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EDITORIAL.

Movimiento
magisterial, ¡basta ya!
Escrito por Exportador en Editorial, Huajuapan, Noticias, Oaxaca | Comentarios desactivadosen

EDITORIAL. Movimiento magisterial, ¡basta ya!

16 de junio. Hace 43 años surgió en el estado de Oaxaca el autodenominado Movimiento


Democrático del Magisterio con el objetivo de democratizar a la Sección 22 del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y hacer frente al cacicazgo que su líder
nacional Carlos Jonguitud Barrios ejercía a través de la corriente denominada Vanguardia
Revolucionaria.
Fue en 1980 cuando se realizó el primer paro de labores que dio origen a una
confrontación abierta entre maestros llamados “democráticos”, alineados a la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y los “charros” afines a
Vanguardia.
En todo el estado, incluyendo la Mixteca, se registraron enfrentamientos violentos entre
“democráticos” y “charros” por la disputa de las escuelas. El más sangriento registrado en
esta región fue el del 20 de octubre de 1987 en San Agustín Atenango, donde murió un
profesor y otros ocho resultaron heridos de bala.
La disputa por el poder sindical se mantuvo durante varias décadas, arrojando como saldo
numerosos muertos y heridos, pero también paros de labores que han provocado un
enorme daño a la educación de ocho generaciones de estudiantes de nivel básico.
Desde sus primeros tiempos el movimiento magisterial se radicalizó, adoptando como
práctica común los bloqueos de calles y carreteras, la toma de edificios públicos y centros
comerciales, así como los actos de vandalismo; todas estas acciones han afectado
gravemente a los ciudadanos que son totalmente ajenos al conflicto.
Durante estas más de cuatro décadas ha habido al menos dos momentos críticos: el
primero de ellos fue el conflicto del año 2006, que dio origen a la llamada Asamblea
Popular de los Pueblo de Oaxaca (APPO) y que sumió al estado en una de las peores
crisis políticas, sociales y de gobernabilidad de su historia, además de afectar gravemente
la economía estatal.
El segundo momento fue el enfrentamiento registrado diez años después, el 19 de junio
de 2016 en Nochixtlán, donde murieron ocho personas y un centenar resultaron heridas al
oponerse a liberar la supercarretera Oaxaca-Tehuacán-Cuacnopalan, la cual mantenían
bloqueada para exigir la liberación de sus principales dirigentes, quienes habían sido
detenidos acusados de delitos del orden común.
Con el argumento de exigir la satisfacción de sus demandas de carácter gremial, los
integrantes de la Sección 22 han realizado de manera reiterada actos tipificados como
delitos, pero hasta hoy ninguna autoridad se ha atrevido a aplicar la ley. El manto de la
impunidad ha cobijado sus acciones.
En la pasada administración estatal la sociedad oaxaqueña tuvo un momento de respiro
porque el magisterio adoptó una actitud más razonable y canalizó sus demandas a través
del diálogo, dejando de lado los paros de labores y las acciones radicales.
Desafortunadamente, con la renovación de su dirigencia y la llegada de Yenni Aracely
Pérez Martínez han vuelto las movilizaciones masivas, y las suspensiones de labores se
han vuelto recurrentes. Además de los paros y marchas recientes se enfrenta la amenaza
de un posible pario indefinido de labores, justamente en la recta final del ciclo escolar
2022-2023.
Nuevamente el magisterio oaxaqueño recurre a la amenaza y al chantaje para doblegar a
los gobierno federal y estatal, a pesar de que estos son ideológicamente afines a ellos, y
de en su momento respaldaron su movimiento. Lo mismo ocurrió en la administración de
Gabino Cué, a quien la Sección 22 y sus organizaciones afines ayudaron a llegar al
poder, pero luego lo declararon su enemigo cuando el mandatario se negó a seguir
accediendo a sus chantajes.
Hoy, cuando la historia parece repetirse, el gobernador Salomón Jara ha advertido que no
cederá a chantajes ni permitirá actos fuera de la ley o que afecten a los ciudadanos. El
mandatario ha mostrado una actitud de apertura hacia el magisterio, con cuyos dirigentes
se ha sentado para atender sus demandas, pero al parecer eso no ha bastado. Ojalá no
termine doblegándose como sus antecesores.
Este sábado la Asamblea Estatal del magisterio decidirá si las respuestas de los
gobiernos a sus demandas son o no satisfactorias, y con base en ello determinar si van o
no al paro indefinido.
Sería muy lamentable que optaran por el paro y volvieran a sumir al estado en otra noche
negra como las que ya se han vivido anteriormente y que han afectado la educación de
los niños y jóvenes, así como las actividades productivas y la economía estatal.
Oaxaca no puede ni debe seguir siendo rehén de un movimiento que lo ha sumido en la
inestabilidad política y social, y en una gravísima crisis económica.
¡Basta ya!

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