Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuando pisemos el freno, debemos respetar dos principios básicos: hacerlo en línea recta y sin
miedo. En línea recta quiere decir que pisemos cuando el coche esté recto, nunca cuando se
encuentre dentro de una curva, dado que, frenando en ese instante, el vehículo tendería a la
desestabilización. Y sin miedos. Nunca se debe frenar por frenar, sino cuando tengamos claro que
hay que hacerlo. Entonces, lo que procede es no dudar. Al conducir, debemos orientarlo todo a la
seguridad y fiabilidad del sistema de frenos de nuestro vehículo. Porque, cuando más a gusto
circulamos es cuando tenemos la certeza de que lo hacemos con la máxima seguridad posible.
Pero llegar hasta aquí requirió muchos esfuerzos, tiempo e inversión. La historia de los frenos
comenzó con unos de disco en 1902. Más tarde, llegaron los discos de tambor, que no siempre
cumplían su objetivo: en colinas y caminos con tierra fallaban más de la cuenta. Así que, en la
década de los 20 del siglo XIX, irrumpieron los frenos hidráulicos, hasta que, a finales de los 50,
aparecieron los primeros antibloqueo, mucho más rudimentarios que los que hoy disfrutamos en
nuestros utilitarios.
Frenos en constante evolución y mucho más seguros que lo que hacía creer el presidente de los
Estados Unidos Lyndon B. Johnson a sus invitados, cuando animaba a que se montaran en su
nuevo coche, un Amphicar, para recorrer su rancho. Dice la historia, que al presidente le gustaba
bromear con sus invitados para presentarles una de sus pasiones: los coches, en este caso
2
“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”
Ficha de sistema de frenos
Profesor: profesor: Michael Rodrigo Coaquira Jacobo
anfibio. Pendiente abajo, dirección hacia el embarcadero haciendo aspavientos y gritando que los
frenos no funcionaban. ¿Resultado? Los invitados entraban en pánico hasta que el coche llegaba al
agua y flotaba.