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Boston ‘Verse
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Cordelia Kingsbridge
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Cordelia
Kingsbridge
Boston
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Cordelia Kingsbridge
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Nota de la autora
The Boston 'Verse es una serie de historias cortas centradas en un
nuevo estudiante de Harvard y su relación BDSM en desarrollo con un
local de Boston. Comencé la serie hace muchos años, antes de
convertirme en autor publicado; de hecho, es el único trabajo en línea
que queda de mis días previos a la publicación.
1 Por lo general, "idfic" se refiere a la identificación del autor con la historia, pero puede
referirse a la del lector. Puede (pero no tiene por qué) ser de baja calidad de escritura,
pero debido a que satisface las fantasías , ya sean sexuales o emocionales, sigue siendo
atrayente.
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Advertencia de la
autora
Esta es una serie de historias cortas sobre la misma pareja de
protagonistas.
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Enganche
Un enganche anónimo en un club podría ser el
comienzo de una hermosa amistad, o al menos de un
montón de orgasmos.
***
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—Dios, mira eso. Caderas pequeñas y un culo del que podría servir
una copa.
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Cerró los ojos con anticipación cuando el gran cuerpo del hombre
se agolpó detrás de él, pero en lugar de apuntar directamente al objetivo,
el hombre golpeó su polla contra el agujero con varios golpes húmedos y
carnosos.
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—Mueve ese culo hacia atrás, nene. —El hombre soltó una de las
manos de Riley para darle una fuerte bofetada—. No me hagas hacer todo
el trabajo aquí. Sé que sabes cómo hacerlo.
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—Eso es, ahí tienes. —El hombre dio tres palmadas más, la última
terminó con un apretón deliciosamente duro que sacó un gemido de la
garganta de Riley—. ¿Esto es lo que necesitabas?
—Sí.
—Por favor. Por favor, lo necesito, estoy tan cerca, por favor tócame,
por favor...
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Maldita sea.
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—Oye.
Riley parpadeó.
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—¿Estás bien?
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Forma común de llamar al metro en Boston.
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—Claro que lo sé —dijo Riley, irritado. Podía ser joven, pero no era
un aficionado.
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Qué demonios. Andres tenía razón: no sería seguro que viajara solo
por la noche en una ciudad extraña, no en este estado de ánimo. No había
esperado sumergirse tanto. ¿Qué probabilidades había de que Andres
llevara una identificación falsa impecable en la remota posibilidad de que
pudiera engatusar a su coche a un tipo al que ya se había follado?
Además, sería bueno ir directamente a casa, en lugar de tener que
caminar hasta el T y tomar dos trenes.
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***
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—Mira, sabía que era imposible que tuvieras veintiún años, pero,
por favor, dime que tienes al menos dieciocho. —Su voz era tensa, su cara
preocupada.
—Sí.
—D.C.
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Andres se rió.
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Mensaje borracho
Riley no tenía intención de volver a contactar con
Andres. De verdad. No la tenía.
***
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***
—Texto borracho.
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Está bien. Daño controlado. Riley se sentó, echó las mantas hacia
atrás y se detuvo cuando su teléfono volvió a sonar.
Puedo tomar el T.
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***
No fue la última vez que Riley tuvo noticias de Andres esa semana.
El martes a la hora de comer, Andres le envió un mensaje que decía:
***
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Rimming, beso negro, rim, son expresiones que se utilizan para referirse al anilingus,
una practica sexual donde se estimula el ano con la boca y la lengua.
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Verde significa seguir
¿Qué es mejor que negociar el BDSM mientras se
tapea? El sexo pervertido que sigue.
***
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Andres tarareó.
—Perfecto.
Andres se rió.
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—Adelante.
Andres asintió.
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—Genial.
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El tono de Andres era ligero y burlón, sus ojos arrugados con una
sonrisa cálida, así que Riley no se ofendió.
—Más o menos.
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—¿Y la feminización?
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identifico como hombre. Es sólo que esas palabras... Me hacen sentir más
sexy, de alguna manera. Más puta. Como si no tuviera suficiente.
Se aclaró la garganta.
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—Tengo otro límite duro del que no hemos hablado —dijo Andres
mientras terminaban los últimos bocados de sus tapas—. No sé si se
planteará alguna vez, pero me gusta ser sincero desde el principio por si
acaso. No puedo hacer ningún tipo de juego de respiración. Cuando era
un niño, me quedé atrapado en una corriente de agua en Cape Cod y casi
me ahogué; el control de la respiración es realmente desencadenante
para mí, incluso si le ocurre a otra persona.
4 El juego de impacto es una práctica sexual humana en la que una persona es golpeada
por otra persona para la satisfacción de una o ambas partes que pueden ser de
naturaleza sexual o no. Se considera una forma de BDSM. Se utilizan diferentes
elementos: la manos (nalgadas, bofetadas), instrumentos como flogger, varas, paletas,
fustas y un largo etc.
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—Sí.
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—Hasta ahora.
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hasta que se sintió menos que un niño a punto de ir a Disney World por
primera vez. Se pasó los dedos por el pelo, se sirvió el Listerine que había
en la encimera y se dio un último repaso antes de volver a la habitación
principal del apartamento.
—Mi nombre está bien, pero puedes usar “señor” si necesitas algo
más formal. No me llames “Amo”, por favor.
—Vamos a quitarte esta ropa para que pueda ver lo que tengo. —
La voz de Andres era firme con el mando, aunque no era ni mucho menos
dura.
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—Eres precioso. —Andres pasó sus manos por los costados de Riley
y luego apretó la cintura de Riley una vez más—. Dios, podría levantarte
y lanzarte sobre mi hombro, sin ningún problema.
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—Sí, estás listo para correrte —dijo Andres—. ¿Es todo lo que se
necesita? Un tipo te quita la mitad de la ropa y juega un poco con tus
pezones, ¿y ya estás deseando agacharte?
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eso. —Andres acunó las caderas de Riley con sus manos, y luego las
deslizó hacia abajo para tocar el culo de Riley—. Pero tienes que ser
paciente, porque no soy de los que se apresuran cuando tenemos toda la
noche.
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—Sí.
Andres sostuvo a Riley sobre sus pies, luego lo soltó y dio un paso
atrás.
—Muéstrame.
Oh, Dios. Con las uñas rozando la madera, Riley obedeció, su polla
se sacudió con la dulce humillación de la exhibición que estaba haciendo.
Su agujero se flexionó, necesitando ser llenado.
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Riley separó los pies todo lo que pudo sin desequilibrarse, y luego
echó el culo hacia atrás, suplicando en silencio otra bofetada. Andres se
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la dio, esta vez en el lado izquierdo, con la suficiente fuerza como para
que gritara de placer.
—¿Color?
—Me depilo —dijo Riley, porque tenía que decir algo o se le iba a
salir el cerebro por las orejas. Andres se rió.
—Oh, Dios —murmuró Riley en el suelo. Cerró los ojos, con la cara
y el cuello ardiendo.
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—Amarillo —jadeó.
