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Historia del mundo actual - UNED

TEMA 5- LAS GUERRAS DEL 11-S


1. Al Qaeda y los atentados del 11-S.

Como respuesta al atentado de las Torres Gemelas, el presidente George Bush


anunció una “guerra contra el Terror” de ámbito global e intervino militarmente para
provocar la caída de los talibanes en Afganistán en 2001 y la de Saddam Hussein en
2003. Ambas intervenciones tuvieron un rápido éxito, pero no condujeron a la
estabilización de ambos países, sino que representaron el inicio de largas y costosas
guerras de contrainsurgencia.

Con “las guerras del 11S” hablamos del conjunto de atentados y conflictos
estrechamente relacionados que dominaron la actualidad mundial durante la primera
década del siglo XXI. Choque de civilizaciones entre Occidente y el Islam, pero esta
definición no es del todo correcta porque buena parte del terrorismo yihadí han sido
musulmanes.

1.1. Islamismo y yihadismo.

El Islam es una de las grandes religiones de la humanidad y se halla dividida en dos


ramas: la sunní (más extendida por el mundo) y la chií (mayoritaria en Irán). El
islamismo es una corriente dentro del Islam que pretende la reimposición de las
antiguas costumbres musulmanas y la subordinación de toda la acción del Estado a la
sharía (ley islámica). La corriente más extrema del islamismo sunní es el safismo.
Salafismo yihadí: se basa en la pretensión de promover la causa en árabe del Islam a
través de la yihad, entendida como guerra santa.

El país en que cobró fuerza por primera vez la nueva corriente fue Egipto, donde
surgió de la radicalización de un sector de los Hermanos Musulmanes, en el contexto de
un régimen autoritario que los reprimía. En Argelia fue donde mayor gravedad alcanzó
la violencia yihadí.

1.2. Orígenes de Al Qaeda.

Al Qaeda fue fundada en 1988 en Pakistán por un grupo de árabes que habían
participado en la guerra contra los soviéticos. El propósito era impulsar la yihad en el
conjunto del mundo islámico. Su jefe era Osama Bin Laden, miembro de una rica
familia empresarial saudí, que había jugado un papel relevante en el suministro de
fondos a la guerrilla afgana y había combatido personalmente.

Acabada la guerra de Irak, Bid Laden vuelve a su país, donde no tardó en criticar el
régimen saudí. Es expulsado por las pretensiones de Egipto, Arabia Saudí y Estados
Unidos, que los consideraban promotores del terrorismo. Bid Laden se traslada entonces

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a Afganistán, donde establece buenas relaciones con los talibanes y le permitieron


establecer campos de entrenamiento militar. Dos años después Al Qaeda realiza sus
primeros ataques contra EEUU, mediante atentados suicidas contra embajadas
norteamericanas en Kenia y Tanzania, en los que murieron más de 200 personas, la
mayoría africanas.

1.3. Los atentados del 11-S.

El 11 de Septiembre de 2001, 19 miembros de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones


que acababan de despegar en la costa Este de los Estados Unidos. Dos de ellos
impactaron contra las Torres Gemelas, en pleno centro financiero de Nueva York, y otro
contra el edificio del Pentágono, en Washington, mientras que en el cuarto los pasajeros
se enfrentaron con los secuestradores y como resultado se estrelló en campo abierto.
Casi tres mil personas murieron en aquellos atentados, en su mayoría cuando las Torres
Gemelas se hundieron. No se tardó mucho en identificar a los terroristas suicidas que
los habían cometido, ni en establecer su relación con Al Qaeda. Los principales
miembros del comando eran ciudadanos árabes que una vez formulado el plan de los
atentados se habían formado como pilotos en Estados Unidos.

Al Qaeda pretendía que los Estados Unidos se retiraran del escenario medio-
continental, lo que habría dejado sin apoyo exterior a los regímenes de la zona,
facilitando su derrocamiento y el restablecimiento del califato, la forma de gobierno
establecida por los primeros sucesores de Mahoma.

2. La guerra en Afganistán.

En 1978 los comunistas se hacen con el poder mediante un golpe de Estado, y


tuvieron que hacer frente a una insurrección islamista. La violencia de la insurrección
indujo a la URSS a intervenir con fuerzas armadas, para evitar la caída de un régimen
aliado e impedir un triunfo islamista que podía contagiar a las repúblicas soviéticas de
población musulmana vecinas a Afganistán.

