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FACULTAD DE

DERECHO

TRABAJO FIN DE MÁSTER DEL

MÁSTER UNIVERSITARIO EN: RELACIONES JURÍDICO

PRIVADAS

TÍTULO: LA CLÁUSULA REBUS SIC STANTIBUS: DESDE LA PERSPECTIVA

CHILENA Y ESPAÑOLA

AUTOR: BASTIÁN ALEJANDRO MORAGA GÁEZ

TUTOR: EDUARDO DE LA IGLESIA PRADOS

CURSO: 2022/2023

Vº Bº del tutor/a Sello de la Secretaría del Centro

Fdo.
INDICE

I. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA. .................................................................. 4

II. INTRODUCCIÓN. .......................................................................................... 6

III. DISCUSIÓN TERMINOLÓGICA. ............................................................... 7

IV. MARCO JURÍDICO REGULATORIO....................................................... 10

• Deficiencia legislativa. ............................................................................... 10

• Principios jurídicos relacionados. .............................................................. 11

• Regulación implícita. ................................................................................. 15

• Figuras análogas. ...................................................................................... 18

• Proyectos de ley y necesidad de regulación a consecuencia de COVID-19.


22

V. REQUISITOS PARA LA APLICACIÓN DE LA CLÁUSULA REBUS SIC


STANTIBUS. ...................................................................................................... 30

• Chile. .......................................................................................................... 31

• España....................................................................................................... 35

VI. EFECTOS DE SU APLICACIÓN. ............................................................ 39

VII. TENDENCIA JURISPRUDENCIAL. ......................................................... 45

• Chile. .......................................................................................................... 46

• España....................................................................................................... 53

VIII. CONCLUSIÓN. ........................................................................................ 62

IX. BIBLIOGRAFÍA. ....................................................................................... 66

X. OTROS DOCUMENTOS. ............................................................................ 68

XI. NORMATIVA UTILIZADA. ....................................................................... 68

• Chile. .......................................................................................................... 68

• España....................................................................................................... 69

XII. JURISPRUDENCIA UTILIZADA. ............................................................. 70

2
• Chile. .......................................................................................................... 70

Excelentísima Corte Suprema de Chile. ..................................................... 70

Ilustrísimas Cortes de Apelaciones. ............................................................ 70

• España....................................................................................................... 70

Tribunal Supremo de España. ..................................................................... 70

Audiencias provinciales. .............................................................................. 71

3
I. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA

En el presente Trabajo de Fin de Máster explicaré lo que en derecho se


conoce como “cláusula rebus sic stantibus” y que en Chile se denomina “teoría
de la imprevisión”. Materia de suma relevancia en el ámbito del Derecho Privado,
específicamente en el área del Derecho Civil en cuanto al cumplimiento y/o
fuerza obligatoria de los contratos.

En este sentido, en materia de contratación los juristas confieren gran


primacía al denominado “pacta sunt servanda” o fuerza obligatoria de los
contratos. Sin embargo, para mí es importante señalar que en razón de las
diversas circunstancias que se puedan generar en el desarrollo de las múltiples
relaciones contractuales que se generan día a día en la sociedad, es necesario
que en algún momento esa fuerza obligatoria se vea modificada en beneficio de
las partes contratantes siempre que exista buena fe contractual.

Ahora bien, el fondo de este trabajo tiene por objeto poder establecer un
análisis comparativo, es decir, semejanzas y diferencias, entre el desarrollo de
la referida cláusula y/o teoría desde la perspectiva del derecho chileno y español.
Esto en virtud de mi calidad de abogado chileno y de estudiante de máster de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla.

Lo anterior con la finalidad de que pueda quedar demostrado que los


contratos no necesariamente han de cumplirse de manera estricta, tal y como se
pactaron en un comienzo, sino que han de poder ser modificados atendidas
ciertas circunstancias que alteran de manera perjudicial los derechos y
obligaciones que para las partes se habían previsto, siempre que se cumplan
determinados requisitos que más adelante se estudiarán.

Por lo cual, y atendida la relevancia y finalidades de la materia objeto de


estudio en el presente caso, me valdré del análisis normativo, doctrinal y
jurisprudencial de Chile y España para poder otorgar un mejor desarrollo a la
situación jurídica de esta cláusula y/o teoría en ambos países. Siendo relevantes
para estos efectos la normativa propia del Derecho Civil, el estudio y opinión de
reconocidos juristas y finalmente la postura de los Tribunales de justicia de cada
país en cuanto a su aceptación o rechazo de la misma.

4
Por su parte en cuanto a los aspectos formales del presente trabajo, la
estructura u orden del mismo básicamente se constituirá por apartados de
carácter general y sub-apartados de carácter específico en ciertos casos, con la
finalidad de destacar aspectos que considero relevantes y he de profundizar.

Ahora bien, para que quede claro desde un principio, durante el desarrollo
de este trabajo aludiré a bibliografía constituida por libros, artículos de revista,
informes, normativa de diferentes rangos jerárquicos, entre otros documentos.

De lo anterior, extraeré información destinada a fundar mis postulados y


que se expresarán bajo el marco regulatorio de la American Psychological
Association, conocido como formato de citas “APA” última edición, lo cual se
plasmará en el contenido principal de mi estudio. Esto mediante individualización
del autor, el año y la página respectiva del documento de que se trate, todo lo
cual se hará constar entre paréntesis; encontrándose la información referente al
título de la obra, editorial y demás relevante en la bibliografía final.

Por su parte, tratándose de ciertos órganos públicos, juristas, normas


relacionadas a la materia en estudio, palabras técnicas y demás aspectos que
requieran de una explicación, me valdré de notas al pie de página, detallando la
respectiva información, ya sea señalando los datos necesarios para identificar la
fuente de origen y, en caso de ser únicamente texto, implica que constituye una
explicación personal de conformidad a mis propios conocimientos jurídicos.

Con respecto a Códigos, Decretos, leyes y demás normativa, estas serán


señaladas también en la bibliografía final en un apartado específico,
distinguiendo a su vez entre la legislación chilena y española.

Y, finalmente respecto a las sentencias judiciales que se señalen en el


cuerpo principal de este trabajo, me valdré también de notas al pie de página
para señalar su respectivo número de identificación con el cual se pueden
verificar en detalle en las bases de datos de los sistemas judiciales
correspondientes a los países implicados en este estudio; sin perjuicio de
individualizarlas al igual que en el caso de las normas, en un apartado específico
de la bibliografía final distinguiendo entre aquellas emanadas de los Tribunales
de justicia de Chile y España.

5
II. INTRODUCCIÓN

En el desarrollo de este trabajo abordaré desde una perspectiva


legislativa, doctrinal y jurisprudencial, la discusión terminológica, marco jurídico
regulatorio, requisitos, efectos y la postura de los Tribunales en cuanto la
aceptación o rechazo de la cláusula rebus sic stantibus.

Lo relevante de este estudio radica en que las principales fuentes de


información, para todos los efectos de este trabajo, se obtendrán a partir de la
perspectiva jurídica chilena y española.

El objetivo principal radica en primer lugar en conceptualizar cláusula en


comento; en segundo lugar, destacar la crítica al deficiente marco regulatorio
que existe a nivel legislativo tanto Chile como en España; en tercer lugar,
establecer los requisitos o presupuestos necesarios para su procedencia; los
efectos de la aplicación de la misma; y en definitiva, dejar en claro la postura
que los Tribunales de justicia de ambos países han adoptado respecto a la
aceptación de referida cláusula en la actualidad.

A su vez, quiero reiterar y destacar que analizaré la cláusula rebus sic


stantibus -reconocida en España-, desde un punto de vista especifico del
Derecho Comparado, y más precisamente del Derecho Privado chileno, lo cual
nos ayudará a comprender las principales similitudes y diferencias que pueden
existir con respecto a la misma y cuyo fundamento u orígenes tienen estrecha
relación. Lo anterior considerando que textos legales reconocidos a nivel global
en la historia del derecho, tal y como lo es el Código de Napoleón de 1804, fueron
en su debido momento de gran influencia para estas dos culturas jurídicas
propias del Derecho Continental Europeo 1, siendo la ley su principal fuente.

Por su parte también es necesario destacar que ciertas diferencias y


particularidades siempre estarán presentes.

Y, sin más que agregar, para dar lugar al presente estudio, comenzaré
señalando lo siguiente: “pacta sunt servanda, rebus sic stantibus; lo pactado
obliga mientras las circunstancias continúen”. Uno de los principios más

1
Sistema jurídico, cuyos orígenes datan de Derecho romano, canónico, germano y en las ideas propias
de la Ilustración; siendo la ley su principal fuente.

6
importantes en el derecho contractual y una cláusula que no ha dejado de ser
objeto de constantes cuestionamientos y pronunciamientos.

III. DISCUSIÓN TERMINOLÓGICA

Para referirnos al contenido de este apartado, es correcto señalar en


primera instancia que en el derecho histórico existen una serie de principios
generales, cláusulas, aforismos, entre otros, que permean la mayoría de los
ordenamientos jurídicos.

Lo que nos convoca a nosotros es el estudio de una cláusula específica,


entendida en algunos sistemas como principio o teoría indistintamente, pero que
no deja de ser en estricto rigor una cláusula que puede estar inserta en
determinados contratos, la cual puede producir determinados efectos, nos
referimos a la cláusula rebus sic stantibus.

En primer lugar, destacar que la referida cláusula tiene su origen en la


Edad Media, específicamente en el Derecho Canónico, y cuya terminología sigue
siendo utilizada actualmente por la doctrina comparada jurídica.

En términos generales y ya desde la época de los posglosadores 2 (S.


XIV), la cláusula rebus sic stantibus (denominación clásica), era entendida en los
siguientes términos: “Contractus qui habent tractus successivus vel dependencia
de futuro rebus sic stantibus intelliguntur” (Diez-Picazo, 1993, pág. 874);
expresión en latín que significa en definitiva que aquellos contratos de tracto
sucesivo que dependen del futuro se entienden celebrados por las partes en el
entendido que permanezcan las cosas en el mismo estado.

Ahora, para comenzar el análisis de fondo de esta materia respecto a los


países objeto de este estudio, aludiré en primera instancia a la doctrina chilena,
en la cual los juristas han conferido la denominación de “teoría de la imprevisión”
a esta cláusula, y la han conceptualizado de la siguiente manera:

2
Real Academia Española (en adelante RAE). “Comentarista medieval del Derecho Romano,
posterior al glosador Acursio”.

7
- “Circunstancias acaecidas después de celebrar el contrato, que las partes
no tuvieron en cuenta al contratar ni pudieron prever razonablemente,
pueden originar un estado de cosas que torne el cumplimiento de la
obligación extremadamente oneroso para el deudor o a la inversa,
gravemente perjudicial para el acreedor. Ante tal situación, la doctrina se
pregunta si pueden los Tribunales modificar las estipulaciones de un
contrato, cuando el cambio imprevisto e imprevisible de las condiciones
vigentes al tiempo de contratar, origina un importante desequilibrio en las
prestaciones de las partes.” (Orrego Acuña, 2023, pág. 71).
- Por su parte también se le puede conceptualizar como la “facultad del
deudor de solicitar la resolución o revisión del contrato de ejecución
postergada, cuando un imprevisto ajeno a la voluntad de las partes ha
transformado su obligación en exageradamente onerosa” (Abeliuk
Manasevich, 2003, pág. 763);
- Y, siguiendo las ideas de Ripert 3, Planiol 4 y otros, esta teoría implica que
“las partes no quedarán obligadas a sus prestaciones recíprocas sino en
el caso de que las circunstancias generales existentes al tiempo de
obligarse subsistan en el mismo estado hasta la ejecución completa de la
obligación” (Boetsch Gillet, 2011, pág. 126).

En cuanto al tratamiento doctrinal que España ha otorgado a la cláusula


rebus sic stantibus (en su terminología clásica), los juristas la han definido de la
siguiente manera:

- “Remedio jurídico para reestablecer el equilibrio alterado ante las


circunstancias sobrevenidas que alteran la base económica del contrato
y rompen el equilibrio originario de las reciprocas prestaciones” (Berrocal
Lanzarot, 2014, pág. 219).
- “Instrumento que permita fundamentar o justificar ciertos incumplimientos
contractuales o la modificación o resolución de contratos existentes ya
que, atendidas las circunstancias excepcionales, sobrevenidas e

3
Georges Ripert (1880 - 1958), abogado que fue brevemente secretario de Estado de Instrucción
Pública y Juventud en el Régimen de Vichy.
4
Marcel Planiol (1853 - 1931), abogado y profesor francés de derecho en la Universidad de
Rennes.

8
imprevistas, las prestaciones a cumplir se tornan más onerosas para el
deudor” (De Jubera Higuero, 2022, pág. 2392).
- “La cláusula rebus supone una flexibilización y factor mitigador del rigor
del principio pacta sunt servanda (…) pues por aplicación de la (implícita)
cláusula rebus se acepta que una profunda alteración de las
circunstancias, operante como un aleas anormal dentro del contrato,
pueda conducir a la resolución del vínculo obligatorio o a su acomodación
a los nuevos módulos económicos y haber sido roto el equilibrio de las
prestaciones por esa imprevisible mutación fáctica” (Albiñana Cilveti,
2021, pág. 116).

De los conceptos antes mencionados, se puede señalar que, si bien están


redactados de diferente manera, aluden a características y/o presupuestos
similares, esto ya que la referida cláusula y/o teoría se estaría considerando
como una especie de instrumento, mecanismo o remedio jurídico óptimo y
necesario para regular una situación de desequilibrio entre las obligaciones que
emanan de un contrato para dos partes y que se han visto alteradas por causas
que le son totalmente ajenas.

Ahora bien, lo relevante en ambos conceptos es que mutuamente se


complementan puesto que si bien la doctrina chilena no trata con gran énfasis
las circunstancias excepcionales, sobrevenidas e imprevistas que han de darse
en el trascurso de la relación contractual para que tenga cabida esta teoría y/o
cláusula, la doctrina española si se encarga de aquello; sin embargo si hay que
destacar que si se pronuncia sobre la diferencia temporal que ha de existir entre
el perfeccionamiento del contrato y la ejecución de la obligación, lo cual no es
del todo preciso en el caso de España o al menos no en términos expresos.

A su vez, estimo correcto adelantar y hacer referencia a cierta


particularidad en la que los juristas de ambos países coinciden y radica en el
hecho de que tanto en Chile como en España, pareciera ser que una de las
finalidades de la aplicación de esta cláusula (a la cual me referiré como tal en
su concepción clásica de aquí en adelante, sin perjuicio de la correspondiente
terminología utilizada en Chile) es la posibilidad de obtener la resolución del
contrato, que si bien podría ser una de sus consecuencias, no es su objetivo
principal, ya que lo que se pretende en definitiva es la revisión, modificación o
9
bien actualización del contenido del contrato a las nuevas circunstancias para
así permitir su vigencia e inclusive la suspensión temporal del mismo. Pero esto
es un tema que será analizado en el apartado de los efectos de la referida
cláusula.

En estricto rigor y en mi calidad de estudiante de máster y como abogado,


el debate terminológico de si estamos en presencia de una cláusula, teoría, o
principio, no es lo principal y como ya mencioné, en los siguientes apartados me
valdré de la terminología clásica.

Por lo tanto, creo más apropiado complementar entre sí, ambos


raciocinios doctrinales y señalar un concepto de esta cláusula, más completo y
detallado, a saber:

- “La cláusula rebus sic stantibus, es un instrumento que otorga a las partes
la posibilidad de no cumplir con las obligaciones emanadas de un contrato
celebrado entre ellas -pudiendo solicitar la modificación del contrato,
suspensión o resolución del mismo- al verse alteradas en el lapso de
tiempo existente entre la celebración y ejecución de las obligaciones que
de él emanan, atendidas las circunstancias excepcionales, sobrevenidas
e imprevistas que tornan excesivamente oneroso su cumplimiento, para
una o ambas partes”.