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—¿Pensaste en esto?
—Bien.
Aunque la polla de Riley seguía orgullosa entre sus piernas, con los
huevos palpitando de frustración, Andres pasó por alto ambas cosas en
favor de buscar de nuevo el agujero de Riley con los dedos. Desparramado
sin huesos sobre el regazo y el pecho de Andres, Riley levantó las piernas
y apoyó los talones en el borde del cojín del sofá.
—Por favor, pon algo dentro de mí, señor —dijo Riley, aunque sabía
que Andres no lo haría, no así. Riley había dejado claro durante la cena
que nada iba a entrar en su culo sin lubricante, y la saliva no era un
sustituto aceptable.
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Riley se humedeció los labios y tuvo que respirar varias veces antes
de poder decir:
—En el culo.
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—Dímelo.
—Quiero... —Riley cerró los ojos y giró la cara hacia un lado, con
los dedos de los pies curvados—. Quiero que me metas los dedos en el
coño. —Las palabras abrieron algo dentro de él, inundando su cuerpo de
placer fundido—. Dios mío, tengo que correrme, por favor, no puedo... no
puedo esperar, me duele, necesito correrme, por favor…
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—¿Color? —preguntó.
Riley se apoyó en los codos y abrió bien las piernas, con los pies
apoyados en la cama. El estómago se le revolvió de placer por la forma en
que los ojos de Andres se detenían en su agujero, y no pudo evitar un
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Jadeando, Riley levantó la cabeza para mirar con ojos vidriosos los
dedos de Andres que hacían una tijera dentro de su agujero. Cuando
Andres encontró su próstata, se acurrucó sobre sí mismo, levantando sus
caderas de la cama. No tuvo piedad; Andres sólo le siguió, con las yemas
de los dedos frotando y pulsando contra ese tierno punto hasta que su
cuerpo se sacudió incontroladamente.
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—Nnn. —Riley se dejó caer sobre los codos, sin aliento, mientras la
agresión de Andres aumentaba rápidamente.
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Riley se lanzó hacia delante. Andres lo arrastró hacia atrás con una
mano en el hombro y la otra enredada en el pelo de Riley. Ni siquiera dejó
de empujar.
—¿Y a dónde crees que vas? —El aliento de Andres era caliente
contra la nuca de Riley, su polla golpeando salvajemente en el culo—.
Todavía no he terminado contigo, coñito...
—Aprieta —roncó.
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—Mm-hmm.
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Calentado por los elogios, Riley juntó las piernas. Andres lo puso
de lado y se acurrucó detrás, trayendo las mantas con ellos.
—Lo prefiero.
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No es el típico día después
Riley intenta pillar a Andres con la guardia baja. No
sale como él esperaba, pero no se queja.
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—Buenos días —dijo Riley—. ¿Es una buena idea freír bacon sin
camisa?
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En español en el original.
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—Bueno, eso es una jodida pena —dijo, y empujó a Riley sobre sus
rodillas. Agarrándole el pelo con la mano izquierda, abrió el cordón del
pantalón de deporte y sacó la polla—. Abre tu puta boca.
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—Te ves tan bien con una polla en la boca. —Andres pasó los dedos
de ambas manos por el pelo de Riley, manteniendo la cabeza de éste
quieta mientras bombeaba sus caderas—. Sabía que lo harías, esos
bonitos labios rosados...
—Vamos a ver.
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—Mírame.
Riley fue cauteloso al abrir los ojos, pero Andres sólo se había
corrido en la parte inferior de la cara, así que no goteó nada en ellos.
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—Sí.
Dejó correr el agua caliente y se lavó la cara, luego se secó con una
toalla de mano que estaba tirada en la encimera en un montón
descuidado. Apretó los dientes contra la aguda palpitación de sus
pelotas. No había forma de evitarlo, esto iba a doler, un castigo, sin duda,
por haber intentado manipularlo. Pero valía la pena, y de todos modos
confiaba en que le dejaría correrse antes de irse. La negación del orgasmo
era uno de los límites duros de Riley.
Andres resopló.
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—Sí, fue una verdadera tragedia tener que dejar de cocinar para
que me chuparan la polla.
—Sírvete tú mismo.
Riley sirvió una taza de café y tomó un sorbo. Era de buena calidad,
un tueste fuerte y oscuro como el que él mismo prefería. Dejó la taza
junto a su plato, rodeó la barra y se subió al taburete, tirando de la
camiseta hacia abajo para asegurarse que le cubría el culo.
—Lo mismo que cualquier otro, probablemente. Pero sí, tengo que
volver al campus. Tengo un concierto esta noche.
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—Lo pensaré.
—Sí. —Riley se retorció contra Andres. Hacía años que no tenía las
pelotas tan azules, y seguía a media asta, engordando de nuevo
rápidamente mientras Andres lo manoseaba.
—El dedo —dijo Riley, sin tener que considerarlo por un momento.
Cuando las cejas de Andres se alzaron, añadió—: Por favor.
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Andres separó los cachetes del culo de Riley con una mano y dejó
escapar un silbido bajo. La cara de Riley ardía.
—Tu coño está todo rosado e hinchado, nene. —Andres frotó dedos
lubricados burlonamente alrededor del agujero de Riley—. ¿Seguro que
quieres que juegue con él?
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Pulsando las yemas de sus dedos justo donde Riley los necesitaba,
Andres preguntó:
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Riley miró hacia abajo, y sus ojos se abrieron de par en par al ver
la mancha húmeda en el muslo de Andres donde el lubricante había
salido de su agujero.
***
—Deberíamos repetirlo.
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Saborear
—Apenas nada.
Ella se rió.
—Eso suena a Andres. Muy bien. Nos llamamos Boston Safe Sane
and Consensual, BSSC para abreviar. Nuestra membresía formal es
limitada, y estrictamente por invitación, pero organizamos programas
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Había confiado en el boca a boca para encontrar Doms con los que
jugar en privado.
—De acuerdo.
—¿Tienen cuotas?
—Sí, en una escala móvil. Hay mucho más que repasar, pero creo
que lo más importante es ver si eres compatible con el grupo, y si esto es
algo que te interesa. Tendremos una comida este miércoles a las seis, una
cena social informal. ¿Te gustaría unirte a nosotros?
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No había duda de que Autumn era una Dom, hasta la médula. Sus
instrucciones firmes y seguras le produjeron una agradable emoción,
nada sexual, sólo un zumbido de calidez y calma.
***
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Riley sonrió.
Eso provocó una risa de buen humor de todos los que estaban
cerca.
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—Ese es el plan.
—De nada. —La tupida barba negra de Frank se movió con lo que
probablemente era una sonrisa.
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Universidad de Massachusetts Amherst, es una universidad pública.
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—Sí, definitivamente.
—Te dije que encajarías bien —dijo Andres una vez que estuvieron
en la carretera hacia Cambridge.
—Todo el mundo fue muy amable. ¿Pero qué pasa con Tom y Jiao?
¿No son monógamos?
