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Presentación “Los cristeros: origen y naturaleza de un conflicto

sangriento”.

Francisco Javier González Remis.

Introducción

Es para mí un gran honor poder compartir brevemente esta síntesis de lo que fue una de las
más grandes epopeyas de la cristiandad del siglo XX. Soy cristero por doble vía: por la fe y por
el apellido falso que llevo en mi carné de identidad. Mi primer apellido no debería ser González
sino Rea. Esto se debe a que mi familia era sospechosa de apoyar a los cristeros (lo cual es
cierto) y se encontraba dentro de la lista de los destinados a morir por su osadía. De hecho, mi
bisabuelo milagrosamente sobrevive a un fusilamiento, ya que la bala impacta sobre una
medalla que llevaba al pecho y haciendo el muerto logra salvar la vida. Mi abuelo lo ocultaron
a los 8 años en un seminario hasta los 18. (Anécdota de no sabía lo que era un restaurante ni
cruzar la calle. Era un “bárbaro que hablaba latín”. Cuando vio a una mujer “que cosa más
bella”.

Nunca escuché hablar de este episodio sangriento en el colegio. Los libros de historia pasaban
por este período calificándolo como un conflicto de poca monta con el gobierno de Elías Calles.
Es gracias a mi padre que conozco la verdadera historia de esta persecución neroniana y el
estado de postración de mi patria por un gobierno masónico establecido hace ya más de cien
años.

Brevemente voy a explicar los orígenes de este conflicto y la naturaleza del levantamiento
cristero.

I. Dos cosmovisiones.

México vive a partir del siglo XIX una lucha entre dos cosmovisiones: una, la de aquellos que
evangelizaron el nuevo mundo bajo el manto y la protección de la España católica y, otra la de
aquellos que enarbolaban la ideología de los principios revolucionarios franceses. Estos dos
mundos chocan en el momento en que se despierta el deseo de una independencia nacional 1.

1
El origen remoto se encuentra en los constantes cambios en el gobierno de España con el regalismo
borbónico y la postura de la Iglesia ante la independencia mexicana. La sucesión de cuatro papas en
nueve años y el documento condenatorio de la revolución por parte de la Santa Sede.
El primer intento, llevado a cabo sobre todo por dos clérigos, lleva una impronta llena de odio
y violencia (la insurgencia). Miguel Hidalgo y José María Morelos son los causantes y
propagadores de este connato por poner a México contra los españoles 2. Se les atribuye la
independencia de México pero esto no es así. Surge una figura conciliadora: la de Agustín de
Iturbide3. Un hombre que busca sobre todo una independencia pacífica y sin sobresaltos ni
desprecios hacia lo católico (Mencionar la omisión del grito el día de la independencia). Es
más, busca un imperio mexicano arraigado en la fe 4. Esto llama la atención de USA. Se niegan a
colindar con un país de fuertes convicciones cristianas. Intervienen y buscan poner a México
en contacto con el protestantismo y el liberalismo masónico. El encargado de ello es un
hombre llamado Poinsett embajador de USA que busca una república federal y laica para
México. Ayudado de masones mexicanos destituyen a Iturbide y establecen el gobierno de
Vicente Guerrero. Iturbide es finalmente fusilado en 1824.

Se siguen intentos por ambos bandos de posicionarse en este gobierno. La bota francesa
intenta establecer una extensión del imperio Napoleónico con Maximiliano I pero fracasa 5.
Este último intento de conexión con Europa, una vez roto, da paso a la irrupción del
liberalismo más radical. Comienzan a darse leyes que afectan en su mayoría a la religión.

“Las leyes comenzarán a ir no sólo contra lo «antiguo» y «católico», sino contra el mismo
pueblo; sucede que al comenzar a desamortizar las propiedades eclesiásticas las medidas
perjudicaban a civiles, eclesiásticos, indígenas, etc.. Todas las corporaciones se veían
afectadas” (Ravasi, p. 21).

