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Monografia Derechos Humanos
Monografia Derechos Humanos
FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
DOCENTE
Damián Paredes, Ulices
SIGNATURA
Filosofía del Derecho
INTEGRANTES
Chiclayo – 2021
INTRODUCCIÓN
Desde la segunda mitad del siglo XX, los derechos humanos se han convertido en uno de
los referentes más destacados de la vida política y jurídica. Así, el reconocimiento de este
conjunto de derechos catalogados como de especial importancia para el desarrollo del ser
humano, ha formado parte de un proceso histórico, que se inicia principalmente con la
aprobación en diversos Estados, de una serie de documentos en los que se establece una
relación de determinados derechos, considerados como anteriores y superiores al Estado,
el que a su vez se encuentra obligado a garantizarlos y protegerlos. Algunos de estos
documentos fueron: la Bill of Rigths Inglesa de 1689, la Declaración de Derechos de
Virginia de 1776, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
de 1789.
Con la aparición de los primeros textos constitucionales los derechos humanos pasarán a
formar parte del ordenamiento político de un Estado a través de la norma suprema de su
sistema jurídico contando por ello con un creciente respaldo a nivel interno e
internacional. Gracias a ello, los mecanismos previstos para su protección son objeto cada
vez más de un mayor perfeccionamiento. Esta situación ha permitido ampliar el número
de derechos de la persona considerados como inherentes a ella e imprescindibles para el
desarrollo de sus actividades, y a los que se les suele denominar de forma indistinta como
"derechos humanos" o "derechos fundamentales".
Dentro de este contexto, esta monografía tiene como finalidad explicar a profundidad no
solo los antecedentes que constituyeron el reconocimiento de los derechos humanos, sino
también dar a conocer su importancia. Por ello, este trabajo se divide en tres capítulos: en
el capítulo I se desarrollarán las generalidades sobre los derechos humanos, esto es, sus
antecedentes, definición, características y clasificación, lo que nos dará un panorama
introductorio para entender el origen del reconocimiento de estos derechos. En el Capítulo
II, se abordarán las posturas frente al reconocimiento de los derechos humanos y sus
sistemas de protección. Por último, en el Capítulo III, se identificarán los derechos
humanos reconocidos en la Constitución, su clasificación y los criterios de interpretación
y los métodos de resolución de conflictos de los derechos fundamentales.
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MARCO TEÓRICO
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 2
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2.2. El positivismo y los derechos humanos ................................................................ 27
3.1. Definición................................................................................................................ 37
CONCLUSIONES ........................................................................................................ 52
REFERENCIAS ........................................................................................................... 53
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CAPÍTULO I: GENERALIDADES SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS
1.1. Antecedentes
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Alemania, Italia (que había ignorado las reprobaciones de la Sociedad a raíz de la
invasión de Abisinia) y Japón (que también había ignorado la orden de retirarse de la
Manchuria China).
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Los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el deseo de que estos horrores no se
repitieran condujeron al establecimiento de las Naciones Unidas y a la redacción de
múltiples documentos sobre derechos humanos. Desde la sociedad civil es reveladora
también la eclosión de organizaciones de defensa de los derechos humanos, tanto
desde el trabajo de denuncia, como desde el trabajo de promoción y colaboración.
Si bien los cargos fueron por crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes
de lesa humanidad. El genocidio no era considerado un crimen diferente, sino que
estaba considerado como un crimen de guerra. Veinticuatro personas físicas y siete
organizaciones fueron acusadas, entre ellas se encontraba el secretario del partido
nazi, el comandante de las fuerzas armadas alemanas, uno de los adjuntos de Hitler
y el editor de un periódico antisemita.
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Dentro del desarrollo de estos procesos judiciales acontecieron varios de los
cuestionamientos realizados a posteriori, entre ellos está el de si se atentó contra el
principio de legalidad, toda vez que no existían leyes penales internacionales antes
de la comisión del delito, dando lugar a una posible irretroactividad de la ley penal,
se cuestionó la falta de tipicidad, por cuanto el concepto y contenido de los delitos
denominados crímenes de guerra, contra la paz y contra la humanidad, no se habían
abordado anteriormente, del mismo modo se habría violentado el principio del juez
natural, que establece que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales o
sacado de los jueces naturales designados por la ley antes del hecho de la causa y
además e cuestionó mucho la falta de prueba suficiente para llegar a un veredicto de
culpabilidad sobre muchos de los procesados y sobre este particular versara este
trabajo.
Es así como, por primera vez en la historia, los responsables políticos eran juzgados
por “crímenes de lesa humanidad”. Los tribunales también establecieron importantes
principios de derecho internacional como la responsabilidad de jefes de Estado, el
rechazo total de la excusa que servía de argumento para la defensa de cualquier
acusado de “solo seguía las órdenes”, la debilidad del argumento sobre la aplicación
retroactiva de normas cuando se trata de crímenes de lesa humanidad o de genocidio.
Pero, también, se destacó en estos juicios, el principio y el derecho a un juicio justo
para cualquier criminal de guerra. Aunque los perseguidos en Núremberg se basaban
en una estrategia positivista para defenderse en cuanto al problema de la
retroactividad de las leyes aplicadas al caso, otra posible estrategia para rechazar
estos argumentos podía partir de la teoría del iusnaturalismo.
Según escribe Huhle (2005), sobre el porqué del proceso, su razón de ser y su
legitimidad, se dice que, en forma escrita estos aspectos quedaron establecidos en
dos documentos básicos: “el Acuerdo de Londres (agosto 1945) y el Estatuto del
Tribunal, aprobado en la misma Conferencia de Londres, y que son los que
documentan la fase preparatoria del Tribunal. El cómo se refiere al desarrollo del
proceso mismo, incluyendo sus normas procesales y toda la argumentación político-
jurídica, que comenzó el 20 de noviembre de 1945 y terminó el 1 de octubre de 1946
con la sentencia… La sentencia condenatoria contra los veinticuatro más altos
representantes del régimen nazi, que pudieron ser capturados y con ellos se habla de
que se puso un término simbólico a ese nefasto régimen y, en el caso de las doce
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sentencias de muerte, también se puso un término real a la vida de aquellos
representantes”. (p.23)
Y es que, Huhle (2005), refiere que “a partir de estos sucesos fue que comenzó a
hablarse de Derecho Internacional Humanitario, de crímenes de lesa humanidad, de
derechos humanos reconocidos en una Declaración, así como de crímenes contra la
paz” (p.23), entre otras categorías que hoy existen con mayor o menor efectividad,
pero que, sin lugar a duda, fueron instauradas con posterioridad a estos eventos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se dijo que el mejor antídoto contra futuras
repeticiones de esos hechos era el regreso al derecho natural. el pensamiento
iusnaturalista se caracteriza por la idea de que el derecho es un concepto eterno por
lo cual no se modifica con la evolución de las sociedades. De este modo, el contenido
de las normas jurídicas, como proviene del hombre, no conoce cambios tampoco.
