Daniela:

Los días no han sido los mejores, la niebla de este lado de la realidad no se
disipa tan fácilmente, las horas pasan cual persona sin rumbo fijo, sin saber a donde ir.
El alma se siente angustiada y sin esperanza dejando así un abismo sin remedio y sin
solución aparente. Todo parece gris, lo rosado de la vida desaparece tan fácil como el
“amor” de la hipocresía. No entiendo donde a quedado aquello en lo cual he creído y en
lo que profeso creer ¡qué fariseísmo!.
Mañana es un día, que para muchos es normal y muy común, uno más donde
se termina una jornada de labores y se abre la puerta para el aparente descanso y para
aquello que llaman “la buena vida”, no se si compartir el mismo pensamiento o seguir
creyendo que es una falacia disfrazada de verdad. Creo que me he salido un poco del
tema, en fin, mañana en mi cumpleaños, uno más, ¡Cuán rápido pasa el tiempo y lo
peor es que no nos damos cuenta! No quiero que llegue, pero a la vez si. En fin es algo
inevitable, algo que debe de pasar y que no tengo el poder para impedirlo.
El remordimiento junto con la ansiedad se apoderan muy comúnmente del ser y
la afligen hasta lograr que la motivación desaparezca cual lluvia al salir el sol. No se por
qué se decide comprar la apariencia para dejar de lado la originalidad cuando la
segunda es mejor. La mente y el alma se frustran con tan solo pensar en el primer
concepto, escribo desde lo personal sin querer referirme a otro ser como yo. El alma
desea salir corriendo sin la necesidad de querer parar, la voz desea gritar hasta
desaparecer y así poder soltar todo aquello que se ha ocultado desde siempre. Cuesta
creer se cuenta con alguien cuando no se cree que se cuenta con uno mismo. ¡Cuánto
trabajo cuesta!
En fin, te escribo porque creo que tu me entiendes y no lo hago para que
sientas lastima por mí, sino, porque creo que puedo confiar en ti, pues de eso me has
convencido.
Un abrazo.
Harold
P. D. Ayer tuve una cita con la Psicóloga, tomé la decisión de volver. Se siente bien.

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