization, karstic erosion and
chemistry of the rocks. The relation with structure is evident from the association of most mineralizations with
the main fracture systems of the Cantabrian Zone: Falla de Ventaniella (NW-SE), Falla d e La Peña (NE-SW) and
associated fractures, and also to the Falla de Infiesto (E-W). They are also related t o hercynian thrust planes that
could move again later. Finally there are also cases in which mineralization is associated to fold hinges or limb
fractures.
Hydrothermal solutions circulated through al1 these fractures and karstic channels, depositing the ores in
them or replacing suitable horizons. The hot water circulation itself could create new karst cavities at the same
time under the cover of Permian sediments. The temperature of these solutions does not seem to have overcome
2oo0c.
The ultimate source for these solutions is t o be found in the igneous activity that seems t o have been
intense during Permian times in the Cantabrian Zone as can be deduced from the nurnber of small outcrops of
granodiorites and basic rocks that intrude older Paleozoics and from the contemporaneous alkaline volcanics. It ,
is to be noted the important role played by the Permian cover in the control of mineral occurrences, since these
are almost invariably near the pre-Permian unconformity. Its age is then very probably restricted t o the Permian
with the exception of some syngenetic iron and manganese occurrences that could have been remobilised by the
post-hercynian karstic processes. This mineralising event has recently been interpreted as related to the forma-
tion of a Permian continental "rift".

XI.111 CORDILLERA IBERICA

J. Villena and G. Pardo

Carboniferous occurrences in the Cordillera Ibérica are restricted t o the Sierra de la Demanda and Macizo
de Montalbán areas, and to two other small ones at Puig-Moreno and Henarejos (see fig. l ) , al1 of which will be
dealt here with, except for the last one which will be dealt with elsewhere in this book.
The Carboniferous succession in the Sierra de la Demanda, which lies unconformably on Cambro-Ordovi-
cian rocks, consists of two different lithostratigraphic units:
- Lower unit, constituted by three conglomerate bands separated by sandstone-mudstone alternations,
which locally include coa1 seams and flora rich beds towards the top.
- Upper unit, of thin-bedded sandstones and mudstones with abundant marine fossil remains. Th$
sometimes includes dolomitic lenses towards the top.
The vertical evolution of both the lithologic and textura1 characteristics allow subdivision of the succe-
ssion into five fining iivwards megasequences. On the other hand, the abundant flora in the lower unit (A, B,
and C megasequences) together with the fauna in the upper one allow the age to be established as Westphalian B
- Westphalian D, bearing in mind that the uppermost strata could even reach the Early Stephanian.
The Carboniferous in the Macizo de Montalbán consistsof a c. 1500 m thick terrigenous succession, in
which flysch facies sequences are included. This succession, probably unconformable over Devonian rocks, has
yielded the following genera of goniatites: Homoceratoides, Homoceras? , Reticuloceras, Gastriocems? , Agas-
triocera.s.lHudsonoceras y Proshumardites, which characterize the Namurian A, B, and C. The entire succession
commences near the Lower-Upper Carboniferous boundary and terminates at the Early Westphalian. Lower
Carbonferous rocks which have never been recognized in the outcrops, have been, however, identified as clasts
included in Upper Carboniferous:
The Carboniferous rocks of the Puig-Moreno occurrence are correlated to those of Montalbán on the basis
of both the lithological similarites and the available palaeontological evidence. Nevertheless correlations between
the successions at the Sierra d e la Demanda and Montalbán cannot be established as they represent sedimenta-
tion at different intervals within the Carboniferous.
The succession at Montalbán has been often considered as representing the flysch stage in the evolution of
a geosyncline, in which the emerged areas could be located S and SE of the present-day massif. Nevertheless, it
is here suggested that most likely most of the succession might represent from dista1 to proximal facies of a
siliciclastic shelf prograding onto a turbiditic slope.
The Carboniferous sediments of the Sierra de la Demanda, molassic in character, and postdating the main
Hercynian orogenic event, were laid down in deltaic and shelf environments.
XI.IV THE CARBONIFEROUS OF HENAREJOS (CUENCA) & MONTALBAN (TERUEL)

B. Meléndez; J. Talens: F. Fonollú and C Alvarez-Ramis

The Carboniferous Basin of Henarejos is knúwn since the end of the 19* centrury (CORTAZAR 1875,
1883) and its coal layer has been exploited with interruptions until 1960. The low quality coa1 from the mine
has been used in the cement factory of Buñol (Valencia).
The geological age of the basin was assumed by CORTAZAR t o be Westfalian and much later in 1941
FALCON and MADARIAGA said it was of Stephanian age, although the fossil flora they studied was rather
banal and didn't justify that determination.
In 1951 Prof. Dr. W.J. Jongmans determined the geological age of the basin with new recolections of
flora, assigning it t o the Stephanian, probably B. Lately in the study of the sheet 665 "Mira" of the Mapa
Geológico de España E: 1:50.000 (MAGNA), Drs. Talens and Fonolla have made a more detailed study of this
basin, stating that the Carboniferous is discordant over the Silurian and that it isa rather limnic basin with several
sedimentation cycles, one of which originated the exploited coal seam.
The fossil flora newly gathered has allowed t o add new species t o the ones already known giving more
precise knowledge of the geological age of the stratigraphic series. The age is some in between Stephanian B and
C with a strong tendency t o this late level. I t has been possible t o d o some palynological analyses in the lutites
interbedded in the sequence and also in the coals of the abandonned mine in spite of its anthracitic character,
because of its volatile content. The geological age suggested by the spore association corresponds also t o the
Stephanian B-C.
The coa1 exploited in the mine 20 years ago, can be considered as anthracitic meagre pit-coa1 with little
calorific power due t o the high ash content, up to 21%.
The Carboniferous stratigraphic series begins with a thick polygenic conglomerate with boulders of very
different sizes up t o 20 cm in diameter. The stratigraphic sequence has a continental character and it must have
settled in a limnic basin with severa1 sucessive sequences or cycles of sedimentation, in each one of which a coal
layer has been formed, even though only one of them is well developed, and has been exploited, since the others
are just simple "carboneros" (carbonaceous lutites).
The last sedimentary cycle, which corresponds t o the highest part of the stratigraphic series, is unequally
developed in various localities being inmediately covered by the Permotriasic basa1 conglomerate. This seems t o
point t o the existence of an erosive phase at the end of the Carboniferous.
In the lower part of the sandstones of the Bunt facies which covers unconformably the Carboniferous
formation there is an intercalated leve1 of lutites; in it some spores corresponding to the Permian have been
found.
The structure of the Carboniferous is essentially an anticlinal oriented in an E-W direction slightly flexed
towards WNW, whith dips in its sides around 30° t o the S and NNE.
The anticline is cut by a transverse fault of approximate direction N-S being al1 the formation covered by
conglomerates and coarse grained sandstones discordant over the Carboniferous with almost horizontal stratifi-
cation whose geological base is Permotriasic in Bunter facies.
The Carboniferous of Montalbán is in the "aragonian" side of the Iberian Cordillera, just on the NE of the
Teruel province somewhat north of this city.
The outcrop of Carboniferous rocks is almost 20 km long and 4 km wide, surrounded by Triassic
sediments and on the NW by impo'rtant Devonian sequences.
The contacts with these systems are almost everywhere by fractures or fracture systems.
The sediments present in the carboniferous outcrops are of flysch facies with an N150°E t o N130°E
orientation, with some graywackes and sandstones intercalated, topping each sedimentary cycle.
Some bad fossil plants rests have been gathered, .and have allowed to determine the age of the basin. Till
LOTZE (1929), the age of the outcrop was supposed first Devonian, later Silurian and finally Devonian again. In
1966 ORIOL RIBA, VILLENA and DESVALLIERES found Calamites and other evidences t o describe the
outocrop as Carboniferous. Simultaneously SACHER gathered Lepidodendron, Stigmaria, Calamrtes, Spherio-
phyllum and Trigonocarpus. and REMY deducrd lhat the age of the basin had to be Visean-Namurian.
Two years later SACHER in col;iboration with BERGER and KAUFMANN made a study with new
stratigraphic data. These were well established by RIBA, VILLENA and MALDONADO (1971) in the sheet
"Daroca" of the Synthesis Geological Map a l 1:200.000 scale of the I.G.M.E. They rrparate a Lower Carbonife-
rous with a calcareous flysch (possibly Visean) and a higber flysch made u p of sandstones of Namuro-Westpha-
lian age.
Again VILLENA et al. in 1979, in their study of the Carboniferous sedimentation describe the existence
of turbidites and hemipelagites, o n fining upwards stratigraphic secuences.
The Carboniferous stratigraphy, in spite of its tectonic complexity due t o t h e superposition of t h e hercy-
nian and alpine orogenies, seems t o be almost complete, with a Namurian calcareous lower flysch 1 8 0 m thick,
the arenaceous middle flysch of 1 0 0 mts of Westphalian age. Both of these series have shown badly preserved
plant rests, who justigy the geological age.
On these, it follows another thick series of arenaceous flysch of 1 5 0 m. and 1 8 0 m. of sandstones
grauwackes and schists. These series must belong t o t h e Stephanian althoug we have not yet found t h e fossils t o
justify it. But o n other hand we have found paleobotanical evidence that t h e last 50 m. of sandstones with
ripples and cross bedding o n t o p are clearly of Permian age.
On the whole Carboniferous outcrop they are found sills and dikes of cuarciferous diorites of fini-stepha-
nian age as is remarked by RIBA (1959) and DESPARMET e t al. (1972), as normally appear o n both sides of
the Iberian Mountains.

X1.V THE MARINE CARBONIFEROUS OF-THE SOUTH-PORTUGUESE ZONE

P. Florido Larafia

The South-Portuguese Zone occupies a band, 230 k m long and 40 km wide, extending from t h e western
part of the province of Sevilla in the East, through the province of Huelva and the Portuguese Baixo Alentejo,
up t o the Atlantic Ocean in the West. It is limited by t h e Beja-Aracena Geanticline in the North, and b y t h e
Quaternary and Tertiary fill of the Guadalquivir Basin in t h e South.
Devonian rocks in the core of anticlines and, p r e h m i n a n t l y , Carboniferous rocks are t h e only ones
represented in the South-Portuguese Zone, which includes the Spanish-Portuguese Pyrite Belt, one of the
world's famous metallogenic provinces, with more than 6 0 polymetallic sulphide mines and almost 300 manga-
nese mines.

STRATIGRAPHY
In general terms the marine Carboniferous of this zone consists of two different lithostratigraphic units: a
lower Volcano-Sedimentary Complex (C.V.S.) ranging in age frow.Tournaisian t o middle Visean, and an upper
turbiditic succession, so-called Flysch Group o r Culm Group, which is late Visean in age. The Carboniferous
overlies a thick Devonian succession consisting of mudstone-quartzite alternations, towards the t o p of which
some scattered limestone lenses have yielded a conodont fauna of Famennian age.
In those areas with little or no volcanic influxes the transition between the Devonian succession and the
Culm Group is marked by a terrigenous succession of mudstones, graywackes, quartzites and quartzwackes, that
have been grouped under the general term Devonian-Lower Carboniferous.

Volcano-Sedimentary Complex (C.V.S.)


In general terms the lithostratigraphic succession, from bottom t o top, may be summarized as follows.
- Initial acid volcanism (VI ). This is represented by both lavas and pyroclastic rocks, ranging in composi-
tion from acidic (rhyolite, dacite, quartzkeratophire) t o intermediate (keratophyre, trachyte, andesite). Someti-
mes it includes basic types. Black shale bands are frequently intercalated between successive volcanic layers or
are the lateral equivalent of them. This first acid volcanism is the principal polymetallic sulphides bearer in the
entire Pyrite Belt.
- Basic volcanism. This is constituted by spilites and basalts which frequently exhibit pillow-structures
and columnar jointing. Green t o violet tuffs are always associated t o this basic lavas, being rather characteristic
both their colour and porphyritic aspect.
- Iron and manganese oxide nodules-bearing sandstones, mudstones and quartzites. These crop o u t
continuously in both limbs ot the Puebla de Guzmán Anticiine, and locally in other sections in the Pyrite Belt.
They always underlie the second acid volcanism (V2 ).
- Second acid volcanism (V2). Towards the base it rnay be constituted by massive lavas together with
agglomerates and coarse-grained tuffs, but most generally it consists of fine pyroclastic rocks, specially towards
the top. The principal manganese mineralizations in the entire region are associated t o jasper lenses and purple
shales within this V2
- Purple shale marker band. This crops out continuously in the entire Pyrite Belt, always on top of the
V2. It consists fundamentally of cinerites with high haematite contents.
- Third or final acid volcanism (Vg ). This consists of agglomerates and polygenic breccia tuffs as well as
fine pyroclastic rocks. I t is weli-developed in the southern half of the Pyrite Belt, but is almost non-existent in
the northern half.
Culm Group
It overlies conformably the C.V.S. and consists of a thick monotonous succession of shales and graywa-
ckes in which two parts may be distinguished: a basal rather fossiliferous lutitic part, and an upper turbiditic
one, fossiliferous as well, in which proximal Tac Bouma sequences are predominant, although more dista1 Tbe
and Tce sequences are also locally present. This Culm Group is dated as late Visean, mainly on the basis of
Posidonomyas and Goniatites, but other remains of echinoderms, brachiopods, bivalves and cephalopods have
also been found.

DEFORMATION AND METAMORPHISM


The Hercynian orogenic event may be held responsible for the deformation of the Devonian and Carboni-
ferous rocks of the South-Portuguese Zone, in which the effects of three successive folding phases are recogni-
zable. These are most commonly refered to as the AsturianPhase (Westphalian-Stephanian). Both the first and the
second phases are the most significant in the construction of the regional structural framework. The strike of
the structures generated by both phases ranges from E-Wto N-120-E.
The first phase developed tight assymetric folds and related slaty cleavage (S1 ), facing southwards. This
phase also produced thmsts and reverse faults parallel t o the S Plane.
The second phase developed a fracture cleavage, locally slaty cleavage, associated to also assymetric open
folds.
The third phase, N-S in strike, produced saddle folds over the axis of previous ones.
Finally a late fracture phase may be recognized. This originated strikeslip faults, sometimes with several
kilometres displacement.
Metarnorphism took place simultaneously with the first folding phase. The metamorphic mineral assem-
blages characterizes the very low, and the low stages of metamorphism.

MINERAL DEPOSITS
Mineralizations in the Pyrite Belt may be divided into three main groups:
.- Polymetallic sulphide deposits.
- Manganese deposits.
- E i n ore deposits.
Both the first and second groups are syngenetic deposits of an exhalative-sedimentary type.
The polymetallic sulphide deposits, which are the most important economically, appear in three main
different environments:
a) As massive sulphide bodies near the extrusion centres of acid pyroclastic rocks.
b) As massive sulphide layers, the contituents of which have undergone a certain transport and rewor-
king, thus showing sedimentary structures (graded bedding, parallel and cross-lamination, slumping, etc.). The
host rock of these reworked sulphides is constituted most commonly by black shales.
c) As stockworks within and near the volcanic vents, thus below the deposits of type a.
The complex sulphide deposits are associated to the first acid volcanism (VI ). The reserves of sulphide
mineralization in the entire Pyrite Belt are estimated to be of the order of 750 millions tons, with the following
average tenors: 44-48% S, 37-44% Fe, 2-6% Cu-Pb-Zn, 0.5-1.5 g/t Au, 5-30 g/t Ag.
The Manganese deposits are associated t o the second acid volcanism (V2). No active workings are being
carried out at present on these deposits.
Vein deposits, though rather abundant, are unimportant economically. They are most commonly hydro-
termal mineralizations of copper, fluorine, lead-zinc and antimony.
XI.VI THE CARBONIFEROUS .OF SIERRA MORENA

Cecilio Quesada

From a geological point of view, the southwestern part of the Iberian Peninsula has been divided into
three zones with different stratigraphic, petrological and structural characteristics, viz. South Portuguese, Ossa-
Morena, and Central Iberian zones.
Carboniferous rocks are well represented in the South Portuguese Zone, which is dealt with elsewhere in
this book. In the Ossa-Morena Zone there are many scattered outcrops of Carboniferous-early Permian rocks,
representing three major intervals, viz. Tournaisian-Visean-earlyNamurian, Westphalian A, B, and D, and late
Stephanian-Autunian. In the neighbouring Central Iberian Zone Carboniferous rocks are of late Stephanian B
age, and Dinantian age.
Lower Carboniferous
Lower Carboniferous rocks in the southwestern part of the Iberian Peninsula are entirely marine, and
belong t o two different basins separated by an emerged landmass, elongate in a NW-SE direction. The only
exception t o the above statement is the lacustrine Valdeinfierno Coalfield which is located within the landmass
(mcct of the present-day Ossa-Morena Zone).
The southern basin, is represented by the occurrences in the South Portuguese Zone where the Carbonife-
rous rocks (ranging in age from Tournaisian to Westphalian) conformably overlie late Devonian strata. The Santa
Olalla de Cala occurrences being the only ones representing this southern basin within the Ossa-Morena Zone,
but here they postdate the principal deformation phases. The rest of the Lower Carboniferous rocks in both the
Ossa-Morena and Central Iberian zones belong to the northern basin, though they show strong structural
differences from one t o another.
In general terms the successions of every occurrence, although greatly variable from one to another, show
a number of similarities that may be summarized as follows:
- The basal strata, when exposed, consist of conglomerates and/or debris flows with continental appea-
rance, which lie unconformably on previously deformed and metamorphosed rocks of Precambrian or early
Palaeozoic age in the Ossa Morena Zone, and lie paraconformably on the Middle Devonian in the Central Iberian
Zone.
- Above these a generally shallow marine detrital succession crops o u t throughout the region, in the
lower part of which carbonate rocks are included locally. . .
- Volcanic extrusions, both basic and acidic, took place almost simultaneously with carbonate sedimen-
tation, concentrated along certain tectonic lines.
Although the available biostratigraphic evidence is still rather scarce, a preliminary attempt may be made
at a rough palaeogeographical model for the northern basin, at least for the late Visean which is the best
characterized palaeontologically. The most relevant features may be summarized as follows:
- In early Carboniferous times an emerged land area (island? , microcontinent? ) separated two (discon-
nected? ) basins, northeastwards and southwards respectively of the present-day Ossa-Morena Zone, that consti-
tuted the landmass.
- Terrestrial sedimentation occuned in fluviatile? and lacustrine basins. The Valdeinfierno Coalfield
constitutes the only available evidence of such sedimentation.
- The northern shoreline rain in a general NW-SE trend, as is demonstrated by the alignment of
proximal facies in this direction.
- In this northern basin, at least two lines existed along which volcanic activity took place. Both lines
constituted the most salient palaeogeographical features and controlled the most significant facies changes.
- The southern volcanic line, corresponding at present with the Villaviciosa-La Coronada magrnatic axis,
constituted a volcanic island alignment that allowed the formation of a lagoonal zone between it and the
continent, as represented by the Benajarafe Coalfield and its eastwards and westwards extensions.
- More or less active deltas were formed in near-shore areas, as represented by the Berlanga area and a
part of the Benajarafe Coalfield.
- The northern volcanic line, represented by the volcanic occurrences in the southern Pedroches Valley
(Varas-Guadalbarbo volcanic alignment) is not as significant as the former, since facies at both sides of it show
strong similarities. The variety of facies in the Pedroches Valley area (north of the volcanic Iine) is the most
important difference respect t o the "monotonous" Guadiato area (south of it). In both cases sedimentation
took place in a shallow continental shelf, in which storm surge ebbs were the principal mechanism of sediment
~UPP~Y

Westphalian
Westphalian strata in the Ossa-Morena Zone occur at three different separated places, viz. Peñarroya-Bel-
mez-Espiel Coalfield (province of Córdoba), Villanueva del Río y Minas Coalfield (province of Sevilla) and Santa
Susana Coalfield (Alto Alentejo, Portugal). Westphalian rocks lie unconformably on defonned older rocks, and
postdate al1 the important tectonic events in this region. Fault tectonics may be held responsible for the smooth
structure that they exhibit.
From a palaeogeographical point of view they represent terrestrial deiosition in fluviatil: -.id/or lacustri-
ne intramontane basins taking place a t three different intervals, viz. Westphalian A, Westphalian B, and Westpha-
lian D, for the Villanueva del Río, Peñarroya-Belmez, and Santa Susana coalfields respectively.
The Spanish Westphalian coalfields both contain the most important coal measures in the entire Ossa-Mo-
rena Zone having been extensively mined ever since the 18 th. century.

Autunian
Autunian rocks occur in the 0 b a - ~ o r e n aZone in generally rather small, disconnected outcrops in the
North of the Province of Sevilla. They appear in two areas separated about 30 km, viz. Guadalcanal-San Nicolás
del Puerto area, and Viar area, with rather different stratigraphic characteristics.
Autunian rocks are almost ubiquitously structureless. Faulting may be held responsible for the folds that
they rarely exhibit (Fuente del Arco Coalfield, Viar basin).
An Autunian age has recently been demonstrated for these rocks that had been often considered as either
Stephanian or late Westphalian-early Stephanian, and even Triassic. A late Stephanian age caniiot, however, be
excluded for those non-exposed basa1 strata, as demonstrated by the palynological assemblages that have been
recorded from boreholes in the Guadalcanal Coalfield.
Palaeogeographically the small occurrences in the Guadalcanal-San Nicolás del Puerto area belong most
likely to different parts of an unique lacustrine basin. On the other hand, most of the Viar basin succession
exhibits fluvial characteristics, and includes a lacustrine interval which is rather similar t o the lacustrine succe-
ssions of the other Autunian occurrences.
Notwithstanding the most salient characteristic of the Autunian in this region is the existence of a floral
mélange, both macroflora and palynomorphs, containing Cathaysian, Gondwana, and Angaran elements in
association with predominant Euramerican species. This singular fact has been interpreted as proving the
existence of a geographical link between the Ossa-Morena Zone and Gondwanaland and, since this singularity
does not exist north of the Ossa-Morena Zone a palaeophytogeographical barrier had necessarily to exist
between the Ossa-Morena and Central Iberian zones, the nature of which has not been established yet.

The Stephanian B of the Puertollano Coalfield


This coalfield is located in the Central Iberian Zone and is the northernmost Carboniferous occurrence,
containing the most important coal measures as well, in the southwestern part of the Iberian Peninsula.
Sedimentation is of alacustrine type with increasing fluvial influxes towards the top of the succession,
which also includes oil shale bands and tuffaceous layers in its lower part.
The age of the Puertollano coal-measures has been determined as late Stephanian B on the basis of
compression floras.

XI.VII THE CARBONIFEROUS OF THE PYRENEES

~ i c h e Waterlot
l and Jean-Marie CharIet

Several areas are separated in the description of the Carboniferous in the Pyrenean Mountains (Figs. VII-1,
2,3,4). Fig. VII.5 shows the general stratigraphic column of the Chain and Fig. VII.6 the Palaeozoic sequence in the
western Axial Zone. The Carboniferous sequence generally starts with shales interbedded between the Upper
Devonian "supragriotte" limestonesand the similar Carboniferous ones (Fig.VII.7 and 8). On top of thelimestones
lies with apparent conformity a sequence of lidites with phosphate nodules.
In the Basque Paleozoic massifs (Figs. VII.9, lo), five unitsare distinguished: Igounce, Mendibelza, Aldudes,
Labourd and Cinco Villas. HEDDEBAUT (1973) considers two areas with different stratigraphic development;
the western one (U1) with shales and conglomerates resting on probably Famennian limestones that crops out in
the Cinco Villas and southern Labourd, and the eastern area (U2) of Igounce, Mendibelza, Aldudes and southern
Cinco Villas made up of lidites, dark limestones and sandstones at the top (Fig. VII.ll). In the Cinco Villas Massif
(Figs. VII.12, 13) the Carboniferous sequence is made up mainly of shales and conglomerates with lidite and
quartzite pebbles.
In the areas to the west of the Axial Zone, between the Anie Peak and Torla, the Palaeozoic sequence is
resumed in fig.VII.14 after MARKS & WESINK (1970). Carboniferousrockscrop out in the upper Aragon Valley,
Urdos Basin and Bujaruelo Valley. In the Upper AragonValley,near the Canfranc Station (Figs.VII.l5,16,17 and
18) a ~ower'~arboniferous calcareous unit and an Upper Carboniferous terrigenous unit can be separated.
More to the East is the Plan des Etangs Syncline, spme 20 km long between Benasque and the Valarties
River. Here, Carboniferous sediments rest on top of the Devonian lirnestones. The sequence starts with 1 0 m of
Tournaisian limestones followed by a thick terrigenous sucession with sandstones, shales and conglomerates,
where the Proshumardites karpinskyi Rauser-Tchernoussova found, allowed datation as at least Namurian in
part, although the boundary with the Westphalian has not yet been described (Fig. VII.19). Somecalcschists are
intercalated in the upper part of the sequence. The structure of this syncline is shown in fig. VII.20. Its sedimentolo-
gical study allowed representation in block-diagrams like the ones of figs. VII.21 and 22.
In the Benasque, Cerler and Villanova areas (Fig. VII.23,24 and 25) Carboniferous sediments are made up of
black limestones, sandstones, graywackes and black shales similar to the Plan d'Etangs Syncline.
In the Torre de Capdella-Aguiro area, by the Flamisell River, westphalian shales, sandstones and conglo-
merates (Westphalian D according to MEY 1968) rest unconformably on folded Devonian sediments (Fig. VII. 26).
There are also some Stephanian deposits near Aguiró with floral remains.
Carboniferous sediments in the LLavorsi Syncline (Espot-Andorra Synclinorium) (Figs. VII.27,28) form a
long and narrow E-W band affected by different faults. Two main formations are described, the lower Mañanet
Fm. made up of variegated nodular limestones with red and green shales and the upper Ción Fm. of predomi-
nant black shales. The first one was dated as Eifelian to Visean by means of conodonts by BOERSMA (1973).
The Ción Fm. has not yielded organic remains yet.
In the area of Feixa-Castellas-Espahent, the Carboniferous is represented in a band 1 5 km long and 6 km
maximum width. It rests on top of the Devonian "supragriotte" limestones, and is made up of black shales,
Iimestones, lidjtes, sandstones, mcroconglomerates and crinoidal limestones, with some conglomerate levels
(Figs. VII.29. 30). They are afferted b j ,W verging isoclinal folds and faults (Fig.VII.31).
With regard to Stephanian deposits in the Pyrenees, most of them are of molassic character, clearly
unconformable on older Palaeozoic terranes, with frequent coal seams and floPal remains. They belong to the
lower part of a post-orogenic sequence whose upper part is occupied by the Permo-Triassic deposits. A general
correlation scheme is shown in fig. VII.32. Asexamples we can refer to the Collado de Portalet sequence, where
there are volcanics of Stephanian age cutting through it, the Enviny sequence (Fig. VII.33( with shales, sandstones,
limestones and coal seams, and the San Juan de las Abadesassequence of major economic importante (Fig. VII.34).
Coals from these basins vary in volatile content from 3,2 at Portalet to 16,5 in San Juan de las Abadesas.
Nevertheless, the influence of volcanism in coal rank does not seem to have been important.
Magmatic intrusion took place in the Pyrenees during the Asturian folding phase, with emplacement of
more than twenty granitic batholiths, some of them of great volume like the Maladetta and Mont-Louis-Andorra
examples (Fig.VII.35). Mineralogically range from granodiorites to monzogranites intruding non metamorphic
pre-Stephanian terranes with production of contact metamorphic aureoles. Permo-Triassic conglomerates fre-
quently bear granite pebbles from the erosion'of these batholiths.
As example, the Maladetta ~ a t h o l i t h(Fig. VII.36) can be described, following CHARLET (1979). It is a
complex granitic mass of 400 Km2 with mafic components (Tahull facies) medium grained granodiorites
(Maladetta granodiorite), coarse-grained amphibole-bearing granodiorites, biotite-amphibole porphyritic granites
and oriented granites. Two main units can be separated according to mineralogical composition: the central and
eastern Bohi Unit with coarse-grained biotite-amphibole granodiorites and granites, and the western Aneto
Unit of biotite-muscovite-cordierite granite and medium-grained biotite amphibole granodiorites. The intrusion
seems to have generated microfolds with associated schistosity (S2).The contact metamorphism is post-Westpha-
lian and pre-Permian. Absolute age determinations give 277 f 7m.y. according to MICHARD-VITRAC et al.,
(1979).
Contact metamorphism produced in the Devonian calcareous -pelitic sequence paragenesis like idocrase-
diopside-wollas tonite-grossularite and also actinolitel-epidote-calcite. Actinolite is parallel t o S2. Also a late
paragenesis actinolite 2- calcite-epidote-iuartz is related to a deformation episode. In the Devonian and Carboni-
ferous pelitic sequences, andalucite and cordierite are the most common minerals, although also almandine has
been reported in Devonian biotite hornfelses (CHARLET 1977). The Silurian ampelitic sequences show chiasto-
lite passing to sillimanite at the granite contact and a late paragenesis with muscovite-quartz. In conclusion, the
almandine paragenesis seems to be related to early mafic precursors. Biotite-amphibole granodioritic intrusions
give rise to high temperature parageneses with andalucite-sillimanite. Cordierite granites are associated to scapo-
lite parageneses, and epidote-actinolite o r epidote-chlorite are related t o a late deformation episode. Neither
almandine nor scapolite are present in the Bohi aureole.
With regard to the intrusive types, the "Tahull mafic facies" ( y i ) are made up of augite-hypersthene
gabbros and norites to quartz gabbros and diorites. They are more frequent in the Bohi Unit. Granodiorites and
granites 7 2 are separated into three varieties, biotite-amphibole granodiorite y2h gradually passing towards the
centre to biotite-amphibole coarse-grained porphyritic granite yz, and making up most of the Bohi Unit, and a
medium-grained biotite-amphibole granodiorite yza predominant in the Aneto Unit.
In the Bohi Unit there are smaller masses of medium grained biotite granites with frequent cordierite or
muscovite and crystalline rocks inclusions. They are subdivided in severa1 types like the Tredos granite finer
grained and free of muscovite and cordierite (Y~~), the Beciberri granite, porphyritic and melanochratic (y3b),
thc leucocratic Cirques granite (yad), and the Arties granite ( y3c ), medium-grained and porphy ritic with biotite,
muscovite, cordierite and alkaline feldspar megacrysts. In the northern border of the Aneto granite, there are
also fine-grained cordieritic lecucocratic granites (Table 1 ) .
In the associated vein complexes severa1 facies can be separated: a heterogeneous facies with blocks and
xenoliths of mafic rocks embedded in an aplitic matrix with rare cordierite (y"3), aplites with turmaline nodules
or spots and cordierite ('yU4), aplites and graphic pegmatites (S65),pseudobasaltic rocks (7-6) and the potassic
Cumbres microgranite ( ~ " 7 ) .
In the Bohi Unit, the aplo-pegmatitic complex is very thick and extends more than 10 km (Cavallers
Complex), with metric t o decametric aplite veins as horizontal laminae intrusive in the granodiorites. The
potassic microgranites are absent in this unit but very frequent in the Aneto Unit, where the aplo-pegmatites
adopt a concentricaliy zoned disposition. The complex is cut by mafic veins in an aplitic matrix.
Oriented granites show up around both Bohi and Aneto Units, with parallel disposed biotite, amphibole
and feldspar megacrysts and also with elongation of basic xenoliths.
There are severa1 kinds of xenoliths in the Maladetta granite: wallrock fragments, basic rocks, crystalline
rocks and biotite-rich rocks. The wall-rock fragments are from kilometric t o centimetric and appear mainly in
the western part of the batholith with hornfels facies. Basic rocks are frequent and mainly within y2 facies, in
special at the r2-y3 contáct in the Aneto Unit, with some xenolith septa. Crystalline rock fragments and
biotite rich rocks are more frequent in the y3 facies.
The Maladetta Massif has been locally sheared with mylonite production along some great fracture lines
like the Noguera Ribagorzana Line between the Bohi and Aneto Unit. and the fault zones of San Nicolau river,
Ratera and Baños separating the Bohi Unit in four tectonic blocks (Table 2): Capella de Santa Rita, Noguera de
Tor, Capdella and Estany Gerbe.
It can be concluded that the y3 facies is later and intrusive in y2, and gave rise to different smaller masses
from granites t o aplo-pegmatitic vein types in the former.

KV111 CARBONIFEROUS IN THE CATALONIAN COASTAL RAGES

P. Anadón; M. Julivert and A. Sáez

The Carboniferous sequence in the Catalonian Coastal Ranges starts by black cherts (10-20 m) with
phosphate nodules. Overlying the cherts, there is a horizon (15-30 m) of red and green shales with interbedded
limestone layers of variable thickness. Conodont and trilobite faunas indicate a Visean age. Above, there is a
thick terrigenous sequence showing the typical culm ( d y s c h ) facies, characteristic of the Hercynian syntecto-
nic deposits. In the southern part of the Catalonian Coastal Ranges (El Priorat), the culm sequence r&ches a
thickness of more than 2000 metres. The Visean-Namurian boundary has been determined in El Priorat, from
conodont faunas found in a limestone bed interlayered in the lower part of the culm sequence. In consequence,
a Namurian age has to be accepted for most of the culm sequence, although its lowermost part is still Visean and
its upper part could be Westphalian.

XI.IX CARBONIFEROUS OF MENORCA

A. Obrador

The Carboniferous is widely represented at the island Menorca. From a lithological viewpoint two ensem-
b l e ~can be distinguished: a lower ensemble dominated by autochtonous sedimentation and an eminently
turbiditic upper ensemble. The sediments ascribed t o basa1 Carboniferous are constituted by radiolarites, carbo-
naceous lutites, phosphatic nodules (associated both with the radiolarites and the carbonaceous lutites, micritic
limestones and red lutites. They represent an eminently not detritic lithological section up t o Upper Visean.
Locally the uppermost Devonian horizons add the transitional Devonian -Carboniferous horizons areassociated
with eruptive basic rocks (spilites and dolerites). This fact and the nature of the contact between Devonian and
Carboniferous, almost always tectonized, led BOURROUILH (1973) to state the possible existence of an
stratigraphic gap between them.
The Carboniferous upper horizons (Culm facies) correspond t o turbiditic sediments closely related t o
submarine canyons and adjoining sedimentary areai (OBRADOR et al., 1978) that in certain places and specia-
lly in the lower horizons are closely related t o calcareous sedimentation, thought t o be autochtonous (BOU-
RROUILH, 1973). The study of paleocurrents and of the composition of the Devonian and Carboniferous
sandstones and greywackes by HENNIGSEN (1982) shows that the source area was situated t o the north and
not t o the south, like generally was admitted.
The few "in situ" or reworked fossii remnants in the Culm facies point out that this facies ranges from
Upper Visean t o at least Namurian B with thicknesses greater than thousand meters.
The emersion of the Paleozoic series of Menorca must have taken place during the Upper Namurian -
Lower Permian times and promoted the injection of quartz-keratofires. This fact is congruent with the idea
about the existence of a rigid basement next t o the surface (BOURROUILH, 1973).

X1.X THE CARBONIFEROUS OF THE BETIC CORDILLERA

Hans-Georg Herbig

The non-metamorphic Palaeozoic of the Malaguide unit of the Betic Cordigera is a basinal sequence. ~ l a t y
limestone of Silurian an Devonian age represent Santi Petri Formation. Lidites of Tournaisian age, La Falcoíía
Formation, are followed by greywackes, shales and intercalated conglomerate lenses, Almogia Formation. It is
of Visean to post-Bashkirian age. The overlying Marbella Formation is a post-Bashkirian debris-flow deposit.
Al1 non-metamorphic rocks of the Malaguides are sediments deposited in deeper water below wave base.
The total absence of fossils in the barren limestones of the Santi Petri Formation contradicts the interpretation as
shelf deposits (BOURROUILH & GORSLINE, 1979). On the other hand the existence of olistoliths and some
flysch characteristics point t o the existence of a continental slope. The Santi Petri Formation, therefore is'
interpreted as a calcareous, flyschoid unit, deposited on the lower continental slope or at its base; environmental
conditions did not change between the Lower Silurian and the Upper Devonian. The palaeogeographic and
tectonic source of the limestone olistoliths is unknown. During the Tournaisian (La Falcoña Formation) terres-
trical influence ceased. Radiolarian oozes and locally carbonate oozes were deposited within a pelagic basin. This
means, that during Upper Devonian times the continental slope regraded and the basin became enlarged.
Probably in this context diabase dykes and sills intruded the tension zones. At the beginning of the Visean, the
flyschoid sedimentation of the Almogía Formation started. The coarse detritic sediments of the Retamares
Member indicate orogenetic movements and strong erosion in an unknown hinterland (Sudetic phase? ). At the
same time, the continental slope prograded and the size of the Carboniferous basin was reduced. The association
of greywackes, conglomerate lenses and limestone-olistoliths in the Retamares Member suggests a sedimentation
within a canyon-fan-system on the lower part of the continental slope. At he transition to the "Olive Shales" a
lower fan to basin plain sedimentation became reestablished, characterized by the typical deep-water ichnogenus
Dictyodora liebeana. In post-Bashkirian times the debris flow sedimentationpf the Marbella Formation indica-
tes a new tectonic? instability of a hinterland, in which magmatic and metamorphic rocks were eroded and
transported t o a strongly differentiated carbonate shelf. Shortly afterwards, these rocks were eroded together
with the shelf limestones and re-deposited as submarine debris flow sediments within the upper part of a
canyon-fan-systems. The Marbella Formation, therefore documents the progradation of an orogenetic front
from an hinterland area to the basin margin. The hinterland is supposed t o be connected with the African plate
(BOURROUILH & LYS, 1977; BUCHROITHNER et al., 1980). Shortly afterwards the orogenetic movements
started within the sedimentation area and Palaeozoic sedimentation ceased. Late Hercynian movements (Asturic
phase? ) are responsible for fracturing and gentle folding. Some magmatic intrusions originated. The Palaeozoic
rock sequences were elevated above sea leve1 and after times of erosion and non-sedimentation the sedimenta-
tion of the terrestrical rebdebs of the Permotriasic Saladilla Formation started.
EL PERMICO EN ESPAÑA

Coordinadores: C. VIRGILI & A. RAMOS

con la colaboración de:

A. ARCHE, J. BROUTIN, J. GISBERT, E. MARTINEZ, M. NAVIDAD,


A. OBRADOR, O.J. SIMON, A. SOPEÑA, H. VISSCHER
1 INTRODUCCION

Carmina Virgili

Departamento de Estratigrafía. Facultad de Ciencias GeolÓgicas. Universidad Complutense. Madrid-3.


