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1
En el primer orden de ideas, la culpa mostró una
insuficiencia para que el deber de responder se efectivizara frente a ciertos supuestos
en los que el autor era desconocido, pero que se encontraba dentro de un grupo
determinado, dado que esa hipótesis llevaba a hablar de una culpa común ( 1). Desde el
segundo punto de mira, se descubrió que a las tradicionales, acción humana individual,
hecho de las cosas y de los animales se adicionaba otro supuesto: la acción del hombre
en grupo o acción del grupo.
9
C.Nac.Civil, sala D, agosto 16-1988 “Tramezzani, María Laura c. Beckerman, Carlos María y
ot.” Colección de Análisis Jurisprudencial Obligaciones Civiles y Comerciales (Dirigido por
Dora M. Gesualdi) Bs.As., La Ley, 2003 pág. 74, con nota de Dora M. Gesualdi y LLOnline
AR/JUR/2457/1988; En el caso se trataba de dos menores que se encontraban disparando al
blanco dentro de un departamento y que alguno de ellos disparó hacia la calle hiriendo a un
transeúnte.
10
C.Nac.Civ., sala E, marzo 11-1981 “Morales, Restituto c. Club Atlético Vélez Sársfield y ot.”
L.L. To. 1981-B pág. 523, con nota de Jorge Joaquín Llambías y LLOnline
AR/JUR/1600/1981; Si bien el hecho dañoso era un supuesto de responsabilidad de la que se
ha dado en llamar colectiva o anónima, en el caso la parte demandada era el Club y no los
miembros del grupo agresor.
11
C.Civ.Com.Neuquén, sala II, agosto 4-2011 “Caminos del Valle Conces.S.A. c/Asociación de
Trabajadores Educación Neuquén” MJ-JU-M-71463-AR. El caso fue analizado como un
supuesto de responsabilidad por el ejercicio del derecho de huelga, pero también a la luz de la
responsabilidad colectiva, aludiendo a que se trataba de daños cuyo autor no se había
identificado.
12
Galdós, J.M. su ponencia en la Comisión No. 2 del XVI Jornadas Nacionales de Derecho
Civil, J.A. To. 1997-III pág. 1045; Zavala de González, M. en Trigo Represas-Stiglitz
“Derecho de Daños” cit. “El daño…” pag. 439, No. 1; Lorenzetti, R.L. “Responsabilidad
colectiva, grupos y bienes colectivos” L.L. To. 1996-D pág. 1058 y Responsabilidad civil.
Doctrinas esenciales-Parte especial To. VI pag. 925, especialmente, cap. III.
Trib.Col.Inst.Única 6ª.Nom.Rosario, agosto 28-1989 “Primavera de Fernández, D.A. y ot.
c/Pelegri, C.A. y ot.” L.L. To. 1991-B pág. 145; Kemelmajer de Carlucci, A.R. “Estado de la
jurisprudencia nacional en el ámbito relativo al daño ambiental colectivo después de la sanción
de la ley 25.675, ley general del ambiente (LGA)”, Anales de la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Bs.As., 2ª.Época, año LI, No. 44-2006 pág. 171.
4
responsabilidad colectiva, el problema es la legitimación pasiva, acerca de ‘a quién
puede ser reclamada’ la reparación del daño causado por el grupo.
13
Sobre esta cuestión puede consultarse: Tamayo Jaramillo, J. “Las acciones populares y de
grupo en la responsabilidad civil”, Medellín, Bibl. Jurídica Diké, 2011, pág. 29 y sgtes. , No. 3
y “De la responsabilidad civil”, Sta.Fe de Bogotá, Temis, 1999, To. IV pág. 92, No. 1671;
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión judicial. Fundamentos de derecho”, Sta.Fe, Rubinzal y
Culzoni, 2006, pág. 374, ap. III y “Responsabilidad colectiva, grupos y…” cit., pág. 943,
especialmente, cap. V. C.S.J.N, agosto 29-2006, “Asociación de Superficiarios de la Patagonia
c/Yacimientos Petrolíferos Fiscales S.A. y ot.” L.L. To. 2006-F pág. 419 y L.L. To. 2006-F
pág. 630; C.Civ.Com.Azul, sala II, “Municipalidad de Tandil c/Transp. Aut. La Estrella”
L.L.Bs.As. To. 1997 pág. 273; E.D. To. 171 pág. 378; C.S.J.N., junio 20-2006, “Mendoza,
B.S. c/Estado Nacional y ots.” L.L. To. 2006-D pág. 281.
14
La responsabilidad por el daño ambiental (típico ejemplo de daño sufrido colectivamente)
aparece tratada en la Ley 25.675 General del Ambiente, arts. 27 a 33. También en la Ley
24.240 de defensa del consumidor, art. 30.
15
Las normas del Anteproyecto que abordaban la temática de los daños sufridos colectivamente
son las del art. 14 y las que integraban la Sección 5ª del Capítulo I del Título V del Libro III
del Anteproyecto, y que figuran en el Proyecto en nota (9). Es de lamentar la eliminación que
se ha hecho. Las normas proyectadas comenzaban a transitar el camino de la elaboración de
normas reclamadas por la doctrina y que ya tuvieron recepción en la jurisprudencia de la Corte
Suprema de la Nación. C.S.N., febrero 24-2009 “Halabi, Ernesto c/ P.E.N. - ley 25.873 - dto.
1563/04 s/ amparo ley 16.986” L.L. To. 2009-B pág. 157 y J.A. 2009-II pág. 608.
5
administren, o por sus dependientes o por el hecho de las cosas bajo su
dominio o guarda, lo hace con su patrimonio, que es –en principio (16)- el
único sobre el cual puede efectivizarse la acción indemnizatoria.
b. Los supuestos en los que el daño causado por una persona pueden ser
efectivizados sobre un patrimonio de otra en función de la garantía que ha
asumido su titular o de la ley que le impone dicha garantía. Este es un
mecanismo económico de difusión del daño hacia terceros, sea quien ha
asumido contractualmente la obligación de mantener indemne al dañador
individual –como el seguro de responsabilidad civil-, sea la comunidad de
dañadores, aportantes un fondo común formado a ese efecto (17).