2.1. De la guerra afgano-soviética al régimen talibán.

Durante 10 años las tropas soviéticas estuvieron implicadas en una dura guerra
contra guerrilleros islamistas, que recibieron el apoyo de Pakistán, Arabia Saudí y
Estados Unidos. Los soviéticos efectuaron una masiva intervención, que les permitió
controlar las ciudades, pero no las áreas rurales en las que las tropas soviéticas se
limitaban a operaciones de castigo, con desastrosas consecuencias para la población
civil. Millones de afganos se refugiaron en Pakistán. En 1989 Gorbachov retiró sus
tropas. Tres años después los muyahidies se hacen con el poder.

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Los enfrentamientos entre las distintas milicias de los muyahidines, incapaces de


alcanzar un acuerdo que hiciera posible un gobierno estable, se prolongaron hasta 1996,
cuando los talibanes establecieron el Emirato Islámico. Su ideología se basaba en la
pretensión de restablecer las viejas costumbres que identificaran con la religión
islámica, incluida la completa segregación de la mujer. Tras su triunfo las afganas se
vieron recluidas en sus hogares, de los que sólo podían salir acompañadas de un
pariente masculino y cubiertas de la cabeza a los pies por el burka, que ocultaba por
completo su rostro, e imposibilitadas de educarse o ejercer una profesión. Bajo la
protección de los talibanes se establecieron en su terriotrio campos de entrenamiento de
distintos grupos de yihadíes, como Al Qaeda.

2.2. Tras el 11-S: la respuesta de Estados Unidos y la caída de los talibanes.

El Consejo de Seguridad opta en 1999, tras los atentados de Kenia y Tanzania,


por exigir al régimen talibán que dejara de tolerar campos de entrenamiento y entregara
a Bid Laden para ser juzgado, y le imponía sanciones económicas en tanto que no lo
hiciera. El 12 de septiembre de 2001 adoptó también por unanimidad otra resolución
que condenaba los atentados, exhortaba a todos los países a colaborar para que sus
responsables y quienes les protegieran fueran castigados y recordaba el derecho a la
defensa individual y colectiva establecido en la carta de Naciones Unidas. El 7 de
octubre EEUU y Gran Bretaña iniciaron ataques aéreos en Afganistán.
Bush quiso reducir al máximo la presencia de tropas de tierra en territorio afgano
y pretendió que fueran insurrecciones de otras étnicas musulmanas las que derribaran a
los talibanes. Bid Laden escapa. Se establece una fuerza internacional para asegurar el
orden, en la que participarían fuerzas de numerosos países, en su mayoría de la OTAN,
entre ellos España.

2.3. La insurgencia afgana.

Se apoyó en la hostilidad que genera la presencia de unas tropas extranjeras que


culturalmente tienen muy poco de ver con la población local. La insurgencia se basó en
los pastunes, etnia mayoritaria. Su base de reclutamiento eran los refugiados en Pakistán
y los jóvenes de las aldeas afganas. La producción ilegal del opio, en fuerte expansión,
proporcionaba recursos económicos, a través de una tasa que cobraban a los
cultivadores, y a la vez contribuía a la corrupción de miembros de la administración
afgana, incluidos jefes locales de policía.
Ante la insurgencia talibán incrementan la presencia de tropas de la coalición
internacional Además, las exacciones de los jefes talibanes locales generaban también
resentimiento en la población (cierre de escuelas de niñas, asesinatos de funcionarios
locales).

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2.4. Hacia la retirada de Afganistán.

A partir de 2008 la opinión pública norteamericana era cada vez menos


favorable a la prolongación de un esfuerzo bélico al que no se veía fin. Los ambiciosos
planes de modernizar Afganistán que habían surgido fueron abandonados a favor de una
política encaminada sobre todo a estabilizar la situación para hacer posible una pronta
retirada.
La nueva estrategia de contrainsurgencia aplicada en Afganistán implicaba un
avance en tres sectores: el desarrollo de fuerzas del gobierno afgano, la mejora de la
calidad de su administración, minada por un elevado grado de corrupción, y la
reducción de las víctimas civiles de los combates. Los talibanes basan su estrategia en el
cálculo de que lo fundamental es resistir hasta que se produzca la inevitable retirada de
las tropas extranjeras, por lo que rehúyen dar batalla frente a los despliegues de tropas
enemigas, mientras que mantienen su control en áreas rurales. Para ello recurren a
medidas drásticas como asesinatos y ejecuciones públicas. Es difícil prever la dirección
que tomará el conflicto tras la retirada de las fuerzas internacionales.

