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Arenas de Pablo 2001 Los Puentes en El Paisaje
Arenas de Pablo 2001 Los Puentes en El Paisaje
DESCRIPTORES
PUENTE
PAISAJE
CAMINO
NATURALEZA
ESTÉTICA
VALLE
ARCO
SALGINA
VACÍO
BÓVEDA
ABISMO
LADERAS
TÉCNICA
ARTE
HISTORIA
Como construcciones que se alzan en plena naturaleza, los yectado, o sea, ha sido concebido en su integridad, formas y
puentes poseen una relación privilegiada con el paisaje. Y dimensiones, por una mente humana. Y, además, más que
ello, en muchas direcciones: desde el momento en que un probablemente, ha sido proyectado con real preocupación
puente se construye en un punto álgido del territorio como es por el resultado estético de su inserción en la naturaleza.
siempre un valle profundo o el cauce extenso y sereno de un Los puentes son paisaje, con el añadido de que un puente
río remansado, influye decisivamente en la configuración del bien encajado en una topografía dada nos ayuda a percibir
paisaje. Configurar significa contribuir a lo que ese paisaje con mayor claridad los trazos de ese entorno. Por ejemplo, un
expresa, completándolo o transformándolo. viaducto insertado en una cortada marca con sus pilas repe-
Convengamos, de entrada, que la voz paisaje no se re- tidas el perfil del terreno y nos permite captar la extensión y
fiere solo a la naturaleza sino a la naturaleza modificada por la profundidad del valle que, de otro modo, quedarían ocul-
el hombre, o sea a los elementos naturales con todas las cons- tas entre los pliegues del suelo y la vegetación que lo cubre.
trucciones humanas añadidas. Ese cuadro global es el que Un puente arco que arranca decididamente de un paredón
contemplamos cuando abrimos los ojos en cualquier lugar del rocoso nos lo pone de manifiesto y hasta nos transmite una
mundo y es ese cuadro global que percibimos el que valora- idea de la orientación de ese plano. O sea, es el arco el que
mos, más o menos positivamente, como paisaje. Que el pai- nos hace ver el roquedo y el puente entero el que al final di-
saje, hasta el más natural, incluye trabajo y actividad huma- buja el valle. Si hay que buscar ejemplos, mi imaginación vue-
na se comprueba cuando se miran los campos sembrados o la sin dudarlo hasta el puente del barranco de Salgina en los
los extensos trigales que se cimbrean al viento y que con sus Grisones suizos (Fig. 1). El corte del terreno donde Maillart
tonos cambiantes llegan a ofrecer imágenes de gran belleza. construyó su famoso puente es imponente, pero es el puente
Escribo este artículo desde la verde Cantabria, cuyas dulces construido el que lo pone en valor. El vuelo que cada semiar-
praderías solo son parcialmente naturales, pues hace falta co emprende desde su arranque respectivo hasta la rótula de
una permanente actividad humana como es la ganadería pa- clave posee tal dinamismo que el paredón de roca que sus-
ra que esos prados se mantengan como alfombras verdes de tenta ese movimiento virtual adquiere un papel de inmenso
tono uniforme. Sin esa actividad productiva, volveríamos rá- macizo estático, que da estabilidad y que sirve de referencia
pidamente a los brezos, las zarzas y los matorrales. a los semiarcos voladores.
Por supuesto que un puente en campo abierto es parte del Del mismo modo, el desafío a la gravedad que esos se-
paisaje y, por tanto, con su marco natural, es verdadero pai- miarcos representan nos obliga a considerar con atención el
saje. Si los campos cargados de espigas o de olivos alinea- abismo que bajo ellos se abre. O sea, en la medida en que
dos entran en esa categoría, cómo no reconocer valor paisa- el puente es la antítesis del vacío al que colma y supera, su
jístico al puente que, a diferencia de los trigales, ha sido pro- sola presencia nos obliga a captar y contemplar el valle. Y
Fig. 2. Puente de Wiesen, cantón de Grisones, Suiza. Fig. 3. Puente de Langwies, FC Réticos, Grisones, Suiza.
cuanto más atrevida nos parece la construcción allí asentada, do a principios de siglo. Puesto sobre esas montañas, la es-
mayor atención prestaremos al vacío sobre el que ese puente tructura tiene en su mismo esquematismo algo de filigrana. La
pasa. La figura 2 muestra el puente arco de Wiesen, perte- nieve que lo cubre no hace más que mejorar su ambientación,
neciente a los ferrocarriles réticos, emergiendo de la bruma y insertándolo entre los abetos nevados. Una vez más, los trazos
marcando un plano transparente que viene a manifestar el decididos del puente nos hacen captar el abismo que el ferro-
vacío imponente sobre el que circula un tren turístico. Es des- carril rético atraviesa y no cuesta darse cuenta de que sin el
de luego el puente el que establece la medida del valle. Pero puente esa fotografía perdería su interés. Es la nieve caída so-
son al final los coches rojos del tren los que dan la dimensión bre los arcos y el tablero la que pone énfasis en lo invernal que
humana y, también, paisajística del conjunto. resulta esta imagen. Es el trazo de los arcos el que muestra el
La foto de la figura 3 muestra otro puente más moderno de vacío; es el plano adelantado del puente el que destaca las la-
la misma línea férrea. Se trata del viaducto de Langwies, arco deras del fondo. ¿Cómo no incluir entonces a este puente y a
elegante de hormigón armado de 100 metros de luz levanta- todos los puentes similares en el mismo concepto de paisaje?