16
La obligación podrá concurrir con la de los responsables individualmente. Véase Bustamante
Alsina, J. “Teoría general…” cit., pág. 538, No. 1703 a 1708.
17
Bustamante Alsina, J. “Teoría general”, cit. pág. 539, Nos. 1709 a 1708.
6
proviniera de la caída de cosas suspendidas o expuestas a caer ( 18). El edicto del pretor
concedió en forma solidaria acción contra cada uno de los ocupantes de la casa, cuando
no fuera posible establecerse quién la había arrojado, lo que pasó a la Partida 7ª, leyes
25 y 26, título 15. (19), que constituyeron las fuentes de inspiración de Vélez para la
redacción del art. 1119 del Código Civil de Vélez, según cita del propio Codificador en
la nota al artículo citado.
20
Bustamante Alsina, J. “Teoría general de la responsabilidad civil” cit., pág. 542, No. 1719,;
Gesualdi, D.M. en Bueres, A.J.-Highton, E.I. “Código Civil y normas complementarias”,
Bs.As., Hammurabi, 2000, To. 3B pág. 149/150, No. 3 de la glosa al art. 1119.
21
Gesualdi nos recuerda varios casos de los tribunales de España en que la inadmisibilidad de la
responsabilidad colectiva provocó que las víctimas cargaran con los daños que habían sufrido
en circunstancias similares a las descriptas en el texto. Véase aut. y ob.cit., To. 3B, pág.
150/151, No. 3 de la glosa al art. 1119. Bustamante Alsina nos anoticia de los casos franceses
en el No. 1716 de su “Teoría general…” cit.,
8
clan. En un principio, todos y cada uno de los miembros del clan al que pertenecía el
ofensor podían ser objeto de la venganza por parte de los miembros del clan ofensor.
A los fines de evitar tal difusión de la responsabilidad se admite el abandono noxal,
que limita la venganza del clan ofendido únicamente a la persona del ofensor, dando
lugar a que desapareciera la responsabilidad colectiva y se transformara en una
responsabilidad individual. Al desaparecer la venganza sustituyéndola por la
compensación dineraria legal, se presentó el problema de que el alieni iuris no tenía
patrimonio propio, por lo que a los fines de hacer efectiva la reparación del daño se
necesitaba recurrir a los frutos del trabajo del abandonado en noxa. Pero si el pater no
abandonaba al alieni iuris, o sea, si se solidarizaba con él, el pater podía ser perseguido
en virtud de esa solidaridad familiar que mantenía con quien había actuado la ofensa.
(22) El fundamento se encontraba en la necesidad de castigar (por el medio sustitutivo
de la venganza: la compensación dineraria) al autor del acto injusto y a quien, por
solidaridad con él, frustrara castigo.
22
Mosset Iturraspe, J. “La responsabilidad de los padres y la evolución de la familia” L.L. To.
1979-B pág. 520 y Responsabilidad Civil Doctrinas Esenciales Tomo IV pág. 15,
especialmente cap. II; Kemelmajer de Carlucci, A.R. en Belluscio, A.C. (Dir.)-Zannoni, E.A.
(Coord.) “Código Civil y leyes complementarias”, To. 5 pág. 592, No. 2 de la glosa al art.
1114.
9
produce una extensión de la responsabilidad, abarcando algún nuevo legitimado pasivo
–pese a no ser autor del daño- ( 23). Antiguamente para punir al ofensor u hoy para
darle eficacia al crédito indemnizatorio.
23
Franco, Horacio J. “El límite de la responsabilidad colectiva y solidaria por daño ambiental”
L.L. To. 2009-C pág. 760; destaca el autor el dilema de la responsabilidad colectiva, y dice
“Cuando se trata de responsabilidad colectiva, la ley consiente que paguen terceros inocentes
junto con el o los causantes del daño. Ello en razón de la imposibilidad de diferenciarlos. El
"hecho jurídico" que da lugar a la responsabilidad colectiva (estar cerca del causante del
daño) es ciertamente involuntario. Al compeler a muchos "inocentes" a contribuir en la
reparación de un daño que no han causado, la ley opta por un "mal necesario" a efectos de
evitar lo que considera el mal mayor: consagrar la impunidad de todos, dejando al
damnificado en un manifiesto estado de desprotección.”
24
Zavala de González, M. “Responsabilidad por riesgo”, Bs.As., Hammurabi, 1997, pág. 231,
No. 53.
25
Viney, G. “La declin de la responsabilité individuelle”, París, Bibliotheque de Droit Privé,
1965, To. 53 pág. 367.
10
no realizaría si no estuviera ‘en grupo’, pues esa ‘compañía’ le sirve de aparente
escudo y lo anima a lo que no se animaría en soledad. Dice Zavala de González “el
grupo permite desatar pasiones, bajo la teórica ‘cobertura’ de parcial anonimato que
presta psíquicamente al individuo su desintegración bajo el manto del conjunto” (26).
No se afirma que el grupo tenga personalidad jurídica ni que sus miembros sufran una
incapacidad accidental, tan es así que sobre ellos –cada uno de los miembros del grupo-
pesa la responsabilidad strictu sensu; no una responsabilidad de equidad. Los daños
producidos en los espectáculos deportivos por la acción de la ‘barra-brava’, la acción
de la ‘patotas’, el grupo de manifestantes que vuelca vehículos para encenderlos, el
grupo de manipulantes de residuos peligrosos, etc. constituyen típicos ejemplos de
actividad grupal. En estos casos hay una acción del grupo que ostenta una
indivisibilidad (27), pues no es el daño que deriva de la actuación individual sino de la
actuación conjunta –concertada o no- de los miembros del grupo.
26
Aut.cit. “Responsabilidad por riesgo” cit., pág. 137, No. 55. En contra, impugnando el criterio
expuesto en el texto, con el argumento que esas particularidades no pueden llevar a prescindir
de la autoría individual del daño, cuando se conoce al autor: Mosset Iturraspe, J.
“Responsabilidad por daños”, Bs.As., Rubinzal y Culzoni, 1999, To. VI “Responsabilidad
colectiva”, pág. 47.
27
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión judicial…”, cit. pág. 374, ap. II b.; Calvo Costa, A.