3. La guerra en Irak.

En 1979, año en que la URSS invadió Afganistán, triunfó en Irán la primera


revolución islamista, mientras que en su vecino Irak accedió a la presidencia Saddam
Hussein.
3.1. Saddam Hussein y las guerras del Golfo.

El régimen islamista chií de Irán se caracterizó por el autoritarismo, la


imposición de las costumbres islámicas tradicionales y el antioccidentalismo, lo que
provocó conflictos internos. Eso hizo suponer a Saddam Hussein que las circunstancias
eran favorables para atacar Irán, cuya influencia entre los chiíes de Irak, hacía que Irak
temiera que le arrebatasen una región fronteriza de lengua árabe y rica en petróleo. Este
fue el origen de la primera guerra del Golfo, 1980-1988, que concluyó sin vencedor y
causó más muertes directas que ninguna otra guerra desde la de Vietnam. Irak utilizó en
el conflicto armas químicas, violando el protocolo de Ginebra que causaron la muerte de
miles de soldados iraníes, y también las utilizó en un ataque aéreo, en el que murieron
miles de civiles.
Durante la guerra Irak tuvo apoyo diplomático y financiero de Estados Unidos,
Arabia Saudí y otras monarquías. La explotación del campo petrolífero situado en la
frontera de los dos países era otro foco de tensión. Así es que en la suposición de que
Estados Unidos no respondería por la fuerza a una violación de las fronteras en una
región crucial por su riqueza en petróleo, invadió Kuwait y lo anexionó como provincia
irakí. Origen de la segunda guerra del Golfo, en la que Irak se enfrentó a una
coalición internacional liderada por Estados Unidos. Fue la primera gran crisis
internacional después de la Guerra Fría. Bush reaccionó con energía y habilidad,
logrando un gran respaldo internacional a la decisión de forzar la retirada iraquí. Arabia
Saudí, que se sentía amenazada por Saddam Hussein, autorizó el despliegue en su suelo

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de fuerzas de Estados Unidos, que liberaron Kuwait. Ello no condujo sin embargo a la
caída de Hussein.

3.2. La invasión de Irák.

Bush decide invadir Irak en 2003, porque el régimen de Saddam Hussein


representaba una amenaza, porque seguía poseyendo armas químicas y biológicas y
mantenía un programa encaminado a dotarse de armas nucleares. No era tan grave, pero
no querían volver a correr un riesgo como el del 11-S. Además, había otros motivos,
como el deseo norteamericano de controlar una región de una importancia económica
crucial por su riqueza petrolífera, la necesidad de Estados Unidos de hacer valer su
autoridad en la región, derrocar el desacreditado régimen de Saddam Hussein.
La derrota de Saddam Hussein fue fácil, pero lo que no se previó fue el posterior
desarrollo de la contienda. Los neoconservadores (con mucha influencia en Bush)
defendían que para garantizar la seguridad de Estados Unidos y la paz global era
necesario promover la difusión de los valores norteamericanos de democracia y libertad,
y en caso necesario recurrir a la fuerza para derrotar a quienes la amenazaban, como era
el caso de los regímenes que Bush denominó “eje del mal”: Irak, Irán y Corea del Norte.
La convicción era que liberados de regímenes opresivos, los ciudadanos asumirían los
valores democráticos, como había pasado en Alemania y Japón. También pudo influir
que Bush quisiera tener más éxito que su padre, que no había logrado derrotar a
Hussein.
Los argumentos de Estados Unidos no convencieron a la comunidad mundial.
No faltó el apoyo de Gran Bretaña (Tony Blair), pero China, Rusia y Francia se
oponían, así es que Bush actuó al margen de la ONU.
Fue necesario un importante despliegue de fuerzas terrestres para derrocar a
Hussein, que fue derrocado rápidamente, pero movimientos insurgentes prolongaron el
conflicto durante años y causaron considerables bajas a las fuerzas norteamericanas.