1 INTRODUCCION

1.1 ANTECEDENTES En 1974 (SOPERAet al., 1974) se en-


cuentra por primera vez una macro y micro-
El conocimiento del Pérmico en España flora autuniense en el Centro de España (Re-
es reciente y aún incompleto. Aunque existen tiendas-Prov. de Guadalajara). La exacta situa-
referencias bibliográficas muy antiguas (J A C - ción estratigráfica de estos niveles (S OPERA,
QUOT, 1866; P E R E Z D E C O S S I O , 1920; 1979) permite conocer el inicio de la sedimen-
G A V A L A , 1927; D A L L O N I , 1938) 10s datos tación pérmica en la Península.
significativos no aparecen hasta los años 70 Muy pronto ( R A M O Set al., 1976), a po-
(véase bibliografía en V I R G I L I e t al., 1973; co más de 100 Km al este de los afloramientos
V I R G I L I et al., 1976; SOPERA et al., 1977; citados, se describe también una microflora
V I R G I L I et al.,'1980). Autuniense en unos niveles cubiertos en dis-
Hasta comienzos de los setenta, e incluso cordancia por series rojas también pérmicas y
posteriormente, muchos afloramientos pérmi- a su vez recubiertas en discordancia por el
cos habían sido confundidos con el Carboní- Buntsandstein.
fero o el Triásico ya que los criterios de carac- En el Pirineo (NA G T E G A A L , 1969) es-
terización eran fundamentalmente litológicos. tudios estratigráficos detallados permiten si-
Así las series rojas eran atribuidas indistinta- tuar adecuadamente los yacimientos de flora
mente al Trías y al Pérmico, mientras que la autuniense descritos por D A L L O N I (1938).
presencia de rocas volcánicas era un criterio Los estudios estratigráficos permiten ver
que se utilizaba para caracterizarlas como Pér- las relaciones de estos niveles con el Stepha-
micas o Carboníferas. Sin embargo no son ra- niense infrayacente así como con otras forma-
ros los afloramientos, cuya edad pérmica se ha ciones pérmicas más altas que pueden estar
demostrado posteriormente, que se considera- discordantes sobre ellas. Todo este conjunto
ban incluso terciarios. es recubierto también en discordancia por el
El estudio de las macro y microfloras en- Buntsandstein.
contradas en las series, así como la determina- En el borde meridional de la meseta, en-
ción de edades absolutas de rocas volcánicas tre las provincias de Sevilla y Badajoz, el estu-
( H E R N A N D O et al., 1980), ha permitido una dio de unos interesantes afloramientos conoci-
revisión de todos estos conceptos y un plan- dos desde antiguo ( G A V A L A1927) , permite
teamiento adecuado de los problemas. ( B R O U T I N1977,, 1981) caracterizar el Autu-
niense en unos sectores en que aparece en
continuidad con'el Stephaniense.
1.2 CARACTERIZACION PALEONTOLO- Por todo ello, a finales de los aiios seten-
GICA DEL PERMICO ta, se consigue una primera aproximación al
conocimiento del Pérmico de la Península,
En 1971, B O U L O U A R D & V I A L L A R D ( V I R G I L I et al., 1976; S O P E R A et al., 1977),
aportan por primera vez pruebas de la presen- al demostrar la edad pérmica de unos potentes
cia de una microflora Thuringiense, aunque conjuntos detríticos que descansan discordan-
la exacta situación estratigráfica de los niveles tes por debajo del Buntsandstein.
que la contienen no es resuelta por estos auto- En los materiales pérmicos abundan las
res. rocas volcánicas y su sedimentación está pro-
fundamente marcada por la tectónica tardi- ción, es siempre posible intentar una cartogra-
hercínica. La sedimentación se realiza en fía o inventario de los afloramientos pérmicos
cuencas aisladas limitadas por accidentes que con flora autuniense o con rocas volcánicas
continúan en movimiento durante el depósito. cuyas edades absolutas permiten atribuirlos al
El comienzo del depósito del Buntsands- Pérmico y también de otras series estériles pe-
tein representa una generalización de la sedi- ro cuya edad pérmica viene probada porque
mentación en la Península Ibérica y el co- aparecen discordantes por debajo del Bunt-
mienzo del ciclo sedimentario mesozoico. sandstein.
Sin embargo, a partir del momento en
que se ha demostrado que en algunos puntos
de la Península Ibérica la base del Buntsands-
1.3 NUEVOS DATOS SOBRE EL LIMITE tein puede corresponde al Thuringiense, mien-
TRIASICO-PERMICO tras los niveles más altos del Buntsandstein,
pueden corresponder al Trias inferior omedio,
El hallazgo de nuevos yacimientos con se ha planteado un grave problema cartográfi-
microflora Thuringiense ( R A M O S & D O U B IN - co. La discordancia palatínica ya no puede
G E R , 1979; R A M O S , 1979) aporta nuevas utilizarse como criterio para'delimitar el Pér-
precisiones al conocimiento de la delimitación mico del Trías. Por el momento no existe nin-
entre el Pérmico y el Triásico. En distintospun- gún nivel guía cartográfico que pueda afirmar-
tos, la flora thuringiense apareció por encima se que señala este límite. Es posible que estu-
de la discordancia que separaba el Buntsands- dios estratigráficos detallados de áreas concre-
tein del Pérmico infrayacente. tas permitan encontrar criterios de delimita-
Esto permitió afirmar que en muchos lu- ción, que quizás más tarde puedan generalizar-
gares el depósito del Buntsandstein con el que se a áreas más amplias. Pero por el momento
se inicia el ciclo sedimentario mesozoico se esto no es posible.
produce ya a finales del Pérmico. Es decir, la
discordancia palatínica que separa el Bunt- 1.4 DISTRIBUCION DE LAS AREAS ES-
sandstein del Pérmico infrayacente no está TUDIADAS .(Fig. 1.1)
exactamente en el límite entre el Pérmico y el
Trías, sino que es intrapérmica. Este hecho ya Por este motivo, al redactar este libro del
había sido señalado en otros lugares (G E IG E R Pérmico en España se ha renunciado a realizar
& H O P P I N G , 1968; V I S S C H E R , 1973) pero una síntesis de los afloramientos y se remite a
probablemente en ningún lugar del mundo es- los esquemas presentados por los distintos au-
te hecho puede observarse con la nitidez y tores para cada área.
espectacularidad que en el centro de la Penín- Las áreas a que se refiere cada capítulo
sula y en la rama occidental de la Cordillera no pretenden ser unidades con una caracteriza-
Ibérica (V IRG ILI et al., 1980; V IRG ILI et al., ción paleogeográfica bien definida y distinta
in lit). de las demás. Lo son sólo hasta un cierto gra-
Es muy importante señalar que el co- do, en otro representan áreas de trabajo de un
mienzo de la sedimentación del Buntsandstein determinado equipo para los que se podían
es completamente heterócrono. Se ha com- ofrecer síntesis coherentes.
p r o bado que fosiliza importantes relieves Tampoco se ha pretendido ofrecer un in-
( H E R N A N D O , 1977). Además, como ya se ha ventario exhaustivo de todos los afloramien-
indicado, en algunos casos sus niveles basales tos, y se han omitido algunos señalados en
contienen flora Thuringiense ( R A M O S , 1979) anteriores síntesis ( V IR G IL I e t al., 1976;
y en otros Landiniense ( S O P E R A , 1979). V IR G ILI et d., in iit.), pero que están poco
A partir de estos hallazgos es preciso re- estudiados o son de significación dudosa.
plantear cualquier intento de cartografiar los Dada la importancia de los procesos y
afloramientos pérmicos de la Península. materiales volcánicos durante el Pérmico, ha
A pesar de que hay algunos afloramien- parecido indispensable dedicarles un capítulo
tos poco conocidos o con problemas de data- aparte.
ZONA 1

SISTEMA CENTRAL Y / )

LA MESETA

Fig. 1.1.- Distribución d e ha áreas estudiadas.

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2 EL PERMICO DE LA CORDILLERA CANTABRICA

Enrique Martínez García

Departamento de Geotectónica. Facultad de Geología. Oviedo.


2 EL PERMICO DE LA CORDILLERA CANTABRICA

2.1 INTRODUCCION Y ANTECEDENTES depósitos pérmicos en base a criterios paleo-


botánicos y estratigráficos. Asimismo se debe
Con anterioridad a S c H U L z , algunos au- citar el hallazgo de una flora de edad Stepha-
tores como B U V I G N I E R (1839) y P A I L L E T - niensePérmico en la Cuenca Carbonifera en-
T E (1845) citan la presencia de materiales tral ( G E R V I L L A et al., 1978) que permite
"triásicos" en la Cordillera Cantábrica, en los ampliar los conocimientos sobre la evolución
que quizás engloben a los pérmicos que serían de la sedimentación en este Sistema. Por Últi-
distinguidos más tarde. En su excelente des- mo M A R T I N E Z G A R C I A & T E J E R I N A (in
c ripción geológica de Asturias, SC H U LZ litt.) y M A R T I N E Z G A R C I A (1981a) indican
(1858) atribuye erróneamente al Pérmico las la estrecha relación de la sedimentación y tec-
calizas del Sueve, debido a su aparente posi- tónica pérmicas con las abundantes minerali-
ción sobre materiales del Carbonífero pizarro- zaciones existentes en la Cordillera Cantábri-
so. B A R R O IS (1882) es el primero en descri- ca.
bir rocas pérmicas en diversos puntos de Astu- En la actualidad sin embargo, no se dis-
rias (Villaviciosa, Langreo), entre los que in- pone de un estudio detallado de la extensión
cluye algunas rocas volcánicas o "mimófiros". y estratigraf ía de los materiales pérmicos en la
A D A R O (1914) presenta diversos cortes de Cordillera Cantábrica por lo que nos referire-
estos materiales, en Viñón (Villaviciosa), Gar- mos a observaciones .puntuales y regionales
gantada (Langreo), etc., como triásicos, por su efectuadas principalmente por el autor.
aspecto en general rojizo. El primero en mos-
trar la existencia de fósiles de edad pérmica en
Asturias es P A T A C (1920) al describir varias
plantas de esta edad provenientes de un trans- 2.2 ENCUADRAMIENTO GEOLOGICO
versal minero en Puente Bergueres (Siero).
' Para la de.scripción de los afloramientos
Con posterioridad M E L E N D E Z (1950, 1952)
atribuye esta edad a los materiales rojizos con- utilizaremos la subdivisión de la Zona Cantá-
siderados como triásicos en la vertiente norte brica ( L O T Z E , 1945) en las siguientes regio-
del Sueve, cerca de Colunga, sin pruebas pa- nes (Fig. 2.1):
leontológicas. Desde entonces sólo existen re-
2.2.1 REGION OCCIDENTAL O ASTURIANO-
ferencias de carácter general a la existencia de
LEONICA
"probable Pérmico" en el sector de Villavicio-
sa, cuya estratigrafía y petrología es descrita Su límite occidental es una línea que
con detalle por P R A D O (1972), y se conside- comienza en el Mar Cantábrico a la altura de
ran como triásicas o "permotriásicas" todas San Juan de la Arena y pasa al O de Cangas de
las formaciones de color rojizo que descansan Narcea hasta La Magdalena, donde se oculta
en discordancia sobre los materiales afectados bajo la cobertera mesozoica y terciaria de la
por la orogénesis herciniana, hasta que los tra- Meseta. Este es un contacto tectónico entre la
bajos de JONG (1971), M A A S (1974), M A R - Zona Cantábrica y la Zona Asturoccidental-
T I N E Z G A R C I A (1981b, in litt.) y W A G N E R Leonesa que pone en contacto materiales de
& M A R T I N E Z G A R C I A (1982) permiten es- estratigrafía diferente, con porfiroides en la
tablecer la edad y distribución regional de los Zona Asturoccidental-Leonesay sin eilos en la
ESQUEMA GEOLOGICO DE LA ZONA CANTABRICA

CP - CERVER. DE PISUERW
- GldOW
61
01, -~"~RDO S L - S U C€ L U G R E 0
SO - SOTRES
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LC - LA C O C U D I ZONA CANTABRICA
L H - LA HER.ID. ST - SLNT'Rs-a.
LL - LLaNES T V - TEVERSA A ZONA CANTABRICA Y
V B - VILLAULINO
O N - ONIS ZONA - -
'

K.
Y - VUI'VIciOY ASTU3OmDENTAL-LEONESA Repdn Central CUENCA DE SANTANDER
D V - OVlEDO
PA - PANES vil - vIÜO*
-1 Repibn Occidsntol ,-d\, -, 4 23
P D - POU DE SWIEDO
P I - PUEBLA DE LILW
PWC,.

P L - PERI .. ... ,

-
LLBR~ Pico. de
P O - POTES
. -.. e Europa
P N - POLA DE L E N I .c ,
PS - WLA a SIERO
14
-
RN- RABO
SE - SAN EYILIAMO 2 B 7 =lo B 1 2 m 1 5

Fig. 2.1.- 1: Precámbrico Y Paleozoico Inferior. 2: Precámbrico. 3: Cámbrico y Ordovfcico Inferior (Arenig). 4: Silúrico y Devóni-
co. 5: Carbonffero. 6: Stephaniense Superior. 7: Cámbrico y Ordovfcico Inferior (Arenig). 8: Llanvimiense (Pizarras del
Sueve). 9: Carbonffero. 10: Cámbrico Y Ordovfcico Inferior (Arenig). 11: Carbonffero. 12: Cámbrico y Ordovfcico In-
ferior. 13: Carbonffero. 14: Carbonffero Superior. 15: Silúrico Y Devbnico. 16: Carbonffero. 17: P6rmico. 18: Tri6sico.
19: Jurásico. 20: Cretácico. 21: Terciario.
Cantábrica. El límite oriental de la misma se cias parálicas con carbón. En él se encuentran
sitúa en otro contacto tectónico que en el 'importantes afloramientos pérmicos como son
norte de León coincide casi en su totalidad los del Sector de Siero (Bergueres, Gargantada,
con la "Leon Line" de SITTER (1962) y en San Tirso, etc.) del Sector de Villaviciosa (Vi-
Asturias con un cabalgamiento situado en el ñón, Torazo, Cueli, La Riera, Caravia, etc.) y
extremo occidental de la Cuenca Carbonífera del Sector de Colunga-Caravia. b) Dominio de
Central, entre ésta y la Cuenca de Quirós, es- Beleño-Ribadesella, limitado por el oeste por el
tando oculto más al norte por la cobertera de la Cuenca Carbonífera Central y Permo-Me-
permo-terciaria de la Depresión Pre-Litoral o sozoico de Viiiaviciosa, por el sur y oeste por el
Cuenca de Oviedo-Cangas de Onis. Esta Re- dominio de Picos de Europa y por el norte
gión se caracteriza por presentar la columna por el Mar Cantábrico. No existe Silhico en
estratigráfica más completa del Paleozoico este dominio y el Carbonífero se deposita so-
cantábrico, con un Precámbrico fundamental- bre la cuarcita ordovícica con intercalación de
mente esquistoso (Esquistos del Narcea o For- algunas decenas de metros de areniscas del De-
mación Mora), un Cámbrico bien d e ~ o l l a d o vónico superior. Tiene un importante desarro-
semejante al del resto de la Zona Cantábrica, llo la Caliza de Montaña y por encima se en-
Ordovícico en facies armoricana (Arenig) so- cuentra una sucesión potente de lutitas, are-
bre el que se deposita el Silúrico superior en niscas y calizas entre las que destaca un nivel
paraconformidad y un Devónico muy bien de- de unos 250 m de calizas del Westfaliense B
sarrolladoy potente en la parte más occidental denominado "Caliza Masiva" o Formación Es-
y meridional, cuyo espesor va disminuyendo calada. También existe un Stephaniense turbi-
paulatinamente hacia el este y norte. El Car- dítico discordante, semejante a la Formación
bonífero muestra características de cierta pro- Lebeiia de los Picos de Europa. Se encuentran
fundidad, comenzando por la Caliza de Mon- en él limitados afloramientos pérmicos como
taña y siguiendo por secuencias turbidíticas son los de Fios y La Felguerina. c) Dominio
como la de Olleros (León) o más someras (San de Picos de Europa, limitado al oeste por el de
Emiliano, Quirós). En esta Región se encuen- Beleño-Ribadesella, por el sur por el cabalga-
tran los afloramientos del sector de Avilés miento basal de Picos de Europa, por el norte
(Avilés, Arnao, Villabona, Candás, Xivares, por el Mar Cantábrico y recubierto en el este
etc.) y del de Gijón-La Collada (La Camocha, por el Permo-Cenozoico de la Cuenca de San-
Peña Careses, etc.). tander. El Carbonífero se deposita asimismo
sobre la cuarcita ordovícica con las areniscas
del Devónico superior intermedias, aunque
2.2.2 REGION CENTRAL hay puntos en que llega a hacerlo sobre los
Se encuentra situada casi en su totalidad materiales del Cámbrico (Formación Oviiie).
en Asturias y comprende tres dominios bien Es fundamentalmente calcáreo y está consti-
difert.,;iados litológicamente desde el Carbo- tuido por las formaciones Caliza de Montaña
nífero. a) Dominio de la Cuenca Carbonífera y Picos de Europa que abarcan desde el Bash-
Central, que limita por el oeste y sur con la kiriense hasta el Cantabriense. Sobre ellas se
Región Occidental, por el norte está recubier- deposita en discordancia una sucesión turbidí-
to por el Permo-Mesozoico de Villaviciosa, y tica (Formación Lebeña) del Stephaniense su-
por el este con el dominio de Beleño-Ribade- perior. En este dominio existen importantes
sella principalpente, aunque existe un punto afloramientos pérmicos, como son los de los
de contacto con el de Picos de Europa. Se Sectores de Onís (La Estrada, Mestas de Con,
caracteriza por la ausencia de Devónico, depo- Onís, Robellada, Arangas, Alles, etc.) y de So-
sitándose .el Carbonífero sobre la cuarcita ar- tres (Sotres, Pandébano, Mier, Cotos Rubios,
moricana del Arenig, con intercalación poco Tresviso, Beges, etc.).
importante hacia el norte, de pizarras del
Llanvirn (Pizarras del Sueve) y rocas detríticas
del Devónico superior (Areniscas de la Ermita). 2.2.3 REGION ORIENTAL O PALENTINA
El Carbonífero supera los 6.000 m de secuen- Limitada al norte por el dominio de Pi-
cos de Europa, al O por la Región Occidental restos de los sedimentos pérmicos que forma-
(Faila de León) y al sur y este por depósitos ban la cobertera postherciniana, aislados por
discordantes de edad Pérmico a Terciario. Se la erosión. Todos ellos reposan sobre un basa-
caracteriza por presentar materiales de edad mento pre-pérmico, plegado y fracturado,
silúrica en adelante. El Devónico está bastante constituido esencialmente por sedimentos or-
completo y con facies diferentes a las de la dovícicos, silúricos, devónicos y carboníferos.
Región Occidental, de mayor profundidad (fa- Los afloramientos más importantes se encuen-
cies palentina). El Carbonífero es turbidítico tran en las cercanías de Villabona, entre Avi-
y con gran desarrollo, desde el Viseense hasta lés y Oviedo, pero existen otros en Arnao,
el Westfaliense superior. En su sector oriental Candás, Xivares, etc. Han sido estudiados con
se encuentran afloramientos importantes pér- cierto detalle por diversos autores a causa de
micos situados en la base de los sedimentos de su relación con los importantes yacimientos
la Cuenca de Santander. de fluorita (JULLIEN, 1974; G A R C I A I G L E -
La tectónica que afecta a estas regiones S I A S , 1 9 7 2 ; ENDLICHER, 1976; F E -
es hercínica, de pliegues y cabalgamientos an- R R A N D , 1978, &C.).
teriores al Pérmico y con características de Sobre el "basamento paleozoico se en-
más profundidad en la Región Oriental en que cuentran unos metros de arcillas margosas de
se desarrolla una esquistosidad generalizada. color rojo fuerte que causan rubefacción de
las pizarras subyacentes, de edad carbonífera
2.2.4 CUENCA DE SANTANDER en el caso de Villabona. Por encima aparecen
unos conglomerados silíceos con cantos de va-
Se superpone al dominio de Picos de Eu- rios cm, en general poco rodados, entre los
ropa y a la Región Oriental, comenzando con que predominan las cuarcitas, chert, etc. La
sedimentos pérmicos, discordantes sobre el matriz es arenosa y suele tener un cemento de
basamento herciniano. Sin embargo, el rejue- cristales de fluorita que la engloba. El espesor
go de las fracturas que la afectaron durante su de estos conglomerados varía desde unas dece-
historia geológica ha dado como resultado que nas de metros a unos pocos, pasando lateral-
estos sedimentos se hayan conservado o desa- mente a areniscas. Por encima se encuentra
parecido y que se les superpongan otros de una sucesión de 70 m de alternancia de arenis-
diferentes edades. De esta manera, en la parte cas y arcillas con algún banco conglomerático.
norte que recubre el dominio de Picos de Eu- A continuación viene un nivel carbonatado de
ropa, los restos de sedimentos pérmicos están gran importancia por su frecuente mineraliza-
recubiertos por materiales cretácicos, mientras ción en espato-fluor. Su espesor es de unos 3 a
que al S, en la cobertera de la Región Oriental 6 m y está formado por una caliza dolomítica
aparecen el Trías y el Jurásico. arenosa, con nódulos que han sido interpreta-
La Cuenca de Santander fue afectada por dos como "caliche". Lateralmente, esta capa
diversas fracturas entre el Pérmico y el Oligo- carbonatada pasa a un conglomerado calcáreo
ceno, en que tuvo lugar una fase de compre- de matriz arcillosa y color rojo intenso. Si-
sión que originó diversos pliegues y cabalga- guen areniscas y arcillas de colores grises roji-
mientos. Los sedimentos pérmicos que se en- zos de unos 50 m de potencia con intercala-
cuentran en ella se pueden diferenciar en sec- ciones centimétricas de dolomías en la base y
tores como son los de Panes, La Hermida y por último se encuentran unos 120 m de arci-
Peña Labra. llas rojas y grises con yesos que pasan sin inte-
rrupción a las margas y dolomías del Lias.
En Xivares, la secuencia es más' reducida,
2.3 AFLORAMIENTOS siendo abundantes los caliches y estando mi-
neralizado el nivel conglomerático calcáreo
2.3.1 REGION OCCIDENTAL con barita y fluorita que rellenan cavidades.
a) Sector de Avilés (fig. 2.2). b) Sector de Gijón-La Collada (fig. 2.2).
En las cercanías de Aviles se encuentran Al sur de Gijón aparecen algunos aflora-
w d Calizos del Lios

1- Arcillas y yeso

I'
, ]
Rocas volcánicas

1-1 Brecha calcárea


AV - AVILES '

m] Conglomerodo calcáreo
L C - LA COLLADA
VÑ - VIÑON
Calizas O N - ONIS
S O - SOTRES
V
. .I
. . Areniscos PL - PEÑA LABRA
Margos y arcillas

1-I Conglomerado siliceo


a carbonotado
Basemento-
b) pizarroso
a b

Fig. 2.2.- Columnas est.ratigr&íicas esquem6tic~s


del P6rmico en la Zona Cantalbrica y Cuenca de Santander.'
mientos de materiales pérmicos por debajo de margas abigarradas.
las dolomías liásicas, que predominan desde Los cambios de espesor de las calizas
aquí hasta La Collada. Los principales son los conglomeráticas son grandes, según muestran
de Mareo, La Carnocha, La Viesca, Peña Care- los 361 m cortados en otro sondeo muy pró-
ses, etc. Además existen diversos sondeos ximo al anterior.
( A L M E L A & R I O S , 1962) que nos permiten Por lo general, al S de la Falla de Peña
tener una idea de la estratigrafía de los depósi- Careses se observa que sobre el Pérmico des-
tos pérmicos. En general se trata de una se- cansan sedimentos cretácicos, mientras que al
cuencia discordante sobre el Carbonífero que N aparecen las margas y calizas del Lías.
comienza con unos conglomerados de elemen- Un poco más al S, cerca de la localidad
tos silíceos y calcáreos (entre 5 y 50 m) a los de San Tirso, G E R V I L L A et al. (1978) descri-
que siguen areniscas y pelitas rojizas (20-40 ben la existencia de una flora de edad proba-
m) y calizas arcillosas (5.a 80 m) que pasan ble Stephaniense-Pénnico, que W A G N E R &
lateralmente a conglomerados calcáreos (Bal- M A R T I N E Z G A R C I A (1982) consideran co-
dornon). Por Último se sucede una secuencia mo la más antigua de las descritas en Asturias,
de 60 a 150 m de alternancia de areniscas y existiendo la posibilidad de que se trate del
pelitas de color rojo y gris. tránsito al Stephaniense más alto. La sucesión
en que aparece esta flora está constituida por
margas, areniscas, conglomerados y tobas con
2.3.S REGION CENTRAL participación volcánica.
A.- Cuenca Carbonífera Central
En este dominio se encuentran los aflora- b) Sector de Villaviciosa (fig. 2.2).
mientos más extensos de rocas pérmicas y en
donde hasta ahora se han obtenido dataciones A D A R 0 (1914) ya publicó algunos cor-
más precisas de los mismos. Dividiremos estos tes de los materiales pérmicos de Villaviciosa
afloramientos en tres sectores: Siero, Villavi- q u e habían sido citados por B A R R o r s
ciosa y Colunga-Caravia, (1882), pero atribuybdolos al Trías. Con
posterioridad, P A T A C (1956) se refiere a ellos
de nuevo como pérmicos y P R A D O (1972)
a) Sector de Siero efectúa un detallado estudio de una pequeña
En las proximidades de Pola de Siero, se zona rica en rocas volcánicas. Por último,
encuentran diversos afloramientos de rocas S A N C H E Z D E L A T O R R E et al. (1977) efec-
pérmicas que no han sido objeto de un estu- túan una descripción general de la sucesión.
dio sistemático hasta la actualidad. Al sur de En el Sector de Villaviciosa se pueden
dicha localidad, aparecen en posición muy in- diferenciar dos secuencias diferentes (M A R T I-
clinada una serie de estratos descritos por P A - N E Z G A R C I A , (1982). La secuencia inferior
T A C en 1920 en un transversal minero desa- aflora en las cercanías de Viñón y fue descrita
parecido y en los que halló una flora de edad por P R A D O \ (1972). La base está constituida
Autuniense. Estos comenzaban por una bre- por conglomerados calcáreos de matriz arcillo-
cha calcárea de color rojo seguida por una al- so-arenosa, de cantos bien rodados y color gris
ternancia de areniscas y pelitas de color rojizo característico, con intercalaciones arcillosas, a
que en la parte superior pasaban a arcillas ro- los que sigue una sucesión formada por arenis-
jas con yesos. En los sondeos dekritos por cas, margas, conglomerados y niveles calcá-
ALM E L A & R 10 S (1962) se observa una suce- reos. Por encima se sitúan rocas volcánicas y
sión semejante, discordante sobre el Carboní- tobáceas que alternan con arcillas oscuras y
fero, que comienza por margas y calizas negras calizas grises en las que se han observado algas
(15 m), calizas arenosas (15 m), conglomera- de aspecto marino, para terminar con una al-
dos calcáreos (6 m), margas y areniscas rojizas ternancia de areniscas, arcillas y conglomera-
(47 m), conglomerados calcáreos (9 m), mar- dos silíceos. El espesor total de la secuencia
gas y areniscas rojas y grises (18 m), calizas supera los 500 m y constituye las Capas de
margosas (3 m) y por Último más de 40 m de Viñón.
La superior se caracteriza por su colora- B.- Dominio de Beleño-Ribadeseila
ción rojiza predominante, que contrasta con Existen muy escasos afloramientos de se-
los colores grises y oscuros de la inferior. Sue- dimentos pérmicos descritos en este área. Se
le comenzar por conglomerados silíceos y cal- pueden destacar los afloramientos de Fios y
cáreos aunque también empieza a veces por Cofiño en la vertiente suroriental del Sueve,
areniscas, semejantes a las que se encontraban estudiados por S C H A F E R (1974) y la cita de
en el Sector de Avilés. Le sigue una alternan- unas areniscas probablemente pérmicas por
cia de areniscas y lutitas con bancos conglo- M A R T I N E Z G A R C I A & T E J E R I N A (in litt.)
meráticos a veces, de color rojo. A continua- en La Felguerina y en el Collado de Llarnpra.
ción se presenta un nivel carbonatado que En los alrededores de Fios-Cofiño aflora
puede ser tipo "caliche" o conglomerático, una secuencia que comienza con una alteman-
con cantos y matriz calcáreos (Caliza de Bayo- cia de areniscas rojas, margas y niveles carbo-
nes). Por encima existe una potente sucesión natados (5-10 m). Sigue un conglomerado cal-
de areniscas, lutitas y conglomerados polimíc- cáreo con matriz roja arcillosa (6 a 60 m).
ticos, característica de sedimentación fluvial y Encima se encuentra una formación cuarcítica
de más de 400 m que culmina con un nivel (Cuarcitade Fios) de 20 a 35 m con delgadas
conglomerático calcáreo de matriz roja (Con- intercalaciones pelíticas. Sigue una alternancia
glomerado de La Riera). Por encima de la Ca- de areniscas, margas y capas dolomíticas (15
liza de Bayones y en una sucesión de areniscas m) y por Último una secuencia de arcillas rojas
con participación volcánica se encontró una y verdes altemantes con niveles de areniscas y
flora de edad autuniense (W A G N E R & M A R - limolitas, que llegan a superar los 140 m.
T I N E Z G A R C I A (1982), 10 que hace pensar
que toda la secuencia superior sea de esta
edad dadas sus características sedimentarias. C.- Dominio de Picos de ~ & o (fig.
~ a 2.2).
Sobre el conglomerado se encuentran varias
decenas de metros de arcillas rojizas con yesos a) Sector de Onís
situadas por debajo de las calizas del Lías. En Forma una franja alargada E-O según una
conjunto, la secuencia superior sobrepasa los importante línea de fracturación alpina. Los
600 m y ha sido denominada Capas de Villavi- primeros afloramientos desde el oeste se en-
ciosa. cuentran en las proximidades de Mestas de
Con, tratándose de una sucesión de arenis-
cas y lutitas alternantes, de colores blanqueci-
c) Sector de Colunga-Caravia nos y rojizos que con anterioridad se habían
Los descripciones estratigráficas de este considerado wealdenses. Predominan las are-
sector se limitan a los trabajos dedicados a la niscas y microconglomerados y su esvesor lle-
minería, como los de F O R S T E R (1974), J U - ga a alcanzar los 250 m. Hacia el E (Robella-
L L I E N (1974), K U C H E L K A (1974), S C H A - da) tienen por encima margas y arcillas de co-
F E R (1974), H U B E R (1976), etc. lores verdosos y rojizos. Descansan en discor-
En general, las sucesiones descritas son dancia sobre las calizas carboníferas y sobre
bastante parecidas a las de la secuencia supe- ellas reposan sedimentos carbonatados del
rior de Villaviciosa (Capas de Villaviciosa). Se Cretácico.
encuentran discordantes sobre el Carbonífero
y presentan en la base un conglomerado calcá-
reo de color rojizo con matriz roja (20 m). b) Sector de Sotres
Por encima existe una alternancia de arenis- En el interior de los Picos de Europa,
cas, margas, capas carbonatadas y niveles con- aparecen una serie de afloramientos aislados
glomeráticos (50 m). Sobre ella suele haber de sedimentos pérmicos, como son los de Pan-
una capa cuarcítica de espesor variable y por débano, Sotres, Tremiso y Beges. El más im-
Último una alternancia de margas, arcillas y portante de ellos es el de Sotres, que propor-
niveles areniscosos de colores rojos y verdes ciona un buen corte ( M A R T I N E Z G A R C I A ,
(150 m). 1981b), según el cuál, sobre las calizas carbo-
niferas reposa una sucesión de areniscas y pi- areniscas que pueden representar restos remo-
zarras carbonosas, con alguna capa de carbón vidos de las areniscas pérmicas.
(20 m) en la que se ha hallado flora de edad
Autuniense ( W A G N E R & M A R T I N E Z G A R -
CIA, (1982).Encima descansan calizas margo- a) Sector de Panes
sas con mtercalaciones de pizarras carbonosas En el entrante cuyo vértice se encuentra
(100 m) de aspecto marino que terminan por en Panes, aparecen sedimentos pérmicos de es-
dolomías ferruginosas (2 m). Más arriba se en- pesor variable. En algunos puntos, la secuen-
cuentra una alternancia de pelitas y areniscas cia comienza por conglomerados calcáreos de
de color rojo (45 m), una alternancia de mar- matriz gris y cantos bien rodados asociados a
gas con nódulos calcáreos, areniscas y conglo- rocas con cierta participación volcánica. Sin
merados calcáreos de matriz roja (50 m) y por embargo, lo más frecuente es que sean las are-
Último pelitas y areniscas de colores rojos y niscas Elancas y rojizas con niveles conglome-
verdes (70 m). La parte de la columna situada ráticos de cantos silíceos las que adquieran un
por debajo de las dolomías se puede comparar desarrollo de varios cientos de metros de po-
con la secuencia inferior de Villaviciosa (Ca- tencia al E de Panes. Más hacia el E, estas
pas de Viñón) y la superior con las Capas de areniscas disminuyen de potencia y llegan a
Villaviciosa. desaparecer, encontrándose directamente so-
Otros afloramientos de este sector se en- bre el basamento una secuencia carbonatada
cuentran en Alles, Pandébano, Mier, Tresviso, de color rojo semejante a las Capas de Villavi-
Beges y Cueto Moro, estando sobre todo cons- ciosa, lo que hace pensar en que el depósito
tituidos por areniscas, pelitas y conglomera- de dicha secuencia ha causado la erosión de la
dos de color rojo. En Mier se conservan arenis- serie areniscosa inferior. Por Último, en Carmo-
cas blancas por debajo de la serie roja con na, se observa como- las areniscas y conglome-
conglomerados. rados del Buntsandstein se superponen a la
secuencia roja carbonatada. Es aquí donde co-
mienzan a desarrollarse los sedimentos triási-
2.3.3 REGION ORIENTAL O PALENTINA cos que alcanzan un enorme espesor hacia el E
y S. En la secuencia roja del Pérmico se en-
Dentro de la Región Oriental no se en-
cuentran conglomerados rojos calcáreos y
cuentran afloramientos pérmicos, con excep- margas de color rojo oscuro.
ción de los bordes. Estos serán considerados En la prolongación oriental del Sector de
juntamente con la Cuenca de Santander. Panes, junto a la localidad de Caldas de Besa-
ya, existe un afloramiento de calizas del Car-
bonifero a favor de la Falla de La Hermida,
2.3.4 CUENCA DE SANTANDER recubierto por materiales triásicos, bajo los
El borde occidental de la denominada cuales reposan en discordancia areniscas y pe-
"Cuenca de Santander" penetra en el interior litas de la serie roja del Pérmico, existiendo
de la Zona Cantábrica mediante importantes asimismo restos de las areniscas blancas infe-
fracturas de dirección E-O que producen en- riores, que rellenan cavidades cársticas en el
trantes en forma de cuña, en que los sedimen- extremo occidental del afloramiento.
tos p~st~hercínicos se encuentran discordantes
en el lado sur y en contacto por fractura en el
b) Sector de La Hermida
norte. Son cuatro los entrantes principales, de
norte a sur, los de Purón, Panes, La Hermida y Se sitúa al sur de la Falla de La Hermida
Peña Labra. En el entrante de Purón, situado y al norte del entrante de Peña Labra. En este
al S de la Falla de Unquera y al N de la Falla entrante es donde mayor espesor alcanzan los
de Alles, no se encuentran sedimentos pérmi- depósitos pérmicos y mesozoicos. Se pueden
cos, depositándose las calizas del Aptiense di- distinguir dos subsectores, situados respectiva-
rectamente sobre el basamento herciniano, mente al norte y sur de Lebeña. En el norte,
por intermedio de unos delgados niveles de los sedimentos pérmicos están reducidos a re-
tazos de conglomerados calcáreos, calizas are- en que se trataba de sedimentos triásicos debi-
nosas, rnargas rojas y areniscas blancas que do a su color rojo. La primera datación f i d e
han quedado conservadas en pequeños blo- digna se deba a P A T A C (1920) que cita Ca-
ques hundidos por fracturas y que están fosili- llipteris conferta ( S T E R N B E R GB) R O N G -
zados por un Triásico inferior constituido por N I A R T , Walchia hypnoides (BRONGNIART),
areniscas y pelitas rojas con algunos conglo- Walchia piniformis ( V O N SCHLOTHEIM),
merados silíceos ( B U R K H A R D1976).
T Sin Dicksonites sp. y Pecopteris sp., lo que
embargo, al S de Lebeña, cerca de Peña Sagra indica una edad autuniense. Esta flora fue re-
el espesor del Pérmico aumenta espectacular- cogida en el Sector de Siero de la Cuenca Car-
mente hasta llegar a los 1.000 m. La presencia bonífera Central. Con posterioridad se cita
de sedimentos pérmicos en este sector fue se- por G E R V I L L A et al. (1979) la presencia de
ñalado por M A A S (1968, 1974) y J O N G una flora en otro afloramiento del mismo sec-
(1971), citando el primero de ellos la presen- tor, cerca de San Tirso, atribuida por W A G -
cia de restos vegetales de dicha edad. La For- NER al Stephaniense C alto o Autuniense por
mación Labra consta, según dichos autores, de la presencia de Neuropteris neuropteroides
una parte inferior constituida..por sedimentos (GOEPPERT) BARTHEL, Neuropteris prae-
"lahar" (70 m), aglomerados volcánicos (130 dentata GOTHAN, Neuropteris cf. zeilleri DE
m) y tobas volcánicas (130 m) y una superior LIMA, Odontopteris brardi BRONGNIART,
de alternancia de areniscas, conglomerados y Callipteridium cf. gigas (VON GUTBIER)
margas calcáreas con nóduios (225 m). Discor- WEISS, Pseudomariopteris ribeyroni (ZEI-
d a n t e ~sobre ella se sitúan los conglomerados LLER) DANZE-CORSIN, Pseudomariopteris
y areniscas del Buntsandstein. busqueti (ZEILLER) DANZE-CORSIN, S'he-
nopteris pachypteroides F ONTAINE & WHI-
TE, Sphenopteris sp. nov.? , Pecopteris spp.
c) Sector de Peña Labra (fig. 2.2)
Sphenophyllum oblongifolium (GERMAR &
También limitado por fallas en su parte K A U L F USS) UNGER, Annularia stellata
norte, el Pérmico falta en muchas ocasiones (V O N SCHLOTHEIM) WOOD, Annularia
debido a la erosión pre-Triásica. Los sedimen- sphenophylloides (ZENKER) V O N GUTBIER
tos presentes son comparables a los de Peña y Cordaites sp. Se trata de una sucesión rica
Sagra aunque por lo general no sobrepasan los en tobas volcánicas algo diferente de las se-
600 m de espesor. En Peña Labra existen cola- cuencias descritas en Villaviciosa, por lo que
das de rocas volcánicas que no se encuentran podría tratarse de una más antigua o de un
en la anterior, con un espesor de 200 m. Por cualquiera de 10s dos.
Último existen algunos afloramientos de are- En el afloramiento de Sotres (Picos de
niscas y margas rojas cerca de Brañosera que Europa) ~ E V E S(in M A R T I N E Z GARCIA,
pueden asimismo ser atribuidos al Pérmico. 1981) indica la datación de las pizarras en la
base de las calizas mediante polen, como Au-
tuniense. Este tramo calcáreo basa1 es perfec-
tamente correlacionable con la secuencia infe-
2.4 EDAD DE LAS FORMACIONES rior de Villaviciosa (Capas de Viñón), lo que
ya nos señala una edad probable para la mis-
La mayoría de los autores han atribuido ma. Con posterioridad se encuentra una flora
al Pérmico la secuencia inferior de Villaviciosa en la misma localidad de Sotres que muestra
(Capas de ViñÓn) (BARROIS, 1882; P A T A C , sin duda que se trata de un Autuniense (W A G -
1920; K A R R E N B E R G ,etc.) ~ ~ ~con
~ , eXCep- N E R Y M A R T I N E Z GARCIA, (1982), con
c i ó n d e s c ~ u (~ 1
z 8 5 8 ) y ~ (í914)
~ ~ ~ que
o Callipteris conferta ( S T E R N B E R G ), Dicksoni-
les asignaron edad triásica. Con respecto a la tes lep tophy lla (= Pecop teris lep tophy lla z E I-
serie superior de Villaviciosa (Capas de Villavi- L L E R ,non B U N B U R YSphenopteris
), cf. mi-
ciosa), también la mayor parte de los autores nutisecta F O N T A I N E y W H I T E , Pecopteris
con excepción de P A T A C (1920,1956) y M E - h e m itelioides BRONGNIART, Sphenophy-
L E N D E Z (1950,1952) han estado de acuerdo iium cf. miravailense V E T T E R , Annularia d e -
llata ( V O N SCHLOTHEIM ) y Cahmostachys cia suele ser rojo y verde y presenta unos ca-
tu berculata S T E R N BER G . Por último, estos racterísticos conglomerados calcáreos de ma-
mismos autores citan la existencia en los sedi- triz roja que pueden pasar lateralmente a cali-
mentos con aporte volcánico de la secuencia zas brechoides rojizas. La parte basal de la
superior (Capas de Villaviciosa), de una flora misma suele estar constituida por conglomera-
de edad autuniense, semejante a la descrita dos y areniscas silíceas que lateralmente pasan
por P A T A C y constituida por Lebachia parvi- a areniscas finas de color blanco, como ocurre
folia ( F L O R I N ) . Taeniopteris cf. faiim G O E - en los sectores de Onís, Sotres y Panes de la
P P E R T , cf. Callipteris conferta ( S T E R N - Región Central.
B E R G ) B R O N G N I A R T y Neuropteris Sp., En el Sector de Villaviciosa, esta secuen-
cerca de la localidad de Cueli en el sector de cia presenta un alto contenido en elementos
Villaviciosa. Esta hallazgo indica que las Capas volcánicos y es muy posible que las areniscas
de Villavíciosa tienen una edad autuniense, blancas que se encuentran más al E deriven de
atribuible sin duda a toda la secuencia dadas estos productos. M A R T IN E Z G A R C IA y T E -
las características de depósito. J E R I N A (1979) y M A R T I N E Z G A R C I A
(1982) la han interpretado como resultado de
sedimentación en un rift situado en clima se-
miárido, como indican las facies fluviales y
evaporíticas asociadas, formación de "cali-
ches", dolomitización, etc.
2.5 DESARROLLO DE LA SEDIMENTA- En el Sector de San Tirso de la Cuenca
CION PERMICA Carbonífera Central, G E R V I L L A e t al.
(1979) citan la presencia de otra secuencia en
El estudio regional de la distribución de que abundan las tobas volcánicas, margas, are-
sedimentos pérmicos, nos ha permitido esta- niscas y conglomerados y que por la flora en-
blecer la existencia de dos secuencias bastante contrada parece ser más antigua que las otras
diferentes: una secuencia inferior (Capas de dos secuencias que hemos citado, ya que se
Viiíón), constituida por sedimentos de proba- trataría de un tránsito del Stephaniense al Pér-
ble carácter marino y de colores generalmente mico. El estudio detallado de la misma permi-
grises o negros, donde se encuentran rocas vol- tirá conocer si se trata en realidad de una se-
cánicas en su totalidad d tobáceas, calizas a cuencia más antigua o de un cambio de facies
veces de considerable espesor, margas oscuras, lateral de la secuencia inferior (Capas de Vi-
areniscas y conglomerados calcáreos grises y ñón), cuya naturaleza volcánica es también
de cantos bien rodados hacia la base. El espe acusada.
sor >deesta secuencia es muy variable pero lle- En resumen podemos esquematizar di-
ga a superar los 500 m. Su posición discordan- ciendo que a fines del Stephaniense superior,
te respecto a la secuencia situada por encima tuvo lugar la última fase de deformación her-
condiciona el que aparezca solamente en zo- ciniana en la Zona Cantábrica (M A R T I N E Z
nas deprimidas por la tectónica de fractura G A R C I A , 1981b). En el Pérmico inferior se
anterior a dicha discordancia Esta secuencia instauró una sedimentación marina somera,
inferior aparece solamente en Villaviciosa, probablemente compartirnentada en cuencas
(Cuenca Carbonífera Central) y Sotres (Picos debido a la formación de fracturas importan-
de Europa), habiéndose encontrado un reduci- tes de dirección NE-SO por las que tendría
do afloramiento recientemente en un sondeo lugar la efusión de lavas y rocas volcánicas de
realizado en Villabona (Región Occidental). tipo básico, intermedio y ácido de carácter
La secuencia superior (Capas de Villavi-. dCalin0 ( P R A D O , 1972; M A R T I N E Z G A R -
ciosa) es la que ocupa una extensión mayor, C I A y T E J E R I N A , in litt.). Posteriormente
encontrándose en todos los afloramientos an- comenzaron a producirse fracturas de direc-
teriormente citados, la mayor par@ de las ve- ción NO-SE, paralelas a la Falla de Ventanie-
ces discordante sobre el basamento hercinia- lla, asociadas al rift en formación, cuya direc-
no. El color de los sedimentos de esta secuen- ción sería NE-SO, también con producción de
un volcanismo explosivo de carácter alcalino caliches. La evolución del "rift" terminaría
ácido e intermedio, retirada del mar e instau- entonces, instaurándose posteriormente una
ración de un régimen continental con predo- sedimentación detrítica típica d. Buntsands-
minio de abanicos aluviales al pie de las fallas, tein europeo que solamente se observa en la
régimen fluvial y zonas de sebkhas donde se Cuenca de Santander, ya que de haberse depo-
formarían lagunas salinas y tendría lugar la sitado en la Zona Cantábrica debió de ser ero-
dolomitización del sustrato, y formación de sionado antes del depósito del Lías.