“Supuestos de aplicación de la responsabilidad colectiva en el ámbito médico” MJ-DOC-4547-
AR. El autor admite la intervención grupal, aunque en materia médica interpreta que sólo
procede la responsabilidad colectiva cuando la autoría es anónima.
11
Se trata de un tipo penal que preveía la acción concertada, conducida por la fuerza de
un grupo, que dañase a otras personas o bienes, sancionando a los organizadores de una
reunión ilícita –por haber sido prohibida administrativamente- y a los que continuaran
participando de la reunión después de haber comenzado la violencia. También
comprendía a quienes se hubiesen introducido en una reunión lícita con el fin de
cometer o hacer cometer a otros participantes violencias causantes de daños ( 28); en este
segundo supuesto, los organizadores de la reunión lícita y los participantes que
prescindieron de actuar en el grupo revoltoso podían invocar la existencia de esa
‘infiltración’ como excusa absolutoria.
28
Lo que en Argentina se ha denominado ‘infiltrados’, personas ajenas a la reunión que se
mezclan en el grupo pacífico con la finalidad de causar disturbios.
29
Véase Bustamante Alsina, J. “Teoría general…” cit., pág. 551 y sgtes., Nos. 1747/1751.
12
Esto último es lo que asume la norma para responsabilizar. El planteo para
comprender este supuesto de responsabilidad parte de que hay un inocente absoluto –la
víctima- y un inocente relativo –quien ha participado del grupo desde el cual ha salido
la fuerza dañadora-, o sea, alguien que no es totalmente ajeno. En el supuesto de daño
anónimo, la responsabilidad se impone a todos los posibles autores, y en el de daño
causado por los grupos a todos los integrantes del grupo.
III. Normas del derecho argentino que dieron origen a la preocupación por la
responsabilidad colectiva.
Los arts. 1119 del Código civil y 95 del Código Penal –
coordinado con el art. 1102 del Código civil- fueron las normas motivadoras del tema
por la doctrina.
13
disponiendo que todos los que ejercieron violencia sobre la víctima serán tenidos por
autores. Ello así, en virtud de que no podía discutirse la culpa del condenado –a
resultas del art. 1102 del Código Civil- en orden a la reparación de los daños todos los
que hubieran ejercido violencia sobre la víctima, serían deudores de la reparación civil.
30
López Cabana, R.M. “Responsabilidad colectiva. Régimen legal en Argentina y
Latinoamérica” L.L To. 1986-B pág. 931 y Responsabilidad Civil. Doctrinas Esenciales To. IV
pág. 889, especialmente, cap. IV. López Cabana, R.M.-Lloveras, N.L. “La responsabilidad
colectiva” E.D. To. 48 pág. 804; Kemelmajer de Carlucci, A.R. en Belluscio, A.C. (Dir)-
Zannoni, E.A. (Coord.), To. 5 pág. 1120, No. 11 de la glosa al art. 1119.
31
La recomendación reflejó una ponencia presentada por el Dr. Jorge Bustamante Alsina, véase
“Teoría general…” cit. pág. 558/559, No. 1756 quarter.
14
Por su parte, las III Jornadas de Derecho Civil y Comercial
de la Provincia de La Pampa (abril de 1991), volvieron a tratar el tema y
recomendaron: “Debe consagrarse la responsabilidad colectiva y permitirse como
eximentes la prueba de que agente no participó en la causación del daño o bien la
revelación de quién fue en verdad el autor de dicho perjuicio. No obstante para el
supuesto de grupos ‘hiper o superriesgosos’ el propio Código o las leyes especiales
podrán disponer que los integrantes del referido grupo responderán solidariamente
aunque no se identifique al autor del daño” (32).
32
El Despacho aparece suscripto por los Dres. Trigo Represas, Bueres, Banchio, Vallespinos,
Goldenberg, Gesualdi, Andorno, Neil Puig y Pizarro.
15
noviembre del año 2000, se analizó la problemática que nos ocupa, llegando a la
conclusión unánime que existían dos hipótesis de responsabilidad grupal. Así lo reflejó
la segunda conclusión de la Comisión No. 1 que sostuvo: “2) Más allá de que la
terminología responsabilidad colectiva pueda utilizarse por la doctrina y por las
normas jurídicas en diversos sentidos, existen dos hipótesis de responsabilidad
grupal”.
33
En el certamen al que nos referimos en el texto se sostuvo, por unanimidad, en la tercera
conclusión: “Una de ellas es la responsabilidad por daño anónimo ej. Equipo médico, que
podrá ser atribuida a los miembros del grupo por medio de criterios subjetivos u objetivos,
según el caso. Encuentra fundamento legal para la para la propagación a todos los miembros
en lo prescripto en los arts. 1119 CCiv. y 95 CP. En tal caso, los miembros del grupo podrán
eximirse de responsabilidad, indistintamente, probando que no integraron dicho grupo o
identificado al causante del daño”
34
El Despacho A de la cuarta conclusión, sostuvo: “Otra hipotésis, es la que imputa
responsabilidad a un grupo que realiza una actividad estadísticamente riesgosa (por ej. barras
bravas que asisten a un partido de fútbol, bandas de asaltantes contaminadores ambientales,
manifestantes políticos violentos, etc). En tal caso, el factor de atribución para la propagación
de la responsabilidad e imputación del daño es el riesgo creado por el grupo, con sustento
normativo en el art. 1113 in fine párr. 2º CCiv. La única prueba liberatoria es la acreditación
de no haber integrado el grupo” (Fue suscripto por los Dres. Alberto J. Bueres.- Dora
Gesualdi.- Luis Andorno.- Jorge A. Meza.- Juan Carlos Boragina.- Mónica E. Magañine.-
Marcela Marozzi.- Teresita M. Masgoret.- Luis M. Cassinelli.- María Garone.- María Julia De
Rosa).
16
El análisis de la responsabilidad colectiva parte del examen
de las diferentes intervenciones causales de la conducta del hombre o los hechos de las
cosas en el desenvolvimiento de los procesos dañosos.