3.3. La insurgencia.

El Consejo de Seguridad reconoció a EEUU y Gran Bretaña como potencias


ocupantes de Irak, e instaba a la creación de un gobierno representativo del pueblo
iraquí. Murieron 165 norteamericanos y británicos, y entre 10.000 y 20.000 iraquíes. La
decisión de disolver las fuerzas armadas iraquíes y de dejar sin empleo a cientos de
miles de soldados, policías y funcionarios civiles fue la más grave, porque condujo al
país al desorden y contribuyó a que muchos hombres acostumbrados al manejo de
armas se sumaran a la insurgencia. El retraso en la formación de un gobierno autóctono
y en la celebración de elecciones convenció además a muchos iraquíes de que la
ocupación iba a prolongarse.
En 2005 hubo elecciones y ratificaron una nueva Constitución, pero el país
estaba sumido en un grave conflicto armado con diversas facciones insurgentes
enfrentadas a las fueras de coalición. Los kurdos se beneficiaron de la intervención, los
sunnís eran los grandes perdedores, porque los chiís eran más numerosos y en el
contexto democrático llevaban ventaja.
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La insurgencia surgió en tierras sunníes. Motivos: auge del islamismo,


hostilidad a la presencia de extranjeros, comportamiento de las tropas ocupantes. La
insurgencia carecía de una dirección única, de una organización coherente y de una
ideología común. No trataban de conquistar territorios, lanzaban ataques sorpresa o
atentados. En Abril 2004 hubo una auténtica batalla, cuando tropas americanas trataron
de hacerse con el control efectivo de uno de los principales focos de la insurgencia, sin
conseguirlo. Las acciones insurgentes eran vistas con simpatía por la opinión pública de
los países árabes, y la imagen de Estados Unidos se deterioró más cuando se publicaron
fotografías que mostraban a presos iraquíes en prisión, sometidos a humillaciones y
malos tratos por soldados americanos.
La situación empeoró cuando en el verano 2004 surgió una insurgencia chií,
encabezada por Muqta Al Sadr. Combates con las fuerzas de la colición. Al Sadr deja
las armas y se integra en una coalición, que gana las elecciones, logrando el control de
las instituciones. Le ayudan voluntarios de otros países musulmanes. Al Qaeda, con Vid
Laden, empieza ataques a la población chií, entre ellos vuelan la cúpula de una de las
mezquitas chií más reverenciadas. Tales ataques dieron lugar a una feroz sucesión de
asesinatos y represalias entre suníes y chiíes.

3.4. El despertar, la oleada y la retirada.


La violencia en Irak alcanzó sus máximas cotas en 2006, cuando murieron casi
30.000 civiles. La situación comenzó a mejorar a partir de 2007, debido a la confluencia
de tres factores: el movimiento Despertar sunní, que representó la movilización contra
Al Qaeda de poblaciones que hasta entonces habían apoyado la insurgencia; la nueva
estrategia americana que acompañó a la oleada de nuevas tropas; y el declive de la
violencia chií.
Al Qaeda terminó por resultar odiosa a la mayoría de la población en las mismas
provincias suníes que más habían apoyado la insurgencia. La pérdida del apoyo popular
condujo a que tratara de imponerse con una violencia extrema, con ejecuciones públicas
de una crueldad insólita. Los nacionalistas insurgentes ahora aceptaban la cooperación
de Estados Unidos para librarse de los extremistas extranjeros. La estrategia americana
cambió, priorizando el despliegue de tropas entre la población civil para ofrecerle
protección y ganarse su confianza. Envían más tropas, y mantienen operaciones de
eliminación de los militares más peligrosos. En verano 2007 Al Sadr decretó un alto el
fuego unilateral y se exilió en Irán.
El gobierno de Bush no había logrado su sueño de una victoria fácil que habría
convertido a Irak en una democracia estable firmemente aliada a los Estados Unidos,
pero al menos pudo retirarse sin que sus enemigos se hicieran con el país, como había
ocurrido en Vietnam y le ocurrió a la URSS en Afganistán. En 2011 (con Obama) se
retiraron las últimas tropas americanas. El Irak que dejaban era un país profundamente
dividido en tres comunidades, muy marcado por el islamismo, en el que continúan
produciéndose muchos atentados y el funcionamiento de las instituciones democráticas
es precario, pero que ha superado el periodo crítico de máxima violencia.

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