Sigue Lerdo de Tejada con sus leyes anti religiosas 6, le sigue el porfiriato, con una tolerancia
breve hacia la Iglesia y finalmente, en una lucha continua por el poder emerge la figura de

2
«¡Mueran los gachupines! Del grito pasó al acto. En el silencio de la noche, recatándose de sus propias
chusmas, Hidalgo asesinaba a los españoles europeos, creía que encarcelándolos y exterminándolos
desaparecería el último obstáculo para la Independencia» (Carlos Pereyra)
3
1820. Hijo criollo de un inmigrante vasco de antepasados nobles y de una dama michoacana, su
familia, adinerada, le ingresó en el seminario, pero pronto cambió su vocación religiosa por la carrera
militar.
4
El llamado “Plan de Iguala” o de las Tres Garantías: un programa político cercano tanto a los
tradicionalistas católicos como a los liberales, que declaraba la independencia, un régimen monárquico
constitucional (cuyo trono fue ofrecido a Fernando VII de España o a alguno de sus hermanos), y la
exclusividad de la religión católica “sin tolerancia de otra alguna”. Con el tratado de Córdoba, firmado
por el general de las tropas españolas O`Donojú e Iturbide, éste último es nombrado generalísimo. El 18
de mayo de 1822 es proclamado Emperador de todo México.
5
Napoleón III quiere hacer pagar a México la deuda contraída durante el mandato de Benito Juárez.
Maximiliano I se convierte en una decepción tanto para los conservadores mexicanos como para el
mismo Napoleón III.
6
Cabe mencionar aquí el movimiento de los Religioneros. No fue un levantamiento de la envergadura
cristera. No estaban organizados y no tenían una cabeza visible que hiciera unidad y fuerza.
Venustiano Carranza, la mente detrás de la constitución de Querétaro de 1917. Doce artículos
en los que se respiraba el odio y enseñamiento con la iglesia y que han de conducir a la
rebelión del pueblo7.

Adolfo de la Huerta y Álvaro Obregón no pondrán estas leyes en activo. Será Plutarco Elías
Calles quien hará efectivas estas leyes hasta sus últimas consecuencias.

II. La ley calles y movimientos de defensa

Calles asume la presidencia en 1924 8. Un grupo de sacerdotes apoyado por el gobierno


intentan fundar una Iglesia nacional independiente del Vaticano. Rotundo fracaso ya que los
fieles en su mayoría no se adhirieron a esta causa. A contragolpe de todos estos sucesos surge
la “Liga nacional Defensora de la Libertad Religiosa” 9. Una entidad netamente laical ajena por
completo a la jerarquía eclesiástica, y que gracias a ello comienza a crecer de manera
exponencial.

Calles ante esta iniciativa recrudece las leyes anti Iglesia ya establecidas y hace Modificaciones
en el código penal. De esta forma surge la llamada “ley de Calles” y en los primeros días del
año 1926 comienza una persecución sistemática y encarnizada contra la Iglesia. Esta “Ley
calles” constaba de 33 artículos (curiosamente). Destacan entre ellas:

 El registro de las Iglesias


 Expulsión y cese de la actividad de sacerdotes extranjeros
 Y por último para recrudecer más todo, prohíbe el culto.
III. Obispos-vocación al martirio; Roma (Osservatore Romano)-rebelión armada.

Los obispos ante la imposibilidad de diálogo y entendimiento con el gobierno exhortan al


pueblo mexicano mediante cartas pastorales a resistir, dando la vida si es preciso. En cambio
Roma, vía Osservatore Romano, indica que ante la excepcionalidad del caso, a México sólo le
queda la rebeldía armada (algo de lo que se retractarán después).

Se detona la bomba persecutoria en una entrevista al obispo Mora y del Río que al ser
preguntado por el periódico el Universal sobre la ley calles, declara que han de “resistir y

7
No hay tiempo pero cabe mencionar la revolución carrancista, zapatista y villista una vez que Huerta es
destituido como presidente.
8
Cuando Elías Calles asumió la la primera magistratura del país en 1924, inmediatamente hizo valer al
pie de la letra los artículos 3º, 5º, 27º y 130º de la Constitución de 1917, los cuales afectaban
directamente a la iglesia católica.
9
Estos movimientos netamente laicales surgen a raíz de la encíclica Rerum Novarum de León XIII. El
padre jesuita Bernardo Bergoend es quien se encargará de dar forma a estos movimientos.
combatir”. Esta última palabra enciende el furor de Calles. El patio entonces se divide en tres
bandos:

1. El bando pro defensa armada10


2. El bando pro defensa clandestina sin violencia
3. El bando pro gobierno en el que lamentablemente figuran jerarcas11.

Suspensión del culto. 31 de julio de 1926.

Calles asesta el golpe definitivo para enervar los ánimos. Con esta ley, la jerarquía dudosa y
casi más inclinada a dejarse degollar pide a Roma consejo. El mensaje de Roma deja una
puerta abierta para que la jerarquía pida el cese del culto al clero. La suspensión del culto no
explica del todo el levantamiento del pueblo humilde. El gobierno no se contentó con la
suspensión del culto sino que comenzó a saquearse el inventario de las iglesias haciendo listas
y creando comités en los que había que hacer figurar las pertenencias de las iglesia y el
número de sacerdotes. Aquí es donde el pueblo reacciona violentamente 12. La primera víctima
oficial dos días antes de la suspensión del culto, fue un anciano a manos de los militares por
tener en el escaparate de su tienda un cartel que decía “Viva Cristo Rey”.

