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SIGNIFICADO, RAZONES E IMPORTANCIA DEL AYUNO

Cita bíblica: Ester 4:15

INTRODUCCIÓN: La crisis era nacional. Toda una nación estaba en peligro inminente: el decreto
ordenaba la muerte de los judíos. Muy afligida, la reina Ester envía este recado a Mardoqueo: “Ve y
reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, ayunad por mí y no comáis ni bebáis durante tres
días y tres noches. También yo y mis doncellas ayunaremos, y entonces entraré a ver al rey, aunque
no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca” (Ester 4:15-17).

Ante la tensión que se llevó la tranquilidad de millones, la reina propuso un ayuno como preparativo
para la resolución del conflicto. ¿Qué sucedió? Sabemos el final de esta historia: Dios salvo la vida
de los judíos, transformando la angustia en paz y alegría.

SIGNIFICADO DEL AYUNO: Como se puede notar en el anterior incidente narrado, el ayuno era
considerado una práctica muy importante en la vida del pueblo de Dios. Pero ¿qué significa? Un
breve vistazo de las palabras bíblicas es bastante esclarecedor. El sustantivo hebreo tsom puede ser
traducido como “rápido” o “ayuno”, mientras que el verbo “ayunar” es tsum. Además, la expresión del
Antiguo Testamento “afligir el alma” se refiere al ayuno; esa expresión ilustra el hecho de que el
ayuno bíblico era más un ejercicio espiritual que un intento de punición a la carne de alguna forma.
Por otro lado, el ayuno también enfatizó que la vida espiritual del pueblo de Dios era más importante
que su existencia física.

En el Nuevo Testamento, nestis significa “tener el estómago vacío”; de esta palabra derivan nesteuo,
“ayunar”, y nesteia, “ayuno”. Tanto en su forma verbal y sustantiva, esas palabras significaban “no
comer”, “abstenerse de comida”, “pasar hambre”. De ese modo, el estudio de las palabras bíblicas y
la evaluación de la práctica entre el pueblo nos muestra que ayunar generalmente significaba
quedarse sin comida y bebida por un período, y no apenas abstenerse de ciertos alimentos.

RAZONES PARA LA PRÁCTICA DEL AYUNO: No había un mandamiento específico que


oriente el ayuno de los israelitas, más la lectura de la Biblia hace evidente que ciertos eventos
privados y públicos que motivaban el ayuno; vamos a mencionar algunos de ellos.

a. Guerra o amenaza: Israel ayunó en Betel, en la guerra contra los benjamitas (Jue 20:26); en Mispa
en la guerra contra los filisteos (1S 7:6); Saúl no comió durante todo el día y toda la noche antes de
su visita a la hechicera de Endor (1S 28:7-20). El ayuno podría imponerse sobre los guerreros en
una campaña (Jue 20:26; 1S 7:6), aunque la evidencia sea insuficiente para concluir que siempre fui
exigida. Saúl lanzó una maldición sobre el hombre que comiera antes de la noche, a fin de vengarse
de sus enemigos filisteos. La desobediencia de Jonatán a la orden de su padre le costaría la vida si
el pueblo no intervenía (1S 14:24ss.).
b. Enfermedad: David ayunó y lloró por su hijo cuando el niño estaba enfermo, pero cuando el niño
murió, contrariamente a las expectativas de sus siervos, él se lavó, se ungió, entró en la casa del
Señor y pidió pan (2S 12:16ss.). El salmista también menciona el ayuno por sus amigos enfermos
(SaI 35:13).
c. Luto: Los hombres de Jabés de Galaad ayunaron siete días por Saúl (1S 31:13; 1Cr 10:12); David
y el pueblo ayunaron por Saúl y Jonatán (2S 1:12); y la costumbre del ayuno en el luto es
considerado un comportamiento normal (12:21).
d. Penitencia: Las calamidades eran consideradas manifestaciones de la ira divina. Aunque, los
actos de penitencia eran una forma de acabar con ellas. Tal vez en este aspecto deba ser
interpretado el pedido de ayuno por Jezabel, en el cual el destino de Nabot fue decidido (1R 21:9ss.).
Acab ayunó después de ser amenazado por Elías por haber tomado la vida de Nabot y su viña
(21:27). El ayuno general por ocasión de la lectura pública de la ley por Esdras fue un acto de
penitencia (Neh 9:1).
e. Peligro inminente: Josafat ayunó cuando fue amenazado por amonitas y moabitas (2Cr 20:3).
Joacim proclamó un ayuno en el noveno mes de su quinto año (Jer 36:9). Esdras condujo un ayuno
cuando procuraba obtener el favor de Dios concerniente a su regreso del exilio (Esd 8:21) — una
jornada probablemente llena de muchos peligros, más por lo cual él no quería pedir guardias
armados. Nehemías ayunó cuando supo del estado de Jerusalén (Neh 1:4). Los judíos ayunaron
cuando escucharon que Aman había obtenido el decreto contra ellos (Est 4:3); Ester y Mardoqueo
ayunaron antes que ella fuese al rey (4:16). El ataque de una plaga de langostas podría ocasionar un
ayuno, en el cual todos los elementos de la comunidad — personas, ancianos, niños y hasta la novia
y el novio participarían (Jl 1:14; 2:15).
f. Sequía: Durante el siglo I, el ayuno fue el método preferido de pedir al Señor por la lluvia. Si la
lluvia no caía en el debido tiempo, primeramente, los individuos ayunaban de forma voluntaria, si esa
acción era ineficaz, un ayuno público de tres días era proclamado. Si la lluvia no caía, tres días más
eran proclamados y de ser necesario, se extendía siete días más. Estos eran de gravedad
progresiva. A principio se permitía, comer y beber después del anochecer, lavarse, ungirse, colocar
sandalias y tener relaciones sexuales eran permitidos. En el segundo periodo, eso era prohibido y en
el último período las tiendas eran cerradas, excepto los lunes, después del anochecer, y los jueves.
El shofar era tocado. El individuo no podía desvincularse de la comunidad en este período y de
negarse ayunar. Esas costumbres y otras prácticas de ayunos judíos son temas abordados en el
Tratado de la Mishna, Ta ‘anit.

