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En un pueblo muy alejado de aquí donde todo era tan pacifico, Munsay,

existía una semidiosa cuya piel era de un tono blanquecino, siempre iba
bien vestida, Adelaida era la hija del rey enrique II y de Seividal diosa del
agua. No existían guerras, enfermedades ni hambruna.
Se encontraban celebrando el aniversario de la fundación del pequeño
pueblo, todas las calles estaban decoradas de un rojo intenso. Cuando por
un descuido las cuerdas del carruaje donde iba Adelaida se enredaron, ella
se calló estrellándose contra el piso, no sufrió heridas graves, pero con un
daño a lo que los mas alejados del centro del pueblo llamaban una
maldición. Pues un insecto el cual creían haber exterminado volvió a
aparecer. La sola picadura de ese insecto al cual los pueblerinos
denominaban Zazieq, volvía a quien reciba este mal, loco y a todos a su
alrededor, esta maldición no tenia cura, solo la muerte. Adelaida sufrió la
picadura, ella en primera instancia no se dio cuenta hasta cuando empezó
a escuchar una voz en su mente que le decía que podía hacer, no le dio
importancia hasta que fue a hablar con su padre, esta infección era
psicológica, no demostraba ningún cambio físico al menos que la persona
que lo portaba quisiera, tan solo el mínimo contacto con el infectado hacía
que se reproduzca. El rey enrique tras darse cuenta de la voz creyó que
estaba loco así que decidió botar a la princesa y encerrarse en su
habitación a oscuras hasta que falleciera. Adelaida en remplazo de su
padre tenia que ir a varios eventos y eso significaba estar en contacto con
mucha mas gente, ella ya había controlado el pequeño ser humano que
tenia en la mente. El pueblo también se infectó de la voz, y estos mismos
se las esparcían a otros pueblerinos haciendo así que todos tengan voces
en su mente.
Durante las 2 siguientes semanas todo fue un caos, la maldad se apodero
de las calles, revoluciones, personas gritando por todos lados, pero a la
vez personas que como Adelaida dominaron la voz en su interior. Tras
todo el caos dado, las personas que habían organizado el caos fallecieron,
las demás decidieron establecer un acuerdo en el cual ninguno se dañaría
al otro. Y así Munsay volvió a ser pacifico de nuevo. Los pueblerinos
estaban mas que agradecidos con la princesa y sobre todo con Zazieq así
que decidieron ponerle nombre a la ahora bendición que les había dado,
poniéndole así a la pequeña voz que tenemos en nuestra mente
conciencia.

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