Geotektonische Forschungen, Heft 6.78-92, e r l i n : (1945)..


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3 EL PERMICO DE LOS PIRINEOS ESPAROLES

José Gisbert Aguilar

Departamento de ~ e t r o l o ~ f Facultad
a. de Ciencias. Universidad de Zaragoza.
3 EL PERMICO DE LOS PIRINEOS ESPAÑOLES

3.1 INTRODUCCION Y ANTECEDENTES G R A R E S (1970, 1971), V E R G E L Y (1970) y


R o B E R T (1680) en el Pirineo catalán.
Los depósitos continentales del Paleozoi- Mención especial merecen los trabajos de
co terminal han atraído el interés de un gran M IR O U S E (1959a, 195913, 1962, 1965) en el
número de geólogos que desarrollaron sus in- Pirineo central por ser el primero que describe
vestigaciones en el Pirineo. En la bibliografía, la discordancia Sádica.
hemos procurado recoger todas estas aporta- Los primeros trabajos monográficos so-
ciones aunque ahora sólo mencionaremos las bre las molasas posthercínicas surgen de la dé-
más importantes. cada de los sesenta y son progresivamente m&
Entre los primeros estudiosos destacan abundantes:
DALLONI (1910,1913,1930,1938) que realizó V I R G ILI (1958, 1960-62, 1961) rea-
numerosas dataciones del Stephaniense y Au- liza las primeras síntesis sobre el Stephanien-
tuniense en el Pirineo aragonés y catalán; D E se, Pérmico y Triásico del Pirineo catalán.
F O U R N I E R (1908, 1913), S T U A R T M A N T - D E B O E R & M O H R K (1966) en el
H E A T H (1915) y L A M A R E (1924, 1926, Pirineo vasco, B I X E L (1973) y H E R N A N D E Z
1927, 1931, 1934, 1936) que estudian el Pér- (1982) en el Pirineo central y M O R R E et
mico del Pirineo vasco, así como SCHMIDT T H I E B A U T (1964, 1966) en el Pirineo cata-
(1931) y B O I S S E V A I N (1934) que lo hacen lán realizan descripciones petrográficas, geo-
en el Pirineo catalán. químicas y estructurales del vulcanismo tardi-
VIE N N O T (1929) distingue dos episodios vol- hercínico.
cánicos pérmicos en el Pirineo central y S A N V I T R A C & A L L E G R E (1975) datan
M I G U E L D E L A C A M A R A (1935) cita la por métodos absolutos el macizo granítico de
presencia de riolitas pérmicas en Greixa-Col1 Andorra-Mont Lluis obteniendo una edad Au-
de Pendís. +
tuniense basal (270 10 m.a.).
A L M E L A & R I O S (1947, 1952, 1953, M U L L E R (1969, 1971, 1973) realiza
1960, 1962) elaboran las primeras síntesis una estratigrafia de detaile en el Pérmico de
geológicas de la vertiente peninsular de los Pi- Maya de Baztán (Pirineo vasco).
rineos. D O U B I N G E R & M O U L I N E (1961)
Más recientemente son numerosos los tra- estudian flora Stephaniense del pico Ibantelly
bajos de geología regional que incluyen des- (Pirineo vasco); A L V A R E Z e t d. (1969,
cripciones detalladas de los depósitos Stepha- 1971) y D O U B I N G E R et al. (1978) describen
no-Pérmicos. Destaquemos las aportaciones d e flora del Stephahiense y Autuniense en Surro-
E W E R T (1964) en el Pirineo vasco, V A N ca-Ogassa y Coll'de Jou (Pirineo catalán orien-
DER LINGEN (1960), WESINK (1962) y tal).
WE E N K E E R S (1968) en el Pirineo aragonés, SO U L A et al. (1979) crean un mode
MEY (1967, 1968), M E Y et d. (1968), R O - lo de cizallarniento senestral para explicar la
G E R (1965, 1966, 1973), C L I N T et al. génesis de las cuencas Pérmicas y Triásicas. El
(1970) y SEG U R E T (1964, 1970) en el Piri- modelo permite predecir las dimensiones de
neo central (aragonés y catalán) y por último las cuencas y el espesor de sedimentos acumu-
F O N T B O T E (1949), FONTBOTE & GUITARD lados.
(1958), H A R T E V E L T (1970), S O L E S U - G I S B E R T et d. (1979) estudian el
control estratigráfico de las mineralizaciones las rocas estudiadasha generado una extensa y
radioactivas Permo-Triásicas. complicada nomenclatura que hemos preten-
L U C A S (1975) sintetiza los conoci- dido sintetizar en la figura 3.1 debidamente
mientos sobre el Pérmico y Triásico de la ver- correlacionadas.
tiente francesa del Pirineo, mientras que LU - De forma general podemos decir que el
C A S & G I S B E R T (1981) lo hacen para las dos Paleozoico posthercínico se puede dividir en
vertientes. dos grandes conjuntos limitados a techo y mu-
N A G T E G A A L (1969a, 196913)realiza ro por discordancias angillares, y que son:
un estudio en el Pirineo catalán occidental so- Conjunto Stephano-Autuniense.
bre un conjunto rocoso que data como West- Conjunto en facies Saxoniense.
faliense-Pérmico y en el cual define cuatro
unidades formales. En eilas realiza un detalla- M I R O U S E (1959), N A G T E G A A L
do estudio sedimentológico y petrográfico re- (1969a), R O G E R (1965) y C L I N T et al.
.construyendo el paleoclima, área fuente y me- (1970) abordan su estudio mediante la defini-
dio sedimentario. ción de unidades formales con un contenido
G I S B E R T (1980, 1981) lleva a cabo litológico de valor local. G I S B E R T (1981) de-
un estudio del Stephaniense-Pérmicoen la sie- fine unidades informales agrupando en eilas
rra del Cadí (Pirineo catalán) donde define todas las litologías con pruebas sedimentológi-
cuatro unidades informales. En cada unidad cas de haber sido depositadas bajo un mismo
describe las características sedirnentológicas, régimen climático.
petrográficas y geoquímicas obteniendo una En este trabajo se utilizarán las unidades
reconstrucción del medio sedimentario, área de G I S B E R T (1981) ya que la serie del Cadí
fuente y paleoclima. Detalla la posición estra- es la más completa de todo el Pirineo y los
tigráfica de las vulcanitas asociadas y aporta criterios utilizados en la definición de estas
datos cartográficos, estructurales y de evolu- unidades facilitan la correlación regional.
ción diagenética, integrados en un modelo glo-
bal de evolución tectono-sedimentaria en rela- 3.2.1 CONJUNTO STEPHANIENSE-AUTUNIENSE
ción con el plutonismo y vulcanismo acom- Está constituido por rocas volcánicas,
pañantes. volcano-sedimentarias, detríticas y carbonáti-
P U G A y F O N T B O T E (1981) realizan cas en una compleja indentación litológica.
un estudio de las riolitas Autunienses de Grei-
xer (Pirineo oriental); la descripción petrográ- a) Unidad Gris (U.G.)
fica y geoquímica está acompañada de una Formada por los materiales más antiguos
interpretación de los mecanismos eruptivos, que reposan sobre la discordancia hercínica.
temperatura de emplazamiento y tendencias La serie suele comenzar con brechas seguidas
geoquímicas del conjunto volcánico. de areniscas, conglomerados, lutitas grises y
M A R T I (1982) describe petrográfica capas de carbón. Este conjunto presenta trán-
y geoquímicamente las rocas volcánicas y de- sitos laterales a rocas volcanosedimentarias y
pósitos piroclásticos asociados del Stephanien- piroclásticas con coladas andesíticas interes-
se de Malpás (Pirineo catalán occidental). De- tratificadas. Los colores de este conjunto roco-
sarrolla un método de cálculo para estimar las so son predominantemente grises.
alteraciones secundarias de la roca volcánica e El conjunto se interpreta como sincróni-
interpreta las composiciones geoquímicas ori- co con un paleoclima cálido-húmedo con una
ginales, los mecanismos eruptivos, las tempe- corta estación seca (N A G TEG A A L 1969a;
raturas de emplazamiento, el origen de la espi- G I S B E R T , 1981). En cuanto alaedad, N A G -
litización y la tendencia geoquímica de estas T E G A A L (1969a) encuentra en las brechas
rocas. basales de Aguiró una asociación de flora que
interpreta como Westfaliense I superior, mien-
3.2 ESTRATIGRAFIA tras que las brechas basales de ~ r ~ e s t u e 1ss,-- ~
B E R T (1981) cita una asociación de flora que
La extraordinaria variedad de facies en indica una edad Stephaniense B. Lo anterior-
PIRINEO ARAGONES PIRINEO CATALAN
PAlS VASCO OCCIDENTAL ORIENTAL OCCIDENTAL ORIENTAL PIRINEOS FRANCESES
P. Lamorre R. Mirouse V . Lingen Roger Roger Mey et 01. ( 1.968 ) J. Gisbert Robert (1.980) C. Lucai
(1.936) (1.95 9 ) (1.960) (en Clint et a1.(1.970) (1.970) Nogtegool (1.969 ) (1.981) Fontbote(1.949) (1.977)

n
D. Muller
(1.969)

Serie , u. F. B.

~riÓrico Superior ~ormación Unidod

Inferior Serie Bunter facies

Intermedio '
Buntsondrtein

MMMMMMMMi
Series de Pic U.R.S.

-
de Borolet ~ormoción
p2 3 Unidad
y Peño de Pic de Baroiet
Roja Superior
~ercantón
irm mico -PE RMOTRIASICO
U.R.I.
Serie ~ormación
P2 Formación de A Unidod
Serie de Nodular Peranera
P1 Somport ojo Inferior
Somport
7 a
U.T
Nivel de
Stephanienre P1 Unidad de

FormaciÓn
TranriciÓn
- ~ormacdn
- Tránsito
l
3
Malpar
~ormación
.-gL
U.G
Campo de Troya
Molpar
$.-

-
Formación Unidod

~armación .? -
Erill Cartel1
& Gris
Punta de lo Erill-Cartell ~ormación

W Dircordoncia $ Flora de Aguird (Nagtegaol 1.969)

Flora de "Pico Ibantolll" ( Doubingei 4 Mouline 1.961) O Flora de -


~ r a m Ó r Argestwr ( Girbert 1.981 )

e
,

A Flora de Gotarto (Giibert 1.981) Flora de Col de Jou ( Doubinger et al. 1.978, Robeit 1.980)

1 Flora de Baro-Gorri de la sal (Dolloni 1.9301 m Flora de Sunoca - Ogarra ( Alvarez et al. 1.969, 1.971 )

Fig. 3.1.- Síntesis de ias denominaciones del Pénnico y TRdPco de los Pirineos.
mente expuesto hace pensar en un importante mente el tramo carbonático, por su peculiar
diacronismo geográfico en el comienzo de la litologia, está reconocido desde antaño como
sedimentación. Sin embargo nosotros creemos elemento de tránsito entre facies grises y ro-
que en Aguiró la serie probablemente comien- jas, (facies de tránsito "entre las formaciones
za en el Stephaniense. Esta opinión la susten- Malpás y Peranera en N A G T E G A A L1969a
,
tamos en el hecho de que entre la lista de y "horizonte de transición" de R O G E R ,
flom dada por N A G T E G A A L (1969a) sólo la 1965).
Mixoneum ovata hace pensar en una edad
Westfaiiense, y además esta misma especie es-
tá citada como típica del "Upper Pensilva- c) Unidad Roja inferior (U.R.I.)
niense" (Stephaniense) en los EE.UU. (BROU- Litológicamente está formada por luti-
TIN , J. Común. pers.). tas, areniscas, tobas ácidas y microconglomera-
dos volcanoclásticos rojos que en el Pirineo
oriental presentan cambios laterales a rocas pi-
b) Unidad de Tránsito (U.T.) roclásticas con ignimbritas ácidas y riolitas
Formada por conglomerados, areniscas y bandeadas interestratificadas.
lutitas, habitualmente rematadas por calizas Se pueden distinguir dos miembros: el
anqueríticas con ostrácodos, caráceas y estro- superior depositado en condiciones paleocli-
matolitos, también presenta frecuentes cam- máticas serniáridas, presentando coloraciones
bios laterales a rocas piroclásticas con coladas 100 por 100 rojas y con una flora cuyo único
dacíticas interestratificadas, y posee minerali- resto clasificable hasta el presente es la Wal-
zaciones radiactivas. chia s.p., y el inferior depositado en condi-
Esta unidad está definida como sincróni- ciones climáticas intermedias entre las de la
ca a un paleoclirna tropical con fuerte varia- Unidad de Tránsito y las del miemuro supe-
ción estacional en las precipitaciones, evolucio- rior. A veces presenta coloraciones verdes y
nando en el sentido de una progresiva aridifica- grises, siendo la flora encontrada de edad Au-
ción. tuniense (flora de Gotarta, G ISBE R T , 1981),
Es característica la presencia de tonalida- datación que viene corroborada por las riolitas
des versicolores (rojo, verde, gris y amarillo) interestratificadas en el miembro basal, que
aunque determinadas asociaciones de facies interpretapos (GISBE R T , 1981) como mani-
sean totalmente rojas y otras totalmente gri- festaciones volcánicas del macizo granítico
ses. Su contenido faunístico es también varia- Andorra-Mont Lluis que mediante métodos
do y en ella se han recogido tanto asociacio- absolutos arroja una edad de 270 + 1 0 m.a.
nes Autunienses -flora de Gerri de la Sal Las tres unidades que forman el conjun-
(DALLONI,1930)- como las tipicas del Ste- t o Stephaniense-Autuniensepueden disponerse
phaniense superior -flora de Surroca-Ogassa en continuidad sedimentaria o estar separadas
(ALVAREZ et al., 1971) o incluso conjuntos por paraconformidades. Este Último caso se
fósiles que parecen representar el límite Ste- presenta preferentemente cuando la unidad
phaniense-Autuniense (flora de Col1 de Jou, inferior posee facies volcánicas (sobre todo
ROBERT, 1980; D O U B I N G E R et al., 1978). coladas o pitones), ya que entonces la unidad
Así pues podemos afirmar que el límite Ste- superior se apoya sobre un paleosuelo que
phaniense-Pérmico está contenido en esta uni- afecta a las vulcanitas. Este tipo de contacto
dad cuyos tramos basales son aún Stephanien- paraconfopne es el más frecuente y en algunas
se mientras los superiores son ya Autunien- ocasiones falta la Unidad de Tránsito al depo-
ses. sitarse la U.R.I. en paraconformidad sobre las
Las citadas peculiaridades en el color y la vulcanitas de la Unidad Gris.
flora, son causa de que la mayoría de los auto- La figura 3.2., muestra las disposiciones
res agrupen las facies detríticas de esta unidad posibles eatre las unidades Stephano-Pérmicas
con las de la Unidad Gris (cuando presentan co- en la sierra de Cadí (Pirineo catalán) que
lores grises) o'con las de la Unidad Roja inferior ejemplifican todas las posibilidades de relacio-
(cuando presenta tonalidades rojizas). Unica- nes mutuas existentes en el resto del Pirineo.
Coll Serra de Burbuia Coll de NW de Coll
de Josono Cová S; de sé

S N
r 1
SE de Argestues krgestues Carretera de Sort
o la Seu ¿U
' rge11

Serrot Turo de Col¡ de Coll de Prats de Prats Cal1 de


dlEnronya C'an Fronch Bansas Josana Cadi dlAguilo Pendir

Ph Ph Ph
4

C/ Discordancia Rocas vo~cánicas U.F.B Facies Buntsandstein


/ 0
Contacto concordante Ph ~rchercÍnico M,K ~ r i á s i c omedio y
0 paraconformidad Cs ~retácico superior

Fig. 3.2.- Relaciones estratigráficas de las rocas continentales posthercfnicas. (Esquema conceptual. Area del Cadí).
3.2.2 CONJUNTO DE FACIES SAXONIENSE presencia de las facies saxonienses junto al
E s 6 separado del conjunto anterior por vulcanismo asociado a las mismas.
una discordancia angular, al menos en el Piri- Pirineo aragonés oriental y catalán oc-
neo central (MIROUSE,1962) y oriental cidental: Es peculiar la existencia de la Uni-
(GISBERT,1981), y reposa sobre cualquiera dad Gris y un gran desarrollo del conjunto
de las unidades Stephano-Autunienses o direc- Stephano-Autuniense con afloramientos prác-
tamente sobre el sustrato hercínico. ticamente continuos. También hay importan-
Las litologías que presenta este conjunto tes depósitos de las facies Saxonienses pero
son areniscas y lutitas rojas con frecuentes y circunscritos geográficamente a los extremos
potentes costras de caliche y calco dolomías (occidental y oriental) de la región definida.
lacustres con bivalvos. Generalmente se orga- Pirineo catalán central: Faltan los de-
niza en una o dos secuencias granodecrecien- pósitos de la Unidad Gris pero el resto de
tes que nosotros consideramos como una Úni- las unidades Stephano-Autunienses poseen es-
ca' unidad: la Unidad Roja Superior (U.R.S., pesores considerables. Las facies Saxonienses
G ISBERT, 1981). se limitan a series de moderada potencia con
En este conjunto existen abundantes res- afloramientos discontinuos.
tos fósiles (huesos de reptiles, caráceas, bival-
vos y flora) pero su mal estado de conserva- Pirineo catalán oriental: Total au-
ción no ha permitido, por el momento, una sencia de depósito excepto los ocasionales re-
clasificación con utilidad cronoestratigráfica. tazos de vulcanitas del conjunto Stephano-Au-
Son también frecuentes las coladas basál- tuniense.
ticas interestratificadas o bien diques bási-
cos que cortan la serie y e s t h fosilizados por 3.3.2 DISPOSICION ESTRUCTURAL
el Triásico inferior. Desde un punto de vista estructural po-
demos decir que esta banda representa mayo-
ritariamente materiales autóctonos; matice-
mos al respecto que entre las cabeceras de los
3.3 DISPOSICION GEOGRAFICA Y ES- ríos Esera (O) y Segre (E), los afloramientos
TRUCTURAL. SERIES TIPO Stephano-Pérmicos se distribuyen en dos ban-
das alargadas en sentido E-O: la más septen-
En la figura 3.3., podemos observar có- trional corresponde a materiales autóctonos,
mo los afloramientos Stephano-Pérmicos se mientras que la más meridional está formada
alínean en una banda alargada en sentido E-O por unidades alóctonas con estilo de "tete
que jalona el contacto entre los materiales plongeante" ( S E G U R E T1970).
, También en-
hercínicos y mesozoicos en las dos vertien- tre Castellar d'en H U y~ Camprodón la única
tes de la cordillera pirenaica. banda de afloramientos existentes correspon-
de a unidades alóctonas (VERGELY, 1970;
3.3.1 ZONAS GEOGRAFICAS CON HOMOGENEI- ROBERT, 1980; M U Ñ O Z , 1982 y S A B A T ,
DAD ESTRATIGRAFICA 1982).
. Los afloramientos presentan un carácter
discontinuo en todo el borde sur pirenaico, 3.3.3 SERIES TIPO
aunque es en el Pirineo catalán (occidental y Describimos seguidamente las columnas
central) donde poseen una mayor continui- estratigráficas mi& representativas de los dis-
dad. tintos sectores pirenaicos, intentando correla-
Desde un punto de vista estratigráfico se cionar cada Una de ellas con las unidades defi-
pueden definir las siguientes zonas: nidas en el apartado 3.2 con el propósito de
Pirineo vasco y aragonés occidental: dar coherencia al conjunto de la descripción
Caracterizado por la ausencia de la Unidad litológica
Gris, un escaso desarrollo del conjunto Ste- A) Pirineo vasco: Serie de Maya de Baztán
phano-Autuniense restante y una importante ( M U L L E R1969)
,
F j RXAS PLUTONICAS
wA ROCAS PREHERCINICAS

ROCAS STEPHANIENSE -PERMICO


1-1 ROCAS POST-PERMICAS

MAR CANTABRICO

Fig. 3.3.- Distribución de Las rocas stephanienses Y pérmicas en los Pirineos.


Este autor diferencia un Pérmico inferior B) Pirineo aragonés: Serie de Canfranc (V A N
(P,) y un Pérmico superior (P, ). D E R L I N G E N , 1960)
En el P, o "formación de carbonatos" Este autor divide al Pérmico en tres tra-
d i s t i i e cinco subformaciones: mos:
- Subformación de brechas carbonata- P , o Pérmico basa1 que reposa discordan-
das (espesor de O a 200 m) en la que alternan te sobre el sustrato y está constituido por una
brechas poligénicas con predominio de cantos alternancia de calizas con oolitos, convolutes e
carbonáticos con limos arenosos, todo en to- intraclastos y lutitas de tonos grises o rojo
nalidades rojizas a marrones. vinosos. Su espesor oscila de 1 2 a 90 m.
- S u bf ormación limolitas-carbonatos P, o Pérmico intermedio. En este tramo
(de 40 a 90 m de espesor) constituida por L I N G E N , V. D. (1960) describe areniscas, micro-
alternancias de calizas y areniscas grises con conglomerados y lutitas rojas. Los cuerpos detn'-
limolitas arenosas rojas en bancos métricos. ticos poseen huellas de retracción, estratifica-
ción cruzada de surco y niveles varvados de
- Subformación areniscas-limolitas (de origen lacustre. El espesor de este conjunto es
10 a 100 m de espesor) constituida por alter- muy constante en toda la región (250 m).
nancias de limolitas duras de colores rojo-ma- P, o Pérmico superior: Constituido por
rrón o rojo violáceo en areniscas grises o rojas. conglomerados con predominio de cantos cal-
- Subformación brechas de esguistos cáreos, areniscas y grandes masas de lutitas,
(de 10 a 100 m de espesor) similar a la subfor- todo de colores rojizos. La serie comienza con
mación de brechas carbonatadas ya descrita, conglomerados y areniscas (300 m), prosigue
pero con predominio de clastos no carbonáti- con iutitas (500 m) y finaliza con conglomera-
COS.
dos y areniscas (300 m). E1 espesor total osci-
- Subformación caliza (de 80 a PO0 m la de 900 a 1.200 m. Hacia el E hay un adelga-
de espesor) limitada a muro y techo por la zamiento de los cuerpos detríticos y un engro-
subformación carbonatos, esta constituida por samiento de las lutitas, que presentan interca-
calizas de tonos marrones, rojizos, verdes y laciones de areniscas y calizas. Más hacia el E
violáceos que alternan con delgados bancos de se alza el pitón volcánico del pico de Anayety
lutitas arcillosas y margas de similares tonaii- en sus alrededores hay coladas básicas interes-
dades. tratificadas en los tramos intermedios y supe-
Estas cinco subformaciones pasan lateral riores del P, .
y verticalmente de unas a otras y en conjunto Podemos añadir que M I R O U S E (1966)
no superan los 250 m de espesor. En nuestra en una región colindante prueba la existencia
opinión corresponden a lo que hemos defini- de una discordancia angular entre el P, y el
do como Unidad de Tránsito y Unidad Roja B,. El P, corresponde a lo que definíamos
Inferior. El Stephaniense del Pico Ibantelly como Unidad de Tránsito, el P, a la Unidad
( Z E I L L E R , 1895; L A M A R E , 1936; D O U -
Roja Inferior y el Y, a las facies Saxonienses.
BINGER & M O U L I N E , 1961) debe correspon-
der probablemente a facies grises de la U.T. C) Pirineo catalán occidental. Series de Agui-
con flora del Stephaniense superior. ró y Sierra del Cadí;
En el P)2 O "formación de areniscas y C . l . - Ssrie e n Aguiró (NAGTEGAAL,
conglomerados" alternan estas litologias que 1969a; G I S B E R T et al., 1982)
poseen un aspecto característico. A veces la
secuencia es granodecreciente y suelen existir - La Unidad Gris comienza con brechas
( 2 5 m) rojas en la base y grises a techo. Sobre
coladas basálticas interestratificadas a techo
de la serie, donde pueden alcanzar espesores ella hay un tramo de pudingas grises (85 m)
de 60-60 m. que posee una intercalación de lutitas carbo-
El conjunto oscila entre los O y los 180 nosas con flora de la cual están citadas las
m de potencia total y corresponde a lo que siguientes especies (N AG TE G AA L , 1969a):
hemos definido como facies Saxoniense. Dicksonites pluckeneti (Schlotheim)
Pecopteris unita Brongniart U.R.I.presenta potencias de O a 730 m.
Pecop teris lepidomch is Brongniart Sobre un conjunto alóctono (serie con-
Linop teris brongniarti (Gutbier) densada de Gotarta) se ha descrito en el tramo
Sphenophyllum sp. de microconglomerados una asociación de flo-
Cordaites sp. ra y fauna Autuniense, clasificada por J.
Dicksonites steneli (Zeiller) B R O U T I N (en GISBERT, 1981) que detalla-
Aiethop teris grandini Brongniart mos a continuación:
Mixoneura ovata (Neuropteris)
Sphenopteris sp. FLORA
Pecopteris sp. - L e b a c h ia piniforrnis (Schlotheirn)
Cardiocarpus sp. Florin
Ilexagonocarpus sp. - Walchia sp. (muy frecuente)
Sobre el tramo de pudingas existe otro - Odontop teris cf. lingulata (Goeppert)
muy potente (400 m) de rocas piroclásticas Schimper
silicificadas: cineritas, ignimbritas flameadas y - Odontopteris cf. dufrenovi Brong-
brechas epiclásticas. Hacia el O se intercala en niart
este tramo la colada andesítica de Castellnou - Odontopteris 's.p. (de tipo "lingula-
de Avellanos ( M A R T I , 1982). ta")
En Aguiró la U.R.I. reposa en paracon- - Ullmannia frumentaria (Schlotheim)
formidad sobre las rocas piroclásticas de la Goeppert
U.G., sin embargo algo más al O, en Coll de - Ullmannia s.p.
Sas, existe la Unidad d e Tránsito, que reposa - Cordaites s.p. (muy frecuente)
en discordancia cartográfica sobre la U.G. y - Poacordaites s.p.
está constituida por una perfecta secuencia
granodecreciente: en la base un potente nivel FAUNA
de pudingas grises (110 m), sobre él un tramo Lamelibranquios
de lutitas carbonosas con aiguna intercalación - Anthracomya d.f. goldfussi Geinitz
areniscosa que posee abundante flora (65 m) Las facies saxonienses están ausentes en
y rematando e1 conjunto una alternancia de toda esta región (GISB E R T et al., 1982) y las
bancos de calizas anquen'ticas con delgados ni- hcies Buntsandstein reposan directamente so-
veles de cineritas amarillentas y lutitas grises bre la U.R.I. separadas de esta última por una
en capas de 0 , l a 0,5 m (50 m). importante discordancia angular (NA G T E -
- La Unidad Roja Inferior presenta sus dos G A A L , 1969a).
miembros:
C.2.- Serie del Cadi (Seu d'urgell-Bastida
a) El inferior que reposa en continuidad
sedirnentaria sobre la U.T. en Coll de Sas y en d9Adrahent)(GISBERT,1981)
paraconformidad sobre la U.G. en Aguiró; li- - La Unidad Gris presenta la siguiente
tológicamente está constituido por lutitas ro- secuencia litológica:
jo-vino, localmente verdes o grises, con abun- a) 2 m. de brechas rojas de fragmentos
dantísimos nódulos calcáreos e intercalaciones pizarrosos en las que algo más hacia el O se ha
de tobas y cineritas con un espesor constante clasificado una completísima asociación de
de unos 50 m. flora que arroja una edad Stephaniense B.
b) El superior que se desarrolla preferen- b) Alternancia de tobas, cineritas, mi-
temente al O de Aguiró (680 m de espesor croconglomerados, lutitas negras y capas de
máximo en el río Valiri), consta de dos mega- carbón (25 m).
secuencias granodecrecientes que gradan des- c) Colada andesítica seguida de aglome-
de microconglomerados volcano-clásticos en rados y tobas volcánicas (30 m).
bancos de 0,6 a 1,5 m, hasta lutitas rojas masi- d) Alternancia de cuerpos areniscosos,
vas con alguna toba interestratificada, las cua- lutitas negras y capas de antracita (50 m)
les alcanzan los 300 mde espesor. En conjunto la e) Alternancia de microconglomerados,
areniscas y lutitas grises en bancos de 0,5 a - La Unidad Roja Superior (facies Sa-
2,5 m (100 m). xoniense) se apoya sobre la U.R.I. a través de
Hacia el E los tramos b), d) y e) pasan una discordancia angular cuya magnitud oscila
lateralmente a coladas andesíticas y rocas pi- de 7 a 35".
roclásticas. L i t ológicamente está constituida por
- La Unidad de Tránsito se encuentra conglomerados, areniscas, lutitas rojas con po-
aquí, excepcionalmente, en continuidad sedi- tentes costras calcáreas grises (0,2 a 1,5 m)
mentaria con la U.G. Litológicamente sus tra- lutitas arcillosas rojas masivas y lutitas rojas
mos basales están constituidos por tobas, are- alternando con niveles calcodolomíticos verdes
niscas y microconglomerados grises alternan- con varvas lacustres (s.1.) y ostrácodos. Su po-
do con lutitas rojas y grises. La aparición de tencia máxima es de 520 m.
coloraciones rojizas es progresiva por lo que Los conglomerados poseen abundantes
situarnos el comienzo de la U.T. en el cuerpo intraclastos, especialmente de las costras carbo-
areniscoso que posee la m h i m a concentra- náticas; estos clastos carbonáticos se disuelven
ción uranífera. La existencia de esta minerali- por alteración superficial confiriendo al con-
zación está ligada a la de otros parámetros glomerado un aspecto oqueroso característi-
sedimentológicos que indican el arranque de co.
un cambio climático; por otra parte es carac- El conjunto se organiza en dos megase-
terístico la presencia de la mineralización ra- cuencias granodecrecientes, la basal es más re-
diactiva en la base de la U.T. en todo el Piri- ducida (90 m) que la superior, esta Última po-
neo catalán occidental (GISBERT e t al., see a techo un gran conjunto de lutitas arcillo-
1979). La serie detrítica está rematada por sas (270 m de potencia) y se encuentra rema-
lutitas arenosas rojas y verdes (30 m) con lla- tada por una alternancia de lutitas y calcodo-
mativos niveles de nódulos gigantes de calcita lomías.
Las rocas volcánicas masivas están limita-
fibroso-radial que hacia el O pasan lateralmen-
te a las calizas anqueríticas con estromatoli- das a un Único pitón de basaltos espilitizados
que corta a la U.R.S. y está fosilizado por las
tos, algas del género Parachaetetes, ostrácodos
facies Buntsandstein.
y caráceas, siendo su potencia total de 286 m.
D) Pirineo catalán central
- La Unidad Roja Inferior se presenta
en continuidad sedimentaria con la U.T.: está D.1.- Serie de Campellas ( R O B E R T 1980)
,
formada por alternancias de tobas, areniscas, Comienza con un tramo basal (3-5 m) de
microconglomerados y lutitas con nódulos brechas rojo-vino que reposan discordantes so-
calcáreos, todo en tonos rojizos. Esta alter- bre el sustrato hercínico; localmente, este tra-
nancia se ordena en secuencias granodecre- mo, organizado en secuencias de 1,5-2 m pre-
cientes de 20 a 40 m, con una potencia total senta el aspecto de conglomerados angulosos.
de 800 m. Sobre las brechas existe una colada ande-
El miembro inferior (500 m) se caracteri- sítica (75 m de espesor) seguida por materia-
za por poseer algunos cuerpos areniscosos ver- . les piroclásticos e ignimbritas flameadas (50
des, tener un predominio de cuerpos detríti- m). El conjunto se encuentra rematado por un
cos depositados por comentes de baja densi- importante paquete de riolitas bandeadas ver-
dad y por un marcadísimo carácter tufítico, des, de origen ignimbrítico (300 m de espe-
propio de una sedimentación sincrónica a epi- sor).
sodios eruptivos. R O B E R T (1980) encuentra polen en las
El miembro superior (300 m) está rema- brechas basales que indica una edad Stepha-
tado por un conjunto lutítico (50 m de espe- niense-Triásico. Nosotros podemos afirmar(1)
sor) tiene tonalidades 100 por 100 rojas, po- que se trata sin duda del conjunto Stephanien-
see menos intercalaciones volcánicas y en él se-Autuniense, en el que probablemente falta
predominan cuerpos detríticos depositados la Unidad Gris, pudiendo asimilarse las bre-
por agentes de transporte de alta densidad chas basales y la colada andesítica a la U.T.
("debris-flow " y "stream-flood"). mientras que las riolitas forman parte del
miembro inferior de la U.R.I. ignimbríticas (25 m), -finalizando la serie con
La serie se encuentra fosilizada por las lutitas arenosas rojas con intercalaciones cine-
facies garumnenses, existiendo un importante ríticak (35 m).
hiato que abarca parte de la U.R.I., las facies Este conjunto de 400 m de potencia,
saxonienses y casi todo el Mesozoico. presenta en su totalidad las características del
D.2.- Serie de Camprodon(1) miembro inferior de la U.R.I.
La Unidad de Tránsito reposa discordan- Las facies saxoniense(1) están presentes
te sobre el zócalo hercínico y está constituida aquí con las mismas litologías que en el Cadí.
por conglomerados y areniscas rojos (200 m Se organizan en tres secuencias granodecre-
de espesor), no existiendo depósitos de la cientes de 30-60 m cada una con una potencia
U.G. Hacia el O esta serie detrítica roja dismi- total de 180 m. El contacto con el conjunto
nuye granulométricamente y toma tonalida- Stephano-Autuniense se hace a través de una
des grises al tiempo que se desarrollan las ca- discordancia cartográfica y a su vez las facies
pas productivas de hulla de Surroca-Ogassa. garumnenses fosilizan a la U.R.S. mediante
Los conglomerados están rematados por un una discordancia angular.
nivel de brechas con grandes bombas volcáni- E) Pirineo catalán oriental(1)
cas (10 m de potencia) seguidas de importan- En esta zona las facies rojas cretácicas
tes masas de coladas daci'ticas(50-250)m Las reposan directamente sobre el sustrato hercí-
dacitas ocupan la posición estratigráfica de las nico. Tan sólo al O de Viure afloran en reduci-
calizas anqueríticas, las cuales sólo afloran al da extensión geográfica un paquete de rocas
sur de Bruguera. volcánicas riolitas (40 m de potencia) que
En Col1 de Jou ( 5 Km al O de Surroca- pueden considerarse correlacionables con los
Ogassa) hay citada la siguiente asociación de
tramos altos de la serie de Carnpellas.
flora ( D O U B I N G E R et d., 1978; R O B E R T ,
3.4 SEDIMENTOLOGLA
Walchia (iErnestiodendron) germánica Florín
1938 Las características de las cuencas sedi-
Ernestiodendron filiciforme Florin 1934 mentarias son muy similares en los dos con-
Ullmannia frumentaria (Schlotheim) Goeppert juntos definidos. Se trata en todos los casos
~1850 de abanicos aluviales situados en los bordes de
Alethopteris c.f. grandini Brongniart las cuencas que gradan hacia "mud-flats" y/o
Pecopteris polymorpha Brongniart ambientes lacustres en el centro de las mis-
Pecopteris cf. ameromi Stockmans et Williere mas.
Pecop teris sp. La gran variabilidad de facies que existe
Odontopteris cf. dufrenoyi Brongniart entre las distintas unidades puede explicarse
Mixoneura sp. se reprochat del tipo ovata por los siguientes factores (G ISBERT 1981
Taeniopteris multinervis Weiss G I S B E R T et d. 1982):
Lebachia cf. piniformis Florín, numerosos a) Los cambios paleoclimáticos que mo-
Walchia sp. difican el régimen de precipitaciones y la vege-
tación.
Este conjunto indica una edad Stepha- b) Las variaciones en el tipo de volcanis-
niense C-Autuniense. mo y en la posición de los distintos centros
La U.R.I. comienza con lutitas arcillosas eruptivos.
rojas (10-30 m) seguidas de una alternancia de c) Por alteraciones en la intensidad o en
cineritas, tobas, microconglomerados, arenis- el tipo de dinámica estructural que crea las
cas volcanoclásticas rojas y grises con ocasio- cuencas ya que estas alteraciones modifican la
nales restos de flora (300 m). Sobre esta serie magnitud de las pendientes implicadas y el ta-
volcanoclástica se deposita un tramo de tobas maño del área fuente.

(1)Información proveniente de trabajos en curso a cargo del "Servei Geologic de Iri Generalitat de Catalunya".

