Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ESCUELA DE POSGRADO
Las representaciones y prácticas de salud no son hechos aislados ni espontáneos, pues tienen
un desarrollo y una ubicación en el tiempo y en el espacio, en estrecha relación con la realidad
económica, política, social y cultural de una comunidad o de un grupo social. Por ello, la
problemática de la salud no debe afrontarse en forma individual, sino dentro de la sociedad de
la cual hace parte cada persona.
PROCESO SALUD Y ENFERMEDAD
ÉPOCA ANTIGUA
desde la antigüedad se ha considerado que existen personas con capacidades para restablecerla,
para quienes la mayoría de las explicaciones acerca de la salud y la enfermedad, se
fundamentaban en la existencia de dioses que curaban y en las virtudes mágicas de
encantamientos y hechizos. En las culturas primitivas, el brujo era curandero por dos virtudes:
por su conocimiento de plantas y preparación de brebajes y por su cercanía con los dioses. Las
plantas de donde se extraían las infusiones y los bebedizos eran albergue de los espíritus de los
dioses, que debían ser invocados mediante ceremonias y rituales.
En esta etapa se destacan en el mundo Occidental, los desarrollos de las medicinas griega y
romana. Sus desarrollos se nutrieron de antiguos conocimientos preexistentes, como los de las
medicinas persas y chinas.
Conformaron un cuerpo cognitivo teórico y práctico que atravesó toda la Edad Media (desde
el año 476 d.C., al 1453). Este cuerpo teórico – práctico se entroncó con elementos que
provenían de las medicinas islámica y talmúdica que se difundieron en el continente europeo a
través de la dominación árabe de los territorios próximos al mediterráneo. Pese a ello, en esta
etapa las explicaciones de griegos y romanos relativas a los procesos de la salud – enfermedad
eran de carácter mágico – religioso. En relación al tema, se destacan tres deidades: Asclepio,
Higia y Panacea: En la Grecia antigua, los encargados de atender las cuestiones relativas a la
salud eran los ASKLEPIAD, sujetos a la adoración religiosa de la deidad de Asclepio
(Esculapio para los romanos) Esculapio (Asclepio para los griegos), dios griego de la medicina,
responsable del restablecimiento de la salud, según los diferentes mitos es padre, hijo o amante
de Higia, diosa de la salud.
Para los seguidores de Higia en cambio, la salud era el estado natural de las cosas, consecuencia
del gobierno juicioso de la propia vida. Higea representa la unión de la salud, del estar bien, de
la cotidianeidad plena, con la higiene, las prácticas, los valores y conocimientos que
contribuyen a estar bien.
GRIEGOS
Para los griegos, las enfermedades podían tener un origen natural o divino. El primero hacía
referencia a los traumatismos, lesiones ocasionadas principalmente en guerras, y a la
enfermedad ambiental, cuando un padecimiento era producido por la influencia del medio. La
segunda motivación era la divina, como castigo enviado por los dioses. En función del origen,
las enfermedades se trataban con recursos distintos.
En el caso de las dolencias naturales, los remedios eran principalmente quirúrgicos, dietéticos
o farmacológicos. La curación quirúrgica consistía, en primer lugar, en extraer los objetos
punzantes.
CRISTIANISMO
Es dentro de esta variedad de opciones religiosas donde tenemos que contextualizar la oferta
sanitaria del cristianismo naciente. Al igual que lo señalado anteriormente, los cristianos
tampoco constataron una disyuntiva entre la curación religiosa y la curación por medios
naturales, como han querido resaltar varios eruditos. Es verdad que algunos cristianos
rechazaron el uso de fármacos y ciertos ermitaños y ascetas posteriores mortificaron de forma
extrema sus cuerpos. Gary B. Ferngren ha argumentado convincentemente que, a pesar de
ciertos puntos de vista negativos entre los escritores cristianos sobre la medicina y sus
practicantes, la mayoría de los cristianos entendieron la enfermedad en términos que denomina
«naturalistas», rechazando así la creencia de que «la enfermedad común era causada por
demonios y que la curación se efectuaba mediante exorcismos». La mayoría de los cristianos
mantuvieron actitudes positivas y de aceptación hacia la medicina y sus facultativos, y
continuaron empleando los servicios de estos últimos en casos de enfermedad
el cristianismo simplificó dos aspectos fundamentales del proceso terapéutico. El cambio más
significativo fue el regreso a una forma de monolatría estricta al requerir la sola invocación del
nombre de Jesús para efectuar la curación, incluso proponía una monolotría más rigurosa que
la existente en otros grupos judíos que recurrieron a más de una figura divina.
RENACIMIENTO