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¿Qué es el decrecimiento?
De un lema activista a un movimiento social

FEDERICO DEMARIA*

FRANCISCO SCHNEIDER

FILKA SEKULOVA

JOAN MARTINEZ­ALIER

Research & Degrowth (R&D) and Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA)

Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)


Edifici C Campus de la UAB
08193 Bellaterra (Cerdanyola del Vallès), Barcelona, Spain * Corresponding

author. federico.demaria@uab.cat; fede@degrowth.net

ABSTRACTO

Decrecimiento es la traducción literal de "décroissance", una palabra francesa que significa reducción.
Lanzada por activistas en 2001 como un desafío al crecimiento, se convirtió en una palabra misil que
desencadena un polémico debate sobre el diagnóstico y pronóstico de nuestra sociedad. El
"decrecimiento" se convirtió en un marco interpretativo para un nuevo (y viejo) movimiento social
donde convergen numerosas corrientes de ideas críticas y acciones políticas. Es un intento de
repolitizar los debates sobre los futuros socioambientales deseados y un ejemplo de una ciencia
liderada por activistas que ahora se consolida como un concepto en la literatura académica. Este
artículo analiza la definición, orígenes, evolución, prácticas y construcción del decrecimiento. El
objetivo principal es explicar las múltiples fuentes y estrategias del decrecimiento para mejorar su
definición básica y evitar críticas y conceptos erróneos reduccionistas. Para ello, el artículo presenta
las principales fuentes intelectuales del decrecimiento, así como sus diversas estrategias (activismo
oposicionista, construcción de alternativas y propuestas políticas) y actores (practicantes, activistas
y científicos). Finalmente, el artículo sostiene que la diversidad del movimiento no resta valor a la
existencia de un camino común.

PALABRAS CLAVE

Decrecimiento, movimientos sociales, ciencia liderada por activistas, estrategias políticas, límites al
crecimiento, poscrecimiento

Valores ambientales 22 (2013): 191–215


© 2013 La prensa del Caballo Blanco. doi: 10.3197/096327113X13581561725194
Presentado el 3 de agosto de 2012, aceptado el 29 de noviembre de 2012
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I. INTRODUCCIÓN

El decrecimiento ('décroissance' en francés) se lanzó a principios del siglo XXI como un


proyecto de reducción social voluntaria de la producción y el consumo destinado a la
sostenibilidad social y ecológica. Rápidamente se convirtió en un eslogan contra el
crecimiento económico (Bernard et al., 2003) y se convirtió en un movimiento social. El
término en inglés también ha entrado en revistas académicas (Fournier, 2008; Martinez­Alier
et al., 2010; Victor, 2010; Schneider et al., 2011) y al menos cinco Special Issues o Secciones
Especiales se han dedicado al tema a lo largo de los últimos cuatro años (Kallis et al. 2010;
Cattaneo et al 2012; Saed 2012; Sekulova et al 2013; Kallis et al. 2012). El decrecimiento
también ha sido citado y analizado por políticos franceses e italianos y por muchos periódicos
de renombre,1 entre ellos Le Monde,
2
El mundo diplomático, 3 El País, The
Wall Street Journal4 y Financial Times.5 Durante su corta vida, el decrecimiento ha estado
sujeto a interpretaciones divergentes y a menudo reduccionistas. Este artículo tiene como
objetivo mejorar la definición básica de decrecimiento y al mismo tiempo aclarar posibles
conceptos erróneos sobre el término. Con este fin, proporcionamos una breve historia del
decrecimiento y una descripción integral de sus fuentes y estrategias, al mismo tiempo que
enfatizamos su relevancia como movimiento social.
A diferencia del desarrollo sostenible, que es un concepto basado en un falso consenso
(Hornborg 2009), el decrecimiento no aspira a ser adoptado como un objetivo común por las
Naciones Unidas, la OCDE o la Comisión Europea. La idea de 'decrecimiento socialmente
sostenible' (Schneider et al. 2010), o simplemente de crecimiento, nació como una propuesta
de cambio radical. El contexto contemporáneo del capitalismo neoliberal aparece como una
condición pospolítica, es decir, una formación política que excluye lo político e impide la
politización de demandas particulares (Swyngedouw 2007). En este contexto, el decrecimiento
es un intento de repolitizar el debate sobre la tan necesaria transformación socioecológica,
afirmando la disidencia con las representaciones mundiales actuales y buscando otras
alternativas. En este sentido, el decrecimiento es una crítica a la actual hegemonía del
desarrollo (Rist 2008). Las primeras críticas a la noción occidental de desarrollo (desarrollo
uniforme universal) comenzaron con escritores como Arturo Escobar y Wolfgang Sachs,
entre algunos otros,

1. En un recuento breve, Le Monde publicó 18, El País 5 y La Repubblica 7 artículos sobre la


Movimiento de decrecimiento en 2011.
2. Yves Cochet, político y ex ministro francés, defiende abiertamente el decrecimiento económico; Mientras
tanto, Sarkozy habló públicamente "a favor de la energía nuclear y contra el decrecimiento" (a favor de
la energía nuclear y contra el decrecimiento) en abril de 2011 (Le Monde, 07/04/11).
3. Dupin, Eric (20/08/2009). Decrecimiento, una idea que continúa durante la recesión. EL
Mundo diplomático, págs. 20­21.
4. Asadourian, Erik. (06/12/2012). Cómo reducir la economía francesa. El Wall Street
Diario.
5. Caldwell, Cristóbal. (15/10/2011). Décroissance: cómo los franceses contrarrestan el capitalismo.
Tiempos financieros.

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

en los años 1980. El decrecimiento también desafía las ideas de "crecimiento verde" o
"economía verde" y la creencia asociada en el crecimiento económico como un camino
deseable en las agendas políticas.
El decrecimiento confronta paradigmas dominantes en las ciencias sociales, como la
economía neoclásica y también la economía keynesiana, pero no es un paradigma en el
sentido de "logros científicos universalmente reconocidos que, por un tiempo, proporcionan
problemas y soluciones modelo para una comunidad de investigadores" ( Kuhn 1962: x). En
economía, está surgiendo una nueva macroeconomía ecológica sin crecimiento (Victor 2008;
Jackson 2011), basada en la "economía de estado estacionario" de Herman Daly (Kerschner
2010), que podría evolucionar hacia un nuevo paradigma en economía. Sin embargo, todavía
queda un largo camino por recorrer.
Algunas personas se refieren al decrecimiento como una ideología, es decir, un "sistema
de ideas y valores". Esta posición sigue siendo demasiado simplista, o al menos prematura,
para explicar su heterogeneidad de fuentes y estrategias. El decrecimiento no es sólo un
concepto económico. Mostraremos que es un marco constituido por una gran variedad de
preocupaciones, objetivos, estrategias y acciones. Como resultado, el decrecimiento se ha
convertido ahora en un punto de confluencia donde convergen corrientes de ideas críticas y acciones políticas.
El resto del artículo está organizado de la siguiente manera: la sección II aborda la
relevancia de la teoría de los movimientos sociales para el decrecimiento; La Sección III
presenta brevemente su historia; Las secciones IV, V y VI presentan y analizan las diferentes
'escuelas de pensamiento' y estrategias asociadas con el decrecimiento; y la Sección VII
concluye con un intento de proporcionar una definición integral de lo que se entiende por
decrecimiento.
La información primaria para este artículo se recopiló a través de la "observación
participante", la "participación observadora" (Cattaneo 2006; D'Alisa et al. 2010)6 o mediante
"participantes observadores" (Brown 2007). Los autores, en particular Francois Schneider, han
estado involucrados con el movimiento de decrecimiento desde sus inicios. En 2004, Schneider
inició una gira por Francia con un burro durante más de un año, difundiendo la propuesta del
decrecimiento. Muchas de las ideas presentadas en este artículo surgen de ese recorrido y de
charlas públicas, que podrían verse como una forma original de hacer trabajo de campo y
difusión al mismo tiempo.
En términos más generales, la participación de los autores garantiza un punto de vista interno
y acceso a una gran cantidad de conocimientos y documentos informales recopilados desde el
año 2000 y no siempre publicados en revistas científicas.7