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—¿Seguro que no quieres venir antes y ver a los Pats con todos?
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en el regazo de Andres, ambos duros como una roca, con los labios
doloridos por la fuerza con la que Andres lo estaba besando. Sólo cuando
dejó caer su mano entre las piernas de Andres para apretarle la polla,
Andres se apartó con un aturdido:
—Espera, espera.
—Estamos en público.
Riley parpadeó.
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Las caderas de Riley se sacudieron del asiento. Asintió, con los ojos
muy abiertos.
—¿No es incómodo?
—Tú —dijo, con la voz cargada de deseo—, eres el puto culo más
guarro que he conocido.
—Sí, señor.
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—¿Color?
—Verde.
El consolador tenía que estar sujeto a una pared seca, así que
encontró una cabina de ducha que no se hubiera utilizado recientemente
y cerró la cortina. Había hecho esto unas cuantas veces desde que
empezó el semestre, y sabía exactamente a qué altura colocar el
consolador para conseguir el ángulo más cómodo. Una vez que estuvo
bien sujeto, se quitó la ropa y abrió el grifo, dándose unos minutos para
relajarse bajo el chorro.
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O tal vez... tal vez Andres no daría a Riley gratis. Tal vez cobraría a
los tipos que clamaban por follarlo en la ducha. Nada descabellado, cinco
dólares por una mamada y diez por el culo, lo justo para que le mereciera
la pena. No le daría ninguna opinión sobre cuántas pollas tomaría, y
tampoco le daría una parte del dinero...
***
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Sep.
Inténtalo de nuevo.
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Dejarles mirar.
¿Eso te excitó?
Sí, señor.
Joder. Sí. ¿Fuiste tan buen chico para ellos como lo fuiste
para mí? ¿Tomando todas esas pollas como una pequeña zorra
codiciosa?
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¿Quieres hacerlo?
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Un viejo estándar
Jack O'Hara era un hombre de piel clara, más bajo que Riley pero
el doble de ancho, con un corte de pelo fresco y un fuerte acento del sur
que avergonzaba a Andres. Estaba descansando en el sofá cuando
llegaron, y tras saludar a Riley con un apretón de manos, señaló la nevera
del suelo.
—¿Quieres cerveza?
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—Bienvenido a Poundtown7.
—Sí.
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Se llama Poundtown en el sexo cuando los movimientos y golpes son muy fuertes y
profundos. También hace referencia a que “town” significa ciudad, de ahí el Bienvenido.
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—Eso es demasiado tiempo para que un sub esté sin recibir una
tunda. —Separando el culo de Riley con una mano, Andres frotó su
agujero con la otra—. Voy a arreglar eso esta noche.
—¿Qué pasa?
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—No lo sé.
Riley negó con la cabeza, restregando una mano sobre sus mejillas
húmedas.
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—Eso está bien. —Andres palmeó el culo de Riley—. ¿Por qué más?
—Enséñame tu coño.
La cruda orden retorció las tripas de Riley e hizo que sus caderas
se sacudieran impotentes durante unos segundos antes de que pudiera
controlarse. Se echó hacia atrás con ambas manos y separó las nalgas,
gimiendo ante la presión de sus propios dedos contra su carne dolorida.
Andres escupió sobre sus dedos y los frotó con rudeza sobre el
agujero de Riley; éste gimió, sobrecogido por la condescendencia del
gesto.
—Sí, creo que voy a meter los dedos ahí, a ver cómo mueves ese
culo cuando esté todo magullado. —Andres tocó el brazo de Riley—.
Suéltalo.
Riley cruzó los brazos frente a sí mismo y los utilizó para acolchar
su cabeza, escuchando el apretón del frasco de lubricante. Siseó ante la
breve descarga de frío cuando Andres le untó el lubricante alrededor del
agujero y luego le introdujo un dedo.
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—Sí, me duele.
—Bien. Eso es lo que les pasa a los chicos guarros que creen que
pueden exhibir sus culos sin consecuencias.
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—Ya te has divertido, así que será mejor que me des un buen paseo,
putita. ¿Me oyes?
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Riley se esforzó por separar más las piernas y luchó por mantener
los ojos abiertos, queriendo ver cada segundo de los poderosos músculos
de los hombros y la espalda de Andres trabajando bajo esa piel tatuada
y dorada mientras lo follaba. La respiración de Andres era entrecortada,
con una pizca de temblor en sus gemidos, y los movimientos de sus
caderas eran cada vez más frenéticos.
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—Buen chico. Eso no fue tan difícil, ¿verdad? —En lugar de entrar
por detrás, Andres deslizó su mano con la palma hacia arriba entre los
muslos de Riley y empujó dos dedos desde abajo, de la misma manera
que lo haría en un coño real.
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—¿Quieres agua?
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—Tienes una piel perfecta para los azotes —dijo Andres, pasando
los dedos por la curva de los músculos de Riley. —Lo suficientemente
clara como para mantener el color, pero no tan pálida como para
mancharla. Ahora tiene un bonito color dorado rosado.
—Para mí también.
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—No pasa nada —dijo Riley—. Sabes, hoy en día no debes asumir
que la gente no habla español8.
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En español en el original.
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Andres pasó las manos por las caderas de Riley a través del
edredón.
—¿Puedo ver?
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Sin embargo, Andres no llevó las cosas más lejos. Se estiró de lado
junto a Riley, acariciando el culo golpeado mientras mantenía la posición
de puta en la que se había puesto. Tener el culo al aire de esta manera
se sentía bien, natural, y la única vergüenza era del tipo excitante que
Riley experimentaba cuando se ponía en exhibición de forma gratuita
para un Dom apreciativo.
Riley sonrió.
—¿Sí?
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—Hay una cafetería cerca de aquí que hace unos gofres gourmet
estupendos.
Tras unos segundos en los que Riley no hizo más que mirar, Andres
levantó las cejas.
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—Gracias.
—Sí.
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Andres cogió sus llaves del estante junto a la puerta de entrada del
apartamento, luego atrajo a Riley y lo besó.
—¿Tienes hambre?
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El largo brazo de la ley
Riley se encuentra con Andres mientras está de
servicio.
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—La dejaste tirada de culo, querrás decir —dijo Kayla. Ella era la
única, además de Brooke, que había estado allí para el evento en sí.
Oh, Dios.
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—Erk. —Fue todo lo que pudo decir Riley. Sus ojos recorrieron a
Andres de la cabeza a los pies: gorra de ala, un trozo de camisa con cuello
y corbata asomando por encima de una chaqueta azul marino oscura
para todo tipo de clima, pantalones muy arrugados, botas de cuero negro
pulidas hasta el máximo brillo. El pulso de Riley se aceleró al ver la
pistola de Andres enfundada en su cinturón de equipo, y no por ansiedad.
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—…y Riley, eres más hermoso que guapo, ya sabes, tienes todo ese
tipo de cosa andrógina que realmente funciona para ti…
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Aunque Riley puso los ojos en blanco, se sintió más halagado que
insultado.
