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El documento describe la visita del autor a la casa de una mujer llamada Sra. Panckoucke cuando era niño. La Sra. Panckoucke tenía una habitación llena de juguetes de todos los tipos y le permitió elegir uno como regalo. El autor eligió el juguete más llamativo a pesar de las protestas de su madre. También reflexiona sobre cómo los niños usan su imaginación para jugar con juguetes simples o incluso sin juguetes, y cómo los juguetes pueden influir en los intereses de los niños.
El documento describe la visita del autor a la casa de una mujer llamada Sra. Panckoucke cuando era niño. La Sra. Panckoucke tenía una habitación llena de juguetes de todos los tipos y le permitió elegir uno como regalo. El autor eligió el juguete más llamativo a pesar de las protestas de su madre. También reflexiona sobre cómo los niños usan su imaginación para jugar con juguetes simples o incluso sin juguetes, y cómo los juguetes pueden influir en los intereses de los niños.
El documento describe la visita del autor a la casa de una mujer llamada Sra. Panckoucke cuando era niño. La Sra. Panckoucke tenía una habitación llena de juguetes de todos los tipos y le permitió elegir uno como regalo. El autor eligió el juguete más llamativo a pesar de las protestas de su madre. También reflexiona sobre cómo los niños usan su imaginación para jugar con juguetes simples o incluso sin juguetes, y cómo los juguetes pueden influir en los intereses de los niños.
LA MORAL DEL JUGUETE. CHARLES BAUDELAIRE Hace muchos años -¿cuántos? no lo sé; se actualidad atravesado una buena parte de la remonta a los nebulosos tiempos de la primera cruel vida, manejan desde hace tiempo nada más infancia-, mi madre me llevó de visita a casa de que juguetes, y cuya despreocupada infancia una señora Panckoucke. ¿Era la madre, la mujer, tomó, en otro tiempo, un recuerdo del tesoro de la cuñada del Panckoucke actual? Lo ignoro. Me la Sra. Panckoucke. acuerdo que era un palacete muy tranquilo, uno Esta aventura es la causa de que no pueda de esos palacetes en que la hierba verdea los detenerme ante una tienda de juguetes y pasear rincones del patio en una calle silenciosa, la rue mis ojos por el inextricable revoltijo de sus des Poitevins. curiosas formas y de sus colores dispares, sin Me acuerdo claramente de que esta dama estaba pensar en la dama vestida de terciopelo y pieles, vestida de terciopelo y pieles. Al cabo de algún que se me aparece como el Hada de los tiempo, dijo: «He aquí un muchachito al que juguetes. quiero darle algo, para que se acuerde de mí». He conservado además un afecto duradero y una Me cogió de la mano, y atravesamos varias admiración razonada por esta singular estatuaria estancias; después abrió la puerta de una que, por su lustrosa limpieza, el brillo cegador habitación que ofrecía un espectáculo de sus colores, la violencia en el gesto y la extraordinario y verdaderamente fantástico. Las decisión en la forma, tan bien representa las paredes no se veían, tan cubiertas de juguetes ideas de la infancia sobre la belleza. En un gran estaban. El techo desaparecía bajo una floración almacén de juguetes hay una alegría de juguetes que colgaban como maravillosas extraordinaria que lo hace preferible a un estalactitas. El suelo apenas ofrecía un estrecho hermoso piso burgués. sendero en el que poner los pies. Había allí un mundo de juguetes de todas clases, desde los ¿No se encuentra allí toda la vida en miniatura y más caros a los más modestos, desde los más mucho más coloreada, limpia y reluciente que la simples a los más complicados. vida real? Allí vemos jardines, teatros, hermosos vestidos, ojos puros como el diamante, mejillas «He aquí, dijo, el tesoro de los niños. Dispongo encendidas por la pintura, encajes encantadores, de un pequeño presupuesto dedicado a ellos, y coches, caballerizas, establos, borrachos, cuando viene a verme un niñito amable, lo charlatanes, banqueros, comediantes, traigo aquí, para que se lleve un recuerdo mío. polichinelas que parecen fuegos artificiales, Elige.» cocinas y ejércitos enteros, bien disciplinados, Con esa admirable y luminosa prontitud que con caballería y artillería. caracteriza a los niños, en quienes