6. Este método enfatiza el papel participativo del observador y el hecho de que las observaciones
resultantes surgen de la capacidad reflexiva del participante. En este sentido, la motivación del
participante es el activismo y el resultado académico es un subproducto de este activismo.
7. Los autores son actualmente miembros de 'Research & Degrowth', una asociación dedicada a la
investigación, la formación, la sensibilización y la organización de eventos. En particular, la I+D
promueve las Conferencias Internacionales sobre el Decrecimiento (París 2008, Barcelona
2010, Montreal y Venecia 2012). www.decrecimiento.org

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II. MARCO TEÓRICO: TEORÍA DEL MOVIMIENTO SOCIAL

El decrecimiento ha evolucionado hasta convertirse en un marco interpretativo para un movimiento


social, entendido como el mecanismo a través del cual los actores participan en una acción colectiva
(Della Porta y Diani 2006). Por ejemplo, los activistas antiautomóviles y antipublicidad, los
defensores de los derechos de los ciclistas y peatones, los partidarios de la agricultura orgánica,
los críticos de la expansión urbana y los promotores de la energía solar y las monedas locales han
comenzado a ver el decrecimiento como un marco representativo común apropiado para su mundo.
vista.
Goffman (1974) estudia los movimientos sociales utilizando el concepto de marcos.
Estos permiten a los individuos localizar, percibir, identificar y etiquetar los eventos que
experimentan (Snow et al. 1986). Los marcos interpretativos generalizan un determinado problema
o experiencia de vida y producen nuevas definiciones, demostrando sus vínculos y relevancia con
procesos, eventos y condiciones más amplios de otros grupos sociales.
El proceso de formulación es, de hecho, de politización, compuesto por dos dimensiones principales:
diagnóstico y pronóstico (Della Porta y Diani 2006).
El diagnóstico moviliza múltiples fuentes (o corrientes de pensamiento) a través del espacio y
el tiempo, y el pronóstico involucra múltiples estrategias y actores.
Estos procesos se describen en detalle a continuación. El diagnóstico consiste en identificar las
causas de un problema social. El decrecimiento como marco interpretativo diagnostica que
fenómenos sociales dispares como las crisis social y ambiental están relacionados con el
crecimiento económico. Los actores del decrecimiento son, por tanto, "agentes significativos"
comprometidos en la producción de significados alternativos y polémicos que difieren de los
defendidos por la corriente principal (es decir, los medios de comunicación, la mayoría de los
políticos, los profesores de economía, los expertos financieros y los directores ejecutivos de la industria).
Los actores pro­crecimiento, por ejemplo, ven el crecimiento económico como el mejor camino
para enfrentar la crisis económica actual y pagar las deudas, mientras que los actores del
decrecimiento consideran que el sistema económico basado en el crecimiento (impulsado por la
deuda) es el problema central. Las fuentes a partir de las cuales el decrecimiento construye su
diagnóstico se presentan en la Sección IV. Es la complementariedad entre diferentes preocupaciones
lo que realmente motiva el decrecimiento.
El pronóstico, generalmente caracterizado por una fuerte dimensión utópica, busca soluciones
y plantea hipótesis sobre nuevos patrones sociales. Más allá de los objetivos prácticos, este
proceso abre nuevos espacios y perspectivas de acción. Las estrategias asociadas con el pronóstico
tienden a ser múltiples. En términos de enfoques, estos pueden ser construcción de alternativas,
oposición e investigación8 y, en relación con el capitalismo, pueden ser “anticapitalistas”,
“poscapitalistas” y “a pesar del capitalismo” (Chatterton y Pickerell 2010). Sostenemos que estos
pueden combinarse, como se explica en la Sección V.

8. Anheier et al. 2001 se refiere a los enfoques existentes como rechazadores, alternativos y reformistas.

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III. UNA BREVE HISTORIA DEL TERM9

Algunas de las ideas detrás del decrecimiento han sido parte de debates filosóficos durante
siglos. La palabra 'Décroissance' (decrecimiento en francés) apareció posiblemente por
primera vez en 197210 como descripción de un camino social, y fue mencionada varias
veces (Amar 1973; Gorz 1977; Georgescu­Roegen 1979) en la continuación de el informe
Meadows al Club de Roma, "Los límites del crecimiento". En 1982 se organizó en Montreal
una conferencia con el título Les en jeux de la décroissance (Los desafíos del decrecimiento),
pero la palabra se utilizó como sinónimo de recesión económica (ACSALF, 1983).
Décroissance se convirtió en un eslogan activista en Francia en 2001, Italia en 2004 (como
'Decrescita') y Cataluña y España en 2006 (como 'Decreixement' y 'Decrecimiento').

El décroissance, como movimiento social, sólo comenzó en Lyon (Francia) a raíz de las
protestas por las ciudades sin coches, las comidas en las calles, las cooperativas alimentarias
y la lucha contra la publicidad (journal Casseurs de pub) . A principios de 2002 apareció un
número especial de la revista Silence , editado por Vincent Cheynet y Bruno Clémentin. Ese
mismo año tuvo lugar en París, en la UNESCO, la conferencia Défaire le développement,
refaire le monde (Deshacer el desarrollo, rehacer el mundo) con 800 participantes. En 2004,
el decrecimiento entró en un debate público más amplio con la revista mensual sobre
decrecimiento La Décroissance, le journal de la joie de vivre, que hoy vende alrededor de
30.000 ejemplares.
El término inglés "degrowth" se introdujo "oficialmente" en la primera conferencia sobre
Degrowth en París en 2008, que también marcó el nacimiento del decrecimiento como área
de investigación internacional.
Tras las conferencias sobre el decrecimiento de París, Barcelona, Montreal y Venecia
entre 2008 y 2012, el movimiento se ha extendido aún más a grupos y actividades en Bélgica,
Suiza, Finlandia, Polonia, Grecia, Alemania, Portugal, Noruega, Dinamarca, República
Checa, México, Brasil, Puerto Rico, Canadá y otros países.11

IV. FUENTES DE DECRECIMIENTO

El decrecimiento es rico en significados y no abarca una sola corriente filosófica. Sus


practicantes no admiran ningún libro ni ningún autor. Su columna vertebral temática deriva
de algunas corrientes de pensamiento ecológico y social.

9. Puede encontrarse una historia más general del decrecimiento como movimiento social en http://degrowth.
org/breve­historia
10. 'El equilibrio global, para el cual la ausencia de crecimiento ­o incluso el decrecimiento­ de la producción
material es una condición necesaria, ¿es compatible con la supervivencia del sistema (capitalista)?' METRO.
Bosquet (André Gorz), Nouvel Observateur, París, 397, 19 de junio de 1972, p. IV. Actas de un debate
público organizado en París por el Club du Nouvel Observateur.
11. Más de cincuenta grupos de muchos países organizaron un Pic­Nic por el Decrecimiento en 2010 y
2011.

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La identificación de las corrientes de decrecimiento fue desarrollada por primera vez por Flipo (2007).
Siguiéndolo, nos referimos a las corrientes como “fuentes” de decrecimiento. El decrecimiento se
sitúa en la unión de varias fuentes o corrientes de pensamiento que se cruzan entre sí sin competir
(Bayon et al. 2010). Las fuentes reúnen metodologías y valores y constituyen pistas para interpretar
el decrecimiento. A continuación identificamos seis fuentes (añadiendo la 'justicia' a las cinco
propuestas por Fabrice Flipo). La atribución de autores a una fuente concreta es un tanto artificial, ya
que ningún autor está relacionado con una sola. Se puede encontrar una descripción más detallada
de las primeras cinco fuentes de decrecimiento en Flipo (2007) y Bayon et al. (2010).