Así, se distinguen:
35
Von Thur, A. “Derecho de las obligaciones” Madrid, Reus, 1934, 1ª.ed., trad. de W. Roces,
To. I pág. 66, No. 7 a); utiliza el término ‘común’ y aclara en nota 1 que “S i el daño puede
achacarse por parte iguales a la conducta de los individuos que lo produjeron, cada uno de
ellos responderá por la pate correspondiente del daño, a menos que haya intervenido como
inductor o auxiliar de otro”.
36
Aut.cit., “La relación de causalidad en la responsabilidad civil”, Bs.As., La Ley, 2000, 2ª.Ed.,
pág. 117, No. 39 ap. a). Saux, E.I. “Causalidad y responsabilidad de los grupos (Casos de
autor anónimo y de autor identificado) en Rev. de Daños To. 2003-2 “La relación de
causalidad en la responsabilidad civil” pág. 301, No. 4.
37
Trib.cit., en pleno, diciembre 12-1965, publicado en L.L. To. 120 pág. 774; J.A. To. 1966-I
pág. 131 y LLOnline AR/JUR/68/1965
17
modo, la solidaridad cuasidelictual permite el reintegro y la delictual lo veda, según lo
dispuesto por el art. 1082 del C.Civ.
38
En tal sentido, parece receptarse el criterio que inspiró la el Proyecto de reforma de 1936 en la
última parte del artículo 867 que disponía, para el supuesto que varias personas hubieren
concertado para ejecutar un acto ilícito, que “quien hubiere pagado la totalidad del daño,
podrá repetir la parte que fije para cauno el juez, según la gravedad de la faltas. Si ello no
fuere posible, la división se hará por cuotas iguales”. La disposición de Vélez fue criticada
por contradecir el principio de enriquecimiento sin causa y la norma del art. 32 del Código
Penal, que limita la reparación “hasta la cuantía en que hubiere participado”. Véase al respecto
Goldenberg, I.H. “La relación de causalidad…” cit. pág. 118, No. 39 y Kemelmajer de
Carlucci, A.R. “La responsabilidad civil en los albores del siglo XXI” en Ghersi, C.A. (Coord.)
“Los nuevos daños. Soluciones modernas de reparación”, Bs.As., Hammurabi, 1995, pág. 53,
quien explica que el art. 1600 del Proyecto de la Comisión creada por Decreto No. 468/92
entendió que la acción recursoria no se funda en la realización del delito, sino en el pago de los
daños.
39
El acápite y texto del artículo proyectado son los siguientes: “Pluralidad de responsables. Si
varias personas participan en la producción del daño que tiene una causa única, se aplican las
reglas de las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas, se aplican las
reglas de las obligaciones concurrentes…”
40
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión…” cit., pág. 373, No. II.
18
conductores han contribuido causalmente en forma disímil o igualitaria a la producción
del resultado dañoso.
41
Goldenberg, I.H. “La relación de causalidad” cit., pág. 123, No. 40; Zannoni, E.A. “El daño en
la responsabilidad civil”, Bs.As., Astrea, 2005, pág. 25, No. 14; Saux, E.I. “Causalidad y…”,
cit., pág. 302, No. 4; Cossari, N.G.A.-Cossari, M.N.G. en Bueres, A.J. (Dir.)- Highton, E.I.
(Coord.) “Código civil y…” cit., To. 8 A pág. 1060, glosa al art. 31 de la L. 26.675.
42
López Cabana, R.M. “Responsabilidad colectiva. Régimen legal en Argentina y
Latinoamérica” L.L. To. 1986-B pág. 931 y Doctrinas Esenciales To. VI pág. 799, cap. II;
Pizarro, R.D. “Responsabilidad civil por…” cit., To. III pág. 553, No. 263 b).
43
Alterini, A.A. “Responsabilidad civil. Límites de la reparación civil”, Bs.As., Abeledo-Perrot,
1974, 2ª.Ed., pág. 165, No. 212; Bustamante Alsina, J. “Teoría general…” cit., págs. 536/537,
No. 1697; Trigo Represas, F.A. “Derecho de las obligaciones”, Bs.As., La Ley, 2010, 4ª.ed.act.
y aum., To. IV, págs. 766/767, No. 2538;
44
von Thur, A. “Derecho de las obligaciones” cit., To. I pág. 66, No. 7 b)
45
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión…” cit., pág. 373, No. II.
19
ambos, con el fin de asegurar la eficacia de la indemnización del daño a la víctima.
Este supuesto suele ser excluido de la ‘responsabilidad colectiva’ (46).
46
Bustamante Alsina, J. “Teoría general…” cit. pág. 537, No. 1700; Saux, E.I. “Causalidad
y…”, cit., pág. 302, No. 4; Gesualdi, D.M. en Bueres, A.J. (Dir.)-Highton, E.I. (Coord.)
“Código civil y normas complementarias”, Bs.As., Hammurabi, To. 3B pág. 144, No. 3 de la
glosa al art. 1119.
47
La causalidad alternativa o disyunta se presenta cuando un resultado se produce por la acción
de una sola causa o persona, de manera que la eficiencia de la causa o la autoría de una
persona, excluye la eficiencia de las demás causas o la autoría de las demás personas. Así,
enseña Goldenberg “En ciertos casos un resultado, en vez de se acontecer por la unión
consecutiva de varias causas, se produce por la acción de una sola que elimina a las demás ”
(“La relación de causalidad”, cit. pág. 124, No. 41 a).
48
El ejemplo a pesar de ser extraído de la realidad –antigua jurisprudencia francesa- tiene en la
actualidad cierto carácter de académico, pues las pericias balísticas pueden establecer el arma
del cual procede la bala letal, pero puede suceder si no se secuestran las armas que fueron
disparadas.
49
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión…” cit., pág. 374, No. II.
20
El jurista alemán Andreas von Thur coloca como ejemplo
claro de causalidad común el supuesto de una acción cuyo resultado no pudo ser
provocado por una sola persona: “cuando A y B sustraen un objeto tan pesado, que una
persona sola no hubiera podido moverlo de su sitio” (50).
50
von Tuhr, A. “Derecho de las obligaciones” cit., pág. 66, nota al pie No. 2.
51
Cuando la responsabilidad sólo se consideraba desde el ángulo de la culpa se especulaba con
la existencia de una culpa común. Ver Bustamante Alsina que trata esta cuestión.