IV. MARCO JURÍDICO REGULATORIO

• Deficiencia legislativa

Al momento de buscar información, sea artículos, leyes, reglamentos y


demás normas propias de un sistema jurídico, referente a la cláusula rebus sic
stantibus tanto en Chile como en España, la principal similitud entre estos dos
países es la ausencia de regulación expresa de la misma, lo cual es un grave
problema en razón de la importancia de las relaciones contractuales en la vida
cotidiana de las personas.

Sin embargo, de manera excepcional en el caso de España, producto de


su división territorial que da lugar a comunidades autónomas, existen también

10
legislación de tal carácter, siendo la Ley Foral de Navarra la excepción que me
importa analizar, en razón de que contempla expresamente la cláusula en
estudio; cuestión que más adelante se detallará.

Pero, considerando la legislación civil estatal de cada país, aplicable a


todo su territorio, es acertado decir que estamos en presencia de lo que en
derecho conocemos como lagunas jurídicas, legales o de derecho 5.

• Principios jurídicos relacionados

Ahora bien, antes de seguir analizando la deficiente regulación de esta


cláusula en ambas legislaciones, se deben señalar diversos preceptos legales
que establecen de manera concreta y precisa el denominado principio “pacta
sunt servanda” y la “buena fe contractual”, principios del derecho contractual que
deben ser traídos a colación a la hora de estudiar la cláusula objeto de este
informe.

Así las cosas, el artículo 1545 del Código Civil chileno – en adelante
C.C. ch. -, señala:

- “Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y


no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas
legales”.

Norma que además y según los juristas, consagra implícitamente la


libertad contractual (entendida en el mismo sentido que para el caso de España).

Por su parte artículo 1091 del Código Civil español – en adelante C.C.
esp.-, señala que:

- “Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre
las partes contratantes, y deben cumplirse a tenor de los mismos”.

5
Cuando hablamos de lagunas jurídicas, legales o de derecho, nos referimos a la ausencia de
regulación o reglamentación legislativa con respecto alguna materia en concreto.

11
Disposición legal que está relacionada directamente con la libertad
contractual 6 de que gozan las personas para celebrar los pactos que estimen
convenientes, siempre que respeten los requisitos señalados en la ley. Es más,
los artículos 1258 y 1278 del mismo cuerpo normativo, establecen en términos
generales que los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento y desde
entonces obligan, a lo que se suma el hecho de que independiente de la forma
en la que se hayan celebrado, estos obligan siempre que cumplan con las
condiciones esenciales para su validez.

En estricto rigor las disposiciones antes señaladas contienen en su


esencia el referido pacta sunt servanda -lo pactado obliga- entendido este de la
siguiente manera:

- “Los pactos suscritos libremente entre las partes en virtud del principio de
autonomía de la voluntad obligan a los contratantes y deben cumplirse,
pues las obligaciones nacidas de los mismos tienen fuerza de ley entre
las partes” (Departamento de Documentación de Iberley, 2021, pág. 9).

A su vez, es necesario mencionar también el artículo 1546 del C.C. ch.,


que dispone:

- “Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan


no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la
costumbre pertenecen a ella”.

Y, el artículo 1258 del C.C. esp., que dispone lo siguiente:

- “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde


entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado,
sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean
conformes a la buena fe, al uso y a la ley”.

6
Código Civil Español (en adelante C.C. Esp.), artículo 1255: “Los contratantes pueden
establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean
contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público”.

12
Las dos normas que anteceden, regulan lo que en derecho se conoce
como “buena fe contractual”, uno de los principios generales del Derecho Privado
-no solo de las legislaciones en estudio, sino que a nivel comparado- entendida
en Chile como, “un modelo de conducta que las partes deben seguir durante toda
la vida del negocio, expandiendo su aplicación incluso a las etapas preparatorias
o preliminares del contrato y también una vez concluido éste, influyendo a su vez
de manera determinante en la interpretación del negocio” (Boetsch Gillet, 2011,
pág. 109) y en España como “criterio interpretativo e integrador de los contratos”
(De Jubera Higuero, 2022, pág. 2394).

Y la pregunta es, ¿qué relación o importancia tienen el pacta sunt


servanda y la buena fe contractual con la cláusula rebus sic stantibus?, pues, si
bien los contratos como fuente principal de las obligaciones en ambas
legislaciones, obligan de manera estricta y forzosa en la generalidad de los casos
a cumplir con las prestaciones que emanan de ellos para cada una de las partes,
no es menos cierto que atendida ciertas circunstancias sobrevenidas y que dan
lugar a una excesiva onerosidad en determinados contratos, es posible la
aplicación de esta cláusula rebus sic stantibus.

Lo anterior con la sola finalidad de respetar la igualdad entre las partes y


más precisamente la buena fe contractual, con respecto a lo que en un principio
de la celebración del contrato fue previsto por las partes. Situándose además
esta cláusula como una excepción al referido pacta sunt servanda para algunos,
pero como una cláusula de aplicación general en materia de contratos para otros,
pero cuyos requisitos restringen bastante su aplicación, como se verá más
adelante.

A su vez y a mayor abundamiento, uno de los principios generales en


derecho que según la doctrina es uno de los fundamentos a favor de la cláusula
en estudio y que tiene regulación explicita en Chile y España, es aquel
denominado “espíritu general de la legislación y equidad natural”, el cual consiste
básicamente en asegurar o garantizar la libre circulación de los bienes, conferir
a cada quien lo que es suyo y en estricto rigor atribuir a las diversas prestaciones
que se generen en las relaciones entre particulares, la entidad patrimonial que
les pueda corresponder ya sea en virtud de un contrato, de la ley, resolución
judicial, u otros.
13
Sin embargo, ¿de qué modo la cláusula rebus sic stantibus tiene relación
con este principio?; simplemente en el sentido de que los contratos tienen fuerza
de ley, tal y como ya lo detallé anteriormente, esto en virtud del denominado
pacta sunt servanda que otorga este carácter de ley a los contratos celebrados
entre las partes. Motivo por el cual al momento en que se genera un conflicto
entre las mismas a causa de una alteración en las circunstancias de contratación,
ajeno a la voluntad de los contratantes, generándose un desequilibrio en las
prestaciones, el juez facultado para conocer de esta situación al no poder valerse
de norma expresa alguna que regule la referida cláusula, podrá concurrir al
espíritu general de la legislación y la equidad natural, para efectos de dar una
solución atendido el caso en concreto.

Ahora bien, este principio se encuentra consagrado en el artículo 24 del


C.C. ch., el cual dispone que:

- “En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación


precedentes, se interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del
modo que más conforme parezca al espíritu general de la legislación y a
la equidad natural”.

El cual se relaciona directamente con el artículo 170 del Código de


Procedimiento Civil 7 chileno, el cual regula el contenido de las sentencias
definitivas dictadas por los Tribunales, señalando expresamente que contendrán:

- “5°. La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de


equidad, con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo”.

Mientras que el artículo 3 del C.C. esp., dispone lo siguiente:

- “1. Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras,


en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la
realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo
fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas. 2. La equidad habrá
de ponderarse en la aplicación de las normas, si bien las resoluciones de

7
Ley N°1552 Código de Procedimiento Civil chileno.

14
los Tribunales sólo podrán descansar de manera exclusiva en ella cuando
la ley expresamente lo permita”.

Y, por otra parte, solo a modo de referencia, respecto a lo que se conoce


en derecho como seguridad jurídica, estudiada por los juristas como un principio,
constituido este por la certeza, legalidad, jerarquía y publicidad normativa; es un
principio que, atendida la finalidad que se pretende con el reconocimiento de la
cláusula rebus sic stantibus, puede verse absolutamente perjudicado, toda vez
que modificar un contrato -en el sentido de ley para las partes- por la sola
voluntad de las partes que lo solicitan al tribunal competente, atentaría contra la
fuerza obligatoria de los mismos -siendo esta fuerza obligatoria el principal pilar
en materia de contratación según los juristas-, siendo este un argumento para
impedir su aplicación en las legislaciones objeto de este análisis.

Finalmente, reiterar que los principios jurídicos analizados en este punto


cumplen un rol trascendente en cuanto a la aplicación y reconocimiento de esta
cláusula, sea de una postura en contra o favorable a la misma, lo cual depende
de cada caso en particular y de lo que definitiva puedan determinar los Tribunales
de justicia competentes.

• Regulación implícita

Ahora bien, ya dijimos que la regulación de ambos países es deficiente,


puesto que no consagran de manera expresa esta cláusula, sin embargo, si
realizamos un estudio de la normativa vigente, existen normas que en virtud de
una interpretación y según el entendimiento de los juristas, podrían entrañar
implícitamente la cláusula rebus sic stantibus, sin que por ello sea del todo
certera esta afirmación, pero que no está demás mencionar. En este sentido en
la legislación tanto chilena como española encontramos las siguientes normas:

15
- Artículo 1983 C.C. ch., “El colono no tendrá derecho para pedir rebaja
del precio o renta, alegando casos fortuitos extraordinarios, que han
deteriorado o destruido la cosecha. (…) Exceptuase el colono aparcero 8”.
- Artículo 2180 C.C. ch., “El comodatario es obligado a restituir la cosa
prestada en el tiempo convenido; o a falta de convención, después del
uso para qué ha sido prestada. Pero podrá exigirse la restitución aun
antes del tiempo estipulado, en tres casos: 2º. Si sobreviene al comodante
una necesidad imprevista y urgente de la cosa”.
- Artículo 2227 C.C. ch., “La obligación de guardar la cosa dura hasta que
el depositante la pida; pero el depositario podrá exigir que el depositante
disponga de ella, cuando se cumpla el término estipulado para la duración
del depósito, o cuando, aun sin cumplirse el término, peligre el depósito
en su poder o le cause perjuicio”.
- Artículo 1575 C.C. esp., “El arrendatario no tendrá derecho a rebaja de
la renta por esterilidad de la tierra arrendada o por pérdida de frutos
proveniente de casos fortuitos ordinarios; pero sí, en caso de pérdida de
más de la mitad de frutos, por casos fortuitos extraordinarios e
imprevistos, salvo siempre el pacto especial en contrario (…) el incendio,
guerra, peste, inundación insólita, langosta, terremoto u otro igualmente
desacostumbrado, y que los contratantes no hayan podido racionalmente
prever”
- Artículo 1749 C.C. esp., “El comodante no puede reclamar la cosa
prestada sino después de concluido el uso para que la prestó. Sin
embargo, si antes de estos plazos tuviere el comodante urgente
necesidad de ella, podrá reclamar la restitución”.
- Artículo 1776 C.C. esp., “El depositario que tenga justos motivos para no
conservar el depósito podrá, aun antes del término designado, restituirlo
al depositante; y, si éste lo resiste, podrá obtener del Juez su
consignación”.

8
Aparcero, es la persona física que, en un contrato de aparcería, en materia de arrendamiento
de predios rústicos, se encarga de la explotación del predio a cambio de la obtención de un
porcentaje de lo que resulte de tal acto.

16
De las normas antes expuestas, si bien la regulación no es expresa y se
refiere a contratos de carácter unilateral 9 y gratuitos 10, podría tratarse de
disposiciones que implícitamente contienen la cláusula rebus sic stantibus o al
menos rasgos característicos de la misma, sin perjuicio que en ambas
legislaciones la referida cláusula tiene su aplicación en contratos bilaterales,
onerosos y conmutativos (de tracto sucesivo o ejecución diferida en el tiempo).

Por su parte, se puede verificar la gran similitud que existe en ambas


legislaciones, toda vez que no regulan expresamente la referida cláusula, pero a
propósito de las mismas figuras contractuales, esto es, comodato y depósito, se
contienen normas que presentan indicios de la misma, aunque claro está, es
cuestionable y debatible como la mayoría de las cosas en derecho.

Sin embargo, con respecto a los artículos 1983 del C.C. ch. y 1575 del
C.C. esp., en cuanto al arrendamiento de predios rústicos podríamos hablar de
una eventual consagración implícita de la cláusula rebus sic stantibus, toda vez
que ambas disposiciones aluden a una modificación posterior del contrato,
siempre que se genere un caso fortuito extraordinario que además debe tener el
carácter de imprevisible; el problema que se genera radica en la literalidad de
ambas normas, ya que se alude expresamente a la figura de caso fortuito, la
cual si bien podría ser uno de los fundamentos que dan lugar para una
aceptación plena de esta cláusula por analogía; sin perjuicio de aquello estas
figuras o instituciones son muy diferentes entre sí. Esta discusión la desarrollaré
en detalle en el siguiente punto.

9
C.C. ch. artículo 1439: “El contrato es unilateral cuando una de las partes se obliga para con
otra que no contrae obligación alguna (…)”.
10
C.C. ch. artículo 1440: “El contrato es gratuito o de beneficencia cuando sólo tiene por objeto
la utilidad de una de las partes, sufriendo la otra el gravamen (…)”.

17
• Figuras análogas

Sin perjuicio de las situaciones antes expuestas, los juristas han analizado
la posibilidad de establecer una aplicación análoga entre lo que se conoce como
caso fortuito o fuerza mayor, la lesión enorme y el objeto de este estudio, la
cláusula rebus sic stantibus.

Con respecto al caso fortuito o fuerza mayor en primer lugar me referiré al


C.C. ch., el cual establece en su artículo 45 lo siguiente:

- “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible


resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos,
los actos de autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.”.

Por su parte el C.C. esp., dispone:


- Artículo 1105. “Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley,
y de los en que así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos
sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos, fueran
inevitables”.
- Artículo 1184. “También quedará liberado el deudor en las obligaciones
de hacer cuando la prestación resultare legal o físicamente imposible.”

En el presente apartado nos encontramos con la figura del caso fortuito o


fuerza mayor 11, que en el mundo jurídico se estudia como una eximente de
responsabilidad y en estricto rigor como un mecanismo para dejar sin efecto las
obligaciones que, para una de las partes o ambas, emanan de un contrato.

En este sentido y habiendo ya determinado conceptualmente lo que se


entiende por esta figura, quiero dejar en claro que en ningún caso su aplicación

11
Tanto el caso fortuito como fuerza mayor, suelen ser utilizados como sinónimos, en razón de
que sus consecuencias derivan en equivalentes, esto es, eximir de responsabilidad a la parte
que incumple un contrato. Sin embargo y en el ámbito de la doctrina comparada ambos
conceptos suelen distinguirse. Por una parte, el caso fortuito es el resultado de un hecho o evento
de la naturaleza de carácter impredecible, en tanto que fuerza mayor alude a un evento causado
por un tercero y que tiene el carácter de inevitable.

18
y contenido es análogo a la cláusula rebus sic stantibus, esto en virtud de los
siguientes motivos:

a) El caso fortuito o fuerza mayor tiene regulación expresa en la


legislación civil de ambos países, en tanto la cláusula en estudio no.
b) En cuanto a la finalidad perseguida por la figura en comento, esta
pretende la resolución del contrato y por tanto la extinción de la
obligación, mientras que la cláusula rebus sic stantibus pretende la
conservación de la relación contractual y solo de manera excepcional
la resolución de la misma.
c) A su vez, el caso fortuito o fuerza mayor solo tienen cobertura jurídica
con respecto a las obligaciones de hacer, en tanto que la cláusula
objeto de estudio tiene cabida en las obligaciones de dar, hacer y no
hacer. En este sentido “en el campo de las obligaciones pecuniarias
no podría hablarse de imposibilidad como causa de liberación de la
obligación contraída, al tratarse de una obligación genérica; sí, en
cambio, podría aplicarse la cláusula rebus sic stantibus”. (Sánchez
Martín, 2013, pág. 3).
d) Otra gran diferencia, radica en que tratándose del caso fortuito o fuerza
mayor, esta eximente de responsabilidad civil dice relación con los
contratos de corta duración y más específicamente aquellos de
ejecución instantánea tal y como lo sería una compraventa sin la
concurrencia de modalidad 12 alguna, así como aquellos de larga
duración como un contrato de arrendamiento; en tanto la cláusula ya
mencionada tiene aplicación únicamente respecto de aquellos
contratos de tracto sucesivo o ejecución diferida, es decir aquellos que
suponen una diferencia temporal entre el perfeccionamiento del
contrato y la ejecución de la obligación, tal y como se estudiará en el
apartado referente a los requisitos de procedencia de esta cláusula.