Ecología

En primer lugar, esta fuente implica percibir que los ecosistemas tienen valor en sí mismos y no sólo
como proveedores de recursos o servicios ambientales útiles.
En segundo lugar, subraya la competencia entre los ecosistemas y los sistemas de producción y
consumo industriales. Aún no se ha observado una desvinculación absoluta entre la expansión
industrial y la destrucción ecológica y es muy poco probable que se produzca. Por lo tanto, el
decrecimiento es un camino posible para preservar los ecosistemas mediante la reducción de la
presión humana sobre los ecosistemas y la naturaleza, y un desafío a la idea de que es posible
desacoplar los impactos ecológicos del crecimiento económico. El decrecimiento conduce al enfoque
de res communis (Bayon et al. 2010), que sugiere que los bienes ambientales comúnmente se cuidan
y comparten de modo que se evita la apropiación por parte de un solo individuo (en contraposición a
un enfoque de res nullius donde los recursos no pertenecen a nadie y pueden ser destruido y robado
libremente). Desde el punto de vista estratégico, la res communis implica una integración de los
humanos en la naturaleza, mientras que los 'derechos de la naturaleza' podrían ser una estrategia
de retaguardia para preservar lo que queda, creando áreas para la regeneración de los ecosistemas.

Críticas al desarrollo y elogios al antiutilitarismo

Esta fuente de decrecimiento deriva de la antropología. Los autores de esta corriente perciben el
decrecimiento como una “palabra misil”, que derriba el imaginario hegemónico tanto del desarrollo
como del utilitarismo. Latouche ha sido un autor importante en esta corriente de pensamiento. Los
críticos del desarrollo de las décadas de 1970 y 1980 incluyen a Arturo Escobar, Gilbert Rist, Helena
Norberg­Hodge, Majid Rahnema, Wolfgang Sachs, Ashish Nandy, Shiv Visvanathan, Gustavo Esteva
(Sachs 1992), François Partant, Bernard Charbonneau e Ivan Illich. La esencia de esta fuente es la
crítica a la uniformización de las culturas debido a la adopción generalizada de tecnologías y
modelos de consumo y producción particulares experimentados en el Norte global. Como lo expresa
Latouche (2009), el modelo de desarrollo occidental es una construcción mental adoptada por el
resto del mundo. El decrecimiento considera el "desarrollo sostenible" como un oxímoron y pide

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por desenredarse del imaginario social que implica y, más allá de esto, critica la noción misma
de "desarrollo".
La otra cara de esta corriente en el movimiento decrecimiento es la crítica del homo
economicus, contra la maximización de la utilidad como fuerza impulsora última del
comportamiento humano. Esta crítica se inspiró en Marcel Mauss en la década de 1920 (Mauss
2007[1924]), y en Serge Latouche, Alain Caillé y otros miembros del MAUSS (Mouvement Anti­
Utilitariste dans les Sciences Sociales) (Caillé 1989). Otros autores citados a menudo son el
historiador social y económico Karl Polanyi (1944) y el antropólogo Marshall Sahlins (1972).

La concepción de los seres humanos como agentes económicos impulsados por el interés
propio y la maximización de la utilidad es una representación del mundo, o una construcción
social histórica que ha sido meticulosamente anidada en las mentes de muchas generaciones
de estudiantes de economía. El decrecimiento en ese sentido exige visiones más amplias que
den importancia a las relaciones económicas basadas en el compartir, el don y la reciprocidad,
donde las relaciones sociales y la convivencia sean centrales. La atención se centra aquí en el
cambio en la estructura de valores y el cambio en las instituciones que los articulan. El
decrecimiento es, por tanto, una forma de presentar un nuevo imaginario que implica un cambio
de cultura y un redescubrimiento de la identidad humana desvinculada de las representaciones
económicas (Bayon et al. 2010).

Sentido de la vida y bienestar.

La esencia de esta fuente es la necesidad emergente de darle más significado a la vida (y a la


vida) en las sociedades modernas. Es una crítica a los estilos de vida basados en los mantras
de trabajar más, ganar más, vender más y comprar más.
La fuente del decrecimiento sobre el “sentido de la vida” también se basa en hallazgos de
la literatura sobre la economía de la felicidad. La desconexión entre el aumento de los ingresos
y la satisfacción con la vida a lo largo del tiempo, fenómeno conocido como la Paradoja de
Easterlin (Easterlin 1974), así como la asociación entre la importancia de las ganancias
materiales y los trastornos emocionales (Kasser 2002), son dos referencias importantes.
El movimiento por la simplicidad voluntaria, reduciendo el consumo individual y considerando
la vida simple como liberadora y profunda en lugar de restrictiva y limitante, es una visión
importante dentro de esta fuente. Las obras de referencia aquí son Walden o Life in the Woods
de Henry David Thoreau, Happy Sobriety de Pierre Rabhi, Voluntary Simplicity de Mongeau, la
apología de la suficiencia de Schumacher y Economy of Permanence de Kumarappa.12

Bioeconómicos

La economía ecológica y la ecología industrial también son fuentes de decrecimiento.


La mayoría de los economistas ecológicos son seguidores de Georgescu­Roegen (1971), quien

12. En la India, la noción de aparigraha, suficiencia, autocontrol en el consumo, es muy


vivo en algunos círculos a pesar del auge económico.

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introdujo el término "bioeconomía" y se pronunció a favor del décroissance. 13 Esta escuela


de pensamiento enfatiza la importancia de la disponibilidad de recursos y sumideros (Bonaiuti,
2011; Odum, 2001) y una reducción del factor X del consumo de recursos naturales (Schmidt­
Bleek y Klüting, 1993). Una referencia clásica aquí son los Límites del Crecimiento (Meadows
et al. 1972; 2004).
Para Georgescu, la actividad humana transforma energía y materiales de baja entropía o
de buena calidad en residuos y contaminación inutilizables y de alta entropía. Incluso la
entrada de energía solar de baja entropía es limitada en el sentido de que cae de forma
dispersa sobre la Tierra. Por tanto, el decrecimiento puede ralentizar el proceso de degradación
material. Una economía de estado estacionario (como la propone Herman Daly) no es
suficiente para los países ricos.
Los argumentos bioeconómicos a favor del decrecimiento, incluido el retorno energético
decreciente de la inversión y el inminente pico del petróleo,14 se citan a menudo en el debate
académico y político. Los economistas ecológicos han apelado durante mucho tiempo a los
escritos económicos de Frederick Soddy de la década de 1920 (Soddy 1926; Daly 1980,
Martinez Alier 1987). La crisis financiera de 2008 y la idea de "deudacracia" han reavivado el
interés por este autor, que destaca que el sistema financiero confunde la expansión del crédito
con la creación de riqueza real, mientras que la economía real de energía y materiales no
puede crecer al tipo de interés. necesario para saldar las deudas.
Como explican Georgescu y Odum, los recursos naturales disponibles en realidad están
disminuyendo. El aumento de las deudas públicas o privadas es, por tanto, una receta perfecta
para las crisis económicas y fiscales.
El decrecimiento es una crítica a la creencia en la modernización ecológica que afirma
que las nuevas tecnologías y las mejoras de la eficiencia son soluciones clave a la crisis
ecológica. Si bien la innovación tecnológica es una fuente de debate en el decrecimiento,
todos los actores del decrecimiento cuestionan la capacidad de la innovación tecnológica
para superar los límites biofísicos y sostener un crecimiento económico infinito. La paradoja
de Jevons proporciona una explicación: la ecoeficiencia puede conducir a un aumento del
consumo o la producción porque las tecnologías suprimen los límites (a la producción y al
consumo) (Polimeni et al. 2008, Schneider 2008). Por ejemplo, los ahorros en energía y
materiales pueden reinvertirse en nuevas adquisiciones de materiales y energía, compensando
las ganancias en la reducción del uso de materiales y energía asociadas con las medidas de
eficiencia. El decrecimiento se centra en muchas propuestas "no técnicas" para reducir los
flujos de materiales y energía fuera del enfoque de modernización que tiende a descartar la
opción de establecer algunos límites a las tecnologías.

13. En un fax a Paul Samuelson del 14 de diciembre de 1992, en el que se quejaba del silencio sobre su obra, Georgescu­
Roegen escribía irónicamente: "Aproveché la oportunidad de revelar lo pesimista que era en el pequeño volumen con
un título escandaloso, Demain la décroissance (París, Pierre­Marcel Favre, 1979)'. Véase también Levallois, 2010.