21
Este caso de responsabilidad de los miembros del grupo se
estructura sobre una causalidad común inescindible o ‘prácticamente’ inescindible pues
el hecho dañoso se ha desarrollado como una unidad de acción de varias personas.
52
Por ejemplo, en el caso de cazadores que disparan simultáneamente y ambos impactan a la
víctima.
53
Por ejemplo, el caso de los daños causados por un producto elaborado por diversos fabricantes
o las fábricas contaminantes de un curso de agua. En estos casos, se ha propuesto la
distribución a través de la teoría del market share, como una forma de establecer
presuntivamente la contribución. (Kemelmajer de Carlucci, A.R. “La responsabilidad colectiva
y los daños producidos por los productos elaborados” en Rev.Jur. de San Isidro, No. 24 pág.
133)
22
Tipo de causalidad Conductas que provocan Autoría
el daño
Conjunta escindible Múltiples escindibles Autorías confluyentes,
susceptibles de ser
individualizadas
Alternativa Única ignorada, aunque Una autoría ignorada y
conociendo el grupo de otras posibles
posibles autores
Acumulativa o Autónomamente idóneas Autoría eficaz ignorada
concurrente para causar el resultado (54)
Conjunta Múltiples inescindibles Autoría común o
inescindible conjunta, de cuya
individualización se
prescinde, por la falta de
inescindibilidad.
El primer supuesto –la participación escindible- no ha sido
analizado tradicionalmente, como un supuesto de responsabilidad colectiva, sino
individual, ya que por la escindibilidad de las conductas puede percibirse la
contribución de las conductas individuales en orden al resultado. El segundo, en el que
el autor queda en el anonimato, ha sido tradicionalmente analizado como un caso de
responsabilidad colectiva. El tercero –como hemos dicho- es normalmente excluido
del tema de la responsabilidad colectiva, pero –creemos- que no necesariamente debe
excluírselo, ya que la autoría también queda relativamente anónima. El cuarto –
responsabilidad por los daños causados por el grupo- integra el tratamiento de la
responsabilidad colectiva.
54
Por ejemplo, en el caso de las dos personas que dieron veneno, no se sabe cuál fue el que
produjo el efecto letal, pues bien puede suceder que al ingerir la segunda ración el primero ya
estuviera desplegando el proceso irreversible que lleva a la muerte a la víctima. En tal caso, la
segunda ración no es la provocó la muerte.
23
anónimo y causado por los grupos- como responsabilidades especiales, a la que se le
dedica la Sección 8ª del Capítulo I del Título V del Libro III.
24
del segundo (art. 1761), en la medida que en los términos del segundo encuadra la
situación contemplada en el primero.
25
balcones etc. (55) En cambio, el supuesto en que la cosa haya sido arrojada el daño es un
hecho del hombre. Sin embargo, la norma trata ambos casos de la misma manera, lo
que responde a la tendencia de que los daños sean tratados de una manera uniforme,
cualquiera fuere la fuente de donde provengan –hecho de la cosa o hecho del hombre-.
El supuesto contemplado en la norma del art. 1760, cuando se trata de cosas que caen,
coincide –en nuestro criterio- con el previsto por el art. 1757 del Proyecto de Código
Civil y Comercial de la Nación.
55
En la doctrina se ha sostenido que la norma del art. 1119 C.Civ. no comprendía los daños
causados por cosas desprendidas o caídas del propio edificio contemplados en los arts. 2616,
1133 y 1134 del mismo cuerpo legal. Véase Trigo Represas, F.A. en Cazeaux-Trigo Represas
“Derecho de las obligaciones” cit., To. V pág. 177, No. 2681.
56
Borda, G.A. act. por Borda, A. “Tratado…Obligaciones” cit. To. II pág. 320 No. 1429,
57
Kemelmajer de Carlucci, A.R. en Belluscio-Zannoni “Código civil y…” cit., pág. 652, No. 7
de la glosa al art. 1119, señala que si la cosa hubiera caído o ha sido arrojada en terreno propio
“existirá normalmente culpa de la víctima”. Esa puede haber sido la razón tenida en cuenta por
Vélez, pero la supresión de la referencia al lugar dónde se encuentre la víctima, parece que no
ha sido valorada por el codificador moderno. La cuestión pasa ahora por la causa de
justificación de su presencia en el lugar, sea porque ha sido autorizado por alguien con
aparente poder para hacerlo.
26
2. Fuente de la norma proyectada. Ella se encuentra en el
art. 1672 del Proyecto de 1998, cuyo texto reza: “Si de una parte de un edificio cae una
cosa suspendida, o es arrojada una cosa, todos los propietarios y ocupantes de esa
parte del edificio responden solidariamente del daño que ella causa. Sólo se libera
quien demuestre que no participó en su causación”. El Proyecto no ha receptado la
última parte de aquella norma proyectada que establecía “Según las circunstancias, la
responsabilidad puede ser extendida a otros sujetos u ocupantes del edificio”.
58
Borda, G.A. act. por Borda, A. “Tratado de derecho civil – Obligaciones”, Bs.As., La Ley,
2008, 9ª.ed., To. II pág. 318, No. 1424; Trigo Represas, F.A. en Cazeaux, P.N.-Trigo Represas,
F.A. “Derecho de las obligaciones” cit. To. V pág. 180, No. 2684;.
27
los supuestos previstos en los arts. 1118 a 1120 “que no serán solidariamente
obligados a la indemnización, sino que cada uno de ellos responderá en proporción a
la parte que tuviere” (59). Aunque destacada doctrina sostiene que se trata de una
responsabilidad solidaria (60) y otra –no menos importante- le atribuye carácter
concurrente (61).
59
Despacho de las XVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil suscripto por los Dres. Bueres,
López Cabana, Gesualdi, Vázquez Ferreyra, Ameal, Copiani, Parellada, Wayar, Casiello,
Padilla, Seguí, Burgos, Besalú Parkinson, Rodríguez, Taraborrelli, Guarnieri, Martínez
Garbino, Adjami, Venegas, Elizabeth y Gastón O’Donnel, Matilde Pérez, Martínez Cuerda,
Chistello, Lieber; Tanzi, S.Y. “Responsabilidad colectiva” en Bueres, A.J.-Kemelmajer de
Carlucci, A.R. “Responsabilidad por daños en el Tercer Milenio”, Bs.As., Abeledo-Perrot.
