La narrativa del siglo XX estuvo enmarcada en dos guerras mundiales y el espíritu de

esta crisis permanente se reflejó en las obras de esta época. Autores como James Joyce,
Franz Kafka, William Faulkner, Albert Camus, Agatha Christie, entre otros produjeron
obras literarias influenciadas por los sucesos bélicos de este siglo. Desde la primera
guerra mundial, Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial. Sin
embargo después de la crisis por el desplome de la economía aumentaron
considerablemente los índices de desempleo y esto trajo consigo un descontento social y
económico. Todas estas situaciones y contextos se ven evidenciadas en los temas, estilos
y temas de los que tratan los autores. De allí la importancia del contexto en la literatura ,
la cual manifiesta visiones de mundo y procesos históricos la sociedad, la cultura y la
época en la que surgen.

De esta forma la literatura del siglo XX se caracteriza por la aparición de distintas

vanguardias, buscando crear nuevas formas y contenidos, influenciados también por el
auge de la tecnología, rompiendo los paradigmas de la literatura tradicional. En este
sentido los textos de esta época fueron más libres y creativos, caracterizados por la
expresividad y desarrollando temas relacionados con la religión y el aspecto social.

A su vez en Hispanoamérica surge el Boom latinoamericano, el cual reunió a varios

autores de diferentes países, ideologías y estéticas. Así nacieron nuevas corrientes de
pensamiento, en las que se interesaban más por la realidad política y la sociedad.
Diferentes escritores e intelectuales empezaron a elaborar una serie de novelas y cuentos
que estaban relacionadas entre sí por tener una visión muy parecida: la defensa de sus
propias culturas y raíces pero con un tipo de literatura que experimentaba y, al mismo
tiempo, denunciaba la situación en la que los países se encontraban. Algunos de estos
autores fueron: Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Carlos Fuentes, fueron los
embajadores de esta narrativa realista y fantástica al mismo tiempo.

Los autores comenzaron a usar este tipo de subgénero denominado realismo mágico,
para intentar explicar su realidad social, una manera poética y literaria tanto de forma
real como metafórica, para “contar” lo que sucedía en sus ciudades. En este intento los
autores comienzan a incluir temas y tradiciones propias de su cultura, evocando paisajes
y contexto de su realidad. Es por esta razón que muchas de sus obras caracterizan
espacios que son propios del lugar de origen del autor, aunque muchos de ellos tengan
elementos fantásticos, es posible distinguirlos que existen en la realidad en espacios
rurales y urbanos.