415
3.4.1 MECANISMOS DISPOSICIONALES tadas como depósitos de corrientes "braided"
Unidad Gris: En la mayoría de los casos con cemento de calcita incrustante, calcita fé-
está constituida por masas de vulcanitas. En rrica y anquerita" (NA G T E G A A L 1969).
estos casos aglomerados y coladas constituyen En los tramos basales la sedimentación
las facies más proximales y los lapiiiis, tobas y de los ambientes distaies es detrítica (lutitas
cineritas las más distales. Entre los mecanis- grises varvadas) siendo escasos los depósitos
mos deposicionales de las masas piroclásticas de tipo carbonático dadas las condiciones'pre-
destacan lahares calientes, lapiilis acrecionales dominantemente ácidas del medio(1). El trán-
originados por erupciones freato-magmáticas, sito al predominio de las condiciones alcalinas
ignimbritas con secuencias características y se produce por causas climáticas ( N A G T E -
"ash-falls" de todas las granulometrías (G IS- G A A L , 1969) al mismo tiempo que disminu-
BERT, 1981; MARTI, 1982). ye la subsidencia y se generalizan los ambien-
Las rocas piroclásticas presentan trans- tes lacustres con sedimentación carbonática
formaciones de origen sedimentario según su acompañada de restos de algas y ostrácodos
medio de emplazamiento. Cuando se asocian (GISBERT, 1981). Las capas de caliza anque-
con depósitos de carbón están intensamente ríticas constituyen el nivel litológico más con-
caolinizadas (tonsteins clásicos), en las zonas tinuo y mejor reconocible a escala de todo el
de borde de cuenca se presentan siiicificadas y Pirineo.
caolinizadas mientras que en zonas más inter- Unidad Roja Inferior: Las facies detríti-
nas predominan las carbonataciones, cloritiza- cas son volcanoclásticas en su mayoría y en
ciones, berthieritizaciones y transformaciones ellas se pueden reconocer depósitos de ríos
e interestratificados de iliita-montmorillonita efímeros con mecanismos de tipo "mud-
(GISBERT,1981). flow", "debris-flow", "stream flood" y canales
Las facies kdimentarias más frecuentes, con pautas de migración "braided". Existen
están constituidas por brechas de talud, con- abundantes tobas interestratificadas y hay
glomerados y areniscas con pautas de migra- pruebas de que muchos cuerpos detríticos se
ción "braided" y altemancias de capas de an- depositaron por la acción de tormentas sincró-
tracita, lutitas caoliníferas con nódulos de si- nicas a los mecanismos eruptivos (GISBERT,
derita y areniscas depositadas por corrientes 1981).
meandriformes (NAGTEGAAL,1969). Las En las lutitas acompañantes hay abun-
facies más proximales (brechas) carecen de ce- dantes nódulos y costras calcáreas de tipo cali-
mento, las intermedias poseen cemento de cal- che ( N A G T E G A A L1969).
, Los cuerpos de-
cita férrica y en las distaies coexisten calcita tríticos poseen cementos de calcita, hematites
fémca y anquerita (GISBERT,1981). (NA G T E G A A L , 1969) y laumontita (GIS-
Unidad de Tránsito: Se organiza general- BERT, 1981).
mente como una secuencia detrítica granode- Las facies distales están constituidas por
creciente culminada por calizas anqueríticas grandes masas de lutitas con pasadas de are-
con tobas y cineritas interestratificadas. Mati- niscas de grano muy fino con cemento de cal-
cemos a este respecto que en el Pirineo cen- cita y dolomita micrítica. En algunos casos
tro-occiaeiital está reducida casi exclusiva- estas facies poseen evaporitas (M I R O U SE,
mente al tramo carbonático, que reposa direc- 1962) aunque es probable que hayan desapa-
tamente sobre el sustrato. recido por disolución diagenética en el resto
Los cuerpos detríticos basales (areniscas de los afloramientos.
y conglomerados) son de tonos versicolores, Facies Saxoniense (Unidad Roja Superior):
aunque hay series completamente grises que Los cuerpos detriticos presentan caracte-
poseen capas de hulla, tal como sucede en Su- rísticas de depósitos de cursos efímeros con
rroca-Ogassa y Malpas (Pirineo cataián)(l). mecanismos de tipo "stream flood" y canales
Las facies conglomeráticas han sido interpre- con pautas de migración "braided". En menor

(1) Intormacibn proveniente de trabalos en curso a cargo del "Servei Geologic de la Generalitat de Catalunya"

416
proporción existen depósitos de "mud-flow" nes dacíticas y riolíticas (MARTI, 1982).
y canales con pautas deposicionales meandri- En la sierra del Cadí GISBERT (1981)
formes, estas últimas localizadas en 10s niveles pone de manifiesto una progresiva acidifica-
de tránsito a las facies distales. Los cuerpos ción de los términos volcánicos dominante a
detríticos proximales (brechas) carecen medida que S U ~ ~ en O Sla serie (andesitas en
de cemento, los intermedios poseen cementos la U.G., dacitas en la U.T. y riolitas sincróni-
de calcita, y en los distales coexisten calcita y camente con la U.R.I.) también considera e1
dolomita. macizo granítico de Andorra-Mont Lluis como
as facies distales están constituidas las raíces de las riolitas de Greixer-Col1 de
por grandes masas de lutitas arcillosas con Pendís. M O R R E & T H I E B A U T (1964, 1966)
intercalaciones de dolomicritas varvadas con interpretan como primaria la espilitización de
restos de bivalvos y huellas de desecación, in- las vulcanitas de la Sierra del Cadí mientras
terpretadas como depósitos de ambientes la- que M A R T I (1982) deduce una espilitización
custres muy someros que sufrían desecaciones secundaria en las coladas andesíticas de Erill-
polianuales (GISBERT, 1981). Castell y Castellnou d'Avellanos.
3.4.2 PALEOCLlMA
El vulcanismo ligado a las facies Saxo-
niense se desarrolla preferentemente en el Piri-
Tan sólo N A G T E G A A L (1969) y G I S - neo vasco y aragonés occidental. Su Única re-
B E R T (l981), estudian en detalle este proble- presentación en la mitad oriental del Pirineo
ma. Para ello investigan los paleosuelos, los la constituye el pitón de la emita de sansal-
mecanismos de~osicionalesy 10s procesos de vador en la Sierra del Cadí (G1sB E R T , 1981).
la diagénesis temprana pudiendo sintetizarse ~ ~ l ~
al vulcanismo
t i ~
del ~ ~ ste-
~ t ~
sus conclusiones en la representación de la fig. phmo-Autuniense podemos decir que el saxo-
3.5. niense posee más episodios subvolcánicos (son
a los paleosuelos que frecuentes sills y diques), es más básico, sus
las discontinuidades estratigráficas-fosilizadas . texturasson más fluidales y tiene contenidos
por la Unidad Gris y la Unidad de Tránsito elevados en fósforo y alcalis (HERNAN-
presentan importantes nibefacciones de mate- DEZ, 1982). No se conoce todavía la serie
rial infra~acentesque en algunos casos está volcánica donde se encuadran estas rocas íg-
convertido en una masa de hematites y caoli- neas; GISBERT (1981) a título de hi-
nita. En las dos unidades rojas (U.R.1. y pótesis que podrían tratarse de basaltos &di-
U.R.S.) 10s paleo~uel0~ más evidentes Son 10s nos dada la similitud del modelo estmctural
nódulos y costras de tipo caliche desarrollados interpretado con el de una cuenca alpina de
sobre sus propios depósitos. EE.UU. donde emisiones de basaltos alcalinos
sustituyen al vulcanismo calcoalcalino al cesar
3.5 VULCANISMO
la compresión.
Las mayores acumulaciones de rocas vol-
cánicas Stephano-Pérmicas son sin duda las 3.6 MODELOS DE CUENCA SEDIMEN-
aflorantes en la Sierra del Cadí (Pirineo cata- TARIA
lán) y en el Pico Anayet-Midi d'Ossau (Pirineo
central). S O U L A et al. (1979) establecen un mo-
V I E N N O T (1929) es el primero en reco- delo de desgarres senestrales para explicar la
nocer dos grandes episodios en el vulcanismo creación de las cuencas Pérmicas y Triásicas.
tardihercínico. Podemos pues correlacionar Según este modelo las cuencas poseerían unas
un vulcanismo basal con el conjunto Stepha- dimensiones aproximadas de 5-10 x 30-50 Km
no-Autuniense y el superior con las facies Sa- con acumulaciones máximas de sedimentos
xonienses. del orden de 1.000 m. Este modelo también
El vulcanismo Stephano-Autuniense es predice la ascensión de magmas a través de las
de tipo calcoalcalino (BIXEL, 1973; P U G A y fracturas de dirección N 30-40 así como la
FONTBOTE, 1981 y MARTI, 1982), en 61, imposibilidad de que este fenómeno se pro-
coexisten emisiones andesíticas con eyeccio-
4. Ríos efímeros 7. Abanico aluvial menor
2. Facies medias 5. " ~ u d - lot"
f 8. "sand.-tiat"
mayor
3. Facies distalea . 6. Logos- di lo ya"

EJE DE
LA CUENCA
V w

Fig. 3.4.- Modelo de Cuenca para l a facies Saxoniense (U.R.S. Unidad Roja Superior).

1 Paleoclima
Semiirido I
Poleoclimo tropicol-hhdo
1NID DAD ES
con estaciones cortos Y secas GENETICAS

Unidod focies
Buntsondstein

I Unidad Roja
superior I
Unidod Roja

L Unidad de
Trónsito

Unidad
Gris

Fig. 3.6.- Evolucibn del paleoclima en los depósitos continentales posthercfnicos de los Pirineos. (Síntesis basada en GISBERT 1981
y N A G T E G A A L 1968).

G ISBERT (1981) limita la validez del ci- dancia basal, parecen indicar una sedimenta-
tado modelo al conjunto Stephano-Autunien- ción en régimen de distensión local que prelu-
se en el cual la dinámica compresiva es con- dia ya la distensión generalizada del Triásico
gruente con el vulcanismo calcoalcalino. En inferior. Por otra parte las cuencas Saxonien-
las facies Saxonienses el cambio en el quirnis- ses son geométricarnente las mejor conocidas
m0 del vulcanismo, su ascensión a través de y está probado su carácter disimétrico (fig.
fracturas N 140, y la disposición de la discor- 3.4).
3.7 RECURSOS DE INTERES ECONOMI- Tránsito cu,ando está en continuidad sedimen-
CO taria con la Unidad Gris. Los cuerpos minera-
lizado~se sitúan en las facies detríticas basales
Las antracitas de la Unidad Gris y las de la U.T. en los tramos con condiciones in-
hullas de la Unidad de Tránsito son y han sido termedias de oxidación-reducción. El proceso
los principales objetos de actividad minera. parece controlado por un cambio climático
Las cuencas de la Unidad Gris en Adral1 y que amplía los ambientes oxidantes en los tra-
Malpás (Pirineo catalán occidental) y del Cam- mos proximales e intermedios de los abanicos
po de la Troya (Pirineo aragonés) fueron obje- aluviales (GISBERTet al., 1981).
to de importantes labores, aunque hoy en día
sólo mantienen su actividad las del Campo de
la Troya. La hullas de la Unidad de Tránsito 3.8 AGRADECIMIENTOS
se explotaron intensamente a principios de si-
glo en Surroca-Ogassa (Pirineo catalán cen- Queremos expresar nuestra gratitud al
tral), aunque en la actualidad están abandona- "Servei Geologic de la Generalitat de Cata-
das. lunya" por la autorización para utilizar la in-
Las mineralizaciones radioactivas no se formación de los trabajos en curso a cargo de
han explotado nunca en las series Stephano- esta entidad.
Pérmicas y su principal interés podría ser de Finalmente mi reconocimiento a Leonor,
índole estratigráfico. G 1sB E R T (1981) las uti- mi compañera infatigable, por toda su ayuda
liza para definir el comienzo de la Unidad de material y moral.

-
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4 EL PERMICO DE LA CORDILLERA IBERICA Y BORDES DEL SISTEMA CENTRAL

Alfredo Arche*, Amparo Ramos** y Alfonso Sopeña*

* Instituto de Geología Económica C.S.I.C. Facultad de Ciencias GeolÓgicas. Universidad Complutense. Madrid-3.
** Departamento de Estratigrafía. Facultad de Ciencias GeolÓgicas. Universidad Complutense. Madrid-3.
4 EL PERMICO DE LA CORDILLERA IBERICA Y BORDES DEL SISTEMA CENTRAL

4.1 INTRODUCCION dan descripciones más detalladas de las series


más interesantes y representativas. Hay que
El análisis detallado de los sedimentos precisar también que no se ha podido consta-
pérmicos conocidos hasta este momento en el tar la existencia de la Formación Feliciana de-
ámbito de la Cordillera Ibérica y zonas limítro- finida por M A R I N (1974) en el sector de
fes, pone de manifiesto la existencia de dife- Montalbán. En nuestra opinión, las lutitas ro-
rencias esenciales, tanto en su composición li- jas que para este autor forman esta unidad,
tológica, como en las relaciones estructurales son en realidad niveles de pizarras paleozoicas
con el resto de los materiales paleozoicos y muy alteradas que se sitúan inmediatamente
con el Triásico. Teniendo en cuenta estas dife- debajo de la discordancia con el Triásico, simi-
rencias se considera este área dividida en va- lares a los que existen en otras áreas de Espa-
rios dominios, que quedan bien definidos en ña ( V I R G I L I et al., 1974).
función de las características del Pérmico que En el primero de los dominios que aquí
aflora en cada uno de ellos: se consideran (Bordes del Sistema Central y
- Bordes del Sistema Central y zona de zona de enlace con la Cordillera Ibérica) exis-
enlace con la Cordillera Ibérica. te, discordante sobre el Paleozoico inferior y
- Sector Noroccidental de la Rama Cas- discordante también por debajo del Triásico,
tellana de la Cordillera Ibérica. un Autuniense típico, con frecuentes interca-
- Sector Suroriental de la Rama Caste- laciones de rocas de origen volcánico y al que
llana de la Cordillera Ibérica. suceden en continuidad sedimentaria facies
Hay que hacer notar en este sentido, que rojas (de "tipo Saxoniense") sin que hasta el
en la Rama Aragonesa de la Cordillera Ibérica, momento se haya demostrado la presencia de
sólo se ha citado hasta el momento como po- discordancia interna alguna. Por lo tanto, todo
sible Pérmico, la existencia de rocas de origen el conjunto viene siendo atribuido al Autu-
volcánico en el núcleo del anticlinal de Mon- niense. Los tramos inferiores de la serie, están
t d b k ( A L M E L A et d., 1977; M A R T I N F E R - en algunas ocasiones, como se verá más tarde,
N A N D E Z , 1970; N A V I D A D , 1983) cuya PO- bien caracterizadas paleontológicamente.
sición estratigrafica es muy dudosa todavía, y En el Sector Noroccidental de la Rama Cas-
en la región situada al NO de Ateca por D E S - tellana de la Cordillera Ibérica existe también
P A R M E N T , M O N R O S E & SCHMITZ (1972) un Autuniense discordante sobre el Paleozoi-
que las atribuyen al Permo-Silesiense. Además co inferior, pero en este caso es recubierto en
de estas citas, D E L A P E Ñ A et al. (1977a) discordancia por un "Saxoniense", sobre el
atribuyen al Autuniense un pequeño aflora- que a su vez se apoya discordante el Bunt-
miento de materiales detríticos con algunas sandstein. Es importante resaltar que además
intercalaciones de rocas volcanosedimentarias en este área se ha demostrado la edad Thurin-
en la localidad de Reznos, al SE de Soria. Te- giense de la base del Buntsandstein.
niendo en cuenta la escasez de datos que exis- El tercer dominio, Sector Suroriental de
ten aún sobre el área de la Rama Aragonesa de la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica, se
la Cordillera Ibérica y la reducida extensión caracteriza por la presencia de varios afiora-
de los afloramientos, no se considera esta re- mientos dispersos de rocas volcánicas que se
gión en los apartados siguientes en los que se apoyan sobre el Paleozoico inferior y que has-
ta el momento han sido consideradas como 1 9 7 7 ) y R A M O S etal. (1976).
del Carbonifero o del Pérmico inferior según La caracterización palinológica del Thu-
los distintos autores que las han estudiado, ringiense en algunas localidades de la Rama
pero sin ningún argumento definitivo que per- Castellana de la Cordillera Ibérica han sido
mita una atribución precisa. Por encima y dis- realizadas por BOULOUARD & VULLARD
cordante sobre cualquier otro material más (1971), R A M O S & D O U B I N G E R (1979) y
antiguo existe un Buntsandstein variable en A R C H E & D O U B I N G E R (1983).
facies y potencia, en cuyos tramos inferiores En los trabajos de VZRGILI et al. (1976,
aparece en algunas localidades microflora 1980) y S O P E Ñ A et al. (1977), se sintetizan
Thuringiense. los conocimientos que hasta ese momento se
poseían sobre el Pérmico. Los aspectos petro-
lógicos detallados se tratan en los trabajos de
G A B A L D O N & D E L A P E Ñ A (1973) y D E
4.2 ANTECEDENTES L A P E Ñ A & M A R F I L (1975). Los problemas
relacionados con las rocas volcánicas asociadas
En las investigaciones sobre el Pérmico a las series Pérmicas han sido tratados especí-
de la Cordillera Ibérica y zonas limítrofes, hay ficamente con detalle por D E L A P E Ñ A et al.
que distinguir varias etapas. La primera de (1977, 1979), A N C O C H E A et al. (1980).
ellas, abarca un largo período de casi un siglo, H E R N A N et al. (1981) y N A V I D A D (1983).
en la que la mayor parte de los investigadores La única datación radiométrica que existe has-
niegan la posibilidad de que existan sedimen- ta el momento se debe a H E R N A N D O et al.
tos de esta edad en la mayor parte de las re- (1980) para el complejo volcánico de Atienza.
giones peninsulares. Son excepciones J A C - Por último las relaciones que existen entre la
Q U O T (1866) y PEREZ COSSIO (1920-1921) actividad tectónica y la sedimentación se ana-
que admiten esa posibilidad en el área de lizan con algún detalle en los trabajos de A L -
Cuenca y borde SE del Sistema Central res- V A R O et al. (1979) y S O P E Ñ A (1979).
pectivamente. La segunda etapa se inicia en el
momento en que R I B A & R I O S (1960-62)
atribuyen una edad pérmica a las lutitas rojas
que afloran por debajo de los conglomerados 4.3 BORDES DEL SISTEMA CENTRAL Y
del Buntsandstein en algunos sectores de la ZONA DE ENLACE CON LA CORDI-
Cordillera Ibérica. A partir de aquí, se han ido LLERA IBERICA
incrementando las investigaciones sobre estos
materiales desde distintos puntos de vista y Los afloramientos de materiales que en
existen una gran cantidad de trabajos que el estado actual de conocimientos pueden atri-
aportan datos de gran interés para el conoci- buirse al Pérmico en los bordes del Sistema
miento del Pérmico. Central y en la zona de enlace con el extremo
A continuación, se resumen las citas de occidental de la Rama Castellana del Sistema
los principales trabajos que pueden ser consul- Ibérico, se localizan en cuatro áreas concre-
tados por su interés específico con respecto a tas y bien definidas, tanto por su posición
este tema. Desde el punto de vista estratigráfi- geográfica, como por las características de los
co hay que mencionar los trabajos de S A - materiales que afloran en ellas: Sector Valde-
CHER (1966), V I L L E N A ( 1 9 7 1 , 1 9 7 6 ) , sotos-Tamajón, sector Pálmaces de Jadraque,
V I R G I L I et al. (1973), M A R F I L & P E R E Z sector Riba de Santiuste y sector Ayllón-
G O N Z A L E Z (1973), R A M O S & S O P E Ñ A Atienza (fig. 4.1).
(1976), H E R N A N D O (1973, 1977), R A M O S La escasez de restos fósiles, salvo en ca-
(1979), S O P E Ñ A (1979) y P E R E Z - A R L U - sos muy concretos, unida al carácter predomi-
C E A & S O P E Ñ A (1983). nantemente fluvial y aluvial de los depósitos
Los primeros datos paleontológicos so- pérmicos de estos cuatro sectores, hacen muy
bre la existencia de Pérmico inferior (Autu- difíciles las correlaciones entre ellos, por lo
ni,ene) se deben a S O P E Ñ A e t al. ( 1 9 7 4 , que los distintos autores que han estudiado
estos materiales, establecen unidades estrati- La unidad superior "Areniscas de Retien-
gráficas de carácter informal diferentes en ca- das" está constituida por una alternancia irre-
da sector (HERNANDO, 1977; S O P E R A , gular de areniscas, lutitas y conglomerados, de
1979) en espera de que nuevos criterios o da- todos verdes, ocres y grises, con algunas finas
taciones permitan una correlación precisa. intercalaciones, de carácter local, de carbón.
Respetando este criterio en beneficio de El espesor de esta unidad es también muy va-
la objetividad, se describen a continuación las riable. El máximo de 120 m, se ha medido al
principales características de las unidades esta- oeste de Retiendas (fig. 4.1).
blecidas en cada sector, para posteriormente El contenido paleontológico de estas dos
plantear las posibles relaciones de equivalencia unidades es muy diferente. Mientras que la
que puedan existir. inferior sólo contiene algunos xilópalos de
grande dimensiones, algunos incluso en posi-
ción de vida, la superior contiene frecuente-
4.3.1 SECTOR VALDESOTOS-TAMAJON
mente gran cantidad de macro y microflora en
El Pérmico de este sector está constitui- distintos grados de conservación. En los nive-
do por un conjunto de materiales detrítico-te- les de granulometría más gruesa, aparecen bas-
rrígenos en los que predominan las facies de tantes restos vegetales macerados, casi siempre
alta energía (conglomerados y areniscas) que inclasificables, aunque en ocasiones alcanzan
se apoyan discordantes sobre el Paleozocio in- tamaños considerables. Por el contrario los ni-
ferior. El análisis de la discordancia demuestra veles de granulometría fina (limos y arcillas)
la existencia de un fuerte paleorrelieve fosili- contienen macro y microflora muy bien con-
zado por los sedimentos pérmicos y responsa- servada (SOPEÑA et al., 1974).
ble de las grandes variaciones de espesor que La macroflora recogida en el yacimiento
presenta la serie. El contacto superior con el situado al NO de la localidad de Valdesotos,
Triásico sólo puede observarse en un punto correspondiente a un nivel de limos grises y
situado 2 Km al SO de Tamajón, donde apare- blancos situado a 1 4 m por encima de la base
ce como una suave discordancia con las arenis- de la unidad superior (Areniscas de Retien-
cas del Buntsandstein. Aunque la extensión das), que ha sido clasificada por el Dr. J .
superficial de los cuatro afloramientos princi- B R O U T *~ comprende los siguientes géneros y
pales de este sector (fig. 4.1) es muy pequeña especies:
ya que apenas rebasa en conjunto los 6 KmZ,
Annularia cf. mucronata S C H E N K
la potencia total de la serie puede estimarse
Annularia spicata G U T B I E R
próxima a los 400 m.
Baiem Sp. B R A U N
Se han establecido dos unidades litoes-
Callipteris sp. (? cf. subauriculata) WEISS
tratigráficas (SOP E R A , 1979) cuyas principa-
Callipteris conferta BRONGNIART
les características se resumen a continuación:
Callip teris niklesi z E ILL E R
La unidad inferior "Conglomerados de
Callip teris jutieri z E IL L E R
Valdesotos", está constituida por una potente
Mixoneura auriculata-dufrenoyi BR O N G -
masa de conglomerados (brechas en su mayor NIART
parte) de colores rojos y grises con intercala-
O d o n t o p t e r i s lingulata ( G O E P P E R T )
ciones de areniscas y limos arenosos, más nu- SCHIMPER
merosos al techo de la unidad (fig. 4.1). El O d o n t o p t e r i s cf. o s m u n d a e f o r m i s
espesor total de la unidad es muy variable pu- (SCHLOTEHIM) ZEILLER
diendo incluso llegar a desaparecer, siendo la Odontopteris cf. S T E R N B E R G dufreno-
unidad suprayacente la que se apoya discor-
yi B R O N G N I A R T
dante sobre el Paleozoico inferior en algunos
WalchM sp.
puntos. El máximo espesor, 354 m, se ha me-
dido en el afloramiento más occidental situa- Otro yacimiento de interés es el situado
do al O de Valdesotos (fig. 4.1). al O de Retiendas en el Km 1,600 de la carre-

* Laboratoire de Paleobotanique de 1'Université Pierre et Marie Curie. Paris.


Lutltas. areniscas y
conglomerados de
Cañamares ( LaC)

- m TERCIARIO
Lutitos y
COnqlomerado8 d. PERMICO
Alpedroch*~(LC A )
0PALEOZOICO INF. O MESOZOIM)
Principales fracturas
Lutitos y areniscas
del Barranco de
P.lb Blanca ( L ~ L ) ) 4 / Tordlhncínkas

-
Andnltas d. Coñamares
Lutitar y areniscas
del Borranso
-
d. Valdegdmez ( L ~ v )
Andnitas del ?r$
LL Costellana A c)
Pol.ozoico inferior

DE JADRIOUE ( Sopeíia 1.979)


-
Conqlomerodor
superiores de
PÓ1m0c.i (CSP)
VALDESOTOS -RETE NDAS AYLLON-ATICNZA

/
VALDESOTOS-RETIENDAS ( Sop.60 1.979)
-
Limo, y arcillas de
Pálmaeer ( L p )

-
-
Areniscos de ~ á l m a o r( A ~ )
Conjunio vuicono-sadinmtario (Crs)
G ml m .
i d o rinteriores de F 6 h a c r r
m o z o i m inferior

Fig. 4.1.- Afloramientosp6rmicos del borde este del Sistema Central Y series tipo.
tera al embalse de El Vado. Corresponde a dios lacustres de escasa importancia (SOPE-
varios niveles de limos negros apizarrados, que R A , 1979).
se localizan entre los 70 y 80 m por encima de
la base de la unidad superior ("Areniscas de 4.3.2 SECTOR PALMACES DE JADRAQUE
Retiendas"). La clasificación y estudio realiza- Como en el caso anterior, los materiales
dos por la Dra. D O U B I N G E R * * comprende pérmicos de este sector ocupan una extensión-
los siguientes géneros y especies: superficial muy reducida (fig. 4.1). Sin embar-
C a l l i p t e r i s conferta (STERNBERG) go el espesor total de la serie se aproxima aquí
BRONGNIART a los 670 m (fig. 4.1). El contacto inferior es
Callipteris raymondi Z E I L L E R también aquí una discordancia desarrollada
Pecop teris pseudo-oreop teridia (POT O - sobre los materiales metamórficos hercínicos.
NIE) V E T T E R El Triásico recubre a su vez en neta discordan-
Pecopteris pectinata B E R T R A N D cia cada una de las cinco unidades litoestrati-
Pecop teris densifolia G O EPPE R T gráficas que se han establecido para el Pérmi-
Pecopteris cyathea var. minima V E T T E R co de este sector (SOPEÑA,-1979).La unidad
Odontopteris obtusa B R O N G N I A R T inferior "Conglomerados inferiores de Pálma-
O d ~ n t o p t e r igimmi
s REMY ces" está constituida por conglomerados (bre-
Sphenofhyllum angustifolium G E R M A R chas en su mayoría) de colores grises y verdes.
Annularia stellata S C H L O T H EIM La composición de los cantos es sobre todo
Annularia cf. radiata B A R T H E L esquistos acompañados de una gran variedad
Calamites suckowi B R O N G N I A R T de rocas metamórficas de otros tipos. El espe-
Cordaites sp. sor de la unidad es muy variable, ya que se
La microflora asociada comprende en su trata de depósitos de canchales y coluviones
conjunto: Monosacados: 43 % ; Bisacados: cuya geometría se adapta a 1apaleotopop;rafía
27%; Vittatina: 4%;Esporas triletes: 14%; Es- existente. El máximo espesor de 75 m se ha
poras monoletes: 9 %; Mono y policolpados: medido al N del Embalse de Pálmaces y el
2%; Diversos: 1% . mínimo de 8 m al O del mismo embalse.
Se trata por tanto de una asociación ca- La unidad que le sucede "Conjunto vol-
racterizada por la gran abundancia de polen cano-sedimentario de Pálmaces" está com-
monosacado, (sobre todo del género Potonie- puesta por una gran variedad de tipos petroló-
isporites) asociado a bisacados y a polen es- gicos. Se trata de un conjunto de lutitas rojas
triado del género Vittatina con V . costabilis y verdes en las que se intercalan niveles de
como especie más representativa. tobas cineríticas, rocas de tipo volcanoclástico
Las características tanto de la macroflora y areniscas en cuya composición existe un
como de la microflora asociada permiten asig- porcentaje importante de material volcánico.
nar una edad Autuniense al conjunto de mate- Corresponde por tanto a una mezcla de mate-
riales pérmicos de este sector, probablemente riales de origen distinto. Por una parte, sedi-
Autuniense Inferior, silse tiene en cuenta que mentos que pueden interpretarse como facies
según C L A Y T O N et al. (1977) la zona de Vi- medias y distalcs de abanicos aluviales, y por
ttatina costabilis a la que corresponden las otra productos volcánicos, sobre todo piro-
asociaciones encontradas determina el Autu- elásticos, resedimentados en parte, por el me-
niense Inferior. dio instalado en ese momento en este área. El
Desde el punto de vista del medio de se- espesor total de esta unidad no sobrepasa los
dimentación, el Pérmico de este sector corres- 50 m y se acuña hacia el E, llegando incluso a
ponde en su mayor parte, a depósitos de aba- desaparecer. La unidad siguiente "Areniscas
nicos aluviales controlados por una topografía de Pálmaces" está constituida por una alter-
muy accidentada, y a depósitos asociados co- nancia irregular de areniscas y lutitas ocres y
mo son canchales, coluviones y algunos episo- verdes con algunas intercalaciones de conglo-

** Centre de Sédimentologie. C.N.R.S. Strasbourg.

427
merados y microconglomerados. Su espesor con algunos episodios lacustres. La actividad
varía entre 35 y 60 m. Por último las dos vertical de esta fractura, queda reflejada en la
unidades restantes "Lutitas de Pálmaces," y secuencia vertical, compuesta de varios ciclos
"Conglomerados superiores de Pálmaces" de progradaciin de los abanicos, que culmina
constituyen en conjunto una magasecuencia con las facies más proximales correspondien-
de granulometría creciente que comienza con tes a la parte superior de la unidad "Conglo-
lutitas y termina con conglomerados que in- merados superiores de Páimaces".
cluyen grandes bloques de rocas metamórfi-
cas. La distribución de tamaños en la vertical 4.3.3 SECTOR RIBA DE SANTIUSTE
se realiza de forma gradual por lo que el lími-
te entre ambas unidades es convencional. La Este sector comprende los afloramientos
primera de ellas, está constituida por una po- que, situados al oeste de la pequeña localidad
tente masa de lutitas rojas (200 m) con algu- de Riba de Santiuste, bordean en su extremo
nas intercalaciones de areniscas y conglomera- oriental el núcleo paleozoico de un anticlinal
dos en forma de canales, más numerosos en el de amplio radio desarrollado sobre el Mesozoi-
techo. En la base existen también varios nive- co, al SE de Atienza. Se trata de un conjunto
les de dolomías arcillosas de pequeño espesor. de lutitas, areniscas y conglomerados de color
En la unidad superior, predominan los conglo- rojo que afloran discordantes por debajo del
merados, también de color rojo, pero existen Buntsandstein. El espesor total de la serie no
también areniscas y algunas lutitas sobre todo puede establecerse aquí, ya que no aflora su
en su tercio inferior. El espesor total está pró- base, siendo el contacto con el Paleozoico por
fractura. El máximo que puede medirse rebasa
ximo a los 380 m.
en algo los 100 m. Eocaimente la serie incluye
En cuanto al contenido paleontológico
de 8 a 10 m de rocas volcánicas de tipo ande-
de los sedimentos pérmicos de este sector, só-
sítico, intercaladas en la parte inferior de los
lo se ha encontrado hasta el momento Esthe-
materiales que aquí afloran.
ria tenella J O R D A N ( S O P E R A et al., 1977)
No existe ningún criterio paleontológico
en los niveles dolomíticos de la base de la
que permita asignar una edad a este conjunto.
unidad "Lutitas de Pálmaces". La atribución
Por su posición estratigráfica y analcgía de
de edad es por tanto problemática. Sin embar-
facies ha sido correlacionado con la mitad su-
go, si se tiene en cuenta que la Estheria tenella
perior de la serie de Páimaces de Jadraque.
es un fósil característico del Autuniense de
toda Europa occidental, y que con bastante
probabilidad los elementos volcánicos de la 4.3.4 SECTOR AY LLON-ATIENZA
unidad "Conjunto volcano-sedimentario de Los afloramientos pérmicos de este sec-
Pálmaces" son contemporáneos de las emisio- tor son los de mayor extensión superficial en
nes de Atienza, cuya edad absoluta según este &ea de los bordes del Sistema Central
H E R N A N D O et d. (1980) es 287 + 12 m.a., (fig. 4.1). Se trata de un potente conjunto de
parece razonable admitir que el Pérmico que materiales detríticos (más de 2.000 m) para el
aflora en este sector debe ser atribuido al Au- que H E R N A N D O ( 1 9 7 7 , 1980), establece
tuniense. tres grandes unidades litoestratigráficas, de las
Con respecto al medio de depósito en el cuales la inferior es a su vez dividida en otras
que se sedimentaron los materiales que aflo- cuatro de menor rango (fig. 4.1). Según H E R -
ran en este sector, hay que hacer notar la in- N A N D O (1977) la serie comienza por un con-
fluencia decisiva que en este sentido ha tenido junto de rocas volcánicas de tipo andesítico-
aquí la actividad tectónica contemporánea dacítico ( A N C O C H E A et al., 1980; N A V I -
con la sedimentación. Se trata, muy proba- D A D , 1983) en forma de coladas con piroclás-
blemente, de una pequeña cuenca generada a ticos asociados y cuyo espesor varía entre 50
favor de una gran línea de fractura tardihercí- y 150 m. Estos materiales se sitúan discordan-
nica de movimiento horizontal que fue rápida- tes sobre el Paleozoico inferior y son bien visi-
mente rellenada por sedimentos de abanicos bles en los alrededores de Atienza ( H E R N A N -
aluviales que en su parte más dista1 se identan D O , 1980). Sobre este conjunto se suceden de
135 a 200 m de lutitas rojas con inbrcalacio- área de los bordes del Sistema Central, es un
nes de areniscas y de materiales piroclásticos y problema de difícil solución. En efecto, la
volcano-sedimentarios en su base. A continua- gran'variabilidad de facies y espesores que pre-
ción se sucede otro episodio importante de sentan estos sedimentos en función de las va-
origen volcánico y de características similares riaciones locales de composición del área ma-
al anterior sobre el que se apoyan hasta 300 m dre, la actividad de las fracturas a las que es-
de lutitas rojas con intercalaciones de arenis- tán asociados los abanicos aluviales que dan
cas que como en el caso anterior presentan en origen a la mayor parte de estos depósitos, la
su base varios niveles de piroclásticos, cineri- complejidad misma de este tipo de ambientes
tas y materiales de origen volcanosedirnenta- sedimentarios y la actividad volcánica asocia-
rio. da hacen muy difícil establecer estas relacio-
La unidad "Lutitas y conglomerados de nes de equivalencia. Sin embargo, a pesar de
Alpedroches" (fig. 4.1) está formada, siempre estas dificultades, algunos de los trabajos reali-
Según H E R N A N D O (1977, 1980), por una zados durante estos Últimos años desde el
potente masa (240-280 m) de lutitas rojas con punto de vista de la relación entre la tectónica
algunas intercalaciones de conglomerados, so- y la sedimentación, unidos a los datos paleon-
bre las que se apoyan la última unidad y más tológicos de los que se dispone, permiten ela-
potente de todas: "Lutitas, areniscas y con- borar unas hipótesis razonables de correla-
glomerados de Cañamares". ción, dentro de un modelo evolutivo general.
El Buntsandstein recubre en neta dis- En efecto, aunque el registro sedimenta-
cordancia angular a todo este conjunto, tanto rio del que actualmente se dispone, no es sufi-
en los alrededores de Atienza, como en los ciente como para poder establecer con preci-
afloramientos más septentrionales y cercanos sión la geometría y configuración exacta de
a Ayllón (fig. 4.1). las áreas de sedimentación durante el Pérmico,
El único dato que se posee sobre la edad el carácter de los depósitos y su distribución
de estos materiales son las dataciones efectua- demuestran la existencia de una serie de cube-
das mediante K/Ar por H E R N A N D O et d. tas de origen tectónico, de subsidencia rápida,
(1980) para las rocas volcánicas de la unidad que fueron rellenadas por los productos de la
inferior q u e proporcionan un valor de denudación de relieves cercanos. Estas cubeta,
287 + 12 m.a. y que confirman las atribucio- de extensión variable, aparecen casi siempre
nes realizadas con anterioridad por este mis- claramente relacionadas con el sistema de
mo autor ( H E R N A N D O1973,, 1977). Sin grandes fracturas de desgarre de finales del
embargo y dada la gran potencia que presenta Hercínico. Tal es el caso de la pequeña fosa de
la serie en su conjunto, no puede descartarse Pálmaces de Jadraque y a mayor escala, de los
'la idea de que la edad de la parte superior de afloramientos del sector de Ayllón-Atienza
la serie sea posterior al Autuniense. Según el modelo establecido por A L V A R O et
Como en casos anteriores la mayor parte al. (1979) este sistema de fracturas, dextral de
de los depósitos pérmicos de este sector, pue- dirección NO-SE y sinestral de direcciones
de interpretarse de acuerdo con un modelo NNE-SS0 y NE-SO, están en relación con una
proximal-distal de abanicos aluviales, y facies etapa tectónica "conexa con la intrusión de
asociadas en relación con una zona de fractu- granitoides tardíos y emisiones volcánicas".
ra, en este caso profunda y activa durante la La edad absoluta obtenida por H E R -
sedimentación, a favor de la cual se produje- N A N D O et al. (1980) para el complejo volcá-
ron las emisiones volcánicas de Atienza. nico de Atienza, permite fijar este momento
en el Stephaniense superior o bien en el
4.3.5 CORRELACIONES Y EVOLUCION DE LA Autuniense inferior. Por otra parte, los da-
CUENCA tos obtenidos por A N C O C H E A et d.
Como se deduce de lo expuesto hasta (1980) y H E R N A N D O et al. (1980) sobre las
aquí, el establecimiento de correlaciones pre- características composicionales de estas rocas,
cisas entre las distintas unidades litoestratigrá- les permiten encuadrarlas tectónicamente en
ficas que componen la serie pérmica en este un ambiente de compresión de zonas orogéni-
cas, en este caso seguramente de cadena orogé- yud-Teruel y la meseta del Duero se localizan
nica intracontinental. al NE y NO. El Sistema Central y la meseta
Parece, por tanto, razonable admitir que del Tajo limitan las zonas oriental y surorien-
aunque con lógicas diferencias locales, el ini- tal y hacia el S y SE se encuentran los relieves
cio de la sedimentación pérrnica se produce en de la Sierra de Albarracín.
estas áreas durante el comienzo del Autunien- Los materiales pérmicos existentes en es-
se y la parte inferior de la serie del sector de ta zona presentan una prL'-Iemática y caracte-
Ayllón-Atienza es equivalente a los tramos in- rísticas muy variadas, tanto por su distribu-
feriores de Pálrnaces y a las series del Sector ción areal, como por la existencia de materia-
Valdesotos-Retiendas que incluyen flora típi- les pérmicos de diferentes edades así como
camente Autuniense. por los importantes cambios sedimentológi-
Las diferencias de facies que existen en- COS.
tre las distintas unidades que componen la se- Asimismo este área presenta el interés de
rie en cada uno de los sectores que se han permitir un estudio bastante completo, cori
descrito quedarían explicadas en función de afloramientos continuos entre los materiales
las características locales y ubicación de las de diferentes edades dentro del Pérmico ob-
cubetas, en las que la serie podría comenzar servándose su evolución, relaciones mutuas y
por canchales y coluviones como P.e. en Pál- variaciones laterajes.
maces y Valdesotos sobre las que se apoyan sí pues podemos dividir estos materia-
depósitos de abanicos aluviales, o por materia- les para su estudio en tres grupos: Autuniense,
les volcánicos como en el caso de Atienza. Saxoniense y Thuringiense (fig. 4.2).
La evolución posterior parece indicar sin
embargo, un contexto tectónico distinto. Con 4.4.1 AUTUNIENSE
bastante probabilidad como indican A L V A - La distribución de estos materiales es
R O et al. (1979) se produjo una subsidencia bastante irregular ( R A M O S , 1980). Sólo en la
en algunas cubetas, relacionada con la reacti- Sierra de Aragoncillo aparece la serie reiativa-
vación como fallas normales de algunas líneas mente completa (fig. 4.2), si bien las caracte-
de fractura. Sin embargo, este momento no rísticas de la discordancia erosiva existente a
debe situarse en el Pérmico superior como in- techo, evidencia la falta de parte de estos ma-
dican estos autores, sino en una etapa inme- teriales. Sin embargo la irregular distribución
diata, que con bastante probabilidad se inicia no está regida tan sólo por la etapa erosiva
todavía en el Autuniense. Esta afirmación se posterior que ha hecho desaparecer parte o el
basa en el análisis de la megasecuencia forma- total de estos sedimentos de algunas áreas, si-
da por las dos unidades superiores, de la serie no también, y fundamentalmente por la irre-
de Pálmaces que indica claramente una pro- gular sedimentación originada por una topo-
gradación del sistema de abanicos aluviales en grafía variable con el desarrollo de un sistema
relación con la actividad normal de una falla lacustre y fluviolacustre ( R A M O S , 1979), así
que limita esta cubeta por el E. como en ocasiones en relación con emisiones
Hechos análogos, aunque menos eviden- volcánicas diferentes, muy localizadas ( N A V I-
tes, se deducen del análisis detallado de la par- D A D , 1982).
te superior de la serie al NO de Atienza. Los materiales que aquí describimos co-
mo de edad Autuniense, desde un punto de
vista litoestratigráfico reciben el nombre de
4.4 SECTOR NOROCCIDENTAL DE LA "Capas de la Ermita" ( S A C H E R , 1966, quien
RAMA CASTELLANA DE LA CORDI- les atribuía una edad Carbonífero superior).
LLERA IBERICA Esta unidad, claramente discordante sobre las
cuarcitas y pizarras del Paleozoico inferior,
Este sector, localizado en su totalidad pueden dividirse en tres subunidades E, , E2 y
dentro de la provincia de Guadalajara, com- E, ( R A M O S , 1979).
prende el área localizada entre Alcolea del Pi- La Subunidad E , (fig. 4.2.a) representa
nar-Molina de Aragón. La depresión de Calata- el miembro de granulometría más gruesa y es-
@ : Microflora

Fig. 4.2.- Serie tipo. principales facies Y yacimientos fosilfferos del Sector Noroccidental de la Rama Castellana de la Cordillera
Ibérica. (hlodificado de RAMOS, 1979).

