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PRINCIPIOS AMBIENTALES

Los principios se reconocen como pautas jurídicas que permiten la interpretación y aplicación, en
aras de hacer realidad el derecho a gozar de un ambiente sano, y las disposiciones normativas
relacionadas con el deber de planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales para
garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución, así como de prevenir
y controlar los factores de deterioro ambiental. Aquellos mandatos que brindan herramientas y
mecanismos jurídicos a los Estados, el sector productivo y la ciudadanía para garantizar y hacer
efectiva la protección del ambiente.

Los principios tienen diferentes funciones, entre ellas:

1) la crítica, según la cual se determina el deber ser de los ordenamientos jurídicos;

2) la integradora, que ante la falta de disposiciones legales constituyen fuentes de derecho, teniendo
entonces una naturaleza subsidiaria;

3) la interpretativa, que indica que se recurre a los principios con el objetivo de superar
ambigüedades y aclarar vacíos de los enunciados jurídicos

4) servir de criterios de validez material de todas las normas del ordenamiento jurídico

5) sustento de los derechos fundamentales

6) concreción de los valores jurídicos y limitación al ejercicio del poder.

1.1 El derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza

Reconoce el deber de garantizar una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza,
entendiendo al ambiente como un elemento indispensable para el desarrollo de la vida del ser
humano y de cualquier especie. Se trata entonces de una garantía cuyo objetivo es velar por
mantener condiciones ambientales adecuadas para la supervivencia biológica de todas las especies
y para su desarrollo normal e integral.

Los avances y desarrollos jurídicos alrededor del mundo han permitido la concepción de la
protección del entorno desde otros enfoques éticos, como es el caso de Colombia, donde a partir de
su jurisprudencia constitucional se ha adoptado una perspectiva ecocéntrica, la cual reconoce que la
naturaleza es un auténtico sujeto de derecho, en el entendido que la especie humana no es dueña
de la misma, sino, por el contrario, hace parte de ella

1.2 Principio del derecho soberano de los Estados a aprovechar sus recursos naturales

Se refiere a la facultad conferida a los Estados de aprovechar los recursos naturales que se
encuentren dentro de su jurisdicción o control de acuerdo con sus políticas ambientales y de
desarrollo, velando por prevenir la degradación ambiental, evitar los daños ambientales y garantizar
los derechos humanos, sin que se perjudique el medio de otros Estados o de zonas situadas fuera
de toda jurisdicción nacional. De igual forma, prevé que quien desee tener acceso a dichos recursos
deberá someterse a la legislación y a las decisiones adoptadas por el gobierno nacional respectivo.
1.3 Principio del desarrollo inter e intra generacional

Este principio dispone que el Estado y los particulares deban velar por la protección, el uso y goce
apropiado del ambiente para que las presentes y futuras generaciones tengan la posibilidad de
satisfacer sus necesidades. De modo que, en virtud del compromiso ético, esta generación tiene la
obligación de salvaguardar el ambiente y hacer uso sostenible de los recursos naturales en aras de
que todas las personas puedan vivir en condiciones dignas y con disponibilidad de recursos para
satisfacer sus necesidades. Este principio, se refiere a la responsabilidad de cada generación en el
manejo racional de los recursos naturales, para dejar a las futuras generaciones riquezas
ambientales que no sean inferiores a las heredadas.

1.4 Principio de desarrollo sostenible

Se refiere al imperativo de adoptar un modelo de desarrollo que permita lograr el crecimiento


económico, el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y la conservación de la naturaleza
y los recursos naturales para que la presente y las futuras generaciones puedan satisfacer sus
necesidades. Se encuentra fundada en los elementos de la solidaridad entre generaciones y en los
objetivos de elevar la calidad de vida de las personas y el bienestar social; de salvaguardar la
capacidad de carga de los ecosistemas que sirven de base biológica y material a la actividad
productiva; y de garantizar la planificación en el manejo de los recursos naturales. El modelo de
desarrollo sostenible toca cuatro aristas: (i) la sostenibilidad ecológica, que exige que el
desarrollo sea compatible con el mantenimiento de la diversidad biológica y los recursos biológicos,
(ii) la sostenibilidad social, que pretende que el desarrollo eleve el control que la gente tiene sobre
sus vidas y se mantenga la identidad de la comunidad, (iii) la sostenibilidad cultural, que exige que
el desarrollo sea compatible con la cultura y los valores de los pueblos afectados, y (iv) la
sostenibilidad económica, que pretende que el desarrollo sea económicamente eficiente y sea
equitativo dentro y entre generaciones.

