Está en la página 1de 122

Esta traducción fue hecha sin fines de lucro.

Es una traducción de fans para fans.

Si el libro logra llegar a tu país, apoya al autor comprándolo.

También puedes apoyar al autor comprándolo o apoyándolo en

las redes sociales y ayudándolo a proporcionar su libro.

Mi Mundo de Fantasía.
Contenido
Staff

Sinopsis

Capítulo 1

Capitulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14
Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Epílogo

Epílogo

Próximo libro

Sobre la autora
Staff
Traducción
Jimena
Revisión
Yareth
Diseño
Juli
“Querer ser amigos es un trabajo rápido, pero la amistad es un
fruto de lenta maduración”.

–Aristóteles
Sinopsis
Bunny
Actuar.
Es mi vida entera.
Es lo único que me da algún tipo de independencia de mi padre.
Así que lo hago. Sin fallos.
Me subo al escenario porque no tengo otra opción.
Mi vida consiste en actuar como si fuera una muñeca viviente cuyos
hilos se mueven a la perfección. Últimamente, mis presentaciones
se sienten igual. Noche tras noche, bailo y toco para un público que
nunca sabrá quién soy realmente.
Estar en el escenario debería darme una protección, hacerme de
alguna manera segura.
Pero no lo hace.
El peligro viene en la forma de un supuesto admirador, uno que
busca poseerme, para hacerme su muñeca de la vida real.
Temo que eso es todo lo que seré hasta que un extraño intervenga y
me anime a ser quien realmente soy.

Jameson
Las artes y el baile no están exactamente en mi lista de prioridades,
pero a mi madre le encanta el ballet y la música.
Siendo el hijo cariñoso que soy, la llevo al mejor espectáculo que ha
llegado a la ciudad.
Al principio, me aburro, como suelo hacerlo cuando estoy rodeado
de gente rica.
No soy alguien a quien le guste alardear de lo que tengo.
Mi tiempo está mucho mejor empleado en mi rancho, cuidando de
mis tierras.
Mi aburrimiento se detiene abruptamente cuando veo a la estrella
del espectáculo y me doy cuenta enseguida de que es más que eso:
es la estrella de mi vida.
Pero amar a una mujer como Bunny Rose no está libre de
complicaciones. Su dulzura atrae demasiadas avispas, y aplastaré a
cualquiera que busque dañar a la suave e inocente bailarina que
me robó el corazón.
1
Jameson
—Deja de molestar— Mi mamá me golpea la mano como si
fuera un niño.

—Me está jodidamente ahogando— Tomo la pajarita, dejando


que se deshaga. Ella pone los ojos en blanco.

—Cuida tu boca— Me regaña, pero no hay poder en su tono.


Unas cuantas personas se giran para mirarnos. No me importa si
nos miran. Estoy aquí por una razón y sólo por una razón. Mi
madre me quiere aquí. Ella es la única persona en el mundo que
podría hacer que yo viniera a un ballet.

Al menos eso es lo que creo que es. Podría ser un musical.


Casi me quejo en voz alta, pensando en lo aburrida que va a ser
esta mierda. No importa, porque, de cualquier manera, me voy a
sentar a verlo porque es lo que quiere mi madre. Tendré que
esperar sobrevivir aburriéndome como un demente.

—No puedo esperar a que veas esto. Te vas a comer esas


palabras sobre que esto es aburrido. Luego te enojarás por la falta
de espectáculos que Bunny Rose hace— Creo que nunca me he
enfadado por nada en mi vida. Especialmente por alguien con un
nombre tan ridículo.

—Espera. ¿Es un espectáculo de Burlesque? — Con un


nombre como Bunny Rose voy a adivinar que sí. La última cosa que
quiero hacer es sentarme en un espectáculo de Burlesque.
Especialmente porque lo estaría viendo mientras estoy sentado
junto a mi madre en la primera fila. Esta noche está empezando a
sonar peor por momentos.

— ¡Qué! No— Me golpea el pecho, sacudiendo la cabeza. —La


gente nos está escuchando. Estás siendo ridículo— Se lleva la copa
de champán a la boca, tomando un sorbo. La gente está mirando,
pero eso no es anormal para mí. Soy lo que llaman dinero nuevo en
un mundo lleno de dinero viejo.

A la riqueza de Dallas no le gusta mucho que no esté en línea


con el resto de los ricos. Pero no tienen más remedio que frotarse
los codos con los míos cubiertos de tierra. Excepto por esta noche.
Me limpié antes de salir con mi madre. Aunque me gusta hacerla
pasar un mal rato, sabe que haré cualquier cosa por ella. No puedo
decir que no cuando se trata de ella.

—No me importa si se quedan mirando— Trago el resto de mi


whisky, preguntándome cuándo nos dejarán entrar al teatro. No me
importaría sentarme durante unas horas. He estado de pie todo el
día. Al menos no tendré que preocuparme por mi teléfono o
cualquier otra cosa. Puedo usar este tiempo de descanso,
distraerme un poco y tratar de relajarme. Tomo otra copa de
champán, y se la doy a mi madre. Me la quita de la mano mientras
dejo caer la vacía en la bandeja.
—Sra. Price, ¿Cómo está esta noche? — Samuel Johnson toma
la mano de mi madre, besándola.

—Te dije que me llamaras Rebecca, Sam—

—Debería haber sabido que estarías aquí— Le sonríe a mi


madre. Todavía no estoy seguro de lo que siento por Sam. Tendrías
que tomarte unas cuantas cervezas para no darte cuenta de eso.

—Creo que estás aquí porque pensaste que ella podría estar
aquí— Sam no se acobarda cuando le pincho.

—Tal vez sea así— Besa de nuevo la mano de mi madre que


todavía tiene entre las suyas. Me doy cuenta de que las mejillas de
mi madre se han vuelto rosadas y sé que tendré un sermón más
tarde. Las luces de arriba empiezan a parpadear, haciéndonos
saber que es hora de entrar. Las puertas se abren para que todos
entren. —Te veré después del espectáculo, Rebecca— Suelta la
mano de mi madre antes de dar un paso atrás. Tanto mi madre
como yo lo vemos caminar hacia una chica joven. Estoy bastante
seguro de que es su nieta. Más vale que lo sea.

—Borra esa ridícula mirada de tu cara. Es su hija—

—Es dulce contigo—

— ¿Quién no sería dulce conmigo? —

Me río de lo atrevida que es. —Tienes razón— Le ofrezco mi


brazo.

—Te tiene miedo—

—Debería tenerlo— No pareció que se asusto


cuando se acercó y empezó a besarla. No estoy seguro de si
me siento halagado de que me tema o no. Supongo que, si lo
hiciera, tendría que darle puntos por seguir viniendo. Si quiere una
oportunidad con mi madre, más vale que esté dispuesto a trabajar
por ella. Si no lo está, entonces no la merece. Cualquier cosa que
quieras en la vida vale la pena luchar por ella. Así es como veo las
cosas de todos modos.

—Llévame a mi asiento. No puedo esperar a que veas esto— la


guío al inmenso teatro. No puedo creer que un ballet pueda vender
este lugar. Mis entradas para el Superbowl cuestan menos que esto.
—Sólo hace un puñado de espectáculos al año. He oído que es
tímida—

— ¿Tímida? — Este lugar tiene que albergar a más de dos mil


personas.

—Supongo que cuando eres la mejor, te sales con la tuya


haciendo sólo unos pocos espectáculos. Eso no significa que no sea
tímida. Es algo de lo que no sabes nada— Me da un golpe juguetón
con el codo en mi lado. No tengo un hueso tímido en mi cuerpo. Si
quiero decir algo, lo digo. Si quiero hacer algo, lo hago. Realmente
me importa una mierda lo que nadie piense de mí. Es por eso que
tener éxito es tan importante para mí. No hay nadie a quien
responder excepto a mí mismo.

Me fue bien en la vida antes de tropezar con el petróleo en mi


tierra. Encontré oro negro sin siquiera buscarlo. Pasé de ser un
vaquero a un billonario en un abrir y cerrar de ojos. No importa
cuánto dinero tenga, nunca dejaré de ser un vaquero. Todavía estoy
más a favor de ensuciarme en el campo que en una sala de juntas.

— ¿Baila? —
Mi mamá toma su asiento. Sigo el ejemplo, pensando que sus
sillas son demasiado pequeñas. Todavía es difícil de creer que
alguien pague tanto por ver a alguien bailar. Ya sea con la ropa
puesta o sin ella, todavía así no me interesa. No veo el atractivo,
pero sé que decir eso en voz alta sólo me hará recibir una
reprimenda de mi madre, así que me guardo ese pensamiento para
mí.

—Puedes llamarlo baile si quieres. Sólo tienes que verla. Ella


también es violinista. Tiene un verdadero don— Encantador.
También habrá música. Ya siento que me está viniendo un dolor de
cabeza. —Mejor sonríe. Estamos en primera fila. No te atrevas a
darle a esta chica esa mirada tuya. Cambia tu cara para que
parezca amable y sincera. Sé que es difícil para ti— Me deberían
doler las costillas por todos los pequeños golpes que me ha dado mi
madre esta noche.

— ¿Qué mirada? —

Mi madre pone los ojos en blanco tratando de fingir inocencia.


—Te gritaré delante de toda esta gente. No me importa— Sé que no
lo hará. Ella es mejor que yo en todo el asunto de ser social. Ella
podría correr en los círculos más íntimos cuando y si quisiera.

—Sé exactamente de quién obtuve la actitud— Me río,


haciéndola reír conmigo. Una mujer vestida de negro baja a la
primera fila, parándose a hablar con cada grupo de personas. Las
luces de arriba parpadean de nuevo, pero menos esta vez, dejando
que todos sepan que es la última advertencia para que tomen
asiento. Unos cuantos chillidos excitados resuenan en la sala de las
mujeres del público.

—Ya casi es la hora—


—No puedo creer que tengamos entradas—

—Ella es impresionante— Esta vez es un hombre el que


escucho. Me siento un poco más recto, sintiéndome irritado. La
mujer vestida de negro se mueve para pararse frente a mi madre y
de mí. Ella se mueve y veo una placa en su cadera, pero mis ojos se
dirigen a la pistola que tiene escondida en su traje.

—Le pedimos que no se levante durante el espectáculo. Que


esperen al intermedio—

— ¿Por qué? —

—Está bien— Mi madre me da un codazo otra vez. —Leí la


nota de los boletos— La mujer deja de mirarme para darle a mi
madre una cálida sonrisa.

—Gracias, señora— pasa al siguiente grupo de personas.

—Dejó de hacer giras el año pasado porque alguien se subió al


escenario y trató de agarrarla. La aterrorizó y ahora toman
precauciones extra en cada espectáculo. Era la única manera de
conseguir que volviera—

— ¿Qué demonios? — No me extraña que esa mujer tuviera un


arma. No es que sea poco común aquí. Es Texas, después de todo.

Mamá se inclina más cerca de mí. —Sí, canceló el resto de su


gira, la asustó mucho. Ahora sólo tiene cinco espectáculos este año.
Este es el último. La gente dice que puede que no vuelva. Por eso
las entradas son tan difíciles de conseguir— Más irritación que no
puedo explicar se filtra en mí. Me inclino hacia atrás en mi silla
mientras las luces comienzan a atenuarse. La cara de mi madre se
convierte en una gran sonrisa cuando las cortinas se cierran.
Como siempre, ella tiene razón. Me voy a comer mis palabras.
2
Bunny
Me quedo entre bastidores retorciéndome las manos. Siempre
me pongo nerviosa antes de un espectáculo. Debería estar
acostumbrada a ellos. Pero nunca me acostumbraré a la gente que
me mira. Todos me miran, observando cada uno de mis
movimientos. Colgando de cada nota que produzco con el arco de
mi violín. Siempre me pierdo ahí arriba una vez que empiezo, pero
es la anticipación de todo y las partes silenciosas lo que me pone
nerviosa. Aún más ahora después de todo lo que pasó.

—Está bien, Bunny— PJ se mueve para pararse a mi lado.


Desearía tener una cuarta parte de su coraje. No le importa quién la
está vigilando. De hecho, a menudo llama la atención sobre mí y
sobre ella cuando ve que me siento incómoda. Cuando estoy en el
escenario es una de las únicas veces que no puede hacerlo.
—Subirás al escenario y todo lo demás se desvanecerá— me lleva a
uno de sus abrazos fuertes. —Te cubro la espalda. Vas a patear
traseros. Te lo prometo—

—Lo sé— La abrazo. Conozco a PJ desde hace ocho meses y en


ese corto tiempo se ha convertido en una hermana para mí. No sé
cómo solía hacer espectáculos sin ella. PJ fue contratada el día
anterior al incidente del año pasado en el que un hombre subió al
escenario. Pulieron mi seguridad después de que recibí
correspondencia y también e-mails inquietantes. Incluso tuve que
cambiar mi número.

En un segundo vi al hombre acusándome y al siguiente PJ lo


tenía en el suelo. Aun así, me había asustado mucho. Me quedé a
oscuras durante casi un año. Mi contrato no me ha dejado otra
opción que volver. Como dicen, el espectáculo debe continuar. Eso
no significa que me sienta cómoda subiendo ahí, pero saber que PJ
está aquí ayuda con eso.

—Último show— me susurra al oído antes de que la deje ir.


Asiento. Ha habido rumores de que este será el último que haga. No
le he dado a nadie una confirmación de eso. Cuando empecé a
bailar no tenía ni idea de lo grande que sería. Todavía me cuesta
creerlo. Parece una locura alejándome de ello. Me encanta bailar y
tocar. Siempre ha sido mi escape, pero lentamente se ha convertido
en mi propia prisión.

—En dos, Bunny— El director de escena me avisa cuando el


acto de apertura comienza a terminar. PJ agarra mi violín para mí.
Me quito la bata y se la entrego. Ella la usa para cubrir mi estuche.

—Vas a hacerlo maravilloso y luego vamos a pedir servicio de


habitaciones— Me río porque eso suena maravilloso. —Nos vemos
en el otro lado— Me besa la mejilla antes de salir corriendo. Nunca
sé dónde está, pero sé que está cerca. Una de las grandes cosas de
estar en el escenario es que es difícil ver a la multitud. Las luces
son demasiado brillantes para ver algo. Puedo dejarme perder en la
música. Dejar que todo lo demás se desvanece.
—Estás lista— susurra el director de escena mientras la
música empieza a desvanecerse y todo se oscurece. Cuento mis
pasos hacia el escenario. Cierro los ojos, inclinando la cabeza hacia
atrás. Siento que la luz golpea mi escenario mientras el sonido de la
multitud resuena. Lentamente levanto mi violín, y el sonido de la
multitud se desvanece cuando empiezo a tocar.

Siempre empiezo despacio al principio. Siento que la música


empieza a mover mi cuerpo. Otros empiezan a unirse a medida que
voy tomando velocidad. Todos me siguen cuando tomo el espacio a
mí alrededor, perdiéndome en lo que hago. Todo lo que me rodea se
desvanece a medida que me muevo. Sintiendo la música hasta el
alma.

Mi cuerpo se ilumina. Algo es diferente hoy. Por un momento


creo que es porque es mi último espectáculo, pero no es eso. Me
siento viva. Me acelero. Una canción da paso a la siguiente. Me
salgo del curso pero todos los demás saben que me siguen mientras
paso de una canción a otra. Mis jugos creativos fluyen o podría ser
mi adrenalina. Invento una nueva canción sobre la marcha,
dejando libre mi imaginación por primera vez en mucho tiempo.
Nadie se pierde el ritmo mientras sigo dominando el escenario. Mis
pies se mueven más rápido que nunca al ritmo de la música. Algo
más me impulsa esta noche y sea lo que sea, quiero más de ello.

Me siento poderosa. El escenario no es para todos los demás


esta noche. Es para mí. Lo tomo. Me pertenece. Lo hago mío y sólo
mío. Me muevo y toco hasta que no quede nada. Hasta que estoy
desnuda, habiendo dejado todo en el escenario. Mis ojos se abren.
Todo se queda en silencio. Siento como si estuviera soñando con lo
tranquilo que está todo. Entonces mis ojos se posan en él. Es todo
lo que puedo ver a través de las luces. Tiene los ojos más azules que
he visto nunca. No puedo quitarle la mirada de encima. Algo me
atrae hacia él. En este momento me doy cuenta de dónde vino mi
inspiración esta noche. Lo cual es extraño porque nunca había
puesto los ojos en él antes de este momento. ¿Cómo podría
inspirarme? La multitud estalla en vítores, sacándome de mis
pensamientos. Salto hacia atrás, causando que mi violín se estrelle
contra el suelo. No podría importarme menos. Lo único en lo que
puedo concentrarme es en él.

No me muevo ni un centímetro, mis ojos siguen atrapados con


los suyos. Las luces se atenúan, dándome una vista de la enorme
multitud que me está dando una ovación de pie. Todos menos él.
No se mueve. Sus ojos permanecen en los míos. Entonces me sacan
del escenario. La mano de PJ se traba alrededor de mi muñeca. Lo
último que veo es a él de pie mientras caen las cortinas, haciendo
que todos desaparezcan. Era él.

Toqué con mi corazón y mi alma para él. Puse todo lo que


tenía en la actuación de esta noche y lo hice todo por él. Me
preocuparé del porqué más tarde.
3
Jameson
Me pongo en pie en cuanto se cierra el telón, quitándola de mi
vista. Todos los demás están animando. Miro a mi madre, que tiene
lágrimas en los ojos. Nunca he visto a nadie ni nada parecido a ella
en mi vida. Tampoco me he quedado nunca sin palabras. La quiero.
Al diablo con eso. La necesito. Todo en mí grita que ella está
destinada a ser mía.

—Ella tocó una hora extra. Me sorprende— Tampoco puedo


creer que haya estado tanto tiempo en el escenario porque se sintió
como un segundo. Estaba aquí y ahora se ha ido. Técnicamente no
se ha ido, está entre bastidores. La mujer de negro la sacó del
escenario y la alejó de mí. Sus ojos se abrieron de par en par
cuando se encontraron con los míos, pero no miró hacia otro lado.
¿Ella también lo sintió? Todo mi mundo se había volcado de lado.
Todo lo que creía saber ya no tenía sentido.

— ¿Estás bien? — Mi madre me tira del brazo.

—Quiero conocerla—
—Buena suerte con eso— Se ríe. —Oh, Dios. No estás
bromeando— Ella me mira fijamente. —No sé cómo es posible—

—Todo es posible. Tú me enseñaste eso— Saco mi teléfono y


disparo un mensaje de texto.

— ¿Qué estás haciendo? Oh Dios, ¿Estás enviando un


mensaje a Banks? —

—Sí— Es el dueño del teatro. Si alguien puede llevarme a los


bastidores es él. Compraría el lugar pero no estoy seguro de poder
hacerlo antes de que se vaya y salga del edificio. Llevaría más
tiempo localizarla. De cualquier manera, encontraré la manera de
conocerla. Sería más fácil si pudiera verla esta noche. En realidad,
ahora es lo mejor para mí. Ya he esperado demasiado tiempo para
tenerla.

Mi teléfono suena en mi mano. Sonrío sabiendo que voy a


conseguir lo que quiero. Puede que tenga un precio, pero ella lo
vale. Tendré que asistir a dos eventos de caridad que se celebrarán
aquí en los próximos meses. Tal vez pueda venir con Bunny de mi
brazo. Creo que cualquier cosa sería soportable si ella estuviera
conmigo. Podría iluminar toda la habitación sin decir una palabra,
como lo hizo con mi corazón. Ahora que he visto su brillo, quiero
disfrutar de toda su gloria.

—Sr. Price. Si me sigue— Un hombre con traje se mueve. —El


Sr. Banks dijo que le gustaría ir al backstage. Yo le indicaré el
camino—

—Tengo que conocerla— Mi madre aplaude con entusiasmo.


Está a punto de estallar. Desearía poder decir que estoy haciendo
esto por ella, pero todos sabemos exactamente por quién lo hago.
Ahora que lo pienso, es más o menos por mi madre. Le estoy
presentando a su futura nuera. Básicamente soy el mejor hijo de la
historia.