14. La teoría de Hubbert sobre el pico del petróleo afirma que hay un nivel máximo de extracción de recursos petroleros
después del cual la producción comienza a caer y tanto los costos como los precios de la energía aumentan.

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Democracia

La siguiente fuente del movimiento de decrecimiento surge de los llamados a una democracia
más profunda (Deriu, 2008; Cattaneo et al. 2012; Asara et al., 2013). En particular, el
decrecimiento es una respuesta a la falta de debates democráticos sobre el desarrollo
económico, el crecimiento, la innovación tecnológica y el avance. Dentro de esta fuente
encontramos posiciones encontradas entre quienes defienden las instituciones democráticas
actuales considerando los riesgos de perder lo que hemos logrado (una corriente más
reformista), y quienes exigen instituciones completamente nuevas basadas en la democracia
directa y participativa (más alternativas o post­ visión capitalista).
Algunos de los escritores clave dentro de esta fuente sobre el decrecimiento son Ivan Illich,
Jacques Ellul y Cornelius Castoriadis. Como afirmó Illich (1973), pasado un umbral
determinado, la tecnología ya no puede ser controlada por las personas. Para Illich, sólo
manteniendo el sistema tecnológico por debajo de un umbral multidimensional determinado
podremos hacer viable la democracia. Ellul (1977), por otro lado, realizó profundos estudios
sobre tecnología en los que describió la tecnología como un sistema que se expande sin
retroalimentación democrática y sigue un camino independiente.
Para desafiar las técnicas que Ellul percibía como autónomas y automejorantes, necesitamos
una retroalimentación democrática que sea externa al sistema técnico. Castoriadis es otro
autor clave para el decrecimiento. Defendió las ideas de "sociedad autoinstitucionalizada" y
de autonomía, entendida como una entidad que se gobierna a sí misma con sus propias
leyes. Defendió que la democracia sólo puede existir mediante (y con) autolimitación
(Castoriadis 1988; Asara et al. 2013).

Justicia

La última fuente que deseamos mencionar es la justicia. Para Paul Ariès (2005), el primer
tipo de decrecimiento es el decrecimiento de la desigualdad. En línea con Dobson (2003), el
decrecimiento no da por sentada la "sostenibilidad justa". En lugar de ello, busca y explora
intencionalmente formas de hacer compatibles la justicia y la sostenibilidad.
Una suposición común entre los economistas es que sólo el crecimiento económico
puede mejorar las condiciones de vida de los pobres del planeta. Dada la imposibilidad
percibida de una reducción y redistribución voluntaria del ingreso, la única estrategia para
abordar la pobreza es lograr un crecimiento económico que asegure que pequeñas gotas de
riqueza eventualmente lleguen a los pobres.
Frente a la hipótesis del goteo (Snowdon 2006), el decrecimiento opta por una menor
competencia, una redistribución a gran escala, el reparto y la reducción de ingresos y riqueza
excesivos. Si la pobreza se percibe en términos de consumo relativo, nunca podrá ser
"erradicada" mediante el crecimiento económico, ya que sólo cambia la escala, pero no las
proporciones de riqueza que poseen los individuos. Sin embargo, las necesidades pueden
satisfacerse mediante diferentes satisfactores (Max­Neef y Kumar, 1991). La literatura popular
sobre el decrecimiento, por ejemplo, tiene un gran número de historias sobre 'down shifters',
o personas que optan por la frugalidad satisfaciendo sus necesidades con satisfactores.

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que difieren de los utilizados por personas con altos ingresos (Conill et al., 2012; Carlsson
2008).
Como lo describe Ikeme (2003), podemos identificar aquí dos grupos de tendencias
filosóficas, una relacionada con el enfoque consecuencialista que se centra en los resultados
finales sobre los medios, y el deontológico que privilegia los medios sobre los resultados. A
modo de ejemplo, centrarse únicamente en indicadores de bienestar o de igualdad es una
consecuencia de aplicar sólo el primer enfoque, mientras que dar prioridad a un
comportamiento como la no violencia está relacionado con el segundo. A continuación
recorremos diferentes visiones dentro de la fuente de justicia del crecimiento, mientras
exploramos la dualidad consecuencialista­deontológica.
La primera visión está relacionada con la comparación social y la envidia. Según el
periodista de Le Monde , Hervé Kempf, influenciado por Veblen (1899), la comparación
social basada en la existencia y promoción de estilos de vida de los ricos ha sido responsable
de las crisis sociales y ambientales (Kempf, 2007). Desde un punto de vista consecuencialista,
el decrecimiento puede hacer que la comparación social sea menos problemática al reducir
los motivos de envidia y competencia "a la Darwin".
Establecer un ingreso máximo, o una riqueza máxima, para debilitar la envidia como motor
del consumismo, y abrir fronteras (“no­border”) para reducir los medios para mantener la
desigualdad entre países ricos y pobres, fueron algunas de las propuestas discutidas en la
Segunda Conferencia Internacional sobre el decrecimiento. Desde una perspectiva
deontológica, el decrecimiento implica un cambio de cultura que nos vuelve insensibles a los
atractivos de los estilos de vida de alto consumo, como sugiere la escuela antiutilitaria. La
justicia requiere un decrecimiento del nivel de vida de las clases ricas del Norte y del Sur.
Este punto es a menudo mal interpretado por quienes ven el crecimiento demográfico como
la cuestión central. Parecen ignorar la diferencia entre el estilo de vida de un pescador
artesanal en la India y el de un banquero en Nueva York o Mumbai.
La segunda visión implica reparar la injusticia pasada. Un buen ejemplo es el concepto
de deuda ecológica, o la exigencia de que el Norte Global pague por la explotación colonial
pasada y presente en el Sur Global. Las luchas por la justicia climática (como la coalición
informal de grupos y organizaciones Climate Justice Now!) podrían fácilmente convertirse en
aliadas del decrecimiento, junto con muchos otros movimientos por la justicia ambiental en el
Sur (Martínez­Alier et al 2010, 2012), incluyendo postextractivismo y Buen Vivir en América
Latina (Martínez­Alier 2010, 2012; Acosta y Martínez 2009; Gudynas 2011).

En tercer lugar, el enfoque igualitario de la justicia en el contexto del decrecimiento


implica la redistribución de recursos y riqueza tanto dentro como entre las economías del
Norte y del Sur. Aquí la justicia se entiende como una preocupación por una distribución
justa de los bienes y males económicos, sociales y ambientales en todos los momentos (es
decir, intrageneracional e intergeneracional). Se opone a la "ética del bote salvavidas" de
Garrett Hardin, en la que las preocupaciones medioambientales y poblacionales conducen
fácilmente al racismo. El decrecimiento de la explotación de recursos para asegurar el
acceso básico a los servicios ecosistémicos en el Sur Global y en las franjas más pobres de
todo el mundo es algo consensuado entre los autores. Dicho esto, cabe mencionar que la igualdad muchas ve

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

malentendido como universalismo o como un llamado a la uniformización de los estilos de vida


occidentales (ver Sección VI).
Finalmente, algunos entienden que la justicia previene la miseria estableciendo estándares
mínimos y un ingreso básico para todos (en forma de recursos naturales, servicios públicos y/o
dinero). Otros cuestionan el enfoque de la renta básica y subrayan la importancia del mérito y la
contribución a la sociedad (García, 2012). El feminismo15, la división de castas y clases16 y la
no violencia17 son otros temas clave para discutir dentro de la fuente de justicia del decrecimiento
que requerirían una elaboración extensa.