Cabe aquí destacar que este grito tiene su origen en la consagración que México realiza en
1914 al Sagrado Corazón de Jesús, proclamándolo Rey, con la autorización del gran Papa San
Pío X. En 1925, Pío XI proclamará la fiesta de Cristo Rey, con la encíclica Quas primas.

El levantamiento del pueblo es realmente el último recurso. Penitencia, oraciones, velas


nocturnas, cartas al presidente, boicot económico, pero nada. Es cuando empieza a nacer la
vox populi de una revolución.

Los movimientos católicos de defensa.

- Unión político-social de católicos mexicanos.


- ACJM.
- Liga cívica de la defensa religiosa.
10
Son contados los prelados a favor del movimiento armado.
11
Un sacerdote que pedía a sus feligreses dejar las armas recibió esta respuesta: “Sin su permiso ni su
mandato nos lanzamos a esta lucha bendita por nuestra libertad, y sin su permiso y sin Su mandato
continuaremos hasta vencer o morir”.
12
“Si el Presidente no podía creer en la resistencia del pueblo, si no veía en las filas de los manifestantes
más que beatas y ancianos, si pensaba que los católicos carecían de virilidad, la realidad era, sin
embargo, que entre el gobierno y el pueblo el ritmo era distinto y la degollina iba a comenzar; el asunto
escapaba a los obispos y pasaba a manos de los católicos, que, “colocándose únicamente en el terreno
de la fe, parece que han de ser más intransigentes aún que los jefes del Episcopado. Una efervescencia
inquietante brotaba de todas partes y el nerviosismo público aumentaba” (Meyer).
- Unión popular (Anacleto González) se fusiona con la Liga.
- Brigadas Femeninas “Santa Juana de Arco”.

El modus operandi de los cristeros

Los levantamientos que se van dando en pequeñas zonas de México, sobre todo en el
norte, no parecen llamar mucho la atención del gobierno. Esta actitud del gobierno de Calles,
cambia cuando se percata de que los levantamientos se incrementan y toman unas
dimensiones más serias. (Descripción del ejército federal). Sin embargo, todos estos
movimientos salteados y sin una coordinación no podían llegar a buen término 13. Es aquí
donde entran en acción, los movimientos laicales y el personaje más influyente en el
movimiento cristero en cuanto a estrategia militar se refiere: El general Enrique Gorostieta
Velarde.

Los movimientos laicales, que brevemente he mencionado, se disponen para apoyar la causa
armada. Encuentran en Enrique Gorostieta 14, no sin cierto recelo por parte de la Liga, para
liderar la guerra contra el gobierno. Hubo problemas de destitución por parte de la ACJM y
algunas falsedades acerca de su persona.

Relación de Gorostieta con los cristeros. Hombre de liderazgo nato, ejercía gran influencia
sobre los suyos como los suyos sobre él. Le conmovía ver la firmeza con la que defendían sus
principios y la entrega generosa por la causa hasta la muerte si era necesario.

Se pone en pie un verdadero movimiento popular que logra poner a un Gobierno - apoyado
por USA para derrocar a los cristeros - en jaque. En 1927, Gorostieta ya es el verdadero
caudillo de los cristeros y se empiezan a dar verdaderas victorias. En Jalisco los militares del
gobierno ya no se plantean entrar. Tal era la fuerza que habían adquirido.

Como decía antes, la guerra de guerrillas que los cristeros implementaron, hicieron que el
ejército federal empezara a temer. Hubo deserción en las mismas filas del ejército mexicano (la
rebelión escobarista). Gorostieta al tiempo que vislumbraba una posible victoria también
temía el fracaso ya que sus informantes hablaban de un posible arreglo entre el gobierno y la
jerarquía. Gorostieta conociendo el temple de sus soldados sabía bien que en cuanto dejaran

13
No todos los regimientos eran de calidad. Muchos desertaban por ambas partes.
14
Bartolomeo Ontiveros, hombre de Jalisco, conocía desde hacía mucho tiempo a Gorostieta y propuso
su nombre a la Liga.
de perseguirlos (supuestamente) y restablecieran el culto, los cristeros dejarían de batallar.
Sabían por qué luchaban y para quién luchaban.

