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EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN
Resumen:
Objetivos:
Desarrollo:
En el proceso de hominización hay una serie de logros fundamentales que han permitido
llegar hasta el ser humano actual:
La marcha bípeda (poder caminar con dos pies). Esta forma de locomoción provocó
una serie de modificaciones imprescindibles: una columna vertebral con cuatro
curvaturas, que permite que el centro de gravedad del cuerpo describa al andar casi
una recta, una pelvis ancha, una rodilla que puede doblarse en un solo sentido, un
hueso del talón alargado y un pulgar del pie largo y alineado con el resto de los dedos
de los pies. La marcha bípeda permitió liberar las manos, que se convirtieron en
instrumentos muy sensibles, capaces de manipular los objetos de forma muy
precisa. En la mano humana, destaca el pulgar, que es alargado, puede rotar con
bastante libertad y puede oponerse al resto de los dedos de la mano.
La cara y los dientes. La disminución gradual del tamaño de la cara y de los dientes.
Todos los grandes simios están dotados de enormes caninos (colmillos) que
destacan del resto de los dientes. A medida que avanzamos en el proceso de
hominización, observamos que los caninos van reduciéndose de tamaño. Además,
los dientes que sirven para masticar -premolares y molares- han ido disminuyendo
su tamaño progresivamente. Estos cambios provocan una disminución del tamaño
de la cara y de las mandíbulas. La cara de los primeros antepasados del ser humano
era grande y estaba situada al frente del cráneo. A medida que los dientes se
redujeron y el cerebro aumentó, la cara disminuyó y varió su posición; así, la cara de
los seres humanos actuales está situada debajo, no delante, del cerebro. Otros
rasgos: en el ser humano actual destacan la nariz y el mentón en el perfil de la cara.
Tamaño del cerebro. La marcha bípeda se adquirió mucho antes de que comenzará
el aumento del volumen del cerebro. La mayoría de los seres humanos actuales
tiene una capacidad craneal entre 1.300 y 1.500 cm3. En el transcurso del proceso
de hominización, el volumen de la masa cerebral se ha multiplicado más de tres
veces. El aumento del tamaño del cerebro y de su complejidad ha permitido el
cambio cultural y técnica del ser humano.
La adquisición del lenguaje articulado. Paralelamente al desarrollo del cerebro, el
lenguaje articulado permitió transmitir información concreta de modo instantáneo.
Fue un instrumento perfecto para la evolución cultural del ser humano, que le ha
llevado a controlar el planeta, adaptando el entorno a sus necesidades.
En 1978, Mary Leakey descubrió lo que constituye uno de los documentos más interesantes
e impactantes de la paleontología: las huellas dejadas por dos o tal vez tres Australopithecus
hace aproximadamente 3,56 millones de años, que demuestran que los Australopithecus
eran perfectamente bípedos, y estaban adaptados a la vida permanente en tierra.
Australopithecus
HOMO HABILIS: (África, hace 2.500.000 años)
Hábitat: sabana. Ambiente más húmedo y templado que el que habitaron las especies
anteriores (mayor componente de vegetación arbórea)
Con la aparición de la especie llamada Homo Habilis aparece el "Género Homo". Fue
identificada por primera vez por Louis Leakey en la garganta de Olduvai (Tanzania) en 1965,
y le dio el nombre de Homo Habilis (el hombre artesano), al llegar a la conclusión, no
compartida por todos los paleontólogos, de que fue la primera especie en poseer la
capacidad humana de fabricar instrumentos. Su datación se ha fijado entre unos 2,5 y algo
menos de 2 millones de años, coexistiendo con el Australopithecus y el siguiente eslabón,
el Horno Erectus.
Homo Habilis
HOMO ERECTUS (África, hace 1.800.000 años)
Dieta: omnívora; con tendencia al aumento del consumo de carne. De su industria lítica se
deduce una mejora en las técnicas de caza y recolección
Las herramientas del Erectus, cuya cultura denominamos Achelense, son mejores y más
útiles y de una técnica mucho más depurada que la de los Habilis, e igual podemos decir de
sus técnicas de caza, que debieron exigir una mayor capacidad de organización y
cooperación.
Dos peculiaridades culturales importantes del Homo Erectus son. Primero que
establecieron asentamientos permanentes (campamentos), lo que significa una compleja
vida social y, segundo, que en los últimos períodos y coincidiendo con una glaciación
consiguieron controlar el fuego. No obstante, es necesario hacer la advertencia de que dos
cosas muy diferentes son el uso y control del fuego, que debió ser muy antiguo, y el saber
producirlo y usarlo a voluntad, esto es, el descubrimiento del fuego, que es algo de
significado técnico y cultural muy superior.
Homo Erectus
Los primeros restos se encontraron en Neandertal (Alemania) a mediados del siglo XIX. En
el Neandertal llama la atención su enorme capacidad craneal, que en algunos individuos
supera los 1.600 centímetros cúbicos, mientras que el humano actual posee una media de
1.400. Un cerebro más grande no significa una mayor inteligencia. Su cerebro era por
término medio más voluminoso que el nuestro, pero esto no significa que su organización
interna y la especialización de sus áreas fuera equivalente, y que por tanto sus capacidades
cognitivas, de abstracción, perceptivas, de habla, etc. fueran las mismas.
En cuanto a su cultura, que denominarnos "Musteriense", nos muestra una rica variedad de
útiles muy perfeccionados respecto de los del Erectus y de uso más versátil, pero que
curiosamente también permanecieron inmutables casi a lo largo de toda su existencia; sólo
en los últimos tiempos de su existencia se observa un cierto progreso técnico, el cual pudo
estar motivado por las mayores dificultades que encontraban para sobrevivir, o por la
influencia de los Sapiens con lo que ya habían tenido sus primeros contactos.
Neandertal
Hace 40 mil años nuestra especie, el Homo Sapiens Sapiens, ya está plenamente formada.
Poseían todas las cualidades físicas y mentales que nos definen. Posesión del lenguaje,
memoria, tradición, desarrollado aprendizaje, avanzada organización social, consciencia de
la propia identidad y seguramente, digámoslo así, los atisbos de su propia posición en el
mundo, como podemos deducir de su producción estética. Con el Homo Sapiens ha
aparecido definitivamente el humano y la cultura.
La industria lítica del Sapiens es de una perfección admirable, hojas finas, largas y afiladas
como cuchillo, realizadas con gran maestría y precisión. Utilizan propulsores, arpones de
diferentes tipos, gran diversidad de puntas, etc. Inventan el vestido y la aguja de coser.
Utilizan el hueso y el marfil, sobre el que realizan tallas en muchos casos decorativas, con
gran sentido estético.
Homo Sapiens Sapiens