V. ESTRATEGIAS Y ACTORES DEL DECRECIMIENTO

Como se analizó anteriormente, incluso si los activistas no acuñaron el término "decrecimiento",


fueron ellos quienes lo promovieron como un lema para el cambio social voluntario y democrático.
Cada fuente de decrecimiento puede inspirar una gama diferente de estrategias de acción a nivel
local, global e internivel, relacionadas con la vida cotidiana, pero también con el trabajo abstracto
de los intelectuales. Las estrategias de acción varían desde la oposición, la construcción de
alternativas (creación de nuevas instituciones) y el reformismo (acciones dentro de las
instituciones existentes para crear condiciones para la transformación social), desde el nivel local
al global (para un análisis similar, ver Dobson 2007). Entre los primeros promotores del
decrecimiento encontramos a activistas de base comprometidos en la oposición y a profesionales
que desarrollan alternativas. Algunos actores exigen una revisión completa de las instituciones
existentes, mientras que otros exigen su transformación o conservación parcial tanto a nivel local
como superior (lo que implica compromiso político e investigación académica). La combinación
de diferentes actores bajo el paraguas del decrecimiento no ha estado exenta de conflictos ni de
complementariedad. Analizamos algunas de ellas a continuación.

Activismo de oposición

Los actores del decrecimiento a menudo participan en activismo de oposición, como los
activistas que trabajan para detener la expansión de carreteras, aeropuertos, trenes de alta
velocidad y otras infraestructuras. La oposición adopta diferentes formas: manifestaciones,
boicots, desobediencia civil, acción directa y canciones de protesta. Un buen ejemplo de
oposición al decrecimiento en el sector financiero es la acción adoptada por el activista catalán
Enric Durán; En septiembre de 2008, Durán anunció públicamente

15. El decrecimiento a través de menos tecnología, por ejemplo en los hogares, requeriría una división del trabajo más
igualitaria entre hombres y mujeres. La competencia "por tener más" ha sido criticada por las feministas.

16. La división de clases se analiza de dos maneras dentro de la literatura sobre el decrecimiento: como una crítica al nivel de
división del trabajo (Bayon et al. 2010) y como una propuesta para una relación de ingresos máximo­mínimo.
17. El decrecimiento podría evitar la reducción de los conflictos generados por las limitaciones de recursos.
También la sencillez voluntaria está relacionada con la no violencia.

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FEDERICO DEMARIA et al.

que había "robado" casi medio millón de euros al recibir legalmente préstamos relativamente
pequeños de varios bancos, que no tenía intención de devolver (ya que los había gastado en
causas nobles). Se trataba de una acción política para denunciar lo que denominó el "sistema
capitalista depredador". Uno de los objetivos de su acto fue denunciar la insostenibilidad del
sistema bancario. Refiriéndose a la creación de dinero como deuda, Durán declaró que si los
bancos pueden crear dinero de la nada, "los haré desaparecer en la nada". De 2006 a 2008,
financió varios movimientos anticapitalistas, incluidas revistas impresas en cientos de miles de
ejemplares centradas en la crisis energética (es decir, el pico del petróleo), en críticas a la
economía basada en la deuda y en la presentación de alternativas concretas para una
economía sostenible. economía de solidaridad.18

Construyendo alternativas

Por otro lado, los profesionales promueven alternativas locales, descentralizadas, de pequeña
escala y participativas como la bicicleta, la reutilización, el vegetarianismo o veganismo, la
vivienda compartida, la agroecología, las ecoaldeas, la economía solidaria, las cooperativas de
consumo y las alternativas (las llamadas éticas). bancos o cooperativas de crédito, cooperativas
descentralizadas de energías renovables. Éste es un ejemplo de la 'ahoratopía' de Chris Carlsson
(2008), o del desarrollo de alternativas fuera de las instituciones actuales, ahora. El movimiento
de ecoaldeas y Ciudades en Transición son experiencias importantes dentro de esta estrategia
y a menudo se cruzan con el decrecimiento.19 Algunos actores que trabajan en el desarrollo de
alternativas sostienen que el cambio de valores y comportamientos individuales debería ser el
principal objetivo del decrecimiento. Esto se manifiesta en los estilos de vida de las personas
que practican la simplicidad voluntaria, viviendo mejor con menos, reduciendo y ralentizando el
ritmo de vida. Se presta mucha atención a cómo el consumo crítico consciente puede promover
la transformación tanto a nivel individual como social. La idea principal es que si se dedica
menos tiempo al trabajo y al consumo formal, se puede dedicar más tiempo a otras actividades
que son fundamentales para el bienestar, como las relaciones sociales, la participación política,
el ejercicio físico, la espiritualidad y la contemplación. Un cambio de este tipo será potencialmente
menos perjudicial para el medio ambiente.

La Reti di Economia Solidale (Redes de Economía Solidaria) de Italia es un ejemplo útil.


Nacidos en 2002, son un experimento para articular y consolidar experiencias existentes a
través de la creación de circuitos económicos, donde los diferentes proyectos se sostienen
entre sí, intercambiando y creando espacios de mercado al mismo tiempo.

18. Publicaciones disponibles en diferentes idiomas en http://www.17­s.info


19. Se argumenta (tal vez erróneamente) que el movimiento de las Ciudades en Transición (TT) es un
ejemplo de la condición pospolítica (Trapese Collective, 2008). TT se centra principalmente en una
sola "fuente" o corriente de pensamiento (el pico del petróleo y el cambio climático), evitando al mismo
tiempo la estrategia de oposición directa. Por tanto, acaba proponiendo soluciones sin un análisis
previo de cuáles son los problemas, sus causas estructurales y sus responsabilidades. Esto no niega
el impresionante éxito de TT para movilizar a las comunidades, pero se trae aquí para enfatizar la
importancia de la dimensión política.

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

buscando el bienestar y la sostenibilidad. Ya existen más de veinte Distretti di Economia


Solidale (Distritos de Economía Solidaria) con cientos de pequeñas empresas que funcionan
como grupos empresariales bajo fuertes principios socioecológicos. En España, Enric Duran,
Didac Costa y asociados han desarrollado la Cooperativa Integral Catalana (CIC). El CIC20
se basa en la autogestión económica y política con participación igualitaria de sus miembros
e intenta incluir formas de satisfacer todas las necesidades humanas básicas, incluida la
creación de una moneda local (el 'ECOS').

Reformismo: preservar y actuar dentro de algunas instituciones existentes

En palabras de Latouche (2009) vivimos no sólo en una economía de crecimiento, sino en


una sociedad de crecimiento. Por tanto, el decrecimiento implica una transformación social.
Si bien muchos actores se oponen o cuestionan algunas instituciones, a menudo proponen
actuar dentro de las existentes. Por ejemplo, aunque desafían al capitalismo a través de
algunas acciones, muchos agricultores orgánicos radicales todavía organizan sus vidas en
torno a los automóviles y las computadoras, lo que puede considerarse "reformista". En
general, podemos argumentar que es necesario defender algunas instituciones (como alguna
forma de seguridad social y salud pública, jardines de infancia y escuelas públicas, o algunos
otros elementos del estado de bienestar). La literatura feminista, por ejemplo, destaca cómo
"las nociones ecológicas de autosuficiencia, comunidades sostenibles y "poner un granito de
arena" en el hogar y en el dominio público amenazan con intensificar la ya insostenible
carga de responsabilidad de las mujeres por el cuidado" (MacGregor 2004: 77–78). Reducir
la dependencia de la tecnología en los hogares, por ejemplo, es otra razón para tener una
división del trabajo más igualitaria entre hombres y mujeres.
Otro debate recurrente es sobre el tipo de sistema democrático. Por un lado, quizá
tengamos que defender las instituciones democráticas puestas en riesgo con la crisis
económica y, al mismo tiempo, apoyar el desarrollo de otras más participativas. De manera
similar, mientras algunos adoptan una perspectiva anarquista tradicional a favor de abandonar
el Estado, otros creen que el Estado debe mantenerse y mejorarse.

En muchos casos, sin embargo, las posiciones revolucionarias podrían convivir con las
reformistas (o incluso reforzarse entre sí). Por ejemplo, las propuestas para crear nuevas
instituciones en un contexto de democracia directa que sustituyan a las actuales son
compatibles con la defensa y reforma de algunas de las existentes.
Establecer un ingreso ciudadano básico, la eliminación del dinero basado en la deuda (dinero
que no está respaldado al 100 por ciento por depósitos o materiales reales), y la protección
y fortalecimiento de los bienes comunes, pueden considerarse como reformas de las
instituciones actuales que ir más allá de las reformas que consolidan el sistema actual.