—Sí— Les respondo a ambos. Seguimos al hombre a través de


la multitud de gente que está cerca de la puerta. Todo el mundo
está hablando del espectáculo. No sé por qué no me atrevo a
llamarlo espectáculo. Fue mucho más que eso. Es algo que no
puedo expresar con palabras. Por un momento pensé que bailaba
para mí y sólo para mí. Que no había nadie más en el teatro. Podía
sentir cada uno de sus movimientos en mi alma. Bailó y se abrió
camino hasta mi corazón, haciendo que vivir sin ella no sea una
opción. Debo sonar como un loco, pero no me importa. Lucho
contra la irritación que trata de apoderarse de mí, pensando que los
otros asistentes al teatro se sentían igual.

— ¿Seguro que estás bien? — Mi madre me mira a hurtadillas.

—Estoy lejos de estar bien— Suspiro. Me froto la nuca,


preguntándome cómo va a ir esto. Ni siquiera estoy seguro de qué
coño voy a decir. Me siento como un colegial que invita a una chica
a salir a bailar. Está claramente asustada por lo que deduje de mi
madre. Yo soy exactamente lo contrario, tendiendo a ser más
agresivo. Estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero, pero puedo
tratar de ser paciente con mi Bunny.

—Nunca te he visto así— Sonríe mientras lo dice.

—Yo me encargo a partir de aquí— le digo al hombre después


de que nos pase la seguridad. Al menos tienen este lugar bien
asegurado. Todavía no me gusta el que sólo tuve que hacer una
llamada y me dejaron entrar aquí. El dinero realmente puede
conseguirte todo. Aprendí eso rápidamente.
—Si necesitas algo— Asiente. Noto que sus ojos se dirigen a la
puerta que tiene el nombre de Bunny.

—Vete— le ladro. Salta hacia atrás antes de alejarse. Soy un


hombre grande. No hace falta mucho para que alguien se eche
hacia atrás. No soy de este tamaño porque me siento en las salas de
juntas todo el día como todos quieren. Paso mi tiempo en la tierra.
Haciendo cosas. Me siento más efectivo allí. Mamá siempre ha sido
mejor en los detalles. Ella lo disfruta. A diferencia de mi
incompetente padre, yo escucho sus consejos.

— ¿Vas a llamar a la puerta o nos vamos a quedar aquí? —


Levanto la mano para llamar. Sonidos de risa salen de la
habitación. Me detengo, escuchando por un momento. Incluso su
risa es muy sexy. Todo en ella lo es. Quiero ser el que le traiga una
sonrisa a su cara todos los días por el resto de su vida. El que la
haga reír como lo hace ahora. Es justo ya que me arruinó para
todas las demás, que me permita traerle felicidad hasta el día en
que respire por última vez.

¿Cómo podría estar tan cautivado con una mujer con la que
nunca he hablado? Llamo a la puerta. La risa se detiene un
momento antes de que la puerta se abra. La misma mujer que me
habló antes se queda ahí de pie. La que sacó a Bunny del escenario.
Inclina la cabeza hacia un lado, estudiándome. Puedo ver que está
tomando cada detalle, evaluando si soy un peligro para Bunny.

— ¿En qué puedo ayudarla? — No abre la puerta del todo. No


tengo dudas de que mi Bunny está dentro de la habitación, pero su
guardia no tiene planes de dejarme entrar.

—Quería conocer a Bunny Rose. Sé que es muy inapropiado,


pero mi hijo aquí…— mi mamá pone su mano en mi pecho.
—…movió algunos hilos para su mamá. Es un buen hijo para mí—
Lucho contra una risa por como mi madre está hablando de esto.
Le voy a deber otra noche de teatro y quién sabe qué más después
de esto.

—Está bien— Bunny sale para que pueda verla. Ya se ha


cambiado el traje ajustado que llevaba puesto. No había dejado
nada a la imaginación. Sus hermosas curvas se habían exhibido por
completo. No se puede negar que es toda una mujer. Ahora, con
pantalones negros ajustados y un suéter, todavía se puede ver eso.
Sus ojos van directamente a mí. Es difícil no verme. Se lame el labio
inferior regordete.

No me jodas. Ella es aún más hermosa de cerca.

— ¿Estás segura? — La mujer la mira.

—Está bien, PJ—

PJ me mira y me dice que tenga cuidado antes de moverse de


la puerta para dejarnos entrar. A mi madre no tienen que
preguntarle dos veces. Ella deja caer su mano de mí, sintiéndose
como en casa cuando entra en lo que supongo que es el camerino.
No hay mucho que hacer. No sé qué esperaba, pero mi Bunny se
merece mucho más que esto. Tendré que trabajar en conseguirle
algo más grande y nuevo si decide seguir actuando después de
casarnos.

—Lo has hecho muy bien, cariño— Ella extiende su mano.


Bunny no duda en tomar la mano de mi madre. Sus ojos nunca me
dejan. Me muevo a un lado. Esta es la única vez que me importa mi
tamaño. No quiero asustar a mi Bunny. Parece tímida. Puedo ver
que está nerviosa. PJ no deja de mirarme fijamente. No creo que
compre lo que mi madre está vendiendo, pero tampoco nos está
corriendo.

—Soy Rebecca y este es mi hijo, Jameson. Me consiguió un


boleto para venir esta noche. Incluso me trajo— Le da a Bunny una
sonrisa gigante. Hace sonreír a Bunny, causando que aparezcan
dos hoyuelos en sus mejillas. Quiero atraerla hacia mí y besarlos a
ambos. Demonios, quiero besarla en todas partes. Bunny extiende
su mano para que yo la tome.

—Soy Bunny Rose— Su sonrisa se vuelve hacia mí, casi me


pone de rodillas.
4
Bunny
Está aquí. Se estira, tomando mi mano en la suya. Mi ritmo
cardíaco se acelera un poco. Ese sentimiento que tuve en el
escenario se arraiga dentro de mí otra vez. Puedo sentir mis mejillas
rosadas. La sensación de su mano es dura comparada con la mía.
No coincide con el resto de él. Se ve bien arreglado en su elegante
traje. No pasa desapercibido que, a diferencia de los demás, tiene el
traje deshecho porque no quiere estar en él. Eso tiene sentido si
vino por su madre. Lo encuentro bastante entrañable.

—Jameson Price. Encantado de conocerte— Me jala de la


mano, haciendo que dé unos pasos hacia él, o tal vez los di por mi
cuenta. Otra vez ese tirón que sentí me atrae hacia él. Mis ojos se
quedan fijos en los suyos. Parece que no puedo quitárselos.

—Tus ojos son impresionantes— le digo. Puedo oírme a mí


misma diciendo las palabras, pero casi no puedo creer que
realmente salieron de mi boca. Normalmente no me siento en
confianza con los extraños rápidamente. Especialmente cuando se
trata de hombres. Pero me tiene haciendo todo tipo de cosas que
nunca he hecho antes. Sus ojos contrastan con su pelo negro de
medianoche. No es lo único que me deja sin aliento. Es guapo. Su
tamaño era un poco intimidante al principio, pero cuando su mano
tomó la mía me pareció reconfortante.

—Es la única cosa buena que su padre ha hecho por él— dice
Rebecca, haciéndome sonreír. Puedo entender a un padre imbécil.
Tengo uno propio. Los labios de Jameson se mueven hacia una
sonrisa. De nuevo, me atrae un poco más hacia él. Doy otro paso
hacia él.

—Deberías venir a cenar con nosotros— Tengo que inclinar la


cabeza hacia atrás para mirarlo.

—Tenemos planes— PJ interviene como siempre lo hace


cuando alguien me pide que haga algo. Especialmente un hombre.
—Ha sido una larga noche y probablemente se dormirá pronto.
Estuvo en el escenario más tiempo de lo normal—

—Podrías venir a nuestro hotel. Podemos pedir servicio de


habitaciones. De esa manera puedo quedarme después— No puedo
creer que haya dicho eso. Este hombre me está haciendo soltar
cosas al azar. ¿Qué diablos pasó con toda la timidez que todos
dicen que tengo? Me hace experimentar cosas que no puedo
explicar y quiero seguir sintiéndolas.

— ¿Puedes darnos un momento? — PJ se mete de nuevo. No


es una pregunta, sino más bien una orden. La mano de Jameson se
aprieta alrededor de la mía. Encuentro que no quiero que la deje ir.
¿Qué es lo que tiene este hombre que me empuja hacia él? Lo sentí
cuando estaba en el escenario. Lo sentí de nuevo fuera de mi
puerta.
—Claro— Rebecca pone su mano en el hombro de Jameson.
Le dice en silencio que me deje ir. —Esperaremos afuera—

—Esperaremos— está de acuerdo. Me levanta la mano y la


besa. Todo el aire sale de mis pulmones cuando siento su boca en
mi piel. —Estaré afuera— Suelta mi mano antes de alcanzar mi
brazo. Me levanta el suéter que se me ha caído del hombro y lo
vuelve a colocar en su sitio. Las puntas de sus dedos rozan mi piel,
causando que se me ponga la piel de gallina.

Se retira, guiando a su madre fuera de la habitación. PJ cierra


la puerta detrás de ellos bloqueando la cerradura.

— ¿Qué fue eso? — Me levanta las cejas.

—Es guapo— Me encojo de hombros y me giro, agarrando mi


bolso.

—Lo es, pero ¿Realmente quieres que vaya a tu habitación de


hotel? —

Me muerdo el labio. Lo hago. No quiero que los demás vengan


también, pero no puedo decir eso.

—Debería hacer amigos. Nos quedaremos aquí por un


tiempo— le recuerdo. Hay una razón por la que puse este lugar en
último de la ruta de mis espectáculos. Tengo planes de quedarme
un tiempo. Era hora de que eche raíces. He estado en la carretera
tanto tiempo que no tengo ningún lugar al que llamar hogar. Este
lugar es tan bueno como cualquier otro. Que Jameson esté aquí es
un incentivo extra para que me quede. También es una ventaja que
esté lejos de mi padre. Cuanto más lejos, mejor cuando se trata de
él.
—Está bien— saca su celular, haciendo clic.

— ¿Qué dice tu pequeño informe? — Ya sé lo que está


tramando.

—Está forrado— Eso ya lo he averiguado entre él y su madre.


No sólo estaban en la primera fila del espectáculo, aunque las joyas
de su madre no eran nada impresionantes. Crecí rodeada de dinero.
Es fácil para mí descubrir quién lo tiene, a menudo con sólo una
mirada. —Petróleo—

—Más que forrado— No importa. Tengo mi propio dinero. De


hecho, el dinero a menudo me hizo alejarme de los hombres. Sé que
todo eso está envuelto en los problemas de mi padre. Fue la forma
en que Jameson estaba con su madre lo que me hace pensar que es
diferente. De ninguna manera mi padre llevaría a su madre (en paz
descanse), a un espectáculo de cualquier tipo.

—No hay mucho sobre él— PJ guarda su teléfono con un largo


suspiro. No tengo dudas de que seguirá investigando hasta que
averigüe todo lo que quiere saber. Ni siquiera puedo enojarme con
ella porque sólo está tratando de protegerme. Tengo una mejor idea
de cómo llegar a conocerlo. Una por la cual me va a hacer pasar un
mal rato.

— ¿Puedo invitar a un chico esta noche, mamá? — Me burlo


de ella, haciéndola resoplar una risa.

—Si realmente quieres hacer esto, no voy a detenerte. Sólo


estoy un poco sorprendida, eso es todo— Ya somos dos. Las citas
nunca han estado en mi mente. No con la forma en que crecí. Los
chicos no estaban realmente cerca. Fui a una escuela sólo para
chicas. Luego mi carrera explotó y todavía no había muchos chicos.
PJ señala la puerta. —Ese no es un chico. Sólo para que quede
claro— Me lamo los labios. No tiene que recordármelo, soy muy
consciente en ese aspecto. Jameson es todo un hombre. —Te estás
poniendo roja—

—No puedo evitarlo— Me pongo las manos en las mejillas. PJ


las baja.

—No seas tímida. El hombre está claramente interesado en


ti— va a abrir la puerta.

— ¡Espera! — medio grito. —Tal vez deberíamos tener una


palabra clave o algo así. En caso de que quiera ya sabes...— me
quedo atrás.

— ¿Me pierda? ¿Distraiga a la madre? — Se ríe.

—Shh— ¿Y si puede oírnos?

—Confía en mí. Sé cómo leerte— dice antes de abrir la puerta.


Jameson está apoyado en la pared de fuera y sus ojos vienen
directamente a mí.

— ¿Adónde se fue tu mamá? — Salgo, mirando arriba y abajo


del pasillo.

—Ella nos abandonó— Sonríe mientras se empuja de la pared


y me alcanza el brazo.

— ¿Hiciste que se fuera? — PJ pregunta con un chasquido en


su tono. De alguna manera sé que él no haría eso.

—No puedo hacer que esa mujer haga una maldita cosa—

Me inclino hacia él. Los ojos de PJ se abren de par en par


entre nosotros.
—Puedes seguir su coche o ir con ella. Ella no va contigo— PJ
lo desafía. El mete la mano en su bolsillo trasero, sacando su
billetera. Le da una tarjeta.

—Puedes llamar a Jacob aquí— Él señala la tarjeta que ella le


quitó. —Te dirá todo lo que quieras. El jefe de policía también— PJ
abre y cierra la boca. —Pero iré con Bunny esta noche mientras
terminas tu investigación sobre mí—

—Gracias— Ella embolsa la tarjeta. —Creo— PJ me mira.


—Brandon está esperando atrás—

— ¿No vienes? — Ahora soy yo la que está un poco


conmocionada. También estoy nerviosa, pero es un tipo
emocionante.

—No estaré muy lejos— Me guiña un ojo antes de ir hacia el


otro lado.

—Te tengo, Bunny—

Me acuerdo de Jameson. Envuelvo mi mano alrededor de su


brazo, sintiendo lo duro que esta. Para ser un hombre con traje,
tiene muchos músculos. —Yo no hago esto— le digo. —Estoy un
poco nerviosa. Sólo quiero sacar esto afuera—

Me pone detrás de la oreja un mechón de pelo que se me ha


caído del moño. Su toque es suave pero sus dedos son ásperos. No
se siente en absoluto como si pasara sus días en una oficina de
lujo. No con manos como esas. Las usa. Para qué, no lo sé todavía,
pero espero averiguarlo pronto. Pienso en cómo se sentirían esas
manos sobre mi piel. A mí me salen callos en las puntas de los
dedos cuando toco demasiado tiempo. En mis pies también. Estoy
segura de que tendré algunos después de esta noche. Me forcé a mí
misma sin saberlo, perdiéndome en el momento.

—Ya somos dos— Me guía hacia la parte de atrás del teatro.


No estoy segura de lo que quiere decir con eso, pero no le pido que
lo aclare. Es imposible que este hombre esté nervioso. Exuda
confianza. Así que por ahora me olvido de ese comentario y
continúo caminando con él hacia la salida. Entonces me doy cuenta
de que se refiere a ir a casa con mujeres al azar.

Cuando llegamos a la parte de atrás me sorprende no ver a


Brandon esperándonos. Supongo que PJ le envió un mensaje
diciendo que tenía a alguien conmigo. Jameson abre la puerta y yo
empiezo a salir, pero él me empuja hacia atrás.

—Yo primero— Sale al callejón trasero detrás del teatro.


Empiezo a seguirlo, pero me empuja de nuevo adentro. —No
salgas— es todo lo que dice antes de cerrar la puerta, dejándome
sola. Me quedo allí de pie sin saber qué hacer. Me siento incómoda
por primera vez esta noche. Jameson me hizo sentir tan a gusto y
segura. La pérdida de él a mi lado me hace sudar las palmas de las
manos por la preocupación. No sólo por mí, sino también por su
seguridad.

Después de un momento hago lo que PJ quería que hiciera.


Saco mi teléfono y le envío un mensaje de texto. Ella está a mi lado
segundos después. No vacila. Saca su arma, abriendo la puerta
trasera.

—Mierda— grita a medias, haciendo que se me enfríe la


sangre. Algo debe estar realmente mal.
—Ya llamé al 911. No vi a nadie más— Trato de seguir a PJ
para ver de qué habla Jameson. —No la dejes salir de aquí—

PJ se gira para mirarme, haciendo un gesto con su mano para


que me detenga.

— ¿Qué? — Doy otro paso hacia la puerta. Entonces oigo a


Brandon gemir. —Déjame pasar— Me acerco a PJ para ver a
Brandon en el suelo con una herida en la cabeza. —Brandon— Me
dejo caer a su lado. Me agarro de su mano para consolarlo. O tal
vez es para consolarme a mí, no estoy segura. Lo que sí sé con
seguridad es que esto probablemente sucedió por mi culpa.

—No lo vi venir— La sangre corre por su frente. El sonido de


las sirenas se acerca.

—Estaba al teléfono con el jefe de policía— dice PJ con los ojos


ahora puestos en Jameson. —No la quiero aquí cuando llegue la
policía. Terminará en todas partes. Toma el coche y sácala de aquí.
Me dijo que eres seguro— Brandon se sienta un poco más. Puedo
decir que se va a poner bien, pero puede que necesite algunos
puntos. La culpa se asienta en mi estómago haciéndome sentir un
poco mareada. Quienquiera que lo haya atacado me ha estado
buscando. Resulta que Brandon se interpuso en su camino.
Brandon mete la mano en su bolsillo, sacando las llaves.

—No puedo irme— protesto. Este hombre está herido por mi


culpa; no puedo irme sin más. Tengo que asegurarme de que está
bien.

—Vete— dicen Brandon y PJ al mismo tiempo. Peleo una


batalla interna de qué hacer mientras Brandon le entrega las llaves
a Jameson.
—Estaré en contacto— PJ me tranquiliza mientras su mirada
vuelve a Jameson. —No hagas que te mate— le dice.

Él solo sonríe, pero le da una inclinación de cabeza. Antes de


que pueda decir otra palabra, Jameson me levanta y me lleva al
coche. El cansancio de la noche me golpea de repente y no me
resisto. En lugar de eso, me acurruco en él y dejo que su cuerpo me
dé el consuelo que necesito mientras me mete en el coche. En
segundos sale del callejón, dejando todo atrás.

5
Jameson
Esto no era como pensaba que iba a ser esta noche cuando mi
madre casi me abandonó, pero lo aceptaré. Joder, odio que esté en
peligro pero también significa que me la llevo a casa. Donde sé que
estará a salvo. Porque daría mi vida para proteger la suya.

— ¿Adónde vamos? — Su voz es tranquila pero mueve los


dedos en su regazo. La necesidad de calmarla me hace poner mi
mano sobre la suya. La envuelve con sus dedos, sosteniéndome.
—El hotel está por ahí— Ella mira en la dirección opuesta a la que
vamos. Puedo decir que está cansada.
—Ahí es donde todos asumirán que estás— Doy otro giro
brusco. Mis ojos se dirigen al espejo retrovisor para ver si alguien
nos sigue. Parece que está limpio. Estaré más seguro de eso cuanto
más nos acerquemos a mi tierra. No debería haber otros coches por
ahí y está demasiado oscuro para conducir sin luces. Sabré sin
duda alguna si alguien nos está siguiendo.

— ¿Así que nos vamos a otro hotel? — Deja caer su cabeza


hacia atrás. Puedo decir que está cansada. ¿Cómo no lo puede estar
con la forma en que actuó en el escenario esta noche? Ha sido un
largo día para ella.

—A casa— Aumento la velocidad cuando salimos de la ciudad


por la autopista.

—Sabes que no tengo casa— Mantiene la cabeza inclinada


hacia atrás pero se gira un poco para mirarme.