El desarrollo sostenible busca “corregir las condiciones de exclusión socioeconómica, así como
proteger los recursos naturales y la diversidad cultural, en el marco de una repartición equitativa de
cargas y beneficios entre los ciudadanos”

1.5 Principio de erradicación de la pobreza

Se prevé como prerrequisito para el desarrollo sostenible en la medida que a partir de la reducción
de las diferencias en los niveles de vida y en el mejoramiento de la satisfacción de las necesidades
de todas las personas es posible superar una de las principales causas de la degradación ecológica,
la sobreexplotación de los recursos naturales por parte de aquellas personas que en situación de
pobreza deben recurrir a los mismos para satisfacer sus necesidades básicas. en materia ambiental
la pobreza se caracteriza como la inequidad en el acceso a los recursos naturales y a los beneficios
económicos derivados de las actividades de explotación ambiental (los alimentos, el agua potable, el
saneamiento ambiental) , lo cual contribuye de manera determinante a la generación de conflictos
ambientales, dado que las poblaciones en situación de pobreza se ven obligadas a sobreexplotar los
bienes naturales para satisfacer sus necesidades más básicas, creando con ello desequilibrios en el
entorno, que muchas veces no pueden controlar o mitigar. Por lo tanto, se reconoció como una tarea
urgente emprender acciones eficientes en aras de reducir y erradicar la pobreza.
1.6 Principio de prelación a la situación y necesidades especiales de los países en desarrollo

La responsabilidad de los Estados de proteger el ambiente y los recursos naturales, con base en la
equidad internacional y considerando que los países con más recursos económicos son también
aquellos con los más altos niveles de contaminación. Por tanto, se busca aunar esfuerzos desde las
posibilidades de cada Estado para salvaguardar el entorno, en especial haciendo uso de los recursos
financieros, científicos y tecnológicos que algunos pueden aportar para lograr el desarrollo sostenible
en todo el mundo.

1.7 Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas para los Estados

Tiene como objetivo que a partir de la solidaridad exista cooperación internacional en materia
económica, científica o tecnológica, a fin de permitir el crecimiento económico de todos los países en
armonía con la naturaleza, garantizando la protección y conservación del entorno. Parte del origen
de este principio se halla en las desigualdades originales e históricas entre los Estados denominados
desarrollados y los que están en desarrollo, así como en el objetivo de la comunidad internacional de
evitar y corregir tales desigualdades. De manera que este principio se constituye en la distribución de
la responsabilidad entre todos los Estados cuando se está ante afectaciones o daños ambientales,
pero teniendo en cuenta que como cada Estado contribuye en menor o mayor medida a la
degradación ambiental, su responsabilidad es distinta, así como su capacidad económica,
tecnológica o científica para reparar el daño.

1.8 Principio de reducción y eliminación de modalidades de producción y consumo


insostenible e implementación de políticas demográficas adecuadas

Consagra el deber de los Estados de tomar medidas suficientes y eficaces que permitan lograr la
sostenibilidad económica y ambiental a partir del diseño e implementación de políticas demográficas
adecuadas que garanticen el cumplimiento de los derechos fundamentales de todos los individuos,
en el marco del replanteamiento de la relación entre la producción y el consumo con el respeto por el
entorno y los recursos naturales.

1.9 Principio de cooperación en el intercambio de conocimiento

Consagra como necesario que los Estados aúnen esfuerzos coordinados y apropiados,
especialmente en la transferencia de conocimiento (tecnológicos y científicos), tecnologías y
experiencias de conservación, para lograr la articulación de saberes y la respuesta eficiente a las
problemáticas ambientales y, en consecuencia, el desarrollo sostenible, en consideración al
imperativo de proteger, conservar y restaurar el ambiente y los recursos naturales como una tarea
global, es decir que involucra a todo el mundo sin importar fronteras, este principio se basa en el
reconocimiento del deber de protección del ambiente como un todo.