20. Una actividad de la CIC que ya está en marcha es Calafou (una nueva cooperativa ecoindustrial en una
fábrica textil industrial abandonada en el río Anoia), presentada en la conferencia sobre Decrecimiento
en Montreal en mayo de 2012 en la sección llamada "experiencias".

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FEDERICO DEMARIA et al.

Investigación

Todos los enfoques anteriores requieren una comprensión correcta de los vínculos entre
niveles y fuentes; aquí la investigación académica y no académica tiene un papel que desempeñar.
Para Martínez­Alier et al. (2011) el decrecimiento es en realidad un ejemplo de ciencia
dirigida por activistas. El conocimiento activista se refiere a todo tipo de nociones basadas en
la experiencia que se originan en grupos comunitarios, la sociedad civil, grupos de mujeres,
sindicatos, asociaciones de base, etc. En los estudios de sostenibilidad, como en otras
disciplinas, el conocimiento adquirido a partir de la experiencia y el activismo de base ha
llevado a la creación de nuevos conceptos, como deuda ecológica, deuda climática, biopiratería,
justicia ambiental, epidemiología popular o responsabilidad corporativa (Martínez Alier 2002;
Simms 2005). En ocasiones, estos conceptos son retomados, refinados y redefinidos por los
académicos. También ocurre lo contrario, donde los conceptos académicos son retomados por
el activismo de la sociedad civil (Martínez Alier et al., 2011).

El decrecimiento, lanzado por activistas, entró en la agenda académica internacional de


habla inglesa alrededor de 2008. La literatura está creciendo, con artículos y números
especiales en varias revistas. Como se explicó anteriormente, las Conferencias Internacionales
sobre Decrecimiento Económico para la Sostenibilidad Ecológica y la Equidad Social21 en
París (2008), Barcelona (2010), Montreal y Venecia (2012), han atraído a cientos de
investigadores de una amplia gama de países. La conferencia de Barcelona, por ejemplo, tenía
como objetivo crear investigación cooperativa reuniendo a científicos, profesionales y activistas.
El evento se desvió del modelo estándar de organización de conferencias académicas y utilizó
técnicas prácticas de democracia directa para discutir y desarrollar propuestas de políticas y
prioridades de investigación en diferentes áreas.

El debate y la investigación acaban de comenzar. No sólo necesitamos acuerdos dentro


del movimiento sobre lo que defiende, sino también sobre cómo implementar las propuestas.
Se necesita mucha más investigación sobre qué tipo de decrecimiento y en qué medida. Se
plantean dudas sobre si el resultado final seguirá siendo una economía y una sociedad
capitalistas o no (Gorz 1972; Jackson 2011). Tim Jackson aconseja a los lectores que no se
peleen por las palabras. Capitalistas o no, no podemos permitirnos (ecológica y socialmente)
un mayor crecimiento económico en los países ricos. Este enfoque pragmático, sin embargo,
no es muy popular entre los partidarios del decrecimiento que se consideran anticapitalistas.

Actuando en diferentes escalas: local, nacional, global

El movimiento de decrecimiento también se preocupa por la escala de acción adecuada. Hay


conciencia de que hay que actuar a todos los niveles. La mayoría de las actividades se llevan
a cabo a escala local y, a menudo, se articulan a través de redes formales e informales.
Ciudades en transición (Reino Unido), Rete del Nuovo Municipio (Italia)

21. http://www.decrecimiento.org

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

y Comuni Virtuosi22 (Italia) son buenos ejemplos de enfoques centrados en lo urbano.


Sin embargo, también existen redes y acciones de decrecimiento a nivel nacional y
regional.23 También se está consolidando una red informal a nivel internacional en torno a
eventos como las Conferencias de Decrecimiento. Las redes más consolidadas son
temáticas específicas (es decir, la agroecología), pero al ser un marco, el decrecimiento
ofrece el potencial de crear una red de redes que incluyan a activistas, profesionales,
investigadores, políticos y científicos (es decir, Redes en Red24 ) . Existe un debate abierto
sobre varias formas posibles de organizar dicha red.
Aunque el trabajo en red está en el centro del decrecimiento, el movimiento aún está
lejos de poder coordinar acciones para reducir el consumo absoluto de energía y materiales
a escala nacional y global. ¿Qué pasaría con una nación que emprendiera políticas de
decrecimiento de forma independiente? ¿Se pueden construir alternativas al decrecimiento
en un contexto social de crecimiento económico y capitalismo "impulsado por la deuda"?
¿Qué se debe hacer con las deudas en un contexto de 'deudacracia'?
Aquí las preguntas abiertas también tienen que ver con las condiciones políticas apropiadas
que podrían apoyar la implementación de ciertas políticas. Aún no está claro cómo podría
tener lugar realmente la transformación socioecológica a escala macro y qué instituciones
deberían participar. Por ejemplo, quienes proponen una democracia directa basada en
asambleas o el proyecto de democracia inclusiva (Fotopoulos, 1997) nunca articulan de
manera convincente cómo ir más allá del nivel municipal de organización. Quizás, siguiendo
a Murray Bookchin (1980), una confederación de entidades municipales podría asumir las
funciones administrativas de un Estado que ya no se centra en el crecimiento económico.
Esta es una visión que congenia con muchos en el movimiento de decrecimiento.

VI. DISCUSIÓN

Fuentes de decrecimiento

La revisión anterior de las fuentes del decrecimiento ha mostrado la diversidad de argumentos


que pueden emplearse para defender el decrecimiento. Aquí se discuten varios puntos. En
primer lugar, no debe considerarse que la clasificación de fuentes presentada en este artículo
con fines analíticos implica compartimentos herméticos. Más bien, resalta los diferentes focos
de atención adoptados por diferentes escritores o actores, dependiendo de sus antecedentes
sociales, culturales o políticos.
En segundo lugar, el panorama de las corrientes de pensamiento que alimentan el río
del movimiento de crecimiento no es exhaustivo. Feminismo, ecología política, no violencia
(incluida la crítica del militarismo), neomalthusianismo radical desde abajo

22. www.transitionnetwork.org, www.nuovomunicipio.org, www.comunivirtuosi.org


23. Algunos ejemplos son: en Italia Rete per la Decrescita; en Francia, la Red de Objetores del
Crecimiento para el Postdesarrollo; en Suiza, la Red de Objeción al Crecimiento;
en Brasil Red por el Decrecimiento Sostenible.
24. Red de redes: redesenred.net

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FEDERICO DEMARIA et al.

(Ronsin 1980; Martinez­Alier y Masjuan 2005), las divisiones de clases y las posiciones de fronteras
abiertas deberían elaborarse más a fondo. En particular, se necesita una mayor elaboración de las
dimensiones de género del decrecimiento, como se hizo en la conferencia de Venecia de 2012. Las
primeras y más fuertes críticas a la contabilidad del PIB provinieron de la economía feminista, aliada de
la economía ecológica (Waring 1988).
El ambientalismo feminista (Agarwal, 1992), por ejemplo, enfatizó los valores prácticos y culturales de
la naturaleza fuera del mercado.
En tercer lugar, algunos seguidores de Marx han argumentado que el decrecimiento no se posiciona
explícita o suficientemente contra el capitalismo.25 Sin embargo, algunos marxistas ortodoxos abrazan
la idea de que los bienes de consumo (que son productos del propio capitalismo) deberían ser amplia y
fácilmente accesibles y permanecer así. vinculado al productivismo, donde el objetivo es maximizar la
producción y el crecimiento (Altvater, 1993). Otras interpretaciones de Marx, por el contrario, critican el
progreso uniforme, como lo hizo Walter Benjamin de la escuela de Frankfurt (Postone, 2009; Jappe,
2003); También neomarxistas como David Harvey o ecosocialistas como Joel Kovel y Michael Lowy,
están más en la línea del decrecimiento. Otros marxistas también han comenzado recientemente a
adoptar las ideas del decrecimiento en sus escritos (Badiale y Bontempelli, 2010; Altvater, 2011). Mientras
el ecomarxista JB Foster se burlaba abiertamente del decrecimiento (Foster, 2011), la revista Capitalism,
Nature, Socialism

ha editado un número especial sobre el decrecimiento en 2012.