Desde esta nueva perspectiva, el iusnaturalismo, de forma claramente partidista,
afirma que el concepto de derecho es más útil para luchar contra la injusticia legal y
que eso mismo era algo de lo que se percataron los tribunales alemanes de la
posguerra, que dictaron sentencias como aquellas contra los delatores, haciendo valer
el derecho natural por encima del derecho positivo.
1. “Toda persona que cometa un acto que constituya delito de derecho internacional
es responsable de él y está sujeta a sanción;
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2. El hecho de que el derecho interno no imponga pena alguna por un acto que
constituya delito de derecho internacional no exime de responsabilidad en derecho
internacional a quien lo haya cometido;
3. El hecho de que la persona que haya cometido un acto que constituya delito de
derecho internacional haya actuado como Jefe de Estado o como autoridad del
Estado, no la exime de responsabilidad conforme al derecho internacional; y,
4. El hecho de que una persona actúe bajo las órdenes de su Gobierno o de un
superior no le exime de la responsabilidad bajo las leyes internacionales, siempre
que se demuestre que tenía posibilidad de actuar de otra forma”.
La DUDH marca un hito. Por primera vez, el mundo tenía un documento acordado
globalmente que señalaba que todos los seres humanos son libres e iguales con
independencia de su sexo, color, creencias, religión u otras características.
El armado de dicha carta fue confiado a un comité presidido por Eleanor Roosvelt y
compuesto por miembros de 18 países. La Carta fue redactada por el canadiense John
Peters Humphrey y revisada luego por el francés René Cassin.
Esta declaración es un documento que sirve de plan de acción global para la libertad
y la igualdad protegiendo los derechos de todas las personas en todos los lugares. Fue
la primera vez que los países acordaron las libertades y derechos que merecen
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protección universal para que todas las personas vivan su vida en libertad, igualdad
y dignidad.
Así, la DUDH fue adoptada por las Naciones Unidas (ONU), que acababa de
establecerse, el 10 de diciembre de 1948 como respuesta a los “actos de barbarie
ultrajantes para la conciencia de la humanidad” cometidos durante la Segunda Guerra
Mundial. Su adopción reconocía que los derechos humanos son la base de la libertad,
la justicia y la paz.
¿Qué es la ONU?:
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La ONU fue fundada en 1945, el día 24 de octubre, en la ciudad de San Francisco,
Estados Unidos, con la firma de la Carta de las Naciones Unidas. Su nacimiento tuvo
como objetivo, luego de terminada la segunda guerra mundial, propiciar el diálogo y
la hermandad entre las naciones del mundo, así como consolidar la paz y
salvaguardar la seguridad global. En su inicio, la ONU contaba con 51 Estados
miembros. Actualmente, el número de países que la conforman asciende a 193.
Las lenguas oficiales de la ONU son seis: el español, el inglés, el chino, el árabe, el
ruso y el francés.
Objetivos de la ONU
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Consejo de Seguridad: considerado como el órgano más importante de la ONU. Se
destaca por mantener la paz mundial y proponer acuerdos o decidir acciones armadas.
La Corte Penal Internacional fue creada el 17 de julio de 1998, lo cual fue un paso
trascendental para la lucha contra las violaciones de los derechos humanos, durante
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el quincuagésimo tercer periodo de sesiones de las Naciones Unidas los
representantes de 120 países del mundo votaron a favor, 21 abstenciones y 7 votos
en contra, entre éstos los de Israel, China y Estados Unidos, para la creación de una
Corte Internacional que pueda investigar y sancionar los delitos más graves y castigar
a los responsables de crímenes atroces contra la humanidad. Al respecto, en la
conferencia plenipotenciaria se suscribió el Estatuto de la Corte Penal Internacional,
también denominado como Estatuto de Roma.
El artículo primero del Estatuto de Roma establece que la Corte Penal Internacional
es una institución creada, por medio de un tratado, para investigar y perseguir a
aquellas personas que hayan cometido “los crímenes más graves de trascendencia
internacional”, estos son según el artículo cinco del mismo instrumento jurídico, el
genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, y crímenes de agresión.
DEFINICIÓN:
Todos los seres humanos, por su sola condición de tal, gozan de derechos humanos, sin
distinción por razón de raza, sexo, nacionalidad, religión, edad, condición económica,
social o política, orientación sexual, identidad de género o de cualquier otra índole. Por
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tanto, son derechos cuyo respeto, protección y promoción son indispensables para que
cada ser humano, individualmente o en comunidad, pueda desarrollar su proyecto de vida
dignamente y en libertad.
Según la Organización de las Naciones Unidas ONU, los derechos humanos son los
derechos que tenemos básicamente por existir como seres humanos. Estos derechos
universales son inherentes a todos nosotros, con independencia de la nacionalidad,
género, origen étnico o nacional, color, religión, idioma o cualquier otra condición.
Varían desde los más fundamentales, como el derecho a la vida, hasta los que dan valor
a nuestra vida, como los derechos a la alimentación, a la educación, al trabajo, a la salud
y a la libertad.
Según Según Novak F. y Namihas S. citando a Perez Luño nos dice que, los derechos
humanos son: “un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico,
concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales
deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e
internacional.” (p.38)
CONTENIDO:
a) Derecho a la vida
b) Derecho a la libertad de conciencia
c) Derecho a la libertad de religión y de culto
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d) Derecho al matrimonio y a la familia
e) Derecho a la educación
f) Derecho a la libre expresión
g) Derecho al desarrollo de la personalidad
h) Derecho a la integridad física y psíquica
i) Derecho a la dignidad personal
j) Derecho al honor
k) Derecho al nombre
l) Derecho de libre asociación
m) Derecho a una nacionalidad
n) Derecho de propiedad
o) Derecho a la paz
p) Derecho de trabajar
q) Derecho a la libertad de enseñanza
r) Derecho a la igualdad, etc. (Castán T. 1976, p. 36)
La dignidad humana es el fundamento de todos los derechos humanos. Es decir, todos los
seres humanos gozan de tales derechos, porque son seres con dignidad. Que todo ser
humano sea digno significa que siempre debe ser tratado como un fin en sí mismo y nunca
como un simple medio.
En general, un ser humano es tratado como un simple medio o como objeto, cuando se le
impide o se le obliga a hacer o dejar de hacer cosas que limitan su libertad o el desarrollo
de su proyecto de vida. Ser dignos y ser libres, en consecuencia, son valores claramente
relacionados.
Una definición sumamente clara que nos puede ayudar a entender la dignidad viene del
filósofo prusiano Kant. Dicho autor utiliza el concepto de dignidad para diferenciar a las
cosas de las personas. Para Kant las cosas tienen un precio o valor relativo, mientras que
las personas son fines en sí, vale decir, tienen dignidad. Para este autor las cosas pueden
ser reemplazadas por equivalentes, mientras que las personas no.