12
En Chile hablar de modalidades del acto jurídico, en este caso de un contrato (como acto
jurídico bilateral), implica hablar de elementos (o cosas) accidentales que según el art. 1444 del
C.C. ch. se traducen en lo siguiente: “(…) son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial
ni naturalmente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales”. Ejemplo:
condición o plazo en el sentido que el derecho le confiere.

19
e) Finalmente, el caso fortuito o fuerza mayor implica una imposibilidad
absoluta en el cumplimiento de la obligación, mientras que la cláusula
rebus sic stantibus no es de carácter tan extremo, no alude a una
imposibilidad total, sino más bien a un cumplimiento excesivamente
oneroso 13.

Con respecto a otra figura, tal y como lo es la lesión enorme como se le


conoce en Chile o lesión ultradimidium en España, en términos generales se
debe señalar que estamos en presencia de lo que para algunos podría llegar a
constituir un vicio del consentimiento (voluntad) 14, consistente en el perjuicio
patrimonial que experimenta una de las partes a causa de la celebración de un
contrato oneroso conmutativo, por existir desigualdad en las prestaciones.

Doctrinariamente (y solo a modo de referencia) se discute si se trata de


un vicio de carácter subjetivo u objetivo; subjetivo por cuanto una de las partes
a causa de determinadas circunstancias personales puede llegar a verse en la
necesidad de celebrar un contrato que le perjudica en términos pecuniarios, pero
que estima necesario en su momento, es decir, cualquier causa que constituya
una cierta presión en la voluntad del contratante; en cuanto a que el aspecto
objetivo emanaría estrictamente de la desproporción de las prestaciones, es
decir, el perjuicio patrimonial experimentado.

Sin embargo, lo relevante en este punto es aclarar el porqué de la


insistencia de algunos juristas en querer fundar la cláusula rebus sic stantibus en
esta figura.

Por lo anterior, señalar que los principales argumentos para establecer


una analogía entre ambas instituciones son: el carácter de contrato bilateral,
oneroso y conmutativo, el desequilibrio generado respecto de las prestaciones,

13
C.C. ch. artículo 1440: “El contrato es (…) oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de
ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro”.
14
Requisito esencial de los actos jurídicos.

20
y la finalidad de restaurar la equivalencia de las mismas, fundado en el principio
de equilibrio denominado reductio ad aequitatem 15

Ahora bien, en cuanto a las principales diferencias que existen entre


ambas instituciones, corresponde mencionar las siguientes:

a) La cláusula rebus sic stantibus se aplica respecto de relaciones


contractuales en las cuales la equivalencia de las prestaciones
existe en un comienzo, pero que con posterioridad se tornan
excesivamente onerosas a causas de circunstancias
extraordinarias ajenas a la voluntad de las partes; en tanto que la
lesión dice relación con contratos en los que desde un inicio existe
una desproporción en las prestaciones, y que se prolonga durante
la vigencia del mismo.
b) A su vez, la referida cláusula se aplica siempre y cuando la
prestación excesivamente onerosa no se haya cumplido
totalmente; mientras que la lesión enorme tiene cabida aun cuando
se cumplido la mencionada prestación.
c) En cuanto a efectos por su aplicación, respecto a la cláusula rebus
sic stantibus, como se señalará más adelante, puede generar la
modificación, suspensión o resolución del contrato; en tanto que la
lesión enorme tanto en Chile como en España da lugar a la
rescisión 1617 del mismo.
d) Finalmente destacar que la cláusula en estudio, como ya se ha
mencionado no tiene una regulación legislativa expresa ni en Chile
ni en España; por su parte y solo a modo de ilustración, tratándose
de la lesión enorme, en el caso de Chile se debe mencionar
algunas disposiciones del Código Civil, tales como los artículos
1888 al 1896 a propósito de la compraventa voluntaria de bienes
inmuebles; artículo 1900 respecto a la permuta de inmuebles;
artículo 1348 en cuanto a la partición de bienes; entre otras

15
Esgrimido por la doctrina como un principio de modificación equitativa de los contratos, por un
desequilibrio generado ya desde un inicio de su celebración o con posterioridad.
16
C.C. ch., artículo 1684. Regula la nulidad relativa que es sinónimo de recisión.
17
C.C. esp., artículo 1290. De la rescisión de los contratos.

21
materias; mientras que en España su Código Civil regula la lesión
enorme a propósito de materia particional en su artículo 1074 y en
materia de tutela, artículo 1291 N°1 y 2.

En definitiva, estimo correcto destacar que, si bien existen ciertas


similitudes entre la cláusula en discusión y las figuras antes mencionadas, estas
son instituciones totalmente diferentes y responden a factores no equivalentes.

Rebus sic stantibus, es una institución con características, requisitos y


efectos propios que la hacen única, tal y como se podrá dilucidar durante el
desarrollo de este trabajo.

• Proyectos de ley y necesidad de regulación a consecuencia de


COVID-19

No existiendo dudas de la deficiente regulación que existe tanto en Chile


como en España respecto la cláusula en estudio, con el transcurso de los años
ambos ordenamientos jurídicos han tratado de dar respuesta a esta situación
mediante determinados proyectos de ley, los cuales, por diversos factores
propios de su tramitación en los respectivos órganos legislativos, no han podido
concretarse y materializarse en el cuerpo normativo indicado, esto es, el Código
Civil de cada país.

a) En el caso de Chile dentro de los proyectos que han tratado de solucionar


este vacío legislativo y encontramos aquellos más recientes que derivan
de la contingencia sanitaria a causa del COVID-19. A saber:

A través de moción parlamentaria 18 de fecha 5 de mayo del año 2020,


tiene lugar el ingreso de proyecto de ley para dar reconocimiento positivo a la
imprevisión en el Código Civil (Boletín N°13.474-07).

- Fundamento. La crisis económica a causa del COVID-19. En Chile, el


coronavirus comenzó a propagarse el 3 de marzo de 2020. Y como bien

18
Moción parlamentaria de los honorables senadores (as) de la República de Chile, señores
Felipe Harboe Bascuñán, Francisco Huenchumilla Jaramillo y señora Carmen Gloria Aravena
Acuña.

22
se sabe a nivel mundial, esta situación no solo trajo consigo
consecuencias a nivel epidemiológico y sanitario, sino que además
económico, por lo que el Congreso Nacional de Chile 19, se ha visto en la
necesidad de implementar mecanismos para proteger y velar por las
pequeñas y medianas empresas, sin dejar de lado a las personas de
ingresos más bajos a nivel nacional. Todo esto en virtud de las diversas
relaciones contractuales que colocan en movimiento la economía del país.
- En razón de lo anterior, se ha estimado la necesidad de consagrar la
“teoría de la imprevisión”, que es la denominación con la que se conoce
en Chile a esta cláusula. Aún más los Tribunales superiores de justicia 20
han ido adoptando una postura favorable con el pasar de los años como
se verá en apartados posteriores.
- En definitiva, la propuesta normativa consiste en adicionar el artículo 1546
bis al Código Civil chileno, el cual ha de disponer lo siguiente: “Si un
cambio fundamental de circunstancias imprevisibles al tiempo de la
suscripción del contrato convierte su cumplimiento en excesivamente
oneroso para una de las partes, que no había aceptado ese riesgo, esta
puede solicitar a su contraparte la renegociación del contrato. Durante la
renegociación, las partes continúan obligadas a cumplir sus obligaciones.
Si la renegociación no es aceptada o fracasa, las partes pueden poner
término al contrato, en las condiciones y en el plazo que decidan, o
solicitar de común acuerdo al juez que proceda a su adaptación. A falta
de acuerdo dentro de un plazo razonable, el juez podrá, a petición de una
de las partes, revisar el contrato o ponerle término, en las condiciones y
en el plazo que él determine” (Harboe Bascuñán y otros, 2020, pág. 9).
- En síntesis, el referido proyecto pretende positivizar la cláusula rebus sic
stantibus en los términos antes señalados, no dejando vacío legal alguno.
Sin embargo, a día de hoy este intento legislativo solo ha quedado en
aquello, una moción parlamentaria que no ha logrado prosperar en las

19
Constitución Política de la República de Chile, artículo 46. Órgano legislativo compuesto por
la cámara de Diputados y cámara de Senadores.
20
En Chile los Tribunales superiores de justicia corresponden a la Excelentísima Corte Suprema
y las diecisiete Ilustrísimas Cortes de Apelaciones. Art. 76 de la Constitución Política de la
República de Chile; artículos 54 y 93 del Código Orgánico de Tribunales de Chile.

23
etapas legislativas que pudieran dar lugar a su configuración típica en la
legislación chilena, sin otros motivos que la falta de interés, y/o relevancia
necesaria para los representantes políticos de Chile.

A su vez y previo al proyecto antes mencionado, ya se había ingresado


mediante moción parlamentaria proveniente de la Cámara de Diputados 21 del
Congreso Nacional de Chile, otro proyecto de ley (Boletín N°13.348-07) con
fecha 23 de marzo del año 2020, mediante el cual se propone modificar diversos
cuerpos legales para consagrar la imprevisión como excepción de pago y de
cumplimiento contractual, en las circunstancias y con los requisitos que indica.
Lo anterior en virtud de los siguientes fundamentos y con la finalidad de
consagrar las normas que a continuación se detallan:

- En cuanto al fundamento concreto, básicamente se aludió en su momento


a la contingencia sanitaria a nivel global a causa del COVID-19, que afectó
a Chile del mismo modo que a otros países, lo cual repercutió en el ámbito
económico, alza de precios y demás factores sociales que generaron un
endeudamiento y en ciertos casos un sobrendeudamiento de las
personas. Lo cual exigió una revisión de las normas legales aplicables a
los actos y contratos que estos celebraban en el día a día para satisfacer
sus necesidades esenciales y las de sus familias.
- En definitiva si consideramos que en la actualidad la mayoría de los
contratos tienen el carácter de adhesión, es decir, aquellos en que una de
las partes impone las condiciones a la otra, generalmente el equilibrio
entre ambos se verá condicionado a que las circunstancias de
contratación permanezcan, sin embargo es por esta situación de
desigualdad que se genera a causa de hechos imprevistos, que se hace
necesaria la intervención legislativa, puesto que si bien el ya tantas veces
mencionado pacta sunt servanda es uno de los principios generales del
derecho en materia de contratos, no puede ser perjudicial a una de las

21
Moción parlamentaria de los honorables Diputados de la República de Chile, señores Leonardo
Soto; Luis Rocafull; Marcos Ilabaca; Raúl Leiva; Jenny Álvarez; Daniella Cicardini; Fidel
Espinoza; Jaime Naranjo.

24
partes por circunstancias que no le son imputables, es decir, en cierto
sentido debe flexibilizarse y adecuarse a las nuevas circunstancias en pro
de las partes contratantes.
- Ahora bien, la normativa a incorporar al Código Civil se constituye de la
siguiente manera: “Art. 1545 bis. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
anterior, en todo contrato que no sea de ejecución instantánea, en que
concurra un imprevisto sobreviviente que importe al deudor un
desembolso exagerado en el cumplimiento de la obligación, el juez podrá:
1º Suspender temporalmente el cumplimiento de la obligación, mientras
subsistan las circunstancias que imponen la extrema onerosidad,
pudiendo revisar el contrato, modificando las prestaciones de las partes
hasta eliminar el desequilibrio producido; 2º En casos calificados declarar
que la obligación queda extinguida porque su cumplimiento se hace
imposible” (Álvarez y otros, 2020, pág. 5).
- Siendo este un intento legislativo que de igual manera no logró prosperar
por factores de tramitación propias de cualquier ley y por no existir interés
suficiente de los representantes políticos en subsanar estas lagunas
legislativas pese a la relevancia de la materia en estudio.

Por lo anterior, señalar que los proyectos de ley mencionados si bien


representan una gran oportunidad para positivizar y dar solución a este vacío
legal existente en la legislación chilena, no es menos cierto que como ya señalé
solo han quedado en intentos legislativos sin opciones de prosperar, puesto que
el Congreso Nacional de Chile no lo considera un tema de relevancia, dando
lugar a otras áreas que según ellos repercuten de manera más directa en la
sociedad, como el ámbito de la salud, educación, social, tributario, entre otras.

b) En el caso de España con respecto a esta cláusula, reiterar que


actualmente no existe norma expresa alguna contemplada en el Código
Civil español que desarrolle esta materia, sin perjuicio de la legislación
foral de Navarra que constituye una excepción a esta deficiencia
legislativa y que más adelante analizaré.

Sin embargo, y para comenzar desde uno de los primeros intentos


legislativos, he de referirme a la propuesta de Anteproyecto de Modernización
del Derecho de Obligaciones y Contratos, bajo la iniciativa de la Comisión
25
General de Codificación 22 (Sección de Derecho Civil), año 2009, que dispuso lo
siguiente:

- “Artículo 1213. Si las circunstancias que sirvieron de base al contrato


hubieren cambiado de forma extraordinaria e imprevisible durante su
ejecución de manera que ésta se haya hecho excesivamente onerosa
para una de las partes o se haya frustrado el fin del contrato, el contratante
al que, atendidas las circunstancias del caso y especialmente la
distribución contractual o legal de riesgos, no le sea razonablemente
exigible que permanezca sujeto al contrato, podrá pretender su revisión,
y si ésta no es posible o no puede imponerse a una de las partes, podrá
aquél pedir su resolución. La pretensión de resolución sólo podrá ser
estimada cuando no quepa obtener de la propuesta o propuestas de
revisión ofrecidas por cada una de las partes una solución que restaure la
reciprocidad de intereses del contrato” (Comisión General de
Codificación, 2009, pág. 76).
- En la norma que antecede, o más bien en el intento legislativo por
subsanar el vacío existente respecto a la cláusula en estudio, se
contemplan efectivamente sus principales características, requisitos y
efectos, sin embargo, a fecha de hoy, podemos verificar que el Código
Civil español no contempla tal disposición, es decir, tal laguna jurídica se
encuentra aún presente y a mi parecer, sin motivo justificado, del mismo
modo que en Chile.

Ahora bien, ya en la actualidad y vinculado a la contingencia sanitaria


producto del COVID-19 estimo necesario traer a estudio tres normativas que
aluden según los juristas a la cláusula rebus sic stantibus, pero que en estricto
rigor no es así por las razones que a continuación señalaré:

22
Real Decreto 845/2015, Ministerio de Justicia de España, artículo 1: “La Comisión General de
Codificación es el órgano superior colegiado de asesoramiento al ministro de Justicia al que
corresponde, en el ámbito de las competencias propias del departamento ministerial al que está
adscrito, la preparación de los textos prelegislativos y de carácter reglamentario y cuantas otras
tareas se le encomienden para la mejor orientación, preservación y tutela del ordenamiento
jurídico (…)”.