tá constituida fundamentalmente por arenis- ción palinológica bien conservada y que pre-
cas de color blanco y verde de tipo volcano- senta una gran variedad de formas ( R A M O S et
clástico, con algunos niveles de conglomera- al., 1976):
dos así como otros niveles de granulometría Calamospora sp.
fina con alto contenido en material volcánico. Punctatisporites breviornatus PEPPER S
Son abundantes los restos vegetales, entre Punctatisporites sp
ellos Lebachia piniformis (SCHLOTH) F L O R , Cyclogranisporites pergranuius A L P E R N
si bien la mayor parte son inclasificables. Raistrickia irregularis K O SANKE
La Subunidad E2 (fig. 4.2.b) está consti- L u n d b l a d i s p o r a gigantea ( A L P E R N )
tuida principalmente en su parte inferior, por DO~BINGER
sedimentos volcanoclásticos de grano fino. Es- i u n d bladispora sp.
tos niveles se encuentran en ocasiones carbo- Jugasporites sp.
natados y silicificados. En la parte media alta Lycospora sp.
de esta subunidad la influencia volcanoclástica Protohaproxypinus s ~ .
decrece en gran manera dando paso a una al- Alisporites sp.
ternancia de niveles de limos, calizas y dolo- Florinites similis K O S A N K E
mías en ocasiones con nódulos silíceos. Florinites cf.lubeme S A M O ILO V ICH
Dentro de esta unidad existe una asocia- Wilsonites delicatus K O S A N K E
Potonieisporites novicus BH A R D WA J veles infrayacentes, bien sea sobre los materia-
P. bhardwaji R E M Y les autunienses o bien directamente sobre los
P. simplex W I L S O N del Paleozoico más inferior (fig. 4.2).
Potonieisporites sp. Hemos dividido esta unidad en dos sub-
Cordaitina sp. unidades (RAMO S , 1979) M I y M2.
Vittatina costabilis W IL so N La subunidad M I , está formada por una
Vittatina sp. brecha de litología variada normalmente de
Striomonosaccites sp. origen local.
Gardenasporites delicatus IN o S A V A La subunidad M2, está formada princi-
Pityosporites cf. westphalensis SC H E - palmente por limos de color rojo y secunda-
MEL riamente existen algunos tramos con pqca
Kosankeisporites sp. continuidad lateral de arenas y conglomera-
Ephedripites sp. dos. Ocasionalmente existen niveles irregula-
Schopfipollenites sp. res de nódulos carbonatados de origen edáfi-
Cycadopites sp. CO.
Esta asociación, pobre en esporas de El espesor de esta unidad, es bastante va-
Criptógamas, se caracteriza por la gran abun- riable como corresponde a los ambientes sedi-
dancia de granos de polen monosacado del gé- mentarios que representa (fig. 4.2.c). La me-
nero Potonieisporites asociados a bisacados, y dia es de 50 metros, si bien existe un máximo
a polen estriado, del género Vittatina. Es una de unos 100 metros en la zona de Montesoro.
rnicroflora típicamente Autuniense. Las variaciones de espesor son irregula-
La Subunidad superior E,, está consti- res, con una tendencia decreciente hacia el
tuida por dolomías silíceas. oeste.
El espesor total de estos materiales autu-
4.4.3 THURINGIENSE
nienses que en la Sierra de Aragoncillo alcanza
unos 300 metros decrece por erosión y10 no El comienzo del Buntsandstein significa
deposición tanto hacia el este como hacia el un cambio importante paleogeográfico en am-
oeste. En los demás afloramientos en áreas plias zonas de la Cordillera Ibérica. Existe un2
cercanas, sólo se conserva la unidad inferior generalización de la sedimentación dando lu-
E l , y parte de la E2. Esta unidad inferior E, , gar a una discordancia siendo el basamento en
es la más constante siendo su característica ocasiones el Saxoniense, el Autuniense e in-
distintiva el alto contenido en material volca- cluso el Paleozoico más inferior. La base del
noclástico. Presenta sin embargo importantes Buntsandstein ("Conglomerados de la Hoz
variaciones en cuanto al tipo de vulcanismo a del Gallo", R A M O S , 1979) está compuesta
q u e se encuentra asociado ( N A V I D A D , por conglomerados con algunos niveles areno-
1983). sos (fig. 4.2.d). Estos conglomerados presen-
tan un aspecto muy característico, por su es-
4.4.2 SAXONIENSE casa matriz, lo que hace que los cantos en
Comparativamente, en relación al Autu- contacto presenten unas huellas caracteristi-
niense, los materiales comprendidos en este cas de disolución por presión. Otra caracterís-
apartado se presentan con una distribución tica muy distintiva, es la composición casi ex-
más continua y con unas características más clusiva por cantos de cuarcita. Dentro de estos
homogéneas. Aún así estos materiales, resulta- conglomerados, si bien forman un conjunto
do en su mayor parte de procesos locales, pre- homogéneo, se pueden establecer 2 subunida-
sentan una distribución relacionada con relie- des (G, , y G2, R A M O S , 1979). La subunidad
ves preexistentes, y por tanto una distribución G ,, presenta un contenido algo mayor en ma-
areal, espesores y caracteres litológicos varia- triz arenosa, así como una mayor angulosidad
dos. en los cantos.
Estos materiales a los que S A C H E R Dentro de la subunidad G1, existe una
(1966) denomina "Capas de Montesoro" se asociación palinológica que contiene las si-
encuentran siempre discordantes sobre los ni- guientes formas (RAMOS & DOUBINGER,
1979): preexistente que estos conglomerados tienden
Punctatisporites sp. a homogeneizar.
Endosporites sp.
Trizonaesporites grandis LE SCH I K 4.4.4 EVOLUCION DE LA CUENCA
Nuskoisporites dulhuntyi P O T O N I E & La sedimentación pérmica dentro de las
KLAUS "Capas de la Ermita" (Autuniense) comenzó en
Cordaitina sp. este área en relación con episodios volcánicos
Lueckisporites vikkiae (POT. & KLAUS) de tipo explosivo (NAVIDAD,1982). Estos
KLAUS episodios llevaban asociadas corrientes de alta
Bisaccates sp. energía q u e generaron unos mantos o
Paravesicasporites splendens (LESC H IK ) "sheets" localmente canalizados transportan-
KLAUS do materiales volcanoclásticos. Esto dio lugar
Striatopodocarpidites sp. a la formación de unos cuerpos tabulares con
J u g a s p o r i t e s d e l a s a u c e i (POT. & laminación paralela o de muy bajo ángulo (Ti.
KLAUS)L E S C H I K 4.2.a). Ocasionalmente existen niveles de gra-
Pro tohaploxypinus m icrocorpus (SC H A - nulometría fina, muy silicificados con alto
ARSCHMIDT)B A L M E contenido volcánico, posiblemente resultado de
Gardenasporites heisseli K L A U S etapas -intermedias más tranquilas. Son abun-
F a l c i s p o r i t e s schaubergeri (POT. & dantes los restos vegetales existentes en estos
KLAUS) K L A U S tramos y a veces los troncos en posición verti-
Cycadopites sp. cal posiblemente algunos de ellos transporta-
Las formas Lueckisporites virkkiae dos en los "sheets" generados en las etapas de
(53%), Falcisporites schaubergeri (14%) y máxima energía, en procesos similares a los
Nuskosisporites dulhuntyi (8 % ) son caracte- descritos por F R ITZ (1980) para la formación
rísticas del Thuringiense (Pérmico superior) Larnar River del Eoceno, de Estados Unidos.
(RAMOS& D O U B I N G E R , 1979). Así pues En conjunto estos depósitos son simila-
en este área la generalización de la sedimenta- res a las facies distales volcanoclásticas descri-
ción que significa el comienzo del Buntsands- tas por V E S S E L & D A V I S (1981) para la ZO-
tein, no coincide con el límite Pérmico-Triási- na del Volcán del Fuego de Guatemala.
co. Este hecho que ocurre en diversas áreas de Estos episodios iniciales de alta energía
Europa (VISSCHER, 1971) es lógico desde el evolucionan en la vertical (Subunidad E,)
punto de vista paleogeográfico, ya que es evi- (fig. 4.2.b), conjuntamente con una disrninu-
dente que el comienzo de la sedimentación ción en la actividad volcánica, hacia un medio
del Buntsandstein no se produjo en todos los más estable de tipo lacustre constituido por
puntos al mismo tiempo. De forma convencio- niveles de unos 1 0 cm con laminación parale-
nal, el límite Pérmico-Triásico se ha colocado la, con gran continuidad lateral, y en ocasio-
dentro de la unidad "Conglomerados de la nes con granoselección positiva. La desecación
Hoz del Gallo", entre G1 y G2 ( R A M O S , episódica de este ambiente lacustre queda re-
1979) ya que es evidente que la parte más alta flejada por la existencia de grietas de deseca-
del Buntsandstein es de edad Triásico como ción a techo de algunos de estos tramos. Si-
lo prueban la existencia de microfloras del multáneamente, las condiciones ambientales y
Anisiense, Ladiniense y Karniese en las unida- la composición de las aguas permiten la preci-
des superiores (fig. 4.2). pitación de carbonatos que alternan con las
No se puede especificar el espesor exac- etapas de mayor aporte siliciclástico. La posi-
to de los conglomerados de edad Thuringiense ble evolución hacia un clima menos húmedo
ya que como hemos dicho no se ha podido da lugar a la precipitación, en los niveles más
establecer el limite con el Triásico. Sin embar- superiores, de importantes espesores de carbo-
go, podemos precisar que el espesor total de natos (Subunidad E, ). Este esquema evoluti-
los conglomerados, es decir ambas unidades vo en las subunidades E, y E,, sería similar al
G1 y G2, varian entre 70 y 160 metros, pro- de las cuencas lacustres descritas por V A N -
bablemente en relación con una topografía H O U T E N (1964).
Los movimientos saáiicos y la etapa ero- dad lateral, con estratificación cruzada "tro-
siva posterior, modificaron ampliamente la pa- ugh" a veces planar o de ripples y paralela.
leogeografía@la zona.~simismoel cambio de Estos niveles serían el registro de las etapas de
clima hacia una aridez mayor es también nota- bajo caudal en las que se pueden movilizar,
He como evidencian los sedimentos "Saxo- dependiendo de las condiciones hidrodinámi-
nienses" asociados a esta etapa. Se configuran cas, megaripples, barras transversas o ripples.
una serie de pequeños abanicos aluviales en En conjunto tendríamos un sistema de
los cuales la distinción entre las facies proxi- canales de alta energía con un predominio de
males y distales es poco neta. carga de fondo.
Los niveles de brechas con abundante Existen dos ciclos principales que corres-
matriz, posiblemente resultado de etapas de ponderían a las dos subunidades G1 y G,. El
"debris-flow" aparecen en relación con procesos ciclo inferior está formado principalmente por
claramente tractivos, tanto de conglomerados barras y canales menores en relación al ciclo
poco evolucionados como de arenas en ocasio- superior. Este está formado por barras longi-
nes canalizadas y con estratificación cruzada tudinales con superficies de crecimiento lateral
(fig. 4.2.c). Todas estas facies aparecen asocia- que indicarían una mayor estabilidad junto
das a lo que constituye la facies predominan- con una relativa mayor sinuosidad para estos
te, es decir, limos y arcillas de color rojo, nor- canales, ( R A M O S& S O P E R A , 1982). El carn-
malmente sin estratificación aparente. Estos bio en sedimentación en las dos subunidades
niveles pueden haber sido depositados, al me- está posiblemente relacionado con cambios en
nos en parte, por procesos de "mudflow". Sin el sistema fluvial, debido a movimientos tectó-
embargo, los importantes procesos postdepo- nicos que tuvieron lugar en la cuenca simultá-
sicionales de alteración que han sufrido estos neamente a la sedimentación del Buntsands-
materiales plantea problemas para el reconoci- tein, lo cual ocurre de forma más evidente en
miento de la ordenación interna, lo cual difi- las áreas de borde más occidentales (SO P E ÑA ,
culta su interpretación sedimentológica. Oca- 1979).
sionalmente se encuentran algunos niveles car-
bonatados, nodulosos y brechoides que co- 4.5 SECTOR SURORIENTAL DE LA RA-
rresponderían a episodios edáficos de variable MA CASTELLANA DE LA CORDILLE-
importancia. RA IBERICA
En conjunto estos depósitos pueden co-
rresponder a abanicos similares a los descritos 4.5.1 INTRODUCCION
por H E W A R D (1978) como de duración corta El Pérmico del Sector sureste de la Rama
o moderada, con encajamiento en la cabecera Castellana de la Cordillera Ibérica aflora en
y condicionados por factores climáticos. dos zonas:
Los movimientos de la fase pfalzica o pa- - Una al noroeste, entre Ojos Negros,
latina dan paso a un paisaje bastante diferente Orea y Orihuela del Tremedal, en el que aflo-
en este área. Se instaura un amplio sistema ran materiales volcánicos y volcanoclásticos
fluvial, con una pendiente general relativa- atribuidos al Autuniense (Pérmico inferior).
mente importante. Este sistema da lugar a - Otra, más extensa, al sureste, que se
unos conglomerados en niveles de aproxima- extiende desde Albarracín hasta el Mediterrá-
damente 1 metro de espesor, masivos o con neo, más allá del Umbral de Tramacastilla, cu-
estratificación horizontal, y con frecuente im- yos límites no están bien conocidos en la ac-
bricación (fig. 4.2.d). tualidad y en el que se ha podido demostrar
Estos conglomerados representan barras que la parte baja de las facies Buntsandstein
longitudinales o medias dentro de cursos de tienen edad Thuringiense (Pérmico superior).
corriente de baja sinuosidad, similares a los
4.5.2 ZONA NOROCCIDENTAL
descritos por O R E (1963), SMITH (1970) y 4b
E Y N O N & W A L K E R (1974). Esta zona comprende un área situada
Alternando con los conglomerados exis- aproximadamente entre Ojos Negros, Orea,
ten niveles de areniscas con escasa continui- Bronchales y Orihuela del Tremedal.
En ella se encuentran varios afloramien- rial volcanoclástico indican corrientes, a veces
tos de rocas volcánicas y volcanoclásticas, dis- de gran intensidad, canalizadas o no, pero sin
cordante~sobre el Paleozoico inferior y recu- formar redes de drenaje bien jerarquizadas.
bierto~discordantemente por las facies Bunt-
sandstein. 4.5.3 ZONA SURORIENTAL
Los afloramientos muestran rocas volcá- Esta zona de límites aún no bien defini-
nicas formando coladas, capas piroclásticas y dos se extiende desde Albarracín hacia el SE,
pitones de composición riolítica, dacítica y an- hasta el mar Mediterráneo.
desítica, más raramente basáltica, siempre En él existe una facies Buntsandstein
profundamente alteradas. Se describen en ma- bien desarrollada, compuesta por tres unida-
yor detalle en el capítulo 8 del presente libro. des (V IA L L A R D , 1973) siempre recono-
Las rocas volcanoclásticas y sedimenta- cible~,aunque de espesores variables (fig. 4.3).
rias asociadas presentan porcentajes variables - Una unidad basa1 de conglomerados
de material volcánico transportado en forma blancos con cantos de cuarcita y niveles de
de cantos o fracciones granulométricas meno- arcosas, protocuarcitas asociadas. Presenta es-
res, con lutitas y areniscas, cantos de pizarra y pesores variables (0-300 m) controlados por
cuarcita. Tienen tonos verdes o marrones y factores locales.
numerosos enriquecimientos en óxidos de Fe - Una unidad intermedia de limolitas y
en forma de costras e impregnaciones (PE- arcillas rojas con algunos niveles de areniscas
R E Z - A R L U C E A , 1982).
' arcósicas intercaladas. Presenta 80 a 120 m de
En ocasiones se han encontrado restos espesor.
vegetales inclasificables, generalmente frag- - Una unidad superior de areniscas ro-
mentos de troncos. jas, que en los alrededores del dominio noroc-
El espesor de estos materiales es muy va- cidental tienen conglomerados en su base, p e
riable, oscilando entre 200 y 400 m, pero co- ro que desaparecen a la altura de Tormón.
mo su techo está siempre erosionado esta cifra Presenta 200 a 230 m de espesor.
debe tomarse como parcial. Las facies Buntsandstein son recubiertas
Como ya indicaban R I B A (1959) y en continuidad sedirnentaria por las facies
T R U R N I T (1964, 1967) esta región formaba Muschelkalk y Keuper.
una zona elevada tras los plegamientos hercí- Las facies Buntsandstein reposan siempre
nicos. discordantessobre el Paleozoico inferior o el
Aunque no han sido datados paleontoló- Stephaniense. En diversos puntos del área, se
gicamente la similitud de facies y posición ha encontrado una microflora de edad Thurin-
permite situarlos dentro del Autuniense al giense en la parte baja de la unidad interme-
igual que los materiales existentes en la Sierra dia.
de Aragoncillo ( R A M O S , 1979) y Atienza El primer hallazgo fue realizado por
( H E R N A N D O , 1979). B O U L O U A R D & V I A L L A R D (1971) en el
Su espesor es muy variable, entre 200 y anticlinal de Landete, en el que describen la
400 ,,. pero al hallarse siempre erosionadas en siguiente flora:
su techo esta cifra debe considerarse como Lueckisporites virkkiae P O T O N I E e t
parcial. KLAUS
Estos materiales se depositaron probable- Taeniaesporites albertae J A NSO N IU S
mente en cuencas interrnontaiias aisladas, T. novialensis L E sc HIC K
siempre controladas por la acción de fallas de Lueckisporites sp.
desgarre dextrales (NO-SE) y sinestrales Limitisporites sp.
(NNE-SS0 y NE-SO) ( A L V A R O et al., 1977; Pilasporites calculus B A L M E et E N E -
C A P O T E , 1978) que dividieron el macizo her- LLY
cínico en una serie de bloques. Es interesante Nuskoisporites dulhunty P O T O N I E et
destacar que estas rocas son contemporáneas KLAUS
de algunos granitoides tardíos hercínicos. Jugasporites delasaucei L E SC H IC K
Las estructuras sedimentarias en el mate- Vesicaspora ovata H A R T
Platysaccus umbrosus L E S C H IC K thuringienses.
Esta sección es imcompleta, pues está fa- En la región de Chelva ( I . G . M . E . , 1976)
llada a techo y muro, y el dato no tuvo fácil ya en Valencia, se encuentra una serie de ca-
interpretación hasta que R A M O S & D O U B IN - racterísticas similares, discordante sobre Paleo-
G E R (1979) localizaron una microflora de zoico inferior, pero en la que no se ha descu-
edad equivalente en la base del Buntsands- bierto ningún resto fósil por el momento.
tein de la Hoz del Gallo (Guadalajara).
Posteriormente se han localizado otros 4.5.4 INTERPRETACION SEDIMENTOLOGICA Y
yacimientos fosilíferos de edad semejante en EVOLUCION DE LA CUENCA
este sector; en el anticlinal de la Sierra de la Los materiales del sector noroccidental,
Plata, a unos 8 Km al S de Albarracín, ( T E M I - atribuidos al Autuniense representan una sedi-
Ñ O , 1981; T E M I Ñ O , A R C H E , D O U B I N G E R , mentación controlada por fracturas que se
en preparación) (Fig. 4.3), donde no existe la produjeran durante una fase compresiva fijada
unidad de conglomerados, dos niveles muy al final de la orogenia hercínica ( A L V A R O et
próximos de limolitas grises han proporciona- al., 1979; C A P O T E , 1978). La efusión de ma-
do la siguiente microflora: terial volcánico estaba asociada a un retrabaja-
Paravesicaspora splendens K L A U S miento de dichos materiales por corrientes
Klausipollenites schau bergerii L E S C H IK efímeras que formaban cauces mal jerarquiza-
Lueckisporites virkiae P O T O N I E & dos en redes de drenaje poco estables.
KLAUS Tras un período de tiempo no bien defi-
Nuskoisporites dulhunty P O T O N I E & nido, comienza la sedimentación de las facies
KLAUS Buntsandstein en' una situación tectónica
Trizonaesporites grandis L E S C H IK completamente diferente, de descompresión,
asociación que corresponde a una edad Thuri- en la que comieriza a formarseel aulacógeno
giense. ibérico. La subsidencia es muy rápida en algu-
Hacia el SE de Albarracín se han localiza- nas zonas, mientras que ciertos umbrales, tan-
do otros dos yacimientos de microflora de to de S como al N limitan la cuenca; existían
edad Thuringiense, uno en el Arroyo de la otros transversos, de orientación NE-SO aso-
Chapedilla, cerca de Talayuelas y otro en Mi- ciados a los anteriores.
nas de Henarejos. En ambas zonas (fig. 4.3) se Estos bloques estaban limitados por fa-
han localizado en la unidad intermedia de li- llas activas con juego vertical importante, cu-
molitas niveles con microflora de la edad men- yos labios levantados alimentaban activos aba-
cionada ( A R C H E & D O U B I N G E R , en prensa) nicos aluviales, cuyas partes proximales (p:
que contienen, entre otros: ej.: Minas de Henarejos) presentan varios ci-
Lueckisporites virkkiae P O T . & K L A U S clos "thickening and coarsening upwards", de
Nuskoisporites cf. dulhunty P O T . Y progradación de diversos lóbulos unos sobre
KLAUS otros. Las calizas de Minas de Henarejos se
Jugasporites delasaucei L E SCH IK interpretan como depósitos en un lugar situa-
Piatysaccus um brosus L E S C H IK do entre dos abanicos.
Por debajo de estos niveles pueden en- Los escasos datos de paleocorrientes
contrarse aún 40 ó 50 m de limolitas rojas y la existentes indican aportes hacia el N y el NO,
unidad basal conglomerática. Esta, es más po- por lo que no se puede descartar una correla-
tente (300 m) y de granulometría más gruesa ción con las facies saxonienses de la región de
hacia el SE (Minas de Henarejos) que hacia el Molina de Aragón, aunque de energía diferen-
NO (Talayuelas) (sólo unos 70 m ) - y tiene te. Esta correlación, sin embargo, tropieza con
algunos niveles de areniscas asociados y, ex- el obstáculo de la existencia de la discordancia
cepcionalmente calizas. saálica ( R A M O S, 1979) en Iulolina, y su falta
La edad de estos conglomerados es des- más al SE.
conocida pero, al no existir discordancia ni La unidad fina intermedia, en la que se
discontinuidades importantes entre ambas han localizado las microfloras thuringienses,
unidades, se pueder, pensar que también sean presentan algunos niveles de areniscas y con-
Fig. 4.3.- Series t i p o d e l sector suroriental d e ia R a m a C a s t e h m d e la Cordillera ibérica. Variaciones l a t e r d e s Y yacimientos
fosiifferos.

glomerados canalizados, de pequeña extensión aportes hacia el SE, deben representar sus fa-
lateral, intercalados y algún nivel de caliche. cies distales, invirtiéndose el sentido del dre-
Se interpreta como depositada en los naje con respecto a la unidad anterior.
bordes distales de abanicos aluviales y, quizás La sedimentación se va a continuar du-
como depósitos lacustres en algunos tramos. rante el Trías inferior sin interrupciones im-
Como esta unidad se debe correlacionar portantes, representando el estadio de rifting
con los "Conglomerados de la Hoz del Gallo" y subsidencia por estiramiento cortical del au-
( R AM O S, 1979) y las pdeocorrientes indican lacógeno ibérico (AL V A R O et al., 1979).

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5 EL PERMICO DEL BORDE SUROESTE DE LA MESETA

Jean Broutin

Université de Paris, VI Laboratoire de Paleobotanique, 12 rue Cuvier 75005 Paris. Francia.


5 EL PERMICO DEL BORDE SUROESTE DE LA MESETA

5.1 INTRODUCCION Y ANTECEDENTES do se describe una flora de afinidad franca-


mente autuniense en las cuencas aisladas de
Hasta estos últimos años, la existencia de los alrededores de Guadalcanal (Fig. 5.1).
materiales pérmicos en esta región de la zona Desde entonces, estudios palinológicos y
estructural de "Ossa-Morena" no h a b í ~sido paleobotánicos detallados de estas cuencas han
reconocida más que en la cuenca tardihercí- permitido atribuir a sus niveles más recientes
nica del río Viar (Fig. 5.1). una edad de Pérmico inferior post-autuniense,
Fue en 1927 cuando J. G A V A L A (1927) es decir post-carbonífera, cualquiera que sea
estableció brillantemente, a partir de los datos la postura adoptada con respecto al limite
litológicos y paleontológicos de que disponía, Carbonifero-Pérmico.
la edad pérmica de esta cuenca.
El mismo año, A. C A R B O N E L L & T.
F IG U E R o A (1927) atribuían este yacimiento
al Triásico, afirmando además: "Los depósitos 5.2 SITUACION GEOGRAFICA DE LOS
pérmicos faltan en toda la Sierra Morena". AFLORAMIENTOS PERMIC.0S
Con anterioridad a esta época, la forma- Los terrenos que pueden ser datados co-
ción del Viar era considerada como carbonífe- mo pérmicos actualmente conocidos en esta
ra o como triásica (lo más frecuente) 'según zona, ocupan dos sectores distintos, separados
los autores. por unos 60 Km (Fig. 5.1).
En 1951, V.J., JONGMANS, admite la Los más septentrionales están representa-
existencia de niveles autunienses en el río dos por pequeños yacimientos aislados, dis-
Viar. Estudios paleobotánicos y palinológicos persos en los alrededores del pueblo de Gua-
posteriores han confirmado la pertenencia de dalcanal, inmediatamente al sur del, accidente
esta serie al Pérmico (BROUTIN,1978,
tectónico mayor de Oporto-Badajoz-Córdoba
1981). que separa las zonas de "Ossa-Morena" y
Las demás secuencias post-tectónicas de "Centro-Ibérica" (Figs. 5.1 y 5.2).
esta zona eran atribuidas al Stephaniense y
La cuenca más meridional, que además
fueron presentadas como tales en el Último
es la más potente y la más extensa, se encuen-
congreso geológico internacional de París en
tra en la frontera misma de lad zonas de
1980 (JULIVERT et al., 1980).
"Ossa-Morena" y "Sur Portuguesa", continu-
Sin embargo, ya en 1956, W.J. J O N G - ando poco claro el problema de la distinción
M A N S, había sospechado la posibilidad de la de ambas zonas (Fig. 5.1).
existencia de Autuniense en el yacimiento de Si bien pueden ser correlacionados estra-
Fuente del Arco (Fig. 5.2). F. M I N G A R R O , tigráficamente estos dos grupos de aflorarnien-
1962 y M E L E N D E Z et al., 1962, consideran tos muestran características litológicas y sedi-
estos terrenos como exclusivamente Stepha- mentológicas muy diferentes, lo cual no resta
nienses. interés, tanto desde el punto de vista de la
No es sino hasta 1974 ( B R O U T I Ncuan-
) tectónica regional, como de la paleogeografía.
"FA"
4 O.

~ ~ Q8 8

10 Km
m:S, e w:!-
.. ::
*<: 2: ::2 A."-
'9-
1 4xip-----

Shphanienu- pórmico
a CarbonÍfera inferior
m Conglamrmdo inho-Cdmbriw
' m Calizas &l C&mbrico .dwior
Lavos infra-cámbricos
Aluvianos Cuahrnarior
a Otro materiales pre-carbon:feroa
C A l Cdmbrico inferior
IC Infra-Cámbrico
m Rocas volcánicas
m~ ~ ~ p
a Arcillitos y ormiscas
l
1
Granitoidms post-hctánicor
O Materiales pro-carboníhroi
Pirmieo-Carbdhro
~ ~ e ~ ~ d ~ ~

D ~evónico

-
CAI Cómbrico inferior
Folla en general
Folla inverso
+ Localidades fosilÍferas estudiadas

"'Y '- Localidades no revisadas

Fig. 5.1.- Situacion de los yacimientos estudiados (simplificado de F. VAZQUEZ GUZMAN Y E. FERNANDEZ POMPA 1976).
(Z.O.M.: "Zona de Ossa-Morena").
5.3 ESTUDIO DE ALGUNOS AFLORA- funcionado como cuencas sedimentarias en
MIENTOS INTERESANTES épocas diferentes. Están discordantes sobre un
zócalo constituido por rocas pre-paleozoicas y
5.3.1 LAS CUENCAS DE LOS ALREDEDORES pre-carboníferas. A grandes rasgos, se distin-
DE GUADALCANAL: ENCUADRE GEO- guen dos categorías: las que han sido plegadas
LOGICO por la orogenia hercínica y las que no han
Ocupan una estrecha alineación de frac- sido afectadas por ninguna fase tectónica. Las
turas muy numerosas, orientadas NO-SE, di- primeras se atribuyen, por el momento, al
rección fundamental de la tectónica regional Carbonífero inferior (Dinantiense s.1.).
(Fig. 5.2). En esta zona tan activa, en estado Al final de los movimientos de la oroge-
de reajuste permanente, ciertos sectores han nia hercínica, una regresión por emersión per-
Curnco d r
Quadalconal
-
( r r n r u ertrlcto)

Carbonftero inferior
.. ...

-
Conglomerados infro dmbricos

m Otros terrenos p r e - ~ o r b o n ~ f e r o s

Fig. 5.2.- Situación de los afloramientos penno-carboníferos.


mitió la aparición de zonas aisladas donde se sólo conocidos en afloramientos: antima mi-
produjo una sedimentación de tipo fluvio-la- na de carbón de "Fuente del Arco" y "Ala-
custre, dando lugar a las cuencas perrno-carbo- nis" (Fig. 5.2).
níferas que nos ocupan. Tomaremos, pues como serie tipo, la de
Se trata pues de cuencas molásicas cuyos la cuenca de Guadalcanal.
límites originales son casi imposible de esta- La cuenca de Guadalcanal ocupa una es-
blecer actualmente y que colmataron las de- trecha banda de afloramientos alineados ESE-
presiones de un paleorrelieve relativamente ONO, cortando la carretera de Guadalcanal a
acentuado. Sus estratos son horizontales a Valverde de Llerena (Fig. 5.2). De unos 12
gran escala. Sólo se pueden observar escasas Km de longitud, su anchura máxima es de 1,5
fallas normales de salto decimétrico y peque- Km. Está limitada al sur por una falla mien-
ños pliegues del mismo orden de amplitud co- tras que hacia el Norte, los estratos descansan
rrespondientes a las respuestas de esta cober- sobre el zócalo de manera transgresiva.
tera plástica a los reajustes del zócalo. Como se aprecia en la figura 5.3, se pue-
La mejor conocida de todas es la de Gua- de distinguir, gracias a la zona descubierta por
dalcanal, donde existe desde hace algunos la explotación, un episodio hullero productivo
años una explotación de carbón a cielo abier- que comprende dos capas de carbón (siendo la
to en el paraje denominado "Charco de la más superficial muy lenticular) separadas por
Sal" (Fig. 5.3). un banco potente de pizarras de color gris os-
Los otros yacimientos son, o bien episó- curo. A techo, desbordando el área de sedi-
dicamente explotados en superficie para ex- mentación de esta secuencia, reposan unos
traer las arcillas ("Urbana" Fig. 5.2), o bien "niveles superiores" con tonalidades mucho
t hasta 25m.

m ~reniscascongloiil.rdticas ~ i v e l e sarcillosos claros carbón m Arcillitaa carbonos<>s

m pizarras grises UArenas 4 Flora identificable * Restos vegetales macerados

w Polen y esporas

Fig. 5.3.- La cuenca de Guadalcanal en "Charco de la Sal".

más claras y netamente más detríticos. Su po- manera general, aparte de las argilitas y las
tencia es muy variable según las zonas a causa pasadas carbonosas, el material más inferior es
de la erosión. grosero, constituido esencialmente por arenis-
Hay que hacer notar que sólo estos "ni- cas y conglomerados.
veles superiores" claros son visibles en otros Desde el punto de vista del amhiente se-
yacimientos. d i m e n t a n ~ ,se trata de una cuenca fluvio-la-
La cuenca no se conoce en profundidad custre intramontañosa del mismo tipo que los
más que por un sondeo de exploración minera ya descritos en el Autuniense del Macizo Cen-
que descendió hasta 25 metros sin alcanzar el tral francés (Cuenca de la Aumance, por ejem-
zócalo. Las capas inferiores son totalmente es- plo). El carácter dulciacuícola del medio de
tériles en carbón (sólo se observaron algunas sedimentación viene demostrado por la pre-
pasadas carbonosas muy poco potentes, de 1 a sencia de fósiles del crustáceo Filópodo de
5 cm). En este sondeo sólo pudieron mues- agua dulce Leaia baentschi. Se observaron in-
trearse y estudiarse los niveles finos, aptos pa- dicios abundantes de bioturbación en las piza-
ra un estudio palinológico. Tampoco puede rras grises del episodio productivo.
suministrarse un corte litológico completo. De La única manifestación de vulcanismo
asociado que ha sido observada hasta ahora esta datación. Comprende sobre todo:
son unos niveles milimétricos tobáceos inter- Pecopteris arborescens
calados en los niveles superiores claros. P. bucklandi
P. cyathea
Macrofloras y rnicrofloras identificadas P. densifolia
P. lamuriana
Se pudo establecer una zonación florísti- P. monyi
ca basada a la vez en la macroflora y en la P. polymorpha
microflora ( B R O U T I N1981).
, De esta mane- Pecop teris spp.
ra pueden distinguirse tres zonas: dos están Mhoneura auriculata
situadas en los niveles inferiores (en sentido Sphenophyllum oblongifolium
amplio), la tercera corresponde a los "niveles S. emarginatum
superiores claros". Asterophyllites equisetiformis
A. longifolius
A.- "Niveles inferiores" Calamites cisti
a) Zona inferior, desde -22 m a -25 m C. suckowii
(al menos): sólo se conoce paleontológica- Calamostachys sp.
mente por la palinología. La asociación reco- Sphenopteris rotundiloba
nocida en la nivel -25 m está esencialmente Cordaites sp.
constituida por: Se observan pues, en Guadalcanal capas
Esporas triletes (s.1.) alrededor del 7 % "Autunienses" descansando sobre un Stepha-
<<
Esporas monoletes " 10% niense infrayacente.
Calamospora 17%
Crassispora plicata 53 % B.- Niveles superiores claros
Cadiospora 6% En estos niveles es donde se han encon-
Florinites 4% trado las asociaciones florísticas más abundan-
Potonieisporites 0,5 % tes y más interesantes, tanto desde el punto
Bisacadas 2,5 % de vista estratigráfico como paleogeográfico.
Estas asociaciones con Crassispora plica- Además, como se ha visto, son los únicos co-
ta dominantes son conocidas en el Stepha- nocidos en todos los yacimientos. Macroflora
niense B-C del Sarre y en el Virgiliense (Stepa- y microflora son en efecto totalmente origina-
niense terminal) de Texas. les, comprendiendo elementos florísticos per-
Los materiales más inferiores conocidos tenecientes a otras provincias florísticas per-
de la cuenca de Guadalcanal pueden ser pues mo-carboníferas. Permiten asignar a estas ca-
atribuidos al Stephaniense medio y superior pas una edad Pérmico inferior pero post-
(s.1.). Autuniense y ante Thuringiense sin que sea
b) Zona superior: desde el episodio pro- posible precisar más por el momento.
ductivo hasta -18,5 m. A partir de -18,5 m Considerando todas las localidades, la
los cortejos palinológicos están dominados macroflora comprende:
por polen sacado (salvo en los carbones, don- Schizostachys hispanica
de las asociaciones de "tipo Stephaniense" re- Schizostachys pinnata
aparecen, lo cual es ahora de observación clá- Pecop teris arborescens
sica). Las composiciones palinológicas censa- P. cyathea
das corresponden a las de la zona "A2" del P. paleacea
Autuniense del Macizo Central francés, defini- P. ameromi
da por J. D O U B I N G E R , es decir al "Autu- P. candollei
niense inferior" sensu B O U R O z & D O U B IN - P. densifolia
G E R (1977). P. unita
La macroflora, abundante pero poco va- P. sub-elegans
riada y diferenciada descubierta en la "piza- P. waltoni
rras" (Localidad P. AZ, Fig. 5.3) no confirma P. elevarica
P. platoni Pachycordaites cf. lingulatus
Danaeites emersoni Poacordaites sp.
Asterotheca sternbergi * cf. Entsovia A
Prynadaeopteris anthriscifolia Cordaianthus sp.
*Validop'teris robusta C Ginkgophyllun boureaui
Sphenop teris matheti Ginkgoites sp.
S. rotundiloba * Ginkgophytopsis aff. G. kidstoni G
S. lebachemis * Psygmophyllum aff. P. multipartitum C
S. pseudogermanica Psygmophyllum sp.
Corynepteris sp. Pelourdea sp.
Callipteridium cf. gigas * Rhipidopsis baetica ACG
* Protoblechnum wongii C * R. ginkgoides ACG
Neurop teris sp. Lebachia piniformis
Odontopteris subcrenulata L. hypnoides
O. cf. lingulata L. frondosa
O. dufrenoyi Walchia (S Ernestiodendron) germanica
Taeniopteris cf. multinervis Ernestiodendron filiciforme
Callipteris conferta La microflora asociada confirma la data-
Callipteris sp. ción que se desprende del estudio de los res-
Sigillaria brardii tos vegetales. Globalmente comprende:
Sphenophyllum emarginatum
S. verticillatum Esporas triletes 6 % 10%
Esporas monoletes 4%
S. oblongifolium
Monosacadas 32 %
Asterophyllites equisetiformis
A. longifolius Bisacadas 49% 86%
Annularia stellata Bisacadas estriadas 5%
Diversos 4%
A. Sphenophylloides
A. radiata Se vuelven a encontrar en las asocia-
A. mucronata ciones palinológicas, lo cual es muy importan-
A. spicata te, las particularidades ya observadas en la ma-
A. carinata croflora; de este modo se han podido identifi-
* A. cf. stellatoides A car: Laevigatosporites flexus ("Autuniense"
cf. Lobatannularia de Australia); Dentatispora sp. 1 y 2, próxi-
* cf. Annulina A mas a especies del Pérmico de la India; Plicati-
Koretrophy llites crassinervisA pollenites, Scheuringipollenites, Divarisaccus,
* Phyllotheca sp.A ACG Parasaccites, Crusisaccites (Pérmico de Gond-
* Phyllotheca sp.B G wana); Florinites eremus, Vestigisporites me-
Calamites cisti thoris et Bascanisporites undosus (Pérmico in-
C. suckowii ferior de Gondwana); Schweizerisporites: Pér-
C. undulatus mico de Cathaysia, Africa central y Angarida;
C. gigas Kyrtomisporis grosse-pustulatus (Pérmico de
Arthropitys bistriata Anatolia) y Lueckisporites singhii (Pérmico
Calamostachys tuberculata iraní).
Calamostachys sp. El estudio de la cuenca de Guadalcanal
Cordaites cf. borassifolius muestra, pues, que la sedimentación en algu-
C. cf. schenkii nas cuencas continentales postorogénicas del
C. cf. regularis borde SO de la Meseta ha comenzado efectiva-
C. laticrassinervis mente en el Stephaniense y que ha pr.oseguido
Corycordaites sp. hasta el Pérmico inferior.

* Géneros o especies consideradas pertenecientes a otras provincias florísticas. A: Angaride (si.).C: Cathaisia. G : Gondwana.