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“Lo que tiene un precio puede ser reemplazado por algo equivalente; lo que por
el contrario se eleva por encima de todo precio y, por tanto, no admite un
equivalente, tiene dignidad”. (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, 2013,
pp. 14, 15)
Por otra parte, Tomas de Aquino nos dice que, el valor del hombre (y, por lo tanto, su
dignidad), residía en su alma. Según el teólogo católico, el ser humano está formado de
cuerpo y alma, y esta contiene intelecto (potencialidad de conocer) y voluntad
(potencialidad de adoptar conductas morales). En esto sería distinto el ser humano de
todos los demás seres de la tierra. Por tener alma, la persona sería superior a los animales
en general y, por eso, sería digna de valor. «Anima est superior corporalibus creaturis»,
escribió el filósofo.
Todos los seres humanos tienen el valor, la dignidad humano, que es superior al valor de
todos los animales, ningún hombre o mujer puede ser considerado un animal de valor
subhumano y ninguna raza o etnia puede ser desclasificada como un género inferior del
género humano. Toda persona tiene alma y un hombre es siempre superior a un animal
irracional, sin alma.
Para Javier Hervada los derechos humanos, son derechos inherentes a la dignidad
humana, es decir que existen derechos intrínsecamente unidos, por naturaleza, a la
condición ontológica de la persona humana.
1.4. Características
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sino que es una cuestión de la comunidad internacional. Así, como nos dice Carpizo
(2011, p. 18), “el Estado tiene la facultad de plasmar cada derecho en su Constitución
en la forma que considere más conveniente, pero sin violentar las declaraciones e
instrumentos internacionales que ha ratificado ni el ius cogens. En la misma línea,
René Cassin citado por Beltrán nos dice que “estos derechos se aplican a todos los
hombres de todos los países, razas, religiones, sexos y regímenes políticos. La
Declaración iba a ser denominada “internacional”, pero la Asamblea General de la
ONU la proclamó “Universal” para dejar claro que la persona es miembro directo
de la sociedad humana y sujeto directo del derecho internacional. Claro que es
ciudadano de su país, pero también del mundo, en virtud de la protección que éste
debe otorgarle.” (2019, p.166).
b) Historicidad: Carpizo (2011, p .19) nos dice que esta característica hace referencia a
tres aspectos:
La evolución de la civilización: El reconocimiento de los derechos humanos y de
su contenido es, en buena parte, resultado de la historia universal y de la civilización
y, en consecuencia, sujeto a evolución y modificación.
Nuevos problemas, necesidades y retos: Se precisan derechos por la existencia de
necesidades que con anterioridad no existían o protegerlos no revestía mayor
importancia.
El contexto social y cultural de cada país: Existe un margen de discrecionalidad y
de ajustes al reconocer los derechos humanos en una Constitución o ley, siempre y
cuando no se violen los derechos universalmente reconocidos y los cuales el Estado
está obligado a respetar por medio de tratados internacionales que ha ratificado o
por el ius cogens.
c) Progresividad: Implica que su concepción y protección nacional, regional e
internacional se va ampliando irreversiblemente, tanto en lo que se refiere al número
y contenido de ellos como a la eficacia de su control.
d) Irreversibilidad: Una vez reconocidos no se puede alegar su desconocimiento.
e) Inalienables: No se pueden enajenar, nadie puede ser despojado de ellos. Así, ninguna
legislación, mandato o régimen puede dejar de desconocerlos, promoverlos o
aplicarlos.
f) Irrenunciables: No se puede renunciar a ellos, aunque sea por propia voluntad, y por
lo tanto son también intransferibles, nadie más que el propio titular puede valerse de
ellos.
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g) Imprescriptibilidad: La existencia de los derechos humanos no ha de extinguirse
nunca, pues son intrínsecos de la naturaleza humana y por tanto tendrán vigencia
mientras existan seres humanos.
h) Indivisibles: Implica que todos los derechos, ya sean civiles, políticos, económicos,
sociales, culturales o de solidaridad forman una unidad. Siendo así, que los derechos
humanos son interdependientes entre sí, que unos se apoyan en los otros para integrar
la mencionada unidad o bloque.
i) Corresponsabilidad: Para su ejercicio y respeto, frente a las persona titulares de ellos,
todos somos responsables, tanto individual como en forma colectiva. Este principio
llama a la participación y la solidaridad ya que de esa manera se puede asegurar su
pleno vigor, vigencia y eficacia.
j) Eficacia directa: Significa que los derechos humanos reconocidos en la Constitución
y en los instrumentos internacionales ratificados por un país vinculan obligatoriamente
a todos los poderes públicos —Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Órganos
Constitucionales Autónomos—, así como a autoridades, grupos y personas, y para ello
no es necesario que una ley desarrolle los alcances de ese derecho humano, aun en el
supuesto de que la Constitución señale la existencia de esa ley.
1.5. Clasificación
Fueron los primeros que exigió y formuló el pueblo en la Asamblea Nacional durante
la Revolución francesa. En el siglo XVIII se generan luchas encabezadas por los
burgueses y ejecutadas por el pueblo llano, tanto en Francia como en América del
Norte, reflejando el descontento ante gobiernos tiránicos. Producto de este proceso
es la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789).
En este documento están contenidos los derechos individuales que protegen a las
personas de los abusos de los gobiernos y ambos han inspirado la creación de
documentos signados por muchos países para la garantía de respeto a los derechos
básicos de las personas, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(ONU – 10 de diciembre de 1948).
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por parte del Estado, quien debe limitarse a garantizar el libre goce de estos derechos,
organizando la fuerza pública y creando mecanismos judiciales que los protejan.
Al ser parte sustancial de la persona por el hecho de serlo, pueden ser reclamados en
todo momento y en cualquier lugar, salvo en aquellas circunstancias de emergencia
que permiten el establecimiento de ciertas limitaciones de sólo algunas garantías.
Principales derechos:
Se desarrollan a partir del siglo XIX, cuando los obreros y campesinos comenzaron
la lucha por conseguir mejoras en las condiciones laborales y más oportunidades de
desarrollo. Estos derechos, trajeron durante tiempo la idea implícita de conformar un
Estado social de derecho, y que se consolidó con la Revolución Rusa (febrero-octubre
de 1917) en donde los trabajadores protestaron por el maltrato al que eran sometidos
por parte de los terratenientes.
Los derechos a los cuales nos referimos hacen relación al trabajo, a la salud, a la
familia, a la vivienda, a la recreación, entre otros. Es decir, a la protección del ser
humano vista desde una perspectiva colectiva. Estos derechos requieren de la
actuación del Estado para que los seres humanos puedan tener acceso a estos
derechos acorde con las condiciones económicas de cada nación.
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Sociales y Culturales, donde los Estados se comprometen a crear las condiciones
materiales adecuadas para que las personas puedan vivir dignamente.
Este grupo de derechos fue promovido a partir de la década de los setenta para
incentivar el progreso social y elevar el nivel de vida de todos los pueblos, en un
marco de respeto y colaboración mutua entre las distintas naciones de la comunidad
internacional.