— ¿No tienes un hogar? —

Ella sacude la cabeza negando. —Sólo hoteles y aeropuertos—

—Odio los hoteles— Los odio tanto que en realidad tengo un


pequeño condominio en la ciudad. Tenía que estar allí a menudo,
antes cuando solía estar en la oficina todos los días. El tráfico podía
ser horrible al volver al rancho, así que un condominio funcionaba
mejor. Ahora está vacío en su mayor parte del tiempo. Lentamente
he ido retrocediendo para no tener que estar tan pendiente de ese
lado de los negocios. Disfruto de estar en la tierra. Es donde
siempre me siento más en casa. La vida en la ciudad no es para mí.
No sé cómo alguien puede estar sin tener un lugar al que llamar
hogar.

—Creo que yo también lo hago, pero odiaba más mi hogar—


Todos los músculos de mi cuerpo se tensan. — ¿Estás bien? —

Me aprieta la mano que tiene con la suya.

— ¿Era tu padre? —

— Sólo es un idiota. No me hizo daño físico—

—Hay otras maneras de lastimar a la gente— digo. Desearía


que no estuviera tan malditamente oscuro. Quiero ver su cara.

— ¿El tuyo también fue un bastardo? —

—Era una pieza de trabajo— Trató de gobernar nuestro hogar


con mano de hierro. No funcionó tan bien cuanto más grande me
hice. Luego trató de golpear a mi madre. No era tan grande como él,
pero sabía cómo usar una escopeta. Él me había enseñado. Vivió
para arrepentirse de eso.

—El mío simplemente estaba ausente. Hice lo del internado y


luego la universidad. Siempre estaba trabajando y esa era su vida.
Yo era un inconveniente para él. El último año de universidad me
fue muy bien, así que no tuve que volver a casa. Tenía suficiente
dinero para ir de un lado a otro— Deja escapar un largo suspiro.
—Nunca nada se sintió bien, así que nunca hice un hogar en
ningún lugar— Se encoge de hombros como si no fuera gran cosa,
pero yo sé que no es gran cosa.

— ¿Pero ahora? — Dijo que esta noche era su último show. No


puedo ver a alguien saltando de un hotel a otro si no tiene una
verdadera razón para hacerlo. Hacerlo por trabajo es una cosa. Su
profesión requiere que se mueva por todo el país. Ahora que se ha
terminado, tiene sentido que viva conmigo. No lo digo en voz alta.
Que venga a quedarse conmigo es el primer paso que daré para
convencerla de que soy su hogar.

—Ahora voy a tratar de encontrar raíces— Es bueno que sepa


exactamente dónde puede echar esas raíces. Tengo todo tipo de
tierras en las que ella puede establecerse. Sus raíces podrían durar
para siempre. Joder, eso suena bien. —PJ va a enloquecer cuando
vuelva al hotel y no esté allí—

—Estoy seguro de que el Comisario Clark le dirá dónde


encontrarme—

— ¿No debería preocuparme de no saber a dónde vamos? —


mira por la ventana. —Estamos en medio de la nada. ¿Vives aquí
afuera? —

—Sí, lo hago—

—Pero estás en el petróleo, ¿Verdad? ¿No deberías tener algún


lugar elegante en la ciudad? — No me sorprende que ya sepa algo
sobre mí. No tengo dudas de que PJ la puso al tanto de algunas
cosas cuando nos echó de la habitación. Me decepcionaría si no lo
hubiera hecho.

—Sí, estoy en el petróleo, pero también tengo mucha tierra a la


que me dedico. Te llevaré a mi rancho, donde estarás a salvo—

—Nunca he estado en un rancho antes— Su voz se anima.


Maldición, realmente desearía poder ver su cara ahora mismo.

—Te mostraré todo mañana. Te llevaré a pasear en los


caballos—

—Eso suena muy divertido— Su mano que sostiene la mía se


afloja, y empieza a correr arriba y abajo, acariciándome. Aprieto los
dientes, mi ya dura polla empieza a palpitar porque todo lo que
puedo pensar es en esa mano envuelta alrededor de mi erección,
haciendo lo mismo.

—Deberíamos llamar y ver cómo está Brandon—

Me salto eso. No sé lo cerca que está de este tipo, pero me


molesta. No debería. Por supuesto que quiere ver cómo está.
Trabaja para ella y se lastimó al hacerlo. Pero de repente era como
un niño que no quiere compartir algo. Ese algo es ella.

—Ya casi llegamos. Déjame meterte dentro y podrás llamar a


quien quieras desde mi teléfono. De hecho, apaga el tuyo para estar
seguros—

— ¿Crees que alguien me está siguiendo? —

—Lo dudo, pero más vale prevenir que curar. Tu conductor fue
atacado esta noche. No nos arriesguemos— Mete la mano en su
bolso, haciendo lo que le pido. Su confianza en mí ya está ahí. No sé
por qué, pero la aprovecharé también, igual que aproveché la
oportunidad para traerla a mi casa.

Voy a darle raíces. Pronto las mías serán las suyas. Estaremos
enredados juntos por el resto de nuestras vidas.
6
Bunny
Mis ojos se abren cuando dos brazos me levantan del coche.
—Envuelve tus brazos alrededor de mí, Bunny—

Hago lo que dice, apoyando mi cabeza en su pecho.

— ¿Estamos aquí? — Pregunto, respirando su rico olor. Huele


a hombre.

—Sí— Me lleva dentro mientras intento que mis ojos se


ajusten a la oscuridad. Una luz se enciende un momento después.

— ¿Quieres una cama o comida? — pregunta. Ahora la luz es


demasiado brillante para que yo pueda ver algo.

—Comida. Debería llamar a PJ también. No quiero que se


preocupe— Asiente y sigue llevándome mientras mis ojos se ajustan
a la luz. Un momento después me deja en una silla dentro de una
cocina gigante. Todo está hecho en gris y blanco. Es moderno con
un toque rustico también.
—Esto es muy bonito— Miro a mí alrededor, admirando la
cocina. Este lugar parece nuevo.

—Sí, mamá me hizo renovarla— Se encoge de hombros. —Le


dije que hiciera lo que quisiera y… — Levanta las manos. Sonrío
porque es dulce. Me encanta que estén tan cerca. Puedo ver cuánto
la respeta y la ama cada vez que habla de ella.

—Me encanta cómo eres con tu madre— Pone mi bolso en el


mostrador antes de sacar su celular y dármelo.

—Soy un hombre bastante simple. Si puedo hacer algo para


hacerla feliz, entonces lo haré. ¿Por qué no lo haría? ¿No es eso lo
que haces por la gente que amas? — Sus palabras me derriten las
entrañas, pero también me hacen darme cuenta de que nunca he
tenido a alguien que lo haga por mí en mi vida.

—Sí, supongo que sí. Mi padre no haría nada por mí si eso le


causara algún inconveniente—

—Es un idiota entonces— La mandíbula de Jameson se


aprieta. —Voy a salir de este traje de mono y volveré para
prepararte algo de comer—

—Gracias—

—El código es 1785— Asiente a su teléfono. Mis ojos


permanecen en los suyos mientras se acerca a mí. Me quita un
mechón de pelo de la cara. —Maldita sea, eres hermosa—

Me inclino hacia su toque. —Tú tampoco estás mal—

Se ríe a carcajadas. —No creo que nadie me haya llamado


nunca hermoso— Sus ojos van a mi boca. —Vuelvo enseguida— Su
mano empieza a caer. La alcanzo, la agarro y lo detengo. No quiero
dejar que este momento entre nosotros se escape.

— ¿Quieres besarme? — Me lamo los labios mientras mis ojos


se centran en su boca, sintiéndome audaz.

—No creo que haya un hombre en todo este maldito mundo


que no quiera besarte— Eso hace que levante mis ojos para mirar
los suyos. Quiero perderme en él esta noche, para olvidarme de
toda la gravedad que me pesa por los acontecimientos de antes.

—Pero sólo quiero que me beses tu— He querido eso toda la


noche. Se mueve, me levanta de nuevo y me pone en la isla de la
cocina antes de que sepa lo que está pasando. Se mete entre mis
piernas mientras su mano se clava en mi pelo. Inclina mi cabeza
hacia atrás y me besa.

Respiro hondo cuando su boca se encuentra con la mía. Él


toma el beso. Mis dedos se meten en su camisa mientras separo
mis labios para él. Su lengua se mete dentro mientras domina mi
boca.

—Devuélveme el beso, hermosa— Me aferro a él con más


fuerza mientras hago lo mismo que él. Mi lengua se desliza en su
boca cuando un gemido de necesidad me deja. —Joder— gruñe,
moviendo su boca de la mía. —Deberíamos esperar si quieres
llamar a tu amiga o no pararemos por el resto de la noche— No
quiero que termine, pero sé que tiene razón. Ya no estoy sentada en
el mostrador. He envuelto todo mi cuerpo alrededor de él, tratando
de acercarme.

—Oh mi…— Aflojo los dedos que lo están sujetando con


fuerza.
—Sólo estamos poniendo esto en pausa— frota su boca contra
la mía. Cierro los ojos, disfrutando de su sensación. Por primera vez
en mi vida, siento que pertenezco a algún lugar. Lo que me asusta
más que cualquier otra cosa que haya sucedido esta noche. Fue
sólo un beso. ¿Cómo me sentiré cuando sea más que eso?

—Pausa— estoy de acuerdo mientras me pone de nuevo en la


silla. Lentamente suelto mi sujeción sobre él, permitiendo que mis
piernas caigan de nuevo. Él da un paso atrás a regañadientes.
Puedo ver que está luchando contra sí mismo. No quiere hacer una
pausa en nada. Por el bien de ambos, levanto el teléfono antes de
que terminemos olvidando todo lo demás. Suena en mi mano. Miro
hacia abajo, reconociendo el número.

—Es PJ—

—Le di mi tarjeta— me recuerda.

—Bien— Deslizo mi dedo por la pantalla.

—Vuelvo enseguida— me dice antes de girar para salir.

— ¿Dónde estás? — PJ ladra al teléfono. Lo puse en mi oído.

—Estoy bien— le aseguro. — ¿Cómo está Brandon? —

—Él también está bien, pero sé dónde está—

—Estoy con Jameson—

—Lo sé desde que contestaste su teléfono—

—Me vine a su casa con él— Me inquieto en mi asiento. No es


que ella pueda verme o algo así.

—Te fuiste a su casa con él— repite.


—Pensé que sería más seguro...—

— ¿Ir a casa con un hombre que no conoces? — Puedo oír la


irritación en su tono.

—Soy una mujer adulta. Puedo ir a casa con un hombre— Me


encuentro no sólo poniéndome a la defensiva por mí misma, sino
también por Jameson. Puede que sea ingenua, pero me siento
segura con él. No sólo eso, quiero estar aquí. Quiero explorar este
sentimiento que me da. A decir verdad, quiero explorarlo.

—Lo siento. Ya lo sé— PJ da un largo suspiro. —A veces las


líneas se mezclan con ser tu mejor amiga y jefe de seguridad—

—Lo sé. Yo también lo siento— No quise ser grosera.


Realmente no fui yo. Creo que es porque quiero quedarme y PJ es la
única persona que puede hacer que me vaya si realmente lo intenta.

— ¿Te llevó a su rancho? — Probablemente ya tiene todas sus


direcciones memorizadas. Sólo le toma a PJ una mirada a algo y
ella lo recuerda todo. Tiene una memoria como la de un elefante. No
la ensucies ni a sus amigos o familiares porque recordará cada
detalle hasta su último aliento. Eso es lo que la hace tan buena en
su trabajo y también en ser mí mejor amiga.

—Sí— Vuelvo a mirar alrededor de la cocina. —Es muy bonito


aquí—

—Estoy segura que sí. El hombre es tan rico como Dios—


Puedo oírla moverse. —Pero hiciste lo correcto. Nadie sabrá que
estás ahí afuera. Él y yo, pero nadie más— Puedo escuchar que se
cierra una puerta. PJ está tratando de tener algo de privacidad.
— ¿Hay algo más? — Sé que hay antes de que ella llegue a
eso.

—Sí— Puedo oír la tensión en su voz. Me acerco un poco más.


—Michael se las arregló para salir de custodia—

— ¿Qué? — Susurro. Se suponía que iba a estar en prisión por


otros diez años. ¿La gente realmente se escapa de la cárcel? ¿Fue
eso algo real? ¿No estaría en todas las noticias o algo así?

—Todavía estoy averiguando todos los detalles— La ira


comienza a sangrar a través de sus palabras. —Deberían habernos
avisado hace dos días cuando ocurrió—

— ¿Ha estado libre durante dos días? — Esto no es bueno.


Podría estar en cualquier parte ahora. Michael no era un acosador
cualquiera. Viene de una familia adinerada que le daba los medios
para hacer mucho más de lo que una persona normal podría hacer.
Tiene una familia que también lo escondería. No importaba cuánto
se le tirara a la familia Romano, ellos seguían apoyando a su hijo.
Yo no fui su primera víctima, pero estoy viva y las otras no pueden
ser demostradas. Un escalofrío me corre por la columna vertebral
pensando que él fue responsable del ataque a Brandon esta noche.
Que ha venido a terminar lo que empezó.

— ¿Qué es lo que pasa? — Jameson pregunta cuando vuelve a


la cocina. Verlo ya me hace sentir mejor. Lo miro sabiendo que me
mantendrá a salvo. Está a mi lado en un segundo. —Hermosa,
¿Qué pasa? — Me quita el teléfono de la mano. — ¿Qué pasa? — le
pregunta a PJ. La escucha durante unos largos segundos antes de
que su rostro se ponga duro. Sus ojos nunca dejan mi cara.
—La mantendré a salvo. Puedo prometerte que nadie me la
quitará— Todo mi cuerpo se ilumina con sus palabras. Su tono es
posesivo. ¿Deberían asustarme sus palabras? ¿Debería asustarme
el tono mortal que tienen? Tal vez, pero ninguna parte de mí está
asustada. En todo caso, estoy emocionada. Mi cuerpo está al límite.
El miedo que el pensamiento de Michael ha traído a mi vida se
desvanece. Le creo a Jameson cuando dice que me mantendrá a
salvo.

Me devuelve el teléfono. Su otra mano se extiende, sosteniendo


mi mejilla con un toque suave. Su pulgar se mueve hacia adelante y
hacia atrás mientras se inclina y me besa la cabeza. Sin palabras,
me promete que nada me hará daño.

— ¿Hola? — PJ medio grita a través del teléfono.

—Te haré algo de comer— dice contra mi otra oreja antes de


besarme debajo de ella y caminar hacia el refrigerador. Estoy en
problemas cuando se trata de él.

Este hombre va a hacer que me enamore de él.


7
Jameson
Se ve bien en mi cocina. Diablos, estoy seguro de que se ve
bien en cualquier lugar. No sólo se ve bien, sino que parece que
pertenece a este lugar. Habla con PJ por unos minutos, se quita los
zapatos a patadas, sus pies desnudos se balancean de un lado a
otro. Se ve relajada aquí en mi espacio.

Cuando volví a la cocina pude ver el miedo en sus ojos. Todo


mi cuerpo se enfrió. Sólo empeoró cuando PJ me contó todo sobre
Michael Romano. En lo que a mí respecta, es un hombre muerto
que camina.

No lo quiero cerca de Bunny, pero será un juego justo si


aparece aquí en mi tierra. Nadie lo encontraría nunca más. Nunca
más tendrá esa mirada de miedo en su cara. Lo único que me ha
calmado es que se ha relajado un poco. Sus ojos se iluminaron con
confianza cuando le dije que nadie la alejaría de mí. No debería
haberlo dicho de esa manera. Podría haberla asustado más, pero el
alivio llenó esos cálidos ojos marrones. A cambio, hizo que me
calmara.
— ¿Tu madre te enseñó a cocinar? —

Doy la vuelta al sándwich de queso a la parrilla con tocino,


asegurándome de no quemarlo. —Sí, ella dijo que, si alguna vez
quería una mujer, mejor que aprendiera a cocinar— Le guiño el ojo
a Bunny, intentando hacer cualquier cosa para que se sienta más
tranquila. Es lo que mi madre siempre decía. Pero no fue por eso
que aprendí a cocinar. Necesitaba saber cómo cocinar para mí y
nadie mejor para aprender que de mi madre. Esa mujer puede
cocinar como ninguna otra.

También lo hice porque a mamá le gusta estar en la cocina. No


tenía planes de sentar cabeza. Me gusta estar aquí. Sé que la
mayoría no siente lo mismo estando en medio de la nada, así que
nunca pensé en encontrar a alguien con quien hacer una vida aquí.
Ahora todo ha cambiado. Ahora, estoy pensando que ella podría
tener razón.

—Ella podría estar en lo cierto. Apenas puedo hacer una


tostada— Sacude la cabeza hacia sí misma. —Ni siquiera puedo
untar bien el pan con mantequilla. Termino despedazando la
tostada—

—Le pondré mantequilla a tu tostada, hermosa— Sus mejillas


arden de color rosa cuando mira el teléfono para jugar con él. A
veces está tan segura de sí misma y a veces esa timidez en ella se
muestra. Saco la sopa de la estufa y la vierto en un tazón. Bunny
bosteza mientras corto en trozos el sándwich de queso y lo pongo en
un plato para ella.

—Incluso lo cortaste para mí. Sigue así y puede que me mude


aquí. No más hoteles para mí—
Ese es el plan. Espero que sea algo con lo que su mente esté
jugando también. Dicen que cada broma tiene un poco de verdad.

— ¿No vas a comer? — pregunta antes de dar otro bocado.


Suelta un pequeño gemido que va directo a mi polla.

Todavía puedo saborearla. Siento su calor presionando contra


mí mientras se aferraba a mí. No, mi polla no va a bajar pronto.

—Estoy bien— digo, siendo la comida lo último en mi mente.


Ella tiene toda mi atención. Entre querer follarla en cada superficie
de esta casa y tratar de mantenerla a salvo, mi mente no puede
pensar en mucho más que no esté enfocada en ella. Ella moja otro
trozo de sándwich a la parrilla y me lo lleva a la boca. Abro para
ella, dando un mordisco. Puede que no tenga hambre, pero estoy
seguro de que no le diré que no si quiere darme de comer.

—PJ dijo que debería quedarme por unos días— Me da otro


bocado.

—No tienes que alimentarme para quedarte aquí. Eres más


que bienvenida— Me inclino hacia atrás. Por mucho que me guste
que me alimente, necesita comer ella misma.

—Prometiste mostrarme los alrededores mañana—

—Lo hice— No puedo esperar a pasearla por mi tierra. Ella


sorbe más de su sopa, hasta terminarla. Me paro, tomo los platos y
los dejo caer en el fregadero. Ella deja escapar otro bostezo.

—Déjame llevarte a la cama—

— ¿No vamos a quitar la pausa? — Sus dedos se enredan con


los míos. No quiero nada más que presionar continuar en lo que
habíamos empezado antes, pero sé que está agotada. Nunca
antepondré mis deseos o mis necesidades a las suyas. Mi polla
puede estar en desacuerdo, pero no la uso para tomar mis
decisiones.

—No esta noche. Necesitas dormir— La jalo hacia mí y de un


solo golpe está en mis brazos. Me acerco a mi habitación, la llevo
dentro para ponerla al borde de la cama. Me arrodillo delante de
ella, quitándole los zapatos. Se siente bien cuidarla. Nunca antes
había cuidado de otra persona, pero tengo la necesidad de hacerlo
con ella.

— ¿No es esta la habitación principal? — mira alrededor de mi


dormitorio. No hay mucho, pero está decorado un poco por mi
madre. Estoy agradecido porque quiero que le guste. Si hubiera
dependido de mí, todo lo que habría estado aquí sería una cama. Es
todo lo que necesito. Bueno, hasta ella. Ahora, es mi misión hacerla
un accesorio permanente aquí también. Pero tengo que ser
paciente, me digo a mí mismo por enésima vez.

—Sí— Me quedo de pie, tirando de la manta hacia atrás.


—Quiero estar cerca de ti— No creo que nadie vaya a aparecer por
aquí, pero usaré esta excusa para compartir la cama con ella. —Es
una cama grande— señalo. Observo como sus ojos me recorren de
arriba a abajo.