26
- A nivel estatal debo destacar dos Reales Decreto-Ley, el 15/2020 23 y el
35/2020 24, ambos relevantes en materia de arrendamientos para uso
distinto del de la vivienda cuando la persona arrendadora, sea una
empresa o entidad pública de vivienda, o un gran tenedor entendiendo por
tal la persona física o jurídica que sea titular de más de 10 inmuebles
urbanos, excluyendo garajes y trasteros, o una superficie construida de
más de 1.500 m, esto de conformidad al artículo 1 de los cuerpos legales
antes señalados.
- En cuanto al Real Decreto-Ley 15/2020, estimo relevante señalar que
atendidas ciertas circunstancias se confiere al arrendatario a posibilidad
de solicitar una moratoria 25, con respecto al pago de las rentas, siempre
que se cumplan determinados requisitos señalados en la referida
normativa. En este sentido el artículo 1 apartado segundo dispone: “La
moratoria en el pago de la renta arrendaticia señalada en el apartado
primero de este artículo se aplicará de manera automática y afectará al
periodo de tiempo que dure el estado de alarma y sus prórrogas y a las
mensualidades siguientes, prorrogables una a una, si aquel plazo fuera
insuficiente en relación con el impacto provocado por el COVID-19, sin
que puedan superarse, en ningún caso, los cuatro meses” (Jefatura del
Estado, 2020, pág. 19).
- En vista de lo dispuesto en tal norma, efectivamente vemos como se
produce un cambio en la relación contractual, modificándose lo referente
al plazo de cumplimiento de las obligaciones por parte del arrendatario,
atendidas las circunstancias imprevistas que trajo consigo la pandemia.
- Ahora bien, respecto al Real Decreto-Ley 35/2020, el cual dispone a su
vez en su artículo 1 letra a y b que el arrendatario podrá solicitar: “a) Una
reducción del 50 por ciento de la renta arrendaticia durante el tiempo que
dure el estado de alarma declarado por Real Decreto 926/2020, de 25 de

23
Jefatura del Estado, Real Decreto-Ley 15/2020 de 21 de abril, de medidas urgentes
complementarias para apoyar la economía y el empleo.
24
Jefatura del Estado, Real Decreto-Ley 35/2020 de 22 de diciembre, de medidas urgentes de
apoyo al sector turístico, la hostelería y el comercio y en materia tributaria.
25
Prorroga u ampliación de un plazo determinado para realizar alguna acción o cumplir con
alguna obligación.

27
octubre, por el que se declara el estado de alarma para contener la
propagación de infecciones causadas por el SARS-CoV-2, y sus
prórrogas y podrá extenderse a las mensualidades siguientes, hasta un
máximo de cuatro meses; b) Una moratoria en el pago de la renta
arrendaticia que se aplicará durante el periodo de tiempo que dure el
estado de alarma declarado por Real Decreto 926/2020, de 25 de octubre
y sus prórrogas, y podrá extenderse a las mensualidades siguientes,
hasta un máximo de cuatro meses” (Jefatura del Estado, 2020, pág. 15).
- Es decir, esta norma complementa el anterior Real Decreto-Ley, y
posibilita que el arrendatario pueda obtener una reducción de la renta o
bien una moratoria con respecto al pago de la misma. Esto considerando
que las circunstancias de contratación han variado, por causas ajenas a
la voluntad de las partes y han perjudicado al arrendatario principalmente.

Sin embargo, habiendo analizado ambos cuerpos legales de carácter


estatal, vigentes y con indicios de los que entendemos por rebus sic stantibus,
no podemos catalogar estas normas como una regulación definitiva y expresa
de la cláusula referida, puesto que únicamente y como se puede ver, se refieren
a medidas reductoras de cargas económicas atendidas determinadas
circunstancias y requisitos que derivan de la pandemia que en su momento
motivo a la dictación de las mismas. Aunque claro está y sin lugar a dudas, se
pueden constituir como ya señalé, en un indicio y principio fundante de lo que
esencialmente pretende esta cláusula, que sería la conservación del contrato,
mediante su actualización, equilibrando las prestaciones que para las partes
derivan.

Finalmente, considero importante señalar que, a diferencia de Chile,


España tiene una división política y territorial específica, en virtud de la cual nos
encontramos con diversas comunidades autónomas, y por tanto con
legislaciones autónomas en muchos casos. En este sentido he de reiterar que si
bien a nivel estatal, no existe norma expresa alguna que regule esta cláusula en
España, a nivel foral es diferente según comentaré a continuación.

28
La Ley Foral de Navarra 26 regula en su artículo 498, expresamente la
cláusula rebus sic stantibus, configurándose de la siguiente manera:

- “Rebus sic stantibus. Cuando se trate de obligaciones de largo plazo o


tracto sucesivo, y durante el tiempo de cumplimiento se altere
fundamental y gravemente el contenido económico de la obligación o la
proporcionalidad entre las prestaciones, por haber sobrevenido
circunstancias imprevistas que hagan extraordinariamente oneroso el
cumplimiento para una de las partes, podrá esta solicitar la revisión judicial
para que se modifique la obligación en términos de equidad o se declare
su resolución” (Comunidad Foral de Navarra, 2019, pág. 106).

Es decir, en el marco legislativo autónomo y/o foral, si podemos encontrar


esta cláusula expresamente estipulada, el problema radica en que la aplicación
de tal normativa se encuentra limitada y/o restringida exclusivamente al territorio
correspondiente a la comunidad autónoma de Navarra, sin que pueda generarse
una mayor discusión respecto aquello.

En definitiva y para dar término a este apartado, señalar que tanto Chile
como España, han existido oportunidades legislativas para solucionar esta
laguna jurídica, pero cuyos intentos no han prosperado atendidas circunstancias
de carácter meramente político. O bien, existen normas que contemplan indicios
de la referida cláusula, pero no constituyen propiamente tal una regulación plena
y expresa de la misma, debiendo acudirse a métodos de interpretación legislativa
para poder abarcar la esencia de la rebus sic stantibus y dejando el resultado a
lo que dictaminen los Tribunales de justicia (sin perjuicio de la legislación foral
mencionada en la última parte, pero que como ya se aclaró tienen un carácter
exclusivo y restringido territorialmente).

26
Ley Foral 21/2019, de 4 de abril, de modificación y actualización de la Compilación del Derecho
Civil Foral de Navarra o Fuero Nuevo.

29
V. REQUISITOS PARA LA APLICACIÓN DE LA CLÁUSULA REBUS
SIC STANTIBUS

Habiendo analizado lo referente al concepto propiamente tal de lo que


constituye la rebus sic stantibus y su marco jurídico regulatorio, me corresponde
explicar y dejar en claro cuáles son los requisitos esenciales y necesarios para
que tenga plena aplicación la referida cláusula.

Ahora bien, antes de referirme a tales requisitos en específico, hay que


aclarar que tanto Chile como España reconocen a nivel doctrinal y jurisprudencial
esta cláusula, pero con diversas terminologías, tema que, si bien ya se abarcó
en un inicio de este estudio, es necesario profundizar aún más para comprender
estos requisitos de aplicación que más adelante detallaré.
En Chile se estudia esta cláusula como ya se señaló con el nombre de
“teoría de la imprevisión”, doctrina cuyo objetivo radica en “restablecer el
equilibrio económico al interior del contrato en términos de razonabilidad, de
manera que sucesos extraordinarios sobrevinientes, imprevistos por las partes,
esto es, que no tuvieron ni debieron razonablemente haber tenido en cuenta al
contratar, no importen un beneficio imprevisto y excesivo para una de ellas
correlativo a un grave perjuicio e injusticia para la otra” (Dórr Zegers, 2005, pág.
145).
Mientras que en España se habla de “cláusula rebus sic stantibus” ,
utilizando por tanto la denominación clásica de la misma, entendida esta como
“una flexibilización y factor mitigador del rigor del principio pacta sunt servanda,
en virtud del cual el contrato es fuente de obligaciones que han de cumplirse con
arreglo a lo convenido (…) siempre con adecuación a las pautas de la buena fe
(…) pues por aplicación de la (implícita) cláusula rebus se acepta que una
profunda alteración de las circunstancias, operante como un alea anormal dentro
del contrato, pueda conducir a la resolución del vínculo obligatorio o a su
acomodación a los nuevos módulos económicos y haber sido roto el equilibrio
de las prestaciones por esa imprevisible mutación fáctica” (Albiñana Cilveti,
2021, pág. 116).

30
En este sentido, habiendo dilucidado la terminología y concepción de esta
cláusula, los requisitos para su aplicación y procedencia a analizar se identifican
de la siguiente manera:

• Chile

En el caso de la jurisprudencia destacar que esta ha tenido un cambio


radical con el transcurso de los años, pasando de estar en una posición
absolutamente negativa en cuanto a la aplicación de esta cláusula, a su
reconocimiento favorable y aplicación en ciertos casos (tema que se estudiara
en el apartado referente a las tendencias jurisprudenciales de cada país). En
este sentido he de mencionar la sentencia 27 de fecha 21 de septiembre del año
2022, dictada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones 28 de Santiago, siendo este
uno de los Tribunales superiores de justicia de Chile, y en cuya sentencia señala
los requisitos necesarios para la aplicación de esta cláusula. A saber:

- “Considerando sexto: Que, en determinados casos la ley faculta a juzgar


la imprevisión o también la llamada cláusula “rebus sic stantibus”, según
la cual, toda vez, que varíen las circunstancias existentes al momento de
celebrar un contrato y, siempre que, dicha modificación signifique una
grave lesión en los derechos de una de las partes, se podrá intervenir en
el negocio jurídico, ajustándolo a las nuevas circunstancias existentes”.

Extracto respecto del cual se pueden extraer determinados requisitos que


la doctrina a su vez a compartido y complementado. Por lo mismo destacar que
el jurista Álamaos Valenzuela 29 señala que para la procedencia de esta cláusula
se requiere:

27
(CL/JUR/36396/2022).
28
Artículos 54 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales, Ley N°7421, Ministerio de Justicia
de Chile.
29
(Álamaos Valenzuela, 2011, pág. 239).

31
a) Que se trate de un contrato de carácter bilateral 30 en el sentido de que
ambas partes contratantes resulten obligadas, constituyéndose cada
una como a acreedora y deudora de la otra a su vez;
b) Que el referido contrato sea de ejecución diferida o tracto sucesivo, en
el sentido de que cuyo cumplimiento está pendiente. Es decir, que
exista una diferencia de tiempo entre la celebración del contrato y el
cumplimiento de las obligaciones que de él nacen, de modo que se
pueda ver afectado en el transcurso de la relación contractual el
carácter oneroso-conmutativo (requisito que se detallara a
continuación) a causa de circunstancias extraordinarias. Ahora, para
que quede claro, el que sea de ejecución diferida implica que la
prestación emanada del contrato “por su propia naturaleza, no puede
ejecutarse en forma unitaria e instantáneamente, sino que a través del
tiempo. De la misma manera, la prestación final se descompone en
diversa sub-prestaciones que son diferentes entre sí y que, por lo
mismo, deben ir ejecutándose en etapas también diferentes”
(Rodríguez Grez, 1992, pág. 132). Ejemplo claro de esto sería la labor
de un abogado durante la tramitación de un juicio. Por su parte el que
sea de tracto sucesivo alude al hecho de que “la relación contractual
se agota y se renueva por períodos continuos, pudiendo, cualquiera
de los contratantes, ponerle término al fin del período natural”
(Rodríguez Grez, 1992, pág. 127). Como lo es en el típico caso de los
contratos de arrendamiento. Excluyéndose por tanto aquellos
contratos de ejecución instantánea, es decir, aquellos que se cumplen
y agotan al momento de su celebración, tal y como sería una
compraventa pura y simple.

30
C.C.ch., artículo 1439: “(…) bilateral, cuando las partes contratantes se obligan
recíprocamente”.

32
c) Que el contrato tenga carácter de oneroso 31-conmutativo 32, lo que
implica que ambas partes se gravan recíprocamente, cada una en
beneficio de la otra, y que las prestaciones se miran como
equivalentes. En este sentido en cuanto al carácter de oneroso lo
relevante y lo que se debe tener en cuenta es el carácter estrictamente
económico en cuanto a si el contrato presta o no beneficio o utilidad
de esta índole para una o ambas partes, siendo necesario que se
reporte un beneficio para ambas, de lo contrario estaríamos en
presencia de un contrato de carácter gratuito, respecto a los cuales no
procede esta cláusula. Por su parte, el que sea conmutativo, implica
como ya se señaló, que las prestaciones que cada una de las partes
ha de realizar se mire como equivalente a lo que la otra debe hacer a
su vez, de modo que exista una igualdad o bien equilibrio en la relación
contractual.
d) Que sobrevenga un suceso ajeno a la voluntad de las partes
contratantes, e imprevisto al tiempo de contratar (en simples palabras,
circunstancias extraordinarias); en estricto rigor que tales
circunstancias no pudieron haber sido previstas por las partes al
momento de la celebración del contrato, se trata por lo tanto de una
imposibilidad de carácter absoluta de modo que sea totalmente ajeno
a la voluntad de las partes, no siendo por lo mismo, consecuencia de
una cierta falta de cuidado o diligencia, ni mucho menos producto del
dolo 33. Ahora bien, se debe aclarar desde ya que el carácter
extraordinario o imprevisible de estas circunstancias deberá ser
valorado por los Tribunales de justicia, quienes mediante el análisis
concreto del juez competente determinará o no si tales circunstancias
pudieron o no ser previstas por las partes; y, siguiendo esta misma

31
C.C.ch., artículo 1440: “(…) y oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos
contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro.
32
C.C.ch., artículo 1441: “El contrato oneroso es conmutativo, cuando cada una de las partes se
obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o
hacer a su vez (…)”.
33
C.C.ch., artículo 44: “El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro”.

33
línea, han de utilizarse criterios tanto subjetivos como objetivos.
Subjetivo en cuanto a que el juez considerará la capacidad de las
partes, nivel educacional, social, y demás factores. Sin embargo, este
criterio puede presentar inconvenientes puesto que podría
desembocar en el campo de lo arbitrario y por lo mismo, de la injusticia;
en tanto que en términos objetivos esta imprevisibilidad o no, ha de
considerarse en abstracto, tomando en consideración a un sujeto
promedio, que en Chile equivale a lo que se denomina como “buen
padre de familia” que básicamente es aquel sujeto que responde de
culpa leve 34 en el cumplimiento de una relación contractual, es decir,
responden de un cuidado ordinario y común respecto a sus negocios
(artículo 1547 del Código Civil chileno señala que “es responsable de
la leve en los contratos que se hacen para beneficio recíproco de las
partes”).
e) Que tal suceso dificulte en forma considerable el cumplimiento de las
obligaciones del contrato; que se torne excesivamente oneroso, pero
no imposible. En este sentido, la obligación ha de tornarse
excesivamente gravosa para una de las partes pero en ningún caso
imposible de cumplir; ahora bien, esta excesiva onerosidad debe
entenderse de modo que a causa de circunstancias extraordinarias, se
genere un desequilibrio de tal magnitud que exista una desproporción
entre la prestación debida de una de las partes y la contraprestación
de la otra, es decir, cuando se ve afectada el alea normal del contrato
y por ende la relación jurídica propiamente dicha; pero como ya señale,
que en ningún caso haga imposible su cumplimiento, puesto que de
ser así estaríamos en presencia (como ya se analizó) ante un caso
fortuito o fuerza mayor, que como se analizó es una figura diferente y
constituye una eximente de responsabilidad civil contractual.

34
C.C.ch., artículo 44: “Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia
y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido,
sin otra calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia
o cuidado ordinario o mediano. El que debe administrar un negocio como un buen padre de
familia es responsable de esta especie de culpa.

34
En definitiva, reiterar que, en el caso de Chile, esta cláusula ha de ser
analizada en detalle, caso a caso por parte del tribunal competente, para efectos
de verificar si concurren o no los requisitos antes señalados, que cabe recordar,
son reconocidos a nivel jurisprudencial y desarrollados en el ámbito doctrinal.