El contenido de estos derechos no está totalmente determinado, ellos al igual que los
anteriormente nombrados han sido producto de cambios en la historia. Se encuentran
en proceso de definición y están consagrados en diversas disposiciones de algunas
convenciones internacionales como, por ejemplo, la Carta de las Naciones Unidas
(artículos 1.2. y 55) y en el artículo 1.1. del Pacto Internacional de derechos civiles y
políticos y de derechos económicos sociales y culturales en los que en forma expresa
se alude al derecho de libre determinación de los pueblos. (Pérez, 2006, pp. 231-232)
Principales derechos:
❖ Derecho a la paz
❖ El derecho a la calidad de vida
❖ La libertad informática
❖ La independencia económica y política
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❖ La identidad nacional y cultural
❖ El uso de los avances de las ciencias y la tecnología
❖ La solución de los problemas alimenticios, demográficos, educativos y
ecológicos.
De manera consecuente, se expresa que “la auto identificación es crucial para los
pueblos indígenas y deja en claro que la conciencia de su identidad indígena o tribal
deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los grupos a los que se
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aplican las disposiciones del presente Convenio”. Por consiguiente, este Convenio
obliga a los estados firmantes a velar por los derechos colectivos de los pueblos
indígenas -Perú es uno de ellos-, utilizando criterios objetivos y subjetivos para la
identificación de los pueblos indígenas y, por lo tanto, titulares de derechos
indígenas. Según Fajardo, R. (2019), el Estado peruano, en su informe a la OIT indica
que, sobre un total nacional de 24 millones de peruanos, hay más de 9 millones de
indígenas, en su mayoría quechuas y aimaras asentados en la región andina. Y que
en la Amazonía peruana existen unos 42 grupos etnolingüísticos que presentan
características culturales, económicas y políticas distintas de otros sectores. Pero que,
además, el universo poblacional indígena no se restringe a las comunidades
campesinas y nativas, sino que además existen grupos en situación de aislamiento
voluntario o de contacto esporádico.
Por otra parte, respecto de los derechos de los afrodescendientes, se debe tener en
cuenta la historia de esclavitud y servidumbre de los afrodescendientes guarda
relación con un contexto de discriminación y exclusión. El Derecho Internacional de
los Derechos Humanos sitúa la protección de los derechos de los afrodescendientes
dentro del marco general del resguardo de derechos de todas las personas, que abarca
obligaciones fundamentales derivadas de instrumentos internacionales de carácter
universal y regional, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. De tal manera que, según el informe de Adjuntía
N.º 003-2011-DP/ADHPD, las obligaciones del Estado peruano con respecto a los
afrodescendientes comprenden todos los derechos y libertades fundamentales de
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carácter civil, político, económico, social y cultural, reconocidos en los instrumentos
señalados anteriormente, los cuales buscan garantizar el pleno ejercicio de los
derechos de esta población. (p.154)
Las personas con discapacidad se enfrentan cada día a la discriminación y las barreras
que limitan su participación en la sociedad en términos de igualdad con los demás.
A estas personas se les niega el derecho a participar en el sistema de enseñanza
general, a obtener un empleo, a vivir en la comunidad de manera independiente, a
desplazarse libremente, a votar, a participar en actividades deportivas y culturales, a
disfrutar de protección social, a acceder a la justicia, a escoger su tratamiento médico
y a contraer libremente obligaciones jurídicas, como las derivadas de la compraventa
de propiedades.
Montero y otros (2004) señalan que, en 2003, el VIH / SIDA se cobró la vida de más
de 3 millones de personas y otros aproximadamente 5 millones de personas se
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infectaron con la enfermedad. Un total de 40 millones de personas en todo el mundo
se infectaron con el VIH / SIDA. En la historia humana no hay pandemia que haya
causado más conmoción y revolución en todos los ámbitos de la humanidad que el
VIH / SIDA. Durante el periodo de 1981 se realizó la identificación y clasificación
de patógenos y la identificación de problemas relacionados con la infección de este
virus.
Por último; algunos derechos que más se recalcan respecto de los pacientes con
VIH/SIDA son los siguientes: el derecho a la no discriminación e igualdad ante la
ley; derecho a la vida; salud; libertad y seguridad de la persona; libertad de expresión;
estar libre de tratos y castigos infrahumanos y degradantes; libertad de movimiento;
privacidad; derecho al matrimonio y a formar una familia; educación; trabajo;
derecho a un nivel adecuado de vida; seguridad social, asistencia y bienestar; solicitar
y gozar asilo; compartir los avances científicos y sus beneficios; participar en la vida
pública y cultural. (pp. 2-3).
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CAPÍTULO II: POSTURAS FRENTE AL RECONOCIMIENTO DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y SU SISTEMA DE PROTECCIÓN
Por otro lado, Villey postula la negación de los derechos humanos desde los siguientes
fundamentos: (Cianciardo, 2018)
a) Son irreales, porque realizan promesas que la realidad económica o política de los
países a los que se aplican se encarga de desmentir;
b) Son contradictorios. A juicio de Villey, “cada uno de los derechos del hombre es la
negación de otros derechos del hombre y practicados separadamente originan
injusticias”;
c) Son indeterminados, puesto que carecen de límite y de medida que permitan
establecer qué es de cada quien;
d) Son “interiores”, es decir, carecen de la nota de exterioridad que caracteriza a todo
derecho;
e) No pasan de ser meros ideales o proyectos políticos sin contenido jurídico, y además
son parciales, por ser expresión de los intereses de un grupo de poder.
Para el referido autor, “la aparición de los derechos del hombre es un testimonio de la
descomposición del concepto de derecho. Su advenimiento fue el correlato del eclipse o
de la perversión, en la filosofía moderna individualista, de la idea de justicia y de su
herramienta: la jurisprudencia. Tenía por fin la medida de las relaciones justas. Este arte
autónomo cumplía un oficio propio, irreemplazable. Las filosofías de la Europa moderna
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lo hicieron a un lado. El interés por una justa repartición desapareció de sus obras. Esos
no juristas que fueron los inventores de los derechos del hombre sacrificaron la justicia,
sacrificaron el derecho” (1983, p. 154).
El positivismo afirma que sólo es derecho aquello que está escrito en un ordenamiento
jurídico. Por lo tanto, la única fuente del derecho o el único origen de la norma se
fundamenta en el hecho de que está por escrito y vigente en un país, en un determinado
momento histórico. Es lo que se conoce como la ley positiva.
