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ENSAYO DE PERIODO: FORO DE FILOSOFÍA THÁNATOS KAI DEIMOS

Ponencia: ¿Por qué a nosotras? De la estudiante Sara Ortiz David del colegio San Jose
de las Vegas

Salomón Arredondo

Filosofía

Colegio Jose María Berrio

Jaime Andrés Cárdenas Herrera

2 de octubre de 2023
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En la actualidad, la violencia hacia la mujer sigue siendo una problemática

arraigada en muchos aspectos de la sociedad. Este ensayo tiene como objetivo analizar

cómo la violencia hacia la mujer se ha normalizado en el contexto social, cultural y

legal, profundizando en la creación de estereotipos de género, su influencia en la crianza

y su repercusión en el ámbito legal. Además, se explorará el crimen pasional como una

de las manifestaciones más extremas de esta normalización. El análisis de estos aspectos

es fundamental para comprender cómo la normalización de la violencia hacia la mujer

se convierte en una barrera para lograr una sociedad más igualitaria y justa.

Los estereotipos de género, arraigados en la cultura y la sociedad, imponen roles

y comportamientos específicos a hombres y mujeres. Estos estereotipos no solo limitan

las libertades individuales, sino que también justifican la violencia hacia la mujer. En

este apartado, se explorará cómo la cultura y la sociedad han contribuido a la creación

de estos estereotipos y cómo estos influyen en la percepción y tratamiento de la

violencia hacia la mujer.

La cultura y la sociedad han desempeñado un papel fundamental en la creación y

perpetuación de estereotipos de género. Estos estereotipos, que establecen expectativas

y normas basadas en el sexo biológico, contribuyen a la normalización de la violencia

hacia la mujer al imponer roles restrictivos y desiguales. Es esencial examinar cómo

estos estereotipos se traducen en actitudes y comportamientos perjudiciales que

perpetúan la violencia.
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En su obra fundamental "El segundo sexo" (1949), Simone de Beauvoir

profundiza en la construcción social y cultural de la feminidad y la masculinidad. De

Beauvoir argumenta que las sociedades han asignado roles y expectativas específicas a

las mujeres a lo largo de la historia, limitando así su autonomía y contribuyendo a la

normalización de la violencia hacia ellas. Las mujeres han sido relegadas a la esfera

privada, sujeto de miradas y evaluaciones desde una perspectiva masculina. Este

análisis pionero subraya cómo los estereotipos de género han sido perpetuados por

siglos y siguen teniendo un impacto significativo en la actualidad.

La normalización de la violencia hacia la mujer se ve exacerbada por los

estereotipos de género que definen lo que es aceptable y lo que no lo es en función del

sexo. La justificación de la violencia en función de si la víctima cumple con ciertos

estereotipos contribuye a perpetuar esta grave problemática. Se analizarán casos y

ejemplos que ilustran esta conexión entre los estereotipos de género y la normalización

de la violencia.

Un caso emblemático que resalta la influencia de los estereotipos de género en la

percepción de la violencia hacia la mujer es el de Kerala, una mujer de la India cuya

denuncia fue desestimada por un juez que la consideró vestida de manera "provocativa".

Este incidente, ampliamente documentado por CNN en 2022, ilustra cómo los

estereotipos sobre la vestimenta de las mujeres pueden llevar a la justificación de actos

violentos en su contra. Este tipo de casos evidencian cómo los estereotipos arraigados

en la sociedad a menudo se utilizan para normalizar la violencia y perpetuar la

impunidad de los agresores.


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La educación juega un papel crucial en la formación de actitudes, valores y

comportamientos en la sociedad. Desde la infancia, los individuos son influenciados por

la educación recibida en el hogar y en la escuela. Esta sección explorará cómo la

educación, tanto formal como informal, contribuye a replicar y normalizar los

estereotipos de género que alimentan la violencia hacia la mujer.

La forma en que los niños son criados en sus hogares impacta profundamente en

la reproducción de estereotipos de género. La diferenciación de roles y expectativas

basados en el género en la crianza contribuye a perpetuar la normalización de la

violencia hacia la mujer. Se analizarán estudios y ejemplos que ilustren cómo la crianza

y la educación en el hogar reproducen estos estereotipos.

En "La mística de la feminidad" (1963), Betty Friedan explora cómo la

educación tradicional y la crianza refuerzan la idea de la feminidad como una

construcción social impuesta, y cómo esta noción ha perpetuado la opresión de las

mujeres. Friedan argumenta que la educación refuerza los estereotipos de género desde

una edad temprana, contribuyendo así a la normalización de la violencia hacia la mujer.