—…pero eso era 100% carne de primera del USDA9 —concluyó con
una floritura dramática—. En serio, ¿has visto la mandíbula de ese tipo?
Dios mío.
—No.
9
Departamento de agricultura de EEUU.
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—¡Mira ese rubor! Oh, Dios, seguro que tiene algún tipo de carne
gruesa de veintitrés centímetros...
—¡No!
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erección que lucía desde que había visto por primera vez a Andres de
uniforme.
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—Ni siquiera hace tanto frío —dijo Amir, con todo el desdén de una
persona nacida y criada en Minnesota.
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rato. Hasta ahora no había tenido problemas con ellos, pero tampoco se
había enrollado con un chico en la residencia mientras alguno de ellos
estaba en casa. ¿Era eso tal vez llevar las cosas demasiado lejos?
Bueno, que se jodan si era así. Todos habían tenido chicas antes.
Esto no debería ser diferente.
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Andres sonrió.
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Con los ojos fijos en los de Riley, Andres se despojó de los guantes
de cuero negro y los dejó caer sobre la silla del escritorio, luego se encogió
de hombros para quitarse la chaqueta, quedando en camisa de manga
larga y corbata. Abrió la boca.
—Que te den por culo. No puedes decirme lo que tengo que hacer.
No he hecho nada malo.
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Esposas.
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—Esta debería ser una posición familiar para ti. —Andres sujetó a
Riley contra la cama con una mano y le manoseó el culo con la otra, el
toque codicioso e intrusivo—. ¿Crees que no sé lo que estabas haciendo
hoy en la ciudad?
Andres resopló.
—No eres una puta, ¿eh? —Andres apretó el culo de Riley, sus
fuertes dedos se clavaron—. Ese es un coñito de puta si alguna vez he
visto uno.
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—Supongo que será mejor que te arreste por esto —dijo Andres,
con un pulgar masajeando el borde de Riley—. No podemos tener a
pequeños y bonitos putos buscando pollas en las calles a plena luz del
día.
—Oh —dijo Riley, más una exhalación pesada que una palabra
real.
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—Buen chico —dijo Andres una vez que Riley se había calmado un
poco. Alineó su polla y la introdujo con lentos y cuidadosos empujones—
. Eso es. Lo estás tomando muy bien, nene. Mira ese coño tragándome.
Joder.
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—Yo también.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
8
Fiesta de juegos
Dos Doms, un sub… para Riley, eso es una receta para
la felicidad.
***
135
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Yo también.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Entendido —dijo.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Cassie suspiró.
—Qué suerte.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Riley se rió.
—Gracias.
Andres pasó unos minutos más con ellos, conversando hasta que
le llamó una mujer que presumiblemente era Jess. Cassie los siguió, y
Tyler se separó poco después con su propio Dom.
Mucho más a gusto ahora que cuando llegó, Riley decidió explorar
por su cuenta. Cogió una botella de agua con gas del bufé y se dirigió al
laberinto de biombos plegables.
Cada sección creada por los biombos era más o menos del mismo
tamaño, con equipos dedicados al juego y uno o dos sofás para los
observadores. Riley deambuló por las secciones, intrigado por algunas de
las cosas que vio, aunque nada mantuvo su atención por mucho tiempo.
Como Andres había observado, el juego de impacto no era lo que le
gustaba, y la mayoría de las actividades de este lugar parecían girar en
torno a eso.
Riley ladeó la cabeza, examinando la mesa. Para qué era esa vara
en la parte de atrás...
140
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
que la que se vendía abajo, pero haría el trabajo. Sus tripas se apretaron
con la excitación.
—Lo siento. —Los ojos de Scott estaban tan vidriosos que Riley
estaba seguro que la anticipación le había hecho caer en el subespacio
antes de que la escena hubiera empezado realmente.
Scott gimió en voz baja, abriendo más las rodillas para acomodar
la intrusión. Riley echó un vistazo a su polla y a sus pelotas, que estaban
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
atadas con un anillo de cuero negro que se extendía por todo el eje
hinchado, y se estremeció.
Riley subió las rodillas hasta el pecho, aunque sabía que nadie
aquí se ofendería por su erección, si es que la notaban. Observó,
hipnotizado, cómo la máquina se follaba a Scott hasta convertirlo en un
desastre sollozante e incoherente. Las dos mujeres frotaban el culo y la
espalda de Scott, instándole a dejarse mecer por las embestidas, que
aumentaban gradualmente de velocidad.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Si no te importa.
—Pero te gustaría.
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Boston ‘Verse
—Estando en ella.
—Todo eso, sí. —Los ojos de Riley seguían clavados en Scott—. Pero
en realidad es la… la humillación en la que no puedo dejar de pensar. No
se lo están follando por su propio placer. Están haciendo que se lo folle
una máquina, y ésta no se cansará nunca, ni se correrá, ni se detendrá
hasta que ellas se lo permitan. Es tan... degradante. En el buen sentido,
quiero decir.
—Lo entiendo.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Con un gemido bajo, Tom agarró las caderas de Riley y lo hizo girar
sobre su regazo. Era un gran besador, asertivo pero no psicópata,
apretando el culo de Riley y masajeando sus muslos mientras le lamía la
boca. Riley rodeó el cuello de Tom con sus propios brazos y se retorció
más cerca.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Lo está. —Tom acarició una mano por la espalda de Riley—. ¿Te
sentirías más cómodo si hablaras con ella primero? Ella está aquí esta
noche.
—¿Y qué pensaste tú? —preguntó Riley, encontrándose con los ojos
de Tom.
Riley sonrió.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Verde.
—Míralo.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—La máquina va mucho más rápido que el ajuste que tienen ahora,
sabes. ¿Te gustaría eso? ¿Que te folle más rápido que cualquier hombre
de verdad?
—O tal vez te gustaría que fuera lenta y dura, abriéndote con cada
empuje.
—Por favor —dijo Riley, desesperado por algo más que esos toques
de refilón en su polla y sus pezones—. Papi, por favor...
148
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Esta era una de las pocas perversiones que no podía permitirse con
Andres, que no desprendía ese distintivo ambiente de Papi. Tom, en
cambio, lo exudaba en oleadas, y Riley se sentía irremediablemente
atraído por él.
—Sí.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Pídelo amablemente.
Tom tenía una polla de buen tamaño, circuncidada, con una suave
curva hacia la derecha. Llevaba una colonia amaderada pasada de moda,
algo que no usaría nadie de la edad de Riley, y el recordatorio de lo mayor
que era hizo que se pusiera aún más duro. Apoyó la cara en la base de la
polla de Tom, respirándola, y luego pasó la lengua por el tronco para
mojarlo bien antes de chuparlo en la boca.
—Ah —gruñó Tom. Pasó sus dedos por el pelo de Riley—. Oh, eres
bueno en esto, ¿no?
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Oye —dijo Tom, y tiró de Riley hacia su polla. Riley se dejó llevar,
excitándose ante la muestra casual de dominio.