1.10 Principio de participación ambiental, especialmente de las mujeres, los pueblos


indígenas y los jóvenes

La Declaración de Río reconoce en su principio 10 que la mejor manera de tratar las cuestiones
ambientales es por medio de la garantía de la participación de todos los ciudadanos interesados en
todos los niveles. Se dispone que los Estados deban garantizar a todas las personas acceder a la
información ambiental, incluso aquella relacionada con materiales y actividades que representan un
riesgo para las comunidades; de incidir en los procesos de toma de decisiones; y de acceder a
procedimientos administrativos y judiciales efectivos cuando sea necesario. Por tanto, es una forma
de intervención social que hace posible el derecho a gozar de un ambiente sano. Correlativamente
se configura como un deber, un derecho y un principio de la vida social y política para la construcción
colectiva de mejores condiciones ambientales y de protección del patrimonio. que la Declaración de
Río consagró como un principio fundamental la participación de la mujer en el ordenamiento
ambiental y del desarrollo, así como también la de otros actores, como los jóvenes, que a partir de
sus ideas, creatividad y valores pueden contribuir en la formación de un mundo sostenible que logre
garantizar un mundo futuro para todos; de igual modo, está la participación de los pueblos indígenas
y demás grupos étnicos, así como de comunidades locales, pues su papel en el ambiente y el
desarrollo ha resultado indispensable en la sostenibilidad ambiental, debido a que sus conocimientos
y prácticas tradicionales basados en su identidad, cultura e intereses procuran un uso racional de los
recursos naturales.

1.11 Principio de promulgación de leyes adecuadas y eficaces sobre el ambiente

Se dirige a que los Estados desarrollen en el ordenamiento jurídico interno un marco legislativo que
incluya medidas y mecanismos adecuados y eficaces en el contexto nacional para la protección del
ambiente, así como el desarrollo social y económico al que se pretende llegar, teniendo en cuenta la
aplicación armónica de todos los principios. En concordancia con los demás principios, esta
prerrogativa pretende que el marco legislativo de los Estados se formule conforme con los objetivos
ambientales y de desarrollo sostenible, reconociendo así su soberanía nacional y el contexto social,
económico, cultural y político de cada país, así como las complejidades que cada factor representa
internamente.

1.12 Principio de responsabilidad y reparación por daños ambientales

Hace referencia al deber de los Estados de desarrollar un marco normativo respecto a la


responsabilidad e indemnización de los daños ambientales generados por las actividades que se
desarrollen en su jurisdicción o bajo su control, así como a la obligación de los particulares de asumir
la responsabilidad por la afectación, peligro, riesgo o daño generado en el entorno y los recursos
naturales, y de tomar las medidas necesarias para garantizar su reparación. Es así como se pone de
presente la necesidad de la figura de responsabilidad, que bien puede ser civil, administrativa o
penal, por acción u omisión de personas naturales o jurídicas que han generado daños ambientales,
con lo cual se busca compensar a los sujetos que se vieron afectados por los efectos negativos de
las actividades del infractor

1.13 Principio de precaución

Indica que cuando exista peligro de daño grave o irreversible, la falta de información o certeza
científica no debe utilizarse como motivo para postergar la adopción de medidas eficaces para
impedir la degradación ambiental. De modo que la fórmula jurídica-analítica de este principio se
traduce en la siguiente ecuación: incertidumbre científica + sospecha de daño=acción precautoria.

Este principio permite que en una sociedad de permanentes cambios sea posible reaccionar de
manera anticipada ante la presencia de un peligro, el cual, aunque puede tener muy poca
probabilidad de riesgo no llega a cero; La sola sustentación razonable de riesgos potenciales
exige la adopción de medidas de protección anticipada del medio ambiente, pues esos
riesgos son inaceptables política y éticamente. El principio de precaución tiene una consecuencia
adicional y es que exige la inversión de la carga de la prueba. Corresponde a la empresa que
pretende adelantar la actividad extractiva demostrar que su actividad económica no generará ningún
tipo de daño grave e irreversible.