Esta obra seminal resalta cómo la socialización y educación tradicionales han jugado un

papel central en la subyugación de las mujeres y en la perpetuación de la violencia

basada en el género.
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El ámbito legal es otro espacio donde se refleja la normalización de la violencia

hacia la mujer. Las leyes, las sentencias y las prácticas judiciales pueden contribuir a

perpetuar la violencia al no abordar adecuadamente este problema. En esta sección, se

explorará cómo la cultura y los estereotipos de género influyen en el enfoque legal hacia

la violencia de género.

El crimen pasional, un fenómeno frecuente en muchos países, es un claro

ejemplo de la normalización y justificación de la violencia hacia la mujer. Se analizará

cómo la cultura, los estereotipos de género y la interpretación legal contribuyen a

minimizar estos crímenes y a des responsabilizar a los perpetradores. Casos concretos

serán examinados para respaldar esta argumentación.

En su obra "Crimen Pasional: con el corazón en tinieblas" (2002), Myriam

Jimeno profundiza en la noción de crimen pasional y su relación con la cultura y la

interpretación legal en Colombia. Jimeno argumenta que la concepción del crimen

pasional se basa en estereotipos de género arraigados en la sociedad y en el sistema

legal, lo que lleva a la minimización de la violencia hacia la mujer y a la justificación de

los perpetradores. Este análisis crítico destaca cómo la percepción cultural y legal puede

contribuir a la normalización de la violencia contra las mujeres.


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En este ensayo, hemos explorado a fondo la normalización de la violencia hacia

la mujer desde diversas perspectivas: cultural, educativa y legal. A través del análisis de

la creación de estereotipos de género y su influencia en la violencia, así como el papel

clave de la educación en la reproducción de estas nociones, hemos evidenciado cómo

estos elementos contribuyen a perpetuar la desigualdad y la violencia en la sociedad.

La influencia cultural en la creación de estereotipos de género es innegable.

Desde hace siglos, se han establecido ideales sobre lo que significa ser hombre o mujer,

y estos ideales han sido utilizados para justificar la violencia y la discriminación contra

la mujer. La obra de Simone de Beauvoir, "El segundo sexo" (1949), sigue siendo

relevante al destacar cómo la cultura y la historia han moldeado las percepciones y

expectativas de género, perpetuando la normalización de la violencia hacia la mujer.

Asimismo, la educación desempeña un papel fundamental en la reproducción de

estereotipos y, por ende, en la normalización de la violencia hacia la mujer. Autores

como Betty Friedan, en "La mística de la feminidad" (1963), nos alertan sobre cómo la

crianza y la educación tradicional refuerzan y perpetúan estos estereotipos desde la

infancia, estableciendo una base para la desigualdad de género.

En el ámbito legal, la normalización de la violencia hacia la mujer se manifiesta

claramente a través del fenómeno del crimen pasional. Myriam Jimeno, en "Crimen

Pasional: con el corazón en tinieblas" (2002), arroja luz sobre cómo la cultura y los

estereotipos de género influencian la interpretación legal de estos crímenes, lo que

resulta en una minimización de las acciones violentas y en una falta de responsabilidad

de los perpetradores.
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El análisis detallado de la normalización de la violencia hacia la mujer nos

permite comprender la magnitud del problema y la necesidad de abordarlo de manera

integral. Es crucial desafiar y desmantelar los estereotipos de género arraigados en

nuestra cultura y sociedad. Esto implica un esfuerzo colectivo para fomentar una

educación inclusiva y no sexista que promueva la igualdad y el respeto desde temprana

edad.

En el ámbito legal, es necesario revisar y reformar las leyes para garantizar que

la violencia hacia la mujer sea tratada con la seriedad que merece. Esto incluye una

revisión crítica de la noción de crimen pasional y un enfoque más riguroso hacia los

agresores. Asimismo, se debe garantizar que las víctimas sean escuchadas, apoyadas y

protegidas por el sistema legal.

En última instancia, lograr una sociedad verdaderamente igualitaria y justa

requiere un cambio profundo en nuestras actitudes y prácticas culturales arraigadas.

Debemos fomentar la empatía, el respeto y la comprensión mutua, reconociendo la

diversidad y valorando a cada individuo independientemente de su género. Es solo a

través de un esfuerzo colectivo y comprometido que podremos construir un futuro

donde las mujeres vivan libres de violencia y discriminación.

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