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“Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y
sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia,
vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió
el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su
familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y
nos obligó a quedarnos” (versos 13-15).
¿Puede imaginarse lo qué Pablo pudo haber dicho a sus dos jóvenes asociados en el camino a la
casa de Lidia? “Yo creo que vi a un hombre pidiendo ayuda. ¡Pero aquí sólo hay mujeres - ni un
hombre a la vista! Espero haber oído al Señor correctamente.”
Nosotros nos enojamos cuando Dios nos dice algo y no pasa exactamente como lo oímos.
Queremos que cada detalle caiga en su lugar. ¡Y si no “vemos al hombre” rápidamente, somos
prontos a descartar todo!
Entretanto, sin embargo, Dios había abierto el corazón de Lidia. ¡Un gran número de mujeres estaba
siendo salvas, Dios se estaba moviendo - pero allí no había un hombre a la vista! ¡Desde luego, Dios
hará toda clase de milagros maravillosos no esperados en camino hacia la visión - y en camino hacia
la obediencia!
Felipe y Pedro También Anduvieron en el Espíritu- Y Ellos Recibieron Increíbles Direcciones Bien
Detalladas Dios estaba usando a Felipe poderosamente para dirigir un avivamiento en Samaria. La
gente estaba siendo salva, sana, libre de demonios. Pero el Espíritu dirigió a Felipe a salir de
Samaria – e ir en vez al desierto de Gaza. En obediencia, Felipe empacó, diciendo adiós y comenzó
a andar hacia su destino
.
En el camino se encuentra con un eunuco Etíope en un carro, leyendo el libro de Isaías. “Y el
Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe…” (Hechos 8:29-30).
De repente Felipe abrió el mensaje de Isaías 53 a este hombre, dando a conocer a Jesús. Y la
próxima cosa que Felipe supo es que el hombre recibió a Cristo y fue bautizado. Entonces, “Cuando
subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más…” (verso 39).
Muchas personas tienen problemas con este último verso: “El Espíritu arrebató a Felipe. ¡Por lo cual
El seguramente podía llevarse a un hombre a su próxima misión de predicación!
Pedro estaba sobre el techo orando cuando Dios le mostró una visión. El Señor le estaba
enseñando, “no llames común o inmundo a lo que Yo he dicho que es limpio.” tres hombres se
pararon a la puerta de Pedro, llamando, “¿Está Simón Pedro en casa?”
El Espíritu le dijo a Pedro, “Ve abajo - hay tres hombres parados a la puerta. Ellos te pedirán que
vayas con ellos, y tienes que ir. ¡No dudes nada - simplemente ve!” (véase Hechos 10:19-22). ¡Estas
fueron instrucciones absolutamente claras, y detalladas!
Luego, en Jerusalén, Pedro les dijo a los hermanos por qué él comió con Gentiles incircuncisos:
“Y el espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar…” (Hechos 11:12).
Pedro dijo, “El Espíritu me dijo que lo hiciera. ¡Yo comí con ellos porque el Espíritu Santo me habló
claramente!”
La iglesia primitiva nunca envió a trabajadores o misioneros a menos que el Espíritu Santo los
eligiera y los ordenara. Una persona no se acercaba simplemente hacia los apóstoles y les decía,
“¡Yo tengo un llamado a Chipre, a Pafo, a Pergamo! ¡Por favor únjanme, mándenme - envíenme con
su bendición!”
No - el Espíritu Santo hablaba claramente en reuniones de oración, nombrando a los que eran
verdaderamente ungidos de Dios: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:
Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra porque los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y
orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo,
descendieron…” (Hechos 13:2-4).
¡Si usted le pide al Espíritu Santo, Él le dirá lo que necesita saber- incluyendo a dónde y cuándo ir!
Incluidas en estas increíbles direcciones hay advertencias precisas sobre lo que vendrá. El Espíritu
Santo advertirá con el fin de prepararle:
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”
(Juan 16:13).
Jesús no estaba hablando solamente de profecía y de sucesos futuros. ¡Él estaba hablando de su
vida! Andar en el Espíritu Santo se trata de ser dirigido por El en un sentido práctico del diario vivir.
Por el ejemplo, Él le mostró a la iglesia primitiva que vendría una gran hambre:
“Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran
hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos,
cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en
Judea.” (Hechos 11:28)
¡El Espíritu Santo les advirtió que una gran hambre vendría - entonces ellos comenzaron a tomar
ofrendas para compartir con otros creyentes!