1.14 Principio de in dubio pro natura (ambiens)

Hace referencia a que ante la duda e incertidumbre científica sobre los riesgos de un peligro o
amenaza de un daño ambiental o a la salud humana, se opte por tomar medidas tendientes a
proteger el entorno y así evitar los efectos negativos –posiblemente irreversibles– que pudieran
generarse de no actuar.

1.15 Principio de prevención

Opera en las situaciones en las que existe pleno conocimiento de la posibilidad de la generación de
daños ambientales por la realización de un proyecto, obra o actividad. Así las cosas, las autoridades
competentes deben adoptar medidas para evitar que el riesgo o daño se produzcan o para mitigar o
reducir sus repercusiones. El principio de prevención busca utilizar los medios técnico-jurídicos
necesarios para no afrontar pérdidas ambientales irreparables ante riesgos ciertos, lo cual se ve
materializado en la generación de políticas, mecanismos e instrumentos de gobierno que tienen
como fin evitar y reducir los impactos y daños que puedan generarse en el ambiente. Ante este
escenario se observa que el principio de prevención, a diferencia del de precaución, cuenta con la
certeza absoluta de la peligrosidad de un daño al ambiente o a la salud humana, y se aplica de
manera anticipada a la consumación del daño para evitar que se genere o continúe.

1.16 Principio del que contamina paga

Según el principio 16, el que contamina debe asumir los costos ambientales y económicos derivados
de dicha contaminación. Se trata entonces de la internalización de los costos ambientales por medio
de las herramientas económicas, en donde los responsables de contaminar deben asumir los costos
necesarios para su prevención y, de ser el caso, para su mitigación o reducción, buscando así la
reducción de la degradación ambiental y la incentivación del diseño y adopción de tecnologías
amigables con la protección del entorno. (Es un anti principio)

1.17 Principio de evaluación de impacto ambiental

El principio 17 consagra que esta evaluación es uno de los instrumentos fundamentales para la
prevención de daños en la gestión ambiental, toda vez que le permite a los encargados de tomar las
decisiones ambientales identificar los impactos de los proyectos, obras o actividades, la evaluación
de alternativas y el diseño e implementación de medidas de prevención, mitigación, gestión y
monitoreo para la protección, conservación o restauración del entorno y los recursos naturales. Este
principio tiene especial importancia en la toma de decisiones ambientales, pues su carácter
preventivo permite identificar y valorar los factores que pueden contribuir a la generación de daños
ambientales, dando cumplimiento a la protección del entorno y a los derechos fundamentales y
colectivos involucrados.
1.18 Principio de progresividad

se configura como el deber de avanzar gradual, constante y sistemáticamente en la protección del


entorno, de forma tal que los avances que se han dado en estos asuntos no pueden verse afectados
por disposiciones que reduzcan el ámbito de salvaguarda de la naturaleza, los recursos naturales y
los derechos humanos. Se trata entonces de un limitante al poder de las autoridades de promulgar
normas en menoscabo de los progresos normativos anteriores, que los avances en el derecho
ambiental no pueden verse afectados por normas que contengan disposiciones de protección
anteriores a las reconocidas

1.19 Principio de no regresión

Este principio contiene una obligación negativa de no hacer, esto es, de no retroceder en el nivel de
protección ambiental alcanzada, mediante derogatorias o medidas negativas que reduzcan la
salvaguarda del entorno y de los recursos naturales. Se trata entonces de no adoptar medidas
legislativas, administrativas o judiciales que desmejoren el nivel de tutela que tiene el ambiente. Se
entiende el principio de no regresividad ambiental como el limitante que tienen los poderes públicos
en relación con la disminución o afectación significativa del nivel de protección ambiental alcanzado,
y el deber correlativo de justificar absoluta y debidamente las razones que llevaron a optar por dicho
retroceso

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