Los vínculos entre el positivismo y los derechos humanos han sido, por mucho tiempo,
conflictivos. En efecto, por un lado, si “la expresión ‘derechos humanos’ designa
derechos que el ser humano tendría y ejercería independientemente del Estado, entonces,
desde el estricto punto de vista positivista, el problema es rápidamente resuelto: no hay
derechos humanos”. Por otro lado, es difícil poner en duda que el pensamiento de los
derechos humanos se construyó a partir del iusnaturalismo. La formación histórica del
concepto de derechos humanos no puede separarse de una referencia a un orden natural,
aun para quien no cree en este orden natural. (Champeil, 2008, p. 1)
En este contexto, para pensar el encuentro entre el positivismo y los derechos humanos,
se necesita distinguir, como lo proponía N. Bobbio, tres significados de la noción de
positivismo: a) el positivismo ideológico; b) el positivismo teórico; c) el positivismo
epistemológico. En cada nivel, el modo de oposición entre el “positivismo” y el
iusnaturalismo varía, y la adhesión a una forma de positivismo o de iusnaturalismo no
implica necesariamente la adhesión a otra. (Champeil, p. 1)
a) el positivismo, en primer lugar, se refiere a una ideología del derecho según la cual
tenemos que obedecer al derecho positivo. Se opone en este caso al iusnaturalismo en
calidad de ideología del derecho rival, según la cual tenemos que obedecer sólo al derecho
justo. En consecuencia, mientras que el iusnaturalismo preconiza respetar los derechos
humanos en calidad de valores justos independientemente de su reconocimiento por el
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derecho positivo, la ideología positivista defiende el respeto de los derechos humanos
sólo si ellos están consagrados por el derecho positivo de un sistema dado. La ideología
positivista es entonces a la vez sencilla y ambivalente respecto de los derechos humanos:
los consolida cuando están ya incluidos en los órdenes jurídicos; los niega cuando no
están “positivados”. (Champeil, p. 1).
b) El positivismo puede, en segundo lugar, referirse a una teoría del derecho y del Estado
moderno donde el legislador tiene el monopolio de la producción normativa. Esta teoría
se haya vinculada a una teoría de las fuentes del derecho que afirma que el derecho es un
conjunto de normas producidas por la voluntad humana y cuya validez, entonces, no
depende de su conformidad con un orden natural o que se presuponga justo. (Champeil,
p. 1)
c) En un nivel epistemológico, el positivismo puede, por fin, entenderse como una teoría
del conocimiento jurídico o una metodología según la cual la ciencia del derecho tiene
que ser una actividad axiológicamente neutra. El positivismo distingue los hechos y los
valores, sosteniendo – por la mayor parte de los autores - que no es posible conocer
objetivamente los valores. Sin embargo, si muchos positivistas, al sentido epistemológico,
defienden un no cognitivismo ético, la postura de un C. Nino en Ética y derechos humanos
(pero también antes más de J. Bentham) muestra que es posible tener una metodología
positivista y pretender, en el mismo tiempo al nivel ético, investigar en la racionalización
de los fundamentos éticos del derecho. Por consecuencia, entre la metodología positivista
y el no cognitivito, no parece haber un vínculo lógico sino de coincidencia (bastante
grande) vinculado a la sensibilidad y a la formación intelectual de algunos científicos
(Champeil, p. 1).
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prudente o absurdo, correcto o incorrecto. Y como ley válida que es, debe aplicarse pese
a su posible injusticia.
Hervada señala que este positivismo extremo ha sido objeto de numerosas correcciones,
sobre todo a partir del año 1945. Se trata de una constatación de los intentos de la tradición
iuspositivista por superar la crisis en que se hundió tras la II Guerra Mundial, de la cual,
hoy por hoy y merced a esa reconstrucción histórica llevada a cabo por autores como
Hart, Ross y Bobbio, se ha recuperado en alguna medida. Según Hervada, en nuestros
días no lo sostiene ningún filósofo del derecho de gran talla, aunque todavía sigue
teniendo seguidores de segunda fila. En definitiva, los autores posteriores a 1945,
conscientes no solo de la experiencia histórica sino también de la evolución de las teorías
sobre el razonamiento judicial en los últimos cincuenta años, han abandonado las tesis de
un positivismo jurídico en sentido fuerte, es decir, las tesis morales y políticas sobre el
alcance del deber de obediencia a la ley por parte de los ciudadanos y en especial de los
funcionarios y jueces. Sin embargo, en la “segunda fila” se hallan algunos profesionales
del derecho, tantas veces dispuestos a saltarse el análisis de la justicia de una disposición
con pretexto de que “ha sido jurídicamente establecida”.
Asimismo, hay otro sentido del positivismo jurídico, “muy genérico” que incluye toda
teoría del derecho que no admita un verdadero derecho natural, conforme a la teoría
clásica. Respecto a esto, indica Hervada que es positivista cualquier teoría jurídica que
no acepta considerar como “derecho” las exigencias éticas a las que sí “debe”
subordinarse el derecho. Pero en este sentido constata Hervada un curioso fenómeno de
lenguaje, por el cual unos mismos autores son considerados iusnaturalistas por otros y no
por sí mismos. Es decir, las transformaciones del positivismo jurídico en sentido amplio
han llevado a difuminarse las mismas expresiones “iuspositivismo” y “iusnaturalismo”.
Hervada critica el positivismo jurídico por exigencia de coherencia interna con su propio
punto de partida en el concepto de “derecho” como “lo justo”, un punto de partida bien
fundado en el hecho de la repartición de los bienes entre las personas. A continuación,
voy a exponer esquemáticamente los argumentos que resultan mejor logrados, inspirados
todos ellos en la comprensión hervadiana del meollo del iusnaturalismo clásico y del
alcance real del positivismo jurídico. Los argumentos de Hervada se pueden desglosar en
los siguientes:
29
a) Una crítica ético-política contra el positivismo jurídico, que se contrapone así a los
intentos de defender esa tradición “por razones morales”. Según el autor en la
encrucijada cultural en la que nos ha tocado vivir, el positivismo jurídico ha
demostrado suficientemente su impotencia para alcanzar el objetivo fundamental de
proteger al hombre frente al peligro de ver menoscabada su dignidad y su libertad
ante la prepotencia de las fuerzas sociales y las potenciales arbitrariedades del poder.
b) La gran tragedia del positivismo juridico estriba en que la negación del derecho
natural comporta el vaciamiento de la cuestión de la ley injusta, pues la hipótesis de
la ley injusta no puede, en rigor, darse. De ahí, concluye Hervada que el positivista
solo puede hablar de una justicia independiente del derecho positivo cambiando la
noción clásica de justicia, que presuponía la existencia de “lo suyo” (el derecho) de
otro; esto lleva a negar que la persona posea algo “naturalmente suyo” (por un título
no positivo), es decir, a negar el carácter ontológicamente dominador de la persona
humana. El positivismo jurídico no es compatible con la índole personal del hombre.
c) Una de las consecuencias del positivismo ha sido el legalismo. Quizás cabría decir
más bien que esa ha sido una de las formas más difundidas del positivismo jurídico,
ya que los matices no legalistas se han quedado como objetos de lujo de algunos
iuspositivistas teóricos. Contra el positivismo legalista, Hervada refiere que conduce
a la pérdida del sentido de la equidad, de manera que los jueces suelen ser remisos
en la aplicación de la equidad que exige atemperar lo debido en el caso concreto para
“mejorar la justicia y por tanto favorecer el bien común y la humanidad en las
relaciones humanas.