El Espíritu también advirtió al apóstol Pablo que como resultado de su viaje a Jerusalén él iba a ser
tomado preso: “…descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien, viniendo a vernos, tomó el
cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así ataran los
judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.”
(Hechos 21:10-11). Pablo fue advertido– para que se preparara ¡El Espíritu Santo siempre nos
advierte!
Barjesús significa “hijo de Jesús” o “ángel de luz. “Este era el diablo mismo enfrentando a Pablo!
Pero el Espíritu Santo moraba dentro del apóstol:
“Entonces Saulo…lleno del Espíritu Santo…dijo:… hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No
cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está
contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él
oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.
Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.”
(versos 9-12). ¡Pablo, “lleno del Espíritu Santo,” aplastó todos los poderes de las tinieblas!
En Hechos 16, el diablo nuevamente vino contra el ministerio del Espíritu Santo - y nuevamente
Pablo respondió: Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha
que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos adivinando. Esta, siguiendo
a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos de Dios Altísimo, quienes os
anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste
se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en
aquella misma hora.” (hechos16:16-18).
Yo quiero detenerme aquí y preguntar a cada cristiano que profesa andar en el Espíritu ¡No es
suficiente “ser afligido” por los intentos de Satanás de acusarle! Pablo fue afligido - lo que significa
“perturbado, inquietado.” Y él lo permitió por muchos días. Pero ¿por cuánto tiempo dejará usted que
Satanás lo siga inquietando - poniéndole tristeza innecesaria, obstruyéndole su trabajo?
Esto pudo haber continuado con Pablo por mucho tiempo. Pudo haber afectado su cuerpo físico.
Pero el Espíritu de Dios moraba en Pablo, y le dijo, “¡Hasta aquí-suficiente! ¡En el nombre de Jesús,
véte!”
¡Amados, nosotros aguantamos demasiado del diablo! Llegó la hora en que debemos pararnos en el
poder del Espíritu Santo y decir, “¡Suficiente - hasta aquí! Yo te mando que te vayas en el nombre de
Jesús”
Si estamos para andar en el Espíritu, entonces debemos creer en el rescate sobrenatural de Dios de
cada cautiverio de Satanás. No importa si Dios tiene que crear un terremoto para hacerlo. De hecho,
eso fue exactamente lo que El hizo por Pablo: “Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de
tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y
las cadenas de todos se soltaron” (Hechos 16:26).
Satanás tratará de traerle la tentación más terrible que haya experimentado. Él quiere sofocarle con
culpabilidad, condenación, atención propia. Amado, tiene que levantarse en el Espíritu y quitar sus
ojos de sus circunstancias y cautiverio. No trate de resolver todo por su cuenta. ¡Comience alabando,
cantando, confiando en Dios - y Él se encargará de su liberación!
Dios no quiere que se esconda de hombres que han sido la herramienta del diablo para acusarle. Él
quiere que experimente liberación con su cabeza en alto. ¡Él quiere prepararle una mesa en
presencia de sus enemigos!
“¡Que vengan ellos mismos a sacarnos!” Esto no era el orgullo de Pablo. Era el Espíritu Santo en él,
diciendo, “¡Quienes andan en el Espíritu no temen a hombres! Y la vergüenza que ellos quieren
poner sobre su cabeza va a caer sobre sus propias cabezas!”
¡Dios, danos la audacia santa de Pablo! Nosotros sabemos que somos más que vencedores por
medio de Cristo que nos fortalece. Deje que el diablo y su gente sean puestos en vergüenza. ¡Pero
los que andan con Dios nunca serán puestos en vergüenza!
1. ¡Debe ir tras este andar con todo lo que hay en usted! Primero, pídale al Espíritu Santo que sea su
guía y amigo:
“…Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y os abrirá” (Lucas 11:9 -13).
Si usted es salvo, entonces le ha sido dado el Espíritu Santo. ¡Entonces pídale que tome dominio -
ríndase a él! Tiene que determinar en su corazón querer que Él lo conduzca y lo guíe. Moisés,
hablando de los días postreros, dijo, “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo
buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29). “…te hizo oír su voz, para
enseñarte… “(verso 36).