• España

En el caso de España, los requisitos o presupuestos para la aplicación de


esta cláusula tienen un origen jurisprudencial. En razón de aquello y, del mismo
modo que en el ámbito académico, realizaré una distinción solo para efectos de
una mejor comprensión entre requisitos esenciales y aquellos de carácter
complementario; siendo estos los siguientes:

- Requisitos esenciales y/o necesarios:


a) Que, entre la fecha de celebración del contrato y la fecha de ejecución
de la prestación, sobrevenga una alteración extraordinaria de las
circunstancias de contratación. Es decir, se requiere que el contrato
sea de larga duración y/o tracto sucesivo. Así se ha establecido
mediante sentencia 35 del Tribunal Supremo de fecha 6 de marzo del
año 2020 al disponer que: “El cambio de estas características que, bajo
las premisas que establece la jurisprudencia, podría generar un
supuesto de aplicación de la regla de la rebus sic stantibus es más
probable que se dé en un contrato de larga duración, ordinariamente
de tracto sucesivo. Pero no en un supuesto, como el presente, de
contrato de corta duración, en el que difícilmente puede acaecer algo
extraordinario que afecte a la base del contrato y no quede amparado
dentro del riesgo propio de ese contrato”.
b) Que la referida alteración extraordinaria de las circunstancias,
ocasione una desproporción exorbitante en las prestaciones,
acabando con la conmutatividad del contrato, esto en el sentido que
“debe significar una alteración importante en términos económicos,

35
(RJ 2020,879).

35
pero no con una intensidad tal que provoque la imposibilidad de
cumplimiento, porque en tal caso estaríamos ante la figura de la
imposibilidad sobrevenida” (Albiñana Cilveti, 2021, pág. 125), que para
alguno equivale al ya mencionado caso fortuito o fuerza mayor. Es
decir, se estaría perjudicando la igualdad en la equivalencia de las
obligaciones que para cada una de las partes emana del contrato, sin
que por que por ello se haga imposible su cumplimiento, sino más bien,
excesivamente oneroso, pero sí se frustraría la finalidad del contrato
original. Lo cual supone que ha de tratarse de un contrato bilateral,
oneroso y conmutativo, en los términos que señala la ley. Es por lo
mismo que mediante sentencia 36 del Tribunal Supremo de fecha 21 de
julio de 2010, se “supone en ocasiones la intervención de los
Tribunales en orden a corregir los efectos absolutamente desviados
para el equilibrio contractual que se producirían en beneficio de una de
las partes si se mantuvieran en sus propios términos las obligaciones
establecidas en un contrato cuando la base del mismo ha
desaparecido y, en consecuencia, existe un claro desequilibrio entre la
posición contractual de las partes que rompe definitivamente la
pretendida equivalencia de las prestaciones en un contrato que
evidentemente se configuró con carácter oneroso y conmutativo”.
c) Finalmente, es necesario que esta alteración extraordinaria de las
circunstancias sea sobrevenida e imprevista. Sobrevenida en el
sentido que acaecen con posterioridad a la celebración de un
determinado contrato pero que tienen lugar antes de la ejecución de
las obligaciones que del mismo se generan; e imprevista, en el sentido
de que las partes contratantes en ningún momento y bajo ningún
parámetro de razonabilidad hubieran podido prever que acontecerían.
De tal modo que en sentencia 37 del Tribunal Supremo de fecha 9 de
enero del 2019 así se ha exigido este requisito al disponer lo siguiente:
“la cláusula rebus sic stantibus [estando así las cosas], próxima en su

36
(RJ 2010,3897).
(RJ 2019,5).
37

36
fundamento a los arts. 7 y 1258 CC, trata de solucionar los problemas
derivados de una alteración sobrevenida de la situación existente o de
las circunstancias concurrentes al tiempo de la celebración del
contrato, cuando la alteración sea tan acusada que aumente
extraordinariamente la onerosidad o coste de las prestaciones de una
de las partes o bien acabe frustrando el propio fin del contrato”. Y, del
mismo modo, el mismo tribunal ha dispuesto en sentencia 38 de 29 de
octubre del año 2013 que: “para que sea aplicable esa técnica de
resolución o revisión del contrato se exige, entre otras condiciones,
como señaló la sentencia de 23 de abril de 1991, que la alteración de
las circunstancias resulte imprevisible, lo que no acontece cuando la
incertidumbre constituye la base determinante de la regulación
contractual".

- Requisitos complementarios:
a) La aplicación de esta cláusula supone la existencia de un contrato de
larga duración, sea esta ejecución diferida en el tiempo o de tracto
sucesivo propiamente tal. En definitiva, se requiere que el
cumplimiento de las obligaciones, se cumpla en una fecha posterior a
la celebración del contrato, lo cual únicamente tiene lugar en los
contratos de tracto sucesivo, esto es aquellos “Contratos en donde el
cumplimiento de las prestaciones son reiteradas durante un plazo de
tiempo, y es durante ese tiempo cuando pueden acontecer dichas
circunstancias imprevistas que alteren los presupuestos del negocio
(p. ej., contrato de arrendamiento de inmueble)” (Albiñana Cilveti,
2021, pág. 117) o en los contratos tracto único con ejecución diferida,
es decir, aquellos “contratos donde la prestación debe cumplirse
pasado ese periodo de tiempo (p. ej., compraventa de inmueble en
fase de construcción o sobre plano, en donde queda aplazado el
cumplimiento de la obligación de entrega de la cosa o del pago del
precio)” (Albiñana Cilveti, 2021, pág. 117).

(RJ 2013,8053).
38

37
b) A su vez, es necesario que la alteración de las circunstancias no sea
imputable a las partes sino más bien totalmente ajenas a su voluntad;
en estricto rigor las circunstancias extraordinarias no deben ser
consecuencias de una determinada falta de diligencia o cuidado ni
mucho menos de dolo imputable alguna de las partes. A su vez, el
deudor en mora 39 de cumplir lo pactado no puede beneficiarse de esta
cláusula.
c) Como último requisito complementario se encuentra el carácter
subsidiario en la aplicación de la cláusula rebus sic stantibus. Este
carácter subsidiario implica que al existir cualquier otro mecanismo
óptimo para solucionar y dirimir las irregularidades que puedan surgir
en el periodo intermedio entre la celebración y ejecución del contrato,
la referida cláusula tendría un carácter de ultima ratio, es decir, se
aplicaría en defecto de cualquier otro instrumento o mecanismo legal.
Ahora bien, esta excepcionalidad y carácter restringido es objeto de
discusión y se analizará más adelante.

En definitiva, de los requisitos y/o presupuestos que la doctrina y


jurisprudencia tanto chilena como española exigen para que tenga aplicación la
cláusula rebus sic stantibus, se puede establecer que son equivalentes en todo
sentido.

Se exige por una parte la existencia de un contrato bilateral, oneroso,


conmutativo y de tracto sucesivo o único pero con ejecución diferida, de modo
tal que durante el periodo de tiempo que transcurre entre la celebración del
contrato y la ejecución de las obligaciones que emanan del mismo, acontezcan
circunstancias extraordinarias, imprevistas y sobrevenidas, ajenas a la voluntad
de las partes, que alteren exorbitantemente la igualdad de las prestaciones,
tornando así excesivamente oneroso su cumplimiento -pero no imposible-.

Finalmente, se debe señalar que a nivel global las diversas crisis que han
existido, ya sea de carácter económico o de otra índole, producto de diversas
situaciones (como el caso del COVID-19 recientemente) presentan fundamento

39
Artículo 1100 Código Civil Español.

38
plausible para la aplicación de esta cláusula. Sin embargo, la sola existencia y
mera concurrencia de los efectos de una crisis no son motivo suficiente para
aplicar la referida rebus sic stantibus, sino que es necesario acreditar y demostrar
en cada caso concreto, el cumplimiento de las exigencias que los Tribunales
solicitan para proceder a una revisión y adaptación de los contratos a las
circunstancias vigentes para así reestablecer el equilibrio de las prestaciones.

VI. EFECTOS DE SU APLICACIÓN

Habiendo concurrido todos los requisitos necesarios para la aplicación de


la cláusula rebus sic stantibus, será el tribunal competente quien en definitiva
dictamine los efectos que producirá y las repercusiones que tendrá para las
partes el contrato que las vincula.

Cuando hablamos de tribunal competente, en el caso de Chile nos


referimos a los Juzgados de Letras 40, mientras que respecto a España los
Juzgados de Primera Instancia, Audiencias Provinciales 41, entre otros; es decir,
aquellos que conocen la generalidad de las materias en el ámbito del Derecho
Privado, y más concretamente del Derecho Civil (materia de contratos para
efectos de este análisis); sin perjuicio de otros Tribunales integrantes del poder
judicial en los países mencionados y de las diferentes materias en las que
pudiera tener aplicación esta cláusula. Ahora bien, destacar que son los
Tribunales superiores de justicia de estos países los que se han pronunciado y
han establecido mediante sus fallos una tendencia jurisprudencial determinada
en cuanto a la aplicación de esta cláusula, tal y como se estudiará en su apartado
respectivo más adelante.

De conformidad a lo dispuesto y ya para comenzar con los efectos de esta


cláusula, debo destacar que para “algunas opiniones académicas el resultado
más razonable de la aplicación de la rebus respecto de contratos de larga
duración debiera ser la resolución del contrato, la jurisprudencia española ha

40
Código Orgánico de Tribunales de Chile. Artículo 5: “(…) Integran el Poder Judicial, como
Tribunales ordinarios de justicia (…) los juzgados de letras”.
41
Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial. Artículo 26.

39
negado la viabilidad de los efectos resolutorios como punto de partida para la
solución de la alteración extraordinaria de circunstancias, y ha apuntado a la
preferencia de consecuencias consistentes en la modificación o variación de los
términos del contrato” (Gómez Pomar & Alti Sánchez-Aguilera, 2021, pág. 517)
siendo la situación de Chile muy similar. Lo anterior fundado en el principio de
conservación de los contratos, al cual me referiré más adelante.

Por tanto, señalar que la aplicación de la referida cláusula no busca una


extinción del contrato mediante la resolución automática o inmediata del mismo
para el caso de cumplirse con cada uno de sus requisitos, más bien lo que se
pretende con su concurrencia es la revisión, por tanto la modificación u
adaptación del contrato de que se trate conforme a las nuevas circunstancias;
sin embargo, también se puede hablar de la suspensión temporal de los efectos
del contrato en ciertos casos como uno de los efectos de esta cláusula.

A raíz de los dispuesto, analizaré cada uno de los mencionados efectos


para un mayor entendimiento; pero este análisis será desde mi enfoque personal
como abogado y del orden que considero apropiado en cuanto a la procedencia
de cada uno (de los efectos):

a) Revisión y modificación del contrato: En primer lugar, toda vez que


un contrato se ve alterado por circunstancias extraordinarias de modo
que se pierda la esencia o finalidad por la cual se dio origen a la
relación contractual, las partes interesadas del referido vinculo jurídico
claramente no pretenden que el contrato se extinga, o al menos así es
en la mayoría de los casos, puesto que efectivamente existe un interés
legítimo en que cada uno de los involucrados cumpla con las
obligaciones que para ellos se han generado. Ejemplo de ello sería un
contrato de compraventa en el que la entrega del bien (sea este
mueble o inmueble) y el pago del precio, están sujetos a un plazo
determinado, estando el comprador interesado en adquirir la cosa (el
bien) y el vendedor en adquirir el precio de la misma. En este sentido,
la aplicación de esta cláusula faculta al juez para efectuar una revisión
del mismo y, por consiguiente, modificar o actualizar su contenido en
concordancia con las nuevas circunstancias; esto con la finalidad de
que la relación jurídica contractual se mantenga viable y que las partes
40
continúen en igualdad de condiciones. Lo anterior guarda estricta
relación con el “principio de conservación de los contratos”, en virtud
del cual se pretende que la figura contractual de que se trate alcance
sus efectos previstos en un inicio por las partes.

b) Suspensión temporal de los efectos del contrato: Respecto a la


suspensión de los efectos de los contratos producto de circunstancias
extraordinarias que tornan excesivamente oneroso su cumplimiento,
lo que se pretende es que la parte que se vea afectada obtenga un
beneficio de tiempo, concediéndole el tribunal competente una dilación
en el cumplimiento de su obligación, para que este desequilibrio en las
prestaciones vuelva a su cauce normal. Ahora bien, el problema de
este efecto y de la facultad de los jueces para suspender el
cumplimiento de las obligaciones radica en determinar si las
circunstancias extraordinarias son de carácter temporal o definitivo,
puesto que de encontrarse en el último caso, es decir, de
circunstancias que ya no mutarán y que se materializarán de forma
estricta, no sería procedente la suspensión como un efecto eficaz, toda
vez que la relación contractual se encontraría en una situación de
incertidumbre de carácter indefinido, cuestión en que deberá ser
analizada por el juez para cada caso en concreto; motivo por el cual
se debería proceder a los otros dos efectos, la revisión o resolución
del contrato según determine dentro del ámbito de sus atribuciones.

c) Resolución del contrato: finalmente y no siendo efectiva la revisión


del contrato o la suspensión de sus efectos, el juez ha de proceder a
la resolución del mismo y por tanto a la extinción de las obligaciones
que se han generado pero que se han visto modificadas por las
circunstancias extraordinarias que han generado un desequilibrio
importante de las prestaciones. En cuanto a la particularidad de la
resolución, su efecto se traduce en retrotraer a las partes contratantes
a un estado anterior al de la celebración del contrato, operando por
tanto con efecto retroactivo, es decir, hacia el pasado; sin embargo,
respecto a los contratos de tracto sucesivo, esto no es factible, toda

41
vez que como ya se ha señalado este tipo de figuras contractuales
implica que las obligaciones se cumplen y renuevan cada cierto
tiempo, como en un contrato de arrendamiento en el que la renta se
devenga mes a mes generalmente, no pudiendo deshacerse lo
cumplido. Por lo anterior, es que en los contratos de tracto sucesivo
se alude al concepto de “terminación”, operando y produciendo sus
efectos hacia el futuro. Y, en cierto sentido el beneficio que reporta
para las partes la resolución (terminación), sería que estas pueden
optar por volver a celebrar un contrato, pero considerando las nuevas
circunstancias.

Estando en conocimiento de los diversos efectos que puede generar la


aplicación de esta cláusula y para dejar en claro las diversas posturas de los
Tribunales de cada país con respecto a ellos, he destacar las siguientes
sentencias:

En primera instancia mencionar la sentencia 42 de 14 de octubre del año


2011 de la Audiencia Provincial de Jaén, mediante la cual establece lo siguiente:

- “Que lo realmente planteado fue la aplicación de la implícita cláusula


"rebus sic stantibus", o la quiebra o desaparición de la base del negocio o
de la equivalencia de las prestaciones, y que judicialmente se lleve a cabo
una modificación del vínculo obligacional, con base en la equidad
proclamada por el artículo 3.2º del C.C .; admitiendo la jurisprudencia más
reciente en casos extremos la resolución contractual, y siendo la petición
principal no una resolución estricta en el sentido de resolver el vínculo
obligacional”.

A su vez, según la sentencia 43 de 27 de abril del año 2012, del Tribunal


Supremo de España (sala primera, civil), se estableció lo siguiente:

- “Los presupuestos exigidos por la jurisprudencia de esta Sala, para llevar


a cabo una revisión de un contrato en aplicación del principio general
contenido en la cláusula rebus sic stantibus, aluden a una alteración de

42
(JUR 2012, 247963).
43
(RJ 2012,4714).

42
las circunstancias entre el momento de la perfección del contrato y el de
consumación, desproporción que ha de ser exorbitante entre las
prestaciones de las partes, que se produjo por un riesgo imprevisible y,
por último, la subsidiaridad por no caber otro remedio (SSTS de 20 de
noviembre de 2009 y 21 de febrero de 2012). Si tienen lugar todas estas
circunstancias, la aplicación de la referida cláusula no producirá la
extinción del contrato, sino su modificación […] la posibilidad de revisión
de un contrato con aplicación del principio general de la cláusula rebus sic
stantibus exige los requisitos de alteración de las circunstancias entre el
momento de la perfección del contrato y el de consumación,
desproporción exorbitante entre las prestaciones de las partes, que ha de
haberse producido por un riesgo imprevisible y la subsidiaridad por no
caber otro remedio”.