30
animales, es decir, no serían verdaderos derechos, sino ficticios. La paradoja es clara:
si el derecho positivo es verdadero y propio derecho, hay derecho natural porque el
hombre posee como suyas algunas cosas; si el hombre no posee nada por sí mismo,
sino que todo es una atribución ficta de la ley, para la cual el hombre es tan incapaz
como un animal, entonces los “derechos positivos” no son verdaderos y propios
derechos. O son derechos tanto los positivos como los naturales o no lo es ninguno
de ellos.
31
otras palabras, el proceso de positivación de los derechos humanos convierte
jurídicamente estos atributos en una categoría normativa nueva denominada derechos
fundamentales, lo que permite, desde la práctica, reclamarlos y propiciar su protección
efectiva, aunque en tal taxonomía no se encuentren todos los derechos que potencialmente
tenemos (Pérez Luño, 1998; Martín-Retortillo et al, 1992). De la perspectiva práctica
deriva, entonces, la importancia del proceso institucional de positivación de los derechos
(citado en Tovar, 2008).
La eficacia real de los derechos humanos requiere de un marco jurídico y normativo que
posibilite su ejercicio, frente al Estado y los particulares, dado que empíricamente se
observa que, para que un titular de derechos pueda materializarlos en convivencia social,
es indispensable conocer ante quién reclamar su reconocimiento y protección; es decir,
es necesario identificar la autoridad que consagra normativamente los derechos y define
la ratio iuris de defensa de esa praxis ante las autoridades públicas y el grupo social en
general, como quiera que estas son las personas que atentan contra, limitan o conculcan
la efectividad plena de tales facultades. En tal sentido, es indispensable conceptualizar
qué son los derechos humanos para así estudiar el proceso de positivación (Tovar, 2008).
32
declarativo, formal, por cuanto lo constitutivo viene dado por la condición natural de la
persona humana (Tovar, 2008).
Para esta visión del problema, los derechos humanos se conciben como entidades reales
en la medida en que se encuentren en un estatuto normativo y, por tanto, constitutivo de
ellos, creador de los mismos, aspecto negado rotundamente por los iusnaturalistas. No
obstante, lo anterior, la paradoja del positivismo respecto del proceso de positivación de
los derechos humanos consiste en que, para tal efecto, deben partir de una realidad natural,
consustancial a la persona humana que reconoce, y ello constituye, en efecto, el
fundamento de legitimidad, ya que la prescripción que consagra los derechos humanos
sólo contiene los presupuestos fácticos y normativos de validez para la eficacia jurídica
de los mismos (Tovar, 2008).
Según la tesis realista, sus analistas pretenden zanjar la anterior disputa dicotómica
situando el problema de los derechos humanos en el plano de la política, a fin de expresar
que el núcleo de la positivación radica en la gestión gubernamental que hace real o
imposible la materialización de los derechos (Tovar, 2008).
33
determina la orientación del tema, su consagración, eficacia y protección, a través de
normas imperativas, aunque la legitimidad, validez y eficacia intrínseca de los derechos
no dependa exclusivamente de tales decisiones. Lo más grave de esta postura es la
relativización que se hace de la persona humana y su dignidad en el altar del realismo
político y económico (Tovar, 2008).
Teniendo en cuenta que los derechos esenciales de las personas no nacen del hecho de ser
nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la
persona humana, los derechos humanos cuentan con protección internacional, que
contribuye o complementa a la que ofrece el derecho interno de los Estados. Por ello,
fueron reafirmados y desarrollados en instrumentos internacionales, tanto en el ámbito
universal como en ámbitos regionales. El sistema universal de protección es el Sistema
de Naciones Unidas, mientras que los sistemas regionales son:
Los proyectos del IDHC, pues, están enfocados básicamente desde dos perspectivas:
primera, profundizar en el conocimiento del Convenio Europeo y la jurisprudencia del
TEDH que lo desarrolla, particularmente en cuanto al estado español; y, segunda, el
análisis de la organización y funcionamiento del Tribunal, en especial a partir de la
entrada en vigor del Protocolo 14 (junio 2010).
34
Africana. Sin embargo, a pesar de sus numerosas innovaciones, características y críticas,
sobre todo en términos de los derechos reconocidos, sus garantías, instituciones y sus
veinte años de funcionamiento, no se ha generado mucho interés en el ámbito académico
latinoamericano como en otras regiones del mundo (Saavedra, 2008).
35
y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias, ratificados siguiendo la tradición de otorgar
prevalencia a los tratados de derechos humanos sobre la ley nacional.
36
CAPÍTULO III: LOS DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS EN LA
CONSTITUCIÓN
3.1. Definición
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión,
lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin
discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e
indivisibles.
3.2. Clasificación
Los derechos humanos son clasificados en tres grupos: i) derechos civiles y políticos; ii)
derechos económicos, sociales y culturales; y iii) derechos colectivos. Sin embargo, para
el desarrollo del presente los hemos dividido en derechos de primera, segunda, tercera y
cuarta generación, los cuales empezaremos a detallar a continuación.
37
derecho a la libertad personal, el derecho a la libertad religiosa, el derecho a la
igualdad, el derecho a elegir y ser elegido representante, entre otros.
Ahora bien, uno de los casos que ilustra la vulneración de uno de estos derechos es
por ejemplo aquel donde Indecopi y la Municipalidad de Miraflores clausuraron la
discoteca “Café del Mar”, por prácticas discriminatorias respecto a los clientes que
ingresaban al local. El caso de “Café del Mar” es considerado un símbolo de la lucha
contra la discriminación en el Perú, debido a que fue la primera vez que se ha cerrado
un local por practicar una selección de clientes basado en sus características físicas,
donde se vulneraba claramente el derecho a la Igualdad. (Resolución N.º 1415-2006-
TDC-INDECOPI).
Otro de los casos que podemos mencionar para ejemplificar la vulneración de los
derechos civiles y políticos se encuentra el caso POLLO RIVERA Y OTROS VS
PERÚ, desarrollado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Sentencia del 21 de octubre del 2016.
El caso nos narra que entre 1992 y 1994, el señor Pollo Rivera, quien era médico de
profesión, fue detenido por supuestos cargos de terrorismo y, luego de haber sido
sometido a actos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, fue
38
procesado en el fuero militar por el delito de traición a la patria y en la jurisdicción
penal ordinaria por el delito de terrorismo, en la cual fue absuelto. Posteriormente,
fue nuevamente detenido en el año 2003 y fue juzgado y condenado por otros
supuestos hechos en el fuero penal ordinario por el delito de colaboración con el
terrorismo por la supuesta realización de actos médicos a favor de miembros del
grupo terrorista Sendero Luminoso.
El Tribunal reiteró que el procesamiento del señor Pollo Rivera por fiscales y jueces
“sin rostro” en el primer proceso penal seguido en su contra en las jurisdicciones
militar y ordinaria, constituyó una violación del derecho a ser juzgado por un tribunal
competente, independiente e imparcial. En tanto la garantía de competencia del
juzgador es la base para el ejercicio de todas las demás garantías del debido proceso,
la conclusión anterior implica que todo lo actuado en esos procesos carece de efectos
jurídicos.