1997, pág. 243, cap. II No. 1); Lorenzetti, R.L. “Responsabilidad colectiva,…” cit. L.L. To.
60
Saux, E.I. “Causalidad y…”cit. Rev.Der.Daños To.2003-2 pág. 308, No. 7 y su ponencia –
conjunta con Enrique Muller y Roberto Dellamónica- en las XVI Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, J.A. 1997-III pág. 1051; Zavala de González, M. “El daño colectivo” en Trigo
Represas-Stiglit “Derecho de daños” cit., pág. 442, No. 2.
61
Mosset Iturraspe, J. “Responsabilidad por…” cit., To. IV pág. 51, No. 3 f); Bustamante
Alsina, J. “Teoría general…” cit., pág.
62
Borda, G.A. act. por Borda A. “Tratado…Obligaciones”, cit. To. II pág. 318, No. 1424;
Gesualdi, D.M. en Bueres-Highton “Código civil y …” cit. To. 3B pág. 144, No. 1 b) de la
glosa al art. 1119.
28
Una interpretación a la luz de los antecedentes históricos de
la norma llevaría a mantener esa interpretación, que se vincula a la expresión del
Código Civil español –art. 1910 (63)- que se refiere al ‘cabeza de familia’. Sin
embargo, la omisión de toda alusión a la habitación, que no parece haber sido una
omisión involuntaria, puede conducir a otra interpretación.
63
Reza la norma citada: “El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es
responsable de los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeren de la misma”
64
Al respecto, debe tenerse en cuenta que el requisito de habitar se ha interpretado bajo la
vigencia del art. 1119 C.Civ., en sentido amplio, pues también comprende quien posee una
oficina, un consultorio o un negocio.
29
ejerzan la autoridad doméstica sobre el grupo de personas que viven en común, aunque
no tenga hijos, sea viudo/a o soltero/a, en el marco de igualdad de género, que inspira
al Proyecto (65). Si no pudiera establecerse una autoridad doméstica (hermanos,
amigos, etc.) todos serán considerados ocupantes, y responderán solidariamente.
65
Kemelmajer de Carlucci, A.R. en Belluscio-Zannoni “Código Civil y…” To. 5 pág. 651, No. 4
de la glosa al art. 1119.
30
incerteza acerca de su personalidad jurídica (66), en el Proyecto –en cambio- no cabe
ninguna duda que el consorcio de propiedad horizontal constituye una persona jurídica
privada, a tenor de la disposición del artículo 148 inc. g.
67
Kemelmajer de Carlucci, A.R. en Belluscio-Zannoni “Código Civil y…” cit., pág. 656, No. 10
de la glosa al art. 1119; Alterini, A.A.-Ameal, O.J.-López Cabana, R.M. “Derecho de las
obligaciones”, Bs.As., Abeledo Perrot, 2008, 4ª.ed.actu, pág. 940, No. 1923; Tanzi, S.Y.
“Responsabilidad colectiva” en Bueres-Kemelmajer de Carlucci “Responsabilidad por
daños…” cit., pág. 241, cap. II; López Cabana, R.M. “Responsabilidad colectiva” cit., L.L.
To. 1986-B pág. 931 y Doctrinas Esenciales To. VI pág. 900, cap. III; Gesualdi, D.M. en
Bueres-Highton “Código civil y…”, To. 3B pág. 143, No. 1 de la glosa al art. 1119; Pizarro,
R.D. “Responsabilidad civil por riesgo creado y actividades riesgosas”, Bs.As., La Ley, 2006,
pág. 563, No. 263; Zavala de González, M. “Responsabilidad colectiva y el art. 1119 del
Proyecto de Código Civil” L.L. To. 1988-D pág. 862; En la XVI Jornadas suscribieron el
Despacho que consagraba la conclusón de que era objetiva: Pizarro, Parellada, López Cabana,
Santarelli, Christelo, Taraborelli, Burgos, Vergara, Cáceres, Busneiman, Besalu Parkinson,
Garrido Cordobera.
32
resulte ajeno al poder de control de la autoridad doméstica, para el ocupante y
determinante del hecho de la cosa, con respecto al dueño. Así, no se responde en el
caso que la caída esté determinada por un terremoto u otro hecho de la naturaleza que
revista los caracteres de caso fortuito o fuerza mayor. Por ello, la respuesta, en nuestro
criterio, es que libera al ocupante si la causa de la caída es ajena a la autoridad
doméstica para el ocupante, o al dueño si es ajena al hecho de la cosa.
69
Kemelmajer de Carlucci, A.R. en “Código Civil y…”, cit. To 5 pág. 653 No. 8 de la glosa al
art. 1119;
70
Kemelmajer de Carlucci, A. R. en “Código civil y…” cit. To. 5 pág. 653/655, No. 8 de la
glosa al art. 1119; conf. Alterini, A.A.-Ameal, O.J.-López Cabana, R.M. “Derecho de
obligaciones” cit. pág. 940, No. 1926.
34
relativos a las fuentes que se han sostenido para fundar el criterio minoritario que
defendiera Kemelmajer de Carlucci.
35
sientan las bases sobre las cuales debe establecerse la determinación del quantum de la
contribución. (71)
VIII. Supuesto general de responsabilidad por daño anónimo: Responsabilidad por los
daños causados por un miembro indeterminado de un grupo determinado
1. El presupuesto fáctico. La norma proyectada presupone
la existencia de una causalidad alternativa, o sea, un supuesto en el cual el daño deriva
de una o más conductas individuales, cuya identificación no es posible, pero que sí es
cierto que el autor o autores está dentro de un grupo determinado de personas. Por
ejemplo, si una persona muere en el curso de su atención médica por varios
profesionales a raíz de un remedio que le ha sido suministrado que ostentaba una
contraindicación en relación al estado de salud del enfermo. El paciente ha muerto por
una indicación médica, si no se sabe cuál de los médicos la indicó –por ej. porque
alguno o algunos de los tratantes no tienen historia clínica del enfermo regularmente
llevada- se ha producido la muerte o lesión, pero ciertamente está dentro de los
profesionales que lo estaban atendiendo; una partida de yogourt ha sido transportada
multimodalmente o por varios camiones en distintos tramos. Llega a destino arruinada
debido a que la cadena de frío se ha cortado. En estos ejemplos se advierte que existe
un resultado dañoso, del cual sólo pueden haber sido autores alguno o algunos de los
médicos prescribientes de la medicación dañina o los transportistas sucesivos.