Y finalmente aludir a la sentencia 44 de 7 de junio del año 2016 de la


Audiencia Provincial de la Coruña, la cual a mi parecer consolida la preferencia
a la modificación del contrato como efecto normal de la cláusula en estudio,
citando al mismo tiempo jurisprudencia del Tribunal Supremo de España en
consideración a la misma postura:

- “El efecto normal y preferente de esta cláusula es la modificación de la


obligación o del contrato, encaminada a compensar el desequilibrio de las
prestaciones, no su extinción o resolución (SS TS 23 abril 1991, 6
noviembre 1992, 15 marzo 1994, 19 junio 1996, 12 noviembre 2004, 25
enero 2007 y 15 octubre 2014)”.

Por su parte, tratándose del escenario chileno, dirimir los efectos de la


cláusula rebus sic stantibus, puede llegar a ser algo complejo, atendido que el
máximo tribunal de dicho país, es decir, la Excelentísima Corte Suprema, ha sido
totalmente restrictiva a la hora de aceptar su aplicabilidad velando por el
cumplimento eficaz del denominado pacta sunt servanda.

44
(JUR 2016,129047).

43
Sin embargo, con el pasar de los años la tendencia de su aplicación ha
sido variada (como se analizará más adelante), y los Tribunales superiores de
justicia de Chile así lo han reflejado en sus fallos.

Por lo mismo y a propósito de un contrato en materia administrativa, la


tercera sala constitucional de la Excelentísima Corte Suprema ha señalado a
propósito de la aplicación de la teoría de la imprevisión (que cabe reiterar, se
traduce en la cláusula rebus sic stantibus, pero con una terminología diferente),
en sentencia 45 de 07 de agosto del año 2020, lo siguiente:

- “Considerando octavo, letra c: en la especie, se trata de un contrato


administrativo -regido por la ley 19.886-, de suministro (tracto sucesivo)
sujeto a un plazo breve, por todo lo cual, la modificación por imprevisión
debe ser excepcional”. Es decir, del presente extracto de la sentencia
antes citada, se puede dilucidar como el efecto de esta cláusula (teoría en
Chile), radica en la modificación del contrato, y no su extinción, con la
finalidad de preservar el mismo”.

Y, siguiendo la misma línea, mediante sentencia 46 de fecha 21 de


septiembre del año 2022, dictada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones 47 de
Santiago, esta ha dispuesto lo siguiente:

- “Considerando sexto: En determinados casos la ley faculta a juzgar la


imprevisión o también la llamada cláusula “rebus sic stantibus”, según la
cual, toda vez, que varíen las circunstancias existentes al momento de
celebrar un contrato y, siempre que, dicha modificación signifique una
grave lesión en los derechos de una de las partes, se podrá intervenir en
el negocio jurídico, ajustándolo a las nuevas circunstancias existentes
(…)”;

En definitiva, los efectos de esta cláusula según la jurisprudencia y la


doctrina tanto chilena como española, aluden a una preservación del vínculo o

45
(CL/JUR/164201/2020).
46
(CL/JUR/36396/2022).
47
Artículos 54 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales, Ley N°7421, Ministerio de Justicia
de Chile.

44
relación contractual, esto con la simple finalidad de evitar su extinción
automática, efecto que eventualmente puede tener lugar, pero solo como ultima
ratio 48, no siendo imperativo para el juez aludir a una resolución (o terminación,
como ya se especificó) de manera inmediata.

VII. TENDENCIA JURISPRUDENCIAL

Analizado y dilucidado lo referente a la situación legislativa y doctrinal de


Chile y España referente a la cláusula rebus sic stantibus y, sin perjuicio de
ciertas sentencias de los Tribunales de cada país en las cuales he fundado mis
argumentos, durante el desarrollo de este trabajo; específicamente abordaré a
fondo y en detalle la postura de los Tribunales de los países mencionados.

Desde ya, señalar que en conocimiento de la materia analizada, estimo


correcto traer a discusión la siguiente problemática: el paradigma de aplicación
excepcional de la cláusula rebus sic stantibus ¿Debe continuar vigente, o se
debe acabar?, pues esta es una pregunta que en principio puede tener una
respuesta inmediata entre los juristas clásicos, y es que en virtud de la fuerza
obligatoria de los contratos, que es la regla general, esta cláusula ha de tener un
carácter puramente excepcional y cuya aplicación debe ser de ultima ratio,
puesto que los términos iniciales de todo contrato son los que han de prevalecer
ante cualquier situación, ya que es ley para las partes, así lo ha determinado la
jurisprudencia en un principio, fundado en la ley que regula expresamente el
denominado pacta sunt servanda, a diferencia de la presente cláusula que
carece de norma expresa que resguarde su contenido, y que es el principal
fundamento para su rechazo a una aplicación normalizada; sin embargo, con el
pasar de los años los Tribunales de cada país han tenido un cambio importante
y es lo que a continuación explicaré mediante una serie de resoluciones
judiciales.

48
Expresión en latín que significa “última opción” o “ultimo argumento”.

45
• Chile

La aplicación de la cláusula rebus sic stantibus o también conocida en


Chile como teoría de la imprevisión -terminologías que utilizaré indistintamente
en este apartado-, ha sido objeto de variados pronunciamientos por parte de la
justicia ordinaria. En principio, podemos señalar que la aplicación de la referida
cláusula es negativa en virtud del principio pacta sunt servanda, recogido en el
artículo 1545 del Código Civil chileno ya mencionado, sin perjuicio de que con el
pasar de los años su aplicación ha evolucionado y tiene cabida, pero de manera
restringida.

En primer lugar, he de traer a estudio la clásica sentencia 49 dictada por la


Excelentísima Corte Suprema de Chile, de fecha 10 de enero de 1925, la cual
dispone lo siguiente:

- “Considerando décimo cuarto: los Tribunales carecen de facultades para


derogar o dejar sin cumplimiento la ley del contrato, ya sea por razón de
equidad o bien de costumbres o reglamentos administrativos”.

Esta sentencia si bien data de una fecha remota, constituye una fiel
representación de lo que el máximo tribunal de este país a tratado de manifestar
a lo largo de los años; en este sentido, la causa versa sobre el cobro de pesos
por las obras construidas satisfactoriamente en el puerto de San Antonio, en la
que el actor Augusto Galtier alegaba contra el Fisco 50 que la fuerte devaluación
monetaria a causa de la Primera Guerra Mundial, provocó que el monto de dinero
pactado en un principio se haya perjudicado, lo que se generó en el lapso de
tiempo de cumplimiento del contrato, exigiendo por tanto su modificación; y es
en este sentido que el tribunal antes señalado emite su fallo estableciendo que
los Tribunales no pueden intervenir de manera alguna en la ejecución de las
obligaciones que emanan de un contrato, negándose la facultad de modificación
de los mismos, ya sea por cuestiones de equidad, costumbre u otros factores.

49
En consideración a la fecha de la sentencia, no se encuentran registro de su número rol de
identificación, pero si consta en los registros de la Gaceta de los Tribunales de Chile.
50
Personalidad jurídica del Estado de Chile.

46
En definitiva, esta sentencia es el inicio de un paradigma totalmente
negativo frente a la posibilidad de aplicación de la cláusula en estudio.

Por su parte, y habiendo transcurrido ya varias décadas en que la justicia


chilena ha sido firme en preservar la postura del anterior pronunciamiento, es
que la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, mediante sentencia 51 de
fecha 14 de noviembre de 2006 ha dado lugar al inicio de un cambio de
paradigma en cuanto a la favorable aplicación de la cláusula en estudio; tribunal
que, si bien no es el máximo tribunal de Chile en términos jerárquicos, se
encuentra inmediatamente a continuación de la Excelentísima Corte Suprema;
en efecto, la sentencia dispuso lo siguiente:

- “Considerando séptimo: Que, si bien la doctrina nacional es uniforme al


señalar que el artículo 1545 del Código Civil consagra el antiguo principio
"pacta sunt servanda", el cual otorga a los contratos fuerza de ley o dicho
de otra manera establece el concepto de "la ley del contrato" cuando
expresa: "todo contrato legalmente celebrado es una ley para las partes,
y no puede ser invalidado sino por consentimiento mutuo o por causa
legal"; Considerando octavo: Que, de esta manera, y de la simple lectura
del artículo transcrito, pareciere emanar en forma definitiva, la
inmutabilidad absoluta del contrato, criterio que esta Corte reconoce como
un principio de certeza y seguridad jurídica, sin embargo, estima que el
análisis del tema discutido en autos no puede abortarse de inmediato,
pues la teoría de la imprevisión no es, en ningún caso, un peligro para tal
principio, es decir, no es incompatible con la denominada "ley del
contrato", por el contrario, se puede afirmar que ésta se ve reforzada por
cuanto da la posibilidad a los contratantes de conservar inalterada la
situación jurídica que asumieron al vincularse.

En estricto rigor, y para mayor comprensión, la sentencia antes


mencionada versa sobre una demanda de cumplimiento forzado, en el que se
exige, por parte del Servicio de Vivienda y Urbanización de la Región
Metropolitana a la Constructora Concreta S.A. asumir el pago de mayores

51
(CL/JUR/6998/2006).

47
gastos nos previstos en la realización de determinadas obras, lo cual da lugar a
un reconocimiento pleno de la teoría de la imprevisión -rebus sic stantibus por
parte del referido tribunal, aunque claramente no ha estado exento de críticas
atendida la intangibilidad de los contratos, fundada en su fuerza obligatoria.

Por su parte, mediante sentencia 52 de la Excelentísima Corte Suprema53


fecha 9 de septiembre del año 2009, se dispone:

- “Considerando decimo: define la imprevisión como la facultad del deudor


de solicitar la resolución o revisión del contrato de ejecución postergada
cuando un imprevisto ajeno a la voluntad de las partes ha transformado
su obligación excesivamente onerosa (…) y sostiene que la institución no
está expresamente contemplada, por obvias razones de época y los
principios y preceptos de carácter general. Es por eso que no puede
instalarse la imprevisión como tal ya que se estrellaría irremediablemente
contra lo estatuido. Fundamentalmente es el Art. 1.545 del Código Civil el
que la excluye, pues el contrato no puede ser dejado sin efecto, y con
menos razón aún modificado, si no es por voluntad de las partes los
jueces, en materia civil no tienen otras facultades que las que se les han
otorgado, y nadie les ha dado la de modificar las convenciones. Así se ha
fallado”.

La presente sentencia se pronuncia a propósito de un recurso de casación


en el fondo que tiene por objeto dejar sin efecto una sentencia dictada por el 1°
Juzgado Civil de Valparaíso y confirmada por la Corte de Apelaciones de la
misma ciudad, referente a un juicio por cobro de honorarios. Señalar que la parte
demandada, Empresa Portuaria de Valparaíso, pretende la aplicación de la
teoría de la imprevisión -según los términos ya estudiados-, con la sola finalidad
que se le exima de pagar a South Andes Capital S.A, la suma de 102.801, 37
U.F, alegando un cambio en las circunstancias de contratación iniciales, pero,
sin perjuicio del cumplimiento o no de los requisitos que esta teoría o cláusula
exige, el fundamento primordial, para rechazar su aplicación, es el pacta sunt

52
(CL/JUR/8480/2009).
53
Articulo 93 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales, Ley N°7421, Ministerio de Justicia
de Chile.

48
servanda, contenido en el artículo 1545 del Código Civil chileno, sin mayores
fundamentos más que el apego a la ley, al no estar expresamente contenida en
dicha normativa la teoría de la imprevisión.

Ahora bien, nuevamente la Excelentísima Corte Suprema, según


sentencia 54 de fecha 20 de marzo del año 2020, pareciera ser que ha tenido
cambio en cuanto al reconocimiento de esta teoría o cláusula. A saber:

- “Considerando cuarto: En este sentido, la cláusula tercera de contrato de


apertura de cuenta de inversión celebrado entre el demandado y KT
Financial Group, establece expresamente que el sistema requiere del
depósito de dineros que respalden las operaciones (…) es
responsabilidad y obligación del cliente mantener en todo momento
fondos suficientes para garantizar sus operaciones; Considerando quinto:
que la actora ha imputado el incumplimiento de esta última obligación (…)
no tuvo fondos suficientes para responder; Considerando séptimo: Ahora
bien, resulta necesario abordar que el hecho sobreviniente y verificado
con posterioridad a la celebración del contrato, consistente en la
importante disminución del precio del instrumento financiero derivado de
las acciones de la compañía Netflix y que genera la perdida de la inversión
total del demandado (…) es un hecho ajeno a la voluntad de las partes y
ha producido un desequilibrio tal en sus prestaciones que el cumplimiento
de la obligación por parte del cliente inversionista importa ahora un
desembolso exagerado (…) Esa situación, se podría enmarcar en lo que
la doctrina denomina teoría de la imprevisión (…)Sin embargo, de
conformidad con el artículo 1560 del Código Civil y el tenor de las
declaraciones del Sr. Godoy en torno a conocer los riesgos de invertir en
el mercado informal extra bursátil y su comportamiento anterior al hecho
sobreviniente durante los á meses de junio a septiembre de 2014,
excluyen en el caso de autos la aplicación de la imprevisión. Como se
indicó, el demandado manifestó conocer y entender las condiciones
generales de contratación, las que asegura fueron entregadas por KT
Financial y ForexChile S.A y, en virtud de la cuales, las partes operaron

54
(CL/JUR/21182/2020).

49
en un mercado cuya característica principal es el apalancamiento
financiero, el que implica un alto nivel de riesgo”.

Esta sentencia básicamente alude y reconoce la existencia de la teoría de


la imprevisión, sin perjuicio de que no acepta su aplicabilidad para el caso en
concreto, puesto que no se cumple con uno de los requisitos esenciales, esto es,
hecho o circunstancias de carácter imprevisible.

En este sentido, si bien el alza y baja de las acciones es constantemente


variable en el mercado extrabursátil, y no depende de la voluntad en este caso
de las partes contratantes, no es menos cierto que toda persona que ingresa a
este mercado y contrata los servicios de una corredora de bolsa, previamente se
debe informar del tipo de contrato, las características, obligaciones y
consecuencias que del mismo podrían derivar. Para el caso, ForexChile
Corredores de Bolsa S.A, que se constituye como una filial de la empresa
demandante (ForexChile S.A.) informo al demandado en su plenitud las
condiciones generales de las obligaciones que estaba contrayendo y del riesgo
que asumía en este tipo de contratos, es decir, estamos ante lo que en derecho
se conoce como “alea previsible”, o sea, lo que las partes pueden prever o más
bien esperar a futuro, como consecuencia de este tipo de negocios jurídicos.

Ahora bien, este alea previsible se refleja en los medios de prueba que se
señalan en la sentencia, tales como el documento denominado “Términos
relevantes FXCB” o la “Declaración de origen de fondos, aviso legal de riesgo y
notificación de elementos fundamentales en el funcionamiento de los mercados
financieros”.

Cabe destacar que la Excma. Corte Suprema de Chile, condenó en esta


sentencia al demandado (señor Godoy) al pago de $72.900.885 chilenos, no
dando lugar a la teoría de la imprevisión, independiente de que su obligación se
haya tornado excesivamente onerosa, puesto que era una circunstancia que
pudo preverse.

En definitiva, el máximo tribunal chileno, si bien reconoce la existencia de


esta teoría que hemos estado analizando latamente, no concibe su aplicación de
manera tan simple sino más bien exige que el cumplimiento de los requisitos ya
estudiados, se efectué a cabalidad.