DURACIÓN DEL AYUNO


 Normalmente un ayuno tenía la duración de un día (Jue 20:26; 1Sm 14:24; 2S 1:12; 3:35) desde
el amanecer hasta la puesta del sol, después el cual se podría
 El ayuno podría ser por una noche (Dn 6:18).
 El ayuno de Ester duró tres días, día y noche, lo que parece ser un caso especial (Est 4:16).
 También es dicho que Jesús ayunaba día y noche (Mt 4:2).
 En el entierro de Saúl, el ayuno de Jabés de Galaad fue de siete días (1S 31:13; 1Cr 10:12).
 David ayunó siete días cuando su hijo, nacido después de su relación ilícita con Betsabé, no se
encontraba bien (2S 12: 16-18).
 El ayuno de Moisés por cuarenta días (Éx 34:28; Dt 9:9), de Elías (1R 19:8) y de Jesús (Mt 4:2;
Lc 4:2) son los más extensos registrados en la Escritura.
 Una forma alternativa de ayuno podría involucrar la abstinencia de vino, carne, comida sabrosa y
unción por un período prolongado, como tres semanas (Dn 10: 2).
ACTITUDES QUE DEBEN ACOMPAÑAR EL AYUNO: Es necesario destacar que la práctica del ayuno
era acompañada por algunas actitudes muy importantes:

1. Oraciones y súplicas: Daniel buscó al Señor “con oración y súplicas, con ayuno, vestido de paño
de sacos y sentado sobre las cenizas” (Dn 9:3).
2. Confesión de pecados: Samuel y el pueblo de Israel ayunaron en Mispa, “y allí dijeron: Pecamos
contra el Señor” (1S 7:6); de la misma forma, en la época de Nehemías los hijos de Israel se
reunieron para ayunar, y “pusieron de pie y confesaron sus pecados e iniquidades de sus padres”
(Neh 9:1-2).
3. Humillación: Moisés afirma: “me prostrare ante el señor durante cuarenta días y cuarenta noches.
No comí pan y no bebí agua, por causa de todo el pecado que habían cometido, haciendo lo que es
malo a los ojos del Señor, para provocar su ira” (Dt 9:18).
4. Lectura de la Sagrada Escritura: El profeta Jeremías ordenó a Baruc: “yo estoy preso; no puedo
entrar en la Casa del Señor. Ve tú hasta allá y, del rollo que escribiste, según lo que yo te dije, lee en
voz alta todas las palabras del Señor, delante del pueblo, en la Casa del Señor, en el día del ayuno”
(Jer 36:5, 6).
Tipos de ayuno: Tres tipos de ayuno son generalmente reconocidos en el cristianismo:

1. NORMAL, en el que no hay ingestión de alimentos por un período de tiempo prescrito, aunque
puede haber ingestión de líquidos.
2. PARCIAL, en el que la dieta es limitada, aunque algunos alimentos sean permitidos.
3. ABSOLUTO, en el que hay una abstinencia de alimentos y líquidos en todas las formas.

LLAMADO:

Hermanos, en base a lo estudiado, nos damos cuenta de que el ayuno nos ayuda a fortalecer nuestra
comunión con Dios, entender mejor su Palabra, nos permite reconciliarnos con Dios y empezar una nueva
página.

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