39
de inocencia, a la defensa, a no declarar contra sí mismo y a la publicidad del proceso,
y el principio de legalidad.
Los detenidos fueron identificados como Enzo Tambolledo (19) y Eduardo Cadima
(20), quienes pintaron un grafiti de dos metros de altura e hicieron diversas
inscripciones, dañando unas 40 piedras del muro incaico.
40
protección a la cultura de nuestra nación, es donde vemos vulnerada este derecho
debido a que estos jóvenes chilenos atentaron contra nuestra identidad cultural.
Estos derechos han sido incorporados progresivamente en una lista tras numerosas
cumbres y encuentros mundiales, como por ejemplo el que tuvo lugar en Barcelona
en 1992.
Para comprender un poco mejor los derechos de tercera generación vinculado con la
paz y la coexistencia pacífica, tomaremos como ejemplo un sonado caso de actos
terroristas que tuvo lugar en el año de 1992.
Caso Tarata:
Entre los meses de enero a julio de 1992, treinta y siete coches bomba estallaron en
Lima Metropolitana, dejando aproximadamente cincuenta muertos. Era la ofensiva
más intensa desatada por el PCP-SL contra la capital, que incluía el asesinato
selectivo de dirigentes como María Elena Moyano. Según Abimael Guzmán la guerra
pasaba a una etapa de “equilibrio estratégico” que precedía a la destrucción del
Estado y la captura definitiva del poder. Se había dado inicio al VI plan militar
denominado “Construir la conquista del poder”, que orientaba las acciones
subversivas hacia Lima.
41
presiones internacionales sobrevinientes, la cúpula político-militar que se hizo del
poder tomó el control del país.
Desde muy temprano del día 16, “Carlos”, con apoyo de “Lucía”, “Antenor” y
“Franco”, combinaron el nitrato de amonio con petróleo y lo empaquetaron. A las 4
de la tarde ingresaron al inmueble un automóvil Datsun para acondicionarle los
explosivos. En ella se trasladarían “Nicolás” y “Arturo” llevando el primero un arma
de fuego y pequeños explosivos (“contes”) para distraer al personal de seguridad que
estuviera en el lugar.
Los dos vehículos llegaron a las inmediaciones del Banco de Crédito, ubicado en la
siempre concurrida avenida Larco del distrito de Miraflores. Según afirman, al
encontrarse frente al local del banco la vigilancia particular de la zona no les permitió
estacionarse en el lugar planificado. Entonces deciden ingresar a la calle Tarata.
El conductor del vehículo que contenía los explosivos disminuyó la velocidad para
luego abandonarlo, dejando que se deslizara por la calle Tarata hacia los edificios
residenciales ubicados en ambas laterales de la calle. El automóvil explosionó
aproximadamente a las 9:20 de la noche en la cuadra dos de la calle Tarata, donde se
ubicaban los edificios El Condado, San Pedro, Tarata, Residencial Central y San
Carlos.
42
sobre otras acciones de responsabilidad del PCP-SL. En base a esto se logró
identificar y detener posteriormente a la mayoría de las personas responsables del
atentado. La policía llegó a la conclusión de que el atentado fue planificado y
ejecutado por los destacamentos especiales 12, 15 y 18 de la Dirección Zonal Centro
del PCP-SL. En el proceso penal once personas fueron procesadas por el delito de
terrorismo como autores del atentado. Se les aplicó el Decreto Ley N.º 25475, del 6
de mayo de 1992.
Entendido como la expansión del concepto de ciudadanía digital, que presenta tres
dimensiones. En primer lugar, como ampliación de la ciudadanía tradicional,
enfatizando los derechos que tienen que ver con el libre acceso y uso de información
y conocimiento, así como con la exigencia de una interacción más simple y completa
con las Administraciones Públicas a través de las redes telemáticas. En segundo
lugar, ciudadanía entendida como lucha contra la exclusión digital, a través de la
inserción de colectivos marginales en el mercado de trabajo en una Sociedad de la
Información (SI) (políticas de profesionalización y capacitación). Por último, como
un elemento que exige políticas de educación ciudadana, creando una inteligencia
colectiva que asegure una inserción autónoma a cada país en un mundo globalizado.
(Bustamante, 2021). Para ejemplificar la presente generación de derechos
abordaremos el caso “aprendo en casa” en relación con el derecho de acceso a la
tecnología de los ciudadanos.
Con la cuarentena obligatoria por coronavirus, las clases en el Perú tuvieron que
adaptarse a nuevas modalidades. En esa transición, desarrollada en un momento en
donde la conectividad del país iba ajustando algunos parámetros y los colegios
proponían soluciones multimodo para que los estudiantes no perdieran sesiones, el
Gobierno Central ordenó la adquisición y la distribución de 840 mil tablets entre
estudiantes y docentes de todas las regiones del país. La carencia de detalles en el
anuncio se dilató hasta ahora, y ha sido Diana Marchena, viceministra de Gestión
Pedagógica del Ministerio de Educación, la que ha brindado más datos sobre esta
importante adquisición.
43
En concreto, el Estado Peruano adquirirá para la educación básica un lote de 900 mil
Tablets, 200 mil cargadores solares, más de medio millón de planes de datos y más
de 250 mil equipos destinados a Servicios Educativos, atendiendo sector rural y en
los distritos con mayor índice de pobreza en el ámbito urbano.
El grupo beneficiado abarca los últimos tres años de la educación primaria y todo el
nivel secundario de educación básica, tomando en cuenta la información del Sistema
de Información de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa (SIAGIE) que
recoge los datos de estudiantes matriculados hasta el 7 de mayo. Se entregará una
Tablet por hogar y por nivel educativo.
Uno de los criterios frecuentemente utilizados por los tribunales constitucionales (y,
por cierto, también por los tribunales internacionales de derechos humanos) es el pro
homine. Se trata de un criterio hermenéutico que informa todo el derecho de los
derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la norma más amplia, o a la
interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos e,
inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o a su suspensión
extraordinaria». La pauta interpretativa en referencia, como señala Sagüés, tiene dos
variantes:
44
(a). El principio favor libertatis, que «postula entender al precepto normativo en el
sentido más propicio a la libertad en juego», 29 en un doble sentido. A saber:
Por otra parte, se puede abordar esta fuerza expansiva desde el punto de vista de la
interpretación que produce un efecto amplificador de la protección de los derechos
fundamentales en particular, de tal manera que se asegura no sólo un efecto útil, sino
45
extensivo en su radio de protección al individuo. En este sentido, Rivera ha sostenido
que la jurisdicción constitucional, de un lado, tiene que otorgar una fuerza expansiva
a los derechos fundamentales, ampliando sus elementos esenciales, y ampliar el
catálogo de los derechos fundamentales previsto por la Constitución aplicando la
interpretación integradora e identificando las normas implícitas; y de otro, debe
identificar o construir el contenido esencial de los derechos fundamentales, para fijar
los límites a la labor legislativa del Estado que impone restricciones al ejercicio de
los derechos fundamentales, o para resolver los conflictos o antinomias entre los
derechos fundamentales o de estos con los valores supremos o principios
fundamentales. (Cavallo, 2016).
