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¿Cuáles son los métodos para valorar las existencias en un almacén?

FIFO y PMP, los métodos más utilizados en la gestión de stocks. Tradicionalmente, existían tres
métodos para valorar las mercancías de un almacén: el FIFO, el LIFO y el PMP. Sin embargo, con
la última reforma del Plan General Contable, se eliminó la posibilidad de utilizar este segundo.
Este nuevo PGC, en vigor desde el año 2008, dejó en solo dos los criterios válidos para
contabilizar los movimientos de los almacenes.

Por un lado, tenemos el método FIFO. Su nombre se debe a las iniciales de la expresión “First In,
First Out”, que significa que la valoración de las mercancías se lleva a cabo teniendo en cuenta
que las mercancías mantienen su valor de entrada (según su coste de fabricación o su precio de
adquisición) durante todo el tiempo en que permanecen en el almacén. Cuando se producen
salidas del almacén, siempre se contabiliza que las primeras que salen son las más antiguas del
almacén, las que llevan más tiempo. De este modo, las empresas se aseguran que no tendrán
mercancías permanentemente en el almacén, ya que primero deben salir siempre las más
“veteranas”. Así el stock se va renovando constantemente. Este criterio se aplica tanto a las
mercancías adquiridas como a los productos fabricados, a las primeras materias, a los elementos
de embalaje, etc. Es decir, a todos los elementos que formen parte del inventario del almacén de
una empresa.

Por otro lado, se puede adoptar el criterio del PMP para valorar las mercancías de un almacén. En
este sistema, no se conserva el precio de adquisición o el coste de producción de las entradas del
almacén, sino que, cuando se produce una entrada, se calcula una media ponderada de los
productos que se encuentran en almacén con los que entran, calculando el “precio medio
ponderado”, como indica la propia expresión que da nombre a este criterio. Se calcula una media
ponderada y no una media simple para tener en cuenta la cantidad de producto existente de cada
tipo de precio o coste. Dicho de otra manera, cuando se produce una entrada en el almacén, se
calcula el valor de entrada y se suma al valor existente del almacén. Este nuevo valor resultante
se divide entre el número de unidades que hay en el almacén con la nueva situación. Y nos da el
precio medio ponderado de cada unidad. Las salidas, en cambio, se contabilizan siempre al precio
medio ponderado que haya en el almacén en ese momento.

La elección entre un criterio u otro se debe meramente a la organización de cada empresa, al tipo
de producto, a la variabilidad de los precios, a la caducidad de sus productos, etc.

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