—Lo sé, pero estaba tan... nngh... tan ansioso que me pareció una
pena desanimarlo.
Andres se rió.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Mmm. ¿Te gustaría eso, Riley? —Tom rozó con los dedos de su
mano libre la mejilla de Riley—. ¿Debería llevarte a la parte de atrás y
probar ese precioso culo tuyo?
152
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Andres sonrió.
—Vale, vamos.
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Boston ‘Verse
—Súbete a la tumbona, cariño. Deja que Tom vea bien ese precioso
culo del que estás tan orgulloso.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Es un culo increíble —dijo Tom. Pasó sus manos por la parte del
cuerpo en cuestión, amasando ambas mejillas en un minucioso masaje—
. ¿Sólo es pasivo?
—Lo hace. Mira su polla… está a punto de reventar sólo por esto.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Hermoso.
—Sí, señor. —Era la primera vez que Riley hablaba desde que dio
su consentimiento. Cerró los ojos, escuchando el golpe del pecho y el
chasquido del plástico, anticipando ansiosamente el momento en que el
dedo lubricado de Tom empujaría dentro de él. Cuando por fin consiguió
lo que quería, gimió y se balanceó contra su mano.
—Sólo tienes que asegurarte de usar una mano firme con él —dijo
Andres—. Si eres demasiado suave, empezará a inquietarse.
Una mano firme no iba a ser un problema para Tom, sin embargo.
Manoseó el agujero de Riley con la competencia fácil y seguro de sí mismo
que volvía loco a Riley en los Doms, haciendo que Riley jadeara y se
retorciera bajo la atención. A Riley le dolían los dedos por el apretado
156
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Muy bien, creo que estás listo. —Tom retiró sus dedos y golpeó
el muslo de Riley—. Vuelve sobre tus manos, Riley, eso es buen chico.
157
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—¡Por favor! —dijo Riley—. Seré bueno, seré muy bueno, papi, por
favor fóllame...
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Boston ‘Verse
—Dijiste que podía tener las dos cosas —le dijo Riley a Andres, cada
palabra sacada de su interior por los agresivos empujones de Tom.
Andres apartó los ojos del culo de Riley para mirarle a la cara,
sonriendo ante lo que veía allí.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Riley apretó las manos en la sábana y la tomó con placer, su propia polla
golpeando contra su abdomen mientras se mecía de un lado a otro entre
ellos. Chupó con avidez la polla de Andres todo lo que pudo, aunque
Andres tenía el control total de la mamada.
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Boston ‘Verse
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Una vez que Andres hubo dejado a Riley hecho un lío caliente y
pegajoso, Tom le agarró la nuca y lo obligó a bajar para que el pecho
quedara presionado contra la tumbona. Riley se dobló obedientemente,
cediendo su cuerpo a todo lo que Tom quisiera.
—Suplícale.
Eso fue todo lo que consiguió sacar antes de que Tom maldijera y
se encorvara sobre su espalda, alabando a Riley efusivamente mientras
se corría.
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Boston ‘Verse
—No quiero estar vacío —murmuró Riley, con los ojos aún
cerrados.
—Gracias —dijo.
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
9
Bajón de Dom
Cuando Andres experimenta el bajón de Dom después
de su intensa escena, Riley descubre un lado
completamente nuevo de él.
***
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Lo sé, yo... —El extraño tono de la voz de Andres hizo que Riley
se diera la vuelta. Éste seguía apoyado en el respaldo del sillón, pero
estaba inusualmente tenso, con los hombros rígidos y los labios finos—.
Estoy teniendo un mal bajón de Dom —dijo Andres. Miró hacia otro lado,
como si estuviera avergonzado—. No... no quiero estar solo.
—Gracias.
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Boston ‘Verse
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Andres deslizó sus manos hacia arriba desde el culo de Riley para
cerrarlas alrededor de la cintura, donde sus dedos casi se encontraron, y
levantó las cejas.
Riley siempre había tenido un gusto por los hombres mucho más
grandes que él, pero nunca había considerado lo que era tener una afición
por el tamaño que iba en la dirección opuesta. A juzgar por la
desesperación en el tacto de Andres, era un impulso poderoso, aunque
nunca lo habían discutido en detalle.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Sí.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Jodidamente increíble.
—Por favor.
—Suena bien. —Riley se levantó sobre los dedos de los pies para
besar la mejilla de Andres, notando que éste ya parecía mucho más
tranquilo.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Pasó una mano por la camiseta, con una sonrisa tonta en la cara
que no pudo reprimir del todo. Era gratificante saber que su maniobra
había tenido tanto impacto que Andres seguía pensando en ella todas
estas semanas después.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Todo lo que Riley podría haber dicho fue evitado por Andres, que le
subió el dobladillo de la camiseta por la cintura. Fue un gesto casual y
propietario, como si Andres tuviera todo el derecho a apartar la ropa de
Riley para acceder a lo que había debajo. La respiración de Riley se
entrecortaba en su pecho cuando Andres le pasó una mano posesiva por
el culo desnudo y luego entre las mejillas, pinchando la base del plug.
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Boston ‘Verse
—Mm-hmm.
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
—Eso apesta.
—Sí. No sé si es así para otros Doms, pero siempre ha sido así para
mí. Aunque no ocurre muy a menudo.
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Boston ‘Verse
Andres se rió.
—Mm-hmm.
—¿Y crees que Jesucristo era el hijo de Dios, que murió por los
pecados de la gente y que fue resucitado?
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Bueno, eres una buena persona y pareces feliz, así que no tengo
ningún problema con eso.
***
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Boston ‘Verse
—Sí.
178
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Boston ‘Verse
—¿Hmm?
Riley puso los ojos en blanco y miró a Andres por encima del
hombro.
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Boston ‘Verse
—Vale, ahora tienes que decírmelo —dijo Riley, más que intrigado—
. Por favor. Diré una palabra de seguridad si quiero que pares.
—Sí. —Tim se había sonrojado cada vez que se encontraba con los
ojos de Riley durante toda una semana después, pero había valido la
pena.
—Bueno, estaba pensando en cómo sería llevar eso más allá. Pero
sin todo el asunto de la policía. Simplemente siendo nosotros mismos.
—¿Sí?
Riley asintió. Molesto ahora por la capa de tela que había entre
ellos, serpenteó una mano hacia atrás para intentar apartar el pantalón
de chándal de Andres. Sin embargo, el ángulo era demasiado incómodo
para él, así que Andres soltó la polla de Riley para empujar él mismo el
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
meneando ese buen culo todo el día. No puedes esperar que se controle
cuando lo exhibes así.
182
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Oh —respiró Riley. Esa siempre había sido una fantasía suya…
un Dom ignorando su palabra de seguridad… pero nunca la había puesto
en práctica con nadie.
—Te asustas. Dices rojo, pero te ignoro. Así que empiezas a luchar,
a luchar de verdad, intentando quitarme de encima. Pero no importa; no
puedes hacer nada. Te doy una bofetada y te digo que cierres la boca.
—Métela.
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Boston ‘Verse
—¿Qué?