50
Por último, me parece importante mencionar la sentencia 55 de fecha 21
de septiembre del año 2022 dictada por la Ilustrísima Corte de Apelaciones 56 de
Santiago, pronunciándose favorablemente con respecto a la aplicabilidad de la
teoría (o cláusula) en estudio. A saber:

- “Considerando primero: Que, con fecha 26 de junio de 2021 la inmobiliaria


Pablo Rado Reichberg Spa, demanda en juicio sumario de terminación de
contrato de arrendamiento por no pago de rentas y de indemnización de
perjuicios a la sociedad Farmacias, perfumería y comercializadora Jorge
Manríquez Jofré EIRL (…) se condene a la citada demandada a pagar la
suma de 189 UF vigentes a la fecha de presentación de la misma, que
corresponde a rentas de arrendamiento de pago de los meses de junio,
julio y agosto de 2020; la suma equivalente en moneda nacional a 75.1
UF , que corresponden a las diferencias producidas entre lo pagado
parcialmente por concepto de rentas de arrendamiento de los meses de
enero, febrero, marzo, abril y mayo de 2020 y lo que efectivamente debió
pagarse; Considerando segundo: Que, con fecha 10 de diciembre de
2021 la parte demandada contesta la acción incoada en su contra (…)
Indicó que, a raíz del estallido social, el precio de arrendamiento fue
rebajado por la parte contraria y que mediante carta certificada de fecha
6 de mayo del año 2020 su representada puso término al contrato de
arriendo; Considerando tercero: con fecha 15 de marzo del año en curso
el Tribunal (de 1ra instancia) dicta sentencia (…) condenando a la
demandada al pago de rentas adeudadas por la suma de 189 UF (…) Se
condenó, asimismo a la demandada por concepto de indemnización de
perjuicios al pago de las rentas hasta la expiración de la prórroga vigente
del contrato; considerando cuarto: la demandada de la sentencia dictada
en autos, quien apeló de la misma (…) no consideró el desahucio del
contrato de arrendamiento vincula a las partes, efectuado por su
representada considerando el contexto social, los saqueos sufridos y la
crisis económica experimentada a raíz de las propagación del COVID-19,

55
(CL/JUR/36396/2022).
56
Artículos 54 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales, Ley N°7421, Ministerio de Justicia
de Chile.

51
lo cual no obedeció a la mera arbitrariedad de la demandada, lo que fue
invocado en la carta respectiva dirigida al arrendador (…) Pide -en
síntesis- revocar totalmente la sentencia; Considerando séptimo: los
Tribunales por imperativo legal deben de juzgar tal imprevisión del modo
que más conforme o parezca al espíritu general de la legislación y a la
equidad natural de conformidad con lo dispuesto en el N°5, del artículo
170 57 del Código de Procedimiento Civil; Por estas consideraciones, y
vistos (…) SE REVOCA, sin costas, la sentencia de fecha quince de
marzo de dos mil veintidós, dictada por el Vigésimo Primer Juzgado Civil
de esta ciudad y en su lugar se declara que NO SE HACE LUGAR a la
demanda deducida por el apoderado de la sociedad Inmobiliaria Pablo
Rado Reichberg SpA.”

En la sentencia que antecede, estamos en presencia de un contrato de


arrendamiento, en el que la parte demandante alega y funda su pretensión
(demanda civil), en el impago de rentas y los perjuicios que ha traído consigo el
termino anticipado del contrato y el actuar culposo de la parte demandada.

Sin embargo, es de mencionar que la demandada informó mediante carta


de fecha 6 de mayo su decisión de poner término al contrato de arrendamiento,
y ante la negativa del arrendador de recibir el inmueble, dejó las llaves del mismo
ante Notario Público señor Wladimir Shramm López (hechos que no se
comprenden en el fragmento de la sentencia, en razón de su extensión); aún
más, el estallido social que se produjo en Chile en octubre del año 2019, las
consecuencias de la pandemia a causa del COVID-19, fueron determinantes
para proceder a tomar tal decisión.

Es por lo mismo, que la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago,


revocó la demanda de primera instancia en que se condenaba a la demandada,
considerando entre sus principales argumentos, el cambio extraordinario en las
circunstancias de contratación previstas inicialmente, señalando que el termino
unilateral de parte de la demandada no es culposo, y dice relación con causas

57
“Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen o
revoquen en su parte dispositiva las de otros Tribunales, contendrán: La enunciación de las leyes,
y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo”.

52
ajenas a su voluntad que justifican del todo (a juicio de este tribunal), el término
del contrato de manera anticipada, aplicando por tal motivo, la teoría de la
imprevisión o también denominada cláusula rebus sic stantibus.

En definitiva, las sentencias analizadas anteriormente emanadas de la


justicia ordinaria chilena marcan una evolución favorable en cuanto al
reconocimiento de la cláusula en estudio, pero a su vez una aplicación restrictiva
de la misma.

Primero, se debe aclarar por un lado, que la Excelentísima Corte Suprema


de Chile, pasó de no aplicar esta teoría y no reconocerla como una institución
jurídica expresa, a reconocerla y aplicarla de manera estricta, y por otra parte la
Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago (tribunal inmediatamente inferior, en
términos jerárquicos) reconoce también dicha cláusula, pero ya de manera más
favorable en cuanto a su aplicación, toda vez que se cumplan los requisitos
necesarios para que tenga cabida y produzca efectos.

Sin embargo – y aquí destaco lo siguiente- en cuanto a los efectos que


produce esta teoría de la imprevisión. Como se analizó en su momento, lo que
se pretende con su aplicación es la modificación y subsistencia del contrato,
según las nuevas circunstancias; pero para el caso de la última sentencia
analizada, el juez declaró la extinción del mismo, es decir, si bien aplico la teoría
de la imprevisión para el caso en concreto, el efecto de la misma no se constituyó
en la preservación del contrato, aunque si se debe mencionar que desde un
principio del conocimiento de la causa, la parte demanda tenía intenciones de
terminar dicha relación contractual, sin perjuicio de que para el caso, la teoría de
la imprevisión permitió eximirla de la condena que el tribunal de primera instancia
había impuesto en su contra.

• España

Tratándose de este país, en “la jurisprudencia tradicional, la cláusula


“rebus sic stantibus” se configuraba como un instrumento excepcional,
“peligroso”, que debía ser admitido de un modo cauteloso y de forma restrictiva.
La ratio no era otra que su aplicación constituía quebranto al respeto absoluto a

53
la voluntad de los contratantes o lex contractus que consagraban el artículo 1091
del Código Civil” (González-Guimaraes, 2016, pág. 40).

Sin embargo, con el transcurso de los años se ha visto un cambio


importante en cuanto al reconocimiento y aplicación de esta cláusula en razón
de diversos fundamentos, lo cual a continuación detallaré.

En primer lugar, mencionar la sentencia 58 del Tribunal Supremo de fecha


17 de enero del año 2013, a saber:

- En cuanto a los hechos, se celebra un contrato de compraventa de un


inmueble, los adquirentes del bien interpusieron una demanda contra la
entidad mercantil vendedora solicitando la resolución del contrato en
razón de una imposibilidad sobrevenida y pretendiendo a su vez, la
devolución de las cantidades entregadas a cuenta, y en defecto de lo
anterior una modificación del contrato referido. Fundando su pretensión,
en la cláusula rebus sic stantibus, en ambos casos, por el hecho de no
haber recibido el préstamo crediticio con el cual pretendían financiar la
compra. A lo anterior, la parte vendedora se opuso, formulando
reconvención y solicitando que el contrato tenga plena eficacia, dándose
lugar a su cumplimiento y exigiendo el pago a que alude el contrato. Es
de señalar que el Juzgado de Primera Instancia desestima la demanda, y
acoge la reconvención, sin embargo la Audiencia Provincial acoge el
recurso de apelación que la parte demandante interpuso y revoca la
sentencia; finalmente es el Tribunal Supremo quien en definitiva acoge el
recurso de casación que la parte demandada- reconveniente interpuso
contra el fallo de la Audiencia Provincial, obteniendo una sentencia en su
favor, ya que se revocó dicha resolución, confirmándose la de primera
instancia.

Con respecto a esta sentencia, el fundamento jurídico tercero es de suma


relevancia al señalar “que en su respuesta al requerimiento de 5 de noviembre
de 2008 los compradores no alegaron la imposibilidad sobrevenida de pagar el
precio; que según el propio documento de la entidad de crédito acompañado con

58
(RJ 2013, 1819).

54
la demanda, la denegación del préstamo hipotecario se debió a la situación
financiera del comprador y no a la situación financiera general; que no consta
comparación alguna entre la situación económica de los compradores al firmar
el contrato y su situación en noviembre de 2008”.

Para este caso, en concreto el Tribunal Superior de España, opta por


rechazar la aplicación de la cláusula rebus sic stantibus, toda vez que los
adquirentes del inmueble solo fundan su pretensión en la crisis económica del
año 2008, sin dar mayores motivaciones y argumentos; crisis económica que se
constituye como un hecho público y notorio del mismo modo que la baja
concesión de créditos hipotecarios por parte de las entidades financieras.

Es más, la sentencia dictada por la Audiencia Provincial, objeto del


recurso de casación, no se pronuncia respecto de cuestiones relevantes para la
aplicación o no de la cláusula en estudio, como la situación económica de los
compradores antes y después del contrato, o al verificar la imposibilidad de
financiamiento de su préstamo en razón de la negativa de una única entidad
financiera, y más gravoso aun, el hecho de que el contrato contemplaba en su
contenido un apartado referente a una eventual situación en que no se
concediera el financiamiento para efectos de adquirir la vivienda, motivo que no
los exoneraba de pagar el precio, constituyéndose así como un riesgo que
asumían.

Finalmente, es un contrato que ni siquiera es de tracto sucesivo (siendo


estos aquellos en que mayor aceptación tiene la cláusula objeto de este estudio),
sino más bien una compraventa de tracto único. Aún más, la obligación en
cuestión es de dinero, y por ende de carácter genérica; en este sentido tiene
cabida un adagio (o aforismo jurídico), el género no perece. Por tanto, su
incumplimiento ante la justificación de no tener dinero no tiene cabida; una cosa
es la situación financiera personal de los compradores y otra la crisis económica.

En definitiva, el tribunal supremo acoge el recurso de casación y plantea


su postura en cuanto a que la sola crisis económica no puede constituir una
causal genérica que dé plena aplicación a la referida cláusula, sino que debe ser
analizada en cada caso en concreto y a la luz del cumplimiento de los demás
requisitos que ya se han estudiado en apartados anteriores.

55
Ahora bien, una sentencia 59 importante y que ha sido destacada en el
último tiempo, a pesar del criterio estricto y la generalidad en la negativa a la
aceptación de la cláusula rebus sic stantibus y su aplicación, es la del Tribunal
Supremo de fecha 30 de junio del año 2014. La cual dispone:

- En cuanto a los hechos, podemos extraer de la referida sentencia, que


Promedios, Exclusivas de Publicidad, S.L. interpuso demanda de juicio
ordinario, contra Empresa Municipal de Transportes de Valencia, S.L.U.
solicitando la modificación y en su defecto la resolución de un contrato
(referente a la publicidad que instalaba en los medios transporte públicos
de la ciudad), lo anterior producto de la crisis económica acontecida en su
momento, puesto que aquello ocasiona que disminuyan los ingresos de la
empresa de publicidad y señalando que le es imposible cumplir con la
obligación emanada del contrato, pretendiendo por tanto la aplicación de
la cláusula rebus sic stantibus y por consiguiente, modificar el importe de
dinero que debe pagar por la cantidad de publicidad que está insertando
en los autobuses o bien la resolución del contrato. Él en primera instancia,
se acoge la demanda interpuesta y se concede la modificación del mismo;
sin embargo, la demandada interpone recurso de apelación que es
acogido por la audiencia provincial, revocando la referida sentencia de
primera instancia y condenando al cumplimiento de la obligación y en
estricto rigor al pago de 998.331euros y 68 céntimos. A lo que la
demandante interpone recurso de casación que es acogido en su favor
por el Tribunal Supremo.

Esta sentencia marca un precedente por decirlo de algún modo, ya que


acoge el recurso aplicando la cláusula en estudio, puesto que toda la capacidad
económica de la empresa de publicidad no puede dirigirse al contrato, no puede
llevarla a la ruina. En este sentido, el cumplimiento se tornó excesivamente
oneroso, por lo que no tendría sentido cumplir un contrato que implicará la ruina
de una empresa. Claramente ese no fue el objetivo del contrato.

En estricto rigor se consolida la doctrina manifestada en lo referente tanto


a los requisitos exigidos para su aplicación como a la modificación del contrato

59
(RJ 2014,3526).

56
objeto de la sentencia. Lo anterior en razón de haberse quebrantado la
conmutatividad de las prestaciones, observándose así un giro en el
pronunciamiento jurisprudencial, toda vez que se considera un ámbito objetivo
para la aplicación de esta cláusula.

Así las cosas, cabe traer a colación lo expresado por el máximo tribunal
de España en dicho fallo, a saber: “en la línea del necesario ajuste o adaptación
de las instituciones a la realidad social del momento, así como al
desenvolvimiento doctrinal consustancial al ámbito jurídico, la valoración del
régimen de aplicación de esta figura tiende a una configuración plenamente
normalizada en donde su necesaria aplicación prudente no deriva de la anterior
caracterización, sino de su ineludible aplicación casuística, de la exigencia de su
específico y diferenciado fundamento técnico y de su concreción funcional en el
marco de la eficacia causal de la relación negocial derivada de su imprevisibilidad
contractual y de la ruptura de la base económica del contrato, con la consiguiente
excesiva onerosidad para la parte contractual afectada”.

Algo que, bajo los supuestos tradicionales de la concepción de esta


cláusula, hubiera sido rechazada, pero como ya dijimos, esto marca un
precedente. (sin perjuicio que es una sentencia entre muchas, y si es que no, la
gran mayoría, que se pronuncian de manera contraria).

Ahora bien, nuevamente en sentencia 60 del Tribunal Supremo, de fecha


30 de abril del año 2015, se refleja lo estricto que es el sistema judicial al
momento de exigir los requisitos necesarios para aplicar esta cláusula. En
síntesis, la sentencia dispone lo siguiente:

- Se rechazó la aplicación de la cláusula en estudio con respecto a un


contrato de compraventa de inmueble, esto en virtud de que comprador
se dedicaba a la compraventa de bienes inmuebles con fines
especulativos; área en la que el riesgo y variabilidad de los precios en
cuanto a los activos inmobiliarios no cumple con el requisito de
imprevisibilidad para poder tener lugar la referida rebus sic stantibus; para
una mejor comprensión, señalar que el fundamento de derecho undécimo,

60
(RJ 2015,2019).

57
dispone: “tratándose de una compra claramente especulativa, a la
posibilidad de una ganancia rápida y sustancial, consecuencia de la
rápida subida que venían sufriendo los precios de las viviendas,
correspondía lógicamente un riesgo elevado de que se produjera un
movimiento inverso. Acaecido tal riesgo, no puede pretender el
contratante quedar inmune mediante la aplicación de la doctrina “rebus
sic stantibus" y trasladar las consecuencias negativas del acaecimiento
de tal riesgo al otro contratante. Una aplicación en estos términos de la
doctrina “rebus sic stantibus" sería contraria a la buena fe, que es
justamente uno de los pilares en los que debe apoyarse la misma”.
- En definitiva, queda demostrado que tanto la buena fe, como la
imprevisibilidad son requisitos y/o circunstancias que han de estar
presentes necesariamente para poder aplicar esta cláusula, de lo
contrario la tendencia jurisprudencial continuará siendo la misma,
negativa.