el deseo, la Todos los niños hablan a sus juguetes; sus deliberación y la acción forman, por así decir, juguetes se convierten en actores en el gran una sola facultad, por la que se distinguen de los drama de la vida, reducido por la cámara oscura degenerados hombres, en quienes, por el de su pequeño cerebro. Los niños demuestran contrario, la deliberación devora casi todo el con sus juegos su gran capacidad de abstracción tiempo, me apoderé inmediatamente del más y su elevada potencia imaginativa. Juegan sin bonito, del más caro, del más llamativo, del más juguetes. No hablo de esas niñas que juegan a fresco, del más extraño de los juguetes. Mi las señoras, se hacen visitas, se presentan a sus madre protestó por mi indiscreción y se opuso imaginativos hijos y hablan de sus vestidos. Las obstinadamente a que me lo llevara. Quería que pobres pequeñas imitan a sus mamás: preludian me contentase con un objeto infinitamente ya su inmortal puerilidad futura, y ninguna de mediocre. Pero yo no podía permitirlo y, para ellas, con seguridad, será mi mujer… Pero la llegar a ese acuerdo, me conformé con un justo diligencia, el eterno drama de la diligencia medio. jugado con sillas: la diligencia-silla, los A menudo he fantaseado con la idea de conocer caballos-sillas, los viajeros-sillas; ¡lo único vivo a todos los amables niñitos que, al haber en la es el postillón! El tiro permanece inmóvil, y sin embargo devora con ardiente rapidez espacios regalo y huirán como hacen los gatos que van a ficticios. ¡Qué simplicidad de puesta en escena! comer lejos de uno el trozo que se les ha dado, ¿No es para hacer ruborizarse de su impotente al haber aprendido a desconfiar del hombre. imaginación a ese público hastiado de que Esta es sin duda una gran diversión. exige a los teatros una perfección física y mecánica y no concibe que las piezas de Creo que generalmente los niños actúan sobre Shakespeare seguirán siendo bellas con un sus juguetes; en otros términos, que su elección aparato de una bárbara simplicidad? está dirigida por disposiciones y deseos, vagos, es cierto, no formulados, pero muy reales. Sin ¡Y los niños que juegan a la guerra! No en las embargo, no afirmaría que no suceda lo Tullerías con verdaderos fusiles y verdaderos contrario, es decir, que los juguetes actúen sobre sables; hablo del niño solitario, que gobierna el niño, especialmente en los casos de ylleva por sí solo al combate dos ejércitos. Los predestinación literaria o artística. No sería soldados pueden ser tapones, dominós, peones, sorprenderte que un niño de esta clase, a quien tabas; las fortificaciones serán tablas, libros, sus padres regalaran principalmente teatros, para etc.; los proyectiles, canicas o cualquier otra que pudiera continuar sólo el placer del cosa; habrá muertos, tratados de paz, rehenes, espectáculo y de las marionetas, se prisioneros e impuestos. acostumbrara ya a considerar el teatro como la Esta facilidad para contentar su imaginación forma más deliciosa de lo bello. testimonia la espiritualidad de la infancia en sus concepciones artísticas. El juguete es la primera Hay una clase de juguete que tiende a iniciación del niño en el arte, o más bien su multiplicarse desde hace algún tiempo, y del que primera realización y, llegada la madurez, las no hablaré ni bien ni mal. Me refiero al juguete realizaciones perfeccionadas no darán a su científico. El principal defecto de esos juguetes espíritu el mismo entusiasmo ni la misma es el de ser caros. Pero pueden entretener creencia. durante mucho tiempo y desarrollar en el cerebro del niño el gusto por los efectos Y asimismo, analicen ese inmenso mundo maravillosos y sorprendentes. El estereoscopio, infantil, consideren el juguete bárbaro, el que da en relieve una imagen plana, pertenece a juguete primitivo, cuyo problema consistía para ese grupo. Tiene ya varios años. El el fabricante en construir una imagen tan fenakistiscopio, más antiguo, es menos aproximada como fuera posible con elementos conocido. tan simples: por ejemplo, el polichinela plano, movido por un solo hilo; los herreros que Me gustaría decir unas palabras sobre las golpean el yunque; el caballo y su caballero en costumbres de los niños respecto a sus juguetes, tres