Está en la página 1de 3

¿Qué es el amor?

Por Rebeca Noemi.

Todos nos enamoramos en algún momento, o por lo menos pensamos en que nos hemos
enamorado; pero ¿qué es el amor? Y ¿Por qué dependemos tanto de él?

Si nos ponemos a pensar en el amor según Sócrates, podemos decir “ni ama ni se deja amar”.

Si lo planteamos desde el punto de vista de Shakespeare "El amor, como ciego que es, impide
a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen".

Edgar Allan Poe nos dice: “Es un amor inhumano, de dos seres celestiales desprendidos de su
aparatosa mortalidad”.

Pero, para Baudelaire “El amor forma parte del placer y del olvido al que nos obligue el spleen
(por tanto, es liberador), pero al tiempo forma también parte de las flores del mal, arrastra al
poeta a su perdición”.

Cada uno de ellos nos plantean al amor desde su experiencia, desde la irracionalidad que
conlleva el momento de locura cuando dos almas se conectan y se enlazan en alma y
pensamiento.

Si a mi me preguntan sobre qué es el amor, no sabría qué responder… Y no por falta de


conocimiento, sino tal vez por la falta de palabras para describir un sentimiento que me ha
dado despertares y penumbras; que muchas veces me ha entregado risas, y en algunas otras
amargas soledades.

¿Qué es el amor?

Amor, fue ver a mis hermanos llegar a este mundo, con sus ojos llenos de inocencia, pero
cubiertos por un aura de alegría y esperanza.

Amor, es el que se siente cuando después de intentar, intentar y volver a intentar, hasta que te
sale por fin aquella poomsae con la que tendrás asegurado el cinto de color para ascender.

Amor, tal vez, es la brisa de las 6pm, cuando sales al balcón de casa acompañado de una taza
de café y sientes como los últimos rayos del sol te pegan en la cara mientras este se oculta
para darle paso al satélite con más versos que estudios.

No sé que es amor…

Tu me dirás tal vez, que el amor es aquello que sienten dos personas cuando se besan; pero y
si te digo que ¿eso es un deseo?

Cuantas veces mis labios se juntaron con los de alguien más para jugar entre besos, cuantas
veces estos mismos esbozaron blasfemias en contra de los mismo después de que decidieran
romperme el corazón.

Alguna vez creí que el amor era eso que sentías cuando estabas junto a la persona que en ese
instante era tu “verdadero amor”, cuando lo único que importaba era como el sonido de su
corazón se acompasaba con el tuyo mientras los dos se fundían en el calor de un abrazo. Creí,
además, que ese amor se representaba en la mirada coqueta que me lanzaba mi pareja al
recogerme de casa, para salir a dar vueltas por el mundo.
Pensar en lo que es el amor, hace que no piense con la razón; crea una extraña sensación que
se enraíza en mi ser, que me hace temblar de angustia, que me hace desvelar… y en lo mas
tenue de la noche, mientras mi corazón busca una respuesta y mi cabeza le niega la razón, yo
veo como mi cuerpo frágil se estira o se recoge en diferentes posiciones hasta conciliar el
sueño.

Me duermo… y aun así no sé qué es el amor…

¿Y si el amor soy yo?

Pueda que la pregunta suene sosa, pero si lo piensas con detenimiento tiene una tanta de
cordura.

Si, yo soy el amor.

Soy el amor entero, vivo, exuberante; soy el amor propio, erótico y excitante. Soy eso que veo
todas las mañanas frente a un espejo y me hace impulsarme lejos del universo cada que miro
mis ojos en el reflejo, y digo: es un nuevo día para aprender a amar.

Soy el amor de una madre, de una hija, de una hermana, de una sobrina, de una amiga, de una
esposa; soy el amor del sol a la luna, soy el amor de la lagrima al mar. Soy el amor en el más
puro estado y a su vez soy el amor en el máximo caos.

Puede sonar narcisista, pero la vida me ha enseñado que, para intentar amar al mundo, debes
empezar por amarte a ti.

No es sencillo, pero tampoco es imposible.

Cuando buscamos amar, amar a alguien más, buscamos cosas que muchas veces son un tanto
irreales: que pase pegado a nosotros como chicle, que nos escriba al despertar, desayunar,
vestirse, salir, trabajar, estudiar, dormir, respirar; buscamos que esa otra persona nos sea
incondicional, que siempre nos atienda cuando nuestro cargador emocional está vacío… pero
¿y si no? ¿Qué sería amar?

Considero con fervor que a veces el amar es aceptar a los demás como quisieras te acepten a ti
mismo, con toooodos tus males, y con toooodas tus virtudes.

Tratar como quieres ser tratado; pero y si tu mismo te tratas mal, ¿cómo te tratarán los
demás?

No hablo de golpes, hablo de autoestima; me refiero a tratarte frente al espejo y decirte: ¡al
diablo todo! ¡Soy la hermosura en su máximo esplendor! Con las estrías, con las arrugas, con
esa cicatriz que tanto hemos odiado y hemos buscado cubrir a toda costa, con mis piernas de
palito o mis caderas de elefante; con mis pechos al ombligo o “mis botones de gomita”, con los
pelos del sobaco y los que te salen ya sabes dónde.

Cuando empiezas a amarte, empieza el verdadero amor.

Por eso cuando me preguntan, ¿Qué es el amor? Me opongo a dar una respuesta y
simplemente digo: “No sé qué es el amor”

Por que el amor está en cada uno de nosotros, en cada soplo que da el viento, en cada
momento de soledad; en cada cena para uno en aquel restaurant, en la ligereza de tu caminar
por las calles, en la melodía que tarareas o escuchas murmurar.
El amor es todo, y el todo empieza siempre por el YO.

También podría gustarte