71
Las mismas normas –citadas en el texto- son aplicables a las obligaciones concurrentes, en
virtud de la disposición del art. 852 P.C.C.C.N.
36
que la cadena de frío se cortara en más de uno de los tramos que realizaron los
transportadores sucesivos.
a. Que el daño causado deba ser el resultado probable de una acción individual de
una persona o más personas dentro de un grupo determinado. Cuando decimos
‘probable’ tomamos el término en su primera acepción del Diccionario de la
Real Academia: “Verosímil, o que se funda en razón prudente”. Es
insuficiente para constituir el grupo poder haber sido un autor ‘posible’, sino
que es necesario ser un ‘autor probable’, o sea, alguien que pueda en virtud de
una razón prudente haber sido autor. Por ello, entendemos que no puede
pensarse en la constitución de grupos indeterminados, como el de los que
circulan en automotores o quienes se alojan en un hotel por la desaparición de
los efectos de algún pasajero.
b. Que el autor o autores permanezcan en el anonimato. Si fuera posible
establecer el autor concreto de la acción dañosa, la norma resulta inaplicable, y
sólo podría perseguirse la responsabilidad individual del autor o autores ( 72).
Eso es lo que sucederá, si en el curso del proceso, varios de los autores
probables demuestran que no han contribuido a la producción del daño y sólo
queda retenida la responsabilidad del autor o los autores del daño.
c. Que el grupo no haya realizado una actividad peligrosa. Sólo si la actividad
desarrollada por el grupo reviste esa característica, resulta aplicable la norma
del art. 1762 P.C.C.C.N.
72
La justificación es que el grupo no es de riesgo. En esto difiere de la norma del art. 1762 en
cuyo presupuesto de hecho encuadra el grupo que desarrolla una actividad peligrosa.
37
Se trata de una responsabilidad que puede tener su origen en
la violación de una obligación en sentido técnico o del deber general de no dañar, o
sea, contractual o extracontractual.
73
Primera acepción de la palabra, según el Diccionario de la Real Academia Española
74
Pizarro, D.R. “Responsabilidad civil por…” cit., To. III pág. 566, No. 264 2); Zavala de
González, M. “Responsabilidad por riesgo” cit., pág. 233/234, No. 55.
38
satisfacción del acreedor. En este supuesto de responsabilidad no interesan demasiado
las características del grupo (75).
40
del resultado dañoso, o sea, que no hay relación de causalidad entre el daño y su
conducta.
76
Primera acepción del término ‘participar’ en el Diccionario de la Real Academia.
77
Tercera acepción del término ‘contribuir’ en el Diccionario de la Real Academia.
41
Si en el proceso se acredita quién es el autor del daño,
mediante la prueba inequívoca y la demostración de que la autoría es exclusiva, o sea,
que el daño sólo es atribuible al autor y que el demandado es ajeno a su producción, él
será el único responsable. O sea, que no se configura la eximente por la mera
identificación del autor, sin la prueba concluyente de que el demandado no ha
contribuido a la producción del daño, y sin perjuicio de las acciones de repetición a que
dé lugar.
42
círculo (78); por ello, hubiéramos preferido que en este supuesto la responsabilidad
solidaria de los miembros del grupo quedara retenida frente a la víctima y quien se
haya visto obligado a afrontarla dispusiera de acción de repetición. No obstante, la
solución que se consagra es la que sostiene la mayoría de la doctrina.
IX. La responsabilidad de los miembros del grupo que desarrolla una actividad
riesgosa para terceros.
1. Texto legal propuesto. Pero el Proyecto, contiene otra
norma, también en la Sección 8 “Responsabilidad colectiva y anónima” que se refiere
no al daño cuya autoría en concreto se ignora, sino al supuesto en que un grupo
desarrolla una actividad peligrosa para terceros que causa un daño por la actividad
conjunta de los miembros del grupo.
78
Parellada, C.A. “Responsabilidad del equipo médico” en Morello, A.M. (Dir,), Agoglia,
M.M., Boragina, J.C., Meza, J.A. (Coord.) “Las reponsabilidades profesionales. Libro
homenaje al Dr. Luis O. Andorno”, pág. 423, especialmente cap. II y VIII. Se advertirá que la
situación de la víctima está seriamente agravada si no se la exime de costas por las acciones
que se rechacen contra quienes demuestren no haber contribuido a la producción del daño.
43
solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Sólo se
libera quien demuestra que no integraba el grupo.
44
Santarelli, reza: “El derecho vigente reconoce la responsabilidad colectiva y la que
deriva del accionar de los grupos riesgosos” (79).
79
En otro agregado los Dres. Garrido, Casiello y Santarelli, sostuvieron el fundamento de su
posición: “En el supuesto de daño causado por grupos riesgosos, la responsabilidad se funda
en el art. 1113 párr. 2º, 2ª parte, en cuanto contempla las actividades riesgosas”
80
Pizarro, R.D. “Responsabilidad civil por…” cit. To. III pág. 578, No. 265.
81
Pizarro, R.D. “Responsabilidad civil por…” cit. To. III pág. 579, No. 265; Bueres, A.J.
“Responsabilidad civil de los médicos” cit., pág. 93, nota al pie No. 66.
45
individuales, porque existe una unidad o indivisibilidad de la acción que constituye la
causa del daño, que surge de la circunstancia de la inescindibilidad de las acciones
individuales. Las conductas individuales, que conforman una causa única del daño: la
acción grupal, se funden en ella, y por ello, la ley prescinde de su consideración (82).
82
Pizarro, R.D. “Responsabilidad civil por…” cit., To. III pág. 575, No. 265, expresa: “ Va de
suyo que la conducta próxima o decisivamente lesiva de uno de los miembros del grupo, su
identicación plena, no interrumpe el nexo causal”.
