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SUBASTAS EN ARGENTINA

Reseña histórica
Subastas en Argentina – Primeros antecedentes

El conocimiento que tenemos sobre el origen de los remates en la Argentina lo


efectuamos a través de los documentos históricos que se han recopilado.

En 1885, la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, durante la intendencia, de


Torcuato de Alvear, por iniciativa del cronista del organismo colonial Manuel Ricardo
Trelles publicó una recopilación de las Actas y Asientos del Cabildo y Ayuntamiento de
Buenos Aires.

En esta recopilación, el testimonio más antiguo que encontramos sobre los remates se
registra en el Acta del Cabildo, Justicia y Regimiento, de fecha 9 de abril de 1589. En
dicha acta se adjudicaba en remate a García Hernández el cuidado de las vacas y.
bueyes de la ciudad, por haber hecho la propuesta más baja. El adjudicatario asumía
sus obligaciones comprometidas como ser la de recoger cada sábado los animales del
corral, cuidar las chacras de los daños del ganado y la reparación de los mismos.Por,
otra parte, por esta tarea, el Cabildo lo compensaba entregándole sesenta y seis
fanegas de trigo, la cual era entregada una parte al comienzo y se completaba al
finalizar las mismas.

De los antecedentes recopilados de aquella época, surge que, de forma similar a la


descripta precedentemente, se remataban cosas y cargos1. En tal sentido las
funciones públicas se subastaban y se adjudicaban a los que se comprometían a
brindar un mejor desempeño en su función.

Para los artículos de venta al peso, se organizaban la” Romana Oficial” 2 poniendo
anualmente en subasta pública, el derecho a disponer de ella para su explotación

Como puede observarse en la recopilación de las Actas más antiguas sobre los
remates en Argentina, el Estado a través del Cabildo tenía por finalidad cuidar el
bienestar común, interviniendo en todos los actos, consideraban los remates como un
medio justo para repartir tareas y cargos entre los ciudadanos. Todo estaba sujeto
bajo la acción del remate; pero no como actividad comercial como es utilizado en la
actualidad, sino como medio de justicia.

1
En 1616, encontramos un antecedente donde se puso en venta el oficio de “Depositario
General en Buenos Aires”. Bernardo De León ofreció 2.000 pesos corrientes, sin condición
alguna, resultó adjudicado, quedándose con el título de “Depositario General”, en cuyo carácter
fue oficialmente nombrado por la Real Audiencia el 20 de julio de 1606, con voz y voto en el
Cabildo.
2
Con fecha 04 de octubre, se remató la romana oficial que fue adjudicada a Juan Ortiz de
Mendoza, quien ofreció la suma de diez y seis pesos por año, para tener derechos a explotarla
I. Nacimiento de la expresión “martilleros”

La expresión de “martilleros” se originó el 26 de marzo de 1822 a partir de la


resolución ministerial de Bernardino Rivadavia, que autorizó la apertura de “casas de
martillo” para la venta de frutos y productos del país.

En 1826 en la Provincia de Buenos Aires el inglés Tomas Gowland instala una oficina
de ventas en remate llamada “Casa del Martillo”, en símbolo al martillo utilizado por los
ingleses en las subastas y que Gowland utilizaba dando un golpe confirmando la
venta.

La citada denominación, “martillero” fue adoptada en la ley nacional 20.266; como así
también en diversas leyes locales, entre las que se puede citar al Código Procesal en
lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires (arts. 558 inc. 1º y 565) y su Ley
10.973 de "Martilleros y corredores públicos".

La actividad de martillero fue evolucionando, a partir de la sanción de la Ley 25.028, se


convirtió en una profesión a la que se accede con título universitario,

I.

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