Existen tres teorías que explican esta institución: la absoluta, la relativa y la mixta.
Según la teoría absoluta, el contenido esencial conforma un “núcleo duro del derecho
fundamental que puede ser determinado independientemente de argumentos
referidos a una ponderación. De esta forma, las restricciones, que caen bajo ese
núcleo duro, están prohibidas definitivamente desde el punto de vista constitucional”.
(Sánchez, 2017, p.21).
46
Una de las defensas más sólidas en torno a la teoría relativa es el pensamiento a partir
de la tesis institucional que sostiene Peter Häberle. Sobre este punto, el profesor
alemán analiza los derechos fundamentales manteniendo una visión acorde a un
sistema unitario y objetivo. Si bien, la Constitución se encuentra caracterizada como
un orden objetivo de valores, éstos deben ser concretados y positivizados en el propio
texto fundamental. Para concretar el significado de los derechos fundamentales es
indispensable una triple función de éstos: la función social (en la medida en que
necesitan ser configurados y desarrollados para su ejercicio), como relaciones de
condicionabilidad mutua (relacionados entre sí); y, finalmente, como base funcional
para la democracia constitucional. Conforme a lo anterior, la garantía y ejercicio de
los derechos se caracteriza a través de la unión o conexión entre los intereses
individuales y públicos. (Sánchez, 2017, p.21).
Este principio podría ser entendido como aquel en virtud del cual el juez debería
interpretar las normas del ordenamiento estatal de conformidad con los derechos
fundamentales. Esta interpretación que efectuaría el juez implicaría verificar que el
sentido y alcance asignado a la norma respectiva es acorde, está en línea y concuerda
con los derechos fundamentales (Cavallo, 2019, p.11).
Por ello, Ferrer define la interpretación conforme como la técnica hermenéutica por
medio de la cual los derechos y libertades constitucionales son armonizados con los
valores, principios y normas contenidos en los tratados internacionales sobre
derechos humanos signados por los estados, así como por la jurisprudencia de los
tribunales internacionales (y en ocasiones otras resoluciones y fuentes
internacionales), para lograr su mayor eficacia y protección. (Cavallo, 2019, p.11).
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Una de las consecuencias más relevantes de este criterio interpretativo de los
derechos fundamentales tiene que ver con las propias cláusulas de interpretación de
los derechos que se hallan en los tratados sobre derechos humanos. En efecto, si,
como declara el artículo S so de la Constitución, los tratados ratificados por el Estado
peruano forman parte del derecho nacional, entonces ello quiere decir que las
disposiciones interpretativas previstas en los tratados tienen que ser necesariamente
instrumentalizados por los órganos de la jurisdicción interna (Cavallo, 2019, p.11).
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Aunque el Perú no sea un estado federal y tampoco participe de una unión de estados,
en alguna que otra ocasión el Tribunal Constitucional ha implícitamente adoptado
este criterio de interpretación de los derechos fundamentales. Así, por ejemplo, puede
mencionarse la sentencia expedida en el caso Caja Rural de Ahorro y Créditos de San
Martín (Exp. N.º 0905-2001-AA/TC), en la que sostuvo, implícitamente, que si bien
el artículo 13° de la Convención Americana de Derechos Humanos comprendía a la
libertad de expresión dentro de la libertad de información, no podía arribarse a una
conclusión semejante en sede interna, pues «aun cuando históricamente la libertad
de información haya surgido en el seno de la libertad de expresión, y a veces sea
difícil diferenciar la una de la otra, el referido inciso 4) del artículo 2° de la
Constitución las ha reconocido de manera independiente, esto es, como dos derechos
distintos y, por tanto, cada uno con un objeto de protección distinto» (fund. Jur. No
9). De esta manera, el Tribunal Constitucional dejó una importante brecha para
dispensar, en función del objeto protegido por cada uno de ellos, un nivel mayor de
protección ambas libertades. (Carpio, 2003, p. 15).
A lo largo del siglo XIX, el principio de proporcionalidad transitó del derecho penal
al derecho administrativo y fue acuñado como un criterio de control sobre los poderes
discrecionales de la administración y como límite al ejercicio del poder de policía.
En efecto, Otto Mayer explica que la medida del poder de policía exige que sea
proporcionada, que deriva del derecho natural y la propia naturaleza del ejercicio de
esta potestad: se trata de una medida natural que “adquiere la importancia de un límite
jurídico serio” (Sapag, 2008, p.20).
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El principio constitucional en virtud del cual la intervención pública ha de ser
“susceptible” de alcanzar la finalidad perseguida, “necesaria” o imprescindible
al no haber otra medida menos restrictiva de la esfera de libertad de los ciudadanos
(es decir, por ser el medio más suave y moderado de entre todos los posibles ley del
mínimo intervencionismo) y “proporcional” en sentido estricto, es decir,
“ponderada” o equilibrada por derivarse de aquélla más beneficios o ventajas
para el interés general que perjuicios sobre otros bienes, valores o bienes en
conflicto, en particular sobre los derechos y libertades. (Sapag, 2008, p.22)
50
sus principios (para lograr también la optimización de éstos). En este sentido, un
completo control constitucional de razonabilidad debe incluir el examen acerca de la
afectación a los derechos fundamentales y su contenido esencial. (Sapag, 2008, p.26).
Asimismo, se realiza aplicando una serie de reglas o juicios a las leyes que son
sometidas a su rigor, en general, en un caso contencioso. La jurisprudencia
continental realiza tres juicios basados en el sistema de los tres subprincipios. En este
trabajo se proponen cinco juicios. En todo caso, la idea es la misma: que el control
de razonabilidad, para gozar de un rigor científico, debe estar sistemáticamente
organizado en una serie de test que sirvan para determinar la validez constitucional
del contenido de una norma. (Sapag, 2008, p.30)
Los juicios del control de razonabilidad pueden ser desglosados en siete preguntas
que el operador jurídico se debe plantear:
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CONCLUSIONES
Los derechos humanos buscan alcanzar el bienestar de la sociedad, es por ello que están
en constante cambio intentando abarcar todos los aspectos nuevos que puedan surgir en
nuestro entorno, como resultado de ello podemos ver que no solo existe una tutela a los
derechos de primera, segunda y tercera, sino que también hablamos de una cuarta
generación orientada a proteger los derechos humanos frente a las nuevas tecnologías.
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REFERENCIAS
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B) Hemerográficas
53
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C) Jurisprudencia
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54
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Tarata, hace 28 años. https://www.youtube.com/watch?v=vVSBfd-TFPw
Veliz, J. (05 de junio de 2020). Estas son las tablets que el Gobierno adquirirá para el
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Villaverde, M. (2012). Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad
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55