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INSTITUCIÓN EDUCATIVA JORGE ELIÉCER GAITÁN AYALA

“Trabajando por el desarrollo del ser humano”


JORNADA NOCTURNA
LECTURA CRÍTICA
“La lectura nos da un lugar al cual ir, cuando tenemos que quedarnos donde estamos”.
Mason Coole
NOMBRE DEL ESTUDIANTE_________________________________________________________FECHA____________CICLO______
Lic. Carmenza Páez Torres

SABERES PREVIOS.
¿Crees que existe la amistad? Justifica tu respuesta y escribe una frase relacionada con esta
palabra.

GLOSARIO.APRENDO SIGNIFICADOS. Busca en el diccionario las palabras que están


subrayadas en el texto y escribe el significado o un sinónimo, que vaya de acuerdo al contexto de la guía de
trabajo.
EL HALCÓN DE GENGIS KHAN

Una mañana, el guerrero mongol Gengis Khan había salido de caza acompañado de sus generales y sus
amigos y seguido de los criados, los cuales sujetaban a una ruidosa jauría de perros. Era una expedición
alegre y relajada, cuyas risas y ladridos se elevaban a las ramas, espantando a las aves a su paso, como si
ahuyentara el alma colorida de los árboles. Pero más allá de esta algarabía, el halcón preferido del rey volaba
y daba vueltas a lo lejos, vigilando los rincones secretos de aquel bosque. Había sido tan perfectamente
amaestrado y estaba tan unido a Gengis Khan, que a medida que planeaba y aleteaba, el gran rey sentía que
sus propios ojos cabalgaban por el cielo. El ave buscaba siervos y conejos, para lanzarse a la velocidad del
rayo sobre ellos, como una flecha emplumada salida del arco de su amo dotada de voluntad y de
pensamiento.

Aquel día, sin embargo, no habían hallado los animales que esperaban, y los cazadores regresaban
fatigados con las últimas luces del crepúsculo. Gengis Khan se había apartado y marchaba por su cuenta
cabalgando lentamente en busca de un arroyo pues el calor de la jornada había sido intenso y había secado
su garganta. A varios metros por encima de su cabeza, el halcón lo acompañaba en su camino, trazando
majestuoso sus figuras, como un alegre y suave pensamiento.

Corría por aquel entonces un tórrido verano, y al llegar al pie de una colina, en vez del arroyo que buscaba, el
rey sólo encontró una roca y un hilo de agua que goteaba, se apeó entonces de su caballo y tras tomar una
copa de plata de su morral, la sostuvo con paciencia bajo el agua. Las gotas caían lentamente, y cuando al fin
logró llenar el recipiente, se lo llevó a los labios, dispuesto a beberse el agua de un solo trago. Sin embargo no
alcanzó a probarla, pues en ese momento la copa, al igual que un pez entre sus manos, saltó violentamente y
cayó al suelo. El halcón había pasado como una ráfaga de viento, y tras volcar el contenido de la copa, se
había elevado nuevamente y se había posado en la cima de la colina.

El rey se hallaba tan sediento, que no prestó atención al incidente e intentó recoger agua de nuevo. No era un
hombre muy paciente, y esta vez solo espero a que la copa estuviera medio llena. Sin embargo antes de que
pudiera dar el primer sorbo, nuevamente el halcón descendió como una flecha, y como si fuera otra de sus
presas, sujeto con sus garras para luego dejarla caer. Realizó después una extraña pirueta en el cielo y
finalmente volvió a posarse en alto de la colina.
Gengis Khan se enfureció, pero, como era su animal favorito, pensó que tal vez tenía sed también. Recogió el
cáliz, lo limpió y volvió a llenarlo. Con la copa llena por la mitad, de nuevo el halcón se la arrancó y derramó el
líquido.
Gengis Khan adoraba a su animal, pero sabía que no podía dejar que se le faltara al respeto bajo ninguna
circunstancia, ya que alguien podría estar asistiendo a la escena desde lejos, y más tarde les contaría a sus
guerreros que el gran conquistador era incapaz de domar una simple ave.

Esta vez, sacó la espada de su vaina, cogió el cáliz y se puso otra vez a llenarlo, manteniendo un ojo en la
fuente y el otro en el halcón. En cuanto hubo llenado la copa lo suficiente y se disponía a beber, el halcón de
nuevo levantó el vuelo en dirección a él. Khan, de un golpe certero, le atravesó el pecho.

Pero el hilo de agua se había secado. Decidido a beber fuera como fuera, subió el roquedal en busca de la
fuente. Para su sorpresa, vio realmente una poza de agua y, en medio de ella, muerta, una de las serpientes
más venenosas de la región. Si hubiese bebido del agua, ya no estaría en el mundo de los vivos.

Khan volvió al campamento con el halcón muerto en sus brazos. Mandó hacer una reproducción en oro del
ave, y grabó en una de las alas: “Incluso cuando un amigo hace algo que no te gusta, continúa siendo tu
amigo”. En la otra ala, mandó escribir: “Cualquier acción movida por la furia es una acción condenada
al fracaso”.

RETOS DE LECTURA.

1. Selecciona 3 palabras que considere son claves o que se relacionen con el texto y escribe una oración con
cada una.

2. ¿Qué opinas de la reacción de Gengis Khan hacia su Halcón? Justifica tu respuesta.


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3. Cuál de las dos frases que Khan grabó en las alas del Halcón de Oro considera más coherente con el
relato. ¿Por qué?
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4. Escribe una enseñanza o moraleja que te haya dejado la lectura.
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¡Bendiciones!

«No puedes vencer a alguien que nunca se rinde»


Babe Ruth

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