— Santiago nos invita a SER hacedores de la Palabra. Debemos de hacer de sus instrucciones nuestro estilo de vida. — ¿De qué me sirve saber que debo hacer el bien al que me aborrece, si no lo hago; o saber que debo dar al que me pide, si cuando me piden no doy? Lucas 6:27-38. LOS QUE OYEN Y NO HACEN. SANTIAGO 1:23-24 — El que tan solo oye la Palabra y se imagina que ya cumple los requisitos de un buen cristiano, tiene un cuadro distorsionado de sí mismo. — Los evangelios nos muestran dos ejemplos de personas que tenían un falso concepto de sí mismos: (a) El joven rico (Mateo 19:16-22): Creía que era un perfecto creyente. Pero cuando se le pidió avanzar un paso más, vaciló y erró. (b) Pedro (Mateo 26:33-35, 69-75): Creía que era capaz de seguir al Maestro hasta la muerte. Pocas horas después, demostró su debilidad. B ¿QUÉ HACER? LA RELIGIÓN PRÁCTICA MIRANDO LA LEY, HACER LA OBRA. SANTIAGO 1:25 — Cuando guardamos la ley escrita en nuestro corazón por amor a Aquel que nos salvó y por la gracia de su Espíritu, experimentamos la libertad de los hijos de Dios salvados por la gracia. DOMINAR LA LENGUA. SANTIAGO 1:26 — Nuestra religión debe notarse primeramente en nuestras palabras, y luego en nuestros actos. CUIDAR DE LOS DEMÁS. SANTIAGO 1:27 PP — Es la forma en que tratamos a los desechados y rechazados por el mundo, que nada nos pueden devolver, lo que revela quiénes son los verdaderos seguidores de Cristo. Mateo 25:40. GUARDARSE SIN MANCHA. SANTIAGO 1:27 — ¿Es necesario apartarse completamente del mundo para permanecer sin ninguna mancha moral? Juan 17:1. — El mal que vive en nosotros nos seguirá allá donde vayamos. — Solamente a través de la comunión con Cristo, siendo transformados a su semejanza, él nos da el poder para vivir «sin mancha».