—Eres un tipo grande— Me sonríe. Lo soy y ella es una cosa


pequeña. Tengo que recordar eso. Le lleva un momento darse
cuenta de que sus palabras pueden ser tomadas de más de una
manera. —Quiero decir...— Su cara florece de nuevo tan rosa. Me
va a matar. Esta va a ser una de las noches más duras y dulces de
mi vida y sé que no voy a pegar un ojo. Me giro en busca de algo
para que ella se ponga.
— ¿Te vas? —

—No— Lo único que podría hacer que la dejara en paz por esta
noche sería si me lo pidiera. Abro un cajón, agarrando una de mis
camisas blancas y lisas. —Pensé que querrías algo más para
ponerte— Me acerco y se la entrego. Se lame los labios.

—Gracias— Ella salta de la cama y se va a mi baño. Me paso


una mano por la cara tratando de recordar que no soy un
cavernícola. —El baño es un sueño— Ella sale unos segundos
después. Lucho contra un gemido. Pensé que se iba a quitar el
suéter, pero parece que se deshizo de todo menos de mi camisa. Se
arrastra de nuevo a la cama, con el culo al aire, dándome una
buena vista de sus muslos antes de meterse en las mantas.

Apago las luces antes de rodear la cama y abalanzarme sobre


ella para saber de qué color son sus bragas o si las tiene puestas.
No creo que sea así. Esos vaqueros que llevaba antes abrazaban
cada curva de su cuerpo y no vi ninguna línea, pero podría estar
usando una de esas tangas o algo así. Retiro las mantas y me subo.

— ¿Jameson? — Respira mi nombre. Puedo decir por su tono


que algo está mal. Si me pide que me vaya, lo haré. Dormiré en el
pasillo. No podría ser peor que algunas de las noches que dormí en
la tierra con el ganado.

— ¿Sí, Bunny? —

—Podemos...— Hace una pausa antes de empezar de nuevo. —


¿Podemos acurrucarnos? — Con un rápido movimiento muevo mi
brazo, extendiendo la mano para engancharla alrededor de su
cintura y tirar de ella hacia mí. Su espalda viene a mi pecho
mientras me envuelvo alrededor de ella y joder, se siente bien. No
dice una palabra pero su respiración cambia y sé que duerme en
segundos. Entierro mi cara en su cuello, respirando su dulce olor.
Pude ver cómo un hombre puede obsesionarse con ella. Lástima
para todos los demás porque ella es mía ahora.

8
Bunny
Me acurruco más profundamente en la cama. No sé cuánto
tiempo he estado dormida pero nunca me he sentido más
descansada en mi vida. No estoy segura de que me vaya a levantar
nunca. Mi aliento se recupera cuando todo lo de anoche vuelve a
mí. Todo parecía suceder tan rápido.

No hay un cuerpo caliente envuelto a mí alrededor pero su olor


me rodea. Abro los ojos a hurtadillas rezando para que esto no sea
un sueño. Claro que apesta que Jameson se haya ido, pero
apestaría más si no fuera real. Mis ojos se encuentran con la suave
manta en la que me he enterrado.

—Jameson— Digo su nombre, quitando un poco de la manta


del camino. Mis ojos se encuentran con el reloj de la mesita de
noche que dice que es después de las diez. Wow, realmente me
dormí. Estaba física y mentalmente exhausta cuando llegamos al
rancho. Aunque sé que me habría esforzado más si eso significara
tener más de Jameson.

— Bunny — Jameson entra en la habitación con pantalones


vaqueros y una camisa negra que le cubre el pecho. No parece que
sea un multimillonario petrolero. En todo caso, parece un vaquero.
Y por el aspecto de su amplio pecho y sus musculosos brazos,
asumo que trabaja duro para mantener su tierra.

—Siento haberme dormido hasta tan tarde— Me estiro, aún no


estoy segura de querer levantarme. De hecho, desearía tener el
coraje de agarrar a Jameson y llevarlo a la cama conmigo. Se sienta
a un lado de la cama y me quita un mechón de pelo de la cara. Su
toque es suave. Se siente como el toque de un amante.

—Te estaba dejando dormir— Sus ojos vagan por mi cara.


—Joder, eres preciosa, pero sospecho que ya lo sabes—

—No significa que no me guste escucharlo de ti— Me lamo el


labio inferior. Probablemente me veo un poco como un desastre
ahora mismo, pero no lo sabrías por cómo me está mirando. No sólo
me hace sentir hermosa, sino también sexy. Eso es diferente. Estoy
acostumbrada a estar en un escenario con todo el mundo
mirándome, pero no estoy acostumbrada a que alguien me vea.
— ¿Ya estamos sin pausa? —

Cierra los ojos por un segundo. Mi corazón cae. ¿Es posible


que lo haya leído mal? ¿Se ha despertado esta mañana y ha
cambiado de opinión?

—No podemos deshacer la pausa— Abre los ojos. Su mano se


desliza bajo mi camisa, subiendo por mi muslo hasta llegar a mis
caderas. Sus dedos se clavan en ellas. —Mi madre está aquí— Juro
que veo un breve mohín en su cara.

Sonrío, estallando en risas.

—No es tan divertido—

—Es bastante divertido— Nunca antes me habían pillado en la


cama de alguien. —Espera. ¿Sabe que estoy aquí? —

—Sí, y está a punto de estallar de emoción. Por favor,


perdóname ahora por cualquier cosa vergonzosa que pueda decir.
Probablemente esté ahí dentro planeando nuestra boda—

Sonrío más amplio, me encanta la idea de que esté tan cerca


de su madre. También puede ser porque la idea de estar casada con
él no suena tan mal tampoco.

— ¿No le importa que una chica se quede a dormir? — Me


burlo, haciéndole sonreír. Me hace algo en el interior. Se ve aún
más guapo así.

—Creo que estaría muy feliz si trajera a cualquier chica a


casa, pero está encantada de que seas tú— Me da un apretón con
sus manos en las caderas.

— ¿Traes muchas chicas a casa? — Me encuentro


preguntando. No debería, pero no puedo evitar la pequeña punzada
de celos repentinos que siento. No es realmente mi asunto. Me lo
digo a mí misma pero no ayuda.

—No traigo a nadie a casa—

—Oh— Me muerdo el labio inferior, me gusta más. —Así que


supongo que soy especial entonces—
—Algo así— Se inclina hacia abajo, su boca se encuentra con
la mía. Cierro los ojos, disfrutando de su sensación. El beso termina
casi tan pronto como comenzó. Se levanta de la cama.

—Si no me voy, nunca saldremos de esta habitación— Se


agacha, ajustando su polla. Trato de mantener mi cara neutral
actuando como si hubiera visto a un hombre hacer eso antes.
Fingiendo que es normal. Puedo estar calmada y casual.
— ¿Encuéntrame en la cocina? Mamá está cocinando—

—Claro— digo con demasiada energía. Demasiado para actuar


normal. Me sonríe antes de dejarme sola en su cama. No queriendo
estar lejos de él, me lanzo al baño para prepararme. No es que
tenga mucho que ponerme aquí, así que me pongo los pantalones
bajo su camisa antes de salir del dormitorio.

— ¿Debo ir a la tienda? Apuesto a que necesita ropa. ¿Es


alérgica a algo? — Escucho a la madre de Jameson antes de que
pueda llegar a la cocina.

— ¿Por qué no le preguntas a ella? — Se gira, mirándome. No


pensé que fuera tan ruidosa. Debe tener un oído asesino o algo así.

—Estás despierta— Rebecca prácticamente se me echa


encima, envolviéndome en un abrazo. —JJ me lo contó todo. Espero
que estés bien— Se retira, mirándome. Todos en esta familia
parecen tan altos comparados conmigo. Sus ojos son suaves como
los de una madre. Un torrente de emociones me llena de su genuina
preocupación por mí. Ya puedo decir lo buena madre que es.

—Estoy bien— Le sonrío a Jameson. —Su hijo ha estado


cuidando de mí. Hace un sándwich de queso a la parrilla muy
bueno. Y no soy alérgica a nada—
—Perfecto. Estoy haciendo el Brunch—

— ¿Brunch? — Jameson parece confundido. —Dijiste que el


desayuno—

—Bueno, ahora es el brunch — Lucho contra una risa porque


no creo que sepa lo que es el brunch. Creo que quería que fuera un
desayuno, pero me dormí demasiado tarde.

—No me importa cómo lo llames, mamá, sólo tengo hambre—

—Entonces pon la mesa y le traeré a tu chica un café—

—Te refieres a la barra del desayuno. Espera— Le da a su


madre una sonrisa juguetona. — ¿Barra del brunch? —

Ella deja salir un resoplido. —Está bien si no quieres comer en


la mesa—

—Nunca comemos en la mesa— señala. Sigo sonriendo al


verlos discutir.

—Eso es porque no te has casado y me has dado nietos para


llenar la mesa—

— ¿Te lo dije, Bunny? — Me mira. —Apenas llegó a cinco


minutos antes de mencionar los bebés. Estoy trabajando en ello,
mamá— Se agacha, me da un beso. Es rápido. Empieza a silbar
mientras saca los platos del armario. Me quedo ahí parada en
estado de shock.

—Está hablando de ti— susurra Rebecca a mi lado. Toda mi


cara se sonroja. No sé si ahora se burla de mí o no. De cualquier
manera, la emoción se construye dentro de mí. Sé que es
demasiado pronto para pensar en esas cosas, pero es bueno saber
que es una opción para mí. Estoy empezando una nueva vida. Una
con Jameson suena muy bien. Más que bien, en realidad.
9
Jameson
Me apoyo en el mostrador viendo a mi madre y a mi Bunny
hablar. Doy un largo sorbo de mi café. Es una vista a la que podría
acostumbrarme. No sólo hablo del desayuno. Es todo acerca de
Bunny, desde la forma en que conversa fácilmente con mi mamá y
la sensación general que su presencia tiene en mi espacio. No
puedo explicarlo, pero sé que está destinada a estar aquí. Y no sólo
temporalmente.

Sus abrazos durante toda la noche fueron satisfactorios e


insoportables al mismo tiempo. Podía sentir cada pequeña
inhalación y exhalación que salía de ella. Su culo redondo
presionado contra mi polla dura toda la noche, tentándome a estar
a una pulgada de mi control. Finalmente se giró en medio de la
noche y se envolvió a mi alrededor. Pensé que sería mejor, pero me
equivoqué. Ella había lanzado su pierna sobre la mía, causando que
su pequeño coño caliente se frotara contra mi muslo.

Me costó hasta la última gota de mi fuerza de voluntad no


voltearla y atarla a la cama. Fue entonces cuando decidí que por
mucho que quisiera quedarme con ella para siempre, salir de la
cama era la única opción. Eso y escuché a mi madre entrar por la
puerta principal. Ella y yo vamos a tener que discutir algunas
nuevas reglas básicas. No es que las vaya a cumplir completamente.

— ¿Qué están haciendo hoy, niños? — Ma pregunta,


rompiendo mis sucios pensamientos sobre Bunny. Observo como
Bunny mira hacia mí. Puedo ver la emoción en sus ojos pensando
en pasar algún tiempo juntos.

—Pensé en llevar a pasear a Bunny con Princess para ver algo


de la tierra— Quiero decir, ella debería empezar a familiarizarse con
la propiedad ya que esta será su casa también.

—Eso suena bien. ¿Qué tal si te preparo una cesta y una


manta para que puedan comer en el pasto? — Se gira mirando a
Bunny. —Es pacífico allí. Te encantará. También hay un lago. JJ
puso un muelle en él hace unos años—

— ¿Más comida? No sé si me puede caber en otra cosa—


Bunny se frota su inexistente vientre. Mis ojos inmediatamente
revolotean hacia donde está su mano, imaginando cómo se vería
con mi bebé. Me paso la mano en la cara sabiendo que es culpa de
mamá. Toda esa charla sobre bebés me vuelve loco.

—Encajará— digo antes de darme cuenta de cómo suena. Las


mejillas de Bunny se vuelven rosadas y mi mamá no ayuda con la
risa que suelta.

— ¿Quién es Princess? — Bunny cambia de tema


rápidamente. Veo como mi madre se levanta y se dirige a la
despensa para preparar la cesta de picnic.

—Ella es uno de mis caballos— Una en la que se verá muy


bien. Princess será lo mejor para ella. Sé que no saldrá a correr con
ella porque Princess no corre.
— ¿La llamaste Princess? — Se ríe. Me encojo de hombros.

—A King le gustaba, así que me pareció apropiado— Fue la


primera vez que vi a King como un caballo. Estaba completamente
enamorado cuando traje a Princess a casa. Ella fue un rescate.
Estaba sufriendo de desnutrición cuando la traje. Se tomó un
tiempo para recuperarse, pero la salvamos. Ahora vive realmente
como una princesa y está a la altura de su nombre.

— ¿King? —

—Mi caballo— Dejo mi café. —Cree que está a cargo cuando


no estoy cerca—

—Ahora, Princess está a cargo— Mamá sale de la despensa


con una cesta en la mano.

—No puedo esperar a conocerlos— Bunny mira hacia abajo a


lo que lleva puesto. Estoy disfrutando de que aún esté en mi
camisa. —No estoy segura de que lo que llevo puesto sea adecuado
para montar— Su ropa no me importa en absoluto. Por lo que a mí
respecta, ella es adecuada para cualquier cosa que quiera hacer.

—Puedes tomar prestadas mis botas. Te conseguiré unas para


ti más tarde hoy, cuando esté en la ciudad— Mi mamá la mira.
Sabía que mamá estaría emocionada cuando descubriera que
Bunny estaba aquí esta mañana. Corrió alrededor de la cocina
preparando el desayuno que luego se convirtió en un brunch. Lo
que sea que sea eso. Sabía que no la sacaría de aquí hasta que se
hubiera saciado de Bunny.

Entonces cometí el error de decirle por qué Bunny terminó


aquí. Creo que mamá también tiene planes de quedarse con Bunny.
Hará todo lo que esté a su alcance para que Bunny se divierta con
la esperanza de no querer irse. Compartimos esa forma de pensar.

—No tienes que hacer eso— Bunny se ruboriza otra vez de un


bonito color rosa. Esta vez no tan rojo como cuando nos
burlábamos de ella por los bebés. Estoy seguro de que piensa que
era una broma. Mamá está lejos de bromear.

—Sólo son botas— Mamá agita su mano. —Tengo un millón de


pares. Soy un ocho— Ella mira los pequeños pies de Bunny que
están desnudos. Las uñas de sus pies están pintadas de un rosa
suave.

—Soy un siete, pero eso debería estar bien si no te importa—

—Por supuesto que no me importa— Mamá empieza a sacar


cosas del refrigerador. Sé que va a tardar un minuto. Mamá no se
anda con cosas a medias y te garantizo que será la mejor cesta de
picnic que haya hecho.

Sé que ahora es mi oportunidad. Mamá consiguió algo de


tiempo con Bunny y ahora es mi turno. Necesito probarla o no
podré hacer una mierda el resto del día. No sabía que algo podía
desviarme tanto del camino, pero me cuesta pensar con claridad
ahora mismo. Y la forma en que Bunny sigue moviéndose me hace
pensar que también necesita mi boca. ¿Qué clase de hombre sería
yo si la dejara necesitada? No lo sé, pero estoy seguro de que no me
voy a enterar.
10
Bunny
Algo está mal en mí. Estoy aquí con la madre de Jameson y no
puedo dejar de mirarle la boca. Esta tiene que ser la pausa más
larga del mundo. La forma en que me miró durante el brunch y
después cuando bromeó sobre que no encajaba me tiene mojada
entre los muslos. Nunca supe que podía tener una atracción tan
fuerte hacia alguien. Claro, he experimentado pasión por mi música
y por mi baile, pero nada se acerca a esto.

—Déjame prepararte— Jameson me agarra de la mano y me


saca de la cocina para volver a su habitación. Intento pensar en
cualquier cosa menos en su boca.

— ¿Crees que mis pantalones están bien para usarlos? No


estoy segura...— Mis palabras se cortan cuando me levanta. Mi
espalda se encuentra con la pared mientras su boca cae sobre la
mía. Gimo, envolviendo mis brazos alrededor de él. Dios, siempre se
siente tan bien. Meto mi lengua en su boca, probándolo a él y a su
café.

—Me estás volviendo loco— Su boca deja la mía mientras


sigue dándome besos en mi cuello. Todo mi cuerpo se ilumina
cuando trato de moverme contra él, pero por la forma en que me
tiene atrapada en la pared no voy a ninguna parte. Eso sólo me
excita más.

—Jameson, por favor no te detengas— ruego.

—Te tengo— Se aparta, haciendo espacio para que sus manos


se metan en mis pantalones. Me separa más los pies, haciendo que
mis piernas se abran más. — ¿Esto es lo que necesitas? —

—Sí— respiro. Todo mi cuerpo late por la necesidad. Mis


pezones se endurecen contra su camisa.

—Joder, estás mojada— Gime mientras extiende los labios de


mi sexo.

—Lo siento— No sé qué más decir. Es su culpa que yo este así.


Mi cuerpo no tiene control cuando él está cerca. Me encanta el
sentimiento. Es liberador. Uno al que no estoy acostumbrada. Toda
mi vida se ha centrado en hacer que mi cuerpo haga lo que otros
quieren. Empujándome a mí misma al extremo hasta que no queda
nada.

—No lo lamentes. Yo soy el que lo siente. Debería estar de


rodillas lamiéndote el coño, pero eso tendrá que esperar para más
tarde—

—Jameson— me quejo, sus palabras casi me envían al límite.

—Te tengo— Sus dedos empujan más fuerte hacia abajo,


rodeando mi clítoris. Dándome la presión que necesito. —Silencio.
No quiero que nadie más te oiga llegar—

Sacudo la cabeza, no creo que pueda estar tranquila. Su otra


mano se levanta, cubriendo mi boca mientras mueve sus dedos más
rápido, haciéndome venir. Grito en su mano, mis ojos se cierran
con un orgasmo como nunca antes había sentido.

Abro los ojos cuando Jameson suelta su mano de mi boca y


empieza a besarme de nuevo. Agarro su camisa, tirando de él hacia
mí, profundizando el beso.

— ¿Encontraste mis botas? — Rebecca llama. Jameson quita


su boca de la mía. Observo cómo se lame los dedos antes de
responder.

—Todavía no— le dice a su madre antes de dejar caer su


frente a la mía. —Para ser una mujer que quiere nietos sigue
interrumpiéndonos— Sonríe y no sé si me está tomando el pelo o
no. —Sabes bien, Bunny—

Me encanta la forma en que dice mi nombre. No suena a mi


nombre en absoluto, pero es un término cariñoso. Antes de ahora
me parecía infantil el nombre de Bunny, pero es dulce viniendo de
él. —Los vaqueros están bien para hoy— Él retrocede, pero no le
suelto la camisa a la que todavía me estoy aferrando.

— ¿Qué hay de ti? — Pregunto, mirándolo. Sin perderme la


vista de su erección.

—Conseguí lo que quería— Me sonríe. ¿Cómo consiguió lo que


quería? Yo fui la que tuvo el orgasmo.

—Incluso confundida eres sexy— Me agarra de la muñeca y mi


mano libera su camisa. La levanta y me besa la palma de la mano.
—Tengo que verte correrte y descubrir a qué sabes—

— ¿Así que básicamente estamos haciendo una pausa de


nuevo? — Sé que me estoy sonrojando, pero el orgasmo podría estar
ocultándolo. Hay algo en él, sin embargo, que me hace sentir más
audaz. Me encuentro a mí misma diciendo cosas que nunca antes
habría dicho. Creo que es porque me siento segura con él.

—No más pausas. Estamos avanzando— Me empuja hacia él,


con su boca cayendo hacia la mía. Puedo saborear algo de mí en
sus labios.

—Oh, lo siento— oigo decir a Rebecca. Suelto a Jameson para


verla de pie en la puerta de su dormitorio. No parece que lo sienta
en absoluto. —Botas— Ella las sostiene.