46
actuación grupal, sino de endilgarle la responsabilidad por ser creadora de riesgo para
los terceros.
47
La integración del grupo exige ciertos requisitos. Como lo
expresa Zabala de González, “el grupo debe ser, además de una realidad numérica,
una realidad cualitativa: no consiste en una mera ‘yuxtaposición de personas’, sino
que media una ‘pertenencia’ de cada una la conjunto, a través de un lazo de cohesión”
(83). El grupo debe tener un cierto grado de comunicación, un lazo o vínculo que
autoriza a imputar a todos el riesgo que surge de la actividad que desarrollan.
83
Aut.cit. “Responsabilidad por riesgo” cit., pág. 234, No. 55; Pizarro, R.D. “Responsabilidad
civil por…” cit., To. III pág. 566 No. 265;
84
Goldenberg, I.H.-Tobías, J.W. (con la colaboración de M.F. De Lorenzo) en Alterini, A.A.-
López Cabana, R.M. (Directores) “Reformas al Código Civil”, Bs.As. Abeledo Perrot, 1997,
To. I-Parte General pág. 42, No. 4.D.3.
48
–aunque el acceso carnal que se haya probado sea el de alguno o alguno de ellos ( 85),
los ‘barra-bravas’ o el grupo de revoltosos dentro de una manifestación gremial que
lanzan bombas de estruendo o bengalas que provocan un incendio ( 86), los asaltantes o
usurpadores que provocan daños en la propiedad invadida, etc.
85
El maestro Bustamante Alsina relata el caso resuelto por Cour d’Assise du Haut-Rhin en la
que se retuvo la responsabilidad civil de los cuatro demandados, dos de los cuales habían sido
absueltos por la justicia criminal, por la violación de una persona, por la falta de prueba de la
intencíón crimina. No obstante, el Tribunal entendió que se había formado “una única escena
de orgía” en la cual todos habían participado. (aut.cit. “Teoría general…” cit., pag. 546/547,
No. 1732; Conf. López Cabana, R.M. “Responsabilidad colectiva” cit. en L.L. 1987-B pág.
931 y Doctrinas Esenciales To VI pág. 893, cap. II.
86
Con respecto al fallo citado en nota 6: J.Fed.No. 2.Rosario, julio 20-2010 “U.N.R. c/Recoaro,
Carlos A. y ot.” MJ-JU-M-56623-AR, cabe señalar que encuadraría en supuesto fáctico de la
norma proyectada (art. 1762 P.C.C.C.N.) y hubieran sido condenados los todos los afiliados
que se acreditó que dispararon las bombas de estruendo y bengalas, en tanto su actividad era
peligrosa para terceros, y aunque no se pudiera establecer cuál de las bombas fue la que
provocó el incendio.
87
Lorenzetti ha calificado de simplista la idea de que los profesionales puedan incurrir en una
actividad peligrosa (Aut.cit. “La obligación de medios y la responsabilidad profesional” L.L.
To. 1989-D, 876, especialmente No. 4; Responsabilidad Civil Doctrinas Esenciales Tomo I
pag. 1135 y Obligaciones y Contratos Doctrinas Esenciales Tomo I pág. 701; el autor citado
desarrolla y funda su criterio en que el equipo médico –que puede estar sometido a la
responsabilidad anónima- no es un grupo de riesgo (Véase “Responsabilidad civil de los
médicos”, Bs.As., Rubinzal y Culzoni, 1997, To. II pág. 103, No. 6 y “Responsabilidad de la
empresa médica”, Bs.As., Rubinzal y Culzoni, 1998, pág. 288, Cap. VI, sec. III, ap. D.1)
49
La prueba concluyente acerca de quién fue el autor del daño
no constituye eximente de responsabilidad, ya que precisamente lo típico de esta
responsabilidad solidaria es que prescinde de la autoría individual, la que se considera
indiferente (88). En verdad, de lo que se prescinde es de la relación causal entre la
conducta del miembro del grupo y daño; sólo se considera la relación causal entre el
riesgo de la actividad del grupo y el daño. O sea, que la conexión causal sólo tiene
importancia en tanto sea de primer grado, hasta la actividad del grupo, el resto de la
relación que llega a la imputación al miembro del grupo carece de trascendencia frente
a la víctima, sin perjuicio de que la tenga en las relaciones internas del grupo.
88
Mosset Iturraspe, J. “Responsabilidad por daños” cit., To. VI pág. 60, No. 3; Pizarro, R.D.
“Responsabilidad civil por…” cit. To. III pág. 579, No. 265.
50
sólo puede constituirse en eximente cuando derive directamente de un conflicto
armado, hostilidades, guerra civil o insurrección (89)
89
Art. IV párr. 3 a) de la Convención de Viena sobre responsabilidad por daños nuecleares,
aprobada por Ley 17.048.
90
Art. 47 Ley 24.051.
51
No obstante, no hay norma en el Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación que vede la posibilidad de accionar contra los demás
participantes del grupo que desarrollara la actividad peligrosa, sino por el contrario, la
acción es admisible a la luz del art. 1751, que –en general- remite a las normas de la
solidaridad. Entre ellas, se encuentra el art. 841 que para el supuesto de obligaciones
solidarias fija las pautas a las que debe atenerse el juez para establecer la contribución,
y en definitiva, si ellas no dieran resultado, se distribuye igualitariamente.
91
Lorenzetti, R.L. “Teoría de la decisión…” cit., pág. 374, No. II in fine, al referirse a la acción
grupal.
92
El artículo citado en el texto ha sido sustituido por el art. 51 de la Ley 24.192, que ya no prevé
la acción de repetición. Sin embargo, ello no impide que en tal ámbito se pondere el juego de
los hechos susceptibles de romper el nexo de causalidad entre el daño y el grupo. Ver Pita,
E.M. “Los daños en la actividad deportiva” en Mosset Iturraspe, J. (Dir.)-Iparraguirre, C.
(Coord.) “Tratado de derecho deportivo”, To. II pág. 328 y sgtes., ap. 5 h).
93
Vazquez Ferreyra, R.A. “La violencia en espectáculos deportivos: Responsabilidad civil en la
ley 23.184” L.L. 1985- E pág. 588, cap. IV.
52