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Universidad del Valle

Facultad de Ciencias de la Administración


Departamento de Contabilidad y Finanzas
Programa Académico de Contaduría Pública
Contabilidad y literatura
William Rojas Rojas
Estudiante Daniela Arango Zapata 1941856

En el presente informe se intentará identificar los puntos más relevantes en el fragmento


que se encuentra bajo el título de “Cómo se lo decimos a los niños” en el libro “Ensayos
sobre literatura” de Günter Grass.
Inicialmente, el autor expresa que los alemanes mantienen más que cualquier país un
sentimiento de vergüenza por los crímenes que su pueblo en cierto momento de la historia
cometió, refiriéndose a la Alemania Nazi, desde la cual, en la fecha en que se escribió el
libro, habían pasado 35 años; aclara también que diversos países como Rusia y Estados
Unidos no conservan tal sentimiento. Para el mundo y el propio pueblo alemán no hay nada
que los libre de aquel genocidio, el cual no pudieron explicar quienes lo vivieron ni mucho
menos los que vinieron después, el autor da cuenta de esta parte citando algunas preguntas
que sus hijos le hicieron en cierto momento sobre el nazismo y dejando claro que no sabía
cómo responderlas, mas lo intentaba basándose en temas ideológicos, religiosos y políticos
que al fin y al cabo no eran una respuesta.
A continuación el escritor dice que anotaba las preguntas de sus hijos y sus intentos de
respuestas, y posteriormente entre ellas y sus anotaciones sobre la campaña electoral
parlamentaria se constituyó un bosquejo para su obra llamada “Del diario de un caracol”, la
intención del libro era contar paralelamente a la situación política de su actualidad, los
asesinatos y torturas a judíos en su pueblo natal, Danzig, ya que todo lo ocurrido en otras
ciudades también tuvo lugar en Danzig, tal vez de forma tardía. A la vez el autor quería
mostrar otros factores, como el odio tras lo sucedido y la actitud pasiva de quienes lo
vivieron y que posteriormente entendieron la magnitud de lo sucedido; después, el autor
explica que su decisión de escribir el texto desde un lugar conocido para él, se relacionaba
con un intento fallido que había tenido lugar años atrás, completar el fragmento de “Der
Rabbi von Bacherach” de Heinrich Heine, un libro que tiene por extensión menos de 60
páginas y posee solo 2 capítulos, el cual, según él, despertó su ambición y añade, además,
que de no ser por tal intento no hubiese logrado adentrarse en la historia de los judíos en
Danzig como lo deseaba.
Buena parte del texto de Günter Grass está dedicada a la historia de Heinrich Heine durante
el proceso de escritura de “Der Rabbi von Bacherach”. Inicialmente, el autor menciona que
Heinrich Heine dedicó 15 años de su vida a la producción de la obra, que comenzó en 1824
en la biblioteca de Gotinga, donde el autor del Harzreise se empieza a interesar por la
historia del pueblo judío. Desde el inicio del libro, Heine relata algunas de las
persecuciones injustificadas a los judíos, y en específico menciona un engaño sobre los
judíos, citando: “...que en su fiesta de Pascua mataban a niños cristianos para utilizar su
sangre en la ceremonia religiosa de la noche", el cual será el argumento bajo el cual iniciará
el pogrom propiciado en la historia. Más adelante en el libro de Heinrich Heine le da
sentido a la cita mencionada entrando en la historia del rabino que se encontraba en la fiesta
de pascua de su comunidad cuando llegaron dos hombres supuestamente judíos y pidieron
unirse a la celebración; no pasa mucho tiempo hasta que el rabino descubre las verdaderas
intenciones de los señores, que dejan el cadáver de un niño bajo la mesa, que
posteriormente será excusa para el homicidio de los participantes de la fiesta, de la cual el
rabino se alcanza a fugar junto a su esposa e irse en un bote que se dirige a Francfort del
Meno. Tras un año de trabajar en el libro, Heine se bautiza en la iglesia protestante y se
dedica a dictar conferencias en Berlín, sin dejar de lado la escritura del Rabino, el cual para
1833 ya se componía por dos libros, que desgraciadamente, se quemaron junto a múltiples
de sus trabajos en un incendio en la casa de su madre, en Hamburgo; sin embargo,
quedaron algunos apuntes que servirán como base al autor para reanudar la escritura del
rabino; pero no hace mucho hasta llegar 1940, donde un suceso impactante de la misma
naturaleza del que narra Heine en su historia toma lugar en Damasco y devuelve su
atención al Rabino. Heine se refiere a lo sucedido a través de su trabajo periodístico y deja
clara su opinión de que no solo es una recaída de la sociedad sino que puede traer grandes
consecuencias. Dichos eventos llevaron al escritor a publicar lo que hoy se tiene de la obra
después de 15 años de trabajo.
A continuación, Günter Grass, ofrece un acercamiento a la opinión de los alemanes sobre
Heine, que no es precisamente positiva; en lo referente a sí mismo dice que el Rabino
significó para él dos momentos, la primera vez, un motivo de escándalo y después, algo que
debía afrontar, tal como lo intentó, queriendo partir desde un fragmento que se lo facilitaba
en el segundo capítulo. La idea de continuar el Rabino estuvo con el durante años, pero
finalmente, dice él, decidió que su obra no debía ser esa, sino otra, que incluyera en ella,
además la pregunta "¿Cómo se lo decimos a los niños?" Y también fuera en Danzig.
En la década de los 60s, Grass conoce a un judío de Danzig, quien le facilitó copias de un
manuscrito que daba cuenta de la persecusión a los judíos en Danzig y posteriormente se
citó con una maestra judía cuya escuela trabajó a pesar del miedo a los nazis desde 1935 a
1939 y cerró por falta de alumnos. Así fue como el autor recogió material para su libro.
Narra el autor, que a fines de los 60, Alemania tiene la oportunidad de cambiar de
gobernantes, y entre las opciones destaca a Kissinger que fue canciller durante el nazismo y
Willy Brandt, quien se quedó con el poder, menciona Grass que contribuyó a tal resultado
de las elecciones.
Vuelve la cuestión"Cómo se lo decimos a los niños" y el autor se ve a sí mismo como el
joven que tenía 17 cuando el nazismo estaba en funcionamiento, a saber, una persona que
mantenía su inocencia, al menos en teoría, pues a la pregunta "¿Y si hubiese sido mayor?"
La respuesta es compleja de brindar cuando ya se vivía en una Alemania antinazista.
Entre todas las preguntas y lo aprendido el autor encuentra un nombre a su libro, "Del
diario de un caracol" que narraría en simultáneo sobre los judíos en Danzig y la época
electoral que vivía. Con él quería enseñar y transmitir a los chicos la innegable relación
entre el pasado y el presente en un contexto como el de Alemania. El autor cierra diciendo
que para cuando su libro estuvo terminado, sus chicos ya no querían leerlo, pues eran para
ellos, historias pasadas.
Otro tema al cuál el autor le dedica un par de páginas es al acceso a la historia a través de la
televisión, que impacta a las personas, como si no hubiesen existido durante tantos años
miles de escritos referentes al mismo fenómeno; ahora, la pregunta cómo se lo decimos a
los niños solo se responde desde el televisor.
Para finalizar el texto, el autor deja saber al lector que es preciso que todo aquel
participante o no participante de las acciones del nazismo, aunque no haya hecho nada ni a
favor ni en contra, mientras lo haya vivido, tiene cierto grado de culpabilidad; destacando
entre esos "no participantes" a las iglesias cristiana y católica que no tomaron parte
mientras se llevaba a cabo el asesinato de miles de judíos.

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