“¿Qué era lo que sucedía a nivel político que terminó por llevar a ambas partes a un arreglo de
este tipo? Digámoslo esquemáticamente.

Por parte de la jerarquía eclesiástica:

- La falta de sacramentos (unos dos o tres años sin confesión, comunión, bautismos,
matrimonios, etc.), hacía que poco a poco el pueblo fiel comenzase a olvidar la religión[423].

- El temor a no llegar nunca a la paz pues los Cristeros venían, si no ganando la guerra, al
menos creando serias dificultades de victoria al ejército nacional.

- La preocupación por la enorme independencia de la jerarquía, que los católicos insurgentes


iban adquiriendo.

Por parte del gobierno:

- Estados Unidos presionaba para que el conflicto religioso se terminase cuanto antes, pues
cada día que pasaba iba en detrimento de sus intereses económicos en México.

- La ascensión leve pero segura de un posible líder nacional, José Vasconcelos, preocupaba al
gobierno por la popularidad que estaba alcanzando en los bandos opositores.

- El levantamiento de los generales Manzo y Escobar, hacía temer una alianza definitiva entre
los cristeros y los militares rebeldes.

Sin caer en simplificaciones marxistas, hay que tener en cuenta que también las clases
acomodadas mexicanas se veían perjudicadas por el largo conflicto religioso” (Ravasi)

Las negociaciones, que venían realizándose silenciosamente por temor a los combatientes, se
vieron interrumpidas en 1928 a raíz del asesinato del recién electo Obregón. El joven católico
José León Toral, quien actuaría solitariamente en el tiranicidio, haría que todo volviera a foja
cero.

IV. Los acuerdos y el fin del levantamiento

No es hasta el año 1929, el 21 de junio donde se divulgan casi al mismo tiempo las
declaraciones por ambas partes del cese del fuego cruzado en un supuesto beneficio para los
cristeros. Los interlocutores que llevan a acabo este pacto son dos obispos mexicanos y el
presidente Emilio Portes Gil, todos ellos guiados y orquestados por la mama gallina, Estados
Unidos.

No había ya manera de detener los acuerdos ya que las desventajas en el campo de los
poderosos eran considerables y también del lado de las familias adineradas de México a
quienes no les era para nada beneficioso este conflicto que estaba durando demasiado. Se
procede a la comunicación de las resoluciones de conceder de nuevo “la libertad” a los
creyentes, siempre dentro de los límites de la ley y del ojo vigilante del Estado. Se cumple
entonces, la palabra profética del general Gorostieta:

«Mira, Santiago Dueñas, yo no quiero ser profeta; pero sí estoy seguro de que si alguno de
nuestros cabecillas escapa con vida, en el caso de que entreguemos las armas al Gobierno, po -
dría tenerse por milagro. Eso no les importa a los que juegan a la alta política, aunque sean
personajes muy distinguidos del Clero. Al fin y al cabo, después de la luna de miel que tan cara
le costará a nuestro pueblo, nosotros vendríamos a ser un peligro constante para unos y una
viviente acusación para otros. Y que la tirantez de relaciones entre el Clero y el Gobierno va a
volver, no lo duden ni un momento. La hora de las desilusiones para los Obispos llegará
pronto»

Los negociadores.

Mons. Pascual Díaz y Mons. Ruíz y Flores llevaron a cabo las negociaciones con el gobierno. En
un primer momento se había intentado con Calles pero no fue posible. Ahora se acercaban
estos dos prelados al presidente Portes Gil. En estas negociaciones lo que más cabe destacar
es el intencionado apartamiento en este diálogo de las autoridades cristeras. NO eran
bienvenidos. Por eso estas negociaciones se llevan a acabo en el silencio.

Surgía un gran descontento, decepción e ira por parte de los jefes cristeros y de algunos
prelados, que no entendían porqué aquellos dos “padrecitos” se inmiscuían en estos asuntos y
sobre todo se preguntaban quién les había nombrado oficialmente protagonistas del tema 15.

Una vez pactado el cese del fuego, comienza el modus moriendi de los cristeros. Esto es el
punto más dramático y doloroso. Jan Meyer lo expresa así: “el modus viviendi se convirtió muy
pronto en un siniestro modus moriendi, padecido como una prueba peor que la guerra misma
y llevado como una cruz, misterio incomprensible al cual se sometían por amor al Papa y a
Jesús, Cristo Rey”. A raíz de este engañoso pacto, mueren principalmente las cabecillas o
grandes jefes de los cristeros.
15
En 1929 ambos obispos son designados como delegados apostólicos.
Personajes destacados

Anacleto González Flores. Líder del movimiento “Unión popular”.