446
5.3.2 LA CUENCA DEL RIO VIAR: ENCUADRE
GEOLOGICO
Está constituido por un sinclinal asirné-
trico orientado NNO-SSE de 5 Km de anchura
por 30 Km de largo (Fig. 5.1). Su flanco NE
está limitado por un cabalgamiento que lo po-
ne en contacto con la formación Sierra Travie-
sa (Devónico). El borde SO no está limitado
por fallas y su buzamiento es menor.
Esta cuenca está situada en un sector cla-
ve, en el contacto de las zonas de "Ossa-More-
na" y "Sur-Portuguesa". Está integrada en
una compleja red de fracturas tardihercínicas
intensas, que han controlado estrechamente
su constitución, su desarrollo y la actividad
volcánica asociada.
Esta fracturación regional. ha sido estu-
diada Últimamente en detalle y encuadra en los
modelos geo-tectónicos más recientes por J.F.
SIMANCAS (1980). Los datos estructurales de
la cuenca del río Viar en sentido estricto han
sido extraídos de dicha publicación.
La formación del Viar: La serie visible
está constituida de la siguiente manera (fig. 5.4).
Base: rocas volcánicas básicas que consti-
tuyen ante todo un complejo homogéneo rela-
tivamente potente (un centenar de metros) les
siguen algunas manifestaciones de tipo "filón-
capa" o coladas, en los niveles inmediatamen-
te superiores y separados por material detríti-
CO. m
q Conglomerados
A continuación se aprecian, muy sucinta-
mente, de muro a techo:
- Una serie roja ínferior que comprende -
arcillitas, areniscas y conglomerados con fre-
cuentes intercalaciones volcánicas.
- Una serie gris media fundamentalmen-
te aileniscosa que contiene igualmente episo-
dios volcánicos.
- Una serie roja superior muy grosera,
formada por conglomerados groseros con len-
tejones de areniscas verdosas o violáceas.
Macrofiora y microflora identificadas
Han sido estudiadas dos localidades fosi-
líferas ("RVl", "RV2": Figs. 5.1 y 5.5). Es-
tán situadas en la serie gris y en la serie roja
inferior. Recientemente se han descubierto al-
gunas otras localidades pero no aportan, por
Fig. 5.4.- Serie del Rio V i r segiin MARTIN ESCORZA y
el momentp, ninguna información suplemen- RIVAS PONCE (1975). (G:Guadalcanal. <'nive-
taria. les superiores claros").
Microflora
Aunque menos abundante y peor conser-
vada es totalmente equivalente a la contenida
en los "niveles claros" superiores a Guadalca-
nal (cf. más arriba). Han sido identificados:
Calamospora sp.
C. pedata
Granulatisporites sp.
Verrucosisporites sp.
Crassispora plica ta
Florinites sp.
F. florini
F. cf. d iversiformis
Wilsonites sp.
Cordaitina sp.
Crusisaccites sp.
Densipollenites sp.
Potonieisporites bhardwaji
Po tonieisporites sp.
cf. Scheuringipollenites barakarensis
cf. Limitisporites sp.
Pro tohaplox ypinus sp.
cf. Vestigisporites sp.
Striatopodocarpites sp.
Platysaccus sp.
Hamiapollenites sp.
m ~ r c i l l i t o sgris-verde 0 Serio r o i a superior
Cycadopites sp.
~ ~ ~ ~r ~vinoso
~ i ~~ l u i Serie
t gris
~ , Gnetaceapollenites punctatus
~ o v a volcónicai
í .. Es notable resaltar la presencia también
inferior aquí de formas pertenecientes a otras provin-
9 Troncos rilicificados R:;:;lya: y cias florísticas y que son las mismas (aunque
Q Mocroflora Cuarcitar cámbricas en menor número) que las reconocidas en
O Microflora
Guadalcanal.
" C a n a l del V i a r " Se pueden pues correlacionar los "niveles
claros superiores" de l& cuencas de los alrede-
Fig. 5.5.- Cuenca del "Río Viar": Localizaci6n de yacimi- dores de Guadalcanai con la serie gris de la
entos fosiliferos. Cartografía según D.C. MAR-
TINEZ ESCORZA y D.A..RIVAS PONCE (1975). formación del Viar que, por consiguiente, son
contemporáneas.
Macroflora Falta por establecer de manera clara si,
Está mal conservada y basándose en los bajo la serie pérmica del río Viar, existe real-
trabajos de G A V A L A , está constituida por: mente un Stephaniense como lo pensaba J .
Pecopteris sp.; Annularia stellata; Calamites G A V A L A (1927).
sp. (Paracalamites); Cordaites sp.; Walchia pi-
niformis; W. hypnoides y W.imbricata.
Desarrollo y evolución de la cuenca del río
Troncos silicificados: La serie gris contie-
Viar (Fig. 5.6)
ne numerosos fragmentos d e troncos silicifica-
dos que han podido ser clasificados. Son tron- De manera sucinta, se puede decir que la
cos que pertenecen al género compresivo Da- causa primera de la localización de la cuenca
doxy lon con, sobre todo, formas pertenecien- es un conjunto de fallas de dirección dextral.
tes a Cordaites (D. Cordaixylon) y a las Coní- Se ha desarrollado gracias a la reactivación co-
feras (D. Araucarioxylon) (BR O U T I N, 1978). mo fallas de gravedad de estas mismas fractu-
a ) Desparres drxtrolrs / b) Voiconirrno y redirnmtociÓn iniciales

BLOQUES ESQUEMATICOS DE DIVERSAS ETAPAS


DEL DESARROLLO DE LA CUENCA DEL VlAR Rocas volcánicos

C ) Hundimiento orirnitrico d ) Cabolgornirnto final

Fig. 5.6.- Tomado de J.F. SIMANCAS. 1980.

ras, en régimen distensivo. En primer lugar, a 5.4 CONSIDERACIONES PALEOGEO-


través de las fisuras abiertas se desparrama un GRAFICAS SOBRE LAS CUENCAS
abundante material volcánico, exclusivamente PERMICAS DE LA ZONA DE OSSA-
en el sector norte. Los materiales detríticos MORENA
groseros de la serie inferior (con cantos de
diabasa, granito,esquistos, cuarcitas, etc.) es- El descubrimiento en esta zona de una
tán bien representados en la zona sur de la flora abundante y bien conservada, de edad
cuenca. post-Autuniense, es decir, correspondiente a
un período en el que las floras terrestres se
El desarrollo posterior de la cuenca se ha conocen mal en el resto de Europa, tiene un
desarrollado bajo una subsidencia asimétrica gran interés.
(más importante en el margen oriental) res- Se ha podido así constatar, en efecto, la
ponsable de un relleno (serie gris media), todo penetración en este sector de un número im-
ello interrumpido por episodios volcánicos ca- portante de plantas de origen Cathaysiense,
da vez más espaciados. Gondwaniense y Angaridiense. Estas formas
no se vuelven a encontrar en el resto de la
Finalmente, en el transcurso de una nue- Península Ibérica (salvo tal vez en los Piri-
va fase compresiva, los relieves que bordean neos) es decir al norte del accidente Oporto-
la depresión se acentuaron y el miembro de- Badajoz-Córdoba que por consiguiente parece
trítico grosero superior se instaló en tanto que jugar un papel de barrera fitogeográfica. Esto
se desarrollaba el cabalgamiento del borde o- conduce pues a preguntarse sobre la verdadera
riental y se acentuaba la estructura del sincli- naturaleza de este accidente tectónico mayor.
nal suavemente asimétrico ( S I M A N C A S , Esta observación supone igualmente la
1980). existencia, en aquella época, de un contacto
terrestre entre el SO de la Península Ibérica y realizado instantáneamente. En la Zona de
el continente africano, y puede que, a través "Ossa-Morena" se han puesto de manifiesto
de él, con América del Norte. los signos precursores de la aparición de la
Actualmente está establecido que en el flora mesozoica.
transcurso del Pérmico se produjo una exten- Este Pérmico del SO de la Meseta se reve-
sión de este a oeste de la flora Cathaisiense a lo la pues como un importante jalón para la
largo del cinturón ecuatorial. Los yacimientos comprensión de la evolución de las floras te-
pérrnicos de Sierra Morena constituirían el rrestres en el curso de este período.
punto más occidental, actualmente conocido Quedan por afinar nuestros conocimien-
de este desplazamiento. tos de las vías de penetración de estas floras
Se sabe actualmente que desde el Triási- "meridionales" en el dominio mediterráneo,
co, la región mediterránea constituye un do- lo cual debería ser de un interés no desprecia-
minio con una mezcla de plantas septentriona- ble para la reconstrucción de la posición de las
les (laurasienses) y meridionales (Gondwa- masas continentales alrededor del Tethys pér-
nienses). Es evidente que esta mezcla no se ha mico.

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GAVALA, J.- Memoria cormspondiente a la Hoja de Cantillana del I.G.M.E. T. 8 9 , pp. 1-320. (1976).
6 EL PERMICO DE LAS CORDILLERAS BETICAS

Otto Jan Simon* y Henk Visscher*"

* Department o f Structural Geology, University o f Amsterdam, Nieuwe Prinsengracht 130, 1018 VZ Amsterdam, Holanda.
* * Laboratory o f Palaeobotany and Palynology, State University of Utrecht, Heidelberglaan 2, 3508 TC Utrecht, Holanda.
6 EL PERMICO DE LAS CORDILLERAS BETICAS

6.1 INTRODUCCION sencia de mantos de amplia escala. Estos se


encuentran integrados esencialmente por ro-
Las Cordilleras Béticas representan la cas triásicas y de edad más antigua Sobre la
parte más occidental del sistema orogénico al- base del desarrollo litoestratigráfico de las se-
pino peri-Mediterráneo. Se puede establecer cuencias triásicas y de la evolución tectono-
una distinción entre una Zona Externa y una metamórfica, se distinguen tres complejos tec-
Zona Interna (Fig. 6.1). tónicos importantes, que son en orden ascen-
La Zona Externa se encuentra integrada diente los siguientes: 1 ) Complejo Nevado-Fi-
por sedimentos no-metamórficos de edad lhbride; 2) Complejo Alpujárride y 3) Comple-
Triásico a Mioceno y dentro de ella se estable- jo Maláguide (Fig. 6.1).
ce una subdivisión en Zonas Prebética y Subbé- En la parte nordeste de la Zona Interna,
tica. La primera está representada por sedi- se puede reconocer un grupo de! unidades
mentos de plataforma, en facies continentales tectónicas interrelacionadas, situadas geográfi-
y marinas someras, depositadas a lo largo del camente en frente del Complejo Nevado-Filá-
margen meridional del Continente Ibérico. bride y por debajo de elementos de los Com-
Entre las Zonas Prebética y Subbética se dis- plejos Alpujárride y Maláguide. Se introduce
tinguen una serie de "unidades intermedias" aquí la denominación de Complejo Almágride
que comprenden facies de talud y de abanicos para este grupo de unidades. La sucesión es-
submarinos de edad Jurásico medio a Mioce- tratigráfica es muy similar a parte de la serie
no. En la Zona Subbética se distinguen actual- triásica de la Zona Subbética en la provincia
mente tres dominios paleogeográficos impor- de Murcia, lo cual implica una deposición en
tantes, diferenciados principalmente en base un sólo dominio paleogeográfico (BESEMS &
al desarrollo de secuencias de edad liásica su- S I M O N , 1982). La procedencia y el sentido
perior y más jo-n dentro del Jurásico. Hoy de transporte de los mantos es aún una cues-
en día la mayor parte de los autores hablan en tión en debate, aunque actualmente la mayor
favor de un origen "citrabético" para las uni- parte de los autores se inclinan por admitir un
dades subbéticas en base a la asumpción de origen "ultrabético" para los Complejos Alpu-
una relación paleogeográfica con el dominio járride y Maláguide (BOU R G O I S , ~ ~ ~ ~ ;
prebético por medio de las unidades interme- A K K E R M A N et d.,1980). En esta comunica-
dias (HERMES, 1978; A Z E M A et al., 1979; ción se discute la posible presencia de rocas
vhase sin embargo BROUWER, 1926; F A L - pérmicas en la Zona Subbética y en la Zona
L O T , 1927; S T A U B , 1934; E G E L E R & D E Interna. Para los datos de la Zona Prebética y
B O O Y , 1962). De acuerdo con datos paleo- los referentés a las islas Baleares, Ibiza y Ma-
magnéticos recientes obtenidos en rocas triási- llorca, que geológicamente pertenecen a las
cas del Subbético Externo (MA K E L et al., en Cordilleras Béticas, el lector debe dirigirse a
prensa), así como por la estrecha similitud en- las contribuciones de los apartados 4 y 7 de
tre este Triásico y el del Complejo Almágride este volumen.
de la Zona Interna (BESEMS & S I M O N ,
1982), el origen del Subbético se encuentra de 6.2 ZONA SUBBETICA
nuevo abierto a la discusión.
La Zona Interna se caracteriza por la pre- La parte más baja de la sucesión subbética
Fig. 6.1.- Mapa estructural esquematico de las Cordilleras B6ticas Islas Baiearesy Rif (según AZEMA e t al.. 1979: iDZUR e t
al., en prep.; FOURCADE e t al., 1982; WILDI e t al.. 1977 y mapa geológico d e Espatla 1:1.000.000.1981).
1: Depósitos post-mantos; volc6nicos Nebgeno y Cuatemario; 2: Cadenas Celtibericas (K) y cobertera mesozoica de
la Meseta; 3: Basamento Hercfnico d e la Meseta; 4-12: Cordilleras B6ticas: 4-6: Zona Externa: 4: Unidades albctows
del Guadalquivir; 5: Zona Prebetica ("unidades intermedias" incluidas) (P); 6: Zona Subbetica; 7-12: Zona Intem :
7: Complejo Almágride (AL); 8: "Unidades Flysch": 9: Complejo Maláguide (MA); 10: Complejo Alpujárride (A)
(a=Peridotitas); 11-12: Complejo Nevado-Filábride; 11: Complejo Mulhacén (M): 12: Complejo Veleta (V);
13-17: Rif: 13: Zona Externa; 14: "Unidades Flysch"; 15: Dorsal Caicárea; 16: Ghomarides; 17: Sebtides (SE)
(a= Peridotitas). S.A.: Sierra Alhamilla; S.d.E.: Sierra de Espuña; S.d.1.E.: Sierra d e las Estancias: S.d.1.F.: Sierra d e
los Fiiabres: S.N.: Sierra Nevada: V.R.: Vélez Rubio.
está representada por areniscas, pelitas, yesos y SEMS, 1982a; véase también Fig. 6.2, colurn-
carbonatos. Esta asociación es reconocida co- na H).
múnmente como el Triásico germano-andaluz.
Generalmente se encuentra fuertemente tecto-
6.3 COMPLEJO ALMAGRIDE
nizada porque
- - contiene la base material sobre la
que el cabalgamiento subbético se deslizó. So-
La columna estratigráfica integrada del
bre la base de las investigaciones realizadas
Complejo Almágride muestra una conspicua
por S c H M I D T (1937), la subdivisión germáni-
semejanza con una parte del Triásico de la Zona
ca tripartita en "Buntsandstein" (frecuente-
Subbética de la provincia de Murcia ( B E SE M S
mente denominado Werfeniense en la literatu-
& S I M O N , 1982; Fig. 6.2). La parte inferior,
ra francesa), "Muschelkalk" y "Keuper" ha
la Formación Pocito, está constituida por me-
sido generalmente aceptada (p.e. B U S N A R -
ta-areniscas y meta-pelitas que generalmente
D O , 1975). La mayor parte de los autores
han sido consideradas de edad "permotriási-
atribuyen estas unidades litológicas al Triásico
ca" (ej. SIMON, 1963; E G E L E R & S I M O N ,
inferior, medio y superior, respectivamente.
1969; K A M P S C H U U R , 1972; Hoja del IGME
Según P A Q U E T (1969), la parte inferior del
27-36).
"Buntsandstein", en la región de Caravaca-Bu-
Estas rocas clásticas están cubiertas por
Ilas, puede contener rocas de edad pérmica.
carbonatos de edad Longobardiense a Kar-
Trabajps recientes llevados a cabo por B E -
niense (KOZUR et al., 1974; S I M O N & K O -
S E M S (198213)" y B E S E M S & S I M O N (1982)
Z U R , 1977; K O Z U R et al., en prep.). La par-
basados en estudios palinológicos y de micro-
te superior de la Formación Pocito se correla-
fauna, han puesto de manifiesto que las se-
ciona provisionalmente con la "lower sandsto-
cuencias estratigráficas establecidas previa-
ne-mudstone sequence" (= "secuencia inferior
mente para el Triásico subbético, son en gran
de areniscas y pelitas") de edad Longobar-
medida incorrectas, principalmente debido a
diense de la Zona Subbética ( B E S E M S & SI-
la interpretación errónea de la posición estra-
M O N , 1982; Fig. 6.2). En la región de El Es-
tigráfica de las secuencias clástico-evaporíti-
parragal entre Murcia y Orihuela, la parte in-
cas. Parece ser que una parte considerable de
ferior de la formación contiene fragmentos de
ias secuencias de "Buntsandstein", incluyendo
Equisetites arenaceus ( J A E G E R ) S C H E N K
las de la región de Caravaca-Bullas, son de
(det: Mr. H . K E R P , UTRECHT). E. arenaceus
edad Triásico superior.
está acotado Dor el Anisiense inferior v el Rhe-
En la región de Cieza (BESEM S & SI- tiense (ambos inclusive). Las pelitas gris os-
MON, 1982) y en la región de Jaén ( B E S E M S , curas de la misma parte de la Formación Poci-
1982b), la parte inferior del Triásico está re- to contienen una asociación palinológica po-
presentada por rocas clásticas de tonalidades bremente preservada que incluye Triadispora
rojizas que contienen asociaciones palinológi- spp. y posiblemente Stellapollenites thiergartii
cas del Ladiniense superior (= Longobardien- ( M A D L E R )CLEMENT-WESTERHOF e t al.,
se) (Fig. 6.2, columna G). No se han encontra- que sugieren una edad Anisiense. Consecuen-
do fósiles diagnósticos que autorizan asumir la temente dentro de la parte expuesta del Com-
presencia de sedimentos pre-ladinienses. Por plejo Almágride el Pérmico no está representa-
consiguiente puede inferirse la ausencia de de- do.
pósitos pérmicas en la Zona Subbética.
Tampoco se han encontrado sedimentos 6.4 COMPLEJO MALAGUIDE
pre-ladinienses en la parte más septentrional
de la Zona Externa (= Prebético) (p.e. B E - El Complejo Maláguide comprende sedi-

* En la región de Jaén, BESEMS (1982b) siguiendo a BUSNARDO (1975) atribuyó parte de las secuencias triásicas al Prebético.
En base al trabajo de GARCIA-ROSELL (1972) y otros, los presentes autores incorporan estas secuencias dentro del
Triásico subbético.
-x 6
COMPLEJO NEVADO-FILABRIDE
COMPLEJO COMPLEJO
C. ALM. SUBBETIC0
I I
PREBETICO MESETA
- S

MULHACEN VELETA

Fig. 6.2.- Columnas diagramáticas de los complejos de las Cordilleras Béticas.


1: Granitos; 2: Rocas clásticas (2a: e n las secuencias del basamento; 2b: en las secuencias de la cobertera); 3:
Carbonatos; 4: Yeso; 5: Discordancia; 6: Contacto tectónico principal; Pz: Pre-Pénnico; S: Silúrico; D: Devónico;
C: Carbonífero; P: Pérmico; PTr: ? Pérmico. ? Triásico inferior a medio; TRM: Triásico medio ( T R ~ Anisiense;:
TRF Fassaniense; TrL: Longobardiense); ~ r Triásico ~ : superior ( ~ r k Cordevoliense;
: ~ r k - Cordevoliense-Tuva-
~ :
liense; ~ r k Noriense);
: J: Jurásico (y posteriores). Las letras debajo de las cdumnas hacen referencia a las regiones de
la figura 6.1 en la que se han establecido las columnas.
mentos, no metamórficos y muy poco meta- nósticos son muy raros. En la Sierra de Espu-
mórfico~,de edad silúrica a miocena inferior. ña la parte basa1 de la secuencia dolomítica
La secuencia paleozoica (= Formación Piar de que recubre a estos sedimentos contiene mi-
R O E P , 1972 y G E E L , 1973) comprende prin- crofósiles de edad Karniense inferior (M A K E L
cipalmente turbiditas del Devónico superior al & R O N D E E L , 1979; K O Z U R et d., en prep.).
Carbonífero inferior. El miembro más joven En la región de Vélez Rubio una asociación
es un conglomerado de deslizamiento subma- palinológica con Triadispora spp. y Limitispo-
rino, que contiene calizas viseenses reelabora- rites sp. de la parte inferior del miembro 2
das. La secuencia suprayacente está formada (Fig. 6.2., columna A) indica una edad Ani-
por areniscas y pelitas rojas y amarillas con siense (inferior). Ha sido comunicada la exis-
intercalaciones de conglomerados, yesos y do- tencia de macro- y microfauna de edad Kar-
lomías que están convencionalmente clasifica- niense inferior en la parte occidental de Sierra
das como "permotriásicas". En la región de Alhamilla a partir de un afloramiento aislado
Vélez Rubio-Sierra de Espuña se distinguen de "Permotriásico" Maláguide. Esta fauna se
cuatro miembros. El inferior (miembro 1de la encuentra en rocas carbonatadas que se inter-
Fig. 6.2, columna A) se considera como la calan en rocas clásticas rojizas (SIM O N , 1966;
parte baja de un abanico aluvial ( R O E P , K O Z U R & S I M O N , 1972; V A N D E N B O O -
1972). La naturaleza del contacto original con G A A R D & S I M O N , 1973; K O Z U R et d., en
la secuencia paleozoica subyacente es una prep.). Esta unidad carbonatada puede ser co-
cuestión en debate. Se evidencia una interrup- rrelacionable con el miembro 3 de la región de
ción importante en la columna estratigráfica Vélez Rubio (Fig. 6-2, columna A). Los depó-
por los siguientes hechos: sitos yesíferos que recubren las areniscas rojas
1) El abrupto cambio de facies entre las de otro pequeño afloramiento Maláguide en la
turbiditas y conglomerados de deslizamiento parte occidental de Sierra Alhamilla, contie-
submarino devónico-carboníferos y los depó- nen palinomorfos del Karniense inferior. En la
sitos permotriásicos de abanicos aluviales, y región al norte de Málaga, M I C H E L A U
2) el marcado contraste que existe entre (1942), encontró Voltzia heterophylla B R O N -
el material detrítico de las dos secuencias G N IA R T en la parte superior del "Buntsand-
(véase también M A K E L et al., en prensa). stein". Algunos kilómetros al este de Málaga,
Sin embargo, hay diferencias de opinión A N S T E D (1859), observb fragmentos de plan-
con respecto a si esta interrupción representa tas pobremente preservados en las areniscas
una discordancia angular hercínica, o si sim- rojas. Estos fragmentos se asemejan al Equise-
plemente se trata de una disconformidad tites columnaris ( B R O N G N I A R T ) S T E R N -
Q B L U M E N T H A L , 1930, 1949; M I C H E L A U , BE R G de edad "Keuper". En el Rif marroquí
1942; A Z E M A , 1961; K O C K E L & S T O P P E L , MILL IAR D (1959) comunicó la existencia de
1962; S I M O N , 1963; E G E L E R & S I M O N , un único fragmento de Lebachia (Walchia) pi-
1969; B O U L I N , 1968; D U R A N D D E L G A , niformis ( S C H L O T H E I M ) F L O R I N , prove-
1968; M A U T H E , 1971; F O U C A U L T & P A - niente de una secuencia de conglomerados y
Q U E T , 1971; R O E P , 1972, 1974; N A V A - areniscas rojas que pertenece al equivalente
R R O - V I L A , 1976; F E L D E R , 1978; B O U R - norteafricano del Complejo Maláguide (Gho-
G O I S , 1980; IGME, Hojas 16-44, 17-43, rnarides de la Fig. 6.1). En base a esta comuni-
17-44 y 18-44). cación la presencia de rocas pérmicas en las
Siguiendo a E G E L E R & S I M O N (1969) secuencias clásticas rojas del Complejo Malá-
y R O E P (1974), los autores del presente tra- guide de las Cordilleras Béticas, puesta en du-
bajo están a favor de que la orogenia hercínica da por algunos autores anteriores (ej. FAL-
fue poco intensa. El Permotrías está recubier- L O T , 1931), es gratuitamente aceptada por
to por dolomías oscuras encima de las cuales la mayor parte de los autores (véase P.e. B O U -
se sitúan rocas carbonatadas liásicas y de edad L I N , 1968).
más reciente (G E E L , 1973). En resumen, los datos disponibles hablan
La edad de las rocas clásticas permotriá- en favor de una edad Triásico medio a supe-
sicas es problemática, porque los fósiles diag- rior para la parte media a alta de las secuen-
cias clásticas rojas del Complejo Maláguide. han aportado un cierto número de nuevos da-
Para la parte inferior es necesario realizar estul tos:
dios palinológicos y paleobotánicos (incluyen- 1.- No existen pruebas de que pueda
do una reinvestigación de los fragmentos de haber existido metamorfismo ni deformación
plantas descritos por MILLIARD), para pro- pre-alpinos (p.e. K A M P S C H U U R et al., 1973;
bar o desechar la presencia de depósitos pér- NAVARRO-VILA, 1976; DELGADO, 1978;
micos. T O R R E S - R O L D A N , 1979; A K K E R M A N e t
d., 1980; VISSERS, 1981; PLATT, 1982; I G -
ME, Hojas 19-44 y 20-44).
6.5 COMPLEJO ALPUJARRIDE 2.- Se ha comprobado la existencia de
"transiciones graduales" entre las secuencias
El Complejo Alpujárride incluye varios clásticas. El contacto con las rocas carbonata-
mantos. Comprende generalmente una secuen- das suprayacentes es de naturaleza estratigráfi-
cia clástica y una secuencia carbonatada su- ca aunque generalmente fuertemente tectoni-
prayacente (SIMON,1963; E G E L E R & S I - zado ( A L D A Y A & E W E R T , 1979; A K K E R -
M O N , 1969; SIMON & KOZUR, 1977; K O - M A N et al., 1980; I G M E , Hojas 19-44 y
Z U R et al., en prep.; Fig. 6.2.-columna B). DE 20-44). La disconformidad angular en la base
V R I E S & Z W A A N (1967) han establecido de la Formación Tonosa en la Sierra de las
una serie en la Sierra de las Estancias que es Estancias es el resultado de cabalgamientos al-
representativa de la sucesión litológica general pinos ( A K K E R M AeNt al., 1980).
del Complejo Alpujárride. Distinguen en or- 3.- Los microfósiles indican que la ma-
den ascendente: yor parte de las secuencias de rocas carbonata-
1 ) Formación Montesinos (esquistos os- das alpujárrides son de una edad Ladiniense
curos y cuarcitas parcialmente granatíferas). superior a Triásico superior. En los mantos
2) Formación Los Morenos (cuarcitas alpujárrides más profundos la parte basal de
grises y verdosas, filitas oscuras y rocas carbo- las secuencias carbonatadas pueden ser Ladi-
natadas). niense inferior o Anisiense ( K O Z U Re t al.,
3) ~ k a c i ó nTonosa (cuarcitas abiga- 1974; S I M O N & KOZUR, 1977; D E L G A D O ,
rradas y filitas grises en la parte inferior; cuar- 1978; D E L G A D O et al., 1981; K O Z U R et al.,
citas blancas y filitas púrpuras, azules y gris en prep.). Esto implicaría que la parte súpe-
acero en la parte superior; intercalaciones de rior de la secuencia clástica en estos mantos es
rocas carbonatadas anaranjadas y grises). de edad Triásico medio. En los mantos alpujá-
4) Formación Estancias (calizas y dolo- rrides superiores la sedimentación de las rocas
mías; filitas en la parte basal). clásticas parece haber continuado más allá de
A la formación Morenos, se le atribuye esta edad a saber dentro del Ladiniense supe-
una edad Silúrico-Devónico-Carbonífero en rior, o quizás dentro del Karniense inferior.
base a las marcadas afinidades con la Fonna- La presencia de yeso en la parte más alta de
ción Píar del Complejo Maláguide, implicando algunas de las secuencias clásticas puede ser
por tanto que la Formación Montesinos es significativa a este respecto, debido a que las
"Paleozoico inferior y/o Precámbrico". DE evaporitas de la Zona Externa y de los Com-
V R IES & Z W A A N suponen la presencia de plejos Almágride y Maláguide se encuentran
una discordancia angular entre las dos fonna- comúnmente entre los depósitos datados co-
ciones, sobre la base de un plegamiento más mo Triásico medio a superior.
fuerte y un mayor grado de metamorfismo de Como consecuencia de lo que precede se
la Formación Montesinos. Además suponen pueden apuntar varias posibilidades:
una discordancia angular entre la Formación 1.- Entre la sedimentación de las For-
Tonosa "permotriásica" y las formaciones maciones Morenos y Tonosa y las equivalentes
subyacentes, debido a la distribución irregular en otros lugares en la Zona Interna, ha tenido
de estas Últimas. La edad triásica de la Forma- lugar una débil orogenia hercínica (véase tam-
ción Estancias es establecida mediante algas. bién el párrafo del Complejo Maláguide). A
Posteriores investigaciones en la Zona Interna este respecto se considera significativa la pre-
sencia local, en la Sierra de las Estancias y en 1979) y consecuentemente reflejan una evolu-
la región de Aguilas, de conglomerados en la ción geológica común durante los tiempos del
parte basal de la Formación Tonosa ( D E Paleozoico superior y el Mesozoico inferior.
V R I E S & Z W A A N , 1967; I G M E , Hoja 25-40). Resumiendo, en basea los datos disponi-
Estos conglomerados contienen cantos de bles no se puede excluir la presencia de depó-
cuarzo, feldespato y turmalina, derivados po- sitos pérmicos en el Complejo Alpujárride.
siblemente de rocas graníticas pérmicas (véase
párrafo del Complejo Mulhacén en el Comple-
jo Nevado-Filábride). Durante la orogenia al-
pina que causó una deformación polifásica y 6.6 COMPLEJO NEVADO-FILABRIDE
un metamorfismo plurifacial en las rocas alpu-
járrides, el contacto estratigráfico entre las Estudios realizados en Sierra Nevada y
Formaciones Morenos y Tonosa fue retrabaja- en la parte occidental de la Sierra de los Fila-
do, dando lugar a "transiciones graduales". La bres por miembros de la Universidad de Gra-
intensidad de la orogenia alpina queda testifi- nada han llevado a una subdivisión bipartita
cada por el hecho de que en muchas regiones, del Complejo Nevado-Filábride, en base a di-
la parte inferior de las secuencias clásticas, ferencias significativas en la evolución meta-
con espesores de hasta varios kilómetros, con- mórfica alpina. Aparentemente, durante el
tiene almandino, estaurolita y ocasionalmente primer episodio metamórfico la presión fue
silimanita y cianita, mientras que las partes más intensa en las rocas del Complejo Mulha-
superiores sólo presentan metamorfismo de cén que en las del complejo infrayacente de
facies de esquistos verdes. Aparentemente fal- Veleta. Las investigaciones recientes del equi-
tan partes importantes de la sucesión estrati- po de Amsterdam sugieren que se puede esta-
gráfica debido a la tectónica alpina (véase blecer una subdivisión similar en la parte
también PLATT, 1982). oriental del Complejo Nevado-Filábride (Fig.
2.- Una posibilidad alternativa es que 6.1).
no haya habido orogenia hercínica (¿ni más El Complejo Veleta está integrado en su
antigua? ), y que la secuencia clástica repre- mayor parte por una secuencia clástica oscura
sente una "serie comprensiva" que varía desde con un espesor aparente del orden de los
el Paleozoico (y Precámbrico? ) hasta el Triá- 6.000 metros. Esta secuencia que contiene de-
sico inclusive (véase P.e. A L D A Y A , 1969). pósitos "tipo Flysch" se asigna generalmente
3.- La secuencia clástica del Alpujárride al Paleozoico (y Precámbrico? ). En la región
es enteramente post-hercínica, a saber de edad de Aguilas (Fig. 6.1) se han datado como de
permotriásica ( A K K E R M A N et al., 1980). edad Eifeliense por LAFUSTE & PAVILLON
Obviamente un establecimiento de edad (1976), unos mármoles oscuros con crinoides
para la parte inferior de la Formación Tonosa que se intercalan en la parte estructuralmente
y para la parte superior de la Formación Mo- más alta de este complejo. Rocas análogas con
renos mediante el empleo de fósiles es de una crinoides se han encontrado también más ha-
importancia fundamental. En la Sierra de las cia el oeste en la Sierra Cabrera (informes no
Estancias las meta-pelitas oscuras provenientes publicados de la Universidad de Amsterdam).
de las partes susodichos de estas dos formacio- Los mármoles negros observados en la parte
nes contienen palinomorfos, pero éstos se en- más alta del Complejo Veleta, en la parte occi-
cuentran tan pobremente preservados que no dental de la Sierra de Filabres (IGME, Hoja
permiten datación. A la espera de ulteriores 22-41) y en la parte superior de este complejo
estudios palinológicos y de otra índole, los en la Sierra Nevada ( P U G A & D I A Z D E FE-
presentes autores están a favor de la primera D E R IC O , 1976) representan posiblemente
hipótesis, teniendo en cuenta que los domi- equivalentes de las rocas carbonatadas del De-
nios paleogeográficos alpujárride y maláguide vónico medio mencionadas previamente. Se-
se coi~siderangeneralmente como relativamen- gún P U G A & D I A Z D E F E D E R I C O (1976)
te próximos entre sí @.e. P A Q U E T ,1969; las rocas clásticas del Complejo Veleta han si-
véase sin embargo M A K E L & RONDEEL, do afectadas por un acontecimiento tectono-
metamórfico pre-alpino. Se contempla la posi- generalmente al Pérmico y al Triásico. La par-
bilidad de que la parte más alta del Complejo te superior del "basamento7' de la unidad más
Veleta en la Sierra Nevada integre rocas clásti- profunda en el noroeste de la Sierra de los
cas de edad "permotriásica" (PUG A & D IA z Filabres se atribuye al Precámbrico en base a
D E F E D E R I C O , 1978). la existencia de acritarcos ( G OM E Z P U G N A I -
En el Complejo Mulhacén de Sierra Ne- R E et al., 1982). Las secuencias del "basa-
vada y en la Sierra de los Filabres se han dis- mento" de algunas unidades superiores del
tinguido varias unidades tectónicas (N I J H U IS , Complejo Mulhacén contienen cuerpos de
1964; H E L M E R S & V O E T , 1967; E G E L E R metagranitos. Dataciones radiométricas han
& S I M O N , 1969; P U G A & D I A Z D E F E D E - establecido una isócroma Rb-Sr de aproxi-
R I C O , 1978; L I N T H O U T & V I S S E R S , 1979; madamente 265 millones de años para la in-
I G M E , Hojas de Sierras Nevada y de los Fila- trusión de los granitos de la unidad de Bedar
bres). En la mayor parte de las unidades se en el sureste de la Sierra de los Filabres
establece una subdivisión en "basamento" y (PRIEM et al., 1966). De acuerdo con la re-
"cobertera" (Fig. 6.2). La primera contiene ciente escala de tiempo establecida por O D IN
esquistos oscuros y cuarcitas y la segunda está & G A L E (1982), esto implica una intrusión
compuesta por una secuencia clástica de colo- en las postrimerías del Pérmico inferior. Gene-
res claros que se presenta recubierta por una ralmente se considera que los granitos están
secuencia rica en rocas carbonatadas. Los con- relacionados con la orogenia hercínica ( E G E -
tactos entre las unidades litológicas se encuen- L E R & S I M O N , 1969). Hacia el techo de la
tran virtualmente siempre destruidos o pertur- secuencia del "basamento" de la unidad tectó-
bados por la tectónica alpina. En la unidad nica más profunda del Complejo Mulhacén en
más profunda del Complejo Mulhacén de la la Sierra de los Filabres, L I N T H O U T (1965;
Sierra de los Filabres, el contacto entre el "ba- véase también L I N T H O U T & V I S S E R S ,
samento,' y la "cobertera" se considera como 1979) ha encontrado una zona descolorida
de naturaleza estratigráfica ( E G E L E R , 1963; que interpreta como una zona de alteración
L I N T H O U T , 1965; L I N T H O U T & V I S S E R S , de edad Paleozoico superior (Fig. 6.2-columna
1979; G O M E Z P U G N A I R E , 1981). Las se- D). La parte basa1 de la secuencia clástica su-
cuencias del "basamento" se consideran gene- prayacente de la "cobertera" contiene interca-
ralmente afectadas por metamorfismo regio- laciones de conglomerados ( E G E L E R , 1964;
nal y deformación pre-alpinos ( N IJH U IS , L I N T H O U T , 1965; L I N T H O U T & V I S S E R S ,
1964; P U G A & D I A Z D E F E D E R I C O , 1976; 1979; G O M E Z P U G N A I R E , 1981). Algunos
L I N T H O U T & V I S S E R S , 1979; V I S S E R S , de los cantos provienen de rocas graníticas,
1981). KAMPSCHUUR (1975), sin embargo, comparables a las rocas plutónicas pérmicas
no encontró evidencia alguna de deformación (Mr. K . L I N T H O U T com. pers.) El techo de la
pre-alpina ni de metamorfismo regional aun- "~obertera'~ clástica contiene localmente ye-
que no podía excluir la posible existencia de so, lo cual sugiere una edad Triásico medio a
un metamorfismo débil pre-alpino en compa- superior para esta parte de la secuencia del
ración con el primer metamorfismo alpino. Complejo Mulhacén (véase el párrafo corres-
Los estudios recientes realizados por miem- pondiente en el Complejo Alpujárride). La se-
bros del equipo de Amsterdam apoyan el pun- cuencia suprayacente rica en rocas carbonata-
to de vista de K A M P S C H U U R (Dr. C . B I E R - das se atribuye generalmente al Triásico me-
M A NN , comunicación personal). La edad de dio a superior ( N I J H U I S , 1964; E G E L E R &
las secuencias del Complejo Mulhacén es in- S I M O N , 1969; L I N T H O U T & V I S S E R S ,
cierta. Las asignaciones de edad están basadas 1979).
esencialmente en criterios 1itológicoS y en co- En conclusión, durante el Pérmico infe-
rrelaciones con unidades litológicas compara- rior ha tenido lugar una intrusión de granitos
bles de otros complejos béticos. A las secuen- en las secuencias del "basamento" de algunas
cias del "basamento" se les asigna comúnmen- unidades superiores del Complejo Mulhacén.
te una edad paleozoica y/o más antigua, y los No se puede excluir la presencia de sedimen-
sedimentos de la "cobertera" son atribuidos tos del Pérmico (superior) en la parte inferior
de la secuencia clástica de "cobertera". gráfica.
Se puede concluir que es necesario llevar
a cabo una continua búsqueda de restos de
microfauna y palinomorfos diagnósticos en
6.7 CONCLUSIONES orden a establecer la configuración estratigrá-
fica, paleogeográfica y orogénica del dominio
Dentro de la abundante literatura geoló- bético durante el Pérmico.
gica de las Cordilleras Béticas, aparecen fre-
cuentes referencias respecto al amplio desarro-
llo del Pérmico, "Permo-Trías" o "Permo-
Werfeniense". Sin embargo un análisis crítico 6.8 AGRADECIMIENTOS
de la información estratigráfica disponible, in-
dica claramente que tal supuesto necesita ser Los autores quieren expresar su gratitud
reconsiderado. al Dr. C . B I E R M A N N , al Prof. Dr. C . G . E G E -
1.- En la Zona Externa (Zonas Prebéti- L E R , Drs. G.H. M A K E L y Drs. T h . B . R O E P
ca y Subbética) la secuencia sedimentaria co- por su criticismo constructivo. Asimismo son
nocida comienza en el Triásico medio. deudores de los Drs. W . A . B R U G M A N y Drs.
2.- En la Zona Interna, el Pérmico se H. L E E R E V E L D por el análisis de algunas
encuentra ciertamente ausente en las partes asociaciones palinológicas y a Drs. H. K E R P
expuestas del Complejo Almágride. En los por la determinación de los restos vegetales.
Complejos Maláguide, Alpujárride y Nevado- Agradecen a Mr. F . H . K I E V I T S y Mrs. J.M.A.
Filábride, pueden existir sedimentos pérmi- F R I E L I N G por el trabajo hecho con las ilus-
cos, si bien falta una confirmación bioestrati- traciones y la mecanografía.

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7 EL PERMICO DE BALEARES

Antonio Obrador

Departamento de Estratigrafía. Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma de Barcelona. Bellaterra.


7 EL PERMiCO DE BALEARES

7.1 INTRODUCCION 7.2 ISLA DE MENORCA

La existencia de areniscas y arcillas rojas En la Isla de Menorca el Permo-Trías


atribuidas al Triásico es conocida desde los aflora en tres grandes regiones (véase fii. 7.1).
primeros estudios geológicos de carácter gene- a) Zona oriental: aflora de manera con-
ral realizados sobre las Islas Baleares ( O B R A - tinua desde las inmediaciones de Maó (Vergers
D O R , 1977), aflorando únicamente en las Is- de Sant Joan) hasta el Cul d'est Port d'Ad-
las de Mallorca y Menorca ( N O L A N1933). , daia. Los mejores cortes se encuentran en esta
La inclusión de la parg basal de esta litofacies última zona citada, no aflorando claramente
dentro del Pénnico superior es muy reciente. ni la base ni el techo.
solamente BO U R R O U I L H (1973) asegura b) Zona central: Se extiende desde el
la presen'cia del mismo en la isla de Menorca a Puigmal (SE de Mercadal) hasta Fornels-Sant
partir del hallazgo de esporas y polen. Casi al Joan de Carbonell. En esta zona es posible
mismo tiempo C U E V A S (ien C O L O M , 1975) estudiar el paso de la serie roja a los niveles
atribuye al Pérmico los niveles inferiores de la carbonatados del Muschelkalk en varios pun-
serie roja que aflora en la Sierra Norte de Ma- tos aunque el contacto está algo tectonizado
llorca (Estallenchs-Banyalbufar). (Fig. 7.2.A).
Con anterioridad H O L L I S T E R (1934) c) Zona occidental. Se extiende desde
había dado a conocer la existencia de un Pér- Ses Fontredones (entre Es Migjorn i Ferreries)
mico inferior marino con Goniatites de los gé- y Algaiarens con un afloramiento aislado en
neros Agathiceras y Paragastrioceras en la zo- las inmediaciones de Cala Pregonda-Cala Barril
na central de Menorca. Revisiones posteriores (Fig. 7.2.B).
de esta fauna ( S C ~ I N D E W O L1958) F , han En las zonas que denomino central y
permitido incluir estor nivles en el Namurien- oriental es donde han sido caracterizados los
se, con lo cual los únicos afloramientos actual- niveles atribuidos al Pérmico superior. En ellas
mente datados como del Pérmico son de ca- la serie detrítica roja Permo-Triásica se inicia
rácter continental e incluidos dentro de la se- con una brecha poligénica de poca potencia
rie roja post-hercínica. (3-4 m en pta. Teula) que reposa en discor-.
Tanto en Menorca como en Mallorca los dancia sobre el Carbonífero fuertemente rube-
límites entre el Pérmico y el Buntsandstein no factado.
han sido precisados con seguridad aunque En toda la Isla no existe ningún aflora-
B O U R R O U I L H (1973, p. 317 y fig. 58) habla miento que permita la obtención de una serie
de la posible existencia de una discordancia estratigráfica completa. Una mirada superfi-
entre ellos ya que los niveles inferiores del cial al mapa de afloramientos no da esta im-
Buntsandstein pueden cortar en bisel los sedi- presión ( B O U R R O U I L H ,1972). No obstante
mentos atribuidos al Pérrnico. La base del mis- en los lugares en que el Permo-Trías presenta
mo es desconocida en Mallorca (por falta de a nivel cartográfico su techo y yacente existe
afloramiento) mientras que en la Isla de Me- una fuerte tectonización que origina bruscas
norca reposa en discordancia angular tanto so- variaciones de potencia que imposibilita, debi-
bre el Devónico como sobre el Carbonífero, do a la falta de niveles guía, la obtención de
ambos intensamente plegados. una serie completa. Quiero hacer resaltar que
O
z
O

LEYENDA

PERMO-TRIAS (Buntsandstein)

DEVONICO - CARBONIFERO
TRlAS ( Excepto Buntsondstein) -CRETACICO

NEOGENO

Fig. 7.1.- Distribución de afloramientos del Pénnico y Triádco en la Isla de Menorca

los estudios actualmente en curso permiten caladas en ,limos. y arcillas de coloraciones


pensar en la existencia de una tectónica sinse- fuertemente rojizas.
dimentaria que puede controlar los cambios La serie general deducida a partir de los
de potencia a los que nos referimos. Este he- numerosos afloramientos que presenta la Isla
cho se pone claramente de manifiesto en las es, según L L O M P A R T et al. (1979) la siguien-
inmediaciones de la Cala Pilar (zona occiden- te:
tal). a) Tramo 'basa1 con dominancia de las
En el sector central la fuerte variación de arcillas y limos intercalados entre niveles are-
potencia que experimentan estos niveles a am- nosos-conglomeráticos ) (150-200 metros).
bos lados (N y S) de Monte Toro es altamente b) Tramo. intermedio areniscoso de as-
significativa, aunque B O U R R O U I L H (1962, pecto masivo (200-250 metros).
63), L L O M P A R T et al., (1979) atribuyen esta c) Tramo superior dominantemente arci-
reducción únicamente a la tectónica y no a lloso con intercalaciones areniscosas (100-150
hechos sedirnentarios. metros).
A nivel insular podemos decir que las ca- La potencia máxima medida es de unos
racterísticas generales de la serie estratigráfica 650 m en el corte de cala Pilar-Algaiarens,aun-
son dos: la poca abundancia de los niveles que es posible que exista algún tramo repeti-
conglomeráticos (incluso en su base) y el he- do.
cho de estar constituido por una alternancia Desde el punto de vista sedimentológico
de capas gruesas o masivas de areniscas inter- son muy esporádicos los datos existentes y en
SE.