—Gracias— dice Jameson secamente, tomándolas para mí.


— ¿Puedes ver si hay un sombrero para ella? No quiero que el sol le
dé mucho en la cara—

—Por supuesto— Rebecca está fuera de nuevo.

—Si yo necesitara un sombrero, me habría dicho que lo


consiguiera yo mismo— Sacude la cabeza. Lo veo entrar en su
armario y salir un segundo después con una camisa de franela.

—Eso no me va a quedar bien— Me río. La camisa que tengo


puesta ahora es gigante. Agarro el extremo de ella, atando la
esquina.

—Eso funciona— Me envuelve los brazos de la camisa de


franela azul y blanca alrededor de mi cintura, atándola para mí.
—Si el sol empieza a molestarte— Asiento en acuerdo. —Déjame
ayudarte con las botas— Me lleva a una silla. Me siento, y él hace lo
mismo, poniéndose de rodillas delante de mí. Con cuidado me pone
los calcetines y luego me pone las botas en los pies.
Podría acostumbrarme a toda esta atención. Me encanta lo
atento que es Jameson conmigo y es agradable poder sentarme y
relajarme. Podría verme a mí misma poniéndome cómodo aquí.

— ¿Estás lista? —

Simplemente asiento. La idea de pasar todo el día con


Jameson suena como un sueño. Uno del que nunca quiero
despertarme.
11
Jameson
—Oh Dios mío. Es como una granja de verdad— Toda la cara
de Bunny se ilumina cuando nos dirigimos a uno de los muchos
graneros que tengo en la propiedad. El que está junto a la casa
principal es más personal. Las puertas traseras del granero se
abren y sale una manada de pollos.

— ¡Pollos! — medio grita. Nunca había visto a alguien tan feliz


de ver pollos antes. Ella corre hacia ellos. Boone sale caminando
unos segundos después. Al igual que el gallo, Rocky.

—Bunny, cuidado con el gallo. Puede ser un malvado


bastardo— Los otros pollos corren alrededor, pero Rocky empieza a
pavonearse hacia ella. Parece como si estuviera en una misión, y
por experiencia, probablemente no sea una misión amistosa.
—Oye— le ladro en señal de advertencia. Ni siquiera mira hacia mí.
Es el único animal que no me escucha por aquí. Me dirijo a Bunny
para que se ponga de pie antes de que Rocky la asuste.

—Él está bien— Me ignora, inclinándose con la mano


extendida en un gesto amistoso. Actúa como si estuviera tratando
con un gatito o algo así. Entonces el pequeño bastardo hace la
última cosa que esperaría que hiciera. Le deja acariciarlo. Se
mantiene erguido mientras ella le acaricia las plumas, y juro que el
pequeño imbécil realmente frota su cara contra su mano.
Disfrutando cada segundo de la atención que ella le da.

— ¿Eso es algo no? — Boone arrastra los ojos, observándolos.

—Más vale que estés hablando del gallo— Le doy una mirada.
Levanta las manos. Boone es un poco inmaduro. Para ser honesto,
ni siquiera sé de dónde vino el chico. Lo encontré en una de mis
viejos graneros que ya no usamos. Se quedó y ahora está en
nómina. Pero es un buen chico. Al menos eso pensaba hasta que
llegó Bunny. Probablemente tenga más o menos su edad. Ahora me
encuentro mirándolo de forma un poco diferente.

—Eres dulce. No escucharé esas cosas malas que dicen de ti—


Bunny me da una mirada. Sí, todavía muy dura. Le da a Rocky una
larga caricia antes de pararse. El pequeño imbécil le frota las
piernas como si la marcara como suya. Ella le extiende la mano a
Boone. —Hola, soy Bunny—

— ¿Bunny? — Boone sonríe. —No tenemos ningún conejito—


Él toma su mano. Es lo suficientemente listo como para soltarla
rápidamente. O podría ser el resplandor de la muerte que
actualmente le estoy apuntando.

—Cuidado— ordeno. Bunny gira la cabeza. Tiene que


inclinarla hacia atrás para mirarme. El borde de su sombrero de
vaquero bloquea algo de su línea de visión. Lo dejé caer sobre su
cabeza antes de que saliéramos por la puerta trasera. Nunca se
puede tener suficiente protección contra el sol aquí.

— ¿Por qué estás tan gruñón? — Pone su mano en su cadera.

—Sí— Boone está ahora completamente sonriente.


—No estoy de mal humor— Me encojo de hombros. —Tal vez
posesivo— admito, no me importa. Se muerde el labio inferior
regordete, haciéndome saber que le gusta lo que digo. Eso es bueno
porque no veo que eso cambie pronto.

—Los tengo ensillados para ustedes— Boone saca su gorra de


su bolsillo trasero y se la pone en la cabeza. —Estoy seguro de que
te veré por ahí, Bunny— Él le da un saludo antes de irse.

— ¿Quién es él? — pregunta ella, dejando caer su mano de su


cadera.

—Trabaja aquí, así que lo verás por ahí. Es un buen chico. Le


avisé que tenía a alguien en casa—

—Porque normalmente no tienes gente en casa—

—Sip— Le agarro la mano y la meto en el granero. Princess y


King están esperando.

—Oh, Dios. Es tan bonita— Bunny da un paso adelante. King


la mira. Debe aprobarlo porque no se pone delante de Princess.
Normalmente la protege a toda costa bloqueándola de cualquiera
que no considere digno. De repente entiendo de dónde viene.
También hace esa mierda a menudo. Escoge y elige a quién quiere
dejar acercarse a ella. Por eso los mantengo solos en este granero.
Menos problemas. Siento un vínculo especial con él ahora que me
identifico.

—Continúa— Le suelto la mano, dándole una pequeña


palmada en el culo. Ella da unos pasos más cerca, su mano se
extiende hasta acariciar la nariz de Princess. Ato la cesta que mamá
me dio a King y le doy un regalo. Le doy otro a Bunny, que se la da
a Princess.
—Ella es dulce— Le da un beso en la nariz.

—Lo es si le gustas. Si no, es una malcriada—

Bunny se ríe. —Bueno, es una princesa—

—Esa es ella. Déjame ayudarte a montar— La guío a un lado.


—Pon tu pie aquí y tira tu pierna por encima de la parte superior —
Preferiría que viniera conmigo, pero eso puede esperar hasta otro
momento. Quiero que sepa montar a caballo. Al estar aquí, es algo
que todo el mundo debería saber. En un rápido movimiento ella
está encima del caballo.

Toda su cara se ilumina. —Lo hice—

—Eres natural— Le entrego las riendas. Incluso se sienta con


una forma perfecta. — ¿Nunca has montado antes? —

—No— Observo cómo se agacha para acariciar la melena de


Princess.

— ¿Me veo como una vaquera? — Se baja un poco el


sombrero.

—Sí, vaquera— Mi polla se endurece cuando pienso en ella


montando otra cosa, pero eso también tendrá que esperar. Me doy
la vuelta, ajustándome antes de ir a King y montar. —Tendrás que
montar un poco por delante o a mi lado. King no dejará que se
quede atrás. No será capaz de concentrarse si ella no está en su
línea de visión—

—Siempre tiene que tener los ojos puestos en ella. Eso es muy
dulce— Cada vez más estoy entendiendo por qué mi caballo hace
algunas de las mierdas que hace. Lo entendí antes, pero ahora lo
estoy comprendiendo de verdad.
— ¿Qué quieres ver primero? — pregunto.

—Todo— La emoción encaja sus palabras. Ese era mi plan


para empezar. No sólo para mostrárselo, sino para darle todo lo que
pudiera querer y más.
12
Bunny
—No sabía que los estanques podían ser tan claros—

Jameson extiende su mano para ayudarme a bajar del caballo.


La tomo, permitiendo que mi cuerpo caiga en el suyo. Me deslizo
por él, sintiendo cada centímetro de su duro y musculoso cuerpo
hasta que mis pies tocan el suelo. Mi cuerpo se calienta y no por el
sol de la tarde. Se aclara la garganta antes de tirar el sombrero al
suelo. Me quita el mío de la cabeza y hace lo mismo. Mi pelo se cae.

—Me aseguro de que se quede así. Es mi pedazo de paraíso.


Algunas personas disfrutan de la playa. Yo disfruto esto— Tengo
que admitir que todavía estoy un poco sorprendida por como en
realidad Jameson es rudo en la superficie. Mi primera impresión de
él fue muy diferente. Verlo aquí, en su entorno, sólo me confirma
eso.

Pensar en cómo sería poder venir aquí cuando quisiera me


inunda la mente. Se siente pacífico y relajante. Es un lugar en el
que podría verme viviendo el resto de mi vida. Se siente bien.
Empujo esos pensamientos al fondo de mi mente, recordándome
que es demasiado pronto para tener esperanzas. Este lugar está a
un mundo de distancia del mío y de todo lo que conozco.
—Vamos a sacarte de este sol— Jameson camina hacia King,
desatando la cesta y la manta del lado de la silla. Mete la manta
bajo su brazo y sostiene la cesta en su mano. Vuelve a mí, con la
mano extendida.

La tomo inmediatamente, amando el tacto de su áspera mano


en la mía. Rezando para sentir esas manos por todo mi cuerpo más
pronto que tarde. Pensar en la forma en que los callos se sentirán
contra él me hace sonrojar. Mi única gracia salvadora es que hoy
hace calor, así que mi cara ya está caliente por el sol. Jameson me
lleva a un gran árbol cuyas ramas cuelgan lo suficientemente lejos
como para darnos mucha sombra.

—Esto se ve bien para un pequeño descanso—

—Es hermoso. Si sigues mostrándome todas estas cosas


bonitas nunca voy a querer dejar este lugar— Puedo jurar que lo
escucho murmurar algo que suena como que ese es el plan, pero
me distraigo cuando desenreda su mano de la mía para abrir la
manta. —Esto se siente un poco como una cita—

—Puede ser lo que quieras que sea— Se sienta, y me pide que


haga lo mismo.

—En realidad no tengo citas— admito.

—Yo tampoco—

— ¿Cómo es posible? — Me aseguro de sentarme cerca de él.


Me acerca más antes de abrir la cesta para nosotros. —Eres un
petrolero billonario que es demasiado guapo para su propio bien—

— ¿Ya he alcanzado los mil millones? No presto mucha


atención— Me echo a reír. —Después de unos pocos millones quién
realmente cuenta más— Me río más fuerte, haciéndole sonreír.
—Me gusta más el hecho de que pienses que soy guapo. No sé si le
hace bien a alguien más, pero me hace bien a mí ahora, así que me
lo quedo—

—Eso es lo que dijo PJ. Algo sobre que eres más rico que
Dios—

—No cuento el dinero de los demás—

—Aparentemente, tampoco cuentas los tuyos— Sigo


enamorándome más de él a cada segundo. — ¿Y qué es lo que
cuentas? —

—Desde que te conocí he estado contando cuántas veces


puedo hacerte sonreír—

—Creo que eso también es fácil para ti— No puedo dejar de


sonreír, así que está ganando esa.

—Bien— Él me alcanza. Con un movimiento fácil me tiene


sentada entre sus piernas. —Ahora, ¿Cómo es que no tienes citas?

—Estoy trabajando o huyendo de un acosador— trato de


bromear, pero es la verdad. Lo siento tenso por un momento. —
Todavía no me has dicho por qué no tienes citas tampoco—

—He vivido aquí la mayor parte de mi vida. No hay mucha


gente alrededor— Me quita un mechón de pelo del hombro.
—Entonces ocurrió toda la mierda del petróleo y tuve que ir a la
ciudad. No me importaba mucho la atención que recibía o la razón
por la que la recibía—
—Sí, lo entiendo. Creo que a veces la gente tiene una idea de
quién cree que soy. Como este tipo Michael. Cree que está
enamorado de mí— Sacudo la cabeza. —Ni siquiera me conoce.
Cree que sí me lo hace porque vio algunas de mis presentaciones.
¿No es una locura? —

—No estoy seguro de llamarlo una locura. Tienes un fuerte


efecto en los demás. Una cierta atracción que les hace querer estar
más cerca de ti. Al menos así es como me sentí yo—

Me lamo los labios. Eso es cierto. Tengo todo tipo de


sentimientos por Jameson y no lo conozco desde hace mucho
tiempo. Supongo que hay una línea muy fina. —Supongo que tienes
razón. Yo también siento una atracción hacia ti. ¿Pero no debería
ser mutuo? ¿Dos almas que se unen y se reconocen mutuamente?

—Eso suena bien. Para ser honesto, no estoy seguro. Nunca


antes había sentido esto.

Le miro fijamente a los ojos. —Yo tampoco —Me inclino hacia


él, mis ojos se cierran cuando mi boca se encuentra con la suya. Su
mano se enreda en mi pelo mientras inclina mi cabeza para tomar
mi boca como él quiere. Se da espacio para trabajar y así puede
devorar mi boca. Sus besos me consumen, mostrándome una parte
de lo que es. Es un hombre que quiere el control y me parece que
me excita que lo tenga. Ilumina mi cuerpo.

—Tenemos que parar o te voy a tomar aquí mismo.

— ¿Quién dice que eso es tan mala idea? —Digo entre besos.

—Demasiado sol —Se retira. Lo miro fijamente por un


momento.
—La verdad —Asiento.

—Algún asqueroso te está acechando. Dudo que esté aquí,


pero no me arriesgaré a desnudarte aquí—

—Oh— Miro a mi alrededor.

—No hay nadie aquí. Si lo estuvieran, me ocuparía de ello—

— ¿Cómo? ¿Y si tienen un...? — Me quedo atrás, sin querer


terminar ese pensamiento.

—Esto es Texas. Todo el mundo tiene un arma, cariño—

—Oh. ¿Cómo ahora mismo? —

—Sí— No me di cuenta de que llevaba una. Mueve sus manos


detrás de él y saca una pistola. Mis ojos se agrandan. PJ tiene una
licencia de armas oculta y generalmente tiene una en ella, pero
nunca la ves.

— ¿Puedo? — Levanto mi mano.

—Si quieres aprender, te enseñaré. Tal vez mañana— Pone el


arma detrás de él.

—Mañana— Contemplo la palabra. —No sabemos cuánto


tiempo tendré que quedarme aquí, ¿Verdad? ¿Está bien así? Sé que
dijiste que lo estaba, pero realmente no quiero ser una molestia—
Jameson suelta una risa profunda.

—Estás lejos de ser una molestia—

—Bien, porque me estoy divirtiendo aquí. Se siente como unas


verdaderas vacaciones. Entiendo por qué no te gusta ir a la ciudad.
¿Por qué lo harías cuando podrías quedarte aquí en la paz y la
tranquilidad? — Me giro un poco, apoyándome en él. No sé si es él o
este lugar, pero me siento muy relajada. No debería estarlo. Están
pasando muchas cosas y con Michael todavía suelto debería estar
nerviosa. Pero no lo estoy. Siento que por una vez en mi vida tengo
a alguien más que me cuide además de PJ. Se siente bien que
Jameson quiera mantenerme a salvo y ¿Qué mejor lugar para
hacerlo que aquí mismo?

—Entonces debería seguir tratándote como si estuvieras en un


centro turístico de cinco estrellas— Jameson acerca la cesta a
nosotros. Agarra una limonada y me la da. Luego comienza a sacar
todo tipo de cosas desde adentro.

—Vaya, tu madre no está jugando—

—No cuando se trata de comida— está de acuerdo. Recojo uno


de los sándwiches, y le doy un mordisco. —Voy a subir de peso
aquí. No he comido tan bien en mucho tiempo— Quiero decir que
nunca he comido tan bien porque muchas de mis comidas las he
hecho sola. Mi padre siempre estaba demasiado ocupado para
pasar el tiempo conmigo. Aunque la comida era de calidad, no era
especial. No fue hecha por alguien que me cuidara. Desde que me
he hecho mayor y viajo tanto con el show, la mayoría de mis
comidas son para llevar.

—Un poco de peso nunca le hizo daño a nadie—

Me da risa. — ¿Hay algo de grasa en ti? — El hombre está


construido como un tanque. Es ancho y grueso. No es ajeno al
trabajo físico duro por el aspecto de su cuerpo.
—Trabajar aquí hace difícil para una persona mantener la
grasa en sus huesos. Estoy seguro de que tienes el mismo problema
con todo ese baile—

—A veces. Varía mucho en realidad— Mi peso tiende a subir y


bajar. Nunca trato de controlarlo. Es lo que es. Doy otro mordisco a
mi sándwich. Ahora mismo no me importa nada más que estar aquí
con Jameson. Planeo disfrutar cada segundo de ello.

13
Jameson
Me siento en mi oficina tratando de no pensar en Bunny
desnuda en mi baño ahora mismo. Le preparé un baño poco
después de que volviéramos. Fue su primer paseo y no quería que
estuviera demasiado dolorida por ello. Espero que un buen baño
ayude con eso. Mi celular vibra en mi escritorio, alertándome de un
nuevo mensaje.

— ¿Qué has encontrado para mí? — Le pregunto a Davis.


Tengo los bolsillos llenos y cuando se trata de mantener a Bunny a
salvo, usaré todos los recursos que tenga para hacerlo. Pagar para
que alguien investigue a este acosador era mi primera prioridad.
Con Davis, sabía que nadie sabría que estaba husmeando. Todavía
no, de todas formas.
—Tiene conexiones. Me sorprende que estuviera cumpliendo
condena para empezar—

—Estoy pensando que no tenía que escaparse de esa prisión.


Es más probable que su familia comprara su salida—

—Estaba pensando lo mismo— Davis está de acuerdo. —Voy a


enviar lo que tengo sobre él y su familia. Si no le hace daño a tu
chica, creo que sólo le hará daño a alguien más. Es un depredador
que no necesita ir a la cárcel. Necesita ser sacrificado—

—Te debo una— Estoy seguro de que tuvo que mover algunos
hilos para tener toda la información que consiguió. Todavía no
tengo ni idea de lo que Davis hizo esos ocho años que pasó
reclutado. Nunca habla de ello. Aunque sabía que era un hombre
cambiado. Lo pude ver en sus ojos. Estoy bastante seguro de que
había sido reclutado. Su padre también había estado en el servicio.
Sólo ha vuelto a casa hace poco más de un año.

—No me debes nada. Todavía estoy devolviendo el favor—


arrastra la voz.

—No fue un favor—

—No acepto limosnas—

—Entonces estamos en paz—

—Tal vez— dice antes de colgar. Yo me ocupé de su granja


mientras no estaba. Dejó a los hombres para que la cuidaran, pero
yo la revisé. Me aseguré de que todo funcionara como debía. No
quiero que me paguen. Sirvió a nuestro país. Es lo menos que podía
hacer para mostrarle mi gratitud.
Reviso mis correos electrónicos para ver exactamente qué
información pudo obtener. El nombre de la familia me suena
familiar, pero quién sabe. Soy dinero nuevo, no viejo, así que no sé
algunos de los antiguos nombres de la familia son significativos
ahora. No he pasado toda mi vida codeándome con esta gente. Es
un mundo completamente nuevo para mí. Uno del que no me
importa mucho ser parte. Pero conocí a hombres como Michael
Romano; no entienden el significado de la palabra “no”. Son unos
imbéciles con derecho que creen que tener dinero significa que
pueden tomar lo que quieran. Aunque nadie me quitará a mi
Bunny.

No importa cuánto tiempo haya tenido el dinero, sólo que lo


tengo, y una tonelada de mierda. El dinero es dinero para mí. Nadie
es más verde que los demás. Tomo el nombre del correo electrónico
y envío un nuevo correo electrónico a mi asesor financiero. Quiero
saber todo sobre esta familia. Empezando por las inversiones que
tienen. Necesito estar preparado para golpearlos donde más les
duela: su cuenta bancaria. Esa es una de las únicas cosas que
llamará la atención de este tipo de personas. Por el aspecto de estos
informes, puedo decir que sus manos no están limpias.