Finalmente, la complejidad y multidimensionalidad del decrecimiento a veces puede ser difícil de
comunicar y abrumadora para quienes buscan una guía única para la acción práctica. Sin embargo,
pasar por alto una de estas fuentes puede resultar problemático. Jean­Claude Decourt, autor de varios
documentales sobre el crecimiento, dice que el crecimiento sería problemático incluso si hubiera infinitos
recursos naturales disponibles.26 El decrecimiento sólo tiene sentido cuando se tienen en cuenta sus
fuentes, es decir, no sólo la ecología y la bioeconomía, sino también el significado de de vida y bienestar,
antiutilitarismo, justicia y democracia. Tomados de forma independiente, pueden conducir a proyectos
incompletos y reduccionistas, fundamentalmente incompatibles con las ideas del movimiento de
decrecimiento. Preocuparse por la escasez de recursos o por la destrucción de los ecosistemas, pero no
por la justicia mundial, puede conducir a propuestas antipoblacionales y a discursos antiinmigración
desde arriba.

La justicia sin democracia puede conducir a soluciones autoritarias, como sugiere quizá Kommunismus
ohne Wachstum (Comunismo ohne Wachstum ) de Wolfgang Harich.

25. Elmar Altvater declaró recientemente en una entrevista: 'no hay salida al dilema entre el
imperativo capitalista de acumular y los límites que fija la naturaleza. A largo plazo, es inevitable
una reducción del crecimiento y, por tanto, una economía de decrecimiento. Sin embargo,
tiendo a dudar de que algo así pueda ocurrir dentro del modo de producción capitalista, ya que
también significa desacumular. Esto no está claro para muchos de los representantes de la
teoría del decrecimiento.' Ferrero, Àngel (26/09/2012). 'El socialismo del siglo XXI sólo puede
ser plural', entrevista con Elmar Altvater. La Directa 287 (traducido del catalán por los autores).
26. 'Incluso si la Tierra fuera ilimitada, estaríamos en contra del crecimiento, porque destruye lo
humano que hay en nosotros, porque destruye la belleza.' (Incluso cuando la tierra sea
limitada, estaremos en contra del crecimiento, porque destruye lo humano que hay en nosotros,
porque destruye la belleza). utopimages.org

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

sin crecimiento) de mediados de los años 1980, que llevaba el subtítulo "Babeuf y el Club de Roma". Mejorar
la democracia o la justicia sin preocuparnos por el significado de la vida podría llevarnos a soluciones
tecnocéntricas. En esta línea, Carter (2004) muestra la importancia de combinar preocupaciones para crear
las condiciones adecuadas para una sociedad verde radical. Si bien no todos los actores pueden involucrarse
o trabajar en todo el conjunto de preocupaciones sin correr el riesgo de agotarse, es posible comprender las
preocupaciones de los demás.

Estrategias de decrecimiento

Los debates y controversias sobre las estrategias empleadas dentro de cada fuente del movimiento de
decrecimiento han sido muy intensos. Las estrategias de oposición pueden percibirse como conflictivas con
los profesionales que promueven alternativas, o con los investigadores que sólo aportan un diagnóstico (y a
veces un pronóstico vago). En el mundo de la política, la estrategia de oposición es la postura revolucionaria
que se opone a la postura reformista.

Sin embargo, lo que intentamos ilustrar anteriormente es el potencial de compatibilidad entre las
estrategias utilizadas por el movimiento a medida que más y más actores se dan cuenta de la importancia de
combinar estrategias a nivel local y/o global (Chatterton y Pickerell, 2010). Los desafíos que enfrentan nuestras
sociedades son tan amplios que la diversidad es una fuente indispensable de riqueza, siempre y cuando los
participantes sean conscientes de las limitaciones de sus actividades y lo suficientemente humildes como
para permanecer abiertos a críticas y mejoras constructivas. En realidad, estas tensiones entre las estrategias
pueden ser una de las fuerzas para mantener viva la creatividad y la diversidad, suponiendo que los canales
de comunicación permanezcan abiertos.

No sólo existe una posible compatibilidad entre las estrategias, sino que combinar las estrategias
correctas también puede permitir el proceso correcto de transformación.
Esto se puede analizar y comprender mejor desde una perspectiva de corto plazo versus de largo plazo. El
movimiento tiene una tarea pendiente urgente: elaborar un camino de transición (mejor llamado transformación)
en las sociedades ricas desde la crisis actual del crecimiento económico al decrecimiento socialmente
aceptado. Bajo esta perspectiva, las estrategias se pueden combinar a lo largo de una escala de tiempo
definida para dar forma a los escenarios. Quienes emplean la estrategia de la oposición desafían el "desarrollo"
sobre el terreno, deteniendo proyectos "dañinos" y generando debates públicos fundamentales. Los científicos
e intelectuales que dedican la mayor parte de sus esfuerzos a la lucha de ideas, pueden abrir nuevos
imaginarios y crear vínculos entre niveles y enfoques. Los practicantes experimentan con nuevas posibilidades

en la vida cotidiana tanto a nivel individual como colectivo. Los activistas, intelectuales y formuladores de
políticas del decrecimiento involucrados a mayor escala pueden ayudar a facilitar el ajuste social a las acciones
de los profesionales y activistas locales (Schneider, 2010).

El acto de oposición no tendrá éxito si las condiciones para el cambio social no son adecuadas. Aquí es donde
algunos de los llamados "reformistas" tienen un papel que desempeñar. Quizás tengamos que llamarlos
reformistas revolucionarios. Todos los actores juntos

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FEDERICO DEMARIA et al.

desafiar la hegemonía, con barricadas o palabras, mientras imaginamos y construimos


futuros socioambientales alternativos. Para Latouche (2009) el decrecimiento no es una
alternativa concreta y universal al crecimiento, sino una matriz de múltiples alternativas que
reabrirán el espacio para la creatividad humana, una vez quitado el yeso del totalitarismo
económico. El eventual éxito del decrecimiento en los medios de comunicación, el mundo
académico y la sociedad podría en realidad estar relacionado con la gran variedad de
estrategias dentro del decrecimiento.

Actores del decrecimiento

¿Quién es el sujeto político del decrecimiento? Esta es una cuestión abierta, que determinará
las formas de conflicto y la persistencia del movimiento en el tiempo (Romano 2012). El
decrecimiento puede percibirse como un nuevo movimiento social en el que una nueva clase
media (personas con educación superior, que a menudo trabajan en el sector de servicios)
desempeña un papel importante (Habermas, 1981). Los nuevos movimientos sociales se
involucran en conflictos sobre la producción de conocimiento, incluida la producción simbólica
(Touraine 1981). Aunque el decrecimiento desafía el imaginario social en temas como el
desarrollo, la democracia y 'la buena vida' –donde los individuos, las comunidades o
sociedades enteras luchan por una definición autónoma de sí mismos (Melucci 1996); No es
un mero movimiento no material o posmaterialista, ya que también aborda la dinámica del
poder económico y político (justicia) y la escasez de recursos naturales (bioeconomía). Por
lo tanto, el decrecimiento probablemente pueda describirse mejor como una combinación de
movimientos sociales “viejos” y “nuevos”, que participan en conflictos estructurales “viejos” y
“nuevos” (Della Porta y Diani 2006).
Duverger (2011) describe bien los conflictos del movimiento de decrecimiento francés
entre actores que adoptan y defienden una estrategia única (aunque a menudo se interpreta
erróneamente como un conflicto de fuentes). También la conferencia de Barcelona (2010),
por ejemplo, fue un encuentro entre científicos, activistas y profesionales, que dio lugar a
algunas diferencias e incluso fricciones, pero finalmente se estableció el diálogo. Lo que
puede haber contribuido al establecimiento de un diálogo saludable entre actores dispares
es la característica única de que muchos de los participantes desempeñaban múltiples roles:
muchos activistas involucrados trabajaban simultáneamente como investigadores dentro o
fuera del mundo académico, mientras que muchos investigadores también participaban como
investigadores. activistas dentro o fuera de las instituciones.
Además, la mayoría de las personas practicaban y practican las ideas de decrecimiento en
su vida diaria o en las instituciones en las que participan. El movimiento está luchando con
las dificultades que surgen de trabajar con diversos actores de manera cohesiva y
desempeñar el papel de 'actores puente' para catalizar la colaboración y el aprendizaje en
todos los niveles. Las tensiones y enfrentamientos actuales se atribuyen a la participación de
múltiples actores con múltiples identidades, aunque, como señaló Duverger (2011), esto
también puede tener efectos positivos. Ciertamente, esta característica de los actores del
decrecimiento está en línea con quienes cuestionan la