2. Enfóquese en conocer y escuchar al Espíritu - y quite sus ojos de su problema y tentación. Pablo,
Silas y Timoteo pudieron haber dado lugar a temor y depresión si ellos se hubieran enfocado en sus
problemas. ¡En vez, ellos se enfocaron en Dios - cantándole y adorándole!
La mayoría del tiempo cuando oramos, nos enfocamos en los fracasos del pasado. Volvemos a tocar
nuestras derrotas repetidamente, diciendo, “¡Oh, qué tan adelante estaría en el camino si no le
hubiese fracasado a Dios y arruinado mi pasado!”
¡Amado, hermano usted tiene que olvidar todo su pasado! Todo está bajo la sangre de Jesucristo - y
el preocuparse es pérdida de tiempo. Olvide el pasado -olvídese aun de la última hora. Y también
olvídese del futuro, porque solamente el Señor sabe lo que hay por delante. enfóquese únicamente
en el Espíritu Santo, con toda su mente y todo su corazón. ¡Dese completamente a amarlo!
3. Dedique suficiente tiempo a la comunión con el Espíritu Santo. El no hablará con nadie que tenga
prisa. ¡Toda la Palabra de Dios es acerca de esperar en El!
Cuando esté en oración, no se atreva a pensar que la primera cosa que viene a su mente es la voz
del Espíritu. ¡No, su carne y el diablo saben sus deseos de oír la voz del Espíritu - y ellos lo
precipitarán y lo inyectarán con palabras que no son correctas!
Espere pacientemente. Busque al Señor y minístrele con alabanzas. Tome la autoridad sobre
cualquier otra voz que murmulle en su pensamiento. Crea que el Espíritu es mayor que éstos, y que
El no dejará que sea engañado o cegado. ¡Esté dispuesto a poner su corazón en El cómo Jacob - y
no lo deje ir hasta que él lo bendiga!
La primera cosa que hizo Samuel cuando Saúl llegó fue hacer una fiesta:
“…sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te
descubriré todo lo que está en tu corazón” (1 Samuel 9:19).
Esto es exactamente lo que el Espíritu Santo desea de nosotros: que nos sentemos a la mesa del
Señor y le ministremos - tener un tiempo especial a solas con El, escuchando Su corazón.
“Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han
hallado.” (verso 20).
Samuel estaba diciendo, “¡no te enfoques en conseguir orientación ahora - todo está arreglado. Hay
algo más importante a mano. ¡Tienes que conocer el corazón de Dios - Sus propósitos son eternos!”
Samuel colocó una porción entera de espaldilla ante Saúl, y ellos pasaron el tiempo hablando: “Y…
Samuel habló con Saúl en el terrado” (verso 25). Después de esa noche de comunión, Samuel le
pidió a Saúl que sacara a su criado de la sala, para poder tener una sesión más íntima cara a cara:
“…Di al criado que se adelante…más espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.
Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo:
¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?” (9:27; 10:1).
¿Puede usted ver lo que Dios está diciendo aquí? “¡Si tu realmente quieres andar en el Espíritu - si
realmente quieres Mi unción- necesitas buscar más que orientación de Mí! Necesitas venir a Mi
presencia y conocer Mi corazón, ¡Mis deseos! ¡Lo que yo quiero es ungirte-para usarte en Mi reino!”
¡mi Amado hermano, olvide la orientación - olvide todo lo demás por ahora! Permítale al Espíritu
Santo enseñarle las cosas profundas ocultas de Dios. Manténgase quieto en Su presencia, y deje
que el Señor le muestre Su propio corazón. ¡Ese es el andar en el Espíritu en su más alta forma!
¡Cuando haga esto, la orientación vendrá - y no tendrá que preguntar! Cuando Saúl salía, Samuel le
dijo, “ve camino a la sepultura de Raquel y tu recibirás la información que necesitas de tus asnas”
(véase 10:2). ¡Entonces Saúl recibió una de las instrucciones más increíblemente detalladas en toda
la Palabra de Dios!
Dios tiene un precioso aceite de unción que Él quiere verter sobre usted. Él quiere que usted salga
de Su presencia con el aroma de Su unción. Y al salir de su presencia, El dirá con palabras suaves
“Oh, – lo que tu querías saber…” Él lo promete:
“Y Jehová hará oír su potente voz…”(Isaías 30:30).
¿Quiere usted andar en el Espíritu? Entonces coloque su corazón en busca de El ahora. Usted
aprenderá a conocer Su voz – con claras orientaciones detalladas.
¡Amen!