Encontraré su punto débil y los golpearé. No hay nada que no


haga para mantener a Bunny a salvo. No sólo planeo ir tras su hijo
en este momento. Voy a ir tras todos. Ellos pusieron sus manos en
este lío. No permitiré que se vayan sin ensuciarse con el resto de
nosotros.

—La bañera es maravillosa— Apago la pantalla de mi


ordenador, sin querer que Bunny vea lo que hago. No es que se lo
esté ocultando, es que no quiero que se preocupe. Finalmente
parece relajada y puedo decir que está cómoda aquí. No quiero
hacer nada que ponga en peligro eso.

—Tendré que confiar en tu palabra— me retiro de mi


escritorio. Tiene mi gran bata de algodón envuelta a su alrededor.
Es tan pequeña que casi se pierde en ella. Creo que nunca me la he
puesto. Como la bañera, muchas cosas no se usan por aquí. Le
pido que se acerque más. Lo hace. La tomo de la mano, la llevo en
mi regazo, y disfruto de la sensación de tenerla tan cerca.

— ¿Cómo te sientes? —

Ella roza su nariz contra mi cuello. —Relajada. Es bueno


saber que no tengo ningún lugar donde estar— Se mueve,
levantando las piernas. Esto es más que jodidamente agradable. Es
todo.

— ¿Quieres que tire algunos filetes a la parrilla? —

Se sienta, mirándome. La bata se cae de uno de sus hombros,


mostrándome más de su piel suave y delicada. Ella es toda una
tentación, eso es seguro, pero hay algo más que me atrae hacia ella.

—El filete suena bien— se mueve de nuevo, a horcajadas. Mis


manos se deslizan por sus muslos, sintiendo la extensión de la
suavidad sedosa que sé que conduce a su dulce coño. Dibujo
círculos en la parte superior de su muslo con la punta de mis
dedos, amando la sensación de cada caricia y recordándole lo bien
que puedo hacerla sentir.

— ¿Hay algo más que quieras, Bunny? — Su lengua rosada


sale, pasando por su labio inferior. Su delicado hombro da un
pequeño encogimiento, causando que sus mejillas se vuelvan de un
tono rosado más profundo. — ¿Sólo quieres que lo tome? — Mi dedo
va debajo de su barbilla, haciendo que sus ojos se encuentren con
los míos. — ¿Así que no tienes que preguntar? Puedes seguir siendo
tímida entonces. Sé lo que necesitas, mi dulce Bunny—

—Por favor— Ella lame ese labio de nuevo, tentándome. Esta


vez no puedo resistirme. Dejo caer mi boca sobre la de ella,
inclinando su barbilla como necesito para besarla profundamente.
Su boca se abre para mí. Meto mi lengua dentro, probando su
dulzura. No es suficiente. Rompo el beso, necesitando más de ella
esta vez.

—¿Vas a abrir estas hermosas piernas para mí?


¿Permitiéndome finalmente probar ese regalo que sé que tienes
entre ellas? — Pregunto mientras mi mano acaricia su muslo
tonificado. Ella simplemente asiente antes de enterrar su cara en
mi cuello otra vez.

Me paro, llevándola conmigo. La mierda sale volando de mi


escritorio mientras hago espacio para ella. Su culo golpea la parte
superior mientras le quito la bata, dejándola completamente
desnuda para mí. Mi polla ruega que la dejen libre y que se sumerja
en su estrecho coño.

—Joder— me quejo. No me extraña que haya tenido algunos


acosadores. Ella es el sueño húmedo de todo hombre, pero ahora es
toda mía. Cada centímetro de ella es para mí y moriría antes de
compartirla. No sabía que tenía un tipo hasta ahora. Lo que sí sé es
que es ella o nada más. Ni siquiera he estado dentro de ella todavía
pero ya sé que me ha arruinado. Que nunca tendré suficiente de
ella. Que siempre querré más. Que la amaré por el resto de mis
días, si ella me lo permite.
14
Bunny
—Jay. No te detengas— Lo alcanzo, tirando de él hacia abajo
para que su boca se encuentre con la mía. Todo el tiempo que
estuve en el baño sólo podía pensar en él. Hoy ha sido uno de los
días más felices de mi vida. No puedo recordar la última vez que
sonreí tanto o que me sentí tan a gusto con alguien. Probablemente
es como la mayoría de la gente se siente cuando finalmente regresa
a casa después de estar lejos por largos períodos de tiempo. Nunca
he tenido un verdadero ambiente hogareño al que volver a casa, así
que es agradable tener este sentimiento por una vez.

Me besa con tanta necesidad y hambre. Le devuelvo el beso


igual de fuerte. Él aparta su boca de la mía y arrastra besos por mi
cuello. Mis caderas se levantan, buscando la fricción que mi cuerpo
necesita. Trato de envolver mis piernas alrededor de él, pero él no
me deja. Sigue moviéndose por mi cuerpo. Su boca se engancha a
uno de mis pezones, haciendo que un gemido me abandone. Mis
dedos se clavan en su cabello, tirando de él cuando primero lo
cubre con su lengua y luego lo chupa en su boca. Observo mientras
continúa dándole a mi cuerpo el tipo de placer que nunca ha
conocido.
Todo mi cuerpo comienza a palpitar por la necesidad. Gimoteo,
queriendo que baje más. Queriendo que esa boca suya me quite el
dolor que se forma entre mis muslos. El hombre debe ser capaz de
leerme, porque empieza a moverse de nuevo, arrastrando besos de
boca abierta sobre mi estómago hasta que está de rodillas delante
de mí. Empuja una de mis piernas para que me abra más, de modo
que me estire para él en el escritorio. La otra la pone sobre su
hombro.

—Realmente eres impresionante en todas partes— Mira hacia


arriba desde entre mis piernas, sus ojos se entrelazan con los míos.
Juro que puedo sentir todo mi cuerpo sonrojarse. Cada vez estoy
más desesperada por que su boca esté donde la necesito. Ni
siquiera me importa que pueda ver lo mojada que estoy por él.
Probablemente debería estar avergonzada, pero no lo estoy en lo
más mínimo. No con la forma en que me mira.

—Jay— le suplico, de repente me vuelvo tímida. Siendo esta


mi primera vez, no tengo palabras. Me siento aliviada cuando sus
dedos me separan los labios de mi sexo. Mis caderas se levantan
descaradamente del escritorio tratando de acercarme a él. Una
pequeña sonrisa cruza esos preciosos labios suyos.

—Te voy a dar lo que necesitas, pero la próxima vez me tomaré


mi tiempo. Saboreándote—

Asiento en acuerdo. Lo que sea. Haré cualquier cosa ahora


mismo si él pone su boca sobre mí. Cuando su lengua rodea mi
clítoris por primera vez, casi me corro en ese punto. La sensación es
mucho mejor de lo que jamás podría haber imaginado. Me agarra de
las caderas, sosteniéndome en su lugar mientras su lengua
continúa burlándose de mí. Sus dedos se clavan en mí y finalmente
me da exactamente lo que necesito, enterrando su cara entre mis
muslos y comiéndome como si fuera un hombre hambriento.

— ¡Jay! — Grito su nombre cuando el primer orgasmo llega.


Alzo mis manos por encima de mí, agarrándome al escritorio. Todo
mi cuerpo tiembla de placer. Pero no se detiene. Siento que mete un
dedo en mí. Su lengua sigue jugando con mi clítoris. Mis caderas
empiezan a moverse hacia adelante y hacia atrás.

—Tan jodidamente apretado— le oigo decir mientras intenta


añadir otro dedo. Tiene que introducirlo lentamente para poder
entrar en mí. Está ajustado, pero se siente bien. Mi cuerpo empuja
hacia otro orgasmo. Jadeo por aire mientras otro me golpea. Este es
más intenso que cualquiera de los otros. Me agarro a él, no estoy
segura de que pueda aguantar más. Me quita la boca, pero sigue
metiendo y sacando los dedos lentamente.

Su boca besa mis muslos suavemente mientras mis ojos se


abren lentamente. Me levanto sobre los codos para mirarlo. Se pone
de pie lentamente mientras deja que sus dedos se separen de mí.

—Oh— Respiro cuando veo que se envuelve la mano alrededor


de su polla. Sus vaqueros están desabrochados y empujados
ligeramente sobre sus caderas. Lo observo mientras se acaricia a sí
mismo, sus ojos vagando por cada centímetro de mí. Semen gotea
por el extremo de su polla. Me pregunto cómo va a caber dentro de
mí. Es mucho más grande que dos de sus dedos. No me asusta. De
alguna manera sé que Jay cuidará de mí. No se detendrá ante nada
para que sea todo lo que yo soñé que sería mi primera vez.

Me lamo los labios, pensando en probarlo. Mi cuerpo empieza


a calentarse de nuevo pensando en cómo lo he excitado así. Está
parado sobre mí, masturbándose al verme.
—Jay. Márcame. Lo necesito— No sé de dónde vienen las
palabras, pero se sienten bien.

—Joder— Gime antes de correrse. Veo cómo se derrama sobre


mi sexo y mi estómago. Al ver su marca en mí, ese latido vuelve a
aparecer. Trato de cerrar las piernas para ejercer presión sobre mi
clítoris, pero él me bloquea el paso. Su pesada respiración llena la
habitación. Intento bajar del escritorio para estar más cerca de él.
Para encontrar la fricción una vez más. —Te tengo, Bunny—

Su mano viene a mi estómago mientras me frota el semen en


la piel y entre los muslos en mi sexo. Presiona la palma de su mano
en mi clítoris, frotándolo y dándome la fricción que necesito para
volver a tener un orgasmo.

Mi cuerpo cae de nuevo en el escritorio. No estoy segura de


poder moverme en este momento. Empuja sus dedos dentro de mí
otra vez. Me lleva un momento darme cuenta de lo que está
pasando. Miro entre nosotros mientras sus dedos se deslizan,
acumulando más esperma, y lo observo mientras los empuja dentro
de mí otra vez mientras me dice que soy suya. Mi boca se abre, pero
no salen palabras mientras mete los dedos en mí. Su pulgar
acaricia mi clítoris. Soy tan sensible que ni siquiera estoy segura de
poder aguantar más.

—Jay— Sacudo la cabeza negando. Es demasiado.

—Me darás otro porque lo quiero— Mis ojos se cierran con los
suyos y sé que tiene razón. Dejo que mis muslos se abran más,
dejando que tome lo que quiera.

Ya le pertenezco. Me ha marcado por dentro y por fuera.


—Me gusta despertarme así— digo en el cuello de Jameson.
Todo mi cuerpo está envuelto alrededor de él. Recuerdo momentos
de él llevándome a la cama, pero estoy segura de que estaba
inconsciente antes de que me acostara en ella.

—A mí también me gusta— Su boca roza la parte superior de


mi cabeza, haciéndome sonreír. Cuanto más tiempo paso con él,
más partes veo de él. No sabía que una persona podía ser tan
mandona y dulce al mismo tiempo. Él es mi gigante rudo pero
gentil. Es perfecto. Al menos para mí.

—Supongo que soy una abrazadora— Mi cuerpo tiembla de


risa. Levanto la cabeza para mirarlo. — ¿O una pegajosa? — Me
burlo. Dejo que mis brazos se aflojen un poco.

—Pienso un poco en ambos— Me sonríe mientras su boca se


acerca a la mía para un beso. —Te desmayaste sobre mí—

—Lo siento. ¿Qué hora es? — Estiro mis brazos.

—Has estado fuera durante una hora— Miro a la ventana para


ver que el sol se ha ido hace tiempo. Realmente creo que este ha
sido uno de los mejores días de mi vida. No sólo me estoy
enamorando del lugar, sino también de él.

—No dormiste, ¿Verdad? — Me aferré a él y no le di al hombre


otra opción que acostarse conmigo. Lo hizo, porque ese es el tipo de
hombre que es Jameson. Me dejo dormir aunque tuviera que
acostarse en la cama y mirar el techo.
—Me relajé. Fue más que agradable. Puedo prometerte eso—
Se sienta y me lleva con él. Otra cosa que me gusta de él. Puede
ponerme justo donde quiere. —Te prometí un filete— Me mete la
mano en el pelo, inclinando mi cabeza hacia atrás para darme otro
beso. Este parece más profundo. Suspiro en su boca. Es mandón y
me cocina la comida. ¿Se puede hacer algo mejor que eso?
—Tómate tu tiempo— Me deja ir antes de pararse al lado de la
cama.

—Debería llamar a PJ— Abre su mesita de noche, saca mi


teléfono y me lo entrega. Está apagado. Me va a matar. — ¿Has
hablado con ella? —

—Sí, cuando te bañaste. Olvidé decirte que la llamaras. Me


distrajiste—

—Lo hice. Asumiré totalmente la culpa de eso—

—Te dejo con ello— Observo cómo se arregla los vaqueros


antes de encontrar una camisa. Enciendo mi teléfono y veo un
montón de mensajes y mensajes de voz perdidos. Me sorprende ver
el nombre de mi padre mezclado con ellos. Pero no quiero pensar en
él ahora. Este día ha sido perfecto y no quiero arruinarlo.

Leo los mensajes de PJ antes de tocar el botón para llamarla.


Juro que apenas suena una vez antes de que su voz se pase de la
raya.

—Bueno, mira quién es. Hoy debe ser mi día de suerte—


Intento no sonreír a su sarcasmo, pero es casi imposible. Ya sé que
ha hablado con Jameson, pero la dejaré ser un poco dramática. Me
lo merezco por no haberla contactado antes.
—Estoy bien. ¿Cómo estás tú? — Trato de aligerar el
ambiente. Ella deja escapar un largo suspiro.

— ¿Por qué suenas diferente? — Puedo decir que ella es la que


está sonriendo ahora. Mis mejillas se ponen rojas al preguntarme si
realmente puedo decirlo por teléfono. Pero sé que sólo está
buscando detalles.

—Probablemente es porque nunca he estado tan relajada—

—Tienes que asegurarte de comunicarte conmigo, Bunny. No


puedo protegerte si no lo haces— Sus palabras revientan mi
burbuja feliz por unos segundos, recordándome exactamente por
qué estoy en lo de Jameson para empezar. —No me hagas tener que
salir ahí—

—Lo sé. Lo siento. ¿Alguna novedad sobre Michael? —

—Nada nuevo. Estamos monitoreando la situación. Eres libre


de seguir haciendo lo que sea que estés haciendo allí— Ella lanza
ese señuelo de nuevo, tratando de que yo ceda en los detalles. —Ese
es el lugar más seguro para ti. Pero tienes que mantenerte en
contacto conmigo. No sólo porque soy tu seguridad—

—Me estoy enamorando de él— dejo escapar. PJ es mi mejor


amiga y debería darle algo.

Está callada por unos segundos. —Si te rompe el corazón


tendré que matarlo— se burla, pero sé que no está bromeando.
Apuesto a que le dijo lo mismo cuando le habló.

—Puede que sea ingenua en este tipo de cosas, pero no creo


que sea del tipo que me rompe el corazón porque puede hacerlo—
—Creo que tienes razón por lo que he reunido sobre él. Como
sé que no quieres preguntar pero quieres saber en el fondo, te lo
diré— Me río porque ella tiene razón. No soy de las que cavan, pero
si alguien comparte no puedo negarme a que mis oídos escuchen.
—Es un imbécil— Eso me hace sentarme más derecha.

—Eso no es lo que pensé que ibas a decir—

—Sí, bueno, yo no le daría mucha luz. Por lo que deduzco, los


ricos creen que es un imbécil porque no se ajusta a las normas. Es
dinero nuevo y no juega con ninguna de sus reglas ni se preocupa
por ello—

—Ya lo he visto— Sonrío en el teléfono.

—No puedo encontrar ninguna ex tampoco. Para ser honesta,


creo que es uno de esos chicos buenos. Su rancho lo hizo bien por
su cuenta. Luego fue y encontró petróleo— Todo esto tiene sentido
para mí y coincide con mucho de lo que Jameson dijo hoy. Pasamos
la mayor parte del día hablando mientras él me mostraba el lugar.

—Es una raza propia— Creo que Jameson es único.

—Oh Dios. Te estás enamorando. Eso es una mierda cursi—


Se ríe. Me uno a ella porque, aunque un psicópata me persigue, no
puedo evitar sentirme feliz por mi situación actual.
15
Jameson
—Vas a tener que enseñarme a cocinar así— Bunny le da otro
mordisco a su filete. No le voy a enseñar a cocinar nada. Esto es
parte de mi plan para que se quede aquí para siempre.

—Si lo quieres, tendrás que quedarte por aquí— Doy otro


mordisco a mi filete. Normalmente me encanta un buen filete, pero
esta noche no soy un fan. Todo lo que parece estar haciendo es
lavar el sabor de Bunny de mi boca.

—Realmente me encanta este lugar— Ella mira por la ventana.


El sol se ha puesto, pero la luna sigue iluminando el campo.

—Realmente me encanta tenerte aquí— me mira. —No sé qué


va a pasar, pero incluso cuando Michael aparezca y esté controlado,
no quiero que salgas corriendo de aquí—

Ella sacude la cabeza. —Tampoco quiero que esto tenga un


límite de tiempo, pero tampoco quiero pasar de mi bienvenida—

—Puedo prometerte que eso nunca sucederá— Levanta su


vino, tomando un pequeño sorbo.
—Todo esto es nuevo para los dos. Tus sentimientos podrían
cambiar—

Mis sentimientos ya se han transformado en amor por ella.


— ¿Soy el único cuyos sentimientos podrían cambiar? — me muevo
hacia atrás. Sus labios llenos se separan por un momento, sus
mejillas se tiñen de rosa como cuando se siente tímida.

—No creo que los míos nunca lo hagan— Se lame el labio


inferior. —Estaba bailando para ti. Te sentí antes de verte. Sé que
es una locura, pero...—

—No es una locura. No te había visto, pero había oído a


alguien hacer un comentario sobre lo hermosa que eras y estaba
celoso. No sabía cómo ni por qué. Entonces subiste a ese
escenario— Toda su cara se ilumina. Engancho mi pie bajo su silla,
deslizándola entre mis piernas. —Puedes hacer lo que quieras,
Bunny. No tienes que lidiar con más contratos o con el imbécil de
tu padre tratando de controlarte—

—Te gusta controlarme— me mira. El rubor de sus mejillas se


extiende más allá.

—Me excita porque a ti te excita— Esa es la verdad. No hay


manera de que me excite si no lo disfrutas. Me rodea con sus
brazos en el cuello, y se mueve a mi regazo. La acerco más.

—Entonces deja de provocarme. Quiero todo de ti, Jay— Me


pregunto si sabe que me llama Jay cuando está excitada.

—No te estoy jugando. Apenas estoy aguantando— Intentaba


tomarlo con calma. No quiero que piense que sólo busco una cosa.
Estoy jugando el juego largo.
—Suéltalo entonces— Estoy de pie con ella en mis brazos.

—Nunca te dejaré ir—

—Bien— me empuja hacia abajo para besarme mientras trato


de llevarnos hacia el dormitorio. No llego lejos mientras ella me
envuelve con las piernas. La sujeto a la pared, profundizando el
beso. Sabe a vino. Quiero quitarle el sabor y no dejar nada más que
el mío. Poseer y marcar cada parte de ella. Cuando termine con ella,
no quiero que sepa dónde empieza y dónde termina. Sólo estaremos
nosotros.

Mis manos agarran su culo mientras saco mi boca de la suya,


yendo hacia su cuello. Ella se frota contra mí. Su coño se presiona
contra mi polla, buscando la fricción que necesita. —Jay— Gime mi
nombre mientras sus dedos me agarran el pelo.

—Cama— saco mi boca de la suya. Es ella la que va a por mí


cuello esta vez. Mis rodillas casi se rinden cuando ella comienza a
salpicar besos allí. Mi cuerpo me ruega que la lleve al piso y me
salga con la mía. Que le meta la polla en su coño apretado e intacto
hasta que grite mi nombre y me pida más.

Pero no lo hago. En lugar de eso continúo caminando hacia


nuestro dormitorio. Eso tendrá que esperar para otra ocasión.
Quiero que esta primera vez sea especial para ella. Necesito
tomarme mi tiempo porque es nuestra primera vez juntos. No me
voy a meter con ella en el suelo de madera como un animal. Se
merece algo mejor que eso.