—Por favor. —Riley empujó sus caderas hacia atrás—. Por favor,
me estoy volviendo loco, necesito algo dentro.
—Un coño tan perfecto —dijo Andres mientras volvía loco a Riley
lentamente—. Un puto coño perfecto, tan desesperado por mi polla.
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—Oh. —¿Eso era todo?—. Sí, iré el lunes. Me hago la prueba una
vez al mes, de todos modos. —Riley se acostaba con muchos chicos, y
aunque siempre estaba seguro… exceptuado hoy… no estaba ciego a los
riesgos que eso conllevaba.
—¡No! —dijo Andres—. No, estoy limpio. Quiero decir, estoy tan
seguro de eso como es posible.
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—Sí, pero...
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Boston ‘Verse
—No. ¿Y tú?
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Cada día un poco más
Cada día que pasa, Riley se siente más atraído por
Andres.
Se advierte que esta entrega incluye un breve momento de racismo
dirigido a Riley y a su madre.
***
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
***
196
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
día, y Riley estaba seguro de que tenían algún tipo de apuesta privada
que no quería considerar demasiado.
Después del partido, habían ido a cenar con Tim y sus padres a
The Blue Room, un restaurante ecléctico de Cambridge con paredes de
ladrillo visto y un ambiente relajado y agradable. Era un poco temprano
para cenar, pero Riley no tenía mucho tiempo antes de tener que estar
en los calentamientos para el concierto de la Orquesta Harvard-Radcliffe
de esa noche.
Aunque Tim sonrió y asintió, Riley sabía que nunca lo haría. Sus
padres eran mucho más formales que los suyos, y él no era de los que se
sentían cómodos dirigiéndose a los padres de un amigo por sus nombres
de pila, como había crecido Riley.
197
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Boston ‘Verse
—Nunca se pone nervioso —dijo Tim a sus padres, con una voz
teñida de cariñosa exasperación.
198
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
Sin embargo, era una perversión privada entre los dos, así que
¿debía tener un significado más profundo que el hecho de que los
excitaba a ambos? Tal vez estaba pensando demasiado en esto.
200
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Una anciana blanca con el pelo muy rizado les miró con el ceño
fruncido al pasar, murmurando en voz baja sobre China. Riley y
Elizabeth la miraron fijamente hasta que ella olfateó y siguió su camino
hacia el baño de mujeres.
201
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
de sexo, pero no tanto como para ser complacientes con que su hijo
tuviera relaciones sexuales con hombres de su edad o incluso mayores.
***
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Boston ‘Verse
203
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Boston ‘Verse
—¿Con lubricante?
—No puedes poner jabón aquí arriba. —Andres deslizó su dedo más
adentro—. El tejido es muy delicado. Muy... sensible.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Cuando cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás para enjuagar
el champú, Andres retiró los dedos y se alejó. Riley oyó el crujido de los
frascos que se movían de un lado a otro, pero antes de que pudiera abrir
los ojos, Andres estaba tirando de él hacia delante y deslizándose detrás
de él, intercambiando sus posiciones.
205
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Boston ‘Verse
206
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Andres no iba a dejar que se corriera esta vez; Riley se dio cuenta
por la forma en que evitaba la estimulación de la próstata. No protestó ni
suplicó, sólo se dejó usar, gimiendo junto a Andres cuando se la metió
hasta los cojones y se corrió, azotando a Riley varias veces más por si
acaso.
10
Es un juguete sexual que imita a una vagina o un ano.
207
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Una vez que estuvo seco, Andres tiró la toalla a un lado y dijo:
Riley asintió.
—Muy bien. —Se inclinó para dar un beso a los labios de Riley.
Cuando se retiró, murmuró—: Y si veo que tocas esa pequeña polla de
jovencito, tampoco voy a dejar que te corras la próxima vez que te folle.
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
—Ponte de pie.
Riley sólo dio un par de pasos antes que sus rodillas se doblaran
bajo una oleada de placer tan abrumadora que rompió a sudar. Andres
lo atrapó y lo sostuvo.
—Sé que puedes caminar con un tapón dentro —dijo Andres, con
una nota de reproche—. Lo haces siempre.
210
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
—Hoy has sido una putita muy buena para mí —dijo Andres al oído
de Riley mientras lo masturbaba—. Conociendo tu lugar, haciendo lo que
se te dice, manteniendo ese apretado coño húmedo y listo para mí. Pero
siempre eres un sub perfecto para mí, ¿no es así, nene? Un chico tan
bueno y dulce...
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
una repetición de The Daily Show, con los restos de su última merienda
amontonados en la mesita de noche, aunque lo acogedor de la escena se
yuxtaponía a las correas de cuero negro que aún colgaban de cada
extremo del cabecero. Riley se frotó el ligero moratón que se estaba
formando en una de sus muñecas y se estremeció.
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Uh-oh.
***
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Boston ‘Verse
Genial, avísame.
Por supuesto que quería ver a Andres este fin de semana, pero
pensó que sería mejor que dejaran que las cosas se enfriaran un poco. Se
sentía inexorablemente más cerca de terminar en una relación genuina
con Andres, y eso lo ponía nervioso; no sabía cómo cambiaría eso su
dinámica.
218
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Boston ‘Verse
***
219
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Boston ‘Verse
Riley sabía lo que quería, pero Darren era demasiado educado para
pedirlo y demasiado caballeroso para hacerlo sin pedirlo.
Darren hizo un ruido ahogado que era mitad risa, mitad gemido, y
dio al culo de Riley una ligera palmada que apenas sintió. Cuando le
devolvió el empujón alentador, Darren se envalentonó; le dio un golpe
mucho más fuerte, el chasquido fue fuerte en los confines del coche. Riley
gimió de aprobación.
Una vez que dejó claro que no había bromeado con lo de disfrutar
de aquello, Darren siguió con ello, golpeando el culo de Riley con gran
fruición mientras machacaba. Ser follado y azotado en la parte trasera de
un coche aparcado mientras podía oír a la gente moviéndose fuera hizo
que Riley se sintiera una zorra de la mejor manera posible, y sólo le
hicieron falta unos cuantos golpes de polla para alcanzar su punto álgido,
corriéndose con fuerza en el suelo. Darren le siguió poco después, con su
grito de finalización profundo y sincero.
220
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Andres era el único hombre por el que sentía esas cosas, y no tenía
ni idea de qué hacer al respecto.
***
221
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Sí, claro.
222
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Boston ‘Verse
223
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Una vez que hubo puesto en marcha un plan, por fin pudo
concentrarse en su trabajo, y lo terminó en las horas siguientes. Aquella
tarde tomó el tren a Boston y llegó a la casa de Andres poco después de
las seis y media.
224
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Riley se acercó.
Los ojos de Andres se abrieron de par en par. Echó una mirada por
encima del hombro, luego volvió a mirar a Riley y se aclaró la garganta.
Riley asintió. Este no había sido su plan original, pero, joder, esto
era mucho mejor.