Carretera Mercadal Alayor

Penal de Antecristo H!
Sa Muntanya Mala 196 m.

Fig. 7.2.- A: Corte de lacarretera de Mad-Ciutadeiiaa la altura del km 19.6 en cuyos niveles se han encontrado polen y esporas del
Pérmico Superior (BOURROUILH, 1973). B: Corte del Permo-Trias de la Punta Teula-Algaiarens (BOURROUILH. 1973).
todo caso poseen un carácter muy general. En localizan en los tramos inferores a medio de
este sentido podemos decir que los materiales la serie Permo-Triásica.
rojos del Perrno-Trías han sido interpretados
como sedimentos fluviales de carácter más
bien discontinuo con fases de formaciones pe- 7.3 ISLA DE MALLORCA
dológicas (FREEMAN& O B R A D O R , 1979)
más o menos intensas. Los niveles inferiores El Trías inferior ("areniscas abigarra-
poseen características de ríos meandnformes das") aflora con una potencia de unos 250 ni
que evolucionan hacia la parte media a un ré- desconociéndose su base.
gimen entrecruzado (niveles del Km 16,9 de la Aflora, de manera exclusiva, en la Sierra
carretera general de Maó a Ciutadella). Espo- Norte de Mallorca siendo los afloramientos
rádicamente pueden existir niveles lacustres mejor conocidos los de Estallenchs y de Ba-
retrabajados (OB R A D O R ) nyalbufar (Figs. 7.3 y 7.4).
En la región occidental de la Isla la serie Los recientes estudios de C U E V A S (iné-
roja que estamos comentando está atravesada dito, en C O L O M , 1975) permiten distinguir
por una intrusión de basalto dolerítico estu- dos series litológicas diferentes. Una, la más
diado por B O U R R O U I L H (1973, p. 327) que inferior, a base de areniscas y arcillas sería
corresponde a una fase de volcanismo de edad equivalente al Rothliegendes alemán. Sobre
no del todo precisa. Otro afloramiento intrusi- ella vienen lechós de arcillas y areniscas rojas
vo es citado por O B R A D O R (1979) en la zo- con niveles de cobre, carbón y restos de plan-
na de Alfurinet (Macar de Pla de Mar). tas: es el tramo cuprífero de C U E V A S (Kup-
Por último cabe citar la existencia de ni- ferschiefer) equivalente al Zechstein alemán.
\;eles cupríferos que no parecen estar limita- A continuación vienen cuarcitas y areniscas
dos a un sólo nivel pero que en general se rojas pertenecientes al Buntsandstein.

PERMO -TRIAS ( Bunt. ) \

TRlAS (Ezcepto Bunt.) -RECIENTE

Fig. 7.3.- Mapa de sit-~acionde los afloramientos Permo-Tnásicos de Mallorca.


PERMICO Y TRIAS
DE MALLORCA

Fig. 7.4.- Detalle del Permo-Trías de la zona de Estallenchs-13anyalbufar según CUEVAS (inédito, en Colom 1975). 1:
areniscas y arcillas de color rojo o chocolate. 2: Niveles de cobre. 3: Areniscas p arcillas rojas. 4: Cuarcitas,
arcillas rojas. 5: Arcillas y areniscas rojas. 6: Calizas v dolomías. 7: Areniscas. arcillas rojas Y yesos. 8: Calizas y
dolomias. 9 : Areniscas. arcillas y pudingas de color rojo. 10: Margas. 1 1 : Areniscas blancas.
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8 EL VULCANISMO PERMOCARBONIFERO DE LA PENINSULA IBERICA

Marina Navidad

Departamento de Petrologia. Facultad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense. Madrid-3.


8 EL VULCANISMO PERMOCARBONIFERO DE LA PENINSULA IBERICA

8.1 INTRODUCCION to al significado geotectónico global de esta


etapa magmática.
El ciclo orogénico Hercínico se cierra Sin embargo, son numerosos los trabajos
dentro de la Península Ibérica, con una etapa que en la actualidad abordan esta problemáti-
de actividad magmática que se desarrolla fun- ca y esperemos que en el transcurso de esta
damentalmente desde finales del Carbonífero década queden resueltos los numerosos objeti-
hasta el Pérmico superior. La etapa de fractu- vos que hoy se plantean.
ración tardihercínica culmina con la configu-
ración de amplias cuencas subsidentes que
condicionan toda la sedimentación Pérmica;
éstas a su vez, aparecen limitadas entre sí,por 8.2 LA CADENA IBERICA
importantes desgarres que actúan como vías
preferentes de salida de los materiales lávicos, 8.2.1 LA RAMA CASTELLANA Y SU ZONA DE
siendo en dichas cuencas, donde se mezclan INTERFERENCIA CON EL SISTEMA
los sedimentos pérmicos con los volcánicos. CENTRAL
Dentro de la Península Ibérica, el co-
mienzo de la actividad volcánica relativa a este Comprende el sector meridional de la
período se sitúa en el Carbonífero (post-West- Cordillera Iberica y abarca desde el extremo
faliense); buena prueba de ello, son los aflora- más occidental que limita con el Sistema Cen-
mientos de vulcanitas de carácter fundarnen- tral (Sierra de Ayllón-Pálmaces de Jadraque)
talmente básico-intermedio que aparecen jalo- hasta el sector levantino (sector de Teruel-Cas-
nados a lo largo de la Cadena Ibérica, Cantá- tellón) (Fig. 8.1).
brica o inmediaciones de Sevilla. Durante el Son numerosos los afloramientos de ro-
Pérmico inferior (Autuniense) las manifesta- cas volcánicas que se sitúan a lo largo de esta
ciones son en líneas generales esencialmente zona si bien, los focos más importantes en los
ácidas; se acompañan de abundante material que se alcanza el mayor desarrollo se localizan
explosivo y se localizan en cuencas subsiden- en sus extremos (Albarracín al E y Atienza al
tes junto a los sedimentos pérmicos. La activi- O) correspondiendo a zonas de gran compleji-
dad volcánica decrece en la Península (Cade- dad tectónica. En líneas generales puede de-
nas: Cantábrica, Ibérica y Depresión del Viar cirse que las emisiones de carácter más básico
(Sevilla) al final de este período y, durante el (basaltos, andesitas) se sitúan en la proximi-
Pérmico medio y salvo las intrusiones sub- dad a las zonas de fractura, en áreas en las que
volcánicas de carácter alcalino del macizo la actividad volcánica Comienza antes que la
de Feria-Sierra Vieja (Sierra Morena Occiden- sedimentación Pérmica El resto de los aflora-
tal) no se conocen en la actualidad manifesta- mientos volcánicos se distribuyen a lo largo de
ciones volcánicas de mayor interés. esta rama localizándose en áreas subsidentes
La falta de datos relativos a la petrología donde se mezclan materiales de carácter fun-
y geoquímica de las rocas volcánicas que se damentalmente ácido y explosivo (riodacíti-
localizan en las diferentes cuencas permo-car- co, riolítico) con sedimentos del Pérmico infe-
boníferas de la Península Ibérica, impide en la rior (zonas de El Bosque y Aragonciiio).
actualidad realizar una síntesis válida en cuan- Son muchos los autores que señalan la
Fig. 8.1.- Esquema regional y geotectónico de los aflorami~ntospérmicos de la Rama Castellana de la Cordillera Ibérica.
presencia de niveles volcánicos en diferentes con abundante material fragmentario y piro-
puntos de la Cordillera Ibérica ( V E R N E U IL , clástico que se disponen en pitones ("Nogue-
1853; P A L A C I O S , 1897; C A S T E L L , 1880; ra" o en coladas (Orea, Bronchales). La acti-
S C H R O E D E R , 1930; K I N D E L A N y R A N Z , vidad volcánica queda en este sector restrin-
1918; R I B A , 1959-1966; S A C H E R , 1966; gida a este período de transición, sin embargo,
M O N R O S E , 1968; H E R R A N Z , 1968; S H A - es muy posible que se extienda a lo largo del
F E R , 1969; C A N E R O T , 1969; M E L E N D E Z , Pérmico inferior como sucede en el resto de
1971; M A R I N , 1972; D E S P A R M E N T et d., los afloramientos de esta zona.
1972; R A M O S , 1976, 1977; R A M O S et d., Al norte de este sector y en relación con
1976; S O P E Ñ A et al., 1974; entre otros). un importante desgarre (Fractura de hlolina-
Sin embargo, es en la Última década Ojos Negros) afloran los términos más básicos
cuando surgen estudios petrológicos, geoquí- de toda esta secuencia volcánica: son los ba-
micos y paleomagnéticos más detallados enca- saltos plagioclásicos (P1 + Cpx + Olv), y las
minados a un conocimiento más amplio del traquiandesitas (P1 + Cpx), de la zona de Ojos
volcanismo de este sector de la Cadena, V A N - Negros. Constituyen coladas de escasa poten-
D E R V O O , 1969; M A R F I L y P E R E Z G O N - cia que afloran con carácter muy restringido
Z A L E Z , 1973; G A B A L D O N y P E Ñ A , 1973; sobre materiales paleozoicos y que a su vez, se
P E Ñ A y M A R F I L , 1975; P E Ñ A et d., 1979; encuentran fosilizados por sedimentos rojos
P E R N I , 1980; A N C O C H E A et al., 1980; en facies saxonienses por lo que se supone que
H E R N A N D O et al., 1980; H E R N A N et al., dicha actividad tuvo lugar a finales del Carbo-
1981; S E N T C H O R D I , 1981 y N A V I D A D , nífero y en relación con la etapa de desgarres.
M ., 1982. Datos procedentes de sondeos ( S E N T -
a) El vulcanismo Permo-Carbonífero: La C H O R D 1, 1981), ponen de relieve en este mis-
distribución espacial de facies en las rocas vol- mo sector (zona de El Pobo), brechas piroclás-
cánicas de esta rama sugieren para este perío- ticas y tobas de composición andesítica-tra-
do de tránsito Stephaniense terminal y co- quiandesítica y basáltica (basaltos piroxéni-
mienzos del Pérmico, dos focos importantes cos), dentro de los depósitos Autunienses.
de emisión situados en ambos extremos del Dentro del Sector Central de esta rama
sector meridional de la Cadena Ibérica. Am- se encuentra situado el afloramiento de El
bos se encuentran situados en zonas de gran Bosque. Comprende materiales de tipo áci-
complejidad tectónica (Fig. 8.1). do: daciandesitas (P1 + Fk + Anf + Bt) y
El primero de ellos se localiza en el área riolitas (Fk + Q + Bt) que conforman coladas
de Atienza y correspnde a la cona de interfe- junto a abundante material piroclástico y frag-
rencia con el Sistema Central; comprende ma- mentario; asociados aparecen diques de pórfi-
teriales andesítico-dacíticos (P1 + Cpx + Anf. dos dacíticos (P1+ Fk + Anf + Bt t Q ) de
5 Bt o P1 + Anf + Bt + Gr I Q) y fragmenta- carácter subvolcánico. Todas estas emisiones,
rios que se disponen preferentemente en cola- se disponen discordantes sobre un substrato
das de importante espesor, si bien no se exclu- paleozoico estando fosilizadas por sedimentos
ye la presencia de conductos de emisión de saxonienses, disposición que los sitúa en un
tipo domático; esta actividad efusiva se acom- período presaxoniense. Posiblemente se pue-
paña de intrusiones subvolcánicas (sills o pe- dan atribuir al Pérmico inferior dado el cárac-
queños domos) entre los materiales paleozoi- ter ácido de estos materiales y su estrecha ana-
cos (Cardeñosa, Prádena de Atienza). La acti- logía con los materiales intra-autunienses del
vidad efusiva en esta zona prosigue a lo largo sector de Molina ( R A M O S , et al., 1976).
del Pérmico Inferior ( Autuniense, H E R N A N - Desde el punto de vista geoquímico exis-
D O , 1980). te una evolución en toda esta serie magmática
El segundo foco efusivo se localiza en el que va desde los términos iniciales basálticos.
sector de Albarracín, comprende materiales hasta los finales riolíticos con todos los térmi-
algo más ácidos: daciandesitas (P1 + Fk + Cpx nos intermedios traquiandesíticos, andesíticos
+ Anf + Bt + Q), dacitas (P1+ Fk + Anf + Bt y dacíticos ( N A V I D A D , M ., 1982).
+ Q + Cpx) y riolitas (Q + P1 k Bt), mezcladas Existen en líneas generales un enriqueci-
miento en SiOz y álcalis desde los términos con mezcla abundante de piroclastos y rocas
menos diferenciados basálticos a los de mayor volcanoclásticas (tobas cineríticas); en el te-
grado de diferenciación riolíticos que se cho aparece una barra de dolomías y sobre
acompaña de una disminución de Fe20,, ella otro pequeño nivel de riolitas de escasa
MgO CaO. Ahora bien, existe una heterogénea importancia.
pero fuerte obleiteración de los carácteres ini- Geoquímicamente se caracterizan por su
ciales de esta serie originada por procesos de elevado contenido en Si02 y por un fuerte
tipo deutérico, que originan una silicificación predominio de K2O sobre Na2 ) que indica un
y dolomitización generalizada acompañadas lexiviado selectivo facilitado por la porosidad
de movilización de álcalis. Ello impide preci- de la roca sincrónica, con la deposición de los
sar en función de los elementos mayores el materiales.
tipo de evolución de esta serie y su grado de Al Oeste de este sector, en la zona de
alcalinidad. interferencia con el Sistema Central (Sector
No obstante se observa un fuerte enri- de Pálmaces) aparecen manifestaciones del
quecimiento en potasio a lo largo de toda la mismo tipo aunque de menor importancia. Se
serie, y una clara correlación de este elemento trata de materiales fundamentalmente de pro-
frente al Rb que parecen indicar una tenden- yección aérea: cineritas y piroclastos que apa-
cia de tipo shoshonítico en toda la secuencia recen íntimamente asociados a los sedimentos
volcánica rojos del Autuniense ( S O P E R A et al., 1974).
En cuanto a los elementos menores, las Sus caracteres texturales (fluidalidad, lapillis
relaciones encontradas para el Nb/Y = 0,67 acreccionales, aglomerados vítreos, etc.) y
(próxima a 1 ) y para Zr/Ti02-Ce (0,02 < composicionales (tipos ácidos) permiten inter-
Zr/Ti02 > 0,s // Ce < 75 ppm), caracterizan pretarlos como los subproductos finales de un im-
a esta serie como calcoalcalina. Respecto a su portante episodio volcánico, depositados en
emplazamiento tectónico la correlación positi- cuencas subsidentes activas juntos a sedirnen-
va encontrada para Si02-Nb y los contenidos tos de tipo pelítico grauváquico.
de Y, Nb, Rb, Zr ( N A V I D A DM, ., 1982), su- c) El final del ciclo volcánico.- Dentro
gieren la existencia de magmas de tendencia del sector central de esta rama (proximidades
calcoalcalina emplazados post-orogénicamen- a Molina de Aragón) afloran materiales de ti-
te. po explosivo (cineritas y tobas) asociados a
b) El vulcanismo sincrónico con el Pér- sedimentos rojos y grises de edad dudosa (RA -
mico inferior.- Durante el Autuniense se in- M O S , 1980; D E L A P E R A y M A R F I L , 1975).
dividualizan y perfilan las diferentes cuencas Se sitúan hacia la base de la formación Monte-
sedirnentarias cuya tectónica de gravedad con- sor0 ( S A C H E R1966)
, y por encima de un
diciona toda la sedimentación de este perío- conglomerado que contiene cantos de natura-
do. + +
leza riodacítica (Q P1+ Fk Anf + Bt). La
Sincrónico con la sedimentación, tiene edad de estos materiales no se encuentra defi-
lugar un magmatismo efusivo de tipo ácido nida con exactitud, ya que la base no es visi-
que culmina al final de este período. Son ma- ble. S A C H E R (1966), la atribuye al Pérmico
teriales lávicos de carácter riodacítico, riolítico inferior (Rotliegendes); de ser cierta esta hipó-
que se acompañan de abundante material pi- tesis y considerando la discordancia existente
roclástico. La ausencia de superficies horizon- entre Autuniense-Saxoniense ( R A M O S , 1979)
tales, sus texturas fluidales, su carácter restrin- y la ausencia de niveles volcánicos en el Permi--
gido y localizado y la presencia de lapillis co superior de toda esta rama es posible que
acreccionales hacen pensar en coladas de tipo estos materiales representen el final del ciclo
subacuático. volcánico Autuniense.
El mejor ejemplo de este episodio lávico
se encuentra representado en la Sierra del Ara- 8.2.2 LA RAMA ARAGONESA
goncillo (zona de Molina de Aragón, Fig. 8.1), Situada al NE de la anterior se extiende
+ +
los materiales riolíticos (Fk Q Bt + Anf), desde la zona de Castellón-Valencia hasta la
conforman en este sector una potente colada depresión de Teruel-Alfarnbra.
Actualmente, son escasos los afloramien- diante datos palinológicos este vulcanismo y
tos volcánicos que se conocen dentro de esta lo sitúan sincrónico con la sedimentación Au-
rama lo que hace pensar que la actividad vol- tuniense.
cánica decrece en importancia e intensidad en Otro afloramiento de posible edad Autu-
este sector. niense es el de Codos (inmediaciones a Calata-
Los escasos datos bibliográficos que ci- yud); está formado por una serie muy potente
tan de manera más o menos detallada algunos de rocas con aspecto volcanoclástico (arenis-
de estos afloramientos volcánicos, señalan ma- cas y conglomerados) discordante sobre el Pa-
nifestaciones subvolcánicas de carácter básico y leozoico y recubierta por Terciario y posible
ácido anteriores a la sedimentación pérmica y Buntsandstein. Dentro de esta serie aparecen
efusivas de carácter ácido, sincrónicos cón los pequeños niveles de riolitas y piroclastos.
depósitos autunienses.
a) Manifestaciones subvolcánicas Permo-
carboníferas.- Afloran con carácter restringi-
do dentro de los materiales paleozoicos que 8.3 BORDE MERIDIONAL DE LA ME-
constituyen el núcleo del anticlinal de Montal- SETA
bán. Referencias a esta zona se encuentran en
RIBA et (1966); C A N E R O T (1969) y M A - 8.3.1 LA CUENCA DEL V U R (SEVILLA)
R I N (1972). Sin embargo, las descripciones
más precisas aparecen en las Hojas Geológicas Se encuentra constituida por sedimentos
1:50.000 de Oliete y Segura de los ~e~~ pérmicos de edad Autuniense (BRO uTIN,
(ALMELA et al., 1977 y M A R T I N F E R N A N - 1974) que se apoyan discordantemente sobre
DEZ, 1970). materiales de edad carbonífera (Stephaniense)
Se trata de materiales cuarzo-diabásicos o granitos post-orognénicos (G A R C IA M O N -
formados por P1. Anf. Bt. Sp. y Gr. que apare- Z O N et al., 1974; M A R T I N E S C O R Z A ,
cen como diques intrusivos entre los materia- 1975).
les paleozoicos (Devono-Carbonífero). Forman un sinclinal de dirección NO-SE
Los tipos más ácidos conforman sills de en el que se pueden diferenciar dos tramos
composición riolítica que aparecen interestra- ( A C H A et
, al., 1979). Dentro del tramo infe-
tificados y concordantes entre los materiales rior aparece al norte de Castilblanco, un sil1 de
del Ordovícico-Devónico y Carbonífero. Son diabasas que presenta textura porfídica y está
de textura porfídica y se componen de Q, P1 y formada por P1 (sausurita) + Augita+ Olv.
máficos. (Serpentina); contiene abundantes vacuolas
b) Vulcanismo Autuniense.- Se locali- rellenas de clorita y carbonatos (G A R CIA F 1-
za dentro de la provincia de Soria en los alre- G U E R O L A , 1959). En algunas zonas aparece
dedores de Reznos. Las primeras referencias a como un pórfido vítreo mientras que en otras
esta zona se deben a M O N R O S E (1968) y pierde su carácter porfídico.
D E S P A R M E N T et al. (1972) que citan dentro Rocas básicas análogas a éstas aparecen
de la "Serie de Sauquillo" niveles de tufitas igualmente interestratificadas entre los mate-
así como, también un filón de andesitas del riales detríticos (conglomerados poligénicos y
que no precisan la edad. Posteriormente CE- arenas grises) de los tramos medio y superior.
RRAJERO y D E L A C R U Z C A N T E R O
(1981) señalan en el área de Reznos la exis- 8.3.2 - SIERRA MORENA OCCIDENTAL
tencia de un Pérmico subvolcánico con mate- Dentro de este sector y en las proximida-
riales sedimentarios y riolíticos entremezcla- des a Zafra (Badajoz) aflora el macizo alcalino
dos. En el nivel superior aparecen tobas riolí- de Feria-Sierra Vieja que constituye en la ac-
ticas (Q, Fk sanidina y fragmentos de rocas tualidad, un representante anorogénico del
cineríticas). El conjunto alcanza 250 m de po- magmatismo distensivo de final del ciclo Her-
tencia y se dispone discordantemente sobre cínico ( D U P O N T et al., 1981).
pizarras paleozoicas, siendo recubierto por el El macizo alcalino de Feria-Sierra Vieja
Bundsandstein. P E Ñ A et al. (1977) datan me- datado como Pérmico medio por D U P O N T et
al. (1980),
-. comprende dos pequeñas intrusio- 1972; C A R R E R A S et al., 1978) muchos de
nes subcirculares dentro de los materiales cám- ellos basados en datos palinológicos (PATAC,
bricos (inferior) que forman el flanco septen- 1920-56; A L M E L A & R I O S , 1962; W A G N E R ,
trional del anclinorio de Burguillos del Cerro. 1952). Sin embargo, otros piensan en una
La primera de ellas "Macizo de Feria" edad post-Stephaniense (SAMPELAY O , 1948;
constituye un complejó aicaiino que engloba JU L L I E N , J., 1974) e incluso Triásica
sienitas anfibólicas (Hastingsita-barroisita), al- (SCHULL, 1900; A D A R O & JUNQUERA,
bititas (cuarzo y albita) y un conjunto de di- 1916).
ques de naturaleza microsienítica (con cuarzo, Dentro de la Cadena Cantábrica, existen
oligoclasa, andesina y anf íbol) y microdioríti- diferencias litológicas importantes en las series
ca (con andesina, clinopiroxeno y esfena). Su Permotriásicas que afloran a un lado y otro
composición química la caracteriza como sie- del umbral paleozoico central ( V I R G I L Iet
nitas metalumínicas bastante evolucionadas y al., 1976) asimismo, la evolución del vulcanis-
más o menos ricas en COZ,representando las mo básico durante esta etapa es también dife-
albititas diferenciados tardimagrnáticos de ca- rente en ambos sectores (basaltos plagioclási-
rácter deutérico, cos masivos dentro de la cuenca Asturiana pa-
El macizo de Sierra Vieja está formado ra la etapa Permo-Estefaniense y abundantes
por un granito "hipersolvus" con adversoni- "Ofitas" en el Keuper de la región de Canta-
ta-aegirina (con cuarzo, feldespato alcalino y bria-País Vasco) estos caracteres evidencian
albita). Su composición química lo caracteriza por sí solos un comportamiento geotectónico
como un tipo hiperalcalino. diferente de ambas cuencas para la etapa Per-
mo-Triásica.
8.4.1 CUENCA ASTURIANA
8.4 CADENA CANTABRICA Dentro de este sector la actividad mag-
mática se manifiesta como: A) un vulcanismo
El vulcanismo Permo-carbonífero de la bas$tico de tipo efusivo; B) Diques, intrusi-
región Cantábrica es tal vez, dentro de la Pe- vos de composición básica-intermedia.
nínsula Ibérica, uno de los mejores representa- A ) El primero de ellos parece amplia-
dos. Los aflorameintos de rocas volcánicas mente representado en toda la cuenca carbo-
aparecen repartidos desde la parte occidental nífera extendiéndose hacia el E desde las in-
(Cuenca Carbonífera Asturiana) hasta el sec- mediaciones de Oviedo hasta la región com-
tor más oriental (Zona de Cantabria-País Vas- prendida entre Villaviciosa y Colunga.
co), si bien en este Último sector las manifes- Constituye afloramientos masivos de ro-
taciones volcánicas disminuyen su importan- cas basálticas que se disponen en general co-
cia durante la etapa Permo-Carbonífera al- mo coladas o menos abundantemente como
canzando por el contrario el máximo desarro- pitones de tipo domático en el tramo inter-
llo a lo largo del Trías superior (Keuper). medio de la serie que atribuye al Pérmico P A -
La actividad ignea en este sector se ca- T A C , 1920; C E R V I L L A et al., 1972-73;
racteriza en líneas generales por un importan- P R A D O , 1972, y al Stephaniense J U L L I E N ,
te desarrollo del vulcanismo básico y, una ac- 1974. Composicionalmente son basaltos pla-
tividad explosiva de carácter ácido subordina- gioclásicos de tipo porfídico con olivino y au-
da con manifestaciones intrusivas de carácter gita. Constituyen un tipo intermedio entre los
básico-intermedio. basaltos toleíticos y los alcalinos y con ten-
Existe en la actualidad una importante dencias andesíticas. Por sus características
problemática acerca de la edad tanto de las pueden interpretarse como coladas en general
manifestaciones ígneas como de los sedimen- de tipo subaéreo aunque también existen for-
tos a los que se asocian. Son muchos los auto- mas subacuáticas (PRADO, 1972; G E R V I -
res que lo atribuyen al Pérmico (A D A R O , L L A et al., 1973). Presentan fenómenos de
1913; K A R R E N B E R G , 1934; M E L E N D E Z , diferenciación gravitatoria y de autometaso-
1951; G E R V I L L A et d., 1972-73; P R A D O , matismo albítico.
CADENA IeERlCA CADENA CANTABRICA SEVILLA ' SIERRA MORENA OCC.
I 1
CUENCA DELVIAR 1 BADAJOZ 1
W
Z
V)
( Complejo alcalino de Feria- 1
-
W
Z Sierra Viejo (Sienitas meto-
X oluminicas y gronitos hiper-
3 oicalinos 1.
Cineritas y tobas de compo-
sición ácido. Molerioles de tipu explosi-
vc: tobas, lopillis, cineri-
fas.
O Maleriales Ócidos de tipo
2 explosivo: riudocitos y Tobas riolíticas, cineritas
Z w
t riolitas. y brechas fragmentarias. Rocas de composiciÓn
n %
Z Basaltos plagioclasicos de bosoltica.
3
e
3 tendencio ondesitica 7
e
c..
Vulcanismo bósico interme-
dio (basaltos plagioclÓsicos,
I Sills de diabasos

c..
Z
I
v:
ondesitos y daciandesitos )
con abundante materiol ex-
plosivo Ócido. Diques intrusivos de compo Sills cuarzodioríticos.
Rocas volcónicos bósicas.
Diques de composición inter-
% sición andesitica cuorzo- media.
Z
4 Diques inlrusivos de pórfi- -diabasico sills riolítico. SilJs cuarzoporfídicos.
I
n dos docilicos.
Y
e
V)

Fig. 8.2.- Cuadro de síntesis del vulcanismo Perno-Carbonífero de la Península IbBnca.


Sobre estos niveles y por encima de un 8.5 RESUMEN FINAL
tramo con calizas, aparecen materiales piro-
clásticos formados por tobas, lapillis y cineri- En el Cuadro adjunto (Fig. 8.2) se expo-
tas mezclados con abundantes sedimentos de- nen de forma abreviada las características del
tríticos. rnagmatismo peninsular para la etapa Perno--
B) Al SO de Villaviciosa en los alrededo- Carbonífera.
res de Infiesto afloran como diques intrusivos En líneas generales es evidente que a fi-
en los materiales paieozoicos, materiales de nales del Carbonífero y en relación con la eta-
carácter básico-intermedio. S U A R E Z , O . y pa de fracturación tardihercínica tuvo lugar
M A R C O S , A. (1967) clasifican como Kersan- un magmatismo de carácter fundamentalmen-
titas cuarcíferas las apófisis que aparecen en la te básico que se manifiesta, con mayor inten-
c a r r e t e r a d e Santander a Oviedo (Km sidad, dentro de la Cadena Ibérica y a lo largo
166-167) y al NO de Lozana, destacando el de la Cuenca Asturiana (Cadena Cantábrica).
- --
sil1 cuarzo-diorítico de Marea-Sebares. P R A - Uurante el Pérmico inferior (Autuniense)
D o (1972) sin embargo niega la existencia de tiene lugar un magmatismo fundamentalmen-
materiales kersantíticos ya que basándose en te ácido y de carácter explosivo: sus produc-
sus caracteres petrográficos, los engloba den- tos se depositan en cuencas subsidentes junto
tro de los basaltos plagioclásicos regionales. a los sedimentos pérmicos.
Este ciclo parece cerrarse en toda la Pe-
nínsula al final del Pérmico inferior, si bien,
8.4.2 REGION DE CANTABRIA parece existir cierta heterosincronicidad en la
Dentro de esta región son escasos los culminación de esta etapa dependiendo de las
afloramientos de rocas volcánicas que pueden diferentes paleocuencas peninsulares.
atribuirse al Pérmico y por el contrario es ge- En función de los caracteres composicio-
neralizada la presencia de "Ofitas" en el Keu- iiales de los distintos términos que aparecen
per. en toda esta secuencia volcánica, puede decir-
Dentro del Sinclinorio que forma el En- se que, en líneas generales, el magmatismo de la
trante de Cabuérniga ( C A R R E R A S et al., etapa Permo-Carboní fera corresponde a un ti-
1978) afloran, por debajo de una serie detríti- po calcoalcaiino con un cierto enriquecimien-
co-terrígena atribuida al Pérmico, rocas volcá- to en potasio, dependiendo de los sectores
nicas que se disponen interestratificadas entre (cadena Ibérica, Rama Castellana). Este mag-
pudingas y areniscas reposando todo el con- matismo es característico de zonas continen-
junto sobre materiales westfalienses. tales y genéticamente va ligado a etapas de
Hacia el Este, dentro de la Región del stress tensionai.
Pisuerga (Muda) aparecen intrusiones de rocas Durante el Saxoniense parece cesar la ac-
ígneas de composición intermedia (entre dio- tividad volcánica y a excepcibn de las intrusio-
rita y granito) entre materiales de edad Ste- nes alcalinas de carácter anorogénico de la zo-
phaniense. Son frecuentes asimismo los diques na de Badajoz, no se conocen otras manifesta-
o sills de naturaleza cuarzo-porfídica. ciones en los sectores aquí tratados.

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VIRGILI, C.; HERNANDO. S.; RAMOS, A. & SOPERA, A,- Le re Heerlen, T . 111. pp. 753-762. ( 1 9 5 2 ) .
9 CONSIDERACIONES FINALES

Carmina Virgili

Departamento de Kstratigrafía. 1~'acultadde Ciencias GeolÓgicas. Universidad Complutense. Madrid-3.


9 CONSIDERACIONESFINALES

9.1 LOS DEPOSITOS PERMICOS 9.2 LA SEDIMENTACION Y LA TECTONI-


CA TARDIHERCINICA
A lo largo de los anteriores capítulos se
han expuesto las características de los princi- El rasgo común más evidente e importan-
pales afloramientos del Pérmico en España. te de los distintos afloramientos pérmicos es
De la lectura de los mismos es fácil con- que se trata de sedimentos fuertemente mar-
cluir la enorme diversidad de sus característi- cados por una tectónica sinsedimentaria. Mar-
cas así como del grado de conocimiento de los cados en su geometría ya que el depósito se
mismos, de aquí la dificultad por no decir la efectúa muchas veces en cuencas aisladas ori-
imposibilidad, de intentar unas conclusiones ginadas por la tectónica de fracturación que
generales. afectó a la Península Ibérica, después de las
fases principales del ciclo hercínico (CAPO-
En anteriores trabajos (SOPEÑ A et al., T E , 1978; A L V A R O et al., 1979). Marcados
1977; V I R G I L I et d., 1979,1980; VIRGILI et también en las características sedimentoló-
al., in lit.) se ha presentado una síntesis de los gicas de sus depósitos que son el registro de
afloramientos pérmicos insistiendo en lo que una movilidad tectónica que anima un relieve
tenían de común y en aquello que los diferen- enérgico (SOPERA,1979). Marcados, en fin,
ciaba de las formaciones anteriores (Carboní- por la presencia de un importante magmatis-
fero) o posteriores (Triásico). Es decir en mo más importante en unas áreas que otras
aquello que permitía caracterizarlos como pero siempre presente.
pérmicos. Esto era indispensable ya que se Este hecho no es exclusivo de la Penínsu-
partía de una etapa de trabajo en la presencia la Ibérica sino general en gran parte de Europa
del Pérmico, no sólo no había sido bien carac- occidental y Norte de Africa. Por ello dentro
terizada en la Península Ibérica, sino en que de las con siderables diferencias de los aflora-
prácticamente había sido negada mientos pérmicos de estas áreas, en todos
elíos se dan unas características comunes que
En la actualidad parece indispensable ini- se derivan del marco tectónico en que se pro-
ciar una nueva etapa de trabajo con una meto- ducen.
dología diferente. Es preciso multiplicar los A este hecho se debe también la enorme
estudios -de detalle sobre las diferentes cuen- dificultad del estudio estratigráfico del Pérmi-
cas, la caracterización de las unidades litológi- co y sobre todo del establecimiento de corre-
cas, la datación de las floras, la aplicación de laciones y unidades cronoestratigráficas.
nuevas técnicas (dataciones absolutas, paleo-
magnetismo, etc.) que aporten criterios suple-
mentarios de datación, etc. Sólo cuando estas
informaciones sean suficientemente abundan- 9.3 PROBLEMAS DE LA ESTRATIGRAFIA
tes y fiables habrá llegado el momento de pro- DEL PERMICO EN ESPARA
ceder a nuevas síntesis. Esto justifica la orien-
tación dada a este trabajo sobre el Pérmico en De la comparación de las series estrati-
España y también el que la parte dedicada a gráficas propuestas para las distintas áreas es-
las consideraciones generales sea la más breve. tudiadas se deduce fácilmente no sólo la difi-
cultad sino incluso la imposibilidad de inten- desde un Stephaniense alto, a un Autuniense
tar establecer unas unidades litoestratigráficas y a una interesante flora "postautuniense"
o cronoestratigráficas. Este hecho, común a to- ( B R O U T I N1981).
, Este registro lento y apa-
das las formaciones continentales en las que es rentemente continuo de finales del Stepha-
difícil una biozonación, viene complicado por niense y buena parte del Pérmico, contrasta
la tectónica sedimentaria que produce impor- con lo que podemos observar en otras áreas,
tantes cambios de facies y por tanto dificulta donde son frecuentes las interrupciones sedi-
las correlaciones litoestratigráficas. mentarias marcadas muchas veces por discor-
Las comparaciones son también difíciles dancias y donde centenares de metros de sedi-
porque el grado de conocimiento de las distin- mentos parecen corresponder a tiempos relati-
tas áreas es muy desigual. vamente cortos.
En algunos casos, como en las Béticas o En la Región Cantábrica (Cap. 2, E.
Baleares apenas se afirma o sugiere la existen- MARTINEZ-GARCIA)se toma como ejemplo
cia del Pérmico, mientras en otras como Piri- la serie mejor definida, en la región central de
neos, Cordillera Ibérica o Bordes del Sistema Asturias. En discordancia sobre un Stepha-
Central, la información es muy abundante y niense aparecen las "Capas de Viiión", con
los cuerpos rocosos están bien caracterizados flora Autuniense. Por encima y en discordan-
y datados en algunos casos por la presencia de cia, aparecen las "Capas de Villaviciosa" que
macro y microflora. En otros casos como en por sus colores rojos habían sido confundidas
los bordes meridionales de la Meseta o en la hasta recientemente con el Triásico, pero que
Cordillera Cantábrica los datos son puntuales también tienen flora Autuniense. Encima y en
pero extraordinariamente importan tes. Tal es discordancia viene ya el Jurásico. Es decir, fal-
el caso de Asturias donde la información que ta una gran parte del Pérmico y todo el Triási-
se presenta en este trabajo y en publicaciones co.
reconocen la edad pérmica de materiales con- En el Pirineo (Cap. 3, J. G I S B E R T ) el re-
siderados triásicos hasta la fecha. gistro sedimentario es más completo. Sobre
A pesar de estas dificultades es tentador un Paleozoico más bajo descansa un complejo
intentar una comparación entre las series que cuyos niveles basales son Stephaniense y los
aparecen más completas y definidas. La Re- más altos Autuniense. Está formado por la
gión Cantábrica (Cap. 2 E MARTINEZ-GARCIA) "Unidad Gris", la "Unidad de Tránsito" y la
el Pirineo(Cap. 3, J. G ISBE R T ) y la Cordillera "Unidad Roja Inferior" y la sedimentación no
Ibérica y borde del Sistema Central (Cap. 4, es continua ya que existen importantes para-
A . A R C H E ; A . R A M O S & A . S O P E R A(Fig.
) conformidades. Una importante discordancia
9.1). marca el límite con la "Unidad Roja Supe-
La cuenca del Borde Sur (Cap. 5, J. rior", estéril y por tanto de edad desconocida,
B R O U T I Na) pesar de su interés no es quizá pero para cuya caracterización se usa el térmi-
adecuado incluirla en el esquema dada sus es- no de facies Saxoniense. Encima, y también
peciales peculiaridades. En efecto, en esta área en discordancia, se depositó el Buntsandstein
y en concreto en la Cuenca de Guadalcanal al que sigue en continuidad otros niveles para
(Sevilla), se da un hecho diferencial. Se trata los que se ha demostrado la edad triásica.
de una cuenca instalada en un área estable, En los bordes del Sistema Central (Pál-
(sin que esto signifique que no existan en ella maces-Guadalajara) (Cap. 4, A R C H E , R A M O S
fracturas y aportaciones volcánicas). Pero en & S O P E Ñ A )la sedimentación del Pérmico se
todo caso se trata de un área muy poco subsi- inicia en discordancia sobre un Paleozoico in-
dente como se aprecia en la escasa potencia de ferior. Está formado por un potente complejo
los sedimentos y en las facies de los mismos sin aparentes discontinuidades y en cuyos ni-
que indican una escasa energía. Además, a pe- veles más bajos existen niveles paleontológicos
sar de su escasa potencia, los materiales indi- del Autuniense ( S O P E Ñ Aet al., 1977). Está
can un tiempo relativamente largo, en el que ~ecubiertoen discordancia por un Buntsand-
no se aprecian interrupciones importantes, y stein cuya sedimentación empieza tardía-
que contien en diversas asociaciones de floras, mente, ya dentro del Triásico medio (SOPE-
@ Mocro y Microflora Th - Thuringiense
Fauna A -
Autvnionss A/L - LímiteLodinienre- Para conformidad
SI -Stephanienre Anisiense.

Fig. 9.1.- Esquema de correlaciones estratigráficas eiitre el Pérmico de diferentes áreas de España (los espesores n o están a escala).