Sumado a lo anterior, considero acertado traer a colación una sentencia 61


del Tribunal Supremo, de fecha 13 de julio del año 2017, que se ha pronunciado
nuevamente de manera negativa en cuanto a la aplicación de la cláusula en
estudio. A saber:

- Fundamento de derecho primero: “(…) recurso de casación versa sobre


la pretensión de resolución de una compraventa por parte de los
compradores que alegan no haber conseguido la financiación necesaria
para proceder al pago como consecuencia de la adversa coyuntura
económica. El contrato de compraventa contiene una cláusula en la que
se prevé que si los compradores desisten del contrato o incumplen las
obligaciones previstas en el mismo perderán las cantidades entregadas,
pudiendo los vendedores quedarse con las cantidades percibidas en
concepto de indemnización de daños y perjuicios. Pero los compradores
sostienen que no es aplicable tal cláusula porque ni han desistido ni han
incumplido el contrato ya que, si no pudieron pagar, fue por no haber
podido obtener financiación; Fundamento de derecho quinto: El Derecho

61
(RJ 2017,3962).

58
español carece de una disposición general sobre revisión o resolución del
contrato por alteración sobrevenida de las circunstancias. Si existen,
dispersas a lo largo del ordenamiento, expresas previsiones legales que
tienen en cuenta el cambio de circunstancias en el cumplimiento de las
obligaciones, introduciendo excepciones que, por razones diversas,
flexibilizan las consecuencias del principio pacta sunt servanda y del
principio de la responsabilidad del deudor (...) En definitiva, en nuestro
ordenamiento, la imposibilidad sobrevenida liberatoria no es aplicable a
las deudas de pago de dinero y no cabe la exoneración del deudor con
invocación de la doctrina de la cláusula rebus en los casos de dificultades
de financiación (…) Como regla general, la dificultad o imposibilidad de
obtener financiación para cumplir un contrato es un riesgo del deudor, que
no puede exonerarse alegando que no cumple sus obligaciones
contractuales porque se han frustrado sus expectativas de financiarse;
Fundamento de derecho sexto: Por todo lo expuesto procede la
estimación del recurso y la casación de la sentencia recurrida”.

En la presente sentencia, nuevamente se reafirma la postura de que la


crisis económica por si sola, no puede constituirse como una causal que permita
a una de las partes, en este caso a la demandante, aplicar la cláusula rebus sic
stantibus y consecuencia solicitar la resolución del contrato de compraventa
alegando que el incumplimiento de pagar el precio de la misma, se debió a la no
obtención del crédito hipotecario, atendida la contingencia económica y la
denegación de la entidad financiera en razón de aquello. Fundando su pretensión
en aquello, con la finalidad de obtener la resolución como ya se señaló, y la
restitución del dinero entregado como anticipo al vendedor.

Sin embargo, la postura del Tribunal Supremo es reiterativa y se condice


con la resolución ya mencionada en este apartado, de fecha 17 de enero del año
2013. Motivo por el cual no cabe mayor explicación de los argumentos antes
expuestos.

59
Y finalmente, quiero referirme a la sentencia 62 del Tribunal Supremo de
fecha 19 de abril del año 2022, la cual dispone:

- “Fundamento de derecho primero: Los Picos de Sierra Blanca S.L.


interpuso demanda frente a D. Jorge en la que, en su condición de parte
compradora en el contrato de 22 de junio de 2015, interesaba se dictare
sentencia por la que se declarase correctamente resuelto dicho contrato
y, en consecuencia, se condenare al demandado a la restitución de los
950.000 euros entregados a cuenta de la compraventa en relación a
13.527,99 unidades de aprovechamiento urbanístico en el sector de suelo
urbanizable sectorizado SUS.NG-3 Parque Nagüeles del PGOU de
Marbella de 2010 (…) El Juzgado de Primera Instancia n.º 2 de Marbella
estimó la demanda al entender que concurrían los requisitos exigidos por
esta Sala para aplicar la doctrina rebus sic stantibus por cuanto el objeto
del contrato había desaparecido de forma sobrevenida tras la anulación
del PGOU de Marbella de 2010 por parte del Tribunal Supremo y tal
circunstancia fue imprevisible para ambas partes (…) La parte
demandada interpuso recurso de apelación ante la Audiencia Provincial
de Málaga que, en lo que aquí afecta, confirmó el pronunciamiento(…)
Por consiguiente, D. Jorge interpone recurso de casación (…) el recurso
de casación no puede ser admitido por las siguientes razones: (…)La
recurrente parte de la premisa de que la anulación del PGOU de Marbella
de 2010 por parte del TS era un hecho previsible para la compradora,
conocedora del mercado inmobiliario. Sin embargo, tras la valoración de
la prueba, la audiencia provincial concluye que ello no era así por lo
siguiente: primero, porque la validez del referido plan había sido ratificada
por el TSJ de Andalucía; segundo, porque ambas partes fueron
asesoradas por expertos que aseguraron que ninguna de ellas consideró
la posibilidad de anulación del PGOU”.

Solo me queda señalar y ser conciso con respecto a este fallo del Tribunal
Supremo, no solo porque acepta y aplica la cláusula en estudio al caso en
concreto, sino más bien, porque la aplica respecto a un contrato de compraventa

62
(RJ 2022,42150).

60
que en su mayoría son contratos de tracto único. Es decir, el máximo tribunal del
España deja de lado ese carácter excepcional de esta cláusula, y le da aplicación
en un caso que podría ser del todo cuestionable, pero que sin embargo y a su
juicio concluye en que se cumplen los requisitos esenciales, y especialmente la
imprevisibilidad del hecho que altera las condiciones iniciales de contratación,
modificándose por tanto el objeto del contrato.

En síntesis, respecto al caso de la jurisprudencia española, en su gran


mayoría, prima la aplicación restrictiva de la cláusula rebus sic stantibus, siendo
excepcionales los casos en que tiene cabida.

61
VIII. CONCLUSIÓN

Habiendo analizado latamente todo lo referente a la cláusula rebus sic


stantibus, es apropiado señalar y reiterar aquellos aspectos que considero más
relevantes, esto a modo de síntesis y con la finalidad de no dejar dudas en cuanto
la estructura principal de esta figura; lo cual realizaré en el mismo orden en que
desarrollé cada apartado del presente trabajo. Por tanto, procedo a señalar que:

1. El presente trabajo de fin de máster se basó en el análisis legislativo,


jurisprudencial y doctrinal de Chile y España; culturas jurídicas similares
en cuanto a sus sistemas jurídicos, propios del Derecho Europeo
Continental. Específicamente el enfoque de este trabajo estuvo centrado
en el Derecho Privado;
2. Ahora bien, en el ámbito del Derecho Privado, específicamente en el
Derecho Civil, en materia de contratos, uno de los principios o pilares
fundamentales que rige a las relaciones contractuales, es el denominado
pacta sunt servanda o fuerza obligatoria de los contratos; este se
constituye como una premisa esencial en virtud de la cual las partes
contratantes se ven en la obligación de cumplir con las prestaciones que
emanan para ellas de la celebración de este tipo de actos jurídicos; sin
embargo no es menos cierto que en determinados casos las condiciones
de contratación iniciales se pueden ver afectadas a causa de
determinadas circunstancias extraordinarias e imprevistas que siendo
ajenas a la voluntad de las partes, generan un desequilibro en las
prestaciones, convirtiéndolas en excesivamente onerosas; y es en estos
casos en que la parte perjudicada puede instar a una modificación (e
inclusive la suspensión o resolución) del contrato de que se trate,
fundando su intención en la denominada cláusula rebus sic stantibus,
institución cuyos orígenes datan de la Edad Media, específicamente del
Derecho Canónico;
3. A nivel terminológico, Chile y España, utilizan conceptos diferentes en
cuanto al tratamiento de esta cláusula. En el caso de Chile se utiliza la
denominación de “teoría de la imprevisión”, mientras que en España se
emplea la denominación clásica, “cláusula rebus sic stantibus”; sin

62
embargo, esta diferencia conceptual no es más que eso, puesto que
independiente de aquello esta institución exige los mismos requisitos y
produce los mismos efectos en ambos países, tal y como se ha señalado
en páginas anteriores. Es más, en mi calidad de abogado y estudiante de
máster elaboré una definición que pude extraer a partir de la doctrina de
ambos países, y reitero: La cláusula rebus sic stantibus, es un instrumento
que otorga a las partes la posibilidad de no cumplir con las obligaciones
emanadas de un contrato celebrado entre ellas -pudiendo solicitar la
modificación del contrato, suspensión o resolución del mismo- al verse
alteradas en el lapso de tiempo existente entre la celebración y ejecución
de las obligaciones que de él emanan, atendidas las circunstancias
excepcionales, sobrevenidas e imprevistas que tornan excesivamente
oneroso su cumplimiento, para una o ambas partes;
4. Por su parte luego de realizar un estudio de las legislaciones chilena y
española, queda demostrado que efectivamente existe una deficiencia
legislativa, es decir, no existe norma expresa alguna que consagre la
referida cláusula objeto de estudio; esto sin perjuicio de la situación
excepcional de la Ley Foral de Navarra que como ya se señaló regula de
manera restringida a nivel de comunidad autónoma esta institución;
5. Destacar además que dentro de los principios jurídicos estrechamente
relacionados se estudió el denominado pacta sun servanda, la buena fe
contractual, el espíritu general de la legislación (y la equidad natural) y la
seguridad jurídica, siendo el primero y el último los principales
fundamentos para negar la aplicación de esta cláusula, mientras que el
resto se constituyen como argumentos favorables a la misma;
6. En cuanto a su consagración implícita, esta institución podría fundarse en
diversas figuras contractuales reconocidas expresamente tanto en Chile
como en España, siendo el contrato de arrendamiento de predios rústicos,
el comodato y el depósito, estas figuras, pero que sin embargo son objeto
de discusión atendido que respecto al arrendamiento se vincula
directamente al denominado caso fortuito, el cual como ya se estudió es
una institución totalmente diferente; mientras que el comodato y el
depósito no cumplen las características de bilateralidad, onerosidad y
conmutatividad exigidas para la aplicación de la cláusula rebus;

63
7. Ahora bien, en cuanto a su vinculación con otras figuras, se analizó el
caso fortuito o fuerza mayor y la lesión enorme, sin embargo una
aplicación de la cláusula en comento, fundada en la analogía carecería de
sentido puesto que con respecto a la denominada rebus sic stantibus las
diferencias son muchas, primero esta última institución no tiene regulación
expresa en términos generales (sin perjuicio de la excepción ya referida)
y en segundo lugar con su aplicación se pretende la modificación (y
conservación del contrato) o suspensión, antes que su resolución; en
tanto que con el caso fortuito o fuerza mayor y la lesión enorme, si existe
regulación expresa y su finalidad es la extinción del contrato; entre otras
diferencias ya establecidas;
8. En cuanto a la existencia de determinados proyectos de ley y la necesidad
de regulación ante la situación de crisis a causa del COVID-19, señalar
básicamente que a nivel legislativo, intentos de regular esta cláusula han
existido en más de una ocasión, así se dispone en el sub-apartado
pertinente al marco jurídico regulatorio, pero que en razón de cuestiones
de tramitación propios de todo órgano legislativo, no se concretaron tales
iniciativas, ya sea por cuestiones de política interna, falta de acuerdos y
demás; sin perjuicio de lo anterior, a causa de la crisis sanitaria producto
del COVID-19 cuestiones de índole político, social, económico y demás,
impulsaron a que los órganos legislativos promovieran proyectos de ley
que contemplen esta cláusula, con la finalidad de aminorar los daños y
perjuicios en materia económica principalmente respecto al patrimonio de
las personas y empresas; básicamente por la disminución de ingresos,
falta de trabajo y otros factores, que repercutieron en sus relaciones
contractuales. Proyectos que no lograron materializarse, salvo en el caso
de España a propósito de las normas ya estudiadas en el sub-apartado
correspondiente, pero que aun así son objeto de discusión;
9. Con respecto a los requisitos necesarios para la aplicación de esta
institución, destacar y reiterar que ha sido la jurisprudencia en conjunto
con la doctrina de cada país, los que han establecido los mismos. A saber:
la existencia de un contrato bilateral, oneroso; de larga duración
(ejecución diferida o tracto sucesivo); que sobrevenga un hecho o
circunstancias extraordinarias; imprevistas y ajenas a la voluntad de las

64
partes; y, que tal suceso altere excesivamente la igualdad de las
prestaciones emanadas del contrato de que se trate, pero que en ningún
momento las torne en imposibles de cumplir. Requisitos similares y
reconocidos en Chile y España;
10. En relación a los efectos que pretende la aplicabilidad de esta cláusula,
ya se señaló que en virtud del principio de conservación de los contratos,
lo que se busca es una revisión y modificación de los mismos, con el fin
de reestablecer el equilibrio de las prestaciones; en su caso, también
puede optarse por la suspensión temporal del contrato, al menos mientras
las circunstancias de contratación vuelvan a ser las mismas; y, finalmente
en caso de no ser factible ninguno de los efectos anteriores, se ha de
proceder a la resolución (o terminación como ya se estudió) del contrato.
11. Tratándose de la jurisprudencia de Chile y España, esta ha tenido una
evolución favorable respecto al reconocimiento y aplicación de la cláusula
rebus sic stantibus, pasando desde firme postura negativa a una
significativa aceptación de la misma; claro está, que los Tribunales
superiores de justicia, dentro del ámbito de sus atribuciones, analizan
cada caso en concreto y velan por los intereses de las partes
involucradas, del modo que mejor estimen conforme a derecho. Ahora,
debo dejar en claro que, si bien el paradigma respecto a esta institución
ha sido favorecido por las argumentaciones de los juristas que presentan
día a día diversos casos con fundamentos sólidos, la aplicación de la
misma no deja de ser estricta.
12. Y, finalmente como opinión personal en mi calidad de jurista, mencionar
que habiendo estudiado latamente esta institución, conocida en mi país
(Chile) como teoría de la imprevisión, considero necesario que ha de
regularse con urgencia la misma, específicamente en el Código Civil de
los países objeto de este estudio; esto por ser una institución propia del
Derecho Privado, pero que podría repercutir en otras áreas, siendo
aplicable de igual manera, al ser la legislación civil de carácter supletoria
a falta de ley especial; y, para así facilitar la labor de los Jueces.

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IX. BIBLIOGRAFÍA

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XII. JURISPRUDENCIA UTILIZADA.

• Chile

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- Sentencia de la Excelentísima Corte Suprema del 09 de septiembre del
2009 (CL/JUR/8480/2009).
- Sentencia de la Excelentísima Corte Suprema del 20 de marzo del 2020
(CL/JUR/21182/2020).
- Sentencia de la Excelentísima Corte Suprema del 07 de agosto del 2020
(CL/JUR/164201/2020).

Ilustrísimas Cortes de Apelaciones

- Sentencia de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago de 14 de


noviembre del 2006 (CL/JUR/6998/2006).
- Sentencia de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago del 21 de
septiembre del 2022 (CL/JUR/36396/2022).

• España

Tribunal Supremo de España

- Sentencia del Tribunal Supremo de 21 de julio del 2010 (RJ 2010, 3897).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 27 de abril del 2012 (RJ 2012, 4714).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 17 de enero del 2013 (RJ 2013, 1819).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 29 de octubre del 2013 (RJ
2013,8053).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de junio del 2014 (RJ 2014, 3526).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de abril del 2015 (RJ 2015, 2019)
- Sentencia del Tribunal Supremo de 13 de julio del 2017 (RJ 2017, 3962).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 06 de enero del 2019 (RJ 2019, 5).
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- Sentencia del Tribunal Supremo de 06 de marzo del 2020 (RJ 2020, 879).
- Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de enero del 2022 (RJ 2022,
42150).

Audiencias provinciales

- Sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén de 14 de octubre del 2010


(JUR 2012,247963).
- Sentencia de la Audiencia Provincial de la Coruña de 07 de junio del 2016
(JUR 2016,129047).

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