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La redacción de las leyes fue realizada en dos años (450/450 a.C.

) por 10 legisladores llamados


dicenviros (proviene del latín decem, que sigifica diez y vir que significa varón ) a los cuales
otorgaron poderes ilimitados para la realización de esta tarea.
Se conoce a Apio Claudio, hombre de gran capacidad y energía pero violento y ambicioso,
aprovechó del cargo que ejercía para cometer toda clase de arbitradas e intentar perpetuarse,
tiránicamente, en el poder. Pero su tentativa fue frustrada por una rebelión que lo derribó, justamente
con los restantes decenviros.
Estos cayeron, pero no sucedió lo mismo con las leyes que ellos habían redactado. Estas fueron
solemnemente reconocidas y grabadas, luego en doce tablas de bronce que se expusieron en el
Foro. El contenido de estas doce leyes apenas se conoce, porque no se ha conservado ninguna
versión completa de ese antiguo código romano, pero a juzgar por algunos conceptos dispersos
transmitidos por las tradiciones, parece que, eran bastante severas.
Su aparición significó para los plebeyos una doble ventaja. En primer término lograron que el
derecho fuera público, conocido por todos, y no como hasta entonces, basado en costumbres no
escritas, y por lo mismo imprecisas, que los patricios manejaban e interpretaban a su capricho. En
segundo término, consiguieron que el derecho fuera común, pues los preceptos consignados en las
XII tablas se aplicaban, por igual, a patricios y plebeyos. No obstante mantenían rigurosamente la
separación de las dos clases en lo concerniente al régimen de familia porque prohibían
expresamente la celebración de matrimonios entre los miembros de una y otra.

El motivo exacto por el que se redactaron las Tablas puede haberse perdido en el tiempo, pero una
vez escritas, sistemáticamente se hizo referencia a su contenido en obras romanas posteriores.
Lamentablemente, las tablas en sí no han sobrevivido. Según la tradición, se destruyeron cuando los
galos saquearon Roma en el año 390 a.C. A partir de algunos fragmentos restantes y de las
referencias en la literatura, es posible identificar al menos algunos detalles.

LAS DOCE TABLAS ERAN UNA LISTA DE LEYES QUE ABARCABAN LA MAYORÍA DE LOS
ÁMBITOS DEL DERECHO PRIVADO Y SE CENTRABAN EN LAS RELACIONES ENTRE LOS
CIUDADANOS.

La lista de leyes parece haber cubierto la mayoría de las áreas del derecho privado y se concentró
en las relaciones entre individuos (en contraposición a los individuos contra el Estado o los derechos
de los no ciudadanos) y, por lo tanto, es más una lista de acciones civiles y sanciones que un código
de leyes completo y omnipresente. Además, se ocupaba en gran medida de áreas relevantes para
un estado agrícola. Por ejemplo, el delito de incendio provocado se castigaba con la pena de muerte
(poena capitis), en este caso en la hoguera. El delito por usar magia en los cultivos también se
castigaba con la muerte, en este caso mediante una forma de crucifixión. Las penas menores por
daños a la propiedad eran el destierro de Roma, la pérdida de la ciudadanía y, por ser cómplice de
un delito, la confiscación de los bienes. También se podía llegar a acuerdos pagando una
indemnización al demandante y evitando así los tribunales

tras áreas cubiertas eran las procesales, como el ius vocation, que era una citación privada. Si un
demandante comunicaba al acusado que deseaba presentar una demanda, el acusado estaba
obligado, e incluso podía ser forzado físicamente, a comparecer ante un magistrado. El derecho de
familia también formaba parte de las Doce Tablas, especialmente las normas relativas al matrimonio,
la tutela, la herencia y los funerales.
Enmiendas

Los problemas de aplicación práctica no tardaron en aparecer cuando algunos patricios se negaron a
someterse a los estatutos de las Doce Tablas. Además, el pueblo común se sorprendió al ver por
primera vez muchas de las normas que ya existían pero que no se habían hecho tan transparentes
hasta ahora. Estos factores condujeron a un levantamiento de los plebeyos en el año 449 a.C. y a la
dimisión forzada de los decemviri. Se revisó la constitución de Roma, se restablecieron las
instituciones de los tribunos y los cónsules, y las Doce Tablas se convirtieron en la base del derecho
romano. Las tablas de bronce reales se colocaron en el Foro de Roma para que todos los
ciudadanos pudieran verlas, y Cicerón recoge que los estudiantes las estudiaban como parte de su
educación.

Además de estos primeros problemas, algunas leyes específicas de las tablas originales no fueron
muy duraderas, como la que prohibía los matrimonios mixtos entre patricios y plebeyos. Esta ley fue
anulada en el año 445 a.C. con la promulgación de la lex Canuleia. Otras leyes de las Doce Tablas
se modificaron con el tiempo y, a partir del siglo III a.C., se sustituyeron por leyes más relevantes
para la evolución de la sociedad romana y la espectacular expansión de la República.