ÑA, 1979). en el caso de Molina de Aragón aparece en


Ya en la Rama Castellana de la Cordillera continuidad con el Triásico medio y superior.
Ibérica, unos 100 a 150 Km más al O (Molina La dificultad de correlación en estas se-
de AragÓn-Guadalajara) (Cap. 4, A R C H E , R A - ries estriba no sólo en problemas de geología
MO S & SO P E Ñ A )las características son bas- regional, sino también en el exacto significado
tante diferentes. Existe una cierta analogía y contenido que tienen los términos "Autu-
con el Pirineo, con un Pérmico discordante niense", "Saxoniense" y "Thuringiense" y a
sobre el Paleozoico inferior, la Unidad "Capas ello es preciso referirse.
de la Ermita" con flora autuniense (RAMOS
et al., 1976) y separado por una discordancia
de las "Capas de Montesoro", estériles, que
también se han denominado Saxoniense, y en- 9.4 LA CRONOESTRATIGRAFIA DEL
cima de ellas discordante un Buntsandstein PERMICO DE EUROPA OCCIDENTAL
cuya sedimentación empieza en el Thuringien- (fig. 9.2)
se ( R A M O S & DOUBINGER, 1979; R A M O S , Es preciso en primer lugar recordar que
1979). Autuniense, Saxoniens'e y Thuringiense no son
Más hacia el Este, en la rama Aragonesa nombres de pisos. La escala estratigráfica del
de la Cordillera Ibérica (Cuenca Landete) Pérmico está establecida evidentemente en se-
(Cap. 4, A R C H E , R A M O S & SOPERA) la se- ries marinas y no hay aún un acuerdo entre la
rie es aún diferente. Discordante sobre el Ste- correlación de la escala marina con las forma-
phaniense aparece directamente un complejo ciones continentales a que se refieran los tér-
detrítico para cuyos niveles basales no hay da- minos de Autuniense, Saxoniense y Thurin-
tación alguna, pero en cuyos niveles medios giense. Pero además, el valor de estos términos
aparece una microflora Thuringiense y como es distinto.
Fig. 9.2.- Correlaciones d ~ Pérmico
l de Europa según HOLUR & K O Z U R (1981)

Autuniense se refiere a una flora definida otras áreas para materiales en igual situación
en las capas de la serie de Autun y perfecta- tectónica.
m e n t e caracterizada allí ( D O U B I N G E R , La discordancia que separa los materiales
1956; B O U R O Z & D O U B I N G E R , 1977; con flora autuniense del Saxoniense así defini-
DOUBINGER & E L S A S S , 1979). Floras aná- do, es la que se ha denominado discordancia
logas se han encontrado en otras áreas de Eu- saálica. Sin embargo, en la actualidad parece
ropa y para los niveles que las contienen se ha evidente que en Europa ( F E Y S , 1976; K O -
utilizado el término .Autuniense. Sin embargo, Z U R , 1980a, 1980b; H O L U B & K O Z U R ,
ni es seguro que las floras autunienses sean 1981) más que una discordancia saálica que
contemporáneas, ya que probablemente abar- delimita dos unidades sedimentarias bien defi-
can un tiempo más o menos largo, ni hay nidas, existen a lo largo de buena parte del
acuerdo sobre si son el equivalente lateral de las Pérmico varias interrupciones que se marcan
series marinas del Carbonífero más alto o del como discordancias o simplemente pzracon-
Pérmico inferior. formidades.
En la cuenca del Autun el Autuniense Esto explica la dificultad y desacuerdo
representa el final de la sedimentación pérmi- en encontrar una equivalencia entre los térmi-
ca ( F A L K E et al., 1966) pero en otras áreas nos de Autuniense y Saxoniense por un lado y
como en el Harz y parte inferior de Si1esi.a los la de Rotliegendes inferior y superior o Zechs-
niveles que contienen esta flora están recu- tein ( F A L K E1975).
,
b i e r t o ~en discordancia por series rojas estéri- El término Thuringiense se refiere a un
les. Para ellas, en el Harz ( L A P P A R E N T , conjunto florístico encontrado en los niveles
1893) se creó la denominación de Saxoniense más altos del Pérmico en Thuringia que allí
que después muchos a u t o k s han utilizado en están en discordancia con el Triásico supraya-
cente y también con un Pérmico rojo infraya- tre el Pérmico y el Triásico.
cente considerado como Saxoniense. Sin em- G E I G E R & H O P P I N G (1968) ponen de
bargo, en Silesia las floras thuringienses apare- manifiesto que en los sondeos del mar del
cen en continuidad, sin discordancia alguna, so- Norte, en los niveles más bajos del Buntsands-
bre materiales que por sus facies y relación tein, es decir, por encima del cambio litológi-
tectónica con el infrayacente se consideran co en que se situaba el límite Pérmico-Triásico
Saxoniense ( H O L U B& K O Z U R , 1981; K O - persiste la flora pérmica del Zechstein; sin em-
Z U R , 1980a, 1980b). bargo, dado que trabajan en sondeos, no se
atreven a asegurar si esto es debido a una con-
tinuidad sedimentaria entre el Zechstein y el
Triásico o bien que la microflora sea hereda-
9.5 EL LIMITE PERMICO-TRIASICO EN da.
LAS SERIES CONTINENTALES Y SIG- V I S S C H E R (1973) en un corte que es
NIFICACION DE LA DISCORDANCIA clásico en Kingscourt en el Norte'de Irlanda,
PALATINICA describe en la "New Red Sanstone" que se
apoya discordante sobre el Carbonífero, una'
El establecimiento del límite entre el Pa- serie de formaciones en continuidad sedimen-
leozoico y el Mesozoico es un problema no taria y con microfloras características. La más
resuelto ni siquiera en aquellas areas donde exis- inferior "Formación de Yesos de Kingscourt"
ten series marinas que hasta hace poco se con- contiene una asociación de polen thuringiense
sideraban continuas, es decir, en el centro del y en continuidad sedimentaria sobre ella des-
Thetys. No debe sorprender que esta dificul- cansa la "Formación de Areniscas de King-
tad sea mucho mayor en las áreas en que las court" que contiene una asociación de polen
series son continentales como es el caso de triásico.
gran parte de Europa Occidental. Finalmente K O Z U R (1980a y b) en su
Así, hasta los primeros años 60, es decir estudio del Pérmico del Centro y Occidente
prácticamente hasta épocas muy recientes, pa- de Europa pone de manifiesto un fenómeno
ra establecer el límite Triásico-Pérmico se ha muy parecido en las series de Thuringia e in-
recurrido a la presencia de la discordancia pa- tenta correlacionarlo con otras áreas europeas.
latínica. A través de la datación por macro y microflo-
Sin embargo, es evidente que toda dis- ra y de Conchostraceos muestra que la fase
cordancia comporta un vacío erosional ade- palatínica no se sitúa en el límite entre el
más de un hiato sedimentario. Así en el Palati- Triásico inferior y el Pérmico superior sino
nado donde sTILL E definió esta discordancia por debajo de este límite y no siempre en la
en 1920, el Pérmico, recubierto en discordan- misma posición.
cia por el Triásico, no es Pérmico superior si-
no el Rotliegendes. Es decir, que el hiato y
vacío erosional comprende el Zechstein e in-
cluso quizás una parte del Triásico más bajo,
ya que no es exactamente conocida la edad 9.6 APORTACIONES DEL ESTUDIO DE
del Buntsandstein que constituye la base del LAS SERIES ESPAÑOLAS
Triásico ( F A L K E , 1975).
Ha sido en estos Últimos años ( G E IG E R Dado el estado de la cuestión es evidente
& H O P P I N G , 1968; V I S S C H E R , 1973; K O - que el estudio del Pérmico de España permite
Z U R , 1980) cuando ha sido posible la data- realizar algunas aportaciones que sin duda se-
ción de las series continentales gracias al estu- rán de capital importancia cuando nuestros
dio de la microflora cuando se ha podido afloramientos sean bien conocidos.
comprobar que la ruptura sedimentaria y dis- Una conclusión que parece ya indiscuti-
continuidad no coincide con el cambio de flo- ble es que la discordancia palatínica está mu-
ras que se ha considerado que desde el punto chas veces por debajo de niveles con flora thu-
de vista bioestratigráfico marcan el límite en- ringiense. Sin embargo, dada la heterocronía
del comienzo de la sedimentación del Bunt- autuniense y thuringiense. Sin embargo, dada
, sandstein el exacto significado y posición de la dificultad de asegurar que estas discordan-
esta discordancia presenta aún numerosos pro- cias sean contemporáneas o al menos conti-
blemas. nuas en distintas áreas e incluso que n o exis-
Otra cuestión es la validez de seguir man- tan múltiples discordancias, cada vez parece
teniendo el término "Saxoniense". Sin duda, menos útil el mantener el término "Saxonien-
recordando que no tiene significación crono- se".
estratigráfica, puede ser útil para denominar El problema de la delimitación entre el
grupos o complejos que al igual que donde se Autuniense y el Saxoniense y el significado
definió el Saxoniense, además de presentar una temporal de este límite en relación con las
indefinición paleontológica, estén delimitados series marinas es otro importante tema abierto
por discordancias, de los materiales con flora a la investigación y a la discusión.

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10 - THE PERMIAN IN SPAIN
ABSTRACTS
10.1 INTRODUCTION

Carmina Virgili

Our knowledge of the Permian in Spain is recent and still incomplete. Although there are references t o it
in the older literature (DALLONI, 1938; GAVALA, 1927) significant data did not appear until the nineteen
seventies (see references in VIRGILI et al., 1973, and VIRGILI et al., 1976, SOPEÑA et al., 1977, VIRGILI et
al., 1980).
Until the seventies, many Permian outcrops had been confused with either the Carboniferous or the
Triassic because of the general absence of palaeontological data.
In 1971, BOULOUARD and VIALLARD proved the presence of Thuringian microflora.
In 1974, SOPEÑA et al. (1974) discovered Autunian mega and microfloras in the central part of Spain (at
Retiendas in Guadalajara province).
About 100 km east of Retiendas RAMOS et al. (1976) described an Autunian microflora from beds
covered unconformably by Permian beds overlain in turn, also unconformably, by Bunstsandstein.
In the Pyrenees, NAGTEGAAL's (1969) detailed stratigraphic studies allowed the proper location of the
Autunian flora described by DALLONI (1938). These stratigraphic studies indicated the relationship of these
beds with the underlying Stephanian and with the apparently unconformable Upper Permian. The entire
succession is overlain unconformable by Buntsandstein.
In the Sierra Morena (Sevilla province) the Autunian reported long ago by GAVALA (1927) was most
recently studied by BROUTIN (1977, 1981), who was able to characterise the Autunian in areas where it is
stratigraphically conformable with the Stephanian.
The discovery of new Thuringian microfloras (RAMOS et al., 1979; RAMOS, 1979) has improved our
knowledge of he ~ermian-~riassic boundary. In several localities the Thuringian flora was found above the
unconformity that separates the Buntsandstein facies from the Permian, thus proving that in many places the
so-called Buntsandstein, at the base of the Mesozoic sedimentary cycle, commenced with Permian deposits.
Therefore the Palatine unconformity separating the Buntsandstein from the underlying Permian is not a t the
Permian-Triassic boundary, but actually is intra-permian.
It should be noted that the areas dealt with in each chapter (Fig. 1.1) do not pretend to be a clearly
distinguishable palaeogeographic units. They may only be regarded as such to a certain extent. In some cases
they merely reflect the research areas of certain investigators who attempted synthesis for their particular area.

10.2 THE PERMIAN IN THE CANTABRIAN MOUNTAINS

Enrique Martinez García

The existence of Permian sediments in the Cantabrian Mountains was demostrated for the first time by
PATAC in 1920, through the find of floral remaim near Pola de Siero (see Fig. 2.1), although they had already
been suspected by BARROIS (1882) who described the volcanic rocks near Sama d e Langreo and Villaviciosa.
The Permian deposits rest unconformably on older Palaeozoics of differente development in different
regions, e.g. the Western, Central and Eastern Regions which present different characteristics in facies and
thickness of Ordovician to Carboniferous sediments. Two main Permian units can be distinguished, i.e. a lower
one constituting the Viñón Beds, with grey limestone conglomerates, sandstones, dark marls, grey limestones
and volcanics, at least 500 m thick, and an upper unit, the Villaviciosa Beds consisting of over 600 m of
quartzite conglomerates and sandstones, dolomitic marls and clays, limestone conglomerates, caliche limestones
and volcanic tuffs, al1 of them in red bed facies. The Villaviciosa Beds rest either with low-angle unconformity
on the Viñón Beds or directly, with high-angle unconforinity on Carboniferous and earliers Paleozoic rocks (Fig.
2.2).
In the Western Region, the following areas are described: a ) Auilés, with the Villaviciosa Beds resting
unconformably on folded and thrust Ordovician t o Carboniferous sediments. These have been studied for their
relationships with fluorspar deposits that substitute caliche beds in the Permian succession. It starts with red
clays overlain by quartzite conglomerate, sandstones and red clays which are followed by a caliche limestones,
sandstones and rnarls. The upper part is made up of red and grey clays with gypsum that underlie Liassic
limestones. b) Gijón-La Collada: the Villaviciosa Beds occur here below the Liassic limestones as a reduced
sequence that commences with red limestones conglomerates resting on Carboniferous rocks; the conglomerates
are followed by red sandstones, muistones and carbonates.
In the Central Region, the followingareas can be distinguished: c) Siero, where both the Viñón Villaviciosa
beds seem to be represented, according t o borehole information. They show dark marls and limestones at the
base and limestone conglomerates, red sandstones, marls and rnarly limestones in the upper part. More to the
south, near San Tirso, there is a succession of marls, sandstones, volcanic tuffs and conglomerates with a late
~dephanianC flora (GERVILLA et al., 1978; WAGNER and MARTINEZ GARCIA, 1983), d ) Villaviciosa, with
the most complete Permian sequence, both the Viñón and Villaviciosa beds being present. From the latter
WAGNER and MARTINEZ GARCIA (1983) described an Autunian flora. e ) Colunga-Carauia: in which only the
Villaviciosa Beds are present unconformable on Carboniferous. Limestone conglomerates, sandstones, marls,
carbonates and clays with sandstone intercalations have been found.
In the Picos de Europa that form the northeastern termination of the Central Region the following areas
are distinguished: g) Onis: made up of light sandstones and conglomerates resting on Carbonifero~,limestones
and occurring below Cretaceous sediments. h) Sotres with some isolated outcrops of differente lithologies. The
most important one is that of Sotres, where Autunian microflora (MARTINEZ GARCIA, 1981) and megaflora
(WAGNER and MARTINEZ GARCIA, 1983) has been found. Carboniferous chales and sandstones with coa1
seams constitute de basa1 part (20 m ) which is followed by 100 m of limestones of probable marine origin that
belong t o the Viñón Beds. The higher part consistis of 160 m of limestone conglomerates, sandstones and
mudstones of red bed type (Villaviciosa Beds).
f) In Beleño-Ribadesella there are a few outcrops of sandstones and marls of little importance with the
exception of the Cofiño locality, where there are some 140 m of sandstones, marls, carbonates and limestone
conglomerates, in which some fluorspar has been mined.
On the edge''of the Santander Basin, Permian sediments exist in the following areas, i) Panes, where
conglomerates of the Viñón Beds occur at the base, followed by light couloured sandstones and red mudstones,
limestone conglomerates and sandstones. More t o the East, near Carmona, the Permian deposits are seen
underlie the sandstones and conglomerates of the Buntsandstein. Near Caldas de Besaya, farther East, there are
also some Permian sediments overlying Carboniferous limestones and underlying Triassic sandstones and conglo-
merates. j) La Hermida, with limestone conglomerates, carbonates, sandstones and marls which are preserved in
small graben fills buried later by Triassic sediments. South of Lebeña, there are nearly 1.000 m of Permian
volcanics, tuffs, sandstones, conglomerates and marls (MAAS, 1974) below the Buntsandstein conglomerates. k)
Peña Labra, more t o the south with some 600 m of volcanics and sediments of red bed facies.
The evolution of the Permian sedimentation in the Cantabrian Mountains can be summarised as follows:
at the end of the late Stephanian, the last Hercynian deformational phase involved folding and probable
thrusting in some areas. Later shallow marinl! sedimentation took place during the Early Permian (and perhaps
latest Stephanian C), probably with the formation of faulted basins in which acidic and basic lava flows were
connected to NE-SW trending fractures (PRADO, 1972; MARTINEZ GARCIA and TEJERINA,in litt).A NW-SE
fracture system was superposed later as transform faults associated to a NE-SW directed gradually developing
rift, with compartilisation of the region and associated volcanism of explosive character. This gave rise to a
continental red bed sedimentation with alluvial fans along fault scarps, the development of sabkhas and dolomi-
te and caliche sedimentation. The continental rifting probably ended before the Triassic.

10.3 THE PERMIAN OF THE SPANISH PYRENEES

José Gisbert

On the southern margin of the Palaeozoic outcrops along the axial zone of the Pyrenees, a number of
outcrops of Stephano- Permian ages have been recorded. These are distributed along an elongate, E-W striking,
remarkably continuous belt which contains the first unconformable deposits on the beds folded by the Hercy-
nian Orogeny. Severa1 depositional units have been recognized. These allow putting the highly complex facies
associations in these deposits in a genetical order throughout the entire Pyrenees.
The stratigraphic relations allow us to distinguish two large groups withjn these deposits: l o ) Stephano-Au-
tunian strata 2O) strata of Saxonian facies.
1 ) The Stephano-Autunian set of strata lies directly, unconformably, on the Hercynian basement, and is
overlain itself by the Saxonian facies, again with a markedly angular unconformity. This set appears t o be
contemporaneous with calc-alkaline volcanism, the volcanic and volcanoclastic intercalations being often abun-
dant, in some cases constituting even the entire succession.
Three depositional units have been distinguished within this first set of strata.
The Grey Unit (U.G.), defined as a detrital and/or volcanic sedimentary formation; it quite often contains
coals and is predominantly grey in colour. It corresponds to humid tropical climatic conditions with only
limited seasonal variations. At the base of this unit, some floral remains indicate a probable Stephanian Bage.
However some authors would lower this age to the highest Westphalian.
The transitional Unit (U.T.) composed by detrital, carbonate, volcanic, and volcanoclastic rocks, contains
occasionally coals, and is either, grey, red or variegated. Deposition apparently took place under humid tropical
conditions, with a strong seasonal variation in rainfall. Upwards it evolved into a ssuccesion formed under more
arid climatic conditions. The age of this Unit would be Stephanian-C to earliest Autunian.
The lower Red Unit (U.R.I.), constituted by detrital, volcanoclastic and volcanic materials is predominan-
tly red and has been laid down presumably under semi-arid conditions. This unit would be of Autunian age. In
the Catalonian Pyrenees, this unit displays severa1 intercalations of acidic ignimbrites which have been interpre-
ted as volcanic manifestation of events related to the Andorra-Mont Lluis Massif, which has been dated radiome-
trically as 270 f 1 0 m.a.
2) Set of Saxonian facies, (Upper Red Unit, U.R.S.) consisting by red lutites, green calcodolomites,
calcareous crusts, sandstones, and limestone conglomerates, directly overlying, with angular unconformity,
either Stephano-Autunian, or the Hercynian basement. These are interpreted as "alluvial fans" and associated
"playa-lake deposits" laid down under palaeoclimatic conditions of sabana-type similar to that of Buntsandstein
facies. An angular absence of palaeontological dating prevents a more accurate guess that an approximate time
span it probably comprises of middle and/or upper Permian.
These facies are associated with some basaltic, often spilitized, volcanism, along with numerous subvolca-
nic events. The geochemical characteristics of this volcanism have not yet been studied sufficiently. However,
the stratigraphic relationships suggest deposition in severa1 basins, related with tensional movements preceding
the generalised Lower Triassic rifting.
Geographical distribution of outcrops
The outcrops are markedly discontinuous along the southern margin of Pyrenees, being however, more
continuous in the Catalonian Pyrenees (central and western part).
The following zones could be defined, from the stratigraphic point of view:
1.- Basque and West Aragonian Pyrenees: characterised by the absence of the Grey Unit, an underdevelo-
ped Stephano-Autunian, and an important presence of Saxonian facies together with some associated volcanism.
2.- East Aragonian and West Catalonian Pyrenees: the existence of the Grey Unit is characteristic as is
the important presence of the StephaneAutunian set, with practically continuous outcrops. There are also
important deposits of Saxonian facies at the western and eastern ends of that region; where the most important
and diversified Stephano-Autunian volcanic events are also well displayed.
3.- Central Catalonian Pyrenees: the Grey Unit is not recorded here; whilst the reaminder of the Stepha-
no-Autunian units appear in considerable thickness. The presence of important masses of ignimbrite, laterally
interbedded in the U.R.I., is also noteworthy. These are interpreted as volcanic events related to the Andorra-
Mont Lluis granitic Massif.
~ax'onianfacies are limited to moderately thick successions found in discontinuous outcrops.
4.- Eastern Catalonian Pyrenees: characterised by the total absence of deposits, except for occasional
remains of volcanites, of the Stephano-Autunian set.
10.4 THE PERMIAN OF THE IBERIAN CHAIN AND ONTHE BORDERS OF THE CENTRAL SYSTEM

Alfredo Arche, Amparo Ramos and Alfonso Sopefia

The detailed study of the presently known Permian sediments of the Iberian Chain and neighbouring
areas, reveals essential differences in lithological composition as well as in the structural realtionship with
Palaeozoic and Triassic rocks. Considering these differences the area is divided into various regions according to
the characteristics of the Permian in each area: BORDERS OF THE CENTRAL SYSTEM AND THE CONNEC-
TION ZONE WITH THE IBERIAN CHAIN, NORTHWEST REGION OF THE CASTILIAN SECTOR OF THE
IBERIAN CHAIN and SOUTHEAST REGION OF THE CASTILIAN SECTOR OF THE IBERIAN CHAIN.
In the first region (BORDERS OF THE CENTRAL SYSTEM AND THE CONNECTION ZONE WITH
THE IBERIAN CHAIN), we find typicai Autunian beds lying unconformable on Lower Palaeozoic rocks and
overlain in turn also unconformably, by Triassic. The Autunian frequently displays volcanic intercalations
followed conformably by red bed of the "Saxonian type". No interna1 unconformity has been found in this
Autunian. Therefore the entire section is dated as Autunian. The lower part of the section is sometiines well
defined palaeontologically. Figure 4.1 shows the distribution of the Permian outcrops and the principal sections
with the corresponding units which are discussed in section 4.3. The precise correlation of the different
lithostratigraphic units of the Permian section is very difftcult t o obtain. The variation in facies and thicknesses
of these sediments is apparently due t o four factors: viz (1) local variations in source area; (2)"the activity of
faults associated - with alluvial fans which constitute most of the depositional facies; (3) complexity of the
depositional environment and finally; (4) the presence of volcanic activity. This makes extremely difficult to
establish lateral equivalencies. The nature and distribution of the deposits prove the existence of a number of
basins of tectonic origin, with rapid subsidence, and fiiled by the erosional products of nearby source areas.
These basins which are of variable extent, generallly relate to a system of large strike-slip fauls of late Hercynian
age. This is the case of the small graben at Palmaces de Jadraque and of the outcrops in the Ayllón-Atienza
sector, where they are on a large scale.
The absolute age obtained by HERNANDO et al. (1980) for the volcanic complex of Atienza, permits
locating this time interval in the late Stephanian or, probably, in the early Autunian.
Although there are local variations, it seems reasonable t o assume that the Permian sedimentation began in
this area during the earliest Autunian, and that the lower part of the section in the Ayllón-Atienza sector is
e~uivalentt o the lower part of the Palmáces section and the sections of the Valdesotos-Retiendas sector which
contain characteristic Autunian floras (section 4.3.1).
In each of the areas studied the stratigraphic section consists of units with different facies. These differen-
ces can be explained because of the situation and local characteristic of the basins. For example coluvial and
scree deposits are found in the lower part of the sections at Palmáces and Valdesotos, whereas volcanic material
exists in the Atienza section.
However, the subsequent evolution indicates a different tectonics setting. As ALVARO et al. (1979) have
indicated, subsidence most likely took place in some of the basins, as a result of normal faulting along earlier
fault lines which were reactivated. However, this does not seem to have occurred in late Permian times, as those
authors believed, but during the Autunian. This hypothesis is based on the study of the megasequence formed
by the two upper units of the Plamáces section, which clearly shows a progadation of alluvial fan deposits linked
to a fault limiting the basin to the east.
Similar events, although not quite as evident, can be deduced from the detailed study of the upper part of
the northwestern section at Atienza.
In the NORTHWEST REGION OF THE CASTILIAN SECTOR OF THE IBERIAN CHAIN there is also
an Autunian succession which lies unconformably on Lower Palaeozoics and which is in turn overlain unconfor-
miably by the Saxonian. The latter is covered unconformably by the Buntsandstein. It must be pointed out that
in this area the basa1 part of the Buntsandstein is of Thuringian age.
The Permian sedimentation of the "Capas de la Ermita" (Autunian, palaeontologically well characterized,
section 4.4.1 ), began in this area in connection with explosive volcanic activity (NAVIDAD, 1982). These
volcanic episodes are associated with high energy currents which transported volcanoclastic material in sheets
and locally in channels.
These deposits are generally similar to the distal volcanoclastic facies described by VESSEL & DAVIS
(1981 ), in the area of the "Volcán del Fuego" of Guatemala.
The initial high energy episodes evolved vertically (subunit E2), towards a more stable environment of
lacustrine nature. There is also a decrease in volcanic activity upwards.
The Saalian movements and subsequent erosion modified the regional palaeogeography greatly. Likewise,
the climate changed to more arid conditions, as the Saxonian sediments indicate. A number of smail ailuvial fans
came into being in which the distinction between proxirnal and distal facies is hardly possible (Fig. 4.2-C).
These deposits may corresponde to alluvial fans similar to the ones described by HEWARD (1978). These
were of short t c moderate duration, with fanhead entrechment, and controlled by climatic factors.
The Palatine or Phalzian phase created a very different landscape in the area (Buntsandstein, of Thuringian
age in the lower part, section 4.4.3). An extensive fluvial system become installed, with a relatively important
general gradient. A system of high energy channels carried predominantly gravels as bed load.
Two principal cycles have been described (RAMOS & SOPERA, 1982) (G1 and G2 in figure 4.2). These
probably relate t o changes in the fluvial system as a result of tectonic activity occurring simultaneously with the
Buntsandstein sedimentation; this is clearly evident in the westernmost part of the border areas.
The Permian of the third domain, SOUTHEAST REGION OF THE CASTILIAN SECTOR OF THE
IBERIAN CHAIN, is characterised by the presence of various scattered volcanic outcrops overlying the Lower
Palaeozoic. These volcanic rocks have been considered Carboniferous or Permian according to different authors
hut no one has provided solid dating. They are covered by the Buntsandstein wich lies unconformably on any
older rocks, which varies in facies and thickness and which in some places contains Thuringian microflora near
the base.
In this domain the rocks of the northwestern area (section (4.5.2), considered t o be Autunian, represent a
sedimentation controlled by faulting which occurred during a compressive phase at the end of the Hercynian
Orogeny (CAPOTE, 1978; ALVARO et al., 1979). The outpouring of volcanic material was associated with
reworking by ephemeral streams which formed poorly hierachised channels in an unstable drainage system.
After an undetermined period of time, but still during the Permian, the Buntsandstein facies began to be
depositedin a completely different tecfonic setting, of decompression, in which the Iberian Aulocogene began to
be formed. Subsidence was very rapid in some areas, while certain highs t o the south as well as to the north
limited the basin; some transverse, NE-SW orientated, elements are associated with former highs.
These blocks were limited by active faults with important vertical movements, whose upthrow blocks fed
alluvial fans.
The intermediate fine unit, in which the Thuringian microflora has been found (section 4.5.3), has a few
intercalated sandstone beds and channelised conglomerates of small lateral extent as well as some caliche beds.
This unit is interpreted as the distal part of alluvial fans and is partly lacustrine.
Sedimentation continued during the Early Triassic without apparent break.

10.5 THE PERMIAN OF THE SW MARGIN OF THE MESETA

Jean Brou ti12

Until a few years ago, the evidence of Permian formation in the Sierra Morena only come from the "Rio
Viar" basin, situated at a few Km northeast of Sevilla. Recente Palaeobotanical and paly nological investigations
have shown that the so-called Stephanian floras from the higher leve1 of the basins near Guadalcanal (on the
northern margin of the "Ossa-Morena" structural zone) are, in fact, of early Permian age and contemporaneous
with the "Viar" sequence.
These beds always consists of post-tectonic molasse sequences which are practically undeformed and which
were laid down in intramontane basins. Theirdhickness is very variable and their geographic locations is closely
controlled by the tectonic history of this region.
The deposits containing Permian floras are, apparently in continuity with Stephanian beds at Guadalcanal
and, perhaps also Rio Viar.
The floral composition is quite special and of great interest since some of the floristic elements, belong to
floral provinces outside the Euramerican Walm. Plants originating in the floristical provinces of "Cathaysia",
"Gondwana", and may be "Angara", unknown elsewhere in western Europe, were able t o penetrate into the
"Ossa-Morena" zone in early Permian times. This important biogeographical fact implies at this time in geologi-
cal history, a land bridge between this peripherical segment of the Hercynian fold helt and the African Conti-
nent.

10.6 THE PERMIAN IN THE BETIC CORDILLERAS

Otto Jan Simoiz and Henk Visscller

The Betic Cordilleras in southern Spain represent the westernmost part of the peri-Mediterranean orogenic
system, and is a consequence of the complicated pattern of motions between the Afican and European plates
since Early Jurassic time. The Betic orogen comprises an External Zone and an Internal Zone (Fig. 6.1).
The External Zone, consisting of non-metamorphic Triassic t o Miocene sediments, is subdivided into the
Prebetic and Subbetic Zones. The former represents the platform and shelf sediments, in continental and
shallow marine facies, deposited along the southern margin of the Iberian continent. Between the Prebetic and
the Subbetic Zones "intermediate units" are distinguished, comprising slope and suhmarine fan facies sediments
of Middle Jurassic t o Miocene age. In the Subbetic Zone three mejor palaeogeographicrealmsare currently
distinguished, mainly on the basis of the development of the late Liassic and younger Jurassic sequences.
Subbetic sediments were thnist northwards onto the Prebetic Zone in Neogene time (AZEMA e t al., 1979).
The Internal Zone is characterized by the presence of large-scale nappes. These essentiaily consist of
Triassic and older rocks. On the basis of the lithostratigraphic development of the Triassic sequences and the
tectono-metamorphic evolution, three major tectonic complexes are distinguished, in ascending orden: (1)the
Nevado-Filábride Complex; ( 2 ) the Alpujárride Complex; and ( 3 ) the hlalágiiide Complex (Fig. 6.1). In the
northeastern part of the Internal Zone a group of correlatable tectonic units can be recongnized in front of the
Nevado-Filábride Complex and below elements of the Alpujárride nnd Maláguide Complexes. For this g o u p of
units the name Almagride Complex is introduccd. The stratigraphic succession closely resembles that of part of
the Tnassic of the Subbetic Zone in the province of Murcia, implying deposition in a single palaeogeographic
realm (BESEMS & SIMON, 1982). The provenance and sense of transport of the nappes of the Internal Zone is
still a matter of debate, although an "ultra-%etic0origin for the Alp~járrideand Maláguide Complexes is
currently favoured by most authors (e.g. BOURGOIS, 1980; AKKERMAN rt al., 1980).
In the extensive geologic literature o n the Betic Cordilleras. widespread occurence of Permian, "Permo-
Triassic" or "Permo-Werfenian" is frequentli advocated. A critica1 analysis of the stratigraphic information
available, however, clearly indicates that this assumption needs reconsideration. In the present parper the
possible occurrence of Permian rocks in the Subbetic Zone and in the Internal Zone is discussed. For data on
the Prebetic Zone and on the Balearic Islands of Ibiza and Mallorca, which geologically belong to the Betic
Cordilleras, the reader is referred t o chapters 5 and 7 in this volume.
Subbetic Zone
The lowermost part of the Subbetic succession consists of sandstones, mudstones, gypsum and carbonates
and is commonly referred t o as the "germanic-aiidalusian" Triassic. It is generally subdivided in "Buntsands-
tein", c'Muschelkalk" and "Keuper". Mos authors attribute these lithologic units tho the Early, Middle and Late
Triassic, respectively. According t o PAQUET (1969) the lower part of the "Buntsandstein" may contain rocks
of Permian age. Recent work, based on palynologic and microfaunal studies, has revealed that a considerable
part of the "Buntsandstein" sequences are of Late Triassic age (BESEMS, 1982b; BESEMS & SIMON, 1982).
Until now, n o pre-Ladinian deposits have been found and it may be concluded that Permian sediments are
'
absent in the Subbetic Zone (Fig. 6.2-column g).
Almagride Complex
The stratigrahic column of this complex shows conspicuous resemblance t o the lower part of the Triassic
of the Subbetic Zone in the province of Murcia (Fig. 6.2-columns F an G). I n the lower part of the deepest
exposed rock sequence (Pocito formation), which has been usually regarded as "Permo-Triassic", a palynologic
assemblage or Anisian age has been recently found. Consequently, within the exposed part of the Almagri-
de Complex no Permian is represented.
10.7 THE PERMIAN IN THE BALEARIC ISLANDS

Antonio Obrador

The existence of sandstones and red clays attributed t o the Triassic is known since the first general
geologic works concerning the Balearic Islands. These materials outcrop only at the islands Mallorca and
Menorca. Very recently (BOURROUILH, 1973 and CUEVAS, in COLOM, 1975) the basa1 part of these
lithofacies has been included in the Upper Permian.
Both in Menorca and Mallorca the boundaries between Permian and Buntsanstein are not certainly
precised but BOURROUILH points out a possible unconformity at the islands Menorca between them. The base
of Permian is unkiiown in Mallorca (lack of outcrops). At the island Menorca it lies in angular unconformity
both over Devonian and Carboniferous which are intensively folded.
The general series in Menorca infered from the many outcrops at the islands is after LLOMPART et al.,
(1979) as follows:
a.- Basa1 section with dominance of clays and muds intercalated between sandstony-conglomeratic
horizons. -
b.- Intermediate sandstony section, massive outlook.
c.- Upper section prevailingly clayely with sandstony intercalations.
These sediments have been thought t o have a fluvial origin with more or less intense pedologic formations.
This log is locally crossed by doleritic basalt intrussions corresponding to a volcanism phase of an still unpreci-
sed age.
In Mallorca the studies by CUEVAS (in COLOM, 19'75) let distinguish two different lithologic series: a
lower, sandstonyclayely log and an upper with sandstones and quanites. Between them it is possible to
diferentiate a clayey section with plant remnants, coa1 and copper horizons.

10.8 THE PERMIAN-CARBONIFEROUS VOLCANISM OF THE IBERIAN PENINSULA


Marina Navidad

The Hercynian orogenic cycle came t o an end in the Iberian Peninsula with a st,age of magmatic activity
extending essentially from the end of the Carboniferous until the middle of the Permian. The late Hercynian
faulting stage formed extensive and subsident basins that contolled the Permian sedimentation: these basins are
at the same time separated one from the other by-important strike-slip faults that are the preferential outlets of
the volcanic material. In these basins we find the Permian sediments and the volcanic material intirnately
together.
Volcanic outcrops of basic, intermediate character occur along the Iberian and Cantabrian Chains as well
the smaller outcrops in the area of Sevilla (Viar Basin).
In the Iberian Chain special mention must be made of the western sector where two important effusive
centres appear: Atienza and Albarracín, located at both extremes of the western sector and in tectonically the
most complex areas. These areas are made up of andesitic-dacitic lava flows mixed in with pyroclastic material
and more acidic subordinate types (rhyolites at Albarracín). Sills are specially abundant in the region of
Atienza. Locally, (Ojos Negros sector) there are lava flows of plagioclase basalts and of trachiandesitic nature,
although they are of uncertain age.
The composition of the volcanism is calc-alkaline, rich in potassium and according to its relation t o the
minor elements (Y, Nb, Zr, Rb, Ce) it seems to indicate that the composition is linked with a period of tensional
stress. Secondary alteration has strongly disturbed the primary chemistry of the volcanics.
The Cantabrian region is probably one of the sectors of the Iberian Peninsula in wich the volcanic activity
of this period reached its maximum development, particularly in the vicinity of Asturian Basin. The igneous
activity is generally characterised by basic volcanism with plagioclase basalts of andesitic tendericy and abundant
sills of intermediate composition. The primary characteristics have also been destroyed by secondary alteration.
In the rest of the Peninsula the igneous activity is limited to small basaltic lava flows and basic sills.
During the early Permian (Autunian) acidic volcanic manifestations took place, together with pyroclastic
activity; these are located in subsiding basins with Permian sediments. The distribution is found fundamentally
along the Iberian Chain and the Asturian Basin. Its composition corresponds t o extremely differentiated mem-
bers of the ryodactic-rhyolitic type, together with cinerite, lapilli, tuff and volcanic breccia.
The cycle appears t o terminate at the end of the Autunian, although it is not isochronous in the Peninsula,
depending on the different basins.
During the Saxonian, the volcanic activity seems to have ended in the Peninsula and except for the
alkaline intrusion of anorogenic nature in the zone of Badajoz, there are no manifestations.

10.9 FINAL REMARKS

Carmina Virgili

In the previous chapters the characteristics of the major Permian outcrops in Spain have been described.
After reading these chapters one can conclude that the characteristics vary enormously as wetl as the
degree t o which they are known; this explains why it is so difficult, if not impossible, t o give general conclu-
sions.
The most evident and important common characteristic of the different Permian outcrops is that the
sediments are highly influence by synsedimentary tectonic activity. The geometry of the deposits is controlled
by this factor because the sediments are generally restrictied to isolated basins which are the product of fault
tectonics affecting the Iberian Peninsula, after the principal tectonic phases of the Hercynian cycle (CAPOTE,
1978; ALVARO et al., 1981). The sedimentological characteristics of the deposits also reflect the tectonic
mobility that caused a positive relief by means of uplift. This tectonic influence is also recorded by the presence
of magmatic activity which is always present, although of varying importance in the different areas.
Comparing the stratigraphic sections proposed for the different areas it is immediately apparent that i t is
not only difficult but almost impossible t o establish lithostratigraphic units or t o determine chronostratigraphic
units.
In spite of these difficulties it is interesting t o compare the different sections that are the most complete
and best defined, i.e. the Cantabrian region (chapter 2: E. MARTINEZ-GARCIA), the Pyrenees (chapter 3: J.
GISBERT) and the Iberian Chain and the border of the Central System (chapter 4: A. ARCHE, A. RAMOS &
SOPEÑA), (Figure 9.1).
In the Sierra Morena (chapter 5: J. BROUTIN) the charhcteristics are rather diffarent. The basins are
installed in a stable area, with very little subsidence as can be seen by the thickness of the deposits and the facies
that indicate low energy. There are no important sedimentary interruptions and the sediments contain different
floral associations that range from upper Stephanian to Autunian and an interesting post-Autunian flora.
In the Cantabrian region (chapter 2: E. MARTINEZ-GARCIA) we shall consider the best known section
in the central part of Asturias. Unconformably on Stephanian lie the "Viñón beds" that contain a late Stepha-
nian C flora. The "Villaviciosa beds" which follow unconformably, have been confused until recently with the
Triassic because of the red colour but are present known t o contain Autunian flora. Liassic limestones follow
unconformably.
In the Pyrenees (chapter 3: J. GISBERT) the sedimentary record is more complete. On the Lower
Palaeozoic rest a complex of strata with Stephanian at the base and Autunian higher up. Sedimentation is
discontinous as is indicated by a number of important paraconformities. An important unconformity marks the
limit with the "Upper Red Unit", that is unfossiliferous therefore of unknown age, but which is regarded as of
"Saxonian" facies. The Buntsandstein follows unconformably as d o other sediments which are stratigraphically
conformable and of proven Triassic age.
On the border of the Central System (at Pálmaces in Guadalajara province) (chapter 4: ARCHE, RAMOS
& SOPENA) the Permian sediments lie unconformably on Palaeozoic rocks. It is a thick complex without
apparent unconformities and contains Autunian plant fossils in the lower beds (SOPEÑA et al., 1977). It is
followed by Buntsandstein deposits of middle Triassic age.
In the Castilian sector of the Iberian Chain (chapter 4: ARCHE, RAMOS & SOPEÑA) quite different
characteristics are obtain. As in the Pyrenees, the Permian lies unconformably o n Lower Palaeozoic strata the
"La Ermita beds". This unit, that has yielded an Autunian flora, is separated from the unfossiliferous "Monteso-
ro beds" (also known a s "Saxonian") by an unconformity. Buntsandstein follows unconformably, starting with
the Thuringian.
Further east in the Aragonese sector of the Iberian Chain (Cuenca province) (chapter 4: ARCHE, RAMOS
& SOPEÑA) the sequence is also different. Unconformably o n t h e Stephanian lies a detrital complex, the basa1
levels of which are of unknown age but which contains a Thuringian flora in the middle part. As in the Castilian
sector it is conformable with middle and upper Triassic.
The difficulty t o correlate these sections is not only due t o regional geological problems but also t o the
exact meaning of the terms "Autunian", "Saxonian" and "Thuringian".
We should first remember that "Autunian", "Saxonian" and "Thuringian" are not stage names (Figure
9.2). The stratigraphic classification of the Permian is based on marine sections and there is still no agreement
on the correlation between the marine scale and the continental sections t o which the above terms refer.
The "Autunian" is identified by a flora defined in the Autun section (DOUBINGER, 1 9 5 6 ; DOUBINGER
et al., 1979; BUROZ & DOUBINGER, 1977). However it is stilla matter of dispute if the Autunianfloras are t o
be regarded as contemporaneous every where of whether they are laterally equivalent t o the upper Carbonife-
róus or of the lower Permian.
In the Autun basin, the Autunian represents the end of Permian sedimentation (FALKE e t al., 1 9 6 6 ) but
in other areas like the Harz and Lower Silesia, the beds that contain Autunian flora are covered unconformably
(Saalian unconformity), by unfossiliferous red beds. For these beds in the Harz (LAPPARENT, 1893) the term
"Saxonian" was created. However, today it seems evident that in Europe (KOZUR, 1980a, 1980b; HOLUB &
KOZUR, 1 9 8 1; FEYS, 1976) more than one Saalian unconformity exists and that various interruptions are
found as unconformities or paraconformities separating different parts of the Permian succession.
The " ~ h & i n ~ i a n "identified by floras found in the upper part of the Permian in Thuringia, limited
unconformably upwards by Triassic sediments and below by Permian red beds considered as Saxonian. Howe-
ver, in Lower Silesia, the Thuringian flora occurs in beds overlying conformably those that according t o their
facies and tectonic relationships are t o be assigned t o the Saxonian (HOLUB & KOZUR, 1981; KOZUR,
1980a, b).
The Palaeozoic-Mesozoic boundary is still a problem t o be solved even in areas where the sections are
rnarine and that were considered unitl recently as continous, i.e. in the central part of the Tethys. It is no
surprise that this problem is most acute in the areas where the sections are of terrestial facies as is the case of
most of western Europe.
Thus, until the early sixties the Permian-Triassic boundary was established by the presence of the Palatine
unconformity. Only in t h e last few years (GEIGER & HOPPING, 1968; VISSCHER, 1971; KOZUR, 1 9 8 0 )
when microfloras allowed dating of the continental sections, it proved possible t o demostrate that the sedimen-
tary interruption and unconformity (Palatine unconformity) d o not coincide with t h e floral change which is
considered, a t least biostratigraphically, as marking the Permian-Triassic boundary.

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