225
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Boston ‘Verse
—Hola, Jack.
Un par de chicos silbaron con buen humor. Andres puso los ojos
en blanco y tomó la mano de Riley, llevándolo a su dormitorio.
226
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Sin aliento por la excitación, Riley cruzó los brazos en la parte baja
de la espalda, sujetando su muñeca derecha con la mano izquierda.
—Voy a follar esa boca de zorra tan fuerte que todavía lo sentirás
en Acción de Gracias —dijo, y metió su larga y gruesa polla entre los
labios de Riley y sobre su lengua.
227
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Boston ‘Verse
228
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Boston ‘Verse
—Por favor —dijo Riley. Su voz salió como grava, destrozada por
tener la polla de Andres metida en la garganta una y otra vez.
—Oh. —Riley dejó caer las manos sobre los codos y se agarró la
polla.
229
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Oh, sí, por favor, eso se siente tan bien, más, por favor...
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Con su mano libre, puso a Riley boca abajo y le separó las nalgas,
dejando al descubierto su agujero. Riley inclinó la cabeza por encima del
hombro y observó cómo Andres admiraba despreocupadamente su
agujero mientras se cepillaba los dientes. Con las mejillas calientes,
enterró la cara en una almohada mientras abría más las piernas para
que pudiera ver mejor.
231
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Boston ‘Verse
11
Presumir
Cuando Riley vuelve a casa para las vacaciones de
Acción de Gracias, Andres y él siguen conectados a
pesar de la distancia.
***
232
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Boston ‘Verse
—Hola.
Dylan sacó las manos de los bolsillos, dio un paso hacia Riley y
dudó. Riley tomó la delantera, acortando la distancia y rodeando el cuello
de Dylan con sus brazos en un fuerte abrazo. Respiró profundamente
cuando los brazos de Dylan se acomodaron alrededor de su cintura con
cómoda familiaridad.
233
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
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Boston ‘Verse
Oh, vaya.
***
235
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Boston ‘Verse
—Sí, señor.
236
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Boston ‘Verse
237
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Boston ‘Verse
Riley gimió pero obedeció. Andres le dejó guisar así un rato, con los
ojos fijos en el cuerpo de Riley mientras éste se agarraba al borde del
colchón con ambas manos y se obligaba a permanecer quieto.
Riley siguió las instrucciones, luego dobló las rodillas y las levantó
a los lados, abriendo las piernas al estilo de una rana. Con el culo
empujado obscenamente por las almohadas apiladas y el pecho plano
contra la cama, era una posición increíblemente degradante. El escozor
de la humillación era dulce y potente, y le producía punzadas en la
columna vertebral.
238
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Puta —dijo Andres con cariño—. ¿Te gusta exhibirte para mí?
—Sí, señor.
239
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
que hubiera que hablar en susurros como en tantas otras partes del país.
Riley había crecido sabiendo que había hombres que amaban a otros
hombres, que probablemente él era uno de ellos, y que no había nada
malo en ello en lo que respectaba a sus amigos y familiares.
240
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—No, señor.
Riley giró la cara hacia un lado para que las palabras fueran claras.
Andres le dijo que se metiera dos dedos, luego tres, mientras Riley
sudaba y temblaba y trataba de no gritar de pura frustración. Una vez
que Andres se sintió satisfecho, ya fuera porque Riley se había preparado
bien o porque estaba justo al borde del colapso, no estaba seguro, le dijo
que sacara los dedos.
241
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
Riley cogió el plug y estiró el brazo hacia atrás para que Andres
pudiera verlo. Era un juguete de silicona de alta calidad, de tamaño
medio; no tenía ninguna característica extravagante, pero serviría para
hacer el trabajo.
—Mételo.
—Sí, señor.
242
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Te ves hermoso —dijo Andres en el tono rico y cálido que estaba
garantizado para hacer que Riley se derritiera como un helado en julio—
. Sé que esto es frustrante para ti, pero te estás portando muy bien
conmigo, Riley. Estoy muy orgulloso de ti.
243
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Lo sé, y otro día me encantaría verte luchar con él, pero hoy
quiero ver cómo se hunde en ti como si estuvieras hecho para ello.
—Por eso lo elegí —dijo Riley. Este era el juguete más grande que
tenía con el que podía follar cómodamente. Tenía varios más grandes,
pero la única forma en que podía usarlos era sosteniéndolos dentro y
meciéndolos hacia adelante y hacia atrás, porque si intentaba empujarlos
sentía como si lo pusieran del revés, y no en el buen sentido.
244
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Boston ‘Verse
—Mira cómo tomas esa gran polla con tanta dulzura —dijo Andres.
Su respiración era agitada y se escuchaba por los altavoces del portátil.
245
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Boston ‘Verse
246
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Boston ‘Verse
—No voy a dejar que te toques la polla, por muy bien que me lo
ruegues. —Andres hizo una pausa, y cuando volvió a hablar, Riley pudo
oír la sonrisa de satisfacción en su voz—. Pero puedes frotarte contra la
almohada si quieres.
—Ya está —dijo Andres, jadeando—. Pareces una zorra, nene, una
bonita putita dando un espectáculo para mí.
247
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Boston ‘Verse
—¿Qué?
Andres estaba tenso y brillaba de sudor, con los ojos fijos en Riley
a través del ordenador mientras se acariciaba. Estaba cerca; Riley lo
notaba.
—No, señor.
—¿De qué color eres, cariño? —preguntó Andres con voz más
suave.
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12
Arrepentimientos y
segundas oportunidades
Tras el sexy encuentro de Riley con su exnovio, Andres
y él tienen una conversación que lleva mucho tiempo
esperando.
***
Todos gritaron. Riley puso los ojos en blanco, se llevó el ron con
Coca-Cola a los labios y dio un pequeño sorbo, para luego inclinar la
cabeza hacia atrás y dar varios tragos largos y exagerados que provocaron
carcajadas de placer en todo el círculo.
251
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Por cierto, eso es una maldita mentira —le dijo Sabrina a Chase.
Se pasó sus largas trenzas por detrás de un hombro.
—Sé lo que has hecho este verano con ese bombón de Bethesda
Prep...
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Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Por supuesto —dijo Riley. Pasó los ojos por encima de Dylan, que
tenía un aspecto delicioso con unos vaqueros negros y un jersey ajustado.
Con eso, Sabrina se marchó. Riley puso los ojos en blanco y dijo:
253
Cordelia Kingsbridge
Boston ‘Verse
—Sutil.
—¿Así que por fin has podido estar abajo? —le preguntó.
—Sí. Fue un chico que conocí en una fiesta hace un par de meses.
—Miró a Riley y añadió rápidamente—: Nada serio. Sólo un enganche.
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—Dios, ¿cómo podría olvidar eso? Haley y ese tipo con el que salía
nos sorprendieron, y tú sólo me dijiste que siguiera.
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—¿Vas a follarme?
—Sí. —Riley no estaba tan borracho como para pensar que era una
buena idea acostarse con el ex novio por el que aún sentía algo, pero
estaba lo suficientemente borracho como para que no le importara.