Legado

Aunque algunos estudiosos insisten en que las Doce Tablas no eran exactamente el "todos iguales
ante la ley" que la tradición ha afirmado y que no bastaban por sí solas para ser definidas como un
código de derecho completo, no cabe duda de que sentaron las bases de lo que se convertiría en un
sistema de derecho plenamente codificado en el mundo romano. A los decemviri se les debe atribuir
también la creación de leyes de valor práctico, separadas de cualquier consideración religiosa,
visibles para todos, y esbozadas en un lenguaje preciso con definiciones explícitas. Así, los romanos
crearon un enfoque de los asuntos legales que imitarían innumerables sociedades y gobiernos desde
entonces.

La función notarial en España, de corte latino, desempeña un papel fundamental al desempeñar la


seguridad jurídica preventiva, gracias a su doble naturaleza inescindible pública y privada. A través
de su ejercicio, garantiza la protección y seguridad de los intereses particulares y generales,
eliminando los posibles riesgos que se puedan dar en las transacciones de bienes y servicios. La
figura del Notariado latino existente en Europa continental, es considerada como un éxito por los
historiadores, ya que, debido a la certeza jurídica que crea, se convierte en factor esencial de la
economía de Libre Mercado en la que vivimos, reduciendo costes y favoreciendo la inversión. Tal es
así, que países como Inglaterra, de sistema legal consuetudinario, se ha visto obligada a crear un
cuerpo similar al del Notario latino. Es, esa libertad controlada de la función público y privada
simultánea, la que permite que el Notario actúe como árbitro imparcial, el cual busca satisfacer los
intereses privados y públicos siempre desde la legalidad.

El origen del Notariado Español, hay que buscarlo en las partidas (partida III, titulo XVIII
– XIX) Aunque el fuero real contiene una regulación rudimentaria del escribano publico
como delegado del rey para la expedición de las cartas y escrituras de los particulares.
En dicho cuerpo legal (partidas) se señalan tanto los requisitos que debe de reunir el
Notario, el ámbito de su función, la eficacia de su intervención y por supuesto las determinadas
prohibiciones y sus respectivas sanciones, pero ni las partidas, ni las disposiciones
posteriores, aun hasta la ley de 1862 supieron organizar adecuadamente la institución del
Notariado. Varios defectos pueden señalarse en esa organización, que solo la citada ley(
1862) corrigió, por ejemplo:
1. Nombramiento de escribanos por quien no debía nombrarlos y a favor de personas no apta
para hacerlo.

Los requisitos que se exigían a los aspirantes a escribanos fueron en principio mínimo:
buena conducta y solvencia económica, hasta 1480, se exigió que el aspirante fuera
examinados y declarado apto.

2. Competencia Personal: Al lado de escribanos residentes, con competencia territorial (solo


podía actuar en un determinado territorio, tenia prohibido actuar en otro territorio que no
fuera el que le competía), aunque existiera los escribanos de reino, cuyas atribuciones
alcanzabas a todo el reino y cuya conciliación con los residentes no fue fácil.

3. Principio y durante mucho tiempo no existió el Notariado propiamente dicho, organizado y


agremiado, sino un conjunto de escribanos sin conexión entre si, diseminados por la
geografía nacional. La colegiación, que tan óptimos frutos habrían de dar después, no
apareció sino muy tardíamente. Con todos estos defectos llego la institución Notarial a la
ley de 1862, que fue en realidad, “Arreglo del Notariado”.

En la actualidad al referirnos a la función Notarial, así como a las prohibiciones en este


sistema (España) podemos decir que; La intervención del Notario puede ser:

a) Por su carácter: simplemente funcionalista (cuando el Notario se limita a intervenir


como simple delegado del poder publico sin prestar, al menos aparentemente la
competencia jurídica que a caso tenga).
b) Por su extensión: Parcial, cuando se refiere a algunos de los requisitos del acto
documentado (generalmente la identidad de los sujetos y la capacidad de estos en el
momento del acto), o Total, cuando todo el documento, en todos sus requisitos cae
dentro de su esfera de actuación.

c) Por su intensidad: Añadida, posterior, avalante del documento ya confeccionado y


otorgado por las partes, o internas, simultanea, creadora del documento antes
inexistente.

Según sea de una u otra clase tal intervención Notarial, cabe distinguir los dos sistemas
actuales de organización de la función Notarial:

1- Notariado con intervención simplemente funcionalista, parcial y añadida.

2- Notariado con intervención técnico- funcionalista, total o interna.

En resumen, podemos determinar, que en la actualidad en el sistema Español, la


competencia Notarial esta regida por:

1- Ámbito personal
2- Por razón del territorio. 3- Por razón de la
materia.

Por ejemplo, en la ley Notarial, encontramos el deber de prestación de la función Notarial y


en su Art. 2 dice: “ Incurrirá en responsabilidad Notarial el Notario que negare la
intervención de su oficio sin justa causa”. En otras palabras nos damos cuenta según el Art.
Antes citado la obligatoriedad de la función Notarial y la Prohibición de negarla sin
mediar justa causa, a diferencia de la legislación Nicaragüense que la prestación de la
función Notarial es suplicatoria15.

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