«¡MÉXICO CATÓLICO, DESPIERTA DE TU LETARGO!»


(Discurso del beato Anacleto González Flores, laico y mártir, patrono de
los laicos mexicanos.)
Muchos católicos desconocen la gravedad del momento y sobre todo las
causas del desastre, ignoran cómo los tres grandes enemigos , el
Protestantismo, la Masonería y la Revolución, trabajan de manera
incansable y con un programa de acción alarmante y bien organizado.
Estos tres enemigos están venciendo al Catolicismo en todos los frentes, a
todas horas y en todas la formas posibles. Combaten en las calles, en las
plazas, en la prensa, en los talleres, en las fábricas, en los hogares. Trátase
de una batalla generalizada, tienen desenvainada su espada y
desplegados sus batallones en todas partes. Esto es un hecho. Cristo no
reina en la vía pública, en las escuelas, en el parlamento, en los libros, en
las universidades, en la vida pública y social de la Patria. Quien reina allí
es el demonio. En todos aquellos ambientes se respira el hálito de Satanás.
Y nosotros, ¿qué hacemos? Nos hemos contentado con rezar, ir a la iglesia,
practicar algunos actos de piedad, como si ello bastase «para
contrarrestar toda la inmensa conjuración de los enemigos de Dios». Les
hemos dejado a ellos todo lo demás, la calle, la prensa, la cátedra en los
diversos niveles de la enseñanza. En ninguno de esos lugares han
encontrado una oposición seria. Y si algunas veces hemos actuado, lo
hemos hecho tan pobremente, tan raquíticamente, que puede decirse que
no hemos combatido. Hemos cantado en las iglesias pero no le hemos
cantado a Dios en la escuela, en la plaza, en el parlamento, arrinconando
a Cristo por miedo al ambiente.
Reducir el Catolicismo a plegaria secreta, a queja medrosa, a temblor y
espanto ante los poderes públicos «cuando éstos matan el alma nacional y
atasajan en plena vía la Patria, no es solamente cobardía y desorientación
disculpable, es un crimen histórico religioso, público y social, que merece
todas las execraciones».
…. Las almas sufren de empequeñecimiento y de anemia espiritual. Nos
hemos convertido en mendigos, afirma, renunciando a ser dueños de
nuestros destinos. Se nos ha desalojado de todas partes, y todo lo hemos
abandonado.
Hasta ahora casi todos los católicos no hemos hecho otra cosa que pedirle
a Dios que Él haga, que Él obre, que Él realice, que haga algo o todo por la
suerte de la Iglesia en nuestra Patria. Y por eso nos hemos limitado a
rezar, esperando que Dios obre. Y todo ello bajo la máscara de una
presunta «prudencia». Necesitamos la imprudencia de la osadía cristiana.
Los católicos de México, han vivido aislados, sin solidaridad, sin cohesión
firme y estable. Ello alienta al enemigo al punto de que hasta el más
infeliz policía se cree autorizado para abofetear a un católico, sabiendo
que los demás se encogerán de hombros. Más aún, no son pocos los
católicos que se atreven a llamar imprudente al que sabe afirmar sus
derechos en presencia de sus perseguidores. Es necesario que esta
situación de aislamiento, de alejamiento, de dispersión nacional, termine
de una vez por todas, y que a la mayor brevedad se piense ya de una
manera seria en que seamos todos los católicos de nuestra Patria no un
montón de partículas sin unión, sino un cuerpo inmenso que tenga un
solo programa, una sola cabeza, un solo pensamiento, una sola bandera
de organización para hacerles frente a los perseguidores.

Miguel Agustín Pro.

Sacerdote jesuita. Fue inculpado por el atentado de Segura Vilchis contra la vida de Álvaro
Obregón. El padre Pro, por su carácter jovial, aparentemente superficial y chascarrero no daba
una buena impresión a sus superiores jesuitas. No obstante, le permiten seguir. Estudia fuera
en España y finalmente en Bélgica es ordenado sacerdote. Ante la crítica salud que tiene por
una ulcera en el estómago, sus superiores lo despachan a México para poder, supuestamente,
morir allí con los suyos. El padre Pro, antes de marchar, pide a la Virgen de Lourdes que le
ayude para afrontar este nuevo destino donde sabe que sus hermanos están siendo
perseguidos hasta la muerte por la fe. Al llegar, ejerce un apostolado incansable por las almas,
hasta que es apresado y sentenciado a muerte por CALLES. (Explicar la repercusión mediática
que tuvo su martirio).

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