—Sí, la cama— respira contra mí. Incluso su cálido aliento en


mi piel me excita. Todo en ella lo hace. Desde la forma en que
mastica la comida hasta cómo frunce los labios cuando piensa.
Hasta la forma en que gime mi nombre. Siempre he odiado cuando
la gente me llama Jay. Entonces ella lo hizo en medio de su
orgasmo y fue el sonido más dulce que he escuchado en mi vida.

—Jay— Puedo oír el anhelo en su voz. Acelero, necesito cuidar


de ella lo antes posible.

—Deslízate hacia abajo de mí— le digo mientras estoy de pie al


borde de la cama. Lo hace, haciendo que sienta cada curva de su
cuerpo. Me inclino hacia abajo para darle un beso rápido mientras
sus pies se encuentran con el suelo. —Desvístete para mí— Sé que
es tímida, pero quiero que me dé esto. Quiero saber que la
necesidad de tenerme dentro de ella es tan grande que ya no le
importa ser tímida en mi presencia.

Observo como hace exactamente lo que le he pedido hasta que


está ante mí desnuda. Mi polla se tensa contra mis pantalones
mientras mis ojos perciben su perfección. —Eres jodidamente
hermosa, Bunny— le digo mientras alcanzo detrás de mí para
agarrar mi camisa y ponerla sobre mi cabeza. La tiro al suelo y
luego voy por mi cinturón. Todo el tiempo veo como sus ojos se
posan sobre mí. Me desabrocho los pantalones y los calzoncillos y
los tiro a un lado. Esta vez veo que sus ojos se abren de par en par
cuando ve lo dura y grande que es mi polla. Ella se lame los labios,
causando que me salga un poco de semen de la punta.

—Jay— Esas son las últimas palabras que escucho antes de


verla caer de rodillas ante mí. Sus delicados dedos se extienden,
tomando mi longitud en su mano. Al principio me acaricia
suavemente. Mis ojos se cierran por un breve momento mientras
disfruto de la sensación de su mano sobre mí. Es una lucha por no
venirme. Quiero levantarla y arrojarla sobre la cama pero ella fue
por lo que quería y no voy a detenerla.

—Continúa— Abro los ojos para ver cómo se lame los labios
antes de inclinarse y probarme por primera vez. De nuevo, creo que
mis rodillas van a fallar. Aprieto la mandíbula y lucho por el
control. Hay tantas cosas que quiero hacer ahora mismo. Con el
tiempo lo haré, porque habrá tiempo. No hay manera de que pueda
dejarla ir. Ahora mismo voy a dejarla explorar. Al menos por un
momento.

Se lleva más de mí a la boca, al principio de forma vacilante,


antes de empezar a mover la cabeza más rápido. Su mano que no
está en la base de mi polla se desliza entre sus piernas.

— ¿Chupar mi polla te hace mojar, Bunny? — Ella gime


alrededor de mi polla. El sonido vibra a través de mi erección, yendo
directo a mis bolas, que se tensan. Me aparto un poco, dejando que
mi polla se escape de sus labios. Ella hace un sonido de protesta.
—Me vas a desarmar. Necesito estar dentro de ti— La alcanzo y la
levanto de sus rodillas. Con un rápido movimiento, la tiro a la
cama. No tiene tiempo de reaccionar antes de que yo esté sobre ella.
Mi boca cae sobre la suya mientras la beso profundamente.

—Tengo que prepararte— Intento deslizarme por su cuerpo,


pero ella me envuelve con sus piernas. Sus muslos, poderosos por
todos los años de baile, me encierran con fuerza.

—Estoy tan lista— levanta sus caderas, su coño mojado se


desliza a lo largo de mi polla. —No quiero esperar más— Lo hace de
nuevo. Puedo sentir lo resbaladizo que es su coño mientras se
mueve por mi erección. Mi polla se desliza por su hendidura hasta
que estoy en su estrecha apertura. Está empapada. No importa lo
mojada que esté, seguirá estando bien ajustada.

Empujo dentro de ella un poco. Ella suelta un gemido. Cierro


los ojos con fuerza, aspirando un poco de aire. Mis dedos agarran la
colcha. Se necesita todo dentro de mí para no empujar dentro de
ella, pero no lo haré. Haré todo lo que pueda para no lastimarla,
pero eso es parte del problema.

—Bunny— Respiro su nombre.

—Quiero esto— Abro los ojos para mirarla. No hay miedo allí.
Lo único que veo es deseo y necesidad. —Hazme tuya—

—Ya eres mía— Avancé un poco, rompiendo su inocencia. La


beso, queriendo tragarme el dolor. Se aferra a mí, devolviéndome el
beso. Siento que se aprieta a mi alrededor, su cuerpo pide más. Me
retiro del beso.

—Ya soy tuya— Me sonríe. No se le nota el dolor en los ojos.


—Tú también eres mío—

—Para siempre— estoy de acuerdo. —Todo tuyo— La


introduzco y la saco, lentamente al principio. Dejo que su cuerpo se
acostumbre a mí. Ella sigue aferrándose a mí. Cuanto más la
empujo, más gime.

—Jay. Creo...— Sus palabras se desvanecen convirtiéndose en


un grito de placer mientras su coño me agarra. Es más de lo que
puedo soportar. Me dejo llevar, corriéndome con ella. Su cuerpo me
absorbe, tomando hasta la última gota de mi semilla que le doy.

—Joder— respiro. No puedo dejar de venirme. Sigo empujando


una y otra vez. Su cuerpo se tensa de nuevo, otro orgasmo sale de
ella. Me revuelco con ella, sin querer separarnos. Ella se extiende
sobre mi pecho. La respiración de ambos es pesada. Su cara va
hacia mi cuello.

—Te amo— susurra.

—Yo también te amo— le digo. No es demasiado pronto. Si me


preguntas, diría que no es lo suficientemente pronto. Ya llevo
demasiado tiempo en esta tierra sin ella. No pienso perder ni un
segundo más sin que sea mía en todos los sentidos.

16
Bunny
Estiro mis piernas, disfrutando de los pequeños dolores en
todo mi cuerpo. Me siento bien amada. Amor. ¿Le dije anoche que
lo amaba? Podría jurar que él también me lo dijo. Podría haber sido
un sueño. Sé que me desmayé con él en algún momento. Me doy la
vuelta para alcanzarlo, pero su lado de la cama está vacío. Cálido,
pero vacío. Me siento, tirando de la sábana a mí alrededor. Veo a
Jameson de pie junto al lado de la cama. La luz de la luna se
derrama en la habitación. Un pequeño jadeo me deja cuando veo el
contorno de un arma en su mano.
—Silencio, Bunny— Se inclina sobre la cama, frota su boca
contra la mía. —Quédate en la casa— Me da mi teléfono.

— ¿Qué está pasando? — Susurro mientras se aleja.

—Mis alarmas afuera se han disparado. Podría ser un animal.


Pero no me arriesgaré. No te muevas. Necesito saber que estás a
salvo— Asiento. No quiero, pero sus palabras de ayer suenan en mi
cabeza. Que a veces puede ser peligroso estar aquí afuera. Si me
dice que haga algo, entonces tengo que hacerlo sin dudarlo.
Después, puedo hacer todas las preguntas del mundo. Que me
prometió que lo que me decía que hiciera era por mi propia
seguridad. Le creí. La cosa es que sabía que Jameson se arriesgaría
por mí y eso me asustó mucho. Agarré su mano cuando empezó a
alejarse de la cama.

—Te amo— susurro. Puede que sólo sea un animal, pero


ambos sabemos que podría ser otra cosa. Alguien más.

—Te amo también— Le suelto las manos mientras se escabulle


silenciosamente de la habitación. Me trago el nudo en la garganta.
¿Por qué nunca había pensado en las consecuencias que podría
tener para Jameson aquí por mi estancia? ¿Que podría estar en
peligro a la hora de tratar con Michael? Estaba muy feliz de venir
aquí, de quedarme con Jameson, pero nunca pensé en lo que
pasaría si Michael averiguaba dónde estaba. El hecho de que yo
esté aquí definitivamente ha puesto a Jameson, así como a su
madre, en peligro.

Agarro mi teléfono mientras me deslizo de la cama. Encuentro


la bata que está en el piso, envolviéndola a mi alrededor.
Rápidamente le envío a PJ un mensaje para que sepa lo que está
pasando. Me siento tan inútil esperando aquí. Todo el aire sale de
mis pulmones cuando un fuerte golpe llena el aire. Luego otro.
Salgo de la habitación y me dirijo a la puerta principal.

Cuando llego a ella, me detengo con la mano en el pomo de la


puerta, contemplando lo que debo hacer a continuación. Miro por la
ventana que corre a lo largo de la puerta para ver a Jameson de pie
allí. Está de espaldas a mí. Luego veo a Michael en el suelo a sus
pies. Intenta ponerse en pie pero Jameson se inclina sobre él y le
golpea en la cabeza con su pistola. Michael vuelve a caer al suelo.

Abro la puerta. Jameson me mira por encima del hombro.


— ¡Allí! — Grito, señalando al hombre que viene hacia nosotros.
Tiene un rifle de algún tipo colgado al hombro. Jameson mira hacia
donde estoy apuntando.

—Está bien, Bunny. Ese es Davis. Vive en la casa de al lado—


No creo que tengamos la misma idea de lo que es la puerta de al
lado. No hay una puerta de al lado aquí. Hay acres y acres que
separan las propiedades aquí.

Doy otro paso fuera. Miro hacia abajo para ver la sangre que
gotea desde donde Jameson golpeó a Michael en la cabeza. Puedo
decir por su pecho que sube y baja que todavía está inconsciente.
Agarro a Jameson y lo reviso, asegurándome de que está bien. No
parece tener una herida de bala.

—Escuché disparos— me interpongo entre él y este tipo Davis.

—Sólo le estaba dando un susto— dice Jameson. Davis no


dice nada. Le echo un vistazo. El hombre es gigante y está vestido
todo de negro. Tiene la cara cubierta de barba. Un perro, tan peludo
como él, se sienta a su lado sin apartarse del lado de su dueño.
— ¿Cómo me encontró? — Miro a Michael, preguntándome si
esto terminará alguna vez.

—Tengo el presentimiento de que su familia tiene que ver.


Después de que empezara a desmantelar sus vidas—

— ¿Qué? — Pregunto, confundida. ¿Jameson dijo que fue tras


la familia de Michael?

—Te informaré más tarde— Se inclina hacia abajo, dándome


un beso rápido. —Ve a ponerte algo de ropa. PJ ya está en camino y
también el FBI— Me miro a mí misma, recordando que sólo estoy en
bata.

—Oh— Salto, volviendo a entrar. Me apresuro a encontrar algo


que ponerme. Mis únicas opciones son volver a ponerme mis
pantalones de yoga y una de las camisas de Jameson. Agarro las
botas que su madre me prestó, y me las pongo.

Cuando vuelvo a salir veo que Michael ha sido atado. A lo lejos


se ven luces rojas y azules. Jameson me rodea con un brazo y me
arrastra hacia su gran cuerpo.

— ¿Estás bien? — pregunto. No tenía ni idea de a qué iba a


enfrentarse cuando salió de la casa. Pero lo hizo de todas formas.

—Estoy jodidamente genial—

Lo miro. Está sonriendo. A mí también me hace sonreír.

—Te asegurarás de que nunca vea la luz del día, ¿Verdad? —


No es realmente una pregunta. Sé que lo es. Simplemente se encoge
de hombros. Vuelvo a apoyar mi cabeza en su pecho mientras las
luces se acercan. Ese tipo Davis nos mira un par de veces. Casi
parece curioso antes de volver a lo estoico que es.
—Se acabó, Bunny— Jameson me besa la cabeza. Algunas
cosas han terminado, pero otras sólo están empezando. PJ es la
primera. Se baja del SUV negro antes de que se detenga.

—Nunca conduces tan rápido cuando voy contigo— le digo,


tratando de alegrar su humor. Puedo decir por la mirada en su cara
que está en condiciones de ser atada. No me mira. Se dirige
directamente a Michael, que empieza a despertarse lentamente.

— ¿Por qué no entras? — Jameson me da un apretón en el


culo. Los ojos de Michael se fijan en mí cuando finalmente se abren
completamente. Empieza a sonreír. Jameson trata de moverme
detrás de él, pero PJ se pone en la línea de visión de Michael. Retira
su mano. Escucho un crujido y no tengo dudas de que le dio un
puñetazo en la nariz.

—Buen golpe— le dice Davis. Ahora está sonriendo.

— ¿Quién coño eres tú?— La oigo preguntar mientras más


vehículos negros se acercan, luces rojas y azules se derraman de
ellos cuando el sol empieza a salir. Los oficiales de la ley llenan el
jardín delantero de Jameson.

—Iré a hacer café para todos— Inclino mi cabeza hacia atrás,


ofreciendo mi boca. Jameson la toma. —Espero que esto no tome
mucho tiempo— Esta vez le aprieto el culo antes de dejarlo y entrar
a la casa. No tengo que mirar hacia atrás para saber que Jameson
me está viendo marchar. Nunca planeo mirar hacia atrás después
de hoy, sólo hacia adelante en mi vida con Jameson.
17
Jameson
— ¿Por qué sigues aquí? — Me apoyo en la encimera de la
cocina, tomando un largo sorbo de mi café. Mis ojos se comen a
Bunny mientras se sienta a hablar con PJ. Desaparecieron por un
tiempo al dormitorio y ahora están disfrutando de la comida que les
preparé mientras esperaba que salieran del dormitorio. Tenía que
hacer algo para mantenerme ocupado. Nada de eso explica por qué
Davis sigue aquí. Pero si tuviera que adivinar que tiene algo que ver
con PJ.

—Tenía hambre— Le da un mordisco a uno de los sándwiches


de queso a la parrilla. Tiene hambre. Sus ojos no han dejado a PJ
desde que salió de la camioneta y le rompió la nariz a Michael. Ver
todo es muy interesante. Davis nunca muestra interés en nada.
Puedo simpatizar con el hombre. Supongo que me veía igual
después de ponerle los ojos a Bunny. Mientras esté aquí, también
podría sacarle alguna información.

— ¿Vas a encargarte de Michael? —

—Su familia no intentará salvarlo de nuevo. Te tienen miedo—


Deberían tenerlo. Podría desmoronar sus vidas con unas
pocas llamadas y pulsaciones de teclas. Ya deberían saber que con
dinero una persona puede hacer casi cualquier cosa. Están
acostumbrados a que las cosas vayan a su favor tirando el dinero a
sus problemas. No habían previsto que alguien tuviera más dinero y
alcance que ellos. El petróleo es oro líquido no sólo en estas partes
sino en todo el mundo.

—PJ puede quedarse aquí. ¿Puede, Jay? — Bunny salta de su


silla.

—No puedo quedarme aquí— PJ no me mira cuando lo dice,


sino a Davis.

—Ella puede— Davis responde por mí.

—Estos dos van a ir a por ello como conejos. No necesito ver


eso— PJ observa entre Bunny y yo.

— ¿Cuánto tiempo has estado aguantando esa broma? —


Bunny le golpea el brazo. PJ sonríe. Los ojos de Bunny permanecen
en mí. No tiene que decirlo, pero sé que no quiere que PJ se vaya.
PJ es la única familia que tiene además de ese pedazo de mierda de
su padre. También puedo decir que PJ no quiere sentirse como una
molestia.

—Tengo unas cuantas cabañas aquí. Hay mucho espacio— le


ofrezco.

— ¡Él lo hace! — Bunny salta arriba y abajo con emoción. No


puedo dejar de disfrutar de la vista de sus tetas rebotando. Davis
tiene suerte de que sus ojos aún estén fijos en PJ.
—No lo sé— PJ da un largo suspiro. Los ojos de Bunny son
grandes y me suplica que arregle esto.

—Pero tienes que estar cerca. Eres mi guardaespaldas—

—No creo que me necesites más— Levanta uno de sus


hombros en un encogimiento.

—No siempre estoy cerca y me vendría bien un poco de ayuda


también. La seguridad en el rancho podría ser más estricta— Todo
lo que dije es la verdad. No siempre estoy cerca. Dicho esto,
dondequiera que vaya, me llevo a Bunny conmigo. PJ no necesita
saber todo eso. Se trata de convencerla de que se quede dándole
una razón para hacerlo.

— ¿Ves? —

—Puedo quedarme por ahora— Finalmente se rinde. Bunny la


envuelve en un fuerte abrazo.

—No puedo creer que intentaras dejarme. ¿Has perdido la


cabeza? — Bunny la besa en la mejilla.

—Estoy seguro de que Davis puede mostrarte una de las


cabañas— le ofrezco. Sorprendentemente, PJ empieza a sonrojarse.
Se levanta, alisando su rubia cola de caballo. Davis gruñe a mi
lado, de acuerdo.

—Aun así tendré que correr a buscar las cosas de Bunny y las
mías al hotel— Ahora mira a cualquier parte menos a Davis. No
tengo ni idea de lo que está pasando entre estos dos. Harían una
extraña pareja si me preguntas, pero ¿Qué sé yo realmente?

— ¿Y si se va e intenta no volver? — Bunny la empuja.


—Entonces iré a por ella— gruñe Davis, poniéndose de pie un
poco más recto como si necesitara abalanzarse sobre ella.

—No necesito que alguien venga a buscarme— le dice.


—Volveré pronto— Abraza a Bunny otra vez antes de salir de la
casa. Afortunadamente, Davis la sigue. Bunny se acerca y me
abraza. Le agarro el culo, levantándola de sus pies. Finalmente
estamos solos.

— ¿Tienen algo que hacer o algo así? — me pregunta.

—No tengo ni idea de lo que está pasando allí. No sabía que a


Davis le gustaba la gente, punto— Todo el cuerpo de Bunny tiembla
de risa. Después de todo lo que ha pasado, no parece estar nada
alterada.

—Siento haber invitado a alguien a quedarse aquí por un


tiempo—

—Puedes hacer lo que quieras, Bunny. También es tu lugar—

Ella inclina su cabeza, su cara se ilumina con una sonrisa.


—No me pediste que me mudara—

—No estoy preguntando realmente—

—Sabes que a veces eres mandón. No sabía que alguien podía


ser tan mandón y tan dulce—

—Le enseñé bien— Mamá viene paseando a la cocina. —Dios


sabe que no obtuvo su dulzura de ese difunto marido mío— Nunca
lo llama mi padre.
—Le enseñaste bien— Bunny intenta besarme en la mejilla,
pero giro la cabeza y le robo un beso de verdad. —Tu mamá— me
sisea. Mueve el culo para que la baje.

—A ella no le importa— En todo caso, hace que mi madre esté


más entusiasmada.

—No lo hago— está de acuerdo mientras deja caer un montón


de bolsas. — ¿Ya atrapaste a ese tipo? —

—Hace unas horas. Seguro que las noticias se enterarán


pronto— Esperaba tener a Bunny a solas por un tiempo. Debí saber
que mamá aparecería en cualquier momento. Me sorprendió que no
lo hiciera anoche, pero creo que su plan era darnos todo el tiempo
posible a solas. Apuesto a que le costó todo a ella mantenerse
alejada tanto tiempo.

—Sabía que no te llevaría mucho tiempo— Me acerco y pongo


a Bunny en la encimera de la cocina. —Te traje algunas cosas para
que te quedes hasta que te mudes— le dice mamá a Bunny.

—No tenías que hacer todo eso— Bunny deja caer sus brazos
alrededor de mí, girando para mirar a mi madre. — ¿Cómo supiste
que me estaba mudando? Me acabo de enterar—

—Conozco a mi hijo. Cuando se propone algo, no hay nada


que lo detenga—

—Me pregunto de dónde lo saqué— digo secamente.