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—Ugh —dijo Riley. Sin embargo, tenía más ganas de que le follaran
que de no moverse, así que se levantó y sacó la cartera de sus vaqueros
caídos. Como de costumbre, tenía un condón y un par de paquetes de
lubricante metidos, y los llevó de nuevo a la cama.
—¿Qué?
Aquello fue lo más duro y agresivo que Dylan había sido con él.
Sólo con pensar en ello, Riley se sintió muy sumiso.
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—Métete en mí.
El sexo con Dylan siempre había sido diferente, especial. Había una
dimensión emocional que Riley nunca había experimentado con sus otros
ligues durante el instituto. No creía que la gente tuviera que estar
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enamorada para que el sexo fuera estupendo, pero era innegable que el
amor daba al sexo una belleza particular. Sentía esa belleza con Dylan,
esa cercanía tierna y trascendente, y la atesoraba.
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—Sí, Dios, así —dijo—. Dame todo lo que tienes, vamos, vamos...
Riley estaba más cerca. Agarró su propia polla y tiró de ella sin
piedad hasta que su orgasmo lo atravesó unos segundos después,
haciéndole retorcerse y gritar. Dylan no aflojó en absoluto, prolongando
el éxtasis mientras el cuerpo de Riley se estremecía con inmediatas
réplicas.
Cuando volvió en sí, vio que Dylan estaba justo al borde, con la
cara enroscada en espera de la liberación. Apoyó una mano en el pecho
y dijo:
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—Nosotros...
Riley lo besó.
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***
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—Mira lo lejos que tienes que poner el asiento para que te quepan
las piernas en este coche, gigante —replicó Riley. Sonriendo, Andres soltó
la muñeca de Riley para enlazar sus dedos en su lugar—. ¿Tienes
hambre?
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—¿Pero?
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—Sabes —dijo Andres—, tiendo a creer que los errores que comete
la gente son menos importantes que la forma en que reacciona ante ellos.
Eras un adolescente en tu primera relación y actuaste de forma egoísta.
No me importa tanto eso como esto: ¿volverías a hacerlo?
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nos acercamos, empezó a sentirse más como algo que te estaba ocultando
activamente. No quiero que las cosas sean así entre nosotros.
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Riley no lo había visto tan nervioso desde la vez que tuvo su bajón.
—¿Qué?
—¿Te gusta?
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—Tú, puta —respiró Andres, con tanta reverencia que sonó como
el más brillante de los cumplidos. Se apoderó de la boca de Riley en un
beso enérgico.
—¿Y tú?
—Quiero oír hablar de uno de los tipos con los que te has enrollado.
—¿De verdad?
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—Claro que sí. —Andres plantó una mano entre los hombros de
Riley y lo empujó hacia delante, de modo que Riley tuvo que agarrarse a
la cama para no estrellarse contra ella. Sostuvo a Riley allí, doblado por
la cintura, mientras rociaba con lubricante toda la parte baja de la
espalda de Riley y entre sus nalgas.
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—Le invité a una copa y nos pusimos a hablar. —Andres vertió más
lubricante directamente sobre las bolas de Riley y las masajeó—. Resulta
que nunca había sido follado antes.
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—¿Cómo lo sabes?
Riley resopló.
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—Eres tan bueno en eso —dijo Riley, refiriéndose a los que le había
hecho y a la forma en que Andres estaba trabajando su próstata como si
fuera su trabajo.
—¿Lo hiciste?
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—Pensé que tal vez querría parar ahí —dijo Andres, continuando
su relato. El golpe del cajón de la mesita de noche fue seguido por el
sonido del papel de aluminio rasgado—. Pero el hecho de que le tocaran
el culo le había hecho cambiar de opinión de nuevo, y quería que le
follaran. Lo puse sobre las manos y las rodillas y lo toqué con los dedos
hasta que se le puso dura de nuevo, moviendo las caderas como un
putito, desesperado por tener algo más grande dentro.
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—Nadie puede tomarlo como tú, cariño. El coñito más goloso que
he follado nunca.
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el peso de Riley hacia atrás, de las rodillas a los pies. Riley se puso en
cuclillas sobre el regazo de Andres, con las piernas abiertas por los
musculosos muslos de éste, y se apoyó en las rodillas de Andres mientras
éste le hacía rebotar sobre su polla.
—Eso espero.
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—Sí. Quiero que todos los que me miren se pregunten por qué
cojeo.
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—Verde.
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Riley se quedó sin huesos bajo el asalto, temblando con las réplicas
que se sentían como mini-orgasmos reverberando desde su próstata. Se
sentía tan bien que le zumbaban los oídos y tenía la vista borrosa.
Riley hizo lo que pudo con sus débiles músculos, que no era
mucho, pero Andres estaba tan ido que de todos modos hizo el truco.
Hizo círculos con su polla dentro del culo de Riley mientras se corría,
gruñendo y maldiciendo, con sus manos como si fueran de acero
alrededor de las muñecas de Riley. Una vez que se hubo consumido, entró
y salió lentamente unas cuantas veces más, y luego se retiró.
Antes que Riley pudiera deslizarse por los pies de la cama, Andres
lo enganchó más arriba, hasta que el colchón lo sostuvo desde los
hombros hasta la parte superior de los muslos.
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El tapón tenía la clásica forma de pala, pero era mucho más largo
y grueso de lo habitual. No era un juguete bonito que Riley pudiera
introducir y pasear durante horas. Sentiría su presencia cada segundo
que estuviera dentro de él.
—Es adorable que pienses que tienes algún control sobre lo que te
hago. —Andres introdujo el plug en el culo de Riley. Ni siquiera necesitó
una mano para abrirlo, porque éste ya estaba abierto.
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Andres presionó sus dedos contra los labios de Riley. Riley abrió la
boca para chuparlos, suspirando de pura satisfacción.
—Mmm.
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Dom una vez más—. A partir de ahora, cada vez que dejes que un hombre
use uno de tus agujeros, me enviarás un mensaje de texto lo antes posible
después. Me dirás exactamente lo que te hizo y cuánto lo disfrutaste,
para que yo pueda excitarme escuchando lo puta que eres. ¿Entiendes?
Riley asintió de nuevo, con la boca llena de sus dedos. Encorvó las
caderas, presionando su ingle contra la pierna de Andres.
—¿Qué? —dijo.
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Fin
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Staff
Soñadora y Diseño: Lelu
Lectura Final: Auxa
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Acerca de la autora
Cordelia Kingsbridge tiene un máster en trabajo social por la
Universidad de Pittsburgh, pero pronto descubrió que la práctica directa
en el campo no era para ella. Después de haber escrito novelas como
pasatiempo durante sus estudios de posgrado, decidió centrarse en la
escritura como carrera a tiempo completo. Ahora explora su fascinación
por el comportamiento humano, la motivación y la psicopatología a través
de la ficción. Sus puntos débiles son los emparejamientos que atraen a
los opuestos y las bromas sarcásticas.
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