piezas, cuatro clavijas para las piernas, la y sobre las ideas de los padres en esa cola del caballo formando un silbato y en conmovedora cuestión. Hay padres que nunca ocasiones el caballero llevando una plumita, lo regalan juguetes. Son personas graves, que es un gran lujo. ¿Creen ustedes que esas excesivamente graves, que no han estudiado la imágenes simples crean una realidad menor en naturaleza, y que generalmente hacen el espíritu del niño que esas maravillas del Año desgraciados a todos los que les rodean. No sé Nuevo que son más un homenaje del servilismo por qué me figuro que apestan a protestantismo. parásito a la riqueza de los padres que un regalo No conocen ni permiten los medios poéticos de a la poesía infantil? pasar el tiempo. Son las mismas personas que darían gustosas un franco a un pobre, a Tal es el juguete del pobre. Cuando salgan por condición de que se atiborrara de pan y le las mañanas con la intención decidida de negarían siempre dos céntimos para que apagara callejear solitariamente por las avenidas, su sed en la taberna. Cuando pienso en cierta llénense los bolsillos de esas pequeñas clase de personas superrazonables y antipoéticas invenciones, y, junto a las tabernas, al pie de los que tanto me han hecho sufrir, siento que el odio árboles, regálenlas a los niños desconocidos y pellizca y agita mis nervios. pobres que encontrarán. Verán agrandárseles desmesuradamente los ojos. Primero no se Hay otros padres que consideran los juguetes atreverán a aceptarlo, dudarán de su suerte; como objetos de muda adoración; hay trajes que después sus manos atraparan ávidamente el al menos está permitido ponerse los domingos; ¡pero los juguetes deben tratarse de muy distinta Realiza manera! Y así, apenas el amigo de la casa ha ¿Por qué crees que la puntuación es depositado su ofrenda en el mandil del niño, la importante en este ensayo y en cualquier texto? madre feroz y ahorrativa se precipita encima, lo ¿Cuál es la idea principal del texto? guarda en un armario, y dice: Es demasiado Basándote en el ensayo leído, para ti, ¿qué es bonito para tu edad; ¡lo usarás cuando seas la moral del juguete? mayor! Uno de mis amigos me confesó que nunca había podido disfrutar de sus juguetes. –Y Escoge palabras claves (desconocidas) cuando me hice mayor, añadía, tenía otras cosas de cada párrafo del ensayo. que hacer. Por lo demás, hay niños que hacen lo Cambia por sinónimos las palabras mismo: no usan sus juguetes, los economizan, escogidas. los ponen en orden, hacen con ellos bibliotecas Extrae y clasifica las marcas textuales. y museos, y de vez en cuando los enseñas a sus amiguitos rogándoles no tocar. Desconfiaría de buena gana de esos niños-hombres. ESTA ACTIVIDAD La mayoría de los niños quieren sobre todo ver SERÁ SOCIALIZADA el alma del juguete, unos al cabo de algún EN CLASE. tiempo de ejercicio, otros enseguida. La invasión más o menos rápida de ese deseo es la que decide la mayor o menor longevidad del juguete. No tengo el valor de reprochar esa manía infantil: es una primera tendencia metafísica. Una vez que ese deseo se fija en la médula cerebral del niño, llena sus dedos y sus uñas de una agilidad y una fuerza singulares. El niño da vueltas y más vueltas a su juguete, lo araña, lo agita, lo golpea contra las paredes, lo tira al suelo. De vez en cuando hace que recomience sus movimientos mecánicos, a veces en sentido inverso. La vida maravillosa se detiene. El niño, como el pueblo que sitúa las Tullerías, hace un esfuerzo supremo; por último lo entreabre, él es el más fuerte. ¿Pero dónde está el alma? Aquí comienzan el estupor y la tristeza.
Hay otros que rompen el juguete apenas lo
tienen entre las manos, apenas examinado: en cuanto a éstos, confieso que ignoro el sentimiento misterioso que los hace actuar. ¿Les invade una cólera supersticiosa contra esos menudos objetos que imitan la humanidad, o bien les hacen sufrir una especie de prueba masónica antes de introducirse en la vida infantil? ¡Puzzling question! Los niños de Japón. Poéticas de la infancia (01/10/2013) La moral del juguete, por Charles Baudelaire [Web log post] Bajo dominio público. Recuperado de: http://losniniosdejapon.blogspot. com/2011/12/la-moral-del-juguete-por- charles.html