—De mí, por supuesto— Mamá empieza a sacar cosas de las


bolsas. —Lo siguiente en la lista son los nietos—
—Mamá— la corto. —Ya estoy trabajando en ello— Bunny
jadea, enterrando su rostro en mi pecho. —Pero nos estás
interrumpiendo—

—Bien. Dejaré estas cosas aquí y empezaré a trabajar en los


planes de boda. Ustedes dos tienen cosas más importantes que
hacer—

—Rebecca— Bunny retrocede para mirarla. —Todos ustedes


están locos—

—Te encanta— le dice mamá mientras se acerca y besa a


Bunny en ambas mejillas. —Voy a ser la mamá que nunca tuviste—
Le da un último beso en la nariz antes de que se dé la vuelta para
dejarme con una Bunny de ojos llorosos. Puede que no haya tenido
un buen padre, pero mi madre lo compensó. Ella me había dado
mucho amor. Ella es la razón por la que sé cómo amar a Bunny con
todo lo que tengo.

—Chicos los amo como loca— Ella deja caer su cabeza hacia
atrás para mirarme. — ¿Casarnos? —

—Sí, casarnos. ¿No es eso lo que hace la gente enamorada? —

— ¿No es una locura rápida? —

—No lo creo y no voy a dejar que las opiniones de los demás


sobre lo que está bien y lo que está mal o cómo vivir nuestras vidas
dicten lo que hacemos. Si queremos casarnos, nos casamos. Si
quieres darle tiempo, también está bien— No está bien. Quiero que
sea mía en todos los sentidos, lo antes posible, pero estoy más que
dispuesto a hacer lo que tenga que hacer para hacerla feliz. Me
ayudará a demostrarle que siempre haré cualquier cosa por ella.
—Tendré que pensarlo— Se arruga la cara como si lo estuviera
haciendo profundamente. Trato de mantener mi expresión neutral,
sin querer que sepa que estoy un poco decepcionado. —Bueno, el
matrimonio suena bien— sonríe.

Suena más que jodidamente bien.

—Vas a pagar por eso más tarde— La levanto, y ella me


envuelve con sus piernas mientras la hago girar. La vida es un
camino que tiene muchos giros y vueltas. Algunos son buenos,
otros malos, pero estoy agradecido por cada uno de ellos porque me
llevaron directo a Bunny. Justo donde pertenezco.

Epílogo
Bunny
—Esto es terrible— Agarro la olla de la estufa y la dejo caer en
el fregadero. Jameson esconde su risa detrás de su café.
— ¿Deberías estar fuera ordeñando un cerdo o algo así? Quiero
decir, ¡vaca! — Esta vez no puede ocultar su risa. Su profundo
gruñido retumba por toda la cocina, haciéndome sonreír a mí
también. Siempre me hace sonreír. Puede que sea un asco
cocinando, pero la vida es maravillosa. Lo ha sido desde el momento
en que conocí a Jameson. —No puedo cocinar. Me rindo—

Había tenido la idea de que iba a plantar un pequeño jardín en


el patio trasero y tratar de hacer comida fresca para el bebé. Sólo
estoy en las etapas iniciales de todo, pero no va como se planeó.
Incluso mis pruebas están fallando. Sólo tengo cinco meses de
embarazo, pero pensé que con un poco de práctica podría lograrlo.
No. Me equivoqué. Obviamente tienes que ser un chef para hacer
estas cosas.

—Podemos comprar comida de bebé— me recuerda, dejando


su café. Al menos he dominado esa máquina de café y el desayuno.
No estoy segura de que eso cuente porque acabo de poner el tocino
en el horno y hacer huevos con tostadas. Puede que tengan algunas
cáscaras, pero no hay nada malo en ello. Jameson todavía se los
come con una sonrisa en su cara. Sólo eso me da alegría.

—Lo sé— Dejé escapar un suspiro. Falta más de un año para


que necesitemos comida para el bebé, pero estaba probando cosas.
Quería explorar mis capacidades. Para ver si podía tener otras
pasiones de las que no era consciente. Me encanta la emoción que
me da el probar cosas nuevas. Gran parte de mi vida ha consistido
en bailar y tocar el violín.

He viajado tanto y he visto tantos lugares que nunca he tenido


mucho tiempo para probar otra cosa. Ahora tengo un marido
maravilloso que me ama y quiere que haga lo que sea que me haga
feliz. Nunca antes había sentido este tipo de libertad. Todavía me
gusta bailar y tocar mi violín, pero es bueno tener opciones.

Debería probar con el tejido. Todo el mundo está haciendo eso


ahora. —Siento que debería hacer más—
Jameson se aparta de su silla, y se acerca a mí por el
mostrador. Me agarra por las caderas, levantándome para sentarme
en la encima de la isla. Pongo mis manos en su pecho. Estoy más
que acostumbrada a que mi esposo me levante y me lleve a donde
quiera.

—Todo lo que debes hacer es relajarte. Tenemos todo el tiempo


del mundo para salir al campo— Tiene razón. Como siempre. No es
que vaya a decir eso en voz alta.

—Lo sé. Princess me echa de menos para montarla— Desde


que nos enteramos de que estoy embarazada ya no puedo montar.
Todavía salgo a verla a ella y a King. Tengo que hacer otras cosas
por aquí, pero quería ayudar más a Jameson. Siempre está
cuidando de mí. Jameson se inclina, frotando su boca contra la
mía.

—Princess tampoco puede tener jinetes—

—No— exhalo. — ¿Está? —

—Sí, Bunny. Lo está—

Dejo escapar un pequeño grito. Vamos a tener más bebés por


aquí. Estoy tan emocionada con la idea de tener un bebé caballo.
Tendré que elegir un nombre.

— ¿Qué hacemos? ¿Deberíamos darle golosinas extras?


Debería relajarse más. Tal vez ella...—

— ¿Sabes que estás enumerando todas las cosas que te digo


que hagas? — se burla de mí.
—Tal vez porque constantemente me dices que las haga— Le
sonrío. Disfruto burlándome de él de vez en cuando. Su mano se
desliza bajo mi largo vestido floreado.

—Es la hora de la siesta— Me levanta del mostrador por el


culo y me lleva a través de la casa.

—No creo que una siesta sea lo que tienes en mente— Me


inclino, besando su cuello. Su agarre en mi trasero se aprieta.
—Oh, tu madre va a venir— le recuerdo.

Ella siempre viene por las tardes. Ella y yo nos hemos hecho
tan cercanas. Es realmente la madre que nunca tuve. Ha estado a
mi lado desde el principio. Desde planear nuestra pequeña boda
hasta tranquilizarme sobre la maternidad. Jameson no sólo me
entregó a sí mismo, sino que también me entregó a su familia. Algo
que nunca antes había tenido. Es agradable tener gente que se
preocupa por ti y que quiere pasar tiempo contigo.

—Tenemos una hora— Me pone al lado de la cama. En un


tirón, me pone el vestido a mis pies descalzos, dejándome desnuda
frente a él. Sus manos recorren mi cuerpo, deteniéndose en mi
estómago. Es algo que siempre hace.

Se arrodilla delante de mí. Me agarra de las caderas,


empujándome hacia atrás para que me siente al lado de la cama
mientras me da un beso en mi pequeño bulto. Estoy un poco en el
lado más grande. Creo que nuestro pequeño va a ser tan grande
como su padre. Jameson dice que eso es bueno porque va a
necesitar que su hijo le ayude a cuidar a la hija que tendremos a
continuación si se parece en algo a mí.
Abro un poco las piernas, pero él las agarra, abriéndolas más.
Se agarra a mí mientras caigo de nuevo en la cama. Miro al techo
mientras me agacho, necesitando tocar a mi marido.

—Jay— Gimoteo mientras su lengua rodea mi clítoris. —No me


provoques. Te necesito dentro de mí— Jadeo cuando me agarra con
más fuerza, enterrando toda su cara entre mis piernas.
Comiéndome como un hombre hambriento. Me manda al límite. El
orgasmo me atraviesa y grito su nombre.

Un momento después está dentro de mí, con su boca cayendo


sobre la mía. Saboreo mi propio placer en sus labios mientras entra
y sale de mí. Con cada golpe me acerca al orgasmo.

—Bunny— Gime mi nombre. —Te amo tanto, maldita sea—


Mis ojos pican por las lágrimas porque yo también lo amo mucho.
Este hombre se ha convertido en todo mi mundo. No tengo ni idea
de cómo he podido estar sin él. Él hace que todo se sienta tan
diferente para mí. Con él, la vida es sólo vivir y ser feliz. De amar a
la gente que te ama a cambio. Él ve mi verdadero yo. Ya no me
siento como si fuera una muñeca en un escenario. Él es el único
público que necesitaré por el resto de mi vida.

—Yo también te amo— exhalo. Él rueda, llevándome con él.


Mis manos caen en su pecho mientras me pongo a horcajadas con
él. Sus manos van a mis caderas mientras me mueve hacia arriba y
hacia abajo sobre él, y trato de orientarme. El placer es demasiado.
Mi cabeza cae hacia adelante, mi cabello está a nuestro alrededor.

—Joder, eres la cosa más caliente que he visto nunca—

—Mejor que así sea— trato de bromear, pero sale en un


gemido mientras se me mete más adentro. Mis uñas se clavan en su
pecho. Incluso con él debajo de mí, todavía tiene el control. Siempre
lo tiene cuando se trata de mi cuerpo. Siempre lo hará cuando se
trata de mi corazón también. Todo de mí realmente. Confío en que
me maneje con cuidado. Para saber lo que necesito. Se siente bien
poder apoyarse en alguien y saber que siempre te pondrán a ti
primero.

Tomo el ritmo, persiguiendo el placer que sé que él puede


darme. Sus manos se extienden hacia arriba, tocando mis pechos.
Sus dedos juegan con mis pezones mientras continúa
empujándome.

—Dámelo, dulce niña. Déjame sentir que te acercas a mi


polla— Eso es todo lo que se necesita para enviarme al límite. Grito
su nombre cuando el orgasmo me golpea. Mi visión se nubla por un
momento mientras se mueve a través de mi cuerpo hasta que me
desplomo hacia delante, tumbada sobre su pecho, con él todavía
bombeando hacia mí. —Tan jodidamente apretado— Mi nombre se
desliza por sus labios segundos antes de sentir que su semilla
caliente me llena.

Entierro mi cara en su pecho, sin querer moverme. No tengo


que hacerlo. Jameson me tendría así para siempre si supiera que
me hace feliz. Es el tipo de hombre que es. Duro por los bordes,
pero conmigo no es más que dulce. Excepto cuando necesito esas
tendencias mandonas suyas. Entonces me las da.

—Te amo— Giro mi cabeza, besando su pecho.

—También te amo— Sus brazos me envuelven, me abrazan


fuerte. La noche que conocí a Jameson, el miedo me empujó a sus
brazos. Estaba dejando una vida atrás porque pensaba que tenía
miedo. Cuando en realidad no amaba la vida que tenía. Luego
estaba Jameson. Tomé su mano y me llevó a casa. Todos mis
miedos se desvanecieron, aunque la amenaza de lo que creía que
temía seguía ahí fuera.

Fue Jameson el que se los llevó todos. Me mostró la vida que


realmente anhelaba y luego me la dio. A veces tienes que atravesar
tus miedos para ver a qué le temes de verdad. En el otro lado puede
haber toda una nueva vida esperándote.

Yo tengo la mía y nunca lo dejaré ir.


Epílogo
Jameson
— ¿Es eso brillo en las pezuñas de Princess? — pregunta mi
hijo Joshua. No tengo que mirar para saber que lo es. Espero que la
purpurina sea una fase porque esa mierda es un desastre. —Ah,
hombre. Ella también se lo puso a King— Miro a mi hijo. Se quita el
sombrero, pasando los dedos por su pelo corto y oscuro, que es
como el de su madre. También tiene sus ojos. El resto de él es todo
mío. Ha sido difícil para mí ver a Bunny en el parto.

Es tan pequeña y creo que Josh pesaba casi tanto como ella
cuando nació. Tuvieron que hacer una cesárea porque nuestro hijo
era demasiado grande. Lo manejó como si no fuera nada, sonriendo
de oreja a oreja preguntando cuándo tendríamos la próxima.
Necesitaba un minuto. Todo eso me había asustado mucho. Pero
entonces recordé cómo me sentí al derramarme en lo profundo de
ella, sabiendo que estábamos creando vida y la forma en que había
mirado a su alrededor con mi hijo. Eso me hizo reconsiderar.

—Creo que les queda bien— Me mira y estoy seguro de que le


he dado un tiempo o dos. —Si se lo quitas, se lo volverá a poner—
—Lo sé— Agarra una manzana, dándosela a Princess antes de
empezar a cepillarla de nuevo. Lo veo sonriendo ahora. —No está
tan mal— Tenía el presentimiento de que se daría cuenta. Sabía
que no iba a entrar y decirle a su hermana que se veía como una
mierda. Esa niña tiene a todo el mundo en esta casa envuelto en su
dedo. Ese talento que definitivamente obtiene todo de su madre. Los
hombres Price son unos tontos para estas chicas.

—Voy a entrar— Josh me asiente.

—Llegaré pronto— Lo agarro y lo atraigo hacia mí. Me rodea


con sus brazos mientras lo beso en la cabeza. No me importa la
edad que tenga, nunca será demasiado viejo para que le muestre mi
afecto. Es algo que Bunny y yo hacemos mucho. Ella no tuvo eso al
crecer y quiere asegurarse de que nuestros hijos sepan que son
amados. Dijo que un abrazo o un cumplido podrían marcar la
diferencia.

—Ayúdame con la cena cuando termines—

—Sí, voy a recoger algunos de los huevos. Le dije a Daisy que


podríamos hacer un pastel esta noche—

—Eres un buen hermano— Lo dejo ir, entro a ver cómo están


nuestras chicas. El sonido de la música me hace moverme al otro
extremo de la casa hacia el estudio de Bunny. Lo construí no
mucho después de que nos casáramos. Sabía que no quería actuar
más, pero le encanta bailar.

Quería que ella todavía tuviera acceso a esa salida creativa.


Había sido una parte tan importante de su vida durante tanto
tiempo. Además, tiene mucho talento. Fue bueno para ella poder
finalmente expresarse sin todas las luces sobre ella. Ahora baila
para sí misma. Mentiría si dijera que no me gustaba verla también.
Ha habido muchas noches en las que la he llevado a ese estudio.
Estoy seguro de que nuestra hija fue concebida en él.

Entro en la habitación para ver a mi hija dando vueltas en


círculos viendo los movimientos de Bunny. Sonrío al verla con sus
botas de vaquero y su sombrero junto con un tutú rosa. Ella va a
ser muy difícil cuando crezca. Voy a necesitar más hijos.

Me apoyo en el marco de la puerta, viéndolas bailar juntas.


Ninguna de ellas se fija en mí. Ambas están perdidas en su propio
mundo juntas. Algo que hacen a menudo. Bunny ha intentado
tantas veces que Daisy use zapatillas de ballet, pero nunca sale
bien. Finalmente cedió y le dejó usar esas botas.

Ambas sonríen de oreja a oreja mientras bailan juntas. Daisy


inclina la cabeza hacia atrás, su sombrero de vaquero casi se le cae
de la cabeza cuando me ve. Se da la vuelta antes de lanzarse a mí.
La atrapo en el aire, levantándola en mis brazos. Me da un beso.

— ¿Han terminado en el granero? —

—Josh fue a traer los huevos para tu pastel—

Ella grita de alegría. Le doy un abrazo, poniéndola de pie. Se


va a buscar a su hermano. Bunny apaga la música. Me acerco a
ella y la rodeo con mi brazo, tirando de ella hacia mí. El otro va al
pequeño bulto que ya se está formando.

—No podemos dejarla que cocine el pastel. Quiero poder comer


un poco— dice Bunny, haciéndome reír. — ¿Por qué no pudo
aprender las habilidades culinarias tuyas o de tu madre? —
—Sera mejor—. Creo que... Bunny nunca lo hizo, pero no le di
muchas oportunidades. Entre mamá y yo, la cocina siempre está
llena de comida. Me gusta cocinar para ella. La pongo en mi regazo
y la alimento de mi mano. Tal vez sea algún fetiche o alguna
mierda, no lo sé, pero disfruto muchísimo. Probablemente es mi
necesidad de cuidarla lo que me hace disfrutarla tanto.

—Eso espero, porque le encanta cocinar— Bunny echa la


cabeza hacia atrás, ofreciéndome un beso. Lo tomo y un poco más,
haciendo que gima en mi boca.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? — Ella empuja más hacia mí. La


levanto de sus pies, llevándola hasta la puerta. La cierro de una
patada, accionando la cerradura. Sabía que la había puesto una por
una razón. Clavo a mi esposa contra la puerta, mientras tomo su
boca en un beso profundo. Nunca me cansaré de ella.

—Tenemos suficiente tiempo para que te haga venir—

Ella asiente en acuerdo. Sus labios están rojos por mi boca.


—Sostenlo por mí— Me pongo de rodillas delante de ella,
empujando el vestido por sus piernas. Ella lo agarra como le dije,
sosteniéndolo en alto. Entierro mi cara entre sus piernas,
respirando su dulce aroma.

—Jay— Se empuja dentro de mi boca, queriendo mi lengua. Le


agarro las bragas, tirando de ellas a un lado antes de meter la
lengua entre sus pliegues. Su coño ya está mojado para mí. El
dulce sabor de ella en mi lengua tiene semen goteando de mi polla.
Me pide que la suelte y que la meta dentro de ella.

—Lo siento, Bunny. Debería haberte comido en el almuerzo.


Tuviste que pasar todo el día sin mi boca— Fue demasiado largo
para ella. Demonios, fue demasiado largo para mí. No he tenido su
sabor en la boca desde que la desperté con mi cabeza entre los
muslos esta mañana.

—Deja de hablar— Ella se contonea contra mí. Escondo mi


sonrisa contra su coño, dándole otra larga lamida antes de
concentrarme en su clítoris. La chupo y lamo como le gusta,
haciendo que se corra para mí. La mantengo sujeta a la puerta
mientras se deshace, chupando hasta la última gota de ella. Tendrá
que aguantarme hasta la cama esta noche. Me agacho para ajustar
mi polla.

Me paro, manteniéndola sujeta mientras se relaja en mí,


disfrutando de lo que le hice a su cuerpo. Me besa el cuello.

—Eres tan bueno conmigo—

Nunca seré de otra manera cuando se trate de ella.

—No, Bunny, tú eres buena conmigo— La levanto, abriendo la


puerta. La llevo de regreso a la cocina, dejándola en el suelo. Planto
un beso largo en ella.

—Sepárense, ustedes dos— dice Josh mientras entra con su


hermana pisándole los talones.

—Se supone que se besan. Están enamorados— Daisy lo dice


con un suspiro de ensueño.

—Bueno, no estarás besando a nadie— le informa Josh. Tal


vez no necesite hijos adicionales. Parece que Josh ya lo tiene todo
planeado.
—Lo hare. Voy a besar a Eric algún día— Bueno, mierda. No
puedo decir que no lo vi venir, pero en unos veinte años. Bunny
esconde su risa detrás de su mano.

—Aléjate de mi mejor amigo— le ordena Josh. Ella da un giro


de ojos dramático.

— ¿Por qué no nos centramos en la tarta? — Bunny interviene


antes de que puedan empezar a pelear. Le paso la mano por el
estómago y decido que no quiero ir a ninguna parte, así que la
levanto y la pongo en mi regazo. Se inclina hacia atrás contra mí
mientras vemos a los dos destruir la cocina para que todos
podamos comer pastel para estropear nuestra cena.

La vida es dulce. Nunca dudé por un momento que Bunny


sería mía después de que ella saliera a ese escenario. La había
sentido en mi alma incluso antes de verla. Tuve la suerte de ponerle
las manos encima y planeo nunca dejarla ir.

Fin…
Espero que hayas disfrutado la historia de
Bunny y Jameson.
Estén atentos al libro de P.J. y Davis.
Sobre la autora

Lucy Darling: obsesionada con el café, las risas, el amor y el felices


para siempre.
Visítanos en…

También podría gustarte