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¿QUÉ ES EL DECRECIMIENTO?

construcción binaria de activistas y no activistas (Askins, de próxima publicación), o las


tendencias observadas en Inglaterra por Chatterton y Pickerill (2010).27
Un punto importante aquí es que un llamamiento explícito a la combinación de
preocupaciones va de la mano con la exclusión de grupos que desarrollan una interpretación
reduccionista de las críticas contra el crecimiento, como los xenófobos, los ecologistas de
derecha (es decir, la Nouvelle Droite de Alain De Benoist en Francia), grupos con una
perspectiva nihilista (es decir, neoprimitivistas como John Zerzan), organizaciones
antiinmigrantes y racistas (por ejemplo, la Red de Capacidad de Carga en los EE. UU.) o
aquellos que apoyarían los estilos de vida occidentales dominantes a costa de una drástica
reducción de la población. Simplemente no logran combinar las fuentes de decrecimiento.

VII. CONCLUSIÓN

El presente artículo representa un intento de buscar una "mejor" definición de


decrecimiento. En general, el decrecimiento desafía la hegemonía del crecimiento y exige
una reducción redistributiva de la producción y el consumo liderada democráticamente en los
países industrializados como medio para lograr la sostenibilidad ambiental, la justicia social y
el bienestar. Aunque integra la bioeconomía y la macroeconomía ecológica (Victor, 2009;
Jackson, 2011), el decrecimiento es un concepto no económico. Por un lado, el decrecimiento
es la reducción del rendimiento energético y material necesario para hacer frente a las
limitaciones biofísicas existentes (en términos de recursos naturales y capacidad de
asimilación de los ecosistemas).
Por otro lado, el decrecimiento es un intento de desafiar la omnipresencia de las relaciones
basadas en el mercado en la sociedad y las raíces basadas en el crecimiento del imaginario
social reemplazándolas por la idea de abundancia frugal.28 También es un llamado a una
democracia más profunda, aplicada a cuestiones que quedan fuera del dominio democrático
dominante, como la tecnología. Finalmente, el decrecimiento implica una redistribución
equitativa de la riqueza dentro y entre el Norte y el Sur Global, así como entre las generaciones
presentes y futuras. El decrecimiento se ve a sí mismo como un aliado del movimiento global
por la justicia ambiental con fuertes raíces en el Sur. Aplaude iniciativas como la propuesta
Yasuní ITT en Ecuador y otros intentos similares de "dejar el petróleo en el suelo, el carbón
en el hoyo", ya sea en el Sur o en el Norte.
Este artículo ha presentado, discutido y analizado la historia del decrecimiento, mostrando
que apareció primero como un eslogan activista y pronto se convirtió en un marco
interpretativo de un movimiento social. Hemos ilustrado la diversidad que

27. Véase también: http://teamcolors.wordpress.com/2009/06/08/workshop­what­is­militant­research/


28. Abundancia frugal es el término utilizado por Latouche (2009). Entendiendo el decrecimiento como
una 'matriz de alternativas' también deberíamos considerar otras propuestas con connotaciones
similares como: 'convivencia' de Ivan Illich, 'prosperidad sin crecimiento' de Tim Jackson, 'mejor
con menos' de José Manuel Naredo, 'buen vivir' ' por las comunidades indígenas reconocidas en
las Constituciones de Bolivia y Ecuador, y también la 'eudaimonia' de Aristóteles, el florecimiento
humano, la alegría de vivir y otros.

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FEDERICO DEMARIA et al.

pueden coexistir dentro de un marco, no sólo para el pronóstico (estrategias), sino también para
el diagnóstico (fuentes), un hecho a menudo descuidado en la teoría de los movimientos sociales.
Por lo tanto, el decrecimiento no es una mera crítica del crecimiento económico ni una propuesta
para una disminución del PIB.29 El atractivo del decrecimiento surge de su poder para aprovechar
y articular diferentes fuentes o corrientes de pensamiento y formular estrategias en diferentes
niveles. Reúne a un grupo heterogéneo de actores que se centran en vivienda y planificación
urbana, cuestiones financieras y sistemas monetarios alternativos, agroecología y sistemas
alimentarios, comercio internacional, justicia climática, educación infantil y trabajo doméstico,
empleo significativo y cooperativas, así como transporte. y sistemas de energía alternativos.
Hemos argumentado que el decrecimiento podría complementar y reforzar estas áreas temáticas,
funcionando como un hilo conductor (es decir, una plataforma para una red de redes).

Los activistas del decrecimiento intentan repolitizar el debate público identificando y


nombrando diferentes futuros socioambientales (Swyngedouw, 2007).
Esto sucede de dos maneras. En primer lugar, articulan preocupaciones, demandas y medios
particulares para lograr los acuerdos socioambientales deseados ("la teoría es política"). En
segundo lugar, se oponen al poder en sus diferentes formas, empezando por su provocativa
denominación que desafía el consenso sobre el crecimiento en la política parlamentaria, en las
empresas, en el grueso del movimiento obrero y en el imaginario social. En lugar de aceptar un
falso consenso (como la necesidad de crecer para pagar las deudas, o el desarrollo sostenible,
o el discurso sobre el cambio climático al estilo de Al Gore) donde supuestamente todos estamos
en el mismo barco, el decrecimiento da visibilidad a las contradicciones y a las conflictos a
diferentes escalas.

Por último, el decrecimiento es un ejemplo de ciencia dirigida por activistas, en la que un


eslogan activista se está consolidando lentamente hasta convertirse en un concepto que puede
analizarse y discutirse en el ámbito académico. Las fuentes de las que se nutre el decrecimiento
y las estrategias y propuestas políticas que plantea a menudo no son nuevas, pero su combinación
es innovadora y, en nuestra opinión, coherente. Hemos argumentado a favor de su compatibilidad
y complementariedad por dos razones.
En primer lugar, no necesariamente socavan la solidez de cada uno, sino que más bien pueden
combinarse cuando se adopta un horizonte de más largo plazo. En segundo lugar, la diversidad
mantiene una especie de tensión que estimula debates e intercambios constructivos, ofreciendo
un incentivo para mejoras continuas tanto a nivel teórico como práctico. Por lo tanto, las
diferencias y los conflictos internos deben ser reconocidos y valorados como fuerzas que
mantienen el movimiento abierto y vivo en su continua evolución.

29. Considerando la naturaleza débil y arbitraria del PIB como indicador (Van den Bergh, 2009; 2011),
y siguiendo a Latouche (2009), la irrelevancia de los aumentos/disminuciones del PIB se puede
expresar con el término 'crecimiento­a' en el mismo sentido de que uno puede ser ateo.

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AGRADECIMIENTOS

Agradecemos al grupo 'Investigación y Decrecimiento' de Barcelona por las largas y


agradables discusiones, y a los colegas franceses Fabrice Flipo y Denis Bayon.
También le debemos mucho a muchos activistas, profesionales y escritores dedicados al
crecimiento. Niamh Shortt y Sheryle Carlson tuvieron la amabilidad de revisar el inglés.
También reconocemos a los revisores anónimos. Este artículo contribuye a los siguientes
proyectos: CSO2011­28990 (Más allá del crecimiento del PIB: Investigación de las
condiciones socioeconómicas para un decrecimiento socialmente sostenible), CSO2010­
21979 (Metabolismo social y conflictos ambientales) y el proyecto europeo FP7 RESPONDER.

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